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Revisión Bibliográfica
Triage
Cor. (R) Roberto Méndez Catasús1 My. Elvira González Salomo2
Este método permite clasificar o agrupar a los heridos de acuerdo con la categoría y
calidad de sus lesiones, y se usa mundialmente ante la ocurrencia de bajas masivas
producidas durante las guerras y otros desastres.3,4,5
El éxito del triage depende de todos los factores que actúan sobre los lesionados, del
tiempo transcurrido entre lesión triage-tratamiento del número y naturaleza de la herida,
de las condiciones del lesionado, de los recursos y del personal disponible para tratarlo.
De ahí que una clasificación adecuada conllevará una evacuación ordenada y rápida.
Tomadas las decisiones en cada caso el clasificador volverá sobre el lesionado en una
segunda revisión, que tampoco pasará de más de 3 ó 5 minutos y definirá aspectos sobre
el tratamiento quirúrgico. Los procederes diagnósticos prolongados y complicados no
son útiles en estas situaciones en que la realidad impone rapidez.
Los lesionados se caracterizan en tres grupos; cada uno lleva una tarjeta que los
distingue y que deben ser de distintos colores.
GRUPO I
Primera prioridad: los que necesitan de forma urgente o emergente atención médica que
cambiaría de forma dramática el pronóstico inmediato y/o a largo plazo del herido como
reanimación cardiopulmonar, cirugía hemostática o descompresiva, peligro inminente
de muerte que puede ser prevenible, cirugía como parte de la reanimación. Primera
prioridad en evacuación (asfixia, hemorragia,shock traumático).
En nuestro país se ganó en experiencia con este método lo que permitió una preparación
adecuada de nuestros médicos pues los capacitó para hacerle frente a los desastres
ocurridos.
GRUPO II
GRUPO III
Moribundos o heridos tan complejos que en caso de bajas masivas no se puede disponer
de facultativos ni recursos para ellos ( a diferencia de la cirugía en tiempo de paz), ya
que impide salvar a aquellos que tienen posibilidad de sobrevivencia. No obstante deben
ser revalorados cada hora, ya que puede cambiar su valoración y hacerse salvables. Son
atendidos por internistas y supervisados por un cirujano. Estas situaciones conllevan
problemas éticos, para lo cual deben estar preparados los médicos-militares y los que
atiendan este tipo de lesionados. Debe mitigárseles el dolor y propiciarles la máxima
comodidad posible. Nunca debe abandonarse categóricamente y de forma definitiva un
lesionado.
Desde el lugar donde se encuentran los lesionados hasta el hospital terminal que
apoyará las acciones asistenciales se llevará a efecto la clasificación, en cada estación o
etapa de tratamiento. A la llegada a cada centro asistencial se reclasificará (retriage) y
cuando los lesionados han sido evacuados, se valorará cada hora al lugar en que se
encuentren.
- Triage telefónico
Existe una guardia de expertos en triage que orienta a médicos y paramédicos a través
de teléfonos o radio15 en el sitio del accidente. Este procedimiento puede utilizarse en
desastres ocurridos en zonas aisladas o embotelladas; más recientemente, el desarrollo
científico-técnico ha permitido la llamada tele presencia y la telerrobótica.
Pueden crearse unidades móviles de triage para acudir con una brigada a un área de
desastre donde deben actuar de forma espontánea médicos de áreas cercanas que han
acudido al lugar para reforzar el trabajo de una brigada que no da a basto por la
masividad.
- Pretriage
En casos de bajas masivas con escasos recursos humanos se hace el llamado pretriage,
que agiliza y define de forma rápida sin la profundidad del triage cuando la situación lo
impone.
Junto al oficial del triage está como parte indisoluble del equipo, la enfermera de
triage,16,17 quien auxiliará al clasificador y deberá cumplir las siguientes tareas:
Como conclusiones pueden plantearse que el triage es la llave que posibilita salvar el
mayor número de vidas, ante desastres naturales o provocados por el hombre. Se debe
preparar, entrenar y velar por la recalificación de los que van a enfrentar esa misión,
como una tarea permanente. Los lesionados que no requieren reanimación
cardiopulmonar, los que pueden valerse po sí mismos en algunos casos y con lesiones
menores deben ser revalorados periódicamente, porque pueden empeorar. Cada área
constará con un personal mínimo que revisará un cirujano experimentado asignado para
esta situación.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cor (R). Roberto Méndez Catasús. HMC "Dr. Carlos J. Finlay". Calle 114 y Avenida 31.
Marianao, Ciudad de La Habana, Cuba.