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“Artículo 75.

El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la


sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las
personas. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y
deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto
recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al
padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia.

Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a
desarrollarse en el seno de su familia de origen. Cuando ello sea imposible o
contrario a su interés superior, tendrán derecho a una familia sustituta, de
conformidad con la ley. La adopción tiene efectos similares a la filiación y se
establece siempre en beneficio del adoptado o la adoptada, de conformidad
con la ley. La adopción internacional es subsidiaria de la nacional.”

Esta norma desarrolla a la perfección el principio del rol o papel fundamental


de las familias en la crianza de los niños, niñas y adolescentes, contemplado en
la Convención sobre Derechos del Niño. Precisamente, para hacer más efectivo
este principio y derecho humano de la infancia se optó por incluir una reforma
del artículo 26 de la Ley de 1998, referido al Derecho a una familia. Los
cambios propuestos tienen como objetivo fundamental garantizar que los
niños, niñas y adolescentes vivan y se desarrollen en el seno de su familia de
origen y, sobre todo, que no sean separados de ella de forma injusta o
arbitraria. Por ello, se indica que dicha separación sólo procede de forma
excepcional cuando sea estrictamente necesaria para preservar su interés
superior, mediante la aplicación de una medida de protección dictada por la
autoridad competente y de conformidad con los requisitos y procedimientos
previstos en la Ley. En este sentido, uno de los cambios más importantes es la
prohibición expresa de la separación del niño, niña o adolescente de su familia
de origen por motivos de pobreza u otros supuestos de exclusión social, así
como la obligación del Estado de realizar todas las acciones dirigidas a lograr
su integración o reintegración familiar cuando se encuentren separados de su
familia de origen nuclear o ampliada.
Para apuntalar la condición de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derecho, particularmente para lograr el pleno reconocimiento de su dignidad e
integridad personal, se incluye como un nuevo derecho humano el derecho al
buen trato, el cual comprende una crianza y educación no violenta, basada en
el amor, el afecto, la comprensión mutua, el respeto recíproco y la solidaridad.
Para asegurar su efectividad se establece la obligación de los padres, madres,
representantes, responsables, tutores, tutoras, familiares, educadores y
educadoras de emplear métodos no violentos en la crianza, formación,
educación y corrección de los niños, niñas y adolescentes, así como la
prohibición expresa de cualquier tipo de castigo físico o humillante. Con esta
nueva regulación se pretende continuar avanzando en la abolición de cualquier
tipo de maltrato en contra de los niños, niñas y adolescentes, construyendo las
bases jurídicas de una nueva sociedad amante de la paz.

Finalmente, fue necesario incluir un conjunto de reformas dirigidas a adecuar


los deberes y derechos de los padres y madres en relación con sus hijos e hijas,
a la nueva condición de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derecho que ejercen la ciudadanía y, especialmente, a los principios de
igualdad de género, igualdad de los hombres y mujeres, así como a las nuevas
regulaciones constitucionales sobre las uniones estables de hecho, a tenor de
lo previsto en los artículos 76 y 77 de la Carta Magna, los cuales establecen
Derechos de la Familia art. 75 de la CRBV: protección a la familia como
asociación natural de la sociedad.

En este artículo se consagra:

1. La igualdad de derechos y deberes entre sus integrantes

2. La solidaridad

3. El esfuerzo común

4. El respeto reciproco

También se garantiza la protección a la madre y al padre como jefes de la


familia. En el Segundo aparte se consagra la protección de los niños, niñas y
adolescentes de vivir y ser criados por sus familias de origen o familias
sustitutas y también la protección a la adopción.
En el artículo 75 aparte del anuncio de los principios básicos que fundamentan
lafamilia, establece que l adopción tiene efectos similares a la filiación.Se habla
sobre la prioridad de las personas venezolanas ante las personasextranjeras en
el momento de realizar la adopción de un niño o niña. Por otro ladose dice que
la protección de la familia se hará por parte del Estado, ya que lafamilia y solo
la familia puede impartir valores morales y afectivos al niño y a laniña.

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