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Indice
1 El profeta y su tiempo – época de redacción del libro
2 Estructura
3 Principales puntos de teología
3.1 Acusaciones y posibilidad de salvación.
3.2 El “día del Señor”
3.3 La renovación de Sion-Jerusalén
Referencias bibliográficas
1 El profeta y su tiempo – época de redacción del libro
El profeta se presenta al comienzo del libro (So 1,1) de una manera inusual
con una genealogía que llega hasta la cuarta generación. No se puede saber con
certeza si el nombre de Ezequías en la genealogía se refiere al monarca que
gobernó Judá (desde finales del siglo VIII hasta principios del siglo VII a. C.). Por
otro lado, el nombre “Cusi”, también mencionado allí, podría entenderse como
personal o gentilicio, en este caso en relación con Etiopía (“Cush”), al que se hace
referencia en So 2,12. No puede sostenerse que indique la tribu de Cusan (Nm.
12: 1; Ab. 3: 7), así como no hay argumentos para identificar al profeta con el
sacerdote homónimo nombrado en el libro de Jeremías (Jr. 21, 1; 29,25, 29,
52,24).
El título del libro sitúa en la época del anuncio del profeta en el reinado de
Josías (640-609 a. C.), que promovió una importante reforma religiosa, con el
propósito de purificar la adoración y mejorar la observancia de la Ley (2 R 22,1-
23,27). Como este rey nunca se menciona en el libro y el profeta critica el culto
idólatra (So 1,4-6), tan combatido por el monarca, surge la pregunta de si su
ministerio se desarrolló antes de la reforma religiosa, iniciada en 622, es decir,
durante la minoría de edad de Josías (2 R 22,1). Un argumento a favor de esta
datación sería la predicción de la cercana caída de Nínive, capital de Asiria (So
3,13-15), lo que supondría el período de la segunda mitad del siglo VII, cuando
este gran imperio comenzó a mostrar signos de decadencia. Nínive sucumbirá al
poder de Babilonia finalmente en el 612 a. C. Por otro lado, la alusión a los
problemas culturales (So 1,2-6; 3,4) podría hacer pensar en un período posterior,
incluso después de la reforma, cuando se comprobó que no había producido todos
los resultados deseados. En otras palabras, no hay forma de determinar con
certeza el momento exacto de la actividad del profeta, solo está claro que ocurrió
en el tiempo de Josías y no después. De hecho, la ubicación de la profecía en el
tiempo del rey Joaquín (609-598), en virtud de la referencia a la destrucción
descrita en So 1, 8-13; 2,1-2 (entendida como provocada por los babilonios) es, no
obstante, problemática ya que, en el libro, Babilonia no se menciona (ni es
supuesta), sino Asiria.
El escrito completo, con sus tres capítulos, implica que algunas palabras se
agregaron en un momento posterior, particularmente el oráculo final (So 3,14-20).
2 Estructura
El libro tiene tres partes principales. Después del título, un conjunto de
oráculos anuncia el castigo a la tierra y a Judá / Jerusalén (So 1,2-2,3). El texto se
abre con una grave amenaza cósmica (So 1,2-3), seguido de oráculos de juicio y
acusaciones detalladas contra el pueblo elegido (So 1,4-2,3), que giran en torno al
anuncio del “día del Señor “(So 1,7-9.14-18). Los fallos señalados incluyen los
desmanes y las injusticias practicadas por las clases dominantes (So. 1,8-9),
cuestiones de comercio (So 1,10-11), la riqueza ociosa (So 1,12-13). El próximo
“día del Señor” (So 1,7. 14-18) pondrá fin a los desórdenes de la sociedad israelita
y alcanzará a “todos los habitantes de la tierra” (So 1,18). Una exhortación a la
justicia arroja la posibilidad de escapar de las desgracias vaticinadas (2,3).
La segunda gran parte del libro desarrolla el tema del juicio para los pueblos
y para Jerusalén (So 2,4-3,8). Con las cinco naciones criticadas, se alcanzan los
cuatro puntos cardinales: Filistea (oeste; So 2,4-7), Moab y Ammón (este; So 2,8-
11), Cush (sur; So 2,12) y Asiria (norte; So 2,13-15). Asiria, por ser colocada en
último lugar, se destaca. So 2,11 también menciona a los pueblos distantes en
general (las “islas de las naciones”). El siguiente oráculo contra Judá (So 3, 1-7)
rompe el tema del juicio para los extranjeros, volviendo a la culpabilidad del pueblo
elegido. Colocado en este contexto, puede indicar que el anuncio del castigo de
las naciones, que debería servir como ejemplo para Judá, no tuvo su efecto (So
3,2). Esta parte termina con el juicio a “toda la tierra” (So 3,8).
La tercera gran parte del escrito desarrolla la conversión de los pueblos (So
3, 9-10) y la renovación de Judá, con el gran regocijo que tendrá lugar (So 3,11-
20). Los pueblos se reunirán y participarán en la adoración del Señor. La sociedad
judía será purificada y el pueblo estará compuesta de personas “pobres y
humildes” (So 3,11-13). El Señor será su rey (So 3,14-18) y todos los deportados
regresarán a su tierra (So 3,19-20).
En síntesis, así se presenta el libro:
Título: 1,1
1ª parte: Juicio a Judá / Jerusalén: 1,2-2,3
TEOLOGÍA BÍBLICA