Você está na página 1de 22
Caracteristicas de un Verdadero Cristiano Wim Malgo = LLAMADA DE MEDIANOCHE Cx.P, 1688 © 9O001-970 PORTO ALEGRE/RS - Brasil Teléfono: +5551 3241-5050 ° Fax: +5551 3249-7385 e-mail: llamada@pro.via-rs.com.br Y ala medianoche se oyd un clamor: iAqui viene el esposo; salid a recibirle! (Mateo 25:6). La Obra Misionera Llamadla de Medianoche es una misiénsinfi- nes lucrativos, con el objetivo de anunciar la Biblia enteracomo in- falible y eterna Palabra escrita de Dios, inspirada por el Espiritu Santo, siendo la unica y segura base para late y conducta del cris- tiano, La finalidad de “Llamada de Medianoche” es: 1°) Llamar a las personas a Jesucristo en todos los lugares, 2°) proclamar la segunda venida del Sefior Jesucristo, 3°) preparar a los creyentes para Su segunda venida, 4°) mantener la fe y advertir respecto de doctrinas falsas. Sostén: Todas las actividades de la Obra Misionera “Llamada de Medianoche" son mantenidas a traves de ofrendas voluntarias de los que desean tener parte en este ministerio LLAMADA DE MEDIANOCHE Cx.P, 1688 * 90001-970 PORTO ALEGRE/RS - Brasil Teléfono: +5551 3241-5050 ¢ Fax: +5551 3249-7385 e-mail: llamada@pro.via-rs.com.br En San Juan 3/3, dice Jests: ‘De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios’’. Hay cristianos y cristianos, cristianos verdaderos y cristianos de nombre. Satanas, el enemigo de las almas, es el gran perturbador. Le gusta crear confusion, precisamente cuando se trata de cues- tiones vitales decisivas. Puede comprenderse facil- mente que el hombre que todavia no conoce a Jesucristo como su propio Salvador, diga: ‘“‘Cada uno vea por si mismo cémo se salva. Hay tan- tas iglesias y comunidades, sectas y cosas seme- jantes, y no se sabe bien quién dice la verdad y quién miente’’. Esta es justamente la tactica del enemigo, que no quiere que tu también consigas la feliz certeza de la salvacion. Mas, escucha querido amigo, pues ciertamente estamos de acuer- do en un punto, a saber: Que Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, no puede mentir. El hace para si mismo la reivindicacién de ser la verdad (Jn. 14/6). Crees esto? gNo quieres creer en su Palabra como la verdad absoluta? Es perfectamente com- prensible que te quedaras confundido ante los hom- bres, pues ni los cristianos practican lo que pre- tenden creer. Dices: ‘‘He perdido mi fe en los hombres’’. ;Por cierto, en esto no eres el primero! Tienes un rencor contra varias personas que te 3 han desengafiado de muchas formas. Pero, gqué tienes en contra de Jesus, el Hijo de Dios, que dejé Su gloria por ti, y que fue hecho hombre y muriO vertiendo su sangre en la cruz? jSu Palabra tiene autoridad divina! Escucha lo que El dice: ‘‘De cierto, de cierto... el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios’’. Asi que la pregunta importante que se plantea para ti y para mi es: gHe macido de muevo? Es decir: gHe experimentado la necesaria renovacién del corazon para ser un hijo de Dios? Preguntémonos primeramente: ;A quién se dirigid Jesiis con esta exigencia? A Nicodemo; a quien la Biblia nos lo presenta como sigue: ‘“‘Habia un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judios’’ (Jn. 3/1). {Qué tenia este hombre? 1. El tenia cierto conocimiento de Dios, pues él dice, en Juan 3/2: “Rabi, sabemos que has venido de Dios como maestro”’. El tenia en- tonces una actitud religiosa. Era muy religioso. Ciertamente tenia también experiencias religiosas. 4 —— Es interesante notar que ochenta de cada cien personas a las que se pregunta: ‘‘;Es usted un hijo de Dios?’’, suelen contestar: ‘‘;Claro que si!, pues Dios me ha ayudado maravillosamente en situaciones criticas, cuando oré’’. Esto es facil- mente posible, pero no hay minguna sefial del nuevo macimiento. Dios es un Dios misericordioso. Ciertamente habras experimentado algunas veces en tu vida el Salmo 50/15: “E invécame en el dia de la angustia; te libraré y th me honra- ras’’. Y a pesar de ello, careces de la plena certeza de ser un hijo de Dios. 2. Nicodemo tenia una Biblia y también conocimientos biblicos Pero mira, sin embargo Jesus exige de él: De- bes nacer de nuevo. La mayoria de la gente tiene una Biblia mas bien como adorno o por “‘tra- dicién cristiana’’. Uno de mis amigos, pastor de una iglesia evangélica en Austria, que sufria mu- cho debido a que muchos miembros de su iglesia eran tinicamente eso: miembros de la iglesia, pero no nacidos de nuevo, nos relat6 lo que sigue: & Al visitar a una sefiora, miembro de la iglesia, vio una hermosa Biblia sobre el armario, la cual —como uno podia darse cuenta en seguida—, nunca habia sido usada. Entonces hizo la obser- vacion de que la Biblia podria estar algo mas gastada. Pero la mujer le contestd: ‘‘No, por favor, tenemos la Biblia en alto honor’’. Querido amigo, si tienes una Biblia o te interesas por ella, entonces léela y. observa que el hecho de poseer tal libro no conduce al nuevo nacimiento, sino el aceptar a Jesucristo como tu salvador personal. Pues es El a quien la Biblia nos revela. 3. Nicodemo pertenecia a una iglesia (una sinagoga) Por cierto, es necesario que un creyente que ha nacido de nuevo sea miembro de una iglesia 0 co- munidad que crea en la Biblia como tnica re- gla de fe y de vida. Los hijos de Dios que que- dan aislados practican una especie de cristianismo gitano. No pertenecen a ninguna parte. Ellos olvidan esta gran verdad de la Escritura: que la iglesia cristiana local es una forma visible de la Iglesia invisible de Jesucristo. Por otra parte, 6 muchos ‘‘cristianos’’ se sienten perfectamente a gusto estando escondidos en su iglesia, al abrigo de los muros de la misma. ‘‘Esto me basta’”’ —dicen—, ‘‘estoy baulizado, confirmado, y de vez en cuando voy al culto. ,Qué mas podria Dios exigir de m{? Vivo correctamente y no hago dafio a nadie’’. ;Pobrecillo! Tal vez no sabes, o no quieres saber, que con esta actitud estas pre- cisamente ofendiendo a Dios. Te pareces a Nico- demo, quien poseia toda la apariencia exterior que es la ‘‘religidn’’? —o también una iglesia—, ;pero no habia renacido todavia! No habia aceptado a Jesus por fe como su propio Salvador, y a pesar de toda su religidn era un hombre perdido ante Dios. j;Qué hecho espantoso que numerosos miem- bros de cualquier iglesia, comunidad o entidad cristiana vayan al infierno con un cielo imaginario, si no llegan al nuevo nacimiento! Querido lec- tor, es mi oracién sincera que hoy se abran tus ojos al real estado de tu alma. La Escritura nos indica caracteristicas categoricas y claras de una persona renacida. Quiero mencionar siete de ellas, y sefialar expresamente que todo el que ha nacido de nuevo las tiene. Son infalibles. . La Primera Caracteristica El sabe que ha nacido de nuevo La certeza de ser salvo es la primera feliz con- secuencia del nuevo nacimiento. Una maravillosa certeza llena al pecador que vino a Jestis. En la cruz recibié el perdén de sus pecados, y a la vez el Espiritu Santo. Esta certeza inquebrantable le llena de alegria: ;Ahora soy un hijo de Dios! ;De donde esta certeza? ~Como se explica la misma? En Efesios 1/13 esta escrito: “...kabiendo ofdo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra saiva- cién, y habiendo creido en él, fuisteis sellados con el Espiritu Santo de la promesa...’’. En esto vemos la razén de la certeza: Después de haber creido —por gracia de Dios— jes sellado por Su Espiritu! Es esta obra divina la que El cumple en cada renacido. Inmediatamente recibe el Espiritu Santo. ,Y qué hace el Espiritu Santo en él? Romanos 8/16 dice: ‘‘E/ Espiritu mismo da tes- 8 timonio a nuestro espiritu, de que somos hijos de Dios’’. jTienes tu este testimonio? ,O das una contesta- cién negativa cuando se te pregunta si eres un hijo de Dios? Quizds digas: ‘‘Creo que si’’. Entonces todavia no has renacido. Si es asi, querido amigo, estas en gran peligro. A pesar de tu cristianismo, te falta Cristo. Tal vez desde ha- ce ya muchos afios estas en el camino de la fe “‘cris- tiana’’, y a pesar de ello no tienes ninguna certeza de tu salvacion, ninguna seguridad del perdén de tus pecados. jOh, qué pobre eres entonces, a pesar de todo! ;Oh!, gde qué te sirve tu cris- tianismo, si Dios todavia no dice “‘si’’ en ti por Su Espiritu? ~No te das cuenta que todo esto es ilusién y engafio en tu vida? Asombrado, diras tal vez: ‘‘;Puedo realmente saberlo;’’ j;No, sino que debes saberlo! ‘‘..para que sepdis que tenéis vida eterna’ (1 Jn. 5/13). ‘“Déndonos a conocer el misterio de su voluntad’’ (Ef. 1/9). Si me pregun- tases ahora si yo soy casado, jqué dirias, si te contestara: ‘‘;Creo que si!’’? Inmediatamente tendrias listo tu juicio: ‘‘;Algo anda mal aqui’’! jPero, no! A esta pregunta puedo darte en el acto una contestacién precisa, porque sé que he contraido matrimonio con mi mujer. Muchos opinan que es farisaico pretender ser un hijo de Dios. A esto contesto, si puedo testimo- niar, que tengo la seguridad de ser salvo, y de- claro a la vez: No comprendo por qué, pues, fui un miserable pecador. Tengo solamente una explicacién frente a mi certeza de salvacién: Dios me amdé a mi también, y ha entregado a Su Hijo a una muerte ignominiosa en la cruz por mis pecados. ;Querido amigo, ven tu también a esta vida nueva hoy mismo, y tendras la certeza de la salvacion! La Segunda Caracteristica La nueva vida se manifiesta El hecho de que un hombre ha nacido de nuevo no puede ocultarse. Considera lo que Jesus dice: “Por sus frutos los conoceréis’’ (Mt. 7/16). Y efectivamente, asi es. Si eres sdlo un cristiano de nombre sucedera lo contrario, porque entonces te dara vergiienza dar testimonio de Jesus, y si viene al caso escogeras el camino mas facil: ‘‘De 10 esto no se habla’, diras entonces. ;Claro que no! ¢Como puede hablarse de una nueva vida, y cémo puede uno dar testimonio de Jestis, si no Le tiene personalmente? “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida’’ (1 Jn. 5/12). Oh, querido amigo, re- flexiona un momento: ;Eres verdaderamente nacido de nuevo, o eres tinicamente un simpati- zante? El que realmente ha nacido de nuevo, debe ser un testigo de Jesus, porque ha experi- mentado personalmente que El se hizo cargo de sus pecados (Hch. 4/20). Por sus palabras y por sus actos, si, por toda su vida, Jesucristo es revelado en el renacido. ,Por qué? Porque Cristo mismo mora por Su Espiritu en el corazon del renacido (Ef. 3/17; Jn. 14/23). ‘‘;No es cierto’’!, diras ahora, ‘‘pues yo conozco algunos llamados cristianos, cuyas malas obras hablan tan intensa- mente que no se hace caso alguno de lo que dicen; ;qué hipécritas!’’. Tienes toda la razén, amigo mio; es que todavia hay cizafia entre el trigo. Esta gente habra de rendir cuenta de sus actos ante el trono de Dios. Pero, ;acaso cam- bia esto tu situacién? Mas arriba ya he mencio- nado que es una equivocacién fatal apoyarse en el hecho de ser miembro de una iglesia. En primer lugar, a Dios no Le importa dénde estas, sino qué eres. Esto me hace pensar en una sefiorita 11 a cc a a a joven muy estimada y querida por cuantos la conocian. Era muy religiosa, miembro de la igle- sia cristiana local, bautizada y confirmada. Ella cantaba en el coro, lefa la Biblia diariamente, y daba ofrendas para las misiones. ;Puede uno ser mejor cristiano? Una noche sofié que habia muer- to. Ella se encontraba ante la puerta celestial, queriendo entrar. ;Por supuesto, para ella no po- dia haber otra cosa! Entonces un Angel se pone en su camino y le pregunta: —‘‘;Cual es su nom- bre?”’— ‘‘Sefiorita fulana’’. Entonces él toma un libro, lo consulta y, moviendo la cabeza, dice con severidad: ‘‘Usted no esta registrada en este libro; usted esta perdida’’. Ella replica inmediata- mente: ‘‘No puede ser, debe de ser un error; por favor, mire otra vez’’. El Angel vuelve a mirar, pero no encuentra su nombre, y dice con rigor: “Su sitio no esta aqui, usted pertenece a la region inferior’’. Ella grita, desesperada: ‘‘;Pero, qué he hecho para estar perdida?’’ A esto contesta el angel: ‘‘Usted no esta perdida por lo que ha hecho, sino por haber dejado de hacer algo. Usted ha descuidado el recibir a Jestis como su Salvador personal’ (comp. Jn. 1/12), Entonces la sefiorita desperté horrorizada: Afortunadamen- te, habia sido sdlo un suefio. Sin vacilar, se arrodillé junto a su cama y ord: ‘‘Sefior Jesis, vengo a Ti como pecadora perdida. Te doy gra- 12 cias por no ser ya demasiado tarde. Tu has muerto por mis pecados; te invito a entrar en mi cora- zon...” Mira ese nifio que una madre acaba de dar a luz. iCual es la sefial de vida mas importante de esta pequefia criatura? ;Grita! Si no gritara, seria que probablemente habria nacido muerto. Mucho mas resulta esto ser verdad con respecto al ‘‘segundo nacimiento’’. Cuando un pecador, consciente de su culpa, recibe el nuevo nacimiento junto.a la cruz, entonces ‘‘grita’’, es decir: la maravillosa vida que acaba de recibir se manifiesta por su testimonio y conducta. Qué atroz debe de ser el despertar de todos aquellos que una vez habran de darse cuenta: ‘‘;En vez de ser salvo, estoy perdido para siempre!’’ Ciertamente, ahora sabes si eres nacido de nuevo o no. gEn qué recono- cemos a los renacidos? Es como un invitado a una boda. ,En qué le reconocemos? Fuera de su rostro radiante, muchas veces lleva una bonita flor, quizas un clavel aromatico, en el ojal. Y se alegra junto con todos los invitados, sa- biendo que forman parte de la boda. Asi es cuan- do los renacidos estan reunidos: Se siente la uni- dad. Casi podria decir que vemas y olemos ‘‘los claveles’”’. “El Espiritu mismo da testimonio a nuestro espiritu, de que somos hijos de Dios’’. 3: sta a a Entonces, una sola pasién llena los corazones: jla de ganar almas para Cristo! Tal vez algun lector esté ahora algo inseguro. Por un lado, tienes que decir: ‘‘Creo también, pues todos tenemos el mismo Dios’’. Pero, por otra parte careces de esta importante caracteristica. Quizas te ayude aqui un ejemplo. La fe, de por si, nunca causa un nuevo nacimiento. Supongamos que me encuentro en Zurich y quisiera ir a Berna. Consulto, pues, el horario de trenes. El horario me indica que un expreso sale a las 7,08 de la estacién principal de Zurich hacia Berna. Deberia tomar este tren. ‘‘Creo’’ absolutamente en la ve- racidad del horario, y sin embargo me quedo en casa. jPuede esta clase de fe ayudarme de manera decisiva? zLlegaré con esta fe a Berna? ;Oh, no! Mi fe debe ser eficiente por un acto de fe personal. Con base en lo que creo, voy ahora a la estacion, y subo al debido tren. En este mo- mento mi fe ha sido eficiente para mi personal- mente, porque ha sido acompaifiado por el acto de fe decisivo. Mi querido amigo, jde que te sirve tu cristianismo, si no vienes a Cristog, ide qué te sirve tu fe en Dios (Stg. 2/19) y lo que la Biblia dice, si no te atreves a seguir con un acto de fe personal hacia Jests (Jn. 1/12)? ;Ven, pues, hoy mismo a la cruz, y 14 ee arrodillate a los pies de Jestis, que dio Su vida por ti! “Ven a Jestis, y por El viviras, En su sangre paz encontraras, Y en pos de El, feliz andaras. Oh, ven a Jestis, y salvo seras!”’ (ta Tercera Caracteristica El renacido tiene un espiritu de oracion Asi como el hombre tiene vida tan sdlo si res- pira, de la misma manera tiene vida espiritual tan sdlo si ora. Con razén, dijo alguien: ‘‘La oracién es el aliento del alma’’. Es una expresion de la vida divina. Es una unién indispensable con el Dios vivo. ,Oras ti? La Escritura llama a los no renacidos “‘muertos en vuestros delitos y pecados”’ (Ef. 2/1). Un muerto no se mueve. Hablando de orar no me refiero a la oracién formal en la mesa, o a la que se suele hacer antes de acostarse. Ni siquiera me refiero a la plegaria 15 que se reza en una situacién critica o ante un peligro, aunque se haga realmente de todo cora- zon, sino a la oracidn en comunién con otros creyentes. Cuando alguien viene en busca de orien- tacién pastoral, y yo como pastor tengo ciertas dudas de si esta persona es nacida de nueyo o no, en la mayoria de los casos todo se aclara al final de la conversacién. A la invitacidn: ‘“Vamos a orar juntos’’, sigue un silencio penoso, y muchas veces suelen contestar: ‘‘Esto prefiero hacerlo en casa’’. También en las reuniones de oracién de iglesias biblicas esta caracteristica se manifiesta negativa o positivamente. Si una iglesia es viva y tiene muchos miembros renacidos, no se nota en primer lugar por el numero de asistentes al culto, sino ante todo por los que oran en la reu- nin de oracién. Donde hay pocos que oran en las reuniones de oracion, alli hay poca vida y tam- bién poco es lo que sucedera. Y si ni siquiera se ora, esa iglesia o asamblea se parece mas bien a un museo. Amigo: tu, que te llamas ‘‘cristiano’’, itienes también un espiritu de oracién? Porque si eres nacido de nuevo no eres ti, el que ora, sino que el Espiritu de Dios lo hace por ti (Ro. 8/26). El que no tiene el Espiritu de Dios carece tam- bién del espiritu de oracién. 16 * Puede ser que estas lineas sean leidas por algun hijo de Dios que posiblemente no ora nunca o lo hace raras veces en las reuniones de oracidn. Ya se conocen de sobra tus reparos: Eres timido, modesto, y consideras que no es tu deber orar en las reuniones de oracion. ,Qué pensaria la gen- te si empezaras a orar? Ni siquiera sabes orar ““bonito’’. ~No te das cuenta, querido hermano y querida hermana, lo atado que estas todavia y qué pecado de omisién estas cometiendo? En los Hechos de los Apdstoles leemos repetidas veces que todos perseveraban unanimes en oracién (Heh. 1/14; 4/24). La razén mas profunda por la cual en nuestro pais no tenemos todavia un des- pertar, es debido a que los creyentes no oran. Mientras muchos creyentes fallan en la vida de oracién personal, fallan ain muchos mas en la santa obligacién de orar en las reuniones. Como las reuniones de oracién en unanimidad de la iglesia tienen promesas especiales de Dios, Sata- nas tiene interés en que no participes. Con es- panto debemos constatar que por no asistir mu- chos hijos de Dios a las reuniones de oracién, estorban a las almas perdidas en su camino a Jesus, y por consiguiente contribuyen a la victoria de Satanas. j; Hermano, hermana, arrepiéntete de tu falta y apresdrate a participar en las reuniones de oracién de tu iglesia (Ap. 3/2)! 17 Y tu, cristiano de nombre: Jess te ama, El quie- re morar en tu corazon por Su Espiritu. Déjale entrar ahora, arrodillate. Escucha como El te llama: ‘‘He aqui, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en él, y.cenaré con él, y él conmigo’ (Ap. 3/20). Déjale entrar ahora, y entonces tendras también tu esta caracteristica de orar sin cesar. La Cuarta Caracteristica El renacido esté hambriento de la Palabra de Dios Qué verdadera e inequivoca es esta caracteris- tica! En San Juan 6/48 dice Jestis: ‘‘Yo soy el'pan de vida’. Un hombre, aunque se llame cristiano, que no tiene hambre de la Palabra de Dios, debe preguntarse si es realmente nacido de nue- vo. El que tiene la vida de Dios, necesita ali- mento divino. Acerca de esto mi hijo menor me dio una leccién notable. Tenia apenas unos me- ses de edad cuando perdié el apetito. Cada vez 18 ieee bane cc SSS ai ia que yo llegaba a casa, miraba con preocupacién la balanza para saber cudntos gramos de leche habia bebido. Pues, de una cosa estaba seguro: si el nifio dejaba de comer, entonces moriria. Querido amigo, ;Es la Palabra de Dios para ti un alimento sin el cual no puedes vivir mas? El que tiene a Jestis, tiene la vida (1 Jn. 5/12), y quien lo tiene a El, debe también leer diaria- mente la Escritura. “‘Escudrifiad las Escrituras; porque a@ vosoiros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mf” (In. 5/39). ~De donde viene, pues, la expresion: ‘‘Me voy a la iglesia, y esto me basta?’’ Generalmente viene de aquellos para los cuales “‘La predicacién dominical es suficiente’, A un hombre que sostenia esto, tuve que contestarle: ““El domingo espero tener un buen almuerzo, pero esto no me basta para toda la semana’’. El cristianismo de nombre queda desenmascarado por la falta de esta importante caracteristica. Los cristianos de esa clase son acompafiados por la triste caracteristica de que su apetito se dirige hacia otras cosas fuera de su religiosidad. Esto es una consecuencia légica cuando falta el nuevo na- cimiento. Con mucho gusto quisieran borrar los limites entre el mundo y el seguir a Jesucristo. Mientras que su vida exterior corresponde a las 19 formas usuales de la vida cristiana, sus corazones estan apegados al mundo. ‘‘El mundo es eclesids- tico, y la Iglesia mundana’’: esto es lo que se debe constatar en esa masa que ha borrado los limites. Quizds perteneces.tu, querido lector, a tal clase de cristianismo. Preguntards indignado: “*~Pero no puede uno disfrutar de la vida? gNo se puede ir al cine? Una buena pelicula no pue- de hacer mal. ,No esta permitido bailar? A pesar de esto, uno puede ser un buen cristiano’. A esto quisiera contestar: Vete al cine, o vete a bailar siempre que tengas ganas de hacerlo. Yo, personalmente, no juzgo a nadie que lo anhela. Pero mira, querido amigo, que esto es precisa- mente lo tipico: La direccién em la que van tus gustos demuestra, infaliblemente, hasta qué grado tienes realmente a Jestis. El que experimenté el renacimiento verdadero no puede correr mas de- tras del mundo. Cierto es que esta en el mundo, pero ya no es del mundo. Jesucristo es el contenido y la meta de su vida entera. Echa lejos de si todo aquello que quiere impedirle seguir esta meta. Mientras el cristiano de nombre se pregunta: ‘“‘Cuan cerca del mundo puedo estar atin, y cuanto puedo gozar de €1?’’, el renacido pregunta: “‘;Cudn lejos pue- 20 = i do apartarme del mundo para poder servir mejor a mi Salvador?”’ La Escritura dice bien claramente en Santiago 4/4: “Oh, almas adilteras! ¢No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios’’. Oh, mi querido amigo, si tu piensas ahora ‘‘tener algo de la vida’? y no a Aquél que dice: ‘‘Yo soy la vida’’, dime, pues: gel mundo ha puesto paz en tu corazon? Por experiencia personal, conozco tu contestacidn: ;No! En tiempos pasados gocé del mundo, y viajé por medio mundo en mi afan de disfrutar de la vida. Vi muchas cosas interesan- tes, y como era empleado de un transatlantico, llevé entonces una vida rica en impresiones. Pero después de haber atravesado el océano once veces, me di cuenta de que todo el gran mundo no habia traido paz alguna a mi pequefio corazén. Pero desde que he reconocido a Jesis como mi Salvador y Redentor personal, no solo tengo “algo de la vida’’, sino que tengo Ja vida. No quieres también ti acudir a Jests, y darle tu corazon? Renuncia a tu miserable cristianismo de nombre. Iras a la perdicién juntamente con él. Di ahora con fe: 21 “A seguirte a Ti me consagro hoy Constrenido por Tu amor, Y mi espiritu, alma y cuerpo doy Por servirte, mi Senor’’. Y entonces, después que te hayas entregado totalmente al Sefior, tal como eres y con todo lo que tienes, El también se dara totalmente a ti. S6- lo entonces seras un feliz y renacido hijo de Dios. La Quinta Caracteristica El renacido esta expuesto a grandes tentaciones El silencio de un cementerio es un silencio de muerte. Mas, donde hay vida, alli hay lucha. El hombre que sabe que ha resucitado con Cristo, es decir, que ha renacido, sabe a la vez que Sa- tands le ataca violentamente. Este tratarA con sus mayores esfuerzos de separar del Sefior al renacido por medio del pecado. Le mandara adversarios que le insultan por su fe. Va a susurrarle al hijo de Dios: ‘‘No sirves. j;Cuan débil y miserable 22 eres!’’. Le molestara mucho con deseos e impulsos pecaminosos. El cristiano de nombre no tiene que temer estas cosas. Cuanto mucho sera su propia conciencia la que le inquieta. El no representa ningun peligro para el reino del diablo. Al no re- nacido le falta el Espiritu santo, por cuya fuerza puede atacar los bastiones del diablo. Siendo aun una victima de Satands, éste no tiene que preocu- parse por él. Sdlo va a conducirle, y en ciertas ocasiones le hara sentir que esta bajo su poder. En cambio, el verdadero hijo de Dios esta siempre en la ofensiva contra el reino de las tinicblas. Efesios 6 es su armadura. El sabe que el Sefior lo dej6 en esta tierra para llevar el Evangelio liberta- dor a las almas atadas. Su ‘‘si’? para Jesucristo es activo; por lo que también el ‘‘no”’ del diablo contra él es activo. jHermano, hermana, confia! iHas vertido, tal vez, lagrimas debido a las violen- tas tentaciones interiores y exteriores? Esto es una buena sefial. “En ef mundo tendréis afliccién’’, dice el Sefior Jestis, “pero confiad, yo he vencido al mundo”? (In. 16/33). En una caracteristica anterior, ya hemos dicho que la lucha mas dura del renacido es la oracién. Que- rido hermano, querida hermana, ten en cuenta esto: en tu vida de oracion seras tentado por Satanas de la manera mas violenta, porque es mediante 23 ee la oracién seria y constante que se arrebatan almas a Satanas. Quiero aun llamar tu atencién sobre los adver- sarios que Satands emplea para resistirte. ;Qué clase de hombres son estos? ;Los religiosos! Los mayores enemigos de Jesucristo, cuando an- duvo en esta tierra, no siempre fucron los pe- cadores; al contrario siempre estaba rodeado de ellos. Sus enemigos mds fanaticos fueron los re- ligiosos. Finalmente, Le clavaron en la cruz. Hoy ocurre exactamente lo mismo. Hermano, hermana, en la mayoria de los casos tendréis que padecer desprecio por parte de los cristianos sin Cristo. A estos les quisiera decir: ‘‘Queridos amigos, jsa- béis adénde vais? Vuestro cristianismo ‘‘de sofa’’ conviene al diablo. Si no llegais al nuevo nacimiento, es decir, a la renovacion verdadera del corazén, un dia perte- neceréis eternamente a Satands, el enemigo de vuestras almas . Puede ser, querido lector, que aun no entiendas bien esto,. pero te ayudara entonces el siguiente acontecimiento: El evange- lista Moody conté acerca de un negro creyente. Era esclavo. Un dia tuvo que acompaiiar a su amo a cazar patos. Este era incrédulo y se enojaba por su esclavo callado y piadoso. Caminando, se 24 burlaba de él diciéndole: ‘“Cuando me hablaste una vez de tu Jestis, me dijiste también que Sa- tands te estaba tentando horriblemente. No comprendo bien esto. A mi, a quien th llamas incrédulo, y que por tanto pertenezco al diablo, él no me molesta asi’’. Nuestro hermano negro suplicé interiormente al Sefior que le diera sabi- duria para contestar correctamente. Antes de po- der hacerlo, pasé una bandada de patos. El amo disparé y algunos fueron alcanzados y cayeron. “;Pronto!’’, grit6 el amo, “‘apresurate a recoger los patos que atin estan vivos, para que no se escapen; deja los muertos, ya que a éstos, de to- dos modos, los tengo’’. El negro cumplié la or- den y volvié con algunos patos, heridos y resis- tentes, en la mano. Entonces dijo a su amo: “Sefior, acabas de preguntarme por qué el dia- blo me tienta a mi y no a ti. Me parece que ahora me has mandado hacer exactamente lo que el diablo ordena a sus ayudantes: ‘‘;Pron- to!, aprestirate a recoger los vivos, pues a los muertos, de todos modos, los tengo’’. ;Oh, hombre! Jestis te ama. ;Déjate salvar antes que sea demasiado tarde para siempre! (la Sexta Caractertstica El renacido vence las tentaciones y los pecados jSi! La victoria es el resultado magnifico del sa- crificio de Jesucristo en la cruz. Cuando Jesus clamé: ‘Consumado es!’’, fue vencedor sobre Satanas, el pecado y la muerte. Asi pues, to- dos aquellos que estan en Cristo, es decir, los renacidos, son también vencedores en Jesus. Aun cuando un hijo de Dios es tentado, y siente su propia debilidad e impotencia, no se detiene en esto, sino que da las gracias por la victoria de Jesucristo, la cual le es dada (Ro. 7/25). ¢Sera que un renacido se ha transformado en un hombre tan fuerte? j;Oh, no! El es atin mas dé- bil. gHa desaparecido quiza de él la naturaleza pecaminosa, debido al nuevo nacimiento? jCier- tamente que no! El siente la presencia del pe- cado. El no tiene ninguna autoridad sobre el poder del pecado, aunque luche como quiera luchar. Tu, 26 gue tal vez dices: ‘‘Trato de ser un buen cristiano; no me falta la buena voluntad’’, sabe que todas tus ‘‘intenciones’’ y tu ‘“‘buena voluntad’’ son en vano. El] poder del pecado es demasiado grande; Satanas es demasiado fuerte. gCdmo, pues, puede tener victoria el renacido? Jesus mora en él. “Cristo esta em mi’’: ésta es la garantia de la victoria en la vida cotidiana (Ro. 8/10). jEl nue- vo nacimiento no es un invento teédrico, algo de poca importancia, sino un acontecimiento poderoso y revolucionario. en un coraz6n humano! Jesucristo, 0 sea, Dios mismo, ha hecho morada en tal corazon por el Espiritu Santo. El es Quien triunfa a través del renacido. Oh, qué necedad estan practicando ain muchos creyentes: siguen siendo esclavos de sus pasiones durante toda la vida, y entonces oran: ‘‘;Sefior, querras libertar- me alguna vez’’? Mi querido hermano, mi querida hermana: si has nacido de nuevo, entonces Jestis mismo mora en ti. ;Entiendes? ;Qué debes ha- cer ahora, si de pronto eres tentado? Todo tu ser quiere pecar. Surge la célera. De repente, quieres encolerizarte. Sientes el enojo en ti, la falta de amor, impureza, avaricia o cualquier otro pecado. zQué haces entonces? ‘‘Bueno’’, dices, “Jucho’’. Precisamente por esto fracasas. Haz la prueba de arrodillarte en el momento en que el pecado se esta manifestando poderosamente en 27 ti, y dile al Sefior: ‘;Sefior Jests, te doy las gracias! jTi moras en mi, y ti has triunfado por mi en la cruz del Calvario’’! En ese ins- tante, tienes la victoria. Y tu, cristiano de nombre, gno te das cuenta de que te falta lo mas importante? ;Jesiis! Bien Le conoces. Has oido de El. Hasta has sido bautizado en Su nombre. Crees todo, y afirmas todo. Hasta conoces, en cierto modo, la Palabra de Dios. Pero es como con un ment: con la lista de platos sola, y lo que esta indicado en ella, no queda saciada tu hambre. No te sirve para nada. ;Qué infeliz eres! A pesar de que conoc es a Jesus, no tienes Su salvacién. Aunque has oido ya repetidas veces la historia de la cruz, no tienes victoria. Quizds has llorado a menudo, en silencio, por tus pasiones oscuras, y has tratado de sacudir este yugo de esclavitud. Pero Satandas se rie de ti. No le importa que te Ilames ‘‘cris- tiano’’. Tampoco tiene nada que objetar a que oigas una predicaci6n, que seas bautizado o con- firmado. La religion en si no es ningtin obstaculo para que él pueda mantenerte atado. Pero tendra que soltarte tan pronto como acudas a la cruz. {Por qué persistes en tu religion de Justicia ‘‘propia’’? ,Por qué? gPor qué una gran parte de los hombres se queda lejos del nuevo nacimiento? 28 iPor el pecado del orgullo! El que acude a la cruz, se condena a si mismo y se considera como uno que ha sido ejecutado. Alli Dios condena al hom- bre entero, pero le condena en Cristo, motivo por el cual el que acude a la cruz puede regoci- jarse: “‘Ahora, pues, ninguna condenacién hay para los que estan en Cristo Jestis’’ (Ro. 8/1). El juicio ya ha sido efectuado en ese hombre. Alli, en la cruz, deja su vieja vida pecaminosa y recibe en cambio una vida nueva y eterna: la que Jests le da (Jn. 10/28). Mas, aqui esta el gran obstaculo para el corazon soberbio del hombre. Mas de uno esta dispuesto a partici- par en la vida religiosa; pero pocos son los que estan dispuestos a presentarse ante la cruz como pecadores conscientes de su culpabilidad. Asi eres tu, y por eso seguiras siendo un pobre pecador atado y perdido. Oh, arrepiéntete de tu orgullo y di: “Cuan tiernamente me has llamado, Senor, a Ti acudo como gran pecador Buscando Tu perdén Y en Tu sangre salvacién”’. Entonces podras exclamar con San, Pablo: “7Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Seftor Jesucristo!”’ (1 Co. 15/57). 29 a epdiniceead La Septima Caracteristica El renacido espera el regreso de Jesus con gozo y anhelo ardiente E] renacido espera el regreso de Jestis con gozo y anhelo ardiente. Podemos resumir estos mara- villosos frutos del nuevo nacimiento en tres pala- bras claves: Salvacién - Plenitud - Esperanza. Salvado del pecado, de Satanas, de la muerte del Juicio, Ileno del Espiritu Santo, tiene una esperan- za viva para el regreso de Jestis. Recuerdo bien como he escuchado afios atras acerca del regreso de Jess. En aquel tiempo me encontraba fre- cuentemente con un creyente cuyo rostro brillaba siempre de alegria, y que muchas veces decia: “El Sefior viene pronto’’. Esto me molestaba de veras, y entonces pensaba o decia: ‘‘Esto puede tardar ain mucho tiempo. Lo mismo se dijo en la época de Napoleén’’. ;Por qué reacciona- ba yo de esa manera? Simplemente, porque to- 30 davia no estaba preparado para encontrar al Sefior. Sabemos que el regreso de Jesiis esté cerca, que puede venir en cualquier momento, porque El ha dicho: “Cuando estas cosas co- muiencen a suceder, erguios y levantad vuestra ca- beza, porque yuestra redencién esté cerca (Lc. 21/28). Con “‘estas cosas’’ el Sefior Jestis entiende las actuales sefiales de los tiempos, especialmente con respecto a Israel. Y efectivamente, vemos cdé- mo en todos los paises los renacidos elevan sus miradas con anhelo y esperanza, y exclaman en el Espiritu: “Amén; sf, ven, Sefior Jestis’’ (Ap. 22/20). Vivimos en una época grandiosa, en la cual las profecias biblicas se estan cumpliendo ante nues- tros ojos. Cada momento esperamos a Jesus. Trescientos pasajes en el Nuevo Testamento ha- blan de ese glorioso acontecimiento. ,Estas espe- rando al Sefior con alegria, o empieza tu cora- zon a latir con temor al pensar que Jestis puede venir hoy? Entonces te falta también la ultima e importante caracteristica de una persona rena- cida. Ya es medianoche en la historia mundial. La humanidad se estremece y tiembla ante lo que ha de venir. Nos encontramos en los dolores pre- cursores del alumbramiento de una nueva época. Juicios terribles pasaran por esta tierra, después 31 de que Jestis haya venido para recoger a los Suyos. En Mateo 25/6 esta escrito: “Y @ la me- dianoche se oy6 un clamor: ;Aqui viene el espo- so; salid a recibirle!’’, y luego en el versiculo 10: “*..y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerré la puerta’’. jEstas preparado? Escucha una vez mas la con- dicién: asi dice el Sefior: ‘De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios’’ (Jn. 3/3). ¢Mas, cémo puedo llegar al nuevo nacimiento? éEs ésta ahora tu pregunta? ;Quiera Dios que sea asi! Entonces habrds empezado a despertar de tu suefio mortal. Quizds te han alarmado es- tas lineas. ;Ojal4 te sucediera lo mismo que a Nicodemo! Aunque vino a Jestis de noche, y a pesar de ser un religioso sin experimentar ningtin nuevo nacimiento, esperaba de Jestis algo muy diferente de lo que ahora habia de oir: “7 De- bes nacer de nuevo!”’ Estaba completamente abatido por esta exigencia de Jesus. jEs que ha- bra sido en vano la vida que ha Ilevado hasta ahora? ;Acaso toda su piedad no tendra ningin 32 valor ante Dios? gJesis no se da cuenta con quién esté hablando? ;Cudn doloroso era esto para aquel hombre! Con una sola frase, Jestis rechaza toda la vida que ha llevado hasta ahora: “Lo que es nacido de la carne, carne es’’ (Jn. 3/6). Ante Dios vale Gnicamente una nueva criatura (2 Co. 5/17). Todo lo demas, por bien intencionado que sea, no tiene valor ante el santo rostro de Dios. Dios ha condenado a toda la carne en Jesucristo, en la cruz (Ro. 8/3). Para el hombre natural es dificil percibir esto. Nos damos cuenta lo dificil que era para Nicodemo. Tu también, j;cudn humanamente has pensado hasta hoy! Siempre fue ésta tu opinidn: “Si uno hace lo que pueda, el buen Dios arreglara todo para él’’. Mas la Eseritura dice: ‘Todas nuestras justicias (son) como trapo de inmundicia’’ (Is. 64/6). Con otras palabras: Todo lo bueno que el hombre haga en general, para Dios esta man- chado por el pecado. El corazon es totalmente corrupto desde el nacimiento, y debe ser reno- vado. Es una mentira satanica cuando se habla del “hombre bueno’’. Desde la caida del hombre, esto ya no existe mas. El mismo versiculo recién citado dice: ‘‘Si bien todos nosotros somos como suciedad’’. Por consiguiente, todas nuestras ten- tativas para perfeccionarnos no tendran otro efec- 33 to que el que resultaria de vestir un cadaver con ropas suntuosas. Por esto, el muerto no vuelve a tener vida. Esto es lo que Nicodemo reconocid en la presencia de Jesis. Y, profunda- mente estremecido, pregunta: “¢Cdémo puede ha- cerse esto?”’ (Jn 3/9). Con esto Ilegamos al punto mds importante para ti: gCémo puedo yo nacer de nuevo? A esta pre- gunta contesté el Sefior de manera muy sencilla, y ensefié el camino hacia tal fin. Quieres obe- decer y seguirlo? En tal caso, experimentards el gran milagro del nuevo nacimiento en tu vida. Hagamonos una pregunta a la cual quisiéramos responder de dos formas. 1. gPuedes ti hacer algo para nacer de nuevo? —jNo, absolutamente nada! El nuevo nacimiento, de por si, es una dadiva maravillosa de Dios que tu no puedes efectuar. Cuando naciste en este mundo, tu madre te dio a luz con dolores. Y hasta la muerte hubiera padecido para darte la vida. Ta simplemente viniste al mundo. Para ti no fue ningin tormento. Mas para ella, fueron horas de sufrimiento. En una medida mucho mas grande, acontece esto con el nuevo nacimiento. Asi, Otro, clavado en el madero, padecié y 34 se desangro por ti: Jesucristo, el Hijo del Dios vivo. El sufrid los mas horribles dolores de alum- bramiento al quitar el pecado del mundo (Jn. 1/29). Realizé esto con el trabajo de Su alma (Is. 53/11). El murio para darte la vida. Mas, si quieres ver cuan reprobable es tu vida actual ante los ojos de Dios, entonces mira a esta cruz en la cual Dios te condenéd en Su Hijo. Mas, si quieres también ver 35 como Dios nos amo a ti y a mi, entonces vuel- ve a contemplar esta cruz en la cual El consumd tal sacrificio. El Sefior expresd la medida del amor de Dios, con las palabras: “De tal manera’ (Jn. 3/16). De tal manera te amé Dios a ti, que ha dado a Su Hijo Unigénito. Quédate quieto un rato. Mira, alli en la cruz esta colgado tu Re- dentor. ,Quieres, pues, ti mismo hacer lo que sdlo el Hijo de Dios podia cumplir? Mira ain un momento lo que a EI le cost6 regalarte la posibilidad del nuevo nacimiento. El esta colgado alli como el maldito (Ga. 3/13). Primeramente le maldicen los hombres y se bur- lan de El. Después el sol, acerca del cual esta es- crito: “Se oscurecié’’ (Le. 23/45). Luego esta escrito: ‘‘La tierra tembl6é”’ (Mt. 27/51). Era co- mo si la tierra quisiese librarse de este maldito. Pero, lo mas terrible para el Hijo de Dios acon- tecid cuando El exclamé: ‘‘Dios mio, Dios mio. épor qué me has desamparado?’’ (Mt. 27/46). La maldicién de Dios cayé sobre Su Hijo Unigénito, para poder salvarte. Mas, después resoné el grito triunfal de Jestis: ‘;Consumado es!’’ (In. 19/30). Y con esto, fue cumplida la obra redentora que también es para ti. Asi que no te queda nada mas que hacer para tu nuevo nacimiento. Sdlo Jesus puede hacer esto. OAs senha ait tec ence 2. gPuedes ta hacer algo para nacer de nuevo? jNuevamente, no! Y sin embargo, jsi!: Depende de ti si vienes o no al nuevo nacimiento. Como acabamos de ver, Dios hizo todo para que ta pudieras ser Su hijo. Qué te queda entonces por hacer? jConvertirte! “‘Vivo yo, dice Jehové el Sefior, que no quiero la muerte del impio, sino que se vuelva el impio de su camino, y que viva’? (Ez. 33/11). gEs la conversién el nuevo naci- miento? No, la conversion y el nuevo nacimiento son dos cosas distintas. Pero una conversioén verdadera tiene como conse- cuencia inmediata el nuevo nacimiento. La con- version no significa nada mas que: ‘‘cree en Je- sus’’. {Qué es, pues, la conversién? La conversién es el “‘si’’ del hombre a Dios. Qué es el nuevo nacimiento? El nuevo nacimiento es el ‘si?’ de Dios al hombre. ;Qué posibilidad para ti, querido amigo! ;¥a, ahora, ven a la cruz! j;Vuélvete a tu Redentor! Exclama ahora: ‘‘Si, Sefior, yo ven- go, tal como soy; jsé misericordioso con este pobre pecador’’! Entonces el Sefior te dira: ““Si, hijo mio, hija mia, yo te doy la vida eterna; tus pecados te son perdonados’’! Concluimos, finalmente, que para experimentar el nuevo na- cimiento sélo resta hacer una cosa: ;Recibir a Je- stis como tu Salvador personal! 37 Llegamos al final. Yo tengo la conviccién de que ahora vendra el enemigo y te hara toda clase de objeciones. Por ejemplo: ‘‘Todavia no has alcanzado tal grado’, o: ‘‘Esto no es tan simple’’, Pero yo quisiera advertirte: ;No escuches al gran embustero que te ha engafiado desde hace ya tan- to tiempo! Escucha ahora a Jestis, Ilamando: iVen! “Si no os volvéis y os hacéis como nifios, no entraréis en el reino de los cielos’’ (Mt. 18/3). éNo quieres venir ahora como un nifio, y re- cibir? ,Recibir qué? ;Una dadiva! {Qué dadiva? Lee otra vez atentamente Juan 3/16. ;Qué dice alli? ““Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...”? ~A quién debes recibir ahora? La dadiva de Dios para ti es Su Hijo. Una vez mas, te invito: Recibe ahora a Jesucristo en tu corazén, porque: ‘A todos los que le recibieron... les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn. 1/12). 38 éQuisiera Ud. saber algo mas sobre este tema? Le invitamos gen- tilmente a leer la Biblia. La iglesia evangélica de su localidad esta- ra a su disposicién para ayudarle. jVisitela! En caso que no exista ninguna iglesia evangélica en su ciudad a la cual Ud. pueda diri- girse, escriba sus preguntas a nuestra direccién. Nos sera grato ayudarle y enviarle también literatura adecuada. Dirijase a: LLAMADA DE MEDIANOCHE “OASIS” Un estudio biblico dh al alcance de todos GRATIS Las 12 lecciones del curso tienen por objetivg enseflar a sus estudiantes las doctrinas fundamentales de la Sagrada Escritura Un curso biblico por correspondencia —

Você também pode gostar