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Dignidad significa "calidad de digno". Deriva del adjetivo latino dignus,se traduce por
"valioso"; es el sentimiento que nos hace sentir valiosos, sin importar nuestra vida material
o social.
Los Tannaim (rabinos de la Mishná) y los Amoraim (rabinos del Talmud) aplicaron
el concepto de Kavod HaBriyot en sus interpretaciones y dictámenes de la halakhah. La
Mishná explica el concepto de la siguiente manera:
"Ben Zoma dice: ¿Quién es honorable (mejubad)? Aquel que honra (mejabed) a
sus semejantes (habriyot), como está dicho: “Porque a los que Me honran, los
honraré y los que Me menosprecian, serán tenidos en poco” (Samuel I 2:30)"
Mishnah (Avot 4:1)
El mismo concepto, y con una referencia aún más directa a la estrecha relación entre Honra
(dignidad) Divina y la honra humana la trae Yeshua en Mateo 25: “…Entonces también
ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento,
forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos
más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.”
Esto nos hace entonces comprender que el término hebreo para DIGNIDAD es KAVOD,
traducido generalmente como HONOR y HONRA, y que el reconocimiento del mismo es
la base para una actuación benevolente hacia nuestros semejantes (amor al prójimo).
Articulo1: “Todos los seres Humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Dotado como están de razón y conciencia, deben comportarse con los demás en un espíritu
de hermandad”. “Rene Samuel Cassin, uno de los principales arquitectos de esta
declaración y ganador del Premio Nobel de la Paz 1968. No oculta el hecho de que la idea
de la dignidad humana y los derechos vino de las Escrituras. La dignidad humana está
indisolublemente vinculada con los derechos humanos y la creencia en la fraternidad
de toda la humanidad (es decir, se reconoce al hombre como creado por D¨s y el tronco
común de descendencia para todos).
El ser humano posee dignidad por sí mismo, no viene dada por factores o individuos
externos, se tiene desde el mismo instante de su nacimiento y es inalienable.
Hay un argumento clásico entre Rabí Akiva y Ben Azzai (Talmud de Jerusalén, Nedarim
9:4) en cuanto a que es el principio fundamental que resume toda la Toráh. Rabí Akiva
creía que era el versículo (Levítico 19:18) "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Ben
Azzai no estuvo de acuerdo y considera que fue el versículo (Génesis 5:1) "Este es el libro
de las generaciones de Adán. El día en que Dios creó al hombre, se le hizo a imagen y
semejanza de Dios. " Desde el principio de amar a tu prójimo como, se puede deducir "lo
que es odioso para ti, no lo hagas a los demás." Esta es la versión de la Regla de Oro de
Hillel el anciano (Talmud de Babilonia, Shabbat 31a)”.
Yeshua lo expresa así: “ Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los
saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Yeshua le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente (Devarim 6:4). Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo
es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Lev 19:18). De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:36-40
El que acepta la opinión de que toda la humanidad se hizo en la semejanza de Dios debe
respetar todas las personas, independientemente de cómo s / él siente por ella / él (Pnei
Moshe, véase también la Torá Temimah en Génesis 5:1). De hecho, el rabino Joseph
Soloveitchik, uno de los grandes rabinos del siglo XX, hace que el punto de que la
dignidad humana y la justicia social "están implícitos en el concepto bíblico de que el
hombre fue creado a imagen de Dios "(Besdin, 1979: 190). Evidentemente, la importancia
de dignidad humana está ligada a la creencia de que Dios creó al hombre. De hecho, Amsel
(1994) cita el Midrash (Génesis Rabba 24:7), que mantiene, que el insultar a una persona se
ha insultado a su Creador, porque el hombre fue creado a imagen de Dios.
Obstáculos para formar o fortalecer el valor:
La falta de auto‐valoración o dignidad propia se aprende o se desarrolla. Si no se ha tenido
un hogar donde se den las condiciones de respeto mutuo difícilmente el individuo podrá
desarrollarla, es por ello la necesidad de conformar familiar solidas y sanas con base en la
palabra de Dios, en donde esta sea su método de crianza y desarrollo personal y familiar
(mateo 7:24,25)
La sociedad se ha vuelto tan difícil, que no es de alarmarse (para el mundo) ver
de grupos familiares destrozados por la falta de amor propio y hacia los demás.
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eAw1,ctualmente las mujer han tenido que cargar con la responsabilidad de salir adelante
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So las con los hijos ( y los hijos de crecer solos) teniendo que ir a la calle y dejándolos ( a la
buena del mundo ) en casa, donde la TV es el papá y la mamá y en la cual lo que se
transmite es perdición y malos hábitos en su mayoría, pervirtiendo así la imagen que se
debe formar en el niño o la niña de sí mismos, y terminan siendo según lo que han
recibido, llamando lo bueno malo y lo malo bueno (2 Timoteo 3:1‐3). Estos jóvenes y
aquellos a los que no se les presta una atención adecuada ayudándoles y enseñándoles
con ejemplo el amor por sí mismos son presa fácil para caer en vicios como las drogas, la
prostitución, la homosexualidad y otros con tal de pertenecer, ser aceptados o formar
parte de un grupo.
Por ello es importante estar atentos y prestar atención a los hijos; claro está no es
reprimir o estar como un policía encima del muchacho, pero es muy importante dar
ejemplo de vida sana, atención de calidad, comprensión, amor, aceptar cuando nos hemos
equivocado y pedir perdón, permitir que sientan la suficiente confianza para compartir sus
necesidades, que puedan sentir que somos de apoyo y no solo de crítica, para que no
busquen concejo en otro lugar donde no sabrán orientarlos.
Es necesario tomar un tiempo diario para orar con los hijos y hablarles de lo importante
que debe ser Dios en nuestras vidas ya que fuimos hechos a su imagen y semejanza, no
importa cuán pequeños puedan ser los niños, pues desde allí comienza la siembra de la
buena semilla.
Para la cultura occidental el ser digno es ser merecedor de algo por tus cualidades
o destrezas.
Sin embargo, podemos ver reflejado en la TORÁ que la dignidad no es algo exterior que
depende de la valoración de otros sino de algo inherente, que corresponde a cada
individuo por el hecho de haber sido creado a imagen de Dios (génesis 5:1)
Esa dignidad es el fundamento en el que se debe basar nuestra propia auto‐valoración y
por medio de la cual debemos percibirnos a nosotros mismos.
Nuestra dignidad no depende de cómo nos perciban los otros, si hacemos o no grandes
proezas, o si pertenecemos a un grupo específico de elite en la sociedad.
Estamos tan acostumbrados a estar pendientes de lo que dicen los demás que perdemos
nuestro valor como seres humanos creados a imagen del ETERNO, y solo nos vemos a
nosotros mismos a través de los ojos de otros. Si los valores de otros son indignos, esa
será la vara por la cual mediremos nuestros actos a fin de formar parte de un grupo al cual
deseamos pertenecer
Los seres humanos necesitamos el reconocimiento y el afecto del prójimo, la carencia de
estos elementos básicos es destructiva aun cuando no falte nada en cuanto a lo material.
La propia dignidad de cada uno, dependiendo del sentimiento que le ofrezcan o dejen de
ofrecer los que lo rodean. Muchas personas recurren a todo tipo de método o maniobras
con el fin de recibir aceptación y reconocimiento por parte de los demás.
Cuando pervertimos nuestro ser distorsionando la imagen de Dios en nosotros y nos
rebajamos a ser menos que seres humanos, perdemos nuestra dignidad o al menos la
extraviamos solo pudiendo recuperarla a través de la revelación del ETERNO en nuestras
vidas por medio de Mashiaj (Juan 1:12‐13), como sucedió en la parábola contada por
Yeshua que habla del hijo prodigo. Esta dignidad es la dignidad fundamental, a esta es
posible sumarle la que es propia de un reconocimiento público por nuestros actos y o
manera de vivir (Éxodo 28:1‐2)
El rabino Daniel Oppenheimer, señala en su libro “Banim Atem”
“Si entendemos que la dignidad del ser humano “real” radica en su percepción correcta de
constituir el Tzelem E‐lokin (semejanza de Dios) todo aquello que haga percibir una
independencia o soberanía de Dios, distorsiona la realidad y por ende el respeto real
propio, se traduce en ofuscaciones, soberbias de sí mismo, en detrimento de los
semejantes.”
“Es común que las personas juzguemos a los que nos rodean dándoles calificativos en
relación a lo que creemos de nosotros mismos, lo vemos con nuestros rasgos, fuerza de
voluntad, conocimientos y virtudes; percibiéndonos así como perfectos y dignos. Si
pudiéramos ver en los demás y en nosotros mismos la semejanza de Dios, podremos
apreciar la diversidad y las distintas virtudes que nos caracterizan a los seres humanos.”
Consecuentemente, las atrocidades del hombre contra su semejante se amparaban en la
no aceptación o no desconocimiento de su dignidad, por ejemplo para justificar la
esclavitud se decía que el esclavo no era persona humana, sino un objeto o un animal de
campo. En aras de la religión, se decía que los negros al ser descendientes de Cam, no
tenían privilegios por ser malditos.
En la época del colonialismo, se decía lo mismo del indio, que no tenía alma y por lo tanto
no poseía dignidad humana. En tiempos del nazismo fueron los judíos, gitanos,
minusválidos, enfermos mentales y homosexuales.
Es constante en la historia de la humanidad negar la dignidad humana para justificar y
justificarse en los atentados contra ella.
Así mismo, oculto en las ideologías socialistas procomunistas, se esconde la llama no sólo
del antisemitismos, sino del racismo y de la exclusión de minorías, de igual manera se
fortalece el abuso y maltrato sobre la dignidad humana, disfrazándose de obras en pro de
la igualdad.
Sólo cuando la humanidad reconozca a HaShem como Creador y Rey, cesará la injusticia,
el odio y los crímenes en contra de sus semejantes, porque la unidad en reconocerlo se
vertirá en el reconocimiento de la igualdad y la armonía.
Sin embargo un exceso de dignidad propia (en detrimento de la dignidad del prójimo),
puede fomentar el orgullo, pudiendo crear la sensación al individuo de tener derechos
exclusivos (privilegios) y crear un halo de superioridad que fundamente a sus mismos ojos
la degradación y desprecio al resto de sus semejantes.
Personajes e Historia Bíblica:
• La creación del hombre Gn 5:1
• José no pierde su dignidad a pesar de ser “rebajado” a esclavo y luego a reo. Gen
39
• Josué es revestido con la dignidad de Moisés Nm:27:18
• En La parábola del hijo prodigo Juan 1: 12‐13, el hijo “vuelve en si” y se reconoce
como creación de D¨s (dignidad inherente) aunque no olvida su pecado y entiende
que no es digno de ser llamado “hijo” (honra especial diferente a los jornaleros).
Su padre se la devuelve, a causa de su arrepentimiento.
•
La dignidad y su relación con otros valores y mandamientos
Podemos decir que tanto los valores como los mandamiento dados por El Eterno son
como el puente que nos conduce a una mejor relación y comunión con Dios y con nuestro
prójimo.
Estos son algunos:
Parashá Itro
• No tomes el Nombre de D´s en vano
• Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que
Adonay tu Elohim te da
• No Asesinarás
• No Adulterarás
• No robarás
• No levantarás falso testimonio
• No codiciarás
Parashá MIshpatim
• Amarás al extranjero
• No oprimirás (afligir) a la viuda, ni al huérfano ni al menesteroso
• La ley relativa a la doncella deshonrada
• No maldecir a las autoridades (líderes de la comunidad)
• No desvirtuar el derecho de la gente pobre
Parasha Kedoshim
• Temerás a tu Madre y a tu Padre
• No odiarás a tu hermano en tu corazón
• No maldigas al sordo ni pongas tropiezo delante del ciego
• No perviertas la justicia, ni favoreciendo al necesitado ni sobreestimando al
poderoso.
• Juzga a tu prójimo con rectitud
• Amarás a tu prójimo como a ti mismo
• No contamines a tu hija prostituyéndola, para que la tierra no se prostituya así
misma.
• Levántate ante las canas (anciano de edad) y honra al anciano (aquel que tiene
autoridad como líderes y maestros)
YESHUA DIJO:
Yeshua en Mateo 25: “…Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos
más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.”
“Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de
ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento
en la ley? Yeshua le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente (Devarim 6:4). Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Lev 19:18). De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:36-40
• Hijo de los hombres, ¡hasta cuando volveréis mi honra en infamia, amareis la
vanidad, y buscareis la mentira?
(salmos 4:2)
• Grande es su gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él
• Salmos 49:20 El hombre en honra que no entiende, Semejante es á las bestias que
perecen.
Pro 3:9 Honra á Jehová de tu sustancia, Y de las primicias de todos tus frutos;
• Pro 3:10 Y serán llenas tus trojes con abundancia, Y tus lagares rebosarán de
mosto.
• Pro 3:35 Los sabios heredarán honra: Mas los necios sostendrán ignominia.
• Pro 14:31 El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene
misericordia del pobre, lo honra.
• Pro 16:31 Corona de honra es la vejez, Que se hallará en el camino de justicia.
• Pro 19:11 La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la
ofensa.
• Pro 20:3 Honra es del hombre dejarse de contienda: Mas todo insensato se
envolverá en ella.
• Pro 21:21 El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la
honra.
• Pro 22:4 Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del
temor de Jehová.
• Pro 26:8 Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.
• Pro 29:23 La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la
honra.
Mal 1:7 Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos
amancillado? En que decís: La mesa de Jehová es despreciable.
Mal 1:8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? asimismo cuando
ofrecéis el cojo ó el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues á tu príncipe: ¿acaso se
agradará de ti, ó le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Mal 1:9 Ahora pues, orad á la faz de Dios que tenga piedad de nosotros: esto de vuestra
mano vino: ¿le seréis agradables? dice Jehová de los ejércitos.
Mal 1:10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de
balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de
vuestra mano me será agradable el presente.
Mal 1:11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre
entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio:
porque grande es mi nombre entre las gentes, dice Jehová de los ejércitos.
Mal 1:12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová; y
cuando hablan que su alimento es despreciable.
Mal 1:13 Habéis además dicho: Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice Jehová de los
ejércitos; y trajisteis lo hurtado, ó cojo, ó enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Seráme
acepto eso de vuesta mano? dice Jehová.
Mal 1:14 Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo
dañado á Jehová: porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es
formidable entre las gentes.
Juan 5:22 Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo;
Juan 5:23 Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo,
no honra al Padre que le envió.
Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado,
tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.