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“El “juez designado por la ley antes del hecho de la causa” del Art.18 es,
sin duda, un “juez técnico permanente”; y el veredicto del jurado no es
compatible con la doble instancia en materia penal -que debe ser plena,
tanto sobre los hechos y el derecho -que luego de la reforma de 1994 es
una exigencia de la Constitución a través de la Convención Americana de
Derechos Humanos(8º2-h)”.-
1.-La propuesta de instalar el “Juicio por Jurados” genera preguntas y reflexiones. Creo útil
empezar por el principio y referirme en general a este procedimiento íntimamente ligado al
sistema jurídico de Common Law. Aparece como uno de los puntos de la Carta Magna; y ya en el
Bill Of Rights de 1688 se expresa que deberá evitarse que personas corruptas o sin idoneidad se
desempeñen como jurados. Sin embargo hoy la institución se encuentra en retroceso en ese
país, mientras que, en cambio, arraigó firmemente en los Estados Unidos. En Inglaterra, a través
de sucesivos recortes parlamentarios ha sido limitado a las acciones por fraude, injurias y
calumnias, falsa denuncia y falsa detención, y para pocos casos en materia criminal.-
En los Estados Unidos se lo considera un privilegio constitucional propio de las garantías del
“debido proceso”, que, sin embargo, puede ser renunciado. No está ligado, pues, al mejor
funcionamiento del sistema, ni a una “participación popular” o “democrática”, sino que es un
privilegio al que puede acceder el acusado que quiere demostrar su inocencia. En la constitución
originaria, el Art. III, sección 2°, establecía que “el juzgamiento de todos los delitos…será por
jurados”, dentro del estado en que se había cometido el delito. Esta enunciación resultaba
insuficiente frente a las constituciones locales que tenían garantías más amplias respecto del
juicio por jurado y sus incidentes. La Enmienda 6° trató de salvar estas críticas. El texto dice “En
todos los procedimientos criminales el acusado tendrá el derecho a un juicio rápido y público por
un jurado imparcial del estado y distrito donde se haya cometido el delito, previamente
determinado por la ley y con derecho a ser informado de la naturaleza y causa de la acusación, a
ser careado con los testigos contrarios, a disponer del procedimiento compulsivo para obtener la
concurrencia de testigos a su favor y a tener asistencia letrada para su defensa”. La enmienda 7°
garantiza el juicio por jurado en los juicios civiles donde el valor en discusión exceda de U$S 20.
Mientras el texto del Art. III es imperativo, la enmienda se limita a decir que se tendrá derecho. En
consecuencia el juicio por jurado no es una exigencia constitucional sino un valioso privilegio
(“para prevenir la opresión por el Gobierno, o un Fiscal corrupto o fanático, o un Juez excéntrico,
prejuicioso o influenciable” (“Duncan cv.Louisiana” 1968), que una persona acusada por un delito
puede renunciar. De ahí que la mayoría de los juicios lleguen a su final por la asunción de culpa,
y la negociación de la pena o indemnización.-
Se entiende que el juicio por jurado es para los delitos mayores, y no se puede ejercer este
derecho en delitos menores. Hay otros casos en que tampoco se admite la intervención de jurado
como puede ser los habeas corpus, la deportación de extranjeros, las extradiciones, y todo lo
referido a las fuerzas armadas.-
No es un sistema rápido, pues resulta complejo el procedimiento de constituir el Jurado y por
cierto es oneroso. De ahí que la mayoría de los casos criminales y civiles son abreviados por
medio de las declaraciones de culpabilidad y acuerdos de indemnización. En Inglaterra las
tendencias restrictivas se basaron en que los juicios de jurados eran excesivamente largos y
costosos así como que en las condenas civiles había una gran tendencia a indemnizaciones altas
y muy desparejas entre los distintos jurados. En el sistema norteamericano, en donde la
indemnización tiene carácter punitivo, esto es visto como una virtud. En Inglaterra también la
presión en contra de los jurados en los casos criminales se ha basado en la falta de certeza, en
cuanto a la evaluación del hecho, con tendencias más bien absolutorias. Lo cierto es que el
régimen de jurados tiene su fortaleza en que al estar ligado de los principios de Common Law no
está circunscrito por reglas legales y tiene el poder práctico de seguir criterios no técnicos e
incluso apartarse de la ley. El sistema se basa en el sorteo de una lista de ciudadanos
previamente determinados, de manera de excluir del padrón posible las personas inhabilitadas o
con impedimentos, los que pueden incluir un vasto espectro: funcionarios de los 3 poderes,
abogados en ejercicio, personas con condenas, personas sin instrucción o analfabetos, etc. En
ese caso, se forma un jurado de 12(Grand Jury) o un jurado de 6 (Petit Jury) según el tipo de
delitos a juzgar o la legislación específica del Estado en que está. Por cierto esto obliga a una
muy cuidadosa selección e instrucción de los jurados, lo cual es uno de los aspectos procesales
que a veces tienden a alargar los casos, ya que se apoya sobre la idea de que el jurado se
conforme según una muestra transversal y representativa de la sociedad de pares que
corresponde al caso. ( “The Oxford Companion to The Supreme Court of The United Status”, pag.
786.).-
Los jurados no tienen obligación de dar razones para sus veredictos ni pueden ser penados por
no alcanzar ningún veredicto (Bushell Case, UK 1670). Hay severas penas para la difusión de los
debates de los jurados o por cualquier infidencia en esa materia. (Constitutional & Administrative
Law – John Alder; Macmillan- pag. 283, 333 y ccdtes.). En “Patton c/ USA – 1930” la Suprema
Corte especificó tres elementos esenciales en el juicio por jurado, en cuanto que debía ser
integrado por 12 personas, supervisado por un juez y requería unanimidad de veredicto. Sin
embargo, hoy se admite jurados de 6 personas y ha habido fallos que no requieren la unanimidad
de veredicto.-
En USA la institución se encuentra en crisis después del sonado juicio de O. J. Simpson, que fue
absuelto en sede penal de la acusación de haber asesinado a su esposa y al amante de ésta, y
condenado en sede civil a pagar una importante indemnización a los familiares de las víctimas,
por los mismos hechos, a través de dos jurados diferentes.-
El problema grave es el requisito de imparcialidad e independencia. En efecto, para lograr esto,
debe evitarse una selección de personas con prejuicios. De ahí un elaborado método para llegar
a ello. Hay por lo tanto un derecho de recusación de los posibles jurados, sin causa-hasta 3 en
algunas legislaciones-, así como con causa. Esto lo hemos visto muchas veces en el cine,
cuando se debate como causa de prejuicio, determinada raza, empleo o condición, evitando
cualquier sistema de peso o preferencia que altere la representación transversal de la comunidad.
La Corte trató en reiteradas ocasiones el tema de la discriminación racial por exclusión de los
negros, y ya en 1954 por la exclusión de personas de ascendencia mexicana (“Hernández v.
Texas”). Votos en disidencia se han referido a la selección por patrimonio, o por tipo de trabajo.
(La constitución americana – C.H.Pritchett – pag. 694/732/737). Ed. TEA). Otros problemas que
se suman son sobre la protección frente a extorsiones y amenazas, el pago de los ingresos
caídos y la reclusión en lugares adecuados mientras duran las deliberaciones.-
En la Europa Continental de régimen codificado similar al nuestro, los que han adoptado los
jurados -Francia, Alemania, más recientemente España - han seguido otro sistema: el
“escabinado”, que corresponde a un jurado formado parcialmente con jueces técnicos e
integrados con legos por sorteo que deben formar una proporción respecto de los técnicos.-
En el primer sistema, en general se entiende que los jurados deben juzgar exclusivamente sobre
si existió el delito, si este fue imputable a la persona y si existe responsabilidad del mismo,
dejando al juez técnico la fijación y modalidad de la pena o la aplicación de otras cuestiones. En
el jurado escabinado, en cambio, se admite una facultad más amplia para juzgar sobre los
hechos y el derecho.-
La opinión en general es que en realidad no existe tal distinción entre hechos y derecho, puesto
que siempre los hechos deben ser subsumidos dentro de un tipo penal (una muerte se relaciona
o no con algunas de las categorías jurídicas del homicidio, culposo, doloso, agravado,
preterintencional, etc.) y esto es inevitable, por lo cual no se puede escindir cabalmente la
calificación de los hechos respecto del encuadre normativo. De ahí que se haya concluido que
“sólo el jurado escabinado reúne las condiciones que exige la adecuación a nuestro
ordenamiento procesal penal” (Madariaga v. infra)
Existen una variedad de cuestiones conexas: si debe o no haber debate, pues para algunos
alteraría el sistema del jurado el que haya debate, pues si bien debe haber intercambio de
opiniones, cada uno debe formular la suya propia. En algunas normas se requiere unanimidad, y
en otro basta con la mayoría. Algunos admiten que el jurado se abstenga de emitir opinión, y otro
determinan que en ese caso, debe disolverse y pedir la designación de otro. (cfr.Sagüés, ”El
Juicio penal Oral y el juicio por jurados en la Constitución Nacional”, ED 92:905 “; Spota Alberto
A.”Juicio por Jurados”-ED 170, 1217; Madariaga Rodolfo E.”Inserción del juicio por jurados en el
Ordenamiento Procesal Penal Argentino”, ED 173:986; Bruzzone, Gustavo A.”Acerca de la
vigencia del mandato constitucional del juicio por jurados y su relación con los procedimientos
abreviados”, ED 1831207; Castro Julio Cesar “El juicio por jurados o el juicio conjurado”, ED
180:1999; y sus citas, entre otros)
2.-Con estos antecedentes, es comprensible que nunca pudo la institución hacer pie en nuestro
país; a pesar de que está mencionada tres veces en la Constitución: el Art. 24 (“El congreso
promoverá la reforma de la actual legislación en todos sus ramos y el establecimiento del Juicio
por jurados”), y, concordante el 67 inc. 11, hoy Art. 75 inc. 12, (“Corresponde al
Congreso….Dictar…leyes generales para toda la Nación…las que requiera el establecimiento del
juicio por jurados” )y el 102, hoy 118, (“Todos los juicios los juicios criminales ordinarios, que no
se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados, se terminaran por
jurados, luego que se establezca en la Republica esta Institución. La actuación de estos juicios se
hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando este se cometa
fuera de los limites de la Nación contra el Derecho de Gentes, el Congreso determinará por un ley
especial el lugar en que haya de seguirse el juicio”.Esto fue aprobado sin debate en 1853, y
derogado del mismo modo en 1949; quedando restablecido junto con aquella a partir de 1957.-
Siempre la tuve como un buen ejemplo académico de norma en desuetudo. En la doctrina clásica
se ha admitido la abrogación de la ley por su no uso, como acto negativo admitiéndose la pérdida
de fuerza de la ley cuando cesan los motivos o causas que dieron lugar a su dictado; y creo este
es el caso de los jurados (Cfr.Sagües, art.cit.)
Desde ya sostengo que esto se debe tanto a razones prácticas como a la contradicción que
existe entre un régimen cercano a la libre convicción, en contra de nuestro sistema codificado,
que exige además jueces técnicos permanentes y un acceso pleno de apelación a la segunda
instancia.-
3.-Cabe preguntarse si esto forma parte de un plan o se trata de una medida, dentro de un lista
de ellas. Para que algo merezca llamarse “plan” es necesario como mínimo un previsión
organizada y escrita de medios – materiales y humanos-, tiempos de ejecución, en función de
objetivos definidos, que admita control de su gestión y avances de cumplimiento así como
mecanismos de corrección de los desvíos o solución de los inconvenientes que vayan surgiendo.
No es este el caso del publicado “Plan Estratégico de Justicia y Seguridad”(www.jus.gov.ar) del
que transcribo a continuación lo referido a este tema:
.JUICIOS POR JURADO.
• El proyecto de Ley tiene por objeto el establecimiento del Juicio por Jurados, cumpliendo
finalmente con lo dispuesto en los artículos 24, 75 inciso 12, y 118 de la Constitución Nacional.
Esta iniciativa, además, constituye uno de los ejes principales del capítulo de participación
ciudadana de nuestro plan ya que, complementado con la reforma y descentralización de
Juzgados y Fiscalías, acerca a la población una administración de Justicia que aquella percibe
como lejana, obscura e ineficiente.