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El aborto se define como la acción de abortar, es decir, la acción de interrumpir y expulsar el


producto, muerto o antes de que esté en condiciones de vivir independientemente.

Dentro de este fenómeno se deben diferenciar dos grandes tipos de abortos, los espontáneos o
naturales y los inducidos artificialmente.

Los primeros, espontáneos o naturales, son aquellos en los que no se encuentra presente ninguna
decisión personal sobre tal hecho, sino que el propio organismo expulsa el producto debido a
diferentes procesos: malformaciones del producto o de la placenta como la placenta previa,
desprendimiento de placenta, etc.

En el segundo, artificial, es aquel que se realiza atendiendo a una decisión personal, bien por un
consejo médico o bien por un deseo personal.

El aborto, legal o ilegal también daña física y psicológicamente a la mujer y hasta puede acarrearle
la muerte. La propaganda pro abortista continuamente proclama la mentira de que el aborto legal
es médicamente "seguro", y de que es necesario legalizarlo o despenalizarlo debido a la gran
cantidad de muertes maternas causadas por el aborto ilegal. Esta estrategia para legalizar el aborto
se llama engañosamente "Maternidad sin riesgos".

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Esterilidad. Culpabilidad
Abortos espontáneos Impulsos suicidas
Embarazos ectópicos. Sensación de pérdida
Nacimientos de niños muertos Insatisfacción
Trastornos menstruales. Sentimiento de luto
Hemorragia. Preocupación por la muerte
Infecciones Ira/ Rabia

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) de México, las muertes por
complicaciones del embarazo y parto como son las toxemias y las hemorragias se encuentran
relacionadas con el aborto, de lo anterior el estudio denominado ´la maternidad sin riesgos en
América latina y el caribeµ, realizado por Familiy Care International, muestra en una tabla sobre la
mortalidad materna en México durante 1985.

Los datos corresponden a los obtenidos por la Encuesta Nacional de Fecundidad, realizada en 1987,
después de la cual no se ha realizado otra mas, por lo que desde esta fecha no existen nuevas cifras
estimadas a nivel nacional, las cifras proporcionadas fueron el 1990, el Dr. Jorge Oropeza Morales,
Subdirector del Hospital General de Balbuena, se practican 2,000, 000 de abortos clandestinos al
año, Para 1993, el Dr. Raúl López García Subdirector General Médico, del Instituto Nacional de
Perinatología, en su ponencia presentada en la Conferencia sobre Maternidad sin Riesgos en
México, realizada en Cocoyoc en febrero, indico en su ponencia titulada ´El aborto como
problema de salud públicaµ que : ´en el país ocurren aproximadamente 4,200,000 embarazos por
año, de los cuales sólo llega al término de la gestación el 60%; el resto, es decir 1,700,000 se pierden
en sus etapas tempranas. En este orden de ideas, es conveniente señalar que los cálculos más
conservadores sugieren que la mitad de estas pérdidas se refieren a abortos inducidos y que
aproximadamente 850,000 casos se tratan de abortos espontáneos.µ

En 1993, se observaba una amplia diferencia entre las estimaciones de la tasa de mortalidad
materna en México, por cada 100 mil nacidos vivos, por parte de:

· Estimación oficial (INEGI 1990): 54.3

· Estimación organización Panamericana

Para 19954 y 1995 las cifras e informaciones oficiales sobre aborto y mortalidad materna señalaban
que ´Los datos disponibles indican que en la actualidad aproximadamente una de cada cinco
mujeres entre 15 y 49 años de edad, ha experimentado algún aborto y el 6% ha tenido mas de uno,
No obstante lo elevadas que resultan estas cifras, los datos de las encuestas apuntan hacia la
disminución en el tiempo de la practica del aborto.

Las proporción de embarazos interrumpidos ha disminuido en las mujeres de todas las edades
(excepto entre las adolescentes), sin embargo continua siendo elevada; su incidencia es
marcadamente alta entre las mujeres de 35 años y mas. Es posible que se trate de mujeres que
recurren al aborto como medida extrema como recurso último para limitar su fecundidad cuando
han alcanzado una alta paridad y no desean más hijos.

En cuanto a las causas de mortalidad, dentro de la publicación ´Mujeres y Hombres en Méxicoµ


editada en marzo de 1997, por el INEGI, con el fin de ´apoyar con información estadística
actualizada al Programa Nacional de la Mujer 1995-2000 (Pronam).µ Informaba que respecto a las
principales causas de mortalidad materna por 10, 000 nacidos vivos, se indicaban los siguientes
datos:

 

Hemorragia del embarazo 24.1%

Toxemia del embarazo 27.4%

Complicación del puerperio 10.4%

ABORTO 6.7%

C. Obstétricas indirectas 2.7%

Las demás 28.7%

ABORTO INDUCIDO

Se llama
  a la interrupción de un 
provocada intencionalmente, ya sea
por medicamentos, o por una intervención mecánica.
Es un tema de grandes debates, ya que en él están en juego muchos factores éticos, morales,
sociales y hasta religiosos; ya sea para la mujer o la pareja que no quieren o no pueden vivir dicho
embarazo, como para la vida que se gesta en el vientre de la madre.
Cada país tiene sus leyes respecto al aborto inducido. En algunos países es legal interrumpir un
embarazo si este pone en riesgo la vida de la madre, si el feto presenta malformaciones congénitas
graves e irreversibles o embarazos por relaciones sexuales forzadas. En otros países todos los abortos
son legales.

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Ë   %    # . Lamentablemente ningún método anticonceptivo es 100%
seguro.
Ë ‘   #  & . Luego de una violación o un incesto, si se produce un
embarazo, es probable que la mujer decida abortar.
Ë  $ #'(   . A veces la mujer tiene miedo de ser rechazada por la familia o la
sociedad o porque un embarazo en estas condiciones limita ciertas metas personales.
Ë     )$ . Una mujer o la pareja pueden decidir que ya tienen suficientes hijos y
no desean tener mas.
Ë   
 
  . Cuando la mujer no se siente apoyada emocional y
económicamente por su pareja.
Ë   '  $ . Cuando una mujer tiene algún problema físico que implicaría
que su vida corra algún riesgo o cuando no se siente preparada sicológicamente o físicamente
para tener un hijo.
Ë þ     . Cuando el feto tiene graves malformaciones congénitas.
Ë 
   . Cuando la mujer o la pareja no tienen posibilidades económicas de
criar un hijo ya sea por bajos ingresos, desempleo o por ser estudiantes.
  
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Ë 
 " . Se produce por una combinación de fármacos. Solo es viable en las primeras
semanas del embarazo.
Ë 
 " *  . El método más usado antes de las doce semanas es el aborto por aspiración.
Se succiona al feto usando una jeringa manual o bomba eléctrica de aspiración. Cuando la
aspiración no es factible se usa el método de dilatación y raspado. Este último método no es
recomendado por la OMS por ser peligroso.
  
 #   
Si un embarazo debe ser interrumpido por cuestiones terapéuticas, ya sea para salvar la vida de la
madre, evitar el nacimiento de un niño con graves enfermedades o malformaciones genéticas,
pueden practicarse otro tipo de métodos, pero sus usos han sido muy polémicos. El método más
usado es por     !    
      
Todos los abortos deben ser realizados por profesionales médicos, controlados seriamente y en
condiciones totalmente asépticas y con instrumentos esterilizados.

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 "            
*       +)  + , *          +
'   #   $
En muchas de estas prácticas clandestinas se administra a las pacientes anestesia general sin
monitoreo, intubación, ni oxigeno. Si bien la intervención no dura más de 10 a 15 minutos, el uso de
anestesia general siempre tiene riesgos y debe monitorearse al paciente. Esta puede ser una de las
causas de muerte en un aborto clandestino. Otra causa de muerte puede ser el uso inapropiado de
los instrumentos quirúrgicos, provocando una hemorragia severa.

   


 + $    )  # +  
   

+
     
Hay otras prácticas abortivas también muy peligrosas, como poner raíces o sustancias tóxicas en el
interior de la vagina de la mujer, insertar objetos dentro del útero, golpear el vientre de la mujer, y un
sin fin de prácticas atroces que llevan a muchas mujeres a hospitalizarse de urgencia y muchas
veces, con graves consecuencias.

Un aborto natural es la muerte espontánea de un embrión o feto antes de que se haya desarrollado
lo suficiente para sobrevivir. Esto puede ocurrir incluso antes de que una mujer sepa que está
embarazada.

Los abortos suelen ocurrir durante los tres primeros meses de embarazo, antes de la duodécima
semana de gestación. Un número reducido de abortos naturales ³menos del 1%³ son partos de
feto muerto o mortinatos, al ocurrir después de la vigésima semana de embarazo.

  
 

Muchas mujeres nunca llegan a saber que han tenido un aborto y lo interpretan como una
menstruación especialmente copiosa.

Algunas mujeres tienen espasmos abdominales, pequeñas pérdidas de sangre, sangrados


importantes, dolor abdominal y/o pélvico, debilidad o dolor de espalda. Las pequeñas pérdidas de
sangre no siempre son un signo de aborto; muchas mujeres las tienen al principio del embarazo.
Pero, por si acaso, si tiene pérdidas de sangre o cualquiera de los demás síntomas de aborto en
cualquier momento del embarazo, hable con su médico.

Si usted acude al médico porque teme haber tenido un aborto, es posible que su médico utilice
alguno de los siguientes términos para explicar lo ocurrido:

— Si una mujer embarazada tiene pérdidas de sangre, muy poco dolor o ningún dolor en absoluto,
el cuello del útero cerrado y sigue teniendo un feto con latido cardíaco en el útero, lo más
probable es que haya tenido una amenaza de aborto. La mayoría de embarazos con sangrado
precoz pero latido cardíaco fetal detectable acaban bien.

— Si ha abortado, es posible que el médico le explique que ha tenido un embarazo anembriónico,


que es un aborto que ocurre tan pronto en el embarazo que todavía no se habían formado
tejidos fetales.

— Un aborto inevitable es cuando se produce sangrado vaginal junto con espasmos abdominales y
dilatación del cuello uterino.
— Un aborto incompleto es cuando se produce la muerte del feto pero el cuerpo no expulsa
completamente todos los productos del embarazo.

— Un aborto retenido es cuando sobreviene la muerte fetal pero el cuerpo retiene el feto, la
placenta y los demás productos del embarazo durante varias semanas. Esto puede ocurrir
cuando la mujer no presenta ni períodos menstruales ni signos de embarazo.

— Un aborto recurrente es cuando una mujer aborta en tres o más embarazos consecutivos.

¿Por qué ocurren los abortos naturales? a causa más frecuente de interrupción involuntaria del
embarazo son las anomalías cromosómicas aleatorias que tienen lugar durante la fecundación.
Para que se produzca la fecundación, los cromosomas del núcleo del ovocito y del espermatozoide
han de reunirse y recombinarse a fin de formar 23 pares (46 cromosomas en total). A veces el
apareamiento no se produce correctamente, lo que impide que el feto se desarrolle con
normalidad.

Otros factores que pueden contribuir al aborto incluyen:

— niveles hormonales anómalos en la madre, por ejemplo, de hormona tiroidea


— diabetes no controlada
— exposición a factores de riesgo ambiental o laboral, como radiaciones o agentes tóxicos
— ciertas infecciones
— anomalías uterinas
— incompetencia del cuello uterino, es decir, cuando el cuello del útero (o cérvix) se empieza a
abrir (dilatar) y a perder espesor (borramiento) antes de que el embarazo llegue a término
— determinados medicamentos, como Accutane, que se utiliza para tratar el acné.

Hay algunos comportamientos que también aumentan el riesgo de aborto natural. Fumar, por
ejemplo, introduce nicotina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo del feto, hace que
este reciba menos oxígeno y aumenta las probabilidades de perder al bebé. El alcohol y las drogas
ilegales también pueden provocar abortos.

CIFc INc CIÓN c


  c c  cNc  F
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Total de ILE realizadas en el DF después de
la legalización del 24 de abril del 2007 al 15 --+./-
de marzo de 2011

El siguiente desglose de cifras corresponde a datos del 31 de enero cuando se realizaron


53,278 procedimientos
 :
El Universal (11 de febrero de 2011 y Revista Impacto (20 de febrero de 2011)
Solicitudes de información 85,543 solicitudes
Mujeres que solicitaron ILE pero no la
14,438 casos
realizaron
Promedio de intervenciones mensuales 1183 intervenciones
‡75 % residentes del DF (39934 mujeres)
‡21 % residentes del Estado de México
(11,188 mujeres)
Origen de las solicitantes de ILE ‡3 % residentes de otros estados (1680
mujeres)
‡1% no especificado

‡53 % solteras
‡21 % unión libre
Estado civil
‡17% casadas
‡5% sin especificar
‡0.6% de 11 a 14 años
‡47.7% de 18 a 24 años
‡22% de 25 a 29 años
Edad
‡13% de 30 a34 años
‡2.7% de 40 a 44 años
‡14% otras edades
‡38.7 % Preparatoria
Nivel de educación ‡30% Secundaria
‡31.3% Otros estudios
‡Aborto con medicamento (misoprostol) :
53% (28237 mujeres)
Método empleado para la realización de ILE ‡Aborto con medicamento (misoprostol)
más AMEU: 37% (19712 mujeres)
‡Misprostol más Legrado: 10% (5329 mujeres)
‡80% antes de la 8a. semana
ILE realizadas por semanas de gestación ‡18% en la 9a-11a semana
‡2% en la 12a. semana
Aceptación de métodos anticonceptivos ‡83% de aceptación
post-procedimiento ‡17% de no aceptación


Al margen de las consideraciones morales, el autor opina que toda interrupción voluntaria del
embarazo actúa como un choque psicológico, al estilo de una neurosis traumática. A partir de una
serie de muestras se afirma que los efectos sobre el psiquismo de la mujer, de muy diversa índole,
pueden también extenderse sobre la relación de pareja y sobre los comportamientos masculinos.

La impresión que se obtiene del debate abierto sobre el aborto es que, en principio, es
peligrosamente simplificador. Sí o no, a favor o en contra, las opiniones se alinean tras
la ` del origen de la vida o la   
 de mi cuerpo es mío.Es, por supuesto, la lógica de
cualquier debate; sin embargo, nos queda la impresión de que se realiza un ocultamiento, que
impide tomar conciencia de la complejidad de la situación que se crea en la mujer, en el hombre y
aun en el resto de los hijos con la decisión de interrumpir el embarazo. La cual, legalizada o no, va a
poner en marcha resortes muy íntimos de la persona cuyo alcance no siempre es sencillo prever.
Los datos que damos a continuación forman parte de una encuesta personal, prácticamente
anónima, que, por la índole del tema, las dificultades de establecer relación que comporta su
tipificación legal actual y el respeto de las circunstancias sentimentales inherentes al caso, no
puede cumplir los requisitos de una encuesta epidemiológicamente seria, pero estimamos que sus
hallazgos expresan la necesidad de una investigación en profundidad.

Se puede sentar la afirmación de que toda interrupción provocada del embarazo actúa como
un   psicológico, al estilo de una neurosis traumática. Sus efectos sobre el psiquismo de la mujer
van a depender del grado de integración personal, pudiendo poner de manifiesto padecimientos
psicológicos que hasta entonces permanecían latentes.
En la muestra a la que hemos tenido acceso han sido frecuentes las reacciones depresivas, no
siendo raras las tentativas de suicidio; se desencadenaron reacciones fóbicas, algunas muy
localizadas, como miedo a objetos, lugares o alimentos; pero, en ocasiones, las situaciones claustro
o agorafóbicas llegaron a ser realmente invalidantes. En otros casos existieron alteraciones del
sentimiento de identidad conllevando cambios en la conducta sexual, frigidez, homosexualidad y
desviación hacia las drogodependencias.

Muchas de las enfermedades genitales que suceden a un aborto (infecciones, miomatosis,


endometriosis) pueden ser catalogadas como manifestaciones psicosomáticas de   
   La presencia del factor psicológico en su desencadenamiento lo pondría de manifiesto
el hecho de que en el compañero masculino que ha colaborado en la decisión del acto abortivo se
presentan asimismo infecciones genitales como orquitis, deferentitis, etcétera, al igual que el resto
de la sintomatología depresiva, fóbica, alteraciones de la personalidad e impotencia antes aludida.
En las parejas es notable la existencia del aumento de la conflictiva interpersonal, llevando en
general a la disolución real o simbólica de la pareja: abandono afectivo, infidelidad, etcétera.

Aunque falta en nuestras observaciones, los escasos autores que han investigado sobre el tema
(Aray, Rascovsky) señalan de forma constante repercusiones sobre la prole: hay un aumento en la
incidencia de accidentes, incremento de las infecciones, deglución de objetos peligrosos;
situaciones de autoagresión cuyo significado psicodinámico no podemos entrar a explicar; no
obstante, Aray insiste que el precedente de un aborto provocado en la madre influye
poderosamente en la posibilidad de que la hija repita las mismas circunstancias.

     


Desde esta perspectiva se vislumbra la posibilidad de valorar el aborto provocado como un síntoma
psicológicamente predeterminado. Abundaría en esta dirección la frecuencia con la que la mujer y
el hombre cuyas relaciones sexuales con una o varías parejas abocan a una gestación destinada a
ser interrumpida artificialmente, provienen de estructuras familiares de una cierta tipificación: la
madre ha sido vivida como fría, frustrada, vanidosa o idealista en exceso o afectivamente lejana o
con frecuencia ha muerto durante los primeros años de la hija; la figura del padre reúne las
características de no expansivo, mutable, brillante, pero, en general, ausente, utilizando con la hija
una relación seductora más que la búsqueda de una auténtica profundidad afectiva. En todo caso,
cualquier manual sobre psicología del adolescente informa sobre la influencia de una estructura
familiar determinada y la probabilidad de embarazos en las chicas solteras.

Refuerza la sospecha de esta predeterminación el que un análisis biográfico, en los casos en que ha
podido ser realizado, muestra tanto en mujeres como en hombres un estilo de vida basado en el
fracaso -abortivo, en el amplio sentido de la palabra-, donde hay poco espacio para la creatividad
personal o social, donde las aspiraciones vitales y la independencia personal no ocupan lugares
preferentes en sus objetivos existenciales.

Situación que se pondría de manifiesto en aquellas mujeres que psicológicamente se instalan en


una auténtica compulsión a la repetición del aborto provocado. Entronizándose en una espiral que
podría ser descrita en los siguientes términos: un primer aborto es vivido como un auténtico
vaciamiento de sus contenidos positivos -una castración en todo el significado del término-, tiene la
sensación de haber perdido definitivamente sus capacidades de generación, de fertilidad y de
aceptación por los otros; inconscientemente se tentaría un nuevo embarazo que la reasegurase el
no haber destruido en ella dichas capacidades a la vez que utilizaría el sexo como el discurso
predominante de la aceptación del otro. En ocasiones, el resultado es que este nuevo embarazo es
llevado a término y guarda el hijo como expiación y reparación de la situación vivida como
destructiva precedentemente.

Otras veces, reasegurada de sus capacidades, interrumpe este nuevo embarazo, con lo que, de no
haber una elaboración de la situación, corré el riesgo de poner en marcha el mismo dispositivo. No
falta quien   
 esta situación compulsiva como una forma de negar el sentimiento de culpa
subyacente, haciendo ostentación de su derecho al aborto.
Un cierto paralelo de este síndrome compulsivo se puede observar en algunos comportamientos
masculinos, donde la búsqueda compensatoria de actitudes viriles en portadores de una identidad
sexual ambigua, hace que más o menos inconscientemente se pretenda la preñez de su
compañera como confirmación de su   o capacidad generativa, al tiempo que fuerza un
aborto en un intento de alcanzar un triunfo sádico y una degradación moral de la mujer.
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En el origen de estas reacciones están la culpa, el poder, la soledad: en palabras de Erich Fromm,
"la vida volviéndose contra sí misma en el afán de buscar su sentido".

Y aunque en parte son justificables por la presión social -ya lo dijo san Pablo, "que la ley hace el
pecado"-, otra parte de esos origenes hay que buscarlos en que el aborto supone la interrupción de
tín proceso de vida, algo que trasciende al propio individuo y que pone en marcha mecanismos
muy íntimos relacionados con la propia capacidad de crear y destruir: actitudes frecuentemente
ignoradas o latentes, pero que existen en la persona y cuyo estado de equilibrio o el predominio de
alguna de ellas se ha ido desarrollando sutilmente, en general, fuera del campo de la conciencia, a
lo largo de la propia historia.

Muchas de las repercusiones psicológicas aquí expuestas suceden en un número ínfimo de casos,
otras es razonable pensar que son muy frecuentes. Si pensamos las cifras que se barajan de abortos
provocados al año -entre 100.000 y 500.000-, no hay duda de que urge un estudio serio que permita
planificar una prevención y una asistencia. Defender el derecho al aborto o su condena sin pensar
en la situación humana que se origina nos parece un cruel e inútil ejercicio de fariseísmo.

es miembro del Grupo de Psicoterapia Humanista y profesor de la Escuela de Psiquiatría de la


Universidad Complutense.

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