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Por lo dems hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo

lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8 Lamentablemente muchos viven envidiando el xito de los dems, estn amargados al ver los triunfos ajenos y no disfrutan de lo que tienen por causa de ese sentimiento. No slo envidian lo bueno que les sucede a otros sino que, lo que es mucho peor an, viven deseando el fracaso de aquellos que les rodean. Esta actitud es muy negativa y, por cierto, envenena el espritu y el alma, y forzosamente ese conjunto de fuerzas destructivas se revierte hacia quienes lo generan. O sea que, lo que desean para los dems, al final lo cosechan ellos. Esto los va transformando en seres hoscos, amargados y frustrados que traslucen en sus gestos y en la mirada lo que tienen adentro; en otras palabras, se vuelven antipticos. Siguiendo el consejo del apstol Pablo, aprendamos a limpiar nuestra mente de malos pensamientos, egosmo, envidia. Con la ayuda del poder de Dios purifiquemos nuestro espritu y hagamos de nuestra vida un cmulo de buenos deseos, alegrndonos autnticamente por el bien y el triunfo de nuestro prjimo. Tengamos muy en cuenta que lo que sembremos para ellos, cosecharemos en nuestra propia vida.

Saul Flores

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