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Revista de Psicopatología y Psicología Clínica ® Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología (AEPCPJ

2002, Volumen 7, Número 2, pp, 129-140 ISSN 1136-5420/02

PATRONES DE PERSONALIDAD, SÍNDROMES CLÍNICOS


Y BIENESTAR PSICOLÓGICO EN ADOLESCENTES
MARÍA M. CASULLO' y ALEJANDRO CASTRO SOLANO'
' Universidad de Buenos Aires, Argentina
^ Universidad de Palermo, Buenos Aires, Argentina
(Aceptado en noviembre de 2001)

El presente trabajo analiza dimensiones del bienestar psicológico y patrones de perso-


nalidad en estudiantes adolescentes con y sin presencia de síntomas y síndromes clí-
nicos. Las pruebas SCL-90-R y MACI, y una escala de bienestar psicológico, fueron
administradas a una muestra de 305 estudiantes adolescentes de escuelas públicas
eirgentinas. Se veriñcó que el 27% presentaba síntomas y síndromes de relevancia clí-
nica, especialmente referidos a depresión, tendencias suicidas y trastornos alimenta-
rios. Los adolescentes de riesgo alto (RA) percibían menor bienesteu' psicológico, espe-
cialmente en las dimensiones proyectos de vida y control de situaciones. Por su parte,
aquéllos de riesgo bajo (RB] tendían a dramatizar sus conflictos, eran más individua-
listas y conformistas, revelaban mayor tendencia a la insensibilidad social y parecían
estar más disconformes con su sexualidad.
Palabras clave: Bienestar psicológico, adolescentes, patrones de personalidad, síndro-
mes clínicos.

PersonaUty patterns, clinical syndromes and psychological well-being in adolescents


Dimensions of psychological well-being in adolescents with and without presence of
clinical symptoms and personality patterns were analysed. For assessment purposes,
SCL-90-R, M A C I and a measure of psychological well-being (BIEPS) were administe-
red to a sample of 305 adolescent students attending public schools in Buenos Aires
city. We found presence of different kinds of psychopathology in 27% of the total sam-
ple. Psychological well-being was lower in subjects with clinical patterns and symp-
toms, mainly in the domains related with life projects and control of events. Subjects
considered not being at risk showed tendencies to dramatize, were unruly and con-
forming and expressed concems related to sexual discomfort and social insensitivity.
Key words: Psychological well-being, adolescents, personality patterns, clinical syn-
dromes.

INTRODUCCIÓN dio como una etapa de transición en el


ciclo vital personal en la que se producen
Tradicionalmente la adolescencia ha sido hechos de alta relevancia para el logro de
conceptuada como un período de caren- una vida adulta sana: los cambios corpo-
cias y necesidades, una época de tor- rales relacionados con la pubertad, el
mentas y malestares en la que aparecían acceso a la sexualidad reproductiva, el
determinadas alteraciones conductuales, establecimiento de nuevos vínculos psi-
cognitivas y afectivas no consideradas cosociales, en especial con personas de
patológicas (Aberastury y Knobel, 1971). sexo diferente al propio, el logro de cier-
En las últimas dos décadas del siglo XX tas competencias intelectuales que hacen
los investigadores han enfocado su estu- posible una manera diferente de pensar y
analizar la realidad, la construcción de
Correspondencia: María M. Casullo, Facultad de las identidades sexuales y ocupacionales.
Psicología, Universidad de Buenos Aires, Indepen- En la cultura occidental urbana se ha
dencia 3065,1225 Buenos Aires, Argentina. Correo-
e: casullo@psi.uba.ar verificado una prolongación en años de
130 María M. CasuUo y Alejandro Castro Solano

la duración de esta etapa, por lo que está condicionado por las posibilidades
autores como Elliott y Feldman (2000) biológicas, personales y culturales y afec-
sugieren hablar de sub-etapas: la adoles- ta el logro de la salud psíquica, entendi-
cencia temprana (11 a 14 años), la media da como la percepción subjetiva y objeti-
(15 a 17 años) y la adolescencia tardía (18 va de bienestar (Lemos y col., 1992). Este
a 25 años). logro es posible cuando las metas que el
Hill (1993) ha revisado una serie de sujeto se propone alcanzar armonizan
estudios empíricos sobre adolescentes y con sus desarrollos físico, afectivo, cog-
considera que es un período evolutivo en nitivo y social y sus condiciones de vida
el que sólo algunos individuos desarro- (Schulenberg et al., 1997). Una persona
llan problemas con significación clínica. tiene un alto bienestar psicológico (BP) si
Las transiciones que tienen lugar duran- experimenta satisfacción con su vida, si
te la segunda y tercera décadas de la vida su estado anímico es bueno (afectos posi-
de todo individuo proveen las estructu- tivos) y sólo ocasionalmente experimen-
ras y recursos que permiten que el niño ta emociones poco placenteras como
se transforme en adolescente y éste en un tristeza, rabia, inhibiciones (afectos nega-
adulto (McCullough et al., 2000). Todas tivos) (Fierro y Cardenal, 1996). La per-
las transiciones tienen en común un ele- cepción de BP puede ser considerada
mento de discontinuidad, que si bien no como el componente cognitivo de la
necesariamente es abrupta o azarosa, satisfacción vital ya que implica valora-
implica un proceso de cambio en la ciones que las personas hacen respecto a
manera en la que las personas se auto- cómo les ha ido o cómo les está yendo en
perciben y perciben el mundo en el que el transcurso de sus vidas (Diener y Suh,
están inmersas; todo cambio siempre 2001). El análisis de los factores asocia-
implica un riesgo. Las experiencias de dos con el BP es una buena manera de
transición (la pubertad, el ingreso a la comprender su significado, teniendo pre-
escolaridad media, la finalización de esos sente que esos factores veirían en función
estudios, construir la identidad sexual) de las diferencias culturales. Tal como
alteran el equilibrio afectivo y la percep- afirman los autores antes mencionados,
ción subjetiva de bienestEir. Como bien lo las emociones son buenos predictores del
señalan Petersen y Leffert (1995) la ado- BP en las denominadas culturas indivi-
lescencia se caracteriza por experiencias dualistas mientras que en las colectivis-
de cambios, es un período de desafíos no tas el BP está mucho más asociado con
necesariamente negativo y problemático, las conductas de respeto y cumplimiento
a menos que condiciones socioculturales de las normas sociales vigentes. Por eso
o neurobiológicas específicas lo provo- es necesario destacar que el BP puede ser
quen. Las principales transiciones que se analizado en dos niveles: sociocultural
llevan a cabo durante la adolescencia (producto bruto interno per capita, pro-
suponen un movimiento hacia compor- medio de expectativa de vida, tasas de
tamientos más libres y responsables; jun- desempleo) e individual (actitudes, opi-
to a los cambios puberales y cognitivos se niones, creencias, percepciones). En el
producen modificaciones en el ámbito de presente trabajo se aborda su análisis des-
las afiliaciones (los vínculos con los de la percepción subjetiva que tienen los
padres, los pares, las experiencias de ena- adolescentes, sobre la base de las pro-
moramiento), en el campo de la actividad puestas de Ryff y Keyes (1995) y Ryff
académica-laboral (la escuela y el mundo (1989) quienes sostienen que el cons-
del trabajo) y se construye la identidad tructo se operacionaliza en seis dimen-
personal. El recorrido de esa transición siones: aceptación de sí mismo, relacio-
Patrones de personalidad, síndromes clínicos y bienestar psicológico en adolescentes 131

nes positivas con los otros, autonomía, cunstancias vitales resultan indemnes a
control del medio ambiente, construc- tal situación? Muchos adolescentes no de-
ción del proyecto de vida y crecimiento sarrollan patologías a pesar de estar ex-
personal. puestos a situaciones vitales estresantes.
Interesa poder discriminar entre los Ciertos autores diferencian los concep-
comportamientos, emociones y vivencias tos de vulnerabilidad y riesgo. Para
subjetivas que son expresión de creci- Ingram y Price (2001) la vulnerabilidad
miento y cambio y los que implican dis- está asociada con la causalidad, alude a
función y/o patología. Tradicionalmente los mecanismos relativamente estables
se ha definido a los adolescentes en ries- (hereditarios o sociales) productores de
go en función de determinadas variables un cuadro o trastorno patológico. Estos
sociodemográficas, personales o familia- mecanismos pueden estar presentes en
res, como la pertenencia a un grupo de los subsistemas cognitivo, afectivo, fisio-
bajo nivel sociocultural o el bajo nivel lógico, social o cultural que conforman al
educativo (Me Whiter, Me Whiter y Me sujeto humano en su condición de siste-
Whiter, 1993; Pallas, Natriello y McDuU, ma complejo e interactúan de forma
1989). En términos generales cabe afir- dinámica y recíproca. La psicopatología
mar que los adolescentes tienen cantidad es la resultante de fracasos o dificultades
suficiente de información acerca del ries- en el proceso de negociación que supone
go implícito en muchas de sus acciones a el empleo adecuado de recursos de los
pesar de lo cual éstas no la reflejan. Estar subsistemas mencionados en la resolu-
informado no significa que siempre se ción de problemas específicos (Cicchetti
actúe teniendo en cuenta esa información y Cohén, 1995) en el transcurso del ciclo
(Frost, 1992). Beck (1992) sostiene que evolutivo. Los factores de riesgo, por su
varias de las características asociadas con parte, se refieren a variables correlació-
los comportamientos adultos sanos (tra- nales y descriptivas empíricamente aso-
bajo estable, vida familiar) se han frag- ciadas con la manifestación de determi-
mentado de tal manera en la sociedad nadas patologías. Conocer el factor de
urbana actual que generan en los adoles- riesgo permite predecir la probabilidad
centes una flexibilidad emancipadora y de que una disfunción o trastorno pueda
sentimientos de ansiedad e incertidum- estructurarse o manifestarse. Es impor-
bre; el comportamiento de riesgo surge tante no confundir causa con ocurrencia.
como una solución transitoria aparente. Algunos investigadores dan importancia
Walker y Towsend (1998) informeoí sobre al estudio de variables relacionadas con
la existencia de altos porcentajes de ado- lo opuesto a la vulnerabilidad: la invul-
lescentes con problemas emocionales de nerabilidad, asociada con la competen-
gravedad: el 15% en población general cia, los factores protectores, el sentido de
no consultante. Aproximadamente el coherencia, los mecanismos de resisten-
50% de ese total está conformado por cia iresUiencé) que impiden la estructu-
casos nuevos; el 50% restante es una pro- ración de la patología, sin suponer inmu-
longación de problemas ya presentes en nidad.
la infancia. Muchas alteraciones emocio- Es necesario entonces estudiar el im-
nales de la infancia cristalizan en la ado- pacto de los factores de resistencia que
lescencia convirtiéndose en características neutralizan el efecto de los estresores:
disfuncionales estables de personalidad fortalezas constitucionales, historias fa-
(Bernstein et al., 1996). ¿Por qué algunos miliares sanas, el apoyo social, los hábi-
jóvenes desarrollan trastornos psicológi- tos de salud, las disposiciones de perso-
cos y otros que atraviesan las mismas cir- nalidad (Cobaza et al., 1979). Durante
132 María M. Casullo y Alejandro Castro Solano

mucho tiempo la psicología se ha ocupa- instituciones educativas para la identifi-


do más de estudiar los aspectos patológi- cación temprana de trastornos en adoles-
cos, enfermos y desajustados relaciona- centes.
dos con el malestar (Veenhoven, 1988) De forma más concreta, pretendemos
descuidando los aspectos generadores de señalar los siguientes objetivos específi-
salud. Desde fines de la década del 80 se cos que se desprenden del objetivo gene-
han incrementado las propuestas psico- ral: Analizar y comparar percepciones
lógicas que debaten un nuevo paradigma subjetivas de BP en estudiantes que pre-
al que denominan psicología positiva o sentan síntomas psicopatológicos y sín-
«salutogénica» (Casullo, 2001). Los indi- dromes clínicos, estimados como de ries-
viduos más felices y satisfechos sufren go alto (RA) y en aquéllos considerados
menos malestar, tienen mejores autocon- de riesgo bajo (RB). Específicamente,
ceptos, un mejor dominio del entorno y mediante el presente estudios se preten-
poseen buenas habilidades sociales. La de: (a) Analizar las relaciones probables
satisfacción y el bienestar psicológicos entre la percepción subjetiva de BP y los
podrían caracterizarse como indicadores patrones de personalidad según las pro-
de un buen funcionamiento mental puestas de T. Millón; (b) Determinar si
(Argyle, 1987). Veenhoven (1995) afirma existen diferencias significativas según
que los individuos felices superan en una sexo y edad en relación con los diferen-
proporción de 3 a 1 a los que no lo son y tes agrupamientos [clusters) psicopatoló-
caracteriza la felicidad y el BP como dis- gicos; (c) Obtener datos empíricos que
posiciones bio-psicológicas naturales. El permitan proponer la evaluación de la
bienestar subjetivo es el equivalente psi- percepción subjetiva del BP como estra-
cológico del concepto biológico orgánico tegia para la identificación temprana de
de salud. adolescentes en riesgo en el contexto de
¿Qué factores posibilitan que ciertos instituciones educativas.
adolescentes no desarrollen trastornos
psicológicos aunque todo indicase que
ello es probable? Las investigaciones so- MÉTODO
bre adolescentes en riesgo que venimos
desarrollando desde el año 1990 en Participantes
escuelas públicas de la ciudad de Buenos
Aires han permitido aislar algunos de Peirticiparon en el estudio 305 adolescen-
esos factores protectores: posibilidad de tes, varones y mujeres, de 13 a 17 años de
pensar en un proyecto de vida, criterio edad, alumnos de institutos de educación
de realidad o sentido común, tolerancia secundaria ubicados en la ciudad de Bue-
a la frustración, presencia de redes de nos Aires. Para seleccionar a los adoles-
apoyo afectivo, baja impulsividad, per- centes de riesgo alto (RA) se tomaron en
cepción de bienestar subjetivo (Casullo et cuenta las puntuaciones del SCL-90-R.
al., 2000). Siguiendo el criterio propuesto por Dero-
El objetivo general del siguiente estu- gatis (1994) se consideró caso clínico al
dio es analizar los factores asociados a la que puntuaba por encima del percentil 84
dimensión subjetiva bienestar psicológi- en el índice general de sintomatología
co en adolescentes. Esto nos permitirá (GSI) y/o obtuvo vma puntuación superior
discriminar de forma objetiva entre ado- al percentil 84 en por lo menos dos de las
lescentes en riesgo alto de sufrir algún escalas primarias del listado de síntomas.
tipo de psicopatología o en riesgo bajo y, Mediante este procedimiento se ubicó en
de esta forma, actuar en el contexto de las la categoría «caso clínico» (RA) a 83 estu-
Patrones de personalidad, síndromes clínicos y bienestar psicológico en adolescentes 133

diantes de los 305 que participaron en el Cuestionario MACI [Millón Adolescent


estudio. Se tomó como grupo control (n = Clinical Inventory, Millón, 1993). Es un
222} a los estudiantes que habían pun- cuestionario de autoinforme que evalúa
tuado bajo en el SCL-90-R, no considera- patrones de personalidad, áreas de expre-
dos casos clínicos (i.e., de RB). La media sión de preocupaciones e identifica aque-
de edad, para el total de casos analizados llos síndromes clínicos más prevalentes
(55% mujeres y 45% varones) era de en los adolescentes. Está integrado por
14,71 para las mujeres [DT = 1,49) y de 180 Ítems que se responden por verdade-
15,04 para los varones [DT = 1,34). Los ro o falso. Se utilizó para este estudio la
participantes pertenecen a un nivel socio- versión argentina de Casullo et al. (1998,
económico medio y medio-bajo, calcula- 1999). Está compuesto por 3 secciones:
dos considerando el nivel ocupacional y (1) Patrones de personalidad; doce esca-
educacional de los padres o adultos a car- las evalúan características de la persona-
go de los adolescentes. lidad (introvertido, inhibido, afligido,
sumiso, dramatizador, egoísta, transgre-
sor, sádico, conformista, oposicionista,
Pruebas psicológicas autodegradante y tendencia borderline).
(2) Preocupaciones expresadas; ocho
Cuestionario SCL-90-R [Symptom Che- escalas se centran en sentimientos y acti-
cklist-90-Revised; Derogatis, 1994). Se tudes sobre temas que conciernen a la
utilizó la versión argentina de (Casullo y mayoría de lo adolescentes: difusión de
Castro Solano, 1999). Es un cuestionario identidad, autodesvalorización, desapro-
de autoinforme de 90 síntomas. Los sín- bación corporal, disconformidad sexual,
tomas están agrupados en 9 áreas: ansie- inseguridad grupal, insensibilidad social,
dad, depresión, ideación paranoide, psi- discordia familiar y abuso infantil. (3)
coticismo, somatización, obsesiones y Síndromes clínicos; las siete escalas que
compulsiones, sensibilidad interperso- componen esta sección se refieren a
nal, ansiedad fóbica y hostilidad. El suje- desórdenes que se manifiestan de mane-
to tiene que responder si le molestó o ra específica: afecto depresivo, abuso de
preocupó cada síntoma durante la ultima sustancias, disfunciones de la alimenta-
semana, en una escala tipo Likert con 5 ción, tendencia al uso de sustancias, pre-
opciones de respuesta (nada a mucho). El disposición a la delincuencia, tendencia
cuestionario permite la obtención de tres a la impulsividad, sentimientos de ansie-
índices globales que informan, en una dad y tendencia suicida. El inventario
puntuación única, sobre el nivel de pro- presenta cuatro índices reveladores que
fundidad y dimensión de malestar psico- indican el estilo de respuesta del pacien-
lógico: (1) índice de severidad global te (sinceridad, deseabilidad, depreciación
(GSI); es un indicador del nivel actual de y fiabilidad).
gravedad del desorden; combina el Escala de bienestar psicológico (BIEPS;
número de síntomas y la intensidad del Casullo, 1999). Es una escala de autoin-
estrés percibido. (2) índice de malestar forme de 13 Ítems que evalúa el bienestar
sintomatológico; mide la intensidad de psicológico (BP) sobre la base de las cua-
los síntomas e informa si quien responde tro dimensiones siguientes: (1) control de
los exagera o atenúa. (3) índice de sínto- situaciones, (2) vínculos psicosociales, (3)
mas positivos; indica la cantidad de sín- proyectos de vida y (4) aceptación de sí
tomas informados; es una medida de la mismo. Está basada en la teoría de la satis-
cobertura de los síntomas en relación con facción elaborada por Ryff y Keyes (1995),
diferentes áreas. Ryff (1989), y Schmutte y Ryff (1997).
134 María M. CasuUo y Alejandro Castro Solano

Procedimiento MACI (Tabla 1). No se encontraron dife-


rencias significativas en 4 de esas escalas:
El cuestionario SCL-90-R y la escala sumisión, insensibilidad social, predis-
BIEPS fueron administrados grupalmen- posición a la delincuencia y ansiedad.
te en las instituciones educativas, en el Los adolescentes considerados en RA
horario en el que se imparten las clases. muestran un patrón de personalidad más
En función de las puntuaciones obteni- desajustado y con características border-
das en el SCL-90-R fueron seleccionados line en comparación con aquéllos consi-
los estudiantes considerados «casos clí- derados RB. Presentan alteraciones psico-
nicos» o de riesgo alto (RA). A estos ado- patológicas tanto de tipo internalizantes
lescentes se les administró el MACI en (introvertido, inhibido, triste y autodes-
forma grupal (grupos integrados por 5 a 7 tructivo) como externalizantes (indis-
personas). También se administró el ciplinado, sádico, oposicionista). Las pre-
MACI a estudiantes con puntuaciones ocupaciones más frecuentes están
bajas [riesgo bajo (RB) o grupo control]. relacionadas con la autoimagen y la
Se informó a los participantes que sus autopercepción (difusión de identidad,
respuestas serían tratadas de modo con- autodesvalorización, desaprobación cor-
fidencial. La escuela no tuvo conoci- poral), la calidad de los vínculos con los
miento de los resultados individuales de pares y la familia (inseguridad social y
cada participante. Los adolescentes discordia familiar) y el abuso infantil.
detectados como «casos clínicos» fueron Presentan también puntuaciones prome-
citados para una entrevista clínica indi- dio más elevadas en los síndromes clíni-
vidual, tarea que permitió confirmar la cos que aquéllos considerados RB. Los
categorización diagnóstica basada en las adolescentes de RB dramatizan más sus
puntuaciones de la prueba MACI en el malestares, son más individualistas y
93% de los casos. A partir de entrevistar conformistas, parecen más disconformes
a uno o ambos padres fueron concretadas con su sexualidad y tienden a mostrar
derivaciones a un centro de salud comu- más insensibilidad social.
nitario. Es importante destacar que nin-
guno de los adolescentes entrevistados
había recibido o estaba recibiendo asis- Patrones de personalidad de
tencia psicológica o psiquiátrica al estudiantes RA
momento de ser evaluados. Los datos
presentados forman parte de un estudio Para verificar los patrones diferencia-
más amplio sobre factores de riesgo y psi- les de personalidad disfuncional que tie-
comorfología de la salud al que ya se ha nen los estudiantes de RA se llevó a cabo
hecho referencia. un análisis de clusters de perfiles. Pre-
viamente se tipificaron las puntuaciones
del MACI. Se tomó como criterio para
RESULTADOS interpretar una elevación en cada escala
una desviación típica mayor a 1. La
Comparación de perfiles de personalidad mejor solución encontrada fue la de 4
clusters. Los grupos fueron caracteriza-
Se compararon las puntuaciones en el dos de la siguiente forma:
MACI de ambos grupos de jóvenes (RA y
RB). Los resultados muestran que los 1) Grupo con trastornos internalizan-
adolescentes RA obtuvieron altas pun- tes leves [n = 24). Estos adolescentes pre-
tuaciones en la mayoría de las escalas del sentan déficits en la polaridad placer
Patrones de personalidad, síndromes clínicos y bienestar psicológico en adolescentes 135

Tabla 1. Puntuaciones en el MACI de adolescentes con alto y bajo riesgo psicopatológico


Bajo riesgo Alto Riesgo
(n = 222) (n = 83)
Escalas MACI Media DT Media DT f
Apertura 292.39 59.96 380.24 67.71 11.22*
Deseabilidad 10.64 2.76 8.56 3.28 5.72*
Defensividad 2.75 2.39 7.09 3.54 12.54*
Introvertido 20.18 7.37 29.71 9.75 9.39*
Inhibido 17.34 8.59 27.44 11.97 8.35*
Triste 9.57 7.76 21.80 9.59 11.74*
Sumiso 47.73 9.12 47.44 13.18 0.21
Dramático 40.55 7.73 33.36 10.55 6.67*
Egoísta 35.07 7.70 28.46 11.07 6.01*
Indisciplinado 28.09 11.09 34.89 13.09 4.65*
Sádico 9.23 7.89 14.88 10.36 5.20*
Conformista 47.98 9.65 36.17 12.21 9.04*
Oposicionista 16.66 9.56 29.47 11.73 10.01*
Autodestructivo 14.56 10.35 32.01 12.73 12.60*
Tendencia límite 9.54 6.07 19.32 8.14 11.63*
Difusión Identidad 11.14 5.97 20.43 8.41 10.99*
Autodevaluación 15.82 10.92 31.69 13.38 10.87*
Desaprob. corporal 7.30 7.48 13.19 7.98 6.18*
Incomodidad sexual 27.72 6.62 24.99 8.25 3.06*
Inseguridad pares 8.34 4.88 11.31 6.41 4.43*
Insensibilidad social 27.80 8.17 26.60 10.84 1.06
Discordia familiar 14.15 5.74 19.61 7.61 6.89*
Abuso infantil 4.84 3.41 10.40 6.33 9.99*
Trastorno alimentario 8.74 8.49 16.43 8.90 7.15*
Abuso de sustancias 12.19 9.15 20.86 12.10 6.87*
Predisposición delincuencia 21.91 6.20 22.68 8.67 0.87
Impulsividad 14.23 5.96 18.69 7.42 5.57*
Ansiedad 30.49 5.97 31.29 9.68 0.88
Depresión 13.61 6.58 23.71 9.65 10.65*
Tendencia suicida 5.23 5.51 14.97 8.59 11.90*
p < 0.001

(introvertido, inhibido y triste), la per- casi todas las escalas de preocupaciones


cepción de sí mismos se caracteriza por actuales y en la escala de trastorno bor-
la alta devaluación, son propensos a derline de la personalidad. Se trata de un
desarrollar trastornos en los comporta- grupo con alteraciones graves de la per-
mientos alimentarios y presentan sinto- sonalidad; registran puntuaciones eleva-
matología clínica depresiva. das en la escala abuso infantil y en los
2) Grupo con trastornos internalizan- síndromes clínicos que connotan trastor-
tes y alteraciones de la personalidad nos depresivos y tendencia suicida. Es el
severas [n = 11). Este grupo, al igual que grupo en más alto riesgo psicológico.
el anterior, presenta puntuaciones eleva- 3) Grupo Impulsivo [n = 15). Estos
das en aquellos patrones de personalidad adolescentes registran conductas anti-
con características internalizantes y défi- sociales y narcisistas; obtienen la fuen-
cits en la polaridad placer. Sin embargo te de refuerzo principalmente en sí mis-
tienen puntuaciones muy elevadas en mos. Revelan también características de
136 María M. Casullo y Alejandro Castro Solano

personalidad borderline así como una Perfiles de satisfacción de adolescentes


propensión al desarrollo de conductas
impulsivas y abuso de sustancias psico- Con la finalidad de verificar si los jóve-
activas. nes de RA tenían un nivel de bienestar
4) Grupo sin síndromes clínicos [n = 30). diferente de aquéllos con BR, se compa-
Este grupo registra puntuaciones bajas en raron las puntuaciones en la escEila BIEPS
casi todas las escalas del MACI. Presenta de ambos grupos. Se pudo constatar que
un patrón de personalidad similar a quie- los considerados RA tienen menor nivel
nes no se encontraban en RA por lo que de BP en cada una de las dimensiones de
se lo caracteriza como el de menor ries- la BIEPS: menor control de las situacio-
go. Se considera que los síntomas autoin- nes, menor aceptación de sí mismos,
formados son transitorios, producto de mayor ausencia de proyectos y dificultad
algún evento vital estresante momentá- para establecer vínculos interpersonales
neo, no hay riesgo de desarrollo de tras- (Tabla 2).
tornos de personalidad u otro síndrome Finalmente se llevó a cabo un análisis
clínico de importancia. discriminante para revisar los aspectos
del BP más relacionados con adolescen-
El análisis de los datos obtenidos tes categorizados RA y RB. Se obtuvo una
indica que no todos los adolescentes función discriminante que explica el
considerados en situación de riesgo psi- 23% de la variación de las puntuaciones
cológico presentan los mismos patrones del bienestar entre ambos grupos (A, =
de personalidad, existen importantes 0.81, x^ (2) = 53.10, p < 0.05). La dimen-
diferencias individuales intragrupales. sión proyectos es la que más discrimina
Como paso siguiente se relacionaron entre ambos grupos. Se realizó un segun-
estos cuatro perfiles clínicos con las do análisis discriminante para determi-
variables edad y sexo. Previamente se nar la existencia de diferencias indivi-
recodificó la variable edad en dos cate- duales en la percepción del BP entre los
gorías (entre 13 y 15 años y mayores de adolescentes que se encontraban en el
15 años). Se verificó que estos perfiles grupo RA. Se tomaron como variables
eran independientes de las edades de dependientes las subescalas de la BIEPS
los jóvenes (x^ (3) = 3.13, ns), y se pudo y su puntuación total y como variable
constatar asociación con la variable independiente la pertenencia a cada sub-
género (x^ (3) = 19.90, p < 0.001): los grupo. Se obtuvieron tres funciones dis-
varones eran más propensos a presentar criminantes. La primera de ellas explica
trastornos impulsivos y las mujeres tras- un alto porcentaje de la varianza (auto-
tornos internalizantes leves. valor = 0.46; correlación canónica = 0.56;

Tabla 2. Perfiles BIEPS de estudiantes con alto y bajo riesgo psicológico


Bajo riesgo Alto Riesgo
{n = 222) (n = 90)
Escalas BIEPS Media DT Media DT t
Total BIEPS 34.02 4.39 29.04 5.15 6.59* (a)
Control 10.70 1.59 9.16 . 2.09 5.74* (a)
Vínculos 7.86 1.29 6.76 1.54 5.88* (a)
Proyectos 7.75 1.42 7.01 1.72 3.30* (b)
Aceptación 7.69 1.29 6.61 1.48 5.83* (a)
Nota: (a) tamaño del efecto alto; (b) tamaño del efecto moderado
* p< 0.001
Patrones de personalidad, síndromes clínicos y bienestar psicológico en adolescentes 137

86% de la varianza). El análisis discrimi- impulsos, no asociados con la edad de


nante permitió verificar que la sensación los adolescentes pero sí con la variable
de control (r con la función = 0.82) y el género. Los adolescentes considerados
tener proyectos (r con la función = 0.75) de RB tienden a dramatizar más sus con-
son las dimensiones del BP que más dife- flictos, están más centrados en si mis-
rencian entre los subgrupos de jóvenes mos (alto individualismo), son personas
en riesgo. Tanto el tener proyectos de en las que predominan las actitudes
vida como la capacidad para controlar conformistas y la insensibilidad social y
situaciones no sólo discriminan entre parecen estar más disconformes con su
adolescentes RB y RA sino también entre sexualidad.
los diferentes clusters psicopatológicos Este estudio ha permitido constatar
analizados. que el BP aparece asociado con situacio-
nes de bajo riesgo. Los perfiles de quie-
nes son considerados en RA muestran
DISCUSIÓN trastornos internalizantes graves así
como bajo control de los impulsos. En
Con relación al objetivo principal de esta términos generales las dimensiones del
investigación se puede concluir que los BP que diferenciíui más entre los adoles-
datos presentados confirman que las ins- centes RA de los RB son el control de
tituciones educativas son ámbitos ade- situaciones y la existencia de proyectos
cuados para el desarrollo de tareas de de vida. Los estudiantes RA informan
tipo epidemiológico que posibilitan la sobre la existencia de dificultades para
detección de adolescentes en riesgo. Se el manejo de los asuntos de la vida dia-
considera que el haber podido ubicar un ria, parecen no darse cuenta de las opor-
28 % de estudiantes con problemas psi- tunidades que les presenta el medio y se
cológicos de importancia clínica da sus- consideran incapaces de modificar el
tento a lo expresado anteriormente. En el ambiente.
marco de las acciones que se desarrollan Se considera importante haber verifi-
hasta el presente en los ámbitos de los cado que la dimensión relacionada con la
sistemas de salud y educación públicas elaboración de un proyecto de vida es
de la ciudad de Buenos Aires puede afir- una de las que más diferencia entre los
marse que el espacio educativo está muy grupos en RA y RB. Para quienes trabajan
desaprovechado por los profesionales con adolescentes, tanto desde un aborda-
que manifiestan estar interesados en la je clínico como educativo, estos datos
prevención y asistencia clínica y rehabi- plantean la necesidad de tener como
litación de la salud psíquica de los ado- meta de las intervenciones profesionales
lescentes. la construcción del proyecto de vida per-
Los estudiantes identificados en situa- sonal, el desarrollo del sentido de auto-
ciones de RA presentaban básicamente competencia y el logro de estrategias de
trastornos de personalidad con caracte- afrontamiento que posibiliten un mejor
rísticas borderline, habiéndose compro- control del ambiente.
bado que no conforman un grupo clíni- La escala BIEPS, integrada por sólo tre-
camente homogéneo sino que existen ce Ítems, es un instrumento válido, fia-
importantes diferencias interindividua- ble, práctico y eficaz para identificar
les. Se han encontrado trastornos inter- sujetos en riesgo [screening]. A partir del
nalizantes con y sin graves alteraciones estudio realizado puede afirmarse que
de la personalidad así como trastornos una baja puntuación total en la BIEPS
relacionados con el control de los puede dar cuenta de la existencia proba-
138 María M. CasuUo y Alejandro Castro Solano

ble de problemática psicológica cuya ciones altas en BP son mucho más indi-
especificidad y gravedad deberán ser vidualistas, tienden a buscar protección y
diagnosticadas. El inventario clínico de ayuda mediante el uso de estrategias que
Millón para adolescentes (MACI) ha suponen manipulación y seducción (dra-
resultado una técnica de diagnóstico váli- matizan), se reconocen más conformistas,
da y su uso en tareas similares a las infor- lo que según el propio Millón supone
madas en el presente trabajo es altamen- altos niveles de represión acompañados
te recomendable. por sentimientos de ambivalencia, reco-
A partir de los estudios realizados y nocen tener sentimientos confusos res-
en curso sobre BP, se considera que es pecto a su sexualidad, miedo a dialogar
necesario desarrollar investigaciones sobre sus identidades sexuales en proce-
que tengan en cuenta dicho constructo so de construcción y se muestran como
en el contexto de la diversidad cultural personas más indiferentes hacia lo que
que caracteriza n u e s t r o m u n d o actual sientan o hagan los demás (insensibilidad
tan globalizado en lo económico. En este social). ¿Es probable encontrar datos
sentido compartimos las sugerencias de semejantes si replicamos el estudio con
Triandis (2001) q u i e n sostiene que la estudiantes adolescentes que viven en
cultura es a la sociedad lo que la memo- contextos culturales y sociales diferentes
ria es a los individuos y, por lo tanto, es al nuestro? ¿Puede afirmarse que el BP se
imposible dejar de tener en cuenta el logra siendo individualistas, insensibles
estudio de las d i m e n s i o n e s culturales a las problemáticas sociales, manipula-
que intervienen en la construcción de la dores y seductores para conseguir apoyo
noción de BP. Si el BP ha sido definido emocional y algo confusos en temas refe-
en términos de valoraciones que las per- ridos a la sexualidad? Es de esperar que
sonas h a c e n en función de haber o n o estudios futuros puedan dar respuesta a
logrado ciertas metas o expectativas, es numerosas preguntas que la realización
indudable que éstas se incorporan a par- del trabajo que presentamos nos ha plan-
tir de procesos de socialización primaria teado y para las cuales a ú n no tenemos
que se sostienen en valores y creencias todas las respuestas deseadas.
planteadas como social y culturalmente
válidas. No cabe d u d a que las diferen-
cias encontradas referidas a mayor pre- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
sencia de problemática depresiva (inter-
nalizante) en mujeres y las relativas al Aberastury, A., y Knobel, M. (1971). Adoles-
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Los datos analizados en el presente tra- Bernstein, D., Cohén, ?., Skodol, A., Bezirga-
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bajo, en términos generales, muestran que
antecedents of adolescent personality
el BP está asociado con la ausencia de disorders. American Journal of Psychiatry,
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nalidad con significación clínica. Sin Casullo, M.M. (1999). Escala para la Evalua-
embargo, es importante tener presente ción del Bienestar Psicológico. Buenos
que esos mismos datos están indicando Aires: Departamento de Publicaciones de
que los adolescentes que no presentan la Facultad de Psicología (Universidad de
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Patrones de personalidad, síndromes clínicos y bienestar psicológico en adolescentes 139

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