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¿Qué es una persona Sorda?

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No todas las personas Sordas son iguales: etnias, vivencias


personales, tipo de sordera, edad, sexo, orientación sexual,
etc. configuran la propia identidad personal, pero al mismo
tiempo comparten un denominador común: los aspectos
visuales configuran, en mayor o menor medida, su contacto
con el medio, y encuentran barreras de comunicación en su
vida cotidiana.

Hay personas Sordas profundas y quienes tienen restos


auditivos funcionales; personas que son Sordas
postlocutivas y prelocutivas; personas con audífonos o
implantes cocleares o sin ellos; personas que han aprendido
la Lengua de Signos dentro del contexto familiar y personas
que la han aprendido en el entorno escolar o en su
asociación; etc.

El término "sordomudo", es una denominación con la que


sociedad se ha referido tradicionalmente de modo erróneo a
las personas Sordas; dicho término responde a una
concepción patológica de las personas Sordas y puede ser
percibida por muchas de ellas con connotaciones
peyorativas, como si no tuvieran capacidad de
comunicación, cuando en realidad pueden acceder tanto a
la Lengua de Signos como a la lengua oral en sus formas
escrita y hablada mediante una educación adecuada.

¿Qué es la Comunidad Sorda?


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Como dijimos, la Comunidad Sorda está integrada por individuos de cualquier
condición personal y social, por lo que se trata de una comunidad muy heterogénea.
Sin embargo, además de los aspectos visuales y de las barreras de comunicación,
existen –entre otras– las siguientes características que definen a esta comunidad:

Lengua de Signos como elemento de cohesión y adaptación creativa:

La Comunidad Sorda conforma una minoría lingüística y sociocultural y la Lengua de


Signos es el elemento de cohesión en este grupo.

La Lengua de Signos como resultado de la interacción entre biología y cultura en el


ser humano representa una adaptación creativa a una limitación sensorial
transformando los recursos existentes en potencial para la comunicación,
desarrollando estrategias alternativas a través de una modalidad visual de
comunicación.

Identidad:

La toma de conciencia de la Comunidad Sorda, surge a partir de los años 70, cuando
grupos de personas reivindican la Lengua de Signos y la Cultura Sorda. Diversos
estudios e investigaciones en diferentes disciplinas científicas corroboran la existencia
de dicha lengua y cultura, comenzando desde este momento a valorar la importancia
de una preservación sistemática y organizada de sus valores y rasgos culturales,
aunque desde siempre la LSE se ha transmitido durante generaciones. Algunos de
los aspectos en su identidad que podemos destacar son:

• Cultura visual: la Comunidad Sorda no se define por


un espacio geográfico determinado sino por una
experiencia vital común, basada en una experiencia
en mayor o menor medida de carácter visual.
• Valores: la Lengua de Signos y manifestaciones
artísticas de las personas Sordas permanecen entre
los diversos valores atemporales de esta comunidad.

• Historia, tradiciones, costumbres y producciones


culturales: siempre con su propia lengua como
referente, en los últimos años se está beneficiando
por el uso de las nuevas tecnologías.
¿Qué es la Lengua de Signos española

(LSE)? Arriba
La Lengua de Signos surge de forma espontánea en contacto con los demás, desde la
experiencia visual que tienen de su entorno. La Lengua de Signos ha sido objeto de
numerosas investigaciones que constatan su carácter no universal (cada país o cada
región tiene su propia Lengua de Signos). Su estructuración tiene los mismos niveles
lingüísticos que las lenguas orales (aunque con unas características propias que la
diferencian) y está demostrada su eficacia como instrumento para el desarrollo
lingüístico, social, cognitivo y afectivo-emocional de la persona Sorda.

Las características más importantes de las Lenguas de Signos son:

• Utilizan el canal visual y gestual, frente a las lenguas orales que utilizan el canal
auditivo y oral.
• Las manos, los brazos, el tronco y el rostro son los órganos de articulación.
• La palabra o unidad mínima con sentido es el signo.
• La articulación de estos signos está constituida por siete parámetros
formacionales:
o la configuración y forma que adoptan las manos,
o el movimiento que realizan,
o la orientación que adoptan,
o el punto de contacto con el cuerpo,
o el lugar de articulación del signo lingüístico,
o el plano en el que se coloca el signo y
o los componentes no manuales (la expresión facial).

Además de su dimensión fonológica se determinan: la dimensión morfosintáctica (el uso


específico del espacio y la simultaneidad a la hora de signar); la dimensión semántica; y
el uso o pragmática del lenguaje (las Lenguas de Signos son igualmente válidas para
transmitir conocimientos como para declamar poesía).

Aunque existen diversas teorías acerca del momento en que surgieron las Lenguas de
Signos, podemos señalar que, por ejemplo, ya Platón en su “Crátilo” comenta su
naturalidad y plasticidad.

Puede decirse que los estudios científicos y rigurosos sobre las Lenguas de Signos
surgen en la década de los sesenta, concretamente en el año 1960, con el lingüista
William Stokoe y la publicación de su investigación "Sign language structure: an outline
of the visual comunication systems of the American Deaf". Este estudio provocó una
auténtica revolución, no sólo en el ámbito de la lingüística, sino también en la
concepción que hasta el momento se tenía de la sordera. Stokoe, demostró a través de
su investigación, que la ASL (Lengua de Signos Americana) cumplía con todas las
características propias de los sistemas de signos lingüísticos. Le siguieron numerosas
investigaciones de este tipo para las diversas Lenguas de Signos en todo el mundo.

En 1992, María Ángeles Rodríguez leyó su tesis sobre la Lengua de Signos Española
(LSE), el primer estudio descriptivo de esta lengua en nuestro país. En la actualidad
existen numerosas universidades que han creado grupos de investigación sobre la LSE:
entre otras, Alicante, Valencia, A Coruña, Vigo, Santiago de Compostela, Valladolid, La
Laguna o Barcelona.

Cada vez son más numerosos los ámbitos en los que la LSE está presente, confiriendo
así, en términos lingüísticos, cierto carácter de lengua normalizada: el ámbito
académico con la progresiva inclusión de la LSE en los diversos niveles educativos
(experiencias bilingües en Lengua de Signos y la lengua estatal o autonómica) o la
puesta en marcha del Ciclo Formativo de Grado Superior en Interpretación de la Lengua
de Signos; el contexto jurídico y clínico, o el de los medios de comunicación como la
¿Cómo es el movimiento asociativo de personas Sordas? Arriba
En casi todas las principales ciudades existen organizaciones de personas Sordas.
Inicialmente se constituyeron como lugares de encuentro y espacios de ocio. No
obstante, conforme lo hacía el resto de la sociedad, estas organizaciones también han
ido evolucionando hacia la actual promoción de la calidad de vida de este colectivo en
todos los ámbitos.

En España podemos observar tres periodos en el desarrollo del movimiento asociativo:

• En un primer momento el objetivo fue la creación de numerosas asociaciones


que respondieran a las necesidades básicas de comunicación y convivencia de
sus miembros. Esta etapa marca un hito en la coordinación de asociaciones con
la creación de la Federación Nacional de Sociedades de Sordomudos de
España en 1936.
• Una segunda etapa en la estructuración del movimiento asociativo ha sido la
fundación de federaciones, adaptadas al sistema autonómico del Estado
español establecido en la Constitución de 1978, que se reestructuran con la
transformación de esta Federación en Confederación Nacional de Sordos de
España en 1983. En esta etapa destaca el gran esfuerzo realizado por el
movimiento asociativo en la promoción cultural de las personas Sordas.
• La tercera época comienza en la década de los 90 cuando las diversas
entidades que trabajan por la mejora de la calidad de vida del colectivo van
adquiriendo relevancia en el panorama social, a través de la prestación de
servicios, la cooperación con entidades públicas y privadas y la lucha por
derechos básicos tales como supresión de barreras de comunicación,
reconocimiento oficial de la Lengua de Signos y acceso en igualdad de
condiciones a la formación y al empleo.

La Confederación Nacional de Sordos de España (CNSE), una organización sin


ánimo de lucro que atiende y canaliza los intereses de las personas Sordas y sus
familias en España, es la entidad en la que se vertebra el movimiento asociativo de
personas Sordas; a ella se encuentran afiliadas Federaciones o Asociaciones
regionales, que a su vez están formadas por otras organizaciones locales (en la
actualidad la CNSE está integrada por más de 120 miembros ordinarios y
colaboradores).

Nacida en 1936, la CNSE se ha ocupado desde su creación de incentivar la


participación social de un colectivo que, históricamente, ha sido excluido y marginado de
la sociedad. Declarada de interés público, atiende cualquier necesidad relacionada con
el colectivo de personas Sordas y sus familias, estén o no afiliadas a las distintas
asociaciones y federaciones que la componen.

Es miembro fundador y ordinario de la Unión Europea de Sordos (EUD) y de la


Federación Mundial de Sordos (WFD). En el ámbito estatal, la CNSE está representada
en el Consejo Estatal de Personas con Discapacidad, Patronato y Comisión
Permanente de la Fundación ONCE, Comité Español de Representantes de
Minusválidos (CERMI), Foro para la Atención Educativa a Personas con Discapacidad y
Plataforma de ONG’s de Acción Social.

Las funciones principales de la CNSE son:

• Reclamar ante los poderos públicos el reconocimiento legal de la Lengua de


Signos.
• Representar a la Comunidad Sorda en todos los foros internacionales y
nacionales de los que forma parte.
• Actuar como entidad consultiva ante la Administración española.
Estadísticas Arriba

La cifra de personas Sordas en España, estimada en la última encuesta del INE ronda
el millón de personas (967.445) [2].

Se estima que el número de usuarios/as de la Lengua de Signos en España supera las


400.000 personas. Entre estos usuarios/as no sólo figuran las personas Sordas sino
todas aquellas que por razones familiares, afectivas o laborales han aprendido dicha
lengua.

Según datos del año 2001, en nuestro país hay aproximadamente 500 Intérpretes de
Lengua de Signos acreditados oficialmente que realizan alrededor de 40.000 servicios
anuales. Los ámbitos y situaciones donde trabajan estos profesionales son tan diversos
como los obstáculos y barreras de comunicación que encuentran las personas Sordas:
desde los centros de enseñanza, hasta las administraciones públicas, pasando por
hospitales, comisarías, juzgados o espacios culturales.

Sin embargo, España está aún muy lejos de alcanzar la media europea en lo que a
servicios de interpretación se refiere. Mientras que otros países europeos, hay un/a
Intérprete por cada diez personas Sordas, en nuestro país la proporción es de un/a
Intérprete por cada 221 personas.

Referencias documentales Arriba


AGRUPACIÓN DE SORDOS DE ZARAGOZA Y ARAGÓN. Sordera.
Disponible en <http://www.asza.net>.

CONFEDERACIÓN NACIONAL DE SORDOS DE ESPAÑA


CNSE. Confederación Nacional de Sordos de España. Disponible en
<http://www.cnse.es>.

CONFEDERACIÓN NACIONAL DE SORDOS DE ESPAÑA: Plan de empleo


para personas sordas CNSE. Madrid: Confederación Nacional de Sordos de
España, 2001.

CONFEDERACIÓN NACIONAL DE SORDOS DE ESPAÑA: Guía de


educación bilingüe para niños y niñas Sordos. Madrid: Confederación
Nacional de Sordos de España, 2002.

FESORD C.V.: Rasgos sociológicos y culturales de las personas Sordas.


Valencia: Fesord C.V., 2002.

FUNDACIÓN CNSE. Fundación CNSE para la Supresión de las Barreras


de Comunicación. Disponible en <http://www.fundacioncnse.org>.

MORENO RODRÍGUEZ, Ana. La Comunidad Sorda: aspectos


psicológicos y sociológicos. Madrid: Confederación Nacional de Sordos de
España, 2000.

[1] Este alfabeto es cada una de las letras del alfabeto representadas mediante la
forma o configuración de la mano. Este sistema es utilizado por las Comunidades de
Sordos en contextos muy restringidos, tal es el caso de los nombres propios que no
son significativos entre sus usuarios o cuando aún no tiene un signo que represente
un concepto.
[2] Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999 :
avance de resultados. Madrid : Instituto Nacional de Estadística, 2001

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