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(2) Cristo y Su cuerpo.-
Éste Señor Jesucristo, por medio del cual Dios es revelado*[lxiii], Dios y
hombre verdadero*[lxiv], constituyó a la Iglesia, la cual es Su cuerpo*[lxv],
depositaria de Su vida y de Su Espíritu*[lxvi], del Espíritu Santo que procede
del Padre*[lxvii], y es Dios*[lxviii], el Espíritu de Dios*[lxix], el Espíritu del
Padre*[lxx], y el Espíritu de Su Hijo*[lxxi], derramado por el Hijo*[lxxii], Dios el de Dios: de reunirlo todo en Cristo Jesús*[cxvi]. Éste cuerpo es Uno, porque
mismo que es Espíritu*[lxxiii], que toma lo del Hijo y nos lo da a Dios es Uno y Cristo es Uno*[cxvii], y no está dividido*[cxviii], porque Dios es
conocer*[lxxiv]; y todo lo del Hijo es del Padre, y todo lo del Padre es del amor*[cxix] y Dios es su vida*[cxx]. "Uno en Nosotros" (Jn.17:21). "Todos
Hijo*[lxxv]; y así como el Padre está en el Hijo*[lxxvi], y el Hijo en el vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gál.3:28) [aunque los Gálatas eran varias
Padre*[lxxvii], en Su Seno*[lxxviii], así como son Uno*[lxxix], así, por el Padre iglesias locales en una región]*[cxxi].
en el Hijo, y el Hijo en el Padre y en nosotros*[lxxx], así, por el Padre en
nosotros por el Hijo, y el Hijo en nosotros por el Espíritu*[lxxxi], así somos Sus
miembros que vivimos por Él: Uno*[lxxxii], conformando Su cuerpo*[lxxxiii];
así somos uno. "Que sean uno en Nosotros", oró Jesús el Señor*[lxxxiv].
(3) La unidad del Espíritu.-
Somos, pues, la Iglesia, los llamados fuera del mundo*[lxxxv], mediante la
identificación personal por fe con Cristo en Su muerte, sepultura y
Ésta unidad del cuerpo se debe a la unidad del Espíritu que le anima; el
resurrección*[lxxxvi], ascendidos con Él en lugares celestiales*[lxxxvii],
Espíritu es Uno*[cxxii]: "Un Espíritu" (Ef.4:4). Pablo nos exhorta: "Solícitos en
justificados, santificados y glorificados en Él*[lxxxviii], con las arras, hoy, del
guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz"*[cxxiii]. Puesto que el
Espíritu*[lxxxix], garantía y anticipo de nuestra redención completa*[xc],
Espíritu es Uno*[cxxiv], y no puede ser muchos*[cxxv], así la unidad del
incluido el cuerpo*[xci]; y luego, todo el resto de la creación será
Espíritu en el cuerpo de Cristo es un hecho que guardar con solicitud, y no
liberada*[xcii], excepto los eternamente perdidos, pues los rebeldes serán
una meta por alcanzar*[cxxvi]. Meta es la unidad de la fe y del conocimiento
eternamente castigados con el diablo y sus ángeles*[xciii]. Somos, pues, la
del Hijo de Dios (Ef.4:13), mas no la unidad del Espíritu (Ef.4:3).
Iglesia, coherederos con Cristo de la plenitud de Dios*[xciv], coherederos
también de todas las cosas*[xcv]; somos Su cuerpo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo*[xcvi]. "Como Tú, oh Padre en Mi, y yo en ellos, que
también ellos sean Uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú me
enviaste. La gloria que me diste, Yo les he dado para que sean Uno, así como
La unidad del Espíritu en el cuerpo es primeramente un hecho que descubrir.
Nosotros somos Uno. Yo en ellos y Tú en Mi, para que el mundo conozca que
Es algo hecho por Dios que debemos guardar, por medio de lo cual llevará
Tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a Mi me has
adelante Su propósito*[cxxvii], a medida que descubrimos el hecho*[cxxviii],
amado" (Jn.17:21-23).
nos apropiamos de él, y en él nos posicionamos para actuar a partir de
allí*[cxxix]. Toda otra acción que no sea todavía a partir del Espíritu, y en el
La Iglesia, la cual es Su cuerpo*[xcvii], aunque es enviada al mundo, no es hecho de Su unidad y la de Su cuerpo, en el cual el Espíritu nos
del mundo*[xcviii]; ha sido sacada de él; es iglesia, ek-klesía, distinta del sumerge*[cxxx], toda acción dislocada, está errada y debe corregirse al
mundo, separada de él, y a él enviada*[xcix]. En la unidad vital de este conocerse verdaderamente el hecho*[cxxxi]. La falta de conciencia del
cuerpo, tan solo participan los que el Padre ha dado al Hijo y que han hecho del cuerpo y de Su unidad, no afecta el hecho divino, pero sí nos
guardado Su palabra, que conocen que todo lo que ha sido dado al Hijo priva de parte de sus beneficios*[cxxxii].
procede del Padre, y han recibido Sus palabras y han conocido
verdaderamente que el Hijo salió del Padre, y han creído que el Padre ha
Hay diversidad de dones, de ministerios y de operaciones, pero el Espíritu es
enviado al Hijo*[c]. A éstos, que no son del mundo como el Hijo no es del
el mismo, el Señor es el mismo, Dios es el mismo*[cxxxiii]. Por ello,
mundo*[ci], santificados en Cristo*[cii], que no aman al mundo sino al
coordinados exclusivamente en virtud de la Cabeza: Cristo Jesús*[cxxxiv],
Padre*[ciii], que aborrecen su vida en este mundo para guardarla para vida
debemos solícitamente guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la
eterna*[civ], separados en la Cruz de Cristo de los deseos de la carne*[cv],
paz*[cxxxv]. Debe, pues, evitarse toda acción que no sea en el Espíritu, pues
los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida*[cvi], a éstos ha hecho Dios
atenta, con la carne, contra el hecho divino*[cxxxvi], sin anularlo*[cxxxvii],
Uno en Cristo Jesús, donde ya no hay raza, ni nacionalidad, ni sexo, ni clase
pero sí privándonos de parte de sus beneficios*[cxxxviii], y oscureciendo ante
social*[cvii]. Éstos son el cuerpo, visible al mundo*[cviii], de Cristo; miembros
el mundo el Amor Divino*[cxxxix].
Suyos, el cuerpo de un solo y nuevo hombre*[cix], resucitado de los muertos
y repartido cual pan*[cx], y en Espíritu vivificante*[cxi], para actuar
evidentemente en el mundo*[cxii], ministrando reconciliación con Dios*[cxiii],
sometiendo, por Él, bajo las plantas de Sus pies, todas las cosas*[cxiv],
(4) La Unidad manifiesta.-
buscando primeramente el reino de Dios y Su justicia*[cxv], cuyo propósito es
Esta unidad es para que sea visible, como la ciudad sobre un monte que no saciados! Pero ¡Ay de aquellos que ahora están saciados, porque tendrán
se puede esconder*[cxl]; es para que el mundo crea, para que el mundo hambre!*[clxxvi]
conozca*[cxli]. Es una unidad profundamente espiritual, cuyas raíces están en
el Seno mismo de Dios*[cxlii], y sin embargo, tal hecho debe ser manifestado
ante el mundo en el amor y la verdad*[cxliii]. No hay verdadero amor sin la (5) El modelo neotestamentario.-
participación de la verdad; y no hay verdad completa sin el amor*[cxliv]. El
amor y la verdad no se excluyen; ellos son, en definitiva, el rostro de un sólo
El Nuevo Testamento nos muestra un modelo de la forma enchida de Espíritu
Dios que es Santo; Quien, por la Cruz, exhibió Su justicia y Su gracia*[cxlv].
que va tomando la Iglesia cuando es guiada del Espíritu*[clxxvii]; nos
No se trata, pues, de una unidad en el error*[cxlvi], ni en la carne*[cxlvii], ni
muestra Su Vida, Su doctrina, Su práctica, Su administración*[clxxviii]. A
en lo mundano*[cxlviii], unidad complicada con Satanás*[cxlix]; no es de esa
partir de allí se extiende por el mundo entero*[clxxix]; y cuando es combatida
clase de unidad de la que estamos hablando; mas sí de la unidad del Padre y
por el diablo y sus huestes, cuando es resistida y embarcada en sutiles
el Hijo, que por el Espíritu opera en nosotros*[cl] desde el Cielo, para revelar
trampas y desvíos a lo largo de su historia, de parte del enemigo de las
en la tierra, por la Iglesia, que es Su cuerpo, la voluntad de Dios*[cli].
almas*[clxxx], entonces el Espíritu Santo, que la guía sin bloquear su libertad,
la lleva de nuevo a su cauce legítimo, siempre tornándola a la fidelidad a
Satanás también busca una unidad; también él quiere reunir a su alrededor Cristo, enseñada y canonizada en el Nuevo Testamento*[clxxxi]. La Iglesia,
al resto de la creación; el propósito diabólico ha sido sentarse en el Monte del pues, en su camino y durante sus batallas, retorna por la Vida de Cristo a su
Testimonio*[clii] pretendiendo hacerse semejante a Dios, usurpando Su modelo original*[clxxxii]. Satanás la combate con las persecución desde
lugar*[cliii]. Es por eso que necesitamos ejercer discernimiento*[cliv], porque afuera*[clxxxiii], con el pecado, el error y la confusión por dentro*[clxxxiv];
una unidad que sacrifica la verdad, es la pretende el padre de la mentira para intenta corromper su dependencia de la Vida de Cristo, su doctrina, su
sentarse en el Templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios*[clv]. práctica, su administración; y con aquellos que siguen al maligno, engañados
o deliberados, en mucho o en poco*[clxxxv], levanta entonces el diablo a la
gran Babilonia, la gran ramera madre de fornicarias, un sistema religioso
La unidad del cuerpo de Cristo brota de la revelación perfecta de la voluntad
falso que pretende ser el verdadero*[clxxxvi]. Con todo, y a través de los
divina en Cristo Jesús*[clvi]. Fuera de Él, aparte de Él, y en otros términos
siglos, y en medio de la cizaña, el trigo sigue creciendo*[clxxxvii], en el
distintos a los Suyos, no hay unidad verdadera*[clvii]; es tan solo un sutil
mismo Espíritu del principio, el mismo Evangelio, acudiendo siempre a la
fraude del engañador de las naciones*[clviii] que se disfraza como ángel de
misma doctrina, retornando a su administración legítima*[clxxxviii], saliendo
luz y ministro de justicia*[clix], pero cuyos deseos son los de sustituir al Padre
de Babilonia*[clxxxix], y aferrándose a Cristo, su único y legítimo
Dios y al Hijo en la herencia del Trono*[clx]. Así que la manifestación de la
esposo*[cxc]; siempre perseguida*[cxci], siempre difamada*[cxcii], siempre
unidad espiritual y orgánica del cuerpo de Cristo solo es posible al rededor de
malentendida, porque la mentte natural no puede comprender las cosas que
la revelación divina*[clxi], hecha perfecta y exclusiva en el Hijo del Dios
son del Espíritu de Dios*[cxciii], pues, al contrario del mundo, la pasión de la
Viviente*[clxii], repartido*[clxiii], actuante y evidente a través de Sus
Iglesia es el reino de Cristo*[cxciv]; a él está destinada*[cxcv]; y después de
miembros*[clxiv]; el Cual Hijo estampó Su Sello en las Sagradas
haber dado testimonio hasta la muerte*[cxcvi], descansa conciente en Su
Escrituras*[clxv], que son leídas por la Iglesia a través de Él*[clxvi], por el
presencia*[cxcvii] hasta*[cxcviii] el día del segundo advenimiento de
Espíritu*[clxvii]; y las que, como testigo canónico, nos llevan hacia Él*[clxviii],
Cristo*[cxcix]. Entonces, todos aquellos que no querían que Él reinase,
y entonces al mismo Padre, por Cristo*[clxix]. Las Escrituras testifican de
vendrán a juicio*[cc]. Volvemos entonces al Nuevo Testamento: allí vemos el
Cristo; de Su Persona y Su Obra, de Su propósito y Palabra, de Su carácter y
cuerpo de Cristo manifestado en el tiempo y en el espacio, en el mundo; la
mandamientos (grandes y pequeños), de Su ejemplo, Su voluntad y deseo. La
Iglesia universal se presenta entonces como "las iglesias de los santos"*[cci],
Iglesia, la cual es Su cuerpo, no puede menos que aferrarse a Él y seguirle a
"las iglesias de los gentiles"*[ccii], "en todas partes por todas las
pie juntillas, como el músculo al cerebro, en espíritu y verdad, en todas las
iglesias"*[cciii].
cosas, aún pequeñas*[clxx], las cuales también con gozo la Iglesia fiel se
interesa en cumplir para expresar la medida cada vez más plena de la belleza
de Cristo*[clxxi], Su Cabeza*[clxxii] y Vida*[clxxiii], quien es el contenido que
da a la Iglesia la perfecta forma de la gloria de Dios*[clxxiv], la cual, un día no
Referencias bíblicas:
lejano, por Cristo y la Iglesia transfigurada, será exhibida cual Amor
desbordante como capital del Universo y de Un Reino inconmovible*[clxxv].
¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán
Nota: Las referencias de cada declaración no son, como pudieran serlo, *[xxxviii] Lc.2:52 *[lxxxii] Gál.3:27-29
exhaustivas, sino apenas representativas. Muchas más citas, pues, podrían *[xxxix] Heb.5:8 *[lxxxiii] 1Cor.12:12,27
darse para cada frase. *[xl] Heb.4:15 *[lxxxiv] Jn.17:21
*[xli] Is.53:9; Ef.4:13 *[lxxxv] Jn.15:19
*[xlii] 1Cor.15:4 *[lxxxvi] Gál.6:14
*[xliii] Jn.4:25,26 *[lxxxvii] Ef.2:6
*[xliv] Is.42:6 *[lxxxviii] Rom.8:30
*[xlv] Jn.4:42 *[lxxxix] Ef.1:13,14