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Escuela de Padres

Publicamos a continuación un resumen de la charla-conferencia que D. Ángel Tuñón Hidalgo


pronunció en el Colegio Antamira el día 17 de mayo de 2011.

EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD

Empecemos con una definición:

LA EDUCACIÓN SEXUAL “Es un proceso de por vida de adquisición de información y formación de


actitudes, creencias y valores acerca de la sexualidad. Se ocupa de las dimensiones biológica,
sociocultural, psicológica y espiritual de la sexualidad, desde los dominios cognitivo, afectivo y
conductual, incluyendo las habilidades para comunicarse efectivamente y tomar decisiones
responsables”. SIECUS. (Consejo de Información y Educación Sexual de los Estados Unidos)

¿Qué quiere decir esta definición de educación sexual?


• Que la educación sexual es un proceso que avanza de acuerdo al desarrollo de las niñas y los
niños.
• Que debe darse durante toda la vida.
• Que incluye todos los elementos de la sexualidad (ser niño o niña, los afectos y las relaciones
interpersonales, las sensaciones y ser madre o padre).
• Que no sólo brinda información sino que también enseña a dirigir adecuadamente la
sexualidad.
• Que abarca tanto aspectos físicos como emocionales, de conducta, valores …

Es decir que se trata de una educación integral de la persona.


Y nosotros añadimos que este concepto de persona es la clave para enmarcar cualquier tema sobre
educación y especialmente el de la educación de la sexualidad.

La educación sexual desde una concepción personalista. El concepto de


persona.
Recordemos que cuando hablamos de persona, desde nuestra perspectiva, siempre consideramos a
la persona como ser trascendente. Partimos de una afirmación que consideramos importante: La
persona es un valor absoluto y de ahí procede su dignidad. La persona por el hecho de serlo, ya tiene
unos derechos.
Ser persona es una realidad inabarcable y una tarea constante. No admite definición porque supera
todas las definiciones. Tampoco es algo hecho o cerrado como los objetos y las cosas. Es siempre

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novedad, hondura, sorpresa y unidad original, que tiene conciencia de sí y desde ahí se abre a los
demás.

Ser persona significa ser capaz de originar valores morales, ser origen de derechos y también de
obligaciones, ser origen de relaciones personales y comunitarias…Es decir, la persona no es algo, es
alguien. Por eso se niega a ser tratada como objeto y a ser manipulada.

La persona es un proceso. La persona es un ser en construcción. Nunca se es persona de una vez


por todas. Es una tarea, es un quehacer. Por tanto, como decía Ortega está “por hacer”. Y es un ser
abierto a los demás. La persona es social por naturaleza… (Aristóteles). Es la apertura a los otros la
que le da esa dimensión de trascendencia…

Podemos decir que la educación de la sexualidad debe estar enmarcada en el ámbito de dicha
concepción de la persona, por tanto

•No es educación “especial o especializada”.

• Ayuda a madurar como personas responsables.

•Es una educación cuyo protagonismo y responsabilidad última es de los padres.

•Es coherente con el Carácter Propio del Colegio.

•Cumple todos los objetivos de la educación sexual infantil.

¿Cuáles son los objetivos de la educación sexual infantil?


En general, la educación sexual infantil tiene dos objetivos importantes:

1. Construir una sexualidad saludable desde sus inicios.

2. Prevenir los conflictos de la sexualidad infantil, adolescente y adulta

Respecto a la construcción saludable

La educación sexual infantil busca que las niñas y los niños:


• Conozcan, respeten y cuiden su cuerpo y el de los demás.

• Acepten y valoren su sexo y el diferente y vivan en un ambiente de equidad.

• Desarrollen capacidades para expresarse afectivamente y para relacionarse en un marco


de respeto a los derechos humanos.

• Adquieran la capacidad de diferenciar una relación afectuosa de una abusiva, conozcan la


manera de poner límites cuando se requiera.

• Perciban al placer como una dimensión positiva y saludable de la vida con límites para su
expresión.

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• Comprendan de manera amorosa y respetuosa la sexualidad adulta así como a planear la
vida erótica a largo plazo con responsabilidad.

• Conozcan, ejerzan y respeten los derechos y responsabilidades sexuales infantiles,


basadas en los derechos humanos, como medio para lograr una sociedad sexualmente
saludable.

La educación de la sexualidad no sólo tiene esos objetivos educativos de salud física y mental, sino
que también tiene una función preventiva. Muchas veces nos sorprendemos cuando leemos u oímos
datos estadísticos de violencia de género, de abusos sexuales, de embarazos prematuros… sin caer
en la cuenta de que son el resultado lógico de la deficiente educación de la sexualidad en la
sociedad…

Respecto a la prevención, la educación sexual busca:

•Prevenir la inequidad de género


•Prevenir el abuso sexual y toda violencia
•Prevenir las relaciones afectivas dañinas
•Prevenir las infecciones de transmisión sexual y disfunciones sexuales de la vida adulta
•Prevenir el embarazo temprano

Si bien algunos de estos conflictos no se presentan hasta la adolescencia o la vida adulta, se sabe
que educar antes de la adolescencia es positivo, pero ¡atención!: Sin adelantarse a los intereses del
niño y pero también sin llegar tarde.

La educación de la sexualidad en la actualidad


Aspectos positivos:
•Superadas actitudes prohibicionistas.
•Reconocimiento de los derechos de la mujer.
•Superado el reduccionismo: sexo=procreación.

La represión y las prohibiciones como métodos de educación sexual han demostrado históricamente
su ineficiencia, definitivamente no funcionan. Educar con estos métodos contribuye a la estructuración
de una sexualidad irresponsable, poco saludable y negativa. Este prohibicionismo está superado.

- "¿Qué habéis hecho hoy en la escuela?", le preguntó un padre a su hijo adolescente.


- "Hemos tenido clases sobre el sexo", le respondió el muchacho.
- "¿Clases sobre el sexo? ¿Y qué os han dicho?"
- "Bueno, primero vino un cura y nos dijo por qué no debíamos. Luego, un médico nos dijo cómo no
debíamos. Por último, el director nos hablo de dónde no debíamos".

En "La Oración de la Rana", por Anthony DE MELLO, Tomo 2. Editorial: Sal Terrae, Bilbao. 1988

Aspectos negativos:
•Nuevo reduccionismo: dimensión lúdica.
•Trivialización de la sexualidad.
•Triunfo de actitudes hedonistas.

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Pero los aspectos positivos indudables fruto de la llamada revolución sexual, nos ha dejado también
contrapartidas negativas. Una de ellas es reducir lo sexual a su aspecto lúdico, al margen de las otras
dimensiones de la persona. “Hacer el amor”, se ha convertido en algo parecido a “irse de copas” o a
“echar una partida”. Como consecuencia se ha perdido la riqueza constructiva y creativa de la
sexualidad.

Por otra parte vivimos en una sociedad donde se identifica felicidad y placer. El hedonismo es una de
las filosofías dominantes en la sociedad actual. Uno de los verbos más usados por niños y adultos es
“me apetece”, “no me apetece”.

Desde la educación sexual se ha de hacer un esfuerzo para integrar la sexualidad en el ser, en las
realidades afectivas, en la ternura, en la totalidad de los valores de la relación interpersonal.

Educar la sexualidad es educar en la libertad y en la responsabilidad


Educar en la responsabilidad.

• La irresponsabilidad con que la adolescencia de hoy y del mañana viva su sexualidad será
parte de la irresponsabilidad con que los adultos asumimos hoy la formación de la
sexualidad.

• Vale la pena hacer, lo que haya que hacer, cómo haya que hacerlo y cuándo haya que
hacerlo, con tal de lograr una educación sexual abierta, basada en la verdad y el diálogo,
sistematizado, intencional y permanente.

"No hacer una buena educación sexual y pretender que la adolescencia no tenga problemas en su
vida sexual, es tan estúpido, como pretender que no se ahoguen en una piscina sin haberles
enseñado a nadar y protegerse de los riesgos en una piscina" (Leonardo Romero S.)
Leonardo Romero es Director del Instituto de Consultoría, Asesoría y Capacitación de Colombia.
El CAC funciona con sede en Barranquilla (Colombia).

Numerosos expertos impulsan hoy una nueva educación sexual que se propone enseñar que "la
sexualidad es algo maravilloso que merece vivirse, no de cualquier forma, sino de manera
responsable".

Vale la pena hacer, lo que haya que hacer, cómo haya que hacerlo y cuándo haya que hacerlo, con
tal de lograr una educación sexual abierta, basada en la verdad y el diálogo, sistematizado,
intencional y permanente.

• ¿Cómo podrán ser responsables los niños y adolescentes si se les tiene sometidos a la
ignorancia y la desinformación sexual?

• ¿Cómo podrán ser responsables si no se les entrena en habilidades para tomar


decisiones, decir NO cuando eso es lo que se desea, manejar la presión de grupo etc.?

• ¿Cómo esperar que sean responsables si tienen una serie de mitos, creencias y actitudes
que favorecen conductas sexuales de riesgo para la salud sexual?

• ¿Cómo podrán ser responsables los adolescentes si no se les enseña el uso adecuado de
métodos de protección por el temor a que tengan relaciones sexuales?

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La responsabilidad será el producto de un largo y complejo proceso de formación que implicará la
estructuración de conocimientos, valores, actitudes positivas, habilidades y el desarrollo de una
adecuada autoestima.

Educar en la libertad.

La educación en la responsabilidad es inseparable de la educación en la libertad. La libertad es


un derecho, pero ser libre no es poder hacer cualquier cosa. La verdadera libertad es, en muchas
ocasiones, una verdadera renuncia, pues se decide algo y se renuncia a muchas opciones
posibles. Uno es libre en la medida en que es capaz de elegir y elegir bien por sí mismo.

Hay que iniciar a los niños desde muy pequeños en el ejercicio de la libertad y de la
responsabilidad. Se trata de dar responsabilidades en la medida en que los niños son capaces de
realizarlas.

Hay que enseñar a los niños a que respondan a lo que se les encarga. Primero con una vigilancia
cercana y más tarde con una vigilancia menos cercana, pero siempre con un diálogo confiando y
espontáneo.

Se educa en la libertad con paciencia, esperando, nunca desconfiando de que el niño no va a ser
capaz. Hay que creer en la persona. Desde la inseguridad y el miedo a la libertad no se puede
educar en la responsabilidad.

Criterios para vivir una sexualidad responsablemente.


Hemos visto la necesidad de educar en la libertad y la responsabilidad para crecer como persona
íntegra. Citamos ahora los criterios que se han de tener para vivir la sexualidad responsablemente.

• La persona se hace cargo de los propios actos y decisiones.


• Tiene en cuenta las consecuencias de los propios actos sobre si mismo y los demás.
• Tiene en cuenta los propios sentimientos, valores y actitudes para tomar decisiones respecto
a la vida sexual.
• Tiene la capacidad de aplazar el placer y la gratificación en situaciones que ocasionarían
problemas y consecuencias negativas para sí mismo y otras personas.
• Decide libre, consciente y autónomamente.

Es decir hablamos ya de criterios, actitudes y comportamientos que son el resultado de una buena
educación de la sexualidad.

Cuando la vivencia sexual está asociada a un sentido que le da significado a la experiencia sexual y
amorosa. Es decir cuando se asume que lo que nos enriquece como personas es vivir la sexualidad
en el ámbito de la experiencia amorosa, donde el amor es generosidad, donde la pareja no es
instrumento u objeto sino otro yo, otra persona con todos sus derechos.

Hoy muchos ven normalidad en disociar el sexo del amor, pero no suelen aceptar el amor sin sexo.
Estos criterios que he calificado de resultados de una buena educación de la sexualidad podrían
resumirse diciendo, que el objeto natural de la libertad es el valor: hay que enseñar y aprender a
poner las cosas en su lugar, estableciendo una clara jerarquía de valores.

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No educamos en la responsabilidad si no proporcionamos:
1. CONOCIMIENTOS adecuados a cada edad, (atentos a la información que ya tienen y a la que
no tienen y deberían tener sobre fisiología sexual y reproductiva). Fecundidad y embarazo.
ETS y VIH/SIDA. Métodos para regular la fecundidad y paternidad responsable.

2. AUTOAFIRMACIÓN PERSONAL: AUTOESTIMA Y HABILIDADES.

Autoestima: Es decir sentido de valoración personal, autorrespeto, autoconfianza, sensación


de auto-competencia, autocontrol, imagen corporal positiva, capacidad para construir visión de
futuro y proyecto de vida…

Habilidades para la toma de decisiones, para la solución de problemas, para la comunicación,


para la asertividad, para saber decir no, para saber usar métodos profilácticos (cuando los
padres juzguen que es conveniente).

3. ACTITUDES Y VALORES, como la responsabilidad, la libertad, la autonomía, el respeto, la


reciprocidad, el amor, la sexualidad como algo positivo.

Hablamos de valores al servicio de la persona desde una concepción trascendente de la misma. A la


hora de confeccionar este elenco de valores para el crecimiento de la persona, uno se da cuenta que
es necesario suscitar una serie de actitudes que son fundamentales:

a) Tener ideales. Pero ideales hacia el bien, no los que se promueven con frecuencia los
medios de comunicación.

b) Sentido de la generosidad. Hay que ayudar a los niños y jóvenes a superar el


individualismo egoísta.

c) La amistad. El ser humano es un ser social y es en la comunicación donde nace la


amistad. La amistad exige delicadeza, sinceridad y fidelidad. La amistad es el aprendizaje
para la hora en que surja el amor.

d) El respeto. No se puede ir por el mundo haciendo uso de una libertad mal entendida.

c) Formación de los sentimientos. Hace falta que como seres racionales se sitúe la
inteligencia por encima de los sentimientos. No se deben eliminar los sentimientos, pero si
modularlos.

d) El dominio de sí mismo, el esfuerzo. Los niños tienen que aprender a que la vida no es
un cuento de hadas y que se puede conseguir todo con una varita mágica.

e) La voluntad. El esfuerzo se apoya en la voluntad. Querer es poder. La abulia y el


pasotismo debilitan la voluntad.

f) La constancia. La voluntad es la única garantía de la libertad interior. Y se va forjando con


la constancia. Acabar una tarea empezada, leer cada día un poco, observar un horario,
mantener la palabra.

g) La fidelidad, que es la que posibilita la convivencia. La que da seguridad y confianza


ayudando a superar los malos momentos.

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h) Gozar de criterio propio. Aprender a saber lo que uno quiere, tener un proyecto, no ser
víctima del capricho, alejarse del gregarismo. No confundir tener personalidad con hacer lo
que hacen todos. “Ser minoría no significa estar loco” decía el personaje de Orwell en “1984”
Aprender que las cosas tienen una cierta complejidad. Huir del esquematismo y la
trivialización. Saber sopesar pros y contras. Saber esperar para no quemar etapas y dar
tiempo a la maduración.

i) El diálogo. Acostumbrarse al diálogo no es fácil porque supone muchas veces renuncia.


Pero es también aproximación y pacto. Debes ser practicado en la familia y en el colegio.

j) La austeridad. Huir del cosa que veo cosa que quiero. Conseguir todos los caprichos es
debilitación de la voluntad. No hay que actuar por hedonismo y la inmediatez del placer.

Hasta aquí he enumerado algunas de las actitudes y valores que ayudarán a los niños y jóvenes en
su maduración personal y les permitirán vivir su sexualidad como algo gozoso y no traumático. Todo
lo que se haga desde la familia y la escuela favoreciendo esta axiología será positivo.

¿Por qué es importante que sean los padres los que eduquen?
Si bien nadie duda esta respuesta, es importante recordar que los padres son las personas más
importantes para sus hijos, y lo que los padres dicen y hacen y la forma como educan en sexualidad,
tiene un impacto mucho mayor en el desarrollo sexual infantil que cualquier otra fuente de educación
sexual.

Si los padres no asumen esta responsabilidad, están delegando tácitamente en otros la


iniciativa de educar en la sexualidad, con el riesgo de que sean fuentes menos confiables.

Inexcusablemente, los padres debemos tener unos principios comunes para educar a nuestros
hijos. Principios que nadie puede imponernos, que decidimos desde nuestra libertad. Se trata
de que acordemos los fines que determinarán nuestras actitudes pedagógicas, nuestra
“metodología”.

Son fines que hacen referencia al tipo de hombre que desde nuestra cultura, pretendemos desarrollar
hasta que los hijos se hagan cargo de su vida. Si no hay ese acuerdo o consenso entre los padres, o
entre la familia y el colegio, se corre el peligro de la ineficacia educativa y quien lo van a pagar en el
futuro son los hijos.

No es necesario ser un/a experto/a en sexualidad para educar a los hijos e hijas, todos tenemos una
experiencia y una historia de vida y sabemos lo que es positivo en sexualidad y lo que puede educar.

El papel del colegio.


Los padres tienen el protagonismo y la responsabilidad última de la educación sexual de sus hijos.
Desde el colegio, en este como en otros campos, se procura:

•Ser consecuentes con el papel cooperativo, orientando y asesorando a los padres, cuando lo
solicitan y,

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•Mantener una línea coherente con el Proyecto Educativo y el Carácter Propio del colegio, al
ejercer esa cooperación con los padres

Desde el colegio defendemos un principio que tal vez algunos no comprenden bien del todo, es que
“la vida no es algo que se dé de una vez por todas”. Y que los hijos no son propiedad como lo puede
ser un objeto adquirido…

Que lo que nos hace ser padres no es tanto el hecho biológico de la concepción, cuanto la
generosidad con que acompañamos y ayudamos a crecer esa vida”.

Desde el Colegio creemos que podemos estar de acuerdo con los padres si coincidimos en estos
objetivos:

• Que los hijos puedan irse a una edad en que se valgan por sí mismos y no sean unos inútiles
acostumbrados a que todo se les dé hecho.
• Que sean capaces de integrarse en la comunidad humana y entregarse a la tarea común de
construir este mundo en actitud solidaria.
• Que sean capaces de vivir desde la óptica del amor y no del egoísmo.
• Que sean capaces de asumir su realidad, la suya propia y la de los otros, y no vivir siempre en
la ensoñación.

En la medida que lo consigamos entre todos, podremos estar seguros de que les hemos educado
como personas íntegras y vivirán la sexualidad sin traumas.

¿Cómo actuar? ¿Cuándo actuar? Algunas sugerencias…


A continuación y sin ánimo de ser exhaustivo sugiero algunas acciones y actitudes que creo
acertadas para la educación de la sexualidad en niños y preadolescentes, especialmente.

Buscar el equilibrio.
• En una pareja puede haber puntos de vista diferentes e incluso opuestos, pero eso no es del
todo un problema. Si son susceptibles de complementarse.

• Es importante que cada cual ceda un poco y busquen definir cómo educar en sexualidad de
manera equilibrada.

• Realizar con su pareja una lista de los principales mensajes que les gustaría transmitir sobre
sexualidad a los hijos.

• Tanto niños como niñas y adolescentes necesitan ser educados por mamá y por papá siempre
que sea posible. Ya sea de manera conjunta o por separado, independientemente del sexo del
hijo.

Buscar el momento.
• Razones “especiales”, no momentos especiales.

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• Cualquier lugar y momento es adecuado para educar. Si la experiencia que se vive, las
preguntas o conductas de sus hijos, o su propio interés hacen posible hablar sobre sexualidad
o bien realizar un juego para transmitir un mensaje, hágalo.

• No es necesaria una reunión especial ni mucho menos sólo para hablar de sexualidad.

Actitud adecuada.
• Es más importante la actitud, el tono de voz y la cercanía afectiva que lo que se dice o
responde.

• Aun cuando no se conozca del todo una respuesta, hay que mostrarse afectuosos, emitir un
gesto amable, reflejar comprensión.

• No cerrar la comunicación, no juzgar a su hijo ni preguntarle para empezar, quién le enseñó


eso. Solamente aclararle qué es realmente lo que quiere saber.

• Responder afectuosamente.

Brevedad.
• Seamos breves.

• Explicaciones de uno o dos minutos son suficientes para responder a preguntas específicas.

• Hay que aprender a ser sencillo en las respuestas, imaginando las preguntas que pueden
hacer los hijos y cómo las responderíamos en un minuto, después será más fácil.
(Obviamente esto no se aplica cuando se trata de una conversación como se haría con
cualquier otro tema).

• No nos debe preocupar, si los niños no comprenden, volverán a preguntar siempre y cuando
les permitamos la comunicación.

Mostrar disposición a escuchar.


• La rutina diaria puede ser agotadora y quitar la oportunidad de conversar calmadamente con
los hijos o postergar la charla, esto es comprensible.

• Hay que hacer un esfuerzo y responder de alguna manera, considerando que vale la pena el
tiempo empleado.

• Algunos niños vuelven a preguntar si no reciben respuesta, otros no lo harán.

• Si realmente queremos saber a qué estaba jugando el niño, qué quería decir con una
conducta, qué quiere saber con su pregunta… hay que preguntárselo.

• Ante la pregunta hay que mostrarse receptivo: Siéntese, no conteste el teléfono, deje de
cocinar, ¡converse!).

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• Preguntas como ¿qué quieres decir?, ¿me puedes dar un ejemplo?, ¿tú como crees que
sucede?, ¿cómo se llama ese juego, de qué se trata?, ¿te gustaría saber algo o decirme algo?
Pueden ayudar.

¡Preguntar! No interpretar, no adivinar, no suponer…


• Hay temas sobre los cuales ni a los niños ni a los adultos les agrada hablar en público. Hay
que respetarlo.

• Algunos temas son más difíciles de compartir, también para los niños. Si esto sucede, hay que
buscar la manera de compartir lo que deseamos enseñar aunque el hijo no comparta.

• ¿Qué sucede si TODOS los temas son muy personales para el niño y no desea hablar de
ningún tema sexual? Probablemente exista falta de confianza o miedo, que debería
desvanecerse tras varios intentos creativos para acercarse.

Respetar la intimidad.
• Hay secretos que se pueden y se deben guardar

• Una razón frecuente por la cual niñas y niños dejan de hablar sobre sexualidad con sus
padres es la indiscreción de éstos. A veces ocurre que mamá y papá, al sentirse orgullosos y
enternecidos por la sexualidad infantil, cuentan a “todo el mundo” el crecimiento puberal de
sus hijos o bien de quién se han enamorado o si ya dieron el primer beso.

• Si deseamos que los hijos confíen en nosotros, es necesario considerar estas conversaciones
como confidenciales.

¡No sólo información!


• No es suficiente con adquirir un video y ponerlo para que el niño lo vea a solas…, es
necesario compartir, conversar, expresar su opinión en los temas más importantes, preguntar
a los hijos qué piensan, qué les gustaría lograr, qué les da miedo, cuáles son sus sueños,
gustos, etc.

Repetición y equilibrio.
• Para aprender adecuadamente un tema y comprenderlo se requiere de repetición. No es
suficiente hablar un día sobre sexualidad, es necesario abrir las puertas para que sea parte de
lo cotidiano y pueda abarcarse según sea necesario.

• Por supuesto, tampoco la sexualidad es lo único importante para los niños ni para el desarrollo
saludable, hay que buscar un equilibrio.

Suprimir mitos.
• MITO: La educación sexual acelera el comportamiento sexual y la precocidad.

Al contrario, si es adecuada, favorece la responsabilidad y el buen manejo de la sexualidad.

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• MITO: A los niños les perjudica saber sobre sexualidad.

No, lo que puede hacerles daño es información erotizada/adulta que no corresponde a la edad. La
correcta educación sexual no adelanta información excesiva.

• MITO: Los niños se van a confundir más.

No, si un menor no comprende volverá a preguntar.

Los niños deben saber que sus padres se aman.


• Hay parejas que sin duda se quieren pero tienen siempre el fallo de discutir delante de los
niños.

• Hay parejas que no hacen nada para dar a entender a sus hijos que se quieren.

• Saber que sus padres se aman es el principio más radical del “estar bien” de los niños, de su
seguridad.

• Cuando una pareja rompe hay que evitar que los niños sean testigos de cualquier muestra de
desamor.

Coherencia.
• La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace a la hora de exigir a los niños las mismas
cosas, de entristecerse por las mismas cosas, de alegrarse por las mismas cosas, es también
otro principio que da seguridad a los hijos y es la semilla que se pone en ellos para su futura
libertad.

• Desautorizarse, decir “lo que ella diga”, “lo que tu padre diga”, les conduce a la inseguridad y a
“estar mal”. Y que conste que no hace falta ser perfecto. Los niños asumen los fallos que
pueda haber, pero captan perfectamente la falta de criterios.

Estar cerca.
• Hemos de estar cerca de los niños, sin ser cargantes, acompañarles en su crecimiento.

• Acostumbrarnos a hablar con ellos cada cierto tiempo. Aprovechar una comida de un
domingo, un viaje… Crecer con ellos.

Acompañarles en su crecimiento como personas.


Estar atentos a su despertar desde su nacimiento.

• De los 0 a los tres años, cuando se van descubriendo a sí mismos y el mundo que les rodea,
cuando gracias a sus padres y el amor que le rodea, va naciendo el niño como persona.

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• De los tres años hasta los siete será la etapa de construcción de esa persona. Una edad
preciosa donde los niños hacen todo con pasión, jugar, llorar, aprender, reír, decir que no,
comer. Es el momento en que la calidad de sus actos, de sus relaciones, se hacen más
humanas.

Conclusión:
Mientras se siga evitando hacer una educación sexual abierta, basada en la verdad, centrada en la
promoción de valores y actitudes no se avanzará hacia una sexualidad responsable y constructiva y
enriquecedora para la persona.

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