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DOCE PROFETAS 10 “ Ae alae? Yizreel, ¥ pondré fin al reinado de |q cata sangre der Este texto condena la masacre que reali26 Jehvi en ‘M Israels (14) eo ia desaparicién del Reino del Nene reel (2 Re 9-10) ¥ an ote. oie editorial (Os 1,1) nombra un rey de Israel, Jerobosn II, in vtule eo gs cua eronologga serta: Oafas (Azarfas) (aio 141, tro eyes 740-736) Aja (736-716) y Ezequfas (716-687). 0)... 11 oie ee a rac, pero sus oraculos allen a epissi peal al reinado de Jeroboan. Un redactor posterior actualiss r profecfa para sus contemporincos que viven en Juda, para que ~viten los errores del pasado, Oseas nunca nombra Jerusalén ni otras Sate de Juda, el Reino del Sur; sin embargo, pronto su predica- cis foe conocida en el sur, donde se hizo la redaccién definitiva de la coleccidn de oraculos que llevan su nombre. Il. ELLIBRITO En gran parte el librito procede del profeta en Israel; sin embargo, al texto original se afiadieron referencias a Juda, con el fin de actua- lizar la profecfa para su nuevo destinatario, que todavfa podria no caer en la idolatria e infidelidad, evitando asf la consiguiente elim nacién del mapa que sucedié con su hermana Israel. Poco a poco ha a se iba releyendo, aftadiendo y acomodando nuevos oricules ae ; fede de Oseas, adaptandose a la situacién de juis ¥ del librite shee ree enel siglo Wy, la formacién de los onde on actual Por a, = a mds complicada, y el librito asumio se form : del auditorio pe a su estructura se iba adaptando a la convene neraciones pore ne omover las aptitudes nec alas Lethe { Par otta partes ae de uirse en la lucha por la justicia y la sol ‘ ec ga anata del macionio l ica rela Lge fa comunidad judia un mateo de core ar pera al lecton tae Fesul del proceso ce fa compost canes i en el compromiso por la justicut: iw hay dos colece hae el Mtulo (1,1) y ef apéndice sapiencial ( ol trimonio de Oven La primera en los capftulos 1-3 expone © iat 4 Posterior recone i amor leal por una mujer infiel, s4 adultertoY express ly inguehaeion (1,2-2,3; 341-5), Un ordeal intern a co) een (al lealtad de Dios hacia Israel (2 425 © conductor |p ~14,1), los heterogéneos ordculos © wen I infidelidad de Israel (Ilamado &™" Powered by (3 CamScanner OSEAS 45 Efrain o el reino de Samarfa) y la infinita paciencia de Dios. El ma- trimonio infeliz del profeta se plasma como analogfa del amor no cortespondido de Dios por su pueblo. Concluye Oseas con un ordcu- Jo de esperanza (14,2-9). Esta segunda coleccién se agrupa en tres partes: los capftulos 5-7; los capftulos 8-10 y la seccién 11,1-14,1. El destinatario principal de los oréculos de la primera parte son los sacerdotes de Israel del norte, responsables del santuario en Betel (capitulos 4-7). El profe- ta denuncia su manipulacién del culto (4,1-15), sus intrigas en la corte y la influencia negativa que la casta sacerdotal ejerce en la vida politica y religiosa del pueblo (capitulos 5-6). Entre sus or4culos se oyen una alegorfa acerca de las relaciones entre los sacerdotes y la casa real, y una nueva critica sobre los efectos negativos de la acti- vidad sacerdotal (capitulo 7). Los siguientes ordculos de la segunda parte (los capitulos 8-10) se concentran en las complejas relaciones existentes entre la liturgia legitima del Sefior y el culto adulterino de los baales y los becerros, la situacién interna del pafs (capitulo 8), y los contactos con Asiria y Egipto (9,1-9) que, segiin las circunstancias, son aliados o enemi- gos de Israel. Siguen cuatro descripciones de la situacién actual de Efrain-Israel, tres que se apoyan en la antigua historia: la traicién en Baal Peor (9,10-14; cf. Nm 25), el pecado en Guilgal (9,15-17; cf. 1 Sm 13,7-14; 15,12-13) y la guerra de Guibed (10,9-15; véase Jue 19). Un ordculo anuncia la extincién de la monarquia junto con su culto postizo (10,1-8). Luego, en Ia tiltima parte (11,1-14,1), el profeta medita la rela- cién entre el Sefior y Efrafn; recuerda la eleccidn de Israel en Egipto y su formacién en el desierto (11,1-9), y compara la conducta de Israel y la de su antepasado Jacob (capitulo 12). Los elementos he- terogéneos de esta diltima parte suenan como un lamento de Dios por los caprichos de su amada Israel (13,1-14)1). El profeta conclu- ye (14,2-9) con una llamada a la conversién y la esperanza, que te- cuerda la primera parte, Es una rotunda confirmacién del jésed de Dios que perdonard a su pueblo: «sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente» (14,5). El término jésed pertenece al campo seman- tico de la alianza; se refiere al compromiso y el honor de las partes que sellaban un acuerdo. La conclusién sapiencial (14,10) sella el conjunto. Sirve de epi logo y convierte el anterior reproche en una incondicionada prome- sa de restauracién: «;Quién es sabio para entender estas cosas, inte- Powered by (3 CamScanner

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