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Agua y Minería Transnacional. Desigualdades hídricas e


implicaciones biopolíticas
08/04/11 Por Horacio Machado Aráoz
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El presente trabajo analiza la incidencia de la minería metalífera
transnacional en la producción económicopolítica de la ‘escasez del agua’
y su impacto en la profundización de las desigualdades hídricas a nivel
mundial. En clave de ecología política, se procura desnaturalizar la noción
misma de ‘agua’, devolviéndole su complejidad en tanto recurso y fuente
de poder clave en la dinámica de las sociedades humanas. Para ello se
contraponen las concepciones del agua propias de las culturas pre-
modernas con la visión que la razón científica moderna inaugura de la
misma.

Los tiempos que vivimos parecen estar marcados por el agotamiento de la


‘Naturaleza’. Desde su irrupción durante el último cuarto del siglo XX
hasta la actualidad, los problemas ecológicos manifiestos a diferentes
escalas socioterritoriales (local, nacional, regional y global) han ocupado
un papel cada vez más destacado e insoslayable en la agenda política
mundial.

La inviabilidad ecológica del patrón histórico de ‘modernización


económica’ e industrialización seguido por las sociedades modernas se ha
puesto de manifiesto en una serie de síntomas tan evidentes como
preocupantes: la extinción continua y creciente de especies; la pérdida de
vegetación y bosques nativos; el agotamiento de minerales y de las
fuentes de energía; los acelerados procesos de erosión de los suelos y el
correlativo avance de la desertificación; el aumento incesante de la
producción de basuras y de emisiones tóxicas de todo tipo que
contaminan el agua, el aire y el suelo; la pérdida de biodiversidad en
general; el calentamiento global y el cambio climático asociado.

Todos estos procesos no sólo afectarán las condiciones y posibilidades de


vida en el futuro, sino que ya en el presente están costando cuantiosas
vidas humanas y el deterioro -muchas veces irreversible- de la salud de
vastos segmentos poblacionales. Según las Naciones Unidas, en la década
del ’90 se produjeron más de 700.000 víctimas fatales ocasionadas por
denominados ‘desastres naturales’ vinculados al cambio climático (CEPAL,
2002: 149).
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El número de este tipo de eventos registra un continuo incremento en


cantidad, frecuencia e intensidad; correlativamente, de un promedio de
147 millones de afectados en los años ’80, se pasó a 211 millones en los
’90; sólo en el año 1998 se registraron 50.000 muertes y más de 300
millones de desplazados por causas socioambientales (CEPAL, op. cit..
150). En tanto se trata de una cuestión en la que literalmente ‘nos va la
vida’, los problemas ecológicos son una fuente cada vez más relevante y
decisiva de la conflictividad sociopolítica contemporánea.

Dentro de este marco, uno de los factores de mayor trascendencia es la


cuestión de la creciente ‘escasez’ del agua, ya que se trata de un bien
natural imprescindible. Sin ella, ninguna forma de vida sería posible. El
agua hace posible la fotosíntesis y los procesos de captación y circulación
energética, la producción de nutrientes de la que dependen todos los
seres vivos. De ella depende la vegetación y, con ellas -a través de ella-,
toda la cadena alimentaria.

También cumple un papel fundamental en la absorción de carbono y la


producción de oxígeno, la regulación de la temperatura, del clima en
general, y en particular, de los equilibrios en la composición de los gases
que hacen de la atmósfera un entorno apto para la vida. Los animales de
todo tipo, incluidos los seres humanos, dependemos también
directamente de su consumo: no podríamos sobrevivir más de unos pocos
días sin agua. Se entiende entonces la gravedad de un escenario signado
por su eventual escasez.

Dado su carácter esencial para la vida, cuesta aceptar que ya entrado el


siglo XXI el acceso al agua potable no alcance a toda la población. Al
impulsar su reconocimiento como un derecho humano básico, la ONU
consigna que hacia 2009 casi 900 millones de personas carecen del
mismo, en tanto que 2.600 millones no tienen acceso al servicio de
saneamiento y más de 1,5 millones de niños menores de cinco años
mueren por año como consecuencia de enfermedades vinculadas a la
mala calidad del agua (ONU, 2010).

Más allá de las diversas campañas globales e intergubernamentales


realizadas para extender la vigencia de este derecho, los avances en este
plano se muestran muy por debajo de las expectativas y los objetivos
propuestos. En contraste, el uso del agua para fines productivos en
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general e industriales en particular, no cesa de crecer, por lo que, al ritmo


actual, se duplicaría en el lapso de 20 años, según cálculos realizados para
2025 (Barlow, 2001: 8).

En este contexto, asistimos a la creciente instalación de la ‘escasez del


agua’ y de la ‘inevitable’ conflictividad por la misma, como ‘problema
global’: gobernantes de diversos países y de distintos niveles, organismos
internacionales, ‘especialistas’ de universidades y empresas, además de
los medios de comunicación, se ocupan crecientemente de ‘informarnos’
sobre esta cuestión. Desde las más altas esferas del poder se afirma que
‘las guerras del futuro serán por el agua’, sin dar cuenta de los orígenes y
motivos de la repentina crisis; ocluyendo también, con ello, el análisis
sobre los patrones vigentes de uso y distribución y sobre las medidas ya
impulsadas para –presuntamente- hacerle frente.

Un análisis de tal tipo, sin embargo, permitiría reconocer en esta materia


la creciente configuración de un discurso global que pretende naturalizar
el actual estado de ‘desorden ecológico mundial’ (Porto Gonçalves, 2006),
desorden histórico-geográfico resultante de la mundialización de
Occidente y que, en sus postrimerías, muestra como una de sus gravosas
consecuencias, la intensificación -al extremo de poner en peligro la
sobrevivencia de las poblaciones más vulnerables- de las desigualdades
ecológicas en general e hídricas en particular, que se verifican tanto a nivel
geopolítico como en el plano intergeneracional.

Entendiendo que se trata de un problema tan grave como real, aunque


distorsivamente configurado, proponemos analizar la creciente ‘escasez
mundial del agua’ como expresión de un discurso político propio de la
globalización hegemónica en curso, orientado a naturalizar las graves
desigualdades biopolíticas existentes en torno a la misma. El ‘discurso de
la escasez’ encubre, a nuestro entender, el asalto mundial privatista sobre
las fuentes de agua, tratándose, por tanto, de una ‘escasez’ políticamente
producida y económicamente conveniente.

Siendo múltiples y diversas las vías a través de las cuales se avanza en la


apropiación desigual del vital elemento –entre ellas, la privatización y el
control oligopólico de los servicios de provisión de agua potable y
saneamiento, la generalización de prácticas de mercantilización de la
misma para consumo humano (empresas embotelladoras y de bebidas) y
las estrategias de re-localización de las industrias intensivas en recursos
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hídricos, entre otras-, acá se procurará poner bajo la lupa las


consecuencias que en tal sentido implica la minería transnacional en la
actualidad.

Atendiendo a las particulares características tecnológicas y al diseño geo-


económico de dicha actividad extractiva a nivel mundial, se intentará
mostrar el papel crucial que la misma desempeña en la producción
espacio-temporal de las desigualdades hídricas.

Ahora bien, para explicitar la ecología política de la política hídrica


implicada en la minería transnacional, será preciso partir por el necesario
ejercicio de desnaturalizar la propia noción de ‘agua’. [Descargar
documento] www.ecoportal.net

Horacio Machado Aráoz - Facultad de Humanidades y Facultad de Filosofía


de las Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Catamarca, Argentina. En
el presente artículo se exponen algunos de los resultados arribados en
Proyecto de Investigación, SECYT, UNCa.Trabajo publicado en la revista
Proyección Nº 9 Año 2010 Dossier Hábitat urbano: Dimensiones y
perspectivas. Revista “Proyección” es publicada por el Instituto de
Cartografía, Investigación y Formación para el Ordenamiento Territorial
(CIFOT), de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de
Cuyo./Observatorio Petrolero del Sur - OPSUR -
http://opsur.wordpress.com
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La explotación minera en Puno afectará pesca y agro


boliviano

La explotación minera en Puno afectará pesca y agro boliviano


La Paz, 18 de may. Hay preocupación en los comunarios del lado boliviano de
Desaguadero, frontera con Perú, debido a que la contaminación del río
Desaguadero y del lago Titicaca, producto de la explotación minera en la vecina
nación, también afectará a los pescadores y agricultores de esa zona.
“El agua que está circulando en el río Desaguadero será afectado
considerablemente, por eso hay preocupación, pues de ese río sacamos
pescado”, aseguró ayer el alcalde del municipio de Desaguadero en el lado de
Bolivia, Luis Flores.
La autoridad explicó a Página Siete que un 30% de la población de esa
jurisdicción se dedica a la pesca de pejerrey y trucha, productos que abastecen a
la ciudad de La Paz, lo mismo que la papa y haba que siembra en esa región.
A pesar de esa preocupación, los pobladores no asumirán ninguna acción de
protesta, tal como lo hicieron pobladores del sur peruano, y aguardan que las
autoridades peruanas solucionen el problema y anulen las concesiones mineras.

El bloqueo en la región fronteriza fue iniciado hace diez días. Los pobladores de
Perú bloquean la frontera con Bolivia, en Desaguadero para evitar que continúe
la explotación minera de los cerros Santa Ana y Khapía, ubicados en Puno.
La empresa Bear Creek Mining Company comenzó a explorar en el cerro Santa
Ana del distrito de Huacullani, Puno, a 40 kilómetros de Desaguadero, para
extraer plata, cobre y zinc.
A raíz de esa actividad, los comunarios comenzaron a notar ciertos cambios en
el agua que desemboca de ese cerro al río. El afluente es utilizado para regar sus
cultivos y alimentar a sus animales, por lo que están en riesgo la agricultura y la
ganadería, su principal fuente de ingresos.
“Pedimos a los hermanos de Bolivia que se unan a esta lucha, porque estas
minas afectan ala zona boliviana también y eso va a dañar a nuestro lago
Titicaca”, aseguró Francisco Copa Copa, presidente de la Multisección
Kollasuyo, en Puno.
“Los mineros van a contaminar el agua y van afectar la agricultura y la pesca de
nuestro país”, dijo Esteban Urquiza, poblador de Desaguadero, Bolivia.
Los comunarios bolivianos prevén que incluso la contaminación llegará al lago
Poopó.
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La protesta de los pobladores de Perú se hizo extensiva a Yunguyo, región


donde se ubica el cerro Khapía. Los negocios de esa zona fueron apedreados
porque no acataban la medida.
En pocas palabras
 Conflicto Los campesinos peruanos exigen al Gobierno de Perú cancelar la
concesión otorgada a la empresa minera Bear Creek Mining Company, que
comenzó a explorar en el cerro Santa, en el distrito de Huacullani-Chucuito-
Puno, porque sostienen que contaminan el agua del río Desaguadero y del lago
Titicaca.
 Concesiones La demanda se extendió a eliminar la ley que da concesiones tanto
a las empresas mineras como hidrocarburíferas que atenten contra el medio
ambiente de las poblaciones peruanas.
 Bloqueo Desde hace diez días, los peruanos del sur de ese país bloquean
distintos puntos de la frontera.
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GOBIERNO REGIONAL EMITE PRONUNCIAMIENTO


Martes, 24 de Mayo de 2011 20:26 T&T

El Gobierno Regional Puno acaba de emitir un documento en el que expresa su posición sobre
la turbulenta coyuntura en que vive la región. Sin embargo, la Presidenta del Consejo de
Ministros demostrando soberbia innecesaria para la ya caldeada situación ha manifestado que
nadie le exigirá que modifique su agenda de trabajo. A continuación transcribimos el
documento.

"... PRONUNCIAMIENTO

  Frente al justo reclamo de nuestros hermanos de las provincias aymarás de Chucuito, Yunguyo
y otros pueblos, en contra de las concesiones mineras de Santa Ana, Khapia y otras en la
región, el Ejecutivo del Gobierno Regional de Puno expresa lo siguiente;
  1.  RECHAZAMOS la actual legislación minera que solo favorece a poderosas empresas
transnacionales en desmedro de ¡os derechos de nuestros pueblos originarios que no reciben
un justo beneficio de las actividades mineras.
  2.  EXIGIMOS la inmediata derogatoria del D, S. N° 083-2007-EM, que permitió el
otorgamiento de concesiones mineras a extranjeros dentro de los 50 km de nuestra frontera; y
cuya vigencia no justifica la necesidad pública, ya que nuestro país no se encuentra en
situación de crisis económica y por el contrario afecta a los pueblos originarios aymaras de las
provincias señaladas.
  3.  RECHAZAMOS la contaminación ambiental dejada por las empresas que durante años
explotaron nuestros recursos naturales y que a la fecha no han sido sancionadas ni
indemnizadas.
  4.  DEMANDAMOS la inmediata aplicación del derecho a la consulta previa de acuerdo al
Convenio 159 de la OIT, a fin de que no se cometan abusos.
  5.  RECHAZAMOS la R. S. N° 131-2011-PCM por que no es una respuesta resolutiva al problema
y que tampoco considera a los verdaderos interesados que son las comunidades aymaras
afectadas.
  6.  La  R.S. N° 191-2011-TE que autoriza la intervención de las Fuerzas Armadas en apoyo a la
Policía Nacional del Perú, es una decisión desacertada por que puede generar e!
enfrentamiento físico y violento entre la población y las fuerzas del orden.
  7.  REITERAMOS al Gobierno Nacional la solicitud de una inmediata convocatoria a sesión
extraordinaria del Consejo de Ministros, a fin de tratar la solución del conflicto social suscitado
en Puno.
  8. INVOCAMOS a nuestro pueblo a mantener la serenidad en estas horas difíciles y evitar
cualquier acción que pueda afectar la integridad física de las personas y los bienes públicos y
privados.
  GOBIERNO REGIONAL DE PUNO

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