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1. HEMODERIVADOS
Los Hemoderivados son los productos obtenidos mediante la separación de la sangre total
en sus componentes.
Al fraccionar la sangre total en componentes podemos hacer un uso más racional de la misma ya
que cada componente se almacenará en las condiciones más adecuadas, aumentando así su
viabilidad, además se podrá transfundir el hemoderivado que requiera la situación clínica del
paciente.
Hemoderivados obtenidos a partir de una donación de sangre total:
• Sangre total.
• Concentrado de hematíes.
• Concentrado de plaquetas.
• Plasma fresco congelado.
• Crioprecipitado.
1.7. Aféresis
Las aféresis son procedimientos de donación en los cuales la separación de los componentes
se realiza durante la donación, de forma que sólo se le extrae al donante el producto deseado.
Estas donaciones se utilizan para la donación de plasma, plaquetas, plasma y plaquetas y
células progenitoras de sangre periférica. También se pueden realizar donaciones de
granulocitos o de linfocitos, pero estas son menos utilizadas.
Procedimiento: Se extrae la sangre del donante y se une a un anticoagulante, una vez
anticoagulada pasa a un sistema cerrado de centrifugación que lo separa en los diferentes
componentes, una vez separados, se almacena el producto de la donación y se devuelve al
donante la parte que no vayamos a recoger.
2. INDICACIONES DE LA TRANSFUSIÓN:
Todos los componentes sanguíneos tienen indicaciones claras de uso, cuando los utilizamos sin
estar indicados, estamos sometiendo al paciente a un riesgo innecesario ya que recibe todos los
efectos secundarios de una transfusión sin que le aporte ningún beneficio.
Una afirmación que debemos recordar todos es que:
UNA TRANSFUSION NO INDICADA ESTA SIEMPRE CONTRAINDICADA.
Para hacer un correcto uso de los componentes sanguíneos es necesario conocer las
indicaciones y los efectos secundarios y así, cuando indiquemos una transfusión, debemos
sopesar si las ventajas que le va a aportar al paciente son mayores que los riesgos que implica
recibir un componente sanguíneo.
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2.1.2. Exanguinotransfusión:
Es la única indicación clara de transfusión de sangre total. Además la sangre debe tener
menos de 5 días, y si es posible, menos de 48 horas. Actualmente se utiliza concentrados de
hematíes más su plasma que previamente ha sido fraccionado y congelado, los hematíes deben
tener menos de 5 días.
Cuando un paciente presente una hemorragia aguda, lo primero que debemos hacer es
conseguir 1 ó 2 vías I.V. y reponer la volemia con soluciones cristaloides o coloides.
Un paciente adulto previamente sano, puede tolerar hasta un 20% de pérdida de volumen
sanguíneo sin precisar transfusión.
Una vez restablecida la volemia y controlada la hemorragia, un adulto sano con una cifra de
hemoglobina entre 7 y 9 g/dL puede mantener una buena oxigenación tisular, sólo se transfundirá
si existen datos de hipoxia tisular. Cuando el paciente tenga antecedentes de enfermedad
cardiorespiratoria, es recomendable mantener unos niveles de hemoglobina por encima de 9 - 10
g/dL.
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• Anemias que no responden a tratamiento farmacológico:
En las anemias cuya etiología no es susceptible de tratamiento farmacológico (anemia
aplásica cronificada, Sd. mielodisplásicos...), debemos intentar que los pacientes
mantengan una cifra de hemoglobina que no les produzca sintomatología anémica.
- Si los niveles de hemoglobina se encuentran por encima de 10 g/dL, la transfusión casi
nunca está indicada.
- Si se encuentra entre 8 y 10 g/dL, los pacientes con alteraciones cardio-respiratorias
suelen necesitar una transfusión, preferentemente los que presentan cardiopatía
isquémica.
- En los pacientes con niveles entre 5 y 8 g/dL se debe transfundir siempre a los
pacientes con alteraciones cardio-respiratorias, los demás quedarán a juicio del médico
responsable pero si el paciente presenta sintomatología anémica, es conveniente
transfundir.
- Cuando el paciente presenta una cifra de hemoglobina menor de 5 g/dL, se le debe
transfundir siempre.
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2.2.4. Situaciones en las que NO se deben transfundir hematíes:
Nunca se deben transfundir hematíes como expansores plasmáticos, de manera profiláctica,
para mejorar el estado general del paciente, para darle antes el alta o como sustitutos del
tratamiento específico de cada anemia.
2.3. Plaquetas
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2.4. Plasma fresco congelado
2.4.1. Indicaciones absolutas:
• Púrpura trombótica trombocitopénica.
• Púrpura fulminante del recién nacido secundario al déficit de proteína C o proteína S.
• Exanguinotransfusión en neonatos, complementando a su concentrado de hematíes.
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• Edema agudo de pulmón no cardiogénico.
2. Efectos no inmunológicos:
• Sepsis.
• Insuficiencia cardiaca congestiva.
• Hemólisis no inmune.
2. Efectos no inmunológicos:
• Sobrecarga de hierro.
• Hepatitis B.
• Hepatitis C.
• SIDA.
• Infección por protozoos.
1. Efectos inmunológicos:
Fisiopatología:
1.-Respuesta neuroendocrina:
Los complejos antígeno-anticuerpo, producen la liberación de sustancias vasoactivas que
producen dilatación de las arteriolas y aumenta la permeabilidad capilar. También se estimula el
sistema nervioso simpático y aumentan los niveles de noradrenalina que producen la
vasoconstricción en capilares renales, esplénicos, pulmonares y cutáneos. El sistema de
complemento activado da lugar a una estimulación de mastocitos que liberan serotonina e
histamina, estas median los signos y síntomas clínicos de la reacción.
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libre y estromas eritrocitarios al plasma. Los estromas y la hemoglobina libre producen lesión de
los túbulos renales.
4.-Función renal:
El riñón resulta dañado por varias causas: hipotensión sistémica, vasoconstricción renal,
formación de trombos intravasculares, y la liberación de hemoglobina libre y estromas celulares.
La isquemia renal resultante puede ser pasajera o progresar a la necrosis tubular aguda.
Tratamiento:
Cuando se sospeche una reacción hemolítica aguda, se debe interrumpir inmediatamente la
transfusión, realizar un tratamiento intenso de la hipotensión y mantener un flujo sanguíneo renal
adecuado.
Se administrarán abundantes líquidos intravenosos, y diuréticos, también se puede
administrar manitol que es un diurético osmótico que aumenta el volumen sanguíneo y el flujo
sanguíneo renal. Si el enfermo entra en insuficiencia renal aguda, debe dializarse.
• Reacción febril:
Se define como un aumento de temperatura de 1ºC o más que tiene lugar durante una
transfusión y sin ninguna otra explicación posible.
Son producidos por anticuerpos en el plasma del receptor que reaccionan contra antígenos
leucocitarios o proteínas del plasma del donante.
Es la reacción más frecuente se produce en un 2-3% de las transfusiones.
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Suele aparecer durante la 1ª hora de la transfusión pero la podemos encontrar en cualquier
momento, incluso pasadas varias horas después de la misma.
Se debe diferenciar de la hemólisis aguda o de la sepsis. En las reacciones febriles el paciente
mantiene buen estado general y no se alteran el resto de las constantes.
El tratamiento consiste en parar la transfusión y administrar un antitérmico. Si el paciente
necesita seguir transfundiéndose se utilizará una unidad diferente.
Se realizará prevención de las reacciones febriles administrando un antitérmico antes de la
transfusión o utilizando productos libres de leucocitos o con filtro para leucocitos. Sólo se hará
prevención cuando el paciente haya presentado 2 reacciones febriles consecutivas.
• Reacciones anafilácticas:
Se produce después de la infusión de unos pocos mililitros de sangre. No se acompaña de
fiebre.
Se caracteriza por la presencia de tos, broncoespasmo, distress respiratorio, inestabilidad
vascular y shock.
Son muy raras y casi siempre se presentan en pacientes con deficiencia de IgA que han
desarrollado anticuerpos anti-IgA.
Tratamiento: interrupción inmediata de la transfusión, administración de adrenalina, corticoides
y líquidos IV.
A los pacientes que hayan presentado esta reacción se les transfundirá hemoderivados
provenientes de donantes que carezcan de IgA, también se pueden transfundir hematíes lavados
(se retira todo resto de plasma).
• Urticaria:
Se producen en un 1% de las transfusiones.
Se caracterizan por la aparición de lesiones urticariformes en la piel, sin otras manifestaciones
acompañantes.
Su tratamiento es la administración de antihistamínicos, posteriormente se puede reiniciar la
transfusión de la misma unidad.
Se previene administrando un antihistamínico antes de la transfusión.
2. Efectos no inmunológicos:
• Sepsis:
- Se produce cuando la unidad de hematíes o de plaquetas presenta contaminación bacteriana.
- Se produce un cuadro similar al de reacción hemolítica aguda.
- Se produce un shock séptico y se deben administrar inmediatamente líquidos IV y
antibióticos. Estas reacciones suelen ser fatales
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- La contaminación bacteriana de una unidad de hematíes es muy rara ya que se evita
almacenandolos a 4ºC. Actualmente son más frecuentes las sepsis debidas a contaminación
bacteriana de las plaquetas, que es más fácil que se contaminen, ya que se conservan a 22ºC.
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• Sobrecarga circulatoria:
- Se puede producir hipervolemia en pacientes cardiópatas o broncópatas que necesitan recibir
sangre, puede llegar a edema agudo de pulmón.
- Para que esto no se produzca es conveniente administrar diuréticos antes de comenzar la
transfusión en estos pacientes, y administrar cada unidad lentamente, (como máximo en 4 horas).
• Hemólisis no inmune:
- Se produce cuando se transfunde una unidad de hematíes hemolizada. Puede producir una
clínica similar a la de una reacción hemolítica aguda.
- La hemólisis de la unidad se puede producir por manipulación incorrecta del concentrado de
hematíes, como puede ser:
Calentar la unidad por encima de 37ºC.
Congelación de la unidad durante el almacenamiento.
Introducción de soluciones hipotónicas en la unidad de sangre.
1. Efectos inmunológicos:
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• Púpura postransfusional:
Complicación muy rara. Se produce en pacientes con aloanticuerpos antiplaquetas. Al recibir
un componente sanguíneo destruye las plaquetas del producto transfundido y las suyas propias,
produciéndose una trombopenia severa.
• Aloinmunización:
La transfusión de hemoderivados, consiste en la introducción en un paciente de un tejido (la
sangre) de otra persona y por tanto con antígenos diferentes a los suyos. Esto puede producir en
el receptor anticuerpos dirigidos contra los hematíes, plaquetas, leucocitos y proteínas
plasmáticas de los productos transfundidos.
Estos anticuerpos pueden producir complicaciones posteriores, como pueden ser:
• AC. Antieritrocitarios:
Reacciones hemolíticas inmunes.
Dificultad para encontrar hematíes compatibles en una transfusión posterior.
Reacciones hemolíticas postransfusionales.
• AC. Antiplaquetas:
Refractariedad a la transfusión de plaquetas.
Púrpura postransfusional.
Trombopenia inmune del recién nacido por anticuerpos antiplaqueta de la madre.
• AC. Antileucocitarios:
Reacciones febriles.
Refractariedad a la transfusión de plaquetas.
Edema de pulmón no cardiogénico.
2. Efectos no inmunológicos:
• Sobrecarga de hierro:
En los pacientes que reciben transfusiones periódicas, se puede producir hemosiderosis con
afectación cardíaca, hepática y de glándulas endocrinas con el consiguiente fallo de estos
órganos.
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ANTE TODOS LOS EFECTOS SECUNDARIOS NOCIVOS DE LA TRANSFUSIÓN DEBEMOS
RECORDAR SIEMPRE QUE UNA TRANSFUSIÓN INCORRECAMENTE INDICADA LO ÚNICO
QUE LE VA A APORTAR AL PACIENTE SON SUS EFECTOS INDESEABLES SIN APORTARLE
NINGUNA VENTAJA.
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