Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
SEPTIMA CLASE
MEDICINA DEL RENACIMIENTO
EL RENACIMIENTO
LA ANATOMIA
Pero hubo un caso particularísimo, un genio universal que, siendo artista extraordinario,
hacía sus propias investigaciones anatómicas: Leonardo da Vinci, nacido en 1452 y
muerto en 1519. Era pintor, escultor y arquitecto, además, físico, cosmólogo, geólogo,
ingeniero y anatomista. Pero el científico quedó escondido en el artista, pues Leonardo
participó de sus descubrimientos e invenciones a un círculo muy estrecho de amigos, y
lo que escribió lo hizo en una forma críptica, de derecha a izquierda, y su legado
científico permaneció escondido por más de dos siglos. Y cuando se conoció, la mayoría
de sus invenciones habían perdido actualidad. Paradójicamente éste, uno de los más
grandes genios de la humanidad, había vivido en lo científico al margen de la historia.
Sus bellos dibujos anatómicos están basados en la disección de más de veinte cadáveres.
Aparte muchos hallazgos anatómicos, Leonardo se adelanta también en la concepción
de la anatomía: la suya es, como se diría hoy, una anatomía funcional.
Maestro de Vesalio fue Jacques Dubois, famoso anatomista galénico conocido bajo el
nombre latino de Sylvius. Efectivamente fue uno de los que describió el acueducto que
hoy lleva su nombre. No hay que confundirlo con Franz de le Boë, también latinizado a
Sylvius, médico del siglo XVII cuyo nombre está asociado al surco lateral del cerebro.
Contemporáneos de Vesalio fueron Eustachio y Varolio. Discípulo suyo fue, entre otros,
Falopio. Otro anatomista contemporáneo de Vesalio fue Gerolamo Fabrizi
D'Acquapendente. Describió las válvulas de las venas, pero como era galenista, supuso
que su función era obstaculizar el paso de sangre hacia la periferia. Fue uno de los
maestros de Harvey, que iría a interpretar correctamente la función de estas válvulas.
LA CIRUGIA
A comienzos del siglo XIII se había fundado en París el Colegio de San Cosme, uno de
los patronos de la cirugía. Este Colegio subió de status a los cirujanos: los maestros
cirujanos, clericales, que sabían latín, vestían toga larga y hacían la cirugía mayor,
incluida en ésta la litotomía; los cirujanos barberos, laicos, que ignoraban el latín,
quedaban limitados a la flebotomía, extracción de dientes y curación de heridas, y para
ejercer debían ser aprobados por los primeros. Los médicos clínicos tenían un status
superior al de los cirujanos. Desde entonces la categoría social de los cirujanos ascendió
poco a poco adelantándose Francia al resto de Europa en suprimir las diferencias entre
médicos y cirujanos. Allí los éxitos y prestigio de la cirugía continuó en ascenso. Entre
aquellos se cuenta la famosa curación de una fístula anal a Luis XIV por parte del
cirujano Félix en 1686. Pero sólo en el siglo XVIII se producen oficialmente los
cambios decisivos: la fundación de la Académie Royale de Chirurgie en 1731, la
ordenanza de Luis XV prohibiendo a los barberos el ejercicio de la cirugía y, después de
la Revolución francesa, la abolición de las diferencias entre médicos y cirujanos con la
creación de las Escuelas de Salud y el título de Doctor.
El curso ascendente que tomó la cirugía partió en Francia con Ambrosio Paré. Fue
contemporáneo de Vesalio, nació en 1510 y vivió 80 años. Era hijo de un lacayo y, por
tanto, su educación fue muy deficiente. Precisamente el no poder escribir en latín fue el
mayor obstáculo para ser reconocido como maestro cirujano. Comenzó siendo aprendiz
de barbero, y a los 17 años logró ser admitido en el Ho'tel Dieu, un famoso y viejo
hospital fundado en el siglo VII, de pésimas condiciones higiénicas y donde los
enfermos estaban hacinados sin distinción de sexo. No existían entonces las salas de
operaciones, éstas se realizaban en los pasillos. De hecho, una de las razones del
desprestigio de la cirugía era la altísima mortalidad de las intervenciones quirúrgicas.
Paré estuvo allí tres años, después fue contratado como cirujano personal de un oficial
de ejército, cosa que era costumbre de la época. Sin embargo, Paré no dejó de asistir a
los soldados. Y justamente en la curación de heridas a bala hizo su primer
descubrimiento. Como el disparo era entonces de poco alcance se hacía de cerca, y
entonces fuera de la herida a bala se producía una quemadura por la pólvora. Como en
Galeno no estaba contemplado este tipo de herida, no había un método tradicional de
tratamiento, prevalecía la opinión de que la pólvora envenenaba la herida y, conforme a
esto, se vertía en ella aceite de sauco hirviendo. Pero en la batalla de Vilaine, durante la
guerra entre Francisco I y Carlos V, en que Paré asistía a los heridos, se le terminó este
aceite, y en su defecto usó una pomada preparada por él, de yema de huevo, aceite de
rosas y trementina. Al día siguiente de usarla comprobó su efecto benéfico.
Paré fue un cirujano de mucho prestigio, su obra principal, escrita en francés, se llama
Método de tratar las heridas causadas por arcabuces y otros bastones de fuego. Fue
médico de cámara del rey y era tan apreciado que, aun siendo calvinista, fue salvado de
la matanza de hugonotes en la noche de San Bartolomé. Su discípulo más sobresaliente
fue Jacques Guillemeau. Se dice que Paré y Vesalio se juntaron para tratar de curar al
rey Enrique II de una astilla que le había penetrado en el cerebro durante un torneo. No
tuvieron éxito. El monarca murió.
LA ANATOMIA PATOLOGICA
LA CLINICA Y EPIDEMIOLOGIA
El clínico más destacado fue el francés Fernel, que vivió de 1506 a 1588. Era además
matemático y astrónomo. Describió la sintomatología de la influenza y consideró la
sífilis y la gonorrea como enfermedades diferentes, aunque la distinción definitiva se
haría sólo a mediados del siglo XIX. De Fernel viene la denominación de lues venérea.
De este período son las primeras descripciones del cuadro clínico de la coqueluche,
escarlatina y varicela y la introducción del concepto de reumatismo. A mediados del
siglo XVI se introduce en Padua la enseñanza junto a la cama del enfermo.
Hacia fines del Renacimiento, por el impulso de los humanistas, se trataron de entender
los factores psicológicos de enfermedad. Se retoma la idea de la imaginación o
sugestión como factor curativo o perturbador de la mente. Aparece la idea de que las
brujas no eran aliadas del demonio sino enfermas de la psiquis y se intenta por primera
vez una clasificación de las enfermedades mentales.
A fines del siglo XV se propagó la sífilis por Europa tras el sitio infructuoso de Nápoles
en 1495 por las tropas francesas de Carlos VIII. La ciudad era defendida por italianos y
españoles. Durante el sitio las prostitutas y vivanderas francesas tomaron contacto con
los soldados españoles, probablemente contrajeron así la lues, que luego transmitieron a
los soldados franceses, pues éstos se retiraron rápidamente abatidos por una misteriosa
epidemia. De ahí el nombre de morbo gallico.