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HISTORIA DE DON GREGORIO

PRIMERA PARTE

La ubicación

Don Gregorio es uno de esos pueblos que se puede


decir que no tienen pasado. Es un pueblo sin
historia; aunque no es realmente una comunidad
nueva, que digamos, pues su fundación data de los
tiempos de la colonia, entre 1506 y 1607, cuando la
industria azucarera empieza a desarrollarse. En este
período de la vida colonial, fue que se empezó a
traer negros esclavos desde Africa.
Nuestra tradición nos dice que Don Gregorio, a
quien cariñosamente apodaban Don Goyo, era un
hacendado español, industrial para su época, que
poseía uno o varios trapiches en el valle occidental
del delta del río Nizao.
Según investigaciones realizadas, hubieron varios
nacionales españoles que se radicaron en la isla de
la Hispaniola y que se dedicaron a procesar el dulce
de la caña de azúcar, llamados Gregorio. La historia
especifica a Gregorio Gonzáles, quien operaba un
trapiche en el valle de Peravia, perteneciente a don
Diego Colon, pero no especifica con exactitud la
ubicación del mismo. Este podría ser nuestro
fundador, o cualquier otro Gregorio del area, quién
sabe. También podríamos estar exagerando en
cuanto a la época. Pudo haber sido la finca de éste
Gregorio funcionara años después, pero tampoco
hay registros de ello. Recordemos que cuando nos
referimos a la Colonia, nos estamos refiriendo a
cualquier año dentro de la dominación española.
Sea cual sea el personaje y sea cual sea la fecha
exacta en que comenzó a operar el procesamiento
de la caña en lo que es hoy Don Gregorio, lo cierto
es que sí existió un señor nombrado Gregorio, cuyo
nombre lleva hoy la comunidad a la cual está
dedicado este trabajo.
Tomando como buena y válida la tesis sobre Don
Gregorio el personaje, fundador de Don Gregorio la
comunidad, la duda recaería sobre la exacta
ubicación de la finca o vivienda de Gregorio.
Algunos de nuestros padres y ancianos afirman que
la casona de Don Gregorio estaba ubicada en los
alrededores donde están localizados hoy el local de
la Asociación Cristiana de Jóvenes y el play de
béisbol. Sin embargo, otros afirman que la casa
estaba ubicada en una de las colinas del norte de la
comunidad, específicamente por la loma de Queque
-Carlos José Alvino- o por la colina de Yampo
-Adriano Lora - cerca de la laguna.
Esto nos trae dos hipótesis, las cuales debemos
analizar cuidadosamente. Para la época, el área
estaba prácticamente deshabitada. Los
asentamientos de Baní y San Cristóbal eran
caseríos pequeños, la Capital era lo que es hoy la
Zona Colonial. No había comunicación terrestre de
la capital a Barahona, por lo que los movimientos de
carga se hacían por medio de barcos. Podría
decirse que los que procesaban cañas a través de la
región o sacaban la carga por la desembocadura de
los ríos hacia el mar y de allí a los barcos que no se
acercaban a la orilla por la falta de dragado, o
cargaban la carga en carreta hacia los muelles
existentes, en caso de que estemos hablando de
que Don Gregorio operara a finales de la colonia
española y que ya existieran los muelles de
Palenque y Bani. Esto último resultaría muy difícil,
puesto que para la época, el río Nizao no era el
chorrito de agua que conocemos hoy en día. Según
los lingüistas, Nizao significa “muchas aguas” en la
lengua taina, aunque esta traducción resulta
cuestionable, ya que el mismo termino significa
“buenos días” en el idioma chino, tomando en
cuenta que los indígenas de América vinieron de
Asia a través del estrecho de Bering.
Siendo que lo que es hoy Don Gregorio debió estar
expuesto a severas inundaciones del río Nizao en
los tiempos de lluvia, ya que el sistema montañoso -
o los últimos amagues de montaña de la cordillera
central - termina exactamente donde está ubicado el
puente que comunica con las comunidades de
Palenque, resultaría fácil para el río, sin ninguna
presa hidroeléctrica y cargado de muchas aguas,
luego de varias semanas sin parar de llover,
penetrar a la llanura donde está ubicada la
comunidad. Casi lo hizo durante el ciclón David, que
las aguas llegaron cerca de donde está hoy la ACJ
por el sureste y al caño de la laguna, por el
nordeste, una época en que el río ya estaba
represado en Valdesia.
La geografía de Don Gregorio es muy peculiar, pues
en la comunidad no hay subidas ni bajadas, es
completamente llana. Por lo que resultaría difícil
pensar que Gregorio, tomando en cuenta las
circunstancias anteriores, ubicaría su casa y el
galpón de los peones, esclavos, o empleados, en
esta llanura expuesta a inundaciones fruto de las
inclemencias del tiempo y el desborde del río. Lo
más probable es que la casa estuviera ubicada en
una de las colinas del norte de la comunidad y los
sembradíos estuviesen ubicados en la sabana
donde está ubicada hoy la comunidad, que, para los
tiempos no lluviosos, era mas factible establecer un
sistema de riego para mojar la siembra, pues no
sólo caña se sembraba, sino también los víveres y
las viandas que componían el alimento diario.
El proceso de siembra de la caña de azúcar es un
poco parecido al del arróz. Se necesita de agua
abundante (no tanta como el arroz) en la etapa de
crecimiento; mientras que se necesita de una tierra
seca al momento de la cosecha. Por lo que el
sistema de riego debe ser muy bien administrado, y
las llanuras son mas favorables para lograrlo. Para
ese entonces, la ramificación del canal Marcos A.
Cabral, que todos conocemos como La Rigola, no
existía, tampoco la que pasa por la parte norte de la
comunidad, por lo que para esa época debieron de
haberse inventado su propio sistema de riego o
quizá utilizaban los meses de lluvia para la siembra
y el verano para el cultivo.
Los peones

La siembra, corte o cultivo de la caña, además de


las demás labores, incluyendo las domésticas, las
realizaban los peones, quienes pudieron haber sido
esclavos africanos o negros libres, dependiendo de
la época de operación de la finca Don Gregorio.
Estos empleados, quienes por cierto fueron nuestros
primeros habitantes, no vinieron de España como
nos enseñan en la escuela, fueron traídos por la
fuerza desde Africa y esclavizados en éstas tierras,
de las cuales el propio Cristóbal Colón dijo “la tierra
mas bellas que ojos humanos hayan podido ver”.
De los españoles adoptamos la lengua y parte de la
cultura, pero nuestra raza, el color de nuestra piel,
nuestro temperamento y forma de actuar, la alegría,
el amor al baile, la reacción al golpe de atabal o
tambor y a cualquier 'dum, dum', lo que llevamos en
la sangre, todo eso, nos viene de generación en
generación desde el Africa misma. Los esclavos
traídos del Africa eran obligados a abandonar su
lengua, dialecto, e/o idioma y hablar sólo el
castellano de entonces. Fueron traídos porque los
españoles habían acabado con casi toda la raza
indígena para 1506, y los pocos que quedaban no
eran tan fuertes como para realizar las labores que
España quería. El oro se había agotado y había que
buscar riquezas de otra fuente. Una de las
alternativas era el cultivo de la caña de azúcar, a la
que una vez, el Dr. Balaguer llamó “esa yerba mala
que no sirve para nada”. Para ello necesitaban
manos de obra fuertes, resistentes y gratis. Por ello
esclavizaron negros robados de sus tierras
silvestres de Africa y traídos a la fuerza a trabajar
hasta morir en éstas tierras ajenas y crueles. La
pólvora y el sable se encargaron de subyugarlos, las
cadenas se encargaron de cuidarlos y de dejar a los
amos dormir tranquilos, pues sus presas estaban a
salvo, encadenadas en los galpones de esclavos.
Ellos no vinieron como los españoles, los trajeron,
los trajeron por la fuerza dejando sus familias y sus
tierras atrás. Cazados como animales silvestres.
Fueron nuestros padres y primeros habitantes de
Don Gregorio y aún somos. Don Gregorio es una
tierra de hombres negros y alegres, profundos y
libres, y lamentablemente, a veces sin identidad.
Los amos se encargaron de que nos odiáramos los
unos a los otros; que odiáramos nuestros orígenes
étnicos; que odiáramos nuestra raza pura y negra
como el ébano; que odiáramos el color de nuestra
piel. Nos hicieron creer que la razón de ser esclavo
se debía a que éramos negros, que ser negro era
ser inferior y por eso no queríamos ser negros, por
eso no queremos ser negros en estos días, por eso
es que negamos lo que somos, queremos ser
blancos, porque en el fondo de nuestros corazones
odiamos ser esclavos, y odiamos tanto nuestra
condición que hasta a veces creemos que no somos
negros y lo negamos. Los amos lograron su
cometido y hasta el día de hoy llevamos ese
prejuicio en nuestros corazones y lo transmitimos a
nuestros hijos. A menudo escuchamos las
comparaciones de que 'yo soy más blanco que tú' o
que 'tú eres más negro que yo', o 'en mi casa, negro
el caldero'. Da pena escuchar éste tipo de
comparaciones, pues es pura ignorancia, ya que
negros somos todos, los de tez mas claras y los de
tez mas obscuras, todos venimos del Africa y
debemos de estar orgullosos de ello.
Aunque queramos negarlo, nuestras raíces
africanas nos han influenciado más que la cultura de
los amos españoles. La gente de Don Gregorio
piensa más en su comunidad que muchos de los
otros pueblos de la provincia Peravia, donde
predomina mas la raza canaria española. Ese
sentimiento de aldea que se siente en Don Gregorio,
esa preocupación, ese amor de pueblo nos viene
también en la sangre desde Africa, y debemos de
estar orgullosos de ello. ¿Acaso, debemos de estar
orgullosos de aquellos que esclavizaron, maltrataron
y mataron a nuestros antepasados? Si lo hacemos,
estamos entonces traicionando la sangre derramada
por nuestros antepasados, por los padres de
nuestros padres, de nuestros padres... Debemos sí,
como un tributo a ellos, perdonar a los que los
agredieron, y aun más, estar orgullosos de nuestros
padres, pues si nos avergonzamos de nuestra raza,
del color negro de nuestra piel, a la vez nos estamos
avergonzando de ellos, quienes nos trajeron a éste
mundo, pues si mis padres, abuelos, son negros
como yo soy ¿cómo entonces pretendería yo
discriminar la raza negra? Me estaría discriminando
a mí mismo. Además, nunca hemos visto una mata
de yuca parir maíz.
Ese prejuicio racial existe aún en las mentes de la
mayoría de los compueblanos dongregorienses, y
esa es una de las cosas que debemos vencer, ese
sentimiento de inferioridad que nos hace parecer
mas ignorantes de lo que somos.
Los primeros años

Siendo que no hay evidencia histórica acerca de la


fundación de la comunidad de Don Gregorio, es
difícil saber cuán antigua es; y aunque sabemos que
el negocio de la producción de caña de azúcar data
desde la época de la Colonia misma, tampoco
creemos que el poblado de Don Gregorio sea tan
antiguo como comunidad.
Aunque la finca de Don Gregorio pudo haber
existido unos dos o tres o cuatro siglos atrás, lo
cierto es que Don Gregorio, la comunidad, no data
de tantos años atrás. Es más, Don Gregorio, hace
unos 50 a 70 años no era mas que una aldea con
escasas casas y un puñado de familias, sin calles
organizadas.
Después de la salida de los españoles del area, los
peones se quedaron en las tierras, donde construían
sus casitas y cultivaban alrededor de ellas. No
tenían ese sentimiento de comunidad, sino mas bien
de familia, cuyos vástagos iban creando sus propias
familias y construían sus hogares alrededor de las
casas de sus padres. No había comercio
organizado, pues cultivaban lo que consumían y lo
que mas se asemejaba a comercio era el trueque
informal de productos, con el mero fin de compartir,
no comercializar.
Estas personas se asentaron y, luego las
identificaciones de los lotes y parcelas llevadas a
cabo durante los primeros gobiernos de la
República, y posteriormente de las diferentes
reformas agrarias, la creación del Tribunal de Tierra,
el ordenamiento agrario y rural llevado a cabo
durante los años de la Tiranía de Trujillo,
consiguieron sus títulos de parcelas y/o parcelas.
Los años perdidos

Luego de la salida de los españoles o muerte de


don Gregorio, en tiempos en que los peones se
apoderan de las tierras, viene un letargo histórico
que data de uno a dos siglos en que no se tiene
historia oral de la comunidad de Don Gregorio. Ese
es un tiempo perdido en la historia, una comunidad
perdida en el tiempo. Esto es consecuencia de la
desorganización que había en la Colonia y
posteriormente en la recién nacida Republica
Dominicana, donde la mayoría de los registros eran
comerciales y se circunscribían a las ciudades
existentes a la época. Debemos recordar que
ninguno de los gobiernos anteriores a Trujillo se
molestó en censar los parajes remotos en la parte
rural de la isla, y que habían poblados cuya
existencia no era conocida por los gobiernos de
turno. Algunos asentamientos de esclavos
cimarrones en las montañas de la Cordillera Central
no fueron detectados hasta las construcción de
carreteras y caminos vecinales durante la ocupación
americana de 1916, los últimos años del gobierno
de Horacio Vazquez, y posteriormente durante la
tiranía de Trujillo.
Don Gregorio como comunidad

Don Gregorio pasa a ser Sección Municipal el 1ro.


de Enero de 1945 cuando el Congreso de la
República eleva a la comunidad de Nizao a Distrito
Municipal. Esta es la fecha de nacimiento de la
comunidad de Don Gregorio, que aunque había sido
fundad décadas antes, legalmente no existía como
comunidad en los registros legales de la República
Dominicana. de modo que, como no conocemos los
días remotos de la fundación de la comunidad,
podemos tomar esta fecha como fundación.

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