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SUPLEMENTO DE DERECHO CONSTITUCIONAL DOCTRINA

El juicio por jurados es incompatible con nuestro sistema institucional

Por Roberto Punte

“El “juez designado por la ley antes del hecho de la causa” del Art.18 es,
sin duda, un “juez técnico permanente”; y el veredicto del jurado no es
compatible con la doble instancia en materia penal -que debe ser plena,
tanto sobre los hechos y el derecho -que luego de la reforma de 1994 es
una exigencia de la Constitución a través de la Convención Americana de
Derechos Humanos(8º2-h)”.-

1.-La propuesta de instalar el “Juicio por Jurados” genera preguntas y reflexiones. Creo útil
empezar por el principio y referirme en general a este procedimiento íntimamente ligado al
sistema jurídico de Common Law. Aparece como uno de los puntos de la Carta Magna; y ya en el
Bill Of Rights de 1688 se expresa que deberá evitarse que personas corruptas o sin idoneidad se
desempeñen como jurados. Sin embargo hoy la institución se encuentra en retroceso en ese
país, mientras que, en cambio, arraigó firmemente en los Estados Unidos. En Inglaterra, a través
de sucesivos recortes parlamentarios ha sido limitado a las acciones por fraude, injurias y
calumnias, falsa denuncia y falsa detención, y para pocos casos en materia criminal.-
En los Estados Unidos se lo considera un privilegio constitucional propio de las garantías del
“debido proceso”, que, sin embargo, puede ser renunciado. No está ligado, pues, al mejor
funcionamiento del sistema, ni a una “participación popular” o “democrática”, sino que es un
privilegio al que puede acceder el acusado que quiere demostrar su inocencia. En la constitución
originaria, el Art. III, sección 2°, establecía que “el juzgamiento de todos los delitos…será por
jurados”, dentro del estado en que se había cometido el delito. Esta enunciación resultaba
insuficiente frente a las constituciones locales que tenían garantías más amplias respecto del
juicio por jurado y sus incidentes. La Enmienda 6° trató de salvar estas críticas. El texto dice “En
todos los procedimientos criminales el acusado tendrá el derecho a un juicio rápido y público por
un jurado imparcial del estado y distrito donde se haya cometido el delito, previamente
determinado por la ley y con derecho a ser informado de la naturaleza y causa de la acusación, a
ser careado con los testigos contrarios, a disponer del procedimiento compulsivo para obtener la
concurrencia de testigos a su favor y a tener asistencia letrada para su defensa”. La enmienda 7°
garantiza el juicio por jurado en los juicios civiles donde el valor en discusión exceda de U$S 20.
Mientras el texto del Art. III es imperativo, la enmienda se limita a decir que se tendrá derecho. En
consecuencia el juicio por jurado no es una exigencia constitucional sino un valioso privilegio
(“para prevenir la opresión por el Gobierno, o un Fiscal corrupto o fanático, o un Juez excéntrico,
prejuicioso o influenciable” (“Duncan cv.Louisiana” 1968), que una persona acusada por un delito
puede renunciar. De ahí que la mayoría de los juicios lleguen a su final por la asunción de culpa,
y la negociación de la pena o indemnización.-
Se entiende que el juicio por jurado es para los delitos mayores, y no se puede ejercer este
derecho en delitos menores. Hay otros casos en que tampoco se admite la intervención de jurado
como puede ser los habeas corpus, la deportación de extranjeros, las extradiciones, y todo lo
referido a las fuerzas armadas.-
No es un sistema rápido, pues resulta complejo el procedimiento de constituir el Jurado y por
cierto es oneroso. De ahí que la mayoría de los casos criminales y civiles son abreviados por
medio de las declaraciones de culpabilidad y acuerdos de indemnización. En Inglaterra las
tendencias restrictivas se basaron en que los juicios de jurados eran excesivamente largos y
costosos así como que en las condenas civiles había una gran tendencia a indemnizaciones altas
y muy desparejas entre los distintos jurados. En el sistema norteamericano, en donde la
indemnización tiene carácter punitivo, esto es visto como una virtud. En Inglaterra también la
presión en contra de los jurados en los casos criminales se ha basado en la falta de certeza, en
cuanto a la evaluación del hecho, con tendencias más bien absolutorias. Lo cierto es que el
régimen de jurados tiene su fortaleza en que al estar ligado de los principios de Common Law no
está circunscrito por reglas legales y tiene el poder práctico de seguir criterios no técnicos e
incluso apartarse de la ley. El sistema se basa en el sorteo de una lista de ciudadanos
previamente determinados, de manera de excluir del padrón posible las personas inhabilitadas o
con impedimentos, los que pueden incluir un vasto espectro: funcionarios de los 3 poderes,
abogados en ejercicio, personas con condenas, personas sin instrucción o analfabetos, etc. En
ese caso, se forma un jurado de 12(Grand Jury) o un jurado de 6 (Petit Jury) según el tipo de
delitos a juzgar o la legislación específica del Estado en que está. Por cierto esto obliga a una
muy cuidadosa selección e instrucción de los jurados, lo cual es uno de los aspectos procesales
que a veces tienden a alargar los casos, ya que se apoya sobre la idea de que el jurado se
conforme según una muestra transversal y representativa de la sociedad de pares que
corresponde al caso. ( “The Oxford Companion to The Supreme Court of The United Status”, pag.
786.).-
Los jurados no tienen obligación de dar razones para sus veredictos ni pueden ser penados por
no alcanzar ningún veredicto (Bushell Case, UK 1670). Hay severas penas para la difusión de los
debates de los jurados o por cualquier infidencia en esa materia. (Constitutional & Administrative
Law – John Alder; Macmillan- pag. 283, 333 y ccdtes.). En “Patton c/ USA – 1930” la Suprema
Corte especificó tres elementos esenciales en el juicio por jurado, en cuanto que debía ser
integrado por 12 personas, supervisado por un juez y requería unanimidad de veredicto. Sin
embargo, hoy se admite jurados de 6 personas y ha habido fallos que no requieren la unanimidad
de veredicto.-
En USA la institución se encuentra en crisis después del sonado juicio de O. J. Simpson, que fue
absuelto en sede penal de la acusación de haber asesinado a su esposa y al amante de ésta, y
condenado en sede civil a pagar una importante indemnización a los familiares de las víctimas,
por los mismos hechos, a través de dos jurados diferentes.-
El problema grave es el requisito de imparcialidad e independencia. En efecto, para lograr esto,
debe evitarse una selección de personas con prejuicios. De ahí un elaborado método para llegar
a ello. Hay por lo tanto un derecho de recusación de los posibles jurados, sin causa-hasta 3 en
algunas legislaciones-, así como con causa. Esto lo hemos visto muchas veces en el cine,
cuando se debate como causa de prejuicio, determinada raza, empleo o condición, evitando
cualquier sistema de peso o preferencia que altere la representación transversal de la comunidad.
La Corte trató en reiteradas ocasiones el tema de la discriminación racial por exclusión de los
negros, y ya en 1954 por la exclusión de personas de ascendencia mexicana (“Hernández v.
Texas”). Votos en disidencia se han referido a la selección por patrimonio, o por tipo de trabajo.
(La constitución americana – C.H.Pritchett – pag. 694/732/737). Ed. TEA). Otros problemas que
se suman son sobre la protección frente a extorsiones y amenazas, el pago de los ingresos
caídos y la reclusión en lugares adecuados mientras duran las deliberaciones.-
En la Europa Continental de régimen codificado similar al nuestro, los que han adoptado los
jurados -Francia, Alemania, más recientemente España - han seguido otro sistema: el
“escabinado”, que corresponde a un jurado formado parcialmente con jueces técnicos e
integrados con legos por sorteo que deben formar una proporción respecto de los técnicos.-
En el primer sistema, en general se entiende que los jurados deben juzgar exclusivamente sobre
si existió el delito, si este fue imputable a la persona y si existe responsabilidad del mismo,
dejando al juez técnico la fijación y modalidad de la pena o la aplicación de otras cuestiones. En
el jurado escabinado, en cambio, se admite una facultad más amplia para juzgar sobre los
hechos y el derecho.-
La opinión en general es que en realidad no existe tal distinción entre hechos y derecho, puesto
que siempre los hechos deben ser subsumidos dentro de un tipo penal (una muerte se relaciona
o no con algunas de las categorías jurídicas del homicidio, culposo, doloso, agravado,
preterintencional, etc.) y esto es inevitable, por lo cual no se puede escindir cabalmente la
calificación de los hechos respecto del encuadre normativo. De ahí que se haya concluido que
“sólo el jurado escabinado reúne las condiciones que exige la adecuación a nuestro
ordenamiento procesal penal” (Madariaga v. infra)
Existen una variedad de cuestiones conexas: si debe o no haber debate, pues para algunos
alteraría el sistema del jurado el que haya debate, pues si bien debe haber intercambio de
opiniones, cada uno debe formular la suya propia. En algunas normas se requiere unanimidad, y
en otro basta con la mayoría. Algunos admiten que el jurado se abstenga de emitir opinión, y otro
determinan que en ese caso, debe disolverse y pedir la designación de otro. (cfr.Sagüés, ”El
Juicio penal Oral y el juicio por jurados en la Constitución Nacional”, ED 92:905 “; Spota Alberto
A.”Juicio por Jurados”-ED 170, 1217; Madariaga Rodolfo E.”Inserción del juicio por jurados en el
Ordenamiento Procesal Penal Argentino”, ED 173:986; Bruzzone, Gustavo A.”Acerca de la
vigencia del mandato constitucional del juicio por jurados y su relación con los procedimientos
abreviados”, ED 1831207; Castro Julio Cesar “El juicio por jurados o el juicio conjurado”, ED
180:1999; y sus citas, entre otros)
2.-Con estos antecedentes, es comprensible que nunca pudo la institución hacer pie en nuestro
país; a pesar de que está mencionada tres veces en la Constitución: el Art. 24 (“El congreso
promoverá la reforma de la actual legislación en todos sus ramos y el establecimiento del Juicio
por jurados”), y, concordante el 67 inc. 11, hoy Art. 75 inc. 12, (“Corresponde al
Congreso….Dictar…leyes generales para toda la Nación…las que requiera el establecimiento del
juicio por jurados” )y el 102, hoy 118, (“Todos los juicios los juicios criminales ordinarios, que no
se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados, se terminaran por
jurados, luego que se establezca en la Republica esta Institución. La actuación de estos juicios se
hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando este se cometa
fuera de los limites de la Nación contra el Derecho de Gentes, el Congreso determinará por un ley
especial el lugar en que haya de seguirse el juicio”.Esto fue aprobado sin debate en 1853, y
derogado del mismo modo en 1949; quedando restablecido junto con aquella a partir de 1957.-
Siempre la tuve como un buen ejemplo académico de norma en desuetudo. En la doctrina clásica
se ha admitido la abrogación de la ley por su no uso, como acto negativo admitiéndose la pérdida
de fuerza de la ley cuando cesan los motivos o causas que dieron lugar a su dictado; y creo este
es el caso de los jurados (Cfr.Sagües, art.cit.)
Desde ya sostengo que esto se debe tanto a razones prácticas como a la contradicción que
existe entre un régimen cercano a la libre convicción, en contra de nuestro sistema codificado,
que exige además jueces técnicos permanentes y un acceso pleno de apelación a la segunda
instancia.-
3.-Cabe preguntarse si esto forma parte de un plan o se trata de una medida, dentro de un lista
de ellas. Para que algo merezca llamarse “plan” es necesario como mínimo un previsión
organizada y escrita de medios – materiales y humanos-, tiempos de ejecución, en función de
objetivos definidos, que admita control de su gestión y avances de cumplimiento así como
mecanismos de corrección de los desvíos o solución de los inconvenientes que vayan surgiendo.
No es este el caso del publicado “Plan Estratégico de Justicia y Seguridad”(www.jus.gov.ar) del
que transcribo a continuación lo referido a este tema:
.JUICIOS POR JURADO.

• El proyecto de Ley tiene por objeto el establecimiento del Juicio por Jurados, cumpliendo
finalmente con lo dispuesto en los artículos 24, 75 inciso 12, y 118 de la Constitución Nacional.
Esta iniciativa, además, constituye uno de los ejes principales del capítulo de participación
ciudadana de nuestro plan ya que, complementado con la reforma y descentralización de
Juzgados y Fiscalías, acerca a la población una administración de Justicia que aquella percibe
como lejana, obscura e ineficiente.

Ejes del proyecto


• Se establece como competencia del Tribunal de jurados los delitos con pena privativa de la
libertad de 6 o más años y delitos cometidos por funcionarios públicos. Se excluyen los casos
que tramitan en el proceso rápido por detención in fraganti.
• El imputado o su defensor pueden renunciar al juicio por jurados, pero deberán contar con la
anuencia del Fiscal o del querellante.
• El Juicio y su etapa preliminar será dirigido por un Juez de Tribunal Oral o por el Tribunal Oral
en Pleno (tres jueces) si así lo solicita el acusado o los Magistrados lo consideren necesario en
atención a la complejidad del caso.
• Se establecen los requisitos (edad, instrucción, domicilio, residencia y aptitud) y las
incompatibilidades para ser jurado.
• Integración: 12 miembros titulares y 6 suplentes, que surgirán de un padrón de ciudadanos
elaborado en la Cámara Nacional Electoral.
• Asimismo se regula el sistema de sorteo del padrón, citaciones, excusaciones y recusaciones
con o sin causa.
• El debate será dirigido por el Juez del Tribunal Interviniente, donde se producirá toda la
prueba durante la audiencia, luego las partes presentarán oralmente sus conclusiones frente a
los jurados, proponiendo su veredicto. La última palabra siempre corresponderá al defensor del
imputado.
• El jurado deliberará en sesión secreta y continua. La votación también será secreta.
• El veredicto, dictado en nombre del pueblo, debe versar sobre las siguientes cuestiones:
a. ¿Está probado o no el hecho en que se sustenta la acusación?
b. ¿Es culpable o no culpable el acusado?
• El veredicto de culpabilidad requerirá 9 votos. El de no culpabilidad solo requerirá el voto
favorable de 7 de sus miembros. En caso de no alcanzarse ninguna de las mayorías
mencionadas, se debatirá y votará nuevamente hasta 3 veces y de mantenerse la situación se
absolverá al acusado.
• El Juez individualizará luego la pena. Del juicio, sin perjuicio de la eventual versión
taquigráfica, grabación o filmación, se labrará acta con los datos de las partes, jurados, jueces,
peritos y testigos, de las conclusiones de los alegatos, del veredicto y de las demás
circunstancias que indiquen las partes o el Tribunal. La Sentencia se dicta según las reglas
comunes del C.P.P, pero en lugar de los fundamentos de la decisión contendrá la transcripción
del veredicto del jurado.

La razón públicamente esgrimida es el “control ciudadano” de la justicia penal, como modo de


acercar a la población a la justicia “lejana, oscura, e ineficiente”. Esto se fundaría en un “carácter
democrático”: sin embargo este principio carece de verdadero contenido, pues tampoco puede
sostenerse que la justicia del Estado Argentino sea constitucionalmente “antidemocrática”, o
menos democrática. Poner en tela de juicio esto, implicaría tener en entredicho todo el sistema
representativo de la República. No es la democracia la calificación última del ejercicio de cargos
públicos sino la idoneidad, y esta falta como requisito en un jurado que se designe por sorteo.
Una cosa resulta clara, y es que no se trata de un procedimiento rápido. Es decir, la formación del
jurado es un verdadero pre-juicio que incluye el sorteo, el debate sobre las tachas e
impugnaciones, la posibilidad de recusar sin causa al menos a algunos de los miembros del
jurado, por ejemplo hasta 3, y la posibilidad de recusar con causa a otros, todo lo cual genera un
largo debate, que de ninguna manera celera el proceso. Por otra parte existen dificultades
prácticas vinculadas con el aislamiento del jurado durante el tiempo de las deliberaciones, el pago
de un salario por los días perdidos de trabajo, la locación de los mismos en un sitio especial –
hotel, etc.- mientras dura su tarea, y eventualmente la realización de medidas protectivas frente a
agresiones o intervenciones en su intimidad. No es pues un sistema sencillo, y por cierto es más
oneroso que el régimen del juicio por jueces técnicos. Sobre esto nada dice el “Plan”.-
Como se ve, no hay en esta propuesta enfoque de las cuestiones prácticas, ni solución a las de
carácter técnico, que he mencionado.-

4.-En mi opinión el diagnostico previo a la propuesta es básicamente equivocado. Lo


profundamente “oscuro”-en el sentido de no transparente-; insoportablemente ineficiente y
terriblemente lenta, es la investigación criminal previa al juicio. Tomemos el caso García Belsunce
como muestra: aquí no esta fallando el “juicio”-ya sea el oral y publico de nuestra ley actual o el
hipotético de jurados del futuro potencial- sino la investigación que es una institución cada vez
mas caotizada por las sucesivas reformas e innovaciones que se superponen en capas
geológicas correspondientes a los vaivenes de la política menor y los inventores del paraguas
que se suceden al frente a los ministerios responsables. Investigaban las policías, luego ya no,
investigaban los jueces pero tampoco, investigan los fiscales pero no tanto. Las querellas
particulares son de palo. Ahora, frente a la desesperación de la ineficacia de semejante disparate
las investigaciones importantes han pasado a fundarse en informes secretos de “inteligencia”-
reunidos en escuchas telefónicas sin control, informantes que no se pueden mostrar. etc..- con lo
que estamos retrocediendo al sistema veneciano de la época de los Dux. La primera crisis de la
justicia penal está en el caos y la falta de profesionalidad de la investigación previa, con lo cual
los jueces se encuentran ante hechos insuficientes, nada claros y contradictorios entre sí. Otro
problema es la excesiva ideologización de las garantías durante el proceso- que ya no parece
mas un procedimiento para encontrar la verdad sino uno para confundirla – y la perdida del
concepto de lealtad, buena fe y tener en cuenta la responsabilidad por los propios actos, que
terminan en convertir a la etapa previa en un vasto semillero de nulidades.-
5.- Los que apoyan la medida se fundan además en la reiterada mención constitucional del
instituto. Sobre estas normas existe hasta ahora coincidencia en que las mismas configuran un
contenido programático, de las que hay muchas en la Constitución (p. ej. salario vital móvil,
derecho a la vivienda digna etc..) e implican un “programa” respecto del cual el Estado debe
adoptar las medidas tendientes a su efectividad, en la medida de las posibilidades, que en este
caso yo creo no existen, puesto que hay una colisión clara con el sistema normativo vigente.-
El modelo norteamericano, que sin duda es su fuente, se fundaba, sobre todo, en la distinción
entre jueces del hecho – los jurados- y jueces del derecho – los magistrados judiciales- que no
tiene cabida en nuestra Constitución donde se expresa con toda claridad que corresponde a los
tribunales el juzgamiento de los casos excluyendo compartir esta responsabilidad institucional
con tribunales o jueces ad hoc. El texto del Art..116 es expreso en cuanto que corresponde a la
Corte y a los tribunales inferiores el “conocimiento y decisión de todas las causas”, lo que acarrea
una insoslayable contradicción con el también expreso texto sobre los jurados del Art. 118.Creo
que no puede sino valorarse las consecuencia de la posible inserción de los jurados dentro de un
régimen de otras normas que, sin duda, ni los contemplan ni son compatibles.-
En efecto, el “juez designado por la ley antes del hecho de la causa” del Art.18 es, sin duda, un
“juez técnico permanente”(Claria Olmedo, Tratado..p.63). Tal es así que en la reforma de 1949 el
jurado se suprimió, sin entrar a debate la razón de tal eliminación.-
No he visto criticas al sistema de juicio oral por tribunal colegiado que hasta ahora venia
publicitado como un gran avance, y que nuestros catedráticos proponían como modelo en otros
países latinoamericanos.-
Sí, tengo presente lo malo de legislar apurado y fuera de contexto, porque precisamente ese
sistema de tribunal oral de instancia única tuvo de que ser emparchado de inmediato pues no
contemplaba la doble instancia en materia penal que es una exigencia de la Constitución a través
de la Convención Americana de Derechos Humanos(8º2-h). De acuerdo con la jurisprudencia de
la Comisión y de nuestra Corte Suprema (in re Giroldi; in re Maqueda, cfr.ED 163:161 y
164:1238) igual objeción –esta de la doble instancia, que debe ser plena, tanto sobre los hechos
y el derecho-impide hoy por hoy establecer el Juicio por Jurados, lo que no aparece contemplado
en la propuesta, lo que es una evidencia de la mencionada desconexión del proyecto respecto del
resto del sistema.-
La propuesta sigue, sin duda, el referido modelo norteamericano y no puedo evitar pensar en la
tendencia “cosmética” que, en su momento hizo que la Policía Federal adoptara el uniforme de
los policías de Nueva York o que el peso tenga el formato exterior del dólar.-

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