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INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y


TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas

Módulo de Comunicación y Educación

Tarea Sesión No. 7

Reseñas
Las corporaciones se apropian de la expresión pública
y
La lógica de los medios en el sistema de poder mundial

Tutor: Maestro. Enrique Cuauhtémoc Arellano Aguilar

Sede ILCE
Verónica Peña Caamaño
vpena2709@cecte.orbis.edu.mx

9 de septiembre de 2008
Las corporaciones se apropian de la expresión pública

Schiller, H. (1993). Las corporaciones se apropian de la expresión pública. En Cultura, S.A.:


la apropiación corporativa de la expresión pública. (pp. 123 - 150). Traducción
Emmanuel Carballo. Guadalajara. Universidad de Guadalajara.

Este quinto capítulos de su libro Cultura, S.A.: la apropiación corporativa de la expresión


pública lo emplea Schilller para hacer un análisis de la forma en que las grandes
corporaciones han ido despojado a la ciudadanía de los espacios públicos, físicos y de
medios, reduciendo de esta forma los foros de expresión popular; pero aún más que esto;
examina la forma en que los grandes consorcios se han apropiado también de la expresión
cultural, logrando con esto neutralizar la fuerza expresiva y social de ella.

Schiller asegura que, igualmente como al construir un centro comercial se ponen bardas
alrededor de él, los sitios y canales de expresión pública y la creatividad, como los museos,
el uso de las ondas electromagnéticas y las plazas públicas, considerados recursos naturales
renovables; también han sido envallados, lo que puede significar un peligro para la salud y
la conciencia humana.

Schiller, lo mismo que Hans Magnus Enzensberger afirman que todo esto responde a un
interés puramente económico que se ha dedicado a la industrialización de la actividad de
la mente con el fin de uniformarla. Hacen referencia a la creatividad inherente al ser humano
que ha sido comprada por las industrias culturales pero que es también la fuente de
resistencia y de un cambio potencial. Enzensberger concluye que no es factible que los
intelectuales y las personas creativas puedan excluirse voluntariamente, debido a este efecto
envolvedor que va cercando todas las ramificaciones de la mente humana para uniformarla y
dirigirla a sus propios intereses.

El museo, siendo uno de los sitios de expresión cultural más auténticos ha sido tomado
desde mediados de los años sesenta, por las grandes corporaciones como agentes de
relaciones públicas. Lo más lamentable del caso es que siguen apareciendo –los museos-
como asiento de la expresión creativa. Ejemplo de esto, son las exposiciones temporales
patrocinadas por las grandes corporaciones, con el fin verdadero fin “de darles una amplia
publicidad, de darles una reputación pública más brillante y mejorar la imagen corporativa”,
según dijo el mismo Rochefeller.
Aunque este movimiento empezó en los museos de New York, se ha extendido, y aquí en
México podemos observar como Telmex patrocina con frecuencia eventos culturales, algunos
relacionados con las artes y otros más populares. Otro ejemplo es también la colección de
arte que posé Banamex. Todo esto provoca que la percepción de las personas de las
grandes corporaciones es que, están preocupadas por la cultura, sin embargo según se ha
visto que, el patrocinio corporativo conduce a la autocensura.
Otro efecto altamente dañino es el mensaje ideológico que veladamente transmiten y que se
refiere a la neutralidad social del arte y su supuesta esencia universal.
Otra forma más que han ideado para “promover la cultura” es la de organizar exposiciones
en las tiendas departamentales con fines puramente consumistas y sin el menor interés real
de una promoción cultural e histórica.
En cuanto a las nuevas plazas públicas que son los centros comerciales no podemos decir
que le pertenezcan a la ciudadanía, sino son de propiedad privada y se rigen de acuerdo a
los designios de los dueños. Y aunque son lugares de reunión de grandes cantidades de
personas no se puede dar el intercambio cultural e ideológico de las plazas públicas
originales que eran lugares que concentraban diferentes ideologías y de expresión.

El uso de las calles públicas ha sido objeto de una lucha social. En esto estoy de acuerdo,
pero creo que el uso de las calles en México ha seguido una historia diferente que en
Estados Unidos. Aquí es raro que se lleguen a dar esos desfiles organizados por las grandes
corporaciones. Las manifestaciones y desfiles públicos son planeados primordialmente por
el estado, como el grito de independencia, el día del trabajo y algunos de ellos ya han ido
perdiendo su fuerza. En el DF son las manifestaciones contra la autoridad las que han
desencadenado una gran discrepancia entre los que se manifiestan y los que sufren las
consecuencias de ellas, sin embargo es el pueblo el que hace uso de ellas.

Los medios masivos de comunicación, pero en especial la televisión es un espacio que,


debiendo de ser de beneficio para la ciudadanía se utiliza en favor de las grandes
corporaciones. La televisión debiendo de estar en las manos del estado para ser utilizada
como un medio masivo de educación, está en manos privadas que la utilizan con fines
lucrativos.
Schiller tiene mucha razón en sostener que “La televisión. . .es hoy día uno de los
educadores nacionales más importantes y menos reconocidos.” Esto mismo podemos decir
también nosotros en México y estoy segura que a nivel mundial. La falta de atención que se
presta a este hecho reside en la noción de que el entretenimiento es neutro en cuanto a
valores y nada más alejado de eso. La televisión está creada por grandes corporaciones y
sostenida también por otras más con los anuncios que compran en los mejores tiempos
televisivos, lo que constituye la instrucción ideológica diaria del auditorio. Una de las causas
de esta instrucción ideológica es la identificar al consumismo con la democracia.
La programación diaria televisiva es de tal suerte que debe dejar satisfecho al anunciante y
no al televidente.

Como asegura Schiller al final del capítulo, debido a la apropiación de la mayoría de los
espacios culturales por parte de las corporaciones es difícil escapar de la colonización
corporativa de la conciencia.
De Moraes, D. (2005). La lógica de los medios en el poder mundial. En Cultura mediática y
poder mundial. (pp. 49- 86). Colombia. Grupo Editorial Norma S.A.

La frase irónica del magnate Rupert Murdoch dueño de News Corporation “No se preocupen
no queremos controlar el mundo. Sólo queremos un pedazo de él.” es sintomática de lo que
está sucediendo en los medios masivos de comunicación a nivel mundial en la era
contemporánea. Y es que las corporaciones de información y entretenimiento sirven a la
reproducción del capitalismo, básicamente en dos aspectos.
El primero se refiere a su actividad de agentes operacionales de la globalización, legitimando
el ideario global y transformándolo en un discurso hegemónico, propagando visiones del
mundo y modos de vida que se convierten en demandas colectivas. El valor universal que
transmiten es del consumismo, como si solamente el mercado pudiese atender las
necesidades de la organización social. Procuran reducir al máximo el espacio de las idas
alternativas y tratan de neutralizar el pensamiento crítico. Este modo de actuación se debe a
una adhesión a la globalización capitalista, pero también a la finalidad de mantener la
capacidad única de interconectar al planeta.
El segundo aspecto se refiere al de agentes económicos globales, debido al acelerado
crecimiento de la industria de la comunicación. Según Pierre Musso, la “desregulación a la
americana” favorece este crecimiento, ya que el Estado ha cedido el gobierno de las redes
de megagrupos de América del Norte, de Europa occidental y del Pacífico asiático, sin
someterlos a restricciones legales.

Existen dos aspectos fundamentales que han influido en esta globalización de los medios, el
paradigma tecnológico y la reestructuración empresarial. Del modo mediático
evolucionamos al multimediático con la ayuda de la digitalización, que ha favorecido la
convergencia de redes y plataformas. La suma de los sectores convergentes que son, la
informática, telecomunicación y comunicación; constituye el aspecto fundamental para la
expansión y la regeneración de los complejos mediáticos teniendo como fin la
comercialización sin límites geográficos.
Tres elementos esenciales para la convergencia de los sectores de medios son: 1) la
optimización de las infraestructuras industriales, a través de fusiones, alianzas y
conglomerados transnacionales; 2) conexiones entre los varios sistemas de transmisión
en redes compartidas y 3) generación de contenidos digitales capaces de abastecer los
nuevos canales de distribución.
Lo anterior trae como consecuencia una segmentación eficiente de los consumidores y el
aprovechamiento de un mismo producto en diferentes soportes tecnológicos.
Con el fin de ajustarse al nuevo patrón de producción y a un consumo globalizado las
corporaciones de medios dirigen sus empresas a través de un centro de inteligencia o
holding que es el que se encarga de establecer las prioridades, directrices, planes de
innovación y parámetros de rentabilidad para sus subsidiarias y filiales que se encuentran
distribuidas al rededor del planeta y que se encargan, además de todo del “sincretismo
cultural” que es el que garantiza el éxito del proyecto en los diferentes países a partir de la
integración a las variantes locales. En esta “aculturación” las corporaciones asimilan
solamente los predicados nacionales necesarios para poder atraer al público masivo con
programaciones modelo.

La producción de las informaciones y de los contenidos culturales son producidos por un,
cada vez menor, número de players, que manejan un rendimiento de entre 8 y 40 billones de
dólares. Con el fin de aumentar el poder de negociación comercial con proveedores,
disminuir gastos, repartir deudas y sumar activos, estas corporaciones buscan alianzas,
sociedades y joint-ventures. Por lo que la competencia se limita a un número reducido de
superempresas que impiden la entrada a nuevos competidores con lo reducen la posibilidad
de opción de los consumidores.
El efecto perverso de esta reestructuración tecnoproductiva es la reducción del personal en
forma masiva, además del impacto a la condición de los empleos con una reducción de
salarios, extensión de la jornada laboral, pérdidas de derechos laborales y de previsión
social.

Con esta actuación de las empresas dedicadas a la información y a la diversión estamos


presenciando la transformación de la cultura en economía y la economía en cultura al percibir
que los bienes simbólicos están totalmente inmersos en la lógica de la mercadería y del
lucro.
En este contexto de desnacionalización de las áreas estratégicas de la comunicación, el
desarrollo equilibrado y estable de las redes de información se reduce y dificulta cada vez
más el equilibrio de fuerzas y la pluralidad de visiones del mundo en el campo de la
comunicación.

Estamos ante una globalización de la cultura que nos está uniformando en una sola visión
de unas cuantas corporaciones de la información y comunicación en beneficio de ellas con el
fin de evitar discrepancias con la visión comercial y frívola de la vida. Lo peor de todo es que
la evolución que han tenido es tal, que ya nos posible detenerlas. Queda en el aire la
pregunta de, ¿qué hacer en la educación de las generaciones futuras para protegerlas de
esta influencia que ya flota en el ambiente todo?

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