Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
EL ACTO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO
CONCEPTO
Hay que destacar que son actos administrativos sólo aquellos actos de la Administración sujetos
al Derecho Público, esto es, al Derecho Administrativo, a diferencia de los actos privados de la
Administración, sujetos al Derecho privado o común, que tienen lugar cuando esta no actúa en
ejercicio de una potestad administrativa, sino como cualquier otro sujeto de Derecho.
Asimismo, es importante resaltar que el acto administrativo se produce en uso de una potestad
distinta de la reglamentaria, pues del ejercicio de esta nacen normas jurídicas, los Reglamen-
tos, y no resoluciones o actos administrativos.
CLASES
o Actos de trámite: los que forman parte del procedimiento, sin poner fin al mis-
mo. No son recurribles, salvo los cualificados:
• Por su contenido:
ELEMENTOS
• Objetivo: Se refiere al contenido del acto administrativa que se dicta. Habrá de ser:
o Lícito.
o Posible.
ABSTENCIÓN Y RECUSACIÓN
En relación con el sujeto activo de la relación jurídico-administrativa, esto es, el órgano admi-
nistrativo que interviene en el procedimiento, es condición indispensable garantizar la imparcia-
lidad del mismo.
En tal sentido, dispone la Ley 30/1992 que las autoridades y el personal al servicio de las Ad-
ministraciones en quienes se den algunas de las circunstancias señaladas en el párrafo siguien-
te se abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo comunicarán a su superior inmediato,
que resolverá lo procedente.
A) Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro en cuya resolución pudiera
influir la de aquél ser administrador de sociedad o entidad interesada, o tener cuestión
litigiosa pendiente con algún interesado.
B) Tener parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del
segundo, con cualquiera de los interesados, con los administradores de entidades o so-
ciedades interesadas y también con los asesores, representantes legales o mandatarios
que intervengan en el procedimiento, así como compartir despacho profesional o estar
asociado con éstos para el asesoramiento, la representación o el mandato.
C) Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas mencionadas
en el apartado anterior.
Los órganos superiores podrán ordenar a las personas en quienes se dé alguna de las circuns-
tancias señaladas que se abstengan de toda intervención en el expediente.
En los casos previstos en el apartado anterior, podrá promoverse recusación por los interesados
en cualquier momento de la tramitación del procedimiento.
La recusación se planteará por escrito en el que se expresará la causa o causas en que se fun-
da.
Contra las resoluciones adoptadas en esta materia no cabrá recurso, sin perjuicio de la posibili-
dad de alegar la recusación al interponer el recurso que proceda contra el acto que termine el
procedimiento.
Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo serán ejecutivos
con arreglo a lo dispuesto en esta Ley.
Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo serán inmediata-
mente ejecutivos, salvo lo previsto para la suspensión de los actos administrativos, y en aque-
llos casos en que una disposición establezca lo contrario o necesiten aprobación o autorización
superior.
Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo se presumirán vá-
lidos y producirán efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra
cosa.
La eficacia quedará demorada cuando así lo exija el contenido del acto o esté supeditada a su
notificación, publicación o aprobación superior.
Excepcionalmente, podrá otorgarse eficacia retroactiva a los actos cuando se dicten en sustitu-
ción de actos anulados, y, asimismo, cuando produzcan efectos favorables al interesado, siem-
pre que los supuestos de hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se retrotraiga la efi-
cacia del acto y ésta no lesione derechos o intereses legítimos de otras personas.
La invalidez supone el nacimiento del acto administrativo con algún vicio o defecto, porque falta
alguno de sus elementos o los que están no son ajustados a derecho.
Son nulos de pleno derecho los actos administrativos que, por adolecer de algún vicio o defecto
especialmente grave, no producen efecto alguno. Y si lo han producido, habrá que destruir esa
aparente producción de efectos.
Los actos de las Administraciones públicas son nulos de pleno derecho en los casos siguientes:
b. Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la materia o del
territorio.
d. Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta.
f. Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se ad-
quieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su
adquisición.
También serán nulas de pleno derecho las disposiciones administrativas que vulneren la
Constitución, las leyes u otras disposiciones administrativas de rango superior, las que regulen
materias reservadas a la Ley, y las que establezcan la retroactividad de disposiciones sanciona-
doras no favorables o restrictivas de derechos individuales.
• La declaración de nulidad desde el momento en que el acto se dictó (ex tunc, desde
entonces).
Son anulables los actos de la Administración que incurran en cualquier infracción del ordena-
miento jurídico, incluso la desviación de poder.
Se entiende por desviación de poder el ejercicio de potestades administrativas para fines distin-
tos de los fijados por el ordenamiento jurídico.
No obstante, el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los
requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de los intere-
sados.
La realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas sólo impli-
cará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo.
• Produce efectos sólo para los interesados, que son los legitimados para solicitarla.
• Está sujeta a plazo de prescripción (uno u otro, según las normas que establezcan di-
chos plazos).
• En la nulidad, el vicio afecta al interés general o al orden público, por lo cual cualquier
ciudadano puede impugnar el acto; en la anulabilidad el vicio solamente puede ser ale-
gado por los interesados.
• La nulidad puede ser apreciada de oficio por el órgano; la anulabilidad solamente pue-
de instarse por el interesado.
• La nulidad se declara con efectos retroactivos; la anulabidad produce sus efectos desde
el momento de su declaración (salvo excepciones).
• La nulidad constituye la excepción, por cuanto la regla general cuando un acto infringe
el ordenamiento jurídico es la anulabilidad (principio antiformalista, principio de efica-
cia).
IRREGULARIDADES NO INVALIDANTES
Aunque la Ley 30/1992 no dice que deba entenderse por irregularidades no invalidantes, estas
son todas aquellas que se producen durante la tramitación de un procedimiento administrativo,
sin afectar a la producción de efectos de la resolución.
De la regulación que se hace de la anulabilidad, pueden extraerse ciertas reglas relativas a las
irregularidades no invalidantes. En concreto, dice la Ley 30/1992:
• El defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los re-
quisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de los
interesados, por lo cual, en sentido contrario, hemos de entender que si el defecto de
forma no afecta a los requisitos formales indispensables para que el acto alcance su fin,
o causa indefensión, la irregularidad producida no afectará a los efectos del acto.
• La realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas só-
lo implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o
plazo, por lo cual, a sensu contrario, se entiende que la realización de actuaciones fue-
ra de plazo, si el plazo no es esencial, no afectará a la eficacia de la resolución.
La nulidad o anulabilidad en parte del acto administrativo no implicará la de las partes del mis-
mo independientes de aquélla salvo que la parte viciada sea de tal importancia que sin ella el
acto administrativo no hubiera sido dictado.
Los actos nulos o anulables que, sin embargo, contengan los elementos constitutivos de otro
distinto producirán los efectos de éste.
El órgano que declare la nulidad o anule las actuaciones dispondrá siempre la conservación de
aquellos actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la
infracción.
La Administración podrá convalidar los actos anulables, subsanando los vicios de que adolezcan.
El acto de convalidación producirá efecto desde su fecha, salvo lo dispuesto anteriormente para
la retroactividad de los actos administrativos.
Si el vicio consistiese en la falta de alguna autorización, podrá ser convalidado el acto mediante
el otorgamiento de la misma por el órgano competente.
La Administración está obligada a dictar resolución expresa en todos los procedimientos y a no-
tificarla cualquiera que sea su forma de iniciación.
En los casos de prescripción, renuncia del derecho, caducidad del procedimiento o desistimiento
de la solicitud, así como la desaparición sobrevenida del objeto del procedimiento, la resolución
consistirá en la declaración de la circunstancia que concurra en cada caso, con indicación de los
hechos producidos y las normas aplicables.
El plazo máximo en el que debe notificarse la resolución expresa será el fijado por la norma re-
guladora del correspondiente procedimiento.
Este plazo no podrá exceder de 6 meses salvo que una norma con rango de Ley establezca uno
mayor o así venga previsto en la normativa comunitaria europea.
Cuando las normas reguladoras de los procedimientos no fijen el plazo máximo, éste será de 3
meses. Este plazo y los previstos en el apartado anterior se contarán:
b. En los iniciados a solicitud del interesado, desde la fecha en que la solicitud haya tenido
entrada en el registro del órgano competente para su tramitación.
En todo caso, las Administraciones públicas informarán a los interesados del plazo máximo
normativamente establecido para la resolución y notificación de los procedimientos, así como de
los efectos que pueda producir el silencio administrativo, incluyendo dicha mención:
• En comunicación que se les dirigirá al efecto dentro de los diez días siguientes a la re-
cepción de la solicitud en el registro del órgano competente para su tramitación. En es-
te último caso, la comunicación indicará además la fecha en que la solicitud ha sido re-
cibida por el órgano competente.
El transcurso del plazo máximo legal para resolver un procedimiento y notificar la resolución se
podrá suspender en los siguientes casos:
c. Cuando deban solicitarse informes que sean preceptivos y determinantes del contenido
de la resolución a órgano de la misma o distinta Administración, por el tiempo que me-
die entre la petición, que deberá comunicarse a los interesados, y la recepción del in-
forme, que igualmente deberá ser comunicada a los mismos. Este plazo de suspensión
no podrá exceder en ningún caso de tres meses.
Cuando el número de las solicitudes formuladas o las personas afectadas pudieran suponer un
incumplimiento del plazo máximo de resolución, el órgano competente para resolver, a pro-
puesta razonada del órgano instructor, o el superior jerárquico del órgano competente para re-
solver, a propuesta de éste, podrán habilitar los medios personales y materiales para cumplir
con el despacho adecuado y en plazo.
De acordarse, finalmente, la ampliación del plazo máximo, éste no podrá ser superior al esta-
blecido para la tramitación del procedimiento.
Contra el acuerdo que resuelva sobre la ampliación de plazos, que deberá ser notificado a los
interesados, no cabrá recurso alguno.
El personal al servicio de las Administraciones públicas que tenga a su cargo el despacho de los
asuntos, así como los titulares de los órganos administrativos competentes para instruir y resol-
ver son directamente responsables, en el ámbito de sus competencias, del cumplimiento de la
obligación legal de dictar resolución expresa en plazo.
En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, el vencimiento del plazo máximo sin
haberse notificado resolución expresa legitima al interesado o interesados que hubieran deduci-
do la solicitud para entenderla estimada o desestimada por silencio administrativo, según pro-
ceda, sin perjuicio de la resolución que la Administración debe dictar en la forma prevista en el
apartado 4 de este artículo:
• La desestimación por silencio administrativo tiene los solos efectos de permitir a los in-
teresados la interposición del recurso administrativo o contencioso-administrativo que
resulte procedente.
Los interesados podrán entender estimadas por silencio administrativo sus solicitudes en todos
los casos, salvo:
• Cuando una norma con rango de Ley o norma de Derecho Comunitario Europeo esta-
blezca lo contrario.
No obstante, cuando el recurso de alzada se haya interpuesto contra la desestimación por silen-
cio administrativo de una solicitud por el transcurso del plazo, se entenderá estimado el mismo
si, llegado el plazo de resolución, el órgano administrativo competente no dictase resolución
expresa sobre el mismo (doble silencio positivo en el caso del recurso de alzada).
La obligación de dictar resolución expresa a que se refiere el apartado primero del artículo 42
se sujetará al siguiente régimen:
Los actos administrativos producidos por silencio administrativo se podrán hacer valer tanto an-
te la Administración como ante cualquier persona física o jurídica, pública o privada.
Los mismos producen efectos desde el vencimiento del plazo máximo en el que debe dictarse y
notificarse la resolución expresa sin que la misma se haya producido, y su existencia puede ser
acreditada por cualquier medio de prueba admitido en Derecho, incluido el certificado acredita-
tivo del silencio producido que pudiera solicitarse del órgano competente para resolver. Solicita-
do el certificado, éste deberá emitirse en el plazo máximo de 15 días.
En los procedimientos iniciados de oficio, el vencimiento del plazo máximo establecido sin que
se haya dictado y notificado resolución expresa no exime a la Administración del cumplimiento
de la obligación legal de resolver, produciendo los siguientes efectos:
En los supuestos en los que el procedimiento se hubiera paralizado por causa imputable al inte-
resado, se interrumpirá el cómputo del plazo para resolver y notificar la resolución.