Você está na página 1de 14

LA RESTAURACIÓN DE

TODAS LAS COSAS


Texto Guía: Hechos 3:19-21

Propósito del Regreso de Jesús a la Tierra:

Pocos cristianos saben que Jesucristo volverá nuevamente a


este mundo en persona y visiblemente; y los que no lo saben
creen, más bien, que “partirán” al cielo cuando mueran para
encontrarse con Jesús. En nuestro estudio "La Segunda Venida
de Cristo", el cual puede ser suyo si nos lo solicita, explicamos
claramente que Cristo volverá a este mundo pronto.
Lucas, el evangelista, también escribió el libro de los Hechos
de los Apóstoles. En el capítulo 3 él explica para qué volverá
Jesús al mundo nuevamente. Dice: "A quien (Jesucristo) de
cierto es necesario que el cielo reciba HASTA LOS
TIEMPOS DE LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS
COSAS, de que habló Dios por boca de sus santos
profetas que han sido desde tiempo antiguo." (Verso 21).
Sí, Jesucristo, o Jesús, el Cristo (o:"El Ungido"), volverá a este
mundo para RESTAURAR TODAS LAS COSAS de que
hablaron los profetas del Antiguo Testamento. Esta
impresionante revelación dada por Lucas, NO es enseñada por la
Iglesia Católica, y algunas iglesias protestantes amilenialistas
(a:sin, Millennium: milenio). Lo cierto es que Jesús no viene a
llevarnos al cielo como creen muchos, sino más bien para quedarse
en la tierra a fin de restaurar todo lo resquebrajado por el pecado
de los hombres. Para mayores detalles sobre este punto, solicite el
artículo "Las Buenas Noticias de Jesucristo", El Reino del
Mesías, El Reino de Dios: ¿Sabe Ud. qué es?. Son gratis.

Según el prestigioso Diccionario Nuevo Pequeño


Larousse, la palabra "restauración" quiere decir: "reparación",

1
"restablecimiento", "nueva existencia que se le da a una
institución", y lo más importante, RESTABLECIMIENTO EN
EL TRONO DE UNA DINASTÍA CAÍDA." Esta última
definición del diccionario mencionado, nos interesa mucho, pues
tiene relación con nuestro estudio, y con las promesas bíblicas. Ya
es hora que usted descubra la verdad de lo que Jesús va a
restaurar en esta tierra, en ocasión de su Segunda Venida en
gloria desde los cielos. Definitivamente restaurar no es destruir, de
modo que Cristo no viene a destruir el planeta tierra, sino sólo a los
pecadores incorregibles que no lo esperan volver en gloria para
salvarlos (Salmo 37:9,10,17,20,22,28,29,34,38,40).

El Restablecimiento de la Dinastía Davídica Caída

La Palabra restauración de Hechos 3:21 tiene que ver con


el restablecimiento en su trono de un rey derrocado o el
restablecimiento de una monarquía suspendida en su trono real.
En este caso, la dinastía del rey hebreo, David. El profeta Amós
habló de esta futura restauración, diciendo: "En aquel día yo
levantaré el tabernáculo caído de David" (9:

2
He aquí una impresionante verdad revelada desde los
cielos, y esa es que al volver Jesús al mundo, levantará o
restaurará el trono caído de David, el cual fue suspendido por
Dios allá por el año 586 a.C. Recordemos que el rey babilónico
Nabuconodosor invadió Jerusalén y depuso al rey hebreo de
turno Sedequías, matando a sus hijos y desterrando al pueblo
a Babilonia. Desde esa fecha, el trono de David, en la persona de
su sucesor, Sedequías, se suspendió hasta el día de hoy. Ya van
aproximadamente 2,500 años que Israel no tiene un rey
Hebreo, ni una monarquía establecida como la de David. Pero
esto ya estaba profetizado por Oseas, cuando dijo: "Porque
por muchos días estarán los hijos de Israel sin rey,
sin príncipe, sin sacrificio..." (3:4). Sí, POR MUCHOS
DÍAS (no, "eternamente"), los hebreos estarían sin una
monarquía, y consecuentemente, sin ningún rey que los
gobierne. Pero nuevamente Dios promete: “No faltará a
David un renuevo de justicia..." (Jeremías 33:15,16).
Esta promesa significaba que vendría un descendiente de David
que tomaría su trono y corona en un futuro. Dios tenía en
mente restaurar aquel reino que Él mismo había establecido
con David y sus hijos (2 Crónicas 13:5,8). Definitivamente el
reino Davídico era el reino de Dios. Dios había escogido a David
para que lo representara ante el pueblo y los rigiera con
autoridad celestial. Ahora Dios se propone restaurarlo
nuevamente con un rey fiel y perfecto que desciende del rey
David.

El Hombre que tiene Derecho al Trono y Reino de


David

El profeta Ezequiel escribió concerniente a la caída del


reino davídico con estas palabras enfáticas: "Y tú, profano e
impío príncipe de Israel (Sedequías), cuyo día ha
llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad
(586 a.C), así ha dicho Jehová el Señor: Depón la

3
tiara, quita la corona; esto no será más así; sea
exaltado lo bajo, y humillado lo alto. A ruina, a ruina,
a ruina lo reduciré, y esto no será más, HASTA QUE
VENGA AQUEL CUYO ES EL DERECHO, Y YO SE LO
ENTREGARÉ." (21:25-27). Notemos nuevamente que si bien
el reino Davídico fue depuesto, no obstante vendrá un
descendiente de David que tendrá el derecho de tomar su tiara,
su corona, y su trono nuevamente. Y obsérvese que es Dios
mismo quien se lo va a entregar y no algún hombre mortal.

Según el Evangelista Mateo, Jesucristo es el hijo de


Abraham e hijo de David (Mateo 1:1). Esto significa que
Jesús es el descendiente, según la carne, del rey David. Es claro
que Jesucristo es de "sangre azul", un "hombre noble", "un
Príncipe", y finalmente, "un Rey"---¡El Rey! Recordemos
que Jesús había aceptado su origen real a Pilato, cuando fue
acusado por sedición. Sus palabras fueron claras y directas:
"...Tú dices que yo soy rey. YO PARA ESTO HE
NACIDO..." (Juan 18:37). Pero por otro lado Jesús dijo en
otra ocasión que su reino no era de este mundo o era maligna
(verso 36). Entonces Jesús no pretendió restaurar el reino en
ese momento, sino que lo haría en otra ocasión, para su
segunda venida. Su segunda venida acabaría con el presente
mundo malo regido por las fuerzas diabólicas cósmicas.

El apóstol Pedro creía que un varón de Dios,


descendiente del rey David, regiría al mundo desde su trono en
Israel. Sus palabras son como siguen: "Varones hermanos,
se os puede decir libremente del patriarca David, que
murió y fue sepultado, y su sepulcro está con
nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y
sabiendo que con juramento Dios le había jurado que
de SU DESCENDENCIA, EN CUANTO A LA CARNE,
LEVANTARÍA AL CRISTO PARA QUE SE SENTASE EN
SU TRONO." (Hechos 2:29,30). Nótese que acá la palabra

4
“Cristo” no es un nombre, sino un título que denota “el ungido
(escogido) de Dios” el cual va a ser el futuro rey de Israel.

Y en la anunciación, el evangelista Lucas registra lo que


le dijo el ángel Gabriel a María: "Este (Jesús) será grande,
y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David su padre; y reinará sobre la
casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin."
(Lucas 1:32,33).

Los Hebreos Regresarán a Israel

Si Jesús reconquistará el depuesto reino de su ancestro


David, ello quiere decir que él reinará en Jerusalén, pues esa
ciudad fue la capital del reino de David. Jesús afirmó que
Jerusalén sigue siendo la ciudad del "gran Rey" ( Léalo en
Mateo 5:33-35). También inferimos que Jerusalén estará
habitada por los hebreos, pues la profecía dice que Jesús
reinará en la casa de Jacob o Israel. Por eso los israelitas estarán
reunidos en su tierra para cuando Cristo, su rey, regrese. El
profeta Ezequiel pudo escribir con certeza: "Y yo (Jehová)
os tomaré de todas las naciones, y los recogeré de
todas las tierras, y os traeré A VUESTRO PAÍS."
(Ezequiel 36:24). Y el profeta Oseas añade

5
lo siguiente: "Después volverán los hijos de Israel y
buscarán a Jehová y a David su rey, y temerán a
Jehová y a su bondad EN EL FIN DE LOS DÍAS" (3:5).

Muchas personas no entienden el significado del


regreso de los hebreos desde muchas naciones a su prístina
tierra prometida después de 2,500 años de destierro. Desde
Mayo de 1948 d.C ya existe nuevamente el "joven" estado de
Israel en su antiguo territorio. Poco a poco la nación judía se va
asentando con nuevos inmigrantes hebreos, pese a sus
problemas políticos internos y externos. Pero lo importante de
esto es que, en el final de los días, los judíos o hebreos
regresarán a su tierra desde muchos países (E.U, Rusia, Etiopía,
Alemania, Polonia, Argentina, etc) para luego buscar a Dios y a
su rey davídico, Jesucristo.

Para ese entonces se cumplirán los dichos de los


profetas: "He aquí vienen días, dice Jehová, en que
levantaré a David renuevo (=hijo) justo, y reinará
como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia
en la tierra." (Jeremías 23:5). "He aquí que para
justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en
juicio...y el efecto de la justicia será paz; y la labor de
la justicia, reposo y seguridad para siempre." (Isaías
32:1,17). "Y dio a luz un hijo varón, que regirá con
vara de hierro a todas las naciones..." (Apocalipsis
12:5). "...habrá un justo que gobierne entre los
hombres, que gobierne en el temor de Jehová." (2
Samuel 32:3). "Y los reinos del mundo han venido a
ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por
los siglos de los siglos." (Apocalipsis 11:15). "Y haré
temblar a todas las naciones, y vendrá el deseado de
todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa
(Israel), ha dicho Jehová de los ejércitos...y mi pueblo
nunca jamás será avergonzado." (Joel 2:26,27).

6
El apóstol Pablo nos confirma que Israel como nación
finalmente será restaurada en una posición privilegiada para la
bendición del mundo entero. Si el rechazo temporal de los
hebreos significa la bendición de los no hebreos, ¡cuánta más
bendición significará para los no hebreos la restauración de los
hebreos! La restauración del país, y del reino, significará la
máxima bendición de todos los pueblos de la tierra. Dice Pablo:
"Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que
cayesen? En ninguna manera; pero por su
transgresión (pecado) vino la salvación de los
gentiles (no judíos), para provocarles a celos. Y si su
transgresión es la riqueza del mundo, y su defección
la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena
restauración?" (Romanos 11:11,12). Sin embargo, y pese a
las claras promesas de bendición de parte de Dios para los
hebreos, los católicos siempre han sostenido que los hebreos
han perdido los favores de Dios, por haber “crucificado” a
Jesús. ¡Cuán errados están! ¡La Biblia los desmiente fácilmente!

¿Cuándo Será Restaurado el Reino o Gobierno de


Dios?

La pregunta que se nos viene al pensamiento es:


¿Cuándo se restablecerá el reino de Dios? Pues esa fue la misma
pregunta que los apóstoles le hicieron a Jesús hace dos
milenios: "...Señor, ¿restaurarás el reino (davídico) a
Israel en este tiempo (año 27 d.C)? (Hechos 1:6). En el
verso siguiente (7) Jesús les dice que la fecha sólo la sabe
Dios. Y en otra ocasión Jesús les dice a sus discípulos que sólo
su Padre sabe cuando será "el fin del mundo o Edad Maligna"
( Para mayor información sobre el significado de este tema,
solicite el artículo gratuito "El Fin del mundo" a la dirección
que aparece al final del presente estudio).

7
La Iglesia de Dios heredará el Reino Davídico

La Iglesia está llamada a tener un papel protagónico en la


restauración del reino davídico en la tierra. Según las
Escrituras, los cristianos están llamados a ser co-gobernantes
con Cristo en su reino de mil años. En las Escrituras Inspiradas
hallamos las siguientes promesas que las iglesias han olvidado.
"Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y
todos los santos ángeles con él, entonces se sentará
en su trono de gloria...Entonces el Rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo." (Mateo 25:31,34).

8
En el libro de Apocalipsis 2:26 leemos: "Al que
venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré
autoridad sobre las naciones." Y en el 3:21 leemos: "Al
que venciere, le haré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
mi Padre en su trono."

En Lucas 19:12 Jesús les dice a sus discípulos: "No


temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le
ha placido daros el reino (davídico)". Y en Lucas 13:28
."Allí será el llanto y crujir de dientes, cuando veáis a
Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el
reino de Dios, y vosotros estéis excluidos." "Yo, pues,
os asigno un reino (el de David), como mi Padre me lo
asignó a mí." (Lucas 22:29).

Y también Jesús pronuncia la Parábola de la Diez


Minas para enseñar a sus discípulos que tendrán parte en su
gobernación mundial, obteniendo el control de ciudades
importantes. "Él le dijo: Está bien, buen siervo; por
cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades." (Lucas 19:17).

Como vemos, el Señor exige que seamos fieles a su causa


para tener derecho a participar en su gobernación mundial. El
apóstol Pedro dirá por su parte: "Por lo cual, hermanos,
tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y
elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis
jamás. Porque de esta manera os será otorgada
amplia y generosa entrada en el reino eterno de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo." (2 Pedro
1:10,11).

Y a los creyentes pobres, Santiago les dice:


"Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a

9
los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y
herederos del reino que ha prometido a los que le
aman?" (2:5).

Y Jesús dice también: "...Bienaventurados vosotros


los pobres, porque vuestro es el reino de Dios." (Lucas
6:20). "Mas buscad el reino de Dios, y estas cosas os
serán añadidas." (Lucas 12:31). Y también Jesús se dirige a
los ricos diciendo: "...¡Cuán difícilmente entrarán al
reino de Dios los que tienen riquezas!" (Lucas 18:24).

Y en otra ocasión Jesús se vio forzado a decir:


"...Ninguno que poniendo su mano en el arado mira
hacia atrás, es apto para el reino de Dios." (Lucas
9:62). Aquí Jesús está poniendo como condición el perseverar
en la fe para ganar el reino davídico. Y Pablo, por su parte, dice:
"...Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios." (Hechos 14:22).

A los efesios Pablo les dice: "Porque sabéis esto, que


ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es
idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de
Dios." (Efesios 5:5). Y el ladrón de la cruz le pide a Jesús:
"Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino." (Lucas
23:42).

Al Fariseo Nicodemo, Jesús le dice: "...de cierto, de


cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios...de cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios." (Juan 3:3,5). Y también dijo
el Señor: "No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos." (Mateo
7:21).

10
Como vemos, el reino de Cristo está en todas partes de la
Biblia. Es la esperanza central de la Iglesia. De hecho, los
teólogos están unánimemente de acuerdo que este es el tema
central de las Escrituras. Jesús habló de él desde el mismo
inicio de su ministerio (Marcos 1:1,14,15) hasta en el final de
él (Hechos 1:3,6,7).

11
Es un hecho indiscutible que Jesús vino para proclamar
el establecimiento del reino. En Lucas 4:43, él había revelado
a sus propios seguidores la razón por la cual su Padre le había
enviado al mundo hace dos milenios. Él les dijo:

"...es necesario que también a otras ciudades


anuncie el evangelio del reino de Dios; PORQUE
PARA ESTO HE SIDO ENVIADO." Sí, la misión de Jesús
fue la de proclamar su gobierno mundial, desde el trono del
reino de David. Él vino para anunciarlo y confirmarlo. Así lo
expresó Pablo cuando dijo: "Pues os digo, que Cristo Jesús
vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la
verdad de Dios, PARA CONFIRMAR LAS PROMESAS
HECHAS A LOS PADRES." (Romanos 15:8).

Es claro que Cristo NO vino a cambiar las promesas de


Dios escritas por los profetas del Antiguo Testamento. Y aunque
muchos cristianos contemporáneos pretendan decirnos que
Dios tiene otro programa para sus escogidos, lo cierto es que
Dios no cambia (Malaquías 3:6); y sus promesas antiguas se
cumplirán tarde o temprano.

Mientras que esperamos el cumplimiento de sus


promesas, la iglesia deberá estar pidiendo y buscando el reino o
gobierno mundial de Jesucristo en esta tierra. Jesús mandó a
que pidiéramos lo siguiente: "Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra...Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia..." (Mateo 6:10,33).

12
13
14

Você também pode gostar