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Afecciones comunes del pie

Esguince grave
El esguince puede ocurrir cuando el tobillo
Algunos problemas del pie se inician en el propio pie, por
rota hacia afuera (se invierte), desgarrando
ejemplo, por una lesión; otros son el resultado de
el ligamento de la parte externa del tobillo.
enfermedades que afectan a todo el organismo. Cualquier
hueso, articulación, músculo, tendón, o ligamento del pie
puede verse afectado.

Esguinces de tobillo

Un esguince de tobillo es un desgarro de los ligamentos (el


tejido elástico resistente que conecta los huesos entre sí) en el
tobillo.
Cualquiera de los ligamentos del tobillo puede lesionarse. Las
torceduras suelen ocurrir cuando el tobillo rota hacia fuera,
haciendo que la planta del pie mire hacia el otro pie (se
invierta). Los ligamentos flojos en el tobillo, los músculos
débiles, las lesiones de los nervios de la pierna, ciertos tipos
de calzado (como los zapatos de tacón alto y estrecho) y
ciertas maneras de caminar, tienden a provocar la rotación del
pie hacia fuera, aumentando el riesgo de una torcedura.

Síntomas

La gravedad del esguince depende del grado de estiramiento o


de desgarro de los ligamentos. En un esguince leve (grado 1),
los ligamentos pueden estirarse pero, de hecho, no se
desgarran. El tobillo no suele lastimarse o hincharse demasiado; sin embargo, una torcedura leve
aumenta el riesgo de una lesión recurrente. En un esguince moderado (grado 2), los ligamentos
se desgarran parcialmente. La inflamación y los hematomas son frecuentes. Por lo general, es
doloroso y resulta difícil caminar. En el esguince grave (grado 3), los ligamentos se desgarran
completamente, causando hinchazón y a veces hemorragia bajo la piel. Por consiguiente, el
tobillo se vuelve inestable e incapaz de sostener el peso.

Diagnóstico y tratamiento

La exploración física del tobillo orienta acerca de la extensión de la lesión del ligamento. Con
frecuencia, se hace una radiografía para determinar si el hueso está fracturado, pero no se
aprecia la torcedura del tobillo. Se requieren pruebas complementarias sólo en contadas
ocasiones.
El tratamiento depende de la gravedad del esguince. Generalmente, las torceduras leves se
tratan envolviendo el tobillo y el pie con un vendaje elástico, aplicando compresas de hielo en la
zona, elevando el tobillo y, a medida que los ligamentos se curan, se aumenta de forma gradual el
número de pasos y ejercicios. En las torceduras moderadas se aplica habitualmente un soporte
para caminar, que se mantiene durante 3 semanas. Éste inmoviliza la parte inferior de la pierna
pero permite andar con el tobillo lesionado. En las lesiones graves, puede necesitarse una
intervención quirúrgica, pero existe controversia sobre este tipo de cirugía. Según algunos
cirujanos, la reconstrucción quirúrgica de los ligamentos desgarrados y gravemente lesionados no
es más eficaz que el tratamiento sin cirugía. Es muy importante la fisioterapia para restablecer el
movimiento, fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio y tiempo de respuesta, antes de volver
a las actividades intensivas.
Las personas cuyos tobillos se tuercen con facilidad pueden evitar las lesiones subsiguientes
utilizando aparatos ortopédicos (abrazaderas) para los tobillos y colocando dispositivos en el
calzado para estabilizar el pie y el tobillo.

Complicaciones

A veces, un esguince grave o moderado causa problemas incluso después de que el ligamento ha
sanado. Se puede desarrollar un pequeño nódulo en uno de los ligamentos del tobillo que causa
una fricción constante en la articulación, conduciendo a la inflamación crónica y, finalmente, a
daños permanentes. La inyección de una mezcla de corticosteroides en el tobillo reduce la
inflamación, y la administración de un anestésico local alivia el dolor de modo eficaz. En raras
ocasiones se requiere la intervención quirúrgica.
En un esguince puede también lesionarse el nervio que recorre uno de los ligamentos del tobillo.
El dolor y el hormigueo consecuentes (neuralgia) se alivian, a veces de modo permanente, con
una inyección de un anestésico local.
Las personas con esguince de tobillo suelen caminar de un modo que desgasta excesivamente
los tendones (tejidos fibrosos y resistentes que conectan los músculos al hueso o los músculos
entre sí); el resultado final es la inflamación de los tendones del lado externo del tobillo. Esta
afección, llamada tenosinovitis peroneal, puede causar hinchazón crónica y dolor en la parte
externa del tobillo. El tratamiento consiste en usar soportes para el tobillo, que limitan el
movimiento de la articulación. También pueden ser eficaces las inyecciones de cortisona dentro
de la vaina del tendón, aunque no debe abusarse de su uso.
En ocasiones, el impacto de un esguince grave causa espasmos en los vasos sanguíneos del
tobillo que reducen la circulación sanguínea. Por consiguiente, algunas zonas del hueso y de
otros tejidos pueden resultar afectadas debido a la falta de irrigación, por lo que pueden
comenzar a deteriorarse. Esta afección, denominada distrofia simpática refleja o atrofia de
Sudeck, puede provocar hinchazón y dolor en el pie, a menudo intenso, que puede pasar de un
punto a otro del tobillo y del pie. A pesar del dolor, la persona puede seguir caminando. La
fisioterapia y los analgésicos administrados por vía oral pueden ser útiles. Se puede recurrir, en
caso de dolor crónico e intenso, a la inyección de un anestésico local alrededor del nervio que
estimula el tobillo (bloqueo del nervio), así como a la administración de corticosteroides y al
apoyo psicológico.
El síndrome de seno del tarso es el dolor persistente en la zona entre el hueso del talón
(calcáneo) y el hueso del tobillo (talus o astrágalo), a raíz de una torcedura. Puede estar
asociado con el desgarro parcial de los ligamentos dentro del pie. Las inyecciones de
corticosteroides y los anestésicos locales son a menudo útiles.

Fracturas del pie

Prácticamente cualquier hueso del pie se puede fracturar. Muchas de estas fracturas no requieren
cirugía, pero otras deben ser reparadas quirúrgicamente para prevenir la discapacidad
permanente. Es habitual que la zona sobre el hueso fracturado presente hinchazón y dolor, que
pueden extenderse más allá del lugar de la fractura si los tejidos blandos de la zona resultan
magullados.
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