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MACROECONOMIA BÁSICA

Traducido por: Lic. C. Castillo L. MBA


Tomado de “The Economist”, septiembre, 2005.

Ahorro e Inversión en el Mundo: Una disyuntiva


Imbalances en la Economía Mundial

Algunos economistas arguyen que los imbalances en la economía mundial pueden ser
resultado, en parte, de un flujo de ahorros desde los países en desarrollo que están
llenando activos americanos. Sin embargo, nuevos reportes del FMI y del BM indican
que el problema puede radicar en otra parte.

Los conservadores americanos prefieren prescribir la responsabilidad personal como una


cura para las enfermedades financieras de los pobres. Hay cierta cantidad de placer, por
lo tanto, en ver la holgura fiscal americana como contribuyente a esos imbalances que
están amenazando la salud de la economía mundial Ese es precisamente el veredicto del
nuevo capítulo sobre ahorros e inversiones en la previsión económica mundial del FMI.
El documento subraya el peligro que surge en la dependencia extrema de la economía
mundial en la conducta de los consumidores americanos para que aumenten las
exportaciones hacia ellos desde el resto del mundo.

Aunque la economía europea no ha estado muy fuerte y la economía mundial no se ha


mantenido al ritmo del crecimiento del año pasado, el PIB mundial todavía crece a un
crecimiento más alto del promedio. Aún Japón, trabado en una recesión económica
durante los últimos diez años, ha comenzado a recuperarse.

Pero, grises nubes se han estado acumulando en el horizonte ya desde hace algún tiempo.
Las economías de mercado emergentes, particularmente en Asia, tienen altos superávits
de cuenta corriente, manteniendo sus explosiones económicas a través de un flujo
sostenido de exportaciones, especialmente hacia Estados Unidos. Y en una imagen de
espejo, la cuenta corriente deficitaria de Estados Unidos ha aumentado 5% del PIB.

Los ahorros de las familias han bajado a niveles negligentes conforme los
estadounidenses han mermado sus activos y se han endeudado para mantener la euforia
del gasto. Aún así, si el consumidor americano fallara, como se prevé próximamente, el
resto del mundo también tropezará.

Aún más, los economistas están cada vez más alarmados de que la salud económica de
EUA (y por lo tanto del mundo) descansa en el mercado inmobiliario que cada vez más
parece una burbuja. Cuando ésta burbuja reviente, temen, toda la economía puede
derrumbarse.

Pero si los economistas están de acuerdo en que el nivel de deuda de EUA es peligroso,
todavía no se ponen de acuerdo en cuanto a quién culpar por esto. Los críticos del
presidente Bush apuntan hacia el déficit presupuestario del gobierno. Los que lo apoyan
indican que es por causa de los consumidores que gastan mucho y por el mercado
inmobiliario y arguyen que los ahorros mundiales están echándole capital en exceso,

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particularmente Asia, hacia los mercados financieros de EUA. Esto, indican, es la causa
por la que las tasas de interés a largo plazo han permanecido bajos, aunque la Reserva
Federal ha progresivamente apretado su política monetaria.

Estados Unidos no es el único país donde los ahorros han caído. A nivel mundial los
ahorros empezaron a caer en la parte final de la década de los 90, llegando al nivel más
bajo en 2002. Se han recuperado modestamente en los últimos años. Esta caída es más
que todo causada por los países industriales donde los ahorros y las inversiones han
estado en una tendencia hacia la baja desde los 70s, debido a una reducción severa en
ahorros personales que a pesar de un incremento en los ahorros corporativos no se ha
logrado equiparar. Los ahorros en los mercados emergentes y en los países productores
de petroleo han aumentado en este período de tiempo, pero no lo suficiente como para
darle vuelta a la tendencia.

Entonces por qué de repente se vuelve un tema tan relevante el Ahorro? Y aunque haya
un superávit, por qué fluye hacia donde no debiera –del mundo en desarrollo, donde los
retornos de capital debieran ser más altos, hacia economías maduras como la de Estados
Unidos?

El reporte del FMI ofrece una explicación: Lo que el mundo está padeciendo no es tanto
una explosión de Ahorros, sino un déficit de Inversión, tanto en países ricos como pobres.
En los mercados emergentes y las naciones exportadoras de petróleo, que aún sienten los
efectos de la crisis financiera asiática de 1997-1998, la demanda de capital no se ha
mantenido al nivel de la oferta. Los consumidores, por lo tanto, han decidido enviar su
dinero hacia el mundo occidental.

Las figuras del FMI sugieren que esto no es tan irracional como parece. Aunque en teoría
los retornos de capital debieran ser más altos en el mundo en desarrollo, donde las
economías permanecen trabajo-intensivas, en la práctica la historia se vuelve más
complicada. Los mercados financieros observaron un retorno en el capital agregado de
13.3% durante el período de 1994-2003, comparado con un 7.8% en el grupo del G7 de
países industrializados. Pero las inversiones en mercados emergentes son más riesgosas,
debido a que sus economías tienden a ser más volátiles y sus instituciones tienden a ser
más débiles.

Además, el retorno en el capital agregado puede que no sea una buena guía para los
retornos que los inversionistas realmente esperan. El crecimiento podría estar
concentrado en empresas más pequeñas en las que es más difícil invertir, por ejemplo, o
la información puede que no sea fidedigna. De hecho, el análisis del FMI sugiere que la
tasa interna de retorno del capital invertido en empresas financiadas públicamente en
mercados emergentes ha sido bastante pobre durante la última década, aún antes de que el
riesgo de tipo de cambio se tome en cuenta.

Pero la Inversión ha bajado en el mundo rico también: los ríos de capital no han fluído
directamente hacia las empresas sino hacia los mercados financieros para el crédito de
consumidores y del gobierno, donde presumiblemente están haciendo poco para

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incrementar la habilidad de la economía receptora para repagar los préstamos en el
futuro. Lo cual significa una inhibición del consumidor cuando las tasas de interés
aumenten o cuando toque pagar las deudas, lo cual lastimará a los mercados emergentes
si éstos no trabajan más duro para generar demanda doméstica, en lugar de confiar
solamente en exportaciones para su crecimiento.

Entonces, cuál es la cura para esta situación? Más bajos niveles de ahorro en los
mercados financieros? Esto sería un desastre, de acuerdo al nuevo reporte del Banco
Mundial llamado: “Dónde está la Riqueza de las Naciones?” Muchos países en
desarrollo, indica el banco, están ahorrando de por sí muy poco.

Tradicionalmente, el ahorro nacional se calcula simplemente como el ingreso nacional


menos el consumo. Pero esto, arguye el Banco, ignora importantes cambios subyacentes
en la capacidad productiva de la sociedad. Debería la educación, por ejemplo, tomarse
como consumo, o como una inversión en capital humano que permitirá a la nación
producir más en años futuros? Y del otro lado, cada dólar ganado al vender recursos
naturales finitos como petróleo o diamantes representa un decrecimiento incremental en
la habilidad del país para generar riqueza en los años venideros. Si se toman en cuenta
cosas como estas, indica el banco, muchos países en desarrollo, especialmente en Africa
y el Medio Oriente, están acabándose su riqueza a un ritmo rápido –aunque en Asia, aún
con estos ajustes, los ahorros son todavía altos.

Como el Banco Mundial, el FMI no piensa que bajar las tasas de ahorro en países en
desarrollo sería la respuesta a esta disyuntiva. Identifica otras cosas que pudieran hacer
la diferencia: más altos niveles de ahorro nacional en Estados Unidos, una recuperación
de inversión en Asia, y un incremento en la tasa de crecimiento en PIB real de Europa y
Japón.

Fácil de decir, difícil de implementar. Las tasas de interés más altas tendrían solamente
un efecto limitado en la tasa de ahorro de Estados Unidos. Balancear el presupuesto
podría hacer más, pero parece haber poca voluntad política para decirle a los americanos
de que deben pagar por los programas de su gobierno. Al otro lado del Atlántico, los
gobiernos europeos están encontrando dificultades para realizar las clases de reformas
estructurales que podrían impulsar sus tasas de crecimiento tan débiles, y el Banco
Central Europeo ha permanecido renuente a proporcionar un estímulo monetario a través
de una disminución de la tasa de interés. Tampoco el gobierno japonés, a pesar de las
señales de una recuperación, ha encontrado una fórmula para impulsar su tasa de
crecimiento a largo plazo. Es más fácil diagnosticar la enfermedad que lograr una cura.

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