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Capitulo 2 LA «TEORIA DE LA JUSTICIA> COMO. UNA TEORA INSUFICIENTEMENTE LIBERAL Una de las principates y més prontas criticas a la teorfa de la jus- ticia de Rawls provino de quien ere su colega en la Universidad de Harvard, Robert Nozick. Nozick era, por entonces, un filésofo cla- camente inscrito dentro de io que podsfamos llamar el liberdlismo conservador, que reaccionabe frente al tipo de igualicarismo defen- dido por Rawls. Segiin viéramos, conforme « Rawls, uns sociedad jusca atcesitaba de un Estado muy activisca —un Estado cuyas inscituciones fandamentales debian concribuir en la primordial rarea de igualae a las personas en sus circunstancias bésicas—. Nozick va a orientar la pacte fundamental de su principal trabsjo—Anarqut, Ertado y Uropla—' hacia una critica a ceorfas de la justicia como le de Rawls, y @ la defensa de eoria de la justicia muy diference de Ja defendida por el igualica- 10. La teria de Nozick —frente a otras como la de Rawls— va a requerir de un Estado mucho menos ambicioso en cuanto a sus pee- tensiones: un estado minimo (asi le Hama) dedicado exclusivamente & proteger a Jas personas contea el cobo, el fraude y el uso ilegitimo de la fuerza, y a respaldar el cumplimiento de los contratos celebrados ence tales individuos. Ahora biea, Nozick, como un autor libercario? preocupado por res- tringic al ménimo las incervenciones del Estado, debe ir més allé de sus calticas frente al Bstado igualitacista omaicomprensivo: debe saber de- cirle al anarquista por qué no sigue avanzando en su desmanvelamiento te6rico del Estado igualirarisca, hasca alcanzac su desaparici6n. Esto es, Nozick debe justificar por qué es preferible el Estado minimo al Estado inexistente. Asi, en Anerguta, Estede y Utopte, Nozick trata de cefucat al anarquisca, refcar el igualitarismo, y mostrat que su propueste es capaz de ser atractive aun para el utopista: Nozick defenderd una sociedad or- genizada como un emarco para ia utopfax —un marco denszo det cusl 1, Newck (1974. Cabe detaear gue, aetoslmenre, el mimo Novick se vests exces Gece aquelles consderciones que 4 ism expusera cncre Rew, Véese al typeco Nexice 999. 2, Eno que sigue eneervador™ late lnnocin de wieratio» come sini del expt albe- ap 4G Las teorfas de a juseicia despats de Rewls quienes quieran vi munistas, soc chos de Jos dems, Frente al anarquista, Nozick vaa tracar de demostrar que es posible Megar al Escado minimo sin incurrir en violaciones de derec més que dicha trayectotia —desde el Estado de naturalezs al i de acuerdo « paucas erales, conservadorss, co. » podrdn hacerlo, en tanto scpan resperar los dete. saria, En caso de ser exitoso con esta tarea justificaroria, Nozick habrig superado las posibles objeciones del anarquista en su rechazo de code tipo de Estado, ptimer paso que va.a dar Nozick, entonces, es el de mostrar la po. jad de que ol Egtado se desarrolle sin sncurrir ea violaciones de decechos. En general, « Nozick le va a intecesar moscrar que el Estado m{nimo na va a violat dezechos coma el derecho a la vide y a la libercad, que parecen centrales para el anarquisca. Pero, en especial, Nozick va a ineentar mostear que el Escado minimo eambiéa es com respeto del derecho mental por el liberalismo conservador, avaque menospreciado por e! anasquismo. ecicts Lo dicho nos lieva a precisa: algo respétéé al nidda en que Nozick analiza la idea de ios derec! ida por-Nozick es, como Ja de Rawls, una ceocfa deon’ existthcia de derechos bésicos inviolables y que, cong fal; rechaza que los derechos de algiia p: mayor bienestar de otros. Aunque de inmediato Varies @ examinar varias diferencias entre ambas concepciones, cabe eétit que la posiciéa de Nozick en maveria de derechos, inicialmente, se acerca bastance a la defendida por John Rawls. Ello, canto en su eechazo de la posibilidad que algunos individuos sean sacrificecos en beneficio de ottos —uana po- iad autorizada. por posiciones utilisaristas— como en su afit- maci6n de la independencia y separa de las personas. Ambas po- nes, en tal sentido, registran un comin antecedente en la nocién 1a de que los individuos deben ser tomades como fines en si mis- ‘mos, y no como medios que pueden ser weilizados pera mejorar Ia suerte de los demas. Los derechos «nacwrales» en los que piense Nozick’ se fundan en tuna intuici6n bésica, que es la de Ja propiedad de cada uno sobre sf mis- io de su cuerpo—. Su cardcter de 3, Bros, derechos comisesarodes los homes, en su cenicién dees, y que no depeae dem para su ceaion uw ororgariento dela vouncad ce pngune petens La wezosiao= I juiiaw como una woes insuficencemence liberal 47 derechos «naturales» pacece decivar de la importancia que tienes, a fin ge asegurar que cada persona pueda moldear su propia vida a sv manera Sf gue cada uno conga aseguradas las condiciones necesarias para poder. evar adelante une vida significative “Los derechos asumidos por Nozick se distinguen por eres carac- cas fundementales: son s6lo derechos negativos, actan como jones laterales frence a las acciones de los demds y son exhaus- “Alirmar que los derechos son s6lo negativos implica crees excla- sivamente en derechos de no interferencia —decechos @ que otros no me dafien, én un sentido amplio del término— y a ia vez rechazar tz existencia de derechos pgpitivos, esto es, derechos a que otros me asis- tan en algunas necesidades bésicas —derecho a que me provean de lo que necesito pata vivie—. Los Gnicos derechos posicivos concebi- 1s son aquellos que cesultan de las transacciones voluntarias encre las '3ones (como los que aparecen cuando contrato un cietto servicio asis- jal). Pos otra parte, decir que los derechos actitan como restticcic~ acciones de otros irnplica sostener ¢l - iin el cual Ia esfera de los derechos ha de resultar i rete a las precensiones de los demas. Dicha esfera debe sec protegida coa Independencia de-las consecueacias (negativas pa sbien comtns o «bienestar general») que dicha proteccién pueda ge- netar. Finalmente, la idéa de que los dezechos son exhaustivos sigai- fica que ellos vencen frente a cualquier ocra consideracién moral. La ides, en esce caso, es que «la filosofia politica {s6lo} se ocupa de las obli- gaciones exigibles y que ellas se agotan con los derechos»: no existe lk posibilidad de otorgas, por ejemplo, prioridad moral a la preserva- cidn del medio ambience desplazando algsin derecho de propiedad ya asignado.” ‘Ahora bien, la concepcién defendida por Nozick en relacién con tos derechos —y a pesar de algunos parencescos como los sefialados— encuentra profundes diferencias con la concepcién que tiende a defen- der ol Liberalismo igualicario. Encre las diferencias que merecen citarse, seguramence la més relevante es la que se reficre al lugar y la sigi cacién de los derechos positivos denero de cada una de tales te hecho, algunos aucores « posicién que se sideran que este punto nncia de los derechos po: 4, Véwe uns excelente explcacion al sespecto en Well (1991), cap. 2. 5 Thi, pig 23. mw 48 Lar ceories de la jutica después de Rawls Un primer comentario que puede hacerse al cespecto, y desde un inicio, es que resulca dudoso que los derechos negativos que defiende Nozick sean los tinicos que debamios considerar cuando, como él, «an. clamos» tales derechos en la necesidad de asegurar las condiciones para tuna vida significativa, Por qué no afirmar, razonablemente, que pera que cada. uno pueda disefiar su vida ¢s necesario, ademés, que el Estado le pa. rancice cieetos beneficios bésicos de seguridad social. Nozick podsé decirnos, ante este reclamo, que si comenzamos a hacer exigibles cies. tos derechos positivos ponemos en serio riesgo la posibilidad de que cada une moldee a su criverio su propia vide: siempre se nos podria exi algiin sactificio adicional, en pos de mejorar las condiciones de algiia otro. Ahora bien, Novick tendria un punco a su favor si sélo evaluérarnos as cargas que podsia imponer un Estado ebienestarista». Sin embargo, parece razonable mirac cambién las implicaciones que pueden derivarse de la wausencia de tales compromisos estatales: muchfsimas personas carecerfaa de las més clementales posibilidades para tomer control sobre sus ptopias vidas.* Para el liberalismo conservador, la vinico que debe asegurar el E: tado es la llamada «libertad negativan de las personas, Esco es, e do debe guardar que nadie incerfiera en los derechos basicos de cada uno a vida, la propiedad, etc.). Fl Estado, en cambio, no debe preocupa:- se por la llamada «libertad positivan.’ Esco es, no ciene la obligacién de proveerle nada a los individuos, para que puedan llevat adelance ssus planes de vida, Como dice Nozick: «El hecho de que usted sea for zado a concribuir al bienestar de otro, viola sus derechos, mientras que el hecho de que otro no le provea a usted de cosas quie usted necesita in- censamente, incluyendo cosas que son esenciales para la procec de sus derechos, no constituye en sf mismo una violecidn de sus dete- chos».* Bl liberalisme igualitatio, ea cambio, le ocorga importancia a la libertad positiva de las personas y considera, en principio, que las ‘odo, cuando lo Benes que les individucs posten (por empl, en caro. rmedios de poducein) no san sino més bien la consecuas ‘© pobre donde uno naci6, las capcidedes ayers © meno dominance, e ada une) caviewn ua ppl pre- 1. Be a dininci6a ence bead pos 8. Vase Nonick (1974), i. 30. ease Besa (1869), Ae la justicas come uae econ insufciencemence 49 acs tienen (en algunos cesés) el misme rango moral que las ac- jones cone esta disputa sobre el contenido y alcance de los derechos, puede entreverst ya otra imporcante fuente de diferencias entre libercarios ratios. Me refiero al modo en que tales concepciones enfocen fa (uescién de la autopropiedad. Bs dudoso, al respecto, que autores como Rawls o Dworkin suscriban fécilmente dicho presupuesto, que aperece como un presupuesto obvio y ademés fundamental pera toda la teoria de Nozick. El liberalismo igualitario, por ejemplo, y conforme viéra- mos, considera que nadie merece las capacidedes y talentes que posee y que, por lo canto, nadie merece que la sociedad le ptemie o castigue por tales cuestiones circunstanciales. Rawls se re amence a fos talencos naturales de cada uno como formando parte de un acervo la situacin de los demas. Necesitamos revisae también 8 presupuestos de los que parte Nozick, pare de- fender su teotfa sobre fa apropiacién. En esce andlisis, voy a tomer como refecente a uno de los crfticos més agudos que ha encontrado el liberta- rismo, G. A. Coben. Bspecialmente, voy a considerar sus criticas a No- zick en materia de apropiacién, aunque, més adelante, voy a hacer alga- aas referencias criticas respecto al principio de rectificacién defendide par el autor libertacio egtin muestta Cohen, la posicién de Nozick acerca de la justicia en la implausible por una amplia diversidad de razones. P- Cohen nos presence el siguiente ejemplo, Des perso “FAWBeA y B, trabajan una parcela de tierra a disposiciéa de ambos, y obtie- ‘Hen aba cierta cantidad de beneficios. Digames que A obtiene x, mientras ‘que obiene z, Ahora, consideremos que A se apropie de toda la tierra, “>, -petoJEbftrce a B—si es que éste trabeja paca él—un salatio de z 4 1. Gea. : sun buen organizedor, A también rezulca beneficiado co sposicién de la cerra, De hecho, pasa s obtener atin mis beneficios “Ege. B“Leego, zqué es lo que puede decisse de esta nueva sieuacién? ;Satis- face ono Ia estipulacién de Nozick? De acuerdo con Cohen sf, sies que n0 ‘guiamos por fo que ahora recibe B, en compazacién con lo que cecibia en un principio. Y ésta, segiin Cohen, parece ser una posicién comtén en los ucores libertatios. Sin embergo, situaciones como la refecida muestran también muchas de las debilidades de un argumento como el de Nozick.”” 1. Bn primer lugar, en el cicado ejemplo se torna evidence une des- tacable desacencién frente al hecho de que B pase a estar bajo las écdenes de A. Peto gpor qué deberfamos dejar de lado tal citcunstancia, en la evaluacién al estatus de B? ;Por qué no conctuie, ruzonablemen- te, que la sieuacin de B ha empeorado de un modo sustancial respecto de une sicuaci6n previa en la cual 1 mismo era el que definga su propio plan de vida? Para el libervarismo, corriente que proclama estar espe- 29. La cemplos que iacluyo sconsisuacin aparece bévcamente en Cohen (1989), b+ 1 despuss de Rawle a wteotis de 1 como uo ceoria insuficientemente liberal 65 cialmente preocupads por el tema de la libertad, este desnivel en cuan.! _gsce caso, también justificado de acuerdo con el pacémecro sugeride por to @ las‘relaciones de poder encce distintos individuos no debiera paste Nf producidas por las desapercibido, tal como sucle ocut ta aciGn serfa la siguiente: es tan claro que eg. yesula especitlimence cestigado, sin falta que le sea sop jemplo como el referido (en el cual A te apropia de la tierra que tra, 2 con B, pero permitiéndole a éste incrementar sus ptevias ganan. En definiti cias) le sicuacién marcrial de B mejora? La pregunta es relevente porque en ejemplos como el referido se intenta representar gedficamente usa situacién relevance en Ja justificacién del capitalismo. Obsérvese que _grgumento presentado (en cuanto a la mejora de la sicuaci6n material de si la respuesta es afirmativa (B mejoré su entonces odes) buena parce de las apropiaciones producicas denero del marco ca “3.eRor tltimo, corresponde considerar un presupuesto que resulta ca —apropiaciones que responden a parémetros similaces— cesul justificadas: es cierto que medios de produccién, pero ello ha permitido una mejoca sustancial re pecto de la sieuecién en que hubieran quedado de no haberse producid Jas apropiaciones mencionadas. Pero lo cierto es que, tel como intent ba sugeris, las cosas son bastante més engoreasas de lo que eparecen a primera vista. G. Cohen presenta ciertas sicuaciones contrafécticas que contribuyen a clarificer este punto: el esquema de apropiacién defendide por Nozick con- idera justas Una diversidad de sicuaciones que intuitivamente no lo pa~ que adems, llegan a afectar seriamence la propia coherencia del hecho de que se come como punco de pertida una siuscién ta no € propiedad de nadie, y gue se encuentra abierta a én de cualquiera, Semejance peesuposicién hace posible to- “do-eh aéguimento posterior. Sin embargo, se trata de una presuposicién qas.nos¢ encuentra en si misma justificada, por lo que, en definiciva, la estructura completa de Ia propuesta de Nozick queda suspendida en el sire, En verdad, tal como remarca Cohen, no hay razones pat’ no consi- derer como punto de partida justamente el contrario al propuesto por icada por Nozick ape. Nozick. Esco es, considerar que en realidad Ja tierra pertenece a todos sel que primero llega, primero se sirve> en ma. _clectivamente y que, por lo tanco, no se encuentra disponible para la a de propiedad, que intuitivamence no parece atractiva como criterio _aptopiacién individual de aadie sino, en todo caso, a través del con- de justicia. En efecto, nécese que padia darse el caso de que B cambié) se colectivo. En el ejemplo citado inicialmente, por tanto, fuera un buen organizador, y que si hubiera sido él el primero en apro- A debiera hacer consultado a B pera apropiarse de la tierra cn cuiesti6n, piarse de la tierts, los resultados hubieran sido similares a los produci- _en lugae de actuar de modo inconsuleo. B, en tal sitvaci6n, podria haber dos en el ejemplo anterior (aunque en este caso, B recibitia mayores _vetado la propuesta de A, por considerar més beneficiosa, en el largo ‘ganancias que A). Por ello, el esquema de apropiaciéa previamente plazo, la permanencia de !2 propiedad colectiva, O, en todo caso, podria Cificado parece castigar a B simplemente por haber decidido la apropie- __haber aceptado Ia inicistiva de A, pero sujeca a ciestos condicionamie cién después que A. cos. En este sentido, B apareceria docado del poder de negociacién ) Mis atin, pudo haber sucedido que se le ecurrieca a B, antes quea _ciente como para rechazar muchas de las propuestas intuitivamente in- A, In idea de apeopiarse de la tierra, pero que B hubiera desechado tal ides, _justas que, segiin viros, A podrfa pretender en el caso de no reconocerse dada su profereacia por seguir trabajando la tiezra conjuntemente con A le propiedad colectiva de la tierra En este caso, nuevamente, B seria castigada debido « sus preferencias, por el hecho de baber sido més respetuoso en su relacién con A. DY de modo todavia es fuerte, pi¢nsese en el caso en que B es me- jor organizador que A, pero A se adelanca a B y se apcopia de la tiessa en cnestién, Nuevamente, en este caso la apropiacién queda justificad, aun cuando ambos pierden, ya que embos hubieran estado mejor en el Antes de coneluir este apacrado, es'importance hacer referencia 2 un caso de que B se hubiera hecho propieratio de fa tierra. intento realiaado por Nozick con el objeto de «blindar sit ceotie fren- 4) Finalmente, considérese el caso en que Bes mejor organizador _te 2 objeciones como las que hemos ido presentando a lo largo de nues- que A. Ase apropis dela tierra, y hace que B organice la producciéa, En _—troandlisis. Bn esce cespecto, quisiera hacer referencia a un significativo 4) Por una parte, una situacién como la jus ya nna doctrina d @PoDRIA NOzIck HACER FRENTE A SUS CRITICOS? fupLIcACIONES DE SU «PRINCIPIO DE RECTIFICACION® 66 Las reorts de Injustica despues de Rawls intento de salvacaje» previsto por Nozick a través del recurso al (Jo que denominé) «principio de la rectificacién». Tal como se presenta, pareciera que el peincipio de la rectificaciéa viene a dar consiscencia final a la teoria. La idea es la siguiente: Nozick reconoce la posibilidad de que algunas cransferencias 0 apropiaciones se hayan realizado de modo inadecuado, y admice que tales situaciones requieren de ceparacién, si es que se crata de presenter una teoria de le justicia coherence, El principio de la rectificacién ¢s el que exige repa- raciones en cuanto a posibles iojusticias cometidas a teavés de previas adguisiciones y transferencias. La ides es que este principio petmice jus- tificar el desarrollo del resto de la ceorfa. Por ejemplo, si alguien se apro- pié de un cierto objeto violando los derechos de un tercero, el principia de justicia en la tectificacién exige volver atris y ceparar el daiio come- tido, para impedir que la sociedad se etija a partir de une serie de actos de apropiecién injustificados. principio de rectificacién, enconces, aparece destinado a Rawls desde ef punto de visra de un igualieario radical con la precen: sida de desentrafiar alguoas de las contradi 25. Novick (9 0974, 1986. 26. Coben (1995). 27. Raw 28, Ta ve, par el cso de Cohen, 6 aplotivswiguaicace rial sx fs apropiy de vrmxistae (gue emplen en oaiorer pars deectbie su poticen isle! algae de 29, Lae areal gue vieen rset ete waveaes uneoios aang algunas de ells noe excurncan a publiendas— derma alge acta ee pec de la extnedineiacaeidad de eseaan que oe haa cctv ote sia de Bawls Cotes td capan de pes ‘misma, beso! puso det ‘tensa (ambi en ets ese) con poe e9resga les izmar base del presto de Reale, Un. = Pose cabaja de Coen, en ese diveccbn, puede verte en Coben (1989 Lego, cohen vi Fer cmplo, Coben (1992, 19936, 1997, 1997b y 1999 ~ evn as S80 Las reorias de la jusicn despuds de Rawls crftices presentadas por Cohen concra le ides sawlsiana segin la cual uy ‘esquema institucional epropiado puede colerar ciertas desigualdades en nombre de la juscicia (una ides propia del segundo principio de just defendido por Rawls). Antes de concentrarme en estas observaciones tculares, y afin de lograr una mayor compeensién de las mismas, me tendié a resefiar muy brevemente la evoluciéa de les ct frence a Rawls Las primeras dbjeciones a la obra ds Rawls Aungue atreide indudablemente por Ja «teoria de la justician, Co- hen se mostzé siempre udiscolo» y finalmente incémodo frente al igua. lirarismo liberal de Rawls. En tino de sus primeros y més agudos acercamientos a dicho igualitarismo, Cohen temarcé ciertos problems que encontraba en el razonamienco del fildsofo norteamericano.™ Cu. Fiosamence, les dificultades mas serias que comenz6 a entrever, se vin- cularoa, justemente, con la intuicién rawisiana que le resultaba més atrayente —la referide a la distinci6n entre «circunstancias» y «elec. clones» Bn este sencido, Cohea llama la acencién sobre afirmaciones rawh sianas como la siguiente. Segtin hemos visto, segiin Rawls, cada indivi- luo sdio es paccialmente responsable de sus esfterzos dado que, en par- Ce, esa capacicad de esforzarse es un mero producto de la suezse. Luego, y debido a la dificulead pars distinguir claramence busta qué punto und ¢€s responsable de sus prosios esfuerzos y hasta qué punto no lo ¢s, la po- ica que Rawls aconseja seguir és la de ignorat, ea principio, e esfuer- 20 de cada tino como tina base legitima para exigic recompenses al esto de la sociedad. Sin embargo, en el anélisis que lleva adelante Rawls en relacién con los deseos de cada uno y ¢l modo en que tales deseordeben ser tratados, su propuesta parece seguir un camino completamente difes rente del aconsejado para el ceso anterior. En esta oportunidad, Rewl tambiéo sostiene que somos al menos parcialmente responsables de ‘nueseros gustos pero concluye afirmando que cada no debe hacerse car- 0 por completo de las consecuencias de sus elecciones. Asf, por ejemplo (yen su cftice al utilitarismo}, Rawls dice que nadie puede exigit que se le provea, digamos, de caviar y champén para satisfacer su dicta diecia, ya que ello implicarfa asumir que esa pessona no es responsable de sus elecciones. Este diferente cracamienco de las decisiones individuales en cada caso causan perplejided en Cohen, quien conclaye su anilisis pre- 30. Coben (1989). F « E La wteoria de la jutcician como una ceora insuficientemente jgualicaca 81 gunténdose «por qué ia responsabilidad parcial por el esfuera0 no im- ports aiaguna recompensa, mientras que le (mera) respensebilided pac- ‘al por formar gustos cares implica una penalizacién completa», De ‘modo, Cohen abre una pequena ugrieta» en la ceorfa de Rawls, 2 ir de la cual, segiin veremos, contintia ehurgando» en esctitos poste- este Saget” Mis cecientemente, y en particulac desde su que resultabe ampara- dacir més Pe xhora bien, Cohen teconoce que, en cettos casos, yen principio, los mis talentosos pueden negarse razonablemente a realizar dererminadas "yareas en favor de los demés, si es que no se les otorge compensacién eigu- 3 cambio. La negative de los ms avencajados podrfa justificarse, por en aquellos casos en los que ellos, genuinamence, quisieran reali- 4igy menores esfuerzos de los que se les pide, en razén del catécter eaotme- (Cohen lama Aguf, el re6rico igualicario podria aceptat como ida la disculpa del més favorecido o, alia, podria reconocer como pet- comente justa una compensaci6n adicional para aquél: se le pagaré més al més aventajado, en esce caso, pare compenser la carga adicional que se le pide. Ea cambi por lo menos dos casos, muy habieueles, en los que a0 qued cificada Ia negeriva del sujevo oaturalmence més aventajado, ai las recompensas adicionales. Bn primer Ingar, y ésta es Ja situaci6n, encre todas, menos aceptable (por es0 Cohen Ilamari a éste «l amal caso»), puede ocucrir que el sujeco nacuralmence mejor dotado drefera leva adelante la actividad que se le pide (por ejemplo, organizar una nueva industria), pero, por otea parte, sostenga de modo etratégico que ne quiere llevar a cabo tal actividad, y forzar asf a los demés a pa- garle mas por su actividad. En este caso (el «mel caso), nuestro sujeco chantajea ai resto de ta sociedad de cal forma que nos veamos obligados 0 recompensarlo adi ence pars que él pueda rea Hzae agus iva prefiere realizar. Ei otro caso considerado por Cohen (al que denomina caso «esténdac» por considerarlo el més ba~ bitual de todos) es el de Ja persona avencejada, que preferirfa producir menos si es que no sc le ofteciera a cambio compensacién alguna, aunque ln carea en cuestiGn (a diferencia de lo que ocurria en el «buen caso») no s6lo n0 le supone costos significativos, sino que, mas bien, zesulta de su agrado, Si, tel como sugiere Rawls que se haga, se cecmina por ofrecer a ‘este sujeto mayores cecompensas, ello se deberd, por un lado, a su mayor ‘capacidad de negociacién frente al resto de la sociedad, y por otro lado, a hab: ys 84 Las corns del jusicia desputs de Rawle 1a cotta de a justine como una rer iosuficiencemene iguaitaca 85 su egofsmo, «su negativa a poner sus mayores capacidades al secvicio dg los menos favorecidos. Ahora bien, indudablemente necesitamos de nue. ¢ ¥0s ¥ mejores argumeacos pars justificar por qué diche persons deter, evar adelance eales eareas més productivas. Mas que esto, sin embargo, Jo que le interesa decir a Cohen, por ahora, es que el igualicarisme —a menos— no puede ser llamado a considetar situaciones como la westin, dar» (en la que el talentoso recibe una recompensa adicional aungue -£ no realiza ninguna tarea especialmente gravosa), situaciones En opinién de Cohen, Rawls debiera reconocer que, en casos come los et, tados (e] «msl caso; el «caso esténdat»), la igualded cecmina siendo dg jada de lado sélo porque los calencosos no ajusten su conducta fig demandas de la concepcién de justicia que en un principio declagaty suscribic. 1s, los principios acerca de la diseribucién justa de beneficios y cargas deneco Insociedad, se aplican...a las elecciones..de las personase.” En definiti- somo reza e famoso eslogan, «lo personal es politico». Provocative ¢ irénico como de costumbre, Cohen ha puesto e prueba largumento ancetior (acerca de las exigencias de la «teoria de la justicia> sebee las opciones personales) en relacién con wn problema muy peculiar. Coen se plancea ahora si una pessona puede ser igualitariay rica a la vea.” Adviercase que, en su escrico ancetios, Cohen se preguncaba acerca de los requerimientos de la justicia sobre los individuas, dentro de una sociedad ‘FStayue pretende ser considerada justa. Ahora su preocupacién es més espe- Cohen: piensa en sociedades «reales», distincivamente 49 tndividuos concretos, sujetos que se reivindican como igual e‘digfrucan @ la vez de una siruaci6n econémica holgads. Y se pregunca: son las demandas de Ia justicia sobre los que profesen el igvalica~ sn una sociedad injuste? /Es preciso que ellos apliquen, sobre sus wiOpias vides, las normas de igualdad que prescriben para el gobierno? “Cohen entiende que si y por ello, en este cecience trabajo, trata de de- ‘Antes de finalizas este breve andlisis sobre los recientes estudios deCo- fender dicha incuicién frence a comunes argumentos en conera (que las, hen, me parece importante dejac en claco lo siguients. En su citado estrio __doneciones que tno pueda hacer en favor de los mas desaventajados cons- sobre el «argumento de Pareto», Cohen se peeocupa por destacar un panto _ceuirian una «mera goto en el océano»; que ellas podefan ser, ademas, con que adquiere todavia mayor fuerza en sus para que una sociedad pueda considerarse jusca, ao basta —como piense Rawls— con que en elle se asegure la justicia de su westructura bésices (esto justicia de sus insticuciones principales). De acuerdo con Cohen, ute sociedad justa requiere de un cierto erhor, requiere que sean justas, tam: Tuthcia on ka esructura bivica y jesticte on las eeciones personales Ikimes trabajos: la idea de que, _—_raproducentes, que la desigualdad social principal, que es la desigualdad de poder, permanecerfa de todos modos inalterada; que cales exigencias sobre los individuos impondeian eales carges psicol6gicas que se termina- ign, las elecciones personales de los individues que la componen.™ Pass Gecirlo de un modo ends claro: ls exigencis de une sociedad juts nosetes. __vamente,en ese aso, su plaatezmiento es cxtico frente al enfoqe gene ‘rinan con la presencia de un Estado que fijareglas justas, procurando me _cal de Rawls. Lo que Je interesa mostrar a Coben, lo que se empetia en jocar en tado lo posibie la situacién de los individuos més desaforcunsdos. sefialar, es que las exigencias de la justicia no se agotan con la justicia de ‘De acuerdo con este visi6a restringida sobre las exigencies de la justicia, los individuos se encontrarfan basicamente wabsueltosy de ‘cualquier demanda adicional: ellos podeian comportarse como prefiriesen (en tanto mantuvie- fan su respeto sobre las ceglas establecidas) dado que el cesultado final del accionar colectivo beneficiarfa de todos modos ¢ los que estén peor. De acuerdo con la visién defendida por Cohen, en cambio, las exigencias de la justicia altanzan a los individuos partis de lado, en su vida cocidiand, ios (como el principio igualitario segia cl cual las desigualdades “eptables en tanto vengan 2 favorecera los A miembros més desaventajados de la sociedad) que pretenden honras en s see i da piiblica. En sus palabras, «los principios de la justicia distributive, esto ser lgesiniseel ou diicededen ede ta aesecuctura basica» de una sociedad LA CRETICA FEMONISTA SOBRE La TEORIA DE RAWis Hasta aguf hernos examicado distintes eriticas al liberalismo de Rewis aces, Ellos no pueden dejar __presentadas por autores vinculados, de ua modo u otto, com et liberalism u 537. Me refer & Cohen (19978), i 7 sl panes central de Cohen 1997

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