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I. INTRODUCCIÓN
Durante el siglo XX, tres grupos de patologías fueron sucesivamente motivo de inquietud entre la
población occidental:
-Las enfermedades cardiovasculares, sobre todo la cardiopatía isquémica, mediadas en gran parte
por el consumo de tabaco y hábitos de vida adquiridos a lo largo de la segunda mitad del siglo.
-El “cáncer”, cuyo conocimiento popular se traducía como una epidemia o castigo que acompañaba
a los “males” de la sociedad moderna.
-Comenzando la última década, y cuando ya parecía empezar a superarse el temor al SIDA, se hace
consciente entre la población una enfermedad mental que aparece en las personas mayores, tan prevalente
como para que en la propia familia, o en la de algún vecino próximo, se haya vivido algún caso, con la
dramática vivencia de los últimos años de la enfermedad. Entonces se habla del “Alzheimer”, y son muchos
los que preguntan al médico si sus fallos de memoria, lagunas o la dificultad ocasional para evocar un
nombre será que “tengo el Alzheimer”.
Ciertamente, también entre los profesionales se dio una aproximación desde el conocimiento
disperso -y muchas veces erróneo- de estas enfermedades, hasta definir cada mejor las entidades
responsables de los cuadros clínicos devastadores que denominamos demencias.
Hasta el último tercio del siglo pasado la mayor parte de los profesionales pensaban que la
demencia era el resultado del envejecimiento –senilidad-, acompañado en mayor o menor cuantía de una
insuficiencia vascular o arteriosclerosis cerebral añadida. A partir de los ‘80, con la generalización de los
estudios necrópsicos y la creación de los bancos de cerebros, los patólogos encuentran que las placas
seniles y los ovillos neurofibrilares no son hallazgos esporádicos en cerebros de ancianos, sino que
constituyen la alteración patológica más común en las demencias, hasta constituir la verdadera definición
histológica de la enfermedad de Alzheimer. De esta forma, la enfermedad de Alzheimer alcanza tal
relevancia entre neurólogos clínicos e investigadores, que durante algunos años todos los esfuerzos de
investigación se van a centrar en ésta enfermedad, pareciendo que cualquier otra patología (en las
demencias) es casual o irrelevante (excepto la vascular, en menor medida).
Finalmente, en los últimos años, estudios patológicos extensos y seriados han terminado por definir
otras dos entidades degenerativas con suficiente prevalencia como para merecer su estudio junto a la
enfermedad de Alzheimer: la demencia con Cuerpos de Lewy, y la demencia Fronto-temporal.
Demencia implica:
Pérdida de capacidades cognitivas respecto al nivel premórbido (deterioro).
La existencia de un deterioro en la memoria.
Coexistencia de otras deficiencias en funciones superiores.
Intensidad suficiente como para interferir el funcionamiento habitual de la persona.
III. EPIDEMIOLOGÍA
FIJACIÓN
Nombre 3 objetos a intervalos de 1 segundo: bicicleta, cuchara, manzana. De 1 punto por cada 0 1 2
3
respuesta correcta y repita los nombres hasta que los aprenda
ATENCIÓN Y CÁLCULO: Puntuar la mejor de las 2 opciones:
A. Series de 7. Restar de 100 de 7 en 7. Parar después de 5 respuestas 0 1 2 3 4 5
B. Deletrear al revés la palabra MUNDO
MEMORIA
Pregunte los nombres de los tres objetos (bicicleta, cuchara, manzana). Un punto por cada 0 1 2 3
respuesta correcta
LENGUAJE Y PRAXIS CONSTRUCTIVA
Señale un lápiz y un reloj. Haga que el paciente los denomine. Un punto por cada respuesta 0 1 2
correcta
0 1
Haga que el paciente repita: NI SÍ, NI NO, NI PEROS
Haga que el paciente siga tres órdenes: COJA ESTE PAPEL CON LA MANO DERECHA, 0 1 2 3
DÓBLELO POR LA MITAD Y DÉJELO EN EL SUELO. Dé 1 punto por cada sección de la
orden hecha correctamente
El paciente tiene que leer y hacer lo siguiente: CIERRE LOS OJOS 0 1
0 1
Haga que el paciente escriba una frase (sujeto, verbo y objeto)
0
Haga que el paciente copie el dibujo (dos pentágonos en intersección) 1
Escala de demencia de Blessed (BDRS) (Blessed, Tomlinson y Roth, 1969)
Nombre …………………………………………….. Puntuación:
Escolaridad ………… HC..………….. Fecha…………
A: ………. B: ……….. C: ………… Total: ……………
A. Cambios en la ejecución de las actividades diarias (máximo 8) Sí Parcial No
El segundo hallazgo histológico típico de la EA son los ovillos neurofibrilares, constituidos por proteína
Tau hiperfosforilada, que adopta la disposición en filamentos pareados helicoidales. Se trata de una proteína
asociada en condiciones normales a los neurofilamentos, con funciones básicas para la estructura de las
organelas intracelulares, y el transporte intracelular. Su aparición en la EA sigue a los depósitos de ßA.
Neurofilamentos pareados en disposición helicoidal Neurofilamentos normales
GENETICA
Las mutaciones mejor conocidas en la EA son las que afectan al gen que codifica la Proteína Precursora del
Amiloide (Cr 21), y la Presenilina-1 y Presenilina-2 (proteínas similares, imprescindibles para la función
biológica de las secretasas en el procesamiento del ßA), implicando en cualquiera de estos casos un inicio
temprano, presenil, de la enfermedad: se trata de herencias autonómicas dominantes con penetrancia
variable, pero dependiente de la edad. También se ha encontrado una relación significativa en el
polimorfismo E4E4 del gen que codifica la Apolipoproteína E (ApoE), ser portador estos alelos se asocia a
un mayor riesgo de padecer la enfermedad, y de que se inicie a una edad más temprana.
Inevitablemente progresiva, con mayor lentitud en los primeros años, iniciándose la mayor parte de las
veces con alteración de la memoria reciente, para añadirse progresivamente otras funciones corticales:
apraxias, disfunción visu-espacial, empobrecimiento del lenguaje, alteración de las funciones ejecutivas y
cálculo. Pueden aparecer cuadros delirantes a partir de los estadios intermedios de la enfermedad (estadios
inicial, leve, moderado, moderadamente avanzado, avanzado), pero raramente tan manifiestos como en la
DCL (demencia con cuerpos de Lewy), y sobre todo son mucho más raras las alucinaciones. Con el tiempo,
los cuidadores del paciente deben hacerse cargo de todas sus necesidades: higiene, vestido comida…
Pueden existir trastornos motores (ocasionalmente cierto parkinsonismo, alteración de la marcha, torpeza
motora), pero nunca dominan el cuadro, y cuando aparecen, lo hacen tardíamente.
TRATAMIENTO
Ningún tratamiento farmacológico actual ha demostrado modificar la evolución de la enfermedad.
-La estimulación cognitiva, más importante que cualquier tratamiento farmacológico, en escuelas y talleres
con educadores formados para esta tarea.
-Anticolinesterásicos (ACE): tres fármacos comercializados: donepezilo (Aricept), galantamina (Reminyl),
y rivastigmina (Exelon y Prometax). Puede utilizarse cualquiera de los tres, aunque existen leves
diferencias en eficacia y tolerancia: algo más eficaz la Rivastigmina, mejor tolerado el Donepezilo, y en
una posición intermedia la Galantamina, tanto en eficacia como en tolerancia. Su función es facilitar la
neurotransmisión colinérgica, que se afecta a medida que progresa la enfermedad, bloqueando la actividad
de la acetil-colin-transferasa en la hendidura sináptica, y aumentando la disponibilidad de acetilcolina. Los
familiares, más que el enfermo, pueden notar mejoría en la atención y menos confusiones durante el primer
año de tratamiento, y después parece que el deterioro clínico progresa más lentamente cuando se utilizan
estos fármacos.
-Memantina: bloquea los receptores NMDA postsinápticos para el glutamato. Su mecanismo de acción, por
tanto, no tiene nada que ver con los ACE. Hasta ahora indicado en las fases moderadamente avanzadas o
avanzadas de la EA. Los cuidadores encuentran a los pacientes más colaboradores y atentos, cuando usan
este fármaco.
-No son raros los cuadros depresivos en los primeros estadios de la enfermedad: pueden utilizarse
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): paroxetina, Sertralina.
No ha quedado demostrada la supuesta utilidad de neuroprotectores (vit E, selegilina, etc).
DEMENCIA CON CUERPOS DE LEWY (DCL)
Aunque la descripción de cuerpos hialinos corticales en pacientes con alteraciones mentales ya se realizó
en los años 60 (Woodard, 1962), y los cuerpos de Lewy se habían descrito en la enfermedad de Parkinson
(EP) antes aún (Lewy, 1912), la verdadera prevalencia de esta patología en las demencias se ha empezado a
conocer en la última década: se piensa que puede justificar hasta un 15-20% de todas las demencias.
Su marcador histológico es la alfa-sinucleína (AS), una proteína común en las terminaciones presinápticas
de las neuronas normales, pero que en la DCL y EP forma agregados fibrilares insolubles, eosinófilos,
denominados cuerpos de Lewy por su descripción original (Lewy, 1912) en neuronas de la S. Negra. Se
trata, por tanto, de otra proteinopatía, como la enfermedad de Alzheimer, la Parálisis Supranuclear
Progresiva, la enfermedad de Parkinson, la Degeneración Cortico-Basal, las Atrofias Multisistémicas, la
enfermedad de dic (y otras demencias fronto-temporales), o la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Los síntomas nucleares de la enfermedad son: el deterioro cognitivo, al que pronto se añaden cuadros
confusionales de predominio vespertino y nocturno, con ideas delirantes y alucinaciones diarias que llegan
a dominar el cuadro, produciendo una gran inquietud en el paciente (y en los familiares), los trastornos del
sueño, las fluctuaciones cognitivas (días buenos y malos), el parkinsonismo, que puede ser el comienzo de
la enfermedad, o aparecer más tardíamente, y la marcada sensibilidad a los antipsicóticos (desarrollan
marcados cuadros parkinsonianos con pequeñas dosis).
Rasgos centrales:
Períodos de confusión
Fluctuaciones en los aspectos cognitivos (especialmente, atención y alerta).
Alucinaciones visuales.
Parkinsonismo: rigidez, lentitud de los movimientos (bradicinesia).
Apoyan el diagnóstico:
Caídas frecuentes y sin causa, síncope o pérdida transitoria del conocimiento
Sensibilidad frente a los neurolépticos.
Alucinaciones en otras modalidades
Delirios sistematizados
NEUROTRANSMISORES IMPLICADOS EN LA DCL
En la actualidad, el tratamiento sigue siendo sintomático, basándose en intentar restaurar la
función de los sistemas de neurotransmisores deficitarios (como en la EA), en éste caso:
-Déficit dopaminérgico:
Responsable del parkinsonismo y en parte del síndrome disejecutivo (frontal).
-Déficit colinérgico:
Deterioro de memoria, atención y disfunción frontal
-Déficit noradrenérgico:
Contribuye al deterioro atencional
-Déficit serotoninérgico:
Depresión
TRATAMIENTO DE LA DCL
• Anticolinesterásicos
Se ha demostrado la existencia de un déficit colinérgico mayor que en la EA).
Mejoran sobre todo los cuadros delirantes, la inquietud, y la conexión con el medio.
Son los mismos fármacos citados en la EA.
• Levodopa
Dependiendo de la severidad de los síntomas motores (parkinsonismo).
Atención a la aparición de cuadros confusionales, delirio y alucinaciones.
• Antipsicóticos
Para la sintomatología psiquiátrica: los cuadros delirantes descritos. Utilizar siempre
fármacos atípicos, sobre todo 15abapentin, por el menor riesgo de parkinsonismo
(25 mg…hasta 300 mg/D).
• Antidepresivos
Tricíclicos y tetraçíclicos, ISRS. La depresión es común en la DCL, probablemente en cerca de
la mitad de los pacientes.
• Antiepilépticos
Para controlar las fluctuaciones de la conducta, y la inquietud (agitación..): Gabapentina.
DEGENERACIÓN LOBAR FRONTO-TEMPORAL (DFT)
CARACTERÍSTICAS GENERALES
• Gran heterogeneidad clínica: desde síndromes predominantemente motores (DCB, PSP), hasta el
clásico síndrome neuropsiquiátrico frontal de la demencia de Pick, vinculados por un único
marcador neuropatológico: depósitos de proteína Tau anormal, hiperfosforilada, intracelular
(TAUPATÍAS), aunque realmente la mayoría de las demencias con atrofia frontal (frontales o
fronto-temporales) no muestran características histológicas distintivas (cuando no existe patología
Tau en el cerebro se denominan Demencia Frontal o FT sin características histológicas distintivas).
• Las formas familiares son relativamente frecuentes, aunque genéticamente también es heterogénea.
• Tres síndromes clínicos: -Demencia Fronto-Temporal.
-Afasia progresiva no fluida.
-Demencia semántica.
Los estudios de imagen (RM) pueden demostrar en fases avanzadas atrofia en áreas anteriores, como
en las imágenes precedentes, o focal, como en los cuadros de DFT que cursan con afasia. Estos
hallazgos desgraciadamente pocas veces son tan manifiestos, al menos en los primeros estadios.
En los estudios funcionales (SPECT, PET, RM funcional), con frecuencia se aprecia un déficit
metabólico o de perfusión congruente con la localización anatómica de la enfermedad (atrofia fronto-
temporal).
Desde el punto de visto neuropatológico, como se describe al comienzo del capítulo, en la mayoría de
las ocasiones no existe marcador histológico único, debiendo conformarnos con atrofia, pérdida
neuronal, leve gliosis y microvacuolización (sin hallazgos histológicos distintivos). En ocasiones (las
menos) existen inclusiones Tau positivas: enfermedad de Pick; formas genéticas ligadas a mutaciones
en el cromosoma 17. En la sustancia negra suele haber también una pérdida leve o moderada de células
pigmentadas.
Al contrario que en las enfermedades tratadas previamente (EA, DCL), la función colinérgica está
preservada en la DFT, existiendo un déficit serotoninérgico.
TRATAMIENTO
Sintomático (control de los síntomas), al igual que en la EA y DCL:
Control de las conductas impulsivas con ISRS, dado que además existe un déficit serotoninérgico,
como acabamos de ver.
Antipsicóticos (risperidona, olanzapina, quetiapina), cuando existe agresividad, o no puede
controlarse la conducta con los ISRS.
Los anticolinesterásicos son inútiles, incluso pueden empeorar la sintomatología.
Agonistas adrenérgicos (tratamientos aún no generalizados).
ENFERMEDAD DE CREUTZFELDT-JAKOB
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, transmisible y fatal, que afecta al SNC y evoluciona de
forma subaguda, correspondiendo desde el punto de vista histológico a una encefalopatía espongiforme,
originada por la transformación de la proteína prión normal en una forma patógena, e infecciosa.
Su patogénesis se conoce desde 1982 (Prusiner, Premio Nóbel en 1997 por este motivo), tratándose de una
enfermedad infrecuente, con una incidencia de 1/ millón de habitantes y año. A pesar de su escasa
incidencia, la aparición de una auténtica epidemia en Gran Bretaña entre el ganado vacuno (millones de
vacas en Europa fueron sacrificadas), a mediados de los 90, seguida de la descripción de una nueva variante
clínica que afectaba a humanos con edad inferior a la forma clásica –al menos 100 casos conocidos en UK-,
y la gran cobertura informativa que se dio a los acontecimientos, creó tal situación de alarma en la
población, que muchos gobiernos de países occidentales se vieron obligados a dedicar un trato preferencial
para esta enfermedad, por delante de otras mucho más prevalentes.
PRIÓN
Proteína priónica (PRP, PRroteinaceous infectious Particle): Es la forma anormal y patógena (PrPsc) de la
proteína prión normal, incluida en las membranas celulares con una función poco conocida. Es una
partícula proteica carente de genoma y ácidos nucleicos (replicación sin genes); la forma patógena es el
agente infeccioso responsable del grupo de enfermedades neurodegenerativas denominadas encefalopatías
espongiformes.
MODOS DE PROPAGACIÓN
-Mutación germinal del gen de la PrPc: casos hereditarios de ECJ, IFL, GSS.
-Transmisión de PrPsc: casos infecciosos (kuru, ECJ iatrogénica, vECJ).
-Mutación somática del gen de la PrPc o conversión espontánea de PrPc en PrPsc: ECJ esporádica.
Incidencia según edad: sobre todo entre los 60-80 años, como en
las demencias degenerativas no transmisibles, aunque puede
iniciarse a los 18 años (sobre todo la forma variante, a partir de
la ingesta de carne de vacas con la enfermedad).
CLÍNICA
Se trata de una Encefalopatía mioclónica subaguda, en la que distinguimos dos fases clínicas:
1-Pródromos:
- cambios de humor, astenia, pérdida de peso.
2-Período sintomático o de estado:
- Demencia rápidamente progresiva.
- Ataxia, incoordinación.
- Mioclonías espontáneas y reflejas.
- Alteraciones visuales corticales.
- Manifestaciones extrapiramidales.
- Alteraciones psiquiátricas.
En la forma esporádica, el cuadro clínico es el característico: rápidamente progresivo, destacando el
mutismo acinético y la precoz desconexión del medio. La muerte acontece generalmente por infecciones
intercurrentes, con una supervivencia media de 5 meses, falleciendo el 80% en menos de 1 año. No se han
descrito remisiones espontáneas o estabilizaciones.
En la forma Yatrógena, el período de incubación puede prolongarse hasta 30 años, predominando las
formas atáxicas y con edad de comienzo inferior a la esporádica. Se han descrito en:
Transplantes de córnea.
Procedimientos neuroquirúrgicos (electrodos).
Plastias de duramadre de cadáver liofilizada (hay casos en nuestro país).
Terapia con hormona de crecimiento o gonadotropina obtenida de hipófisis de cadáveres.
Posible contaminación durante intervenciones neuroquirúrgicas (no demostrado).
Se denomina forma Variante a la manifestación humana de la Encefalopatía Espongiforme Bovina,
resultado de un salto entre especies. No se conoce el mecanismo de transmisión, aunque se propone que la
transmisión ocurriría partir de la ingesta de alimentos procedentes de animales infectados, con un período
de incubación de 5-10 años, y una edad de comienzo generalmente inferior a la forma esporádica clásica:
30 años de media. La supervivencia suele ser mayor que en ECJ esporádica, con una media de 14 meses.
Muchas veces se inicia con síntomas psiquiátricos inespecíficos y alteraciones sensitivas: síntomas
depresivos, alteraciones conductuales, insomnio. Con frecuencia alucinaciones auditivas y visuales.
Disestesias en MMII. Meses después, aparecen los síntomas neurológicos:
– Deterioro cognitivo progresivo.
– Ataxia, inestabilidad, temblor, movimientos anormales.
EXPORACIONES COMPLEMENTARIAS
1. EEG