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RAM DASS
Tuve una latencia tardía, y no hasta tener los 15 años comencé a estar
realmente despierto sexualmente. Hasta entonces no había diferenciado, no
tenía etiquetas. Simplemente me dejaban frío. Al llegar a los 17 comencé a
tener relaciones con chicos y me di cuenta de que disfrutaba. Pero aun
estaban en la categoría de locura adolescente. Es que crecí en una época en
donde la homosexualidad estaba mucho mas profundamente oculta en el
armario de lo que lo está ahora. Me comprometí para casarme mientras
estaba en la Universidad de Boston, pero entonces comencé a salir por ahí a
buscar rollos. Ligaba a gente o tenía encuentros sexuales con hombres en
parques y baños públicos. Por lo que me sentía confuso. Posteriormente al
trasladarme a California para realizar mis estudios de postgrado en Stanford,
comencé a involucrarme más en la vida gay de San Francisco. He calculado
que aproximadamente, y a veces solo para hacer flipar a la gente, pero estoy
seguro que he tenido miles de encuentros sexuales. Muy a menudo dos por
noche. Luego regresé al este como profesor en Harvard y continué tenido
una actividad sexual increíble. Pero siempre tenía una mujer de tapadera
para acudir a las cenas de la facultad y eventos de ese tipo.
Fue una combinación de todas esas cosas. De alguna manera, el LSD me dio
la licencia para ser lo que soy. Me miró desde dentro y me dijo que todo
estaba bien. Y eso me dio licencia para comenzar a decir que ya no quería
ocultarme más. La Asociación Americana de Profesores Universitarios quiso
defenderme, pero me di cuenta de que resultaría en un desastre— ¡al diablo
con todo ello! Ya no estaba interesado en regresar a Harvard de todas
maneras. Estaba demasiado metido con los drogas. Quería hacer ese viaje
mucho, mucho más.
Esta esa una dinámica entre hombres gays y sus madres mucho mas
común de lo que se supone
Si, lo entiendo. Entonces acabé teniendo unas relaciones muy difíciles con las
mujeres, a la hora de obtener mi propio placer. Las mujeres con las que
acabada teniendo relaciones sexuales, eran mujeres de carácter bastante
agresivo, que realmente me lo exigían. Quiero decir, que solo eran gritonas y
aruñonas. Llegué hasta el punto de tomarme grandes cantidades de ácido y
mirar estas diapositivas de mujeres para indagar en donde estaba mi temor,
porque podía ver que había un bloqueo en donde desanimaba y no ponía
sexualmente a las mujeres.
La carga adicional fue que tenía los genitales pequeños, y en esta sociedad
eso era un delito mayor. También fui condenado al ostracismo por eso. Fui
burlado, y estoy seguro de que afectó muchísimo a mi comportamiento
porque era el doble golpe de no solo ser gay, pero de también tener un
sentimiento de carencia. Pero—después de haber realizado muchos trabajos
profundos con los psicodélicos, la sexualidad genital dejó de ser un tema
dominante. Las zonas de mi gratificación se han desplazado. Ya no me
importaba tanto.
Quizás el ser gay tiene menos que ver con como tienes sexo, o ni siquiera
si tienes sexo, y quizás con algo totalmente diferente.
Quizás dentro de estos tipos de personas que hoy etiquetamos como gay,
hay un tipo de matriz de fuerzas arquetípicas trabajando. Muchos de los
arquetipos aparentemente prevalentes en la psique del varón gay son el
Embaucador, el Sanador Herido, y el Doble, que es el arquetipo de los
mismos. Estas influencias varían en nuestras vidas, por supuesto,
dependiendo en nuestra historia personal, de quienes son nuestros
padres, nuestra cultura durante el crecimiento y tales. ¿Esto te suena?
Desde luego que yo puedo ver algunos de estos arquetipos en tu
personalidad.
En los últimos años has estado más abierto. ¿Por qué la franqueza ahora?
Ahora confío mucho más en mi mismo que antes. La franqueza hubiera sido
una apuesta para seducir a la gente, para conseguir acercar a jóvenes varones
a mí. Como algún tipo de iniciación o algo así— ¡sube a ver mis cuadros
sagrados! Creo que no me fiaba de mi mismo debido a que mis deseos eran
demasiado fuertes.
Pero, lo que puede ocurrir, y a menudo sucede en las vidas de casi todos
es casi seguro que ocurra en las vidas de los hombres gay. El destino de
ser el niño mas bueno del mundo, el niño que ha sido psíquicamente
herido y abandonado con una auto-imagen profundamente
comprometida, es demasiado común en todos nosotros.
Yo también así lo creo. Pero para los hombres gay, el trabajo es trabajar
sobre sus propias mentes. Puede que hagan protesta social o que sean parte
de Radical Faeries, o lo que sea, pero que lo hagan desde un punto en donde
comprenden que sobretodo se trata de trabajar sobre si mismos. Porque
mientras sus mentes sean como son, van a continuar sufriendo. El ostracismo
y el juicio de la cultura se alimentan de las profundas carencias que en los
individuos siguen aferrándose en sus mentes, y estos juicios juegan con ellos.
Resuenan con esos pensamientos aun no exorcizados,
¿Piensas que los hombres gay tienen un rol especial que jugar en la
sociedad de hoy, un rol que englobaría especiales actitudes para la
compasión, la empatía y la perspicacia? Y si es así, ¿Cual sería tu consejo
para realizar ese potencial en el trabajo?
Cuando lees las notas necrológicas te haces consciente de que una cantidad
extraordinariamente desproporcionada de belleza fue introducida por la
gente gay. ¿Pero como interpretar eso? Sería difícil decir que esas
cualidades no están disponibles en todos, pero los roles culturales en los que
todos nos encontramos, facilitó a que los hombres gay se expresaran de la
forma en que lo hacen. Es como cuando los judíos se convirtieron en
prestamistas porque no se les permitió hacer otra cosa. La gente que se ha
identificado de forma andrógina o de una manera no varonil en el sentido
cultural de lo masculino se les han hecho accesibles, cualidades de
creatividad y sensibilidad y apreciación que harían bien en sacarle provecho y
utilizar. Tienes que alejarte lo suficiente para poder ves las etapas de
transformación en la cultura. Si ves el movimiento de las mujeres, por
ejemplo, lo ves atravesar muchas etapas desde un tipo de militancia, de
identificación masculina en las que las mujeres quieren lo que el hombre
tiene, hasta entonces llegar a encontrarse de haber perdido algo que querían
porque estaban demasiado ocupadas consiguiendo otra cosas, hasta que
finalmente empiezas a ver a mujeres que no imitan la fuerza exterior del
hombre sino que realmente están desarrollando su fuerza interior como
seres humanos. En ese punto, están más dispuestas a aceptar las diferencias
y en celebrarlas en vez de simplemente negarlas.
Por eso hay un movimiento gay, para que los individuos que fueron
apaleados o apartados al igual que lo fuiste tu, puedan tener un puerto
seguro, un lugar en donde sanar, para hacer inventario, y es de esperar,
para poder continuar.
Quiero tener mucho cuidado con lo que digo. No quiero ser insincero acerca
del tema. También pienso que la gente gay se juntan para poder respirar
juntos a través del dolor y de la sanación. Se unen para sentirse cómodos,
seguros, y festivos entre personas de ideas afines. Sin embargo, no estoy
convencido de que la comunidad gay se une para crecer. No pienso que ese
modelo, o esa metáfora es aquí el tema dominante. En vez de eso, es mas
bien un, “Somos lo que somos y estamos orgullosos de ello” Y eso está bien,
pero yo no quiero ser parte de ningún club. Yo soy universalista.
En primer lugar, no podemos tener esta discusión sin traer a colación el tema
del SIDA. Ha cambiado la naturaleza de la comunidad gay muy
profundamente. Sin embargo, en otros aspectos, no lo ha hecho. La cuestión
sobre qué hace ahora la comunidad gay, tiene que tener en cuenta ese tema.
Uno de los temas más profundamente metafísicos de la vida es la relación
entre el sexo y la muerte. Y el HIV lo ha puesto en primer plano. Aunque es
interpretado por diferentes segmentos de la población gay de formas
diferentes. Para los mas jóvenes grupos mas inmaduros, es el surfear en
aguas HIV-positivas, desde el punto de vista cínico de, “Me importa un bledo”
tipo de actitud. Juegan en el filo sin realmente comprender con lo que están
jugando. La muerte no es algo real para un adolescente.
Muchas de las personas con las que trabajo hoy en día tienen los Síntomas
del Sida. Hay un porcentaje de ellos que permanecen profundamente
anclados a su ira y auto-compasión y al sentimiento de haber sido
menospreciados por Dios. Y luego, hay un segmento de de hombres gay mas
maduro que se han aligerado y limpiado y te dirán, “Chico, prefiero estar aquí
que en esa mierda en la que estaba tan ocupado siendo el operario sexual”.
Han visto la superficialidad de muchas de sus pasadas relaciones y ahora
están buscando verdades mas profundas en la manera que se conectan con
otros seres humanos. Ese es el lado bello, y de ahí es de donde llega la parte
realmente excitante, y yo nunca he encontrado a la comunidad gay
particularmente compasiva anteriormente. Parte de ello era que yo estaba
haciendo el truco-o-trato durante todos aquellos años. Quiero decir, que yo
también estaba en la parte dura del sexo. No estaba teniendo relaciones ni
uniones a largo plazo. No las quería. No me sentía cómodo.
Desde luego, hay, mucho. El predicamento es que cuanto mas profundo sea
tu practica espiritual, mas consciente eres de que todo el mundo es
andrógeno. Por eso cuando decís “alma gay” algo en mi se agarra, ya que no
pienso en las almas ni como masculino ni femenino. Pienso que las almas
tienen karma que determina la forma en que se manifiestan, gay, hétero,
hombre o mujer. Pero no creo que las almas en si mismas tengan identidad
sexual alguna.
Estoy de acuerdo que el SIDA ha abierto muchos corazones y mentes. Aun así,
los hombres gay han construido una cultura basada ampliamente en el deseo
—la comercialización del sexo y del atractivo sexual. La sensibilidad gay es
muy Dionisiaca. Así que, ¿Cómo aprendemos a arraigar un nuevo equilibrio
en persecución de realización sexual realmente antitética a la iluminación
espiritual? ¿Pueden las dos existir en armonía?
Pero en una etapa aun posterior te das cuenta que la aversión te impide ser
libre—y tu quieres ser libre, no solamente extasiado. Así que empiezas a
regresar hacia quien eres, pasional y sin ataduras. Estas de lleno en la vida,
en participación alegre—el sexo es una celebración. Todo es maravilloso, y a
la vez todo está vacío. Esa es una etapa de maduración espiritual muy
evolucionada. No encuentro a la comunidad gay de ser un grupo muy
espiritualmente maduro o ansioso de avanzar. Pienso que están demasiado
atrapados en disfrutar el poder y los sistemas de deseo. De algunas maneras
me parece a mí como un tipo de reino infernal porque no va a ser suficiente.
¿Cómo nos movemos para salir de ahí? ¿Cómo puede el ser gay, ser
usado como “millo para el molino” del desarrollo interno?
Únicamente cuando hayas atravesando tu propia rebelión en contra de la
cultura por haberte eliminado de lo jugoso, luego obtenido el jugo, tener
todo lo que quieres, solo para ver que sigue siendo solo otro estado. Una vez
que obtienes una pareja, una cama sin ocultarte, y la libertad para caminar
por las calles sujetados de la mano, ¿entonces que harás? Pero no puedes
corto-circuitear ese proceso. Si alguien quiere un Cadillac, no les puedes
decir; “No lo tengas, porque seguirán ocupados en no tener el Cadillac; y no
se van a poder liberar. Serán alguien sin un Cadillac.
Uno de los problemas mas profundos que plagan a los hombres gay es el odio
interno-dirigido. La gente pude salir por ahí a las cabalgatas gay todo lo que
quiera, pero eso no significa que se han ocupado de la baja autoestima o de
su propia interiorizada-homofobia.
La gente con SIDA con la que trabajo están al filo de la condición humana; el
SIDA los han arrojado en el misterio. Lo que quiera que yo les haga o diga,
proviene desde un equilibrio mío, un equilibrio de percatar el sufrimiento
apesta, y es la gracia. Contemplo con asombro como trabaja el universo. Es
tan increíblemente, misteriosamente bello—el sufrimiento, el temor y todo
ello. Ellos me escuchan como persona empática que siente su dolor. Y
entonces mientras se sienten a salvo lo suficientemente, ellos se relajan, y
nos empezamos a encontrar en este otro lugar, el cual esta en el éxtasis y el
gozo y en la ecuanimidad y el placer en el juego del universo, incluyendo por
lo que están atravesando.
No te hace menos gay. El arte es el disfrutar de ser gay sin estar atrapado en
ello.
Vaya, eso es espinoso. Hay unas cuantas estrafalarias, como intentar estar en
paz con la vacuidad de todo. Yo diría que el continuo intento de liberar los
modelos acerca de la existencia hacia la riqueza del momento. Aun me aferro
a alguien o algo en alguna parte, el de ir a algún lado. Pero no me aferro
demasiado. Puedo ver esta correlación con la homosexualidad en algún nivel.
Tengo un tremendo rasgo perfeccionista en mí acerca de mi mismo. Y debido
a que no le hago justicia, y tengo que trabajarlo, me horrorizan las
imperfecciones debido a que quiero ser tan libre. Pero luego pienso que eso
es escurrir el bulto. A veces soy muy feroz, y la ferocidad no sale
necesariamente del amor, sale de ser juicioso, sale de mi propio dolor.
¿Cómo se correlaciona tu perfeccionismo con el ser gay?
Esa cualidad perfeccionista esta muy profunda en la gente gay, lo sé. Creo
que proviene de la indignidad y la insuficiencia, un sentido de querer ser
perfecto, para ser lo suficientemente querido. Si hago algo perfectamente,
puedo amarme a mi mismo. Me llevo la estrella dorada. Y eso es difícil
cuando eres humano; simplemente no puedes hacer las cosas lo
suficientemente perfectas.
Yo diría que si la gente gay que lee esto está realmente dispuesta a sentarse
y examinar sus propias mentes de forma sistemática, puede que
experimenten la libertar de deleitarse más con la vida y de su expresión gay
de la misma. Y verán que lo que son, no es gay, y ni es no-gay, y no es nada—
solo es consciencia. Realmente les reto a que hagan esa exploración por
ellos mismos antes de que escriban el guión de sus vidas en piedra. Porque si
hubiesen tomado un libro llamado Alma-Gay, estarían buscando problemas.
Y si están buscando problemas deberían poder conseguirlos. Alguien debería
decir, “Oye no te dejes atrapar por eso. Sigue con tu vida.” No hay necesidad
de etiquetarte para nada.