Você está na página 1de 49
Juntos mas Tejiendo encuentros entre familias y maestros Cecilia Cardemil Oliva y Sonia Lavin Herrera fies Boia Ries {Deron cecormnar ners musi Eocene i) ncn oon once Som mimes avd Block Sei, Orla Bala Pedrors, Esa Bonita Rus, ‘Alma Casco Altamirne, Celia ire Evans, Alba Martine lve Ceca Eugenia Espinosa Bonilla ‘Gnoneoenucicnae saya sv Econ SM) roxanne pest Conn Basu Ce ero Evans, igual azéresch Pra Com ncen ase Conran Ee Miguel azdresch Parad, Celi er Evans, ‘sido Mena Edwards, Carmen CaberoVeregns Pata arbalPdila Regina Martnes-Parete Zab ‘Aljanara Bors Puerta, Sofa Mate nqulerde, Renata Mayona Pera, Maa Paz Ramer Gutter Grom sen irmatbace not ‘Marthe Plo cstobal cont ‘ode! per conan, Ana ea onze, Laura Martine Cetzatl en Calisto Tonge sac Guerra Reyes icc oem lard Tapia Gare Hla Pier Per Feeana (© Cates A vagus, 20; © César Arce, 2012; © AFP, 2012 ‘Othermage, 303, © Thinkstock 20:2 echo SM alos A Lines Gomecerrnconrtaicin ‘alo vere Ramer Jen on coor Vicor canto unis oerames més Tjendoencuentes ne anlisymoesos eels erdemi vay Soi tavio Hever Pietra ein 2082 0. R.SMde Eanes S.A 6eC.¥ 2082 Magdles 2, Colonist Ve, 2310, Msc. Ta) 087 8400 ornedionessmcom ns ‘spi cleci6m o7Beor-47rar4 'SBN ob 975-607 2405902 Mero dee Ciara cin a ndustla str! Mexicans Reperanimero 2636 Noes serritias ie epraduciatotlo prc de este bro trtamlenta inertia trams de ninguna forma o por culgles medio, ya sen etic, mein, po ftoopi, a astro ots modo, sine ins previo y por etre des tulres dl conv “az marcas Sorns Naess Scions SM son proledat 4 SM de Eines 5. Ade CV. Probes repeducin total prc Inpess en wlan in entco abuse Las familias no son lo que fueron 2Cudntas veces hemos escuchado “las familias no son como an- tes”, “las madres ya no se preocupan por los hijos, los dejan en la puerta de la escuela y ellos se desentienden”, “de todo le echan la culpa a la escuela’, “uno hace lo que puede pero no podemos ser cui- dadores ademas de maestros’, “ya no hay respeto por el profesor"? ‘Muchas frases como las anteriores son ciertas y los docentes tienen raz6n en sus quejas. Pero {ha pensado por qué esas madres que an- tes esperaban a sus hijos en la puerta de la escuela, ahora permiten que regresen solos a casa y no los ven hasta entrada la noche? ¢Ha pensado por qué la escuela tiene cada vez més la responsabilidad no solo de ensefiar, sino de resolver los problemas de violencia, de ca- roncias afectivas, de carencias econdmicas y culturales de los nifios ‘que legan a sus aulas? De estos problemas queremos conversar ahora, con base en numerosos estudios e informaciones que explican el cambio radical que ha sufrido nuestra sociedad en los ltimos tiempos. En el siguiente testimonio se refleja la multiplicidad de tareas que la mujer —especialmente aquellas que pertenecen a los secto- res més vulnerables de la sociedad— debe asumir, y emo estos se Juntoslogramosmas 23 CAPITULO | confrontan con el cuidado de los hijos las exigencias de la escuela a Ja familia | El Gonsutiorio de Salud Nim. 845 atiende a ta poblacién de San Jorge, dentro de una comuna ubicada en un barrio comercial de la zona sur de la ciudad, de nivel socioecondmi £0 medio bajo. A dicho consultorio asiste poblacién de nivel medio, medio bajo bajo, que recibe atencién del sistema de salud piblica. Dos seroras se encuentran en la sala de espera, repleta de pacientes, DONA MERCEDES: {Lleva mucho tiempo esperando? DONA LUISA: St, pero tengo paciencia porque sé que hay que esperar a que el doctor lame. DONA MERCEDES: Yo pedi permiso en el trabajo hasta el mediodfa y eapaz que me tenga que volver sin que me vea el médieo. | DONA LUISA: ZY usted por qué viene? DONA MERCEDES: Ocurre que tengo muchos dolores de cabeza, me dicen que son jaquecas. Me cuesta trabajo | dormir en la noche, Eso me est afectando en el trabsio, se me olvidan cosas y me han llamado varias veces la atencién... Hago aseo en una empresa, Ilevo el café y las, galletas a las oficinas. {Usted trabaja también? | DONA LUISA: Vendo ropa usada en un mercado del centro y en la feria. Pero ahora titimo tuve molestias en el esté. ‘mago. El doctor dice que tengo iileeras y por eso me da medicamentos y una dieta, DONA MERCEDES: ;Ah! Eisos son problemas de nervios, no? Es que trabajar y atender la casa resulta complicado, | 1 Elaboraclon prope partirdeentrevistas «madres de estusiontes 24 luntoslogramasmas ‘A mi me gusta mi trabajo, pero cuando lego a la casa, tengo el doble de quehacer: ordenar, limpiar, cocinar, pre- parar lo que los nifios van a llevar a la escuela y ver que tengan ropa para cambiaree. DONA LUISA: :Qué edad tienen sus hijos? DONA MERCEDES: Siete y nueve afios, estin en una escuela del sector, pero les va mas o menos, La nia esté apren- diendo a leer pero, como no puedo ocuparme mucho de ella, esta atrasada y en la escuela me estén apremiando: porque encuentran que no avanza como ottos, va més atras. El nifio se ha puesto desordenado porque yo no Jo controlo en la casa, ¥ también por eso me han amado de la escuela. No es malo, un poco dejado del estudio, pero se las arregla, Es que ahora sale todas las tardes a jugar en el barrio con los vecinos y no hace las tareas, Se ha puesto conversador y un poco atrevido con tin profesor. Yo lo he regaiiado y hasta zarandeado, porque si no se porta bien en la escuela, no va a llegar muy lejos, Me preocupa no saber cémo manejarlo, : DONA LUISA: Yo tengo dos grandes va, me quedaba la me- ‘nor de eatorce afios que estaba empezando la secundaria Se puso a andar con un muchacho, se metié con él y se embarazé. Tuvo que quedarse en la casa para atender su crf, Ahora tengo que ocuparme de ella y de la guagua! ‘Justo cuando yo habia terminado la crianza y esperaba poder enfrentar Ia situacién que estamos viviendo mi marido y yo. Ella es una nifia, no sabe, no es capaz de atender a su hijito con paciencia. Asi que yo a veces me lo evo al puesto y con él ahi hago mis ventas. Pero también, estay pendiente de que ella no se vaya a meter con malas juntas, porque el papa de su hijo desapareci6, Bn el cole- gio me dijeron que ella podria seguir estudiando, pero no 2 ecablo local que signitice babs. Junroslogamosmas: 25 ui Nolle gusta mucho estudiar y no le iba bien. Yo hacia | ee ssegurarle los cuadernos, los materia- de 1a ease y de mi hija esté muy alejado. omar también, dice que sino encuentra ~_ ne mAs que hacer. Ia vida. En mi caso, mi marido cans mel, aitio: ponte orei La conversacién anterior nos leva a reffexionar acerca de las dificultades que actualmente afrontan un gran niimero de madres obligadas a combinar sus responsabilidades Iaborales con el cuidado de los hijos y las correspondientes exigencias escolares. Este capitulo ofrece una revisién proveniente de investigacio- nes internacionales de América Latina sobre las caracteristicas y cambios de la familia en el mundo de hoy. Nos parece importante que los profesores conozean mayores antecedentes acerca de los fe- némenos sociales, econémicos y culturales que Gan origen a la trans- formacién de la familia y las complejas situaciones que ello conlleva. 26 Juntosiogramasmas Pensamos que esto puede ser titil para situar y comprender mejor la realidad que se vive en los distintos hogares, Tam- bién esperamos que los maestros se apropien mejor de Ja relevancia de su tarea de integracién social y puedan asi contribuir a generar ‘mayores oportunidades no solo a sus estudiantes, sino a la comuni- dad que los rodea, 1.1, VALORACION DEL PAPEL DE LA FAMILIA EN LA VIDA DE LAS PERSONAS En el presente siglo ha ocurrido una importante valorizacién del pa- pel de la familia en la sociedad, especialmente en lo que se refiere a su incidencia en la salud, el rendimiento escolar, en formas de pen- sar, en el desarrollo de la inteligencia emocional, en la prevencién de la criminalidad, entre otros. Si bien se reconoce que la escuela tiene un peso importante en el nivel de aprendizaje y formacién que alcanzan los nifios y jévenes durante su trayectoria escolar, las investigaciones internacionales ‘muestran que, al contrario de lo que se pueda pensar, la repercusién de la escuela en el rendimiento escolar es menor que la que tiene la familia (J. Murillo, 2007). Esto signifiea que las diferencias de logros aleanzados por los estudiantes durante su educacién formal estarian determinadas por cl nivel educativo del padre y la madre, el clima educacional, el nivel socioeconémico y el tipo de constitucién familiar. La estructura fami- liar tendria una muy fuerte influencia, en la que se destaca Ta orga- nizacion del nticleo familiar, el capital cultural del padre y la madre, su nivel de dedicacién a los estudios de los hijos, su apoyo, y estimulo permanente a estos (B. Kliksberg, 2004) Goleman (1997) sefiala que la familia interviene en la con- formacién y desarrollo de la inteligencia emocional. Los nifios ad- quieren, en las relaciones entre si y sus padres, modos de vincularse con las emociones, los cuales incidirén sobre sus propios estilos de comportamiento, La calidad de la interaccién emocional en la fami- lia se relaciona, entre otras, con la capacidad de automotivacién y en especial con la facilidad para establecer relaciones interpersonales Jumosiogramosmss 27 Brean ee ee sanas ¢ interactuar en grupo. Diversos estudios muestran la conse- cuencia del apoyo emocional y de las relaciones personales que se es. tablecen en Ia familia para la salud mental infantil, la autoestima, 1a motivacién al logro y el rendimiento escolar (A. Gonzéllez, 2008). ‘También la familia, con sus comportamientos y actitudes, in- fluye en el cuidado fisico y material. Ensefia a los nifios la impor- tancia del bienestar, los recursos para desarrollarse biologicamente, tales como la calidad de la alimentacién, del vestuario y de su vi vienda. En el seno familiar se hace posible que los nifios aprendan todo aquello que les posibilitaré desarrollarse y adquirir habilidades basicas necesarias para su supervivencia (Gobierno de Chile, 2009). Asi, la familia aparece como un factor relevante en la pre- vencién de Ja criminalidad, pues es una instancia transmisora de principios y valores inculeados y de ejemplos de conducta observados en etapas tempranas de los nifios, los cuales incidirdn en decisiones y actuaciones futuras (M. J. Diaz, 2006). Por tanto, los cambios que ocurran en la sociedad e influyan en Ia familia, afectardn también las actitudes, comportamientos y valores que se modelan en ella. 8 lurtoslogramosmés 11.2. CAMBIOS EN LA SOCIEDAD QUE GENERAN CAMBIOS EN LA FAMILIA A continuacién, ahondamos en la revisién de los cambios sociales, econdmicos y culturales que han originado a la familia actual, con el fin de identificarios, comprenderlos y reflexionar eriticamente sobre las demandas que, desde Ia escuela, se hacen a las familias. Pensa- ‘mos que ello permitiré a los profesores crear expectativas realistas respecto de su relacién con los padres de familia y construir, con- juntamente, estrategias de encuentro factibles para lograr €l apoyo al proceso escolar desde el hogar e, incluso, el desarrollo integral de los nifios que atienden. 1.2.1, Cambios demograficos Entre los cambios més importantes que se registran en el mundo moderno y en la regién latinoamericana, se encuentran las transfor- maciones demogréficas, Ia jefatura femenina del hogar y la creciente participacién de la mujer en el mereado laboral (I. Arriagada, 2002; UNICEF, 2005). Las dimensiones sexualidad, procreacién y conviven- cia son las que mayores cambios han experimentado. Esto leva a modificaciones en el émbito cultural donde emergen nuevos modelos de familia y estilos de relacién familiar que desafian los roles fami- liares tradicionales y generan tensién entre sus integrantes. Dentro de los cambios demogrficos constatados en los estu- dios sobre Latinoamérica cabe destacar, entre otros, el aumento de ln esperanza de vida, el mayor niimero de hogares unipersonales, de adultos mayores y de hogares sin hijos. El tamafio de la familia se ha reducido, tal como lo demuestra el descenso de la fecundidad, aun en los sectores pobres y, en consecuencia, han disminuido los hogares multigeneracionales. Hacia el a¥io 2001 se constata en América latina un incremen- ‘to del celibato, de parejas que no desean tener hijos, de postergacién del primer hijo, del aumento de nacimientos y crianza fuera del ma- trimonio y mayor frecuencia de las rupturas matrimoniales (divor- cio, amulacién). Las uniones consensuales y el abandono del hogar son fenémenos tradicionales e independientes de la modernidad. Justoslogramosmés. 29 Asi lo expresa un profesor jefe de una escuela de la gran ciudad: No es raro encontrar aquf en la escuela nifios cuyas madres con: viven con una pareja y no solo una vez, sina varias veces y de ello hacen nfios de distintos padres, de moda que el rot del hombre es més de proveedor que de padre, cuando responde a ello (ot, 2006 y 2010 [registro de entrevista grabada). Consideremos algunos efectos de esta situacién ‘Una familia en la que la presencia masculina se alterna, no solo implica nuevas formas de relacién con la madre y los hijos y una probable inseguridad en estos, sino también conlleva nuevas exigencias que pueden provocar en ellos fuertes ansiedades, sentimientos de pérdida y rechazo a una autoridad no legitimada en la convivencia, Nuevas configuraciones de familia y hogares emergen y se instalan en América Latina: parejas sin hijos, hogares sin nticleo* y un aumento continuo de jefaturas femeninas del hogar (véase es- uema 2). Esquema 1. ‘Tipos de familias 5 Se habla de hogares sin ndcleo cuando ro existe relacion de parentesco entre los miembros ‘que habitan un mismo hogar (lagads, 2002. 30 Juntoslogramosmas paint Asi pues, la diversidad se da en familias nucleares, (padre, madre con 0 sin hijos), familias extendidas (padre o madre o ambos, con o sin hijos y otros parientes) y familias compuestas (padre o ma- dre o ambos, con o sin hijos, con o sin otros parientes). La frecuencia de divorcios, anulaciones matrimoniales, viudez, ruptura de la con- vivencia y constitucién de nuevos vinculos, da lugar a familias eom- plejas en cuyos hogares se encuentran hijos de padres diferentes 0 comunes, situacién expresada coloquialmente en la frase “los tuyos, los mios y los nuestros” (véase esquema 2). Los profesores también se enfrentan con situaciones familia- res de sus alumnos relacionadas con migraciones por diversas cau- sas (socio-econémicas, conflictos armados, guerrillas de narcotréfico wWotros): padres que se van o mueren lejos del pais natal o caen en dichos conffictos, dejando sus hogares a cargo de hijos mayares o fa- miliares que, como pueden, se ocupan de ellos. De ello da cuenta un jefe técnico de una escuela urbana situa: da en un barrio popular, que manifiesta: Iuntoslogramosmss 34 Esquema 2. ‘Tipo de vineulos en las familias ‘Tenemos algunas abuelas que se hacen cargo de losnietos onietas Porque las madres trabajan © porque por diversas circunstancias han dejado el hogar. En otros casos tenemos nos que viven solo con su padre, o bien permanecen en hogares de acogida, con tu- tores porque las familias trabajan por un largo perfado en el pro: cesamiento de frutas y empaques en sectores rurales (cbs, 2005 [registro de entrevista grabada). Tomemos perspectiva frente a esta situacion Es importante y necesario reconocer que, a pesar de las circunstancias dificiles en que se encuentran algunas familias, estas se las arreglan para sostener la crianza de los hijos, aunque sea de manera muy precaria. 1.2.2 Pobreza y desigualdad en las familias Las familias de estratos de bajos ingresos son quienes mas han es- tado sujetas a estudios nacionales e internacionales con el fin de identificar sus caracteristicas, determinar sus problemas y aportar elementos para el desarrollo de politicas sociales, Los casos derivados de las familias mencionadas despiertan mayor interés, puesto que las escuelas piblicas reciben y atienden, en su mayoria, a nifios que provienen de estos sectores. Por su par- te, los docentes y directores buscan establecer alianzas con las fa- milias de estos alumnos para mejorar sus condiciones iniciales, alcanzar buenos rendimientos y sobre todo, aprendizajes efectivos. Los estudios internacionales muestran que en América Lati- na la pobreza tiene una alta presencia en la regién. Tal como lo se- fala la cEPat (2009): quienes se encuentran en situacién de mayor privacién son los nifios, que constituyen la poblacién mas pobre. El deterioro de pardmetros socioeconémicos basicos de la vida cotidia- na de amplios sectores de la poblacién provoca, de manera silencio- 8a, un proceso de reestructuracién de numerosas familias. 32 Juntoslogramosmas Una madre educadora de un centro de bienestar infantil para la atencién de nifios entre tres y seis aiios de edad pertenecientes a familias desfavorecidas, cuenta la realidad de los hogares que le corresponde atender: Los nfios y nits de estas localidades pertenecen a familias de ex trema pobreza, tanto asi que no tienen asegurada laalimentacién, niet culdado protector porque sus padres y madres salen a trabajar alas cosechas para ganar algo. Ellos vienen al centro de bienestar Infantil donde sees da alimento, seuega con ellos, yselesenseha comunicarse y participa. Hemos recuperado a muchos, cuyos pa: dres y/o madres solos no sabian qué hacer para atenderls. Algu: nos hervian de sarna y piojos, ademas de desnutricién (M. Romén, C. Cardemily ots, 2010 [registro de entrevista grabadaD). Por su parte, la directora de una escuela situada en Alto Hos- picio, al norte de Chile, describe las condiciones de muchos de sus estudiantes: Los que son del interior estn solitos. Tienen entre 7y24 afosy hay dos de 16. Unos estan con el puro papa o con la abuela, hay otro que la mama es drogadicta. Hogar, como debe ser, son contados: con la mano. Estan encargados a la vecina, y lla no va a venir al colegio (M. Zemelman, S. Lavin y). Sir, 2012, p. 3) Estas situaciones muestran el perfil de una familia desarti- culada en aspectos importantes, inestable y, por ello, significativa- mente debilitada. En efecto, las familias estan disminuidas en sus funciones pues, més alld de la biisqueda del sustento, gran parte de su energia esté abocada a proveerse de los recursos minimos de sa- Jud y resguardo para mantener Ia vida propia y la de los hijos. El contro educativo o la escuela constituyen para ellas un medio de pro- teccidn, alimentacién y de relaciones socio afectivas bésicas para sus hijos, en el cual esperan encontrar lo que ellas no les pueden dar, Juntslogramosmas. 33 Remiremos esta delegacién de responsabilidad En las condiciones en las que se desenvuelven estas familias, la mirada y uso pragmatico que hacen sobre el sistema educativo resulta legitima, porque es la tinica red oficial con la que cuentan para cuidar, mantener a sus hijos y estimular su desarrollo al menos dentro de los primeros afios de infancia y eseolaridad, Por lo dicho anteriormente, es fundamental que los centros ‘educativos consideren esta situacién de las familias y vistumbren la oportunidad de fortalecer su funcién parental, Dar un recibimien- to comprensivo y organizar reuniones con ellas para mostrarles Ia importancia de su papel en la vida de los hijos puede permitirles visualizar algunas maneras de comunicarse y organizar acciones positivas con estos, aun en los precatrios momentos de encuentro con ellos. Una revisin muy interesante realizada por Kliksberg (2004) sobre América Latina presenta las siguientes caracterfsticas de las familias especialmente vulnerables. a) Mujeres solas, jefas del hogar Un ntimero creciente de hogares tiene un solo progenitor a cargo de Ja unidad familiar. Cuando la familia se reduce por abandono del hogar del proveedor, incluso cuando no sea numerosa, la precarie- dad econémica aumenta. En la mayoria de los casos, estas familias estén a cargo de la madre. ‘Una madre de una escuela urbana cuenta su situacién: Yo soy madre sola, crio a mis hijos con lo que tengo, aunque sea poco. Me las arregio trabajando en un hogar de anclanos allegado ala municlpalidad. A veces se quedan solos cuando hago turno de noche. Eso me conviene porque me pagan horas extras, Se queda el mayor culdando a los otros dos. él es muy bueno, con sus doce afios me ayuda yresponde, por eso la nla y el mas chicolo quieren yrespetan (ne, 2005 registro de entrevista grabadal). 34, Juntoslogramosmés En el caso de los sectores rurales, donde las familias tienen, en promedio, més hijos que en las zonas urbanas, las oportunidades de mantener 0 mejorar el bienestar econémico se hacen més difici- les. Los estudios internacionales (cepat, 2009) sefialan que aquellos hogares de mayor pobreza estan a cargo de la mujer, dan lugar a la feminizacién de la pobreza. b) Padres ausentes ‘La ausencia del padre tiene consecuencias importantes. Katzman (1997) revela algunos aspectos de la funcién del padre: su ausencia reduce la posibilidad de proyectarse en un papel masculino; falta su presencia como agente que puede contener, orientar y organizar normas de disciplina, ser soporte material y, por tiltimo, porque su ausencia significa disminucién de redes de contacto laborales y po- liticas. Esta ausencia empobrece el clima socioeducativo del hogar, afectando el rendimiento escolar de los hijos, pesa sobre el desarro- Ilo de Ja inteligencia emocional, da lugar a sensaciones y sentimien- tos de inferioridad, comportamientos de aislamiento, agresividad, vesentimiento y restan la oportunidad de contar con orientaciones en aspectos morales. El director de una escuela de educacién bésica de dependencia municipal describe la ausencia paterna en los hogares de los estu- diantes de su escuela: Enesta escuela se ve poco a los padres. Todos sabemos que de la educacién se ocupan las madres, pera en muchos casos el padre no esté en la casa, se fue con otra o nunca se hizo cargo del erfo {que engendré. Es una préctica frecuente en estos sectores. Cuando los padres estén presentes y son responsables en la casa, se nota en los nifos, se ven mas seguros, mis desplertos también. Pero no es tan frecuente como deseariamos (Universidad Alberto Hurtado, Chile, 2006, [registro de entrevista grabadel) luntoslogramosmis 35 Destaquemos el significado que tiene para los nifios | contar con profesores del sexo masculino Jos nifios puede ser un aporte fundamental contar con un maestro varén, en tanto modelo de masculinidad que estimula el aprendizaje con solivitud, claridad y rectitud, lo cual los ayuda a confiar en sus propias capacidades y en las orientaciones que les ofrece, ©) Incorporacién creciente de la mujer al mercado laboral La incorporacién masiva de las mujeres al trabajo ha modificado los patrones de funcionamiento de los hogares latinoamericanos. La ae- tividad laboral de las mujeres en América Latina subié de 39% en 1990 a 44.7% en 2000, con grandes diferencias entre los paises v va- riaciones segtin la zona de residencia, la edad y el nivel educativo (I Arriagada, 2002). Las mujeres con mayor educacién se incorporan con més frecuencia al trabajo; sin embargo, las dificultades econé- ‘micas que apremian a los hogares latinoamericanos han dado lugar a una creciente integracién de mujeres con bajos niveles de educa- ign a las fuentes laborales (cera, 2009). La incorporacién de las mujeres al trabajo explica en parte la disminucién de hijos en los hogares, puesto que ocasiona el aplazo de la maternidad y la postergacién del nacimiento entre uno y otro hijo (, Arriagada, 2002), Asumamos la condicién de maternidad en esta situaci6n A menudo, la insercién en el mereado laboral conduce a las mujeres a combinar el que- hacer doméstico con el desempefo laboral, y a confiar a alguna institucién la crianza y educacién de los hijos menores. Si se considera que en muchos casos la figura paterna esta ausente en la familia, para i i i 36 luntoslogramasmés d) Precariedad del empleo y cesantia El empleo precario y 1a inestabilidad laboral se han extendido en Latinoamérica, producto de Ia crisis financiera mundial. Esto ge- nera una suerte de crisis de masculinidad que se agrava cuando el hombre se encuentra desempleado, E] siente que pierde legitimidad al no cumplir con la obligacién de aportar buena parte de los in- ‘gresos. Cuando la mujer se incorpora al mercado de trabajo y los hombres se encuentran fuera de él o en una situacién inestable, la autoestima de estos se ve afectada por no cumplir con el papel de proveedor que se espera de ellos en la familia, ‘También pesa, ade- més, el creciente nivel de expectativas de consumo de los hijos de los hogares humildes estimulado, e incluso exacerbado, por los men- sajes de la sociedad de consumo. Cuando el hombre oculta la crisis que esta situacién le provoca, suele comportarse con violencia, agra- vando la situacién socio afectiva que se vive en el hogar (C. Hardy y G. Salazar, 2008). El empleo inestable y el desempleo inciden caer o mantenerse en la pobreza (cast, 2006). Cuando la mujer y otros miembros de la familia trabajan para asegurar la subsistencia, 1a cifra de nis solos aumenta y aleanza, por ejemplo, en Chile, 56% en el sector mas pobre. Esta situacién los conduce a vivir en la calle y generar redes susceptibles de desviaciones sociales (C. Hardy y G. Salazar, 2008). ‘Asi lo manifiesta el director de una escuela urbana de una provincia en el sur de Chile: Cada aio encontramos mas mamas que salen a trabajar porque la sltuaci6n econ6mica se hace precaria, sobre todo cuando quedan las, porque se separan o porque no tienen pareja, Pero también, algunas estando con cényuge o pareja conviviente, se insertan en trabajos semiestables, en especial cuando él perdié su trabajo. Eso ha estado pasando con frecuencia en estos tes dltlmos afios. La Inestabilidad laboral golpea mucho a los hombres de los sectores ‘medio bajo y bajo (Universidad de Chile, 2606 [registro de entre vista grabada). luntoslogramosmis 37 €) Madres precoces En la regién latinoamericana, se ha inerementado el nimero de ma- res adolescentes y, en consecuencia, Ia cifta de madres solas con hijos y con escasa capacidad para eriarlos adecuadamente, La tasa de fecundidad del grupo de madres entre 15 y 19 aiios de edad para América Latina y el Caribe es de 75.17% en tanto que, para el resto del mundo, 52.9% (J. Rodriguez y M. Hopenhayn, 2007), lo cual im. plica mayores riesgos de salud perinatal.‘ El embarazo y la crianza obstaculizan la continuacién de estudios y la insercién laboral de las adolescentes. A su vez, ellas tienen serias desventajas para afron- tar la educacién de los hijos, pues se encuentran en una etapa en la que siguen forjando su propia identidad y la sociedad les asigna un papel diferente al parental. El mecanismo compensatorio que suele operar en Latinoamérica para estas adolescentes es el apoyo familiar, por ejemiplo, la asistencia de las “abuelas eriadoras”, Sin embargo, esto no constituye un soporte seguro y estable debido a Ja carga econémica y social que implica para la familia. Finalmen- te, hay que sefialar que existen casos en que la maternidad se con- vierte en proyecto de vida de las propias adolescentes ante la falta de otras opciones; la fecundidad es mucho mas frecuente entre las adolescentes pobres. Los estudios recientes en la regién muestran ‘que la concentracién de los riesgos de ser madre adolescente entre los pobres se incrementé tanto a nivel nacional como en las zonas urbanas. El embarazo adolescente en los sectores mas pobres es tres veces mayor que el que ocurre en los sectores medio y medio alto, Muchas veces, la maternidad de las adolescentes es consecuencia de la carencia de orientacién y educacién sexual o incluso, del abuso sexual cometido por adultos dentro del hogar o en el entorno. Por otro lado, la responsabilidad de la prevencién se imputa unilateral e injustamente a la mujer, cuando los hombres deberfan ser, al menos, ‘igualmente activos en la proteccién contra embarazos no deseados. Las adolescentes son quienes se ven afectadas por las conse- ‘cuencias de la maternidad no deseada. Los hombres (adolescentes 0 {4 Probablided de pérdia inreuerina, morbiidady motalldad intatlycomplicacions obsté tnlces durante el puergerio 38 jurtoslogamosmas no) eluden su responsabilidad, con lo cual forman parte del grupo de padres o parejas ausentes que no reconocen los hijos que procrean. De Ja situacién anterior da cuenta la orientadora de una es. cuela basica de Chile, que atiende a nifias provenientes de un sector urbano pobre: En el colegio tenemos este afo tres nihias embarazadas. Por la ley ue establecié el presidente Lagos en el 2002, las nifias en esa si tuactén no pueden ser impedidas de continuar sus estudios en el establecimiento. En el colegio las hemos acogido, pero tenemos la preocupacién de lo que va a ser de ellas terminado el afc, Es luna pena, son nfias que estén en la ensefianza basica, 7° y 8° af. Con seguridad van a tener que interrumpir su escolaridad para de- dicarse a la crianze. Si no hay nadie mas que las ayude en ello, ‘muy probablemente no podran facilmente retomar los estudios, las ‘espera una fuerte situacién de precariedad (¢oe, 2005 [registro de entrevista grabada)) Las madres adolescentes forman par- te de familias muy débiles donde los respon- sables de la crianza presentan, a menudo, problemas psicolégicos, como es el caso de la madre que es més nifia que adulta con una responsabilidad fuera de su aleance y tensio- nes econémicas que alteran el estado de ani mo y las relaciones interpersonales en el seno del hogar. La educacién sexual y la ausencia de programas preventivos, de atencién especia- lizada tanto en el sistema escolar como en el de salud, mantiene a los jévenes alejados de los servicios que podrian apoyarlos a practi- car una sexualidad responsable en sus vidas y mejorar su proyeccién, luntoslogramasmas 39 Pensemos en la formacién en sexualidad como una tarea de Ia escuela La educacién sexual no solo es responsabilidad de la familia. La escuela es el espacio so- cial privilegiado para formar a los nifios, en coordinacién con las familias, en el euidado el cuerpo, el manejo de las emociones ¢ impulsos, la responsabilidad en las relaciones afectivas, el derecho a la proteccidn fisica y psicol6gica, con el fin de alcanzar madurez para ejercer su sexualidad, Bs fundamental ejercer esta tarea educativa, atin cuando la familia no sepa ebro 0 no asuma su formacién en este ambito, f) La violencia doméstica Aunque el fenémeno de la violencia doméstica no es nuevo, hoy se sabe més al respecto gracias a las investigaciones, al aumento de Jas denuncias (aunque no son suficientes) y a la concienciacién de la sociedad respecto de las consecuencias de tales comportamientos en el seno familiar. Este problema es amplio en Latinoamérica y causa dafios muy graves en la estructura familiar, lesiona a la mujer y a los hijos y constituye un modelo con altas probabilidades de ser reproducido en los futuros hogares, ‘ Resolvamos los conflictos sin violencia. Un importante aprendizaje para los docentes La guia de los miaestros en el espacio del aula y la escuela, se constituye en una oportu- nidad decisiva para aprender relaciones donde el conflicto se procesa mediante el didlogo y la biisqueda dé entendimiento de distintos puntos de vista. Conftontar perspectivas y ‘La cepaL-vnicer (2009) registra el aumento de la violencia en América Latina contra las mujeres y los nifios en diferentes infor- ‘mes relacionados con distintos paises y propone acciones para estu- 40 lunaslogramosmis diar el fenémeno, De acuerdo con este informe, en América Latina y el Caribe, 50% de los menores recibe algtin tipo de violencia. Tam- bign es habitual el maltrato psicolégico, que se manifiesta en insul- tos, burlas, desealificaciones, encierro y hasta expulsién de Ia casa; este, generalmente no es reconocido propiamente como violencia, ya ‘que, al igual que la violencia menos grave, se justifica como una for- ma de educacién. ‘Aunque en América Latina el maltrato infantil se presenta en todos los estratos sociales, en los estratos socioeconémicos mas bajos y con menor educacién se practican los mayores niveles de castigo. E] andlisis sobre los registros de denuncias sefiala que la ‘edad de los nifios que sufren més violencia se encuentra entre los cuatro y los seis atios. El maltrato infantil est estrechamente relacionado —y se incrementa— con la presencia de la violencia hacia las mujeres, la cual adquiere su expresién més brutal en el feminicidio, como se constata cada aflo en la regién. En estos casos, los hijos son victi- mas directas de la violencia machista del progenitor o, en otros ca- sos, al quedar en orfandad por el suicidio del padre feminicida 0 por su reclusién. En estos casos, los menores quedan en una situacién incierta; o bien, son adoptados por familiares o abuelos de avanzada ‘edad —a menudo en condiciones precarias de subsistencia— o por instituciones de proteccién a la infancia que no les garantizan un tratamiento adecuado a su experiencia traumética, He aqui una situacién recogida durante una visita de aseso- ria @ una escuela. fsa mafiana, la directora se levanta desu escritorio ante una seo- ra que entra sbsolutamente alterada, Le susurra algo en voz baja y {a drectora palidece exclamando “iNo es posible, siestuvimos esta mafiana a primera hora conversando sobre lo bien que estaban us 105 nifios en el colegio". Elex marido acababa de asesinarlacuar: do ella regres6 del calegia a su casa". Quien lo dice, con voz fuerte ahora, es la vecina que ha venido ats escuela a dar la noticia. La directora y su jefe téenico se abruman Impresionadas, pero luego Junteslogramosmis. 42 del impacto, deciden avisar a las abuelos de los nos. Estos estan en clases e ignoran lo ocurrido, Los nitios viven con su madre que ‘estaba separada del padre hace un par de afios, dado su compar: tamiento violento por lo que este tenfa prohibicién judicial de acer- ‘arse ala casa. A decir dela directora, la liberacién de la esposa Yu trabajo, habrian exacerbado la disposici6n viotenta del sule to. Poco tiempo después, la directora nos informa que los nifios etn viviendo con sus abuelos y contindan en la escuela sienda apoyados por sus profesores y compafieros (oot-Fundacién Ford, 2002-2006, [registro de campo de investigacién). Reconozeamos el poder de la educacién en el aprendizaje del respeto entre hombres y mujeres En él salén de clases y en la escuela, los nifios pueden aprender a convivir, comprender y valorar a sus compaiieras: sus capacidades, habilidades y aportes a la vida de los demas. Si esto se explicita en las interacciones educativas, podran reconocer la importancia de Yespetarlas y cuidar su integridad fisica y psicolégica. En el interior de las familias en situacién de pobreza persis- tente, las relaciones interpersonales tienden a deteriorarse porque se debilita el respeto y el cuidado por el otro (C. Hardy y G. Salazar, 2008). De ah la importancia de que en la escuela se practiquen esos valores con base en relaciones afectivas y normas de disciplina acor- dadas, operativas y practicables por todos los adultos involucrados en la unidad eduestiva El castigo y el maltrato, el abandono y la soledad, tal como se han descrito en sus diferentes formas, afecta el equilibrio psiquico de las personas, deterioran los sentimientos de seguridad, adapta- cién y autoaceptacién tanto de la mujer como de los hijos; ademas, afectan el rendimiento escolar de estos y la capacidad de convivir a partir de relaciones sociales positivas y sanas con adultos y pares. Cobra gran relevancia que la escuela y los profesores, pro- tojan y atiendan a los nifios maltratados cuando estos tienen la 42 luntostogramasmés oportunidad de permanecer en la institueién educativa. Asimismo, apoyar a las personas responsables del euidado de esos menores fa- vorece la continuidad de sus estudios y su recuperacién psicolégica y social. Directores, profesores y cuidadores pueden contribuir a que los tutores tomen conciencia de la importancia de las actitudes y los comportamientos de cuidado y respeto por el otro, asi como tos bene ficios del aprendizaje y la escolaridad para romper con el cireulo de la pobreza, la violencia y la autodestruccién. g) Trabajo infantil Uno de los problemas que provoca la pobreza y que ha prevalecido es que los nifios trabajen desde edades tempranas: son enviados a hacerlo para colaborar con la subsistencia familiar y In propia, Las condiciones en las que efectiian estas labores son ignominiosas: lar- gas jornadas, remuneraciones limitadas, sin proteceién social y mu- chas veces con riesgo de accidente. El trabajo infantil es, a menudo, causa de retraso escolar o de desereién del sistema edueativo, Los nifios sometidos a esta practica quedan en condiciones de fuerte des- ventaja para acceder al mercado laboral en el futuro. Esta realidad es expresada por el director de un centro es- colar rural de la localidad de Canasque, El Salvador, quien explica una alternativa levada a cabo para mantener a los estudiantes en la escuela: Hemos luchado por lograr que los ai 9S que trabajan puedan asistira la escuela. Ahora tenemos horario para ellos en la tarde, después de su trabajo que ejecutan en las mafianas, ast les ase- ‘guramos que puedan continuar con su escolaridad (M. Roméin, C. Cardemily otros, 2010 registro de entrevista grabada). Por su parte, la directora de una escuela rural de Salamé, Guatemala, habla sobre el trabajo infantil de sus estudiantes y la estrategia aplicada con la familia para prevenir la desercién: Juntoslogramosmnis 43 Los padres son muy pobres y buscan asegurar recursos incorporan- ‘do alos nifios hombres en las siembrasy cosechas. Aquflos padres de familia son agricultores [.] entonces, cuando hay cosecha, el niffo sale a ganar sus centavos can otros sefiores cortando tomate, por ejemplo, Eso hace que abandonen la escuela tempranamente porque su ausencia lo hace retrasarse mucho [.]. Flizmente, con los Talleres de Educaci6n Permanente las familias han comprendi ‘do que el trabajo infantil atenta contra su derecho a la educacién ‘ya la etapa de aprendizaje necesaria para su desarrollo. Tenemos mejor asistencia de os estudiantes y menor desercin por el traba: Jo. A ello ayuda también el trato clio y cordial de la escuela con ellos y sus familias (ide 1. 3. Cambios culturales La violencia intrafamiliar, l trabajo infantil y los hogares dirigidos por mujeres, son problemas endémicos de larga trayectoria que hoy se conocen con mayor precisién. A estos se suman cambios recien- tes, como la ‘disminucién del mimero de hijos, el ereciente niimero de madres adolescentes y el desemperio de la mujer en el mundo la- boral. Si bien el trabajo fuera del hogar no exime a la mujer de las labores de casa, esta situacién —y la apertura al mundo que pro- voca la entrada al mercado Inboral— la ha obligado a revisar su funcién e identidad como proveedora significativa para la economia familiar, Esto produce una redefinicién de los papeles conyugales que cuestionan la estructura familiar patriarcal, aun cuando esta persiste como pauta extendida en la cultura de América Latina ‘También han emergido nuevas relaciones entre padres ¢ hijos que cuestionan la importancia de la jerarqufa y sumisién. Se observa, asimismo, que el desarrollo de Ia tecnologia y la comunicacién de ‘masas en todos los estratos sociales, han favorecido que el interés y reconocimiento de los j6venes se centre més en sus pares que en los mniembros de su propia familia, ‘Numerosos estudios internacionales sefialan que la familia en todos los sectores sociveconémicos ha perdido su protagonismo como elemento fundamental de la estructura social. Una escue- 44 luntostogramosmés cist meses Sit ils tt OOM ASME, 4 Ja que ationde a estudiantes provenientes de sectores de bajo nivel socioecondmico tiende a presumir que estos forman parte de un tipo de familia “ideal”, de tipo nuclear, con una adecuada dindmica y, en torno a esta concepeién, basa su demanda y exigencias. Con ello desconoce que la organizacién familiar ha suftido importantes transformaciones y que las funciones de socializacién primaria de Jos hijos también han cambiado, Las transformaciones de la moder- nidad han derivado, en la actualidad, en una familia que delega a otras instituciones las tareas que tradicionalmente ella gestionaba, El conjunto de estas modificaciones afectan su estructura y su fu- ture, Cualquier cambio social afecta a la familia. La variedad de grupos familiares son producto de los procesos de industrializacién y, en la actualidad, de la tecnologia, urbanizacién, transicién demo- gréfica, migraciones, reformas politicas, sanitarias y educativas, en: tre otras. Por lo tanto, es necesario posar una nueva mirada sobre la familia, resultado de una cone y respeto hacia la relacién entre las personas.) in abierta de mayor aceptacién Encuentros y desencuentros entre la escuela y la familia La convivencia entre la familia y la escuela no siempre es fa- cil. Por medio de miltiples entrevistas, se advierten sentimientos de desconfianza, recriminaciones mutuas, falta de claridad en los desempefios que cada una debe asumir frente a la educacién de sus hijos y alumnos, respectivamente, El director de una escuela muni- cipal manifiesta: [.allas epaderados desconffan de lo que puedan hacer los profeso- res, y los profesores desconfian de lo que puedan hacer ellos. En sgeneral, hay mucha desconfianza (M. Zemelman, S. Lavin y J. Sir, 2012, ob. cits p. 26) Por medio de reformas educativas, los gobiernos han hecho esfuerzos por promover alianzas entre la escuela y la familia para mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, haciendo énfasis en quienes viven en condiciones de pobreza. Lamentablemente, en las reformas educativas no siempre se contempla promover una convivencia estrecha para fortalecer los la- 208 solidarios entre la escuela y las familias. Iuotoslogramosmas 65 CAPITULO III La investigacién en diversos pafses, muestra la importancia, do Ia relacidn que existe entre Ins variables de apoyo familiar en el Ambito pedag6gico y en Ia eficacia de la escuela. Bn efecto, en pala- bras de los expertos, los resultados escolares de los nitios se expli- carfan en mayor proporeién por el medio socioeconémico y cultural del cual provienen, y, en menor medida por el efecto de la ensefianza que reciben en la escuela. Aunque esto parece sorprendente, estu- dios minuciosos realizados sobre América Latina determinan que lo que mas pesa en el aprendizaje escolar de los estudiantes es la fami- Tia, Jo que unido al contexto del pais (Producto Interno Bruto, indice de Desarrollo Humano, ete) aleanza un peso de 60%. Frente a ello, la incidencia de la escuela fluctia entre 15% a 40%, dependiendo det nivel de desarrollo del pats y del sector rural o urbano donde esta se sitiia J. Murillo, 2007). Otros estudios internacionales permiten comprender mejor por qué es tan importante el peso de la familia en el proceso escolar y el aprendizaje de los nifios. Sefialan que, si bien el nivel socioeco- némico de las familias incide en este proceso de sus hijos, resultan. és decisivos otros factores como son la organizacién de la familia, su clima afectivo, asi como: ula adquisicién temprana de actitudes y motivaciones y la co: municacin familia-escuela, el involuccamiento de la familia en las tareas escolares, la articulaci6n entre los cédigos culturales de la familia y escuela (LAlcalay, N.Milicicy A, Torretti, 2005, p. 150). En especial, las creencias y expectativas de la familia res- ecto a las capacidades y cualidades de sus hijos inciden en el ren- dimiento académico y en Ia condueta social que manifiestan en el contexto escolar. Ellas determinan actitudes y formas de comporta- miento que repercuten positiva 0 negativamente en la autoestima de los nifios. Ast también, estas creencias y expectativas influyen en la actitud de los nifios hacia la escuela, hacia el aprendizaje y en las relaciones que establecen con sus pares y con los adultos (oxtcrs, 2005; J. Murillo, 2007). 66 luntosiogramasmds 3.1. LAS POLITICAS EDUCATIVAS RESPECTO DE LA RELACION FAMILIA-ESCUELA Gradualmente, las politicas educativas han ido incorporando orien- taciones en el sentido de relevar la importancia de la participacién de las familias on Ta educacién de sus hijos. Las reformas educativas reconocen y subrayan Ia importancia de una alianza entré la escue- lay la familia y todas ellas contemplan ciertas directrices para lo- fgrar mayor acercamiento entre ambas. Se sostiene que la escuela no puede cumplir, por sf sola, con su tarea, y que la participacion de los padres es, al mismo tiempo, un derecho y un deber. También sustentan que los resultados de los niiios y j6venes son més efeeti- vos si consideran a las familias, lo que es posible si hay un esfuerzo también deliberado de parte de la escuela. Garefa Huidobro (1999) sefiala: No puede concebirse a la escuela sin la colaboracién de la comunt- dad educativa constituida en primer lugar por a familia (J, Garcta Huidobro, p. 134) ‘Las investigaciones muestran que la forma como se relacio- nan los padres con sus hijos, asi como las creencias y expectativas respecto a su desempefio, son factores fundamentales para su desa- rrollo personal y social. Asimismo, también juegan un papel decisi- vo las expectativas, imégenes y creencias que tienen los directores y profésores sobre las familias y los alumnos en particular. En efecto, iiiltiples estudios han demostrado que los profesores que suponen ‘que los alumnos pueden aprender, logran mejores resultados que aquellos con poca esperanza de que esto suceda (untczs, 2004). 3.41, Las demandas de la escuela pablica a las familias Como bien sabemos, los maestros y directivos de las escuelas siem- pre demandan una mayor atencién y compromiso por parte de la familia para mejorar el desempeiio de los alumnos, y esperan que los apoyen en lo que concierne a habitos de estudio y un comporta- miento adecuado a las normas de la escuela. La primera demanda lustoslogramosmés. 67 se centra en contar, al menos, con la presencia de los padres en los momentos en que se les convoca. La escuela siempre mantiene puesta su mirada en la fami- lia, especialmente cuando los docentes intercambian impresiones y expectativas acerca del aprendizaje y comportamiento de los estu- diantes. Bl siguiente registro de una reunién de Consejo Técnico lo ejemplifica, : re eri a: En la tiltima reunién mensual det aito, los maestros y el direc- tor analizan los rendimientos de algunos grupos y explican | los bajos resultados de algunos estudiantes. MAESTRA DE LENGUAGE: Yo creo que estos tres nitios no van a poder pasar de grado. Todavia no len fuidamente y asi han llegado a 6” af. MAESTRO RESPONSABLE DEL GRADO: Esté claro que no tienen apoyo alguno de In casa. Cada vez que yo trato de citar a sus padres, estos no vienen. MAESTRA DE CIENCIAS: Yo los tuve en 4 ao, y comenza- ron a mejorar después que la mamé dej6 a su conviviente, MAESTRA DE MATEMATICA: Es que las familias de estos nifios son un problema, no colaboran en nada y précti- camente los tiran en la escuela esperando que nosotros cumplamos su papel. Por eso tenemos bajos resultados ya que ademas tienen baja motivacién. Vienen a la escuela a pasar el tiempo. | MAESTRO DE HISTORIA: Yo creo que estos chicos estan ‘muy solos y sin una disciplina familiar no van a llegar a ningtin lado, Les falta interés por aprender, ademés, tienen baja capacidad de atencién, répidamente hacen desorden y pelean entre ellos por cualquier cosa. {68 Juntoslogremasmés MAESTRO DEL CURSO DE LOS ESTUDIANTES SENA- LADOS: (Qué se puede esperar si en sus familias eso cs lo que viven! Yo en mi clase de primer ciclo tengo dos alumnos que fueron eriados con la abuela y uno vive solo ‘con su padre, En un caso, la abuela poco se ocupa del chico porque trabaja en un mereado de ropa usada y rara- mente viene sila cito; en el otro, no hay un adulto que se hhaga cargo, es Ia hermana la que asiste a las reuniones, pero es una nifia adoleseente que no sabe ni responder a las preguntas que le hago y no tiene manejo con el herma- no menor para conseguir que haga las tareas. En el otro caso, el padre siempre manda excusas porque es nochero y duerme en el dia. No sé si tiene tiempo de hablar con st hijo. Con esas familias y en esas condiciones, se nos carga Ia mano a los profesores y poco podemos hacer para que ‘aprendan y mejoren sus notas. ORIENTADORA: A mi me parece que debemos considerar ‘que con todas sus dificultades ellos tienen una asistencia ccereana a lo normal. Yo sé que tienen dificultades en la familia, me he enterado que en el caso de estos alumnos de sexto grado, desde que su madre trabaja ellos estén | ‘més solos pero con menos problemas econdmicos. DIRECTOR: Tenemos que considerar su situacién indepen- diente de Ia de su familia, porque en nuestra escuela ese punto es bien problematico. No contamos con los padres y ahora menos con las madres porque trabajan o porque no les intereea lo que Ia escuela hace por sus hijos 0 sus Inijas. No podemos seguir esperando que las familias ‘se comprometan con el aprendizaje de estos alumnos. ‘Veamos en qué asignaturas los estudiantes estén mal y en cusiles estén bien, ahi veremos cules tienen riesgo de repetir y entonces yo voy a citar al padre, madre o quién ‘sea, para prevenirle del riesgo que corre su pupilo y des- pugs tomaremos las decisiones. Juntoslosramosmss. 6 Analicemos este Consejo: aspectos presentes y ausentes En el intercambio que se genera entre los maestros en el Consejo de Profesores, podemos identificar distintos puntos de vista acerca de la responsabilidad de Ins familias y de los docentes en el desempeiio escolar de los alumnos. Las propo: ° siciones que se mencionan a continuacién pueden ser titiles para debatir en qué medida estan presentes los siguientes aspectos. + Conocimiento de los maestros del medio familiar, clima y sentimientos que experimentan los nit en el hogar. ‘+ Habilidades con las que cuentan los nifios a pesar de su bajo rendimiento. * -Motivos por los cuales los nifios asisten a la escuela. + Razones de la familia para no asistir a las convocatorias de Ia escuela. 2 * Conocimiento de los maestros de las expectativas de la fa- milia sobre la eseolaridad de los nifios. ‘+ Imagenes que intercambian los maestros sobre la familia 4 partir de los datos que poseen. + Opinién de tos maestros sobre las acciones de le familia por asistir e informarse en las reuniones. * Decisién del director para solucionar el problema, -Acciones pedagégicas que estimulan y apoyan el interés io Ge es tats vor arent: _ + Avciones y estrategias para acercar estas familias a la 70 juntostogramosmas 3.1.2. éQué espera la escuela de la familia? Por medio de muchos estudios se comprueba que los directivos y ‘maestros esperan que los padres de familia se hagan cargo de sus, hijos, cuiden su manutencién, les den proteceién y ereen las condicio- nnes para que asistan a la escuela. Asimismo, esperan que los padres colaboren, en cierta medida, con el proceso de ensefianza, mediante su supervisién y apoyo para el cumplimiento de tareas y actividades relacionadas con el seguimiento y refuerzo del aprendizaje. Sin embargo, con frecuencia los docentes no estén dispuestos 1a que los padres intervengan, ni siquiera a que expresen su opinién sobre los asuntos pedagégicos, los cuales, sefialan, son solamen- te privativos de los profesores. A menudo, en los diagnésticos sur- ge como problema —especialmente en las escuelas que atienden a poblacién de alta vulnerabilidad social— la ausencia de los padres yy su falta de participacién en las instancias institucionales (V. Gu- bbins, 1999; R. Blanco, M. Umayahara y 0. Reveco, 2004; uNIcE®, 2005; C. Cérdoba, 2007). No obstante, nos hemos dado cuenta de que las expectativas y demandas de la escuela hacia los padres y apoderados son a me- nudo, contradictorias. Por una parte, se espera que los padres cons- tituyan un apoyo a la escuela y contribuyan a los servicios que ella da, tanto en tiempo, como en trabajo, materiales y dinero. Con fre- cuencia se escucha Ia frase “aqui los padres participan” cuando se trata de pintar la escuela, arreglar los pupitres, reunir fondos para el paseo de fin de afio, todo lo cual es legitimo, pero no suficiente ni Jo més importante para lograr una convivencia fructifera para am- bas partes. 3.4.3. Participacién acotada a los intereses de la escuela Formalmente, en la normativa escolar de algunos paises se estable- ce que los padres y apoderados, por medio de su participacién en los Consejos Escolares, se constituyan en agentes colaboradores de las decisiones que se relacionan con las politicas de la escuela, lo cual es, a menudo, abiertamente infringido por los docentes, Se ha obser- luntaslogramosinés. 72 vvado que, en algunos casos, aun cuando esté consignada por la ley y cexistan instancias para su cumplimento, no se garantiza la partici- pacién real de Ia comunidad educativa. Por otra parte, la relacién que se establece con los Centros de Padres, no earece de complejidad. Los padres podrian colaborar en muchos dmbitos pero existen diferencias de criterio y de opinién que entorpecen las relaciones. Cuando la colaboracién u observacionés de los padres se extienden a aspectos administrativos y, sobre todo pedagégicos, tanto directives como docentes los perciben como una amenaza, temen perder el poder o el control, recibir criticas por sus errores, o ser evidenciados piiblicamente por sus actuaciones, algu- nas de las cuales podrian estar fuera de las normas (G. Flamey, V. Gubbins y F, Morales, 1999; V. Gubbins y ©. Berger, 2002). Un director relata que los padres y apoderados de su plantel, ‘malinterpretaron su rol “de apoyo a la funcidn docente’, y quisieron apropiarse de funciones que no les correspondian, Bi] sefiala: J estos (los padres y madres) perdieron totalmente su norte, vi nieron aqui (el primer dia de clases), con un programa hecho [..) con cinco oficios disintos...y nos pedtan que nosotros en diez das tuviéramas hecho todo el calendario anual ..] que tuviéramos to- dos los profesores contratados..]inieron a exigir ya quitar alos auxliares de aseo que ellgs siempre pagaban una parte... (j. Ze ‘melman, $, Lavin y}. Sir, ob lt, 2082, p. 26) Asimismo en una entrevista grupal, una profesora de la mis- ma escuela manifiesta: Las mamas vienen a reclamar por la ausencia de os profesores que fueron a perfeccionamiento. Se meten en aspectos que no son de su incumbencia, Son atrevidas y prepotentes, estén miranda siem- pre problemas que surgen del trabajo de los docentes (idem) 72 luntostogramosmas Por sw parte, un Jefe Técnico Pedagégico expresa: -]pasa también que los apoderados se meten en lo técnico-peda: -g6gico muchas veces sin saber lo que estn hablandb[.] dicen co sas que no les compete [.] que deberfa ser esto o aquello[..] per cellos no tienen estudios y somas los profestonales de la educaci6n 0 sea los profesores los que sabemos de educacién... (idem) Veamos de qué manera esto puede ser distinto Experioncias en otros paises muestran que estos temores, reservas y defensas de parte do la escuela pueden contrarrestarse. Cuando se otorgan espacios a las familias para reflexionar con los docentes sobre alternativas para mejorar el aprendizaje, organizar el trabajo pedagégico y enriquecer el proceso educativo al interior del aula y 1a escuela, el nivel de creatividad y sentido practi co de los padres supera las expectativas de los directores y maestros 3.4.4. Habitos y disciplina, una demanda dificil de cumplir Otro aspecto que la escuela demanda a las familias, especialmen- te a aquellas de oscasos recursos, es la regulacién de la. disciplina, que abarca habitos de higiene, normas y pautas de buen comporta- ‘miento que complementarian lo que la escuela ensefia. También les domanda que provean a los nifios con los materiales necesarios para levar a cabo las actividades de la clase y se ocupen de que asistan regularmente a clases. Esto, sin embargo, resulta dificil de exigir en un contexto familiar y comunitario donde las normas de buen. comportamiento social o los recursos para proveer materiales, no son habituales. Tales el caso de programas como los siguientes: Conversemos de sexuaidad. Escuela familia educando juntas. coe 1996999; Mejorando la calidad de os aprendzajes: un Cesafio para la familia la escuela. cor uns, 1995/3996 Programa Escuela viva, Para fay 2001-2003; QLIl Programa para mejorar las oportunidades educativas dels nos Yiias que asisten a escuela rraes en El Salvador, Perd, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Honduras y Nicaragua, cone apoyo del Plan Internacional, 2007-2009. luntoslogramosmés. 73 De acuerdo con las relaciones intrafamiliares, los maestros Jas describen como conflictivas y manifiestan que una de las causas principales de este clima familiar adverso es el bajo nivel educacio- nal. A menudo, los docentes no valoran las précticas educativas va- lidas de estas familias ni estén conscientes del esfuerzo que implica para ellas garantizar la asistencia regular de los nifios a clases ast como dotarlos de vestimenta, itiles, fomentar hébitos de higiene 6 el tiempo que invierten en ellos. La escuela percibe poco compromiso por parte de las familias respecto al proceso de aprendizaje en que estan inmersos sus hijos. Los docentes se quejan y se lamentan de una ausencia importante de los padres a las reuniones del grupo, especialmente de aquellos cuyos hijos presentan problemas de rendimienta o de conducta. Al consultar a los maestros sobre las causas de los bajos resultados ob- tenidos por los alummos en las mediciones nacionales y en las que efectiia Ia propia escuela, ellos los atribuyen, principalmente, a la escasa atencién de los padres a la asistencia de los alumnos y al nulo apoyo respecto al aprendizaje de sus hijos. (cive-Fundacién Ford, 2002-2006). El director de una escuela urbana, sefiala: [Aqui no existe interés por los alumnos. Estén a la buena de Dios. Se les pide material complementaria (por ejemplo) para clases de ‘Tecnologia, legan a sus casas y no tienen el apoya de nadie. No mas de un 30% 0 un 4o% vienen a las reuniones (coe-Fundaci6n Ford, 2002-2006 registro de entrevista grabada). Segiin un estudio de percepcién sobre Ia calidad de la edu- cacién (cive-Fundacién Ford, 2002-2006), docentes y directores de establecimientos educacionales, especialmente los que atienden sec- tores socioecondmicos medio bajo y bajo, estiman que la responsa- bilidad de que la educacién en Chile sea de mala calidad se debe prineipalmente a los padres y apoderados asi como a los propios alumnos. 74 juntoslogramosmas Profesores de una escuela urbana, en el transcurso de una en- trevista grupal, sefialan: [4] Indiferencia de los padres, vienen cuando se les va a entregar algo, exigen, pero se desvinculan del trabajo del colegio, tener donde dejarlos, que su hijo avance, aprenda, no hay interés de su parte. (der. 3.1.5. Asistencia a reuniones, demanda que no se cumple plenamente ‘Una de las exigencias fundamentales de los profesores y directivos es la asistencia de los padres y apoderados a las reuniones del curso xy que nombren representantes ante el Centro de Padres. No obstan- te, habitualmente se registra muy baja asistencia, Un director plantea la siguiente situacién dentro de la escuela: Tenemos graves problemas sociales como lo son las drogas, con- ‘sumo tréfico; padres y apoderados recluidos en cérceles de la regién; los padres son muy individualistas y sino se preocupan de ‘us propios hijos menos lo haran con os otros nifios. Alas reunio- nes de padres y madres asisten pacas personas, los que se preocu- pan son los menos, por ello os nifios no tienen aspiraciones, no {es interesa el Futuro (aoe, 2005 [registro de entrevista grabada). ‘Una pista para remirar nuestras practicas Algunos autores destacan, que, pese al interés y la voluntad expresada por los directores ¥ los maestros para establecer una mejor comunicacién con los padres, cuando esta se. Juntostogramosmas. 75 eae dies dear Dee ea 3.1.6. Las dificultades que genera el entorno En ocasiones, la violencia que impera en las poblaciones, se manifiesta en las actitudes de los padres que transgreden_ Jas normas que establece la escuela. Una directora da cuenta del problema que se suscita con los apoderados: Jcreen que la escuela abierta es una escuela que tiene {que tener poco menos las puertas abiertas todo el dia y ellos entran y salen ala hora que quieren y por mas que s# les explique ellos no lo entienden, entonces @ entran, el auxiliar les dice que no pueden pasar porque etn en clases, van a interrumpir, ellos empujan al auxi liar, 0 los retan y pasan igual... entonces vienen a veces ira sus mismos nifios(..](M. Zemelman, S. Lavin yl Sit, ob. cit. 2082, p. 12). La directora considera que ha habido un deteriora de la convivencia: “Lal entre fos nies, entre los apaderados con los nios, centre los apoderados con nosotros, entre las apoderados con Jos auxiliares, « sea con todo el personal de la es cuela en ver de ir mejorando ha ida empeorando... Ella sefiala que se han hecho esfuerzos realizando campafias «© invitandolos a charlas y talleres, pero no asisten mas que cuatrao cinco apoderados. Es mas, informa que cua {to colegas (ella incluida) hicleron un diplomado e vivencia, “..] hemos tratada de poner en préctica toda lomejor que podemos, pero a veces es insuficiente[.P (ibidem, p. 13. 76 juotesogramosmés Revisemos nuestras reuniones con los padres, a la luz de los hallazgos del usicer ‘+ Los tiempos y espacios no siempre consideran la disponibilidad que tienen los familiares. + La cultura de Jas familias las inhibe muchas veces para tomar la palabra en un espa cio ptiblico, pues requieren de mayor intimidad para abrir sus pensamientos y sentimientos en las actividades propuestas. + Los padres tienen una rica experiencia y conocimiento cotidiano sobre temas que se tratan en las reuniones, como salud, desarrollo infantil, organizacién y gestion de recursos, que podrian ser entregados por ellos. ‘© La informacién que se valora en la escuela es la que proviene del medio téenico-cien- tifico, la experiencia y la historia de las practicas enraizadas en la tradicién familiar y local no son igualmente apreciadas. + La metodologia de las reuniones est basada en el principio de informacién desde la escuela a la familia, y quien sabe la verdad y habla, es el docente esperando acepta- cién y pasividad de parte de los adultos (uncer, 2004), 3.2. LO QUE ESPERA LA FAMILIA DE LA ESCUELA En todos los niveles socioeconémicos, Ia escuela es vista como ne- cesaria en el proceso de socializacién e integracién cultural de los hijos. ‘Los estudios Ilevados a cabo en Chile y otros paises muestran que para la familia de sectores socioeconémicos bajos, la escuela es el primer paso para romper con la pobreza y tener la oportunidad de que los hijos eguen a ser lo que los padres no pudieron lograr. Las posibilidades de formacién y el acceso a mejores oportunidades (de las que tuvieron los padres) dependen del trayecto del alumno en la escuela, ‘Los siguientes testimonios fueron recogidos en grupos focales con madres de escuelas rurales, ellas manifiestan sus expectativas: Juntoslagramosmés. 77 (Qué mas puedo querer para mi hijo, sino que tenga la educacién {ue yo no tuve. Por eso quiero que esté en Ia escuela y asi pueda tener mejores oportunidades que las mias: Yo estudié poco y me sustarfa que él saliera adelante; Que aprenda mas de lo que saben sus padres; Para que se eduque mejor que yo (6. VillarroelyX. Sén- ‘chez, 2002, p. 127). A su vez, en las familias de clase media, la escuela se consi- dera como un paso inicial donde el aprendizaje fundamental facilita- 4 la continuacién de la formacién hasta el término de los estudios superiores. Asf lo expresa la madre de un alumno de una escuela privada del sector medio: Los nifios tienen que asistira la educacién basica para adquitir los aprendizajes fundamentales y asf poder avanzar en conocimientos ‘m8s complejos que les permitirén entrar a la Universidad y desa: ‘rollarse como profesionales (M. Romén, C. Cardemil, F. Alvarez y).Zuleta, 2008 [registro de entrevista grabada)). 3.2.1. Aspiraciones y expectativas sobre la escolaridad de los hijos y las hijas* La familia esta representada ante la escuela fundamentalmente por las madres, o, en su defecto, por algtin familiar femenino como la tia, abuela o hermana del alumno. Raramente se cuenta con la asis- tencia de padres a estas reuniones, En general, las expectativas y aspiraciones relacionadas con la educacién de los alumnos se reco- gen a partir de las declaraciones de familiares femeninas. Es interesante constatar que tanto las intervenciones y estu- dios en escuelas urbanas y rurales dan cuenta de altas aspiraciones de las madres o familiares sobre el término de los estudios para sus hijos. Profesiones como medicina, enfermeria, ingenieria, estén den- ‘Thapaions son as represetaciones que se hacen los inuesy grupos acerca del tstada das cosas, personales osociaes que cesean ar el futare au cavacteian Como melo txpecttvas en cmb, eso que cen au ocurred erat dads las tendencias actuales, no io que se desea que ocura (mio, 2000, en M. Rivera yN Milcc, 2006) 78 juntostogramosmas tro de sus expectativas para sus hijos, ademas de estar presentes en ellas, asi como soldado, piloto, profesor, secretaria, ete. Dichas aspi- raciones se conjugan con el nivel edueacional de la madre. A mayor educacién de la madres, mayores expectativas de que su hijos com: pleten estudios superiores. Estas expectativas se traducen en com- portamientos concretos, pues promueven la asistencia al colegio y, en el hogar, cumplen con el apoyo que les demanda la escuela, El testimonio de una madre de una escuela urbana, de sector socioecondmico medio bajo, asi lo manifiesta: No los dejo faltar a la escuela, si estan resfriados pero sin fiebre, tlenen que venir no mas. Yo les reviso su bols6n, que traigan sus cuadernos y libros, para que puedan hacer lo que la profesora les ensefia (coe-Fundacién Ford, 2002-2006 [registro de entrevista gra- bada)). Estas actitudes positivas frente a los estudios de los hijos se asocian, generalmente, a la fortaleza en la constitucién de la familia y su nivel sociocultural, més que el nivel socioeconémico. Es impor- tante sefialar que este puede ser el caso de familias nucleares donde existe una madre y un padre o en aquellas que estan sostenidas por ‘uno solo de ellos donde, con frecuencia, la madre es jefa de hogar y, ademas cuenta con redes de apoyo. En cambio, aquellas familias monoparentales que no euentan con redes de apoyo o tienen problemas importantes de salud o bien, ‘que tienen una historia de fracaso escolar, tienden a acercarse me- nos a la escuela, También manifiestan bajas expectativas respecto a logro edueativo de sus hijos, e incluso manifiestan que, a su jui- cio, el desempefio escolar depende més del menor, que del apoyo ma- terno o familiar. En esta linea, la madre de un alumno con bajo rendimiento escolar de una escuela urbana, expresa: Juntoslogramosmss 79 Yo le doy casa y comida, lo matriculo en la escuela. De ali fo que haga depende de él no més. Yo quiero para él lo mejor pero sino obedece a sus profesores, no estudia, no puedo hacer mas (coe Fundacién Ford, ob. cit. [registro de entrevista grabada)) 3.2.2. La disconformidad de los padres frente a las demandas de la escuela ‘No obstante las expectativas positivas que, en general, manifiestan los padres respecto a la educacién de sus hijos, ellos sefialan a me- nudo su disconformidad con el tipo de relacién que establece la es- cuela con ellos, especialmente en lo que se refiere a las reuniones de Centros de Padres a las que son citados. La madre de un alumno de una escuela urbana asi lo manifiesta’ Las reuniones a las que nas citan tienen que ver con las notas y con, el comportamiento de ls nifios. Normalmente, los profesores nos. reclaman que no nos preocupamos de sus estudios, del comporta- miento, de a higiene, dela alimentacin y de los materiales que no traen, Nos retan mucho, y nos dan poca informacién sobre lo que ‘ellos hacen con (os nos (idem [registro de entrevista grabada)). Las familias afirman que en dichos espacios no encuentran un sentido propositivo para su colaboracién; o bien, les solicitan aportes econémicos que no estan en condiciones de solventar. Dentro de algunas iniciativas de apoyo a escuelas con alum- nos que obtienen bajos logros en sus aprendizajes, (cipe-Fundacién Ford, ob. cit.) se contacté a madres que, a juicio de los profesores, no asistian a las reuniones de grados. En este caso, en particular, fue interesante comprobar que en las entrevistas grupales efectua- das, varias de ellas manifestaron que sf asistian a las reuniones, recordaban claramente los temas tratados y sabian perfectamente la situacién escolar de su hijo (1° a 4? aiio de educacién basica), Ellas sefialaron que cuando asistian no tomaban la palabra, escuchaban Jo dicho por la maestra, recogian las notas de sus hijos y se iban, 80 juntoslogramosmis ‘Aunque firmaban el libro de asistencia, las reuniones no eran inte- resantes para ellas. ‘Una de las madres de una escuela urbana, sefiala: Es la profesora la que habla y dice fo que tenemos que hacer. No preguntan nada sobre nosotras o las dificultades que teneinos ‘para acompafar@ los hijos, nunca dicen en qué estan bien los ni- fos, siempre es todo lo negativo, las notas, la falta de los mate tlales, los atrasos, fa mala conducta la falta de delantal, enfin. ES : bien agotador ira escuchar siempre lo mismo. Por eso yo me voy en ‘cuanto retio las notas (idem), Como causas de inasistencia reiterada, las madres sefialan problemas de salud, pero también su disconformidad con la frecuen- te peticién de colaboracién monetaria, El padre de una alumna de una escuela urbana, manifiesta: ‘Yo estoy cesante estos cuatra itimas meses. No voy porque piden dinero para cuotas y no tengo para dar. Me importa que mi hija sal- sabien, yvaya {do que no tengo para aportar ala cuota, aunque sea poco (der. la escuela, Pero ne quiero pasar verguenza dicien- No obstante, resulta interesante verificar que, en la medida de sus posibilidades, se las arreglan para colaborar con el proceso escolar de sus hijos aungue lo hacen sin gufa u orientacién pedag6- ggica que los apoye mejor. sf la madre de un alumno de una escuela urbana, cuenta: Yo no voy porque estoy enferma, cuando puede va mi hijo mayor pero na lo consideran porque es joven. Después él me cuenta cémo ‘vaMartin, y los problemas en las notas que tiene. Desde la casa yo le ayudo, pero también no sé cémo hacerlo mejor, el mayor le pres- ta sus libros pero tampoco sabe qué es lo que tiene que ensefarie © cémo puede ayudarlo (cot-Fundacién Ford, ob. cit registro de entrevista grabadal) Juntoslogramosmés. 8 Reconozcamos las demandas implicitas de las familias Los testimonios expuestos indican claramente que lo que las madres y padres demandan en el encuentro con los maestros es un trato de respeto y consideracién como adultos. Estiman que merecen recibir informacién sobre lo que la escuela hace con los nifios, co- nocer no solo defectos y problemas de sus hijos, sino también en qué aspectos estos estén bien. Asi también a no sentirse presionados a efectuar aportes econémicos, y que cuando alguien los reemplace en reuniones y encuentros de la escuela, pueda recoger la informa- cidn importante. ‘Atender a estos aspectos de parte de los inaestros daria lugar a una asistencia de ta familia més i 'y, posiblemente, mis comprometida con In escuela. 3.2.3. Participacién efectiva y sus obstéculos Las iniciativas de apoyo a escuelas que atienden a alumnos con bajo rendimiento escolar, asf como los estudios sobre el tema, mues- ‘tran que no siempre las relaciones de convivencia son negativas y que también existen muchas familias dentro de los sectores urba- nos marginales y rurales que participan en los centros donde estu- dian sus hijos. Cabe mencionar, sin embargo, que esta participacién est4 normada por la escuela de manera implicita, ya que se admi- te en Ambitos donde el poder del profesor no corre el riesgo de ser cuestionado, Normalmente en estos casos, los padres mas participativos desempeiian cargos directivos dentro del grupo al que pertenecen sus hijos; o bien, forman parte del Centro de Padres, y Apoderados de Ia escuela. Ellos colaboran en diferentes actividades escolares: celebraciones, cierre de ciclo, graduaciones, paseos, atencién en los ‘momentos de almuerzo o desayuno de los nifios, confeceién de mate- rales para el aula y también en arreglos de infraestructura, Bn es- tos casos, los padres se sienten gratificados y reconocidos como tales porque favorecen la integracién y desarrollo de sus hijos en la escue- Ja, aunque reconocen que hay padres que se mantienen alejados por su trabajo 0 por falta de interés, y otros se limitan a cumplir con la asistencia a las reuniones. 82 untostogramasmas Los padres consideran también que cuando los hijos son pe- quefios, se facilita su participacién dentro de la escuela y, a medida que los nifios crecen, los problemas se hacen mas complejos y las demandas y exigencias para ellos también. Se les pide controlar més ‘a sus hijos, en particular, los comportamientos sociales; ademés, los conocimientos que se imparten en las disciplinas se hacen mucho ‘més complejos por lo que ellos no siempre tienen posibilidades de apoyar y aportar. Al mismo tiempo, los padres piensan que los émbi- tos de su participacién son muy acotados, que esta se encuentra muy regulada en la escuela y que todo esta bajo el control del director, As{ lo seftalan las autoras Guzman y Martin del Campo en su estt- dio sobre la relacién familia escuela (2000). EL Director se atribuye el derecho a saber y aprobar todo lo que ‘ocurre en su escuela. decide la gestion y el uso de los recursos, 41 quiere también el reconocimiento de los padres y que nos los alboroten (ibidem, p. 7) 3.2.4. Visiones sobre la calidad de la educacién que reciben los hijos e hijas Los padres juzgan la calidad de la educacién segtin lo que aprecian. en los centros educativos a los que asisten sus hijos. Asi, por ejemplo, en una encuesta nacional aplicada en Chile, 54% de las opiniones de los padres encuestados consideran que la experiencia escolar de sus hijos les ha permitido fortalecer su perso- nalidad y defender sus ideas, y poco menos de la mitad consideran que los estudiantes estan logrando aprendizajes mejores que antes. ‘También hay padres que atribuyen la baja calidad de la educacién que se imparte en la escuela a la que asisten sus hijos, a la pobreza de las familias, a la carga extra de tareas administrativas que el Ministerio impone a las escuelas, asi como a la insuficiente forma- cién de los profesores. (cive, Encuesta nacional de educacién, 2006, p. 24; 2010, pp. 16 y 24). A menudo, en las escuelas que atienden sectores pobres, hay padres que'se declaran insatisfechos con lo que la escuela les aporta Juntoslogamosmss. 83 a sus hijos. Lo que més les interesa es que les ensefien a leer, que Jos nifios puedan apropiarse de las operatorias, que les “pasen la materia” como lo indican los libros escolares (cuando los estudiantes Aisponen de ellos), Atribuyen el bajo rendimiento académico de los nitios a la incompetencia de los profesores y suponen que la supera- cin de estos problemas solo se soluciona cuando hay un buen profe- sor (M. Rivera y N. Milicic, 2006, ob. cit, p. 128). i En una entrevista grupal con madres de escuelas urbanas, ellas expresan: ‘A nosotras nos molesta que los cuadernos vengan con dibujos de los nifos y sin escritura, no hay ejercicios de matemética, tampoco les ensefian algo de ciencia, entonces ta calidad no esté buena. ¥ siuno va a preguntarle a la profesora, se molesta. Al final nos ca llamos porque pueden tomarle mala a los nits (coe, ob. ct., 2005, [registro de entrevista grabadal) Las madres consultadas se explayan acerca de sus expectati- vas respecto a lo que debe ser el rol educador de la escuela: Que sea bueno para el nfo lo que le ensefien. Que el profesor le lensefie en el tempo que tiene que ser; que el profesor se sepa des- cenvolver con os nifos y ue los niflos reciban lo que el profesor en- trega, que hagan las tareas, se acostumbren a ser responsables, le servird para los estudios que va a tener, mas tareas, que los niios centiendan lo que aprenden, que lo sepa, que tenga una estructura decente, no tanto a escribir sino que 2 explicar...(M. Zemelman, S. Lavin y}. Sir, ob. cit, 2082, p. 28). En otros casos, las madres también expresan una mirada ori- tica frente a la responsabilidad de los maestros en el desempefio de sus hijos, sin que se manifieste una autocritica en cuanto a la res- ponsabilidad que tendria la familia y los propios alumnos en su ren- dimiento escolar. . 84 Juntostogrammosmés En un grupo focal con madres de una escuela urbana, ellas manifiestan: El problema es del profesor; Por las ausencias prolongadas del profesor {.. los nifios plerden mucha clase [..] y cuando llegan a trabajar, pasan las materias como locos, apurados y los nifios co- par ycoplar{..]yno tlenen tiempo de pasar bien tas materias. Y ‘también los nifios estan muy flojs ...o saben escribir, no saben cuando los profesores faltan no hay reemplazos, cuando leer [. tienen licencia médica los nfs se quedan sin clases y los profeso- res faltan seguido... (dem). En otras conversaciones con madres de un sector rural, ellas expresan: ‘También los hacen hacer el aseo en la sala, los hacen encerar, jar inear en vez de estar trabajando en lectura o escritura. Falta su- $n de los nos en el recreo, y en clases los nifios hacen lo pen f que quieren, no hay mucho control (6. Villaroel y X. Sénchez, ob, 19. 130 9 435). Las madres de esta escuela consideran que los profesores no educan guficientemente en comportamientos y disciplina: Los nlfos son insolentes, desordenados, no se respetan entre ellos y los profesores no les ponen las reglas 0 los castigan. Si hay pro- blemas entre los nifos, no les hacen caso (idem). Justoslogramosmis. 85 Los padres también son observadores del proceso educative En los testimonios anteriores se muestra claramente que la familia observa ciertos des- empefios de los maestros que afectan el proceso de aprendizaje de sus hijos y por eso esti- ‘man que habria que poner atencién en ello.. Les importa verificar en los cuadernos Jo que los nifios han trabajado en las clases; confirmar que sus hijos entienden lo que el maestro ha enseitado; tener informacién sobré las razones de la auseneia del profesor, y saber c6mo la escuela resuelve esta situacién, Esperan que los nihos tengan la oportunidad de aprender. Por ello manifiestan la necesi- ‘manejo diseiplinario que ordene y controle a los pifios para sme pee llevar 3.2.5, Conflictos frecuentes entre la familia y la escuela De acuerdo al estudio de M. Rivera y N. Milicic (2006), los motivos de conificto entre las familias y la escuela se relacionan casi siem- pre por el bajo rendimiento académico y por problemas conductua- les de los estudiantes. Por su parte, los profesores estiman que los padres no asumen su responsabilidad por el bajo desempefo de sus hijos y hacen caso omiso ante los problemas educativos de sus hi- jos. En cambio, las madres, sostienen que las profesoras las acusan de indiferencia, ademas de delegar on ellas la responsabilidad de la problemética de los alumnos en la escuela. Sefialan que los docentes son despreocupados, se muestran indiferentes ante probleméticas incipientes de los nifios y se quejan cuando estas se agravan. Los padres también visualizan como un problema importante Ja violencia que ocurre al interior de la escuela, ya sea por maltrato entre compaiieros o por parte del profesor hacia los estudiantes. Se- alan que los profesores se resisten a dialogar con ellos sobre estas situaciones y consideran que sus intentos de conversar con la diree- cin 0 el inspector resultan ineficaces. 86 Juntostogramosmas Estos malentendidos reflejan la problemética del rol educativo que ejercen tanto la familia como los profesores. Los padres conside- ran que cumplen con sus ebligaciones, pues disponen de poco tiem- po, poseen escasos conocimientos escolares y afrontan los cambios que se han suscitado en la relacién autoridad-obediencia. Estiman ‘que es més que suficiente con proveer el sustento familiar para dele- gar la educacién y el cuidado de sus hijos a la escuela. Por su parte, Jos maestros ven multiplicadas Ias exigencias de lograr un mayor rendimiento de los alunos en un entorno donde prevalece el aban- dono de las funciones de los padres y de las tareas inherentes al hogar: formacién de valores y normas, estimulacién cognitiva y socio afectiva, entre otras. Ademés, los maestros perciben escaso apoyo del sistema em- pleador, ya sea municipal o ministerial, cuando, por ejemplo, son el centro de las criticas de la sociedad por los resultados en las me- diciones de los aprendizajes nacionales e internacionales. A ello se suman los bajos niveles salariales (cuyos aumentos se logran tras afios de trabajo), Ia inestabilidad laboral en que el sistema man- tiene a algunos profesores y la sensacién de tener escaso respaldo por parte del sistema para atender a alumnos de familias diversas y complejas. 3.2.6. La comunidad educativa. Una posibilidad de encuentro efectivo entre familia y escuela De acuerdo con multiples estudios consultados, la posibilidad para coordinar aeciones con las familias e implementar variadas formas de participacién con ellas en los procesos educativos es real cuando la escuela se abre a un didlogo que facilita acuerdos y alianzas con base en las caracteristicas y condiciones de los padres de familia. Mis allé de las criticas y recriminaciones mutuas, se advierte que los padres de familia y los docentes aspiran a que la escuela se constituya realmente como una comunidad, Las familias estén con- vencidas de la necesidad de que la escuela atienda sus problemas y necesidades en espacios de conversacién abierta, que los informe con mayor precisién de los desafios que enfrenta y les proporcione una Juncslogramosmés. 87 guia y orientaciones pertinentes, Particularmente, se refieren a los distintos tipos de cooperacién que, segiin sus condiciones y posibili- dades, puedan dar en el proceso educativo de sus hijos. Por su parte, se aprecia que muchos profesores, desean conocer mejor a las fami- lias y disponer de més tiempo para acercarse a Ia realidad familiar. Aspiran a desarrollar mayor empatia con las fai diantes. Ello requiere entonces de un cambio en la concepeién de lit as de sus estu- organizacién escolar a cargo del equipo directivo y de los maestros, que implica trabajar conjuntamente los ejes de convivencia y apren- dizaje para iniciar el encuentro necesario y esperado. ;

Você também pode gostar