Você está na página 1de 2

Título: LA ACCIÓN EN LA PEDAGOGÍA IGNACIANA

Autor (es): MONTERO TIRADO, Jesús


Lugar de edición: Paraguay Editorial:
Año: 1996
Número de páginas: 14 p

ANÁLISIS DEL DOCUMENTO


Palabras claves: PEDAGOGÍA IGNACIANA, PARADIGMA PEDAGÓGICO, ACCIÓN,
EJERCICIOS ESPIRITUALES, FILOSOFÍA DE LA ACCIÓN, TELEOLOGÍA DE LA
ACCIÓN, AXIOLOGÍA DE LA Acción

Descripción del documento: Documento mimeografiado sobre la acción como


componente del Paradigma Ignaciano; alude las palabras empleadas por Ignacio
para denominar la acción tales como ejercicio, laborar, trabajar, obrar. Justifica el
tema aduciendo la centralidad de la acción para el paradigma como para la
espiritualidad y cuyo fin es la evangelización. Ello requiere una capacitación del ser
humano. El documento transita por la filosofía, la axiología y la teleología de la
acción, para luego vincularla con la pedagogía ignaciana. Recurre a otros
pensadores para facilitar la comprensión.

Resumen: Desde la antropología del obrar humano hay una conciencia de que por la
acción se resuelven los problemas. Constituye la realización material de una idea.
Los tomistas distinguen en acción inmanente (queda dentro del sujeto); acción
transitiva (sale del sujeto); acción cíclica (acto de querer); acción imperada
(voluntad decide hacer). Para Ignacio hay identidad entre ser y acción, están
integradas; aún siendo diferentes se implican(totalidad y coherencia- integración
dinámica-). Nos afirmamos en la medida en que actuamos. La coherencia perfecta
entre ser, conocer y hacer es Cristo, modelo de los Ejercicios Espirituales(EEEE).
Toda actividad humana es acción, incluso pensar. Cita a Blondel para quien es una
experiencia integral. En el dinamismo del ser espiritual se encuentran inteligencia y
voluntad y se convierten en dinamismo para obrar. Ambos coinciden en valorar la
acción como índice de la calidad del ser y la vida personal. Ignacio comprendió el
poder del contexto de modo diferente que los pragmáticos. Es responsabilidad del
sujeto batallar interna y externamente con sus condiciones para reafirmar la
verdadera liberación. En lo axiológico, la acción como valor mira al reordenamiento
de la vida y victoria sobre sí mismo lo cual se consigue con los EEEE. En Ignacio y
Kant por la acción se llega al conocimiento de sí mismo, a la subjetividad más
profunda (conciencia de sí).
En Husserl los actos por los que nos expresamos nos dan acceso a la subjetividad.
Va unida en Scherler, Lavelle, Mounier a la toma de conciencia del otro y del mundo.
Adquirimos la intersubjetividad por la acción (acto-acto). Nos hacemos ser en el
mundo ya que es el ámbito donde situamos nuestra acción. En Buber el hombre se
humaniza por el cosmos y lo humaniza, es una relación mutua. Hace referencia al
trabajo como acción y trascendencia ya que es cocreador, colaborador, no aislado; es
en sociedad y para la sociedad. La acción pertenece al orden existencial, es ir hacia
la existencia auténtica, es un continuo avanzar hacia la perfección. La acción es un
elemento necesario en nuestra concepción del universo y un modo de adquirir
sabiduría. Hay que llegar a la estructura íntima de la acción para descubrir su
sentido profundo.
La acción es el modo de integral lo absoluto y lo temporal del obrar humano.
Para Arnaiz la acción engendra esperanza, transformación. Desde la teleología toda
acción es intencional. Actuamos para alcanzar algo que no tenemos. En pedagogía
las acciones que se elijan deben posibilitar la realización de los alumnos. Acción para
el cambio personal, para el cambio social, para la revitalización de la iglesia, para la
mayor gloria de Dios. Apunta a responder cómo conseguir que el alumno elija bien
su acción, se comprometa a realizarla y la realice. Todos los elementos expuestos
iluminan el cómo actuar ignaciano. Evoca Las Características: actitud del educador,
respeto al proceso del alumno, facilitador, etc...

Analista: Janette Pinaud Fecha: mayo 2003

Você também pode gostar