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“Nuestra época no es la del arte de morir; sino la del arte de salvar la vida”
Esta frase de Nuland hace referencia al giro de la medicina actual. Con el predominio y
los avances de la técnica podemos prolongar la vida de las personas, pero NO
podemos dominar la muerte y parece preocuparnos bien poco, pues dirigimos
nuestras actuaciones hacia el objetivo de aumentar la esperanza de vida sin
detenernos, a veces, a sopesar la calidad de vida de los pacientes (“deshumanización”
de la medicina).
Tenemos que aprender a valorar y prestar atención a los cuidados de las personas al
final de su vida.
Fases de la enfermedad/tratamiento.
Las fases de la enfermedad las podemos dividir en:
- Curativa: cabe la posibilidad de curación;
- Paliativa: el enfoque terapéutico busca asegurar una calidad de vida lo más decente
y acorde posible con los criterios del paciente;
- Agónica (días/horas previas a la muerte del paciente): buscamos “calidad de muerte”.
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Alimentación e Sí Proporcionada No
hidratación
Agónica: la prioridad es la calidad de muerte del paciente, que muera sin dolor, sin
ensañamiento terapéutico, lo cual justifica que no se lleven a cabo medidas agresivas
y/o tóxicas. Incluso se pueden retirar las medidas de soporte, que pueden dar
problemas en esta fase (vómitos, por ejemplo).
Principio de Proporcionalidad:
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- Relación riesgo-beneficio:
El paciente tiene que ser informado y tener la posibilidad de elegir en base a:
- Efectividad: beneficio clínico (bienestar);
- Riesgo: dificultad técnica y complicaciones.
Hoy día parece primar la voluntad del paciente a pesar de que muchas veces no está
del todo claro e incluso hay que consultar al asesoramiento jurídico.
Enfermo terminal:
El enfermo se terminal se caracteriza por:
- Sufrir una enfermedad con ausencia razonable de curación. (Este parámetro no
está bien definido para todas las enfermedades; para el cáncer, sí).
- Seguir un curso progresivo e inevitable hacia la muerte, con síntomas
múltiples, intensos y cambiantes. (Proceso adaptativo físico y psicológico).
- Gran alteración emocional (a veces la familia requiere más atención que el
enfermo).
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El enfermo terminal es una persona vulnerable y frágil, un paciente que sufre. Por ello,
en su manejo, todos (usuarios y profesionales sanitarios) debemos exigir una atención
del más alto nivel médico y humano.
Por tanto, este esquema nos indica que tenemos que valorar todos estos aspectos
(“valorar las 6 áreas”) y aplicar las medidas necesarias para disminuir el sufrimiento:
- Amenaza: prestar atención, información y ayuda (sobre todo humana)
- Impotencia: darle información, participación en las decisiones, autonomía (muy
importante, si logramos disminuir la dependencia y la impotencia del sujeto, se sentirá
más autónomo, más útil, más vivo… y disminuirá su sufrimiento).
- Etc
Tipos de sufrimiento: [Sufrimiento = Amenaza + Impotencia]
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Por tanto, la atención debe ser integral y contemplar tanto al paciente como a la familia
y los profesionales sanitarios.
La intervención en la familia debe estar orientada a prevenir duelos patológicos. Una
mala atención al enfermo, una percepción excesiva de la agonía del mismo por parte
de la familia, etc, todo ello aumenta la probabilidad de desarrollar un duelo patológico
por parte de los familiares.
Así mismo, no debemos olvidarnos de cuidar al personal sanitario (establecer
programas para aliviar el sufrimiento) dado que son profesionales en contacto
constante con la muerte, lo cual supone un gran desgaste (burn out) profesional).
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VALORADA: Respeto.
La muerte tiene valor en sí misma. La comunicación con el paciente, la empatía, el
acompañamiento, la intimidad, la afectividad, el calor humano, la seguridad, la
confianza, la esperanza… son valores humanos que el médico debe ofrecer al
paciente y a los familiares, de modo que afronten la muerte con el menor sufrimiento
posible.
PD: Adjunto en un taco AP (número ____) dos artículos que el Dr. Valverde ha dicho que
leamos. Uno de ellos está escrito por personal de enfermería, el otro por médicos de atención
primaria. Dice que en esos textos viene reflejado muy bien todo cuanto nos quería transmitir
(habrá que leerlo… mas no creo que sea “texto a examen”).
Esta es mi última clase (de Hemato-Onco y de la carrera). Después de 5 años, no tengo la más
remota idea del balance global de mi trabajo como comisionista; sólo espero haberos facilitado
un poquito el vuestro como estudiantes.
Empezamos en 2º con Genética (con María.Z y Edu/EML, de ahí nació JAC&EML); luego
Epidemio (María.Z, Dr.Iglesias, JAC&EML) que aún hoy sigue vigente; 3º fue el “curso
coctelera” con AP y luego PG (JAC&EML, suma y sigue); en 4º nos decantamos por Qx-I (de
nuevo JAC&EML o Bombay&Limón); en 5º, EML se marchó a meditar sobre su relación con El
Puto, así que me uní a Eu Felices (Uro) y Pedro (NeuroQx). En 6º escogí Hemato porque me
gustaba, y me encuentro con las clases (tal vez) más difíciles de toda la carrera, pero con Olga
y Alicia es un placer trabajar. Edu en Farma invierte la firma de vez en cuando (y lo veo normal,
son lapsus, además, cada uno tira pa su casa. Pero la firma es como es: “JAC&EML”; y el
orden no es discutible, compadre).
En fin… si algo tengo muy claro es que el final de este largo y duro viaje en el que tanto (bueno
y malo) hemos compartido, es el comienzo de otra etapa nueva y mejor para JAC&EML, estos
dos compadres sibaritas de gustos casi idénticos no van a vender la “&” que los une por un
título de médico (ni siquiera por una botella de Sapphir Reserva, y eso que la tentación es
grande). De todas las personas que he conocido en Medicina y en la Universidad, Edu es de
las mejores (con diferencia).
Es un amigo que me llevo en corazón y del que me siento tremendamente orgulloso.
À tout à l'heure, mon ami, mes amis. Hasta siempre y suerte a tod@s. J. Abenza Campuzano