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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Corte Suprema de Justicia


Relatoría Sala de Casación Penal
Indice Primer Trimestre de 2001

NULIDAD-Técnica en casación/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-


Modalidades-Técnica

1. Aquellos eventos en los cuales se invoca la causal tercera del artículo 220 del
estatuto procesal penal, como aquí se aprecia, el impugnante está en la obligación de
ajustar el texto de la demanda a los requisitos contemplados en el citado artículo 225
ibídem.

De acuerdo con los anteriores postulados y al tenor del artículo 307 del Código de
Procedimiento Penal, el demandante debe señalar en forma clara la causal de nulidad
invocada, que con sujeción al artículo 308-6º del mismo estatuto no puede ser una
diversa de las previstas en artículo 304 ibídem, esto es, la falta de competencia del
funcionario judicial, la comprobada existencia de irregularidades sustanciales que
afecten el debido proceso o la violación del derecho de defensa; elemental exigencia
que desatendió el libelista al esforzarse por demostrar la existencia de una hipótesis
de anulación de carácter supralegal.

El recurrente debe indicar además en forma clara y precisa las razones en que se
funda el pedido de anulación citando las normas infringidas...

2. La causal de casación prevista en el numeral 1º, cuerpo 1º, del artículo 220 del
Código de Procedimiento Penal, modificado por la Ley 553 de 2000, contempla tres
variantes de la violación directa de la ley sustancial, esto es, la falta de aplicación o
exclusión evidente, la aplicación indebida, y finalmente la interpretación errónea.

En su alegación el demandante debe evitar incurrir en incompatibilidades,


incongruencias o desaciertos, y por tal razón, no resulta atinado desde la técnica que
rige la sede extraordinaria, invocar o combinar indistintamente esas diversas
modalidades, por el contrario, la exigencia de claridad y precisión necesarias para
propiciar de la Corte un pronunciamiento de fondo, impele a que el censor determine
en forma exacta el concepto de la transgresión, más aún, que al sustentarlo no acuda
a los razonamientos propios de otras de las modalidades.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
FECHA : 11/01/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Montería
PROCESADO : BARRIOS ARGUMEDO, FRANCISCO JAVIER
DELITOS : Peculado por extensión
PROCESO : 17013
PUBLICADA : Si

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior de


la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales

Siendo facultad legal del Consejo Superior de la Judicatura, contenida en el artículo 85


de la Ley 270 de 1.996, la de "fijar la división del territorio para efectos judiciales",
procedió a ello mediante Acuerdo 087 de 1.996, precisando, para los efectos que acá

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nos atañen, (Artículo 1º, numeral 7º), que el Distrito Judicial de Cali comprendía, entre
otros circuitos, el de Palmira.
Pero, siendo igualmente atribución de ese ente variar "la comprensión geográfica de
los Distritos Judiciales, incorporando a un Distrito municipios que hacían parte de otro",
(Artículo 89, numeral 6º, Ley Estatutaria de la Administración de Justicia), se emitió el
Acuerdo 619 de noviembre 18 de 1.999, que entrando a regir el 13 de enero del año en
curso, sustituyó los numerales 6 y 7 del artículo 1º del Acuerdo 087, incorporando el
Circuito Judicial de Palmira, que correspondía al Distrito de Cali, al de Buga.

Evidentemente, tal variación comporta un tránsito de procesos como quiera que en


esas circunstancias la competencia derivada del factor territorial sufre modificaciones,
pues, a pesar de la invocación que hace el Tribunal de Buga con respecto al artículo 5º
del Acuerdo 087, tiene definido la Sala, desde providencia del 12 de mayo de 2.000,
siendo ponente el Magistrado Dr. Carlos Eduardo Mejía, que "dicha disposición, como
parte del acuerdo 87, produjo todos sus efectos frente al mismo y resulta equivocado,
como lo propone el Tribunal Superior de Buga, que pueda aplicarse a la situación
creada por el acuerdo 619 de 1999. Obviamente que el artículo 5º anotado conserva
su vigencia, sólo que la misma se encuentra circunscrita a los términos del acuerdo de
que hace parte y -se reitera-es impropio pretender que se siga aplicando sin límite en
el tiempo.

"Ahora bien, aunque el Consejo Superior podía haber adoptado en el acuerdo 619 una
norma similar a la invocada por el Tribunal Superior de Buga para negar la
competencia, lo cierto es que no lo hizo así y simplemente definió su vigencia a partir
del 13 de enero del presente año, sin condicionamiento de ninguna naturaleza. Resulta
claro para la Sala, entonces, que el acto administrativo empezó a regir ese día y que
desde tal momento, en consecuencia, en virtud del principio general de que las
disposiciones sobre competencia son de cumplimiento inmediato, la segunda instancia
de los procesos del circuito de Palmira dejó de corresponder al Tribunal de Cali y quedó
atribuida al Tribunal de Buga".

En ese orden, modificada la comprensión territorial de los Distritos Judiciales de Cali y


de Buga con relación al Circuito de Palmira, al que pertenece el municipio de
Candelaria, es imperativo concluir que todo asunto, de primera o de segunda instancia,
por hechos cometidos en el mencionado circuito, que hubieren estado, a enero 13 de
2.000, al conocimiento de aquél Tribunal deben pasar al de la Corporación con sede en
Buga, a la que, por consiguiente, se le asignará la competencia de este proceso.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 16/01/2001
DECISION : Declara la competencia del tribunal de Buga
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : MORA VANEGAS, JAVIER
DELITOS : Homicidio preterintencional
PROCESO : 17427
PUBLICADA : Si

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior de


la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales/
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA/ COLISION DE COMPETENCIA

El artículo 257-1 de la Constitución Nacional le atribuye al Consejo Superior de la


Judicatura fijar la división del territorio para efectos judiciales y ubicar y redistribuir los
despachos judiciales. En desarrollo de dicha disposición la Ley Estatutaria de la
Administración de Justicia (270/96) estableció en el numeral 6º del artículo 89 la
posibilidad de variar, por razones del servicio, la comprensión territorial de los Distritos
Judiciales, incorporando a un Distrito municipios que hacían parte de otro, e
igualmente de variar la distribución territorial en el Distrito, creando, suprimiendo o
fusionando circuitos, o cambiando la distribución de los municipios entre estos.

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Dicha facultad constitucional, atribuida a la Sala Administrativa del Consejo Superior


de la Judicatura (art. 85-6 de la ley 270/96), es ejercida a través de actos
administrativos de carácter general, los cuales afectan sin ninguna duda el factor
territorial de la competencia. Fue lo que sucedió en el presente caso, donde a través
del Acuerdo 619 de 1999 el Circuito Judicial de Palmira fue sustraído del Distrito
Judicial de Cali e incorporado al Distrito Judicial de Buga.

Si cualquier variación en el territorio asignado a un Distrito o Circuito produce efectos


sobre la competencia, el Consejo Superior de la Judicatura en desarrollo de su función
administrativa está autorizado para incluir normas de tránsito que impidan los
traumatismos asociados a una decisión de esa naturaleza. Dichas normas, sin
embargo, deben ser entendidas como condiciones de vigencia del acto administrativo
y no como disposiciones asimilables a leyes sobre competencia.

Así las cosas, cuando el Consejo de la Judicatura expidió el Acuerdo 87 del 9 de mayo
de 1996, mediante el cual se fijó la división del territorio nacional para efectos
judiciales, lo que hizo en el artículo 5º fue precisamente introducir un límite a la
vigencia del nuevo mapa judicial, al disponer que los asuntos de segunda instancia
debían continuar a cargo de los despachos judiciales donde estuvieran, hasta la
terminación de la correspondiente actuación procesal que estuviera verificándose.

Dicha disposición, como parte del Acuerdo 87, produjo todos sus efectos frente al
mismo y resulta equivocado, como lo propone el Tribunal Superior de Buga, que pueda
aplicarse a la situación creada por el Acuerdo 619 de 1999. Obviamente que el
artículo 5º anotado conserva su vigencia, sólo que la misma se encuentra circunscrita
a los términos del acuerdo de que hace parte y - se reitera - es impropio pretender que
se siga aplicando sin límite en el tiempo.

Ahora bien, aunque el Consejo Superior podía haber adoptado en el Acuerdo 619 una
norma similar a la invocada por el Tribunal Superior de Buga para negar la
competencia, lo cierto es que no lo hizo así y simplemente definió su vigencia a partir
del 13 de enero del presente año, sin condicionamiento de ninguna naturaleza.
Resulta claro para la Sala, entonces, que el acto administrativo empezó a regir ese día
y que desde tal momento, en consecuencia, en virtud del principio general de que las
disposiciones sobre competencia son de cumplimiento inmediato, la segunda instancia
de los procesos del circuito de Palmira dejó de corresponder al Tribunal de Cali y quedó
atribuida al Tribunal de Buga.

En el orden de ideas señalado, se dirimirá la colisión de competencias propuesta


atribuyéndole el conocimiento del asunto a la Sala Penal del Tribunal Superior de Buga.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 16/01/2001
DECISION : Asigna competencia a tribunal de Buga
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : HOYOS BARRIOS, OSCAR EDUARDO
PROCESADO : BASTIDAS LIZ, EDINSON EFRAIN
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas
PROCESO : 17428
PUBLICADA : Si

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LIBERTAD PROVISIONAL-Causal 5ª: Dilaciones injustificadas

Las pruebas que han de solicitarse en una actuación deben ser pertinentes,
conducentes, eficaces, y quien no obra así al reclamar su práctica, no solamente está
actuando de manera contraria a lo dispuesto por el art. 251 del C.P.P. sino que además
desconoce uno de los deberes procesales que influye fundamentalmente en la
ejecución oportuna de los actos procesales: la lealtad.

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1. Las peticiones de quienes ahora reclaman la libertad provisional, se repite, revelan


una infracción al principio de la lealtad, norma rectora consagrada en el artículo 18 del
Código de Procedimiento Penal, lo que impide la concesión del beneficio de la libertad
provisional.

En situaciones como las que ahora se examina, la excarcelación se hace improcedente,


porque las razones por las cuales la audiencia pública no se ha realizado no obedecen
a criterios arbitrarios, o a una indebida actuación del operador de la justicia, por el
contrario, el Tribunal ha actuado conforme se lo imponen sus deberes legales y
constitucionales, y más bien las reclamaciones torticeras que en materia probatoria
presentaron quienes aspiran a la libertad han sido determinantes en el retardo del
debate oral, como acaba de precisarse en los párrafos anteriores.

La Sala, con criterio válido para el sub judice, acerca de los alcances del numeral 5 del
art. 415 del C.P.P., con auto del pasado 23 de marzo y ponencia del Magistrado doctor
CARLOS E. MEJIA ESCOBAR, sostuvo:

"(...). Lo prevalente es que el Estado administrador de justicia no haya dejado el


proceso abandonado a su propia suerte ni haya expuesto a irrazonable prolongación
de la privación de la libertad al acusado".

El acceso oportuno a la administración de justicia y la protección de la libertad frente a


las dilaciones injustificadas se desdobla en diversas consideraciones tanto objetivas
como subjetivas a las que debe acudir el Juez en cada caso concreto confrontando y
aplicando criterios de razonabilidad tales como la extensión temporal del período o
períodos de interrupción del trámite procesal, la apreciación axiológica del motivo, que
va desde la malicia hasta la falta de diligencia o la imprudencia, el cumplimiento de las
cargas probatorias respecto del carácter grave o irresistible de una petición de
aplazamiento, o las condiciones que den a un particular evento una connotación
especial

MAGISTRADO PONENTE: DR. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Segunda Instancia


FECHA : 16/01/2001
DECISION : Confirma providencia que nego libertad
provisional
PROCEDENCIA : Tribunal superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cúcuta
PROCESADO : PINZON GERARDINO, RAMON EMILIO
DELITOS : Peculado por apropiación, Prevaricato por acción,
Concusión, Falsedad ideológica en documento
público,
Prevaricato por omisión, Concierto para delinquir
PROCESO : 17894
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -

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ATIPICIDAD-Técnica para alegarla en casación/ INDAGATORIA-Interrogatorio/


RESOLUCION DE ACUSACION-Resolución de situación jurídica: No es
limitante/ TESTAFERRATO-Delito de conducta permanente/ DELITO
PERMANENTE

1. Al amparo de la causal tercera de casación el demandante censura la sentencia


porque desconoció la atipicidad de la conducta, en tanto para la fecha de adquisición
de los bienes que se reputan como de propiedad real de no estaba consagrada como
delictiva, con lo cual incurre en una evidente falta de técnica que impide examinar el
cargo porque, como lo tiene dicho la jurisprudencia de la Sala por lo menos desde la
sentencia de 27 de octubre de 1987, dictada en el proceso radicado 1729 con
ponencia del magistrado doctor Guillermo Duque Ruiz, y lo indica la lógica, "Cuando el

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actor sostiene la inexistencia o atipicidad del delito imputado al procesado, el reclamo


debe formularlo dentro del marco de la causal primera de casación por aplicación
indebida y no por la vía de la nulidad".

Y es apenas obvio que así sea, porque la ausencia de tipicidad conduce a que el fallo
de reemplazo que conforme al numeral 1º del artículo 229 del estatuto procesal debe
dictar la Corte no pueda ser sino absolutorio, en tanto que cuando se acepta como
demostrada la causal tercera -excepto cuando el vicio afecte exclusivamente la
sentencia demandada- debe declararse la nulidad de la actuación y señalarse en qué
estado queda el proceso, el cual, subsanada la irregularidad, continuará su trámite
normal.

2. Sobre este tema, ha dicho repetidamente la Sala que "nuestra Ley de Procedimiento
Penal no exige que al imputado se lo interrogue en términos técnicos de la dogmática
jurídica ni siquiera por el nomem juris de la conducta que se le atribuya y respecto de
la cual el Estado espera una explicación para el esclarecimiento de los hechos en
desarrollo de la garantía del pleno ejercicio de la defensa, sino que como lo dispone en
el artículo 360, una vez cumplidos los requisitos exigidos por el artículo 369, "el
funcionario judicial interrogará al imputado en relación con los hechos que originaron
su vinculación", esto es, sobre lo sucedido, sobre lo fáctico, valga decir, lo que él hizo,
para que precisamente con base en ello pueda establecerse la relevancia jurídica de lo
acontecido; de ahí precisamente el por qué, como lo ha sostenido desde antiguo la
Corte, esta clase de interrogatorios no pueden estar sometidos al empleo de
expresiones o frases sacramentales cuya omisión implique fatalmente una
irregularidad, pues el proceso de valoración de la conducta en punto de determinar su
trascedencia como injusto penal no va dirigida al destinatario de la ley punitiva,
entendido como quien está bajo el imperio de su cumplimiento, sino del funcionario
que el Estado ha delegado para su aplicación, debiéndose tener como sustento
precisamente los hechos, siendo ya de su función el sentido y alcance que les dé a los
mismos frente a los supuestos legales, orientando a partir de allí la proyección jurídica
que de ellos emane." (Sentencia de 3 de marzo de 1999, radicado 14.092, M.P. Dr.
Carlos Augusto Gálvez Argote).

3. Nada afecta la validez del proceso la circunstancia de que inicialmente al resolver


situación jurídica se hubieren encuadrado los hechos en la figura del enriquecimiento
ilícito (fl. 189 ib.) pero luego se dictara resolución de acusación por el delito de
testaferrato (fl. 70 C.O. 2) porque, según lo tiene definido la Sala, "lo que se califica a
continuación del cierre de la instrucción son los hechos que fueron objeto de la misma,
y sobre los cuales se indagó al sindicado, y para hacerlo el criterio que se hubiere
expuesto en la definición de la situación jurídica no constituye ninguna limitante, todo
lo contrario, si en ese pronunciamiento se hubiere cometido algún error, es la
oportunidad para subsanarlo" (Sentencia de única instancia, 31 de julio de 1997,
radicado 7830, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel).

4. Referidos todos a la violación directa de la ley sustancial por la aplicación retroactiva


del artículo 6º del Decreto 1856 de 1989 pues los bienes para cuya adquisición el
procesado prestó su nombre ocultando al verdadero propietario, (...), se compraron
antes del 18 de agosto, fecha en que empezó la vigencia del decreto en mención, la
Sala no encuentra razón para rectificar la que ya ha sido una consolidada y unánime
posición, expresada desde el auto de noviembre 9 de 1990 con ponencia del
magistrado doctor Édgar Saavedra Rojas y reiterada en autos de 12 de noviembre de
1998, radicado 14.852 y 23 de agosto de 2000, radicado 16.301, ambos con ponencia
del magistrado doctor Nilson Pinilla Pinilla, según la cual el testaferrato es "un delito de
conducta permanente, porque el delito se perfecciona, como ya se dijo, en el momento
en que por medio de contrato, escritura o cualquier otro medio legal, un bien pasa a
figurar como propiedad de quien realmente no lo es, pues se trata simplemente de una
persona que presta su nombre para que figuren en su cabeza bienes que en realidad
pertenecen a terceras personas. Y este delito continúa perfeccionándose mientras
subsista su condición de testaferro, puesto que el bien jurídico protegido por la norma
continúa vulnerándose mientras dure la ilícita simulación".

En estas condiciones, la aplicación del artículo 6º del Decreto 1856 de 1989 no es


retroactiva pues ella cobija el período en que, a partir de su vigencia, el testaferro
persiste en realizar la conducta que la nueva norma criminaliza.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001

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DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : RODRIGUEZ TORRES, JAIME
PROCESADO : TORRES, ELCIAS
PROCESADO : MARTINEZ ALDANA, LUIS EDUARDO
DELITOS : Testaferrato
PROCESO : 17091
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Debido proceso- Exigencias para su alegación/ PRUEBA-Los vicios


propios no se comunican a la actuación procesal/ ERROR DE HECHO-Falso
juicio de identidad y falso raciocinio/ PRUEBA-Valoración probatoria/ SANA
CRITICA-Pruebas/ TESTIMONIO-Prueba/ NULIDAD-Captura ilegal/ PRUEBA-
Ilegalmente incorporada: Técnica

1. Cabe precisar, inicialmente, que los reparos efectuados con estribo en la causal
tercera de casación por violación al debido proceso obligan al libelista a concretar la
clase de nulidad que se invoca, la forma como la irregularidad denunciada repercutió
en el trámite procesal, su incidencia en la sentencia que es objeto de reproche y el
momento procesal a partir del cual debe hacerse su declaración.
...

Sin embargo en sede de casación la solicitud de una nulidad por inobservancia de ese
principio, implica la existencia de una irregularidad que afecte derechos sustanciales
con incidencia en la estructura del proceso o en las garantías fundamentales. No se
trata de denunciar inconsistencias que hayan podido sucederse a lo largo de la
actuación, ni de emitir juicios acerca de los actos con los cuales el libelista no se
encuentre de acuerdo.

2. Si lo pretendido es demostrar que algunas de las pruebas que sirvieron de


fundamento al fallo de condena se practicaron con desconocimiento de las
formalidades legales consagradas para su incorporación, una irregularidad de tal
naturaleza no tiene ninguna incidencia en los actos procesales, toda vez que el vicio
que reviste no se comunica con el resto de la actuación. El efecto simplemente es que
torna inapreciable el elemento de convicción en si mismo, y a consecuencia de ello,
debe omitirse del análisis que en conjunto corresponde efectuar al juzgador.

Además, lo inconciliable del asunto es que la nulidad no es la vía que corresponde para
denunciar los vicios en la formación de las pruebas, sino la causal primera, por
violación indirecta de la ley sustancial, derivada de un error de derecho por falso juicio
de legalidad.

3. El error de hecho por falso juicio de identidad, como bien se sabe, versa sobre la
realidad material de la prueba, por lo tanto es de naturaleza objetiva. Surge cuando al
apreciarlo, se falsea su expresión literal, poniéndola a decir lo que ella en realidad no
dice o cuando se toma una parte como si fuera el todo, de donde la omisión de una
parte de su contenido desfigura su contexto, lo que conlleva a que se exprese algo que
en realidad no dice.

El error de hecho por falso raciocinio es apreciativo y surge cuando en la actividad


evaluadora de una prueba sujeta a persuasión racional se vulneran los postulados de la
sana critica.

En cualquiera de las dos hipótesis, el censor debe acreditar cuáles fueron las pruebas
que los juzgadores tergiversaron haciéndoles producir efectos probatorios diversos a
los que objetivamente revelan, mediante la confrontación entre el contenido del
elemento de convicción y la forma como fue asumida por los juzgadores y así
determinar las consecuencias que por tales circunstancias se verificaron en el fallo
recurrido.

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Finalmente debe señalar el libelista las normas sustanciales que resultaron infringidas
y el sentido de tal vulneración.

4. Importa sin embargo destacar que es deber del juzgador, al momento de evaluar el
recaudo probatorio, apreciarlo en su totalidad para esclarecer así lo que es objeto de
su conocimiento, pero igualmente puede desestimar en su mérito probatorio aquello
que no le brinde la certeza de lo que pretende probar.

En tales condiciones no se puede elevar a la categoría de error, el hecho de haberle


dado credibilidad a solo una porción del testimonio del señor (...) y haber desechado la
declaración extraproceso rendida ante Notario, porque dentro de las facultades del
juzgador está la de negarle valor probatorio a todo aquello que no le muestre
coherencia entre lo que se dice conocer y lo que se pretende demostrar.

5. Pregona el libelista la existencia de un falso juicio de identidad por omitirse las


reglas de la lógica y la experiencia. Sobre el punto en concreto cabe advertir, como en
otras oportunidades lo ha hecho la Sala, que cuando se trate de demostrar la omisión
de tales criterios que rigen la apreciación probatoria, no es posible controvertir la
actividad evaluativa plasmada en el fallo para anteponerla al personal del libelista, sino
para demostrar que las conclusiones a las que arribó el juzgador no son acordes a los
principios orientadores de la sana critica.

6. Si se trata de analizar la prueba testimonial es evidente que el juzgador debe tener


en cuenta diversos aspectos como las condiciones personales del deponente, su
relación con las partes en el proceso, la forma como se hace el relato de lo acontecido.
Lo que no se puede reprochar, como lo hace el libelista, es que fallador no tenga en
cuenta la finalidad propuesta por cada deponente, es decir, si su intención era causar o
no efectos nocivos en contra del procesado, porque precisamente para ello debe
utilizar su buen juicio. De allí que cuente con la potestad de otorgar valor probatorio a
aquellos elementos de juicio que lo lleven al convencimiento de la ocurrencia o no del
hecho, de acuerdo con su raciocinio, señalando aquellos que le signifiquen alguna
importancia o le resulten adecuados para el hecho que propone declarar como cierto,
siempre y cuando, se reitera, ese razonamiento no resulte caprichoso ni arbitrario.

7. De allí que la prolongación ilegal de la libertad no pueda elevarse como motivo de


una nulidad procesal porque en esos eventos lo indicado es invocar la acción pública
de habeas corpus o la libertad inmediata por captura ilegal, en el momento oportuno.
Si no se acudió a tales mecanismos en el momento en que se detectó esa situación, no
es posible denunciarlo a estas alturas, cuando el acto procesal se encuentra
plenamente convalidado con las posteriores actuaciones que a partir de allí se
surtieron.

8. Aduce sin embargo el libelista que a tales grabaciones se les dio el valor de indicio
para resolver la situación jurídica, para calificar el mérito del sumario y posteriormente
para proferir el fallo de primer grado.

Tal insinuación hace pensar que de no haber sido por esas grabaciones, otra habría
sido la suerte de su representado. Sin embargo tal presupuesto no resulta idóneo para
los fines de esta sede extraordinaria, porque no es suficiente con que el censor
identifique la prueba ilegalmente incorporada, sino que además debe señalar las
formalidades que no se tuvieron en cuenta para su aducción, así como la demostración
de la trascendencia del yerro en la decisión adoptada en el fallo censurado. En este
aspecto, es necesario que enfrente la totalidad de las pruebas arrimadas al plenario,
de tal manera que sea palpable que la exclusión del medio probatorio es determinante
para desarticular el juicio de responsabilidad declarado en las instancias.

Cumplido ese requerimiento, debe finalmente señalar las normas que se dejaron de
aplicar en la aportación de la pruebas y los preceptos sustanciales que por tal situación
resultaron desconocidos, así como el sentido de la violación.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : GARZON SALAZAR, MARLENY
PROCESADO : BAYER IDARRAGA, JOSE IVAN

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DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio


agravado
PROCESO : 13545
PUBLICADA : Si

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INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA/ RESOLUCION DE ACUSACION-


Circunstancias genéricas de agravación

Al cotejar la acusación con el fallo se observa armonía, pues se imputó fácticamente el


uso de varios documentos públicos falsos y la condena se produjo por el concurso de
hechos punibles de esa misma naturaleza, sin que la falta de una expresión, como si
tuviera que ser sacramental, o la no indicación de un precepto hayan impedido
conocer lo ostensible: que se endilgaba haber falsificado y utilizado un número plural
de documentos oficiales espurios, en cambio de los que, genuinamente producidos,
requerían las autoridades de tránsito de Turbaco.

Al respecto, la Corte en sentencia de fecha noviembre 2 de 1999 (rad. 13.588, M. P.


Carlos Eduardo Mejía Escobar), indicó:

"La incongruencia no se presenta cuando se condena por concurso homogéneo


(aplicando el artículo 26 del C. P.), siempre que los hechos configuradores del concurso
hayan sido derivados de la resolución de acusación."

Con relación al reproche de no haberse incluido en el pliego de cargos la preparación


ponderada de los hechos punibles, debe decirse que la acusación comprende la
imputación jurídica y la imputación fáctica y lo ideal es que las circunstancias
genéricas de agravación aparezcan determinadas, bajo esa doble perspectiva, en la
resolución de acusación. Pero la ausencia de mención de la norma que la consagra no
puede llevar al extremo de concluir la no concurrencia de la agravante ni que esta
omisión indefectiblemente impida tenerla en cuenta en el fallo.

En la resolución de acusación y en la de reposición parcial fue referida la compleja


conducta que los falsarios fueron desplegando, en una actitud que no es espontánea ni
improvisada, sino que requiere de cuidadosa confección y realización.

La Fiscalía hizo notar que el automotor llevaba ilegalmente diez años en el país y que
para su irregular legalización fueron esforzadamente falsificados varios documentos; la
gestora organizó la forma, la oficina de tránsito y el momento propicio como se
actuaría, todo lo cual revela preparación ponderada de los ilícitos (art. 66-4 C. P.). Al
aparecer imputada fácticamente esa circunstancia en el pliego de cargos, aun sin
señalar el precepto que la prevé, no se rompe la congruencia que debe reinar entre la
dos providencias. Exigir lo contrario sería darle prelación al formalismo exagerado e
inane, que está colocado bajo la prevalencia del derecho sustancial (arts. 228 Const. y
9° y 219 C. de P. P.).

Sobre dicho aspecto la Sala, en sentencia de fecha junio 17 de 1998 (rad. 9756, M. P.
Jorge Córdoba Poveda), expresó:

"Cuando el cargo se imputa, clara e indubitablemente, en el pliego acusatorio, pero por


inadvertencia se omite mencionar el precepto que lo describe, no se rompe la armonía
que debe existir entre él y la sentencia, pues ello implicaría sacrificar la sustancia por
el simple formalismo y lo esencial por lo adjetivo. De ahí que se estime conveniente
pero no necesario, la mención del artículo, parágrafo o inciso contentivo de la
agravante específica y de la agravante genérica no objetiva."

En síntesis, la ausencia de la denominación sacramental de la agravación punitiva o de


su nomenclatura, no significa que no se haya endilgado en la resolución de acusación,
cuando sí se refirieron los pasos que se fueron ejecutando para hacer posible la
compleja distorsión contra la fe pública; ni incluirla en la condena denota romper la
congruencia entre las dos providencias, ni que se impidiera al procesado defenderse
de tan manifiesta circunstancia de agravación.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : PATERNINA DE PATERNINA, NELLY ROSARIO
PROCESADO : HERNANDEZ DIAZ, JUAN ALFREDO
DELITOS : Uso de documento público falso
PROCESO : 15364
PUBLICADA : Si
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Salvamento Parcial de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio/ TESTIMONIO-


Error de inferencia, error de credibilidad/ PRUEBA-Principio de necesidad/
PRUEBA-Apreciación y desestimación/ INDICIO DE MENTIRA

1. A manera de aclaración previa debe decirse que los errores derivados de la


distorsión del contenido material de una determinada prueba, técnicamente llamados
de identidad, son sustancialmente distintos de los que provienen del desconocimiento
de las reglas de la sana crítica en la valoración de su mérito persuasivo, o en la
construcción de las inferencias lógicas de contenido probatorio, que la reciente
jurisprudencia de la Corte nomina de raciocinio.

El primero (de identidad), ha sido dicho por la Sala, se presenta cuando el juzgador, al
apreciar un determinado medio de prueba, distorsiona su contenido o expresión
fáctica, porque lo adiciona, cercena o altera, poniéndolo a decir lo que materialmente
no dice. Es de carácter esencialmente objetivo, contemplativo, y su demostración
implica hacer evidentes dos aspectos: 1) Que los fallos apreciaron la prueba
contrariando su texto o literalidad; 2) Que este desacierto condujo a una decisión
contraria a la ley.

El segundo (falso raciocinio), surge cuando el fallador, en el proceso de evaluación


racional del mérito de las pruebas, o en la construcción de las inferencias lógicas
obtenidas de ella, se aparta caprichosamente de las reglas de la sana crítica,
declarando por virtud de ese yerro una verdad fáctica distinta de la que revela el
proceso. Se diferencia del anterior por ser de valoración crítica, porque dentro del
proceso lógico de apreciación probatoria surge en un momento posterior al de su
contemplación material, porque supone el respeto por su contenido fáctico, y porque
su demostración impone acreditar no que los juzgadores distorsionaron su contenido,
sino que se apartaron de las reglas de la sana crítica.

2. Aunque ambos errores se sustentan en el desconocimiento de las reglas de la sana


crítica, su contenido y consecuencias son distintos, ya que mientras los errores de
inferencia suponen que la prueba es válida, y merece crédito, los de credibilidad
implican su desestimación como elemento de convicción, debiendo ser el contenido de
su demostración, en consecuencia, totalmente distinto.

Aparte de esta inconsistencia de carácter técnico, el cargo adolece de absoluta falta de


objetividad en su formulación, y alejado de los principios que rigen la apreciación
racional de la prueba, fundamentalmente de los que enseñan que la evaluación de un
determinado medio debe hacerse no a través de la extracción de frases aisladas de su
texto, como lo hace el demandante, sino de su contenido en general, y de su
confrontación con los demás medios de prueba, pues solo de esta manera puede
obtenerse una aproximación con su verdadero alcance, o su mérito probatorio.

3. Razón le asiste al casacionista cuando sostiene que la experiencia o vivencias


personales del juzgador no pueden servir de fundamento para declarar demostrado un

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

hecho en el proceso. Una tal postura contraría a el principio de necesidad de la prueba,


de acuerdo con el cual toda providencia debe apoyarse en medios legítimamente
incorporados a la actuación, e implica un error in iudicando, susceptible de ser
atacado, no por la vía del error de hecho por falso juicio de identidad, como lo plantea
el casacionista, sino de existencia por suposición.

4. Las otras dos críticas se fundamentan en interpretaciones muy personales que el


censor hace de expresiones descontextualizadas de la versión de la testigo, que
pretende hacer prevalecer sobre la apreciación objetiva e integral que los juzgadores
hicieron de la prueba allegada al proceso, postura que resulta infructuosa en sede
extraordinaria, en virtud de la doble presunción de acierto y legalidad que ampara las
decisiones de segunda instancia, y la libertad que la ley otorga a los juzgadores en la
labor de apreciación de la prueba.

(...)

El funcionario judicial, en el análisis que hace de la prueba testimonial, puede no solo


acogerla o rechazarla integralmente, sino parcialmente, atendiendo a los criterios de
apreciación racional, sin que ello implique, per se, el desconocimiento de las reglas de
la sana crítica, ni por ende, un error de apreciación probatoria, atacable en casación.

5. Es claro que la mentira puede ser indicativa de responsabilidad cuando no tiene


justificación, e involucra aspectos sustanciales de la investigación, o conduce a la
destrucción de una coartada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cúcuta
PROCESADO : FLOREZ GARZON, PEDRO ANTONIO
DELITOS : Homicidio, Encubrimiento
PROCESO : 13265
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DEFENSOR-Designación para la indagatoria/ DEFENSA TECNICA-Carencia


momentánea que no afecta garantías/ RESPUESTA INMEDIATA

1. La Corte ha insistido en que la designación de defensor de oficio únicamente para la


indagatoria carece de potencialidad para modificar la ley, que en el artículo 139 del
estatuto procesal penal establece que la designación hecha desde la indagatoria o en
cualquier momento posterior, debe entenderse efectuada para todo el proceso. Así,
atendiendo lo dispuesto por la normatividad vigente y según ha reiterado esta
Corporación, la extensión de la defensa se impone por ministerio de la ley y no está
sometida a la voluntad del instructor, ni del abogado designado, quien si es oficioso
está en la obligación de aceptar.

2. Tiene además establecido esta Sala, reiteradamente y sin disidencias, que en los
casos de ausencia temporal de la defensa técnica, el derecho se entiende restablecido
cuando el nuevo defensor puede ejercer adecuadamente los actos defensivos que
debieron ser realizados en ese interregno, puesto que ningún sentido tendría invalidar
la actuación para que la defensa profesional vuelva a tener una oportundiad que ya le
fue concedida

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : JIMENEZ ECHEVERRY, JOHN HARVEY
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 14211
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD-Exigencias


técnicas

1. La causal tercera de casación, que alude a la nulidad como supuesto de viable


alegato en la impugnación extraordinaria, como ha precisado de antaño la Sala, en
manera alguna resulta ajena a las exigencias técnicas que son propias de tal instituto,
pues también en dichos eventos constituye un recurso rogado regido por el principio
de limitación, de conformidad con el cual la competencia de la Corte está determinada
por lo alegado y razonado en la demanda, sin que puedan suplirse entonces las
deficiencias argumentativas en los reproches formulados a la sentencia.

Así las cosas, en tales eventos al demandante le corresponde identificar el vicio, las
normas que por razón de él fueron infringidas, la clase de nulidad que se configura y
consignar los fundamentos del ataque, pero también, en forma primordial para que el
cargo prospere, debe demostrar la trascendencia del error de actividad denunciado en
la sentencia recurrida; más aún y en lo particular, cuando la censura se concreta en la
omitida práctica de pruebas que el actor considera fundamentales para la defensa del
procesado, supuesto precisamente aquí alegado, le resulta necesario precisar qué
medios de convicción se dejaron de allegar o fueron denegados y acreditar su influjo
en el fallo impugnado, requerimientos que no fueron satisfechos por el impugnante en
el caso examinado, quien al plantear el reproche soslayó además la realidad
constatada en el proceso.

2. El demandante con referencia a los reconocimientos en fila de personas de su


asistido acusa el fallo impugnado de tener fundamento "en pruebas ilegalmente
producidas"; reproche en el cual el censor equivocó de manera ostensible la vía para
elevar el ataque conforme destaca el Ministerio Público, porque como tiene establecido
de antaño la Sala, "la ilegalidad de uno o de varios actos procesales de los que no
depende la validez del resto de la actuación procesal, es decir, que no trasciende la
estructura del proceso, no se remedia mediante la nulidad de éste, sino que debe
denunciarse por la causal primera, por error de derecho por falso juicio de legalidad,
pues no se está en presencia de un vicio in procedendo sino in iudicando" (sentencia
de fecha marzo 23 de 2000, H.M. P. Dr. Córdoba Poveda).

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : PALACIOS MOSQUERA, ALEXIS
DELITOS : Acceso carnal violento, Lesiones personales,
Hurto, Porte
de armas de defensa personal
PROCESO : 13006
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION DISCRECIONAL/ RESPUESTA INMEDIATA/ DEFENSA TECNICA-


Abandono de la gestión/ PRESCRIPCION/ ABANDONO DEL CARGO

1. En atención a que se procede a adoptar decisión de fondo dentro de un recurso de


casación discrecional, impera precisar que en tanto el cuestionamiento único
presentado por esta excepcional vía, versa sobre vulneración del derecho del
procesado a una defensa técnica y sobre esta específica temática jurídica la Sala ha
mentenido un criterio reiterado y unánime, como adelante se precisará con la cita de
los respectivos antecedentes, ninguna dificultad de orden legal o procesal se advierte
para que la solución de mérito se adopte a través de la alternativa legal prevista en el
artículo 226A del estatuto procesal penal, introducido a la legislación adjetiva por el
artículo 10 de la Ley 553 de 2000, si como consecuencia de la revisión del proceso se
puedan dar por plenamente cumplidos sus condicionamientos.

Superadas las etapas previas a la intervención de la Sala para la definición del asunto,
porque en su oportunidad se concedió el recurso excepcional al considerarse como
posible el desconocimiento del referido derecho y se admitió la demanda por estar
ajustada a las prescripciones legales, el análisis del cargo se cumple en condiciones
idénticas a la casación común, razón por la cual el anunciado mecanismo no resulta
excluído, como tampoco lo fue por disposición legal, pues de la preceptiva de la
especial normatividad, no puede concluirse que a esta alternativa pueda acudirse
exclusivamente en esos últimos eventos.

2. Ha sido criterio unánime y reiterado de la Sala, que la validez de la actuación se


resiente sustancialmente cuando el procesado ha carecido totalmente de defensa
técnica o la misma ha sido abandonada por el profesional a quien se encargó su
representación, siempre que esta última actitud no constituya estrategia defensiva.
Así se ha precisado, entre otras, en las sentencias de casación de fechas octubre 3 de
1996 (M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla, Rad. 9994), septiembre 18 de 1996 (M. P. quien
ahora cumple igual cometido, Rad. 11502), junio 3 de 1998 (M. P.Dr. Dídimo Páez
Velandia, Rad. 10003) y febrero 4 de 1999 (M. P. Dr. Ricardo Calvete Rangel, Rad.
11005).

También ha constituído criterio interpretativo adoptado en la misma forma, que la falta


de defensa técnica por abandono de los deberes deontológicos, no puede identificarse
con "la ausencia de actos tales como la interposición de recursos, la presentación de
alegatos, la solicitud de pruebas, etc. ..., pues si bien éstas suelen coincidir con
aquellas manifestaciones de la actividad defensiva, no constituyen en estricto sentido
más que eso, es decir que, como sucede en la mayoría de los casos, son apenas
aparentes expresiones del ejercicio de la defensa, que no siempre es dable confundir
con el derecho mismo, ya que éste puede frente a eventos particulares presentarse de
distinta manera y específicamente como estrategia defensiva, en modo alguno
comparable con aquella inactividad nugatoria de las posibilidades defensivas, en el
entendido de que en esta última hipótesis si podría estarse frente a una evidente
desatención irresponsable de los compromisos inherentes al defensor" (Casación de
marzo 30 de 2000. M. P.Dr. Carlos A.Galvez Argote, Rad. 13591).

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación Discrecional


FECHA : 18/01/2001
DECISION : Si casa, declara nulidad, declara prescripción,
ordena
cesación del procedimiento
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Montería
PROCESADO : ESPAÑA VERGARA, JESUS MARIA
DELITOS : Abandono del puesto
PROCESO : 14268
PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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JUEZ NATURAL/ JUSTICIA REGIONAL-Competencia y procedimiento: Ley 30


de 1986/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION-Comision de fiscales/ NON BIS
IN IDEM-Concierto para delinquir/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de
existencia:Reconocimiento fotográfico/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de
identidad y falso raciocinio/ SANA CRITICA-Pruebas/ DELITO PROVOCADO/
NARCOTRAFICO-Agravante: Circunstancias y modalidades del hecho punible/
DOSIFICACION PUNITIVA-Circunstancia genérica de atenuación/
CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA/ CONCIERTO PARA
DELINQUIR

1. El decreto legislativo 2790 de 1990 (modificado por el artículo 1° del decreto 099 de
1991 -14 de enero-), vigente desde el 20 de noviembre del mismo año, estableció en
su artículo 9° que correspondía a los Jueces de Orden Público el conocimiento en
primera instancia:

"11. De los procesos por los delitos contemplados en los artículos 32 y 33 de la Ley 30
de 1986, cuando la cuantía de las plantas exceda de dos mil (2000) unidades, la de
semillas sobrepase los diez mil (10.000) gramos y cuando la droga o sustancia exceda
de diez mil (10.000) gramos si se trata de marihuana, sobrepase los tres mil (3000)
gramos si es hachís, sea superior a dos mil (2000) gramos si se trata de cocaína o
sustancia a base de ella y cuando exceda los cuatro mil (4000) gramos si es
metacualona" (se ha subrayado).

Por su parte, el parágrafo del mismo artículo señala:

"PARAGRAFO. La competencia de los jueces de orden público comprenderá además el


conocimiento de las actuaciones y procesos en curso por los hechos punibles
atribuidos a ellos en este artículo, cualquiera que sea la época en que hayan sido
cometidos, y a sus delitos conexos, conservándose la unidad procesal en el evento de
que se extienda a otras jurisdicciones, con excepción de la de menores, así como de
los casos de fuero constitucional. En todo caso, la ley sustancial favorable, o la
procesal de efectos sustanciales de la misma índole, tendrá prelación sobre la
desfavorable" (Subrayado fuera de texto).

Significa lo anterior que los jueces de orden público, creados por medio del decreto
1631 de 1987, en virtud de las normas antes transcritas asumían competencia para
conocer de hechos delictivos ocurridos en cualquier tiempo (según el artículo 9°),
siempre que el respectivo proceso aún estuviera pendiente, sin perjuicio obviamente
de la aplicación favorable de la norma sustancial y de las procesales de efectos
sustanciales. Aunque ninguno de los numerales del artículo 9° examinado incluyen la
competencia para conocer del delito previsto en el artículo 44 de la ley 30 de 1986, el
parágrafo sí se refiere a los delitos conexos.

El mencionado precepto, con su modificación, fue adoptado como legislación


permanente por el artículo 4° del decreto 2271 de 1991.

Sobre la competencia y el procedimiento instaurado, conforme con las disposiciones


invocadas, y su acatamiento de la Carta Política, la Corte Constitucional, en la
sentencia C-093 de 1993, expresó:

"... En materia de la cabal fijación de competencias y procedimientos ordenada por el


legislador, la Constitución no establece límite alguno en cuanto hace al tema de la
vigencia de la ley procesal penal en el tiempo, pudiendo ésta ser retrospectiva dados
sus efectos generales y su característica de orden público.

"No obstante que esta disposición establezca que dicha competencia se ejerce sobre
hechos punibles cualquiera sea la época en que hayan sido cometidos, ella es
expresión de las mencionadas facultades del legislador; cosa bien distinta es la de la
eventual infracción al principio de la preexistencia normativa en materia penal, la que
tiene su ámbito de aplicación en materias como la definición legal y precisa de la
conducta punible y de la correspondiente pena. Esta última característica de la
normatividad penal es uno de los fundamentos del Estado de Derecho que no puede
ser objeto de desconocimiento o violación, ni por los jueces ni por el legislador y tal

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

evento no aparece en la hipótesis prevista por la norma acusada. En este sentido,


también se declarará la constitucionalidad del artículo 9°.

"..…" (M. P., Fabio Morón Díaz y Alejandro Martínez Caballero. Las subrayas por fuera).

En relación con las restricciones procedimentales establecidas en el artículo 13 del


decreto 2790 de 1990, la Corte Constitucional declaró su exequibilidad en la sentencia
C-040 de 1997, con ponencia del magistrado Antonio Barrera Carbonell, fallo en el cual
dijo:

"......; por tanto, existiendo razones como las que actualmente existen, bien puede el
legislador suprimir esta etapa física que es de debate y de confrontación dialéctica
sobre el material probatorio y sobre la interpretación de la ley, sin dejar de asegurar,
claro está, el derecho constitucional fundamental a la defensa y a la contradicción y sin
olvidar ni desconocer los presupuestos constitucionales del debido proceso penal como
son la presunción de inocencia y el derecho de ser oído y vencido en juicio".

Y agrega:

".... Lo importante es que el estatuto procesal penal prevea, como es el caso de


nuestro Código de Procedimiento Penal, una normatividad suficientemente garantista
del debido proceso que asegure la intervención de los sindicados o imputados a la
actuación procesal en sus fases de investigación y juzgamiento, con el fin de que
ejerciten su derecho de defensa, y obviamente, cuando aquellos no se hacen
presentes en dicha actuación no obstante haber sido citados en legal forma, tal
circunstancia no impide su juzgamiento.

"Tampoco la referida expresión implica la exigencia de que el juzgamiento deba


hacerse necesariamente en audiencia pública, pues éste puede llevarse a cabo
mediante la realización de actuaciones procesales escritas, según lo disponga el
legislador, a través del señalamiento de trámites especiales para el juzgamiento de
ciertos delitos, como ocurre con los previstos en el artículo 457 del C. P. P.

"En razón de lo anterior, por no violar las normas que se invocan ni ningún otro
precepto de la Constitución se declarará la exequibilidad del numeral 5 del artículo 71
del referido código" (Énfasis añadido).

De modo que el ordenamiento jurídico, como sistema de control social, está expuesto a
cambios que puede realizar soberanamente el legislador -ordinario o extraordinario- en
uso de la facultad constitucional de configuración, sin más restricciones que las
previsiones superiores de la Carta Fundamental (art. 150), limitaciones que ésta no
contempla para el caso de crear nuevos jueces o tribunales que se encarguen aún de
los procesos pendientes, pues se trata simplemente de ampliar la jurisdicción ordinaria
y de especializar algunos jueces dentro de la misma, aunque en relación con grupos de
individuos y conductas de especial connotación social, siempre indeterminados en su
número, lo cual preserva los rasgos de generalidad y abstracción que evitan la
transgresión al principio de igualdad, amén de que tal forma de regular los hechos no
comportaría el establecimiento de un juez especial ex post facto y con sentido
discriminatorio (Const. Pol., art. 29, C. P., art. 11 y C. P. P.

Ahora bien, la mera objeción de preexistencia del juez y de los procedimientos y la


incidencia del principio de la favorabilidad, como presupuestos constitucionales, ha
sido entendida por la Corte en los siguientes términos:

"La competencia y los procedimientos, en principio, obedecen a reglas legales


preexistentes, pero ello no obsta la aplicación general inmediata de los cambios
legislativos en dicha materia, pues se trata de un asunto con marcado interés público
en el cual el Estado no puede quedar maniatado ineluctablemente a una
predeterminación, mas en cada caso, como suele ocurrir en todo tránsito de legislación
estimulado bien por la derogación ora por la inexequibilidad, el funcionario judicial que
en últimas ostente la competencia deberá examinar la procedencia o improcedencia
de un eventual juicio de favorabilidad de la ley anterior o de la posterior, de acuerdo
con inciso 3° del artículo 29 de la Constitución. En suma, el examen de la garantía de
la favorabilidad en un evento concreto, bien en materia penal ora procesal penal de
efectos sustanciales, supone que se ha definido previamente el funcionario
competente y el procedimiento, elementos cuya determinación, conforme con lo visto,
corresponde siempre a la última ley adoptada (art. 10 C. P. P.)".

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Si bien puede pensarse que una ley procesal que contemple la audiencia pública
entraña mayor apertura en el debate, los efectos sustanciales en el caso deben
medirse en relación con las garantías fundamentales comprometidas en el acto y,
como el demandante no ha podido demostrar lo contrario, la defensa y la contradicción
quedaron satisfechas con el procedimiento sustitutivo previsto en el artículo 46 del
decreto 2790 de 1990 (modificado por el artículo 1° del decreto 099 de 1991), que es
el mismo del artículo 457 del Código de Procedimiento Penal (decreto 2700 de 1991).

Finalmente, sin solución de continuidad, el vigente Código de Procedimiento Penal


incorporó a la jurisdicción ordinaria (ya no con carácter excepcional sino ordinario
-aunque temporal-) a los jueces de instrucción y de conocimiento de orden público y
les conservó la misma competencia, conforme con lo dispuesto en los artículos 1° y 5°
transitorio y 71 del estatuto mencionado.

2. La insinuación de una supuesta ilegalidad de la competencia de la comisión de


fiscales que instruyó este caso, no tiene fundamento porque esa actuación plural para
investigar corresponde a la naturaleza de un organismo colectivo como es la Fiscalía
General de la Nación, concebido por el cambio de paradigma de una investigación
aislada acorde con apreciación de la misma índole de una delincuencia local, para
pasar a una investigación más en equipo y corporativa, como debe corresponder a los
desafíos de una criminalidad cada vez más empresarial y extendida. Es que la
conformación de comisiones de fiscales para investigar fue autorizada por el artículo
1°, numeral 12 de la Resolución 064 de 1992, como atribución propia de los fiscales
jefes de unidad, dictada por el Fiscal General de la Nación, con base en el artículo 22
del Decreto 2699 de 1991 (Estatuto Orgánico de la Fiscalía), normas cuya vigencia no
fue interferida por declaración de inconstitucionalidad o nulidad alguna.

3. Si la supuesta persecución múltiple por los mismos hechos de concierto para


delinquir partía de otras equivocaciones técnicamente relevantes, así debió precisarlo
el demandante, verbigracia al indicar que la violación al ne bis in idem derivó de la
ignorancia de la copia de la sentencia condenatoria anterior por el mismo hecho
punible que obraba en el proceso (error de hecho por falso juicio de existencia), o de
una interpretación amañada de lo que demostraba dicha prueba (error de hecho por
falso juicio de identidad), o por la errónea consideración múltiple (sin discusión
probatoria) de hechos jurídicamente unitarios (violación directa por aplicación indebida
o interpretación errónea).
...
Basta la concertación de voluntades de dos o más personas para cometer delitos,
pues, "por ese solo hecho", incurren en el delito de concierto para delinquir, sin que
sea necesario avanzar hasta las bases, la jerarquización, los métodos y códigos
preestablecidos y el poderío criminal de una organización delictiva como los
denominados carteles de la droga, aunque la existencia de esta reconocida clase de
sociedades delictivas con mayor razón dan lugar al hecho punible en cuestión.

Resulta suficiente que haya un acuerdo de voluntades para cometer delitos de manera
indeterminada, porque no existe la figura autónoma cuando el plan se refiere a un
delito concreto o a un número determinado de delitos que tienen anticipadamente
definidos los lugares, el tiempo, las modalidades y las víctimas, pues en tal caso se
hablaría de concurso de personas y de hechos punibles. Es la indeterminación lo que
hace sentir amenazada, en incertidumbre o intranquila toda la comunidad o un grupo
significativo de ella, como el ingrediente que pone a trascender la conducta a la
seguridad pública, otro bien jurídica e independientemente protegido por la ley.

Mas, esa zozobra e intranquilidad no se sienten sólo cuando actúan grupos delictivos
de reconocida catadura, por sus obras espectaculares o su trayectoria, sino que el
peligro se cierne desde la misma fecha y hora de la aproximación colectiva de
voluntades para cometer delitos, pues este ingrediente subjetivo es el que da la idea
de cierta estabilidad y no de un mero pacto transitorio para cometer uno o varios
delitos.

De modo que, a la luz de la estructura típica del concierto para delinquir y del bien
jurídico protegido, no es necesario detectar los componentes y la dinámica propia de
una verdadera organización criminal, sino que es suficiente el consentimiento
recíproco respecto de la comisión indeterminada de delitos.

Por ello, fáctica y jurídicamente es posible la comisión del delito de concierto para
delinquir cada vez que, a pesar de que los sujetos se hallan inmersos dentro de la
actividad global del narcotráfico, planean realizar un número indeterminado de
exportaciones de droga (que lo es de delitos de tráfico de estupefacientes) por una

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

nueva ruta o con la incorporación de nuevos socios en el negocio ilícito, porque


subjetiva y objetivamente se satisface la estructura típica del artículo 186 del Código
Penal, en la medida en que varias personas se han concertado y lo han hecho en torno
a un número plural e indeterminado de conductas delictivas. No se trata simplemente
de acordar un nuevo y concreto acto de narcotráfico, sino de proyectar un número
indefinido de ellos en nuevas y diferentes condiciones. De igual manera, así esté
descartada de antemano la presencia del nuevo socio en otras rutas dominadas por la
organización, lo cierto es que ha prestado su voluntad para explotar indefinidamente el
negocio ilícito en uno de sus frentes y no meramente para una o varias operaciones
determinadas.
...
Sin embargo, como la pretensión es que se remueva la doble acusación por el delito de
concierto para delinquir, bajo el supuesto de que el hecho de esa índole que se juzga
en este proceso ya lo fue en otro que culminó con sentencia anticipada, lo cierto es
que la aspiración exige dos condiciones: primero, que el supuesto fáctico del concierto
para delinquir en la ruta Colombia-Costa rica-Estados Unidos, mediante el envío de un
mil kilos de cocaína, haya sido debatido o admitido en el otro proceso; y, en segundo
lugar, que en la sentencia correspondiente dicho hecho haya sido realmente
considerado como una parte de un delito único de concierto para delinquir.

4. Desde el punto de vista probatorio, es posible distinguir tres situaciones: el


reconocimiento a través de fotografías como acto de investigación autónomo; el
mismo reconocimiento como parte de la declaración del testigo; y el reconocimiento
como hecho pasado acreditado por medio de prueba testimonial (C. P. P., arts. 368 y
369).

En parte alguna de la sentencia cuestionada se afirma la existencia de un


reconocimiento fotográfico hecho a la manera de diligencia autónoma o como un
momento de la declaración del testigo (...), sino del testimonio de éste que da fe de
varios hechos pasados percibidos por él, incluida la identificación, entre varias
fotografías exhibidas por los agentes norteamericanos, que el declarante hizo del
procesado (...), quien se le había presentado como "Manuel" durante la entrevista
personal que ellos sostuvieron en la ciudad de Cali.

5. Ahora bien, violar el sentido objetivo de la prueba, tras poner en su contenido una
expresión que no le corresponde, constituye un error de hecho (no de derecho),
denominado falso juicio de identidad, porque incide en la materialidad misma del
medio de convicción. Otro es el error de hecho por falso raciocinio (impropiamente
denominado por el censor como error de derecho), que ocurre durante el proceso de
valoración de la prueba, como consecuencia del desconocimiento abierto de las reglas
de la sana crítica, pero que supone la integridad material del medio probatorio.

El contrasentido es obvio: ¿las falsas inferencias del fallador sobre el reconocimiento


fotográfico provienen de una distorsión del contenido objetivo de la prueba testimonial,
o son una consecuencia del inadecuado manejo de las reglas de la sana crítica?. Los
yerros son distintos no sólo en su apreciación jurídica y ontológica sino también en su
proceso demostrativo, porque en el primero (falso juicio de identidad) basta una
descripción comparativa entre lo dicho en el texto original de la prueba y la evocación
narrativa que de ella hace el fallador; mientras que en el segundo (falso raciocinio) ha
menester avanzar en inferencias lógicas o de experiencia común o científica, sin tocar
la materialidad de la prueba.

6. El desenvolvimiento de este cargo tiene como nota distintiva la exaltación de los


juicios de valor que, en criterio del demandante, debieron prevalecer para configurar la
sana crítica de la prueba, mas se echa de menos el objeto de ataque que son las
motivaciones del fallo cuestionado. Es decir, si la censura consiste en que la sentencia
no hizo una evaluación racional y conjunta de la prueba, lo primero que debe atacarse
es la justificación que sobre el particular hizo el fallador, con el fin de demostrar que
ella es ilógica e insuficiente, antes de proponer la valoración que en sentir del
impugnante debió imperar, pues sólo así se cierra la demostración de los errores de
hecho que legitiman la casación, dado que ésta constituye un juicio sobre el juicio y no
una nueva instancia judicial. De otra manera, aunque el censor anuncie que trata de
evitarlo, lo único que resulta claro es una confrontación de criterios en la cual se
impone la racional soberanía judicial para evaluar las pruebas.

7. Delito provocado o agente provocador. A través de la causal primera de casación,


como violación directa de la ley sustancial, el demandante expone que el fallo ha
desconocido la figura del "delito provocado" o "agente provocador", la cual genera
jurídicamente una situación de inidoneidad de la conducta del procesado respecto de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la efectiva realización típica de los ilícitos por los cuales se condena (ausencia de
injusto típico por falta de antijuridicidad material o lesión siquiera potencial a los
bienes jurídicos tutelados por los tipos penales aplicados, así como por falta de dolo
consumativo por parte del provocado, ya que la causalidad fue enteramente
desencadenada por terceros -"los agentes provocadores"- y no por la conducta del
acusado).
...
El impugnante distingue entre una provocación concreta y otra de carácter genérico,
pero bajo el supuesto equivocado de que la provocación aquí examinada es una forma
de inducción o determinación, cuando claro es que los agentes no tenían comunidad
de designio criminal con los integrantes de la organización criminal infiltrada, sino que
pretendían ponerla al descubierto y preconstituir de esa manera prueba en su contra.
...
La actuación de los investigadores de los Estados Unidos de América no se orientaba a
hacer nacer una organización criminal ya existente, sino a aprovechar algunos de sus
consabidos planes y operaciones para preconstituir prueba en contra de sus miembros.
Además, es claro que los "provocadores" no sabían de dónde saldría o cómo se
produciría la droga que se transportaría de Colombia a Costa Rica; tampoco la
dispusieron y embalaron para ser trasladada; no sabían de la embarcación que la llevó
a Costa Rica; no proporcionaron el medio de transporte ni conocían los tripulantes; no
tuvieron ningún control del estupefaciente durante dicha travesía oceánica ni conocían
el punto exacto al cual llegaría el cargamento, pues (...) fue avisado y conducido por
un miembro del "cartel de Cali", cuando ya la droga se hallaba en el sitio "Playa
Herradura". Toda esta infraestructura física y personal, suficiente para consumar el
hecho delictivo de sacar droga del país, la poseía y estuvo enteramente dominada por
los miembros de la organización criminal infiltrada (sin interferencias de los
"provocadores"), quienes pusieron la droga en Costa Rica, pero jamás revelaron la ruta
desde Colombia a dicho país.

8. El hecho de que el sentenciador sólo haya declarado la concurrencia de una


circunstancia genérica de atenuación punitiva, no obliga ipso jure la imposición del
mínimo de la pena, pues expresamente el artículo 67 del Código Penal pone a salvo "lo
dispuesto en el artículo 61" del mismo ordenamiento, y este último texto considera
como criterios para medir judicialmente la pena no sólo las circunstancias de
atenuación o agravación previstas en los artículos 64 y 66, sino también la gravedad y
modalidades del hecho punible, el grado de culpabilidad y la personalidad del agente.

Ello se debe a que existencialmente es posible hallar otras circunstancias de mayor


gravedad del delito, no tipificadas expresamente en el artículo 66, de las que también
debe ocuparse el juez por mandato del artículo 61, máxime si en veces pueden tener
mayor trascendencia nociva como en el caso examinado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RODRIGUEZ OREJUELA, MIGUEL ANGEL
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Concierto para delinquir
PROCESO : 14190
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Procedencia/ CAMBIO DE RADICACION-Orden


público

1. Como reiteradamente lo ha señalado la Sala, el instituto seleccionado por los


peticionarios encuentra su razón de ser en la necesidad de garantizar la
independencia de la administración de justicia, ajena a cualquier factor que pueda
incidir en el debido proceso, en la vida del justiciable o en el orden público. Por
constituir una medida de carácter excepcional y residual por virtud de la cual con la

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

finalidad señalada se alteran las reglas generales de competencia desde la óptica del
factor territorial, su procedencia queda ligada a la demostración de que en el lugar
donde se adelanta el proceso existan factores "que puedan afectar el orden público, la
imparcialidad o la independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su integridad
personal", eventos estos taxativamente señalados en el artículo 83 del citado estatuto
adjetivo.

2. Como repetidamente lo ha dicho la Sala, "en las condiciones actuales del país
resultan comunes en mayor o menor intensidad a casi todos los departamentos que lo
componen", per se, no sustentaría la eventual procedencia del extrañamiento del
proceso de su sede natural, en tanto que su aceptación implicaría en la práctica una
parálisis generalizada de la administración de justicia.

Sin embargo, las particularidades mismas de los hechos objeto de investigación y


especialmente la calidad de los sujetos activos y pasivos de los injustos imponen un
análisis conjunto, dado el innegable vínculo que existe entre la referida situación de
orden público y los motivos que se aducen para lograr el desplazamiento del proceso
hacia un distrito diferente, con incidencia negativa en el normal trámite de la causa.

En efecto, como lo han señalado los defensores en afirmación respecto de la cual no


existe motivo de descalificación, el cabal ejercicio de la defensa se ha visto limitado
porque su acceso al expediente no puede cumplirse en condiciones normales, pues
para ello deben previamente obtener protección de la institución militar a la cual
pertenecen los acusados e incluso cumplir los desplazamientos en los vehículos de
guerra que allí les suministran, todo para proteger sus vidas.

A la afectación del derecho de defensa también han hecho referencia algunos de los
soldados acusados para indicar que la perniciosa influencia de los grupos subversivos
de que aquí se ha dado cuenta, ha impedido en la práctica lograr que profesionales
del derecho por designación propia asuman su representación, la que parcialmente se
cumple a través de la "Asociación de Abogados del Ejército", con la limitación en
cuanto a la libertad de acceso al expediente ya referida.

Dentro de este mismo contexto y ya en cuanto tiene que ver con la etapa de
juzgamiento que aún resta por cumplir, resulta de recibo el planteamiento de los
soldados profesionales referido a las pruebas a practicar, en tanto que por temor a las
represalias de los sediciosos de cuyas filas formaban parte los occisos, como probable
se ofrece su deserción o su intimidada comparecencia, todo lo cual atenta contra los
fines de la investigación y el derecho de defensa de los procesados.

Desde luego que la grave situación de orden público en este particular asunto tampoco
ofrece garantías para un normal desarrollo de la audiencia pública de juzgamiento,
porque la presencia allí de los soldados, indispensable por su condición de detenidos,
crea una situación especial de riesgo no razonable para éstos y para los encargados de
realizar la defensa.

Así, como en este caso sin dificultad se concluye que el territorio donde actualmente
se tramita el juicio es en extremo hostil para su normal desarrollo en la medida en que
las condiciones de orden público allí imperantes afectan negativamente las garantías
procesales de los acusados tanto como la seguridad e integridad personal de los
mismos, lo aconsejable es acceder al cambio de radicación impetrado, tal como lo
tiene previsto el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Cambio de Radicación
FECHA : 18/01/2001
DECISION : Accede al cambio al distrito judicial de Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del Circuito
CIUDAD : Saravena - Arauca
PROCESADO : ORTEGA PADILLA, OSCAR FERNANDO
DELITOS : Secuestro simple, Homicidio
PROCESO : 17933
PUBLICADA : Si

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SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir/ COLABORACION EFICAZ-


Acuerdo previo con la Fiscalía: No genera derechos

1. Como lo tiene dicho la jurisprudencia de la Sala, la limitación que en el tema de


impugnación introduce el numeral 4º. del artículo 37 B del Código de Procedimiento
Penal es plenamente aplicable a la casación, de manera que en esta sede, cuando el
procesado se ha acogido a la sentencia anticipada prevista en el artículo 37 del mismo
estatuto, éste o su defensor sólo podrán discutir "la dosificación de la pena, el
subrogado de la condena de ejecución condicional y la extinción de dominio sobre
bienes" y también, claro está, la violación de garantías fundamentales.

Como la demanda presentada por el defensor de (...) pretende que se case la


sentencia precisamente porque, en su entender, se dictó en un juicio viciado de
nulidad pues a su protegido no se le informó oportunamente de los beneficios
consagrados en el artículo 369 A del Código de Procedimiento Penal, no hay duda que
el aludido interés para recurrir existe y por ello, tanto como por cumplir con los demás
requisitos simplemente formales consagrados en el artículo 225 C.P.P., se declaró
ajustada por auto del 30 de enero de 1997.

2. Se trata de una negociación en la que el Fiscal General de la Nación o el fiscal que


éste designe "podrá acordar" el reconocimiento de uno o varios de los beneficios que
la citada norma enuncia, a cambio de que el incriminado asuma alguna de las
conductas enumeradas en la disposición que, para el sub judice, se concreta en la
"presentación voluntaria ante las autoridades judiciales", causal que si bien se
encuentra derogada por el artículo 26 de la Ley 365 de 1997, de regir este caso podría
aplicarse ultraactivamente como que fue durante su vigencia que se tramitó este
proceso.

El solo concepto de "negociación", que no se halla vinculado por ejemplo a la figura de


la sentencia anticipada a la que pretende el demandante equiparar la de los beneficios
por colaboración, es extraño a la idea de "derecho" en los términos planteados por el
libelista, como que ni siquiera el pacto que celebren fiscal y procesado implica para
éste la consolidación del beneficio, que requiere, adicionalmente, la aprobación del
juez competente.

Tampoco resulta admisible que una facultad transaccional que la ley le confiere al
Fiscal General de la Nación, en desarrollo de una política criminal del Estado que
pretende disminuir la impunidad, pueda implicar para el sindicado o procesado un
derecho, como no sea exclusivamente el de obtener respuesta a la solicitud de
negociación que le formule al fiscal.

Entonces, desvirtuado el carácter que quiere darle el demandante, la ausencia de


información a la persona que rinde indagatoria no entraña desconocimiento de las
garantías procesales, como no lo genera, tampoco, el que no se le expresen las
ventajas punitivas que podría obtener si decidiera acogerse a la sentencia anticipada.
Ni una ni otra advertencias, por lo demás, se encuentran previstas entre las que el
artículo 358 del estatuto procesal manda hacer al indagado previamente al
interrogatorio.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 22/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : ABELLO MORALES, JOHN URIEL
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 12732
PUBLICADA : Si

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EJECUCION DE LA SENTENCIA-Condenado con fuero/ LIBERTAD


CONDICIONAL-Requisitos

1. Es competente el Tribunal Superior de Cali para actuar como juez de ejecución de


penas, en primera instancia, en el presente asunto, y en consecuencia, esta Sala, en
segunda instancia, por haber adelantado el juzgamiento del procesado (...) en razón de
un fuero, sustentado en el respeto por la dignidad de la investidura de Fiscal Seccional
que ostentaba, cuyos efectos no desaparecen con la ejecutoria de la sentencia emitida
en contra del aforado.

2. El artículo 72 del Código Penal dispone que el Juez puede conceder el subrogado de
la libertad condicional al condenado, entre otras frente a la pena de prisión que exceda
de dos años, "siempre que su personalidad, su buena conducta en el establecimiento
carcelario y sus antecedentes de todo orden, permitan suponer fundadamente su
readaptación social".

Para acceder a tal beneficio, el artículo 515 del estatuto procesal penal, señala que
quien se hallare en tales circunstancias, puede solicitarlo, "acompañando la resolución
favorable del consejo de disciplina, o en su defecto del director del respectivo
establecimiento carcelario, copia de la cartilla biográfica y los demás documentos que
prueben los requisitos exigidos en el Código Penal…".

Lo anterior tiene su razón de ser, en las políticas del Estado sobre el tratamiento
penitenciario, en aplicación del sistema progresivo, según lo contempla el título XIII del
Código Penitenciario y Carcelario, puesto que en caso de incumplir el penado con las
obligaciones previstas en el programa de institución abierta, en beneficios
administrativos tales como libertad o franquicia preparatorias, del cual estuviere
disfrutando, se le revoca no sólo el correspondiente beneficio, sino que pierde el
derecho a la libertad condicional, según lo estatuye el artículo 150 de la ley 65 de
1993.

No obstante dichos requerimientos, el a quo resolvió la petición de libertad, sin que el


solicitante hubiera allegado tal documentación, con lo cual se pretermitió el debido
proceso, ya que ante la ausencia de tales requisitos formales, que tampoco
oficiosamente ordenó allegar el Tribunal, se dejó de lado la posibilidad de analizar el
concepto del grupo interdisciplinario, que hubiera sido conveniente consultar desde
tiempo atrás, al quedar en firme la sentencia condenatoria, para la aplicación del
tratamiento respectivo, según lo estatuido por el artículo 504 del Código de
Procedimiento Penal, para contar con un concepto escrito bien fundamentado, así
como con la cartilla biográfica del peticionario, que den adicional idea sustentada de
la evolución a lo largo del tratamiento penitenciario.

Con tal omisión, considera la Sala que se incurrió en la causal de nulidad señalada por
el artículo 304-2 del estatuto procesal penal, por lo cual se dispone invalidar lo actuado
a partir, inclusive, de la providencia recurrida, fechada el 31 de octubre de 2000,
ordenando la devolución de las diligencias al a quo para que previo el cumplimiento de
los requisitos exigidos por el artículo 515 ibídem, entre a resolver la petición de
libertad condicional.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 23/01/2001
DECISION : Declara la nulidad de lo actuado a partir de la
negativa
de libertad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : AGUDELO LOPEZ, ROBIL ANTONIO
DELITOS : Cohecho propio
PROCESO : 18022
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Acuerdo Bolivariano/ EXTRADICION POSITIVA-


Concepto de la Corte Suprema de Justicia/ EXTRADICION POSITIVA-Prueba-
Marco jurídico que ha de regular el trámite/ EXTRADICION POSITIVA-Trámite
interno impartido al proceso en el país requirente

1. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia conceptúa que los instrumentos


internacionales aplicables al caso son el Acuerdo Bolivariano sobre Extradición,
suscrito en Caracas el 18 de julio de 1911 y la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita en Viena el
20 de diciembre de 1988, los cuales se encuentran aprobados y ratificados por las
Repúblicas de Colombia y del Perú.

Los instrumentos internacionales mencionados prevén que el trámite de extradición,


en los respectivos países signatarios, se rige por la legislación interna de cada uno de
ellos.

Al respecto la Ley 26 de 1913 (aprobatoria del Acuerdo Bolivariano sobre Extradición,


suscrito en Caracas el 18 de julio de 1911), señala en el inciso tercero del artículo VIII
que "La extradición de los prófugos, en virtud de las estipulaciones del presente
Tratado, se verificará de conformidad con las leyes de extradición del Estado al cual se
haga la demanda".

Del mismo modo, la Ley 67 de 1993 (mediante la cual se aprueba la Convención de las
Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas,
suscrita en Viena el 20 de diciembre de 1988), establece en el párrafo 5º del artículo
6º que "La extradición estará sujeta a las condiciones previstas por la legislación de la
Parte requerida o por los tratados de extradición aplicables, incluidos los motivos por
los que la Parte requerida puede denegar la extradición".

2. La Corte, en ejercicio de su competencia a estos efectos atribuida por los referidos


instrumentos internacionales, y conforme a las previsiones del artículo 558 del Código
de Procedimiento Penal, las cuales resultan aplicables por disponerlo así los Tratados
Públicos que rigen el caso, como se deja visto, debe emitir su concepto con
fundamento en la validez formal de la documentación presentada, la demostración
plena de la identidad del solicitado, el principio de la doble incriminación, la
equivalencia de la resolución proferida en el país requirente y, cuando fuere el caso, en
el cumplimiento de lo dispuesto por los tratados públicos.

3. Las pruebas cuya incorporación o práctica se demande durante el trámite, de


acuerdo con la oportunidad para la solicitud prevista al efecto por el artículo 556 del
Código de Procedimiento Penal, deben estar orientadas a la demostración o
desvirtuación de tales presupuestos; es decir, tratarse de pruebas eficaces,

21
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

pertinentes, útiles, necesarias y conducentes, referidas a los aspectos sobre los cuales
la Corte ha de fundamentar su Concepto, a riesgo, en caso contrario, de tener que
disponer su rechazo, conforme la autorización que con criterio general, establece el
artículo 250 ejusdem.

4. Conforme ha sido repetidamente establecido por la jurisprudencia, el trámite de


extradición no corresponde a la noción de proceso judicial en el que se juzgue la
conducta de aquél a quien se reclama en el exterior, y por lo mismo en él no tienen
cabida cuestionamientos relativos al lugar de ocurrencia del hecho, la forma de
participación o el grado de responsabilidad del solicitado, la normatividad que prohibe
y sanciona el hecho delictivo, la calificación jurídica correspondiente, la competencia
del órgano jurisdicente, la validez del trámite en el cual se le investiga o juzga, o la
pena que le correspondería purgar para el caso de ser declarado judicialmente
responsable, pues tales aspectos, corresponden a la órbita exclusiva y excluyente de
las autoridades del país que eleva la solicitud, y su controversia debe hacerse al
interior del respectivo proceso con recurso a los instrumentos que prevea la legislación
del Estado que formula el pedido.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 23/01/2001
DECISION : Niega pruebas solicitadas por la defensa, de oficio
dispone otras
PAIS REQUIRENTE : Perú
REQUERIDO : CARDENAS GUZMAN, CARLOS ENRIQUE
PROCESO : 17794
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Procedencia/ CAMBIO DE RADICACION-Factores


externos del medio

1.Una vez más debe reiterar la Sala que el cambio de radicación de un proceso penal,
como excepción a las reglas de competencia por el factor territorial, procede cuando
se acredita, en debida forma, que en el lugar en donde se ventilan las diligencias
existen circunstancias que puedan afectar el orden público, la imparcialidad o la
independencia de la administración de justicia, las garantías procesales, la publicidad
del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su integridad personal, tal como lo
contempla el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal.

Igualmente se ha dicho que la labor del peticionario habrá de consistir en demostrar,


de manera clara y evidente, cualesquiera de las circunstancias anteriormente citadas
para que la Corte, en cumplimiento de lo normado en el numeral 8º del artículo 68 de
la misma obra, se pronuncie sobre la viabilidad o no del cambio de radicación
solicitado.

2. Como se ha reiterado, las circunstancias establecidas para ordenar el cambio de


radicación deben obedecer a factores externos o exógenos en el lugar en donde se
desarrolla el juicio y no a situaciones particulares que se prediquen de un determinado
juez, pues, en tratándose de este último aspecto, la misma ley establece para los
sujetos procesales mecanismos para apartar al funcionario del conocimiento del
proceso, de acuerdo a lo reglado en los artículos 103 y siguientes del Código de
Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Cambio de Radicación
FECHA : 23/01/2001
DECISION : No accede al cambio solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del C. E.
CIUDAD : Sicelejo - Sucre
PROCESADO : TAPIERO, DIEGO
DELITOS : Homicidio con fines terroristas

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 18027
PUBLICADA : Si

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FUNCIONARIO JUDICIAL-Exacción para vender el sentido de las decisiones/


COHECHO IMPROPIO/ COHECHO PROPIO/ COHECHO-"aparente", "no
retributivo", o, implícito": Bien jurídico protegido/ FUNCIONARIO JUDICIAL-En
razón del cargo:Prohibición dádivas / COHECHO-Aparente: Realización
objetiva/ COHECHO APARENTE-Elementos: No admite modalidad culposa/
SENTENCIA CONDENATORIA-Requisitos

1. Las reglas de la experiencia enseñan que cuando se presentan situaciones


particulares en los procesos judiciales como la exacción por parte de un funcionario
para vender el sentido de las decisiones que le corresponde adoptar, los primeros en
enterarse de ello son los profesionales del derecho que actúan en los respectivos
procesos, sea directamente por información obtenida de la parte que representan, o de
manera indirecta por familiares de ésta, pues no tendría sentido que mientras los
mandatarios judiciales diseñan una determinada estrategia procesal, la parte civil, el
tercero, el procesado, o familiares de cada uno de ellos, guardaran silencio sobre
aspectos que podrían "facilitar" la gestión profesional, y evitar así un desgaste que en
últimas vendría a ser innecesario dado el compromiso ya adquirido de manera
extraprocesal o ilícita.

2. Al no haber existido, entonces, constreñimiento, inducción, o solicitud de dinero u


otra utilidad indebida; recibo de dinero o aceptación de promesa remuneratoria "para
retardar u omitir un acto propio del cargo, o para ejecutar uno contrario a los deberes
oficiales"; aceptación de dinero u otra utilidad o promesa remuneratoria "por acto que
deba ejecutar en el desempeño de sus funciones", se descarta la realización por la
doctora (...) de las hipótesis delictivas de concusión, cohecho propio y cohecho
impropio como acertadamente lo concluyó el a quo, en consideraciones que no
obstante no ser materia de impugnación, merecen referencia por la Corte dado que, de
una parte, la acusación de primera instancia fue por el delito de concusión, siendo
modificada por la de segunda instancia al descartar la configuración típica de esta
conducta y del cohecho impropio, para acusarla finalmente por cohecho propio; y de
otra, que el Tribunal, a efectos de la calificación jurídica del comportamiento atribuido,
observando acertadamente que con la variación no transgredía el principio de
congruencia que debe operar entre la acusación y el fallo, se orientó por la definición
típica del delito denominado por la doctrina cohecho "aparente", "no retributivo", o,
"implícito", de que trata el inciso último del artículo 142 del Código Penal (Decreto 100
de 1980), cuya realización y responsabilidad penal encontró acreditadas, en grado de
certeza, para proferir, por esta conducta, sentencia de condena contra la doctora (...).

Sobra advertir, que la configuración de este tipo penal no admite la modalidad culposa,
pues para que el comportamiento descrito sea punible, se exige que el servidor oficial
tenga pleno conocimiento de estar prohibida la conducta de recibir dinero o cualquier
otra utilidad de persona que tenga alguna clase de interés en los resultados de un
asunto sometido a su conocimiento, el cual deba resolver por razón de su cargo o sus
funciones, y sin embargo, voluntariamente reciba para su beneficio, la dádiva u
ofrenda dada por el particular.

No requiere la conducta, que el servidor reciba el dinero, la utilidad, o acepte la


promesa remuneratoria, para omitir o retardar un acto propio de su cargo, para
ejecutar uno contrario a sus deberes oficiales, o uno que deba ejecutar en el
desempeño de sus funciones, comportamientos que se tipifican y sancionan en otras
disposiciones penales, las cuales definen los delitos de cohecho propio o impropio, de
acuerdo con lo prometido por el funcionario; lo que la norma busca proteger es la
inmaculación del bien jurídico administración pública a través de la insospechabilidad
de la conducta de los servidores vinculados a ella, de manera que las actividades o

23
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

negocios particulares de los funcionarios no pongan en duda la integridad y moralidad


que debe gobernar el ejercicio de la función.

3. Por el cumplimiento de cualquier labor, sea esta pública o privada, como principios
fundamentales, la Constitución Política ha establecido la igualdad de oportunidades
para los trabajadores, remuneración mínima vital y móvil, proporcional a la cantidad y
calidad del trabajo; estabilidad en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios mínimos
establecidos en normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos
inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la
aplicación e interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad
sobre formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales; garantía a
la seguridad social; la capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario; y la
protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor de edad, los
cuales, en el caso de los servidores oficiales, representan el beneficio patrimonial a
cargo de la administración por los servicios a ella prestados, sin que haya lugar al
recibo de más recompensa que el salario, la seguridad social y demás prestaciones
sociales, o en algunos casos las costas, o tarifas cuyo cobro se autoriza por ciertos
funcionarios como los notarios o registradores por los actos que realizan.

De ahí que el halago, la dádiva, la ofrenda, la oferta o entrega de dinero, o la utilidad,


otorgados por el particular no en consideración a la persona del funcionario sino de su
cargo, estén prohibidos penalmente, tanto para el particular que ofrece (art. 143 C.P.),
como para el funcionario que recibe, pues es de entenderse, que así expresamente no
se anuncie la intención que anima ofrecer de una parte y recibir de otra, de todas
maneras, el interés oculto de una solución favorable a los intereses particulares, y la
percepción pública del favoritismo, se mantienen, poniendo en tela de juicio la
imparcialidad y transparencia con que debe actuar la administración en la definición de
los asuntos a su cargo.

4. Sin embargo ello no descartaría la realización objetiva de la conducta por la cual el


Tribunal profiere sentencia de condena, pues precisamente la utilidad a que se refiere
la norma establecida en la prohibición, puede consistir en la concesión de préstamos
en dinero o especie que el servidor acepta para sí o un tercero, o en la adquisición de
bienes o servicios a crédito, los cuales de suyo implican un beneficio patrimonial para
el funcionario, al menos en el momento de la transacción, pues no obstante la
existencia de un contrato válido no imposible por la sola calidad de servidor público, si
en su celebración las partes llevan un interés implícito que pueda comprometer la
transparencia o imparcialidad inherentes a la función oficial, el convenio se transforma
en ilicitud. De ahí que la onerosidad, pregonada por el defensor y el Agente del
Ministerio Público para la primera instancia, no pueda ser considerada como causa
suficiente para desvirtuar la tipicidad objetiva del comportamiento, acertando el a quo
en este planteamiento.

Con lo expuesto, queda claro, entonces, como atinadamente fue declarado por el
Tribunal en la sentencia ameritada, que la doctora (...), realizó la parte objetiva del tipo
penal de cohecho aparente, definido por el inciso segundo del artículo 142 del Código
Penal, por haber recibido utilidad de persona que tenía interés en el asunto sometido a
su consideración como Fiscal Seccional de El Carmen de Viboral. La utilidad de que se
viene hablando, no es otra que el haber comprado a crédito a la señora (...)
(precisamente la esposa de (..) y persona sindicada en un proceso de su
conocimiento), joyas por la representativa suma de quinientos noventa y cinco mil
pesos.

5. El tipo de cohecho imputado a la funcionaria, previsto en el inciso segundo del


artículo 142 del Código Penal, requiere para su configuración que el agente conozca el
carácter ilícito de su comportamiento y decida, sin embargo, llevarlo a cabo, lo cual
excluye la posibilidad de realización culposa, de suerte que conforme a las previsiones
del artículo 40 del Código Penal, la presencia de alguna causal de inculpabilidad
tendría incidencia en la exclusión de responsabilidad del sujeto implicado.

Dado que la noción dogmática que del hecho punible recoge el Código Penal en su
artículo 2º puede responder a diversos fundamentos teóricos del delito o injusto,
ofreciendo así varias posibilidades metódológicas para resolver un asunto concreto,
debe advertirse que de acudir a la concepción objetiva de la tipicidad, según la cual la
definición típica comprende únicamente la manifestación externa de la conducta con
prescindencia de todo elemento subjetivo, la coincidencia entre lo llevado a cabo y las
definiciones de comportamiento previstas como prohibidas por el ordenamiento penal
(art. 3 del C.P.), conllevaría necesariamente tener por probada la tipicidad del
comportamiento de la doctora ZAPATA DUQUE, siendo necesario el estudio de los

24
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

restantes componentes del delito (art. 2 ejusdem), tal como parece este fue el
esquema adoptado por el Tribunal en la providencia ameritada.

Pero si se comparte la concepción de tipo total de injusto a partir de los desarrollos


finalistas que defienden las teorías normativas de la culpabilidad y los elementos
subjetivos del injusto, según las cuales, tanto el dolo como la culpa no constituyen
elementos integradores de la categoría de la culpabilidad sino de la acción o el tipo,
habría que reconocer que, en los eventos de existir causales de inculpabilidad, la
comprobación de la tipicidad resulta negativa, aunque obviamente referida a su faceta
subjetiva, siendo, por tanto, en tales casos procedente, dictar sentencia de carácter
absolutorio, independientemente de las consecuencias en otros ámbitos.

6. A términos del artículo 247 del Código de Procedimiento Penal, para proferir el juez
sentencia condenatoria, se requiere que en el proceso obre prueba válidamente
recaudada de la cual se establezca con certeza la ocurrencia del hecho punible y la
responsabilidad del procesado. Ello significa que dentro de los diversos grados
probatorios establecidos por el ordenamiento procesal, de la posibilidad en que se
funda la imposición de medidas de aseguramiento, la probabilidad de responsabilidad
del justiciable fundamento de la resolución acusatoria, al momento de culminar el
proceso ha de pasarse al más alto grado de conocimiento que supone la seguridad de
que los hechos han ocurrido y que fueron realizados en determinadas circunstancias,
que es lo que en esencia constituye la certeza.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 24/01/2001
DECISION : Revoca la sentencia, absuelve, dispone
devolución,
comunica
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : ZAPATA DUQUE, GLADYS ELENA
DELITOS : Cohecho impropio
PROCESO : 13155
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Modalidades/ SANA CRITICA-Pruebas/ IN DUBIO PRO


REO-Técnica en casación/ PRUEBAS

1. El error de hecho, camino seguido por el casacionista, puede estar determinado por:
falso juicio de existencia, falso juicio de identidad y falso raciocinio.

Incurre en error de hecho por falso juicio de existencia el juez que omite apreciar una
prueba legalmente aportada al proceso, o cuando, a contrario sensu, infiere
consecuencias valorativas a partir de un medio de convicción que no forma parte del
proceso por no haber sido legal y oportunamente incorporado.

El error de hecho por falso juicio de identidad supone, en cambiio, que el juzgador sí
tiene en cuenta el medio probatorio legal y oportunamente practicado; no obstante, al
sopesarlo lo distorciona, tergiversa, recorta o adiciona en su contenido literal, de
suerte que arriba a conclusiones que real y objetivamente no se desprende de él.

Si la prueba existe legalmente y es valorada en su integridad, pero se le asigna una


fuerza de convicción que vulnera los postulados de la sana crítica, es decir, las reglas
elementales de la lógica, las máximas de la experiencia y los aportes de las ciencias
aceptados como vigentes, se incurre entonces en error de hecho por falso raciocinio.

No es compatible dentro del mismo cargo y frente a la misma prueba mezclar


indistintamente argumentos para defender la tesis del falso juicio de identidad y la del
falso raciocinio, si se tiene en cuenta que en aquél el yerro recae sobre el contenido

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

material de la prueba y de ahí surge la distorsión en su sentido cabal e íntegro; y que


en éste el error se produce en el proceso intelectivo por el que se asigna peso o fuerza
de convicción a la prueba analizada, sin que sea necesario verificar alguna especie de
mengua en su integridad o contenido objetivo.

2. El problema subyacente radica en la credibilidad, la fuerza de convicción o el poder


de persuasión que el Tribunal otorgó al acopio probatorio, pero este tema es extraño a
la casación toda vez que no existe tarifa legal o asignación ex ante del mérito a las
pruebas, sino que con la adopción del método de interpretación denominado sana
crítica, artículos 254 y 294 del Código de Procedimiento Penal, el juez tiene cierto
grado de libertad o discrecionalidad frente al conjunto de pruebas para arribar a un
estado de conocimiento acerca de los sucesos y de la responsabilidad penal, estado
que puede ser de certeza o de duda según las circunstancias específicas de cada
evento concreto. Ese margen para la movilidad intelectual en la asignación del mérito
a las pruebas encuentra límite en los postulados de las ciencias, las reglas de la lógica
y las máximas de la experiencia o sentido común.
...

Ahora bien, si la pretensión tiende a demostrar que el juez quebrantó definitivamente


los postulados de la sana crítica y produjo una decisión a todas luces desfasada y por
ello arbitraria, el camino a seguir en búsqueda de la casación es el del error por falso
raciocinio, que tiene su propia técnica, especialmente en cuanto exige al demandante
demostrar cuál postulado científico, o cuál principio de la lógica, o cual máxima de la
experiencia fue desconocido por el juez. A continuación deberá indicar la trascendencia
de ese error de modo que sin él el fallo hubiera sido diferente, y concomitantemente
indicar cuál era el aporte científico correcto, o cuál el raciocinio lógico, o cuál la
deducción por experiencia que debió aplicarse para esclarecer el asunto debatido.

3. Si la pretensión consistía en demostrar que era necesario absolver por falta de


certeza este cargo debió estructurarse de manera autónoma por vía directa o indirecta
según el caso. Tal postura de la Sala en reiterada jurisprudencia:

"Pero el reclamo por la no aplicación del artículo 445 del C. de P. Penal no es menos
informal para los fines de la casación, puesto que si lo que se quiere plantear es que el
sentenciador profirió la condena no empece haber reconocido que la prueba sólo
generaba dudas, la discusión pertinente debió llevarse por el sendero del acervo
probatorio y con cita del acápite del fallo donde se hubiera hecho tal declaración,
reclamando en consecuencia la aplicación del artículo 445 del C. de P. Penal, norma del
estatuto procesal pero de claro contenido sustancial."

"Ahora bien, si el reparo está orientado es a destacar cómo a pesar de que la prueba
sólo daba para sembrar incertidumbre, el tribunal no lo consideró así y fulminó la
condena aduciendo la certeza donde sólo podía haber perplejidad, la violación
indirecta se erige en el camino adecuado para formular la censura, demostrando, eso
sí, los errores de hecho o de derecho en la apreciación de las pruebas que
determinaron falsos juicios del juzgador en la fundamentación de la condena." (Auto
del 3 de abril de 2000. M.P. Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO).

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : LOMBANA MERLANO, RAFAEL DE JESUS
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 16873
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/


EMPLAZAMIENTO/ DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia defensiva

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. Dicho principio es desconocido cuando se incumple con la obligación de investigar


tanto lo favorable como lo desfavorable a los intereses del sindicado y de las demás
partes, según lo dispuesto por los artículos 250, inciso final, de la Constitución Política,
y 249 y 333 del Código de Procedimiento Penal, lo cual constituye vulneración al
debido proceso, conculcación que tiene lugar cuando se deja sin verificar las citas
lógicas y racionales de las que pueden resultar pruebas no superfluas, pertinentes y
conducentes, que eventualmente demostrarían, para el caso del procesado, ausencia o
atenuación de responsabilidad. Pero no puede existir el deber de comprobar aquellas
referencias etéreas, imprecisas, fantasiosas, o indeterminadas.

Tampoco basta con manifestar en abstracto que dejó de investigarse determinado


aspecto, como motivos determinantes, circunstancias antecedentes, concomitantes o
subsiguientes que rodearon la ejecución del hecho, sino que es indispensable
especificar las pruebas concretas que lo demostrarían y su trascendencia, o sea, que
llevarían a variar el sentido del fallo.

2. Los dos allanamientos en mención, las pesquisas que se habrán realizado en procura
de la aprehensión y los casi ocho meses que transcurrieron sin lograr la comparecencia
del imputado, eran base suficiente para concluir que se había colocado en contumacia
y que debía darse cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del artículo 356 del
Código de Procedimiento Penal, que establece que si "vencidos diez días contados a
partir de la fecha en que la orden haya sido recibida por las autoridades que deban
ejecutar la aprehensión y no se obtenga respuesta", se procederá al emplazamiento.

3. La no realización de actos de contradicción probatoria, impugnación, postulación o


alegación, no necesariamente revelan la ausencia de asistencia técnica, pues el
abogado puede optar por ejercer alguno de esos derechos o asumir una actitud
expectante, derivada de la recepción efectiva de comunicaciones enviadas por el
despacho, la notificación de providencias y la petición de copias. Supervisión que le
permite estar enterado del desarrollo procesal y preferir guardar silencio, ante el
acierto o benevolencia de las decisiones, la contundencia probatoria o, por el contrario,
su deficiencia, que podría explotar posteriormente, por ejemplo en la audiencia
pública.

Sobre estos aspectos de no procedencia de la alegación de supuesta falta o abandono


de la defensa, ha sido categórica y reiterativa la Sala, por ejemplo en providencia de
fecha agosto 11 de 1998 (M. P. Ricardo Calvete Rangel, radicación 13.029):

"Para el tema concreto planteado, esto es, la presunta violación del derecho a la
defensa, no es suficiente extrañar que el defensor no hubiera pedido pruebas, o que no
hubiera interpuesto recursos, o que no se hubiera notificado personalmente de las
decisiones. Es necesario que se demuestre que con esa actitud se dejaron de allegar
elementos de juicio fundamentales para la decisión, o que no obstante ser evidente
que los intereses del procesado se lesionaron no hubo una oportuna impugnación.

... es precisamente la ley procesal la que autoriza las notificaciones por estado. Igual
aspaviento hace con la ausencia de recursos, desde luego sin intentar siquiera una
explicación sobre por qué estima que si se hubiera recurrido... la situación del
procesado hubiera sido mejor. Acaso ante la claridad de lo sucedido era viable
demostrar la no responsabilidad? O se podía esperar una pena más benigna...? Cuáles
fueron las pruebas de descargo que se dejaron de practicar, y a qué aspecto tan
importante conducían, de modo que el hecho de no haberlas pedido lesionó el derecho
de defensa?

... hubiera sido interesante conocer qué fue lo que no hizo el defensor que afectó de
manera tan grave, como para llevar a la nulidad, la garantía de la defensa técnica.

La respuesta a los anteriores interrogantes ha debido formar parte de la sustentación


del recurso, pues lo que se anotó en la demanda no es otra cosa que posibilidades
procesales cuya trascendencia se ignora porque el actor no la mencionó, mucho menos
intentó demostrarla...

La actitud pasiva del defensor no es en sí misma indicativa de ninguna irregularidad,


pues como lo ha reiterado la jurisprudencia, hay casos, y éste podía ser uno de ellos,
en donde la mejor defensa es dejar que el Estado asuma toda la carga de la prueba
ante la evidencia de que las que se pidan perjudican al acusado; o en donde no
conviene recurrir dado el acierto indiscutible o la generosidad del fallador. Esos pueden

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ser también méritos de una buena defensa, y demostración de un comportamiento


ético y serio de un abogado..."

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : TORRES, GUILLERMO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 13975
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INDICIO-Técnica para atacarlo en casación/ PRINCIPIOS ETOLOGICOS/


ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad

1. La Sala ha reiterado que cuando la censura va dirigida a la manera como fueron


apreciados unos indicios, el impugnante debe diferenciar si lo que cuestiona es la
prueba del hecho indicador, el proceso de inferencia lógica o la estimación de la fuerza
demostrativa, ya que los errores en que se puede incurrir en cada etapa son de
distinta índole.

En la valoración de la prueba del hecho indicador, el yerro puede ser de hecho o de


derecho en cualquiera de sus modalidades, mientras que en la fase intelectiva de
inferencia y apreciación de la fuerza demostrativa del indicio, se puede incurrir en
errores de hecho, siendo actividades que deben realizarse con seguimiento de los
derroteros de la sana crítica.

Si se trata de falencias en la valoración de la prueba del hecho indicador, hay que


identificar el medio de convicción que le sirve de soporte y señalar el yerro cometido
(falso raciocinio o falso juicio de identidad, de existencia, de legalidad, o de
convicción). Si se censura la inferencia lógica o el valor probatorio dado al indicio, ha
de demostrarse el desconocimiento de la sana crítica, o sea, hacer ver que la
deducción declarada en el fallo es diferente a la que debió derivarse según la lógica, la
ciencia o la experiencia.

2. La aplicación en general de "principios etológicos", ambiguamente referidos, nada


aporta al análisis de algunas declaraciones. No se duda que la etología sea ciencia
aplicable al ser humano, cuando una de sus acepciones la ubica precisamente como
estudio científico del carácter y modos de comportamiento del hombre; pero a pesar
que también se obre instintivamente, la conducta humana está primordialmente
influenciada por el entorno, las costumbres, la cultura, la educación, etc.

3. Nuevamente el impugnante analiza la prueba desde su particular óptica, con el fin


de imponerla sobre la del juzgador, cuando tratándose de falso juicio de identidad le
correspondía realizar una comparación objetiva entre el contenido de esas pruebas y lo
que de ellas se indica en el fallo, con el fin de señalar si fueron tergiversadas, al
modificarlas, agregarles o suprimirles algo, para hacerles producir una significación
que no tienen.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : RODRIGUEZ POSADA, GERSAIN
DELITOS : Concusión
PROCESO : 13402
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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NULIDAD-Principio de trascendencia/ RESPONSABILIDAD OBJETIVA-


violación indirecta/ RESPONSABILIDAD OBJETIVA-Concepto/ ERROR DE
HECHO-Falso juicio de identidad: Técnica/ ERROR DE HECHO-Modalidades

1. Los supuestos vicios en que el censor fundamentó los motivos de nulidad invocados
no pasaron de su simple enunciado. Olvidó que de conformidad con el principio de
trascendencia previsto en el artículo 308 del C. de P. P., no basta la simple denuncia de
que el proceso se halla afectado de irregularidades para que automáticamente sea
atendible un reclamo anulatorio, sino que es necesario que "quien alegue la nulidad
debe demostrar que la irregularidad sustancial, afecta garantías de los sujetos
procesales o desconoce las bases fundamentales de la instrucción y el juzgamiento"".

Como es claro -y ello no ha ocurrido aquí- sólo en la medida en que se demuestre un


yerro sustancial con capacidad para afectar las garantías procesales con claro perjuicio
para los sujetos intervinientes en el trámite, o que implique un desconocimiento de las
bases fundamentales que estructuran el debido proceso, puede prosperar el
pedimento de nulidad.

2. Le asiste la razón al Procurador Delegado en lo Penal cuando señala que la solicitud


de nulidad no es la vía correcta para la formulación del reproche que
fundamentalmente hizo el demandante, relacionado con la responsabilidad objetiva.

En efecto, acusó al fallo del Tribunal, así como la sentencia de primer grado, la
resolución de acusación y la decisión que resolvió la situación jurídica, por ser
violatorias del artículo 5º. del Código Penal, que proscribe la responsabilidad objetiva, y
fundamentó su censura en la forma en que los funcionarios judiciales valoraron los
elementos de convicción que soportan dichos proveídos.

El reproche así propuesto implicaría una censura por violación indirecta de la ley
sustancial porque se habría excluido el artículo 5º. mencionado, consecuencia de
errores en la apreciación del material probatorio. Y como es obvio, la falta de
aplicación de la norma referida no constituiría, per se, una irregularidad sustancial que
afectara la estructura del proceso o vulnerara las garantías de los sujetos procesales,
como equivocada e infundadamente lo sostiene el actor.

3. La deducción de responsabilidad es meramente objetiva cuando a una persona


imputable se le atribuye una conducta típica y antijurídica con base en la simple
relación de causalidad material que produce un resultado, sin tener en cuenta el
aspecto subjetivo de su actuación.

4. El error por falso juicio de identidad se presenta cuando el sentenciador en la


contemplación material del medio, al trasladarlo al fallo, lo hace decir algo que
objetivamente no surge de su contexto, porque lo adiciona, cercena o tergiversa. Para
demostrarlo, es indispensable precisar, mediante las indi-caciones correspondientes,
qué dice la prueba, qué dijo de ella el juzgador, en qué consistió el error y cuál fue su
repercusión de-finitiva en la sentencia impugnada.

5. Respecto del mismo medio probatorio el demandante predicó todas las formas de
error de hecho: falso juicio de identidad, falso juicio de existencia y falso raciocinio.
Olvidó que el primero es de carácter objetivo y surge, se repite, cuando el juzgador al
apreciar la prueba, tergiversa su expresión literal, poniéndola a decir lo que su texto
no contiene; que el segundo ocurre cuando el fallador imagina la prueba o la deja de
lado no obstante su presencia objetiva en el expediente; y que el tercero es de
naturaleza valorativa y se presenta cuando al analizar el mérito de una prueba sujeta a
la persuasión racional se hace con desprecio ostensible de las reglas de la sana crítica,
cuya demostración impone acreditar que han sido desconocidos los principios de la
lógica, las leyes de la ciencia o las reglas de la experiencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : SOLARTE LOPEZ, ARBEY
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 13374
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Prueba-Legalidad del trámite del proceso en el país


requirente/ EXTRADICION POSITIVA-Lugar de comisión del delito/ EXTRADICION
POSITIVA-Equivalencia de la acusación

1. Aducir, como en este caso se hace, que la ausencia de prueba sobre registro de voz
y de imagen no permitieron demostrar que el reclamado en extradición era un
ciudadano agricultor que ejercía una actividad lícita y no ha estado involucrado en las
actividades por las que se le juzga en los E.E.U.U., es desconocer que este proceso de
comparación es únicamente formal, y por la misma razón no es dable en este trámite
verificar la inocencia o responsabilidad del procesado en el Estado requirente, la
validez o mérito de la prueba recaudada por las autoridades extranjeras sobre la
ocurrencia del hecho, el lugar de su realización, la forma de participación o el grado de
responsabilidad del encausado, la normatividad que prohibe y sanciona el hecho
delictivo, la calificación jurídica correspondiente, la competencia del órgano
juriscidente, la validez del trámite en el cual se le acusa, o la pena que le
correspondería purgar para el caso de ser declarado penalmente responsable, ya que
la Corte no actúa como instancia de las autoridades extranjeras, tales materias le
corresponde definirlas a los funcioanrios judiciales del país requirente en el proceso
que dio origen a la reclamación.

2. Alega el defensor que el artículo 35 de la Constitución Nacional permite la


extradición de colombianos por nacimiento para los delitos cometidos por ellos en el
exterior. En este caso, el Agente de la DEA refiere actos cumplidos, con las
conversaciones interceptadas, en el territorio colombiano, motivo suficiente para que
se emita un concepto negativo de la Sala.

En respuesta al tema de la territorialidad para el ejercicio de la jurisdicción penal, por


el lugar de la comisión del hecho, han de recordarse las precisiones que al respecto la
Sala hizo en providencia del 12 de septiembre de 2000, con ponencia del Magistrado
JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO: "aparte de que el lugar de comisión del delito y la
competencia son elementos que tiene que ver con el objeto del proceso (cuya
definición incumbe a la autoridad que juzga) y no con la eficacia de los fines del mismo
(tema de extradición), también olvida el reclamante toda la dinámica que comporta
una conducta de "importar" o "sacar del país" un producto ilícito, en la que se fijan
destinos, se eligen recorridos y se prevé concomitancias como el decomiso en lugares
diferentes".

La Sala ha señalado que la supuesta falta de jurisdicción del país requirente para
juzgar al solicitado, trasciende la tarea que ha de cumplir la Corte en orden a lo
previsto en el artículo 558 del C.P.P., además que un tal proceder desconocería la
soberanía del Estado reclamante y la competencia de las autoridades judiciales.

La Corte Constitucional sostuvo en la sentencia de tutela 1736/2000 que el criterio


expuesto en el párrafo anterior de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia encontraba respaldo en la jurisprudencia constitucional, invocando en esa
oportunidad como apoyo de dicha conclusión, lo aseverado en la sentencia C-
1106/2000, en donde se expresó:

"De conformidad con lo espuesto, y su propio contenido, el acto mismo de la


extradición no decide, ni en el concepto previo, ni en su concesión posterior sobre la
existencia del delito, ni sobre la autoría, ni sobre las circunstancias de tiempo, modo y

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

lugar en que se cometió el hecho, ni sobre la culpabilidad del imputado, ni sobre las
causales de agravación o diminuentes punitivas, ni sobre la dosimetría de la pena,
todo lo cual indica que no se está en presencia de un acto de juzgamiento, como
quiera que no se ejerce función jurisdicente.

" Entrar en una controversia de orden jurídico como si se tratara de un acto


jurisdiccional, implicaría el desconocimiento de la soberanía del Estado requirente,
como quiera que es en ese país y no en el requerido en donde se deben debatir y
controvertir las pruebas que obren en el proceso correspondiente, de conformidad con
las disposiciones sobre Derecho Internacional Humanitario y con las normas penales
internas del Estado extranjero".

3. El indictment vigente en la causa 99-6253 CR-RYSKAMP (s) (s) (s) (s) corresponde a
la cuarta acusación sustitutiva del 18 de noviembre de 1999, proferida por la Corte de
los Estados Unidos para el Distrito Sur de la Florida, División de Fort Lauderdate. En
este caso, tal providencia constituye presupuesto necesario para el inicio de la etapa
del juicio, a su pronunciamiento lo precedió el recaudo probatorio mínimo sobre las
conductas ílicitas imputadas y el análisis de aquéllas y de los hechos por parte del
Gran Jurado, en el que además se precisó la adecuación de la conducta realizada con
conocimiento y voluntariedad del acusado, y la normatividad infringida. En tales
condiciones esta decisión desde el punto de vista material es equivalente en su valor a
la resolución de acusación, a que hace referencia el artículo 549-2 del C. de P.P. Sobre
este aspecto la Sala con ponencia del Magistrado NILSON PINILLA PINILLA, dijo: "La
equivalencia de la providencia proferida en el extranjero se verifica con la sola
comparación de su texto con los preceptos de la ley colombiana, en el entendido que
se trata de una equiparación de condiciones y no de identidad de formas, atendiendo
la naturaleza de los procesos en uno y otro país" (Rad. 16729, auto del 08 de agosto de
2000).

MAGISTRADO PONENTE: DR. MARIO MANTILLA NOUGUES

Concepto Extradición
FECHA : 24/01/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : GOMEZ MORENO, HERNAN ABELARDO
DELITOS : Violación a la Ley 30 DE 1986, Concierto para
delinquir,
Lavado de activos
PROCESO : 16716
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba/


ANTECEDENTES-Penales y contravencionales/ PERSONALIDAD DEL
PROCESADO-Dimensión de sus comportamientos

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. En vista de que el demandante acude a la causal primera de casación, como


violación directa de la ley sustancial, es importante observar que dicha modalidad
específica, claramente elegida por el interesado, no tolera disputas sobre datos o
hechos probatorios, los cuales se entienden admitidos por el censor,

2. La interpretación y el ámbito de aplicación de los artículos 248 de la Constitución


Política y 12 del Código de Procedimiento Penal, ha sido definido por la Corte, entre
otras, en la sentencia de casación del 22 de septiembre de 1999 (M. P. Carlos Augusto
Gálvez Argote), en los siguientes términos:

"Pues, de otra parte, aun cuando referencia ninguna hace a esta circunstancia el
demandante, no podría entenderse que al disponer el artículo 248 de la Constitución
Política que "únicamente las condenas proferidas en sentencias judiciales en forma
definitiva tienen la calidad de antecedentes penales y contravencionales en todos los
órdenes legales", se haya creado por esta norma superior una especial categoría de
tarifación de la prueba, en la medida en que tal precepto tiene un claro poder de
definición respecto de cuáles informaciones en manos del Estado por concepto de
investigaciones penales y contravencionales que se siguen en contra de una persona,
constituyen antecedente, pero no traduce al propio tiempo que si no se está frente a
"sentencias judiciales" definitivas, las informaciones relacionados con investigaciones
penales adelantadas por otras autoridades no puedan servir a los administradores de
justicia en un caso determinado, para fundar por ejemplo con mayor precisión la
personalidad del procesado".

Por otra parte, así no existieran sentencias condenatorias ejecutoriadas antes del 9 de
agosto de 1991, fecha de los hechos averiguados en este proceso, lo cierto es que
aparecía la imputación concreta de múltiples conductas de la misma naturaleza de la
juzgada, cometidas con anterioridad por el mismo acusado, lo cual si bien no
constituye "antecedente penal" en sentido estrictamente jurídico del término, de todas
maneras revelaba la progresión de comportamientos delictivos más o menos fijos y
estereotipados, como respuesta del individuo ante los estímulos externos e internos,
determinación que es exactamente lo que corresponde a la personalidad delincuencial
del procesado.

3. No obstante que el censor pretende capitalizar una presunta confusión del fallador
entre "personalidad" y "antecedentes", porque jurídicamente son dos conceptos
distintos (como lo hace ver el texto del artículo 72 del C. P), lo cierto es que el Tribunal
realmente declaró que la serie de conductas delictivas precedentes, de similar modo
de comisión, revelaba una personalidad tendente al delito. En verdad, aunque la
personalidad comprende el temperamento y el carácter del individuo, además de otros
rasgos que pertenecen a su ser, lo que mejor la caracteriza es el hacer del sujeto, la
dimensión de sus comportamientos, sobre todo cuando ellos se convierten en
actitudes o hábitos distintivos.

Asimismo, el concepto de personalidad inferido a partir de la magnitud de la conducta


juzgada, o de la reiteración de comportamientos del mismo jaez, es el que más se
aviene con una apreciación jurídico-penal del mismo, pues por más defectos de
carácter o tensiones súbitas o persistentes que padezca o se debatan en el alma de un
individuo, ellas no podrían organizarse como rasgos de personalidad hasta tanto no se
traduzcan en pautas de conducta.

En conclusión, no aparece errónea la interpretación del numeral 2° del artículo 68 del


Código Penal, porque el Tribunal motivadamente dijo cuáles eran los caracteres de la
personalidad del procesado, además del alcance de la naturaleza y modalidades del
hecho punible, como factores que aconsejaban el tratamiento penitenciario.
Igualmente, no obedece a una confusión conceptual sino que es de la esencia de la
personalidad de un sujeto su caracterización a través de un solo comportamiento de
bastante trascendencia nociva (de acuerdo con los actores), o de una sucesión de
conductas de la misma textura que evidencia la habitualidad.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : SALAZAR HERRERA, JOSE ROOSEVELT
DELITOS : Falsedad en documento privado, Fraude procesal
PROCESO : 13498

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PUBLICADA : Si

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DERECHO DE CONTRADICCION-Prueba antes de la vinculación del


procesado/ SANA CRITICA-Falso raciocinio/ CASACION-No es una tercera
instancia/ MINISTERIO PUBLICO-Limites del concepto en casación

1. Tampoco le asiste razón al impugnante cuando sostiene que el derecho de


contradicción se reduce a la intervención en la práctica de las pruebas, ya que como lo
ha sostenido la Sala* , también se ejerce cuando se piden pruebas, cuando éstas se
critican en sí mismas y con relación al resto del material probatorio, cuando se
impugnan las decisiones, cuando se alega, etc.

Finalmente, si la defensa tuvo la oportunidad de conocer y controvertir las pruebas


allegadas en la investigación previa, para lo cual contó con el sumario y el juicio, no se
entiende que ahora venga a alegar que no pudo ejercer la defensa con relación a
ellas.

2. Ignora el casacionista que otorgarle mérito a unos medios de convicción y


negárselo a otros no configura yerro demandable en casación, sino que constituye el
ejercicio de una facultad conferida al legislador por la propia ley, dentro del método de
la persuasión racional que para apreciar la prueba nos rige, sólo limitada por los
postulados de la sana crítica, cuyo quebrantamiento deberá acusarse y desarrollarse
por la vía del error de hecho por falso raciocinio, sin que esta labor hubiera sido
emprendida por el censor.

En lugar de indicar cómo fue falseado el contenido material de estos testimonios y su


trascendencia, reduce la disertación o oponerse a la credibilidad que les fue otorgada
por las instancias, sin acatar que la simple discrepancia entre el fallador y el censor
sobre el mérito de las pruebas no configura desatino demandable en casación,
prevaleciendo el criterio de aquél, por venir la sentencia amparada por la doble
presunción de acierto y legalidad, a menos que se demuestre que se violaron los
postulados de la sana crítica, evento en el cual deberá denunciarse y demostrarse que
se incurrió en error de hecho por falso raciocinio, como ya se expresó.

3. Dedica buena parte de la disertación a formular interrogantes y a plantear hipótesis,


al estilo de un alegato de instancia, olvidando que la casación no es la sede adecuada
para ello, sino para denunciar los errores cometidos por el sentenciador, al tenor de las
causales expresa y taxativamente señaladas en la ley, demostrarlos y evidenciar su
incidencia en la parte conclusiva del fallo.

4. Como lo ha sostenido la Sala en múltiples ocasiones, la tarea del Ministerio Público


dentro del trámite de la casación, si bien no se encuentra limitada a emitir concepto
sobre las pretensiones que se formulen en la demanda, sino que, al tenor de lo
dispuesto en el artículo 228 del Código de Procedimiento Penal, podrá sugerir a la
Corte la invalidación de lo actuado cuando advierta la existencia de violaciones
ostensibles de las garantías fundamentales de los sujetos procesales, pudiendo, por lo
tanto, plantear posiciones jurídicas en ese sentido, no le es permitido, so pretexto de
su quebrantamiento, complementar o enmendar el libelo objeto del concepto, ni
formular sus propios cargos, pues se estaría atribuyendo la calidad de impugnante de
la que carece y desnaturalizando la razón de ser del traslado**

Así mismo, no basta aseverar en abstracto que se quebrantó un principio fundamental,


sino que se debe concretar frente al caso, para evidenciar su vulneración.

Lo anterior fue ignorado por el Procurador Delegado quien alegando que se violó la
garantía del debido proceso al haberse desconocido, en su criterio, el principio de
derecho penal de acto, lo que realmente está planteando es una infracción indirecta de
la ley sustancial por error de hecho, por falso juicio de existencia, pretendiendo que la
prueba de la determinación fue supuesta por el sentenciador, razón por la cual no
solicita la invalidación de lo actuado, al tenor de su inicial aseveración, sino la
absolución de la procesada.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Ante lo desatinado de la solicitud de casación oficiosa del representante del Ministerio


Público, quien se está atribuyendo la calidad de impugnante de la cual carece, la Sala
se abstendrá de considerarla.

_______________________________________________

* Ver, entre otras, casación 11.616 del 15 de diciembre de 1999


** Entre otras, Casaciones Nos. 10510 y 11220 del 22 de septiembre y el 15 de octubre
de 1999, M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote y 11253 del 2 de febreo del mismo año,
M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : ORTEGA TOBON, ALBA RUTH
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 12821
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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AUTOR-Delitos cometidos por un número plural de personas: Designio común

No es jurídico que en los delitos cometidos por un número plural de personas, que han
actuado bajo un designio común, la acción se divida para responsabilizar a cada
interviniente sólo por la fracción de hecho que haya ejecutado materialmente. El acto
colectivo debe apreciarse en su conjunto y por lustros ha sostenido la Corte que "en los
casos en que varias personas proceden en una empresa criminal, con consciente y
voluntaria división del trabajo para la producción del resultado típico, todos los
partícipes tienen la calidad de autores, así su conducta vista en forma aislada no
permita una directa subsunción en el tipo, porque todos están unidos en el criminal
designio y actúan con conocimiento y voluntad para la producción del resultado
comúnmente querido o, por lo menos, aceptado como probable" (febrero 28 de 1985,
M. P. Luis Enrique Aldana Rozo).

Sobre dicho aspecto, además de lo establecido en los apartes citados por el ad quem,
entre ellos el de la providencia del 24 de marzo de 1993 (M. P. Jorge Carreño Luengas,
rad. 6.932, "...es indiferente determinar cuál de los comprometidos en el episodio
delictivo fue el autor material de la infracción, pues lo que acá interesa es demostrar el
acuerdo previo entre los varios concurrentes al delito y la unidad de designio
criminal"), la jurisprudencia también ha precisado lo siguiente:

"Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga certeza respecto a quienes


participaron en el hecho, y otra muy diferente, que exista seguridad de que un hecho
fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en este último
evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como autores les
es imputable a todos." (Julio 6/93, M. P. Ricardo Calvete Rangel, rad. 7.446).

Háyase o no "omitido el examen de balística", mención del demandante que no


presenta como cargo separado, haber quedado sin establecer dónde hicieron impacto
los disparos efectuados por uno y otro sindicado, no desvirtúa su obrar mancomunado,
dirigido a quitarle la vida a (...). Por ende, no incurrió la Sala de Decisión Penal del
Tribunal Superior de Medellín en error alguno al concluir, como igualmente estimó el a
quo, que (...) también accionó contra (...) el arma que portaba, en desarrollo de
conducta previamente convenida.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 24/01/2001

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : RONDON OROZCO, DANILSON
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 12993
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION DISCRECIONAL/ DEBIDO PROCESO-Debido proceso probatorio/


FALSO JUICIO DE LEGALIDAD-Medio probatorio allegado sin requisitos/
PRUEBA-Oportunidad/ TIPICIDAD DELITO DE DESERCION-Soldado:
Incorporación/ FUERO MILITAR-Delitos:Nociones, fuero militar, delitos
militares, especiales y comunes con fuero

1. Es cierto que conforme con el artículo 29, inciso final de la constitución Política, la
prueba está sometida a un debido proceso, pero éste lo define la ley por medio de los
pasos graduales de la solicitud, admisión o decreto, práctica, contradicción y
finalmente la valoración del medio probatorio. Sin embargo, el mismo precepto
constitucional sí determina el debido proceso propiamente dicho que, en materia
penal, incluye una actuación procesal con dos etapas básicas de investigación y
juzgamiento, la presunción de inocencia, la legalidad preexistente, el juez o tribunal
competente, la favorabilidad, la publicidad, la contradicción, la defensa, la
impugnación, el ne bis in idem, entre otros. He ahí la diferencia entre debido proceso
propiamente dicho y debido proceso probatorio.

La mencionada distinción trasciende hasta el punto que la misma Carta advierte que la
violación del debido proceso probatorio genera "nulidad de pleno derecho" de la
respectiva prueba, y no del proceso. La nulidad de pleno derecho, de acuerdo con
arraigada doctrina, significa inexistencia jurídica del medio probatorio que da lugar a
su desestimación en cualquier decisión judicial, de tal manera que si, verbigracia, se
afronta el momento de la sentencia y no existe otra prueba de cargo regularmente
aportada, la solución que se impone es la exclusión de la prueba ilegal y la
consecuente
absolución, mas no la nulidad de parte alguna del proceso.

2. Si se han cometido errores de derecho en el proceso de formación de la prueba, tal


como su aportación o percepción por fuera del término legal y específicamente
dispuesto para ello, la causal relevante sería la primera, cuya consecuencia resulta ser
la casación del fallo impugnado y dictar el que deba reemplazarlo (no anular).

De verdad que el sendero indicado en estos casos siempre será el de la causal


primera, merced a un falso juicio de legalidad, porque no basta que el funcionario
judicial haya decretado o admitido irregularmente una prueba, sino que el desafuero
se consuma cuando la valora como fundamento del fallo, a pesar de sus falencias
formativas. De este modo, el yerro, más allá de sus características in procedendo,
concretado al proceso de formación de la respectiva prueba, en últimas termina en una
cuestión in iudicando, porque no afecta tanto la regularidad de las fases del proceso
como la apreciación de los hechos y el derecho en el fallo.

3. Es necesario aclarar que una orden directa de allegamiento de pruebas en el trámite


de segunda instancia, sin duda quebrantaría el principio de oportunidad, pues en el
procedimiento especial dispuesto para delitos como el de deserción y otros, las
pruebas sólo pueden disponerse y practicarse durante la investigación y la primera
instancia. No está prevista tal potestad en el curso de la apelación y la consulta
(Decreto 2550 de 1988, arts. 694 y 696).

4. Pues bien, de acuerdo con el artículo 115 del Código Penal Militar, vigente para la
época de los hechos (ahora rige la ley 522 de 1999), "Incurrirá en arresto de seis (6)
meses a dos (2) años, quien estando incorporado al servicio militar realice alguno de
los siguientes hechos:

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"1. Se ausente sin permiso por más de cinco (5) días consecutivos del lugar donde
preste su servicio…" (se ha resaltado).

Como lo hace ver la Procuradora, la incorporación al servicio militar, de acuerdo con la


ley 48 de 1993 (por la cual se reglamenta el servicio de reclutamiento y movilización),
es un acto precedido por las fases de inscripción, exámenes de aptitud psicofísica y
sorteo (arts. 14, 15, 16, 17, 19 y 20). Se regula un primer examen médico que
ordinariamente determina la idoneidad para el servicio militar, pero existe la
posibilidad de un segundo examen médico opcional, por decisión de las autoridades de
reclutamiento o a petición del inscrito, que en última instancia establecerá la anhelada
capacidad psicofísica.

Con el primero o segundo examen médico, los inscritos son declarados como
conscriptos aptos y viene la etapa del sorteo entre los mismos, operación que se
cumple de acuerdo con el potencial humano disponible y las necesidades de
reemplazos en las Fuerzas Militares.

Los conscriptos aptos elegidos, "cumplidos los requisitos de ley", junto con los
voluntarios resultantes en dicha etapa, son citados a un lugar, fecha y hora acordados
por las autoridades de reclutamiento, "con fines de selección e ingreso, lo que
constituye su incorporación a filas para la prestación del servicio militar" (art. 20).

El tercer examen médico de aptitud psicofísica no es presupuesto para la condición de


incorporado, porque se practica "entre los 45 y 90 días posteriores a la incorporación
de un contingente" (art. 18).

De modo que realmente en las filas del ejército no pueden existir soldados sin haber
sido incorporados previo el trámite de ley. Así pues, la incorporación o calidad militar
del soldado (...) quedó suficientemente demostrada con la certificación expedida por el
Jefe de Personal del Batallón de Infantería N° 46, Voltígeros, documento en el cual se
da cuenta del número de su tarjeta de identidad militar (...), correspondiente al de su
cédula de ciudadanía, la unidad a la que pertenecía, su situación al momento de la
evasión del servicio, de la fecha de ingreso al ejército, la de entrega de armas y la de
juramento de bandera (fs. 31).

La fe documental de la incorporación o calidad militar supone el cumplimiento de los


requisitos de ley (conforme lo dispone el artículo 20 de la ley 48 de 1993), y como se
trata de un documento público, se presume no sólo auténtico sino también veraz en
sus declaraciones (C. P. C., arts. 252 y 264).

En razón de lo dicho, le correspondía al censor demostrar que no hubo incorporación


regular en el caso del soldado (...), de pronto por falta de alguno de los requisitos de
ley (entre los que cuenta el examen médico), pues no basta la mera especulación de
que las autoridades militares han hecho incorporaciones anómalas en otros casos.

En resumen, el certificado de la Sección de Personal era y es suficiente prueba para


demostrar la calidad de incorporado o de militar del procesado, porque en su
contenido quedan concretados y supuestos todos los pasos que la ley dispone para
llegar a tal condición, entre los que se incluye la práctica de un examen médico legal.

Ahora bien, la demostración posterior de alguna irregularidad en el proceso de


incorporación, aunque debe producir la responsabilidad administrativa, disciplinaria o
penal para el respectivo funcionario de reclutamiento, no genera per se atipicidad de la
conducta delictiva de deserción, porque el hecho se comete bajo la presunción de una
regular incorporación y en el ejercicio real de esa condición, sin perjuicio obviamente
de examinar la incidencia de ese estado precedente y las circunstancias que rodearon
al sujeto al momento de decidir su comportamiento presuntamente delictivo, con el fin
de determinar si concurre alguna causal de ausencia de antijuridicidad material o de
inculpabilidad.

5. las conductas delictivas consagradas en la legislación penal militar no siempre


constituyen delitos especiales o de sujeto activo calificado, sino que la ley especial
distingue cuatro (4) nociones diferentes: el fuero militar, los delitos militares, los
delitos especiales o propios y los delitos comunes con fuero.

El fuero militar atañe a los delitos cometidos por miembros de la Fuerza Pública en
servicio activo, y en relación con el mismo servicio (Decreto 2550 de 1988, art. 14 y
Ley 522 de 1999, arts. 1 a 4).

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Los delitos estrictamente militares son las conductas ilícitas que sólo pueden ser
realizadas por militares, en razón de la estructura y dinámica de la actividad militar,
tales como el de deserción o el de centinela (D. 2550/88, arts. 115 y 118 y Ley 522,
arts. 128 y 131).

Los delitos especiales o propios son cometidos por militares en servicio activo y en
relación con él, pero además por razón o con ocasión de alguna función específica
dentro de su actividad, como ocurre con el peculado sobre bienes de dotación (idem,
arts. 190 y 180).

Los delitos comunes con fuero son los previstos en el Código Penal ordinario y sus
leyes complementarias, cuando son cometidos por militares en servicio activo y en
relación con el mismo, verbigracia, el daño en bien ajeno (ibidem, arts. 283 y 194).

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación Discrecional


FECHA : 24/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ASPRILLA FLOREZ, LUIS FERNANDO
DELITOS : Deserción
PROCESO : 17080
PUBLICADA : Si

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EJECUCION DE LA SENTENCIA-Condenado con fuero/ SUSPENSION DE LA


DETENCION PREVENTIVA-Requiere estar privado de la libertad/
SUSPENSION DE LA EJECUCION DE LA PENA-Edad/ SUSPENSION DE LA
EJECUCION DE LA PENA-Grave enfermedad

1. Si bien no es tema expreso del recurso que ahora desata la Sala, conviene afirmar la
competencia del Tribunal para llevar adelante la fase de ejecución de la pena, pues, en
tratándose de un procesado amparado con fuero, los efectos de éste, ha dicho la Corte
(Auto de octubre 5 de 2.000, Magistrado Ponente Dr Nilson Pinilla Pinilla) "trascienden
el fallo mismo y comprenden una prórroga de la competencia del juzgador natural, que
le permite conocer también de la fase ejecutiva de la sentencia, pues la razón de ser
del fuero no desaparece con la terminación del proceso o con la ejecución de la
sentencia proferida en contra del aforado".

2. Si se trata de suspensión de la ejecución de la pena, la acepción del término implica


solución de continuidad en el cumplimiento de la misma, en tanto se de alguna de las
causas legales previstas en el artículo 407 del Código de Procedimiento Penal, por ello
la Sala, con Ponencia del Magistrado Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar, auto de abril 2
de 1.998, ha sido del criterio que "la suspensión de la detención preventiva o de la
ejecución de la pena implican como hecho condición que el procesado o condenado se
encuentre privado efectivamente de su libertad", de modo que "cuando el procesado o
el condenado … no se encuentra privado de la libertad resulta impropio y absurdo
plantear la aplicación del artículo 407 del Código de Procedimiento Penal.
Sencillamente porque frente a quien permanece en libertad física es irrealizable el
sentido de la norma, que, como se dijo, es la sustracción al rigor de la cárcel del
enfermo grave, de la mujer que va a dar a luz o que lo ha hecho recientemente o del
anciano respecto del cual la medida se haga aconsejable luego de evaluar su
personalidad y la naturaleza y modalidad del hecho punible".

Sin embargo, es también claro para la Sala, que el artículo 507 ídem, a diferencia de lo
previsto en el precepto 407, plantea dos supuestos diferentes en la medida en que
además de la suspensión, señala igualmente el aplazamiento, pues en aquél se
dispone que "el juez de ejecución de penas y medidas de seguridad podrá ordenar a la
Dirección General de Prisiones el aplazamiento o la suspensión de la ejecución de la
pena".

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En ese orden, si la suspensión implica solución de continuidad en el cumplimiento de la


sanción y por lo mismo exige la privación efectiva de libertad del condenado, el
aplazamiento no supone similares requerimientos, pues éste implica simplemente el
acto de diferir, dilatar, retardar la ejecución de la pena, luego es posible afirmar su
procedencia aún en el evento en que la sanción no ha empezado a ejecutarse.

3. En relación con la circunstancia referida a la edad, es obvio que la simple


acreditación de ella en cantidad superior a 65 años no resulta por sí suficiente para
reconocer los efectos de la norma, pues ésta exige además que la personalidad del
condenado y la naturaleza o modalidad del punible hagan aconsejable la medida.

4. En cuanto a enfermedad sufrida por el condenado, el numeral 3º del citado artículo


407, condiciona el aplazamiento de ejecución de la pena a que aquella sea
dictaminada, por médico oficial o particular, pero en este caso mediando ratificación
bajo juramento, como grave, calificativo este que precisamente no se ha acreditado en
modo alguno, pues ninguna de las pruebas adjuntadas por el defensor dan razón de la
naturaleza de la enfermedad, a no ser que se trata de una anomalía importante que,
incluso, llevaron al recurrente a afirmar, de modo manifiestamente contradictorio con
su pretensión, que "Las pruebas documentales aportadas con mi escrito demuestran
hasta la saciedad el estado de salud de mi representado, que si bien es cierto no es de
gravedad, … si es de aquellos que se pueden agravar en cualquier momento por sus
antecedentes y deterioro…".

Es decir, aunque con base en la prueba aportada por el recurrente bien puede
afirmarse que el sentenciado padece una enfermedad, nada demuestra que ésta
pueda catalogarse como grave, de ahí que bien hubiere procedido el a quo al no
acceder a decretar la medida solicitada para en su lugar acudir a los médicos oficiales
en procura de determinar la naturaleza de aquél padecimiento.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Segunda Instancia


FECHA : 24/01/2001
DECISION : Confirma auto que nego la suspensión de la
condena
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Villavicencio
PROCESADO : MARQUEZ QUEVEDO, FABIO ELBERTO
DELITOS : Prevaricato
PROCESO : 18017
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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NULIDAD-Oportunidad para solicitarla/ VICEPROCURADOR-Competencia del


Fiscal General para vestigarlo/ PRUEBA-Conducencia y pertinencia

1. Ante todo, conviene precisar que de acuerdo a las previsiones contenidas en los
artículos 306, 307 y 446 del Código de Procedimiento Penal, los sujetos procesales
están habilitados para demandar la declaratoria de nulidades originadas en la etapa
instructiva, tan solo hasta el traslado común dispuesto por la Ley para preparar la
audiencia pública, de lo contrario su debate podrá propiciarse solo en la casación.

Así mismo, el sujeto procesal que proponga una nulidad, está obligado a particularizar
la causal invocada, los motivos en que se funda, y abstenerse de formular nuevas
peticiones, excepto por causas diferentes o por hechos posteriores, salvo en la
casación. Preceptivas que regulan el traslado para preparar la audiencia pública, en
donde las partes están autorizadas únicamente para demandar nulidades generadas
en la fase sumarial, siempre que no hayan sido resueltas.

Atendiendo esta regulación, y sin perder de vista la naturaleza jurídica del proceso
penal Colombiano, con tendencia acusatoria, es claro que en este momento procesal,
la Corte se halla restringida en su proceder, habida cuenta que le está proscrito hacer

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

pronunciamientos sobre los juicios de valor hechos por la Fiscalía General de la Nación
en la instrucción, en relación con los elementos del hecho punible, la tipicidad, la
antijuridicidad y la culpabilidad, y acerca de la responsabilidad de los procesados; ya
que de hacerlo desconocería las funciones básicas que el artículo 250 de la
Constitución Política entrega de manera exclusiva y excluyente al Ente Acusador;
materias que deberá definir en el momento del fallo y no antes.

2. Esta causal de nulidad había sido propuesta por el mismo sujeto procesal, y
resuelta por el Despacho del Vicefiscal General de la Nación, como lo pregona el
peticionario en el memorial, teniendo como apoyo en lo fundamental los mismos
argumentos de hecho y de derecho a los aquí esbozados, e igual recaudo procesal,
toda vez que fue elevada en el recurso de reposición que interpuso contra la resolución
de acusación, y resuelta por la Fiscalía el 18 de agosto de 2.000.

En efecto, en aquella ocasión solicitó se revocara la resolución acusatoria, por


considerar que el proceso estaba viciado de nulidad, al desconocer el juez natural y el
debido proceso, al haberse abrogado el Fiscal General la competencia para investigar
al Dr. MONTOYA MEDINA, por delitos que no son de responsabilidad, cuando ya se
había desligado de la Procuraduría General de la Nación, y por delitos de
responsabilidad que no podían serle endilgados.

Acerca de los delitos comunes de fraude procesal y soborno, expresó de idéntica


forma, que la misma irregularidad se dio, dado que al momento de abrirse la
investigación, el procesado se había desvinculado de la Procuraduría General de la
Nación, por lo tanto la competencia para investigarlo era de los Fiscales Delegados
ante los Jueces Penales del Circuito.

Argumentos que fueron respondidos por la Fiscalía en la resolución aludida de la


siguiente manera:

"Un hecho determina el recurrente como principal en su alegación concerniente a la


falta de competencia por parte del Fiscal General Ad-Hoc doctor PEREZ PINZON para
abrir el proceso por delitos comunes contra MONTOYA MEDINA y por consiguiente
también la falta de competencia de este despacho para adelantar la instrucción y la
emisión de la acusación, fundada en la misma causa lo que, en su criterio, implica la
nulidad de toda la actuación. Esa argumentación de la defensa implica el siguiente
análisis:

"1º. El doctor ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON intervino en el proceso como Fiscal
General de la Nación ante la aceptación que la Corte Suprema de Justicia hizo del
impedimento manifestado por VALDIVIESO SARMIENTO, en esa misma posición
intervino en el proceso SARMIENTO MANTILLA como Fiscal General de la Nación
encargado.

" 2. Quienes hemos firmado decisiones en este proceso hemos intervenido en calidad
de Fiscal General de la Nación, tal como deviene del artículo 1º de la ley 417 de 1.997
en la que se expresa que corresponde al Vicefiscal General de la Nación. ."Reemplazar
al Fiscal General de la Nación en sus ausencias temporales o en casos de impedimento
procesal".

"3. El artículo 121 del Código de Procedimiento Penal expresa que corresponde al
Fiscal General de la Nación, numeral quinto:
" Investigar, calificar y acusar, si a ello hubiere lugar, al Viceprocurador General de la
Nación, al Vicefiscal General de la Nación y a los fiscales delegados ante la Corte
Suprema de Justicia.".

" De esta disposición surge nítido que la competencia legal del Fiscal para investigar al
Viceprocurador por delitos cometidos durante el desempeño del cargo, tengan o no
relación con el servicio es absoluta pues la norma en comento no hace distinción
alguna y donde la ley no distingue no le es dable hacerlo al interprete.

"4. No es dable aplicar, al caso concreto, el parágrafo del artículo 235 de la


Constitución Política, pues el mismo está referido a los funcionarios mencionados en
los numerales 2,3 y 4 de la disposición. Por el contrario, la competencia para juzgar al
Viceprocurador deviene del numeral séptimo del mencionado artículo en concordancia
con el numeral sexto del artículo 68 del Código de Procedimiento Penal.

" 5. Ahora bien, en gracia de discusión si se sostiene que algunos delitos son comunes
y no hubo un abuso de función y el cargo (- situación que para el despacho es clara en

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

que los delitos fueron realizados en relación con la función y el cargo, valiéndose de
ello, incumpliendo los precisos deberes de acatamiento a la ley y la Constitución), la
actuación de la Fiscalía General de la Nación es plenamente válida por cuanto el Fiscal
General puede asumir cualquier competencia legal conforme al numeral segundo del
artículo 121 del Código de Procedimiento Penal, pero solo puede acusar ante el
funcionario competente. Los servidores judiciales hemos intervenido como Fiscal
General de la Nación en este proceso. Sobre estos aspectos la situación es clara, por
las precisas facultades que la ley reconoce al Fiscal General de la Nación, al respecto la
Corte Suprema de Justicia, dijo en la única instancia….

"…sin que ello sea interferido por lo dispuesto en la providencia enjuiciatoria al señalar
el Fiscal General de la Nación que lo acusa ante esta Corte, ya que la competencia es
la establecida por la Constitución Política y la ley y no la que por error pueda indicarse
en una providencia, decisión que por lo demás mantiene plena vigencia al haber sido
producida por el funcionario que posee la competencia general originaria para
investigar los delitos y acusar a los presuntos infractores, pudiendo desplazar a
cualquier fiscal delegado /artículos 121-2 C. de P.P., modificado por el 17 de la ley 81
de 1.993.)".

3. Con arreglo a las previsiones hechas por el artículo 250 del Código de Procedimiento
Penal, la Corte debe inadmitir los medios de convicción que no conduzcan a la
demostración de la verdad material de los hechos objeto del proceso, o los obtenidos
de manera ilegal, y rechazar los prohibidos por la ley o ineficaces, los notoriamente
impertinentes y los superfluos.

Del marco normativo diseñado por las previsiones de los artículos 250 y 446 del Código
de Procedimiento Penal, fijando este último como fin del traslado común a los sujetos
procesales para preparar la audiencia, pedir las pruebas que sean conducentes, se
evidencia, tal como la Sala lo viene predicando, que el postulante está obligado a
individualizar las pruebas cuya realización reclama, a denotar con claridad y
coherencia la relación que tienen con el objeto de la acusación, e indicar los hechos
que pretende con ellas acreditar. Exigencia que es racional, pues de otra manera el
funcionario no puede realizar el juicio axiológico de conducencia y pertinencia
impuesto por las normas.

Bajo esa perspectiva, es palmario que el procesado no cumplió con esta carga
procesal, comoquiera que tan solo se circunscribió a relacionar las pruebas que desea
sean practicadas y los documentos que pide sean tenidos como medios de convicción,
sin que expresara siquiera sintéticamente la conexión que puedan tener con el objeto
de la acusación, y mucho menos qué pretende demostrar con ellas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Unica Instancia
FECHA : 25/01/2001
DECISION : Niega nulidad, niega pruebas, dispone práctica de
otras
solicitadas por fiscalía
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
DELITOS : Fraude procesal, Peculado por uso, Abuso de
función pública, Soborno
PROCESO : 17703
PUBLICADA : Si

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INDAGATORIA-Interrogatorio/ CASACION-Interés-Identidad sustancial en el


objeto de la impugnación/ PRESCRIPCION

1. En lo concerniente a la primera irregularidad acusada, según la cual, a la procesada


en la diligencia de indagatoria no se le preguntó ni se le formularon cargos sobre los
homicidios de (...) y (...), olvida el libelista que, como lo dice la ley y lo ha reiterado la
jurisprudencia, no basta con afirmar que se incurrió en una irregularidad sino que es

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

necesario demostrar que con ella se socavó la estructura del proceso o se afectaron
las garantías de los sujetos procesales, carga que no cumplió, pues no evidencia cómo
la acusada deficiencia en el interrogatorio afectó el derecho de defensa de la
procesada, como lo alega.

2. El aspecto del vínculo matrimonial no fue objeto del recurso de apelación, por lo
que el casacionista carece de interés, ya que el hecho de atacar la sentencia de
primera instancia, por si solo, no lo otorga para acudir en casación, siendo necesario
que exista identidad en cuanto al objeto de impugnación, esto es, en lo atacado tanto
en la apelación como en la casación, como lo ha dicho la Sala* , pues no existe en
Colombia la casación per saltum.
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* Ver entre otras, casación 13470, diciembre 19/00, M.P. Dr. Carlos A. Gálvez Argote y
11633, diciembre 19/000, M.P. Dr. Edgar Lombana Trujillo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 25/01/2001
DECISION : Declara extinción, prescripción, desestima,
reduce
penas, no condena en perjuicios
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : MARTINEZ AMORTEGUI, MARIA DAISY
PROCESADO : HERRERA PARRA, HAROLD RODOLFO
PROCESADO : HERRERA SAAVEDRA, CARLOS ALBERTO
DELITOS : Falsedad en documento privado, Homicidio
agravado
PROCESO : 12506
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ ACTA DE DILIGENCIA-Firmas/ NULIDAD-


Captura ilegal/ DICTAMEN PERICIAL-Traslado

1. Cuando se acude a esta causal de casación, es imprescindible para el demandante


señalar con claridad y precisión el momento desde el cual estima viciado el
procedimiento.
....

Si el demandante plantea pluralidad de motivos de anulación, le corresponde


establecer prioridades con el fin de determinar desde qué momento, exactamente,
anhela la recuperación de las vías normales.

2. La ausencia de firma del secretario en un auto o en una resolución no afecta de


nulidad una instrucción. Para confirmar el aserto es suficiente recordar que las
resoluciones las "profiere" el fiscal, de acuerdo con el artículo 179-4 del C. de. P. P.; que
el artículo 303-4 del C. de. P. C., al que se puede llegar por la integración prevista en el
artículo 21 del C. de. P. P., expresamente establece que "Ninguna providencia requiere
la firma del secretario"; que del artículo 127 del estatuto procesal penal se desprende
que la potestad que tienen los fiscales delegados ante los jueces de circuito,
municipales y promiscuos para investigar, calificar y acusar -y, desde luego, lo que
implique tales funciones-, es de ellos y no del secretario; y que tal es el criterio
reiterado de la Sala, como se observa, por ejemplo en decisión del 7 de marzo del año
2000 (M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla, Radicación No. 11544).

3. La hipótesis de captura ilegal no genera nulidad de la actuación procesal porque


frente a ella las soluciones previstas en la ley son otras, vgr., el hábeas corpus y la
petición de libertad por aprehensión irregular. Este ha sido el criterio reiterado de la
Sala, que se detecta, por ejemplo, en casación del 15 de agosto del año 2000 (M.P. Dr.
Carlos Eduardo Mejía Escobar, radicación número 14.368):

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Debe señalarse, además, que la supuesta ilegalidad de una captura no es planteable


como fundamento de una solicitud de nulidad procesal. La acción de habeas corpus y
la petición de libertad por captura arbitraria que puede dirigirse al funcionario judicial
inmediatamente le es puesto a su disposición el aprehendido, son los instrumentos
previstos para la protección del derecho de libertad. Y si no se utilizan en el momento
pertinente, la irregularidad en la retención en manera alguna puede corregirse
mediante la nulidad de todo el proceso. La protección del derecho, en conclusión, tiene
lugar en la oportunidad procesal oportuna y a través de las vías que en concreto
consagra la ley".

Pocos meses después, el 15 de diciembre del mismo año, repitió la Corte:

"…el proceder por parte de las autoridades de policía, en cuanto se refiere a la


aprehensión ilegal, no tiene la capacidad para enervar toda la actuación judicial
posterior; en tal sentido de manera reiterada y pacífica lo ha venido sosteniendo la
jurisprudencia de la Sala de la Corte en relación con el tema de la captura ilegal, dado
que, ésta no genera nulidad del proceso, porque la ilegalidad o legalidad de la captura
no tiene incidencia en la estructura del proceso, irritualidad que puede repararse de
manera inmediata con el ejercicio de la acción de Habeas Corpus consagrada en el
artículo 30 de la Constitución Política, cuyo desarrollo se encuentra a partir del artículo
430 del Código de Procedimiento Penal o a través del mecanismo de control previsto
en el artículo 383 ibídem, y no como lo pretende el censor quien postula, en sede de
casación, la vía de la nulidad para restablecer el derecho de la libertad de locomoción
de sus representados" (M.P. Dr. Mario Mantilla Nougués, radicación número 14.435).

Especificando aun más, y continuando su ya largo pensamiento sobre el punto, en


casación del 25 de noviembre de 1999 insistió la Corte:

"La aprehensión ilegal no genera nulidad del proceso, porque puede comenzar,
adelantarse y culminar, sin que haya alguien capturado. La retención no es un
presupuesto de la apertura o continuación de la actuación, ni un elemento sustancial
de la estructura básica del diligenciamiento. Su eventual ilegalidad conculca el derecho
a la libertad la cual puede ser recobrada no con la invalidación de la instrucción o el
juicio sino con el ejercicio oportuno de la garantía del hábeas corpus, consagrada en el
artículo 30 de la Constitución y desarrollada en los preceptos legales correspondientes
o a través de mecanismos de expedito control, dentro del mismo proceso, pero sin que
lo afecte, según prevé el artículo 383 del Código de Procedi-miento Penal" (M. P. Dr.
Yesid Ramírez Bastidas, radicación 12.946).

3. Es verdad que el artículo 270 del C. de. P. P. ordena correr traslado del dictamen
pericial a los sujetos procesales, pero la omisión de ello en casos como el que ocupa la
atención de la Sala no sería más que una irregularidad que no agredería el debido
proceso ni el derecho de defensa, pues que la razón de ser del traslado, el ejercicio del
contradictorio, puede ser materializada con posterioridad al lapso de cinco días
referido por la misma norma. Sobre este aspecto también abunda la jurisprudencia de
la Sala. Así, por ejemplo:

En casación del 17 de marzo de 1999, dijo:

"…el no surtirse el traslado de un dictamen a las partes, a lo sumo podría aceptarse


como una irregularidad en todo caso intras-cendente y por ende sin ninguna
posibilidad de afectar los derechos del procesado o las reglas del procedimiento, salvo
que se lograse demostrar que no se contó con oportunidad alguna para conocerlo y por
ende para controvertirlo, pues contándose con la posibilidad de objetarlo de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 270 del C. de. P. P. "hasta antes de que
finalice la audiencia pública", guardar silencio en torno al contenido del mismo, es
mostrar entera confor-midad con el resultado que la comprobación científica ha
arrojado, todo lo cual hace nugatorio el reparo sobre el particular expuesto" (M.P. Dr.
Carlos A. Gálvez Argote, radicación número 12.682).

Después, el 15 de diciembre de 1999, expresó la Sala:

"…la aludida omisión no pasa de ser una informalidad de la cual está ausente cualquier
carácter sustancial en la medida en que "el hecho de no surtir el traslado del dictamen
a las partes, es una irre-gularidad intrascendente, que no afecta el debido proceso ni
lesiona el derecho de defensa, en casos como el presente donde los sujetos procesales
tuvieron la oportunidad de conocerlo y por tanto pudieron objetarlo, pedir su aclaración
o ampliación (cas. 21 de abril de 1994, M.P.Dr. Jorge Carreño Luengas)" " (M.P. Dr.
Carlos A. Gálvez Argote, radicación número 11.504).

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 25/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
RECURRENTE : GONGORA MENDEZ, FABIO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 11233
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Principio de prioridad/ CASACION-Interés para recurrir-Apelación/


NULIDAD-Técnica en casación/ INVESTIGACION INTEGRAL-Nulidad/ ERROR
DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio

1. En efecto, reiteradamente ha dicho la jurisprudencia de esta Sala que el análisis de


los cargos en casación se rige por el principio de prioridad, según el cual sin
consideración al orden en que éstos fuesen presentados, su análisis debe regirse por la
secuencia que impone la lógica de la impugnación, vinculada a la incidencia procesal
que la prosperidad de alguno de ellos pueda acarrear. Esto por el efecto corrector o
invalidante de la casación que eventualmente devuelve la actuación a diferentes
estadios del proceso.

Es por ello que como norma general, tanto en la formulación de los cargos por el
censor como en la respuesta a los mismos por la Corte, en primer término se impone la
consideración de los cuestionamientos sobre la validez del trámite y dentro de ellos
con prevalencia los que comprendan una mayor porción de la actuación
eventualmente afectada por el vicio.

Empero, como excepción a este enunciado de orden técnico está la determinación del
interés para recurrir o impugnar que es absolutamente prioritario no sólo en cuanto a
la demanda en general sino también en relación con cada uno de los cargos, cuando
quiera que se formulan varios, pues si no se cumple esta condición de procedibilidad,
respecto de la actuación atacada sin legitimación prevalecen los principios de
preclusión de los actos procesales y de seguridad de las resoluciones judiciales,
imponiéndose como inexorables el rechazo de la demanda o su desestimación, esta
última si por haberse festinado el ajuste del libelo el trámite de casación ha avanzado
hasta el punto de un fallo de fondo.

2. La supuesta ausencia de impugnación vertical sobre una específica prueba no la


margina de la controversia casacional si se entiende en su real dimensión la
jurisprudencia que la Sala ha acuñado en esta materia, sobre todo en los fallos de abril
20 y septiembre 22 de 1999 (Rdos. 11.449 y 10.510, M.P., donde son ponentes, en su
orden, los Magistrados Dídimo Páez Velandia y Carlos Augusto Gálvez Argote), cuando
interpretando el alcance del artículo 217 del C.P.P. dejó sentado que la falta de
impugnación en la segunda instancia del asunto atacado en casación hace surgir la
falta de interés para acudir a esta sede extraordinaria, porque "no es posible que por
vía de casación se acusen errores del Tribunal en que no podía estar incurso al ejercer

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

una competencia alinderada por el específico objeto revelado en la sustentación del


apelante" (Rdo. 10.510); o porque "al no haber sido tema de controversia apelacional,
no pueden dar ocasión a errores del fallador de segunda instancia susceptibles de
enmienda en sede casacional" (Rdo. 11.449).

En efecto, el genuino sentido de la restricción para acceder a la impugnación


extraordinaria no puede estar basado en el equivocado entendimiento de que los
términos "errores del tribunal" o "específico objeto" hacen relación a una yuxtaposición
automática y no a una identidad temática entre los yerros denunciados en la apelación
y acusados luego en la casación, pues esto llevaría al falso postulado de que la
controversia en esta última sede se reduce a los errores sobre los medios aislada y
específicamente impugnados en la sustentación del recurso ante el ad quem,
olvidando que el cometido de esta dialéctica no es el insular e inerte ataque a una
prueba por la prueba misma, sino el ejercicio epistemológico de la argumentación
sobre lo que es objeto del conocimiento para procurar un fin sustantivo de favor, como
sería por ejemplo la absolución del acusado, siendo esto último lo que para los efectos
de la identidad temática entre el recurso y la casación constituye el alcance o señala
en definitiva el verdadero sentido de las expresiones "errores del tribunal" o
"específico objeto" a que ha aludido la Corte.

Sobre el punto, en el ámbito de la causal primera por la vía de la violación directa, con
ponencia del Magistrado Carlos Augusto Gálvez Argote (sentencia del 14 de diciembre
de 1999 Rdo. N° 12.343), ya la Sala había precisado que la correspondencia en el
objeto entre una y otra impugnación no es mecánica o producto de una constatación
puramente formal, en términos de comparación de la nomenclatura jurídica dada al
fenómeno en la alegación de segunda instancia y en la demanda de casación, sino que
debe ser una identidad sustancial, sin que importe que al supuesto fáctico o jurídico se
le hagan derivar consecuencias diversas o se le den enfoques distintos.

En esta ocasión la tesis no sólo se reitera sino que se hace extensiva al segundo
apartado de la causal primera, o sea a la violación indirecta de la ley sustancial, en los
términos que se vienen de exponer, pues para el caso que ahora ocupa la atención de
la Corte el objeto de impugnación tanto en la apelación como en la casación es la
autoría, que en ambos momentos se cuestionó, sin que la identidad de este fenómeno
sustancial pueda desvirtuarse por el hecho de que la censura a su demostración se
circunscribió a esta o a aquella unidad de investigación, tanto menos cuando si en la
sentencia "la pruebas deberán ser apreciadas en conjunto" (artículo 254 C.P.P.), la
demanda que pretenda derruirla deberá atacarlas también en forma conglobante
porque de no hacerlo así se corre la contingencia de que la decisión impugnada pueda
sostenerse en los demás medios de convicción no glosados.

En este orden de ideas, establecido que sí hay interés para impugnar en casación
respecto del segundo cargo que apunta a un error en la prueba técnica no
contemplado en la apelación, se procederá a dar respuesta integral a la demanda.

3. Como reiteradamente lo ha sostenido la Sala, cuando se acude a la causal tercera


de casación corresponde al impugnante indicar con precisión la naturaleza de la
irregularidad que invoca destacando con claridad si ésta socava la estructura del
proceso o desconoce las garantías del procesado, individualizando en el primer caso la
irregularidad de tal manera sustancial que afecta las bases de la instrucción o del
juzgamiento, y en el segundo la actuación u omisión que conculca el derecho de
defensa con proyección realmente desfavorable en el fallo atacado.

4. Siendo ello así, habría que considerar que la violación al principio de investigación
integral previsto en el artículo 333 del C.P.P. "genera nulidad, siempre y cuando la
prueba o pruebas dejadas de practicar por la negativa o negligencia del funcionario
judicial, tengan incidencia favorable en la situación del procesado, bien sea en cuanto
al grado de responsabilidad que le fue deducido o frente a la sanción punitiva que le
fue impuesta o simplemente porque el conjunto probatorio que se echa de menos
podría desvirtuar razonablemente la existencia del hecho punible o acreditar
circunstancias de beneficio frente a la imputación que soporta" (Casación N° 14127 de
diciembre 4 de 2000, M.P. Carlos E. Mejía Escobar).

Y la demostración de la incidencia trascendente del vicio en la declaración de justicia


contenida en el fallo atacado, así como el señalamiento del estadio procesal a partir
del cual es necesario decretar la invalidación del trámite para restaurar la garantía
conculcada, es carga que no puede eludir el censor y menos puede librar al sortilegio
de las hipótesis sin comprobación posible en el libelo.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El cargo, fundado en un planteamiento puramente especulativo, no trasciende su


defectuosa formulación y concita el inmediato rechazo, pues como también lo ha
definido la Sala, "lo que hace viable la censura en estos casos es la trascendencia del
contenido material de la prueba invocada, habida consideración de lo que se espera de
ella, es decir de aquello que quien la depreca o requiere dentro del proceso, afirma
que pretende acreditar con su práctica. Sólo a través de un contraste de esta
naturaleza puede el juez de casación sopesar el perjuicio a la garantía y la
favorabilidad de lo que se extraña frente a las finalidades defensivas" (Casación N°
14127 de diciembre 4 de 2000, M.P. Carlos E. Mejía Escobar).

5. Repetidamente ha dicho la jurisprudencia de la Sala que en tratándose de un error


de hecho como el enunciado en este cargo, obligado resulta distinguir si el yerro se
originó en el trastocamiento del contenido material de la prueba (falso juicio de
identidad), o si la equivocación se produjo al estimar el sentenciador el mérito del
elemento de convicción con abierto desconocimiento de los postulados de la sana
crítica (falso raciocinio), porque distorsionar el contenido fáctico de un testimonio para
hacerle decir lo que materialmente no dice es bien distinto a apreciar erróneamente la
capacidad suasoria del medio debido a que su examen se hace en contravía de las
pautas de la sana crítica que son de forzosa consideración para el sentenciador en la
ponderación probatoria.

Precisamente, porque estas dos modalidades del error de hecho afectan de manera
diferente la estimación probatoria no pueden postularse o desarollarse en el ámbito de
un mismo cargo, en tanto es de elemental rigor lógico que para apreciar
equivocadamente un medio de prueba con un examen desligado de las reglas de la
sana crítica, es preciso partir de la contemplación de la unidad de investigación en su
integridad material.

Es que cuando se aduce como vicio en el examen de la prueba el trastocamiento en la


sentencia de lo que materialmente dice la prueba, el impugnante no puede omitir
demostrarle a la Corte que el contenido fáctico del medio de convicción es distinto al
que de él predica el sentenciador, ejercicio de comparación que patéticamente debe
evidenciar la distorsión de tal modo trascendente en el sentido del fallo, que lo deje sin
fundamentación plausible.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 29/01/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : TABORDA LOPEZ, JHON FREDY
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 12723
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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LIBERTAD PROVISIONAL-Causal 5ª: Suspensión razonable y justificada de la


audiencia

Establece el numeral 5º del artículo 415 del Código de procedimiento Penal, que el
sindicado tendrá derecho a la libertad provisional :

" Cuando hayan transcurrido más de seis meses contados a partir de la ejecutoria de la
resolución de acusación, sin que se hubiere celebrado la correspondiente audiencia
pública o se hubiere vencido el término para presentar alegatos de conclusión en el
juicio, según el caso, salvo que se hubieren decretado pruebas en el exterior o se esté
a la espera de su traslado, caso en el cual, el término se extiende ampliado hasta en
seis meses.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

No habrá lugar a libertad provisional cuando la audiencia se hubiere iniciado, así ésta
se encuentre suspendida por cualquier causa, o cuando habiéndose fijado fecha para la
celebración de la misma, no se hubiere podido realizar por causa atribuible al sindicado
o a su defensor ."

La Corte Constitucional en sentencia C- 846 de 27 de octubre de 1999, declaró la


exequibilidad condicionada del inciso segundo de la disposición en cita, entendiéndose
que el fundamento por el cual se suspende la audiencia pública sea razonable y esté
plenamente justificado, alcance que la Jurisprudencia de la Sala ha reiterado al afirmar
la procedencia de la libertad provisional como un derecho fundamental al que pueden
acceder todos los procesados que sufran una prolongación indeterminada de la
privación de la libertad por la falta de diligencia y eficacia de los administradores de
justicia, o cuando habiendo transcurrido seis meses desde la ejecutoria de la resolución
acusatoria, no ha culminado la audiencia pública, siempre y cuando se apliquen
criterios de razonabilidad para la suspensión de ésta .

La protección de la libertad no prosperará, cuando las dilaciones en el juzgamiento,


obedecen al abandono del proceso por parte del operador de justicia o a causa de
maniobras dilatorias del procesado o su defensor, conforme lo ha reiterado la Sala:

" El acceso oportuno a la administración de justicia y la protección de la libertad frente


a las dilaciones injustificadas se desdobla en diversas consideraciones tanto objetivas
como subjetivas a las que debe acudir el juez en cada caso concreto confrontando y
aplicando criterios de razonabilidad tales como extensión temporal del período o
períodos de interrupción del trámite procesal, la apreciación axiológica del motivo, que
desde la malicia hasta la falta de diligencia o la imprudencia, el cumplimiento de las
cargas probatorias respecto del carácter grave e irresistible de una petición de
aplazamiento, o las condiciones que den a un particular evento una connotación
especial.

También habrá de considerarse cómo un aplazamiento injustificado repercute toda la


planificación preordenada por los Juzgados, introduce distractivos en la gestión y
origina una distorsión en cadena que a veces se convierte en una causa futura de
sucesivos retardos. Y que en otras oportunidades no desvincula a la judicatura del
cumplimiento de sus deberes de dirección y ordenación del proceso.

Por eso el análisis sobre la trascendencia de la causa atribuible al procesado o al


defensor no es válido llevarlo a cabo como si cada aplazamiento fuere un episodio
descontextualizado suficientemente explicativo en sí mismo de cualquier retardo,
menos aún como si una conducta negligente del defensor o del procesado autoricen a
paralizar la actuación."

Un análisis del trámite adelantado en el juzgamiento, permite sostener que la


argumentación del Tribunal merece la confirmación de la Sala, en cuanto que las
causas de suspensión de la audiencia pública están basadas en criterios de
razonabilidad, adicionando lo que la Sala ha sostenido en reciente pronunciamiento
(Auto 5-12-00) con ponencia de quien hoy cumple el mismo cometido:

" …Si bien la ley permite al procesado o su defensor durante las oportunidades
legalmente previstas demandar el recaudo de aquellas pruebas que reúnan los
presupuestos de conducencia y pertinencia , y establece que cuando esto suceda el
juzgador está en la obligación de proveer su práctica, de todos modos la escogencia de
la oportunidad para hacer uso del derecho, conlleva necesariamente la carga de
soportar la incidencia que ello tenga en la duración del proceso o los intereses que
defiende, de manera que sea que la prueba pedida se decrete o se rechace por el
órgano jurisdicente, en una y otra eventualidad la parte que a través del pedido
estimula el pronunciamiento judicial, asume las consecuencias derivadas de su
actuación, las que dependen no solamente del sentido en que se expida la decisión
que provoca, sino de la oportunidad y términos en que se eleve la solicitud."

En el presente asunto no podrá imputarse dilación injustificada del trámite por parte
del órgano jurisdicente, como quiera que la estrategia de la defensa obligaba al
Tribunal a suspender el debate oral para la práctica de las pruebas solicitadas por éste,
en el término de la preparación de audiencia, garantizando de esta manera, el derecho
de defensa y el principio de la investigación integral.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Segunda Instancia

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 30/01/2001
DECISION : Confirma auto que nego libertad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá
PROCESADO : AVENDAÑO REBOLLEDO, DEYANIRA
DELITOS : Abuso de Autoridad, Prevaricato, Privación ilegal
de la
libertad
PROCESO : 18052
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Renuncia a términos/ EXTRADICION POSITIVA-


Renuncia al trámite formal

La petición formulada por el ciudadano italiano (...) no está llamada a prosperar, por
cuanto el término para presentar alegatos, a que se refiere el inciso segundo del
artículo 556 del Código de Procedimiento Penal, es común para todos los intervinientes
en el trámite de extradición, entre ellos el representante del Ministerio Público, quien,
de acuerdo con lo establecido en el artículo 87 literal d) de la ley 201 de 1995 y el
artículo 29 del decreto 262 de 2000, tiene como función "Intervenir en el trámite de
extradición ante la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia", incluyendo
la posibilidad de pedir pruebas y presentar alegato de conclusión.

De otra parte, aceptar la renuncia al término para presentar alegatos, como lo tiene
definido la Sala, no sólo "privaría al solicitado en extradición, desde el punto de vista
del interés particular, de manifestar lo que considere pertinente a su defensa, sino que
además, implicaría privarle del trámite establecido por el legislador en detrimento del
debido proceso, el cual, a la luz de la normativa constitucional vigente, es indisponible
e irrenunciable por los sujetos intervinientes en el trámite" (oct. 24/96, rad. 12.116, M.
P. Fernando E. Arboleda Ripoll).

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Extradición
FECHA : 31/01/2001
DECISION : No acepta la renuncia terminos presentada
REQUERIDO : BERGAMO, ANTONIO
PROCESO : 17793
PUBLICADA : Si

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FISCAL GENERAL DE LA NACION/ FISCAL DELEGADO ANTE LA CORTE


SUPREMA DE JUSTICIA-Delegación/ UNICA INSTANCIA/ DOBLE
INSTANCIA-Excepciones/ PECULADO POR APLICACION OFICIAL
DIFERENTE-Bien Jurídico Tutelado/ PECULADO POR APLICACION OFICIAL
DIFERENTE-Modalidad: "Comprometer sumas superiores a la del
presupuesto"/ DOSIFICACION PUNITIVA-Circunstancias de agravación y
conceptos del artículo 61 del C.P

1. A este respecto vale precisar, aún regresando a estadios previos a la audiencia, que
cuando la instrucción pasó por competencia, de esta Sala de Casación a la recién
creada Fiscalía, ya el imputado había rendido indagatoria, (junio 16 de 1992), restando
por resolver sobre su situación provisional. Tal decisión la adoptaría al año siguiente el
Fiscal Delegado ante la Corte, a quien le fue asignado el asunto, pero ni en ello ni en la
actuación que subsiguió bajo la dirección de ese funcionario se puede hallar acto que

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

vicie el trámite cumplido, pues sólo el 23 de noviembre de 1993, vino el Consejo de


Estado a decretar la nulidad de los artículos 1o y 6o, de la Resolución 099 del señor
Fiscal General que venía autorizando esa delegación, fecha para la cual se había
expedido la Ley 81 de 1993, cuyo artículo 17 introdujo al Código de Procedimiento
Penal un precepto expreso que autorizaba de nuevo para que el Fiscal General
adelantara esta clase de procesos mediante comisión a sus Fiscales Delegados ante la
Corte Suprema de Justicia.

Es cierto también que esta nueva norma decayó tras declarar la Corte Constitucional
su inexequibilidad parcial mediante fallo C-472 de 1994, pero también que al hacerlo,
esa colegiatura dejó a salvo la posibilidad de que el Fiscal General comisionara a sus
Fiscales Delegados ante la Corte Suprema de Justicia para la práctica de actuaciones
judiciales distintas a la calificación y a las subsiguientes de formular acusación o
abstenerse de hacerlo. Así resolvió aquella Corporación:

"SEGUNDO.- Declarar INEXEQUIBLE la expresión "o por conducto de sus delegados de


la unidad de fiscalía ante la Corte Suprema de Justicia" contenida en el numeral
primero del artículo 17 de la Ley 81 de 1993. No obstante, se advierte que el fiscal
general de la Nación podrá comisionar a los fiscales delegados ante la Corte Suprema
de Justicia para la práctica de todas las actuaciones procesales distintas a la
calificación y a las subsecuentes de formular acusación o abstenerse de hacerlo."

El acto procesal consistente en calificar el mérito del sumario, (con resolución de


acusación), fue cumplido directamente por el señor Fiscal General, de modo que la
intervención de este alto funcionario dentro de la audiencia pública no constituye en sí
el ejercicio de un acto que por garantizar el ejercicio foral resulte indelegable, pues
para ese momento procesal es ya la Corte la titular de la acción penal, (art. 24 del
Código de Procedimiento Penal), y por lo mismo aquella ante la cual se garantiza el
aforamiento, sobre la base del verdadero acto indelegable y cumplido: la resolución
acusatoria.

De otra parte, la intervención del Fiscal adscrito a la Unidad de Fiscalías Delegadas


ante la Corte Suprema de Justicia, en los diferentes actos concatenados que
constituyen la investigación o instrucción propiamente tal, es una situación
completamente consolidada, que en modo alguno se afecta por la declaratoria parcial
de inexequibilidad del artículo 17 de la Ley 81 de 1983, puesto que ésta produce
efectos únicamente hacia el futuro, como bien lo indicó la propia Corte Constitucional
en Sentencia SU-563/99:

"Ahora bien, descendiendo al caso concreto, se tiene que en relación con la Sentencia
C-472 del 20 de octubre de 1994, la Corte Constitucional no fijó expresamente los
efectos que ella producía, por lo que debe entenderse que éstos sólo se proyectan
hacia el futuro."

Por lo demás, la intervención de la Delegada del Fiscal en la diligencia de audiencia en


modo alguno desborda la comisión, atenida su intervención a los términos en que la
redactó el titular, quien confirió el encargo luego de precluido el recaudo probatorio, de
donde no asoma razón de peso ni suficiencia que haga pensar en un desconocimiento
o transgresión del fuero.

2. La propia Carta Constitucional al consagrar como garantía la de impugnar las


sentencias judiciales, (artículo 31 superior), hace allí mismo excepciones a esa regla,
tras añadir que la ley puede establecer excepciones, hecho al cual se suma el
entendimiento que de la competencia de esta Corporación como tribunal de única
instancia ha hecho la Corte Constitucional al destacar ese principio como de arraigo
superior precisando que del artículo 234 de la Carta emana:

"...en primer lugar, que cada sala de casación -penal, civil o laboral- actúa, dentro del
ámbito de su competencia, como máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria; en
segundo lugar, que cada una de ellas es autónoma para la toma de decisiones y, por lo
mismo, no puede inferirse en momento alguno que la Constitución definió una
jerarquización entre las Salas; en tercer lugar, que el hecho de que la Carta Política
hubiese facultado al señalar los asuntos que debe conocer la Corte en pleno, no
significa que las salas de casación pierdan su competencia o que la Sala Plena sea
superior jerárquico de alguna de ellas. En otras palabras, la redacción del artículo 234
constitucional lleva a la conclusión evidente de que bajo ningún aspecto puede
señalarse que exista jerarquía superior, ni dentro ni fuera, de lo que la misma Carta ha
calificado como máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria."

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Y si es la misma Carta constitucional la que señala la competencia de la Corte para


conocer en única instancia sobre las causas adelantadas en contra de los altos
funcionarios del Estado ante ella aforados, ninguna duda cabe en cuanto la
constitucionalidad de la actuación adelantada por la Corte Suprema que en el caso
presente se ha limitado a obedecer esa competencia, sobre la cual también se
pronunció la Corte Constitucional cuando en el mismo fallo evocado, (sentencia C-037
de 1996), al declarar la inexequibilidad del numeral 6 del artículo 17 de la entonces
revisada Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, que pretendía conceder esa
instancia que la defensa aquí extraña, añadió precisamente, en coincidencia con el
criterio de esta Colegiatura, que la razón para acoger como de única instancia los
procesos por juzgamiento con fuero constitucional radicaba en que:

"...si se acude al fundamento de la doble instancia como sistema concebido para


disminuir los riesgos que consigo lleva la infalibilidad humana se aprecia que esta es
ineluctable, pero que precisamente se procura que la segunda instancia esté a cargo
de un órgano más versado, docto y especializado en la ciencia específica, lo cual
resulta francamente inconsecuente cuando la decisión de quienes han sido escogidos
como expertos en la materia, pasa a ser revisada por funcionarios cuya versación y
entrenamiento no son lo mismo".

3. El artículo 136 del Código Penal, cuyo texto original debe aplicarse en este caso por
favorabilidad, contiene tres conductas nucleares diferentes por las cuales podría
estructurarse el tipo de peculado por aplicación oficial diferente, a saber:

-. Dar a los bienes del Estado aplicación oficial diferente de aquella a que están
destinados.

-. Comprometer sumas superiores a las fijadas en el presupuesto.

-. Invertir o utilizar sumas en forma no prevista en el presupuesto.

La categoría de bien jurídico digno de protección penal reconocida al adecuado y


ordenado manejo del presupuesto de una entidad oficial, en el sentido de no dar a los
dineros públicos destinación diferente a la convenida por las autoridades competentes,
tiene fundamento constitucional, enraizado en la estructura básica del Estado, que se
cimienta en la separación de poderes, de donde resulta que el ejecutivo no puede
usurpar facultades del legislativo como si se tratase de una autoridad con atribuciones
sin límite en la administración pública que le ha sido confiada.

En relación con la tutela jurídica que establece el artículo 136 del Código Penal la Corte
ha señalado su criterio en distintos pronunciamientos, a saber:

"Aunque a veces se lesiona con el hecho punible el interés fiscal del Estado, el daño
desde el punto de vista del tipo consiste en la infidelidad del empleado con la función
que se le encomendó y con los deberes que tiene hacia la administración y para con la
comunidad social. No importa pues, que el servidor público no obtenga provecho
personal alguno"
"La norma incriminadora tutela fundamentalmente el interés de la administración
pública en sus manifestaciones de lealtad, fidelidad, eficacia, prestigio, probidad y
corrección de los funcionarios públicos, que se reflejan en el manejo ajustado a
derecho de los bienes del Estado, el normal, ordenado y legal desempeño de los
órganos y personas investidas del derecho y el deber de administrar."

"La culpabilidad se manifiesta en el peculado como dolo genérico. Basta con el


conocimiento de la antijuridicidad o de que el comportamiento está en contraste con
las normas penales, para que pueda predicarse la existencia del elemento subjetivo
del hecho punible."

"El agente quiere y realiza un comportamiento que sabe prohibido o contrario a


derecho, sin que sea necesario requisito adicional alguno para que exista culpabilidad."
"Los fines ulteriores a la ejecución de la conducta típica que el agente persiga son
irrelevantes para el derecho penal y no hacen parte, por consiguiente de la estructura
legal de la infracción." (Auto del 30 de septiembre de 1975. M.P. Dr. FEDERICO
ESTRADA VÉLEZ.)

En otra ocasión la Sala señaló:

"Conocido con el nombre de peculado por aplicación oficial diferente, este tipo especial
tutela esencialmente el interés jurídico de la administración en el concreto aspecto de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la planificada ejecución del gasto público, que tiene fundamento constitucional en el


artículo 207 de la Carta, y de la previa destinación de bienes oficiales al cumplimiento
de finalidades específicas; considera el legislador penal, con razón, que tales
modificaciones de la cosa pública alteran el lógico y ordenado desarrollo de la
administración. No sobra destacar que aún en algunos casos tales decisiones del
funcionario con poder de administrar ocasionan detrimento patrimonial al Estado, el
hecho no deja de ser punible porque ello no ocurra, pues como ya se advirtió, lo que
genera reproche jurídico a esta clase de comportamientos es la lesión que se causa a
la planificada administración de los bienes del Estado. Es claro que si aquella diferente
destinación se hace en virtud de decisión oficial legítima, el delito no se configura"
(Auto del 7 de junio de 1983. M.P. Dr. ALFONSO REYES ECHANDÍA)

Tal comprensión no varía ni por el cambio constitucional que se produjo con la nueva
Carta de 1991, ni por la expedición de la Ley 190 de 1995, pues ni aquella modificó
sustancialmente ese esquema superior de la administración y manejo de los bienes,
rentas y gasto del Estado a nivel del Gobierno central y de los territorios, ni las
modificaciones introducidas a la figura del peculado por destinación oficial diferente
llegaron a dejar atípica ni a variar sustancialmente la conducta que para este caso se
persigue.

4. El peculado por aplicación oficial diferente en la modalidad de comprometer sumas


superiores a las presupuestadas es un delito de comisión instantánea, puesto que el
injusto típico se verifica o consuma cuando el servidor público con poder para disponer
expide el documento, resolución, decreto, orden, etc., que obliga al gasto futuro que
debe cubrirse con dineros no destinados previamente a esos precisos fines.

Ahora bien, para el concreto caso de la modalidad de erogar sumas mayores de las
presupuestadas, el término comprometer debe entenderse en el sentido de que no
podrá ninguna autoridad contraer obligaciones que comprometan la responsabilidad
de la administración pública sobre apropiaciones inexistentes o excediendo los saldos
disponibles, o sin la autorización del CONFIS o su delegado para el caso de compromiso
sobre vigencias futuras, pues todo acto que afecte las apropiaciones presupuestales
debe contar con certificados de disponibilidad previos, que garanticen la existencia de
apropiación suficiente para atender los gastos.

El verbo "comprometer", núcleo del tipo, a diferencia de lo que entiende por él el


Delegado del Ministerio Público, en cuanto se refiere a la afectación de sumas
superiores a las presupuestadas por parte del servidor público con funciones de
administración o custodia, no significa otra cosa distinta a la de emitir una orden
documentada, excediendo las sumas del presupuesto, de modo que con ello se
perfecciona el delito, sin perjuicio de que se realice o no la erogación.

Dicha modalidad se consuma, entonces, como lo advierte la doctrina, coetánea y


automáticamente con la firma del contrato, la orden de trabajo, la resolución de
vinculación o cualquier otro acto administrativo que contenga un compromiso que
afecte el presupuesto, ya que en ese instante surge realmente al mundo del derecho el
compromiso de una suma superior a la señalada en el presupuesto.

5. Como ha precisado la Sala el punto de partida en la concreción de la pena "lo


suministra la consecuencia prevista en cada una de las normas violadas (tipos básicos,
especiales, agravados y atenuados), pero la operación ha de realizarse dentro de los
márgenes establecidos en dichos referentes normativos, y conforme con los criterios
básicos ilustrados en el artículo 61 y demás dispositivos del capítulo segundo, título IV
del Código Penal que, por las trazas del caso singular, puedan llegar a involucrarse.

"En efecto, en el pertinente inciso primero, el artículo 61 citado dispone:

"Criterios para fijar la pena. Dentro de los límites señalados por la ley, el juez aplicará
la pena según la gravedad y modalidades del hecho punible, el grado de culpabilidad,
las circunstancias de atenuación o agravación y la personalidad del agente…".

"Las circunstancias de agravación, bien las específicas ora las genéricas, lógicamente
forman parte del concepto de "gravedad y modalidades del hecho punible"; pero,
desde luego, existencialmente pueden presentarse otras manifestaciones
comportamentales que aumenten la intensidad del injusto, sin que el legislador las
haya contemplado expresamente como agravantes, y en tal medida se justifica la
distinción que hace el precepto examinado. Es que gravedad y personalidad se refieren
globalmente al injusto y al sujeto responsable del mismo, pero sólo incidirá en la

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

dosificación en lo relacionado con aquellos comportamientos que no quedan


específicamente comprendidos por una atenuante o agravante.

"Sin embargo, es preciso analizar primero, por respeto al principio de legalidad, si


concurren circunstancias específicas y/o genéricas de agravación dispuestas como
tales en la ley, y sólo después otras supuestas manifestaciones existenciales de
conducta que puedan encuadrarse en la fórmula más abierta de "la gravedad y
modalidades del hecho punible" o "personalidad del agente", pues bien puede ocurrir
que las últimas quepan perfectamente en la base fáctica de las primeras. En este
orden, el juzgador puede precaver la doble valoración de circunstancias o
comportamientos, con consecuencias punitivas apreciables, como expresión sustancial
de la garantía que consagra el principio universal del non bis in idem…" (sentencia de
segunda instancia No. 15.458, H.M.P. Dr. Gómez Gallego).

MAGISTRADO PONENTE: DR. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Unica Instancia


FECHA : 31/01/2001
DECISION : Declara inexistentes las nulidades solicitadas,
condena,
no condena en perj., concede subrogado
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CHAVES MARTINEZ, LUIS ERNESTO
DELITOS : Peculado por aplicación diferente
PROCESO : 6593
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
Salvamento de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

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CASACION DISCRECIONAL-Ley 553 de 2000-Reforma al trámite/ CASACION


DISCRECIONAL-Extemporánea/ CASACION DISCRECIONAL-Traslado a los no
recurrentes

1. Habiendo sido proferida la sentencia de segunda instancia el 25 de abril del año


2000, contra la cual se formuló demanda de casación discrecional por el procesado a
nombre propio en razón a su condición de abogado litigante en ejercicio, es claro que
el control sobre su trámite y requisitos formales debe realizarse con referencia
exclusiva a las previsiones de la Ley 553 de 2000, porque en eventos tales tiene plena
operancia el artículo 18 transitorio, cuyo tenor literal es el siguiente:

"Esta Ley sólo se aplicará a los procesos en que se interponga la casación a partir de
su vigencia, salvo lo relativo a la respuesta inmediata y al desistimiento, que se
aplicarán también para los procesos que actualmente se encuentran en curso en la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia".

En punto a la reformada impugnación, se tiene que por virtud de la disposición


contenida en el artículo 1° de la ley 553 de 2000, la casación excepcional procede
contra sentencias de segunda instancia que hayan adquirido ejecutoria material,
proferidas por los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, el extinguido Tribunal
Nacional y el Tribunal Penal Militar en procesos adelantados por delitos que tengan
señalada pena privativa de la libertad cuyo máximo sea igual o inferior a ocho (8)
años, y contra fallos de igual jerarquía proferidos por los Jueces Penales del Circuito sin
referencia al factor cuantitativo de la pena señalada por la ley para el delito objeto de
la sentencia.

Adicional a lo anterior bien está recordar que frente a la misma ley, la interposición y
sustentación de la demanda en los eventos de la casación discrecional o excepcional
quedaron concentrados en un solo acto que se formaliza con la presentación de la
demanda en los términos ya analizados, todo lo cual impone la necesidad de que el

51
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

libelo respectivo tenga un capítulo preliminar, o introito, donde el opugnador consigne


los motivos suficientes (necesidad de desarrollo jurisprudencial o de garantía de los
derechos fundamentales) que lleven a la Corte a franquear el acceso a dicha
impugnación que de manera general le niega la propia ley.

2. Atendiendo la regulación contenida en el artículo 197 del estatuto procesal penal,


se tiene que la ejecutoria del fallo del ad quem se produjo el 9 de mayo del año 2000,
esto es tres días después de la última notificación que en este caso fue la supletoria
del edicto cuya desfijación ocurrió el 4 del mismo mes.

A partir de entonces y no de un momento procesal posterior comenzaba a correr el


perentorio término de treinta (30) días para la presentación de la demanda de casación
discrecional previsto en el artículo 6° de la Ley 553 de 2000, que en esta materia
modificó el artículo 223 del mencionado estatuto adjetivo. No otro puede ser el
entendimiento de la genérica preceptiva que sobre el punto dispone: "La demanda de
casación deberá presentarse por escrito dentro de los treinta (30) días siguientes a la
ejecutoria de la sentencia de segunda instancia".

Así, pues, si la demanda del procesado (...), quien acudió a presentarla a nombre
propio por cumplirse en su caso el supuesto de hecho previsto en el último aparte del
artículo 5° de la Ley 553 de 2000, se allegó al proceso el 12 de julio de ese año, su
extemporaneidad es evidente, en tanto dicho término por ser legal y preclusivo no
puede ser desconocido por los sujetos procesales so pretexto de impertinentes
constancias procesales o del proferimiento de innecesarios autos, que en este
contexto carecen de efecto jurídico vinculante máxime cuando la jurisprudencia ha
señalado que "el control de los términos legales corresponde a los sujetos procesales".

3. En los eventos de casación discrecional, a la presentación oportuna de la demanda


debe seguir inexorablemente el traslado a los no demandantes como lo dispone el
artículo 7° de la citada ley, acotación que se hace en este caso dentro del marco de la
función pedagógica que también corresponde a la Sala y con el fin de precaver futuras
omisiones con incidencia en la agilidad del trámite de la casación, tal como quedó
concebido en el nuevo ordenamiento.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
FECHA : 31/01/2001
DECISION : Inadmite la demanda por extemporánea
PROCEDENCIA : Juzgado 4º Penal del Circuito
CIUDAD : Cúcuta
PROCESADO : ZAMBRANO PERALTA, RODOLFO
DELITOS : Estafa
PROCESO : 17586
PUBLICADA : Si

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ACCION DE REVISION-Finalidad/ ACCION DE REVISION-Causal tercera

1. Teleológicamente la acción de revisión fue concebida por el legislador como un


mecanismo a través del cual se busca la invalidación de una decisión que ha adquirido
firmeza, respecto de la cual se establece que entraña un contenido de injusticia
material porque la verdad procesal declarada resulta ser bien diversa a la verdad
histórica del acontecer objeto de juzgamiento, demostración que sólo es posible
jurídicamente dentro del marco precisado por las causales taxativamente señaladas en
la ley.

2 Con referencia a la causal seleccionada por el demandante, para que el libelo pueda
ser admitido, debe contener un planteamiento jurídico completo orientado a
demostrar, con apoyo en los anexos pertinentes, que con posterioridad a la sentencia
condenatoria aparecieron hechos o pruebas nuevas con entidad suficiente para tornar
la condena en absolución por inocencia del procesado o dar lugar a mutar una pena

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

aflictiva de la libertad en la medida pertinente porque se demuestre que fue


condenado como imputable quien no lo era.

Una tal demostración, por la naturaleza y el objeto de la acción, entraña la obligación


de expresar la causal que sustente la postulación, indicar con toda claridad y precisión
los fundamentos de hecho y de derecho en que se fundamenta la solicitud y aportar la
prueba del motivo o motivos indicados, de las cuales surja con un grado significativo
de persuasión la viabilidad de dar inicio al trámite porque, según la causal aducida, se
perfila la verdad de la injusticia del fallo demandado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Acción de Revisión
FECHA : 31/01/2001
DECISION : Reconoce apoderado, rechaza in límine la
demanda
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : SANCHEZ AVILA, GILBERTO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Secuestro
simple
PROCESO : 15761
PUBLICADA : Si

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TRANSITO DE LEGISLACION-Principio de aplicación inmediata ley procesal/


VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Error de apreciación: Técnica

1. En el caso específico del Decreto 2700 de 1991, al delimitarse su ámbito de


aplicación, sus efectos fueron circunscritos a los procesos en los cuales, para la fecha
de su entrada en vigencia, no hubiese sido iniciada la audiencia pública de
juzgamiento. Los demás (en los cuales la audiencia hubiese sido ya iniciada), debían
continuar tramitándose conforme a las disposiciones del estatuto anterior, según lo
dispuesto en su artículo 13 transitorio.

El nuevo código entró en vigor el 1º de julio de 1992, fecha para la cual el proceso que
es objeto de estudio se hallaba en período de instrucción, tras haber sido calificado su
mérito con reapertura de la investigación (fls.160/1)). Esto significa que la nueva
normatividad le era aplicable desde su puesta en vigencia, por encontrarse en una fase
anterior a la prevista en al citado artículo 13 transitorio, y que la calificación
correspondía hacerla a la Fiscalía, de acuerdo con lo establecido en los artículos 9
transitorio y 439 ejusdem.

Cierto es que el principio general de aplicación inmediata de la ley procesal no es


absoluto, y que en determinados casos se establecen excepciones al mismo, según se
trate de disposiciones de contenido puramente ritual (artículo 40 de la ley 153 de
1887), o de normas procesales de efectos sustanciales (artículos 29 de la Constitución
Nacional y 10 del Código de Procedimiento Penal), pero el actor no demuestra la
concurrencia de ninguna de ellas, ni del estudio del proceso surge evidente su
configuración.

2. Cuando se plantea violación indirecta de la ley sustancial, por errónea apreciación


de la prueba, se impone para el accionante la obligación de precisar la clase de error
cometido, si de hecho por falsos juicios de existencia, falsos juicios de identidad, o
falso raciocinio, o de derecho por falsos juicios de legalidad, o falsos juicios de
convicción, y demostrar su incidencia en la decisión impugnada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 01/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESADO : FLORIAN BERNAL, SAUL


DELITOS : Lesiones personales, Homicidio
PROCESO : 13448
PUBLICADA : Si

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ERROR IN IUDICANDO-Técnica/ DEFENSA TECNICA-Inactividad contenciosa


como estrategia defensiva/ DEFENSA TECNICA-Oposición de criterios
estratégicos

1. Con relación a las dudas probatorias y a las contradicciones que plantea en lo


atinente al acta del levantamiento del cadáver, al dictamen médico-legal y al balístico
y al testimonio de (...), aparece que se refieren a la apreciación de los medios de
convicción, esto es, a vicios in iudicando, que antitécnicamente presenta como un
error in procedendo, por violación al derecho de defensa.

Al tratarse de yerros de la primera modalidad ha debido aducirlos y demostrarlos por la


causal primera, de manera separada, en acatamiento al principio de autonomía, y
como cargo subsidiario al de nulidad.

2. No evidencia, frente a una sentencia que viene amparada por la doble presunción de
acierto y legalidad, que la alegada inactividad del defensor constituyó un verdadero
abandono de la defensa, y no una estrategia defensiva, apareciendo lo segundo.

En efecto, como lo ha señalado la Sala* , aunque no es fácil mensurar la actividad


defensiva y resulta difícil determinar si los silencios y expectativas del abogado
obedecen a una estrategia defensiva ó a un abandono de la causa encomendada, en el
caso presente, las circunstancias objetivas revelan que la aparente pasividad del
letrado, obedecía a una verdadera estrategia defensiva, pues se notificó
personalmente de las resoluciones que se produjeron en la instrucción, incluso de las
que no requerían esa forma de enteramiento, como ocurrió con el proveído fechado el
21 de julio de 1995, en el que se modificó la medida de aseguramiento proferida en
contra del acusado, lo que indica que estuvo pendiente de la marcha del proceso y
ejerció sobre la actuación el debido control, pues, como también lo ha reiterado la
jurisprudencia de la Sala "no siempre la mejor defensa es aquella que atiborra el
proceso de peticiones y recursos, sin cuidarse de la pertinencia, que insinúan más un
propósito dilatorio que defensivo"**

3. Lo qué se observa es qué el demandante plantea una estrategia defensiva distinta,


pues al abogado, en su táctica defensiva, le pudo parecer más conveniente para los
intereses del procesado, asumir una actitud expectante y, como lo conceptúa el
Procurador Delegado, reservar las críticas sobre las dudas y contradicciones que, a su
juicio, presentaban los dictámenes, para alegarlas, en el momento oportuno y buscar
la absolución, resultando más favorable que la rebaja por sentencia anticipada.

Ha dicho al respecto la Sala:

"La defensa técnica ha sido consagrada en las legislaciones respetuosas del Estado de
Derecho como el medio idóneo para que un profesional, de quien se da por sentado su
conocimiento en el saber jurídico, admitido como tal por el propio Estado, obtenga el
pleno respeto de los derechos y garantías reconocidos al procesado, frente al cual,
mientras no franquee los baremos constitucionales, legales y éticos en referencia, está
en plena libertad de ejercitar, para el logro de ese fin, todos y cada uno de los medios
que en su recto entender crea pertinentes, no pudiendo fatalmente coincidir con los
que otro profesional de la misma ciencia y en ejercicio de la misma función pueda
considerar eran los idóneos, pues precisamente la misma amplitud que le brinda los
postulados valorativos que imponen el análisis de los hechos y la interpretación de las
normas positivas, posibilitan en sí mismos diversas alternativas para llegar a un mismo
objetivo". (casación 11612, octubre 8 de 1999. M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote).
____________________

* y ** Casación 11040, octubre 22 de 1999. M.P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 01/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : BLANCO LOZANO, LUIS EMILIO ,o,
PROCESADO : BLANCO, OLFER ,o,
PROCESADO : TRILLOS, ALEJANDRO ,o,
PROCESADO : TRILLOS, LUIS ALEJANDRO, o,
PROCESADO : TRILLOS, MIGUEL ANGEL ,o,
DELITOS : Lesiones personales, Hurto agravado, Porte de
armas de
defensa personal, Homicidio agravado
PROCESO : 13847
PUBLICADA : Si

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DOBLE INSTANCIA-Fiscalía/ ANTIJURIDICIDAD-Formal y material/


PECULADO POR EXTENSION/ PECULADO POR APROPIACION-Intereses
bancarios

1. Las consecuencias que arroja el desplazamiento de un Fiscal por otro, no pueden


mirarse como lo pretende el censor, sino efectuando un análisis sistemático de la
normatividad que regula íntegramente la materia, como lo ha indicado la Sala en
providencias del 25 de noviembre de 1999 (rad. 10.365, M. P. Fernando Arboleda
Ripoll) y 11 de julio de 2000 (rad. 12.758, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego), en donde
se precisó que en eventos como los planteados por el impugnante no hay nulidad.

En efecto, los fiscales ante la Corte o ante los tribunales son superiores funcionales,
porque la ley les ha asignado la labor de decidir en segunda instancia los recursos de
apelación y de hecho, según los artículos 123-2 y 125-2 del Código de Procedimiento
Penal y, además, debe tenerse en cuenta la competencia objetiva, ya que no basta
mirar aisladamente el artículo 27 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia,
sino que deben tenerse en cuenta todos lo extremos que permiten fijarla, como en los
casos en donde se haya presentado desplazamiento del instructor.

Por eso, para establecer la competencia de la Fiscalía hay que acudir a las normas que
regulan la asignación de los asuntos a los juzgados y tribunales (arts. 70, 72 y 73 C. de
P. P.) y así se determina que si un proceso corresponde a un Juez del Circuito, aunque
la decisión haya sido tomada por un Fiscal Delegado ante Tribunal, por
desplazamiento, la segunda instancia la realiza otro ante la misma corporación, debido
a que la competencia por el factor objetivo no se desplaza.

La resolución del funcionario que ordena la sustitución no tiene la facultad de modificar


la ley, o las normas sobre competencia por la naturaleza del hecho, sino la de asumir la
función, sin variar el conocimiento por el Juez del Circuito, como en el asunto
examinado, pues la acusación debe hacerse ante él y la segunda instancia en la fase
instructiva corresponde al superior funcional del Fiscal Seccional que entra a
remplazar.

2. La antijuridicidad formal es una simple contrariedad de la conducta con lo dispuesto


normativamente y el artículo 4° del Código Penal hace referencia a la antijuridicidad
material, consistente en la afectación del bien jurídico protegido, al lesionarlo o ponerlo
en peligro, por medio de un comportamiento consagrado como punible.

3. El impugnante señala que no hubo daño porque los auxilios fueron entregados por la
procesada a los destinatarios, cuando la Gobernación de Boyacá lo autorizó, pero
olvida que en el fallo atacado no se le condenó por la acción desarrollada en lo
concerniente al monto de los auxilios, pero sí por la apropiación de los rendimientos, $
915.194,12, modalidad de peculado que también tiene lugar en el peculado por
extensión. El bien jurídico tutelado no es sólo la lealtad, la probidad, la fidelidad del

55
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

funcionario hacia la administración pública, sino también la protección del patrimonio


estatal.
...

Además, si a la lesión al patrimonio público se une el quebrantamiento de la probidad,


la lealtad y la fidelidad que la acusada debía profesar en la custodia de los dineros
suministrados por la Secretaria de Hacienda de Boyacá, se concluye diáfanamente que
con su actuar, al disponer de esos rendimientos como si fueran suyos, ejerciendo actos
de dominio incompatibles con la tenencia que se le había otorgado, vulneró el bien
jurídico protegido en el artículo 133 del Código Penal, modificado por el 19 de la Ley
190 de 1995, aplicado retroactivamente por favorabilidad.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 01/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : RODRIGUEZ JIMENEZ, LUZ MARINA
DELITOS : Peculado por extensión
PROCESO : 16362
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Lugar de comisión del delito/ EXTRADICION


POSITIVA-Suspensión del trámite: No se creó un nuevo requisito de
procedibildiad/ NULIDAD

Fundamenta (...) la petición de nulidad en una conclusión personal, que en modo


alguno se advierte en el fallo de tutela proferido por la Corte Constitucional que invoca
como sustento de sus afirmaciones, pues en la sentencia T1736/2.000 no afirma dicha
Corporación que sea un requisito de procedibilidad el concepto previo de la Fiscalía
General de la Nación sobre el lugar donde ocurrieron los hechos que motivan la
solicitud de extradición, como lo menciona el petente.

Así las cosas, se impone entonces concluir que si lo concerniente a la determinación


del lugar donde ocurrieron los hechos en que se fundamenta el pedido de extradición
no es competencia de la Corte en estos casos, precisamente por no actuar con
vocación de juez que decide en el fondo el asunto, y que además ese tema no
corresponde a ninguno de los previstos en el artículo 558 del Código de Procedimiento
Penal, es decir, no constituye fundamento del concepto, entonces, mal podría
entenderse como un presupuesto de procedibilidad y mucho menos que sirva de
motivo de invalidación de lo actuado.

Lo anterior, adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que al ser el Gobierno


Nacional la autoridad a la que le compete, en ejercicio de la función constitucional del
manejo de las relaciones internacionales, decidir frente al Gobierno extranjero si
concede o no la extradición -en caso de que el concepto de la Corte sea favorable a
ella, pues cuando es negativo es de carácter obligatorio- entonces, es él el destinatario
por antonomasia de las determinaciones que sobre el asunto tome la Fiscalía General
de la Nación.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 02/02/2001
DECISION : Niega la nulidad del trámite
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

REQUERIDO : ARBELAEZ DIAZ, JUAN GUILLERMO


PROCESO : 16728
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Principio de territorialidad/ EXTRADICION


POSITIVA-Suspensión del trámite/ FAVORABILIDAD/ SUSPENCION/ TUTELA

1. Parte el solicitado del equívoco supuesto de que en este asunto se presenta un


problema de favorabilidad entre la Constitución de 1.991 y lo dispuesto en el artículo
13 del Código Penal en cuanto al principio de territorialidad de la ley penal, las cuales
en modo alguno ofrecen espacio para una discusión de esta naturaleza, sino que por el
contrario, se manifiestan acordes al nuevo ordenamiento constitucional si se tiene en
cuenta, no solo que la disposición de la Carta prevalece por encima del resto del
ordenamiento interno, sino que la misma es posterior al propio Estatuto Procesal.

En este sentido, importa, entonces, recordar que ya la Corte Constitucional tuvo


oportunidad de pronunciarse sobre la conformidad existente entre la referida
preceptiva legal con el texto superior, pues:

"Tanto el principio de territorialidad como sus excepciones -los principios de


extraterritorialidad- encuentran reflejo en el ordenamiento jurídico colombiano a nivel
constitucional y legal.

La Carta Política, en sus artículos 4 y 95, inciso 2, ordena a quienes se encuentren en


territorio colombiano, sean nacionales o extranjeros, cumplir con las leyes de la
República; es decir, toda persona que se encuentre dentro de los límites territoriales a
los cuales se refiere el artículo 101 superior, está sometida a las normas prescritas por
el legislador nacional. En este sentido, el principio de territorialidad es la regla general
a aplicar. Ahora bien, la misma Carta Política,, en su artículo 9, recoge los principios
generales del derecho internacional, entre los cuales se encuentran los que delimitan
el ejercicio de la jurisdicción, arriba enumerados. Por lo mismo, también encuentran
sustento constitucional los principios de extraterritorialidad, siempre y cuando se
apliquen de conformidad con los mandatos de reciprocidad, equidad y respeto por la
soberanía foránea.

Por su parte, la ley criminal colombiana recoge dichos principios en los artículos 13 y
15 del Código Penal, que deben leerse de manera conjunta por cuanto conforman un
sistema. En efecto, el artículo 13 consagra el principio de territorialidad como norma
general, pero admite, que a la luz de las normas internacionales, existan ciertas
excepciones, en virtud de las cuales se justifica tanto la extensión de la ley colombiana
a actos, situaciones o personas que se encuentran en el extranjero, como la aplicación
de la ley extranjera, en ciertos casos, en el territorio colombiano. En forma
consecuente, el artículo 15 enumera las hipótesis aceptables de "extraterritorialdiad",
incluyendo tanto los principios internacionales reseñados, como algunas ampliaciones
domésticas de los mismos: allí se enumeran el principio "real" o "de protección
(numeral 1), las inmunidades diplomáticas y estatales (numeral 2), el principio de
nacionalidad activa (numeral 4) y el de nacionalidad pasiva (numeral 5), entre otros".
(Sentencia C-1189 del 13 de septiembre de 2.000).

Además, olvida el petente, que, como lo viene sosteniendo de manera constante y


reiterada la Sala, en materia de extradición, su competencia se remite a la verificación
y análisis de los presupuestos señalados en el artículo 558 del Código de
Procedimiento Penal, esto es a emitir concepto sobre la validez formal de la
documentación, la demostración plena de la identidad del solicitado, el principio de la
doble incriminación, en la equivalencia de providencia proferida en el extranjero y
cuando fuere el caso en el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos, por
manera que en estos asuntos no le corresponde escoger el presupuesto jurídico a
partir del cual se define dónde se considera realizado el delito, pues ello, de un lado es
asunto a debatir al interior del proceso que se adelanta en el extranjero, y de otro, la
incidencia de ello frente a la petición del Gobierno Norteamericano, la decide
finalmente el Gobierno Nacional, pues él es el destinatario de las determinaciones que

57
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

eventualmente tome al respecto la Fiscalía General de la Nación como autoridad a la


que constitucionalmente le corresponde llevar a cabo la función de investigación de los
delitos.
...

2. Lo anterior, no significa, como parece entenderlo el memorialista, que la actuación


que le corresponde adelantar a la Corte en esta clase de asuntos quede supeditada a
que previamente se determine si los hechos que dan origen a la solicitud de
extradición ocurrieron o no en territorio colombiano, pues, como se señaló en
precedencia, ese no es tema del que le corresponda ocuparse a efectos de emitir el
concepto que según el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal se exige de esta
Corporación; más aún cuando la intervención de esta Corte no es de carácter judicial y
mucho menos decisoria, toda vez que es el Ejecutivo el que definitivamente resuelve si
accede o no al requerimiento del país extranjero -en caso de que el concepto sea
favorable- y por ende, es allí donde adquieren plena validez e injerencia los resultados
y determinaciones que al respecto emita el ente investigador.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 02/02/2001
DECISION : No accede a peticiones del requerido
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : REBELLON ARCILA, LUIS FERNANDO
PROCESO : 16724
PUBLICADA : Si

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TESTIMONIO-Credibilidad

1. De otro lado, el hecho de que (…) y (…) sean padres de la denunciante, no es un


factor que inexorablemente lleve a negarles mérito, pues como lo ha sostenido la
Sala:

"...la valoración de la prueba y, concretamente, de la testimonial, está expresamente


regulada por el artículo 294 del C. de P. P., en concordancia con el 254 que consagra la
sana crítica como criterio de apreciación, el cual permite darle credibilidad a personas
vinculadas con la víctima o el victimario de un delito, dentro de las reglas de la
psicología, la lógica y el sentido común. No existe norma de procedimiento penal que
ordene al funcionario judicial desechar las declaraciones de los amigos o parientes de
las partes involucradas en la realización del hecho punible.

"Tampoco esas circunstancias convierten per se a tales testigos en inverídicos. Es más,


la ley procesal civil tampoco descalifica, a priori, al testigo sospechoso, sino que, al
tenor del artículo 218, el juez deberá apreciarlo "de acuerdo con las circunstancias de
cada caso", lo que significa que, simplemente, debe examinarlo con mayor cuidado,
pero puede merecerle plena credibilidad".*
_________________

* Casación 9741 del 23 de enero de 1998, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda

58
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Unica Instancia
FECHA : 06/02/2001
DECISION : No repone providencia del 15-11-00 en que se
profirio
Resolución de Acusación
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : GARCIA CABRERA, JESUS ANTONIO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 10656
PUBLICADA : Si

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EMPLAZAMIENTO-Edicto-Error en el nombre/ SANA CRITICA-Pruebas

1. El planteamiento de nulidad hecho a través del mismo está exclusivamente


sustentado en que se emplazó y declaró persona ausente a BERNARDO, siendo el
verdadero nombre del procesado MEDARDO. A partir de allí el defensor consideró
vulnerados los derechos de debido proceso y de defensa, sin que haya señalado la
trascendencia del error para demostrar su carácter de sustancial, circunstancia que
naturalmente hace incompleto el planteamiento y conduce al fracaso la censura.

Es que si en realidad el abogado hubiera cumplido con la obligación a que se refiere el


artículo 225-3 del Código de Procedimiento Penal, habría concluido que el error en el
nombre del imputado en los actos procesales anotados, en forma alguna fue
constitutivo de una irregularidad sustancial sino de un simple error sin consecuencias.

Efectivamente -como lo sostuvo el Procurador- la plena correspondencia de apellidos y


la coincidencia del resto de la información que se registró en el edicto emplazatorio
(cédula de ciudadanía, edad, lugar de nacimiento, nombre de los padres y barrio de
residencia) con la que suministró el acusado en la indagatoria que rindió en el trámite
del juicio, es un hecho que impide afirmar que a través del edicto se citó a otra
persona a comparecer al proceso o dudar acerca de quién en realidad fue emplazado.

Es insustancial, entonces, el error invocado por el casacionista. Este se cometió, es


cierto, pero a pesar de él no presenta ninguna dificultad concluir que examinado
integralmente el edicto no queda la más mínima duda de que a quien se convocó al
proceso a través de él fue a la misma persona declarada responsable en las instancias.

2. La apreciación probatoria sólo es discutible en casación frente a eventualidades de


transgresión de la sana crítica, lo cual le implica a quien lo postula determinar la ley de
ciencia, el principio de lógica o la regla de experiencia conculcada y la demostración de
su trascendencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

No casa
FECHA : 06/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MOYA ORTIZ, MEDARDO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 13766
PUBLICADA : Si

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59
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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ERROR DE HECHO-Falso raciocinio/ DERECHO A LA NO


AUTOINCRIMINACION-No presupone el derecho a mentir

1. Reiteradamente ha sido sostenido por la Corte que cuando se plantea en casación


error de hecho por desconocimiento de las reglas de la sana crítica en la valoración del
mérito persuasivo de las pruebas, o en la construcción de las inferencias lógicas de
carácter probatorio (técnicamente nominado de raciocinio), se impone para el actor la
obligación de demostrar que los juzgadores se apartaron caprichosamente de los
postulados de la lógica, los principios de la ciencia, o las reglas de la experiencia, y que
este error condujo a la declaración de una verdad fáctica distinta de la que revela el
proceso.

Adicionalmente a la demostración de la existencia material del yerro, debe ser


acreditada su trascendencia, labor que implica revalorar en su conjunto y de manera
objetiva la prueba allegada al proceso, con el propósito de hacer evidente que un
estudio acorde con las reglas de la sana crítica habría llevado a los juzgadores de
instancia a tomar una decisión distinta de la impugnada.

No se trata, por tanto, de enfrentar el criterio de valoración probatoria del impugnante


al del juzgador, en el equivocado propósito de hacerlo prevalente. Esta pretensión no
resulta de recibo en casación, por dos razones elementales: 1) porque el error de
hecho por falso raciocinio surge no del apartamiento del juzgador de los criterios de
valoración probatoria de los sujetos procesales, sino del desconocimiento de las reglas
de la sana crítica; y, 2) porque los análisis y conclusiones probatorias de los fallos de
segunda instancia prevalecen sobre los realizados por las partes, por encontrarse
amparados de la doble presunción de acierto y legalidad.
....

Acorde con los términos de la propuesta de ataque, y los reglas técnicas que presiden
la demostración de esta clase de error en casación, tres pasos debía cumplir el
casacionista: 1) Acreditar que los juzgadores desconocieron los postulados de la lógica,
las reglas de la experiencia, o los principios de la ciencia al otorgarle credibilidad al
testimonio de (...); 2) Probar que los testimonios de (...), que fueron objeto de
desestimación en los fallos, ameritaban atendibilidad frente a las reglas de la sana
crítica; y, 3) demostrar que la prueba testimonial que fue objeto de desestimación en
los fallos, y la inspección judicial, probaban la inocencia de los procesados.

2. Tampoco le asiste razón al casacionista cuando sostiene que el hecho de haber


faltado el imputado a la verdad no puede ser tenido en cuenta como indicio en su
contra, porque ello vulnera el derecho a la defensa, y la garantía de toda persona de
no ser obligada a declarar contra si misma. El derecho a la no autoincriminación, no
presupone, como lo sostiene el demandante, el derecho a mentir. Solo implica que el
procesado no puede ser constreñido, de ninguna manera, a decir la verdad, y por esta
razón se le exime de juramento, pero esto no quiere decir que si falta a ella, su actitud
no pueda ser tenida como indicio de responsabilidad en el hecho investigado cuando
se cumplen las exigencias de orden fáctico y jurídico en su deducción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 06/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ROZO MEDINA, MARIA DEL CARMEN
PROCESADO : MONROY BONILLA, JUAN EVANGELISTA
DELITOS : Falsedad en documento privado
PROCESO : 14263
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CAMBIO DE RADICACION-Factor territorial/ CAMBIO DE RADICACION-Falta


de competencia

1. Por tratarse de una medida de naturaleza residual y extrema su procedencia


depende de la certera demostración por parte del peticionario de los supuestos de
hecho que a la luz de la preceptiva del artículo 83 del estatuto procesal penal la tornan
viable, esto es, porque se acrediten "circunstancias que puedan afectar el orden
público, la imparcialidad o la independencia de la administración de justicia, las
garantías procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su
integridad personal".

La taxatividad de las causales a las que la ley otorga potencialidad para excepcionar
las reglas de competencia por el factor territorial impide que el espectro de
protección de la figura se amplíe a través de una interpretación extensiva para dar
cabida a criterios como los expuestos por el peticionario imbuidos de simple
conveniencia o comodidad, porque ello conduciría al absurdo de afirmar por fuera de
toda previsión legal que la competencia por el factor queda supeditada al domicilio de
procesado o defensor o al lugar que más conviniera a las condiciones de salud del
primero.

El simple hecho de que procesados o defensores vivan en lugar diverso a aquél donde
se tramita un proceso, como lo tiene dicho la Sala, no constituye factor que pueda
quebrantar o perturbar el curso de la investigación y tampoco a las hipotéticas
dificultades personales derivadas de las condiciones de salud del sujeto procesal por
antonomasia, puede asignársele idoneidad para alterar el ambiente adecuado para el
juzgamiento que es lo que se busca precaver con el cambio de radicación.

2. Como las circunstancias con idoneidad para propiciar el extrañamiento del proceso a
través de la figura jurídica seleccionada por el peticionario deben referirse a factores
externos o exógenos, fuerza es concluir que si se alega falta de competencia
configurativa de causal objetiva predicable del funcionario a cuyo cargo se encuentra
el proceso, como aquí ocurre, la petición deviene ajena al instituto de cambio de
radicación, máxime cuando para discutir la competencia el artículo 97 del C. de P.
Penal ha previsto un trámite específico al que pueden acudir los sujetos procesales al
tenor de la preceptiva del artículo 100 ibídem.

Como en este caso algunos de los defensores dentro del marco de esta normatividad
han elevado peticiones orientadas a que se suscite la colisión de competencias por
considerar que los hechos que originaron esta investigación tuvieron ocurrencia en la
ciudad de Santa Marta, será por esta vía que se ponga fin a dicha controversia que ha
originado planteamientos tan diversos como la nulidad del auto por medio del cual se
avocó el conocimiento por parte de la Juez 26 Penal del Circuito, su revocatoria, el
cambio de radicación y la iniciación de un conflicto de competencia que reclama de
parte de la funcionaria a cargo de su trámite una pronta solución, para no dar cabida a
más incidentes dilatorios.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Cambio de Radicación
FECHA : 06/02/2001
DECISION : Niega el canbio solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado 26 P. C.
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : FUENTES LUGO, JOSE MARIA
DELITOS : Fraude procesal, Estafa agravada
PROCESO : 18014
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

EXTRADICION POSITIVA-Estados Unidos-Trámite a la solicitud de nacionales/


EXTRADICION POSITIVA-Lugar de comisión del delito

1. Sobre dicho tema, se insiste, han sido múltiples los pronunciamientos de la Sala en
los que se sentó el criterio en el sentido de que resulta equivocada una interpretación
constitucional y legal como la que plantea el defensor de (...) , en primer lugar, porque
no es cierto que el Capítulo y Títulos del Código de Procedimiento Penal atinentes al
tema de la extradición tengan como destinatarios únicos a los ciudadanos extranjeros,
ya que ello equivaldría a desconocer no solo la primacía de la Carta Política sobre el
resto del ordenamiento interno, sino los pronunciamientos de la Corte constitucional
sobre la exequibilidad de tales normas en fallos que han hecho tránsito a cosa juzgada
constitucional.

Así, entonces, y siendo que la presente solicitud de extradición se elevó en vigencia del
Acto Legislativo 01 de 1.997, ninguna duda surge en el sentido de que, tal y como
quedó el texto definitivo del artículo 35 de la Carta Política, la extradición de
nacionales colombianos por nacimiento se regula conforme a lo previsto en los
tratados públicos y en su defecto por la ley, por manera que no existiendo Convención
o Tratado entre Colombia y los Estados Unidos en esta materia, tal y como lo
conceptuó el Ministerio de Relaciones Exteriores, es la normatividad prevista sobre la
materia en el Código de Procedimiento Penal, la que se impone aplicar, sin que en este
sentido resulten válidas las glosas de la defensa en cuanto a la cita que hace de la
sentencia C-543 del primero de octubre de 1.998 sobre la inexequibilidad de la
expresión "la ley reglamentará la materia", contenida en el artículo 35 de la
Constitución Política (reformado por el Acto Legislativo 01 de 1.997) al igual que
respecto de la aplicación en estos eventos del Tratado de 1.979 y de la Convención de
Viena.

Lo primero, porque el entendimiento que le da el apoderado del requerido a la


sentencia C-543 del primero de octubre de 1.998 parte de una lectura
descontextualizada de dicho fallo, si se tiene en cuenta que la razón expuesta para la
inexequibilidad de dicha expresión obedeció a vicios de forma en su tramitación en el
Congreso y además, "la Corte considera que tal declaración es inane, como pasa a
verse. En el proyecto de Acto Legislativo que se aprobó en cada uno de los debates
realizados tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Representantes,
en primera y segunda vuelta, aparece claramente consignada la voluntad del
legislador de dejar a la ley la regulación de ciertos aspectos fundamentales de la
extradición, al incluir en el inciso primero: "La extradición se podrá solicitar, conceder u
ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su defecto, con la ley". Proposición
que como ya se expresó, fue considerada y aprobada en ocho debates".

Significa lo anterior, como lo sostuvo la Corte Constitucional en la sentencia C-740 del


22 de junio de 2.000 sobre la disconformidad del artículo 17 del Código Penal con la
Carta Política, que:

"...la decisión sobre las fuentes de las cuales pueden extraerse las normas aplicables a
la extradición, ha sido directamente adoptada por el Constituyente, No es este un
asunto que dependa de la voluntad del legislador. El artículo 35 de la C.P., define el
asunto de manera vinculante y definitiva: "La extradición se podrá solicitar, conceder u
ofrecer de acuerdo con los tratados y, en su defecto, con la ley". Esto quiere decir que
solamente dos normas - tratado publico ley- pueden servir de fuentes formales y
materiales de disposiciones para solicitar, conceder u ofrecer la extradición.
...

En lo que respecta al cargo que se endilga al segundo inciso del artículo 17 del Código
Penal - cuyo alcance se contrae a los colombianos por adopción-, debe la Corte
precisar si tiene algún asidero en el artículo 35 de la C.P.. Según el actor, la disposición
demandada excluye la aplicación de la ley como fuente de normas a regir la figura de
la extradición. En efecto, la extradición de colombianos por adopción se "sujetará a lo
dispuesto en los tratados públicos".

El aserto normativo legal se ajustaba plenamente a la normativa constitucional


derogada, que no había incorporado regla constitucional alguna sobre fuentes
atinentes a la extradición y su orden de aplicación. Entonces la ley podía regular lo
relacionado con las fuentes y su orden, por lo menos con lo concerniente a la
extradición de colombianos por adopción y extranjeros. Sin embargo, la situación varió
sustancialmente con la entrada en vigencia del Acto Legislativo 01 de 1.997. que
reservó esta definición a la propia Constitución Política. Para todas las personas

62
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

-extranjeros y nacionales por nacimiento o adopción-, rige la norma constitucional


según la cual " la extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los
tratados públicos y, en su defecto con la ley".

Y posteriormente, en sentencia C-1106 del 24 de agosto de 2.000, se pronunció la


Corte Constitucional en el sentido de que habiéndose establecido por el constituyente
el orden de prelación de las fuentes formales de la extradición, la reglamentación
hecha por el legislador, a la que se refiere el Acto Legislativo 01 de 1.997, no es otra
que la contenida en el Código de Procedimiento Penal, ya que, "... Los artículos 114 y
150 de la Constitución Política, atribuyen al órgano legislativo la potestad de expedir
leyes y códigos en todos los ramos de la legislación y reformar sus disposiciones. Así
las cosas, el Congreso de la República en ejercicio de su potestad constitucional,
consagró en el título V, capítulo III del Código de Procedimiento Penal, los requisitos y
trámites que han de realizar tanto la Rama Ejecutiva del Poder Publico, como la Rama
Judicial para hacer efectivo el procedimiento de extradición". En dicha sentencia, no
sobra recordarlo, fueron declarados inexequibles los incisos primero y tercero del
artículo 546 ibídem por ser contrarios al mandato superior contenido en el Acto
Legislativo 01 de 1.997, pues mientras en la Carta Política se autoriza la extradición de
colombianos por nacimiento, en la preceptiva legal se prohibía.

2. Sobre esta cuestión, también se ha pronunciado ya en varias oportunidades la Sala,


pues se trata de asuntos que no involucran los extremos sobre los que compete
ocuparse en el concepto, más aún, si se tiene en cuenta que, en cuanto a lo primero,
no le corresponde a esta Corporación determinar si los hechos tuvieron ocurrencia o no
en territorio Colombiano, pues, es la Fiscalía General de la Nación la autoridad
constitucionalmente competente para investigar los delitos y en esa medida es el
Gobierno Nacional el destinatario de las decisiones que en torno a esos aspectos tome
el ente investigativo.

Sobre este planteamiento recientemente se pronunció la Corte, en el sentido de que:

"En respuesta al tema de la territorialidad para el ejercicio de la jurisdicción penal, por


el lugar de la comisión del hecho, han de recordarse las precisiones que al respecto la
Sala hizo en providencia del 12 de septiembre de 2.000, con ponencia del Magistrado
JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO: "aparte de que el lugar de comisión del delito y la
competencia son elementos que tienen que ver con el objeto del proceso (cuya
definición incumbe a la autoridad que juzga) y no con la eficacia de los fines del mismo
(tema de la extradición), también olvida el reclamante toda la dinámica que comporta
la conducta de "importar" o "sacar del país" un producto ilícito, en la que se fijan
destinos se eligen recorridos y se prevé concomitancias como el decomiso en lugares
diferentes".

La Sala ha señalado que la supuesta falta de jurisdicción del país requirente para
juzgar al solicitado, trasciende la tarea que ha de cumplir la Corte en orden a lo
previsto en el artículo 558 del C.P.P., además que un tal proceder desconocería la
soberanía del Estado reclamante y la competencia las autoridades judiciales.

La Corte Constitucional sostuvo en la sentencia de tutela 1736/2.000 que el criterio


expuesto en el párrafo anterior de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia encontraba respaldo en la jurisprudencia constitucional, invocando en esa
oportunidad como apoyo de dicha conclusión lo aseverado en sentencia C-1106, en
donde expreso:

"De conformidad con lo expuesto, y por su propio contenido, el acto mismo de


extradición no decide, ni en el concepto previo, ni en su concesión posterior sobre la
existencia del delito, ni sobre la autoría ni sobre las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que se cometió el hecho, ni sobre la culpabilidad del imputado, ni sobre las
causales de agravación o diminuentes punitivas, ni sobre la dosimetría de la pena,
todo lo cual indica que no se está en presencia de un acto de juzgamiento, como
quiere que no se ejerce función jurisdicente.

"Entrar en una controversia de orden jurídico como si se tratara de un acto


jurisdiccional, implicaría el desconocimiento de la soberanía del Estado requirente,
como quiere que es en ese país y no en el requerido en donde deben debatir y
controvertir las pruebas que obren en el proceso correspondiente, de conformidad con
las disposiciones sobre Derecho Internacional Humanitario y en las normas penales
internas del Estado extranjero"".(Auto del 24 de enero de 2.001, M.P., Mario Mantilla
Nougués).

63
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En el mismo sentido, el hecho de que en Colombia se esté adelantando investigación


por los mismos hechos, no es labor que le competa esclarecer a la Corte en el
concepto, habida cuenta que siendo el Gobierno Nacional el supremo director de las
relaciones internacional, tiene a su cargo la decisión final sobre el pedido en
extradición -en caso de que el concepto sea positivo-, y es él, entonces, el que debe
definir, si presentes esas condiciones, accede o no ante el requerimiento del Estado
extranjero.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Concepto Extradición
FECHA : 06/02/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente por hechos ocurridos
luego
del Acto Legislativo 01/97
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : GOMEZ MAYA, GUSTAVO ADOLFO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Concierto para delinquir -
Ley
30/86
PROCESO : 16308
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Concepto de la Corte Suprema de Justicia/


EXTRADICION POSITIVA-Validez formal de la documentación/ EXTRADICION
POSITIVA-Declaración de reciprocidad/ EXTRADICION POSITIVA-Prueba-
Legalidad del trámite del proceso en el país requirente/ EXTRADICION
POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores/ EXTRADICION
POSITIVA-Prueba-Concepto sobre la vigencia e interpretación de la ley/
EXTRADICION POSITIVA-Identidad del solicitado

1. La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia debe fundamentar el


concepto de extradición en:

A.- Validez formal de la documentación presentada.


B.- Demostración Plena de la identidad del solicitado.
C.- Principio de la doble incriminación.
D.- Equivalencia de la providencia proferida en el extranjero, y
E.- El cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos, cuando ellos rijan la
relación entre los Estados. (artículo 558 del Código de Procedimiento Penal)

Adicionalmente a lo anterior, la extradición no podrá concederse cuando el fundamento


de ella sea un delito político o de opinión (artículo 546), o cuando en el caso de
colombianos por nacimiento se trate de hechos cometidos con anterioridad a la
promulgación del acto legislativo No. 1 de 1997. (artículo 35 de la Constitución Política)

2. El juicio de conducencia que sobre la prueba hace esta Sala de Casación Penal, está
entonces referido exclusivamente a la aptitud que tengan las pruebas para infirmar o
demostrar cualquiera de los hechos en los que la Corporación debe fundar su
concepto, por lo que a ello se procede en el análisis siguiente.

64
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Las pruebas relacionadas en el numeral 1, supuestamente referidas a cuestionar la


validez formal de la documentación, se rechazarán. El propósito demostrativo de las
mismas no tiene que ver con ello y consecuencialmente son irrelevantes para los
efectos del concepto que habrá de rendir la Corte, que como se anota al inicio de este
acápite se funda en esos precisos aspectos.

Como ya tuvo oportunidad de definirlo la Sala "(...) dentro del trámite que finaliza con
la emisión del concepto por parte de la Corte, lo que se analiza de la documentación
remitida por el Gobierno requirente, es su validez formal, es decir que conforme a las
cláusulas de los Convenios bilaterales o multilaterales sobre la materia, o en su defecto
a las del artículo 551 del Código de Procedimiento Penal, hayan sido agregados por la
vía diplomática y contengan el mínimo de información necesaria - conforme al Tratado
o a la Ley - para el estudio del asunto y decisión del concepto respectivo.

"Deviene de lo anterior la inhibición de la Corte para adentrarse en el contenido


material de la documentación o, peor aun, para discutir el contenido de justicia
material de las decisiones del Estado extranjero, pues la conceptualización de "validez
formal" hace referencia precisamente a ello, a la "forma", es decir a lo contrapuesto a
lo esencial.

"Y es que no podría ser de otra manera, pues si se tiene en cuenta que la extradición
es un instrumento de cooperación internacional mediante el que los Estados combaten
la impunidad derivada de la mera fuga de su territorio de los infractores de sus leyes,
tal dispositivo de asistencia y solidaridad internacional parte del supuesto de la
soberanía tanto del Estado requirente como del requerido, una de cuyas
manifestaciones más clásicas es la administración de justicia, a través de la cual los
Estados a través de sus Jueces y Magistrados ejercen la soberanía al interior de su
territorio imponiendo las sanciones a que haya lugar o, en todo caso, resolviendo los
conflictos conforme a su juridicidad.

"Es en ese orden de ideas que las decisiones jurídicas de un Estado que sean
necesarias para demandar de otro Estado la extradición de una persona, son
materialmente intocables y solo pueden ser objeto de revisión formal, es decir con
prescindencia de su esencialidad, que conforme al principio de la buena fe, que es
principio de las relaciones internacionales, se presume legal y acertada" . *

Frente al requisito de la validez formal de la documentación como fundamento del


concepto que debe rendir la Corte, no aparece demostrada por el defensor del
requerido en extradición la razón por la que "la defensa desea demostrar que en
ausencia de tratado bilateral aplicable entre los Estados Unidos de América y la
República de Colombia, es indispensable que el Estado requirente presente un
compromiso de reciprocidad".

Probar que el país requirente, en ausencia de tratado bilateral aplicable, no puede


ofrecer en el futuro reciprocidad, o que por la misma razón se ha negado a conceder
extradiciones solicitadas por la República de Colombia, no guarda ninguna relación con
el tema de la validez formal de la documentación. Ello pone de presente la
inconducencia de la petición de pruebas relacionada con ese propósito y genera el
rechazo de las pruebas solicitadas con tal motivación.

En auto de la Sala del 19 de noviembre de 1999 proferido dentro del trámite de


extradición con radicación 15.862, reiterado el 16 de diciembre de 1999 al resolverse
el recurso de reposición interpuesto contra él, se demostró que la reciprocidad como
principio del derecho internacional no está contemplado en la ley que como fuente
formal rige este especifico asunto en el que la Corte debe emitir concepto de
extradición.

Es claro, conforme a la ley colombiana** , que cuando el Legislador ha querido que el


tema sea incluido en los mecanismos de cooperación judicial internacional lo ha hecho
expresamente, de donde surge que cualquier integración mediante referencias a otros
ordenamientos no le corresponde hacerla a la autoridad judicial.

Mientras la reciprocidad no sea un principio expreso dentro del Tratado o la Ley que
rija el trámite de extradición sobre el que conceptúa la Corte, su análisis le
corresponde en Colombia al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del
Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa en cuanto se inscribe dentro de sus
facultades constitucionales de dirección de las relaciones internacionales (artículo 189-
2). En desarrollo de tal función responde administrativa, judicial y políticamente por
infracción a la ley o a la Constitución, que en materia de extradición le impone la

65
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

obligación de no extraditar si el concepto de la Corte es negativo o de obrar según las


conveniencias nacionales si fuere favorable. Esa es una razón adicional para rechazar
todas las pruebas solicitadas por el defensor en lo atinente a la validez formal de la
documentación. Tales pronunciamientos de la Corte han sido reiterados y pacíficos e
igualmente han sido acogidos por la Corte Constitucional, a través de su Sala Plena o
de sus Salas de Revisión de Tutelas en las múltiples decisiones de constitucionalidad o
de tutela que han proferido en relación con el tema jurídico de la extradición. ***

3. Tampoco el señalado propósito de demostrar un tácito ofrecimiento de la extradición


de un nacional con infracción del numeral 3 del artículo 17 del Código Penal, por la
práctica de pruebas en que se funda el pedido de extradición es un tema atinente a los
fundamentos del concepto que debe rendir la Corte. La Corporación no puede
adentrarse en el estudio material de los instrumentos internacionales de cooperación
judicial para determinar si ellos contienen, en sí mismos considerados, cláusulas de las
que pueda derivarse infracción a las normas constitucionales y legales que cita el
defensor, al punto de afectar la legalidad del material probatorio recaudado para
fundamentar la solicitud de extradición.

La legalidad de las pruebas es un tema propio del debate procesal que debe
adelantarse ante el Juez de juzgamiento, que para el caso concreto de un trámite de
extradición es el del país requirente. La función de la Corte Suprema de Justicia de
Colombia se limita al cumplimiento estricto del Tratado que rija el trámite o en su
defecto al de la ley. En este preciso caso la ley no establece ninguna regla que
autorice a la Corte a entrar en evaluaciones sobre el contenido material de las pruebas
que sustentan la acusación que en el Estado extranjero ha dado origen a la petición de
extradición ante el Gobierno colombiano.

Al efecto, al decidirse por la Corte Constitucional la exequibilidad - entre otros - del


artículo 567 del Código de Procedimiento y definirse la precisión y alcance del debate
probatorio y el ejercicio del derecho de defensa dentro de las actuaciones de
extradición, esa Corporación señaló:

"De conformidad con lo expuesto, y por su propio contenido, el acto mismo de la


extradición no decide, ni en el concepto previo, ni en su concesión posterior sobre la
existencia del delito, ni sobre la autoría, ni sobre las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que se cometió el hecho, ni sobre la culpabilidad del imputado, ni sobre las
causales de agravación o diminuentes punitivas, ni sobre la dosimetría de la pena,
todo lo cual indica que no se está en presencia de un acto de juzgamiento, como
quiera que no se ejerce función jurisdicente.

"Entrar en una controversia de orden jurídico como si se tratara de un acto


jurisdiccional, implicaría el desconocimiento de la soberanía del Estado requirente,
como quiera que es en ese país y no en el requerido en donde se deben debatir y
controvertir las pruebas que obren en el proceso correspondiente, de conformidad con
las disposiciones sobre Derecho Internacional Humanitario y con las normas penales
internas del Estado extranjero.

"4.3. Por otra parte, para el demandante, el concepto que emite la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia, debe ser entendido como una providencia
judicial que pone fin al proceso y, por lo tanto, debe incluir un examen material y no
limitarse a realizar un examen formal sobre la documentación aportada, por cuanto,
ante todo, las actuaciones estatales deben propender por el respeto al debido proceso
y la prevalencia del derecho sustancial sobre las formas. Siendo ello así, el concepto
que emite la Corte Suprema de Justicia debe tener los mismos contenidos, exigencias y
recursos de toda providencia judicial.

"Para esta Corporación, no son de recibo los argumentos esgrimidos por el


demandante, porque la Corte Suprema de Justicia en este caso no actúa como juez, en
cuanto no realiza un acto jurisdiccional, como quiera que no le corresponde a ella en
ejercicio de esta función establecer la cuestión fáctica sobre la ocurrencia o no de los
hechos que se le imputan a la persona cuya extradición se solicita, ni las
circunstancias de modo, tiempo y lugar en que pudieron ocurrir, ni tampoco la
adecuación típica de esa conducta a la norma jurídico - penal que la define como
delito, pues si la labor de la Corte fuera esa, sería ella y no el juez extranjero quien
estaría realizando la labor de juzgamiento.

"Por esto - y no por otra razón -, es que la intervención de la Corte Suprema de Justicia
en estos casos, se circunscribe a emitir un concepto en relación con el cumplimiento

66
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

del Estado requirente de unos requisitos mínimos que ha de contener la solicitud, los
cuales se señalan en el Código de Procedimiento Penal.

"Así, resulta claro entonces, que ese concepto de la Corte Suprema de Justicia puede
ser acogido o no por el Jefe del Estado, si es favorable, lo que significa que, en últimas,
es el Presidente de la República como supremo director de las relaciones
internacionales del país, quien resuelve si extradita o se abstiene de hacerlo.

"Y, por la misma razón, dada la naturaleza jurídica de la actividad que cumple la Corte
Suprema de Justicia al emitir el concepto aludido, cuando este es negativo lo que se
manifiesta por ella es que no se cumplieron por el Estado requirente, los requisitos
mínimos de esa figura de cooperación internacional señalados en el Código de
Procedimiento Penal y, por ello, ese concepto negativo resulta obligatorio para el
Presidente de la República, pues tanto él como la Corte Suprema de Justicia se
encuentran sometidos a la ley colombiana, sin que, se repite, ese concepto negativo
sea un acto jurisdiccional dado que al emitirlo no se dicta una providencia de
juzgamiento, como ya se dijo.

"Por otra parte, si la manera como se proceda en otros Estados conforme a su derecho
interno comparativamente resulta distinta a la señalada por la ley colombiana y, ello se
considera que pudiera afectar el principio de la reciprocidad, en ese punto,
corresponderá al Jefe del Estado como director supremo de las relaciones
internacionales del país, proceder de acuerdo con la Constitución y con la Convención
de Viena - Derecho de los Tratados - a actuar en consecuencia, sin que pueda la Corte
Constitucional arrebatarle esa competencia .

4. Frente a estos mismo temas, planteados para solicitar la devolución del expediente
al Ministerio de Relaciones Exteriores, la Corte respondió en auto del pasado 23 de
octubre dentro de esta misma actuación en los términos que ahora se reiteran:

" (...)La ley bajo la cual se rige este trámite de extradición no señala el requisito
de sustentación del concepto que el defensor exige. El artículo 552 del Código de
Procedimiento Penal únicamente exige que el concepto de la Cancillería exprese si es
del caso proceder con sujeción a convenciones o usos internacionales o si se debe
obrar con las normas del Código.

"Eso precisamente es lo que ha hecho el Ministerio de Relaciones Exteriores. Ha


expresado su concepto manifestando cuál es a juicio del gobierno requerido, la fuente
formal bajo la cual se rige este trámite de extradición. El requisito de la sustentación
del concepto no está contenido en la norma que lo define y por tanto la Corte no puede
hacer exigencia de él. La función pública como función reglada que es no puede
hacerse sino dentro del marco de la Constitución y la Ley, sin omitirla y sin excederla.
En este caso la ley señala una forma específica de cumplimiento de un requisito y a
ella se limita la Corte, sin que pueda adicionar el texto legal con el pretexto de
interpretarlo.

"Al desarrollar el tema en un reciente pronunciamiento, La Corte señaló que "(...) es


una decisión de política exterior y por tanto del ejercicio de la soberanía estatal frente
a otros Estados, la contenida en el Concepto de la Cancillería colombiana en cuanto -
de consuno con el requerimiento de extradición - expresó que la fuente formal
aplicable a este trámite específico es la Convención de Extradición de Reos entre
Colombia y el Reino de España del 23 de julio de 1892.

" "Esa naturaleza del Concepto de la Cancillería colombiana le impide a la Corte, aún
ante la evidencia de la existencia de un Tratado multilateral que pudo haber sido
integrado al bilateral, fundamentar el trámite de la extradición y el concepto sobre su
procedencia en una Convención que no fue invocada por ninguno de los gobiernos
involucrados en la solicitud de extradición del ciudadano español (...).

" "La consideración del Concepto de la Cancillería como ejercicio de la política exterior
del país en cuanto manifiesta la regla interna a la cual debe ajustarse la cooperación
internacional que demanda un Estado extranjero, le impide a la Corte completar ese
concepto, adicionarlo o desconocerlo, a menos que de su contenido aparezca - de bulto
- una manifiesta contradicción con la Constitución Política.

" "Cualesquiera que hubieren sido las razones de Estado que aconsejaron tanto al
gobierno Español como al colombiano omitir la invocación de la Convención sobre
Represión de Falsificación de Moneda y sus dos Protocolos, suscritos en Ginebra

67
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

(Suiza) el 20 de abril de 1929, es lo cierto que la Corte carece de competencia para


discutir esas razones, menos aún la tiene para averiguarlas" " .

5. Las pruebas señaladas en los numerales 2.4 y 2.5 encaminadas a la demostración


de la existencia de una ley nacional se rechazan por superfluas, pues no es necesario
probar la existencia y vigencia de una ley del orden nacional. Tampoco es necesario
que el Presidente de la República declare bajo juramento sobre los motivos de objeción
de un proyecto de ley. El principio democrático de sujeción exclusiva a la ley de los
Jueces en sus providencias, supone que ese mismo Juez es autónomo e independiente
en la realización de los juicios de pertinencia y validez de la ley aplicable al caso
concreto y, así mismo, en la interpretación de la precisión y alcance del precepto que
identifique como fuente formal para fundamentar la solución del problema jurídico que
pretenda resolver. Adicionalmente a ello, la publicidad del trámite legislativo hace
innecesario que se pruebe mediante testimonio - así sea el del Presidente de la
República - las razones de objeción de una ley.

6. Las pruebas señaladas en los numerales 2.4 y 2.5 encaminadas a la demostración


de la existencia de una ley nacional se rechazan por superfluas, pues no es necesario
probar la existencia y vigencia de una ley del orden nacional. Tampoco es necesario
que el Presidente de la República declare bajo juramento sobre los motivos de objeción
de un proyecto de ley. El principio democrático de sujeción exclusiva a la ley de los
Jueces en sus providencias, supone que ese mismo Juez es autónomo e independiente
en la realización de los juicios de pertinencia y validez de la ley aplicable al caso
concreto y, así mismo, en la interpretación de la precisión y alcance del precepto que
identifique como fuente formal para fundamentar la solución del problema jurídico que
pretenda resolver. Adicionalmente a ello, la publicidad del trámite legislativo hace
innecesario que se pruebe mediante testimonio - así sea el del Presidente de la
República - las razones de objeción de una ley.

7. Tampoco se decretaran las pruebas señaladas con los numerales 3.4 y 3.5. por
cuanto no apuntan a la demostración plena de la identidad del solicitado, sino a
determinar su responsabilidad en los hechos que motivaron su pedido de extradición
por un Gobierno extranjero. Ese tema, en cuanto hace a la materialidad del presunto
comprometimiento de (...) en las actividades delictivas por los que ha sido acusado en
los Estados Unidos de América, es del exclusivo resorte del Juez extranjero.

Al efecto, la Corte señaló en antecedente que data de 1995, lo siguiente.

"(...)el aspecto de la "demostración plena de la identidad del solicitado" que es objeto


de estudio en el concepto que le corresponde emitir a la Sala, en manera alguna se
extiende a los problemas de identidad que puedan presentar los procesos judiciales
que culminan con los fallos que sirven de base para solicitar la extradición de un
ciudadano.

"El punto que es materia de análisis, con miras a conceptuar sobre la viabilidad del
otorgamiento de una extradición, alude a la identidad entre la persona que es sujeto
pasivo de la acción penal adelantada en el país extranjero y la persona que estando en
suelo colombiano ha sido capturada con esos fines; lo que no se puede confundir con
un eventual problema judicial por un error en la individualización del procesado,
cometido fuera de nuestras fronteras. Para los efectos aquí perseguidos, basta que el
procesado o sentenciado en el país requeriente sea el mismo individuo que se
encuentra sometido al trámite de extradición." ******
_____________________________
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Concepto de extradición del 10 de marzo de
1999, Radicación 14.324. Requerido Richard Franz Jeschek.
** Verbigracia el nuemral 5 del artículo 534 del Código de Procedimiento Penal
*** Confrontar: Sentencias de constitucionalidad 1106 y 1186 de 2000 y de tutela 1736 de 2000
**** Corte Constitucional, Sentencia 1106 de 2000, agosto 24 de 2000, Magistrado Ponente:
Alfredo Beltrán
***** Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Concepto de Extradición del 15 de
agosto de 2000, Radicación No.15.325. País Requirente España, Magistrado Ponente: Carlos
Eduardo Mejía Escobar, citado dentro del auto del 10 de octubre de 2000 que negó un recurso
de reposición, radicado No. 16.710, país requierente Estados Unidos de América.
****** Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del 18 de septiembre de 1995,
extradición, radicación No.10.564. Magistrado Ponente: Edgar Saavedra Rojas

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 06/02/2001
DECISION : Niega las pruebas solicitadas

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América


REQUERIDO : BERNAL MADRIGAL, ALEJANDRO
PROCESO : 16714
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Concepto de la Corte Suprema de Justicia/


EXTRADICION POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores

1. En lo que tiene que ver con su primer argumento, el de no aceptar el criterio


reiterado de la Sala en el sentido de que la labor que cumple al emitir el concepto que
el Gobierno Nacional requiere de esta Corporación en el trámite de extradición,
simplemente se limita a manifestar que no está de acuerdo con él, aduciendo un sui
generis criterio filosófico que no logra dinaminzar en su alegato, pues inusitadamente
termina concluyendo que le corresponde hacer un análisis integral sobre el respeto al
debido proceso tanto en Colombia como en el país extranjero, desconociendo de paso
no solo que la posición de la Corte no es antojada y mucho menos caprichosa, sino que
tiene como fundamento la naturaleza jurídica del sistema aplicado por la legislación
interna sobre dicha materia.

Por ello, en este sentido, necesario se hace recordar, lo sostenido por la Sala en otra
oportunidad, en los siguientes términos:

"...Colombia y la mayoría de los países Iberoamericanos se adscriben a lo que se llama


el sistema continental de extradición, dentro del cual no hay lugar al análisis de la
certeza o probabilidad de las decisiones judiciales en las que el país requirente funda
la petición. Existen también sistemas intermedios como los que disponen la inclusión
de pruebas que obren en el país requerido; o los que permiten la comprobación
intermedia de una coartada o los que en materia de libertad del pedido en extradición
regulan de modo distinto al Colombiano ese derecho y otros más que reglamentan el
tema de una u otra manera dependiendo de si se trata de una extradición
Convencional en ausencia de Tratado.

Cualesquiera sean los sistemas, sus diferencias se explican en la diversidad de las


naciones, sin que su mera existencia impida acceder a la colaboración de otros países,
pues todos mantienen como propósito único el de cooperación internacional para
evitar que personas al margen de la ley pueden eludir su responsabilidad penal con el
fácil recurso de no permanecer en el lugar donde han supuestamente delinquido".
( Auto del 2 de agosto de 2.000, M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar, Rad. 15.862).

Y, sobre el mismo tema, la Corte Constitucional ya se pronunció en términos que


avalan la posición de la Sala, así:

"Por otra parte, para el demandante, el concepto que la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia, debe ser entendido como una providencia judicial que pone
fin al proceso y, por lo tanto debe incluir un examen material y no limitarse a realizar
un examen formal sobre la documentación aportada, por cuanto, ante todo, las
actuaciones judiciales deben propender por el respeto de al debido proceso y a la
prevalencia del derecho sustancial sobre las formas. Siendo ello así, el concepto que
emite la Corte Suprema de Justicia debe tener los mismos contenidos, exigencias y
recursos de toda providencia judicial.

Para esta corporación no son de recibo los argumentos los argumentos esgrimidos por
el demandante, porque la Corte Suprema de Justicia en este caso no actúa como juez,
en cuanto no realiza un acto jurisdiccional, como quiera que no le corresponde a ella
en ejercicio de esta función establecer la cuestión fáctica sobre la ocurrencia o no de
los hechos que se le imputan a la persona cuya extradición se solicita, ni las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que pudieron ocurrir, ni tampoco la
adecuación típica de esa conducta a la norma jurídico-penal que la define como delito,
pues su la labor de la Corte fuera esa, sería ella y no el juez extranjero quien estaría
realizando el labor de juzgamiento.

69
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Por esto -y no por otra razón- es que la intervención de la Corte Suprema de Justicia en
estos casos, se circunscribe a emitir un concepto en relación con el cumplimiento del
Estado requirente de unos requisitos mínimos que ha de contener la solicitud, los
cuales se señalan en el Código de Procedimiento Penal". ( Sentencia C-1106 del 24 de
agosto de 2.000).

2. En cuanto al comentario del recurrente sobre la posición de la Corte de respetar el


concepto emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores en lo que tiene que ver con
la normatividad por la que, en cada caso, se ha de regir el trámite de extradición,
frente al cual únicamente afirma el petente que ello no significa que esté obligada a
acatarlo, igualmente se mantendrá la decisión protestada, habida cuenta que, y en ello
es también abundante la jurisprudencia de la Sala, en el sentido de que se trata de una
función que legalmente está depositada en dicha Entidad Ministerial, lo que, no podía
ser de otra manera si se tiene en cuenta que esa Cartera es la encargada en el ámbito
internacional de llevar a cabo los trámites pertinentes con el perfeccionamiento de los
Tratados y es, por ende, su depositaria.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 06/02/2001
DECISION : No repone auto del 01-11-00 que nego pruebas
PROCEDENCIA : Gobierno de
CIUDAD : Perú
REQUERIDO : ACOSTA ARAMSIBIA, EDGARDO ,O,
REQUERIDO : ACOSTA ARANCIBIA, EDGARDO
PROCESO : 16916
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Juzgado ordinario y especializado: El segundo


no hace parte de una jurisdicción especial/ COLISION DE COMPETENCIA-Ley
504 de 1999-Acumulación de causas/ JURISDICCION/ ACUMULACION
JURIDICA DE PROCESOS

1. De los artículos 234 y s.s. de la Constitución Política, se establece que solo existe la
Jurisdicción ordinaria y las Jurisdicciones especiales, recogidas en la Ley Estatutaria de
la Administración de Justicia ( L. 270 /96). Así, el artículo 11 señala, que la Rama
Judicial del poder Público está constituida por los órganos que integran las distintas
Jurisdicciones a saber: la Jurisdicción Ordinaria, la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo, la Jurisdicción Constitucional, La Jurisdicción de Paz, la Jurisdicción de
las Comunidades Indígenas y además por la Fiscalía General de la Nación y el Consejo
Superior de la Judicatura.

A su turno, la jurisdicción ordinaria está conformada por la Corte Suprema de Justicia,


los Tribunales Superiores de Distrito Judicial y los Juzgados civiles, laborales, penales,
agrarios, de familia y los demás especializados y promiscuos que se creen conforme a
la ley.

Es claro entonces que los Jueces Penales del Circuito Especializados no hacen parte de
una jurisdicción especial. Se trata de funcionarios judiciales que integran la Justicia
ordinaria a quienes se les asigna competencia para el juzgamiento de cierta categoría
de delitos, de donde surge equivocada la motivación del Juez Especializado para
abstenerse de conocer el proceso contra el señor (...), aduciendo la aplicación del
numeral 2º del artículo 92 del Código de Procedimiento Penal.

2. El segundo punto a dilucidar es si el Juzgado Penal del Circuito Especializado de


Manizales puede sustraerse al conocimiento del proceso que inicialmente acumuló y
respecto del cual posteriormente rompió la unidad procesal, con la tesis de que el
delito imputado a (...) no es de aquellos asignados por ministerio de la ley a él.

Si se hace un estudio sistemático de todas las normas que regulan el incidente de


acumulación dentro del Código de Procedimiento Penal, incluso, las disposiciones de la

70
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ley 504 de 1999 que la modificaron, se llega a la conclusión que la razón para el
conocimiento del presente asunto está del lado del juez penal del circuito de Puerto
Berrio.

De la lectura del artículo 9º de la ley 504 de 1999 modificatorio del inciso 2º del
artículo 96 del C de P.P. se desprende que, en tratándose de procesos cuyo
conocimiento está adscrito a los jueces penales del circuito especializados, éste será
el competente para acumular causas de otros jueces, sin que la disposición en
comento señale limitación de ninguna índole.

La Ley no previó excepción en torno a que categoría de delitos podía acumular el juez
especializado; por el contrario, precisó que en el evento de procesos donde la
resolución acusatoria sea posterior a la del proceso que conoce, el competente para
decretar la acumulación será éste, debiendo en todo caso, consultar las demás normas
concordantes sobre la materia.

En este orden, si el juez especializado estableció que en contra de (...), juzgado por
infracción al decreto 1194 de 1989, gravitaba otra resolución acusatoria por los delitos
de homicidio y porte ilegal de armas, cargos imputados en coautoría a (..), y verificó
que la causal prevista en el ordinal 1º. del artículo 91 ibídem era la que determinaba la
acumulación, no podía posteriormente desconocer su propia decisión, y de paso la
norma aplicada, cuando ésta, de modo inequívoco señala que la acumulación procede
" cuando contra una misma persona se estuvieren siguiendo dos o más procesos
aunque en éstos figuren otros procesados."(subrayas fuera del texto), de donde se
deduce la intrascendencia de que el delito por el que es juzgado el señor (..) sea o no
de aquellos cuya competencia está atribuida a los jueces especializados.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 06/02/2001
DECISION : Asigna la competencia al Juzgado P. C. E. de
Manizales
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del Circuito
CIUDAD : Puerto Berrio - Antioquia
PROCESADO : CERON AFRICANO, LUIS ERNESTO
PROCESADO : HERRERA NEMERALYEMA, GELACIO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas,
Homicidio
PROCESO : 17998
PUBLICADA : Si

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TRASLADO-Recurso de reposición formulado por escrito/ PRUEBA-


Conducencia y pertinencia

1. El traslado común y posterior al auto que niega la reposición, contemplado en el


precitado artículo 200 del C. de P.P. y subrogado por la Ley 81 de 1993, se resiste a una
interpretación exegética que restrinja la intervención de los sujetos procesales en
dicho estadio a la adición de los argumentos presentados al momento de la
impugnación, o en otros términos, a complementar la sustentación con mejores y
mayores argumentos en réplica a las apreciaciones esbozadas por el a quo al denegar
la reposición.

Adversamente, la dinámica misma del proceso donde la decisión del a quo puede
contener consideraciones que persuadan al recurrente sobre la legalidad y acierto de
la providencia impugnada, aunada a los deberes que le asisten a las partes al tenor del
artículo 71 del C. de P.C., concretamente, de proceder con lealtad y buena fe en todos
su actos, así como de obrar sin temeridad en sus pretensiones o defensas, permiten
concluir que dentro de dicho traslado bien puede el impugnante expresar, como aquí
aconteció, una conformidad con lo decidido en la reposición, en todo o en parte, y en
éste último evento, circunscribir el ámbito funcional del ad quem y la controversia

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

definible por vía de alzada a aquellos aspectos respecto de los cuales se insiste o
persiste en el disentimiento.

2. Entendida la conducencia como la aptitud legal o jurídica del medio probatorio para
forjar la certeza del juzgador presupone, entonces, que la prueba esté autorizada en el
respectivo procedimiento, pero además, que el suceso objeto de la misma sea
susceptible de demostración a través de ese elemento de juicio; condiciones que
resultan indudables en el testimonio deprecado en estas diligencias de conformidad
con los artículos 248 y 253 del estatuto penal adjetivo, en cuanto asignan a la
declaración de terceros la naturaleza de medio de prueba en la actuación penal y
consagran el principio de la libertad probatoria en la comprobación de los elementos
constitutivos del hecho punible y la responsabilidad del imputado, respectivamente.

Tampoco produce objeciones el requisito de la pertinencia, insiste la Corte, esto es, el


nexo de la prueba pedida con los hechos materia de esclarecimiento en el proceso..,

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto segunda Instancia


FECHA : 06/02/2001
DECISION : Revoca auto que negó recepción de testimonio
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Sincelejo
PROCESADO : REMOLINA FONTALVO, IVAN RAMON
DELITOS : Concusión
PROCESO : 17955
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad/ CAPTACION MASIVA Y


HABITUAL DE DINERO/ ESTAFA AGRAVADA/ PRESCRIPCION/ FALSO
JUICIO DE IDENTIDAD

El error de hecho por falso juicio de identidad consiste en la tergiversación del


contenido material del medio de prueba, es decir en hacerlo decir lo que no dijo.
Probar la equivocación supone entonces un ejercicio de comparación entre la
objetividad de la prueba con la objetividad de la misma que se traslada al fallo, antes
de ser sometida al proceso intelectual de valoración que realiza el juzgador.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : Declara prescripción de unos delitos, no casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
RECURRENTE : ESPITIA, EDGAR GABRIEL
RECURRENTE : GUIO MESA, JAIRO
PROCESO : 10990
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Técnica/ NULIDAD-Técnica en casación/ FALSEDAD MATERIAL DE


PARTICULAR EN DOCUMENTO PUBLICO-Ausencia del documento espurio/
PRUEBA-Libertad probatoria

1. Una de las características que diferencian la casación de los recursos ordinarios


como instrumentos habilitados por la ley para ejercer el contradictorio frente a las
decisiones de los funcionarios judiciales en las instancias, radica precisamente en su
especialidad, que se manifiesta entre otros aspectos, en el hecho de estar regida por
algunos principios orientados al cumplimiento de su teleológica institucionalización,
esto es, a partir de su esencia rogada o de iniciativa de parte, dirigida a corregir los
errores en que en la aplicación del derecho hayan podido incurrir los juzgadores al
momento de proferir la sentencia, tanto desde el punto de vista procesal o
instrumental o en el orden material o sustancial.

Por ello, es imprescindible que quien acude por la vía de la casación a controvertir la
legalidad de un fallo de segunda instancia, sólo pueda hacerlo, en primer lugar, con
fundamento en las causales expresamente contempladas en la ley, cuya taxatividad
enuncia una cualidad determinativa, sin que sea admisible, por tanto, argumentar
reparos a la sentencia estableciendo equivalencias o analogías que no estén directa e
inequívocamente identificadas con el contenido y alcance de los motivos legalmente
previstos para ello.

Tampoco es admisible la fusión o indiscriminada entremezcla de causales, dado que


cada una de ellas no sólo obedece en su teórica postulación a supuestos propios, sino
que metodológica y jurídicamente exigen desarrollo independiente, es decir, que con
base en el principio de autonomía resulta desacertado desde el punto de vista de la
técnica casacional, establecer mixturas entre los diversos motivos para atacar a través
de esta vía una sentencia.

Igualmente se ha destacado con fundamento en el también principio de limitación a la


oficiosidad, así mismo regulador de la casación, que resulta de la exclusiva iniciativa
del demandante la formulación de cada cargo y su consecuente desarrollo, sin que le
sea dable a la Corte entrar a corregir los términos del libelo, en relación con la causal
seleccionada o de los argumentos expuestos para demostrar los reproches,
encontrándose por tanto condicionada cualquier iniciativa para complementarlos o
corregirlos.

2. Cuando se acude a la causal tercera del art. 220 del C. de P.P., acusando la sentencia
de haberse proferido en un juicio viciado de nulidad, lógico complemento de este
enunciado es indicar la concurrencia de alguno de los motivos expresamente erigidos
con esa aptitud enervante del trámite procesal por el artículo 304 ibídem, sin que un
ambiguo, abstracto y genérico alegato pueda servir para sustentarla, en la medida en
que solamente irregularidades sustanciales derivadas de la falta de competencia, del
conculcamiento del debido proceso o del derecho de defensa, pueden conducir a la
decisión extrema de invalidar lo actuado.

Bien ha destacado la jurisprudencia de la Sala, que la de nulidad es una causal


independiente para atacar en casación la legalidad de las sentencias de segunda
instancia, por lo mismo sujeta, como las demás, a exigencias en el orden de la técnica
que repudian cualquier intento por confundirla con un mecanismo de libre formulación,
toda vez que está revestida de particulares condiciones dada su naturaleza, debiendo
por tanto enmarcarse dentro de alguno de los referidos supuestos.

3. Radicada la inconformidad del censor en el hecho de no haberse aportado a la


investigación la libreta militar cuyo afirmado carácter espurio determinó la condena de
(...) por el punible tipificado en el art. 220 del C.P., esto es, el de falsedad material de
particular en documento público, bajo el entendido de que sin el mismo no podía con
certeza determinarse su carácter falso, al respecto vale la pena simplemente acotar
que al no haberse adoptado en la ley procesal nuestra un sistema tarifado que haga
exigible la demostración de los elementos constitutivos del hecho punible, de la
responsabilidad del imputado o de la naturaleza y cuantía de los perjuicios, a través de
pruebas específicas, toda vez que como lo dispone el art. 253 del C de P.P., en todas
estas materias rige la libertad probatoria, esto está significando que contrariamente a
lo que se deriva del alegato propuesto que da por imprescindible en la demostración
del delito de falsedad la material aportación del documento al proceso, su existencia
se determinó como lo autoriza la ley, con otros elementos de persuasión, como
también el aspecto concerniente a su apócrifo orígen, pues en relación con el mismo,

73
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

no solamente obra el testimonio del joven que gestionó con el imputado su irregular
consecución, sino la comunicación remitida por el Comandante del Distrito Militar
No.47 de la época, (...), en la que da cuenta del hecho de habérsele decomisado a (..)
la libreta militar con la cual se identificó al momento de comparecer ante esa unidad,
por tratarse de un documento falso como que en los registros de la institución no
aparecía resuelta su situación militar y consecuentes con esta situación, el referido
joven fue incorporado para prestar el servicio militar obligatorio.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : SEGURA LABRADOR, CARLOS ALBERTO
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.
PROCESO : 12978
PUBLICADA : Si

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VINCULACION AL PROCESO PENAL/ NOTIFICACION PERSONAL

1. El impugnante acusa la sentencia de haber sido proferida en un juicio viciado de


nulidad, por cuanto el sindicado fue vinculado al proceso sin el cumplimiento de "los
mínimos requisitos consagrados en la ley", con lo cual está de acuerdo el
representante del Ministerio Público, confundiendo ambos dos situaciones diversas,
estipuladas en los artículos 375 y 376 del Código de Procedimiento Penal: A efectos de
realizar la indagatoria, se faculta al instructor para librar orden de captura en ciertos
eventos, mientras en otros casos, bajo ciertos mínimos de punibilidad o de probable
justificación o inculpabilidad, lo procedente es citar al imputado.

En el asunto que se estudia, no era imperioso citar para indagatoria y la Fiscalía


consideró necesario librar orden de captura; no se trataba de lo previsto en el citado
artículo 376, sino en el 375, procediéndose por un concurso de delitos que incluye
homicidio, punible con pena muy superior a dos años de prisión.

Por eso emitió la orden al DAS el 6 de octubre de 1995, con inclusión de los datos
correspondientes (f. 209 cd. 1) y "como no ha sido posible", el 15 de noviembre
siguiente ordenó emplazarlo, se fijó debidamente el edicto, declaró luego a (...)
persona ausente, teniéndose como defensor a quien venía actuando con el respectivo
poder, y fue decretada la detención preventiva, todo en su respectiva oportunidad (fs.
222 y Ss. ib.).

El instructor, de conformidad con lo dispuesto por el último inciso del artículo 356 del
Código de Procedimiento Penal, vencido el término legal, no tenía necesidad de
esperar respuesta de la autoridad encargada de realizar la aprehensión,
correspondiéndole proceder al emplazamiento.

2. El casacionista aduce falta de notificación de la medida de aseguramiento, como


omisión que supuestamente vicia el proceso de nulidad, pero no acata que la Fiscalía
libró telegrama al entonces defensor de confianza (f. 233 cd. 1), a la dirección y oficina
que aparece en su papelería membreteada (fs. 421 y Ss.), para que compareciera a
notificarse de "auto decretó detención" y, de todas maneras, es evidente que se
efectuó la oportuna notificación por estado (f. 230 v. ib.).

Tampoco era obligatoria la notificación personal al procesado de la providencia que


resolvió su situación jurídica, al no estar físicamente privado de la libertad, ni era
indispensable librarle comunicación alguna, según fue precisado por esta Sala el 2 de
diciembre de 1998, en sentencia dentro del proceso de radicación N° 13.342, con
ponencia de quien ahora cumple igual función:

74
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Hay que entender que el artículo 25 de la citada Ley 81 (1993) da alcance a las
providencias que por mandato legal expreso deben ser notificadas personalmente y no
aquéllas que admiten diferente forma de notificación. Así se desprende con claridad de
la primera parte de su texto, "cuando no fuere posible la notificación personal", que
presupone que la ley lo ha ordenado pero, no obstante, no se ha posibilitado ese
enteramiento personal. En estos casos, y sólo en ellos, es cuando se impone la
obligación de realizar "la diligencia de citación mediante telegrama dirigido a la
dirección que aparezca registrada en el expediente". Mas cuando se trata de
providencias que por ley no es necesaria la notificación personal, no existe obligación
alguna de citar previamente y el proveído quedará bien notificado por medio del
estado".

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RODRIGUEZ FAJARDO, OSCAR JAVIER
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 13492
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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ESTAFA-En juegos o apuestas (chance)/ ESTAFA-Diferencias: incisos 1º y 2º


art. 356 C.P.

El artículo 356 describe en su inciso primero el delito de estafa, pero en el inciso 2°


contempla una modalidad adjetivada o determinada del mismo. Dice el precepto:

"El que induciendo o manteniendo a otro en error, por medio de artificios o engaños,
obtenga provecho ilícito para sí o para un tercero con perjuicio ajeno, incurrirá en
prisión de uno (1) a diez (10) años y multa de un mil a quinientos mil pesos.

"En la misma pena incurrirá el que en lotería, rifa o juego, obtenga provecho para sí o
para otros, valiéndose de cualquier medio fraudulento para asegurar un determinado
resultado".

Así, son elementos típicos del delito de estafa, en su correlación temporal y lógica, de
acuerdo con el inciso 1° citado: el despliegue de artificios o engaños; la inducción o
manutención en error de la víctima; el desplazamiento patrimonial por parte de la
misma; la obtención de un provecho ilícito para el sujeto o para un tercero; y el
perjuicio correlativo.

Como quiera que en el hecho punible de estafa se trata de proteger el poder de


disposición de las personas sobre sus bienes, cosas o derechos, sobre todo en relación
con maniobras fraudulentas que se orientan a obtener un desplazamiento patrimonial,
el tipo penal señalado exige una rigurosa relación de antecedente-consecuente entre
cada uno de los componentes típicos y en el orden antes indicado. Por ello, el delito se
consuma con la obtención de un provecho ilícito para sí o para otro, como
consecuencia de una situación de error provocada en la víctima por el ardid que
dispone el sujeto activo. El perjuicio correlativo al provecho ilícito determina al sujeto
pasivo, como titular del patrimonio que sufrió la mengua; pero el perjudicado puede
ser persona distinta del destinatario de la maquinación fraudulenta, que constituye la
víctima.

La modalidad de estafa prevista en el inciso 2° de la norma en cuestión no comporta el


mismo rigor, porque no exige, como lo hace expresamente el inciso 1°, la acción de
inducir a otro en error (que es la víctima), dado que los medios fraudulentos para
asegurar un determinado resultado (que sí se requieren en su tipicidad) pueden ser tan
sutiles o se despliegan tan ocultamente que pasan completamente inadvertidos para
los apostadores y aún para los operadores del juego, rifa o lotería. Es lo que ocurre en

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

las loterías o rifas, cuando a distancia se controlan las ruedas por medio de un
dispositivo que nadie advirtió ex ante; o en el juego cuando se manipulan los dados
por medio de un imán puesto en su interior o debajo de la mesa. En la inducción en
error, en cambio, como se trata de llevar, impulsar o provocar un estado de convicción,
como acciones materialmente desplegadas sobre una persona, sería necesario contar
con el otro que se constituye en víctima, así sea engañado.

Por otra parte, la segunda forma de conducta delictiva, si bien se consuma con la
obtención de un provecho ilícito para sí o para otros, no exige en su tipicidad
exactamente el correlativo perjuicio para el operador o concesionario de la lotería, rifa
o juego, porque si el fin es entregar premios al azar dentro del público, no siempre
sería fácil establecerlo, máxime que la mayor protección en dicho dispositivo especial
se orienta a mantener el azar, a proteger la igualdad de oportunidades de los
eventuales jugadores frente a la suerte y el premio que el sujeto activo se lleva
fraudulentamente. Sin embargo, la antijuridicidad de la conducta sí reclamaría un
daño para el bien jurídico tutelado (patrimonio y no propiedad) que se sitúa porque,
una vez pagado el premio, se sabe que se hizo sin una causa lícita.

De igual manera, en la analizada modalidad, el medio fraudulento debe encaminarse a


"asegurar un determinado resultado", elemento adicional que no se requiere en el tipo
básico, lo cual significa que el responsable acaba con el azar, como elemento
connatural de las rifas, juegos y loterías, y engañosamente predetermina un resultado.
Sin embargo, el vocablo "resultado" no puede entenderse por fuera del contexto
convencional de las loterías, rifas o juegos (como lo determina el mismo precepto).

Aunque la expresión "para asegurar un determinado resultado", aisladamente podría


entenderse como un elemento subjetivo especial, en el sentido de que bastaría que el
sujeto empleara cualquier medio fraudulento con el fin ("para") de lograr un
determinado resultado, lo cierto es que la estructura del tipo y su consumación
requieren la concreción de ese "determinado resultado", pues tal sería el conducto
expedito para obtener el provecho ilícito para sí o para otros.

Según se trate de lotería, rifa o juego, el resultado podrá ser el marcador, el número
ganador (o simplemente el ganador), las combinaciones o aproximaciones
preestablecidas, la concreción de una condición requerida para ganar, la ocurrencia o
no de un hecho incierto, entre otros fenómenos.

De esta manera, no es cierto que el inciso 2° del artículo 356 contenga un tipo
subordinado al del inciso 1°, sino que consagra otra modalidad de estafa, cuya
redacción es autosuficiente y sin remisión a otros tipos. En realidad, dicho tipo
especial surgió en la Comisión de 1974, uno de los antecedentes en la redacción del
Código Penal vigente, y sobre el particular el comisionado Darío Velásquez Gaviria
expresó:

"… El tipo especial de fraude en juego obedece a la necesidad de poder sancionar


comportamientos delictivos de frecuente ocurrencia y que no se adecuan al tipo
básico. Basta recordar el fraude cometido en el juego del "5 y 6", al cual se refiere la
sentencia de la Corte Suprema de Justicia de 25 de octubre de 1971, caso que quedó
impune por la imposibilidad de enmarcar esa conducta dentro de los límites del
artículo 408 del Código Penal" (anterior regulación del delito de estafa, se aclara).

La sentencia de la Corte que cita el comisionado se refiere al famoso acuerdo dañado y


engañoso en las apuestas de la hípica, entre preparadores y jinetes para
predeterminar el orden de llegada de los ejemplares a la meta (resultado), con el fin de
favorecer a uno de los apostadores y así éste pudiera obtener un provecho ilícito. Es
decir, los defraudadores predeterminaron el resultado de la carrera y suprimieron el
azar.

No fue posible entonces la sanción a título de estafa (ahora sí merced al nuevo tipo
penal), porque se invertía la relación de causalidad estricta que exigía y exige aún el
tipo básico, dado que el supuesto perjuicio de los apostadores aparecía anterior a la
maniobra fraudulenta y, además, porque al sellar los formularios no habrían actuado
inducidos al juego por error. Se reflexionó en el mencionado fallo:

"Quienes apostaron en las carreras celebradas en el hipódromo de Techo el 26 de abril


de 1964, sellando formularios o de otra manera, lo hicieron -según los hechos que el
Tribunal sentenciador tuvo por comprobados- sin que al tiempo de hacer las apuestas
mediara ningún artificio o engaño, sin que hubieran sido inducidos al juego por error, y
tuvieran opción a los premios parciales en las cinco primeras carreras válidas para el

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"5 y 6", realizadas sin fraude conocido, y en las cuales muchos de los apostadores
obtuvieron ciertamente utilidades.

"Si la maniobra engañosa se cumplió sólo en la última carrera, por acuerdo entre los
procesados efectuado minutos antes de la competición, no puede ella retrotraerse al
momento de las apuestas, que habían sido hechas con anterioridad, para sostener,
como se hace en la sentencia acusada, que todos los jugadores fueron defraudados
porque pagaron en busca de un premio que no podían ganar ya que dolosamente se
había señalado de antemano su beneficiario".

Tales elucubraciones de la Corte, entonces adversas a la adecuación jurídica de los


hechos en el delito de estafa, a partir de la vigencia del Código Penal de 1980
adquirieron relevancia típica, en virtud de lo previsto en el inciso 2° del artículo 356,
pues, de acuerdo con la estructura y finalidad de la norma, sólo se exige una cadena
causal inexcusable entre el despliegue del medio fraudulento y el aseguramiento de un
resultado fingido de la lotería, rifa o juego (no del error o falso juicio de una víctima);
así como entre dicho resultado engañoso y la obtención de un provecho ilícito para sí o
para otros.

Es que el despliegue de un artificio antes del sorteo de la lotería, juego o apuesta, o


concomitantemente con él, de todas maneras se traduce en un fraude a los jugadores,
porque anticipadamente se suprime el azar o la suerte que es de la esencia de
aquellas actividades y, no obstante las dificultades para la concreción del perjuicio
ocasionado a los mismos, el precepto es claro al atar la consumación del delito a la
obtención de un provecho ilícito para el sujeto activo de la maniobra o para otros, lo
cual significa que el daño patrimonial se infiere a las entidades administradoras o a los
operadores del juego o apuesta, que ven mermados sus bienes por el pago de premios
obtenidos con fraude o sin una causa lícita. En razón de ello, la cuantía del ilícito será
el valor del provecho ilícito obtenido por el agente.
...

El no pago de los premios de loterías o apuestas con pretextos injustificados, o


mediante artificios y engaños para persuadir al ofendido de que no tenía derecho a
reclamarlos, no es el "resultado" para acceder al tipo especial de estafa previsto en el
inciso 2° del artículo 356 del Código Penal; de pronto, podría examinarse como
conducta medio para lograr el resultado típico del delito de estafa previsto en el inciso
1° de la misma disposición, cual es el de la obtención de un provecho ilícito, siempre
que concurra también el perjuicio.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : Si casa, absuelve a los procesados, comunica
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VELASCO GUTIERREZ, DIVA YELILI
DELITOS : Estafa
PROCESO : 13839
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Suspensión del trámite

La petición de suspensión del trámite de extradición que se adelanta en la Corte


Suprema de Justicia para conceptuar sobre la petición relacionada con el ciudadano
colombiano por nacimiento ALEJANDRO BERNAL MADRIGAL, se fundamenta en dos
aspectos claramente diferenciados, pero igualmente rechazables.

1.- En la presentación de una acción de tutela en contra de varias autoridades, entre


ellas esta Sala de Casación Penal.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Tal solicitud es abiertamente inconducente, por cuanto la mera presentación de una


acción de tutela no tiene la virtud jurídica de suspender los actos concretos
(administrativos, jurisdiccionales o de cualquier otra índole) contra los que aquella se
invoca. Tampoco tiene fuerza vinculante con aptitud jurídica para suspender un
trámite, la información que el abogado suministra a través de su escrito sobre la
selección de esa tutela por parte de la Corte Constitucional para que sea objeto de
revisión. El decreto 2591 de 1991 señala de manera clara y específica en el artículo 7,
la única circunstancia en la que el trámite de la tutela puede suspender la aplicación
del acto concreto que amenace o vulnere el derecho fundamental por cuya protección
se reclama. Tal evento no ha ocurrido en este caso y por ello la petición se rechazará.

2.- En el proferimiento de una sentencia de tutela por parte de la Corte Constitucional,


a través de la cual esa Corporación Judicial habría creado un requisito de procedibilidad
para los tramites de extradición que se adelantan en la Corte Suprema de Justicia.

Al respecto y ante similar petición, la Sala sostuvo:

"1. Parte el defensor del equívoco supuesto de que en el mencionado fallo de tutela se
impartió una orden de carácter vinculante no solo para la Fiscalía General de la Nación,
sino para la Sala, puesto que su pretensión final la concreta en la necesidad de cumplir
el referido fallo, olvidando que si bien en dicha oportunidad la demanda de tutela
estaba dirigida, entre otra autoridades, contra la Corte Suprema de Justicia en su Sala
de Casación Penal, la conclusión a la que llegó el Juez constitucional fue de que entre
los demandados, solamente la Fiscalía General de la Nación incurrió en vías de hecho
al abstenerse de iniciar la investigación correspondiente por los hechos a los que
hacían alusión los tutelantes, pues es su deber constitucional el de investigar los
delitos.

"2. Lo anterior, no significa, como parece entenderlo el memorialista, que la actuación


que le corresponde adelantar a la Corte en esta clase de asuntos quede supeditada a
que previamente se determine si los hechos que dan origen a la solicitud de
extradición ocurrieron o no en territorio colombiano, pues, como se señaló en
precedencia, ese no es tema del que le corresponda ocuparse a efectos de emitir el
concepto que según el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal se exige de esta
Corporación; más aún cuando la intervención de esta Corte no es de carácter judicial y
mucho menos decisoria, toda vez que es el Ejecutivo el que definitivamente resuelve si
accede o no al requerimiento del país extranjero -en caso de que el concepto sea
favorable- y por ende, es allí donde adquieren plena validez e injerencia los resultados
y determinaciones que al respecto emita el ente investigador.

"3. Efectivamente, considerando lo manifestado por la Corte Constitucional en la


mencionada decisión de tutela, la Sala sostuvo en reciente concepto de extradición
que:

" "...En respuesta al tema de la territorialidad para el ejercicio de la jurisdicción penal,


por el lugar de la comisión del hecho, han de recordarse las posiciones que al respecto
la Sala hizo en providencia del 12 de septiembre de 2.000, con ponencia del
Magistrado JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO: "aparte de que el lugar de la comisión del
delito y la competencia son elementos que tienen que ver con el objeto del proceso
(cuya definición incumbe a la autoridad que juzga) y no con la eficacia de los fines del
mismo (tema de la extradición), también olvida el reclamante toda la dinámica que
comporta una conducta de "importar" o "sacar del país" un producto ilícito, en la que
se fijan destinos, se eligen recorridos y se prevé concomitancias como el decomiso en
lugares diferentes.

"La Sala ha señalado que la supuesta falta de jurisdicción del país requirente para
juzgar al solicitado, trasciende la tarea que ha de cumplir la Corte en orden a lo
previsto en el artículo 538 del C.P.P., además que un tal proceder desconocería la
soberanía del Estado reclamante y la competencia de las autoridades judiciales.

"La Corte Constitucional sostuvo en la sentencia de tutela 1736/2.000 que el criterio


expuesto en el párrafo anterior de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia encontraba respaldo en la jurisprudencia constitucional, invocando en esa
oportunidad como apoyo de dicha conclusión, lo aseverado en la sentencia C-
1106/2.000, en donde expresó:

" "De conformidad con lo expuesto, y por su propio contenido, el acto mismo de la
extradición no decide, ni en el concepto previo, ni en su concesión posterior sobre la
existencia del delito, ni sobre la autoría, ni sobre las circunstancias de tiempo, modo y

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

lugar en que se cometió el hecho, ni sobre la culpabilidad del imputado, ni sobre las
causales de agravación o diminuentes punitivas, ni sobre la dosimetría de la pena,
todo lo cual indica que no se está en presencia de un acto de juzgamiento, como
quiera que no se ejerce función juirisdicente.

"Entrar en una controversia de orden jurídico como si se tratara de un acto


jurisdiccional, implicaría el desconocimiento de la soberanía del Estado requirente,
como quiera que es en ese país y no en el requerido en donde se deben debatir y
controvertir las pruebas que obren en el proceso correspondiente, de conformidad con
las disposiciones sobre Derecho Internacional Humanitario y con las normas penales
internas del Estado extranjero" ". (Concepto del 24 de enero de 2.001, Rad. 16.716)*.

___________________
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del 2 de febrero de 2001,
extradición, radicación No. 16.724, País requirente, Estados Unidos de América.
Magistardo Ponente: Carlos Augusto Gálvez Argote.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 08/02/2001
DECISION : No accede a petición de suspensión del trámite
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : BERNAL MADRIGAL, ALEJANDRO
PROCESO : 16714
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad/ ERROR DE HECHO-Falso juicio


de existencia por omisión

1. La primera afirmación no es cierta. Del estudio de la sentencia impugnada se


establece que el Tribunal no ignoró los apartes de los testimonios de los Agentes de la
Policía donde informan acerca de las manifestaciones que sobre la existencia de
amenazas les hizo Felipe Andrés en el Comando, y que dedicó, por el contrario, buena
parte del análisis probatorio al estudio de este aspecto. Lo que pasa es que no
consideró dignas de crédito las afirmaciones que en dicho sentido formuló el
procesado, y por esta razón desestimó su dicho, en el entendido de que respondían a
una estrategia defensiva suya, orientada a eludir cualquier compromiso penal.

Más claro aún. El Tribunal, en el análisis que hace de estos testimonios, acepta que el
procesado hizo dichas afirmaciones en el Comando, y por tanto, que lo narrado por los
agentes de la policía sobre el particular es cierto. Pero, en contraposición a lo
pretendido por la defensa, les resta toda importancia, por considerar que las amenazas
denunciadas nunca existieron, y que el procesado mintió en el Comando de Policía del
Municipio de Guadalupe al pretender justificar su silencio pretextando coacción de su
compañero.

Siendo ello así, sin mayor esfuerzo se concluye que el error de hecho por falso juicio de
identidad denunciado no existió, y que las alegaciones del casacionista se orientan a
controvertir aspectos fácticos totalmente extraños al mismo. Basta recordar que esta
especie de error se presenta cuando el juzgador tergiversa el contenido material de la
prueba, por adición, cercenamiento o alteración del mismo, para advertir que ninguna
de estas situaciones se presentó en la apreciación de los testimonios de los agentes
que intervinieron en la aprehensión de los procesados.

Ni siquiera es dable pensar en la configuración de un error de hecho por falso


raciocinio en la valoración del mérito probatorio de los citados medios de prueba, hacia
cuyo ámbito pareciera finalmente desplazarse la censura, puesto que, como ya se dijo,
y podrá claramente verse en las transcripciones que más adelante se harán de las
partes pertinentes del fallo, el Tribunal no le resta credibilidad a las afirmaciones de los
policiales, sino a las del procesado, por considerarlas mentirosas.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. Es de reconocerse que el Tribunal, en el análisis que hizo de los elementos de


prueba allegados al proceso, omitió analizar el contenido de estos testimonios, y que
esta inadvertencia, en estricto rigor técnico, vendría a ser constitutiva de un error de
hecho por falso juicio de existencia, como lo postula el actor. Pero este yerro, resulta
absolutamente insubstancial, porque el supuesto fáctico que el casacionista pretende
demostrar a través de ellos (que uno de los procesados era conocido de la víctima) fue
aceptado por el Tribunal en el fallo impugnado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : CABRERA ROJAS, FELIPE ANDRES
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio agravado
PROCESO : 14033
PUBLICADA : Si

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NARCOTRAFICO-Dosificación punitiva/ PUNIBILIDAD-Grado de culpabilidad/


DERECHO PENAL DE ACTO-Determinación de la pena/ NON BIS IN IDEM-
Gravedad del delito/ ERROR DE DERECHO-Falso juicio de convicción/
REFORMATIO IN PEJUS-Dosificación punitiva y multa/ DERECHO PENAL DE
ACTO

1. Es indudable, como lo señala el Procurador Delegado, que no puede revestir la


misma gravedad el tráfico de 150 kilos de cocaína que el embarque de 6, primero
porque el injusto es graduable según la mayor o menor intensidad del daño, y segundo
por cuanto el grado de la afectación o puesta en peligro del bien jurídico tutelado es
directamente proporcional a la cantidad de droga incautada. Esta consideración es
obvia, y si el Tribunal tuvo en cuenta el quantum del alcaloide como uno de los
criterios para fijar la pena -con independencia de que el legislador, con base en la
misma razón, haya creado tipos especiales y subordinados agravados-, no incurrió en
ninguna conducta indebida pues que los criterios de dosificación previstos en el
artículo 61 del C. P. no desaparecen por los incrementos legislativos que quien hace la
ley tiene en cuenta frente a determinados tipos penales. Tal ha sido el criterio de la
Sala, por ejemplo en sentencias de casación del 7 de octubre de 1999 (M. P. Dr. Carlos
Eduardo Mejía Escobar, radicación número 11565) y del 18 de enero del 2001 (M. P. Dr.
Jorge Aníbal Gómez Gallego, radicación número 14.190).

El Ad-quem, entonces, al partir de los límites establecidos por el legislador en el


Estatuto Nacional de Estupefacientes y al hacer la operación ordenada por el
legislador en el artículo 61 del C. P., no hizo mas que actuar como aplicador de la ley,
ahí si guiado por la liberalidad que la misma ley le otorga. Tratándose de dos temas
diversos, uno nacido del legislador en cuanto fija los mínimos y máximos entre otros
motivos por la gravedad del hecho, y otro correspondiente al juzgador en cuanto al
fijar la sanción debe observar, entre otras cosas, la gravedad del hecho, no se ve cómo
los jueces hayan valorado doblemente la misma circunstancia y, por ende, infringido
directamente la ley sustancial.

2. En materia de punibilidad el principio de culpabilidad fue instaurado como factor


dosimétrico en buena parte para tener en cuenta las motivaciones del acto desplegado
por el autor hacia la realización del hecho punible, bajo las formas de dolo y culpa. Así
se hizo se dejó plasmado en el seno de la Comisión de 1979 que final-mente produjo el
C. P., como se percibe en el Acta número 8, correspondiente a la sesión del miércoles

80
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

28 de marzo de 1979: "Se deja constancia con relación a la locución "Grado de


culpabilidad" en el sentido de que se refiere a las motivaciones del acto".

El "grado de culpabilidad", de otra parte, se refiere básicamente a la mayor o menor


intensidad del dolo o de la culpa y a la forma de aquél o de ésta, que se calcula, entre
otros factores, según las condiciones de ocurrencia del hecho, las modalidades
utilizadas, la mucha o poca participación de una persona y, también, de acuerdo con la
cantidad y calidad del objeto de la acción, con la realización de un delito simple o
agravado y con la comisión de uno o varios delitos en concurrencia -que supone dos o
más dolos o culpas-. Todas estas circunstancias pueden incrementar la gravedad del
hecho ilícito.

3. Es evidente que cuando el Tribunal se refirió a los aspectos mencionados no partió


de un concepto amplio y complejo de personalidad que abarcara la totalidad de las
calidades personales del individuo como lo pretende el actor, sino que hizo alusión a
aquellas que en forma directa se reflejaron en la gestación y desenvolvimiento de los
hechos punibles y que se hallan inmediata y estrechamente vinculadas con el señor
(...) Por eso mencionó las condiciones de los hechos que se investigaron, la cantidad de
droga y la actuación, circunstancias que no son otras que las indicadas en el acta de
formulación de cargos (Fl. 357, 7), a las que, por lo demás, se hizo mención en la parte
motiva del fallo impugnado.

Esta posición del Tribunal, de otra parte, corresponde al derecho penal de acto, en la
medida en que para efectos de la determinación judicial de la pena solo deben
importar aquellas características de la personalidad directamente relacionadas con el
comportamiento sancionable, pues la pena debe corresponder a lo realizado por el
agente y no a lo que él es o a lo que pueda ser.

4. La habilidad del casacionista -para quien, repítese, el Tribunal se basó solamente en


la cantidad de droga para aumentar la pena por la personalidad, lo cual conduciría a
violación del non bis in ídem debido al incremento legal de la pena por la misma razón-
pierde su pretendido alcance cuando se observa el texto y el contexto de las
decisiones judiciales.

Es cierto que el Tribunal, en párrafos independientes y punto por punto, no dijo qué
circunstancias, en concreto, correspondían a cada uno de los factores punitivos. Pero
también lo es que sustentó el fallo con reflexiones que fácilmente permiten inferir cuál
el motivo de incremento en materia de gravedad del hecho, de personalidad y de
grado de culpabilidad, y que en ningún momento cruzó sus apreciaciones para doblar
consecuencias. Al contrario de lo afirmado por el proponente, tuvo muy claro que la
cantidad, de una parte, suponía aumentar la pena prevista para el tipo básico y, de la
otra, que a mayor cantidad de estupefaciente, mayor necesidad de aumento punitivo.

5. Es evidente el desacierto del censor. Olvidó que, como lo ha reiterado la Corte -por
ejemplo en decisiones del 18 de agosto de 1993 (M.P. Dr. Guillermo Duque Ruiz) y del
23 de no-viembre de 1995 (M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll)-, el error de derecho por
falso juicio de convicción originado en errores de apreciación probatoria no tiene
cabida en nuestro sistema penal porque en la ley procesal actual no permanece el
sistema probatorio de la tarifa legal, mientras sí existe el de la sana crítica o
apreciación racional de los medios, salvo que el error se origine en la creencia de que
la prueba tiene valor tasado por la ley sin que, en verdad, lo tenga.

6. Parcialmente con razón, el Tribunal hizo ver al A-quo que, en general, se había
equivocado al desarrollar las varias fases de la dosificación punitiva y evidentemente
morigeró la pena que al final se impuso al procesado, pues resultó reducida en 16
meses. Basta recordar que mientras la pena inicial, la del A-quo, fue de 144 meses (12
años), el superior la determinó en 128 meses. Sin embar-go, frente a la concurrencia
de hechos punibles, mientras el Juez Regional incrementó la sanción en 3 años, el
Tribunal lo hizo en 5, con lo cual modificó en peor uno de los factores atendidos para la
fijación de la cantidad punitiva, reflexión que contraría la garantía constitucional y
principio fundamental conocida como prohibición de la reformatio in pejus, criterio este
ya expuesto por la Sala en forma reiterada, por ejemplo en casación del 20 de
noviembre de 1996 ( M. P. Dr. Ricardo Calvete Rangel, radicación número 9298). Por
este motivo, la Sala hará la disminución correspondiente a dos años.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001

81
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente


reajustando la
pena
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
RECURRENTE : RENTERIA CALERO, HUMBERTO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 11836
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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ANTIJURIDICIDAD-Técnica en casación/ PECULADO-Objeto de protección/


PECULADO POR EXTENSION-Auxilios o bienes recibidos a cualquier título del
Estado/ PECULADO POR EXTENSION-Administración o custodia

1. Dentro de la sistemática escalonada de definición del hecho punible que asume el


ordenamiento jurídico-penal colombiano, el salto para atacar la antijuridicidad del
comportamiento, supone la aceptación de la tipicidad del mismo. En efecto, conforme
con el artículo 4° del Código Penal, la antijuricidad se pregona de "una conducta
típica", no de cualquier conducta; de igual manera, y para completar la ilustración, el
artículo 5° proclama la culpabilidad de una conducta que se supone típica y
antijurídica.

De manera que si los dos cargos se ofrecían excluyentes, el demandante no sólo debió
presentarlos por separado (como en realidad lo hizo), sino que adicionalmente estaba
obligado a indicar cuál de ellos sería subsidiario del otro, como lo ordena el artículo
225 del Código de Procedimiento Penal.

2. Antijuridicidad en el delito de peculado. Según el artículo 4° del Código Penal, "para


que una conducta típica sea punible se requiere que lesione o ponga en peligro, sin
justa causa, el interés jurídico tutelado por la ley". En realidad, la definición legal
envuelve dos matices de la antijuridicidad, el formal circunscrito a la contradicción de
la conducta con el ordenamiento jurídico total, en cuanto éste consagra no sólo
prohibiciones sino también permisos; y el material, concretado en la ofensa al bien
jurídico protegido (lesión o puesta en peligro).

De acuerdo con el Libro Segundo, Título III del Código Penal, el bien jurídico protegido
en el delito examinado es el correcto funcionamiento de la administración pública. La
distribución de los tipos legales en capítulos, con sus respectivas denominaciones,
significa que en cada caso se tutela una dimensión distinta de la administración
pública, pues sería diverso el amparo según se trate del peculado, o la concusión, el
cohecho, la celebración indebida de contratos, el tráfico de influencias, el
enriquecimiento ilícito, el prevaricato, el abuso de autoridad y otras infracciones, la
usurpación y abuso de funciones públicas, o los delitos contra servidores públicos. Y es
distinto el ámbito de protección, siempre dentro de la administración pública, no sólo
por la variedad existencial de las conductas y los modos de comisión, sino también por
los sujetos que en cada caso se ven involucrados.

Ahora bien, la misma definición de los tipos legales, como conductas prohibidas,
delimita el ámbito de protección penal del bien jurídico de la administración pública,
que de otra manera quedaría expuesto a interpretaciones amplias y extrajurídicas
nocivas a los principios de seguridad jurídica y legalidad.

Como se analizó en la sentencia de casación del 11 de julio de 2000 (radicado 12.758),


en el caso del delito de peculado, correspondiente al capítulo primero del Título III, el
recorrido por las descripciones típicas hechas en los artículos 133 a 138 del Código
Penal, indica que la administración pública estará protegida en su dimensión concreta
del interés patrimonial del Estado. Se dice interés patrimonial, en lugar de la
expresión más restringida de patrimonio estatal, porque las mismas disposiciones
citadas involucran como objetos materiales no sólo los bienes del Estado o de las

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

empresas o instituciones en que éste tenga parte, sino también los bienes que se
reconocen como propiedad de particulares o de entidades privadas, pero que se hallan
afectados por un acto de autoridad oficial (los que son materia del delito y se
recuperan), o cuando dichos bienes tienen una finalidad eminentemente pública, o
cuando por su origen estatal, no obstante haber ingresado por aportación al patrimonio
de una persona natural o jurídica de orden privado, conservan el mismo objetivo social
(fondos de juntas de acción comunal, auxilios o aportes oficiales).

3. En el delito de peculado por extensión, circunscrito a los auxilios o bienes recibidos a


cualquier título del Estado por un particular o ente privado, como quiera que tales
recursos una vez entregados ya ingresan al patrimonio de la respectiva persona, la
única razón para que se prevea como punible la apropiación o cualquiera otra
conducta distractora de los mismos, radica en la preservación de su finalidad de
inversión en beneficio público o comunitario, y no en provecho particular o de marcado
interés individual del sujeto que los administra.

La finalidad prevista en las normas penales y reglamentarias no es la de entregar los


auxilios arbitrariamente o de cualquier manera, de pronto a comodidad del gestor, sino
la de distribuirlos racionalmente y de acuerdo con una real medición de necesidades
de los beneficiarios seleccionados. Se recuerda, adicionalmente, que la ofensa al bien
jurídico tutelado se produce no sólo mediante su lesión efectiva sino también por la
puesta en peligro.

4. Mientras que en el fallo atacado se declaró con suficientes razonamientos


probatorios que la gestora y el ICETEX Regional realizaban una administración
compartida de los auxilios, en tanto la primera hacía las veces de ordenadora del gasto
y el segundo cumplía el papel de pagador, el demandante se dedicó a desconocer el rol
fundamental de su defendida, sin demostrar que las inferencias del fallador estén
asentadas en errores de hecho o de derecho en la apreciación de las pruebas.
...
Siendo claro que el ICETEX no podía pagar las ayudas educativas que no fueran
aprobadas por el gestor, tampoco a personas distintas de las seleccionadas por éste,
resulta evidente también el poder de disponibilidad jurídica del segundo como
ordenador del gasto, elemento fundante del concepto de administración en el moderno
sentido complejo de la misma, que abarca además del ordenador, según decantada
jurisprudencia de la Corte, las conductas del "pagador, el contador, el revisor, el
auditor, el almacenista, pues a todos ellos les compete, dentro de los límites propios de
sus atribuciones, la genérica función de administrar…" (casación del 6 de diciembre de
1982).

Si el gestor no fuera administrador o custodio de los recursos, en sentido jurídico y no


material, qué sentido tendría que el departamento girase los mismos al ICETEX
Regional Boyacá, pero con destino al Fondo Educativo Especial "Cándida Benavidez
Pérez". Y que precisamente por tal vinculación, el ICETEX no podía girar auxilios a su
antojo sino previa determinación del gestor.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 08/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : FAJARDO GARAVITO, ANA ISABEL
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 14824
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Interés para recurrir-Apelación/ CONSULTA-Competencia ilimitada


del superior/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica/ ERROR DE
HECHO-Falso juicio de identidad/ HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO-

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Dosificación punitiva/ HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO/ DOSIFICACION


PUNITIVA

1. La Sala ha establecido que el sujeto procesal, así no haya recurrido contra la


sentencia de primera instancia, tiene interés para acudir en casación cuando en la
apelación interpuesta por otra de las partes, por efectos vinculantes de la decisión de
segunda instancia, el nuevo pronunciamiento afecte desfavorablemente su situación
jurídica; o cuando proceda el grado jurisdiccional de consulta, independientemente del
contenido de la segunda decisión; o si la casación trata de nulidades (11 de febrero de
1999, rad. 9.998; 23 de febrero de 2000, rad. 13.116, ambas providencias con
ponencia del Magistrado Fernando E. Arboleda Ripoll).

2. La Constitución Política colombiana vigente contempla, en el artículo 31, la consulta


de sentencias y, a pesar de ser una institución propia de anteriores sistemas
procesales, el decreto 2700 de 1991 la preservó para asuntos sometidos a la entonces
"justicia regional", manteniendo esa posibilidad no instada de revisión y corrección,
frente a las eventualidades de error, lenidad o prevaricación judicial, en el
procesamiento por algunos de los delitos de más grave perturbación social, no dejando
la rectificación o enmienda sólo a la iniciativa de los sujetos procesales.

Con ello, se conservó la viabilidad de decidir en segunda instancia "sin limitación" (art.
217 C. de P. P.), ante lo cual, como la judicatura conserva la posibilidad de hacer más
gravosa la situación del sindicado no apelante, entendido que en tales circunstancias
la decisión no es definitiva, puede optarse por no recurrir contra la decisión del a quo
en espera del segundo pronunciamiento, sin perder de tal manera el interés para
acudir en casación, cualquiera sea la determinación que se adopte.

3. Es sabido que en el ataque a la sentencia impugnada por la vía indirecta, hay que
señalar el sentido y el motivo de la censura, las normas sustanciales violadas y el yerro
de hecho o de derecho que originó la vulneración. Además, debe demostrarse la
trascendencia del error, o sea, su incidencia en el fallo, en el sentido de llevar a
variarlo al excluir total o parcialmente lo aducido por el juzgador, para dar paso a la
absolución, o a disminución de la responsabilidad acarreando efectos favorables al
acusado en la punibilidad, si se ha impugnado en su defensa.

4. El demandante acude al falso juicio de identidad, que es un error de hecho en el


cual se tergiversa el sentido de la prueba, para hacerle decir algo que no aparece en
su contenido fáctico.
....

Al comparar lo expresado por (...) con lo plasmado en los fallos de instancia,


claramente se observa que la tergiversación denunciada tuvo ocurrencia, pues declaró
que las personas que esa noche lo acompañaron a cometer el hurto de que fue víctima
(...), no hacían parte del grupo delictivo que había dado muerte a varios servidores
públicos; sin embargo, los juzgadores aseguran que dicho partícipe afirmó que (...) y
(...) integraban tal organización de sicarios.

El yerro fue definitorio y de incuestionable trascendencia, pues de la falla en la


apreciación de esa prueba surgió la errónea imputación del mencionado concierto para
delinquir y, consecuentemente, el aspecto de la condena que se impugna.

5. En la resolución de acusación se imputó el delito de hurto calificado (art. 350 C. P.) y


agravado (art. 351 ib.), en cuantía superior a la derivada del artículo 372-1 del Código
Penal, lo que hace determinar así la pena mínima: 24 meses + 4 (1/6) = 28 + 9 meses
y 10 días (1/3) = 37 meses y 10 días de prisión; y la máxima así: 96 (8 años) + 48 (1/2)
= 144 + 72 (1/2) = 216 meses.

Observando a continuación los factores previstos en el artículo 61 del Código Penal, se


aprecia que la violencia fue dirigida contra las personas, lo que la hace más
reprochable. Además, no consistió únicamente en intimidar con un revólver a la
víctima y arrebatarle parte de su aprovisionamiento de viajera, pues prosiguió el uso
agresivo del arma, disparada hacia los miembros no uniformados de la Policía Nacional
y esgrimida para penetrar arbitrariamente a uno de los inmuebles del sector, a cuya
moradora amedrentaron para que les permitiera esconderse y eludir la persecución
policial.

La intensidad del obrar violento e intimidatorio, contra pluralidad de personas, pone en


evidencia que la conducta reprochada fue especialmente grave, magnitud que se
acrecienta aún más al apreciar que la acusación incluye varias causales específicas de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

agravación, pues fueron tres las personas que cometieron el hurto, lo cual configura el
agravante del ordinal 10° del artículo 351 ibídem. Aunque quien profiera la resolución
de acusación debe efectuar la debida especificación de todos los cargos que incluya en
el enjuiciamiento, no es irredimible que haya dejado de señalar literalmente y citado
las normas que instituyen a cabalidad lo imputado y su entidad jurídica, en la medida
en que aparezca comprendido y su ostensible configuración no deje lugar a dudas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 13/02/2001
DECISION : Casa parcialmente, absuelve de unos delitos,
ajusta
pena, confirma lo demás
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : SEGUNDO SOSA, APOLINAR
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
uso
privativo de las F.M.
PROCESO : 14370
PUBLICADA : Si
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ ERROR DE


HECHO-Falso juicio de identidad/ RESOLUCION DE ACUSACION-Anfibológica/
NULIDAD/ FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO-Categorías/ VIOLACION
DIRECTA DE LA LEY-Modalidades-Técnica

1. La Corte ha precisado de antaño y en forma reiterada, que la errónea calificación de


los hechos cuando implica el cambio del género o el desplazamiento de la conducta a
otra especie delictiva, a pesar de tratarse de un error de mérito o in iudicando debe
demandarse por la vía de la nulidad, porque en estos eventos, sólo invalidando la
resolución acusatoria para reemplazarla por aquella que en su adecuación típica recoja
con exactitud el comportamiento investigado y demostrado en autos puede
preservarse la consonancia del fallo con el pliego de cargos, que es requisito ineludible
para satisfacer la garantía del debido proceso.

Por otra parte, como en la equivocada calificación jurídica de la conducta ilícita puede
incurrirse, bien por errores de lógica jurídica en la aplicación del derecho al caso
concreto o derivada de los desaciertos en el análisis probatorio, la demostración y la
sustentación del reproche debe desenvolverse conforme a la técnica que gobierna la
causal primera de casación; de ahí, entonces, que frente a una censura de esta
naturaleza el demandante deba especificar la forma cómo se produjo la transgresión
de la ley sustancial, esto es, si lo fue por su violación directa o indirecta, que en el
primer supuesto se estructura por la aplicación indebida de una disposición y la falta
de aplicación de la que debía actualizarse en el caso juzgado, sin que resulte viable,
lógico o jurídico aducir ambas modalidades de quebranto en forma simultánea por
resultar contradictorias; debiéndose demostrar, además, la incidencia en la estructura
del proceso de ese error in iudicando.

2. Cuando se alega el error de hecho por falso juicio de identidad, que se configura
cuando el juzgador tergiversa la significación objetiva de la prueba confiriéndole un
sentido que no le corresponde, situación precisamente denunciada en este asunto por
la defensa como quedó en oportunidad reseñado, el censor debe acreditar qué
elementos de persuasión fueron distorsionados en su expresión material haciéndoles
producir además un efecto probatorio diverso al que objetivamente tienen, que no
puede ser cumplido sino mediante la confrontación de la prueba como fue asumida en
el fallo impugnado con el acta que la recoge para demostrar por este medio la
alteración trascendente de su contenido o la omisión de una parte sustancial de la
misma igualmente relevante.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

3. No desconoce la Sala que la resolución acusatoria constituye una pieza


fundamental, pues concreta los cargos que serán objeto de debate en la fase del juicio
y le permite al sindicado conocer las imputaciones que afronta posibilitándole así el
ejercicio del derecho a la defensa; por tal razón, se erige en presupuesto esencial del
fallo, que en manera alguna puede desbordar el marco impuesto por el pliego de
cargos, máxime en el entendido que la acusación es ley del proceso cuando es
proferida con las formalidades establecidas en el estatuto penal adjetivo y recoge los
hechos demostrados en la investigación, así como la certera adecuación de los mismos
a las correspondientes disposiciones legales.

Ahora bien, para el cumplimiento de este trascendental cometido en dicha providencia


deben deslindarse el cargo o los cargos en forma nítida y precisa, tanto en el plano
fáctico como jurídico, así como especificarse todas aquellas circunstancias que tienen
trascendencia para la imputación, al punto que su anfibología, la falta de claridad o su
indeterminación constituyen irregularidades que propician la nulidad, por cuanto en
tales eventos resulta imposible comprenderla con exactitud.

4. La modalidad del ilícito dentro de las categorías que en la doctrina se consideran


viables tratándose de la falsedad en documento privado, esto es, si fue ideológica o
material, en primer término, porque tales categorías constituyen simples formas
comisivas del delito que el legislador unificó bajo la conducta reprimida en el tipo:
"falsifique", sin asignarles en él un carácter alternativo y compuesto que obligara al
instructor a la especificación pretendida por el actor, menos aún, como requisito para
la validez del acto procesal de enjuiciamiento

5. Una vez más reitera la Corte que la violación directa de la ley sustancial puede
presentar tres sentidos: la falta de aplicación, la aplicación indebida y su
interpretación errónea; de igual modo, que a pesar de obedecer tales conceptos a
diversas expresiones del error ocurrido en la aplicación del derecho en el caso
concreto, en todos ellos se impone como requisito ineludible que el casacionista acepte
las conclusiones del fallo impugnado sobre los hechos y la valoración probatoria, pues
en estos eventos se trata de plantear y sustentar un desacierto de mera lógica
jurídica..

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 13/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : San Gil
PROCESADO : CARREÑO MUÑOZ, JUAN BAUTISTA
PROCESADO : DUARTE FAJARDO, MIGUEL
DELITOS : Falsedad en documento privado, Peculado por
extensión
PROCESO : 13630
PUBLICADA : Si

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REPOSICION-Sustentación/ CASACION DISCRECIONAL

Conforme lo ha determinado la jurisprudencia de la Sala, el correcto entendimiento del


trámite del recurso de reposición impone al recurrente el deber legal de sustentarlo al
momento de la interposición del mismo o, por lo menos, dentro del término de
ejecutoria de la decisión a la que se opone (3 días).

La sustentación del recurso, es, en su acepción más simple, la manifestación de los


fundamentos jurídicos por medio de los cuales se demuestra o intenta demostrar la
existencia de un yerro en la providencia objeto de la impugnación. Tal entendimiento
del alcance del deber legal de sustentación es el necesario para que el Funcionario se

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

entere de cuál es la razón o las razones por las que debería revocar, reformar, aclarar o
adicionar su propia decisión.

El abogado procesado (...) no pone de presente ningún error de la Sala en la adopción


de la providencia del 19 de diciembre. Tampoco discute ninguno de los fundamentos
jurídicos expuestos en esa decisión, se limita a indicar que era lo que perseguía con el
acceso a la casación discrecional y a mencionar su presunta necesidad para unificar la
jurisprudencia nacional en torno a las garantías debidas a las personas intervinientes
en el juicio penal.

La generalidad de esas afirmaciones del recurrente son insuficientes para determinar


el fundamento de la impugnación, poniendo de presente la falta de sustentación del
recurso, lo que impone su rechazo y la declaratoria de desierto del mismo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

casación Discrecional
FECHA : 14/02/2001
DECISION : Declara desierto el recursos de reposición contra
el auto
que nego la casación
PROCEDENCIA : Juzgado 17 Penal del Circuito
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : TRUJILLO JARAMILLO, JUAN MANUEL
DELITOS : Emisión y transferencia ilegal de cheques
PROCESO : 14980
PUBLICADA : Si

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INDICIO-Concepto/ INDICIO-Técnica para atacarlo en casación/ ERROR DE


DERECHO-Falso juicio de legalidad/ INDICIO-Inferencia lógica/ FALSO JUICIO
DE LEGALIDAD

1. Esta censura está referida a la prueba indiciaria y se apoya en la ocurrencia de un


supuesto error de derecho por falso juicio de legalidad.

"El indicio -dijo la Sala en otra oportunidad-* es un medio de prueba que permite el
conocimiento indirecto de la realidad. Supone la existencia de un hecho indicador que
debe encontrarse demostrado a través de cualquiera de los medios probatorios
autorizados por el Código de Procedimiento Penal, del cual es derivable la existencia
de otro hecho mediante un proceso de inferencia lógica.

"Como prueba que es, cuando se alegan en casación defectos en su apreciación como
fundamento de la violación de la ley sustancial, la vía de ataque debe ser la indirecta y
en tal medida es obligación del recurrente señalar el tipo de error en el cual se
incurrió, su modalidad y si el mismo se predica del hecho indicador, de la inferencia
lógica o de la manera como los indicios se articulan entre si, es decir su convergencia,
concordancia y fuerza de convicción por su análisis conjunto.

"Si la equivocación se predica del hecho indicador y se toma en consideración que


debe estar demostrado con otro medio de prueba, los errores susceptibles de
plantearse son tanto de hecho como de derecho.

"De hecho, porque la prueba de la circunstancia conocida pudo haberse supuesto; o


porque pudo haberse dejado de apreciar otro medio demostrativo que la neutralizaba o
disolvía; o porque se tergiversó su contenido material haciéndola decir algo que no
decía; o porque el proceso de valoración que condujo a la afirmación de la premisa a

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

partir de la cual se hará luego la inferencia, se apartó de los principios de la sana


crítica.

"De derecho, porque el juzgador pudo haber admitido y valorado como prueba
fundante del hecho indicador alguna irregularmente aportada al proceso y por lo tanto
inválida. Como en ningún caso la prueba indiciaria está dentro del proceso penal
sometida a tarifa legal, es obvio que frente a ella la modalidad de error de derecho
conocida como falso juicio de convicción no es susceptible de ser propuesta a través
del recurso extraordinario de casación.

"Ahora bien, cuando el error se predica de la inferencia lógica, ello supone -como
condición lógica del cargo-aceptar la validez de la prueba del hecho indicador, ya que
si ésta es discutida sería un contrasentido plantear al tiempo algún defecto del juicio
valorativo en el marco del mismo ataque. Existe la posibilidad, no obstante, de refutar
el indicio tanto en la prueba del hecho indicador como en la inferencia lógica, sólo que
en cargos distintos y de manera subsidiaria.

"La inferencia lógica, entonces, es atacable en casación. Pero en atención a que la


misma es el resultado de un proceso intelectual valorativo, la única vía posible para
hacerlo es el error de hecho por transgresión ostensible de los principios de la sana
crítica. La hipótesis supone, por lo tanto, la aceptación del hecho indicador y la
demostración de que el juzgador realizó un juicio de valor en contravía de las leyes de
la ciencia, los principios de la lógica o de las reglas de la experiencia. Así las cosas,
para que el cargo quede correctamente formulado es imprescindible concretar el error
y demostrar cómo ha sido transgredida o desconocida una ley científica, un principio
de la lógica (que no niegue ni desconozca la unidad del ser) o una regla constante de
la experiencia común o aceptada y practicada en medios especializados en una
determinada materia. Se precisa, además y ello es obvio, la fundamentación
correspondiente a la trascendencia del error.

"La Sala ha sido reiterativa en lo precedente y también ha señalado que cuando de


atacar dicho medio probatorio en casación se trata, no puede desconocerse que por
su naturaleza misma su valoración es de conjunto, siendo el vínculo que surge entre
los diferentes indicios (su concordancia y convergencia) el que hace que la conclusión
crezca desde la probabilidad hasta constituir certeza. En consecuencia, aunque el
ataque a los hechos indicadores debe ser independiente, ello no significa en manera
alguna que el conjunto indiciario, cuya fuerza de convicción depende de que se le
estime globalmente, pueda dejar de ser enfrentado por el demandante".

2. Si lo que se proponía la defensa, como lo anunció al comienzo del ataque, era la


demostración de un falso juicio de legalidad, tenía como obligación identificar la
prueba del hecho indicador (los testimonios, informes y documentos referidos a los
actos de violencia a los cuales se refirió la sentencia), aduciendo la razón de su
invalidez. Y si lo que se proponía era cuestionar la inferencia lógica, su obligación era
probar el carácter absurdo del proceso intelectual llevado a cabo por el Juez. En los
dos casos, además, se le imponía la demostración de la incidencia de la equivocación
en el sentido del fallo.
____________________

* Sentencia de casación de octubre 20 de 1999. Radicación 11.113.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casacion
FECHA : 14/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Neiva
PROCESADO : CHICANGANA PIAMBA, ALIRIO SEGUNDO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 12760
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ERROR EN LA DENOMINACION JURIDICA DE LA INFRACCION/


SECUESTRO EXTORSIVO-Competencia Juez Regional:Art. 6 Decreto 2790 de
1990/ COMPETENCIA/ PRESCRIPCION

1.Con apoyo en la causal tercera de casación acusa al fallador de haber dictado


sentencia en un juicio viciado de nulidad, por carencia de competencia de la justicia
regional para conocer del proceso, la que deriva de haberse incurrido en error en la
denominación jurídica del punible imputado.

Estima que en tratándose del delito de secuestro extorsivo agravado por el cual se
condenó a sus defendidos, los tipos penales aplicables eran los descritos en los
artículos 268 y 269 del Código Penal, y no el artículo 6° del Decreto 2790 de 1990, en
razón a que los procesados no actuaron con finalidad terrorista, como lo exigía la
última preceptiva, siendo, por lo mismo, competente para investigarlo y juzgarlo la
jurisdicción ordinaria.

Sea lo primero manifestar que la censura está antitécnicamente planteada, ya que si


como consecuencia de la errónea calificación cambia la competencia, se debe acusar
nulidad por aquélla y no por la falta de competencia, pues, en caso contrario, se
estaría incurriendo en el sofisma llamado petición de principio, que consiste en dar por
demostrado lo que se debe demostrar.

Probada la errónea calificación, como consecuencia, si fuere el caso, devendrá la


nulidad. Tal como lo ha sostenido la Sala*

2. Como lo ha reiterado la Sala**, es verdad que con anterioridad a la vigencia del


Decreto 2790 de 1990, existió una legislación paralela, con relación a varios punibles
como el homicidio, las lesiones personales, el concierto para delinquir, la tortura, la
extorsión y el secuestro, entre otros: la ordinaria y la excepcional, siendo aplicable ésta
en aquellos eventos en que se actuaba con fines terroristas, o de perturbar el orden
público o, en general, desestabilizadores de las instituciones democráticas; y la
segunda, cuando no estaban presentes tales propósitos.

En lo concerniente al delito de secuestro, los artículos 22 y 23 del Decreto 180 de 1988


establecían lo siguiente:

"ART: 22. SECUESTRO. El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona,
incurrirá en prisión de quince (15) a veinte (20) años y multa de cien (100) a
doscientos (200) salarios mínimos mensuales.

"ART: 23. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACIÓN PUNITIVA. Las penas señaladas en el


artículo anterior, se aumentarán en una tercera (1/3) parte si concurriere alguna de las
siguientes circunstancias:

a. Si el delito se cometiere en persona de inválido, enfermo, menor de dieciséis (16)


años, mayor se sesenta (60) años o mujer embarazada.

b. Si se somete a la víctima a tortura durante el tiempo que permanezca secuestrada.

c. Si la privación de la libertad del secuestrado se prolongare por más de diez (10) días.

d. Si se comete en ascendiente, descendiente, adoptante o adoptivo, hermano o


hermana, cónyuge o afín en línea directa en primer grado.
e. Si se comete en persona que sea o hubiere sido empleado oficial y por razón de sus
funciones.

f. Cuando se exija por la libertad del secuestrado un provecho o cualquier utilidad.

g. Cuando se presione la obtención de lo exigido con amenazas de muerte o lesión del


secuestrado, o con ejecución de acto que implique peligro común, grave perjuicio de la
comunidad o de la salud pública.

h. Cuando se cometa para hacer u omitir algo o con fines publicitarios de carácter
político.".

Y los artículos 268 y 270 (antes de entrar a regir el Decreto 2790):

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Art. 268. Secuestro extorsivo. El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una
persona con el propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o
para que se haga u omita algo o con fines publicitarios de carácter político, incurrirá en
prisión de seis (6) a quince (15) años.

"Art. 270. Circunstancias de agravación punitiva. La pena señalada en los artículos


anteriores se aumentará hasta en la mitad, si concurriere alguna de las siguientes
circunstancias:

1ª Si el delito se comete en persona de inválido, enfermo, menor de dieciséis años,


mayor de sesenta o en mujer embarazada

2ª Si se somete a la víctima a tortura física o moral durante el tiempo que permanezca


secuestrada.

3ª Si la privación de libertad del secuestrado se prolongare por más de treinta días.

4ª Si se comete en ascendiente, descendiente, adoptante o adoptivo, hermano o


hermana, cónyuge o a fin en línea directa en primer grado.
5ª Si se comete en persona que sea o hubiere sido empleado oficial o por razón de sus
funciones.

6ª Cuando se presione la obtención de lo exigido con amenazas de muerte o lesión del


secuestrado o con ejecutar acto que implique peligro común, grave perjuicio de la
comunidad o la salud pública.".

No obstante, ese paralelismo fue superado por el citado Decreto 2790/90, que entró a
regir el 16 de enero de 1991, en cuyo artículo 6° se estatuyó:

"ARTÍCULO 6°.Siempre que el delito de secuestro se dirija contra persona que ocupe
alguno de los cargos mencionados en el numeral 1° del artículo 2° del Decreto 474 de
1988 o en funcionario de la Rama Jurisdiccional, Registrador Nacional del Estado Civil,
Miembro del Consejo Electoral, Delegado del Consejo Nacional Electoral o el
Registrador, Registrador Departamental, o Municipal del Estado Civil, Agente del
Ministerio Público, Agente Diplomático o Consultar al servicio de la Nación o
acreditado ante ella, Comandante General o miembro de las Fuerzas Armadas, de la
Policía Nacional o de los Cuerpos de Seguridad, Subdirector Nacional de Orden Público,
Director Seccional de Orden Público, Miembro de la Asamblea nacional Constitucional,
Miembro principal o suplente de las Asambleas Departamentales, funcionario elegido
por Corporación de elección popular, Cardenal, Primado, Arzobispo, Nuncio y Obispo; o
se ejecute con fines terroristas; u obedezca a los propósitos descritos en el artículo 1°
del Decreto 1631 de 1987 o persiga los objetivos enunciados en el artículo 268 del
Código Penal, se sancionará con prisión de veinte (20) a veinticinco (25) años y multa
de un mil a dos mil salarios mínimos legales mensuales…"(Subrayas extrañas al texto).

En consecuencia, como acertadamente lo conceptuó el Ministerio Público, no hubo


equivocación alguna en la selección normativa, por lo que la resolución de acusación
no contiene yerro alguno en lo que atañe a la imputación jurídica y, por lo mismo, la
justicia de orden público y luego la regional eran las competentes para adelantar el
proceso.

En efecto, si se tiene en cuenta que el Decreto 2790 entró a regir el 16 de enero de


1991 y que el secuestro se cometió entre el 21 y el 30 de octubre del mismo año y
que el fin perseguido por los plagiarios era el de obtener provecho económico, se
tendrá que concluir que la preceptiva aplicable era el artículo 6° del mismo y no los
artículos 268 y 270 del Código Penal, antes de ser modificados, sino estos preceptos,
pero con la modificación introducida por el señalado artículo 6° y en el que de
manera clara se estatuyó : " siempre que el delito de secuestro …. persiga los
objetivos enunciados en el artículo 268 del Código Penal, se sancionará con prisión de
20 a 25 años y multa de un mil a dos mil salarios mínimos legales mensuales".

Por lo tanto, las normas que subsumían la conducta desarrollada por los procesados
Luis Miguel y Guillermo Hernando Morales Vaca eran los artículos 268 y 270 del Código
Penal, pero con la modificación introducida por el artículo 6° del Decreto 2790 de
1990, sin que, por ende, le asista razón al recurrente cuando asevera que esta última
preceptiva sólo era aplicable cuando la finalidad era terrorista, o cuando la acción se
dirigía contra determinados sujetos pasivos calificados, o cuando se afectaba la
estabilidad social y el orden jurídico, pues según el transcrito artículo 6°, se aplicaba
no sólo cuando el secuestro se cometía con esos fines o contra determinadas

90
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

personas, sino con el simple y exclusivo propósito de obtener un provecho o cualquier


utilidad.

En consecuencia, si no se incurrió en desatino en cuanto a la adecuación típica del


comportamiento de los procesados, la competencia no le correspondía a los jueces
ordinarios, como lo pretende el actor.
______________________________
* Ver, entre otras, casación 9391, septiembre 11 de 1996, M.P. Dr. Juan Manuel Torres
Fresneda.
** Ver, entre otras, casación 12.638, marzo 25 de 1999, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba
Poveda

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : Desestima, declara la prescripción de unos
delitos,
reduce la pena, se abstiene
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : MORALES VACA, LUIS MIGUEL
PROCESADO : MORALES VACA, GUILLERMO HERNANDO
PROCESADO : BERNAL, CARLOS ALIRIO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
defensa
personal, Secuestro extorsivo
PROCESO : 13874
PUBLICADA : Si

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REPOSICION-Finalidad/ NULIDAD-Postulación en el traslado para preparar la


audiencia/ PRUEBA TRASLADADA-No es necesario acudir al C. de P.C./
TRASLADO PARA PREPARACION DE LA AUDIENCIA-Actuación de los
sujetos procesales y de la Sala Penal de la Corte/ NULIDAD-Interpuesta en el
tramite sumarial: Facultad del juzgador/ FUERO-Legal: Viceprocurador

1. Es conveniente reiterar que el recurso de reposición alberga como propósito, que el


Funcionario Judicial vuelva al análisis de la providencia combatida, esta vez frente a los
argumentos expuestos por el impugnante, a fin de corregir los errores en que haya
podido incurrir, a través de la revocación, modificación, o adición. Naturaleza jurídica
que implica la obligación del inconforme, de exponer de manera clara las razones por
las cuales estima que la decisión contiene equivocaciones que deben ser enmendadas.

2. Es evidente que el legislador al prever en los artículos 306, 307 y 446 del Código de
Procedimiento Penal, que en el traslado para preparar la audiencia, solo se pueden
postular las nulidades originadas en la instrucción pedidas pero no resueltas,
determinando la causal invocada y las razones en que se funda, junto con la veda de
pedir aquellas nulidades no fundadas en causales diferentes o en hechos posteriores;
le puso talanquera al uso abusivo que en el pasado algunos sujetos procesales dieron
al instituto de las nulidades, con el claro propósito de dilatar los procesos.

3. Para el traslado de pruebas practicadas válidamente en actuaciones judiciales o


administrativas, no es menester acudir a la Legislación Procesal Civil, habida cuenta
que el artículo 255 del Código de Procedimiento Penal, regula específicamente su
trámite, requiriendo tan solo que ellas sean allegadas en copia autenticada, como se
está pidiendo en esta actuación, las cuales pueden ser controvertidas por los sujetos
procesales en el trámite de la causa, y que serán valoradas por la Sala al instante de
proferir el fallo que en derecho corresponda, con los demás medios que conforman el
proceso y con base en las reglas de la experiencia, y atendiendo la controversia que de
ellas hagan las partes.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Debe reiterar una vez mas la Corte, que la actuación de los sujetos procesales y de
la Corte en el traslado previsto para preparar la audiencia, es limitada por estar
estrictamente reglada por el Código de Procedimiento Penal y por la naturaleza mixta
del proceso penal colombiano; de suerte que los sujetos procesales solo podrán pedir
nulidades que tenga su origen en la etapa instructiva y no hayan sido allí resueltas, sin
perjuicio de proponer aquellas fundadas en causal diferente o por hechos posteriores,
determinando en todo caso la causal y proporcionando los argumentos en que se
apoyan, y pedir pruebas conducentes; entre tanto la Sala deberá decidir dichas
solicitudes, sin que en esa tarea pueda realizar juicios axiológicos sobre los elementos
del hecho punible y la responsabilidad del procesado, temas que serán objeto de
definición en la sentencia respectiva; conservando la potestad de decretar de oficio las
nulidades que observe en el trámite en el momento que las detecte.

De dicha regulación surge claro que es una carga que la ley impone al peticionario de
una nulidad, abstenerse de repetir solicitudes invocadas y decididas en el sumario, y
concretar la causal en que se apoya con sus fundamentos.

Dentro de esta fase procesal y en relación con las demandas de nulidad a petición de
parte, la Sala inicialmente debe constatar si ellas cumplen los requisitos de forma
previstos por la ley, para ello verificará que la causal tenga su origen en el sumario y
que no haya sido propuesta y resuelta por el funcionario instructor. Labor que cumple
cotejando las causales y los argumentos ofrecidos en las peticiones hechas en el
sumario y la causa, con la resolución de las primeras hecha por la Fiscalía, cuyo
resultado alumbrará la decisión que adoptará, debiendo pronunciarse de fondo sobre
las solicitudes nuevas, o declarar improcedente las que sean reiterativas. O sea, que
serán los términos de la solicitud los que determinen si se está o no frente a la misma
postulación de nulidad.

Es evidente que con esta reglamentación el legislador le puso cortapisa al abuso del
que estaba siendo objeto el instituto de las nulidades, por parte de los sujetos
procesales, presentando un sinnúmero de peticiones basadas en los mismos
argumentos, dilatando de manera desleal el trámite de la actuación.

5. Con el sistema mixto de nuestro procedimiento, en la que el legislador entrega al


juzgador, quien no ha intervenido en el trámite sumarial, la oportunidad de
pronunciarse sobre las nulidades que no hayan sido resueltas en esta etapa, para
purgar el trámite de cualquier irregular con virtud de socavar la estructura sustancial
del proceso, o las garantías fundamentales de los sujetos procesales, y acometer el
juzgamiento sin vicios. Y serán las nulidades no resueltas en esa etapa procesal las
que debe resolver, debido a la independencia y autonomía de las decisiones judiciales
de la Fiscalía, las cuales pueden ser recurridas en reposición en procesos de única
instancia como éste.

6. Al momento de avocar el conocimiento de esta causa y resolver las peticiones de los


sujetos procesales, ejerció el control de legalidad sobre la actuación que le es propio,
sin que hallara causales de nulidad por declarar de oficio, en cuyo desarrollo reflexionó
sobre la competencia concluyendo que el fuero legal del Viceprocurador previsto en los
artículos 121-5 y 68-9 es integral, de suerte que una vez separado del cargo el mismo
se mantiene sin importar qué tipo de delito se le atribuya, descartando la aplicación
del parágrafo del artículo 235 Superior, por considerar que opera exclusivamente para
el fuero constitucional que regula el mismo precepto.

Interpretación que es armónica con la reglamentación que de los fueros legales hace el
Código de Procedimiento Penal en los artículos 69-2 y 70-2, 72-b, de otros funcionarios
públicos por delitos funcionales, distinción que no hizo en relación con el atinente al
del Viceprocurador; y que reiteró el Legislador en el artículo 74 del Código Procesal
Penal que entrará a regir a mediados del corriente año, al atribuir a la Corte Suprema
de Justicia el juzgamiento de los altos dignatarios con fuero constitución, adicionando
expresamente el texto del parágrafo del artículo 235 de la Constitución Política, y
mantener el fuero legal del Viceprocurador en los mismos términos que ahora, sin
cobijarlo con las previsiones del parágrafo aludido.

Motivos que en conjunto denotan que el legislador le dio el carácter absoluto a este
fuero, por consiguiente regulado por la ley de esta forma, es un imperativo para los
funcionarios judiciales su aplicación.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Unica Instancia

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 15/02/2001
DECISION : No repone negación de nulidad, pruebas y otras,
fija
fecha para audiencia públic
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VASQUEZ VELASQUEZ, ORLANDO
PROCESADO : MONTOYA MEDINA, LUIS EDUARDO
DELITOS : Fraude procesal, Peculado por uso, Soborno
PROCESO : 17703
PUBLICADA : Si

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CONCURSO-Los medios fraudulentos son comunes

1. Ante todo es preciso manifestar que al estar los dos delitos en concurso, los medios
fraudulentos son comunes, pues a través de ellos se indujo en error al funcionario para
obtener un pronunciamiento contrario a derecho, con la finalidad última de obtener un
provecho ilícito en perjuicio ajeno.

Al ser los medios comunes, los argumentos expuestos por el libelista, sobre su
ineptitud en su potencialidad inductora de error, hay que entenderlos, como lo
aseveró, no sólo con relación al fraude procesal sino a la estafa.

MAGISTRADO PONENTE: Dr. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : Declara prescripción de un delito, desestima,
ajusta
condena, fija pena acces.
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
RECURRENTE : VALENZUELA PINZON, ALIRIO
RECURRENTE : BARRANCO GARCIA, MIGUEL
PROCESO : 10311
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Modalidades/ TIPICIDAD-Ausencia: Técnica/


FALSEDAD EN DOCUMENTO-Bien jurídico tutelado/ ERROR IN IUDICANDO-
Técnica/ CARGOS EXCLUYENTES-Técnica

1. La casación descansa sobre un juicio técnico jurídico contra el fallo impugnado para
poner a prueba su legalidad. Cuando aquélla se sustenta en la violación directa de la
ley sustancial, se hace abstracción de lo fáctico y probatorio, centrándose el reproche
en un examen estrictamente jurídico de la situación, a fin de establecer el
quebrantamienmto de la norma sustancial a través de tres posibles sentidos de error
(la falta de aplicación, la aplicación indebida y la interpretación errónea del precepto),
cada uno con naturaleza y desarrollo diferente, de ahí la necesidad de determinar con
precisión y claridad aquél, para que la corporación pueda conocer el error atribuido a la
decisión del ad quem.
...

Si ello fue así, y el reproche se anunció por la violación directa de la ley sustancial, no
podía el censor hacer reparos a las pruebas y los hechos demostrados, los que a juicio
del sentenciador le permitieron orientar la decisión adoptada en la sentencia, porque

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

como lo ha reiterado la jurisprudencia, en este caso solamente tiene cabida la pura


alegación de derecho

2. La ausencia de tipicidad por inidoneidad de la conducta o por no tener relevancia


jurídica penal el objeto material de la acción, no puede a la par reprocharse en
casación con la falta de antijuridicidad de la conducta por no poner ésta en peligro o
lesionar sin justa causa el bien jurídico tutelado, porque ello sugiere no solo
equiparación entre estos institutos jurídicos, sino también la admisibilidad de
supuestos excluyentes, lo que implicaba para el actor la necesidad de formular los
reproches como principales y subsidiarios, a tenor de lo dispuesto en el estatuto
procesal penal, regla que no aplicó el demandante, por lo que la demostración del
cargo se tornó incoherente.

El raciocinio contradictorio no sólo radicó en formular reproche bajo el mismo cargo y


valiéndose de los mismos argumentos para demostrar simultáneamente ausencia de
tipicidad y de antijuridicidad en cuanto a la conducta imputada a (...), sino también en
acudir a desarrollos que niegan la lógica, como aceptar la ofensa al bien jurídico de la
fe pública y luego abandonar sin razón el argumento para entrar a sostener el
acontecer opuesto. En este mismo orden de ideas, el Procurador Delegado puso de
presente el desacierto técnico que muestra la demanda, crítica que la Sala comparte,
al referir que no sí se admite "que la conducta es típica" en cuanto a la "normativa del
art. 219 del C.P.", como lo hizo el recurrente, ello "elimina toda discusión de violación
directa en cualquiera de sus sentidos por los que esta tiene lugar", agregando que "se
torna un contrasentido alegar de una parte violación directa referida a la norma citada,
y de otra aceptar que la conducta es típica conforme a dicho articulado".

3. Un ejemplo de corte libre en las alegaciones del censor se tiene en el hecho de


pretender demostrar la ilegalidad del fallo impugnado aduciendo que además del
"daño a la fe pública, para que se tipifique la falsedad, se requiere la lesión o puesta en
peligro de otros bienes jurídicos diferentes". Esta apreciación sólo demuestra una
postura interesada conforme a los intereses del casacionista en los resultados del
proceso, por cuanto que resulta claro en los tipos penales monoofensivos que en ellos
se describen conductas que afectan un sólo bien jurídico y los pluriofensivos hacen
referencia a comportamientos que simultáneamente pueden lesionar varios bienes
jurídicos, pero en éste último caso, no significa, como lo entiende el censor, que se
necesite para efectos de la tipicidad de la conducta o el juicio de reproche jurídico
establecer una pluralidad de afectaciones, lo que interesa frente a los tipos pluri -
ofensivos es que se lesione o ponga en peligro el interés que el legislador quiso
proteger al tipificar la acción, como lo es, y así ocurrió en este caso de falsedad, la fe
pública* .

4. Las maneras como se llega a la transgresión de la norma sustancial en los errores in


iudicando, corresponden a la falta de aplicación, aplicación indebida e interpretación
errónea. Si una norma es ignorada o excluida hay inaplicación; se dice que existe
aplicación indebida si la disposición no contempla los hechos reconocidos por la
sentencia y por lo tanto resulta ajena a la situación sub judice; y se malinterpreta el
supuesto de la disposición jurídica al dársele un sentido o alcance que no tiene. En las
dos primeras el juzgador se equivoca en la selección del precepto que regula el caso,
mientras que en la última, yerra al precisar su contenido.

El impugnante sostiene que la "conducta del procesado es atípica", planteamiento que


implícitamente comporta la aceptación que el artículo 219 del C.P. fue aplicado
indebidamente, por no ser el llamado a regular el asunto, no obstante en el desarrollo
de la proposición jurídica lo denunció como erróneamente interpretado. A parte de que
los conceptos de violación referidos resultan excluyentes, debe recordarse que la
interpretación errónea sólo es predicable con relación a la violación de la ley
sustancial por la vía directa, pues por la indirecta, como lo hizo el actor (errónea
interpretación), resulta imposible arribar al desconocimiento de una norma sustantiva,
por cuanto la falla del sentenciador recae sobre el texto de la ley en su comprensión
conceptual, al margen de cualquier problema probatorio.

5. Los errores de hecho tienen lugar cuando el juzgador ignora una prueba que obra
materialmente en el proceso, o supone una que no existe (falso juicio de existencia);
igualmente cuando se distorsiona el contenido fáctico de la prueba haciéndole decir lo
que objetivamente no dice (falso juicio de identidad); o, porque se desconocen las
reglas de la persuasión racional al apreciar el mérito de la prueba (error de raciocinio).

Si bien el estatuto procesal penal permite al impugnante en casación la formulación de


cargos excluyentes en el cuerpo de una misma demanda, exige que lo haga

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

separadamente y de manera subsidiaria, omisión que resulta insuperable para la Sala


en virtud del principio de limitación que gobierna la casación, pues a la Corte no le es
dable corregir tales deficiencias, ni escoger entre los motivos contradictorios
propuestos el que ha de examinar.

En este caso, el censor, omitiendo el cumplimiento de la técnica que imponía el cargo


formulado, procedió a desarrollar la censura con argumentos excluyentes, sin
consideración a la autonomía y alcance que implicaba cada uno de los motivos de
violación indirecta de la ley sustancial por error de hecho (falso juicio de existencia y
de identidad).
________________________________
* Cfr. C.S.J. Sent. de Cas. 03-06-98, Rdo.10422, Mg. Pon. Dr. RICARDO CALVETE. Dijo la
corporación en esta oportunidad: "Dentro de la clasificación de los tipos penales en relacion con
el bien jurídico se acostumbra incluir los denominados "simples o monoofensivos", y los
"complejos o pluriofensivos", para distinguir los que describen conductas que afectan un solo
bien jurídico, de los que regulan comportamientos que simultáneamente pueden lesionar varios
bienes jurídicos, pero ello en modo alguno significa que frente a cada caso concreto se necesite
establecer esa pluralidad de afectaciones para constatar esa adecuación típica, o para que se
pueda predicar la antijuricidad, pues en este último evento lo importante es que se lesione o
ponga en peligro el interés que el legislador quiso proteger al tipificar la acción, como lo es la fé
pública tratándose de la falsedad".

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Sentencia Casación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VANEGAS ORJUELA, JOSE MARIA
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 11175
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Prueba/ EXTRADICION POSITIVA-Lugar de


comisión del delito/ EXTRADICION POSITIVA-Declaración de reciprocidad/
PRUEBA

1. Teniendo en cuenta que en este asunto el Ministerio de Relaciones Exteriores


conceptuó que por no existir Convenio aplicable al caso es procedente obrar conforme
a las disposiciones del Código de Procedimiento Penal, la solicitud, decreto y práctica
de pruebas se sujetará a lo dispuesto en el artículo 250 de la citada normatividad, de
tal manera que aquellas que resulten superfluas, innecesarias, impertinentes,
inconducentes e inútiles frente a los aspectos sobre los que le corresponde
pronunciarse a la Sala al momento de emitir concepto, serán desechadas.

2. Por la misma razón expuesta en precedencia, no se accederá a la pretensión de la


defensa de (…) de solicitarle a las Autoridades Nortemericanas copia de las evidencias
que allí se poseen en contra de aquél, ya que bajo el pretexto de acatar la
jurisprudencia de la Corte Constitucional en la sentencia T 1736/2.000, desconoce, a su
turno, que conforme a lo expuesto por esa misma corporación en fallos que han hecho
tránsito a cosa juzgada constitucional, no es la Corte Suprema de Justicia la
competente para establecer si los hechos que motivan el pedido en extradición de un
ciudadano colombiano, tuvieron ocurrencia o no en el país solicitante, dado que en
esta clase de trámites no cumple funciones de juez de conocimiento del asunto.

Además, del referido fallo de tutela no puede entenderse que en todos los eventos en
que la solicitud de extradición tenga como sujeto a un ciudadano colombiano por
nacimiento, la Fiscalía General de la Nación esté en la obligación de iniciar
investigación penal por los hechos que motivan dicha demanda, sino que ese proceder
se hace necesario cuando se trata de "posibles hechos delictivos cometidos en el país
y no cubiertos por la excepciones al principio de territorialidad", conforme a lo

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

expuesto sobre el tema en la sentencia C-1189 de 2.000 transcrita en dicho fallo como
fundamento de la aludida conclusión, pues allí se sostuvo que:

"...
...el artículo de la Convención que el actor transcribe lejos de referirse a una
territorialidad obligatoria, consagra el principio de jurisdicción universal que, como ya
se vio, coexiste con las competencias jurisdiccionales ordinarias de los Estados en
materia criminal, tal y como lo dispone el artículo 4, numeral 3, en cuestión. Esto
quiere decir, junto con las competencias jurisdiccionales que les asiste por virtud de
los principios de territorialidad, los Estados partes pueden aplicar sus leyes penales,
únicamente sobre la base de que los delincuentes en cuestión se encuentren en su
territorio; pero ello no obsta para que el Estado nacional de tales personas, o el Estado
en cuyo territorio se cometió el delito, ejerzan su propia jurisdicción, si en cada caso
concreto las circunstancias tornan tal ejercicio razonable y prevalente. Por lo mismo, la
interpretación que el demandante hace carece de fundamento, e incluso sobrepasa la
literalidad de los términos empleados por la Convención, ya que donde ésta dice que el
Estado "podrá" ejercer jurisdicción sobre sus nacionales, el demandante lee que
"deberá" efectuar dicho ejercicio, lo cual no es aceptable...".

3. Por impertinente habrá de negarse la petición de que se oficie a la Secretaría


General de la O.E.A. y de la O.N.U. para que certifiquen sobre el tema de la
reciprocidad, ya que, como lo ha sostenido insistentemente la Sala, ese es asunto de
competencia exclusiva del Presidente de la República como supremo director de las
relaciones internacionales.

Este criterio, no sobra recordarlo, fue reiterado por la Corte Constitucional en la


sentencia de tutela a la que ha hecho alusión el petente en su memorial, pues allí se
destacó que también la jurisprudencia de esa Corporación ha venido sosteniendo que:

"Ni en los tratados celebrados por Colombia y los Estados Unidos de Norteamérica, ni
en los usos internacionales, ni en la regulación legal colombiana sobre la extradición se
consagra la exigencia de tal certificación y, por tanto, tramitar la solicitud de
extradición de los accionantes sin ella, mal puede constituir una vía de hecho
imputable al Ministerio de Relaciones Exteriores. Sobre la reciprocidad, fue clara la
Corte Constitucional al señalar, en la sentencia C-1106/00 antes citada, que es el jefe
de Estado a quien le compete proceder de acuerdo con la Constitución y la Convención
de Viena sobre el derecho de los Tratados, cuando encuentre que se vulnera la
reciprocidad; consideró esta Corporación en esa providencia:

"...si la manera como se proceda en otros Estados conforme a su derecho interno


comparativamente resulta distinta a la señalada por la ley colombiana y, ello se
considera que pudiera afectar el principio de la reciprocidad, en ese punto,
corresponderá al Jefe del Estado como director supremo de las relaciones
internacionales del país, proceder de acuerdo con la Constitución y la Convención de
Viena -Derecho de los Tratados- a actuar en consecuencia, sin que pueda la Corte
Constitucional arrebatarle esa competencia"".

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 15/02/2001
DECISION : Niega las pruebas solicitadas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : TOVAR LEIVA, DIDIER ANTONIO
PROCESO : 17881
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Técnica/ VIOLACION INDIRECTA DE LA


LEY-Técnica

1. Olvidó el casacionista que, como reiteradamente se ha repetido por la doctrina de


la Sala, cuando se opta por la vía directa es necesario aceptar los hechos tal como

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

fueron plasmados y las pruebas tal como fueron apreciadas por el sentenciador, siendo
el cuestionamiento estrictamente jurídico y atinente al yerro de selección de la norma
sustancial, al dejarla de aplicar a supuestos fácticos regulados por ella o al aplicarla a
los que no se adecuan a ella, o cuando el precepto es bien seleccionado pero se
desacierta en su hermenéutica, al darle un sentido que no tiene.

2. Si se acepta que eligió la vía indirecta, se encuentra que no indicó cuál fue la clase
de desatino cometido por el Tribunal en la apreciación probatoria, si de hecho o de
derecho, ni el falso juicio que lo determinó, si de existencia, identidad, legalidad o
convicción (en los casos en que éste es posible), o si consistió en un falso raciocinio
por haber vulnerado los postulados de la sana crítica al estimar los elementos de
convicción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : DUQUE MORALES, RAMIRO OMAR
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 10819
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Procedencia/ CAMBIO DE RADICACION-Finalidad/


CAMBIO DE RADICACION-Obligación de sustentar las razones que motivan la
petición/ CAMBIO DE RADICACION-Garantías procesales

1. De conformidad con el numeral 8° del artículo 68 del Código de Procedimiento


Penal, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia es competente para
decidir sobre la solicitud formulada, toda vez que pretende el cambio de radicación de
un distrito judicial a otro y el asunto ya está en la etapa del juzgamiento.

El cambio de radicación es un mecanismo jurídico perentoriamente regulado, a través


del cual puede exceptuarse la regla general de competencia deducida por el factor
territorial y, de paso, el principio del juez natural, cuando esté probado de manera
fehaciente que en el territorio donde se está adelantando la actuación procesal existan
circunstancias que puedan afectar el orden público, la imparcialidad o la
independencia de la administración de justicia, las garantías procesales, la publicidad
del juzgamiento, y la seguridad del sindicado o su integridad personal, como lo estipula
el artículo 83 ibídem.

2. Es, entonces, fin primordial del cambio de radicación asegurar que el fallo sea
proferido por un funcionario distinto que esté en el medio adecuado para que pueda
dispensar una recta, cumplida y eficiente administración de justicia, cuando por
converger alguna de las circunstancias anteriores, la serenidad ideal en el juez
competente por el factor territorial se hubiere quebrantado.

3. La circunstancia concreta en que se ubique la solicitud de cambio de radicación que


haga alguno de los sujetos procesales o el funcionario judicial que esté conociendo de
la actuación, deberá estar probada o poder comprobarse objetivamente en las
actuaciones, siendo obligatorio para quien la propone señalar específicamente y de
manera sustentada las razones que motivan la petición.

No obstante, la exposición de tales motivos no podrá consistir en raciocinios subjetivos,


ni en suposiciones, ni en valoraciones aisladas acerca de la conveniencia de variar la
sede del juzgamiento, sino en el aporte o señalamiento de los medios de convicción
idóneos que permitan adoptar la decisión con respaldo en la realidad.

Se deduce que el cambio de radicación es una medida extrema que se adoptará


cuando definitivamente ya no existan mecanismos jurídicos alternativos destinados a

97
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

neutralizar las causas que lo generan, o cuando habiéndose acudido a otras formas de
prevenir o remediar el conflicto latente y extraño al proceso penal, no se hubieren
obtenido los resultados esperados.

4. Es evidente que las amenazas sistemáticas contra los defensores, la fiscal delegada,
el investigador del Departamento Administrativo de Seguridad DAS y contra el Juez
competente lograron generar un ambiente completamente adverso al que deber reinar
en condiciones de normalidad y desdibujaron el panorama de tranquilidad deseado
para que la administración de justicia pueda cumplir a cabalidad su misión
constitucional.

No se trata aquí de la súplica personal o aislada de un funcionario judicial atemorizado,


pues él asumió los riesgos de su investidura, y a pesar de las circunstancias ha
persistido en la celebración de la audiencia pública, retardada por la fuerza en más de
seis meses, sino del manejo mismo, de la conducción y la dirección del juzgamiento,
que se ha tornado prácticamente imposible por el miedo, la sensación generalizada de
inseguridad y zozobra propagada en torno a la acumulación de causas y porque la
acometida criminal de quienes están detrás de todo esto ha logrado que en la práctica
el señor (...) no haya podido conservar un defensor técnico en condiciones favorables
al ejercicio de su labor.

Desde luego, una situación como la que se plantea es incompatible con las causas
previstas en el numeral 5° del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal para que
los sindicados puedan recuperar su libertad por no haber culminado la audiencia
pública. Sería tanto como ceder a las aspiraciones ilegítimas de los que están
entorpeciendo el juzgamiento y admitir eficacia procesal a sus maniobras protervas.

El cambio de radicación es procedente teniendo en cuenta que varios factores que lo


hacen viable convergen en el presente asunto. A pesar del sentido de responsabilidad
del Juez competente su independencia podría verse menguada debido al temor
inherente a su condición de ser humano; no puede adelantarse un juicio si no es
factible garantizar materialmente los derechos básicos de los sujetos procesales; y la
publicidad del juicio no pasa de ser una ilusión cuando se identifica, persigue y
amenaza a los intervinientes, que pudieren significar un obstáculo a las pretensiones
de los titulares de los intereses oscuros generadores de esta situación.

Aunque el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal establece que el cambio de


radicación es viable cuando existan circunstancias que puedan afectar la "seguridad
del sindicado y su integridad personal", la interpretación teleológica de este precepto,
en armonía con los principios de igualdad constitucional y procesal, conducen a
concluir que si a los otros sujetos procesales no se les puede garantizar su seguridad e
integridad, como aquí ocurre, por razón del juicio en que deben intervenir, entonces
cabe la posibilidad de ordenar un cambio de radicación, como única opción para hacer
efectivas "las garantías procesales" de que habla la misma norma.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Cambio de Radicación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : Declara fundada la solicitud, asigna proceso a
jueces
P.C.E. de cun/marca
PROCEDENCIA : Juzgado Penal C.E.
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : RIVAS PALACIOS, MARIA YANETH
PROCESADO : RIVAS RENTERIA, ALGEL RUBITH
PROCESADO : PALACIOS MOSQUERA, JESUS MARIA
DELITOS : Falsedad, Peculado, Homicidio con fines
terroristas
PROCESO : 17924
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

COMPETENCIA FUNCIONAL-Fiscalía/ DOBLE INSTANCIA-Fiscalía/


VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Modalidades-Técnica

1. El desplazamiento del Fiscal delegado ante los Jueces Penales del Circuito de Tunja,
despacho que por los factores objetivo y territorial estaba llamado en principio a
adelantar la investigación y a formular la acusación, desde ninguna perspectiva fue
arbitrario o carente de sustento normativo; por el contrario, encontró asidero en las
claras previsiones contenidas en el artículo 125-3º del estatuto procesal penal, como lo
admiten los demandantes.

Pero el desplazamiento así operado en manera alguna genera el cambio en la


competencia funcional, por cuanto obedece, de una parte, a la estructura jerárquica y
dependiente que en el plano administrativo se consagra para la Fiscalía General de la
Nación; de la otra, a la necesidad de optimizar el desempeño de las unidades de
fiscalía de acuerdo con las necesidades del servicio, el volumen de trabajo y la
especialidad técnica (art. 119 del C. de P.P.), entre otros factores, con miras a
garantizar la permanencia de la instrucción, bien mediante la reasignación de los
procesos entre funcionarios de igual categoría (artículo 119 citado), ora a través del
desplazamiento del que lo adelanta por uno de mayor jerarquía (artículos 123-3º y
125-3º ib.), sin que en éste último evento tal mecanismo tenga la virtualidad de
modificar los factores que determinan una competencia reglada en el estatuto penal
adjetivo, insiste la Corte, pues el funcionario que desplaza a otro simplemente asume
en forma temporal y para el respectivo caso la función del desplazado o, si se quiere
mejor, hace las veces de éste.

La temática planteada por los recurrentes y el agente del Ministerio Público no ha sido
ajena a la ponderación de la Sala, como reconoce éste último, por el contrario, sobre el
particular se pronunció de antaño en fallo de fecha mayo 5 de 1998 y ponencia del M.
Dr. Arboleda Ripoll en los siguientes términos:

"Cuando el ente acusador hace uso de esta opción, no se presenta, como


equivocadamente lo plantea el censor, alteración de la competencia funcional; el
desplazamiento en estos casos es del funcionario, no de sus funciones, y por ello,
quien asume el conocimiento de la investigación debe hacerlo con respeto del marco
de competencia propio del Fiscal desplazado.

"Es por esto que la función acusatoria, de llegar a materializarse, debe cumplirse ante
el Juez del Fiscal que ha sido objeto de remoción, siendo este funcionario, y no el Juez
ante el cual cumple ordinariamente funciones el Fiscal que hace el desplazamiento, el
llamado a conocer de la etapa del juicio.

"De no ser así, habría que aceptar que a través de una resolución administrativa del
Fiscal General, o de sus Fiscales Delegados ante los Tribunales, se puede modificar el
sistema de competencia legalmente establecido, lo cual resulta jurídicamente
insostenible, en cuanto implicaría el desconocimiento de la normatividad legal
reguladora de la materia y, por contera, de la garantía constitucional del juez natural,
sin contar, además, la usurpación que de la función legislativa por parte del Fiscal ello
comportaría.

"En este orden de ideas, se tiene que la segunda instancia no puede resultar afectada
por el simple acto de reasignación del caso a un Fiscal Delegado de mayor nivel o
jerarquía que el habitualmente de conocimiento, siendo, por tanto, ante el funcionario
que debería conocer de la impugnación si el desplazamiento no se hubiera presentado,
ante quien debe surtirse el recurso. Propuesta en sentido distinto no es posible en el
régimen vigente y ha de tenerse como de lege ferenda".

2. Disipando las objeciones de los demandantes frente a la garantía del debido


proceso, la Corte concluyó en la providencia en cita:

"La circunstancia de pertenecer nominalmente los Fiscales de primera y segunda


instancia a un mismo nivel jerárquico, no traduce desconocimiento del principio de la
doble instancia, ni sustitución del sistema de impugnación vertical por uno horizontal,
dado que lo real en estos casos es que cumplen funciones correspondientes a niveles
de decisión distintos, como aconteció en el que es objeto de estudio".

No sobra agregar que este criterio fue reiterado en las providencias de fechas 25 de
noviembre de 1999, radicado 13.116, con ponencia de quien cumple aquí idéntico
cometido; abril 2 de 2000, M.P. Dr. Córdoba Poveda, radicado 12.012; y, 11 de julio de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2000, M.P. Dr. Jorge Anibal Gómez Gallego, radicado 12.758, oportunidad última en la
que se precisó:

"Por otra parte, los fiscales ante la Corte o ante el Tribunal son superiores funcionales
en la medida en que la ley les ha asignado expresamente el papel de funcionarios de
segunda instancia, a través del cometido de resolver los recursos de apelación y de
hecho. Y la función de grado se establece no sólo en virtud del funcionario que haya
actuado en primera instancia, sino también de la naturaleza de la decisión adoptada
por éste, que debe corresponder a las reglas de competencia objetiva establecidas por
referencia a los tribunales y juzgados que hacen el juicio y no directamente a los
fiscales delegados que despliegan la instrucción.

"…Así entonces, en materia de competencia de la Fiscalía es necesario remontarse a la


competencia de los juzgados y tribunales de distrito (arts. 70, 72 y 73), para
determinar que si el asunto instruido y calificado corresponde en su juzgamiento a un
juez de circuito, aunque la decisión la haya tomado un fiscal delegado ante el Tribunal
por desplazamiento, la segunda instancia le corresponde a otro fiscal del mismo nivel,
porque la competencia objetiva no se desplaza…".

En este orden de ideas, ninguna irregularidad aconteció en el presente asunto cuando


la apelación impetrada contra la medida de aseguramiento fue dirimida por una fiscalía
del mismo nivel de aquella que la había proferido en la Unidad delegada ante el
Tribunal Superior de Tunja; adversamente, como al haberse producido el comentado
desplazamiento, el funcionario instructor hizo las veces del Fiscal delegado ante los
Jueces Penales del Circuito a quien le competía la investigación del delito por el
aspecto objetivo, resultaba obvio que el recurso incoado de conformidad con lo
esbozado y estricto apego al factor funcional, debía ser resuelto por el superior
funcional del fiscal desplazado en la unidad de fiscalía ante la mencionada
Corporación.

3. Violación directa de una disposición de derecho sustancial puede presentar tres


sentidos: la falta de aplicación, la aplicación indebida y su interpretación errónea; de
igual modo, que a pesar de obedecer tales conceptos a errores diversos, en todos se
impone como requisito imprescindible que el demandante acepte las conclusiones del
fallo impugnado sobre los hechos y la valoración probatoria, pues en estos eventos se
trata de demostrar un desacierto de simple lógica jurídica.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 15/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : ROJAS GOMEZ, PEDRO ALEJANDRO
PROCESADO : ROJAS GOMEZ, MIGUEL ENRIQUE
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 13275
PUBLICADA : Si

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IMPEDIMENTO-Ponente en acción de tutela/ ACCION DE TUTELA

La Sala considera que se debe abstener de hacer pronunciamiento en el incidente de


impedimento que a esta Corporación remitió una Sala de Decisión del Tribunal Superior
de Valledupar, por las siguientes razones:

La sentencia de tutela del 10 de septiembre de 1999, con base en la cual el Juez


Tercero Penal del Circuito de Valledupar anuló parte del proceso adelantado contra (...),
fue revisada por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en virtud de la
impugnación que contra aquélla interpuso la autoridad demandada. La Sala, con
ponencia del Honorable Magistrado doctor EDGAR LOMBANA TRUJILLO, el 28 de
octubre de 1999, revocó el fallo de tutela, por lo que las cosas vuelven al estado en

100
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

que se encontraban antes de la decisión del a quo en el trámite de la acción pública


(art. 7 del decreto 2591 de 1991).

Corolario de lo expuesto en el numeral anterior es que la actuación procesal surtida en


el proceso penal que por homicidio se adelantó en contra de (...) y que dio lugar al
incidente de impedimento que ahora ocupa la atención de la Sala, no existe
jurídicamente, en razón a que éste es el efecto que genera la decisión de tutela
adoptada por la Corte el 28 de octubre del año pasado.

Así las cosas, desaparecido el supuesto de hecho y el presupuesto procesal con base
en el cual se declaró impedido el doctor ADALBERTO MARQUEZ, que a su vez constituía
el objeto del pronunciamiento de la Corte, debe consecuencialmente la Corporación
abstenerse de resolver y regresar la actuación al lugar de origen, pues de otra manera,
se prolongarían los efectos de la decisión de tutela del Tribunal, la cual fue revocada
por la Corporación el 28 de octubre pasado, como viene de explicarse.

Dicho de otra manera la decisión que se demanda de la Corte en este momento carece
en absoluto de relevancia jurídico procesal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Impedimento
FECHA : 15/02/2001
DECISION : Se abstiene de decidir el impedimento
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : RAMIREZ OSPINO, LAZARO MARIANO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 16623
PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Técnica/ FLAGRANCIA-Si es sorprendido:


No puede beneficiarse con rebaja de pena

1. Si bien es cierto, como lo ha sostenido reiteradamente la jurisprudencia de esta


Sala, frente al texto legal del numeral primero del artículo 220 del Código de
Procedimiento Penal, no es indispensable que de manera explícita se consigne el
sentido de la violación, pues es suficiente que del contenido del libelo pueda la Corte
comprender si se reclama falta de aplicación de una norma, su aplicación indebida o
una interpretación errónea de la que se aplicó, también lo es que no pueden
entremezclarse indistintamente, dentro del mismo cargo, razonamientos propios de los
cuerpos primero y segundo de aquella causal de casación, puesto que de hacerlo,
como en el presente asunto, se pierde el horizonte que debe guiar la base de las
pretensiones, y esta manera de sustentar atenta contra su prosperidad.

2. Reiterada jurisprudencia de la Sala de Casación Penal* ha sostenido que si el autor


material del ilícito es sorprendido en flagrancia, así no sea capturado en tal situación,
aunque posteriormente confesare su participación en el delito, no puede beneficiarse
con la rebaja de pena consabida, puesto que en esta hipótesis no es la
autoincriminación del sujeto activo la pieza clave de la sentencia condenatoria, sino
que, como ocurre generalmente, a raíz del sorprendimiento en el fragor de los hechos,
surge un abanico de medios probatorios que, por su incorporación al proceso,
contribuyen a formar el criterio del juzgador, de tal manera que aún prescindiendo de
la admisión de responsabilidad, ésta puede deducirse a partir de los restantes
elementos de convicción.
____________________

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

* Por ejemplo: sentencia del primero (1) de diciembre de 1987, (M.P., Doctor RODOLFO
MANTILLA JACOME), y sentencia del 19 de agosto de 1997, (M.P. Dr. JORGE E.
CORDOBA POVEDA).

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 20/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : OROZCO SERRANO, WILFRIDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 13324
PUBLICADA : Si

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PRUEBA INDICIARIA-Formación/ ALLANAMIENTO-Orden emitida


simultáneamente a la captura/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia,
falso raciocinio/ INDICIO-Técnica/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de
existencia: suposición de la prueba/ INDICIO-Inferencia lógica

1. No sobra recordar que en los momentos graduales de la formación de la prueba


indiciaria, el hecho indicador es el objeto de la prueba del cual parte la inferencia
lógica; en cambio ésta, conocida también como razonamiento inferencial, constituye
una operación intelectual que muestra el nexo de aquél con el hecho que
definitivamente ha de probarse o factum probandum. Por ello, aunque uno y otra
forman un todo, la metodología de ataque es asaz distinta y así debe discernirse por el
demandante.

Ahora bien, resulta probable que la presencia en una o dos reuniones sea un factor
determinante de la menor o mayor solidez de la inferencia lógica, pero de todas
maneras necesariamente debe atacarse primero la determinación del hecho material
precedente, pues de éste depende lógicamente la dimensión de la segunda.

2. Lo primero que debe aclararse es que la orden de allanamiento de la residencia


situada en la carrera 77 N° 13A-45, emitida simultáneamente o inmediatamente
después de la captura de los imputados, no desdibuja el hecho de que la diligencia
estaba "prevista" ab initio por los investigadores, dado que dicho inmueble, según las
informaciones preliminares manejadas por la policía judicial, era señalado como uno de
los centros de acopio de la droga.
....

Ahora bien, ningún obstáculo se advertiría si el allanamiento se ordena (o se prevé)


antes de las respectivas capturas, o al momento de las mismas, porque de todas
maneras los resultados son elocuentes: el lugar, destinado a la vivienda de la
procesada y su marido (así sea sólo durante un mes), también estaba aplicado al
tratamiento de alucinógenos, según lo claman la parafernalia incautada y los vestigios
de drogas detectados.

3. Sin embargo, si el empeño radica en que lo atinente al hallazgo de los objetos


sospechosos ya fue excluido del proceso por obra de la preclusión o ellos no se
relacionan con el decomiso de la residencia del barrio Nueva Marsella a lo que se
contrae el cargo, lo correcto sería invocar un ataque al hecho indicador (no a la
inferencia lógica), por falso juicio de existencia, dada la suposición de prueba de unos
hechos jurídicamente inexistentes por haber sido expulsados de la actuación procesal;
mas, si lo pretendido era la debilidad del juicio de conocimiento de los bienes delatores
por parte de la acusada, merced al poco tiempo que llevaba en el edificio, el
impugnante debió acudir no tanto a la consistencia de la inferencia lógica como a su

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

estimación, mediante la demostración del falso raciocinio en que haya podido incurrir
el sentenciador.

4. Evidencia el actor un propósito de atacar el indicio a cualquier precio, apostándole


sin cuidado a disímiles observaciones en su recorrido lógico, porque si lo obvio era la
falta de prueba sobre el hecho indicador (haber pasado por el frente de su residencia),
entonces la censura debió orientarse a dicha parte precisa de la prueba indiciaria y
consecuentemente demostrar el perfilado error de hecho por falso juicio de existencia
en la modalidad de suposición de prueba. A partir de tal demostración, cualquier
reparo sobre la inferencia lógica resultaría inane, porque nada satisfactorio podría
derivarse de un antecedente fáctico que, según el propósito del censor, ni siquiera
existe procesalmente.

5. La supuesta equivocidad en los resultados de la inferencia lógica no obedece a una


distorsión de su contenido sino a la apreciación del indicio, como momento posterior
del iter indiciario. De modo que el demandante debió acudir a supuestos falsos
raciocinios en la estimación del medio de prueba ya constituido, no a la tergiversación
de la inferencia lógica que aún aparece como un eslabón en la construcción del indicio,
máxime que el desvío en realidad corresponde a la demanda y no a la sentencia,
porque aquélla pondera aisladamente el nuevo hecho, sin mirar, como lo hizo el fallo,
su ligazón lógica con el cumplimiento de la acusada en dos reuniones preparatorias del
acto de venta de estupefacientes y el hallazgo en su hogar de un material que
evidenciaba su dedicación al acto ilícito del tráfico de estupefacientes.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 20/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : GUEVARA GOMEZ, LUZ MERY
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 12686
PUBLICADA : Si

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FUERO/ JUSTICIA PENAL MILITAR-Competencia: Delito relacionado con el


servicio

El artículo 221 de la Constitución Política, que en la materia restringida a la definición


del fuero no experimentó ningún cambio sustancial en el Acto Legislativo N° 02 de
1995, dispuso:

"De los delitos cometidos por los miembros de la fuerza pública en servicio activo, y en
relación con el mismo servicio, conocerán las cortes marciales o tribunales militares,
con arreglo a las prescripciones del Código Penal Militar. Tales cortes o tribunales
estarán integrados por miembros de la fuerza pública en servicio activo o en retiro" (se
ha subrayado).

En relación con una norma de idéntico contenido en la Constitución Política anterior


(art. 170), la Corte había dicho en el auto del 23 de agosto de 1989 (M. P. Gustavo
Gómez Velásquez):

103
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Los delitos de carácter común son los que usualmente, por su naturaleza, dan lugar a
perplejidades en cuanto a deducir el fuero de carácter militar. Es corriente, en un
principio, considerar los mismos como ajenos a la función castrense. Pero este general
y apriorístico criterio, no resulta de fatal aplicación. Cuando esta clase de infracción
aparezca como realizada dentro del ejercicio de un servicio de carácter militar, a no
dudarlo, debe discernirse el fuero. Pero la función castrense debe aparecer nítida, esto
es, que no se dude que se estaba en su desempeño legítimo y que, como consecuencia
de su aplicación, que inicialmente no envolvía la comisión de hecho delictuoso alguno,
ocurrió eventualmente el hecho criminoso.

"Estos aspectos son de sumo interés y establecen nota distintiva fundamental para
apreciar la cobertura y alcance del fuero militar. Si se llega a la función, con el
propósito de ejercerlas con fines delictivos y en desarrollo de éstos se cumple aquélla,
es indubitable que se está frente a una actividad criminosa que no puede cobijar el
fuero para que sea la justicia castrense la que conozca de tal comportamiento. Pero sí
por el contrario se está dentro de una sana y recta aplicación de la función militar y en
cumplimiento de la misma se origina y desarrolla la conducta punible, por lo mismo
que ésta tiene con aquélla un vínculo sustancial, debe inferirse la vigencia y
reconocimiento del cuestionado fuero".

La Corte Constitucional tuvo la oportunidad de hacer una interpretación del nuevo


canon constitucional, a propósito de una demanda de inconstitucionalidad de algunas
expresiones utilizadas en los artículos 190, 259, 261, 262, 263, 264, 266, 278 y 291 del
anterior Código Penal Militar (Decreto 2550 de 1988), y sobre el particular expresó en
la sentencia C-358 de 1997 (agosto 5), lo siguiente:

"Conforme a la interpretación restrictiva que se impone en este campo, un delito está


relacionado con el servicio únicamente en la medida en que haya sido cometido en el
marco del cumplimiento de la labor -es decir del servicio- que ha sido asignada por la
Constitución y la ley a la fuerza pública…".

Y agrega:

"… La expresión "relación con el mismo servicio", a la vez que describe el campo de la
jurisdicción penal militar, lo acota de manera inequívoca. Los delitos que se investigan
y sancionan a través de esta jurisdicción no pueden ser ajenos a la esfera funcional de
la fuerza pública. Los justiciables son únicamente los miembros de la fuerza pública en
servicio activo, cuando cometan delitos que tengan "relación con el mismo servicio".
El término "servicio" alude a las actividades concretas que se orienten a cumplir o
realizar las finalidades propias de las fuerzas militares -defensa de la soberanía, la
independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional- y de la
policía nacional -mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos y libertades públicas y la convivencia pacífica-.

Tal definición, según el fallo de constitucionalidad examinado, exige tres precisiones:

a) Que el hecho punible debe surgir como una extralimitación o un abuso de poder
ocurrido en el marco de una actividad conectada con una función propia del cuerpo
armado;
b) Que en el caso de conductas punibles de inusitada gravedad, por ser abiertamente
contrarias a la función constitucional de la fuerza pública, de una vez se rompe el nexo
funcional del agente con el servicio; y
c) Que la relación del hecho punible con el servicio debe surgir claramente de las
pruebas que obran en el proceso.

A propósito de la primera precisión, la Corte Constitucional hace un desarrollo teórico


que resulta pertinente para el caso, en razón del designio criminoso que asistía al
agente policial desde el comienzo de la conducta. Dice la Corporación:

"… El concepto de servicio corresponde a la sumatoria de las misiones que la


Constitución y la ley le asignan a la fuerza pública, las cuales se materializan a través
de decisiones y acciones que en últimas se encuentran ligadas a dicho fundamento
jurídico. La sola circunstancia de que el delito sea cometido dentro del tiempo de
servicio por un miembro de la fuerza pública, haciendo o no uso de prendas distintivas
de la misma o utilizando instrumentos de dotación oficial o, en fin, aprovechándose de
su investidura, no es suficiente para que su conocimiento corresponda a la justicia
penal militar. En efecto, la noción de servicio militar o policial tiene una entidad
material y jurídica propia, puesto que se patentiza en las tareas, objetivos, menesteres
y acciones que resulta necesario emprender con miras a cumplir la función

104
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

constitucional y legal que justifica la existencia de la fuerza pública. El uniforme del


militar, por sí sólo, no es indicativo de que lo que hace la persona que lo lleva sea en sí
mismo delito militar; por lo tanto, deberá examinarse si su acción o abstención guarda
relación con una específica misión militar. De otro lado, el miembro de la fuerza
pública, así se encuentre en servicio activo, ha podido cometer el crimen al margen de
la misión castrense encomendada: en este caso, el solo hecho de estar en servicio
activo no lo exime de ser sometido al derecho penal común. Las prerrogativas y la
investidura que ostentan los miembros de la fuerza pública pierden toda relación con
el servicio cuando deliberadamente son utilizadas para cometer delitos comunes, los
cuales no dejan de serlo porque el agente se haya aprovechado de las mencionadas
prerrogativas e investidura, ya que ellas no equivalen a servicio ni, de otro lado, tienen
la virtud de mutar el delito común en un acto relacionado con el mismo.

"… que para que un delito sea de competencia de la justicia penal militar debe existir
un vínculo claro de origen entre él y la actividad del servicio, esto es, el hecho punible
debe surgir como una extralimitación o un abuso de poder ocurrido en el marco de una
actividad ligada directamente a una función propia del cuerpo armado. Pero aún más,
el vínculo entre el delito y la actividad propia del servicio debe ser próximo y directo, y
no puramente hipotético y abstracto. Esto significa que el exceso o la extralimitación
deben tener lugar durante la realización de una tarea que en sí misma constituya un
desarrollo legítimo de los cometidos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Por
el contrario, si desde el inicio el agente tiene propósitos criminales, y utiliza entonces
su investidura para realizar el hecho punible, el caso corresponde a la justicia
ordinaria, incluso en aquellos eventos en que pudiera existir una cierta relación
abstracta entre los fines de la Fuerza Pública y el hecho punible del actor. En efecto, en
tales eventos no existe concretamente ninguna relación entre el delito y el servicio, ya
que en ningún momento el agente estaba desarrollando actividades propias del
servicio, puesto que sus comportamientos fueron ab initio criminales".

Así entonces, el artículo 259 -referente al delito de homicidio- del anterior Estatuto
Penal Militar (Decreto 2550 de 1988), en cuya vigencia se cometieron los hechos
investigados, fue declarado inexequible en el mencionado fallo de la Corte
Constitucional, tanto por la contrariedad del artículo 221 de la Constitución en las
expresiones "con ocasión del servicio o por causa de éste o de funciones inherentes a
su cargo", pues no era cualquier relación circunstancial lo determinante del fuero sino
el vínculo exacto con el servicio, como por la violación manifiesta del principio de
igualdad que generaba la pena prevista en el mismo.

Aunque la inexequibilidad fue posterior a los hechos averiguados, lo cierto es que esta
Corporación ya había sostenido la interpretación restrictiva que pregona la Corte
Constitucional, entre otros, en el referido auto del 23 de agosto de 1989 y, ya en
vigencia de la nueva preceptiva constitucional, en la sentencia de casación del 26 de
marzo de 1996. En esta última decisión, con ponencia del magistrado Jorge Córdoba
Poveda, se dijo:

"Recuérdese que la competencia castrense de origen constitucional sólo se estructura


cuando el hecho que motiva el proceso haya sido realizado por un miembro de las
Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional en ejercicio activo de sus funciones y que la
conducta tenga relación con el servicio militar o policial, es decir, que no basta que se
trate de un militar o de un policía en servicio activo, sino que es necesario que la
conducta ilícita haya sido realizada en relación con el servicio oficial a desempeñar.

"Conforme con el artículo 218 de la Carta Fundamental la Policía Nacional tiene como
fin primordial "el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia
convivan en paz".

"Lo anterior significa que las únicas actividades que pueden considerarse como propias
del servicio son las encaminadas al mantenimiento de las condiciones necesarias para
el ejercicio de los derechos y para asegurar que los habitantes vivan en paz y, por lo
mismo y a contrario sensu, no pueden serlo aquellas que tiendan a vulnerar tales
derechos".

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 21/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga

105
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESADO : ARIAS ROJAS, ALIRIO


DELITOS : Lesiones personales, Hurto calificado y agravado,
Porte
de armas de defensa personal, Homicidio
agravado,
Tentativa de homicidio agravado
PROCESO : 12308
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ DERECHO DE DEFENSA-Se vulnera/


DERECHO DE DEFENSA-Inactividad del abogado/ CIRCUNSTANCIAS DE
AGRAVACION PUNITIVA-Objetivas y subjetivas

1. Atendiendo a los principios generales y de la prevalencia de lo sustancial sobre lo


formal, la Corte ha sostenido constantemente que la proposición de nulidades no
puede en manera alguna orientarse a la sacralización del formalismo, pues de ser así,
se invertiría el contenido y alcance de los principios citados, corriendo el riesgo de que
el ritualismo excesivo impida la materialización de los derechos. De ahí que,
reiteradamente se afirme, que la invocación de nulidades en casación no puede
obedecer a formulaciones abiertas y escuetas afirmaciones, pues es necesario que el
demandante precise de manera concreta cuál es la causal de nulidad en que se apoya,
debiendo al mismo tiempo demostrar de qué manera la irregularidad denunciada
incidió en el fallo objeto de impugnación.

2. Frente al derecho a la defensa, ha sostenido la Sala que su vulneración deviene


como inobjetable, cuando el procesado ha permanecido desprovisto de ella durante
toda la actuación procesal, esto es, ante la absoluta falta de defensa técnica, que bien
puede presentarse porque no habiendo designado defensor de confianza el
incriminado, el Estado permaneció indiferente ante dicha situación absteniéndose de
proporcionarle uno que asuma la representación de los intereses de quien debe
enfrentar el poder punitivo. O, también, cuando a pesar de existir formalmente la
presencia del abogado dentro del proceso, éste ha desatendido por completo los
deberes que el cargo le impone, abandonando a su propia suerte a quien debe
apoderar, al punto que aparezca ostensible que el fallo de condena hubiese podido
evitarse o atenuarse de haber contado el imputado con el oportuno y adecuado
consejo de un profesional del derecho.

3. En varias oportunidades ha afirmado la jurisprudencia de esta corporación, que no


siempre la inactividad del defensor puede conducir inevitablemente a la vulneración
del derecho a la defensa que asiste a todo sindicado dentro del proceso penal, pues es
en cada caso concreto donde se impone determinar la situación real de la defensa, a
fin de establecer de acuerdo a las circunstancias particulares si hubo actuaciones que
a pesar de advertirse como indispensables para demostrar la inocencia o atenuar la
responsabilidad del acusado, dejaron de llevarse a cabo, y si dicha ausencia puede
atribuirse a la negligencia o descuido del abogado; pues no se trata de proponer
nulidades sobre el escueto supuesto de que hubo inactividad del defensor, como que
no se trata que por medio de este recurso, y en ello también ha insistido la Corte,
puedan los profesionales del derecho entrar a postular mejores estrategias defensivas
que las asumidas por quien tuvo a cargo durante el trámite judicial la representación
de los intereses del procesado, habida cuenta que el ejercicio de profesiones liberales
como lo es la del derecho, parte de la base del respeto del conocimiento que cada
persona tenga de las materias de las que se ocupa, sin que sea posible determinar en
forma acertada o por lo menos irrebatible frente a cada asunto cuál hubiera sido la
más afortunada estrategia defensiva, pues cada individuo especializado en estos
temas, tiene de acuerdo a su formación académica, experiencia y personalidad misma,
su propia forma de enfrentar sus deberes como tal.

4. En reciente pronunciamiento, con ponencia de quien aquí cumple igual cometido,


por mayoría, la Sala al estudiar esta temática, consideró que, "…respecto de las
-circunstancias- genéricas y concretamente, de las denominadas subjetivas, que son
las que aquí se cuestionan -como ocurre igualmente en el caso de estudio-, realmente
y como lo afirma el censor, los calificativos deslindantes que ha sostenido la doctrina y

106
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la jurisprudencia, en el sentido de distinguir respecto de las circunstancias genéricas


de agravación punitiva entre las subjetivas y las objetivas, a la postre carece de la
trascendente importancia que se la ha querido imprimir por el demandante, pues, en
últimas, unas y otras están sometidas a valoración, sin que interese el calificativo que
doctrinariamente se les dé. Lo fundamental en punto del respeto a los derechos y
garantías constitucionales frente al procesado, es que, igualmente, se le hayan
atribuido, ya que estando las dos sometidas a juicios de valor, el hecho de que
respecto de las subjetivas su exigencia implique un plus mayor frente a las objetivas,
en cuanto a la consideración de todos aquellos elementos de juicio que aún también
manifestándose objetivamente al momento de exteriorizarse imponen su
demostración, no significa que las dos no deban exigir esa clase de raciocinio...".

"…No se trata, entonces, se agregó, de establecer juicios apriorísticos para que so


pretexto de cuestionar la nominación de esta clase de circunstancias, es decir, las
genéricas, se infiera su no imputación en el pliego de cargos, cuando en su propio
contenido legal se ha imputado, así no se haya utilizado esta expresión de
atribuibilidad de la conducta, sino que al igual a lo que sucede con las específicas, si
bien estas no integran el tipo, lo exigible es que en la acusación no quede duda sobre
la imputación del supuesto fáctico que con relievancia jurídica establece el legislador
en su descripción, lo cual en ninguna forma excluye la valoración que se impone en el
juzgador para su deducción, quedando todo remitido a un problema de nominación, de
una parte, y de otra, a la exigencia de un extremo formalismo que desconociendo los
contenidos reales de las disposiciones positivas llega a convertir en rigorismo, quizá en
interesados análisis sicológicos y filosóficos, desde luego, entendibles en pro del
ejercicio del derecho de defensa, pero en el fondo desconocedores del contenido de las
normas que las regulan, que deben ser el real objeto de la imputación, exigencia ésta,
que incuestionablemente, debe resultar comprensible en la acusación" (Casación de
diciembre 18 de 2.000, Rad. 11.258).

En el caso concreto a (..) se le acusó por un delito de homicidio simple, es decir, sin
que tal imputación conllevara circunstancias específicas agravación de cualquier
índole, como expresamente se manifiesta en la acusación (fl. 103) y mucho menos se
hizo referencia las genéricas imputadas por el fallador de primera instancia, quien no
desconoció la forma en que fue atribuido el cargo, y aún así, al momento de dosificar
la pena decidió motu proprio, atribuirle al procesado las circunstancias genéricas de
que tratan los numerales 1 y 3 del artículo 66 del C.P., es decir, "haber obrado por
motivos innobles o fútiles"… y "El tiempo, el lugar, los instrumentos o el modo de
ejecución del hecho, cuando hayan dificultado la defensa del ofendido o perjudicado en
su integridad personal o bienes, o muestren una mayor insensibilidad moral del
delincuente", cuando ni fáctica ni muchos menos jurídicamente aparecen de manera
clara en el texto integral de la resolución de acusación, lo que significa, que en este
asunto específico, el procesado vino a conocer de ellas en la sentencia y no antes.

5. Forzoso resulta desechar el cargo por falta de interés frente al tema propuesto,
habida cuenta que, como lo viene reiterando constantemente la Sala, al ser en esencia
la casación un juicio de legalidad contra el fallo de segunda instancia, los temas que no
fueron debatidos al momento de apelar la sentencia de primer grado en esta sede no
pueden presentarse como yerros del ad quem, ya que, se estaría frente a un supuesto
del que, por sustracción de materia al Tribunal ocuparse no le fue posible ocuparse y
sobre el que, en tales condiciones, tampoco podría recaer un reproche de esta
naturaleza.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 21/02/2001
DECISION : Casa parcialmente suprimiendo agravantes,
redosifica
pena
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : VELASCO SALDAÑA, NELSON
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10424
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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107
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DEFENSA TECNICA-Facultad de ejercer distintas alternativas/ DEFENSOR DE


OFICIO-Su designación no obedece a una escala de habilidades/ NULIDAD-
Técnica cuando se practican pruebas antes de la vinculación al proceso

1. Al defensor le corresponde materializar la función encomendada, en desarrollo de


una táctica deontológica, tendiente a eliminar o atenuar los efectos desfavorables de
la acción legal sobre su representado.

La imperiosidad de la gestión defensiva no significa que toda inactividad implique, per


se, vulneración de la garantía fundamental, pues no basta su constatación, sino que
además se haya socavado realmente el derecho de defensa, con manifiesta
repercusión gravosa en la sentencia.

La defensa técnica suele realizarse a través de actos de contradicción, solicitud


probatoria, notificación, impugnación, postulación y alegación, que pueden ser
ejercidos todos o algunos de ellos, o preferirse un control expectante de la actuación
procesal, según los conocimientos, las circunstancias, el caudal probatorio recopilado,
el estilo y la táctica que asuma el abogado, sin que optar por la actitud aparentemente
pasiva constituya falta de ejercicio de las facultades de la defensa.

2. El impugnante alega que fue designado un defensor de oficio y se posesionó otro, de


lo cual deriva un vicio que, según él, invalida el proceso.

Lo que objetivamente se aprecia, es que el 18 de julio de 1995 la Fiscalía declaró


persona ausente a (...) y le designó como defensor de oficio a "Rafael Vanegas Polo" y
a ese nombre se comunicó el mismo día, oficina en el segundo piso del edificio Ganem,
sector La Matuna (fs. 92 y 93 cd. 1). Un día después se posesiona el doctor Armando
Antonio Venegas Polo, quien indica que su oficina es la 203 del mismo edificio en
mención (f. 95 ib.).

Ciertamente hay una diferencia en el nombre, que podría deberse a un error en la


nominación inicial; en todo caso, el censor no demuestra que se esté frente a un yerro
trascendente (art. 308-2 C. de P. P.) y pretende que se decrete la nulidad apoyándose
en apreciaciones subjetivas y carentes de demostración, como las calidades
profesionales que adjudica a los referidos togados.

No puede aceptarse la especulativa afirmación de que la defensa que desarrollaría el


primer letrado, por su presunta mayor idoneidad, hubiese sido más efectiva, ni se halla
determinado que la designación de los defensores de oficio obedezca a una escala de
habilidades. Para la designación como defensor, la legislación únicamente exige el
título profesional de abogado, con la salvedad de los integrantes de consultorios
jurídicos; no establece parámetro alguno para efectuar la selección, ni exige que
previamente se establezca mayor o menor grado de eficiencia o se tomen en cuenta
especiales cualidades, asumiéndose que uno u otro letrado será igualmente apto y
dejando a posterior supervisión de la judicatura que la defensa técnica sea apropiada y
no únicamente nominal.

De tal manera, el error demandado no constituye irregularidad sustancial y, en todo


caso, de conformidad con lo previsto en el ordinal 1° del artículo 308 del Código de
Procedimiento Penal, no hay lugar a invalidar el acto que cumple la finalidad a la cual
estaba destinado. Se buscaba que el sindicado contara con un abogado defensor y en
efecto lo tuvo, así su nombre no coincidiese con exactitud.

3. El casacionista alega que se incurrió en nulidad porque el imputado fue vinculado


tardíamente a la instrucción, cuando ya se había acopiado un gran número de pruebas
de cargo, lo cual incidió en la no aportación de elementos de convicción a favor del
procesado.

El impugnante no precisa la norma exactamente infringida, que haya sido desacatada


en el actuar judicial. Los preceptos que invoca son genéricos, como el numeral 3° del
artículo 304 del Código de Procedimiento Penal, que simplemente hace relación a la
causal de nulidad y el artículo 29 de la Constitución Política.
...

108
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Ante la imposibilidad de lograr su comparecencia, el 10 de julio del mismo año la


Fiscalía dispuso emplazarlo. El 11 siguiente se fijó el edicto y el 18 del mismo mes (...)
fue declarado persona ausente, posesionándose el defensor un día después.

No puede afirmarse que antes de esa posesión se allegaran exclusivamente pruebas


incriminatorias, pues entre otras informaciones, fue recibida declaración a la
compañera permanente del sindicado y a otras personas, que afirmaron que la víctima
había insultado al implicado y, ante eso, éste hizo uso del revólver, versión propicia a
atenuar su responsabilidad.

Además, el demandante no señala cuáles fueron los medios de convicción que


supuestamente quedaron sin solicitar ni acopiar, ni qué se buscaba demostrar que
fuera conveniente para los intereses del procesado, sino que en abstracto reclama "la
oportunidad de pedir y aportar pruebas y controvertir las que lleguen al proceso en
contra de su defendido". No basta señalar lo que el censor estime irregular, pues debe
además demostrarse su sustantividad y trascendencia, por vulnerar una garantía
fundamental e incidir en el fallo, en cuanto haya privado al acusado de una decisión
favorable, que excluyese o disminuyera su responsabilidad.

El defensor se posesionó el 19 de julio de 1995 y la investigación fue cerrada el 2 de


enero de 1996, es decir, tuvo tiempo suficiente para solicitar pruebas y ampliaciones,
contrainterrogar y, en general, ejercer el derecho de contradicción. Medió así amplio
lapso para hacer efectivo el derecho de defensa y, contrario a lo aseverado, en
materialización de su actitud parcialmente expectante, recibió notificación en persona
y alegó previamente a la calificación sumarial. En síntesis, no hubo vulneración de tal
garantía y no se presenta nulidad.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 21/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : MORALES SILVA, DENIS
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio
agravado
PROCESO : 14140
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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REBELION-Competencia territorial/ REBELION-Condición de rebelde/


COLISION DE COMPETENCIA/ COMPETENCIA A PREVENCION

1. La "rebelión tiene por ámbito territorial todo el suelo patrio, pues es su Gobierno el
que pretende ser derrocado o su régimen constitucional o legal suprimido o
modificado" (auto mayo 30/2000, rad. 17.034, M. P. Carlos Augusto Gálvez Argote), de
manera que como lo tiene definido esta corporación, el Estado, a través de la
judicatura, está legítimamente facultado para abrir el proceso penal respectivo, en
cualquier lugar de la geografía patria.

Si la rebelión se identifica con la pretensión de derrocar, mediante el empleo de las


armas, al Gobierno legalmente constituido, o suprimir o modificar el régimen
constitucional vigente, resulta adecuado inferir que el territorio donde se comete
regularmente no coincide con el espacio donde se hubiere conformado un grupo
armado, ni donde hubiere desarrollado algunas de sus acciones, o se cumplan actos de
combate, aspectos que resulta útil establecer cuando se pretenda investigar episodios
que no se comprendan dentro de aquel tipo penal.

2. La condición de rebelde no sólo se predica de los combatientes, sino también de


quienes fungiendo en calidad de ideólogos pertenecen a la organización. Sobre este
tema, la Sala expresó, en fallo del 12 de agosto de 1993, rad. 7504, M. P. Edgar

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Saavedra Rojas, lo cual refrendó con ponencia de quien aquí cumple igual función, en
sentencia de 9 de marzo de 2000, rad. 13.435:

"No quiere decir que todos los miembros de un grupo guerrillero tengan que ser
combatientes para que se les pueda considerar rebeldes; basta con que se pertenezca
al grupo subversivo y por dicha razón le sean encomendadas labores de cualquier
naturaleza, tales como financiamiento, ideológicas, planeación, reclutamiento,
publicidad, relaciones internacionales, instrucción, adoctrinamiento, comunicaciones,
inteligencia, infiltración o cualquier otra actividad que nada tenga que ver con el uso
de las armas, pero que sea un instrumento idóneo para el mantenimiento,
fortalecimiento o funcionamiento del grupo subversivo para que se entienda que se
puede dar el calificativo de rebelde a quien tales actividades realiza..."

Si como quedó visto, "la rebelión tiene por ámbito territorial todo el suelo patrio", se
impone aplicar los derroteros propios de la competencia a prevención (art. 80 C. de P.
P.).

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 21/02/2001
DECISION : Dirime asignando competencia al Juzgado 15 P.C.
de
Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del Circuito
CIUDAD : Girardota - Antioquia
PROCESADO : MONTOYA RESTREPO, MIRIAM CRISTINA
PROCESADO : VARGAS ASTUDILLO, DAMARIO JOSE
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 18065
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INVESTIGACION INTEGRAL-Objeto/ INVESTIGACION INTEGRAL-Nulidad/


ERROR DE HECHO-Falso raciocinio/ FALSO RACIOCINIO

1. El objeto de la investigación criminal es el esclarecimiento de la verdad. El logro de


este propósito implica que los funcionarios que cumplan con las actividades de
instrucción y juzgamiento sean completamente imparciales. Si la esencia de su labor
es la reconstrucción de lo sucedido, el ambiente de sus conciencias debe encontrarse
desposeído de prejuicios. El investigador en esta medida se plantea hipótesis de lo
que pudo haber ocurrido y procede a su constatación. Su mente debe estar abierta a
distintas posibilidades, entre las que naturalmente se cuentan aquellas que surgen de
las versiones que suministran los protagonistas del hecho. Estos por regla general
poseen intereses opuestos, se atribuyen recíprocamente circunstancias, siendo un
deber constitucional del funcionario investigar "lo favorable como lo desfavorable" a
esos intereses (arts. 250 de la C.N., inciso final, y 333 del C. de P.P.).

Dicha obligación de investigación integral en el caso del procesado, se traduce en el


deber jurisdiccional de comprobar la información que suministre en la indagatoria y de
practicar las pruebas idóneas que proponga para demostrar el aserto de sus
explicaciones (art. 362 C. de P.P.). En uno y otro caso, naturalmente a condición de
que las citas a verificar no sean absurdas.

2. Parte del derecho de defensa del sindicado es la garantía de investigación integral y


se vulnera ésta, de acuerdo con lo dicho, cuando dejan de practicarse pruebas
tendientes a demostrar la veracidad de sus descargos o cuando no se accede a la
realización de las que le resultan favorables.

Una propuesta de nulidad en casación sustentada en dicha omisión, entonces, supone


lógicamente como carga para el demandante la determinación de las pruebas que se
dejaron de practicar. Pero no sólo eso. Si se tiene en cuenta que la impugnación está
dirigida a desquiciar la sentencia y que en ésta se expresan sus fundamentos

110
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

probatorios, resulta obvio como segundo deber del sujeto procesal demostrarle a la
Corte la capacidad de los medios de prueba que extraña para variar el sentido del
pronunciamiento.

No es difícil relacionar detalles o circunstancias que no quedaron claros dentro de un


proceso penal o que simplemente no se verificaron. De hecho sucede. Es
inimaginable un trámite en el que absolutamente todas las afirmaciones de testigos y
procesados, o en general el contenido total de los diversos medios de prueba, deban
ser objeto de comprobación. Si así es, las pruebas que se planteen omitidas en
desarrollo de una propuesta de nulidad por violación de la garantía de investigación
integral deben encontrarse referidas a aspectos esenciales y poseer la virtualidad de
resquebrajar los términos del fallo.

3. El planteamiento del demandante es que se vulneraron las reglas de la experiencia


en la apreciación del testimonio de la señora (...). Dicho enunciado corresponde al
recientemente denominado por la Sala error de raciocinio, que es la única vía posible
para discutir en casación la estimación probatoria efectuada por el juzgador, dado que
si la misma se hizo dentro de límites de razonabilidad, sin desbordar la sana crítica, es
incuestionable.

La propuesta de ese error de hecho, como lo la expresado la Corte de manera


reiterada, le impone al censor, en primer lugar, determinar cuál fue la ley científica, el
principio de lógica o la regla de la experiencia objeto de la transgresión. Y en segundo,
probar la trascendencia de la equivocación, lo cual supone el ejercicio de confrontar y
desvirtuar los términos lógicos de la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 21/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : LOPERA RODRIGUEZ, MIGUEL ANGEL
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 12941
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA-Propósito de las decisiones y sujeción a la


ley/ CASACION DISCRECIONAL-Sustentación/ CASACION DISCRECIONAL-
Desarrollo de la jurisprudencia/ TIPO PENAL EN BLANCO

1. Dos precisiones previas ha de hacer la Sala en esta oportunidad para resolver lo que
en derecho corresponda en relación con el recurso interpuesto por la parte civil contra
el auto que autorizó la casación discrecional. El primero hace referencia al propósito de
las decisiones de la Corporación en los asuntos que por competencia debe resolver y el
segundo el marco legal aplicable en este asunto.

La misión del juez, noble y sublime, en cuanto dirime conflictos para el goce pleno,
real, de los derechos y garantías que realizan al ser como tal, ha de cumplirse siempre
con sujeción al orden jurídico. La Corte, como máxima autoridad superior en la
jurisdicción ordinaria, ha sido celosa porque sus actuaciones se cumplan dentro del
marco de legalidad vigente, respuesta que no sólo ha servido de ejemplo sino que
también es severamente exigida a quienes como ella hacen parte de la estructura
judicial del país. En este orden de ideas, debe subrayarse que la decisión que se
adopta en este caso lo es por corresponder a la normatividad que impera, la que se ha
consultado previo examen histórico, racional y teleológica, eso sí, sin perder de vista el
análisis integrado del texto de las disposiciones. De tal manera que, sin importar el
asunto y la autoridad judicial que le corresponda decidir, se ha de resolver como lo
permite únicamente la ley el aspecto examinado, pues consideraciones distintas, tales

111
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

como que la acción penal puede llegar a prescribir, no son de recibo para cambiar la
orientación de una providencia.

2. Es indispensable, conforme a reglas de técnica pacíficamente aceptadas por la


jurisprudencia, que el impugnante haga una sustentación, señalando los aspectos
relacionados con el caso concreto y el propósito buscado, así por ejemplo habrá de
hacerse alusión a la incidencia favorable y los beneficios que presta a la judicatura. En
cuanto al precepto, habrá de señalarse si lo que se pretende es fijar el alcance
(novedoso o inédito), o criterios acerca de la unidad de materia (posiciones disímiles),
o lograr una actualización jurisprudencial por modificaciones fácticas o jurídicas de
aquéllos.

En esta materia, la Sala ha hecho importantes precisiones en providencias de fechas


18 de marzo de 1994, 5 de febrero y 24 de abril de 1996, 25 de agosto de 1999 y 31
de julio de 2000, con ponencia de los doctores JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA,
DIDIMO PAEZ VELANDIA, CARLOS E MEJIA ESCOBAR, CARLOS AUGUSTO GALVEZ
ARGOTE y NILSON E PINILLA PINILLA. Por abarcar la mayor parte de los aspectos
requeridos para los fines de la presente decisión, considerados en las providencias
citadas, se invoca textualmente el auto de 28 de agosto de 1997, en el que con
ponencia del doctor MEJIA ESCOBAR, dijo la Sala:

"La necesidad de que la Corte conozca del caso para el desarrollo de la jurisprudencia
nacional la sustenta el peticionario, básicamente, en que la Sala no se ha pronunciado
antes sobre el tipo penal contenido en el artículo 146 del Código Penal y que entonces
es importante que defina su ámbito de aplicación, en especial cuando se trata de una
norma penal en blanco.

"El argumento anterior es insuficiente para conceder el recurso solicitado. Aunque la


Corporación ha señalado que en ninguna de las hipótesis a que se refiere el tercer
inciso del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal le es exigible al sujeto
procesal que avance de manera exhaustiva los términos de la demanda de casación,
también ha dejado claro que los fundamentos que esgrima en ese primer momento, así
sean breves y concretos, deben señalarle a la Corte lo que se propondrá con la
formulación de la demanda en caso de que el recurso extraordinario le sea concedido.

"No basta, entonces, cuando se plantea la necesidad de conocer el caso para el


desarrollo de la jurisprudencia, aducir como se hace en el evento examinado, de
manera general y abstracta, que sobre determinado tema la Corte no se ha
pronunciado. Especialmente cuando no se menciona sobre qué en particular. El
planteamiento, así lo señala la lógica, debe estar ligado con los términos de la
sentencia que se pretende demandar en casación y cuando el sujeto procesal la
margina en ese ejercicio inicial, en la solicitud del recurso, simplemente hace una
postulación en el vacío".

"Pero aún en el evento extremo de que ciertamente la Sala nunca se hubiera referido
al mencionado delito, fundamentar la solicitud del recurso de casación en esa simple
circunstancia, sin precisar a dónde se quiere llevar la discusión en la demanda una vez
concedido el recurso, hace inadmisible la solicitud. Pensar en sentido contrario
significaría aceptar que el recurso de casación excepcional fue concebido para lograr
que la Corte, a manera de órgano consultivo, se pronuncie sobre temas que las partes
estimen poco estudiados o que no haya tenido oportunidad de examinar.

"En conclusión, la fundamentación de la primera hipótesis que hace viable la concesión


del recurso extraordinario de casación debe estar ligada a los términos de la sentencia,
con explicación del punto sobre el cual se espera el pronunciamiento de la Corte y el
aporte de las razones por las cuales se estima necesario que se produzca, para el
desarrollo de la jurisprudencia, bien para darle una nueva orientación o para su
unificación".
....

Lo más notorio en las reflexiones de los peticionarios es la falta de concreción del


objeto de la labor que se reclama de la Corte en la interpretación de la norma. Ambito
que no se satisface con expresiones genéricas, sino que es necesario denunciarlo
específicamente, de tal manera que la pretensión así definida permita enmarcar el
contenido de la demanda, en caso de autorizarse el recurso. En este evento se echa de
menos tal proceder, cuáles son los vacíos del artículo 236 del C.P., las contradicciones,
qué aspectos requieren de claridad: los sujetos (activo o pasivo), el verbo rector, las
circunstancias modales, la decena de ingredientes normativos citados en la
disposición, el bien jurídico o el objeto material, o los aspectos relativos a la

112
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

culpabilidad o antijuridicidad de la conducta en relación con el tipo penal. Nada de ello


fue puntualizado por los reclamantes.

La genérica propuesta elevada por los impugnantes como fundamento del recurso
resulta incompatible con los fines del mismo, la discrecionalidad que le otorga a la
Corte el art. 218 ídem no puede salvar dicho escollo, pues ello conllevaría a
desnaturalizar el instituto, lo cual hace improcedente la petición de casación con base
en el motivo analizado, según lo ha subrayado la Corte, en providencia de la cual fue
ponente el doctor FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL* , de la que en lo pertinente se evoca:
"De todas maneras, si el recurrente opta por alguna de esas alternativas, o por ambas,
debe precisar, clara y nítidamente, las razones por las cuales la Corte debe intervenir.
Si lo perseguido es un pronunciamiento con criterio de autoridad, sobre determinado
punto que por lo oscuro merezca ser clarificado, es indispensable que ello se diga en el
escrito de sustentación, indicándose igualmente, si lo que se pide es la unificación de
posiciones contrarias, la actualización de la doctrina hasta el momento imperante o el
pronunciamiento sobre un punto aún no desarrollado y, además, señalar de qué
manera la decisión demandada presta un doble servicio de solucionar el caso y servir
de norte a la actividad judicial".

3. Si el objetivo de la censura era lograr un pronunciamiento jurisprudencial de la Corte


relativo al proceso de subsunción de la conducta al tipo penal, o a los tipos penales en
blanco, tampoco ese propósito permite la autorización del recurso excepcional a que
se ha hecho referencia, analizado desde la óptica en que fue propuesto.

Los principios que gobiernan el juicio de tipicidad o de adecuación típica singular de la


conducta no han sino temas ajenos en los pronunciamientos de la Corte. Varias han
sido las decisiones en las que se ha ocupado la corporación del alcance y aplicación de
los principios de alternatividad, especialidad, subsidiaridad y consunción. La doctrina
en esta materia es abundante.

El art. 236 del C.P. es una disposición de las que doctrina y jurisprudencia denominan
en blanco, determinándose la conducta prohibida mediante el contenido de los
ingredientes normativos, definidos en el Código de Comercio, por ejemplo con el
artículo 583. Siendo ello así, a ningún efecto practicó conduce la propuesta de los
censores, pues el presupuesto fáctico del Art. 76 del C de Co. sobre la competencia
desleal no es una disposición jurídica a la cual el operador de la justicia penal tenga
que acudir para integrar la conducta punible a que se refiere el ilícito por el que fueron
condenados (...), por lo que el enunciado deviene en un pretexto para discrepar con
el criterio valorativo de los falladores de instancia, razón de más para reponer la
providencia recurrida.

La falta de concreción que viene exigiendo la jurisprudencia en estos casos, se hace


más notoria en el escrito de los peticionarios, si se tiene en cuenta que el artículo 76
del Código de Comercio que citan, fue derogado por la ley 256 de 1996, sin que a ella
se hubieren referido. En consecuencia, la Sala se quedó sin conocer específicamente el
motivo de inconformidad justificativo de la pretensión de aquéllos, dado que la ley 256
ibídem reguló el tema de la competencia desleal en sus primeros 22 artículos, y en
razón a la naturaleza rogada de la casación, es deber de quien aspira a obtener un
pronunciamiento de la Corte, precisar el punto de hecho o de derecho sobre el cual se
requiere una solución que ha de servir a la vez de guía para la administración de
justicia.

El análisis que se ha efectuado permite en esta oportunidad darle la razón al


recurrente en reposición, en la media en que no se acreditó por parte de los
defensores de (...), la necesidad del desarrollo jurisprudencial, resultando
indispensable corregir las afirmaciones hechas en la providencia recurrida, por lo que
la Corte negará el acceso excepcional del recurso, reponiendo la providencia
impugnada.

________________________________
* C.S.J., Auto de mayo 6 de 1997, Acta 46, Rad.. 12890.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Casacion Discrecional
FECHA : 21/02/2001
DECISION : Repone la providencia del 22-11-00 negando la
concesión del recurso discrecional
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín

113
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESADO : RAMIREZ GOMEZ, RAMON ANTONIO


PROCESADO : GOMEZ, JOSE ELICIARIO DE JESUS
PROCESADO : GOMEZ DUQUE, PASCUAL JACINTO
DELITOS : Usurpación de marcas y patentes
PROCESO : 16347
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DEMANDA DE CASACION-Técnica/ TESTIMONIO-Credibilidad/ SANA
CRITICA-Pruebas

1. Cualquiera que sea la causal invocada, la demanda de casación no es un escrito de


libre elaboración, porque debe cumplir con los requisitos establecidos por el artículo
225 del Código de Procedimiento Penal, como citar las normas que se considere
infringidas, determinar la clase de quebrantamiento, indicar los fundamentos
completos con claridad, precisión y lógica, en armonía con la naturaleza del vicio
reprochado, además de demostrar la trascendencia del yerro en la decisión.

Aparte de incumplir el sencillo requisito de la identificación de los sujetos procesales


(art. 225-1 C. de P. P.), la demandante, en cuanto al primer reproche, se limitó a
mencionar la causal de casación en que supuestamente estaba enmarcado lo que
consideró una irregularidad, pero no desarrolló el cargo a cabalidad, dejando sin
discernir si la eventual violación lo fue contra el derecho de defensa o contra el debido
proceso; expresa que debe decretarse la nulidad de lo actuado, pero omite indicar
desde que momento del diligenciamiento habría que anular.

2. En general, los presuntos errores que alega en todos los reproches pretende
construirlos contra la credibilidad que el fallador le otorgó a unos testimonios; busca
que sea restada, cuando ello no es atacable en casación, porque la ley da al juez
discrecionalidad en la valoración probatoria y para formar libremente su
convencimiento, con respeto de la sana crítica, esto es, acatando las leyes de la
ciencia, las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia.

La impugnante confundió de tal manera el libelo sustentador con un alegato de


instancia, al limitarse a formular su particular punto de vista sobre las pruebas y tratar
de imponer las conclusiones que favorecen su causa sobre las del juzgador, que vienen
amparadas con la doble presunción de acierto y legalidad. Olvida que la casación no
fue instituida para dirimir criterios divergentes, sino para corregir verdaderos yerros
trascendentes en la apreciación probatoria o en el significado de la norma, que lleven a
cambiar el sentido del fallo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Auto Casación
FECHA : 26/02/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : LONDOÑO ORTIZ, GUSTAVO
DELITOS : Acceso carnal abusivo con menor de 14 años, Acto
sexual con menor de 14 años
PROCESO : 16486
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Protección derechos fundamentales: Cuando su conculcamiento


incida en la validez del proceso/ DEFENSOR DE OFICIO-Si no tiene defensor,

114
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

lo procedente es nombrarle uno/ NULIDAD-Principio de trascendencia/


DEBIDO PROCESO-Derecho de defensa/ INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica
para alegar su vulneración/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación
indebida, interpretación errónea/ TERRORISMO-Se configura/ NULIDAD-
Principio de instrumentalidad/ ACTOS DE FEROCIDAD Y BARBARIE/
COMBATE/ DELITOS CONEXOS/ SECUESTRO EXTORSIVO/ REBELION/
DERECHO DE DEFENSA/ PRINCIPIO DE INSTRUMENTALIDAD

1. En nuestro actual modelo de Estado y en el sistema de casación que nos rige, ésta
no es una tercera instancia, donde de manera libre se puedan hacer toda clase de
cuestionamientos a una sentencia que por ser la culminación de todo un proceso,
viene amparada por la doble presunción de acierto y legalidad, ni es la sede adecuada
para hacer reclamos por el trato que fuera del proceso y sin incidencia en el mismo se
le haya podido prodigar al acusado, lo que no significa que sus derechos
fundamentales, siempre y en cualquier circunstancia, en un Estado Social de derecho,
fundado en el respeto de la dignidad humana y que reconoce su primacía, no deban
ser protegidos, por encima de cualquier consideración formal, pero que solo pueden
serlo a través de la casación, cuando se demuestra o la Sala encuentra que su
conculcamiento trasciende a la actuación.

Así también, que el éxito de la censura no depende de lo extenso o sugestivo del


discurso sino que se demuestre que la sentencia es ilegal, por haberse incurrido en
vicios de juicio o de procedimiento.

2. Ninguna irregularidad encuentra la Sala en la actuación de la Fiscalía, pues si al


capturado, al momento de la diligencia se le hizo saber el derecho que tenía de
designar un defensor, para que lo asistiera y manifestó que no tenía a quien nombrar,
lo procedente era nombrarle uno de oficio, como ocurrió (Fl. 91 cdno. 1).

Es obvio, y así lo ha sostenido la Sala* , que se debe preferir al abogado contractual


frente al de oficio, para una mejor garantía de ese derecho fundamental, pero si el
procesado no tiene a quien nombrar o si el designado no comparece, es legítimo
designar uno de oficio, pues el proceso no puede someterse a dilaciones injustificadas,
máxime cuando el funcionario se encuentra ante términos perentorios para indagar y
definir situación jurídica, cuyo incumplimiento, como lo destaca el Procurador
Delegado, no sólo comporta consecuencias procesales sino disciplinarias y penales
para quien los incumple.

3. Uno de los principios que rigen la declaratoria de las nulidades es el de


trascendencia, conforme al cual, no basta con afirmar que se cometió una irregularidad
sustancial, sino que es preciso evidenciar que con ella se afectaron las garantías de
los sujetos procesales o se desconocieron las bases fundamentales de la instrucción o
el juzgamiento.

4. Confunde el error de estructura y el error de garantía, al tratar, indistintamente, el


debido proceso y el derecho de defensa, claramente diferenciados por la ley y la
jurisprudencia.

Si se entiende que quiso referirse al primero, se encuentra que dejó el reproche en el


enunciado, pues no muestra que la demora que denuncia de la fase investigativa,
hubiera sido injustificada, ni que hubiera socavado la estructura del procesado,
máxime cuando, como la ha dicho la Sala** , las consecuencias de la tardanza se
encuentran generalmente reguladas: libertad del procesado, prescripción, sanción al
funcionario por la demora, pero sin que se sigan otra clase de consecuencias, como la
invalidez de la actuación.

Si se acepta que el demandante optó por acusar la violación del derecho de defensa,
aparece que no demuestra, ni se entiende cómo la dilación de la etapa instructiva
impidió evacuar importantes pruebas de descargo (sin que diga cuáles), cuando el
simple sentido común indica lo contrario.

5. Como lo ha dicho la Sala*** , cuando se denuncia violación del derecho de defensa,


por desconocimiento del principio de investigación integral, no basta mencionar las
pruebas omitidas, sino que se debe mostrar su conducencia, pertinencia y utilidad y su
incidencia, que no emana de la prueba en si misma considerada, sino de su
confrontación lógica con los elementos de convicción que sustentaron el fallo, de modo
que se evidencie que de haberse practicado, la orientación de éste hubiera sido
distinta, por lo que la única manera de remediar el vicio es invalidar la actuación para

115
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

que se aduzcan, requisitos que no fueron cumplidos por el censor y que encuentran su
razón de ser en que el funcionario no está obligado a decretar todas las pruebas que le
soliciten los sujetos procesales sino sólo aquellas que sean realmente imprescindibles
para los fines del proceso y formación de su convencimiento, pues como director del
mismo le corresponde protegerlo de dilaciones injustificadas, de diligencias
inconducentes o superfluas, de tentativas de distracción o de desviaciones con
respecto al objeto principal de la investigación, según doctrina de la Sala****.

6. Confunde los sentidos de vulneración de la ley sustancial y, concretamente, la


aplicación indebida y la interpretación errónea, siendo del caso recordar que cuando se
alega la segunda, como aquí ocurre, se acepta que el juzgador acertó en la selección
del precepto, esto es, que el que se aplicó era el que regulaba el caso concreto, pero
que se le dio un sentido que no tiene. En cambio, si como consecuencia de la errónea
interpretación de la ley, ésta se deja de aplicar o se aplica indebidamente, se debe
postular falta de aplicación o aplicación indebida y no interpretación errónea, ya que la
causa del desacierto no importa, y bien pudo ocurrir porque se erró sobre su existencia
material o sobre su validez o sobre su sentido o alcance, sino que lo que cuenta en
últimas es la decisión que con relación a ella adopta el sentenciador, esto es,
inaplicarla o aplicarla indebidamente.

Por lo tanto, si lo que pretende el demandante es que se absuelva al procesado del


punible de terrorismo ha debido denunciar aplicación indebida del artículo 187 del C.
Penal y no interpretación errónea, lo que no obsta para que se entienda que se quiso
referir a un error de selección.

7. Para la configuración del punible de terrorismo, como lo ha dicho la Sala*****, "no


basta la sola obtención de un resultado consistente en provocar o mantener en estado
de zozobra o terror a la población o una parte de ella, sino que es necesario que ello se
logre a través de conductas "que pongan en peligro la vida, la integridad física o la
libertad de las personas o las edificaciones o medios de comunicación, transporte,
procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices", y valiéndose de medios
aptos para ocasionar estragos o de la idoneidad que comportan los del inciso 2° del
artículo 187".

Pretende el casacionista que la zozobra o terror de la población sólo se provoca o


mantiene cuando los actos ponen en peligro la vida o la integridad física de las
personas, cuando lo que dice el precepto es que también se pude provocar o mantener
esa intranquilidad general y, por ende, atentar contra la seguridad pública, mediante
actos que pongan en peligro, entre otros, los medios de transporte o conducción de
fluidos, siempre que se utilicen instrumentos capaces de causar estragos, a menos que
se trate de la figura prevista en el inciso 2° del artículo citado.

En consecuencia, los actos terroristas pueden tener lugar en poblado o en despoblado,


no requieren que se ponga en peligro la vida o la integridad de las personas y ni
siquiera exigen que el agente actúe con la finalidad de crear o mantener en estado de
zozobra a la población o a un sector de ella, bastando que se obtenga ese resultado.

8. El impugnante desconoce el principio de instrumentalidad, al tenor del cual no se


declarará la invalidez de un acto cuando cumpla la finalidad a que estaba destinado, al
aseverar que la circunstancia de que pudo se debatida en este proceso no salva la
irregularidad.

En efecto, si la finalidad buscada con las formalidades presuntamente omitidas era la


de que el medio de prueba pudiera ser conocido y controvertido por los sujetos
procesales y este objetivo se cumplió, la irregularidad deviene inane y no afecta la
validez del medio probatorio.

9. No es cierto que todos los punibles conexos con la rebelión, como el terrorismo y los
delitos de lesa humanidad, como el secuestro, sean actos de combate, sino que, como
lo ha dicho la Sala, esta "... expresión no puede ser entendida en términos abstractos
de confrontación política, ni de condición inherente o estado obvio y siempre presente
de la actividad subversiva. Si se aceptara esta interpretación, habría de concluirse que
todos los actos delictivos cometidos en desarrollo de la acción rebelde serían sin
excepción, actos ejecutados en combate, hipótesis de la cual no parte el
legislador".******

"El combate comporta un enfrentamiento armado de carácter militar, regular o


irregular, colectivo, determinado en tiempo y espacio, con el propósito de someter al

116
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

contrario y con el fin último de imponer un nuevo régimen constitucional o derrocar al


Gobierno Nacional por parte de los rebeldes.

"Confrontación que implica una lucha de contrarios, una reacción ante el ataque que
depende no solo de la capacidad de respuesta, sino que exige además la posibilidad de
que se pueda repeler".*******

En el presente evento aparece evidente que ni el secuestro extorsivo ni el terrorismo


fueron cometidos en combate, esto es, en un enfrentamiento armado de carácter
militar, ya que el primero tuvo como víctima una señora, persona civil ajena al
conflicto, y el segundo ha recaído sobre el oleoducto Caño Limón - Coveñas, ninguno
de los cuales, pero especialmente la secuestrada, pueden ser considerados como
objetivos militares, en ninguna contienda, por irregular que ella sea.

Al respecto la Sala ha manifestado que "Las acciones delictivas de los subversivos


contra personas civiles ajenas al conflicto, no constituyen actos de combate, en cuanto
la población civil, …. no tiene la calidad de combatiente, ni puede ser considerada
como objetivo militar por quienes pretenden el cambio del establecimiento " .

Además el secuestro es un delito atroz y, por lo mismo, feroz y bárbaro, y el segundo


está expresamente excluido por el artículo 127, citado, por lo que a ninguno le es
aplicable la eximente de pena consagrada en esta norma.
____________
* Ver entre otras, casación 11264, octubre 1º de 1996, 9654, agosto 8 de 1996
** Ver entre otras, casación 9079, octubre de 1996. M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda
*** Ver entre otras, casación 9723, mayo de 1998, M.P. Dr. Nilson E. Pinilla Pinilla; 13864, agosto
4 de 1998. M.P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar.
**** Casación 13338, diciembre de 1997. M.P. Dr. Ricardo Calvete Rabgel
***** Colisión de competencias No.15.539, abril 23 de 19999. M.P. Dr. Jorge Aníbal Gómez
Gallego
****** Casación 11.837, febrero 4/99, M.P. Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll
******* Casación 12.661, mayo 27/99, M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 26/02/2001
DECISION : Declara prescripción, desestima demanda, reduce
pena
impuesta
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : GALAN, FRANCISCO, O,
PROCESADO : BERMUDEZ SANCHEZ, GERARDO ANTONIO, O,
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Rebelión,
Secuestro extorsivo, Terrorismo
PROCESO : 12108
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Resolucion de acusación/ SECUESTRO


EXTORSIVO-Consumación

1. Sea lo primero destacar que la calificación jurídica de la conducta imputada a los


procesados, es el punto sobre el cual los jueces discuten la competencia para conocer
de las presentes diligencias.

La adecuación jurídica de la conducta hecha por el instructor, en principio, resulta


invariable para dar inicio a la etapa de juicio, desde luego, ha dicho esta Sala, cuando
se trata de incidentes como el presente, en tanto no exista un error en el nomen iuris
que implique un cambio de competencia. De no darse esta hipótesis, es decir, error en
la calificación jurídica del sumario, al juez no le queda camino distinto que adelantar el
juzgamiento con base en los punibles deducidos en la acusación, para luego de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

concluido el debate proferir sentencia en la cual declare probada o no la acusación,


dentro de los límites del respectivo título y capítulo del Código Penal.

En este caso, la resolución acusatoria calificó una de las conductas imputadas, la que
dio lugar al presente incidente, como un secuestro extorsivo agravado, precisando que
el delito contra la libertad individual consistió en privar de la libertad de acción y
movimiento a (...), con el propósito de obtener provecho o utilidad.

Como se vio, el Juez Penal del Circuito Especializado , pese a que acepta que hubo
retención de la víctima e incluso presión "moral y física", no cree que la conducta
imputada a los procesados concuerde con la descrita en el artículo 268 del C.P. con la
denominación de "secuestro extorsivo", porque a su juicio la inexistencia de fondos en
la cuenta del ofendido, hacia imposible la materialización de la ventaja económica
perseguida por aquellos.

Es evidente el yerro de quien propuso la colisión, porque de ningún modo la norma


citada exige, como elemento del tipo, que se produzca efectivamente el provecho
patrimonial. Y sería de veras absurdo si así fuese, porque se llegaría extremos
intolerables para la lógica, como el de considerar que no puede ser procesado por el
delito que se estudia, quien priva a otro de su libertad en procura de un beneficio o
utilidad, por el solo hecho de que el secuestrado no es dueño de la suma exigida por el
secuestrador.

Sin mayor esfuerzo dialéctico puede constatarse que lo que el precepto demanda es
que la privación de la libertad este precedida de un propósito de "exigir por su libertad
un provecho o cualquier utilidad", que en este caso aparece de modo ostensible, no
solo porque el entorno de los hechos resalta una intención de beneficio patrimonial
indebido, sino porque la sustracción de las tarjetas de crédito y débito y su utilización,
evidencias las reales intenciones de los acusados.

2. En lo atinente a la responsabilidad, no es determinante establecer si se produjo o no


el resultado apetecido por los plagiarios, pues ese tema escapa al marco de la
consumación para desplazarse al del agotamiento de la conducta.

En este sentido se pronunció la Corte al señalar que:

"Observése que la norma - C.P., art. 268 - sólo exige como resultado el arrebatamiento,
la sustracción, retención u ocultación de una persona, bastando para la consumación
del delito que esta conducta se realice con el "propósito de exigir por su libertad un
provecho o cualquier utilidad", de donde se desprende con absoluta claridad que no es
necesaria la efectiva obtención del provecho o utilidad buscado por el secuestrador, ya
que el texto legal no la exige, lo cual es apenas razonable, tratándose, como ya se
anotó, de un delito que fundamentalmente atenta contra la libertad individual.

"Basta, pues, aparte de la privación de la libertad, la existencia de alguno de los


propósitos señalados en la norma, que vienen a conformar lo que la doctrina identifica
como elementos subjetivos del tipo, y cuya no materialización deriva en el no
agotamiento de la conducta, dejando intacta la consumación de la misma.

"En ese orden de ideas resulta de suma claridad que no hubo falta de aplicación del
artículo 22 del Código Penal, ya que el delito de secuestro extorsivo se consumo
cuando M…. R. … y su hijo fueron privados de la libertad, con la exigencia de dinero
realizada por los procesados, cuestión indiscutida y que descarta la tentativa
propuesta por el casacionista" (C.S.J. Sent. Cas. Penal, Sent. Enero 17 de 1989).

Ahora bien, es claro que en vigencia de la Ley 504 de 1999, por cuyo medio se crearon
los jueces penales del circuito especializados, que sustituyeron en funciones a los
jueces regionales, en su artículo 5° de manera expresa determina su competencia para
conocer, entre otros, de los delitos de secuestro extorsivo o agravado, por lo que
resulta claro que de la presente causa, por estar referida a uno de los punibles cuyo
conocimiento le fue adscrito expresamente a aquellos funcionarios, debe ser fallado
por el juzgado colisionante, a quien se le debe remitir el expediente para que continúe
el trámite del proceso.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 26/02/2001
DECISION : Dirime asignando competencia al juzgado P. C. E.
de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Popayán
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del Circuito
CIUDAD : Popayán
PROCESADO : LOZADA BAQUERO, CLAUDIA ANDREA
PROCESADO : HURTADO RINCON, DIEGO FERNANDO
PROCESADO : PAZ GEMBUEL, CRISTIAN ANDREY
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Secuestro extorsivo
agravado
PROCESO : 16965
PUBLICADA : Si

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DERECHO A LA IGUALDAD/ PRINCIPIO DE NO CONTRADICCION/


DEMANDA DE CASACION-Valoración probatoria

1. El impugnante sostiene que a su representada se le vulneró el derecho a la


igualdad, pero no hace relación a que se le hubiere sometido a un tratamiento
inequitativo frente al recibido por otros sujetos procesales dentro de esta actuación,
según se desprende de lo dispuesto por el artículo 20 del Código de Procedimiento
Penal, ni refiere que dentro de este proceso se le haya discriminado negativamente, ni
que se le hubieren recortado en forma diferencial las oportunidades para ejercer sus
derechos en el asunto bajo estudio, sino que antitécnicamente alude a otro
diligenciamiento.

2. El censor aduce violación indirecta de la ley sustancial, por falso juicio de identidad
en la valoración de una prueba, que denomina confesión de su representada. Sin
embargo, no expresa el sentido de la vulneración y los preceptos que menciona no los
refiere a esta forma de quebranto, sino al debido proceso, con lo cual dejó trunca la
presentación y el desarrollo del reproche.

Aunque hace referencia al mencionado error de hecho, no especifica qué fue lo


tergiversado o recortado de la llamada confesión de la sindicada, para hacerle decir
algo que no aparece en su contenido fáctico.

De otra parte, no acata el postulado de la no contradicción, al invocar dentro del


mismo cargo dos causales diferentes, incompatibles y autónomas, pues reprocha
vulneración indirecta de la ley y nulidad, que debía plantear por separado y de manera
subsidiaria, en observancia de lo dispuesto por el articulo 225 del Código de
Procedimiento Penal, tal como trató de hacerlo para el cargo anterior.

3. El impugnante, al igual que en reproches anteriores, tampoco señala el sentido de la


violación, dejando las censuras formuladas en forma incompleta y sin parámetros a
seguir para un eventual examen de fondo, omisión que impide abordar tal análisis.

En general, dice que se incurrió en errores en la apreciación probatoria, sin aludir al


falso raciocinio, o al falso juicio de identidad (tergiversación de una prueba para
hacerle decir algo que no aparece en su contenido fáctico), o al falso juicio de
existencia (omisión o suposición de la probanza); ni al falso juicio de legalidad
(inobservancia de los requisitos establecidos en la ley para la aducción de una prueba),
ni al falso juicio de convicción (remotamente, concederle a un medio probatorio un
valor señalado en la ley o quitarle el que ésta le fija).

En realidad, el censor se circunscribe a exponer su opinión sobre una parte de los


hechos, que considera atípicos, pero no indica error alguno que lleve a quebrar la
doble presunción de acierto y legalidad de que viene revestida la sentencia.

Confundió la impugnación extraordinaria con un alegato de instancia, en donde


pretende que se acoja su peculiar forma de analizar la prueba para hacerla prevalecer
sobre la apreciación del juzgador, cuando la casación no fue establecida con el objetivo
de dirimir criterios encontrados, sino para corregir verdaderos yerros trascendentes,
que lleven a variar el sentido de fallo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

119
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Auto Casación
FECHA : 26/02/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Rosa de Viterbo
PROCESADO : BARRIOS HERNANDEZ, LUIS EDUARDO
PROCESADO : VERDUGO MANRIQUE, NELLY AMPARO
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad en documento
público, Celebración indebida de contratos,
Peculado por
aplicación diferente
PROCESO : 16017
PUBLICADA : Si

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica/ ERROR DE HECHO-Falso juicio


de identidad/ CASACION-Principio de limitación/ RESOLUCION DE
ACUSACION-Marco jurídico-fáctico de la actuación del fallador/
CONSONANCIA/ CONGRUENCIA DE LA SENTENCIA/ SENTENCIA-Falta de
motivación/ RESOLUCION DE ACUSACION

1. Si se acude a la vía indirecta para impugnar la sentencia del Tribunal, imperativo


resulta para el demandante concretar la naturaleza del yerro que la contiene, esto es,
si de hecho o de derecho, pero más pormenorizadamente destacar cuáles son los
falsos juicios de existencia que le dan origen, si por suposición, omisión o
tergiversación probatoria en el primer caso o, los denominados falsos jucios de
legalidad o convicción, en el segundo.

2. El falso juicio de identidad, como también es necesario recordar, impone al censor


la necesidad de determinar cuál o cuáles fueron las pruebas cuyo contenido fáctico
ha tergiversado el fallador, indicando con absoluta precisión en qué aspectos de su
material expresión han sido tergiversados por exceso o por defecto, esto es, por
recortar su exacta y objetiva significación, o por ampliarla desbordando
desmedidamente su esencial compendio.

3. Desenfocada por completo resulta, de otra parte, la propuesta que le hace a la Sala
el demandante, para que sea ella quien en reemplazo suyo -pues reconoce no
ocuparse en resaltar los aspectos tergiversados del testimonio por parte del
sentenciador-, "descubra la magnitud de la falta de verdad en las palabras del testigo
de cargos", es decir, que con absoluto desconocimiento de no ser la casación una
tercera instancia, invita a la Corte para que dilucide oficiosamente si el testigo merecía
o no credibilidad, dando muestras así también de no saber que el principio de
limitación que rige en esta sede impone el estudio de la demanda de casación
exclusivamente en los términos en que el actor postula y desarrolla los reproches, sin
poder ampliar dicho espectro hacia argumentos no expuestos, ni entrar en
complementaciones o correcciones oficiosas que chocan con la naturaleza y
características de este extraordinario instrumento de ataque a los fallos.

4. Mediante el proferimiento de la resolución acusatoria, el Estado precisa y delimita


los cargos que le atribuye a una persona investigada penalmente, con miras a que a
través de dicha concreción jurídica se permita al imputado conocer el ámbito y alcance
exactos de la acusación y en tal medida planear el ejercicio del derecho de defensa, es
decir, que en esta importante decisión deben quedar sentadas las premisas
fundamentales y los términos con sujeción a los cuales se va
a desarrollar el juicio y se debe producir la declaración de responsabilidad en la
sentencia.

Esa determinación jurídica del hecho punible, impone señalar además de la clase de
delito por el que se acusa, con sus elementos que lo estructuran, aquellas
circunstancias específicas que le dan mayor gravedad y que dadas sus características

120
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

integran en dicha medida el tipo penal, creando así una verdadera prenda de garantía
frente al fallo, el que debe por tanto guardar plena correspondencia con el pliego de
cargos, esto es, que entre una y otra decisión se impone que exista la debida
consonancia, en cuanto se refiere a la calificación jurídica del delito materia de la
imputación y aquellos concretos motivos de intensificación punitiva que confluyen. Por
eso se ha dicho que entre la sentencia y la calificación jurídica dada a los hechos en la
resolución acusatoria debe existir identidad, esto es, que entre estas dos decisiones
tiene que haber perfecta uniformidad desde el punto de vista del contenido de la
imputación, en tanto que lo que el pliego de cargos afirma como objeto, no puede ser
excedido por el fallo, sentido en el cual se ha acotado la indiscutible relación que
comportan de causa a efecto.

Así, cuando esta congruencia se desconoce, y se decide atacarla por la vía casacional,
lo cual debe, hacerse por la vía de la causal segunda, imperativo es demostrar que la
relación jurídica entre el auto acusatorio y la sentencia se ha quebrantado con
detrimento de la estructura básica del proceso, por incluir el juzgador en el fallo
nuevas conductas delictivas o adicionar a circunstancias específicas de agravación
punitiva o genéricas en ninguna forma imputadas, o por desconocimiento de las de
atenuación deducidas, o cargos no contemplados en la resolución acusatoria y que no
se probaron en la causa" (Casación 8518, 12 de julio 1.994. M.P. Dr. Jorge Carreño
Luengas).

5. Existe falta de motivación, motivación deficiente, precaria o incompleta y motivación


ambivalente o contradictoria de la sentencia, cuando el juzgador omite determinar las
pruebas en que funda la responsabilidad o las circunstancias del hecho en las cuales se
sustenta una agravante punitiva, en el primer caso, o cuando se incurre en la
formulación de los cargos en imprecisiones de tal índole que hacen imposible tomar
entendimiento del verdadero sentido jurídico de la imputación delictiva, impidiendo
consecuencialmente el ejercicio de la defensa, caso en el cual una irregularidad de
estas características debe demandarse por vía de nulidad.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 27/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : ECHEVERRY LAVERDE, OMAR EDUARDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 12098
PUBLICADA : Si

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INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ NULIDAD-


Resolución de acusación o de la sentencia, por falta de motivación/ ERROR
DE DERECHO-Falso juicio de legalidad, falso juicio de convicción/ FISCAL-
Comunicación con el sindicado: Presencia del defensor/ DEBIDO PROCESO-
Derecho de defensa/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ FALSO JUICIO DE
CONVICCION/ DERECHO DE DEFENSA

121
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. La Corte ha sido insistente en señalar que cuando se plantea en casación violación


del principio de investigación integral por omisión en la práctica de pruebas, es
necesario que el ataque reúna tres condiciones básicas: 1) Que concrete los medios de
prueba que fueron dejados de practicar por el funcionario instructor; 2) Que demuestre
la procedencia de su práctica; y, 3) Que acredite su trascendencia.

La primera exigencia no reviste dificultades. Implica que el demandante debe señalar,


en concreto, las pruebas que los funcionarios judiciales soslayaron en su recaudo, y no
limitarse a consignar afirmaciones generales sobre la existencia de una supuesta
inactividad probatoria, sin descender al campo de las concreciones. La segunda, dice
relación con los conceptos de conducencia, pertinencia, racionalidad y utilidad de la
prueba o pruebas no practicadas, e implica acreditar que son legalmente permitidas;
que guardan relación con los hechos, objeto y fines de la investigación; que son
razonablemente realizables; y, que no son superfluas. La tercera, impone confrontar,
dentro de un plano racional de abstracción, el contenido objetivo de las pruebas
echadas de menos, con las que sustentan el fallo, en orden a demostrar que sus
conclusiones sobre los hechos o la responsabilidad del procesado habrían sido distintas
y opuestas de haber sido aquéllas practicadas.

2. Cuando se plantea en sede de casación nulidad de la resolución de acusación o de


las sentencias, por falta de motivación, no basta alegar que la decisión, en su conjunto
o en relación con un determinado aspecto, adolece de este vicio. Es preciso demostrar
que se está en presencia de una cualquiera de las situaciones que dan origen a su
configuración, a saber: 1) Que la decisión carece totalmente de motivación; 1) Que la
fundamentación que contiene es incompleta; y, c) Que es dilógica o ambivalente.

La primera hipótesis surge cuando el funcionario judicial omite precisar las razones de
orden fáctico y jurídico que sustentan su decisión. La segunda, cuando el análisis que
contiene de estos aspectos es deficiente, al extremo de no permitir su determinación.
La tercera, cuando se sustenta en argumentaciones contradictorias o excluyentes que
impiden conocer su verdadero sentido.

3. El ordenamiento jurídico contiene normas que regulan la incorporación de la prueba


al proceso desde el punto de vista puramente formal (producción formal de la prueba),
y normas que preestablecen su mérito probatorio o su eficacia jurídica. Cuando el
juzgador, al apreciar una determinada prueba, desconoce las primeras, incurre en error
de derecho por falso juicio de legalidad; cuando desconoce las últimas, en uno de
derecho por falso juicio de convicción.

En el primer caso, el error gira alrededor de la validez jurídica de la prueba, o lo que es


igual, de su existencia jurídica (concepto que no debe ser equiparado con el de
existencia material), y suele manifestarse de dos maneras: a) cuando el juzgador, al
apreciar una determina prueba, le otorga validez jurídica porque considera que cumple
las exigencias formales de producción, sin llenarlas (aspecto positivo); y, b) cuando se
la niega, porque considera que no las reúne, cumpliéndolas (aspecto negativo).
Nada tiene que ver esta clase de error (de legalidad) con las falencias que puedan
llegar a presentarse en el análisis de la eficacia jurídica de la prueba. Este última
modalidad corresponde a la categoría de los errores de derecho por falso juicio de
convicción, que comprende dos situaciones: a) Cuando el juzgador desconoce las
normas que tasan el mérito de una determinada prueba; y, b) Cuando desatiende las
normas que limitan su eficacia probatoria, o se la niegan, como podría ocurrir, por
ejemplo, si desatiende el contenido del artículo 50 de la ley 504 de 1999 (inciso quinto
del artículo 313 del C. de P. P.).

En las hipótesis de error de hecho por falso juicio de convicción, el juzgador, a


diferencia de lo que ocurre con la categoría de los errores de derecho por falso juicio
de legalidad, parte del supuesto de que la prueba fue debidamente incorporada al
proceso, y por ende, que es jurídicamente válida, pero se equivoca al valorarla frente a
la tasación que de su mérito persuasivo hace la ley, o en la determinación de su
eficacia jurídica, regulada también por la ley.

4. El artículo 145 del estatuto procesal penal, que es citado como norma medio
violada, prohibe al Fiscal, de manera terminante, establecer comunicación con el
sindicado sin la presencia del defensor, cualquiera que sea la forma que utilice para
hacerlo. Esta norma fue quebrantada por el funcionario instructor en el presente caso,
al proceder a interrogar a varios de los imputados, entre ellos a (...) (fls.61/1 y 185/1),
obteniendo, por esta vía, su confesión, que luego plasmó en la certificación dejada en
la indagatoria, y después, en declaración bajo juramento (fls.184/1 y 678/1).

122
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

También le asiste razón al casacionista cuando sostiene que estas pruebas fueron
apreciadas por los juzgadores de instancia, no debiendo haberlo sido, pero no cuando
alude a la incidencia de este error en las conclusiones del fallo, aspecto que, por lo
demás no demuestra, haciendo que el cargo se torne incompleto. Sostener simple y
llanamente, como lo hace, que la decisión impugnada habría sido distinta de no
haberse presentado el error denunciado, nada acredita. Para que la propuesta de
ataque pueda tener vocación de éxito, es necesario que el actor analice los elementos
de juicio que sirvieron de sustento a la decisión impugnada, con exclusión de los que
fueron indebidamente apreciados, y por esta vía probar que los que quedan, resultan
insuficientes para mantenerla.

5. Imperioso es precisar que no por la circunstancia de haber el casacionista invocado


a un mismo tiempo, como fundamento del ataque, violación del debido proceso y del
derecho de defensa, el cargo se torna inestudiable, como lo sugiere la Procuradora
Delegada en su concepto. Cierto es que ontológica y jurídicamente son conceptos
distintos, y que en determinados casos su planteamiento simultáneo pueda resultar
incompatible, pero esto no significa que no puedan llegar a ser concurrentes.

La falta de motivación es un vicio que puede llegar a afectar el debido proceso, pero
también el derecho de defensa, pues la obligación que se impone a los juzgadores de
exponer los argumentos de orden fáctico y jurídico que sirven de sustento a la
decisión, y de hacerlo en forma explícita, clara y completa, deriva no solo de la
necesidad de acreditar su corrección o razonabilidad, sino también, de permitir que los
sujetos procesales puedan ejercer control sobre ella, mediante actos de contradicción
e impugnación, situación esta última que guarda relación estrecha con la garantía de
defensa. De allí que la Corte no advierta inconsistencia alguna en el planteamiento del
cargo, al ser sostenido que la falta de motivación determinó la violación del debido
proceso y del derecho de defensa.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 27/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : CASTILLO NIEVES, ARLEY
PROCESADO : VALENCIA LANDAZURY, JACOBO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio agravado, Violencia contra
empleado
oficial
PROCESO : 15402
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DEFENSA TECNICA-La inactividad ostentible del defensor genera nulidad/
DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia defensiva/ COAUTORIA-Actuan
todos con dolo consumativo/ HOMICIDIO-Agravante numeral 7 del art.324 del
C.P./ CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION

1. Constitucionalmente la defensa, material y técnica, está prevista como una garantía


imperturbable durante todo el proceso, resulta necesario evaluar lo ocurrido en dicha
materia diferenciadamente en cada una de las fases de investigación y juzgamiento,
pues la misma Carta Política prevé la distinción formal de las mismas, la delimitación
por un acto intermedio de calificación y la obligación judicial de investigar tanto lo
favorable como lo desfavorable al imputado (arts. 29, 250 y 252).

Así, la Corte ha determinado que no basta una defensa técnica nominal o figurativa, en
el sentido de que aparezca un profesional del derecho reconocido como defensor
(aunque este requisito es insustituible), sino que lo corriente es que éste haga
oposición a la pretensión punitiva del Estado mediante la presentación de pruebas, la
contradicción de las que existen en contra del sindicado y la impugnación de las
decisiones adversas, todo dentro de una concepción jurídica que aparezca como

123
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

razonable propuesta frente al ejercicio de la acusación por la Fiscalía. De modo que la


inactividad ostensible del defensor, así esté reconocido y tenga vigencia su
nombramiento, puede traducirse en una falta de defensa técnica repudiable por la vía
de la nulidad.

2. El silencio del defensor no siempre puede interpretarse abiertamente como


abandono de sus deberes, porque, en el contexto de una concreta investigación, a
veces no hacer nada puede ser la mejor manera de defender, habida cuenta que en el
proceso penal los vacíos probatorios o jurídicos sólo pueden aprovechar al imputado,
quien se halla asistido de la presunción de inocencia y dotado del in dubio pro reo.
...

Frente a este contexto probatorio en la instrucción, nutrido favorablemente por la


coartada que prepararon los sindicados y el cumplimiento por el funcionario fiscal del
principio de investigación integral, el silencio del defensor puede interpretarse más
como una estrategia defensiva que como el abandono ostensible de la labor técnica
encomendada. Aducir en abstracto que el defensor pudo solicitar una inspección
judicial al lugar de los hechos o una prueba de absorción atómica, sin demostrar una
finalidad orientada en su interés o el favor concreto y cierto que le sobrevendría a su
condición ya enrarecida por el hallazgo de las armas en el vehículo y las conclusiones
del dictamen de balística (fs. 158), sería pretender absurdamente que la mejor defensa
es la que solicita pruebas sin prever sus resultados.

Ahora bien, respecto de la falta de impugnación de decisiones como la situación


jurídica y la acusación, indudablemente adversas a los procesados, no es fácil declarar
un abandono de la misión defensiva por parte del profesional, porque se recordará que
el procesado (...) mantuvo la coartada durante toda la investigación (sólo cambió la
versión en la fase del juicio) y, de cara a las imputaciones que surgían del informe
policial, la ratificación por los agentes intervinientes y las declaraciones de los
familiares de la víctima que algo observaron de los hechos, no sería absurdo que el
defensor ex ante (en ese momento) haya proyectado una defensa que le permitiera
pasar rápidamente a la siguiente fase del juzgamiento y allí poder explotar la
presunción de inocencia y el in dubio pro reo.

Se dice lo anterior para el ámbito propio de la especificidad de la estructura del


proceso penal colombiano, que contempla una etapa instructiva que puede ser
preparatoria del juzgamiento o que agota el proceso prematuramente si no hay lugar a
la acusación, porque de todas maneras, si se avanza a la segunda fase indicada, el
silencio del defensor no puede pervivir como estrategia defensiva, pues el debate
manifiesto entre acusación y defensa, el despliegue de tesis y antítesis, el equilibrio de
las partes y la oralidad están expresamente contemplados como ingredientes de
construcción de la audiencia pública.

Claro que la idoneidad de la defensa técnica no puede medirse por los resultados, o
por hechos posteriores, sino por la razonabilidad del medio desplegado (activo u
omisivo) al momento de su realización, pues, de otra manera, siempre habría algo que
objetar a una defensa que, verbigracia, se empecinara en una preclusión o absolución
del sindicado dentro de un proceso que finalmente termina con sentencia
condenatoria. Por ello, la renuncia ulterior del defensor, después de su prolongado
silencio durante la investigación, no indica que eso era lo previsto por él y no el
propósito de enfrentar el juicio en otras condiciones, máxime que quedó constancia de
que al cierre de investigación se le llamó telefónicamente para la notificación y
entonces no expresó su deseo de renunciar al poder (fs. 185v.).

3. El juzgado concluyó en una coautoría impropia de los procesados (...) y (...), debido
a que con los dos autores materiales realizaron conjuntamente el homicidio, actuando
todos con dolo consumativo, mediante la repartición del trabajo criminal. En efecto,
conscientes de la necesidad de contar con un medio de transporte para poder cometer
el homicidio en una población retirada y después huir con posibilidades de éxito, los
dos acusados contrataron el taxi conducido por (...); recogieron y llevaron a los autores
materiales hasta el escenario del crimen; primero se bajaron ellos del vehículo e
hicieron un contacto en la heladería "Taboga", regresaron y le ordenaron a los autores
materiales que se apearan para realizar el hecho punible propuesto; estuvieron
pendientes de los resultados a corta distancia, esperaron a los ejecutores físicos y los
recibieron en el mismo automotor para facilitar la huida; intercambiaron las camisetas
en el interior del vehículo con los realizadores materiales, con el fin de disuadir a
eventuales testigos; fueron capturados en flagrancia con los autores materiales y
dentro de un carro en el que se llevaban las armas recientemente disparadas; en la
cárcel pagaron a los ejecutores físicos el precio de su trabajo criminal; y, finalmente,

124
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ilustraron al conductor del taxi sobre la forma como debía declarar para sostener una
coartada favorable a sus intereses.

De modo que los dos acusados exteriorizaron con creces el dominio del hecho, porque
tenían el control y la dirección sobre el curso de los acontecimientos, además hicieron
un aporte funcional y objetivo sin cuya presencia no se habría podido consumar el
delito. En efecto, si se hace abstracción del contrato del taxi, la movilización de los
autores materiales al escenario del crimen, el presupuesto de la huida en el mismo
vehículo y el incentivo de la paga a aquéllos, conductas atribuibles enteramente a los
procesados (...) y (...), sin imaginar otras alternativas que no corresponden a la
realidad del hecho concreto, no hay duda que el delito de homicidio no habría podido
cometerse por ausencia de conductas imprescindibles para el plan. He ahí la
relevancia del aporte de los acusados y el dominio del desarrollo causal de los hechos,
que da lugar a la coautoría y no una mera complicidad.

4. Ahora bien, esta posibilidad de contraofensiva del atacado, que por lo imaginaria la
poseería cualquier agredido aún no caracterizado como violento, no tiene el mérito de
excluir la agravante, porque de ninguna manera (objetiva ni subjetivamente) se está
actuando con justificación total o parcial, pues, el temor a la reacción no desdibuja la
conciencia de la condición inferior del atacado sino que, contrario sensu, la
potencializa en la búsqueda de logros en la empresa criminal.

Mientras la agresión pueda calificarse de antijurídica, la común previsibilidad de una


reacción de la víctima, por más que ésta pueda calificarse de peligrosa, no significa
ausencia sino presencia de conocimiento de la situación de indefensión o inferioridad
de la víctima que se propicie o se aproveche, pues, de otra manera, el derecho no se
aplicaría por las condiciones objetivas y subjetivas que se hayan probado, sino que
anticipadamente, con base en situaciones ideales, decretaría que los sujetos peligrosos
sólo pueden ser víctimas de homicidio simple y nunca cualificado por la indefensión.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 27/02/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : JIMENEZ RUA, CARLOS ALBERTO
PROCESADO : VASQUEZ TEJADA, EDISON ALEXANDER
PROCESADO : LLANO RUA, JAIME ALBERTO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 13736
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CAMBIO DE RADICACION-Naturaleza residual y extrema/ CAMBIO DE


RADICACION-Finalidad/ CAMBIO DE RADICACION-Seguridad e integridad
personal del sindicado

1. El cambio de radicación constituye una excepción a las reglas que rigen la


determinación de la competencia por el factor territorial. Dado su carácter exceptivo,
es menester acreditar que por causas de naturaleza objetiva se pueden ver afectados
"el orden público, la imparcialidad o la independencia de la administración de justicia,
las garantías procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su
integridad personal" (artículo 83 del Estatuto mencionado).

Por lo tanto, tal variación es una medida de naturaleza residual y extrema, cuya
viabilidad depende de la ausencia de mecanismos diversos capaces de neutralizar las

125
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

causas que lo generan, o cuando dichos mecanismos han sido ejercitados pero no han
sido obtenidos los resultados pretendidos; luego es imprescindible el fracaso previo de
todos los mecanismos viables, entre ellos los administrativos, para ahí sí, pretender la
variación de la competencia por el factor territorial.

2. Recuérdese que el ámbito protector del instituto no se halla constituido por criterios
de simple conveniencia o comodidad para determinada localidad o ciertas autoridades,
sino por la necesidad de asegurar el ejercicio pleno de la función pública de
administrar justicia, en cuanto atañe a librar de perturbaciones el curso del debido
proceso, la ausencia de injerencia del orden público en el trámite judicial y la
protección del vinculado al proceso.

3. El perjuicio para la seguridad del procesado a que se refiere la norma debe derivarse
del lugar donde se efectúa el juzgamiento (ciudad o región), en cuanto existan actos
identificados que permitan suponer fundadamente la existencia de un animus nocendi
en contra de su vida o integridad personal; por consiguiente, si lo que se plantea es el
riesgo que corre la persona en determinado establecimiento carcelario, es este un
asunto de competencia de las autoridades carcelarias encargadas de procurar su
custodia y seguridad, sin que sea viable pedir con base en ello el cambio de radicación,
pues no es esta la solución al problema.

Cuando la norma procesal dispone variar la radicación porque en "el territorio donde se
esté adelantando la actuación procesal, existan circunstancias que puedan afectar la
seguridad del sindicado o su integridad personal" no alude de manera alguna a
desligar o relevar a las autoridades carcelarias del cumplimiento de sus obligaciones
regladas, especialmente porque ellas cuentan con los medios idóneos y pertinentes
para conjurar la especial situación que aquí ha sido destacada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Cambio de Radicación
FECHA : 01/03/2001
DECISION : Niega el cambio de radicación solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado 1 Penal del Circuito Especializa
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : PARRA GRIMALDO, IVAN ANDRES
DELITOS : Porte de armas de uso privativo de las F.M.,
Homicidio
agravado, Tentativa de homicidio agravado
PROCESO : 17985
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Juzgado Civil del Circuito y Juzgado Penal del


Circuito de otro Distrito: Competencia Sala Penal/ IMPEDIMENTO-
Interpretación: Artículo 105 del C. P.P. / ESPECALIDAD PENAL: Supuesto
lógico

1. Se halla debidamente promovido el conflicto de competencias, en cuanto a que


tanto el Juzgado Primero Penal del Circuito de Girardot como el Juzgado Segundo Civil
del Circuito de Melgar, presentan las respectivas razones por las cuales estiman que el
hecho punible de concusión fue cometido en territorio diverso al de su correspondiente
jurisdicción. En este sentido, como se trata de una discusión en la cual intervienen dos
jueces de distintos distritos judiciales, hipotéticamente la Corte sería competente para
decidir la controversia, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 5° del artículo
68 del Código de Procedimiento Penal.

Ahora bien, a pesar de que extrañamente en la discordancia participa un juez de


circuito en lo civil, tampoco se remite a dudas la competencia de la Sala de Casación
Penal de la Corte para decidir eventualmente el conflicto, en vista de que aquél
interviene como ad hoc en materia penal, dada la competencia que se arrogó para
resolver un impedimento dentro de un proceso que no corresponde a su especialidad.

126
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

No obstante que la Corte sólo está habilitada para resolver lo atinente a la colisión
planteada, vale la pena aclarar que, en este caso concreto, la intervención discordante
de la Juez Segunda Civil de Circuito de Melgar tuvo como antecedente su heterodoxa
decisión sobre el impedimento ofrecido por la Juez Penal de Circuito de la misma
localidad y, en tal sentido, la competencia de la Corporación se extiende a todos los
antecedentes del conflicto, sustancialmente vinculados a su formación, con el fin de
declarar si fueron regulares o arbitrarios.

2. El artículo 105 invocado dispone:

"Procedimiento en caso de impedimento. En el mismo auto en que el funcionario


judicial manifieste el impedimento pasará la actuación a otro funcionario judicial que le
siga en turno o a otro del lugar más cercano, si en el sitio no hubiere más de uno de la
categoría del impedido, o todos estuvieren impedidos.

"En caso de presentarse discusión sobre el funcionario a quien corresponda continuar


el trámite de la actuación, decidirá de plano el superior de quien se declaró impedido.
Para tal efecto, el funcionario que tenga el expediente enviará el cuaderno de copias a
la autoridad que deba resolver lo pertinente".

Si se busca interpretar y aplicar directamente una norma del Código de Procedimiento


Penal, el argumento lógico sede a materia indica que sus mandatos y prescripciones
están dirigidos inmediatamente a los funcionarios judiciales de la especialidad penal,
jamás a los del área civil, laboral o contencioso-administrativo, quienes están
gobernados por los respectivos estatutos procesales, salvo los casos excepcionales de
integración o remisión que también se hacen explícitos en cada ordenamiento o en la
respectiva disposición. De modo que las referencias que el artículo hace al
"funcionario judicial que le siga en turno", o el "del lugar más cercano" o "de la
categoría del impedido", no pueden entenderse sino denotadas por la especialidad
penal.

Por otra parte, la disposición gramatical y lógica de las anteriores expresiones se hace
gradual y subsidiariamente, de tal manera que a las dos últimas sólo puede acudirse
cuando se haya explorado si hay otro funcionario judicial "que le siga en turno" al
impedido, y los turnos sólo se establecen entre funcionarios de igual categoría y
especialidad, por razón del reparto de trabajo.

Además, si el texto sólo alude a la "categoría" de funcionarios judiciales y no a la


"especialidad", no es porque haya abierto una peligrosa compuerta para que algunos
asuntos penales puedan ser conocidos por jueces de especialidad distinta (civil o
laboral), sino porque lo del ramo o especialidad penal es un supuesto lógico de la
norma, dado que se trata de una regulación estrictamente procesal penal. Igualmente,
la mención del vocablo "categoría" en el precepto, sólo tiene como fin el de que un
proceso que pasa a un lugar distinto al de comisión del hecho, por razón del
impedimento y la no existencia de otros funcionarios del mismo rango en el sitio, no
vaya a ser conocido por jueces de inferior o superior categoría al que por la naturaleza
del delito le corresponde. Así, por ejemplo, aunque el municipio de Carmen de Apicalá,
departamento del Tolima, fuera el lugar más cercano al de Melgar, por razón de un
impedimento el proceso de competencia de los jueces penales de circuito no podría
enviarse al juez penal o promiscuo municipal de la primera población, sino que sería
necesario ubicar el circuito más próximo al de Melgar, pues el impedimento o la
recusación no dan lugar a degradar la categoría del asunto.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 01/03/2001
DECISION : Decreta nulidad a partir de auto del 20-11-00,
devuelve

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

expediente
PROCEDENCIA : Juzgado Civil del Circuito
CIUDAD : Melgar - Tolima
PROCESADO : MORA PATIÑO, GABINO
PROCESADO : NOVOA BOSSA, JOSE OCTAVIO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 17996
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Resolucion de acusación/ ACTA DE


ACEPTACION DE CARGOS-Equivalencia con la resolución de acusación/
RESOLUCION DE ACUSACION/ TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO

En punto a desatar la colisión, reitera la Sala el criterio expuesto en auto del 4 de abril
de 1995, radicado 10.148, con ponencia del Magistrado Dr. Carlos E. Mejía Escobar,
según el cual:

"Si bien la competencia para conocer de un determinado delito, ya sea en su fase


instructiva o de juzgamiento, está determinada por la Constitución o por la ley para
cada categoría jurisdiccional, ésta no se puede cambiar sobre la base de valoraciones
probatorias, sino a partir de la concreción, en el pliego de cargos, de los hechos
debidamente adecuados al tipo penal respectivo con fundamento en los elementos de
juicio allegados hasta esa etapa procesal".

El numeral 2º del artículo 37B del Código de Procedimiento Penal, modificado por el
artículo 12 de la Ley 365 de 1997, equipara de manera expresa la resolución de
acusación al acta de cargos. Dice esta disposición:

"2. Equivalencia a la resolución de acusación. El acta que contiene los cargos


aceptados por el procesado en el caso del artículo 37 o el acta que contiene el acuerdo
a que se refiere el artículo 37ª, son equivalentes a la resolución de acusación".

La acusación que la Fiscalía General de la Nación le formuló al procesado (...),


aceptada por éste, consistió en haber violado "el inc. 1 del art. 33 de la Ley 30 de
1986, modificado por el art. 17 de la Ley 365 de 1997, por ELABORAR droga que
produce dependencia, el cual establece una pena de prisión de seis (6) a veinte (20)
años y multa de 100 a 50.000, siendo los CARGOS por los cuales debe responder" (fl.
568).

De esta conducta, referida a la cantidad de 169 gramos que corresponde al peso de la


sustancia hallada en el laboratorio (fl. 21), conoce el juez penal de circuito (art. 72-1-C,
modificado por el art. 10 de la Ley 81 de 1993), sin que para efectos de la
determinación de competencia interese el comportamiento reprimido por el artículo 34
de la Ley 30 de 1986, por cuanto no fue objeto de reproche.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 01/03/2001

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Declara la competencia del Juzgado 2 P.C. de


Santander
de Quilichao
PROCEDENCIA : Juzgado P:c.E.
CIUDAD : Popayán
PROCESADO : GONZALEZ PLAZA, JAVIER
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 17873
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Porte ilegal de armas de uso privativo de las


fuerzas armadas/ CONTROL DE LEGALIDAD-Objeto y finalidad/ MEDIDA DE
ASEGURAMIENTO

1. Establece el artículo 414 A del Código de Procedimiento Penal (adicionado por el


artículo 54 de La ley 81 de 1993) que "Las medidas de aseguramiento proferidas por la
Fiscalía General de la Nación o por sus agentes, una vez que se encuentren
ejecutoriadas, podrán ser revisadas en su legalidad por el correspondiente juez de
conocimiento…".

De acuerdo con la calificación jurídica provisional impartida por la fiscalía instructora


en su proveído del 22 de diciembre de 1999 y que adquirió ejecutoria formal en enero
del 2000 (C. 1,fol.102), el porte de las armas incautadas a los procesados se enmarca
en la descripción comportamental contenida en el artículo 202 del Código Penal
(modificado por el artículo 2º. del decreto 3664 de 1986), en concordancia con el
artículo 8, literales a, y, j, del decreto 2535 de 1993, que trata del delito de "fabricación
y tráfico de armas de fuego y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas", en
razón de que a una de las pistolas halladas en poder de los imputados se le había
adaptado un silenciador.

Conforme lo dispone el artículo 71-5 del Código de Procedimiento Penal, el


conocimiento del ilícito referido le corresponde, en primera instancia, a los jueces
penales del circuito especializado.

2. Como lo ha señalado la jurisprudencia de la Corte Constitucional y la de esta Sala,


este mecanismo de control no constituye una tercera instancia ni un recurso adicional
en el que se pueda controvertir la valoración probatoria efectuada por el funcionario
instructor al deducir los requisitos sustanciales exigidos en el art. 388 del C. de P.P.
para proferir medida de aseguramiento, como equivocadamente lo entendió la Juez
Penal del Circuito Especializado al cuestionar la forma como el fiscal instructor apreció
los dictámenes periciales.

El objeto de este instrumento de control es específico y lo constituye la medida de


aseguramiento, cuya legalidad se deduce genéricamente de la garantía universal del
debido proceso, consagrada en el art. 29 de la Constitución Nacional. El juzgador
deberá constatar si tal decisión ha sido adoptada por un hecho que revista carácter
delictivo, si la profirió el "juez natural" o funcionario competente, si la decisión respeta
las formas propias del juicio, el derecho de defensa, y la legalidad de la prueba. Su
finalidad apunta a: a) la nulidad de la medida, cuando ésta haya sido adoptada con
violación del debido proceso o del derecho de defensa, o haya sido proferida por el
funcionario incompetente; b) la sustitución de la medida, cuando la selección de la
misma no corresponda al tipo penal por el que se procede, a la forma de participación
del agente, o en el caso concreto de la detención preventiva, a las hipótesis
legalmente previstas para su aplicación en los numerales 4, 5, 6 y 7 del art. 397 del
Código de Procedimiento Penal; c) la libertad del procesado, si como consecuencia de
las variantes anteriores deviene aplicable la previsión normativa de su excarcelación
(Cfr., por ejemplo, Corte constitucional, C-395, del 8 de septiembre de 1994, M.P. Dr.
Carlos Gaviria Díaz; C.S.J., Sentencia del 28 de agosto de 1996, M.P. Dr. Fernando
Arboleda Ripoll).

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 01/03/2001
DECISION : Dirime otorgando competencia al Juzgado 2º
P.C.E. de
Villavicencio
PROCEDENCIA : Juzgado 2 Penal del Circuito
CIUDAD : Villavicencio
PROCESADO : GIRALDO LOPEZ, JOSE ALBERTO
DELITOS : Porte de armas de uso privativo de las F.M.,
Cohecho por
dar u ofrecer
PROCESO : 17962
PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Juez: Tribunal debe estudiar la solicitud antes de


remitirla a la Corte/ CAMBIO DE RADICACION-Seguridad del funcionario

1. Entra la Sala a decir lo que corresponda, pese a que según los criterios adoptados
para resolver casos como este, (Auto del 4 de mayo de 1999, M.P. Dr. Carlos Eduardo
Mejía Escobar) debió el Tribunal al que iba dirigida la solicitud, estudiarla
primeramente para determinar si se daban o no las causas de la excepcional medida y
en caso cierto verificar si se podía conjurar el problema dentro del mismo distrito.

Y así se procede porque son de veras especiales las circunstancias que rodean este
asunto. En efecto, quien formula la solicitud que ahora se resuelve, desempeña el
cargo de Juez Penal del Circuito Especializado y acontece que todos los juzgados
homólogos están situados en la misma ciudad e incluso en la misma edificación.

Entonces, resultaba verdaderamente inútil que el Tribunal hubiese entrado a


considerar la posibilidad esbozada precedentemente, llanamente porque el cambio de
radicación entraña un sentido territorial y entonces la pretendida solución reultaba de
imposible logro dentro de los límites del Tribunal Superior de Bogotá.

Es decir que nada se hubiera ganado si, a partir de la comprobación de alguna o varias
de las causas de cambio de radicación, se hubiera resuelto que se le quite el
conocimiento a la juez mencioanda, para asignarlo a cualqueire de sus pares o vecinos.

2. Es ciertamente lamentable que las condiciones de seguridad, especialmetne la de


ciertos servidores públicos, se hayan deteriorado tanto y es un elemental derecho de
estos que reclaman del Estado a cuyo servicio están, las mínimas garantías para poder
ejercer cabalmente su misión.

Pero esto no quiere decir que la existencia de tales riesgos, implique inexorablemente
la medida extrema y residual que se está buscando. Si así fuese, no habría forma de
administrar justicia, habida cuenta de que es evidente que la judicatura, casi en su
totalidad, afronta algún nivel de peligro, que quien a ella pertenece acepta desde el
momento de la asunción de sus funciones.

En consecuencia, para que pueda prosperar la pretensión de la solicitante , se requiere


no solo demostrar la existencia de una perturbación, sino también que ella sea de tal
magnitud que afecte el orden público, la imparcialidad o independencia de la
administración de justicia, las garantías procesales, la publicidad del juzgamiento, la
seguridad del sindicado o su integridad personal. Y ello de modo alguno ha ocurrido en
el presente caso.

130
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Cambio de Radicación
FECHA : 05/03/2001
DECISION : Niega el cambio solicitado, oficia al C.S.J. para
solicitar
protección
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P.C.E.
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : MARTINEZ, ISRAEL Y OTROS
JUEZ : GONZALEZ ROMERO, LETER M.
DELITOS : Secuestro extorsivo
PROCESO : 17918
PUBLICADA : Si

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ACCION DE REVISION-Causal segunda/ PRESCRIPCION-Delitos:


instantáneos, permanentes y las tentativas/ FRAUDE PROCESAL-No requiere
de querella/ ACCION DE REVISION-Causal primera/ ACCION DE REVISION-
Causal tercera/ ACCION DE REVISION-Causal cuarta/ COSA JUZGADA

1. El numeral 1º del artículo 240 del estatuto procesal establece que cuando la Corte
encuentre fundada la causal segunda de revisión, porque la acción penal no podía
iniciarse o proseguirse por prescripción de la acción penal, o por cualquier otra causal
de extinción de la acción penal, debe declarar sin valor la sentencia atacada, y dictar la
providencia correspondiente, es decir declarar la cesación de todo procedimiento, en
los términos del artículo 36 ejusdem.

No se contempla la posibilidad de que el accionante pueda renunciar a la prescripción


reconocida por la vía de la acción de revisión, ni mucho menos que la Corte pueda
prescindir de declarar la cesación de procedimiento que ella comporta de llegar a
encontrar demostrada la causal, para ordenar, en su lugar, un juicio rescisorio que le
brinde al procesado la posibilidad de demostrar su inocencia en los hechos, que es lo
que se busca cuando se renuncia a la declaración del fenómeno prescriptivo.

Una tal pretensión, además de ilegal, resulta racionalmente inaceptable, por


inconsecuente, en cuanto implicaría en la práctica tener que repetir una actuación
procesal que el accionante considera ilegal por haberse producido encontrándose la
acción prescrita, y ofrecerle al sentenciado una oportunidad que ya le fue concedida en
las instancias: demostrar su inocencia en un fallo de mérito.

2. El artículo 83 del Código Penal, al precisar el momento a partir del cual debe
empezar a contarse el término de prescripción, dispone que en los delitos instantáneos
debe hacerse desde el día de su consumación, y en los de carácter permanente y las
tentativas, desde la perpetración del último acto.

En relación con el delito de fraude procesal, la Corte ha sido reiterativa en sostener


que cuando la actividad fraudulenta se proyecta en el tiempo, hasta que se produzca
la decisión contraria a la ley, o se ejecute, el delito se mantiene en su fase de
ejecución, ya que durante todo ese iter se está realizando el tipo penal, y afectando el
bien jurídico tutelado, siendo, por consiguiente, a partir del momento en el cual se
logra el objetivo ilícito propuesto, o cesa la inducción en error, que debe empezar a
contarse el término prescriptivo (Cfr. Casación de 17 de agosto de 1995, Magistrado
Ponente Dr. Fernando Arboleda Ripoll, entre otras).

3. Las argumentaciones del accionante, en el sentido de que hasta antes de la entrada


en vigencia de la ley 55 de 1984 era necesario querella de parte para el ejercicio de la
acción penal por el delito de fraude procesal, son equivocadas. Dicho ilícito, como lo

131
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

afirmaron los juzgadores de instancia en las sentencias objeto de la acción de revisión,


ha sido, y sigue siendo perseguible de oficio.

Cierto es que el artículo 183 del Código Penal, en su inciso segundo (Derogado por el
artículo 1º, inciso 2º, numeral 1º de la ley 23 de 1991), exigía expresamente querella
de parte para la iniciación de la acción penal, pero esta disposición estaba referida a la
conducta descrita en dicho precepto, es decir, al de ejercicio arbitrario de las propias
razones, no al delito de fraude procesal, tipificado en el artículo 182 ejusdem. En esta
norma, ni en los estatutos que han regulado la materia desde entonces (artículos 321
del Decreto 409 de 1971, 4º de la ley 55 de 1984, 25 del Decreto 050/87, 33 del
Decreto 2700/91, 2º de la ley 81 de 1993), se exige, o ha sido exigida querella de parte
para la iniciación de la acción penal por el delito de fraude procesal.

4. Este motivo de revisión se presenta cuando el juzgador ha condenado o impuesto


medida de seguridad a un número mayor de personas de las que materialmente
pudieron haber tomado parte en la ejecución del hecho punible, tenidas en cuenta la
naturaleza de éste, sus características, y la verdad fáctica acreditada en el proceso. De
allí que la propuesta de ataque deba estar encaminada a demostrar que entre los
hechos acreditados en el proceso (verdad formal), y los declarados probados por los
juzgadores en las sentencias (verdad declarada) se presenta una discrepancia en
torno al número de personas que tomaron parte en la realización de la conducta típica,
y que esta disconformidad de carácter cuantitativo condujo a la condenación de por lo
menos un inocente.

Esta causal, ha sido dicho por la Corte, no se refiere a los casos en los cuales el actor, a
partir de una particular valoración de las normas y de los hechos, considera, en
contraposición a lo resuelto en el fallo objeto de acción, que el sentenciado no es
coautor o partícipe de una determinada conducta ilícita, puesto que esta controversia
resulta ser propia de las instancias, o la casación, no de la revisión, en cuya sede no
adviene viable retomar controversias probatorias o jurídicas ya definidas.

5. Presupuesto necesario para que esta causal de revisión pueda llegar a


estructurarse, es que el hecho nuevo o la prueba nueva no conocida en el tiempo de
los debates, que se plantea o aduce para intentar la rescisión de la sentencia, tenga la
virtualidad de establecer la inimputabilidad o inocencia del condenado. Esto impone al
accionante el deber de demostrar que la prueba ex novo derruye las conclusiones
probatorias de la sentencia, y que de haber sido conocida oportunamente, habría
conducido a una decisión de carácter absolutorio, o la declaración de inimputabilidad
del procesado.

6. En criterio del actor, el fallo habría sido determinado por un hecho delictivo del
funcionario instructor, situación que, como es sabido, constituye una causal autónoma
de revisión que presupone para su demostración la existencia de una decisión judicial
donde haya sido declarado, con carácter definitivo, la configuración del hecho
delictuoso. Dicho de otra manera, el actor busca que la Corte, al margen de los
motivos de revisión alegados, abra paso, motu proprio, a la posibilidad de
demostración de otra causal, pretensión que resulta inadmisible, por contrariar el
principio de intangibilidad la cosa juzgada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Acción de Revisión
FECHA : 06/03/2001
DECISION : Declara infundadas las causales de revisión
invocadas
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ARCILA GUTIERREZ, VICTOR JULIO
PROCESADO : AREVALO FERRUCHO, JOSE MELITON
DELITOS : Estafa, Fraude procesal
PROCESO : 10685
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Principio de prioridad/ NOTIFICACION-Cierre de investigación/


RESOLUCION DE ACUSACION-Notificación/ CIERRE DE INVESTIGACION/
DEFENSA TECNICA/ TRANSITO DE LEGISLACION/ NOTIFICACION
PERSONAL

1. Rigiéndose el análisis de los cargos que se formulan a través de la casación por el


principio de prioridad, según el cual, sin consideración al orden en que éstos fuesen
presentados, su examen debe someterse a una secuencia acorde con la lógica de la
impugnación, vinculada a los efectos procesales que el éxito de alguno de ellos pueda
generar, en tanto la consecuencia correctora o invalidante del extraordinario medio
eventualmente retrotrae la actuación a diversas etapas, impónese, por aplicación del
mismo, abordar, en primer término, el estudio de la censura que la demandante funda
en la causal tercera del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal.

2. Tal como lo relieva el Ministerio Público, la censura se fundamenta en la conveniente


interpretación de la legislación que para la fecha de la demanda casacional regía y aún
se halla vigente, sin consideración alguna por el tránsito legislativo que entonces se
dio y sin el menor análisis de la normatividad existente para el momento en que se
produjeron los actos cuestionados.

En efecto, cerrada la investigación en agosto 6 de 1.993 y calificado su mérito en el


siguiente primero de septiembre, es incuestionable que para entonces, sin que aún
entrase a regir la Ley 81 de dicha anualidad, lo que sólo vino a suceder en noviembre
2, resultaba obligatorio, como ahora, que la notificación de las decisiones al sindicado
privado de libertad y al Ministerio Público se hicieren de forma personal. A los demás
sujetos procesales y al procesado en libertad la notificación de las providencias se
surtía a través de estado, de conformidad con el ordenamiento procesal civil, "cuando
no se hubiere podido hacer notificación personal, habiéndose intentado".

Ninguna excepción a tal regla general comportaba la notificación del auto de clausura
o la de la resolución acusatoria, pues respecto a aquella el artículo 438 del Decreto
2.700 de 1.991 nada estableció, mientras que en relación con ésta el artículo 440 del
mismo dispuso la notificación personal, pero sólo "cuando sea posible".

Por tanto, si el procesado no se hallaba privado de su libertad, no existía obligación


legal de enterarlo personalmente del cierre instructivo, bastaba simplemente, en
términos del artículo 190 del mencionado decreto, haberla intentado; del mismo modo
tampoco la había frente a la acusación, pues ello se hacía sólo cuando fuere posible.
Luego, si la notificación personal se había intentado, sin lograrse, o no era posible
efectuarse la del pliego de cargos, lo viable, lo legal y procedente era la notificación
por medio de estado.

Tal situación varió sustancial e indudablemente con el advenimiento de la Ley 81 de


1.993 pues ciertamente, mientras su artículo 25 estableció que "cuando no fuere
posible la notificación personal a los sujetos procesales diferentes a los mencionados
en el artículo 188 de este código, se hará la notificación por estado que se fijará tres
días después, contados a partir de la fecha en que se haya realizado la diligencia de
citación mediante telegrama dirigido a la dirección que aparezca registrada en el
expediente", el 56 dispuso que el cierre de investigación se efectuaría "mediante
providencia de sustanciación que se notificará personalmente" y el 59, regulando la
notificación de la resolución de acusación, que "si el procesado estuviere en libertad,
se citará por el medio más eficaz a su última dirección conocida en el proceso.
Transcurridos ocho (8) días desde la fecha de la comunicación sin que compareciere, la
notificación se hará personalmente al defensor y con éste continuará el proceso".

3. Como en este asunto los actos cuestionados a través de la casación se produjeron


en época en que aún no había entrado a regir la Ley 81 de 1.993, mal puede
pretenderse la extensión retroactiva de sus efectos a una situación que
incuestionablemente se sujeto y consolidó bajo la regulación que entonces se hallaba
en vigencia, de modo que la notificación por estado que se surtió tanto del proveído
que clausuró la instrucción como de aquél que acusó al sindicado, siendo legal, a la
vez que permitió la ejecutoria de éste y por ende que el funcionario, en términos del
artículo 444 del Código de Procedimiento Penal adquiriera competencia para juzgar,
implicó el debido respeto por las garantías del debido proceso y de la defensa.

Así, vinculado el sindicado como persona ausente, aunque se logró su identificación, no


se aportó al proceso ningún dato que permitiera determinar su ubicación, vacío que
igualmente se extendió al defensor que el mismo designara, de modo que no obraba

133
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

en el expediente el supuesto necesario que permitiera intentar o hacer, en lo posible,


la notificación personal tanto del cierre de instrucción como del calificatorio, luego lo
procedente, como así en efecto y legalmente sucedió, era acudir a la notificación a
través de estado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cúcuta
RECURRENTE : AMAYA ALVAREZ, FABIO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10982
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Inactividad contenciosa como estrategia defensiva/


INVESTIGACION PREVIA-Validez de las pruebas practicadas/ CASACION
OFICIOSA-Presupone una demanda en forma/ MINISTERIO PUBLICO-Limites
del concepto en casación/ CASACION/ NULIDAD

1. Como se percibe con facilidad, (…) sí contó con defensa, tanto desde el punto de
vista formal como desde el material. Otra cosa es que ahora el nuevo apoderado
reproche que no hubiera hecho otras cosas, por ejemplo solicitar la práctica de
pruebas, reprobación que no conduce a la declaración de inasistencia o de abandono
de la defensa técnica pues la Corte no puede llegar al extremo de, a posteriori, decir
cómo debería haber actuado un defensor. Lo indiscutible es, sin duda, que el
procesado contó con una asistencia atenta al decurso procesal.

Sobre lo anterior es oportuno recordar que de acuerdo con abundante jurisprudencia*


de la Sala, la simple pasividad del defensor no es suficiente para concluir que se ha
quebrantado el derecho de defensa, pues ese "no hacer", acompañado del
seguimiento cuidadoso de la actuación, puede obedecer a la estrategia escogida por el
defensor quien, tras aparentemente tolerar el recaudo de las pruebas, consentir
algunas providencias y permitir el transcurso del tiempo, persigue beneficios
procesales para el sindicado.

Agréguese, de otra parte, que para demostrar la ausencia o abandono de la defensa


técnica, no es válida la mera confrontación personal de criterios jurídicos sin la
comprobación de la absoluta desidia del encargo profesional; y que, para pregonar tal
desconocimiento del derecho, es imprescindible mostrar con evidencias la causación
de perjuicios al procesado, tarea incumplida por el casacionista.

2. De acuerdo con nuestro sistema procesal penal, las pruebas practicadas en esa fase
tienen validez siempre que en su desarrollo se haya cumplido con las exigencias
legales, requisito que da soporte a otra característica y es la de que no es menester
ratificarlas y ampliarlas bien en la instrucción, bien durante el juicio. A partir de allí,
esas pruebas quedan sometidas a la sana crítica del funcionario judicial y, desde luego,
a los análisis que de ellas puedan hacer los sujetos procesales.

134
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Consecuencia de lo anterior es que tanto en fase instructiva como en etapa de


juzgamiento, la defensa pueda mostrar su interés en repetir, ampliar y, naturalmente,
en controvertir las pruebas realizadas en las preliminares, facultad que para ser
materializada requiere de provocación por la "parte", es decir, que quien tenga interés
lo solicite al funcionario judicial.

3. A la solicitud del Ministerio Público no puede acceder la Corte pues que la


declaración oficiosa de nulidad y la casación por quebrantamiento ostensible de las
garantías fundamentales tienen como presupuesto indiscutible la formulación y el
examen de una demanda, como emana del contenido del artículo 228 del C. de. P. P.,
toda vez que el "pero" que sigue al principio de limitación establecido en la norma
restringe al contenido del libelo pues significa "sin embargo", "con todo", "no
obstante", voces que tienen como punto de partida una demanda, demanda que no
existe pues la Corte ya ha-bía dicho, desde el 9 de mayo de 1997 que el recurso se
circunscribía a (...). Y es raro que se conceptúe sobre una demanda jurídi-camente
inexistente.

4. En torno a la participación del Ministerio Público en el trámite de casación, la Sala ha


dicho:

"En lo que tiene que ver con la solicitud oficiosa que curiosa e inusitadamente eleva el
delegado, a partir de una serie de postulados teóricos que no logra dinamizar frente al
proceso, y previa la aclaración que como el demandante no desarrolló correctamente
la censura, hará lo propio para, por la vía de la oficiosidad, deprecar de la Corte la
nulidad de lo actuado, desbordando en forma, por demás, reprochable la función que
le compete llevar a cabo al Ministerio Público al rendir el concepto a que se refiere el
artículo 226 del Código de Procedimiento Penal, huelga precisar, como ya lo ha
sostenido en reiteradas oportunidades la Sala, que debe contraerse en primer lugar al
estudio de la demanda y solo en relación a los cargos y en los términos en ella
propuesta, pues este sujeto procesal, igual está obligado a respetar el principio de
limitación que rige el recurso de casación, y por lo mismo, no puede pretextar el deber-
facultad a que se contrae el artículo 228 ibídem, para subsanar las deficiencias
técnicas y argumentativas del casacionista, y que se evidencia la existencia de alguna
nulidad, ello puede hacerlo una vez respondida la demanda, pero nunca valiéndose de
los argumentos del casacionista que propuestos por otra vía lo lleve a encuadrarlos de
tal manera que corrigiéndolos posibiliten la petición de invalidez..." (Casación del 15 de
octubre de 1999, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, Radicación No. 11220)
(cursivas de la Sala, ahora).

La Sala también ha dicho que la demanda de casación es un presupuesto insuperable


para la procedencia de la actuación oficiosa de la Corte en casación. Por ejemplo, en
auto del 25 de octubre de 1999 plasmó el punto con estas palabras:

"El artículo 228 del ordenamiento procesal penal sí dispone que, en tratándose de la
causal de nulidad, la Corte deberá declararla de oficio; pero no puede perderse de
vista que tal precepto supone que el recurso ha sido admitido por la existencia de una
demanda en forma. Es decir, como la demanda formalmente estructurada abre el
debate propio de la impugnación extraordinaria, es posible que la Corte en la decisión
declare una nulidad procesal no pedida por el recurrente, así haya sido otro el motivo
de casación elaborado por éste" (M. P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego, Radica-ción No.
14375) (resalta la Sala).

En decisión del 25 de febrero del mismo año, la Corte expresó que el Ministerio Público
podía solicitar la declaración oficiosa de nulidad con base en el artículo 228 del C. de.
P. P., pero explicó que no le era "...permitido complementar o enmendar el libelo objeto
del concepto, ni formular sus propios cargos, pues se estaría atribuyendo la calidad de
impugnante de la que carece y desnaturalizando la razón del ser del traslado" (M. P. Dr.
Jorge E. Córdoba Poveda, Radicación No. 11253).

Como se desprende de la reseña jurisprudencial anterior, al Ministerio Público le asiste


la posibilidad de pedir nulidades para que sean decretadas de oficio, siempre sobre la
base de la existencia de una demanda. Mientras tanto, si dentro de este proceso no
existe demanda legalmente hablando y el Procurador Delegado se sustentó en las
palabras de un casacionista que sin derecho a ello incorporó a su escrito referencias
casacionales a un procesado que no había recurrido en casación, surge nítido que, con
mayor razón, le era imposible al Colaborador ocuparse de la situación jurídica de (...).
_____________________

135
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

* Por ejemplo, sentencia de octubre 19 de 1999, Magistrado ponente doctor Edgar Lombana
Trujillo. Sentencia de agosto 29 de 1999. Magistrado ponente doctor Fernando Arboleda Ripoll.
Sentencia de marzo 23 de 1999. Magistrado ponente, doctor Fernando Arboleda Ripoll, entre
otras.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 08/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : MUÑOZ MOLINA, EDUVIN, o,
PROCESADO : MUÑOZ MOLINA, EDWIN ANDRES
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio
PROCESO : 13121
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad/ ERROR DE DERECHO-Falso
juicio de convicción/ COAUTORIA-Jefe de inteligencia: No es necesario que
particpe en la ejecución de la conducta/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/
FALSO JUICIO DE CONVICCION

1. Efectivamente, como lo recuerda el demandante, un ataque casacional por la vía del


error de hecho por falso juicio de identidad exige la objetiva distorsión del contenido
material de la prueba en el fallo objeto de la censura, es decir, en términos
pedagógicos, que éste concurre en aquellos eventos en los cuales el juzgador "hace
decir a la prueba lo que esta no dice", siempre y cuando, desde luego, que tal
trastrueque probatorio incida de manera tan sustantiva en la decisión sentenciadora
que aún teniendo en cuenta el resto de prueba que junto con ella ha servido de
sustento a la decisión atacada, el fallo debe declinar.

Sin embargo, como igualmente lo precisa el Procurador Delegado, la distorsión


probatoria exigida por esta modalidad de violación de la ley sustancial no puede
confundirse con el falso juicio de convicción propio del error de derecho, ya que aquí
no se trata de un problema de valoración probatoria, del grado de credibilidad que se
le pueda dar a un determinado medio de convicción, sino del desconocimiento del
objeto de apreciación, pues al cambiar su contenido material, necesariamente la que
se procede a valorar es otra, su supuesto fáctico no es el que vierte de la prueba
legalmente aducida al proceso, sino el que arbitrariamente ha creado el propio
sentenciador.

Así, y si bien es cierto, que en punto a dinamizar la didáctica casacional, la doctrina y


la academia usualmente recurren a ejemplificar esta clase de error de hecho con base
en afirmaciones o negaciones, generalmente testimoniales, que resultarían
distorsionadas al convertir aquéllas en una negativa o éstas en una afirmación, es
igualmente lo cierto, que la distorsión de un determinado medio de prueba no puede
quedar limitada a una respuesta descontextualizada de la integridad de lo declarado ni
la universidad fáctica objeto de la exposición ni de la integridad de la prueba
demostrativa de los hechos objeto de la investigación. Es que la problemática no está,
ni puede así entenderse, como la confrontación literal por la confrontación literal de la
prueba, ya que si bien pueden presentarse casos en que la distorsión fáctica quede así
limitada, pueden existir otros en que el ésta emerja de la integridad del medio
probatorio.

Pero, sea una u otra hipótesis la que pueda concurrir en un determinado caso,
imperativo es igualmente tener presente, que una cosa es la distorsión del contenido
material de la prueba y otra, muy distinta, la relievancia o implicación que tenga esa
prueba, en su exacto supuesto fáctico, frente a los institutos jurídicos fundamentales
que con base normativa se infiera en el proceso hermeneútico a que está sometido,
esto es, que no puede confundirse el análisis de la prueba en toda su amplitud, con la
repercusión que la misma pueda tener frente a la conceptualización dogmática que en

136
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

punto de establecer el sentido de la ley sustancial penal hayan elaborado sus


intérpretes.

2.Es cierto que el testigo en mención, en el cual está sustentado el fallo condenatorio,
al referirse al ahora recurrente, afirmó que "se desempeñaba como jefe de
inteligencia, alias cinco, participó en lo de Pueblo Bello, ayudó en el secuestro, no en la
ejecución, al menos no me consta, yo lo conocí como Hernán Villamil Ogaza" y que
-como se dijo- era a quien le correspondió individualizar a las personas simpatizantes o
relacionadas con los grupos guerrilleros, pero igualmente corresponde a lo afirmado
por este declarante, que los delictivos hechos objeto de su delación, entre los que se
cuenta la toma de Puerto Bello, no fueron ejecutados por individuos que actuaran en
forma separada, sino, por el contrario, que actuaron como miembros de un grupo
paramilitar debidamente jerarquizado, con un jefe, con específicas finalidades y con
planes previa y debidamente preestablecidos, en el que para su ejecución las
actividades a desarrollar se encontraban debidamente asignadas a cada uno de ellos,
sin que esta división de trabajo signifique que jurídicamente pueda discendirse frente
al resultado obtenido con las acciones individualmente cumplidas, pues trátase de una
real unidad delictiva en la que cada uno de los integrantes de la organización intervino
en lo necesario para lograr el fin común propuesto, admitiendo como suyas no
exclusivamente las acciones previamente planeadas sino, igualmente, las que dentro
de la complejidad del objetivo propuesto debían ejecutarse, ya porque así estuviese
previsto o porque en su desarrollo a ello había que recurrir para asegurar el objetivo
propuesto.
....

En efecto, como ya es sabido, el referido testigo Escobar Mejía refiriendo a OGAZZA


PANTOJA, en punto de la toma de Pueblo Bello, afirmó que éste había actuado como
jefe de inteligencia estableciendo los nombres de las personas que tenían algún
vínculo o simpatía con la guerrilla, pero desconocía este individuo había participado en
su ejecución. A esta manifestación testifical el Tribunal le dio credibilidad,
compendiándola en todo su contexto, esto es, no valorando frases sueltas de la
exposición, distantes del ámbito y circunstancias en que sucedieron los hechos, su
ámbito de acción, teniendo en cuenta, como en efecto fue corroborado, que no era
fruto de la fantasía sino que lo narrado correspondía a las propias vivencias del testigo,
como miembro que había sido del grupo paramilitar comandado por Castaño Gil, lo
cual precisamente le permitió explicar la estructura jerárquica de la organización, los
nombres de varios de sus mandos, los hechos delictivos realizados, las circunstancias
de tiempo, modo y lugar en que se habían desenvuelto estas acciones, hasta llegar a
precisar el sitio donde habían enterrado a algunas de las víctimas secuestras en la
toma de Pueblo Bello, conforme lo corroboraron las autoridades respectivas.

Entonces, es bajo este contexto que el ad quem procedió a valorar las afirmaciones de
Escobar Mejía en relación con la sindicación que le hizo a (...), apreciando en su plena
extensión su contenido, sin desconocerlo sino ubicándolo y dimensionándolo dentro del
complejo fáctico reseñado por el mismo testigo, esto es, bajo el entendimiento de que
se trataba de un organización criminal, la cual entre sus diversas actividades planeó
debidamente la toma a Pueblo Bello con un fin determinado, como fue la de darle
muerte a todas aquellas personas que creyeran estaban vinculadas con la guerrilla, y
es dentro de ese específico objetivo que el delator señaló a (...) como "el jefe de
inteligencia", a quien le correspondió establecer quiénes eran esos pobladores,
procediéndose, seguidamente, a aprehender a esas personas, secuestrarlas,
amordazarlas, llevarlas hasta las orillas del río Sinú a uno de las propiedades de su jefe
Castaño, torturarlas, darles muerte y posteriormente sepultarlas en ocultos sitios para
que no fueran descubiertos sus cuerpos y por ende, dejar todo en la impunidad.

Así, el hecho de que hubiese sido "patecumbia" quien materializó el hecho de


aprehender a las personas previamente señaladas por (...), en nada elimina su
participación en el plan delictivo, en el que la "labor de inteligencia" fue, sin lugar a
dudas, la tarea inicial básica, clave, para su ejecución, como que sin ella su
materialización no se hubiese podido adelantar, ya que de no saberse cuáles eran las
personas a que iban a matar, es apenas obvio, que el plan delictivo carecía de objeto, o
si se quiere, la conducta ideada no podía ni siquiera llegar a la etapa de la preparación,
menos a la ejecución y desde luego, a su consumación, en últimas, perdía la
posibilidad de ser exteriorizada.

De esta magnitud fue la intervención de (...) en la realización de los hechos de Pueblo


Bello, así la entendió el Tribunal, lejos de una simple ayuda en términos de un
cómplice, sino como un coautor en el que por la clara división de trabajo incuestionable
frente a la función que le fue asignada; de ahí que extraño resulte cuestionar la

137
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

apreciación probatoria que hizo el ad quem de este testimonio de cargo atribuyéndole


un presunta distorsión en contenido material, pues nada tiene que ver con el hecho de
que (...) no haya estado presente en la toma ni que Mejía Escobar lo excluya como
"ejecutor" para que no le sea imputable ese grado de participación criminal. Muy por el
contrario, con pleno respeto a ella, es que el ad quem la valoró, sin que pueda
confundirse su contenido fáctico con la relievancia jurídica que en punto de la
interpretación de las normas sustantivas del ordenamiento penal le corresponda. Que
era el jefe de inteligencia del grupo paramilitar, en ningún momento se ha
desconocido, como tampoco que en cumplimiento de esa función fue quien determinó
cuáles de los habitantes de Pueblo Bello eran los que debían aprehender en el
operativo; cosa distinta es que para el demandante esta actividad delictiva carezca de
trascendencia frente a la autoría, en la medida en que el concepto que predica como
único en el derecho penal, es el de la autoría material aún para aquellos eventos, como
el presente, en que los sujetos activos intervinientes en el proceso delictual sean
múltiples y bajo un plan previamente fijado se distribuyan las tareas para cumplir con
el fin propuesto.

Ha confundido, entonces el demandante, la problemática de la valoración de la prueba


no únicamente en cuanto a los límites en que puede ser atacada frente a las diversas
posibilidades fácticas para hacerlo en casación, sino hasta su independencia con los
motivos que amparan la violación directa de la ley en cuanto a los reproches que
recaigan sobre la aplicación de las normas sustanciales reguladoras de la autoría y la
complicidad, aparentando una presunta distorsión probatoria, cuando en verdad todo
tiende, contradictoriamente, es a avanzar hacia el falso juicio de convicción vedado en
casación respecto de los medios de prueba no tarifados, como es el caso de la prueba
testimonial, cuando en el fondo de lo que en verdad se trata es de discrepar sobre con
el contenido y alcance dado por el Tribunal al instituto de la coautoría a la hora de
interpretar el artículo 23 del Código Penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : CASTAÑO GIL, FIDEL ANTONIO
PROCESADO : ESCOBAR MEJIA, ROGELIO DE JESUS
PROCESADO : ALVAREZ PORRAS, MARIO ALBERTO
PROCESADO : ALVAREZ PORRAS, FRANCISCO JAVIER
PROCESADO : HENAO CANO, ELKIN
PROCESADO : NARVAEZ ALARCON, HECTOR DE JESUS
PROCESADO : GIL ZAPATA, LUIS ANGEL
PROCESADO : TARQUINO MORALES, RAFAEL
PROCESADO : TOBON ZEA, ELKIN DE JESUS
PROCESADO : OSPINA CIFUENTES, MANUEL SALVADOR
PROCESADO : HENAO GIL, JHON DARIO
PROCESADO : OGAZA PANTOJA, PEDRO HERNAN
DELITOS : Homicidio, Secuestro, Incendio, Infracción al
D.1194/89,
Utilización ilegal de uniformes de uso priv.
PROCESO : 14851
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Técnica

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Uno de los requisitos que debe cumplir toda demanda de casación, al tenor del
numeral 3º del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal, es el de contener "la
enunciación de la causal y la formulación del cargo indicando en forma clara y precisa
sus fundamentos y las normas que el demandante estime infringidas", plural exigencia
que le impone al impugnante la obligación no sólo de seleccionar adecuadamente la
perspectiva desde la cual enfocará la censura de la sentencia sino también el error o
errores trascendentes cometidos por el fallador y la demostración de la incidencia de
éstos en el sentido de la decisión, así como la indicación de las disposiciones que se
reputan quebrantadas.

Escoger la causal implica especificar, de las varias posibilidades que eventualmente


encuentren acomodo en la genérica fórmula legal, cuál es la alternativa que se adecua
con mayor exactitud al reproche que se le ha de formular al fallo. No basta, en
consecuencia, afirmar que éste es violatorio de una norma de derecho sustancial
(num. 1º del art. 220 C.P.P.), sino que es indispensable concretar si el desconocimiento
se produce de manera directa o indirecta.

Cuando se alega lo primero, el demandante debe abstenerse de cuestionar la


valoración probatoria hecha por el Ad quem y centrar su censura en la afirmación y
demostración del error por falta de aplica-ción, por aplicación indebida o por
interpretación errónea en que se in-currió en la sentencia.

Y si se trata de lo segundo, debe indicar y probar que "la violación de la norma


sustancial proviene de un error de hecho o de derecho en la apreciación de
determinada prueba", derivado en el primer caso de un falso juicio de existencia, de un
falso juicio de identidad o de un error de raciocinio y, en el otro, de un falso juicio de
legalidad o de convicción.

De todas formas, como en la casación el objeto de reproche lo constituye la sentencia


pues respecto de ella se debe desvirtuar la doble presunción de legalidad y acierto con
que arriba a esta sede, requisito ineludible para la prosperidad de la demanda, es
apenas obvio que el libelista señale de manera concreta cada error que le censura al
fallo y lo ubique con claridad, dejando de lado afirmaciones genéricas o vagas que, por
la misma razón, resultan inadmisibles e inconducentes.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : SALAZAR LOPEZ, JOSE WILSON
DELITOS : Tentativa de extorsión
PROCESO : 16173
PUBLICADA : Si

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CASACION-No es una tercera instancia/ ERROR DE HECHO-Modalidades

1. La Corte reitera una vez más que la casación no constituye una tercera instancia en
la que pueda pretenderse la continuidad de los debates probatorios planteados en el
curso del proceso; adversamente, como se trata de un juicio técnico - jurídico
encaminado a obtener la invalidación de la sentencia proferida en segunda instancia,
amparada por la doble presunción de acierto y legalidad, la demanda respectiva debe

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

satisfacer las exigencias de forma y contenido contempladas en el artículo 225 del


estatuto procesal penal para que resulte viable admitirla.

2. El error de hecho puede presentar las siguientes modalidades: el falso juicio de


existencia que se estructura cuando se ignora un medio de prueba legal y
oportunamente allegado al proceso o cuando se supone uno inexistente; el falso juicio
de identidad, surgido de la tergiversación, adición o cercenamiento del contenido
objetivo de un medio de prueba; y el falso raciocinio, cuando el juzgador al apreciar el
medio probatorio viola las reglas de la sana crítica; expresiones del error de hecho que
en su alegación son incompatibles, es decir, no pueden confundirse so pena de caer en
contradicciones insalvables con desconocimiento de la limitación establecida en el
parágrafo final del precitado artículo 225 del estatuto penal adjetivo, que únicamente
permite formular cargos excluyentes si se plantean de manera separada y subsidiaria.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Trbunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : GONZALEZ RONDON, JOSE LEONARDO
DELITOS : Acceso carnal violento
PROCESO : 16990
PUBLICADA : Si

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CASACION/ PERMISO PARA SALIR DEL PAIS-Artículo 19 Ley 553 de 2000

Prevé el artículo 19 transitorio de la ley 553 de 2000, que " En los asuntos pendientes
de resolución de la casación, que deban someterse al procedimiento derogado, lo
referente a la libertad será de conocimiento del juez de primera instancia" - disposición
declarada exequible por la Corte Constitucional Sentencia C-252 de febrero 28 de 2001
- , debiendo por ello dársele aplicación.

En el presente asunto, el recurso extraordinario de casación fue interpuesto antes de


entrar en vigencia la nueva ley, por lo que de conformidad con la disposición transitoria
inicialmente citada, en tratándose de " lo referente a la libertad", el juez competente
será el de primera instancia.

Así lo dijo la Sala en otra oportunidad:

" Así, y siendo que la ley no ha limitado esta competencia a la exclusiva decisión sobre
las peticiones de libertad, strictu sensu entendidas, esto, es como aquellas que por el
estado procesal en que se presentarían tendrían el carácter de liberación provisional,
sino que atendiendo a la complejidad de su regulación, ya en lo sustantivo, ahora en lo
procesal o en lo penitenciario, a través de la cual son diversos los institutos que, en
una u otra forma, inciden, bien en forma inmediata o mediata en el reconocimiento de
este derecho, ha optado por incluir en el ámbito de esta competencia a todos aquellos
eventos "referentes a la libertad", con lo cual es claro que sin establecer una
competencia indeterminada, que bien es sabido reprocha el Derecho Procesal, como
que una tal clase de disposiciones resultarían desconocedoras de la seguridad jurídica
que se impone exigir por el destinatario de la ley para efectos de saber previamente su
juez natural para todos los ritos y decisiones judiciales, y por ende, reñirían con la
propia Constitución Política, sino que ante las dificultades de técnica legislativa que
implica el casuísmo, deja al juez para que en su función hermeneútica y ante un caso
concreto lo establezca, no a su arbitrio, claro está, sino teniendo como fuente la propia
ley en cuanto a la normatización del fenómeno de que se trate y que "tenga relación"
con la libertad como derecho, vinculación ésta, que si bien le corresponde al juzgador
declararla, ejerciendo su función interpretativa, como lo es para la aplicación de
cualquier disposición positiva, igualmente debe tener base legal en cuanto a que esa
relación la ordena la ley, como en efecto sucede al disponer el citado artículo 19 de la

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Ley 553 que no se trate de cualquier clase de decisiones las que corresponde conocer
al juez de primera instancia, sino única y exclusivamente las "referentes a la libertad".

En estas condiciones, y siendo claro que esta nueva competencia no queda supeditada
únicamente a los casos de "excarcelación provisional", sino a todos aquellos eventos
que tienen relación, mediata o inmediata con la libertad del incriminado, es igualmente
cierto, que ella debe ser directa, pues ni la expresión "referente" puede entenderse
como sinónimo de "incidente" para incluir en ella cualquier trámite procesal ni
corresponde a un mecanismo de simple redistribución de trabajo al que a última hora
haya acudido el legislador como mecanismo de descongestión, sino de una
fundamentación más profunda en punto de buscar el máximo respeto a las garantías
procesales, como que con el régimen anterior y dada la naturaleza de órgano límite de
la Corte en la jurisdicción ordinaria, las decisiones referentes a la libertad carecían de
segunda instancia, la que ahora viene a reconocerse, sin que ello tampoco implique, a
contrario sensu, que su conocimiento -los incidentales-, haya quedado convalidado a
esta Corporación, ya que, su competencia permanecer, así mismo, restringida a la
casación.

Sin embargo, ni la modificación de competencia que ahora rige respecto a aquellos


casos "referentes a la libertad" ni la limitada competencia de la Corte para conocer de
la casación, pueden llevar a extremos que desnaturalicen el real contenido y alcance a
la nueva normatividad, ni la estructura propia del proceso, como tampoco el ejercicio
de la jurisdicción en sus manifestaciones inherentes a aquellos fenómenos sustantivos
o procesales que aún incidiendo en la libertad de procesado no pueden retrotraerse a
una competencia ya agotada, precisamente, o porque corresponden estrictamente a la
terminación de la relación procesal o porque su decisión queda por el efecto de la
casación, suspendida para las demás instancias, siendo únicamente éste Juez
Corporativo el que puede tomarlas, como sucedería, por ejemplo, con la reducción
punitiva para aquellos eventos en que proceda declarar la prescripción de la acción
penal respecto de algún delito cuando el encausamiento sea por varios, o la concesión
de la libertad como consecuencia de este fenómeno." (Casación 16004. Enero 28 de
2000.M.P. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE).

En estas condiciones, como el mandato consagrado en el artículo 19 de la ley 553 de


2000, no limita la competencia a las peticiones de libertad, sino que apareja una mayor
comprensión, incluyendo todos aquellos casos que incidan en ella, para la Sala es
claro, que la solicitud de permiso para salir del país, corresponde a ese ámbito, razón
por la cual es al Juzgado de instancia a quien compete decidirla.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Se abstiene de resolver solicitud de permiso para
salir
del país
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : GUTIERREZ RAMIREZ, GLORIA YANNETH
PROCESADO : GARCIA ARENAS, SANDRA ELENA
DELITOS : Falsedad en documento público
PROCESO : 11917
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Principio de prioridad/ DEBIDO PROCESO-Derecho de defensa/


VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba/
VIOLACION INDIRECTA

1. La demanda de casación presentada por el defensor del sentenciado, no reúne los


requisitos de claridad y precisión que estatuye el numeral 3° del artículo 225 del
Código de Procedimiento penal para su admisión.

Entre los desatinos del libelo, se destacan los siguientes:

Viola el principio de prioridad de las causales, toda vez que debió formular como cargo
principal el de nulidad, ya que de prosperar haría inane el estudio de cualquier otro
reproche fundado en causal diferente a la tercera.

2. En lo que respecta al cargo por nulidad, y sin desconocer que hay irregularidades
que afectan tanto el debido proceso como el derecho de defensa, como lo ha sostenido
la Sala, sin embargo, esto no implica que puedan entremezclarse y tratarse
indistintamente, como lo hace el censor, pues tanto la ley como la jurisprudencia han
distinguido claramente entre el vicio de estructura y el vicio de garantía.

Así mismo, en lo atinente al quebrantamiento del derecho de defensa, por la


pretendida falta de actividad del defensor, deja el reproche en el enunciado, pues no
muestra en qué consistieron sus deficiencias, esto es, qué fue lo que omitió que, de
haber observado, habría significado la posibilidad de una absolución del acusado o de
una condena más benigna.

3. En lo que concierne al cargo formulado por la causal primera, aun cuando acusa
violación directa de la ley sustancial lo que implica que se deben aceptar los hechos tal
como fueron presentados y las pruebas tal como fueron apreciadas por el juzgador,
siendo el cuestionamiento estrictamente jurídico, se desvía de la senda señalada al
atacar la apreciación de los elementos de convicción.

Más aún, si se acepta que optó por la vía indirecta se encuentra que no indicó cuál fue
el yerro cometido por el Tribunal, si de hecho o de derecho, ni el falso juicio que lo
determinó, limitando la disertación a oponerse a la credibilidad otorgada a los
testimonios que sustentaron la condena, sin acatar que la simple disparidad
apreciativa sobre la prueba, per se, no configura error, ya que cuando se trata de
medios no sometidos en cuanto a su valoración al método de la tarifa legal, sino de la
sana crítica, el juzgador goza de libertad para apreciarlos, sólo limitada por las leyes de
la ciencia, los principios de la lógica o las reglas de la experiencia, cuya vulneración
deberá enunciarse y desarrollarse por la vía del error de hecho por falso raciocinio,
tarea que no emprendió.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : VELEZ, JHON WILSON
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 16763
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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NULIDAD-Técnica en casación/ INVESTIGACION INTEGRAL-Nulidad/ IN


DUBIO PRO REO-Técnica en casación

1. Aunque la censura por nulidad permite alguna amplitud en su proposición y


desarrollo, el escrito en el que se invoca no es de libre formulación por cuanto la
demanda, como acontece con las demás causales, debe cumplir con insoslayables
requisitos de claridad y precisión dado que si se trata de un medio para preservar la
estructura del proceso y las garantías de los sujetos que en él intervienen, quien la
aduzca no sólo debe acatar los principios que rigen la casación, sino que también ha
de correr con la carga de una adecuada sustentación, dejando claramente establecido,
entre otros aspectos, el motivo de la nulidad, la irregularidad sustancial que alega, la
manera como ésta socava la estructura del proceso o afecta las garantías de las
partes, la incidencia transcendente en el fallo, con la demostración de que de no
haberse incurrido en ella otra hubiera sido la decisión, así como también el
señalamiento del momento procesal en que queda el proceso luego de invalidar la
actuación viciada.

2. Si la nulidad está referida a la violación del principio de investigación integral, no


basta enumerar las pruebas supuestamente omitidas, sino que es preciso señalar su
fuente, conducencia, pertinencia y utilidad, amén de su incidencia favorable a los
intereses del procesado frente a las conclusiones del fallo, puesto que, como también
lo ha señalado la Sala, la no práctica de determinada diligencia no constituye, per se,
quebrantamiento de la garantía fundamental que se reputa violada, comoquiera que el
funcionario judicial, dentro la órbita del Art. 334 del C. de P. Penal y conjugando los
criterios de economía, celeridad y racionalidad, está facultado para decretar, bien de
oficio ora a petición de los sujetos procesales, solamente la práctica de las pruebas que
sean de interés para la investigación, procurando siempre el mejor conocimiento de la
verdad real. Por consiguiente, la omisión de diligencias inconducentes, dilatorias,
inútiles o superfluas, no constituyen menoscabo de los derechos a la defensa o al
debido proceso.

3. Si el demandante reclama un fallo sustitutivo de carácter absolutorio con


fundamento en la aplicación del in dubio pro reo, la demanda se resiente de la falta de
demostración en cuanto a la manera de cómo el fallador violó la norma que consagra
dicho principio de claro contenido sustancial, bien sea porque el Tribunal después de
haber reconocido el estado de perplejidad que sobre la responsabilidad le dejaba la
prueba se abstuvo de aplicar el precepto del artículo 445 C.P.P., evento en el cual el
cargo debía plantearse por la vía de la causal primera por violación directa; o bien
porque a consecuencia de los supuestos yerros en los que incurrió el sentenciador en
la apreciación de la prueba, el fallo se queda sin los elementos de convicción
suficientes para forjar certeza resultando imperativa la aplicación del in dubio pro reo,
caso en el cual sí resultaría pertinente el ataque por la vía de la violación indirecta,
pues ella estaría mediatizada por los errores probatorios en que se fundamenta la
certeza del fallador.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : GONZALEZ BELTRAN, CARLOS ANDRES
PROCESADO : RAMIREZ REYES, JUAN CARLOS
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 16463
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación indebida/ ERROR DE HECHO-


Falso juicio de identidad/ NULIDAD-Debido proceso/ NULIDAD-Principio de
transcendencia/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD

1. En lo que atañe al segundo cargo, el cual formula bajo los postulados del cuerpo
primero de la causal primera de casación, acusando aplicación indebida de los artículos
2° y 4° del Decreto 1194 de 1989 y 22 y 323 del Código Penal, también yerra la
censora, pues olvida que cuando se trata de este sentido de vulneración de la ley
sustancial, el debate es estrictamente jurídico y se circunscribe a la selección del
precepto aplicable al caso o a su interpretación, sin que se puedan cuestionar ni los
hechos ni la valoración probatoria efectuada por el fallador.

2. Pero aun aceptando que el ataque lo quiso dirigir por la vía indirecta y que lo que
acusa es un error de hecho por falso juicio de identidad, referido a la prueba
testimonial, se encuentra que no demostró de qué manera fue falseado su contenido
material, poniéndola a decir lo que su texto no contiene, reduciendo la argumentación
a oponer sus conclusiones probatorias a las del sentenciador, al estilo de un alegato de
instancia.

Además, tampoco muestra la trascendencia del presunto vicio, pues no dice cuáles
fueron los elementos de convicción que fundamentaron la sentencia y cómo de no
haberse incurrido en el dislate que denuncia sus conclusiones hubieran sido distintas.

3. En cuanto se refiere al primer cargo de nulidad, por violación del debido proceso por
cuanto, en su criterio, las conductas denunciadas no debieron investigarse y juzgarse
conjuntamente, lo que llevó a la transgresión del artículo 87 del C. de P. Penal, en
razón a que se presumió una conexidad de hechos punibles "donde no la había", la
censora no muestra ni la irregularidad que denuncia ni su trascendencia.

En efecto, era su deber establecer inicialmente que la investigación y juzgamiento de


los múltiples hechos punibles denunciados debió haberse realizado de manera
separada y que al no haberse actuado así se desconocieron las bases fundamentales
de la instrucción o el juzgamiento, o se afectó el derecho de defensa, labor que no
emprendió.

Igual observación debe hacerse en lo atinente a la segunda censura, pues se limita a


reiterar los argumentos de la primera, agregando que la reunión de los procesos debió
ordenarse por providencia notificable, pero sin que tampoco evidencia cómo al no
haberse procedido así se afectó la estructura del proceso o el derecho de defensa.

4. En el único reproche formulado con fundamento en la causal tercera, argumenta


que el fallo impugnado se profirió en un juicio viciado de nulidad, ya que no se
practicaron las pruebas relacionadas con la responsabilidad de los verdaderos autores
de los homicidios y, consecuencialmente, de la inocencia de su defendido.

Aunque el casacionista dice cuáles fueron las pruebas, a su juicio, omitidas y su fuente,
no muestra su trascendencia, esto es, no evidencia que de haberse practicado y
confrontadas con los elementos de convicción que sustentaron el fallo, la orientación
de éste hubiera sido distinta y favorable al procesado y que la única manera de
remediar el vicio sería invalidar la actuación para que se aduzcan.

Por otra parte, se observa que todo el esfuerzo argumentativo del impugnante se
reduce a oponerse al mérito que las instancias le otorgaron a los medios de prueba
que sustentaron la condena y, particularmente, a la declaración de (...), lo que no
configura yerro demandable en casación, a menos que se demostrara que en su
apreciación se desconocieron los postulados de la sana crítica, tarea que no emprendió
el censor.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CORREA PINO, DUVAN DARIO
PROCESADO : SANCHEZ OLAYA, JULIO DAVID
PROCESADO : RIVERA PINO, JORGE IVAN
PROCESADO : RESTREPO OSPINA, FREDY HUMBERTO
PROCESADO : RIOS CANO, WILFER DE JESUS
DELITOS : Tentativa de homicidio, Privación ilegal de la
libertad,
Homicidio agravado, Infracción al D.1194/89
PROCESO : 14728
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia: suposición de la prueba/ ERROR


DE HECHO-Falso juicio de existencia por omisión/ ERROR DE DERECHO-Falso
juicio de legalidad/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA/ FALSO JUICIO DE
LEGALIDAD

1. En cuanto al primer reproche que aduce por error de hecho por falso juicio de
existencia, por suposición, no distingue entre preceptos sustanciales y procesales y si
bien en la enumeración que trae menciona la norma sustancial quebrantada, no indica
su sentido, esto es, si lo fue por falta de aplicación o por aplicación indebida .

Así mismo, se contradice, pues al mismo tiempo que asevera que se supuso la prueba
sobre la salida de la droga del país, reconoce que existe un indicio grave y la
declaración del agente (...) sobre tal aspecto.

Por otra parte, con relación a éste último medio de convicción, confunde el error de
hecho por falso juicio de existencia con el de identidad, al sostener que el citado
testigo no dijo que la droga fue sacada del país, como lo consideró el Tribunal, de
manera que si se acepta, "esta afirmación como una verdad procesal sin que exista
realmente, incurre el sentenciador en error de hecho por falso juicio de existencia",
con lo que no distingue entre suponer la prueba y falsear su contenido fáctico.

2. Frente al cargo cuarto, el que, según su enunciado, encajaría también en el error de


hecho, por falso juicio de existencia, "por omisión", se observa que desconoce su
sentido y alcance, toda vez que en vez de indicar cuáles fueron los medios de
convicción ignorados por el fallador y cuál su contenido y cómo de no haberse
incurrido en ese dislate, el fallo hubiera sido favorable al acusado, limita la disertación
a hacer comentarios generales y a afirmar que no reconocer el principio del "in dubio
pro reo" constituye una omisión por parte del sentenciador.

Así mismo, confunde el error de hecho por falso juicio de existencia por omisión, con
el de derecho por falso juicio de convicción, cuando sostiene que aquél consiste en "no
asignarle a la prueba el valor que realmente le corresponde", sin acatar que el primero
se refiere al proceso de contemplación material de la prueba, a la verificación empírica
y consiste en ignorar su existencia, esto es, en omitir la consideración de la que se ha
recaudado. En tanto que el segundo concierne a la confrontación legal de la prueba.
Aquí si se considera, si se aprecia, si es objeto del conocimiento, pero al valorarla se
desconocen las normas que regulan su fuerza persuasiva, cuando se trata de medios
de convicción sometidos al método de la tarifa legal.

3. Respecto al invocado error de derecho por falso juicio de legalidad, aparece


ininteligible, pues lo confunde con el de hecho por falso juicio de existencia por
suposición de la prueba, sin que logre desentrañarse su afirmación en el sentido de
que el expediente que se adelantó a los acusados en el Distrito Sur de Florida jamás
fue allegado al proceso, pero que el Tribunal debió desestimar dichas pruebas por ser

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ilegales, como "el célebre testimonio del agente de la Aduana de los Estados Unidos
Howards Shreve.

Constituye una grave contradicción censurar la ilegalidad de unos medios de


convicción de los que al mismo tiempo se sostiene que no obran en el proceso,
desconociendo que el error de derecho por falso juicio de legalidad solo puede
predicarse de la prueba que obra materialmente en el proceso, ya que el reproche se
refiere es a su existencia jurídica.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : HOWARD ARIAS, EDMUNDO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 16650
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Claridad y precisión/ ERROR DE HECHO-Falso


raciocinio-Error de derecho:Falso juicio de convicción

1. La demanda presentada por el defensor del sentenciado no reúne los requisitos de


claridad y precisión que estatuye el numeral 3° del artículo 225 del Código de
Procedimiento Penal para su admisión. En efecto:

A simple vista se observa que el censor no distingue entre una demanda de casación y
un alegato de instancia, permitiéndose la Sala recordar que aquélla no es un escrito de
libre formulación en el que de manera arbitraria se puedan hacer toda clase de
cuestionamientos a una sentencia que por ser la culminación de todo un proceso llega
a esta sede amparada por la doble presunción de acierto y legalidad, sino que debe ser
un escrito lógico y sistemático en el que se denuncian los vicios cometidos en el fallo,
al tenor de las causales expresa y taxativamente señaladas en la ley, se evidencian
dialécticamente y se muestra su trascendencia.

Si no se cumplen los requisitos señalados por la ley y desarrollados por la


jurisprudencia, es imposible abordar el estudio de fondo del libelo, pues tratándose de
un medio de impugnación rogado, la Sala no puede subsanar sus deficiencias.

Entre los múltiples desatinos del escrito, se destacan los siguientes:

-Formula un cargo principal de nulidad, por quebrantamiento del principio de


"imparcialidad e investigación integral", pero no presenta, en capítulo o capítulos
separados, el cargo o cargos subsidiarios, olvidando que cada uno es independiente y
debe tener la virtualidad, por sí solo, de derrumbar total o parcialmente el fallo.

-Cuando se alega vulneración del principio de investigación integral se debe decir, de


manera explícita, cuáles fueron las pruebas dejadas de practicar, cuál su fuente, cuál
su probable contenido y su pertinencia y utilidad y cuáles las que sustentaron el fallo,
de manera que aparezca que de haberse llevado a cabo otras hubieran sido sus
conclusiones.

Lo anterior no fue cumplido por el casacionista quien se limita a hacer afirmaciones


genéricas sobre la parcialidad de los funcionarios judiciales en la búsqueda de la
verdad, sobre su incursión en la llamada vía de hecho, sobre que omitieron averiguar si
el acusado actuó en ejercicio de una causal de justificación o de inculpabilidad, pero,
particularmente, se desvía a la causal primera, al atacar la prueba que sustentó la
condena.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. En cuanto al dislate del demandante al denunciar con relación a los mismos medios
de prueba error de hecho por falso raciocinio y error de derecho por falso juicio de
convicción se le observa que no se pueden confundir, pues en el primero se censura al
sentenciador por haber desconocido de manera ostensible, al apreciar los elementos
de convicción, las leyes de la ciencia, los principios de la lógica o las reglas de la
experiencia, en tanto que en el segundo (que no tiene cabida cuando se trata de
medios no sometidos al método de la persuasión racional sino de la tarifa legal), lo que
se critica es que al valorar la prueba el sentenciador ignoró las normas jurídicas que
regulan su fuerza persuasiva.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : VARGAS PEÑA, ELPIDIO LEON
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Simulación
de investidura
PROCESO : 16732
PUBLICADA : Si

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PROPOSICION JURIDICA COMPLETA/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de


identidad/ SANA CRITICA-Pruebas

1. El actor omite integrar la proposición jurídica del cargo, pues por parte alguna de su
discurso señala la norma sustancial del Código Penal u otra disposición punitiva
contenida en estatutos especiales, que resultó aplicada indebidamente en la
declaración de justicia contenida en la parte resolutiva del fallo, o la que estando
llamada a regir el caso, fue dejada de aplicar.

2. El error de hecho en la modalidad de falso juicio de identidad, cuya configuración


plantea el impugnante, se presenta cuando el juzgador distorsiona, cercena o adiciona
el contenido fáctico de la prueba, poniéndola a decir lo que no se establece de su
contexto objetivo. Por tanto, si lo pretendido es demostrar la existencia de un error de
esta índole, para el actor es imprescindible tener que confrontar el contenido material
del medio con las concreciones que de su texto hicieron los juzgadores de instancia, a
fin de mostrar que no son coincidentes, y demostrar cómo de no haberse cometido, la
acertada ponderación conjunta con las demás pruebas sobre las cuales no concurre
yerro alguno, habría conducido a adoptar una solución distinta y opuesta a la
contenida en la parte resolutiva del fallo.

3. La Corte ha dicho, en jurisprudencia suficientemente decantada y difundida, por


tanto conocida, que el error originado en al apreciación judicial del mérito de las
pruebas, no surge de la sola disparidad de criterios entre el valor persuasivo asignado
por los juzgadores, y el pretendido por los sujetos procesales, sino de la manifiesta y
demostrada contradicción entre aquél y las reglas que orientan la valoración racional
de la prueba, pues si un contraste de tales características no se presenta, porque los
juzgadores, en ejercicio de esta función, han respetado los límites que prescriben las
reglas de la sana crítica, será su criterio, no el de las partes, el llamado a prevalecer,
por virtud de la doble presunción de acierto y legalidad con que está amparada la
sentencia de segunda instancia.

Por ello, en sede de casación resulta inane pretender desquiciar el andamiaje fáctico-
jurídico del fallo impugnado con fundamento en simples apreciaciones subjetivas sobre
la forma como el juez de la causa debió enfrentar el proceso de concreción del mérito

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

demostrativo de los elementos de prueba, o el valor que debió haberle asignado a


determinado medio.

La doctrina de esta Corte ha sostenido del mismo modo, que simples enunciados
generales en torno a la precariedad persuasiva de las pruebas que sirvieron de soporte
al fallo recurrido, y la supuesta solvencia demostrativa de los que no lo fueron, en
manera alguna pueden considerarse argumentos válidos para sustentar el instrumento
extraordinario a que se acude, al igual que no pueden serlo los cuestionamientos por
atentados a una lógica construida con criterio personal (Cfr. Auto cas. marzo 24/98.
M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL).

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : GAITAN GOMEZ, SERGIO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Secuestro
extorsivo
agravado
PROCESO : 16842
PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Debe ser un escrito lógico y sistemático/


VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Concreción del error

1. Olvidó el censor que la demanda de casación no es un alegato de instancia, en el


que de manera libre y caprichosa se pueda hacer cualquier clase de cuestionamientos
a una sentencia que por ser la culminación de todo un proceso, viene amparada por la
doble presunción de acierto y legalidad, sino que debe ser un escrito lógico y
sistemático que busca restaurar la legalidad del fallo, por lo cual debe denunciar los
errores en él cometidos, al tenor de las causales expresa y taxativamente señaladas
en la ley, demostrarlos y evidenciar su trascendencia.

2. No obstante construir la censura bajo los lineamientos del cuerpo segundo de la


causal primera de casación, no indica la clase de error cometido, si de hecho o de
derecho, ni el falso juicio que lo determinó, si de existencia, identidad, legalidad o
convicción o si se incurrió en un falso raciocinio, al haberse vulnerado, al apreciar la
prueba, los postulados de la sana crítica.

A cambio, dedica el discurso a oponerse a la credibilidad otorgada por el sentenciador


a unos medios de convicción y negada a otros, sin acatar que ello no constituye ningún
vicio, sino que es el ejercicio de una facultad discrecional otorgada al juez por la propia
ley y sólo limitada por la sana crítica, o a confrontar las conclusiones probatorias, al
estilo de un alegato de instancia, desconociendo que el criterio del fallador prevalece,
por venir la sentencia amparada por la doble presunción de acierto y legalidad, como
se expresó.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Neiva
PROCESADO : CHARRY RUBIANO, LUIS ALBERTO
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 16685
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Técnica/ ERROR DE HECHO-Falso juicio


de existencia, falso juicio de identidad/ SANA CRITICA-Pruebas

1. La jurisprudencia tiene establecido que cuando en sede de casación se aduce la


violación indirecta de la ley sustancial, por haber incurrido el juzgador en errores de
hecho en la apreciación probatoria, resulta indispensable que el actor concrete y
demuestre en su demanda la configuración de alguna de las hipótesis de desacierto
posibles de ser realizadas, como de igual modo es de su exclusivo resorte acreditar la
definitiva incidencia que tuvo el error en la declaración de justicia contenida en la
parte resolutiva del fallo, mediante el señalamiento preciso de la manera cómo la
decisión habría sido de sentido diverso de no haberse incurrido en el error probatorio
que es denunciado.

2. Si la finalidad es denunciar que el sentenciador incurrió en falso juicio de existencia


sobre determinada prueba, resulta indispensable que se precise el medio de
convicción que obrando válidamente en el proceso fue ignorado en el fallo, indicando
qué se acredita con él y cómo de haber sido apreciado conforme a las reglas de la sana
crítica y de modo conjunto con los demás cuyo mérito no se cuestiona, habría
conducido a variar las conclusiones del pronunciamiento de mérito. Con idéntico rigor
ha de procederse si la finalidad del recurso es patentizar que en su decisión, el
juzgador supuso existente, sin estarlo, un medio de prueba cuya apreciación determinó
el proferimiento de la sentencia en el sentido que se combate.

Si de acuerdo con la realidad del proceso se opta por denunciar falsos juicios de
identidad, cuya realización consiste en la tergiversación, adición, o cercenamiento de
un medio de prueba por el juzgador al ponerlo a decir aquello que objetivamente no se
colige de su contexto, en la demanda se debe confrontar el contenido material de la
prueba con la especificación que de ella fue hecha en el fallo, a fin de destacar las
incoincidencias que se presentan entre la sentencia y el medio, y, de igual modo, es
indispensable demostrar la repercusión definitiva del yerro.

Sobre este último tema, ha sido dicho por la Corte que "La demostración de esta
trascendencia, asimismo, trae aparejado algún grado de complejidad, pues el rigor
técnico con que debe ser abordada, excluye la posibilidad de hacerlo con
subjetividades relacionadas con un criterio personal del actor sobre lo que habría
podido ser y no fue, toda vez que el fin de acreditar la transgresión de la ley por el
fallo, ha de mantenerse" (Auto. Cas. Sept. 14/99).

3. Si la postulación del recurso se finca en la transgresión de las reglas de la sana


crítica como método de apreciación probatoria, compete al actor acreditar de qué
manera en la labor de asignación del mérito persuasivo a los medios de convicción
recaudados en el proceso, el juzgador se apartó de los principios que rigen la lógica, la
ciencia, o la experiencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Rechaza la demanda y declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pareira
PROCESADO : BEDOYA LONDOÑO, RICARDO ANTONIO
DELITOS : Acto sexual violento
PROCESO : 16877
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ACCION DE REVISION-Finalidad/ ACCION DE REVISION-Causal segunda/


ACCION DE REVISION-Causal tercera/ ACCION DE REVISION-Causal Quinta

1. Como lo ha sostenido la Sala en múltiples ocasiones, al ser probable que la


sentencia condenatoria o absolutoria, o las providencias de preclusión o cesación de
procedimiento que se encuentran ejecutoriadas no contengan la verdad histórica,
originándose así una injusticia, el legislador penal instituyó la acción de revisión como
mecanismo idóneo para remover la cosa juzgada y declarar sin valor el fallo objeto de
la acción, dictando la providencia que corresponda o disponiendo tramitar nuevamente
el proceso desde el momento en que se indique, según la causal que la Corte
encuentre fundada.
...

Por tal circunstancia, la demanda deberá ser confeccionada con sujeción a los
parámetros legales y con respeto a la causal en que se apoya, pues, en caso contrario,
el escrito se torna en un alegato de instancia, lo que constituye un desafuero, al
desnaturalizar los fines de la revisión.

2. Como la Sala le ha reiterado al demandante en múltiples ocasiones, cuando se trata


de la causal segunda, es preciso que aparezca de modo evidente, que el Estado había
perdido la facultad para adelantar el proceso en el que se produjo la condena y es
objeto de la acción instaurada, por prescripción u otro fenómeno extintivo de la acción
penal.

Frente a dicha causal, dígase nuevamente que el libelista desconoce su sentido, ya que
cuando se alega la prescripción de la acción penal, ésta debe ser la del proceso cuya
revisión se solicita, es decir, del seguido contra el actor y no de aquél en donde se
profirió el dictamen prevaricador, esto es, el que se adelantó contra el señor (...),
siendo éste el precluído por prescripción de la acción penal.

3. En cuanto a la causal tercera, reitérese una vez más que no basta que se acredite la
existencia de una nueva situación fáctica o probatoria, sino que desde el primer
momento debe tener la aptitud necesaria para derrumbar una sentencia amparada por
la cosa juzgada, por lo cual debe ser de tal naturaleza que ab initio aparezca que de
haberse conocido en el curso del proceso habría determinado la absolución del
sentenciado o la declaración de inimputable.

4. En lo que atañe a la causal quinta, es menester que se demuestre no sólo que el


fallo se sustentó en prueba falsa, sino que debe aportar la decisión judicial
debidamente ejecutoriada que así la declare, deberes que no cumplió.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Acción de Revisión
FECHA : 12/03/2001
DECISION : Inadmite la demanda pde revisión presentada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pereira
PROCESADO : DURANGO GOMEZ, OVIDIO
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 15922
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ CASACION-Principio de autonomía de los


cargos/ INVESTIGACION INTEGRAL-Nulidad/ PRUEBA-Apreciación / ERROR
DE HECHO-Falso raciocinio/ FALSO RACIOCINIO

1. Como lo ha sostenido la Sala, aunque las nulidades permiten alguna amplitud para
su proposición y desarrollo, no puede la demanda en que se invoquen equipararse a un
escrito de libre formulación, sino que están sujetas, como las demás causales, a unos
insoslayables requisitos, pues si se trata de un medio para preservar la estructura del

150
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

proceso y las garantías de los sujetos procesales, quien las aduzca no sólo debe acatar
los principios generales que rigen este medio de impugnación extraordinaria, sino que
debe sustentarlas en debida forma, indicando el motivo de la nulidad, la irregularidad
sustancial que alega, la manera como ésta socava la estructura del proceso (error de
estructura) o afecta las garantías de los sujetos procesales (error de garantía), su
incidencia en el fallo, y la actuación que en virtud del yerro queda viciada.

Si no se cumplen esos requisitos, la censura no puede tener éxito, toda vez que a la
Corte, por virtud del principio de limitación, le está vedado corregir los defectos del
libelo.

Acusa al sentenciador de haber dictado sentencia en un juicio viciado de nulidad, pues


estima que en el proceso existen irregularidades sustanciales que afectan el debido
proceso y el derecho de defensa, al haberse desconocido el principio de investigación
integral.

Los anteriores reproches serán contestados conjuntamente, tal como han debido ser
planteados y desarrollados por el censor, pues si las pruebas deben ser apreciadas
mancomunadamente por el fallador, resulta ilógico atacarlas insularmente en cargos
separados, para reclamar por la omisión en su práctica, pues cada reproche,
aisladamente tomado, carecería de trascendencia para quebrar la legalidad de la
decisión, lo que eventualmente se podría lograr si el vicio se asume como uno sólo.

2. Violando el principio de autonomía, al tenor del cual, al interior de un mismo cargo


no se pueden entremezclar ataques correspondientes a causales diferentes, pues cada
una tiene configuración y reglas técnicas de demostración distintas y tiene adscritas
particulares consecuencias jurídicas, se desvía a la causal primera, cuando cuestiona la
credibilidad que los juzgadores le negaron a la indagatoria del procesado y le
concedieron al testimonio del Mayor (...), censura que ha debido postular de manera
separada y por la causal primera, por error de hecho por falso raciocinio, si es que
consideraba que al apreciarlos se quebrantaron los postulados de la sana crítica.

Si simplemente, y al estilo de un alegato de instancia, pretendía oponer su criterio al


del Tribunal sobre el mérito de las pruebas, olvidó que esa disparidad no constituye
ningún desatino demandable en casación, dentro del método de la persuasión racional
que nos rige para apreciar la prueba, prevaleciendo el criterio del fallador, por venir la
sentencia amparada por la doble presunción de acierto y legalidad.

3. Por otra parte y en lo atinente a este último -desconocimiento del principio de


violación integral-, es necesario reiterar que cuando se alega, no basta señalar cuáles
fueron los elementos de convicción no practicados, sino que se debe indicar sus
pertinencia, utilidad y trascendencia, carga que no cumplió el censor. Este desatino
técnico se evidencia al considerar lo siguiente:

En lo relacionado con el dictamen pericial que echa de menos y que, según lo asevera,
hubiera demostrado el incremento patrimonial, aparecía superfluo frente a la
consignación bancaria realizada en Davivienda por $20.000.000, aceptada tanto por el
que la hizo como por el procesado, y de la que se concluyó, a través del análisis
mancomunado de la prueba, que correspondía a un aumento patrimonial injustificado.

En cuanto al otro dictamen reclamado, tendiente, según el demandante, a demostrar


que sí puede haber un estudio de seguridad sobre planos, también aparecía
impertinente y superfluo , pues a través de varios medios de convicción se concluyó
que el contrato de seguridad no tuvo existencia.

En lo que respecta a la ampliación del testimonio de Ospina Rodríguez y de la


realización del examen sicotécnico al mismo, a la recepción de la declaración del
Coronel (…) y al allegamiento del oficio número 211, no muestra ni aparece que de
haberse llevado a cabo, el sentido del fallo hubiera sido distinto y favorable al acusado.

Y es que, como lo ha dicho la Sala, la trascendencia, en el caso del desconocimiento


del principio de investigación integral, no emana de la prueba en sí misma considerada
sino de su confrontación lógica con los elementos que sustentaron la sentencia, de
modo que se evidencie que de haberse practicado ésta hubiera sido diferente, por lo
que la única manera de remediar el desatino, es anular lo actuado para que se aduzca.

4. Acusa al sentenciador de haber violado indirectamente la ley sustancial, por error de


hecho por falso juicio de identidad, al haber tergiversado el contenido material de
varios medios de prueba.

151
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Estos reproches, al igual que los anteriores, han debido formularse en un solo cargo,
pues si las pruebas deben ser apreciadas en su conjunto por el juzgador, también
deben ser atacadas mancomunadamente y no elaborar un cargo autónomo por cada
una de ellas, pues tomados aisladamente, no tendrían la trascendencia para
derrumbar el fallo, lo que sí se podría lograr al postularse un único reproche, desde
luego que respetando el principio de no contradicción.

5. Como quiera que en varios de sus cuestionamientos el impugnante se opone a las


conclusiones probatorias del Tribunal, sin evidenciar desatino alguno, es preciso
advertirle que si lo pretendido era mostrar que al valorar el mérito de las pruebas o al
construir las inferencias lógicas aquél se apartó de las leyes de la ciencia, los principios
de la lógica o las reglas de la experiencia, ha debido acusar y demostrar que incurrió
en error de hecho por falso raciocinio y que éste desatino condujo a la declaración de
una verdad fáctica distinta de la que revela el proceso, como lo ha dicho la Sala*
__________________________
* Ver casación 14263, enero de 2001 M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll..

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 13/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : GIL ROJAS, GONZALO
DELITOS : Enriquecimiento ilícito de particular
PROCESO : 14224
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/ SENTENCIA ANTICIPADA-Aceptaciones


parciales/ UNIDAD PROCESAL-Ruptura

Debe resaltarse que la Unidad Seccional de Fiscalías de Soacha remitió a los Juzgados
Penales del Circuito de dicha ciudad las copias del proceso No. 14.615- 37 adelantado
en contra de (...) y (...) y otros, por los delitos de secuestro simple agravado, homicidio
agravado, hurto calificado y agravado, receptación y favorecimiento, en razón a que
los citados procesados se acogieron a la sentencia anticipada, y en las respectivas
audiencias de formulación de cargos aceptaron su responsabilidad, el primero, por el
delito de hurto, y el segundo, por los delitos de receptación y favorecimiento
(Cuaderno 3, fol., fol. 240 y 258). Por ello, la Fiscalía ordenó la ruptura de la unidad
procesal y la remisión de las copias pertinentes a los jueces pena-les del circuito.
(Cuaderno 3, fol. 242).

No obstante que en el evento en estudio subsiste el vínculo de conexidad sustancial


entre los delitos mencionados, el rompimiento de la unidad procesal resultaba
imperioso, de conformidad con lo previsto en el numeral 3º. del artículo 37 B
(adicionado por la ley 81 de 1993) del Código de Procedimiento Penal, que establece
de manera expresa la fractura de la unidad procesal cuando en una investigación que
trata de varios incriminados o pluralidad de delitos, se realizan aceptaciones o
acuerdos parciales. No se advierte, entonces, la "imposibilidad de ruptura de unidad
procesal" a que hace alusión el Juez 3º. Penal del Circuito de Bo-gotá. Por el contrario,
en las circunstancias antes señaladas, tal fenómeno devenía necesario.

Así las cosas, el juzgamiento de los procesados que se acogieron a la sentencia


anticipada debe tramitarse ante el juez competente, que en el caso que ocupa la
atención de la Sala es el del lugar donde se cometieron los delitos de hurto,
receptación y favorecimiento. Tal como coinciden en señalarlo los señores jueces que
se encuentran en conflicto por la competencia, dichos comportamientos delictivos se
realizaron en esta ciudad. Por consiguiente, es al Juzgado Tercero Penal del Circuito de
Bogotá al que le corresponde seguir conociendo de la causa seguida en contra de (...) y
(...) por tales delitos.

152
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 14/03/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 3 P.C. de
Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P.C.
CIUDAD : Soacha -Cundinamarca
PROCESADO : SANCHEZ GOMEZ, FREDY OSWALDO
PROCESADO : CUELLAR PEÑA, JUAN FRANCISCO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Receptación,
Favorecimiento
PROCESO : 17518
PUBLICADA : Si

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EJECUCION DE LA SENTENCIA-Condenado con fuero/ LIBERTAD


CONDICIONAL/ FUERO/ JUEZ DE EJECUCION DE PENAS

1. En desarrollo de la jurisprudencia constante de la corporación, en cuanto en


procesos en los cuales se juzgue a persona con fuero, como es el presente asunto, los
efectos trascienden a la fase ejecutiva de la sentencia y la competencia permanece
inalterable, es decir, que la Corte actúa en estos casos específicos como juez de
ejecución de penas una vez quede en firme la sentencia.

2. El artículo 72 del Código Penal prevé la concesión de la libertad condicional al


condenado a pena de arresto mayor de tres años o prisión que exceda de dos, cuando
haya cumplido las 2/3 partes de la condena, "siempre que su personalidad, su buena
conducta en el establecimiento carcelario y sus antecedentes de todo orden, permitan
suponer fundadamente su readaptación social".
.....

En cuanto al subjetivo, tal como se analizó en la sentencia condenatoria, no se allegó


constancia alguna que desdijera de su comportamiento previo al que dio lugar a su
condena, y precisamente por ese buen proceder anterior, se partió casi de la pena
mínima, ante la vulneración del bien jurídico de la administración pública,
incrementada levemente en razón de su posición distinguida en la sociedad; además,
existe constancia de que a lo largo de su detención se ha preocupado por trabajar y ha
observado buena conducta, como lo han certificado los directivos de la Cárcel Nacional
Modelo y el Comandante de la II Estación de Policía.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Unica Instancia
FECHA : 14/03/2001
DECISION : Reconoce redención de pena, concede libertad
condicional, fija caución monetaria
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ARBOLEDA GOMEZ, SAULO

153
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESADO : VILLAMIZAR, RODRIGO


DELITOS : Interés ilícito en celebración de contratos
PROCESO : 15273
PUBLICADA : Si

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CIERRE DE INVESTIGACION-Notificación/ RESOLUCION DE ACUSACION-


Notificación/ NOTIFICACION-Comunicación por medio de telegrama/ FALSO
JUICIO DE CONVICCION-Concepto/ NOTIFICACION PERSONAL/ FALSO
JUICIO DE CONVICCION

1. La Sala resalta en primer término que no resulta posible pretender la aplicación de


disposiciones expedidas con posterioridad a los trámites ya superados, que han debido
sujetarse a la norma adjetiva vigente a la fecha de su realización; menos aún, cuando
se acude a este mecanismo para derivar por esa vía el presunto menoscabo de las
garantías concedidas a los sujetos procesales, que es la situación precisamente
configurada tratándose de este primer ataque del demandante a la legalidad del fallo.

Con miras a sustentar tal aserto resulta importante destacar que el cierre de la
investigación, de fecha julio 16 de 1993, así como su notificación, se surtieron en este
asunto con precedencia a la expedición de la Ley 81 de 1993, motivo por el cual los
preceptos que regían para entonces y que debieron aplicarse en el presente trámite no
eran otros que los contenidos en el texto original de los artículos 438 y 190 del Decreto
2700 de 1991.

La primera de estas normas al referirse a la clausura del sumario en manera alguna


imponía su notificación personal, en tanto que la segunda regulaba la notificación por
estado. Adicionalmente, si bien es cierto que respecto de esta última se establecía
una remisión a los ritos del estatuto procesal civil, que supeditaba su procedencia
"cuando no se hubiese podido hacer notificación personal, habiéndose intentado", no
lo es menos que dicho mandato, en sana lógica y en una interpretación sistemática,
debía entenderse referido exclusivamente a aquellas providencias que de conformidad
con el estatuto penal adjetivo obligaban a su notificación personal y en relación con el
sujeto procesal para el cual estaba prevista la misma.

En otros términos, excusada la redundancia, el procurar la notificación personal de la


decisión, en requisito previo a la fijación del estado como mecanismo supletorio de
aquella, en materia penal, sólo resultaba exigible frente a la parte a la cual por
disposición de la ley debía enterársele en forma personal de la determinación
proferida, que no era el caso, en cuanto interesa para los actuales fines, del cierre de
la investigación.

Más aún, ese cabal y recto entendimiento fue fijado por esta Sala frente a la
disposición actualmente imperante del ordenamiento procesal penal, a través de
criterio que, en sustancia y esencia, resulta igualmente invocable en el asunto
examinado. Se precisó en tal oportunidad, entonces:

"No obstante que de la lectura del original artículo 190 del Código de Procedimiento
Penal podría inferirse que, en principio, todas las notificaciones tienen que hacerse de
manera personal, la verdad es que esta interpretación no es exacta, pues de hacerlo
sobrarían las disposiciones del mismo estatuto que en relación concreta con algunas
providencias (el auto de cierre de la investigaciión -L.81/93 art.56-, la resolución de
acusación -art.59 ibídem-, el auto admisorio de las demandas de casación o revisión
-art.245-, la admisión de la acusación por el Senado -art.479-, por ejemplo) y también
con referencia a algunos sujetos procesales (CPP, art.188), ordena que la notificación
tenga que ser forzosamente personal. Si la regla general fuera esta última, repítese, el
legislador no hubiera estado reiterándola en algunos casos particulares como ha
quedado visto (sentencia de tutela, noviembre 29 de 1994,M.P.,Dr. Duque Ruiz).

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. En lo atinente a la notificación de la resolución acusatoria también es evidente que


se llevó a cabo de conformidad con la normatividad que regía para esa época, como lo
advierte el Ministerio Público en su concepto, pues persistiendo para ese momento la
contumacia del acusado, no existía disposición alguna que obligara a volverlo a
emplazar para efectos de enterarlo por dicho medio de esa trascendental
determinación, conforme propugna el demandante para estructurar y sustentar el
reproche formulado a la legalidad del trámite, trasladando a la notificación del pliego
de cargos las exigencias contempladas en el estatuto de procedimiento penal para la
vinculación al sumario del imputado en rebeldía.

Por el contrario, el texto original del artículo 440 del estatuto penal instrumental, bajo
cuya vigencia se emitió y notificó la decisión calificatoria, condicionaba tan sólo la
fijación del estado como mecanismo supletorio de la notificación personal, a que ésta
se hubiera intentado en forma previa, requisito que fue observado sin duda en el
presente evento, como quiera que la actividad posterior a la resolución acusatoria
desplegada por el funcionario a cargo del instructivo, se encaminó a obtener la
comparecencia forzosa del acriminado mediante la reiteración de la orden de captura
librada en su contra (fl. 183), esfuerzo que no puede ser descalificado, menos aún,
para asegurar la nulidad, arguyéndose como aquí se hace que ha debido extender el
requerimiento para la aprehensión a otros organismos policiales.

Más aún, esta particular temática no ha sido ajena a la ponderación de la Sala,


adversamente, en asunto que guarda similitud con el debatido ahora se hicieron
precisiones que bien pueden ser reiteradas en el presente caso, así:

"La notificación personal era el acto más idóneo para comunicar a las partes las
incidencias medulares del proceso. En armonía con este criterio, el artículo 440 del
Decreto 2700 de 1991, que aún no había sufrido las modificaciones de la Ley 81 de
1993, señalaba que la calificación se notificará personalmente"...cuando sea
posible...". Esta medida garantizaba sobremanera el derecho de cada cual a
controvertir o apoyar la medida judicial materia de la notificación y así se le coloca en
un lugar principalísimo. En este sentido, las demás notificaciones son supletorias y por
ello, el artículo 190 de aquella obra, advierte que la notificación por estado se hará
"...cuando no se hubiere podido hacer notificación personal, habiéndose intentado.".

"No estará demás anotar que en la sistemática procesal vigente, tal medida se reservó
al procesado privado de la libertad y al Ministerio Público (art.188 del C.de P.P.),aunque
no excluye que también cualquier sujeto procesal que acuda a la secretaría del
despacho judicial respectivo pueda hacerlo, leyéndose integramente la providencia, tal
como lo prescribe el artículo 189. Pero además el artículo 190, ibídem,-modificado por
el artículo 25 de la Ley 81 de 1993-enseña que cuando no fuere posible la notificación
personal a los sujetos procesales diferentes a los mencionados en el artículo 188 de
este código se hará la notificación por estado que se fijará tres días después, contados
a partir de la fecha en que se haya realizado la diligencia de citación mediante
telegrama dirigido a la dirección que aparezca registrada en el expediente (sentencia
del 11 de agosto de 1994, M.P. Dr. Valencia Martínez).

No escapa a la atención de la Sala, que con precedencia a la notificación por estado el


defensor oficioso del encausado fue citado por medio de telegrama para que
compareciera a imponerse en forma personal del pliego de cargos, lo que impide
afirmar que con esta decisión hubiese sido sorprendido o cercenado la posibilidad para
impugnar dicho proveído (fl. 184).

3. No sobra agregar en este punto, finalmente, que la citación efectuada al defensor no


tenía el carácter imperativo que le asigna el recurrente, pues a diferencia de lo que
acontece con las realizadas para la práctica de alguna diligencia en la actuación penal,
que en el evento de ser incumplidas propician la sanción estatuida en el artículo 258
del C. de P.P. en armonía con el 162 ibídem, la llevada a cabo tenía por objeto enterarlo
del proferimiento de la decisión acusatoria para permitirle, si ese era su deseo,
imponerse de ella en forma personal dentro del lapso señalado en la propia ley antes
de acudirse a la notificación supletoria.

4. El falso juicio de convicción "corresponde exactamente a los sistemas tarifados de


valoración probatoria, según los cuales las pruebas tienen un valor predeterminado en
la ley y a él debe atenerse el juez por oposición a los sistemas de libre apreciación o de
valoración racional que confían la ponderación de los medios de convicción al
conocimiento y la razonabilidad del funcionario".

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"De tal manera, el falso juicio de convicción se produce cuando el juzgador le concede
a un medio probatorio un valor que la ley no le asigna o le niega el mérito que
expresamente se ha dispuesto en ella" (providencia del 24 de febrero de 2000, M.P. Dr.
Gómez Gallego, radicado 10817), que es una situación bien diferente de la simple
controversia sobre el grado de credibilidad otorgado en el fallo a los medios de
convicción recaudados, que se observa planteada en el libelo al sustentar los yerros
denunciados y que no admite la existencia de un error demandable en casación, pues
nuestro ordenamiento procesal penal consagra el sistema de la libre apreciación o de
la persuasión racional, en el que no se predetermina el valor que debe otorgársele a
los medios de prueba.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 14/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MORENO LOPEZ, NELSON
DELITOS : Tentativa de homicidio, Homicidio agravado
PROCESO : 10222
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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FUERO MILITAR-No basta que el actor sea miembro activo de la fuerza


pública: Policía Nacional/ SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir-
Irretractabilidad/ CONFESION-Fundamento de la sentencia/ POLICIA
NACIONAL/ TRANSTORNO MENTAL

1. El impugnante dice que se incurrió en nulidad, porque la actuación fue adelantada


por funcionarios incompetentes, en razón del fuero militar que cobijaba al sindicado al
momento de los hechos.

El artículo 221 de la Constitución Política dispone que "los delitos cometidos por los
miembros de la fuerza pública en servicio activo, y en relación con el mismo servicio"
(resalta la Corte), sean sometidos al procesamiento determinado por el Código Penal
Militar, con sus previsiones, competencias y formas propias, diferentes a las instituidas
en los estatutos ordinarios.

Así, para que se le apliquen esas especiales disposiciones de la jurisdicción militar, no


basta que el actor sea miembro activo de la fuerza pública, que ciertamente incluye a
la Policía Nacional (art. 216 Const.), ni que efectivamente se halle en ese momento en
servicio, pues es indispensable que, además, la conducta esté sustancialmente ligada
con la labor militar o policial y se suscite en interrelación o por razón de las funciones
desempeñadas. Al no existir tal nexo, el conocimiento corresponde a la justicia
ordinaria y no a la militar.

Actos relacionados con el servicio, en este caso, son los inherentes a la actividad
policial, primordialmente los que tienen que ver con el mantenimiento de las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y las libertades públicas, y
asegurar que los habitantes del país convivan en paz, según el artículo 218 de la Carta.

156
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Esto es, todo lo contrario a atentar contra bienes jurídicos, llamados a recibir la más
cuidadosa protección del Estado y no la horrenda conculcación perpetrada por uno de
sus agentes, a quien se había investido de autoridad para defender y no para
transgredir.

El censor únicamente tiene en cuenta parte de los requisitos en mención, o sea que el
sindicado era agente de Policía y estaba prestando servicio cuando realizó el
comportamiento punible, al interior de la Estación III de Policía de Bogotá. Elude sin
embargo indicar que su defendido se apartó diametralmente de sus funciones y obró
por su propia cuenta, en contraposición con el servicio.

2. El defensor no aduce un vicio en el consentimiento del procesado, por insanidad


mental, que le hubiera inhabilitado para aceptar los cargos formulados por la Fiscalía
en la diligencia prevista en el artículo 37 del Código de Procedimiento Penal, por él
solicitada, de donde sí podría redundar interés para la aducción de esta censura, en el
supuesto de que tuviera fundamento e hipotéticamente hubiere aducido nulidad desde
esa aceptación, acudiendo a la causal tercera.

A diferencia, se expresa inconforme con la conclusión a la que llegó el juzgador sobre


la imputabilidad, que descartaría el pretendido desvarío metal al momento de la
consumación criminal; así está atacando un presupuesto de la culpabilidad, sobre lo
cual carece de interés jurídico, al no poder discutir la responsabilidad ni sus
fundamentos, con miras a una retractación inadmisible. La pretensión del defensor no
tiene aptitud para impedir las consecuencias jurídicas de aquella manifestación
consciente y libre, efectuada con todos los requisitos formales y sustanciales que
exigía el acto.

Ante el enfoque equivocado del demandante y no encontrándose vía ni razón para


constatar si el fallador tergiversó o se equivocó al acoger el dictamen psiquiátrico, en
cuanto precisa que (...) "no presenta ni presentó al momento de los hechos
incapacidad de comprender la ilicitud de sus actos ni incapacidad de determinarse por
trastorno mental o inmadurez psicológica" (f. 283 cd. 1), este reproche tampoco tiene
prosperidad.

3. El casacionista sostiene que se presentó violación directa de la ley sustancial, por


falta de aplicación del artículo 299 del Código de Procedimiento Penal, al no
disminuirse la pena impuesta a su representado, por considerar el fallador que la
confesión no fue un acto libre y espontáneo.

El ad quem se remitió al artículo 296 del mismo estatuto y analizó que la confesión
debe ser consciente y libre, exigencia que estimó incumplida en este caso, porque fue
necesario allegar un cúmulo indiciario y pericial, que puso en evidencia la autoría del
crimen, ante lo cual el indagado no pudo menos que reconocer su responsabilidad, ya
al final de la injurada.

Frente a los comentarios del censor, es de aclarar que el hecho de que la prueba
recaudada llevare al sindicado a confesar, no significa que no fuera consciente de lo
que hacía, ni que no hubiera tomado libremente la decisión, que puede ser concebida
lenta o rápidamente, en el transcurso de la primera versión, consultada o no con el
defensor. Las circunstancias a las que hace referencia el Tribunal son reveladoras de
no mediar error, fuerza o dolo sobre el proceso mental que, sin vicios del
consentimiento, posibilitó la admisión, en forma exenta de fraude, presión o inducción
indebida.

La ley prevé estímulos para quien confiese y así facilite el acopio probatorio, reduzca la
tramitación, haga más certero y expedito el camino hacia la verdad real, evite
demoras procesales, disminuya la congestión y atenúe el desgaste judicial, que no fue
lo que aconteció con la actitud asumida por (...), quien calló durante apreciable tiempo
la realidad y luego admitió sólo parte, que habría perpetrado bajo los efectos de un
trastorno mental, lo cual originó la realización de pruebas adicionales, que
corroboraran o infirmaran lo aducido.

De otra parte, esta Sala ha sostenido que, para que proceda la rebaja, la confesión
debe ser soporte del fallo:

"Sigue siendo indispensable que la confesión sea fundamento de la condena, así el


nuevo texto legal (art. 299) no lo mencione expresamente, porque sólo de esta manera
es entendible y justa la rebaja de pena que en él se consagra. Interpretarlo de otra
forma, sería otorgar un beneficio gratuito, sólo porque se confesó cuando ello no era

157
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

necesario, pues obraban otras pruebas, distintas de la confesión, que permitían


afirmar, sin dudas, la responsabilidad del procesado. Por esta misma razón, inutilidad
de confesión, el legislador pone como exigencia para el otorgamiento de la rebaja de
pena, que no se trate de "casos de flagrancia", porque precisamente en estos eventos,
ante el conocimiento que del hecho y de su autor tienen las personas que lo han
presenciado, la confesión es de casi ninguna utilidad para la investigación, porque de
antemano el instructor ya conoce lo que a través de ésta se le ha comunicado"
(sentencia de septiembre 29 de 1993, M. P. Guillermo Duque Ruiz, rad. 8.012).

El Tribunal expresa que mediante elementos de convicción indiciarios y periciales se


evidenció la responsabilidad de (...) en los delitos imputados, y en la sentencia de
primera instancia, que constituye unidad inescindible con la de segunda que la
confirmó, se señala que "la prueba documental científica y testificales... es pilar
fundamental de la condena".

La administración de justicia tuvo como base pruebas distintas a la confesión, como el


testimonio del policial (...), que poco antes de la atrocidad vio a la menor en uno de los
pasillos de la mano del sindicado y, cardinalmente, el dictamen solicitado al laboratorio
del FBI, en cuanto las muestras de DNA en Q3 (semen en el pantalón de la víctima) y
Q4 (materia tomada de su vagina), coinciden en K12 (sangre de ...).

Se decidió entonces correctamente, de acuerdo con el fundamento probatorio,


procesal y normativo, al no otorgar la disminución punitiva por la confesión, que no fue
determinante, y tampoco se puede pretender extender sus efectos a la violación,
como también observó el a quo en quien admitió ser autor del homicidio mas no que
hubiere consumado el acceso carnal.

Tampoco se le facilitó al Estado su carga probatoria, desviado como estuvo


inicialmente sobre el verdadero responsable. Tuvo así mismo que disponer varios
análisis periciales, algunos complejos, necesarios para esclarecer los hechos, la autoría
(acudiendo a laboratorio extranjero) y la imputabilidad, todo lo cual retardó el trámite
procesal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 14/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VALENCIA BLANDON, DIEGO FERNANDO
DELITOS : Acceso carnal violento, Homicidio agravado
PROCESO : 12634
PUBLICADA : Si

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CASACION-Causal segunda/ DOSIFICACION PUNITIVA-Técnica para atacarla

1. En lo que tiene que ver con el primer cargo planteado, de inconsonancia de la


sentencia con los cargos formulados en la resolución de acusación, la demandante
inicia equivocadamente la construcción lógica de su escrito.

Tal equivocación surge clara cuando intentando cumplir con el requisito de la


presentación de una "síntesis de los hechos materia de juzgamiento (...)" (artículo 225
del Código de Procedimiento Penal, ordinal 2°), la defensora del procesado hace su
propia reconstrucción fáctica, en la que destaca los elementos que a juicio de ella
favorecen la situación procesal de su procurado. Así, hace notar que(...) fue
contactado por los miembros de la banda para realizar una obra civil "normal" y que
fue "presionado" por la banda para continuar la obra, una vez advirtió que el objetivo
era el hurto de la Brinks.

158
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En tratándose de la causal segunda de casación, en la que se reclama la disonancia de


los cargos contenidos en la resolución de acusación (o en documento equivalente
como aquí la formulación de cargos para sentencia anticipada) con los deducidos en la
sentencia, la lógica de la demanda impone el respeto a la reconstrucción de los hechos
realizados en la resolución de acusación, pues la censura parte de la corrección de esa
pieza procesal y de que el error consiste en que la sentencia irrespetó los términos de
la acusación.

Propone una especie de inconsonancia entre las sentencias de primera y segunda


instancia, pues le reprocha a esta que haya criticado los argumentos de puniblidad del
a quo y no haya disminuido la pena. Tal situación no corresponde a la definición de la
incroguencia, pues esta se predica de la sentencia frente a la acusación, no entre las
dos sentencias.

También denuncia - todo esto dentro de la misma fundamentación - la deducción en la


sentencia de segunda instancia de agravantes "presuntos", criticando que en un fallo
de tal grado no se maneje un criterio de certeza y se hayan incluido agravantes sin
respaldo probatorio y sin sustento en la realidad objetiva. Tales problemas jurídicos no
son ubicables dentro de la causal segunda de casación. En cuanto hace, por ejemplo,
a la falta de respaldo probatorio de las agravantes, ello puede corresponder a un falso
juicio de identidad o de existencia, cargos que pertenecen a otro tipo de causal; lo que
tiene que ver con los errores de argumentación de la sentencia, puede ser un
problema de falta de motivación o de anfibología de la sentencia así motivada,
también demandables por vía diversa de la causal segunda de casación.

2. La dosificación de las penas de acuerdo a las reglas del actual Código Penal, es una
facultad discrecional relativa, en cuanto el Juez puede moverse entre un mínimo y un
máximo de pena y debe motivar su imposición dentro de uno y otro extremo.

En tal consideración, los errores en los que incurre un Juez en ejercicio de su poder
discrecional reglado, son por lo general demandables por la vía indirecta, pues hacen
mención a problemas probatorios en la deducción de agravantes genéricas o
específicas.

Excepcionalmente lo son por la vía directa; y, normalmente ello ocurre en los remotos
casos en los que se viola el principio de legalidad, por que se impone una pena por
debajo del mínimo legal o que supera el máximo. En este caso concreto, la
demandante simplemente propone como tema de casación el de la interpretación
errónea, concretándola a que fue muy severa la tasación de la pena del hurto
calificado.

La severidad de la pena impuesta a (...) como fruto de la interpretación errónea del


artículo 350 del Código Penal, no la concreta en términos jurídicos como
correspondería a lo que aparenta ser una demanda por violación directa, sino que la
sostiene en sus propias tesis personales sobre cuál es la forma correcta - para la
casacionista - de dosificar una pena. La demanda así propuesta no supera el nivel de
alegato de instancia que la hace inaceptable en sede de casación.

Dentro del mismo cargo denuncia que el "sentenciador excedió los límites impuestos
por la ley para tasar la pena", calificando de arbitrario que el Juez haya partido de 84
meses de prisión, con lo que violó el artículo 67 del Código Penal por cuanto el máximo
de la pena solo puede aplicarse cuando concurran únicamente circunstancias de
agravación. En este sentido frente a una pena máxima de 8 años de prisión, no se
podía partir de cerca de ese tope.

Esa violación directa que denuncia, tampoco la sostiene en argumentaciones jurídicas,


sino en su simple criterio personal. Así a la pena impuesta por el Juez, la califica de
que "carece de suficiente motivación legal" y señala que como la pena básica del hurto
calificado es de 2 años, "a nuestro juicio podía incrementarse hasta 4. Sin embargo, y
teniendo en cuenta las circunstancias genéricas que regula la ley sustantiva parece
arbitrario haberla elevado hasta 7 años, sin que ello tenga justificación".

Tal forma de argumentación es inaceptable en sede de casación. La naturaleza técnica


del recurso impone que éste verse exclusivamente sobre errores que deben ser
fundamentados de forma clara y precisa. No se trata de hacer ejercicios especulativos
para tratar de imponer tesis cuyo único respaldo sea - como aquí - la firma de quien
suscribe la demanda, sino de señalarle a la Corte que el Juez que dictó la sentencia
materia de la casación incurrió en un error, que tal yerro es lo único que sostiene ese
fallo y demostrarlo concretamente en un discurso coherentemente lógico.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 14/03/2001
DECISION : Rechaza in límine la demanda y declara desierto
el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : MUÑOZ QUIÑONEZ, EDGAR
DELITOS : Hurto calificado y agravado
PROCESO : 16804
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio/ PRUEBA


PERICIAL-Apreciación probatoria/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Supone la
existencia material y jurídica del medio de prueba/ CASACION-Técnica/ /
FALSO RACIOCINIO

1. Señala que el Tribunal Nacional distorsionó las pericias contables porque se apartó
de las reglas de la sana crítica. Hace coexistir, en consecuencia, en el marco del
mismo cargo, los errores de hecho por falso juicio de identidad y falso raciocinio, lo
cual constituye un contrasentido. Los dos, es cierto, están referidos a los medios de
prueba. El primero, sin embargo, implica que el juzgador falsee el contenido objetivo
de la prueba, es decir que la haga decir lo que no dice. En el segundo tipo de error,
por el contrario, el contenido material de la prueba no es objeto de mutación. El Juez
lo atiende, parte de él, y en lo que radica la transgresión es en el proceso de su
apreciación, al tener ocurrencia con desconocimiento de las reglas de la sana crítica.

Pero con independencia de ser contradictorio el enunciado del cargo, observa la Sala
que el censor no logró en ningún momento una propuesta susceptible de examen en
casación. Nunca superó el escenario de la simple discusión sobre la credibilidad
otorgada a los medios de prueba, revistiendo el ataque en tales condiciones las
características propias de un alegato de instancia y resultando sus términos ajenos al
medio de impugnación.

2. Debe señalar la Sala que no existe una norma que le imponga al funcionario judicial
otorgarle algún valor específico a la prueba pericial. Como los demás medios
demostrativos autorizados por la ley está sujeta a la apreciación que de ella haga el
juzgador, quien en la tarea sólo se encuentra limitado por la observancia de las reglas
de la sana crítica, de conformidad con el sistema de persuasión racional que rige en el
procedimiento penal colombiano.

Es claro, entonces, que el Juez no está atado a los términos y conclusiones del
peritazgo. Se trata de un medio de prueba que somete a crítica como cualquier otro y
le otorga los alcances que estime pertinentes, naturalmente sin perder de vista los
demás elementos probatorios. Es lo que hace en ejercicio de su soberanía en la
apreciación de las pruebas que, se reitera, tiene como único límite la sana crítica. Y
como solamente su desbordamiento es atacable en casación, esto le impone a la parte
que acude al medio de impugnación precisar cuál fue la regla transgredida y
determinarla en cuanto a si fue de ciencia, lógica o experiencia, lo mismo que
demostrar que otro hubiera sido el sentido del fallo de no haberse incurrido en la
irregularidad, lo que necesariamente implica la confrontación de los términos de la
sentencia.
....

Veladamente lo que hace el defensor es cuestionar al juzgador por el ejercicio legítimo


de su función. La figura del perito existe en el proceso porque el funcionario judicial,
que no es especialista en todas las materias, requiere eventualmente de apoyo técnico
y científico. Pero esa necesidad de colaboración no significa que el Juez se quede sin la

160
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

facultad de criticar el medio de prueba y de otorgarle el mérito que estime pertinente,


que es en suma lo que el defensor le cuestiona haber hecho al Tribunal.

3. El censor le atribuye al Tribunal haber incurrido en error de hecho al tergiversar el


contenido "del escrito anónimo denominado proyecto de saneamiento fiscal y
constitución de sociedad.

En dicho documento, encontrado en una de las fincas allanadas por la Policía, se le


formulan unas propuestas a (...) tendientes a la justificación del crecimiento de su
patrimonio, tales como las de inventar deudas y constituir una sociedad familiar. Esto
para sanear su situación frente al fisco y evitarse problemas penales.

La distorsión la hace consistir el defensor en que el Tribunal señaló que el escrito se


refiere al año 1991, cuando lo cierto es que de su contexto se desprende que hace
alusión a los años 1989 y 1990. En ningún momento, sin embargo, le demostró a la
Corte la trascendencia del supuesto error, es decir cómo de no haber tenido ocurrencia
otra habría sido la orientación de la sentencia. Se trata de una exigencia legal, ésta le
imponía desvirtuar los fundamentos probatorios del fallo a partir del yerro judicial y en
lugar de ello el censor, como sucedió en el primer cargo, lo que hizo fue ofrecer su
propia lectura del medio de prueba.

Otro desacierto técnico insalvable en la formulación del ataque, que enfatiza la


imposibilidad de examinarlo, tiene que ver con la transgresión del principio de no
contradicción en el cual incurre el casacionista.

El falso juicio de identidad supone la existencia material y jurídica del medio de


prueba en el que se hace recaer. Si el error que se reivindica tiene que ver con la
circunstancia de que el juzgador distorsionó su objetividad, es ilógico poner al mismo
tiempo en duda su existencia, que es lo que hace el demandante al negarle la calidad
de documento al "proyecto de saneamiento fiscal" por carecer de la firma de su autor.

4. No puede pasar por alto la Corte hacer una breve referencia a la lógica con que el
defensor construyó la demanda. Cada cargo, eso es lo que se infiere, está dirigido a
un fundamento probatorio de la sentencia, por lo que su anulación estaría supeditaba a
la procedencia de todos, lo que resulta ilógico. Y esto es lo que sucede por no
comprender que el hecho de que puedan proponerse varios cargos en el mismo libelo,
inclusive contradictorios, no significa que los mismos puedan plantearse
complementariamente. Cada censura debe ser suficiente al propósito de quebrantar
los términos del fallo o retrotraer la actuación en virtud de irregularidades sustanciales,
siendo esta la razón de la carga del sujeto procesal relativa a la demostración de la
trascendencia del error de juicio o de actividad que invoque como fundamento de la
respectiva censura.

Lo que hizo el abogado en el presente caso fue un alegato de instancia en diferentes


capítulos, cada uno dedicado a contraponer su criterio a cierto aparte del fallo, lo cual
explica que en ninguno de los cargos haya enfrentado la lógica total de la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 14/03/2001
DECISION : Inadmite la demanda presentada
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : PABON CORTES, JOSE OCTAVIO
DELITOS : Enriquecimiento ilícito de particular
PROCESO : 15493
PUBLICADA : Si

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161
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PRUEBA-Negación y omisión: Cuándo configuran motivo de nulidad/


MINISTERIO PUBLICO-Conceptos: Carecen de fuerza vinculante/
IMPEDIMENTO-Haber dado opinión sobre el caso/ ERROR DE HECHO-Falso
juicio de existencia por omisión/ RECUSACION/ MINISTERIO PUBLICO
FALSO JUICIO DE EXISTENCIA

1. Como lo expresó el señor Procurador Delegado, la simple omisión o la expresa


negación de recaudar un determinado medio de prueba no es fundamento suficiente,
por sí solo, para configurar un motivo de nulidad por violación del derecho de defensa
o por quebrantamiento del debido proceso, menos si, como sucedió en este asunto, el
fallador indicó las razones por las cuales consideraba superflua e impertinente la
práctica de la diligencia de inspección judicial con intervención de peritos, motivos en
su momento compartidos por el recurrente y los demás sujetos procesales pues se
abstuvieron de reclamar dentro de la oportunidad procesal con los instrumentos
jurídicos que el legislador tiene establecidos para ello.
...

Tampoco demostró el censor de manera fundamentada la trascen-dencia real y


concreta de la prueba; no precisó en qué forma ésta podía desvirtuar cada uno de los
motivos expuestos en la sentencia impugnada para no aceptar las explicaciones de los
procesados acerca del crecimiento desmesurado de su capital e imputarles el delito de
enriquecimiento ilícito.

La Corte ha reiterado* que para que prospere este cargo no es suficiente comprobar la
inexistencia del medio probatorio al interior del proceso adelantado sino que, además,
es menester que se demuestre cómo, ante su ausencia, el juzgador ha proferido una
sentencia distante de la verdad afectando gravemente al sujeto procesal, exigencia
que se alcanza si las pruebas que se niegan u omiten son sustanciales porque apuntan
a la exclusión de la res-ponsabilidad del procesado o a la atenuación de las sanciones.
Re-sulta imprescindible, así, comprobar que las evidencias no practi-cadas, si lo
hubieran sido, habrían sido capaces de modificar la si-tuación jurídica del procesado,
en su favor. Y esa demostración no fue hecha por el casacionista.

2. Tampoco le asiste la razón al libelista en lo que tiene que ver con el segundo motivo
de nulidad planteado en su demanda. La intervención del doctor (...) (y no de la
doctora ... como erróneamente lo indicó el censor) en calidad de representante del
Ministerio Público en la segunda instancia en la etapa del juicio, no tiene la entidad
suficiente para invalidar la presente actuación.

Si fuera cierto lo planteado por el actor en cuanto el mismo Agente del Ministerio
Público actuó durante todo el proceso, suficiente serían las palabras de la Corte, quien
ha dicho en forma abundante** que no toda opinión sobre el objeto del proceso
constituye causal de impedimento; que sólo aquella que se produce
extraprocesalmente puede conducir a tal consecuencia; y que ese resultado no se
obtiene cuando el criterio se expresa dentro del marco propio de las funciones
judiciales.

De otra parte, en estricto sentido, la opinión capaz de tener aptitud para soportar la
declaratoria de impedimento debe ser sustancial, de fondo, que constituya una barrera
que cerque el juicio del juzgador y le impida actuar con libertad, lo que no ocurre con
los conceptos del Ministerio Público pues, como lo resaltó el Procurador Delegado, no
tienen esa jerarquía. Su posición como sujeto procesal especial no le confiere dominio
sobre la acción penal y sus apreciaciones, por lo tanto, carecen de fuerza vinculante.

Al margen de lo anterior, la presunta irregularidad en que el defensor fundamentó este


motivo de nulidad no pasó de su simple enunciado. Olvidó que de conformidad con el
principio de trascendencia previsto en el artículo 308 del C. de P. P., no basta la mera
denuncia de que el proceso se halla afectado de irregularidades para que
automáticamente sea atendible un reclamo anulatorio. Es necesario que se demuestre
un yerro sustancial con capacidad para afectar las garantías procesales con claro
perjuicio para los sujetos procesales en el trámite, o que implique un desconocimiento
de las bases fundamentales que estructuran el debido proceso. Nada de ello hizo el
censor.

Y no podía hacerlo porque el Procurador 20 Delegado en lo Penal, doctor (...) -no la


doctora (...), Procuradora 11- en la audiencia pública solicitó la absolución de los
procesados, posteriormente apeló la sentencia condenatoria, intervino oralmente en la
sesión de sustentación de la alzada para reiterar su requerimiento e, incluso, durante

162
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

el traslado a los no recurrentes dentro del trámite de la casación, pidió a la Corte casar
la sentencia para en su lugar declarar la nulidad o absolver a los imputados.

Es claro, así, que si el Agente del Ministerio Público durante el juicio obró con ahínco en
pro de los doctores (...) y (...), mal puede ahora un defensor pedir se anule la actuación
por irregular participación de la Procuraduría cuando uno de los requisitos de la
petición de nulidad es que con la restauración se repare un daño y se obtenga un
beneficio, daño que no produjo el Delegado 20 y beneficio que siempre, en el juicio,
buscó el mismo funcionario.

Finalmente, y esto sería suficiente, recuérdese que la medida legalmente prevista ante
la no declaración de impedimento no es la solicitud a-posteriori de nulidad sino la
recusación inmediata del funcionario que omite su manifestación, todo ello sujeto al
trámite y a las consecuencias establecidas en los artículos 108 y siguientes del C. de.
P. P., mecanismo que no fue utilizado dentro del proceso regular por las "partes", salvo
y parcialmente después de proferida la sentencia de segunda instancia.

3. Un error de hecho por falso juicio de existencia por omisión que, como se sabe, se
presenta cuando los juzgadores ignoran la prueba que obra materialmente en el
proceso, o lo que es igual, cuando pasan inadvertidos frente a su presencia, y no
cuando, habiéndola apreciado, la desestiman por considerar que no goza de credibili-
dad frente a las reglas de la sana crítica. Esto último fue lo sucedi-do en el sub judice,
como surge de las transcripciones que se aca-ban de hacer.

Olvidó igualmente el defensor que cuando se plantea este tipo de error, su


fundamentación no puede limitarse a la sim-ple enumeración de los medios de prueba
supuestamente omitidos, pues que le es imperioso y obligante hacer una revaluación
proba-toria, confrontar los elementos echados de menos con los que tuvo en cuenta el
juzgador para proferir el fallo controvertido y, luego de ese ejercicio y con base en el
mismo, demostrar que las conclu-siones de la sentencia habrían sido distintas si no se
hubiera incu-rrido en el equívoco.

____________________________
* Sentencia del 29 de noviembre de 1984. M.P. Dr. Fabio Calderón Botero; sentencia de junio 22
de 2000. M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote
** Auto de marzo 17 de 1999. M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote; Auto de noviembre 11 de
1994. M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : BELTRAN DELGADO, JOSE MARIA
PROCESADO : ZAMBRANO CARDENAS, MARIELA
DELITOS : Enriquecimiento ilícito
PROCESO : 14917
PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Debido proceso, derecho de defensa e investigación integral/


VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Concreción del error/ ERROR DE
HECHO-Falso juicio de existencia: suposición de la prueba/ REBELION-
Aplicación de la circunstancia de agravación/ DEBIDO PROCESO/ DERECHO
DE DEFENSA/ INVESTIGACION INTEGRAL/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA/
CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA

1. Denunció bajo un mismo cargo y con base en el mismo discurso argumentativo tres
motivos de nulidad -desconocimiento del debido proceso, del derecho de defensa y del
principio de investigación integral-, sin acatar que el primero es un vicio de estructura
y los segundos de garantía, claramente diferenciables por la jurisprudencia con base

163
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

en la ley, que deben ser postulados, desarrollados y demostrados autónomamente en


sede de casación, indicando y comprobando nítidamente las irregularidades que son
propuestas como principal y secundarias, pues las consecuencias que dimanan de la
eventual existencia de una de ellas pueden afectar de manera diferente y desde
distinta oportunidad el trámite del proceso. Así lo ha dicho la Sala en muchas
decisiones, por ejemplo en las senten-cias de casación del 10 de marzo de 1994 -M. P.
Dr. Ricardo Cal-vete Rangel- y del 14 de septiembre de 1.999 -M. P. Dr. Carlos Eduardo
Mejía Escobar-.

Postuló violación del debido proceso, pero no identificó con plena nitidez ni demostró
cuál fue la irregularidad que sustancialmente lo alteró de manera rotunda. Tampoco
determinó con claridad la actuación específica que supuestamente conllevó a la
vulneración del derecho de defensa alegado ni su concreta incidencia en el fallo
recurrido.

Hizo consistir el desconocimiento del principio de investigación integral en la omisión


de la "plena comprobación" de varias circunstancias: que (...) había llevado al "monte"
a (...) en su motocicleta para que se reuniera con la guerrilla; que éste no hizo
manejos con destinación ilegal desde su cuenta bancaria; la posesión o tenencia de un
arma autorizada por la ley, por parte de (...); y la falta de identificación de "los testigos
secretos", porque no fueron solicitadas las actas correspondientes.

Frente a lo anterior, basta recordar que no es suficiente relacionar las diligencias que
se estiman ignoradas, sino que es preciso evidenciar su conducencia, pertinencia y
utilidad, así como su trascendencia, que no deriva exclusivamente de la observación
de la prueba omitida en sí misma considerada, sino de la confrontación lógica con los
elementos de convicción que sustentan el fallo, de modo que se muestre que si se
hubiera practicado, la orientación de éste hubiese sido distinta, y que la invalidación
de la sentencia es la única manera de remediar el vicio. Nada de ello hizo el señor
defensor.
...

El actor no probó cómo lo ordenado en la providencia del 14 de abril de 1994 -que


negó la reposición interpuesta contra el auto que declaró el cierre parcial de la
investigación y dispuso simultáneamente el traslado a las partes para que presentaran
sus alegatos de conclusión- afectó de manera real y concreta las garantías procesales
de su representado, con lo cual dejó de lado el contenido del artículo 308-2 del C. de. P.
P., que exige al proponente de la nulidad "...demostrar que la irregularidad sustancial,
afecta garantías de los sujetos procesales o desconoce las bases fundamentales de la
instrucción y el juzgamiento".

Quiere decir lo anterior que la nulidad como remedio procesal no opera por el simple
señalamiento de una supuesta irregularidad y, por lo tanto, que no basta la formal y
aparente reprobación de un acto que se califica de injurídico. Es menester, como es
apenas obvio, precisar puntual y fundadamente la lesión o menoscabo producido con
la actuación al proceso o a las garantías de los diversos sujetos que en él intervienen.

2. Sostiene el libelista que "... la sentencia es violatoria de normas sustanciales


protectoras. La violación proviene de error en la apreciación de las pruebas; se trata de
una violación indirecta por error de hecho que tiene origen en la estimación
probatoria" (C.10, fol.21).

La censura propuesta no recibió la demostración y desarrollo que corresponde a la


causal invocada. No precisó cuáles fueron las normas sustanciales objeto de violación,
así como el sentido de la misma, si falta de aplicación, aplicación indebida o
interpretación errónea. Tampoco indicó con exactitud y claridad a qué tipo de error o
errores de hecho hacía alusión, si a falsos juicios de existencia, de identidad o
raciocinio, ni cómo y por qué se produjeron, ni, en fin, cuál su injerencia y
trascendencia en el fallo.
...

En síntesis, el demandante no se ocupó de identificar y acreditar la existencia de los


errores de hecho o de derecho anunciados, sino que se dedicó a dar fuerza a sus
propios argumentos con el propósito de restarle credibilidad a la prueba testimonial en
que se fundamentó el fallo, pretendiendo infructuosamente revivir el debate
probatorio, tarea que no es admisible en este momento procesal. Si esto no fuera así,
el recurso extraordinario perdería su vocación de guarda de la legalidad y la Corte se
convertiría simplemente en una instancia más, con claro desconocimiento de su tarea
como tribunal de casación.

164
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Debe recordarse, como en forma abundante lo ha expuesto esta Sala* , que al actor le
corresponde señalar de manera precisa la clase de error que propone y, lo más
importante, demostrar su existencia y trascendencia, al punto de acreditar que si no
hubiera existido el yerro, la decisión habría sido otra, ejercicio que no desplegó con
exactitud el defensor.

3. Al igual que los anteriores reproches, este tercer cargo que formuló el defensor a la
luz de la causal primera, cuerpo segundo, se quedó en su simple enunciado, pues no
recibió el desarrollo y la demostración correspondientes. Afirmó que la sentencia
impugnada se tomó con fundamento en la prueba imaginada por el juzgador, pero en
ningún momento indicó con precisión cuáles fueron los elementos de convicción que
no obran materialmente en el expediente y que fueran inventados por el juez
colegiado.

No tuvo en cuenta que, como lo ha reiterado la Corporación** , cuando se plantean


errores de hecho por falso juicio de existencia por suposición de prueba, para la
fundamentación de la censura es necesario enumerar claramente los medios
hipotéticamente imaginados, y efectuar una revaluación probatoria con exclusión de
los elementos de persuasión inexistentes en el proceso, para, con fundamento en ella,
entrar a demostrar que las conclusiones del fallo habrían sido distintas si no se hubiera
incurrido en el error denunciado.

4. Auncuando anuncia que no toma el puesto del defensor, el Procurador Delegado


insta a la Corte para que, en resguardo de la garantía del in dubio pro reo, case de
oficio la sentencia por la ruta de la infracción indirecta de la ley sustancial pues la
circunstancia agravante prevista en el artículo 129 del Código Penal no es predicable,
con lo cual pretende reducción de pena para el procesado.
...
Sobre este aspecto no existió ninguna duda en el curso del proceso. En los testimonios
recibidos a los también rebeldes (...) se enfatizó en la calidad de dirigente de (...),
quien fungía como máximo jefe del Frente Yariquíes, y es por eso que lo mencionan
con los apelativos de "comandante", "jefe máximo", "mando superior" y "comandante
en jefe".

Por tal razón, tanto en la diligencia de indagatoria como en el auto que le definió la
situación jurídica y en la resolución de acusación (C.1, fol. 148, 272; C. 5, fol. 15) se le
incriminó no solo por pertenecer a la guerrilla, sino por ser un connotado jefe político
de la organización.

Precisamente esa calidad de comandante o jefe guerrillero era la que le permitía


ordenar los "atentados, secuestros y otros actos terroristas" a que se hace referencia
en el fallo y sobre los cuales declararon los testigos, especialmente (...).

Es cierto que al expediente no se allegaron las pruebas sobre la real ocurrencia de los
actos terroristas referidos por los testigos, pero ello obedeció a que los mismos no
fueron el objeto de la presente investigación, como expresamente se indicó en la parte
motiva de la resolución de acusación proferida en contra del procesado, cuando
nítidamente señaló "…que el delito porque se procede es el de rebelión...ya que
existen constancias sobre la puesta en marcha de otras investigaciones por punibles
que se dice fueron cometidos por integrantes del frente…" (C.5, fol. 5).

Contrario a lo afirmado por el Representante del Ministerio Público, se reitera que la


calidad que tenía el procesado de "máximo dirigente o jefe" del autodenominado
"Movimiento Resistencia Yariquíes", perteneciente al E.L.N., sí genera la aplicación de
la circunstancia de agravación punitiva prevista en el artículo 129 del Código Penal,
pues es evidente que la misión principal de los máximos jefes de esos grupos no es
otra que la de promover, organizar y dirigir acciones tendientes a modificar el régimen
constitucional vigente, y no es desconocido para nadie que una de las principales
formas que ha adoptado la guerrilla para lograr tal cometido es a través de los actos
vandálicos y terroristas como los que se dice ordenaba y organizaba (...).

_____________________________
*Por ejemplo: Sentecia de septiembre 8 de 1999. Magistrado ponente doctor Fernando
Arboleda Ripoll; sentencia de agosto 4 de 1999. Magistrado ponente doctor Carlos
Eduardo Mejía Escobar
**Sentencia de julio 3 de 1996, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; sentencia del 8 de
agosto de 1996, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel

165
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal
CIUDAD : Nacional
PROCESADO : CHAPARRO SANCHEZ, PEDRO JOSE
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 13438
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

PRUEBA-Contradicción probatoria: Publicidad/ DERECHO DE


CONTRADICCION/ DERECHO DE DEFENSA

Como presupuesto de la contradicción de la prueba está la publicidad, que permite su


conocimiento por los sujetos procesales y la consiguiente oportunidad de controvertirla
y rebatirla, derecho que puede ser ejercido debatiendo su propio contenido, o
mediante la confrontación con otros medios de convicción, o no dándole
trascendencia, de conformidad con la táctica defensiva adoptada. Debe además
observarse que aunque la contradicción probatoria pueda ejercerse separadamente, la
sistemática establecida en el inciso primero del artículo 254 del Código de
Procedimiento Penal conduce a la confrontación conjunta; y efectuarla singularmente
puede inducir a dejar por fuera aspectos pertinentes, aún aquéllos que resultarían
medulares para la acusación o para el establecimiento de la inocencia del procesado.

Lo expuesto en el párrafo precedente explica las razones por las cuales la no


confutación de una prueba, no implica per se violación del derecho de contradicción ni
del derecho de defensa, sino que es indispensable mostrar su trascendencia, en el
sentido de que la superación del yerro lleve a variar favorablemente la situación del
procesado, cuando se haya impugnado en su interés.

En el caso concreto, el mismo día del inicio de la indagación preliminar, 30 de marzo de


1994, fue recibida la declaración del abogado (...) (f. 23 cd. 1), a quien el sindicado le
exigió la suma de $ 400.000 para propiciar la libertad de una persona asistida por
dicho letrado. La defensa de (...), en sus varias intervenciones durante la instrucción,
se abstuvo de solicitar la ampliación de ese testimonio.

El Juzgado al dar inicio a la etapa del juicio, le notificó al procesado que se estaba
corriendo el traslado previsto en el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal,
durante el cual su apoderado judicial solicitó la mencionada ampliación, petición a la
cual accedió el despacho y repetidas veces citó mediante telegrama al deponente,
quien se excusó en una oportunidad de asistir y en definitiva no compareció a la
audiencia pública, en donde se adelantaría tal diligencia.

Claramente se aprecia que el sindicado y su defensor tuvieron conocimiento de la


prueba en cuestión, que pudieron haber tratado de contradecir oportunamente. Si no
lo hicieron y esperaron al juicio para intentarlo, no es retardo imputable a la
administración de justicia, que sí lo escuchó desde el principio y luego efectuó lo que
estaba a su alcance para lograr la comparecencia, a la postre frustrada.

Quien anteriormente asistía al procesado solicitó dicha ampliación, para que el testigo
declarara "sobre detalles de tiempo, modo y lugar que interesan al proceso" y el
casacionista da a entender que de esa forma se acabarían las inconsistencias que dice
que presenta, pero no especificó debidamente en que consistían tales detalles, ni
cómo resultaría demeritada en lugar de complementada y, eventualmente, fortalecida.

Así mismo, confunde el demandante controvertir una prueba con confrontarla en el


acto mismo de su recepción o ampliación, para el caso con la presencia personal del
testigo, que ciertamente no es imprescindible, pues bien se puede discutir su
verosimilitud, como en efecto hizo la defensa en diferentes actuaciones.

166
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La contradicción global de la prueba se materializó con la petición de diligencias de


acopio demostrativo, solicitadas tanto por el defensor como por el sindicado, algunas
de ellas ordenadas por el Juzgado y tres practicadas en la audiencia pública. Ningún
elemento de juicio aporta el censor que lleve, al menos, a vislumbrar que la situación
de su representado variaría favorablemente con la ampliación del testimonio del doctor
(...), con lo cual incumplió con la obligación de demostrar la trascendencia del
supuesto vicio aducido.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D .C.
RECURRENTE : QUESADA ORTIZ, RAMON HELY
DELITOS : Concusión
PROCESO : 11269
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria-Ciudadano honorable/ DEFENSA TECNICA-


Carencia momentánea que no afecta garantías/ ERROR DE DERECHO-Falso
juicio de legalidad, falso juicio de convicción

1. En lo relativo a que el procesado fue asistido en la diligencia de indagatoria, la que


se llevó a cabo el 20 de noviembre de 1994, por un ciudadano que no tenía la calidad
de abogado, no constituye irregularidad que conlleve la invalidez de la actuación,
cuando en el trámite procesal subsiguiente se garantizó el derecho de defensa técnica,
conforme lo ha sostenido la Sala*, ya que en ese momento se encontraba vigente el
inciso 1° del artículo 148 del C. de P. Penal que lo autorizaba, el que sólo fue declarado
inconstitucional el 8 de febrero de 1996 (Sentencia C-049), que solo produce efectos
hacia el futuro, y, además, a partir del 19 de diciembre del año citado contó con la
asistencia de un abogado.

Por otra parte, no le asiste razón al Ministerio Público cuando asevera que no se dan
las condiciones que exigía el artículo citado, para que el indagado pudiera ser asistido
por quien no era profesional del derecho, ya que es un hecho notorio que en Bogotá
éstos abundan, pues, como también lo ha dicho la Sala**, lo que se debe considerar no
es el número de abogados que ejerzan o tengan su domicilio en un determinado lugar,
sino su disponibilidad en las concretas circunstancias de tiempo y lugar, lo que tiene
particular relevancia en el caso que nos ocupa, ya que la indagatoria se recibió un
domingo a las 9 de la noche, habiéndose dejado constancia de que no había abogado
litigante en las dependencias de la Fiscalía en Paloquemano a esa hora.

2. En lo concerniente a la aseveración del casacionista, en el sentido de que como el


procesado careció de defensor, entre el 20 de noviembre de 1994 y el 19 de diciembre
del mismo año, se le cercenó el derecho de pedir pruebas y de controvertir las
aducidas en ese lapso y, por lo tanto, el derecho de defensa, siendo, por lo mismo,
nulas las allegadas, se observa que el reproche no es claro, pues no se sabe con
certeza si lo que pretende es que las pruebas practicadas en ese periodo son
jurídicamente inexistentes, pero que el proceso es válido, evento en el cual ha debido
acudir a la causal primera e invocar error de derecho por falso juicio de legalidad cuya
consecuencia, en el caso de prosperar, sería la eliminación en el juicio del sentenciador
de los medios ilegales y el reexamen del haz probatorio restante, lo que podría llevar
a la absolución, o si quiso plantear que todo lo actuado en ese período es nulo,
incluidos los elementos de convicción aducidos, por absoluta carencia de defensor,
hipótesis última que es ubicable en la causal tercera.

De lo expuesto se infiere que quiso referirse al segundo evento, pero, de todos modos,
no le asiste razón, pues la doctrina de la Sala, de manera pacífica ha reiterado que
aunque la defensa debe ser real, permanente y continua, durante la investigación y el
juzgamiento, su falta ocasional no implica su desconocimiento, pues si la irregularidad

167
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

es oportunamente corregida, de suerte que el profesional designado puede ejercer


adecuadamente los actos defensivos que pudo haber realizado durante el tiempo en
que el procesado careció de defensa técnica, debe entenderse que el derecho no ha
sido conculcado, puesto que ningún sentido tendría invalidar el proceso para que la
defensa vuelva a tener una oportunidad que ya tuvo***.

En el presente evento, el procesado contó con defensor letrado a partir del 19 de


diciembre de 1994, de manera que éste tuvo el tiempo y la oportunidad para conocer y
controvertir las pruebas allegadas y para ejercitar los demás actos defensivos, por lo
que la garantía permaneció incólume.

3. Al amparo del cuerpo segundo de la causal primera de casación, acusa al


sentenciador de haber violado normas de derecho sustancial, por errores en la
apreciación del testimonio del menor Carlos Eduardo Villalobos Cuadrado, por cuanto,
en su criterio, además de tratarse de un menor, lo que pone en tela de juicio su
veracidad y capacidad de dilucidar aspectos fundamentales de los hechos, el
interrogatorio se le formuló sin juramento y con preguntas capciosas, haciendo del
mismo un medio de convicción contradictorio y, por ende, no merecedor del crédito
que le otorgó el juzgador.

En el desarrollo de la censura cae en evidente contradicción, como quiera que con


relación al mismo medio de prueba, a saber, el testimonio del menor Carlos Eduardo
Villalobos Cuadrado, predica que fue practicado de manera ilegal, al haberse recibido
sin juramento y al haberse hecho preguntas capciosas, lo que implicaría que se
incurrió en error de derecho por falso juicio de legalidad, y que no se le ha debido
otorgar credibilidad, lo que conllevaría que se cometió error de derecho por falso juicio
de convicción, cuya conjunción resulta irreconciliable, pues si una prueba se acusa de
ilegalmente aducida, lo que se persigue es que no se le tenga en cuenta, por ser
jurídicamente inexistente, luego mal se podría, al mismo tiempo, entrar a controvertir
su indebida valoración, pues lo legalmente inexistente carece de valor alguno, como lo
ha señalado la Sala**** .
---------------------------------------------
* Ver, entre otras, casación 12212 y 11965, abril 3/97 y junio 8/00, M.P. Drs. Fernando E.
Arboleda Ripoll y Carlos E. Mejía Escobar.
** Ver, entre otras, casación 12043, junio 15/99 M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll y 12302, abril
5/00 M.P. Dr. Jorge E. Córdoba POveda.
*** Ver, entre otras, Casación del 27 de mayo de 1999, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel; Casación
del 15 de junio de 1999, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; Casación 11838 del 25 de mayo de
2000, M.P. Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón, y Casación 15365 del 15 de diciembre de 2000, M.P.
Dr. Jorge E. Córdoba Poveda.
**** Véase, entre otras, casación 9387, marzo 13 de 1997. M.P. Dr. Juan Manuel Tores Fresneda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : NAVARRETE ZORRILLA, WILSON RICARDO

DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio


PROCESO : 11810
PUBLICADA : Si

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio/ FALSO JUICIO


DE IDENTIDAD-Demostración/ CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Se
debe presentar el reproche con objetividad/ FALSO RACIOCINIO

1. La jurisprudencia de la Corte, al precisar la naturaleza y alcances del error originado


en la apreciación judicial del mérito de las pruebas a que se ha hecho referencia en el
acápite anterior, ha sido insistente en señalar que este desacierto puede ser de orden
axiológico u objetivo. El primero es de hecho, por error de raciocinio y surge cuando en

168
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

el proceso de evaluación de la prueba se vulneran las reglas aplicables del método de


la persuasión racional (lógica, técnica, ciencia). El segundo, error de hecho por falso
juicio de identidad, relacionado con el contenido material de la evidencia, es yerro que
se gesta en la contemplación de la prueba, por tergiversación o distorsión de su
expresión literal, al hacerle decir lo que en realidad no dice. Estos errores de hecho por
afectar de manera diferente la prueba no pueden formularse y desarrollarse bajo un
mismo cargo.

La Sala con ponencia del Magistrado doctor FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL refiriéndose
al tema, precisó:

"1. A manera de aclaración previa debe decirse que los errores derivados de la
distorsión del contenido material de una determinada prueba, técnicamente llamados
de identidad, son sustancialmente distintos de los que provienen del desconocimiento
de las reglas de la sana crítica en la valoración de su mérito persuasivo, o en la
construcción de las inferencias lógicas de contenido probatorio, que la reciente
jurisprudencia de la Corte nomina de raciocinio.

"El primero (de identidad), ha sido dicho por la Sala, se presenta cuando el juzgador, al
apreciar un determinado medio de prueba, distorsiona su contenido o expresión
fáctica, porque lo adiciona, cercena o altera, poniéndolo a decir lo que materialmente
no dice. Es de carácter esencialmente objetivo, contemplativo, y su demostración
implica hacer evidentes dos aspectos: 1) Que los fallos apreciaron la prueba
contrariando su texto o literalidad; 2) Que este desacierto condujo a una decisión
contraria a la ley.

"El segundo (falso raciocinio), surge cuando el fallador, en el proceso de evaluación


racional del mérito de las pruebas, o en la construcción de las inferencias lógicas
obtenidas de ella, se aparta caprichosamente de las reglas de la sana crítica,
declarando por virtud de ese yerro una verdad fáctica distinta de la que revela el
proceso. Se diferencia del anterior por ser de valoración crítica, porque dentro del
proceso lógico de apreciación probatoria surge en un momento posterior al de su
contemplación material, porque supone el respeto por su contenido fáctico, y porque
su demostración impone acreditar no que los juzgadores distorsionaron su contenido,
sino que se apartaron de las reglas de la sana crítica".

2. La demostración del falso juicio de identidad impone al libelista la obligación de


confrontar el contenido del elemento de convicción y la forma como fue asumido por
los juzgadores, haciendo evidente y de manera fundada el error del fallador y su
incidencia en la ley sustancial (por exclusión evidente o indebida aplicación). La lectura
del trabajo realizado por el demandante permite establecer que ningún esfuerzo
realizó en pos del deber indicado.

Es elemental para el resultado positivo de las pretensiones del demandante que la


censura comprenda en su totalidad las evidencias y hechos deducidos de éstas, y que
indujeron al ad quem a optar por la decisión cuestionada a través de este medio
extraordinario de impugnación, pues cuando el ataque resulta incompleto, por no
descalificarse todos los aspectos determinantes en la providencia, a través de la causal
y motivo de casación que corresponda, resulta inocuo el ataque en la medida en que la
solidez de los demás factores que incidieron en el fallo impiden que éste se quiebre
legalmente.
...

Con los demás elementos de juicio y a propósito del cargo que insinuó demostrar el
demandante (literales a), b) y c) del numeral 3° de este capítulo), debe decirse que en
algunos de los apartes del desarrollo no singularizó el medio, acudiendo a invocaciones
genéricas; en otros, cita la fuente probatoria pero no particulariza el contenido que
relacionado con la sentencia permita establecer la existencia de un error por parte del
Tribunal, quedando en el limbo y sin establecer las equivocaciones trascendentales
que dice incurrió la sentencia de segundo grado, pues era deber realizar el ejercicio
comparativo a fin de establecer que se forzó el contenido material para afirmar
circunstancias que no fueron manifestadas en la evidencia, o que se distorsionó al
cambiar la expresión fáctica para ponerla a decir algo diverso a lo que con exactitud la
prueba contiene.

3. En el caso sometido a consideración de la Corte, el casacionista acude a nociones


de psicología, no discutidas en el ámbito jurídico, respecto de personalidad y persona,
asignando luego con particular subjetividad e interés alcances y aplicación
discriminada para la mujer, cuando ésta asume la calidad de sujeto activo de la

169
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

conducta punible, sosteniendo que el "aspecto femenino" es "siempre desconocido en


las decisiones judiciales", discriminación que en ningún momento estuvo presente en
este caso en la providencia del sentenciador, faltando con ello a la objetividad con que
debió asumirse el reproche en relación con el contenido de la providencia impugnada.

La exposición del impugnante resulta inaceptable, porque constituye una mera opinión
en el campo doctrinario sobre los temas aludidos en el acápite anterior, con lo cual las
alegaciones resultan ajenas a las exigencias del recurso, pero además, incomprensible
resulta que el recurrente abandonara sin razón el deber de demostrar que el ad quem
se equivocó en la contemplación de las evidencias que constituyeron el soporte de la
sentencia para denegar el subrogado penal de la condena de ejecución condicional,
por lo que el quebrantó indirecto de la ley sustancial, con fundamento en la causal y el
motivo de casación elegido por el actor, quedó en un simple enunciado, dado que no
se proporcionaron elementos de juicio que permitieran sostener que con la orientación
de la decisión se obtuvieron resultados probatorios que no se desprenden
racionalmente del contexto de aquellas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : GOMEZ, NANCY
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 11133
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Concepto/ AUDIENCIA PRELIMINAR-No se


puede comisionar para su práctica/ CONTRAVENCION

1. Por definición legal la colisión de competencias se presenta entre " dos o más"
jueces o Tribunales que consideran que a cada uno de ellos corresponde adelantar un
juzgamiento o se niegan a ello alegando la razón contraria ( art. 97 del C de P.P.).
Necesariamente la discrepancia se vincula con factores que determinan el
conocimiento del respectivo asunto, como el lugar de ocurrencia del hecho, el ámbito
funcional, la existencia de fuero, la conexidad o la materia de que se trata.

2. Como la controversia planteada se funda en la discrepancia de criterios sobre la


naturaleza de la audiencia preliminar prevista en el trámite contravencional, y las
facultades que tiene el funcionario competente para comisionar, se precisará que
actuaciones como la de la Juez de Granada repugnan con los principios que deben
guiar la administración de justicia, cuando para resolver el conflicto suscitado por el
incumplimiento de la comisión ordenada, resultaba más ajustado acudir a criterios de
hermeneútica.

Al consultar disposiciones sobre las facultades para comisionar por parte de los jueces
que conocen contravenciones especiales, tiénese que el artículo 35 de la ley 228 de
1995 autoriza a los inspectores de policía tramitar despachos comisorios de jueces y
fiscales, pero establece como limitante " siempre y cuando ellos no se refieran a la
práctica de pruebas ni a la realización de diligencias o actuaciones privativas de los
jueces y fiscales de conocimiento".

Emerge entonces de la citada preceptiva que los Jueces Penales Municipales en


materia de contravenciones no pueden comisionar para que otro funcionario judicial
adelante diligencias judiciales y adopte decisiones propias de su competencia. En el
asunto analizado el discutido exhorto se libra para llevar a cabo audiencia preliminar, y
en ella de acuerdo al procedimiento rituado en la ley 228 de 1995, deben hacerse
pronunciamientos de calificación de cargos, determinación de la conducencia y
pertinencia de las pruebas que se van hacer valer, así como las que de oficio se
consideren necesarias (art. 23 ibídem), que corresponden privativamente al juez

170
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

competente, por lo que la primera conclusión a la que se arriba es la ausencia de


facultad para este tipo de diligencias.

Empero, frente a este modo de razonar surge la siguiente pregunta, que pasaría si el
llamado a rendir versión tiene como residencia otro municipio diferente de aquel a
donde se tramita la contravención?

El artículo 38 de la citada ley, establece que se aplicarán las disposiciones del Código
de Procedimiento Penal, en todo aquello que no esté previsto en la ley 228 ( Principio
de remisión), por lo que se tendrán en cuenta las reglas señaladas en el artículo 82,
inciso 2º ibídem. Sin embargo, el estatuto procesal no resuelve la eventualidad a que
se contrae la presente controversia, pues el Juez contravencional al comisionar no
puede desconocer que la oralidad, inmediación y la concentración de la prueba son
principios de la ley 228 de 1995, y aceptar la comisión para este tipo de diligencias
desnaturalizaría la esencia del trámite en mención, de donde emerge otra razón que la
impide .

De otra parte, el artículo 21 de la multicitada legislación contempla la posibilidad de


que el imputado no comparezca, caso en el cual prevé el procedimiento a seguir, y la
situación obtiene solución con el emplazamiento y declaratoria de persona ausente, de
donde surge la posibilidad de continuar el proceso contravencional sin acudir a la
comisión, además porque el lugar donde se encuentre el imputado no es motivo para
adscribir competencia.

Vistas así las cosas encuentra la Sala que la razón está de lado del Juez de Chigorodó
para negarse a cumplir la comisión impartida.

De otra parte, independiente de la forma como se presenta el conflicto, así el


comitente hubiese insistido en las razones que lo llevan a impartir la comisión, es lo
cierto que no habría modo apropiado para proponerlo, pues ninguno de los
funcionarios enfrentados discute que la competencia para conocer del asunto radica en
el Juzgado Promiscuo de Granada. La discrepancia se funda en la facultad de
comisionar para la práctica de diligencias en territorio distinto al de su sede que
involucra de acuerdo al procedimiento que rige el trámite la toma de decisiones que
como se anunció en precedencia, sólo pueden ser adoptadas por el competente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 15/03/2001
DECISION : Se abstiene de dirimir, devuelve el expediente
PROCEDENCIA : Juzgado Promiscuo Municipal
CIUDAD : Granada - Meta
PROCESADO : MUÑOZ USMA, HERNANDO
DELITOS : Hurto
PROCESO : 18078
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ ERROR DE


HECHO-Falso raciocinio/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de legalidad/
PRUEBA-Procedencia y trascendencia/ NULIDAD-Defensa técnica/ FALSO
RACIOCINIO/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD

1. La Corte ha sido insistente en precisar que cuando se plantea en casación violación


del principio de investigación integral, es necesario que el ataque reúna tres
condiciones básicas: 1) Que concrete los medios de prueba que fueron dejados de
practicar por el funcionario instructor; 2) Que demuestre la procedencia de su práctica;
y 3) Que acredite su trascendencia.

2. Salta a la vista que lo denunciado veladamente por el actor es un error de hecho por
falso raciocinio, producto de equivocaciones en la construcción de las inferencias
lógicas, por desconocimiento de las reglas de la sana crítica, que debió ser propuesto

171
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

dentro del ámbito de la causal primera, cuerpo segundo, con indicación de las normas
sustanciales indirectamente violadas, el sentido de la violación, y la trascendencia del
yerro.

3. Cuando en la práctica de una determinada prueba son incumplidos los requisitos


que la ley establece para su validez, y el juzgador, a pesar de ello, la valora en el
equivocado entendido que los cumple, se está en presencia de un error de derecho por
falso juicio de legalidad, no en uno de actividad por violación del principio de
investigación integral, pues este último se configura cuando el órgano judicial omite
cumplir la obligación de orientar la investigación hacia el esclarecimiento de la verdad,
soslayando el recaudo de las pruebas necesarias para la obtención de este propósito,
no cuando en su práctica son desatendidas las normas que disciplinan su producción
formal.

4. La procedencia, ha sido dicho por la Corte, guarda relación con los conceptos de
conducencia, pertinencia, racionalidad y utilidad del elemento probatorio. Una prueba
es conducente cuando su práctica es permitida por la ley; es pertinente cuando guarda
relación con los hechos, objeto y fines de la investigación; es racional cuando es
realizable desde parámetros de lo razonable; y, es útil cuando reporta alguna
importancia, por oposición a lo superfluo o innecesario.

La trascendencia, por su parte, dice relación con la incidencia que la prueba pudo
haber tenido en la decisión impugnada, e impone confrontar, dentro de un plano
racional de abstracción, su eventual contenido con las que sustentan el fallo, en orden
a demostrar que sus conclusiones sobre los hechos o la responsabilidad del procesado
habrían sido distintas y opuestas, de haber sido aquélla practicada.

5. La Corte ha sostenido que cuando se plantea nulidad del proceso por violación del
derecho a la defensa técnica, se impone demostrar una cualquiera de las siguientes
dos hipótesis: a) que el procesado careció totalmente de ella durante las fases de la
investigación o el juzgamiento, por falta de designación de un abogado; y, b) que el
profesional encargado de su ejercicio desatendió por completo los deberes que cargo
le impone, generando una situación de desamparo total del imputado.

También ha dicho que la ausencia de actos de contradicción probatoria, impugnación,


o alegación, no siempre implica vulneración del derecho de defensa, ni por tanto
nulidad del proceso, puesto que el silencio expectante, dentro de los límites de la
racionalidad, es también una forma de estrategia defensiva, no menos efectiva que
una entusiasta postura controversial, y que por esta razón, solo cuando adicionalmente
se advierte que el defensor no ha desarrollado tampoco actos de vigilancia del acaecer
procesal, es posible afirmar que se está en presencia de una situación de abandono de
la gestión encomendada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GALEANO VELASQUEZ, JORGE WILLIAM
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 13372
PUBLICADA : Si

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CASACION-Sentencia de segunda instancia/ PODER-Sustitución: Expresa


autorización/ ABOGADO-Licencia provisional/ PERSONERIA-Reconocimiento
judicial/ TRASLADO PARA PREPARACION DE LA AUDIENCIA-No requiere
auto/ MINISTERIO PUBLICO-Intervención en la audiencia/ AUDIENCIA
PUBLICA

172
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. El inicial aspecto con el que se encuentra inconforme el censor, radica en el instante


a partir del cual el ad quem decretó una nulidad, ya que el Tribunal invalidó
parcialmente la resolución de acusación, cuando, en su criterio, debió declararse así
únicamente la condena por las lesiones que sufrió(...).

Bien anota la representante del Ministerio Público que, En este caso, el impugnante
está atacando, por medio de la casación, una decisión que no tiene naturaleza de fallo,
cuando el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal establece que la
impugnación extraordinaria únicamente procede contra sentencias de segunda
instancia, lo cual impide en esta sede examinar el reproche que se efectúa a un acto,
que no es de la naturaleza exigida por la ley.

2. En la diligencia de indagatoria, el sindicado otorgó poder a un abogado de confianza,


sin haberse incluido la expresa mención de que quedaba facultado para sustituir, lo
cual hizo en otro togado, quien a su vez delegó en un tercero, que el impugnante
considera no demostró la calidad de profesional del derecho.

Tales relevos desconocieron lo dispuesto por el artículo 146 del Código de


Procedimiento Penal, pues la sustitución del poder requiere expresa autorización del
sindicado, quien es el llamado a escoger su mandatario. Pero esta anomalía no deviene
en nulidad, ni vulnera el derecho de defensa, pues de conformidad con el postulado de
la instrumentalidad de las formas, consagrado en el artículo 308-1 del estatuto
procesal, no hay lugar a invalidar el acto cuando cumpla la finalidad hacia la cual
estaba dirigido y, en el caso concreto, no se impidió que el procesado contara con un
defensor, sustituido con posterioridad al traslado del artículo 446 ibídem por otro
abogado, que el acusado designó.

3. La licencia provisional, que no tiene número, se otorga por los tribunales superiores
a los abogados titulados y reemplaza la tarjeta profesional mientras es expedida por el
Consejo Superior de la Judicatura. No debe confundirse, como hace el impugnante, con
la licencia temporal que tiene una vigencia improrrogable de dos años a partir de la
terminación de los estudios de derecho y permite ejercer la abogacía en los eventos
señalados en el artículo 31 del Decreto 196 de 1971.

Pero aún si se considerare que la persona a la que se refiere el censor no es abogada,


esta circunstancia no genera per se la invalidación de lo actuado, ni aparece
normativamente consagrado que esa sea la consecuencia fatal de haber fungido como
defensor sin tener tal carácter, pues expresamente el artículo 25 del citado Estatuto de
la Abogacía establece que el litigio en causa propia o ajena sin ser togado "no es
causal de nulidad de lo actuado", y habrá que analizarse en concreto si en efecto se
quebrantó el derecho de defensa y si lo fue de manera trascendente.

4. El impugnante también aduce como anómalo que al último abogado sustituto no se


le reconociera personería. No era indispensable una resolución de la Fiscalía en tal
sentido, pues de lo dispuesto en los artículos 142 y 144 del Código de Procedimiento
Penal se desprende que puede empezar a actuar a partir del momento de la
presentación del poder o de la sustitución.

5. La apertura a pruebas en el juicio no se efectúa mediante auto, sino con una


constancia secretarial en donde se indica que comienza el traslado, por treinta días,
para que las partes preparen la audiencia pública, soliciten nulidades y pidan las
pruebas conducentes, como dispone el artículo 446 en cita. Así, no había que efectuar
notificación alguna, ni se presenta la omisión alegada por el impugnante.

Además, se aprecia que la Secretaría del Juzgado dejó constancia de haber librado
comunicación al defensor, indicándole tal traslado, sin que figure que haya sido
devuelta, con lo cual se estaba facilitando la labor profesional. Otra cosa es que no se
hallare fundamento para plantear nulidades, ni de conformidad con la táctica adoptada
y según la realidad procesal, se considerare conveniente pedir pruebas, que se
circunscribirían a los testimonios de otros sobrevivientes del accidente, corriendo el
riesgo de resultar más gravosas para la situación del acusado.

Que se notificara a la Personería y no a la Procuraduría los autos mediante los cuales


inicialmente se fijó fecha y hora para la audiencia, no es una irregularidad sustancial,
ni tuvo incidencia alguna contra las garantías fundamentales; en esas oportunidades
no se pudo llevar a cabo la diligencia y cuando se celebró, la providencia previa sí fue
notificada al respectivo agente del Ministerio Público (f. 521 cd. 1).

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

6. Que se notificara a la Personería y no a la Procuraduría los autos mediante los cuales


inicialmente se fijó fecha y hora para la audiencia, no es una irregularidad sustancial,
ni tuvo incidencia alguna contra las garantías fundamentales; en esas oportunidades
no se pudo llevar a cabo la diligencia y cuando se celebró, la providencia previa sí fue
notificada al respectivo agente del Ministerio Público (f. 521 cd. 1).

Lo mismo debe pregonarse de la inasistencia del representante del Ministerio Público a


la vista pública, pues no resultaba imprescindible su concurrencia, de conformidad con
lo estatuido por el artículo 452 del estatuto procesal penal y, en esta materia, la
Constitución y la ley han dejado que el Procurador General de la Nación sea quien
indique los eventos en los cuales se haría la respectiva intervención, cuando sea
necesario en defensa del orden jurídico, del patrimonio público, o de los derechos y las
garantías fundamentales, de acuerdo con lo dispuesto en el ordinal 7° del artículo 277
de la Carta; en su defecto, ello quedaba sujeto al buen criterio y discrecionalidad de su
representante.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON E. PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Rosa de Viterbo
PROCESADO : LUNA GUANUMEN, MIGUEL ANTONIO
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
PROCESO : 12936
PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Ausencia de defensor: Se deben demostrar sus efectos


negativos/ DEFENSOR-Defensa técnica: Renuncia de apoderado/ PRUEBA-
Libertad probatoria/ NULIDAD

1. Al amparo de la causal tercera, acusa al fallador de haber dictado sentencia en un


juicio viciado de nulidad por violación del derecho de defensa, por cuanto estima que
el procesado (...) no tuvo defensa técnica desde antes de que se calificara el mérito del
sumario, es decir, a partir del 8 de marzo de 1996, cuando la abogada que lo asistía
presentó renuncia al poder que le fuera otorgado en la diligencia de indagatoria, hasta
el 5 de junio del mismo año, fecha en la que se le reconoció, por parte del juez de
conocimiento, como defensor público del acusado, cuando ya había vencido el término
del traslado que ordena el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal.
...

En el enunciado entremezcla el debido proceso y el derecho de defensa, sin acatar que


si bien el segundo se deriva del primero, han sido claramente diferenciados por la ley y
la jurisprudencia, razón por la cual su vulneración amerita postulación y desarrollo
autónomos, pues la primera es un vicio de estructura y la segunda de garantía, sin
descartar que hay irregularidades que al mismo tiempo afectan los dos derechos, pero
sin que evidencie que éste sea uno de esos casos.

Aunque del desarrollo de la censura se deduce que el reclamo lo refiere al derecho de


defensa, de todos modos no cumplió con la carga de demostrar que se incurrió en una

174
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

irregularidad sustancial que afectó ese derecho fundamental, ni se observa que así
hubiera ocurrido.

Así, como lo destaca el Procurador Delegado, aunque de acuerdo con el acta de la


diligencia de indagatoria y con los diferentes escritos que presentó la defensora, no se
sabe si actuó en calidad de abogada de confianza o de oficio, sí aparece evidente que
después de que allegó la renuncia continuó asistiendo al procesado hasta pocos días
antes de que se reconociera personería al defensor público, como se infiere de lo
siguiente: aunque el memorial de renuncia fue presentado el 8 de marzo de 1996, tres
días después se notificó personalmente del auto mediante el cual el juez de
conocimiento declaró la nulidad de la primera resolución de acusación. Igualmente, por
oficios número 327 y 402, fechados el 15 de marzo y el 9 de abril, se le comunicó por
parte de la fiscalía y el juzgado de conocimiento, respectivamente, que se había
proferido, nuevamente, pliego acusatorio en contra de su defendido y el inicio del
término del traslado que ordena el multicitado artículo 446 del Código de
Procedimiento Penal.

Así mismo, el 2 de mayo siguiente, el último de los despachos judiciales le aceptó la


renuncia y le previno que la misma sólo tendría efecto después de los 5 días y una vez
que se le hubiera comunicado al procesado, al tenor de lo dispuesto en el artículo 69
del Código de Procedimiento Civil, providencia que le fue notificada personalmente el 7
de mayo de ese año.

Por otra parte, si se considera, como lo conceptúa el Procurador Delegado, que hasta
el 24 de mayo de 1996 se vencieron los cinco días contados desde la fecha en que se
comunicó al procesado la aceptación de la renuncia, mediante oficio fechado el 16 del
mismo mes y año, se tendrá que concluir que hasta ese momento actuó como
defensora quien fuera designada en la diligencia de indagatoria.

Así también, si se tiene en cuenta que el término de que trata el artículo 446, citado,
venció el 22 de mayo y que en los días siguientes se adelantaron las diligencias para la
consecución del nuevo defensor que fue reconocido el 5 de junio, antes de la fijación
de fecha para la celebración de la audiencia pública, se tendrá que concluir que el
procesado jamás careció de defensor.

2. En cuanto a la afirmación que hace el casacionista, en el sentido de que el artículo


69 del C. de P. Civil no es aplicable al proceso penal y que cuando el profesional del
derecho renuncia al mandato abandona la defensa, por lo que debe procederse,
inmediatamente, a aceptarla y a notificar con prontitud al sindicado para que designe
un nuevo defensor o si no lo nombra designarle uno de oficio, ninguna razón le asiste,
ya que al no estar expresamente regulada esta materia es aplicable el artículo 69,
mencionado, al tenor del artículo 21 del C. de P. Penal, y, además, porque tal precepto
se aviene a la naturaleza del proceso penal y de la garantía de la defensa, como quiera
que con él se cumple el postulado de que la defensa debe ser real, permanente y
continua, imponiéndole al abogado la carga de seguir al frente de ella hasta cuando se
acepte y corra un término prudencial, que la ley ha fijado en 5 días, para que se
proceda a su reemplazo, sin que tampoco con ello se afecte el derecho al trabajo del
abogado, sino que obedece, com3. o lo señala el Delegado, al cumplimiento de la
función social de la profesión.

3. A cambio, y como si se tratara de una tercera instancia, dedica la disertación a


oponerse al mérito que los juzgadores le otorgaron a los testimonios de (...) y (...),
desconociendo que esa discrepancia no configura vicio alguno demandable en
casación, prevaleciendo el criterio del sentenciador, por venir la sentencia amparada
por la doble presunción de acierto y legalidad. Además, porque dentro del método de
la persuasión racional que rige en Colombia, el juzgador goza de libertad para apreciar
los elementos de convicción, sólo limitada por los postulados de la sana crítica, cuya
vulneración ha debido acusar y demostrar por la vía del error de hecho por falso
raciocinio, labor que no emprendió.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 15/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : ZAMBRANO ARIAS, JHONY
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Concierto
para

175
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

delinquir
PROCESO : 13530
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Proceso en Colombia/ EXTRADICION POSITIVA-


Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores/ EXTRADICION POSITIVA-
Doble incriminación-Lavado de activos y otros/ EXTRADICION POSITIVA-
Equivalencia de la acusación/ CONCIERTO PARA DELINQUIR/ LAVADO DE
ACTIVOS/ TRAFICO DE ESTUPEFACIENTES

Habida cuenta que la pretensión principal de la defensa y la subsidiaria del Ministerio


Público consiste en que la Corte se abstenga de emitir concepto hasta tanto la Fiscalía
General de la Nación determine si los hechos por los que los Estados Unidos demandan
la extradición del ciudadano colombiano ALBERTO DE JESUS GALLEGO, ocurrieron o no
el exterior, pues de no ser así, no se estaría respetando una de las condiciones
impuestas constitucionalmente en el artículo 35 para la procedencia de dicha figura en
relación con los nacionales colombianos por nacimiento, la Sala se permite reiterar lo
sostenido al respecto con ponencia de quien aquí cumple igual cometido, frente a
idénticas solicitudes, elevadas también con fundamento en el fallo de tutela T
1736/2.000, proferido por la Corte Constitucional:

"Parte el defensor del equívoco supuesto de que en el mencionado fallo de tutela se


impartió una orden de carácter vinculante no solo para la Fiscalía General de la Nación,
sino para la Sala, puesto que su pretensión final la concreta en la necesidad de cumplir
dicho fallo, olvidando que si bien en dicha oportunidad la demanda de tutela estaba
dirigida, entre otras autoridades, contra la Corte Suprema de Justicia en su Sala de
Casación Penal, la conclusión a la que llegó el Juez constitucional fue de que entre los
demandados, solamente la Fiscalía General de la Nación incurrió en vías de hecho al
abstenerse de iniciar la investigación correspondiente por los hechos a los que hacían
alusión los tutelantes, pues es su deber constitucional el de investigar los delitos.

…Lo anterior, no significa, como parece entenderlo el memorialista, que la actuación


que le corresponde adelantar a la Corte en esta clase de asuntos quede supeditada a
que previamente se determine su los hechos que dan origen a la solicitud de
extradición ocurrieron o no en territorio colombiano, pues, como se señaló en
precedencia, ese no es tema del que le corresponda ocuparse a efectos de emitir el
concepto que según el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal se exige de esta
Corporación; más aún cuando la intervención de la Corte no es de carácter judicial y
mucho menos decisoria, toda vez que es el ejecutivo el que definitivamente resuelve si
accede o no al requerimiento del país extranjero -en caso de que el concepto sea
favorable- y por ende, es allí donde adquieren plena validez e injerencia los resultados
y determinaciones que al respecto emita el ente investigador" (auto del 2 de febrero
del año en curso. Rad. 16.724).

"Lo anterior, adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que al ser el Gobierno
Nacional a la que le compete, en ejercicio de la función constitucional del manejo de
las relaciones internacionales, decidir frente al Gobierno extranjero si concede o no -en
caso de que el concepto de la Corte sea favorable a ella, pues cuando es negativo es
de carácter obligatorio- entonces, es él el destinatario por antonomasia de las
determinaciones que sobre el asunto tome la Fiscalía General de la Nación" (Rad.
16.728).

2. como otro de los argumentos que presenta la defensa en sus alegatos finales tiene
que ver con cuestionamientos sobre el contenido del concepto emitido por el Ministerio
de Relaciones Exteriores en cuanto a la normatividad aplicable a este asunto, pues a
su modo de ver, no son las normas del Código de Procedimiento Penal, sino la
Convención de Viena la que se impone observar porque el Estado Colombiano retiró la
reserva hecha al artículo 6º de la misma, forzoso resulta hacer las siguientes
precisiones:

176
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La Sala mantiene su posición en el sentido de que, siendo la ley (artículo 552 del
Código de Procedimiento Penal) la que le fijó al Ministerio de Relaciones Exteriores la
función de emitir "concepto que exprese si es del caso proceder con sujeción a
convenciones o usos internacionales o si se debe obrar de acuerdo con las normas de
éste código", debe respetarse, como quiera que siendo dicha entidad la encargada de
gestionar a nivel internacional lo relacionado con los Convenios, Tratados y demás
instrumentos que a nivel de la comunidad de naciones implican compromisos del
Estado Colombiano en el concierto internacional, y es por ende su depositaria, es a la
que le corresponde señalar bajo qué marco normativo se ha de regir en cada caso, el
trámite de extradición.

Así las cosas, si en el presente asunto el Ministerio de Relaciones Exteriores conceptuó


que por no existir Convenio aplicable entre Colombia y los Estados Unidos, la presente
solicitud de extradición se regularía conforme a las previsiones que al respecto trae el
Código de Procedimiento Penal, a ello se atiene la Corte, en respeto, no solo a la
autonomía de los poderes, particularmente del Ejecutivo en esta materia, sino a la
forma, como el Estado Colombiano ha decidido manejar sus relaciones internacionales.

En este sentido, importa recordar, que ha sido criterio reiterado de la Sala, el siguiente:

"Debido precisamente, a la prevalencia de su naturaleza administrativa, el trámite de


este tipo de extradición se cumple con la intervención activa del gobierno nacional,
quien dentro de su autonomía política no solo da inicio recibiendo la solicitud y la
documentación correspondiente con la cual se perfeccione el expediente, y establece
el marco normativo aplicable a cada caso particular antes de darle curso al máximo
tribunal de la justicia ordinaria para lo de su competencia, sino que mediante una
resolución administrativa le pone fina a la actuación, sea concediendo la extradición,
difiriendo la entrega del solicitado, o negando el pedido del Gobierno extranjero,
aunque previamente requiere el concepto de la Corte que solo le vincula si fuere
negativo, pues de ser favorable, quedará "en libertad de obrar según las conveniencias
nacionales", y de esta manera, en ejercicio del poder legítimamente conferido,
interactuar en el concierto internacional.

Resulta por tanto infortunada la manifestación en el sentido de que ante la existencia


de tratados públicos bilaterales o multilaterales en materia de extradición suscritos por
los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos de América, se tornan inaplicables las
regulaciones supletorias establecidas en la ley colombiana, pues, al respecto debe
reiterar la Corte, conforme lo ha hecho en oportunidades anteriores, que es el gobierno
colombiano el órgano constitucionalmente facultado para establecer la vigencia o
aplicabilidad en el ordenamiento interno de los instrumentos mediante los cuales la
nación colombiana interactúa en el concierto de las relaciones internacionales, según
se establece en el artículo 189-2 de la carta política, y si en este evento, el gobierno
nacional conceptuó oficialmente sobre la ausencia de convenio aplicable al caso en
materia de extradición con el estado solicitante, y señaló la consecuente aplicación de
lo previsto en el referido tema por el código de procedimiento penal, impertinente
resulta pretender que a iniciativa de parte la Corte entre a dirigir o controlar el marco
normativo en el que el estado colombiano participa de las relaciones internacionales.

"Precisamente en ello, ha sido reiterado por la jurisprudencia, es que se funda la no


obligatoriedad del concepto favorable de la Corte, en que la Rama Judicial no puede
imponer a la Ejecutiva encargada del manejo de las relaciones internacionales, una
forma específica de comportamiento frente a terceros países. Para todos los efectos y
hacia el exterior, el Gobierno actúa en ejercicio de la soberanía que encarna el
Presidente como Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa
(Cfr. Concepto Extradición. Oct. 3/2.000. M.P. Dr. CARLOS E. MEJIA ESCOBAR. Rad.
15.862).

Lo anterior, entonces, expone las razones por las cuales la Corte sigue manteniendo su
posición frente a la naturaleza y alcances del concepto que en materia de
normatividad aplicable, rinde el Ministerio de Relaciones Exteriores en los asuntos de
extradición, por manera que, desde este punto de vista, no le corresponde a esta
Corporación adentrarse en la discusión que plantea la defensa en cuanto al
incumplimiento del artículo del artículo 6º de la Convención de Viena de 1.988, toda
vez que la misma no fue invocada por el Gobierno Nacional como regulación que debía
observarse en este asunto, menos aún, establecer los compromisos que frente dicho
país -Estados Unidos- pudieron surgir por parte del Estado Colombiano por virtud del
levantamiento de la reserva, inicialmente presentada al referido artículo de la
Convención.

177
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Siendo ello así, y habida cuenta que en este asunto el Ministerio de Relaciones
Exteriores conceptuó que este trámite se rige conforme a lo dispuesto sobre la materia
por el Código de Procedimiento Penal, la Sala emitirá concepto sobre la validez formal
de la documentación presentada, la demostración plena de la identidad del solicitado,
el principio de la doble incriminación y en la equivalencia de la providencia proferida
en el extranjero, pues en este caso, se insiste, no hay lugar a observar lo dispuesto en
Convenio o Tratado alguno, por no existir uno que sea aplicable entre Colombia y los
Estados Unidos.

3. En cuanto tiene que ver con el principio de la doble incriminación, se tiene que de
conformidad con los cargos formulados a (...) en la cuarta resolución de acusación
sustitutiva No. 99-6153 CR- RYSKAMP (s)(s)(s)(s) proferida por el Tribunal de Distrito de
los Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida, División de Fort Lauderdale, el
requerido en compañía de otras personas:
....
Tales delitos, ha dicho ya la Sala en casos idénticos "están tipificados en la legislación
colombiana, así: a) En el artículo 186 del C.P., modificado por el artículo 4 de la Ley 589
de 2000, en el que se establece una pena de 10 a 15 años de prisión, aumentada del
doble al triple para quienes organicen, fomenten, encabecen, dirijan, constituyan o
financien el concierto o la asociación para delinquir, b)En el artículo 247 A del C.P.
(adicionado por la Ley 365 de 1.997, artículo 9) como lavado de activos, con pena de 6
a 15 años de prisión, agravado de una tercera parte a la mitad por el artículo 247 C, y
c) El tráfico de estupefacientes está previsto en el artículo 33 de la ley 30 de 1.986,
modificado por el artículo 17 de la ley 365 de 1.997, con penas de 6 a 20 años de
prisión, aumentado en al doble el mínimo en virtud de lo dispuesto por el art. 38 de la
citada ley 30" (Concepto de enero 24 de 2.001, M.P., Dr. Mario Mantilla Nougués, Rad.
16.716), esto es, que frente a tales imputaciones se cumple a cabalidad el principio de
la doble incriminación, pues se trata de conductas que en Colombia se encuentran
tipificadas y sancionadas con penas cuyo mínimo es de prisión superior a cuatro años.

4. Asimismo, en lo que concierne a la equivalencia de la providencia proferida en el


extranjero, que según lo dispuesto en el artículo 549.2 del Código de Procedimiento
Penal, se refiere a que "por lo menos se haya dictado en exterior resolución de
acusación o su equivalente", no cabe duda que tal exigencia también se cumple en
este asunto, pues ha sido múltiple y variada la jurisprudencia de la Sala en sostener
que esta clase de proveídos dictados por las Autoridades Norteamericanas, en el caso
de las solicitudes de extradición con este país, equivalen a la resolución de acusación
regulada en nuestra legislación procesal penal, por manera que la acusación formal
emanada del Gran Jurado ante el Tribunal de Distrito sur de Florida en contra de (...)
abastece dicho requisito, habida cuenta que "…con dicho acto procesal se abre la fase
subsiguiente en trámite procesal que no es otra distinta al juicio oral que finaliza con el
respectivo fallo de mérito, como aquí sucede, desde el punto de vista formal es
específica en señalar el lugar y la fecha o época en que los hechos tuvieron lugar, los
nombres de los partícipes y la calificación jurídica de la conducta, con lo cual
satisfacen los aspectos fácticos y jurídicos jurídicos de la imputación" (Cfr. M.P., Dr.
Fernando Arboleda Ripoll).

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Concepto Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente respecto a unos
cargos
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de américa
REQUERIDO : GALLEGO, ALBERTO DE JESUS
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Concierto para delinquir,
Lavado de activos
PROCESO : 16712
PUBLICADA : Si

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178
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

EXTRADICION POSITIVA-Responsabilidad de la persona solicitada/


EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación-Lavado de activos/
EXTRADICION POSITIVA-Equivalencia de la acusación/ EXTRADICION
POSITIVA-Proceso en Colombia/ LAVADO DE ACTIVOS

1. Con relación al estudio de la responsabilidad de la persona solicitada en extradición


y al contenido de los documentos aportados por el país requirente, dijo la Sala:

"La extradición, ha sido sostenido por la Corte, no corresponde a la noción de un


proceso judicial en el que se juzgue la conducta de aquél a quien se reclama en
extradición, sino que obedece a un instrumento de cooperación internacional previsto
normativamente (Convención, Tratado, Convenio, Acuerdo, Constitución, o Ley, según
el caso), con la finalidad de evitar la evasión de la acción de la justicia por parte de
quien ha realizado comportamientos delictivos escondiéndose en territorio sobre el
cual carecen de competencia las autoridades jurisdiccionales que solicitan su
presencia, y pueda responder personalmente por los cargos que le son imputados y
por los cuales se le convocó a juicio criminal".

"Debido a ello, en su trámite no tienen cabida cuestionamientos relativos a la validez o


mérito de la prueba recaudada por las autoridades extranjeras sobre la ocurrencia del
hecho, el lugar de su realización, la forma de participación o el grado de
responsabilidad del encausado; la normatividad que prohibe y sanciona el hecho
delictivo; la calificación jurídica correspondiente; la competencia del órgano
jurisdicente; la validez del trámite en el cual se le acusa; o la pena que le
correspondería purgar para el caso de ser declarado penalmente responsable; pues
tales aspectos corresponden a la órbita exclusiva y excluyente de las autoridades del
país que eleva la solicitud, y su postulación o controversia debe hacerse al interior del
respectivo proceso con recurso a los instrumentos dialécticos que prevea la legislación
del Estado que formula el pedido"* .

Sobre este aspecto expuso la Corte Constitucional en reciente pronunciamiento:

"… el acto mismo de la extradición no decide, ni en el concepto previo, ni en su


concesión posterior, sobre la existencia del delito, ni sobre la autoría, ni sobre las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se cometió el hecho, ni sobre la
culpabilidad del imputado, ni sobre las causales de agravación o diminuentes
punitivas, ni sobre la dosimetría de la pena, todo lo cual indica que no se está en
presencia de un acto de juzgamiento, como quiera que no se ejerce función
jurisdicente".

"Entrar en una controversia de orden jurídico como si se tratara de un acto


jurisdiccional, implicaría el desconocimiento de la soberanía del Estado requirente,
como quiera que es en ese país y no en el requerido en donde se deben debatir y
controvertir las pruebas que obren en el proceso correspondiente, de conformidad con
las disposiciones sobre Derecho Internacional Humanitario y con las normas penales
internas del Estado extranjero".**

2. Principio de doble incriminación.

De conformidad con el numeral 1º. del artículo 549 del Código de Procedimiento Penal,
para que pueda ofrecerse o concederse la extradición, se requiere que el hecho que la
motiva también esté previsto como delito en Colombia y reprimido con una sanción
privativa de la libertad cuyo mínimo no sea inferior a cuatro años.

Los cargos que los Estados Unidos de América le formulan al señor (...) en la acusación
formal de reemplazo, son:

"Cuarto cargo. A partir del 17 de diciembre de 1997 o fecha próxima, hasta el 4 de


noviembre de 1999 o fecha próxima, en los condados de Broward y Dade, en el Distrito
Sur de Florida, en la República de Colombia, Las Bahamas, la república de México, y en
otros lugares, los acusados (…) con conocimiento e intencionalmente, se combinaron,
conspiraron, confederaron y accedieron, mutuamente y con personas conocidas y
desconocidas al Gran Jurado, llevar a cabo los siguientes delitos en contra de los
estados Unidos:

1.Llevar a cabo e intentar llevar a cabo transacciones financieras afectando el


comercio interestatal y extranjero las cuales involucraron las ganancias de actividades
ilegales especificadas, tal como el término se encuentra definido en el Título 18 del
Código de los estados Unidos, Sección 1956 (a) (7) (i) y (C), y que el acusado tenía

179
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

conocimiento de que la propiedad involucrada en las transacciones financieras, esto


es, fondos e instrumentos monetarios, incluyendo moneda de los Estados Unidos,
representaba la ganancia de alguna forma de actividad ilegal, con el intento de
promover el llevar a cabo la actividad ilegal específica, en violación del Título 18 del
Código de los Estados Unidos, Sección 1956 (a) (1) (A) (i).

2. Llevar a cabo e intentar llevar a cabo transacciones financieras afectando el


comercio interestatal y extranjero el cual involucró la ganancia de actividades ilegales
especificadas, tal como el término se encuentra definido en el Título 18 del Código de
los Estados Unidos, Sección 1956 (a) (7) (B) (i) y (C), teniendo conocimiento ambos de
que las transacciones habían sido concebidas en su totalidad o en parte para esconder
y ocultar la naturaleza, localización, fuente, propiedad y control de la ganancia de las
actividades ilegales especificadas, y que el acusado tenía conocimiento de que la
propiedad involucrada en las transacciones financieras, esto es, fondos e instrumentos
monetarios, incluyendo moneda de los Estados Unidos, representaba la ganancia de
alguna forma de actividad ilegal en violación del Título 18 del Código de los Estados
Unidos, Sección 1956 (a) (1) (i) y

3. Dentro de los estados Unidos, con conocimiento, involucrarse e intentar involucrarse


en una transacción monetaria con propiedad criminalmente obtenida la cual (1) tiene
un valor mayor de $10.000.00 en moneda de los estados Unidos y (2) proviene de
actividades ilegales especificadas, tal como el término está definido en el Título 18 del
Código de los Estados Unidos, Sección 1957 (a).

Todo en violación del título 18 del Código de los Estados Unidos, Sección 1956 (h)"
(Anexo 2, Fls. 182 a 184).

El título 18 del Código de los Estados Unidos, Sección 1956, que regula lo relativo al
"lavado de dinero", dispone en los literales pertinentes:
.....

La conducta delictiva a que hace alusión este cargo (lavado de dinero), en Colombia se
halla tipificada en el artículo 247 A del Código Penal (Adicionado por la Ley 365 de
1997, artículo 9º), en los siguientes términos:

"Lavado de activos. El que .....

Resulta evidente que los hechos imputados por la justicia de los Estados Unidos de
América a (...) (lavado de dinero) son punibles en Colombia, reprimidos con pena
mínima de prisión superior a los 4 años, pues se enmarcan en forma clara y precisa en
la descripción comportamental de "lavado de activos". En consecuencia, debe
concluirse que la exigencia de la doble incriminación también se encuentra reunida en
este asunto.

El hecho de que en la normatividad de los Estados Unidos (Título 18, Sección 1956) se
sancione de manera expresa el "lavado de dinero" en su modalidad tentada, y que la
definición del delito de "lavado de activos" en el Código Penal de Colombia -artículo
247 A- corresponda a un tipo penal de resultado, no puede significar, como lo pretende
la defensa, que no se cumpla con el requisito de la doble incriminación, máxime si la
acusación formulada en contra de (...) es por "haber llevado a cabo transacciones
financieras que afectaban el comercio interestatal y exterior, que involucraban el
producto de una actividad ilícita específica…, el negocio de narcóticos y drogas
peligrosas", y "por haber sido un socio de lavado de dinero", como se indica en las
declaraciones de THERESA M.B. VAN VLIET, Fiscal Federal Auxiliar para el Distrito Sur
de la Florida, y PAUL K. CRAINE, Agente Especial de la Agencia Antidrogas de los
Estados Unidos (DEA), que sirven de apoyo a la acusación formulada por la justicia de
los Estados Unidos de América.

3. Equivalencia de las decisiones.

Este requisito también se cumple, en la medida que en la decisión proferida por el


Gran Jurado ante el Tribunal Distrital de Estados Unidos para el Distrito Sur de la
Florida, División de Fort Lauderdale el 18 de noviembre de 1999, guarda equivalencia
con la resolución acusatoria prevista en el artículo 441 del Código de Procedimiento
Penal Colombiano.

En efecto, una y otra contienen los elementos esenciales que las convierten en
presupuesto del juzgamiento en los sistemas jurídicos a que cada una pertenece. En
este sentido, debe advertirse cómo, a semejanza de la providencia acusatoria en el

180
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ordenamiento colombiano, en aquélla se consignan las circunstancias de tiempo, modo


y lugar en que se realizó la conducta reprochable, su descripción típica y las normas
sustanciales aplicables al caso. Obviamente, no podría esperarse una absoluta
identidad entre las dos decisiones ni es tal cosa lo que pretende el numeral 1º del
artículo 551 del Código de Procedimiento Penal, que claramente alude a la providencia
equivalente en el Estado requirente a la resolución de acusación o a la sentencia que
se dictan en el ordenamiento colombiano.

4. La eventual existencia de procesos adelantados por la justicia de Colombia en


contra del requerido por los mismos hechos que dieron origen a la resolución de
acusación proferida en los Estados Unidos de América no es motivo válido para que la
Sala emita concepto desfavorable a la extradición, como lo pidió el defensor. Tampoco
se accederá a su requerimiento de "recomendar al Ejecutivo" para que difiera la
entrega de su representado, con fundamento en las previsiones del artículo 565 del C.
de P. P. Dicha decisión es de la competencia exclusiva del Gobierno, y por lo tanto es
ante dicha autoridad donde debe formular tal solicitud.

En relación con la aplicación de la norma mencionada, dijo la Sala:

"…durante la fase judicial del trámite no resulta pertinente para la expedición de su


concepto, proceder a consultar o conocer, o decretar la práctica de pruebas a efectos
de establecer si el requerido en extradición tiene asuntos pendientes ante las
autoridades nacionales, y de tenerlos, si ellos coinciden o no con los motivos de su
requerimiento por el Gobierno extranjero, ya que si se relaciona sistemáticamente el
precepto contenido en el artículo 565 del Código de Procedimiento penal con las
restantes disposiciones procesales que regulan el tema, ha de concluirse que el mismo
tiene por destinatario al Gobierno Nacional y no a la Corte, pues la decisión que de ella
demanda el Poder Ejecutivo no es una orden de extraditar o dejar de hacerlo, sino un
concepto jurídico que se regula en los parámetros concretos que señala el artículo 558
del Código de Procedimiento Penal, sin que allí se contemple la necesidad de
establecer la concurrencia de la hipótesis que invoca la defensa y menciona el
Representante del Ministerio Público".

"Al efecto, de lo previsto por los artículos 546 y siguientes del Código de Procedimiento
Penal se establece que la existencia de otros procesos en contra del solicitado, es
asunto que le compete determinar o verificar al Ministerio de Justicia, siendo dicha
autoridad quien, de acuerdo con sus facultades, habrá de cotejar si la naturaleza del
proceso seguido por las autoridades colombianas corresponde o no a la hipótesis
prevista por el artículo 560 del Código de Procedimiento Penal, o a la del 565 ejusdem,
y definir si concede o niega la extradición, o eventualmente concederla difiriendo la
entrega del solicitado, para lo cual, el Gobierno Nacional bien se halla facultado para
obrar según las conveniencias nacionales (art. 557 ejusdem), pudiendo analizar, sobre
bases concretas, de acuerdo con la órbita de su competencia -de la cual carece la
Corte-, si en Colombia existe el proceso a que en este caso se refiere el defensor, y de
ser ello cierto, si trata de los mismos hechos por los que se solicita la extradición o de
otros distintos, y si la etapa que atraviesa obedece o no a una estrategia diseñada
especialmente para burlar la pretensión del Estado solicitante, y adoptar las decisiones
que sean del caso. Por consiguiente, es a esa autoridad, al Gobierno, a quien la
defensa o el Ministerio Público, podrían plantear sus inquietudes al respecto".***
______________________________
* y *** C.S.J. Concepto del 8 de agosto de 2000, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll
** C.C. Sentencia C-1106, 24 de Agosto de 2000, M.P. Dr. Alfredo Beltrán Sierra

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Concepto Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : Emite concepto favorable a la solicitud de
extradición
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : BARRERA GARCES, CARLOS DAVID
DELITOS : Lavado de activos

181
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 16723
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores/


EXTRADICION POSITIVA-Lugar de comisión del delito/ EXTRADICION
POSITIVA-Prueba-Legalidad del trámite del proceso en el país requirente

1. En lo que tiene que ver con su inconformidad sobre el contenido del concepto
emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la normatividad aplicable al
trámite, insubstancialmente reitera el petente que él no es culpable de que no se haya
expedido la ley que incorpore a la legislación colombiana el tratado de extradición
-entre Colombia y Estados Unidos- recogiendo en esta oportunidad los planteamientos
hechos por su defensora al recurrir el auto del 10 de octubre de 2.000 por medio del
cual se le negaron las pruebas en tal sentido, y frente a los que la Sala se pronunció en
los siguientes términos:

"…En el mismo sentido, igualmente resultan desafortunadas las glosas de la defensa


en lo que tiene que ver con los cuestionamientos hechos al planteamiento anterior con
base en la afirmación de que la Corte "ha pretendido hacer saber" que la regulación
sobre extradición se refiere a temas formales, postulado que ella misma se explica
argumentando que dicha normatividad se refiere únicamente a ciudadanos
extranjeros, y a los colombianos solo a partir de la inexequibilidad del artículo 546 del
Código de Procedimiento Penal declarada por la Corte Constitucional en la mencionada
sentencia 1106 de agosto del año en curso, agregando seguidamente que se hace
necesario una reglamentación sobre la materia o una Ley aprobatoria del Tratado de
extradición.

Efectivamente, lo que se hace evidente con tales apreciaciones, es su confusión sobre


la previsión constitucional de procedencia de la extradición de nacionales por
nacimiento y la legislación interna sobre su aplicación, ya que precisamente sobre este
específico punto se pronunció la Corte Constitucional en la sentencia ya citada,
destacando que:

"Los artículos 114 y 150 de la Constitución Política, atribuyen al órgano legislativo la


potestad de expedir leyes y códigos en todos los ramos de la legislación y reformar sus
disposiciones. Así las cosas, el Congreso de la República en ejercicio de su potestad
constitucional, consagró en el título V, capítulo III del Código de Procedimiento Penal,
los requisitos y trámites que han de realizar tanto la Rama Ejecutiva del Poder Público,
como la Rama Judicial para hacer efectivo el procedimiento de extradición.

En efecto, ha dicho la Corte "…la competencia del legislador para desarrollar los
preceptos constitucionales se encuentra consagrada en otras normas de ese mismo
rango, concretamente en los artículos 114 150 que contienen lo que la jurisprudencia y
la doctrina denominan "cláusula general de competencia". De ellos se deriva la
potestad del Congreso para expedir disposiciones legales destinadas a hacer efectivos
los cánones que conforman el Estatuto Supremo, con la única advertencia de no
exceder los límites fijados por el propio constituyente, ni contrariar ninguno de los
preceptos que integran dicho ordenamiento". (Sent. C-543 de 1.998 M.P. Carlos Gaviria
Díaz).

Como se ve, el legislador y, en este caso el extraordinario facultado por el artículo 5º


transitorio de la Constitución, para definir las reglas que determinan el trámite que se
debe seguir cuando se formula a Colombia una solicitud de extradición, o ésta se
ofrece por el Estado colombiano, todo lo cual habrá de cumplirse de conformidad con
lo dispuesto en el Acto Legislativo No. 01 de 1.997".

2. Ahora, que son las autoridades colombianas las que deben juzgarlo porque la
conducta imputada en el exterior, la de importar hacia los Estados Unidos sustancia
estupefaciente, es equivalente a la de exportar desde Colombia, como lo ha sostenido
la jurisprudencia de la Sala al ocuparse de los verbos rectores contenidos en el artículo
33 de la Ley 30 de 1.986, no es más que un sofístico planteamiento carente de

182
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

seriedad y fundamento jurídico aceptable, pues como se señaló en el proveído


objetado "la discusión acerca del lugar donde se cometió el delito que motiva el pedido
de extradición no es competencia de esta Corporación porque en esta clase de asuntos
no actúa como juez de conocimiento, debiéndose circunscribir su participación a la
constatación de los temas en torno a los cuales debe emitir concepto, esto es, los
expresamente señalados en el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal…", pues
lo contrario, ha sostenido reiteradamente esta Corporación "…trasciende …" la función
de la Corte en el concepto que la ley le exige en estos trámites como así lo reconoce y
avala la Corte Constitucional en el fallo de tutela T1736/2.000 (concepto del 24 de
enero de 2.001, Rad. 16.716, M.P. Mario Mantilla Nougués).

3. Similar argumento corresponde a las críticas del requerido respecto al interlocutorio


protestado en lo que concierne a los procedimientos utilizados, según él, por las
Autoridades Norteamericanas para involucrarlo en los hechos que ahora sirven de base
a su pedido de extradición, pues no solo, como se dijo en dicha providencia, ello no
representa vicios en la actuación de la Corte ni es tema del concepto, sino que la
legalidad o no de dichos procedimientos corresponde debatirlos al interior del proceso
seguido en el exterior, toda vez que, "…La persona requerida en extradición, que
puede ser nacional o extranjera, no está sujeta, en cuanto al juzgamiento de su
conducta, a las normas de nuestra legislación, puesto que no va a ser procesada ni
juzgada por autoridades nacionales. Además, dentro del proceso que ya se adelantó y
culminó en el Estado requirente, o que cursa con resolución de acusación en su contra,
ha dispuesto -se presume-, o deberá disponer, de oportunidad para su defensa y de
todas las garantías procesales, como también las tiene en Colombia al ser solicitada y
tramitada la extradición…( C-700/2.000, Corte Constitucional).

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : No repone auto del 02-02-01 que negó una
nulidad
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : ARISTIZABAL PALACIO, ALVARO JOSE
PROCESO : 17206
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Naturaleza mixta del trámite/ EXTRADICION


POSITIVA-Prueba-Marco jurídico que ha de regular el trámite/ EXTRADICION
POSITIVA-Lugar de comisión del delito/ PRUEBA

1. Contrario a lo que constituye el querer o el deseo de la defensora sobre el papel que


debe jugar la Corte Suprema de Justicia en el trámite de la extradición, el artículo 557
del Código de Procedimiento Penal limita su actividad a la emisión de un concepto
cuyos marcos de referencia están igualmente previstos en la ley, relacionados con la
validez formal de la documentación presentada, la demostración plena de la identidad
del solicitado, el principio de la doble incriminación, la equivalencia de la providencia
proferida en el extranjero y, cuando fuere el caso, el cumplimiento de lo previsto en los
tratados públicos (art. 558 ibídem).

También fue el legislador quien en el Código de Procedimiento Penal le asignó al


Gobierno Nacional la función de conceder u ofrecer facultativamente la extradición
(artículos 547 y 548), de establecer las condiciones que en ambos casos considere
oportunas (artículo 55O), de expresar a través del Ministerio de Relaciones Exteriores
si es del caso proceder con sujeción a convenciones o usos internacionales o si se debe
obrar de acuerdo con las normas del estatuto procesal (artículo 552), el examen de la
documentación recibida y su perfeccionamiento si fuere necesario (artículos 553 y
554), expedir la resolución que niega o concede el pedido (artículo 559), disponer la
improcedencia o la entrega diferida por la existencia previa de un proceso en Colombia
(artículos 56O y 565), establecer el orden de precedencia cuando existan varias
demandas de extradición (artículo 561), sufragar los gastos que se causen dentro del
territorio nacional (artículo 564), etc.

183
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Esta distribución de competencias entre el Ejecutivo y el Poder Judicial para adelantar


un trámite administrativo que después discurre por el ámbito judicial y finalmente
retorna a las autoridades administrativas, importa precisarla para destacar que la
actuación de las partes se debe ceñir al objeto propio de la actividad estatal en cada
etapa, de manera que la solicitud de pruebas a que alude el artículo 556, por ejemplo,
si bien hace referencia a las que el requerido o su defensor consideren necesarias,
debe entenderse relacionada con los temas que constituyen el fundamento del
concepto que habrá de rendir la Corporación.

2. Tal es la razón por la cual resulta plenamente admisible aplicar al punto la previsión
contenida en el artículo 250 del Código de Procedimiento Penal en cuanto a la previa
valoración de las pruebas solicitadas por los intervinientes en este trámite, norma
general que le reconoce al juez, contrario a lo dicho por la recurrente, un
incuestionable poder de dirección y ordenación en virtud del cual debe rechazar las
pruebas legalmente prohibidas, las ineficaces e inconducentes, las que versen sobre
hechos notoriamente impertinentes y las manifiestamente superfluas.

3. En cuanto a la referencia que finalmente hace la dama memorialista sobre la


existencia de un proceso en Colombia contra doña (...), quizás con el propósito de
cuestionar el lugar del hecho punible, importa decir que tal tema no es objeto del
concepto que compete a la Corte, como emana del artículo 558 del Estatuto Procesal
Penal, y que "…no es la Corte Suprema de Justicia la competente para establecer si los
hechos que motivan el pedido en extradición de un ciudadano colombiano, tuvieron
ocurrencia o no en el país solicitante, dado que en esta clase de trámites no cumple
funciones de juez de conocimiento del asunto" ( C. S. J., auto del 15 de febrero del
2001, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, Extradición No. 17881).

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : No repone auto del 06-09-00 que negó unas
pruebas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : HIGUERA MORENO, DESSY
PROCESO : 17344
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Concepto de la Corte Suprema de Justicia/


EXTRADICION POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores/
EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación/ EXTRADICION POSITIVA-
Responsabilidad de la persona solicitada/ EXTRADICION POSITIVA-Proceso
en Colombia

1. La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia debe fundamentar el


concepto de extradición en:

A.- Validez formal de la documentación presentada.


B.- Demostración Plena de la identidad del solicitado.
C.- Principio de la doble incriminación.
D.- Equivalencia de la providencia proferida en el extranjero, y
E.- El cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos, cuando ellos rijan la
relación entre los Estados. (artículo 558 del Código de Procedimiento Penal)

Adicionalmente a lo anterior, la extradición no podrá concederse cuando el fundamento


de ella sea un delito político o de opinión (artículo 546), o cuando en el caso de
colombianos por nacimiento se trate de hechos cometidos con anterioridad a la
promulgación del acto legislativo No. 1 de 1997. (artículo 35 de la Constitución Política)

El juicio de conducencia que sobre la prueba hace esta Sala de Casación Penal, está
entonces referido exclusivamente a la aptitud que tengan las pruebas para infirmar o

184
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

demostrar cualquiera de los hechos en los que la Corporación debe fundar su


concepto, por lo que a ello se procede en el análisis siguiente.

La prueba relacionada en el numeral 1, referida a discutir el término de equivalencia


que la ley exige entre la resolución de acusación nacional y la providencia proferida en
el extranjero, se rechaza por superflua.

La determinación del principio de equivalencia, necesaria para la emisión del concepto


que le compete a la Corte dentro del Trámite de extradición, se hace a partir de la
providencia agregada por el gobierno extranjero y teniendo en cuenta el principio de la
validez formal de esa documentación para contrastarla con la decisión nacional
respecto de la cual debe predicarse la equivalencia.

En tal sentido, resulta superfluo incluir dentro de la actuación una serie de


certificaciones y normativas para demostrar unos extremos que son plenamente
comprobables a partir del contenido documental anexado por el país requirente a la
solicitud de extradición.

2. De tiempo atrás viene señalando la Corte la naturaleza del concepto de la Cancillería


como "(...) ejercicio de la política exterior del país en cuanto manifiesta la regla interna
a la cual debe ajustarse la cooperación internacional que demanda un Estado
extranjero, {ello} le impide a la Corte completar ese concepto, adicionarlo o
desconocerlo, a menos que de su contenido aparezca - de bulto - una manifiesta
contradicción con la Constitución Política."*.

Como el abogado defensor advierte que no pretende "atacar el concepto del Ministerio
de Relaciones Exteriores", sino aportar los elementos de juicio que permitan demostrar
que no puede aplicarse la ley en defecto de los Tratados Internacionales, tal debate es
de puro derecho, sin que para su proposición y respuesta sea menester aportar
pruebas. Los Tratados Internacionales requieren para su validez de la aprobación del
Congreso de la República (artículo 224 de la Constitución Política), propósito que no
puede alcanzarse sino por medio de la expedición de una Ley (artículo 150 numeral 16
ib.), que actualmente conforme a las reglas establecidas por la Constitución Política
rige solo una vez que ha sido revisada por la Corte Constitucional, por lo que se estima
purgada de vicios en tanto hayan superado tal control (artículo 241-10). Siendo
necesaria una ley para predicar la validez de un Tratado Internacional, aquella por ser
de alcance nacional no es objeto de prueba (artículo 188 del Código de Procedimiento
Civil) y el escenario para debatir su ejecutabilidad es otro.

3. Tampoco se decretará la prueba que pretende la acreditación del material


probatorio que obra contra el señor (...) en los Estados Unidos de América y que
originaron el indictment con fundamento en el cual se le ha solicitado en extradición.

El propósito demostrativo de esa prueba es absolutamente equivocado, pues el señor


defensor pretende comprobar que existe un error en la denominación típica de la
conducta imputada al requerido en extradición.

Tal objetivo es errado, porque en asuntos de extradición se impuso, en contraposición


al sistema cerrado o de lista, la creación y desarrollo del llamado sistema de
eliminación cuya característica principal es la conexión de los hechos a unas sanciones
punitiva mínimas. Basta, como lo señala el Código de Procedimiento Penal colombiano
"que el hecho que la motiva también esté previsto como delito en Colombia y
reprimido con una sanción privativa de la libertad cuyo mínimo no sea inferior a 4
años".(artículo 549-1)

Aunque ese sistema también se conoce como de identidad normativa o doble


incriminación, el concepto de identidad no ha sido entendido nunca por la doctrina
internacional como sinónimo de igualdad, sino que debe atenderse a la acción criminal
misma (hechos) y no al nombre del delito en cada caso, así como a su pena conforme
a la sanción mínima que cada Estado considere suficiente y necesaria para extraditar o
solicitar extradiciones.

El problema de la doble incriminación en la ley se resuelve de manera simple. De una


parte se toma el acontecimiento fáctico y respecto de él se establece si en Colombia es
una conducta punible y si tiene una sanción punitiva mínima de 4 años de privación de
la libertad. Así, pierde importancia la nominación típica que tales hechos tengan en el
exterior o que su denominación no coincida con la que se ha adoptado dentro del
territorio nacional.

185
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Como de tiempo atrás lo viene reiterando la Corte, la responsabilidad penal del


requerido en extradición es del exclusivo resorte del Juez del país requirente. Es ante
ese funcionario que deben demostrarse hipótesis como la que aquí plantea el señor
defensor. La imposibilidad física de comisión de la conducta penalmente reprochable
es un hecho ajeno a los aspectos en los cuales la Corte debe fundar su concepto y es
por tanto impertinente.

5. Al respecto, se ha señalado desde hace bastante tiempo que "(...) no le corresponde


a la Corte entrar a establecer si en Colombia se adelantan otros procesos adversos al
solicitado, ni, por lo mismo, establecer si entre ellos y el proceso por el cual es
requerido en extradición se dan motivos de conexidad.

"Si de alguna manera la solicitud pretende acreditar que las autoridades nacionales
siguen algún proceso penal en contra del señor (...), es evidente que esa aspiración
desborda los fines del trámite que ante la Corte se impulsa, pues si alguna
consecuencia puede derivar de esa información la competencia y oportunidad de
valorarla conciernen al Ministerio de Justicia en los supuestos que indica el artículo 560
del Código de Procedimiento Penal, lo que devela la improcedencia de su pedimento
en esta sede.

"Y si lo que se busca es controvertir la eventualidad de que por unos mismos hechos
tanto en Colombia como en el exterior se adelanten dos procesos, tampoco ese hecho
es tema del trámite de extradición, pues de ninguna manera podría la Corte calificar el
acierto o validez del procedimiento cumplido por el Estado requirente, ante el cual
tiene el implicado la posibilidad de defenderse, ni, como queda dicho, entrar a
interferir en los procesos que las autoridades nacionales tuvieran bajo su
competencia."**
___________________________
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Concepto de Extradición del 15 de agosto
de 2000, Radicación No.15.325. País Requirente España; Magistrado Ponente; Carlos Eduardo
Mejía Escobar.
** Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación penal, auto del 17 de agosto de 1995, Radicación
No.10.824. País requierente: Estados Unidos de América. MAgistrado Ponente: Juan Manuel
Torres Fresneda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : Decreta la práctica de unas pruebas y deniega
otras
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : DOGLIONI VALLEJO, CESAR LORENZO STEFANO
PROCESO : 17271
PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Suspensión del trámite/ TUTELA

En relación con la acción de tutela propuesta en contra de la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia, entre otras autoridades, por razón de este trámite de
extradición que se adelanta con supuesta violación del debido proceso y el derecho de
defensa, el defensor aduce que fue negada en primera instancia; que igualmente se
vio precisado a desistir de la impugnación propuesta ante el Tribunal Superior de
Bogotá, pero que la Corte Constitucional la ha seleccionado para su revisión, motivo
por el cual estima que debe suspenderse el trámite de extradición.

Pues bien, como ya lo determinó la Sala en el auto de 8 de febrero pasado (Rdo.


16.714, M. P. Carlos Eduardo Mejía Escobar), el artículo 7° del Decreto 2591 de 1991
dispone de manera clara y específica la única situación en que resulta posible
suspender el cumplimiento del acto concreto que es objeto de tutela, disposición que
sería de la incumbencia del juez de tutela y no ha ocurrido en este caso.

186
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Respecto de las proyecciones del fallo de tutela T-1736 de 2000, por cuyo medio la
Corte Constitucional habría fijado un requisito de procedibilidad para la actuación que
cumple la Corte Suprema de Justicia dentro del trámite de extradición, será necesario
precisar que las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación sobre los supuestos
delitos cometidos por la persona solicitada en extradición dentro del territorio nacional,
no condicionan el objeto del concepto previsto en el artículo 558 del Código de
Procedimiento Penal, sino que eventualmente podrían hacerse valer ante el Gobierno
Nacional, de conformidad con el artículo 565 del mismo estatuto, pues él es la única
autoridad encargada de conceder o negar la extradición.

En efecto, los elementos constitutivos del concepto requerido de la Corte dependen de


la suficiente información y prueba que aporte el Estado requirente, el que
soberanamente adelanta el proceso penal por hechos que se presumen de su
competencia, además de las pruebas solicitadas y practicadas ante la Corte, pero no
de otra investigación que paralelamente y también con jurisdicción pueda realizar la
Fiscalía General de la Nación. Por manera que de los datos suministrados por el Estado
solicitante de la extradición y la actividad probatoria ante la Corte, depende la validez
formal de la documentación presentada; la plena demostración de la identidad del
requerido; el establecimiento del principio de la doble incriminación; la determinación
de equivalencia de la providencia dictada por sus autoridades y, si fuere el caso, el
cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos.

Por otra parte, ante una petición de la misma naturaleza, la Corte sostuvo en el auto
de 2 de febrero del año en curso, lo siguiente:

"1. Parte el defensor del equívoco supuesto de que en el mencionado fallo de tutela se
impartió una orden de carácter vinculante no solo para la Fiscalía General de la Nación,
sino para la Sala, puesto que su pretensión final la concreta en la necesidad de cumplir
el referido fallo, olvidando que si bien en dicha oportunidad la demanda de tutela
estaba dirigida, entre otra autoridades, contra la Corte Suprema de Justicia en su Sala
de Casación Penal, la conclusión a la que llegó el Juez constitucional fue de que entre
los demandados, solamente la Fiscalía General de la Nación incurrió en vías de hecho
al abstenerse de iniciar la investigación correspondiente por los hechos a los que
hacían alusión los tutelantes, pues es su deber constitucional el de investigar los
delitos.

"2. Lo anterior, no significa, como parece entenderlo el memorialista, que la actuación


que le corresponde adelantar a la Corte en esta clase de asuntos quede supeditada a
que previamente se determine si los hechos que dan origen a la solicitud de
extradición ocurrieron o no en territorio colombiano, pues, como se señaló en
precedencia, ese no es tema del que le corresponda ocuparse a efectos de emitir el
concepto que según el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal se exige de esta
Corporación; más aún cuando la intervención de esta Corte no es de carácter judicial y
mucho menos decisoria, toda vez que es el Ejecutivo el que definitivamente resuelve si
accede o no al requerimiento del país extranjero -en caso de que el concepto sea
favorable- y por ende, es allí donde adquieren plena validez e injerencia los resultados
y determinaciones que al respecto emita el ente investigador" (Rdo. N° 16.724. M. P.
Carlos A. Gálvez Argote).

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Extradición
FECHA : 20/03/2001
DECISION : Niega solicitud de suspensión del trámite
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MESA SANIN, JAIRO DE JESUS
PROCESO : 16708
PUBLICADA : Si

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INVESTIGACION INTEGRAL-Obligación de investigar lo favorable como lo


desfavorable al imputado/ INVESTIGACION INTEGRAL-Nulidad/ ERROR DE

187
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

HECHO-Falso juicio de identidad: Por supresión/ NULIDAD/ FALSO JUICIO DE


IDENTIDAD/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA

1. El principio de investigación integral (también denominado de autoridad objetiva),


está previsto en el inciso final del artículo 250 de la Constitución Política, como una
obligación de la Fiscalía General de la Nación, según la cual esta entidad debe
investigar tanto lo favorable como lo desfavorable al imputado. El postulado
constitucional aparece desarrollado legalmente en los artículos 333 y 362 del Código
de Procedimiento Penal.

Establecida la investigación integral como una obligación a cargo de los funcionarios


judiciales, no como una mera facultad o discrecionalidad de los mismos, obviamente
que su incumplimiento ha de considerarse una irregularidad sustancial que se refleja
en el debido proceso y, por ende, genera la sanción de nulidad conforme con el
numeral 2° del artículo 304 del Código de Procedimiento Penal. Dicha omisión también
influye de alguna manera en la defensa, porque la inercia del funcionario en ese
sentido puede dificultar su libre ejercicio (numeral 3° idem).

Sin embargo, como lo exige la regla prevista en el numeral 2° del artículo 308 del
ordenamiento citado, quien alegue la nulidad deberá demostrar la trascendencia de la
irregularidad, en el sentido de que se hayan afectado garantías de los sujetos
procesales o se desconozcan las bases de la instrucción y el juzgamiento.
Adicionalmente, en materia de investigación integral, como se trata de verificar la
ausencia de pruebas fundamentales que eventualmente favorecerían la situación del
procesado, la trascendencia del vicio generador de nulidad ha de examinarse de cara a
los principios de presunción de inocencia, in dubio pro reo y valoración conjunta de los
medios probatorios (C. P. P., arts. 2°, 254 y 445), pues sólo de esta manera puede
establecerse una violación a las garantías del sindicado, según lo exige la norma
citada, en la medida en que la prueba o las pruebas que se echan de menos, dentro de
un ejercicio mental hipotético de suponerlas al lado de las demás probanzas y
examinarlas en conjunto, deben tener la fuerza suficiente para generar duda sobre la
comprobación de los extremos de la relación jurídico-procesal (delito y
responsabilidad).

2. Igual postura se asume en el segundo cargo, atinente a otro falso juicio de


existencia, pero fácil es constatar que la sentencia no omitió el dictamen de física
forense ni el croquis del siniestro, pues ambas pruebas aparecen consideradas
suficientemente a folios 440 y 441. Si lo que se echa de menos es el examen de una
parte del contenido de dichas pruebas, se perfilaría entonces un falso juicio de
identidad por supresión, porque no se conciben falsos juicios de existencia parciales,
amén de que se incurre en contradicción inexplicable porque el falso juicio de
identidad supone lógicamente la estimación del medio probatorio (Sentencia de
casación 5 de octubre de 1999, M. P. Carlos E. Mejía Escobar).

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 21/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : CORTES MORENO, CARLOS HERNAN
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
PROCESO : 17028
PUBLICADA : Si

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CASACION-Principio de prioridad/ PRESCRIPCION-Técnica: Causal tercera o


primera/ FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO-Momento consumativo:
Letra de cambio/ RESOLUCION DE ACUSACION-Omisión en la forma de
participación

188
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. No es verdad, como lo anota el Procurador, que el principio de prioridad fue


vulnerado por el casacionista. Independientemente de que los cargos los haya
fundado en las causales de casación adecuadas, lo cierto es que la defensa planteó en
el primero un problema de prescripción de la acción penal y en el segundo uno de
invalidez de parte de la actuación procesal. De prosperar el planteamiento de
prescripción las consecuencias serían las de dejar sin efectos la sentencia y la
imposibilidad para el Estado de investigar, acusar, juzgar y sancionar al procesado en
virtud de la conducta delictiva atribuida. Si esto es así, es muy claro que tal censura
es prioritaria frente a la segunda, pues resultaría absurdo -de tener éxito el ataque que
el Procurador plantea que se examine de primero- retrotraer una actuación frente a la
cual el Estado carece del derecho de acción penal.*

2. De acuerdo con antecedentes jurisprudenciales de la Sala, la alegación de la


prescripción de la acción penal en casación debe plantearse con sustento en la causal
3ª del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal y no en la 1ª. Básicamente
porque la consecuencia, en caso de prosperar la última, se concretaría en la emisión
de fallo de reemplazo, cuyo proferimiento es imposible a falta de acción penal vigente.

Es una tesis que la Corte estima del caso replantear, para concluir que no es un
desacierto técnico fundamentar en sede de casación una propuesta de prescripción a
partir de cualquiera de las causales mencionadas, enfatizando que de todas maneras
la fundamentación del cargo -si se opta por la tercera-debe hacerse con apego a las
reglas que rigen la causal 1ª. Esto por la sencilla razón de que la no declaratoria de la
prescripción por parte del juzgador, está necesariamente vinculada a un error de juicio
producido en la sentencia, de naturaleza jurídica o probatoria.

El casacionista puede estar de acuerdo con la apreciación de las pruebas hecha por el
Juez, pero no con las consideraciones jurídicas que lo conducen a negar la prescripción.
En este caso el desarrollo del ataque debe estar guiado por la lógica de la violación
directa de la ley sustancial. Puede igualmente suceder -se trata de la segunda
hipótesis-que el demandante asuma el hecho de la no prescripción a partir de un error
del juzgador asociado a los medios de prueba. En este caso la fundamentación de la
censura debe hacerse con arreglo a los postulados que rigen la violación indirecta de la
ley sustancial.

Ahora bien, si como se dijo el error que se plantea y del cual se hace depender la
negativa del Juez a no declarar prescrita la acción hace parte del contenido de la
sentencia, es claro que de ser reconocido el mismo por la Corte la consecuencia es la
anulación del fallo y la declaración de cesación de procedimiento. Esto quiere decir
que la aceptación del cargo tendría efectos exclusivamente sobre la sentencia
impugnada. Y si se tiene en cuenta que la prosperidad de la causal primera o la de
nulidad cuando sólo afecte el fallo (salvo la originada en falta de motivación del
mismo), trae como consecuencia dictar sentencia de reemplazo de acuerdo con lo
dispuesto por el artículo 229-1 del C. de P.P., es manifiesto que no existe ninguna
diferenciación si el ataque se dirige al amparo de una u otra causal de casación. El los
dos casos se dicta como reemplazo la cesación de procedimiento.

Así las cosas, no fue un desacierto del abogado defensor haber planteado la alegación
con sustento en la causal primera de casación. Sin embargo, no logró una propuesta
satisfactoria. Si lo que discute es la negativa de los falladores a declarar la
prescripción a partir de consideraciones probatorias, como condición para que el cargo
fuera una propuesta jurídica completa tenía que demostrar que la conclusión de la
sentencia, atinente a que la falsedad en documento privado se consumó el 5 de
septiembre de 1990 (cuando la abogada de la beneficiaria de la letra de cambio
requirió su pago a la deudora a través de carta), fue producto de un error de hecho o
de derecho. Pero así no lo entendió el recurrente.

3. A lo que se reduce el ataque, entonces, es a que el defensor estima como fecha de


consumación de la falsedad el día del vencimiento de la letra de cambio (20 de
septiembre de 1989) y el Tribunal identificó como tal, como ya se dijo, el 5 de
septiembre de 1990.
...

Señalar simplemente, con sustento en las fechas que ostenta la letra de cambio, que el
término prescriptivo de la acción penal debe contarse a partir del vencimiento de la
misma, porque desde ese momento la señora (...) buscó su cobro directamente y a
través de apoderados, es simplemente oponer el criterio de la defensa al del Tribunal,
sin demostrar ningún error de éste subyacente a la fundamentación transcrita, con

189
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

apoyo en el cual decidió no acceder a la declaratoria de la prescripción de la acción


penal.

Aunque lo dicho es suficiente para desestimar el cargo, en virtud de su función de


desarrollo y unificación de la jurisprudencia nacional la Sala quiere aprovechar la
oportunidad, teniendo como marco el caso sometido a examen, para referirse al
momento consumativo del delito de falsedad en documento privado, cuando son
identificables varios usos del mismo jurídicamente relevantes y dirigidos a la misma
finalidad.

La utilización del documento privado es una condición para la estructuración del delito,
según el artículo 221 del Código Penal. Esto significa que se considera cometido el día
de su uso, que como lo tiene dicho la jurisprudencia debe tratarse de uno relacionado
con la naturaleza probatoria del documento.

La determinación del momento consumativo del delito de falsedad en documento


privado no ofrece en principio, entonces, ninguna dificultad. Esta surge cuando el
documento falso es usado por el autor en diferentes oportunidades, que fue lo que
sucedió en el caso examinado. En este son identificables como utilización del
documento el endoso en procuración realizado por la beneficiaria de la letra de
cambio, la carta de requerimiento de pago hecho por su abogada y su presentación
con la demanda ejecutiva como medio de prueba de la existencia y exigibilidad de la
obligación. Son todos ellos usos jurídicamente relevantes del documento y en cuanto
estuvieron orientados al mismo propósito, no considera acertada la Sala la solución de
estimar consumado el ilícito con el primer uso, dejando al margen de reproche penal
los restantes. Estos igualmente, en cuanto relacionados con la naturaleza probatoria
de la letra de cambio y animados por la misma finalidad de hacerla efectiva,
vulneraron la fe pública y en dicha medida el momento consumativo del delito
corresponde al del último uso relevante del documento, en el cual quedan copenados
los anteriores.

Debe aclarar la Sala que aunque el requerimiento de pago y la demanda ejecutiva


fueron usos físicamente realizados por la abogada de la procesada, los mismos le son
imputables a la última. La razón radica en que el endoso en procuración no transfiere
la propiedad sobre el título valor y sólo le otorga al endosatario las facultades a que se
refiere el artículo 658 del Código de Comercio, frente a las cuales actúa como
representante del beneficiario del crédito.

4. El planteamiento hecho a través del mismo es sencillo. Consiste en que no se


determinó en la resolución acusatoria la forma de participación a cuyo título se llamó a
juicio a la procesada, circunstancia que no logró probar el demandante. Le resultó
suficiente afirmar que no se hizo y transcribir la parte resolutiva de la decisión, en la
que evidentemente se incurrió en la omisión señalada. Este sólo hecho, sin embargo,
no significa por sí mismo la violación del debido proceso ni refleja la violación de
alguna garantía a la inculpada.

Quiere decir lo anterior, entonces, que el censor no probó la irregularidad y tampoco su


trascendencia. Si hubiera orientado su esfuerzo a hacerlo, se habría dado cuenta que
no es verdad que la Fiscalía haya omitido en la acusación determinar el título de
participación de la procesada en el delito de falsedad. Esa determinación quedó clara
en las motivaciones de la providencia, según el siguiente aparte al que también se
refirió el Procurador en su concepto:

"Ahora bien, en cuanto a la responsabilidad de la encartada tenemos que obra no solo


el testimonio totalmente digno de crédito de DELFIN CABALLERO VASQUEZ, que si bien
no refiere, como no podía hacerlo, salvo la percepción directa que hubiera tenido, de
que fue MANUELA CUETO que falseó el contenido de la letra de cambio, si testifica que
cuando él la depositó en manos de ella, estaba por el valor de $14.145.oo, reuniéndose
así una serie de graves indicios en su contra, como son la posesión del título valor, el
ser beneficiario de él y por tanto solo a ella le favorecía la adición, y el haberla
endosado ella misma para el cobro judicial a su apoderada, lo que pone de manifiesto
que siempre estuvo bajo su custodia y esfera de dominio, siendo todos estos hechos
convergentes y concordantes claras señales de la autoría del ilícito, que apuntan de
manera contundente hacia la señora MANUELA CUETO MENDOZA, pues nadie más
tenía interés en alterar el contenido probatorio del título valor, y así queda demostrado
en su posterior utilización".

Lo precedente es demostrativo de que la procesada fue acusada en calidad de autora


del ilícito contra la fe pública. Que así no se haya expresado en la parte resolutiva de

190
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la resolución acusatoria, como es el ideal, no traduce ninguna irregularidad, al quedar


claramente definida la circunstancia en el cuerpo de la providencia. Es evidente,
entonces, que fueron claras la imputación y la forma de participación por las cuales se
llamó a juicio a la sindicada. E igual que en ese medida quedó perfectamente
delimitado el ámbito de desenvolvimiento del juicio y la sentencia, por lo que en
manera alguna se le afectó su garantía de defensa.
________________________________
* Cfr. Providencias del 13 de octubre de 1994 y del 16 de septiembre de 1996.
Casaciones 8.690 y 9.015, respectivamente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 21/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : CUETO MENDOZA, MANUELA
DELITOS : Falsedad en documento privado
PROCESO : 17106
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DEFENSA TECNICA-Inactividad contenciosa como estrategia defensiva/


INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ IN DUBIO
PRO REO-Técnica en casación/ IN DUBIO PRO REO

1. Perdió de vista con este escueto planteamiento, como destaca la Procuraduría


Delegada, que el ejercicio del derecho de defensa puede tener diversas
manifestaciones o corresponder a disímiles estrategias dependiendo en buena parte de
las posibilidades que la misma investigación ofrezca, pero también, de los propósitos
pretendidos por quien representa judicialmente al sindicado, de ahí que la asistencia
técnica pueda traducirse en actos positivos de gestión o en un silencio táctico donde lo
transcendente para determinar la ausencia de defensa y, por ende, si se produjo el
menoscabo de la comentada garantía con entidad para propiciar la anulación del
trámite, es si tal pasividad obedeció o no al abandono de la misión encomendada.

En las presentes diligencias, sin embargo, esta última situación aparece descartada a
partir del seguimiento del trámite que revelan tales profesionales del derecho, quienes
a pesar de la actitud silente que les es controvertida ahora exteriorizaron la continua
atención del devenir procesal, a extremo tal, que tratándose del mandatario judicial
del acriminado esta inactividad se entendió, sin reparos u objeciones del profesional
del derecho, como una maniobra defensiva.

2. Cuando se aduce la violación del derecho de defensa como consecuencia de la


inobservancia del principio de investigación integral previsto en el artículo 333 del
Código de Procedimiento Penal, de acuerdo con el reiterado y pacífico criterio de la
Sala, al demandante le resulta obligado demostrar que las pruebas de omitido decreto
o práctica, confrontadas con los medios de convicción que sustentan el fallo, además
de conducentes y pertinentes tenían incidencia para cambiar de algún modo y de
manera favorable el compromiso penal deducido en detrimento del procesado.

En el asunto examinado las precisiones consignadas con tal orientación en la demanda


no alcanzaron ese ineludible cometido, pues la censora relacionó los elementos de
juicio que en su opinión eran necesarios y eficaces para el "esclarecimiento de los
hechos", pero no pudo asignarles en forma individual o en conjunto una importancia de
la cual se derivara la exclusión de la responsabilidad penal o la atenuación de la
punibilidad, por lo menos; más aún, de sus propias argumentaciones fluye evidente la
inanidad de las mismas para ese fin.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación

191
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 21/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : ALZATE FRANCO, JOSE EDGAR
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 13256
PUBLICADA : Si

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Concreción del error/ PENA ACCESORIA-


Código Penal Militar/ JUSTICIA PENAL MILITAR

1. La causal de casación invocada por el demandante fue la primera del artículo 220
del Código de Procedimiento Penal, inciso segundo. Errónea apreciación de las
pruebas que apoyaron la atribución de responsabilidad penal a su defendido por los
delitos objeto de la convocatoria a consejo verbal de guerra, es como enunció el único
cargo que dirigió en contra de la sentencia. Olvidó, sin embargo, precisar cuál fue la
equivocación en la que en concreto incurrió el Tribunal.

Los yerros de naturaleza probatoria, eso se sabe, producen violación indirecta de la ley
sustancial, clasificándose los mismos en de hecho por falso juicio de existencia,
identidad y error de raciocinio; y de derecho, por falso juicio de identidad y convicción.
Se trata, la clasificación, de una forma de sistematizar los posibles errores del juzgador
frente a la apreciación de las pruebas, que sirve al propósito de facilitar el
cumplimiento de la exigencia de claridad y precisión en la presentación del cargo, a
que se refiere el numeral 3º del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal.

El hecho de que la sentencia goce de las presunciones de acierto y legalidad significa


que sólo a partir de uno de los mencionados errores, que el casacionista debe precisar
y fundamentar, es posible el debate de los medios de prueba ante la Corte con miras al
resquebrajamiento del fallo. Pretender la discusión sólo a partir de un discurso global,
sin identificar la equivocación que se le atribuye al juzgador sino sólo oponiéndose a
sus conclusiones, es marginal a la casación, dado que ésta no es una tercera instancia
del proceso como reiteradamente lo ha señalado la Sala.

2. De conformidad con el Código Penal Militar vigente para cuando se dictó la


sentencia (art. 48 del decreto 2550/88), e igual del actual (art. 60 de la ley 522/99), las
únicas penas accesorias a la de prisión de obligatoria imposición, son las de
interdicción de derechos y funciones públicas y la separación absoluta de las Fuerzas
Militares. Las demás, de acuerdo con esas mismas normas, son de imposición
discrecional por parte del juzgador, quien deberá determinarlas en concordancia con
los criterios legales de fijación de la pena, suministrando los fundamentos de hecho y
de derecho que le sirven de apoyo.

En el caso de examen, como lo plantea la Agente del Ministerio Público, en ninguna de


las instancias se ofrecieron las razones para la imposición de la suspensión de la patria
potestad. Simplemente fue impuesta la medida, lo cual resulta violatorio del debido
proceso y repercute en el derecho de defensa del acusado, ya que al no decirse los
motivos fundantes de la sanción quedó privado de la posibilidad de controvertirlos. La
Sala, como consecuencia, con sustento en los artículos 228 y 229-1 del Código de
Procedimiento Penal, casará parcialmente la sentencia, dejando sin efecto la
suspensión de la patria potestad impuesta a (...).

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 21/03/2001
DECISION : Desestima la demanda, casa parcial y
oficiosamente
sobre la patria potestad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior
CIUDAD : Militar

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESADO : LOPEZ RESTREPO, JOSE ALBERTO


DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad ideológica en
documento público, Cohecho por dar u ofrecer
PROCESO : 12933
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Error en la calificación jurídica provisional/


SECUESTRO EXTORSIVO-Ingrediente subjetivo/ SECUESTRO EXTORSIVO-
Conoce Juez Penal del Circuito Especializado/ ERROR EN LA CALIFICACION
JURIDICA/ SECUESTRO SIMPLE

1. Ha sostenido la Salaen reiterada jurisprudencia que si el juez a quien se envía un


asunto para la fase de juzgamiento evidencia un error en la calificación jurídica
impartida por la Fiscalía, que haga variar la competencuia de la "justicia especializada
(antes regional) a los jueces penales del circuito, inmediatamente debe proponer
colisión con el fin de que la Corte Suprema de Justica la dirima.

En este evento le es permitido a la Sala, por vía de excepción, analizar los elemtnos
constitutivos de la tipicidad en tanto determina el factor objetivo de competencia, pero
sin que pueda inmiscuirse en la verificación de la existencia del ilícito ni en la
responsabilidad que pudiere corresponder la procesado.

Si el posible error en la calificaciñon jurídica versa sobre aspectos que no generan


variación en la competencia no es la colisión ek camino adecuado para solucionar la
disparidad de criterios, sino la nulidad, que será decretada por el Juez que hubiese
recibido las dilgiencias en el momento en que el proceso ingrese para fallo, indicando
el sentido de las enmiendas que debe adoptar la Fiscalía (M.P. Dr. Edgar Lombana
Trujillo, auto del 14 de noviembre de 1998, radicación 14.698, M. P. Dr. Carlos A. Gálvez
Argote, auto del 13 de noviembre de 1999, radicación 16516.).

2. El delito de secuestro, tanto extorsivo como simple, contiene en su estructura


elementos subjetivos que concretan o descartan su tipicidad, como ocurre en todos los
casos en que la redacción de un texto punitivo contiene expresiones como: con el fin
de, con el propósito de, para, con fines, con el ánimo de, etc.

La existencia de elementos subjetivos en la estructura de la norma penal hace


necesaria e imprescindible la referencia al acontecer histórico y al recaudo probatorio
en orden a determinar la tipicidad, para decidir adecuadamente la presente colisión,
máxime cuando la competencia por el factor objetivo depende de que la conducta
atribuida al procesado se adecue en uno u otro tipo penal: secuestro simple o
secuestro extorsivo.

3. De conformidad con el artículo 71 del Código de Procedimiento Penal, como fue


modificado por el artículo 5º de la Ley 504 de 1999, correpsonde al Juez Penal del
Circuito Especializado el conocimiento de:
...
"4. Del delito de secuestro extorsivo o agravado en virtud de los numerales 6º, 8º o 12º
del artículo 270 del Código Penal subrogado por el artículo 3º de la Ley 40 de 1993".

El artículo 2790 del Código Penal, subrogado por el artículo 3º de la Ley 40 de 1993,
señala la siguientes circunstancias de agravación que pueden aplicarse tanto al
secuestro simple como al secuestro extorsivo:
...
"6. Si se comete en persona que sea o hubiere sido servidor público, periodista o
candidato a cargo de elección popular y por razón de sus funciones.
...
8. Cuando se cometa con fines terroristas.
...
12. Si se comete en persona que sea o haya sido dirigente comunitario, sindical,
político o religioso".

193
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Significa lo anterior que la competencia para juzgar todo delito de secuestro extorsivo,
con o sin agravantes, radica en cabeza del juez penal del circuito especializado, y que
corresponderá al mismo funcionario el juzgamiento del secuestro simple, únicamente
cuando concurra alguna de las circunstacnias de agravación punitiva descritas en los
numerales 6º, 8 0 12º del artículo 270 del Código Penal.

Si se trata de cualquiera de las otras circunstancias de agravación que señala el


artículo 270 del Código Penal, la causa por el delito de secuestro simple debe ser
adelantada por el juez penal del circuito común, por así decirlo.
....

La anterior postura jurisprudencial de la Sala de Casación Penal ha sido vertida en


pronunciamientos anteriores y posteriores a la vigencia de la Ley 504 de 1999, y ahora
se reiteran, teniendo en cuenta que la atribución de competencia al Juez Penal del
Circuito Especialziado en materia de secuestro por virtud de dicha ley, es
esencialmente idéntica a la atribuida a los anteriores Jueces Regionales por la Ley 81
de 1993, que a su vez modificó el Código de Procedimiento Penal.

En pasada ocasión la Sal puntualizó:

"2 Así las cosas, y acogiendo íntegramente el concepto del Delegado, bien puede,
prima facie, sostenerse que no obstante que la norma citada puede ofrecer algún
grado de confusión en cuanto a la competencia de los Jueces Regionales, hoy del
Circuito Especializados fretne al delito de secuestro, de una interpretación sistemática
de las disposiciones pertinetnes del Estatuto Antisecuestro y lo previsto en el artículo
71 del Código de Procedimiento Penal, modificado a su vez por el artículo 9º de la Ley
81 de 1993, se colige que no presenta en realidad una tal ambigüedad o confusión,
pues lo que quiso significar el legislador al enunciar que "del secuestro extorsivo o
agravado en virtud de los numerales 6º, 8º y 12 del artículo 3º de la Ley 40 de 1993",
no fue más que asignar a esta clase de jueces el conocimiento del delito de secuestro
extorsivo en todas sus modalidades y el secuestro simple cuando concurrieran
cualquiera de las tres circunstancias de incremento punitivo allí mencionadas." (M.P.
Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, sentencia del 11 de agosto de 1999 radicación
11.856.)*
____________________________
* De igual manera puede confrontarse: Auto del 3 de marzo de 1994. M.P. Dr. Jorge
Carreño Luengas; auto del 13 de septiembre de 1994 M.P. Dr. Juan Manuel Torres
Fresneda

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 26/03/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado P.C. E. de
Montería
PROCEDENCIA : Juzgado Penal del Circuito
CIUDAD : Sahagún - Córdoba
PROCESADO : NARVAEZ MACEA, NILSON WALTER
DELITOS : Secuestro extorsivo, Acceso carnal abusivo con
menor de
14 años
PROCESO : 17925
PUBLICADA : Si

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FALSEDAD MATERIAL DE PARTICULAR EN DOCUMENTO PUBLICO-


Agravada/ RESOLUCION DE ACUSACION-Si el ad quem la confirma, ésta
comprende la totalidad de la calificación hecha por el a quo/ PRESCRIPCION-
Concurso/ BUENA FE-Técnica/ CONCURSO

1. Si bien en la resolución de acusación dictada por la Fiscalía Seccional 139 de Bogotá


(fls. 166 a 186 C. 10) no existe una nítida separación de los comportamientos
atribuidos a los coprocesados, no hay duda de que la convocatoria a juicio de (...) tuvo
que ver de manera específica con la falsedad de la escritura pública 5677 del 30 de
agosto de 1985 y su posterior uso al ser aducida como prueba en el proceso de
entrega que promovió ante el Juzgado Décimo Civil del Circuito, lo cual indujo en error
al juez que dictó sentencia favorable a sus pretensiones y le reportó un ilícito provecho
patrimonial. Por eso, la acusación se formuló por los delitos de falsedad material de
particular en documento público (art. 220 C.P.) agravada por el uso (art. 222 ib.),
fraude procesal (art. 182 ib.) y estafa agra-vada (arts. 356 y 372-1 ib.).

Ese tratamiento global del comportamiento delictivo de (...) fue lo que determinó,
precisamente, que el fiscal de segunda instancia, al revisar por apelación esa
providencia, aclarara que la intervención de aquél se había limitado a la falsedad de la
escritura 5677 y no a la de la 1407, mediante la cual el supuesto (...) le otorgó poder
general a (...), y que este instrumento fue usado después para crear el otro, de manera
que la ilicitud quedaba cobijada por los artículos 220 y 222 del Código Penal (hoja 11
de la resolución).

No es verdad, entonces, como lo entendió el demandante, que se hubiera suprimido la


acusación por el uso de la escritura 5.677. Por el contrario, expresamente afirmó el Ad
quem que "la connotación falsaria" de ella "quedará adecuada en las normas citadas"
(hoja 13), es decir, las que dos páginas antes había indicado: los artículos 220 y 222
del Código Penal.

Que el Fiscal Delegado ante los Tribunales de Bogotá y Cundinamarca tuvo siempre en
cuenta la circunstancia de agravación que se dedujo en la resolución de primera
instancia, lo demuestra igualmente la cita que hizo de su propia providencia del 9 de
noviembre de 1994, en la que al referirse al fraude procesal dijo que "esta conducta se
tiene por realizada por la utilización de las Escrituras Públicas 1407 y 5677, en el
proceso de entrega tramitado en el Juzgado 10º Civil del Circuito de esta ciudad" (hoja
9).

Examinado el punto desde otra perspectiva, bastaría señalar que si en la resolución de


primera instancia se acusó a (...) por el delito de falsedad material de particular en
documento público agravada por el uso y en la de segunda no se suprimió
expresamente esa circunstancia del artículo 222, obviamente la confirmación que se le
impartió comprende la totalidad de la calificación de la conducta.

Hecha esta precisión, resulta evidente que la acción penal por este delito no había
prescrito cuando se produjo el pliego de cargos, pues siguiendo las pautas trazadas por
el artículo 80 del Código Penal, los 8 años que como máximo de la pena fija el artículo
220 ib. se incrementan en otros 4 según lo previsto en el segundo inciso del artículo
222, para un total de 12 años, término que no se había superado el día en que alcanzó
ejecutoria la resolución de acusación, es decir, el 27 de marzo de 1996, porque para
entonces apenas habían transcurrido un poco más de 10 años y 2 meses contados a
partir de la fecha en que se presentó el documento falso ante el Juzgado 10º Civil del
Circuito de Bogotá, esto es, el 16 de enero de 1986 (fl. 27 vto. cuaderno de anexos del
proceso de entrega).

2. Frente a los argumentos expuestos por los no recurrentes en el sentido de que el


término de prescripción se debe calcular teniendo como referencia la punibilidad
prevista por el artículo 26 Código Penal para el concurso, la Sala estima oportuno
recordar que en virtud del artículo 85 del Código Penal en esta materia los términos de
prescripción de la acción corren separadamente, es decir, se observa cada uno de los
hechos punibles autónomamente. También quiere reiterar el criterio expuesto por la
Corte en providencia del 18 de agosto de 1977 (M.P. Dr. Julio Salgado Vásquez), que
auncuando se refería a la anterior legislación tiene perfecta cabida en la actualidad
dada la similitud normativa. Dijo la corporación: "…la prescripción de la acción se
refiere a las infracciones, tal como aparecen descritas en las respectivas normas, sin
que tenga repercusión en dicho fenómeno el concurso ni la continuidad de los delitos,
porque esos institutos se tienen en cuenta para la imposición de la pena, pero no para
calcular el tiempo en que se opera la prescripción de las acciones. Cuando al
procesado se le acusa de varios delitos, las respectivas acciones prescriben por

195
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

separado, sin que sea lícito al juzgador recurrir a los cálculos de pena imponible con
ocasión de los fenómenos del concurso o de la continuidad de los delitos, porque para
la prescripción de la acción sólo se tiene en cuenta la sanción fijada en la respectiva
disposición penal" (G.J., T.CLV -2ª parte-, No. 2398 Bis, p. 456).

3. Si lo que pretendía sostener el casacionista era que el Tribunal había aceptado como
probado que(...) actuó de buena fe, ha debido sustentar el cargo en la violación directa
de la ley sustancial porque el fallador seleccionó inadecuadamente la norma que debía
aplicar al caso.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 27/03/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VARGAS JIMENEZ, ADOLFO
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Estafa,
Fraude procesal
PROCESO : 15733
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Proceso en Colombia/ EXTRADICION POSITIVA-


Prueba procedentes en el período probatorio/ EXTRADICION POSITIVA-
Documentos anexos-Trámite de traducción/ EXTRADICION POSITIVA-Doble
incriminación

1. Como para el Procurador Delegado el único motivo de inconformidad contra el auto


recurrido se contrae a la negativa de la prueba tendiente a establecer si a (...) se le
sigue proceso o ha sido juzgado en Colombia por los mismos hechos por los que es
requerido en extradición, aduciendo al respecto que con el criterio de la Sala se está
dejando al Gobierno la facultad de decisión sobre un aspecto que impediría la entrega
de aquél, debe enfatizarse que dicho argumento no alcanza a conmover el sentido de
la decisión cuestionada, pues sobre el tema, ya la jurisprudencia de esta Corporación
se ha pronunciado en varias oportunidades en el sentido de que de acuerdo con una
interpretación sistemática de las disposiciones del Estatuto Procesal que regulan lo
atinente a este mecanismo de cooperación internacional, es el Gobierno Nacional el
destinatario de lo preceptuado tanto en el artículo 560 como del 565 ibídem.

2. En lo que tiene que ver con el período probatorio dentro del trámite que le compete
adelantar a la Corte, ha sido insistente la jurisprudencia en sostener que solo son
procedentes las que tienen que ver con los aspectos de los que se ocupa el concepto,
según lo dispuesto en el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal, esto es, la
validez formal de la documentación presentada, la demostración plena identidad de la
persona solicitada, el principio de la doble incriminación, la equivalencia de la
providencia proferida en el extranjero y cuando sea del caso, en el cumplimiento de los
tratados públicos, sin que sea dable ocuparse de otros temas como lo sugiere el
Delegado, al expresar que de acuerdo a como está prevista la extradición en nuestro
medio, la única oportunidad para probar es la que la referida en el artículo 556, y por
ese motivo, aparte de las que a juicio de esta Corporación se estimen suficientes para
emitir concepto, deben decretarse las solicitadas por las partes, por cuanto con una tal
comprensión se desconoce la función directora en esta fase, como así lo ha venido
sosteniendo la jurisprudencia desde más de dos lustros:

"Así pues, resulta obvio que cuando el artículo 556 se ocupa de la solicitud, decreto y
práctica de PRUEBAS, éstas, fatalmente, deben tener relación con el tema de la prueba
que no es otro que el concepto, negativo o positivo, que debe emitir la Sala, sobre la
extradición requerida. Y allí es cuando tienen cabal imperio los artículos 549, que trata
de los "requisitos para concederla u ofrecerla", el 551 que dice de los documentos que
deben anexarse para la solicitud u ofrecimiento y, el 558 -todos del C.P.P.- sobre los

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

fundamentos en que ha de radicar la decisión de la CORTE. No se trata, entonces, de


cuestiones ajenas al caso sub-judice, como lo sostiene el recurrente, sino, por contrario
modo, de materias que le son consustanciales o de su esencia.

Si bien el artículo 556 hace referencia a un término de diez días para que la persona
requerida o su defensor "soliciten las pruebas que consideren necesarias", esta
necesariedad está definitivamente marcada por la conducencia o pertinencia de las
mismas. Si la prueba es inconducente o impertinente, mal puede recibir el calificativo
de NECESARIA. Y es en el juez, como supremo árbitro del debate procesal, en que está
la facultad y el deber de evaluarlas, en orden a que si no merecen ser nominadas como
necesarias, NO SE DECRETEN, para que así el pronto procedimiento a la administración
de la justicia no se distraiga en menesteres o que le son ajenos o que tienen sus vías
expeditas independientes.

No, no se trata de que el artículo 250 esté contrapuesto al 556 y lo que sí sucede es
que son disposiciones que se complementan. La primera, lejos está de consagrar la
arbitrariedad o el capricho y si bien estipula una facultad para el Juez de rechazar las
pruebas "legalmente prohibidas o ineficaces, las que verse sobre hechos notoriamente
impertinentes y las manifiestamente superfluas", la cortapisa para el director del
proceso es proporcionada por la propia ley y la realidad procesal, en que está obligado
a actuar siempre con discreción, esto es, con sensatez, buen juicio y en que sus
determinaciones deben siempre consultar la EQUIDAD, máximo principio regulador del
derecho. Y lo que acontece con el artículo 556 es que, de igual manera, tampoco
establece un derecho ilimitado, despótico, antojadizo para la persona requerida o su
defensor, pues ello sería interpretar la ley como prohijando el absurdo lo que comporta
que esa hermenéutica se destruya por su base. La verdadera epiqueya está, entonces,
en que la prueba demandada sea necesaria, indispensable al tema de la misma, esto
es, para el caso, que conduzca al concepto que debe emitir la CORTE sobre
procedencia o no de la extradición" (auto del 13 de febrero de 1.993, M.P. Dr. Gustavo
Gómez Velásquez).

3. Se queja la defensa de (...) frente a la negativa de ordenar la traducción de los


documentos anexos a la solicitud de extradición y de la Nota Verbal remitida en este
asunto por la Embajada de los Estados Unidos formalizando su petición, porque a su
modo de ver, contrario a lo expresado por la Sala en el auto recurrido, éstos no
cumplen con los requisitos del artículo 260 del Código de Procedimiento Civil.

Frente a esta crítica no encuentra la Sala razón que indique desacierto en lo decidido
al respecto en el auto que negó dicha prueba, pues no solo se refiere indistintante a la
documentación soporte de la solicitud de extradición como a la Nota Verbal mediante
la cual los Estados Unidos formalizó su petición calificándolas como traducciones no
oficiales, sino que se reduce a la afirmación de que no cumple con los requisitos del
artículo 260 ibídem, lo cual es desde todo punto de vista, una apreciación infundada si
se tiene en cuenta que la acusación proferida en el país requirente en contra de (...) y
las declaraciones de apoyo rendidas por (...) Asistente del Fiscal Federal y (...), Agente
Especial, fueron presentadas con su correspondiente traducción, sellos y firmas de
autenticación del Director Adjunto de la Oficina de Asuntos internacionales del
Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la Fiscal General de ese país y la
Secretaria de Estado, ante la Cónsul de Colombia en Washington, D.C., y así
legalizadas por la correspondiente oficina del Ministerio de Relaciones Exteriores, como
así lo indicó la Embajada de los Estados Unidos según la transcripción hecha en el
proveído contra el cual se protesta, por manera que ningún reparo puede merecer
dicha documentación frente al contenido de la referida norma del Estatuto Procesal
Civil, habida cuenta que, como lo regula el artículo 10 de la Resolución 2201 de 1.997
expedida por el Ministerio de Relaciones Exteriores, "cuando el documento público y su
respectiva traducción sean autenticados por agente consular, podrán ser presentados
directamente a la oficina encargada de las legalizaciones del Ministerio de Relaciones
Exteriores".

Ahora bien, como el documento que tiene la indicación de "traducción no oficial" es la


Nota Verbal No. 1161 del 13 de octubre de 2.000, esto es, aquella mediante la cual los
Estados Unidos solicitaron formalmente la extradición de (...), forzoso es precisar que,
en primer lugar, ello no indica que la traducción de los otros documentos cuyo aporte
allí se anuncia no sea oficial, pues como se anotó en precedencia eso no es así; y en
segundo lugar, la presunta falencia de la Nota en sí, quedó subsanada con el sello
impuesto por (...), traductora oficial, perteneciente a la sección de Traducciones
oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores, ya que con ello se está significando
que el contenido en español de la Nota que se pone en tela de juicio, corresponde a la
traducción del texto en inglés.

197
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Otro motivo de queja del recurrente tiene que ver con la negativa al aporte de
normas de la legislación Norteamericana sobre la competencia de ese país para
solicitar la extradición de (...), pues para el abogado defensor, el artículo 551.4 del
Código de Procedimiento Penal no se refiere únicamente a las disposiciones de la parte
especial.

En este aspecto, tampoco tiene razón la defensa del requerido, pues olvida tener en
cuenta que ninguna injerencia tendrían en el concepto que le compete emitir a la Corte
el estudio de la regulación de los Estados Unidos sobre la competencia para reclamar
la extradición de un extranjero, más aún cuando la interpretación que le da al artículo
551.4 ibídem desborda sus alcances, ya que la razón de ser de que el país solicitante
allegue las normas que regulan el caso, no tiene otra connotación diversa a aquellas
que permitan establecer el principio de la doble incriminación, y por eso, entonces, son
suficientes las que en el exterior describen como delito la conducta por la cual se
reclama a una persona para ser juzgada o para que cumpla una pena ya impuesta.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 28/03/2001
DECISION : No revoca auto del 15-02-01 que negó pruebas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : TOVAR LEIVA, DIDIER ANTONIO
PROCESO : 17881
PUBLICADA : Si

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REDENCION DE PENA-Para que la actividad pueda tener validez, se deben


seguir los parámetros fijados por el Inpec/ REDENCION DE PENA POR
ESTUDIO Y ENSEÑANZA/ DETENCION DOMICILIARIA/ LIBERTAD
PROVISIONAL

En relación con el reconocimiento de los abonos por estudio y enseñanza durante el


tiempo de detención domiciliaria, la Corte Constitucional se pronunció mediante
sentencia C-1510, del 8 de noviembre del año 2000 -M. P. Dr. José Gregorio Hernández
Galindo-, para declarar "…la exequibilidad de las expresiones "centro de reclusión",
contenidas en los artículos 80 y 81 de la Ley 65 de 1993, bajo el entendido de que ellas
comprenden también los casos de detención domiciliaria o de detención parcial en el
lugar de trabajo y sin que se pueda discriminar entre el trabajo material y el
intelectual".

En el mismo fallo, consideró que los centros de reclusión, "…dentro de una


hermenéutica acorde con la igualdad y relacionada con el objetivo mismo de la norma,
comprenden también el domicilio o lugar de trabajo para quienes haya operado la
detención domiciliaria o la detención parcial, pues de otra forma se estaría dando un
trato desigual a hipótesis que son en realidad las mismas", y que "La función de
rehabilitación a la que se refiere el Ministerio Público se predica en todos los casos de
privación de la libertad y, por tanto, ninguna justificación razonable se encuentra para
que las normas que permitan el trabajo al detenido puedan ser entendidas de manera
restringida".

Tenido en cuenta lo anterior, procede la Sala a evaluar si es viable contabilizar como


redención de pena el tiempo que el doctor (...) estudió y enseñó.

En efecto, su defensor solicitó al Tribunal la concesión de "un permiso para adelantar


estudios de Computación e Informática", con el fin de "actualizarse en tal tarea, y
facilitarle además una labor que eventualmente le permita su integración con la
sociedad en que vive" (fol.2. c.o. No. 2); el A quo accedió, por considerar que al
hallarse detenido en su domicilio "cualquier salida que deba hacer, previamente debe
estar autorizada por los funcionarios quienes vienen conociendo del proceso", y "que
es dignificante para todo ser humano capacitarse en aras de lograr un acrecimiento de

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

sus conocimientos científico-técnicos que le permitan estar al tanto de los cambios


culturales que a su alrededor se suceden" (fol. 4/5 c.o. No. 2).

Posteriormente, el doctor (..) solicitó permiso para culminar sus estudios los sábados y
se le "otorgue el tiempo necesario que cubra las distancias propias el desplazamiento
para tal finalidad" (fol. 14 c.o. No. 4). El Tribunal concedió la prórroga y ordenó oficiar
en tal sentido al Inpec, precisando que "los desplazamientos para el curso de
computación lo serán únicamente los días sábados en el horario indicado y no de lunes
a viernes como se venía presentando" (fol. 16/17 c.o. No. 4).

Igualmente, el defensor del doctor (...) pidió "un permiso especial para trabajar como
docente, en el colegio de bachillerato y primaria Guimarc en Bosa Carlos Albán… entre
las cinco de la mañana y las cinco de la tarde" (fol. 11 c.o. No. 4). El Tribunal se
abstuvo de resolver hasta que se acreditara la vinculación laboral (fol. 19 c.o. No. 4);
luego se allegó el contrato de trabajo, y la colegiatura decidió conceder el permiso
"bajo el entendido, que el trabajo en cualquiera de sus manifestaciones, es actividad
dignificante para el hombre y que el mismo resulta útil para el procesado… en
consecuencia dispone que el mencionado cuenta con permiso para salir del lugar de su
residencia donde cumple detención domiciliaria, de lunes a viernes a partir de las
cuatro y treinta (4:30 A.M) hasta las (3. P.M) a partir del ocho (8) de febrero hasta el
ocho (8) de diciembre del cursante año, para el cumplimiento del contrato que aduce"
(fol. 40 c.o. No. 4).

El 6 de abril del 2000, el apoderado del doctor (...) allegó un nuevo contrato laboral
docente, certificado de tiempo de estudios en 1997 y 1999, tiempo de enseñanza en
1999, declaraciones de buena conducta y certificado del Consejo Superior de la
Judicatura sobre ausencia de antecedentes disciplinarios de su defendido "para que
sea tenido como prueba del tiempo de trabajo y estudio cumplido por mi representado
durante su detención preventiva, para efectos de los descuentos de penas que
corresponden, sobre su buena conducta permanente, y para que se le mantenga la
autorización de trabajar como docente en las condiciones ya demostradas y
autorizadas por el H. Señor Magistrado" (fol. 75/6 c.o. No. 5).

El 8 de junio siguiente, el Tribunal accedió a lo solicitado, reiterando que "bajo el


entendido que el trabajo en cualquiera de su manifestaciones, es actividad dignificante
para el hombre y que el mismo resulta útil para el procesado y la sociedad" (fol. 144
c.o. No. 5).

Sobre lo anterior, es procedente hacer cinco observaciones: La primera, que resulta


inconsistente pretender la valía del tiempo de docencia correspondiente al primer
semestre del año 2000, toda vez que sólo hasta el 8 de junio se autorizaron los
desplazamientos por parte del Tribunal (fol. 143 a 145 c.o. No. 5), pues obvio es
decirlo, el permiso no podía tener efectos retroactivos -aunque así haya sido
expedido-, en cuanto se estaría reconociciendo un incumplimiento de las obligaciones
del procesado durante el tiempo señalado que supondría que no permaneció en el
lugar de su residencia y que salió sin permiso otorgado por las autoridades judiciales
que oportunamente lo comunicaban al Inpec.

La segunda, que si bien el Tribunal autorizó la realización de los estudios y la labor


docente del doctor (...), ello no obedeció a los eventuales abonos que pudiera realizar
para redimir la pena que le fuera impuesta, sino a la potísima razón de requerir
permiso para que pudiera desplazarse fuera de su residencia como lugar de detención.
Nótese, que en términos similares se hizo cuando solicitó y se le otorgó permiso para
concurrir: A votar, al grado de bachiller de su hijo, a un bautismo, a unas exequias, al
médico, a cancelar una hipoteca, a realizar una escritura de compra venta, a rendir
cuentas en su calidad de albacea, al aniversario del fallecimiento de sus familiares,
etc., sin que válidamente pueda argumentarse que ello tenía relación alguna con el
descuento de pena.

La tercera, que la Resolución 2376 de 1997 expedida por el Director del Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario, dispone en su artículo 2º las actividades de estudio
válidas para la redención, y señala que "los internos podrán adelantar estudios de
educación formal, no formal, informal o superior de acuerdo con lo programado por
cada establecimiento penitenciario y carcelario" (negrillas fuera de texto), por lo tanto,
si el doctor (...) tenía interés en que la actividad de aprendizaje adelantada fuese
válida para redimir pena, debió asegurarse que ella fuera programada por las
autoridades carcelarias; como así no ocurrió, no puede ahora pretender que le sea
reconocida ante la insatisfacción de los requerimientos normativos para ello.

199
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Cuarta, el artículo 5º de la misma Resolución señala el procedimiento para realizar


actividades de trabajo, estudio o enseñanza, entre las que se encuentran las "planillas
de control de asistencia suscritas por el funcionario encargado de llevar su registro y
control, en las que se indique la fecha, el nombre del interno, el nombre del
establecimiento, la actividad, las horas empleadas y el nombre y firma del respectivo
funcionario", exigencias, que huelga expresarlo, no satisfizo oportunamente el doctor
(..) y que por ello hacen inviable el reconocimiento de sus actividades para efectos de
redimir pena. Aquí es pertinente señalar, que el concepto realizado ex post por el Inpec
a petición del Tribunal, no puede suplir aquellos taxativos requerimientos, pues
precisamente estos se justifican en la medida que es imprescindible la existencia de un
control por parte de las autoridades carcelarias sobre las actividades de quien se
encuentra privado de su libertad, lo cual brinda elementos de certeza y confiabilidad, y
además informa sobre el proceso del tratamiento penitenciario de quien ha sido
sometido a él.

Quinta, adicional a lo anterior, la misma disposición exige la "autorización de la Junta


de Evaluación de trabajo, estudio y enseñanza para realizar la actividad" y el
"Certificado de Evaluación de la Junta teniendo en cuenta la intensidad, la calidad, la
superación por exámenes, si fuere el caso, y la conducta del interno certificada por el
Consejo de Disciplina del Establecimiento", requisitos que una vez más no fueron
cumplidos en este asunto.

Debe indicar la Sala, que no se trata de desvirtuar la utilidad que en el ámbito personal
puedan haberle reportado al doctor PINILLA las actividades de estudio y enseñanza
realizadas por él, como tantas otras, v.g. la lectura, la cercanía a la familia, pero no por
ello resultan con suficiente aptitud para redimir pena como lo pretende su defensor, sin
haber llenado los expresos requisitos normativos para ello.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Segunda Instancia


FECHA : 28/03/2001
DECISION : No reconoce la libertad provisional solicitada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : PINILLA CUERVO, JOSE HERNANDO
DELITOS : Peculado por apropiación, Prevaricato por acción
PROCESO : 18222
PUBLICADA : Si

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PROVIDENCIAS-Capítulo de antecedentes/ EXTRADICION POSITIVA-


Prescripción/ EXTRADICION POSITIVA-Prueba-Responsabilidad del requerido/
PRUEBAS

1. El capítulo de antecedentes que suele incluir la Sala en sus providencias constituye


exclusivamente la reseña histórica de lo acontecido en una determinada actuación, y
no contiene conclusiones ni juicios de valor que incidan en la motivación ni en la
decisión que mediante ellas se adopta. En consecuencia, resultan irrelevantes las
observaciones que sobre esos aspectos efectúen los intervinientes en el proceso o
trámite de que se trate.

2. En cuanto a la prescripción de la acción penal, el apoderado en su escrito de


reposición simplemente expuso su opinión sobre la consideración de la Corte en
cuanto a que este punto no hace parte del tema que debe tratar la Sala en el concepto
-a menos que la extradición se rija por tratados y ellos exijan pronunciamiento judicial
sobre ese tópico-, de manera que no se estimó necesario ofrecer nuevos argumentos
que sólo conducirían a polemizar sobre un aspecto que la Corporación tiene
suficientemente claro y que ha expuesto en reiteradas ocasiones.

Al efecto, bastará entonces insistir:

200
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"En el caso Colombiano con arreglo a lo estipulado por el artículo 17 del Código de
Procedimiento Penal patrio la extradición se solicitará, concederá u ofrecerá de
acuerdo con los tratados públicos, y a falta de ellos el gobierno solicitará, ofrecerá o
concederá la extradición con arreglo a lo establecido por el Código de Procedimiento
Penal. Significa lo anterior, que la prioridad en las fuentes de aplicación de cualquier
clase de extradición, la tendrá en su orden, los tratados internacionales suscritos por el
Gobierno Nacional y en su defecto la legislación interna.

Así pues, como no existe tratado aplicable de extradición entre los Estados Unidos de
América y Colombia, el curso de la reclamación se ha regido por las preceptivas del
Código de Procedimiento Penal, las cuales no reglamentan la prescripción de la acción
penal ni de la pena, como si ocurre en algunos de los tratados de extradición suscritos
por el Gobierno Nacional con otros países. Por consiguiente, al ocuparse la Corte del
análisis correspondiente para verificar si la acción penal se encuentra prescrita en
cualquiera de los dos Estados, rebasaría el fundamento del concepto que por
imperativo legal debe emitir, lesionando de paso el principio de legalidad que cubre
este instituto.

Tampoco puede fundarse el pretendido análisis de la prescripción como parte del


objeto del concepto, en el principio de la doble incriminación, en virtud a que éste se
agota en la constatación de que los hechos atribuidos al reclamado se hallen
tipificados en los dos Estados como delitos, y castigados en Colombia con privación de
la libertad no inferior a cuatro años, sin que sea necesario averiguar si la facultad
punitiva de ellos se mantiene. Y ello es lógico, en razón a que lo que prescribe es la
acción penal, o la pena, y no el delito, por tanto, ello no incide en la doble
incriminación, pues de presentarse este fenómeno jurídico, el carácter delictual de las
conductas pervive en las dos potencias; siendo esa la razón por la cual en los tratados
internacionales sobre extradición que reglamentan la prescripción, lo hacen de manera
autónoma e independiente a la doble tipicidad.

Ni es procedente acudir en su apoyo a la reciprocidad internacional, ya que siendo ella


una fuente supletoria de la extradición admitida por la doctrina internacional, no puede
ser operada dado que por mandamiento legal el marco normativo aplicable en los
eventos en que no exista tratado de extradición vigente, es el previsto en el Código de
Procedimiento Penal, amen de que dicho carácter no se lo dispensa el contenido del
artículo 17 del Código Penal ni la ley instrumental penal, como si lo hace el artículo
534 de la Ley de Procedimiento Penal, para la figura jurídica del exequatur." (M.P. Dr.
Édgar Lombana Trujillo, rad. 14022, concepto de 26 de octubre de 1999).

3. Producto de la confusión o de la falta de comprensión del papel que cumple la Corte


en un trámite que durante sus fases inicial y final está exclusivamente a cargo del
Gobierno Nacional y en el que a este órgano judicial sólo se le asigna la función de
emitir un concepto sobre la viabilidad o no de la extradición luego de verificar los
aspectos ordenados por el artículo 558 del estatuto procesal, el defensor apoyó su
petición de pruebas en el artículo 249 ibidem, y lo reitera en el escrito de impugnación,
como si la intervención de la Corte pudiera extenderse al examen de responsabilidad
del requerido en extradición, pues sólo a ese propósito apunta la citada disposición
cuando precisa que se debe buscar la verdad real averiguando con igual celo tanto lo
favorable como lo desfavorable al procesado.

Por la misma razón, el artículo 250 C. de P.P. no resulta literalmente aplicable sino
únicamente en cuanto enseña lo que la lógica más elemental también permite
concluir: que las pruebas que hayan de practicarse tienen qué ver de manera directa
con lo que constituye el objeto concreto de la actuación, trámite o proceso, de suerte
que siempre se debe examinar desde esa perspectiva la eficacia, la conducencia y la
pertinencia del específico medio que se solicite.

Por lo tanto, es apenas obvio que como a la Corte no le compete valorar la


responsabilidad del requerido en extradición, la referencia a "establecer la verdad
sobre los hechos materia del proceso" no se puede entender como una licencia para
decretar pruebas que se relacionen con ella sino exclusivamente con lo que constituye
la limitada intervención de la Sala en términos del citado artículo 558 C. de P.P.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Extradición
FECHA : 28/03/2001
DECISION : No adiciona el auto del 15-08-00
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : FERRARIO POZZI, ROBERTO ANGELO

201
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 16107
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Fase previa a la intervención de la Corte/


EXTRADICION POSITIVA-La intervención de la Corte no es de carácter
judicial: Naturaleza/ EXTRADICION POSITIVA-Proceso en Colombia/
NULIDAD/ TUTELA

1. Ninguno de los preceptos que conforman el capítulo III del título I del libro V del
Código de Procedimiento Penal que reglamentan el trámite de la extradición, exige
como requisito previo a la participación de la Corte, que la Fiscalía General de la
Nación, haya definido en qué lugar tuvieron lugar los hechos base de la reclamación.

Ciertamente, los artículos 552 a 555 de dicho ordenamiento, que regulan la fase previa
a la intervención de la Sala, solo exigen que el Ministerio de Relaciones Exteriores haya
conceptuado si procede actuar de acuerdo con convenios o usos internacionales, o en
armonía con las normas del Código de Procedimiento Penal, y que el Ministerio de
Justicia y del Derecho haya obtenido el perfeccionamiento del expediente, en cuyo
caso lo enviará a la Sala, para que cumpliendo con el rito descrito en el artículo 556
ibídem, rinda el concepto que de ella demanda el artículo 557 de la misma obra; pasos
que en este asunto fueron cabalmente observados.

2. La Corte Constitucional no encontró que esta Corporación hubiese incurrido en vías


de hecho, en la solicitud de nulidad presentada en uno de los trámites de extradición
allí controvertidos, por no pronunciarse supuestamente sobre la jurisdicción de
Colombia o de los Estados Unidos de América, para juzgar los hechos que dieron origen
a la reclamación; dejando en claro que la Sala si resolvió dicho tópico, al aseverar que
la eventual falta de jurisdicción del país requirente, es un asunto que desborda el
objeto del concepto, pues de ocuparse de él desconocería la soberanía de esa Nación,
en razón a que son sus autoridades judiciales las que dentro del proceso fuente de la
reclamación deben definir tal situación.

Además, reiteró que comparte la posición que la Sala viene pregonando sobre este
tema, traducida en que atendiendo a la naturaleza jurídica del instituto de la
extradición y a la regulación que de su trámite hace la Ley Procesal Penal, la
intervención de la Corte no es de carácter judicial pues en ella no juzga la conducta
atribuida al requerido, sino que se limita a verificar si concurren los fundamentos del
concepto previstos en el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal, labor que
cumple realizando un proceso de constatación objetivo formal con los documentos
aportados al expediente, el cual excluye la realización de juicios de valor acerca de su
contenido material, sobre el acierto o no de las decisiones anexadas como soporte de
la petición, y la posibilidad de ocuparse de establecer en qué circunstancias sucedieron
los hechos, si coexisten los elementos del hecho punible y en general la
responsabilidad del solicitado; debido a que estos aspectos hacen parte del objeto del
proceso adelantado en el país requirente, en donde el procesado cuenta con los
instrumentos jurídicos necesarios para hacer valer sus derechos.

3. Igualmente la Sala viene predicando que para los efectos previstos en el artículo 565
del Código de Procedimiento Penal, es al Gobierno Nacional a quien compete
establecer si la persona cuya entrega se reclama, está siendo investigada o fue
juzgada en Colombia, por los mismos hechos por los cuales es requerido; en virtud a
que es a él a quien concierne decidir si concede o no la extradición.

Lo anterior no obsta, para que la Fiscalía General de la Nación, en desarrollo de la


función natural que le atribuye el artículo 250 de la Carta Política, cuando a ello haya
lugar, adelante las investigaciones pertinentes por los hechos delictivos presuntamente

202
Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ocurridos en Colombia, cuya incidencia en el trámite de extradición, atañe determinar


al Gobierno Nacional.

4. La Sala ya había resuelto en el mismo sentido peticiones análogas; en decisión del 2


de febrero del corriente año, con ponencia del Dr. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE,
manifestó:

"En efecto, tal y como se lee en el aparte transcrito por….- aunque modifica el texto y
la puntuación del mismo al anotar que "la falta de ese procedimiento, previo al
concepto de la Corte Suprema de Justicia evita que…", cuando en el texto original se
lee "…la falta de ese pronunciamiento, previo al concepto de la Corte Suprema de
Justicia, evita que (subraya la Sala), no hace alusión la Corte Constitucional a ningún
concepto de parte de la Fiscalía General de la Nación que condicione el inicio del
trámite que en estos asuntos le corresponde adelantar a esta Corporación. Sólo que
dadas las circunstancias específicas del caso objeto de la tutela allí examinada, a la
Fiscalía General de la Nación le corresponde cumplir con la obligación constitucional y
legal de investigar hechos delictivos presumiblemente cometidos en el país o
pronunciarse al respecto".

"De igual manera, olvida el memorialista que en la misma sentencia de tutela, la Corte
Constitucional no solo concluyó que en lo concerniente a la Corte Suprema de Justicia,
no se presentaron las presuntas vías de hecho acusadas por el actor por no haberse
pronunciado sobre la jurisdicción, bien del Estado requirente o el requerido para juzgar
los hechos motivo de la solicitud de extradición, avalando, así, el criterio sostenido por
esta Sala en el sentido de que en el concepto que se le exige a esta Corporación en
materia de extradición, solo está obligada a ocuparse de los temas señalados en el
artículo 558 del Código de Procedimiento Penal.

…"Lo anterior, adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que al ser el Gobierno
Nacional la autoridad a la que le compete, en ejercicio de la función constitucional el
manejo de las relaciones internacionales, decidir frente al Gobierno extranjero si
concede o no la extradición -en caso de que el concepto de la Corte sea favorable a
ella, pues cuando es negativo es de carácter obligatorio- entonces, es él el destinatario
por antonomasia de las determinaciones que sobre el asunto tome la Fiscalía General
de la Nación.".

En proveído de la misma fecha y con ponencia del mismo Magistrado, expresó:

" En el mismo sentido, debe agregarse que si a la postre, lo que se pretendía era
fundamentar una nulidad sobre la base de que como el delito se cometió en Colombia,
únicamente las autoridades de este país son las competentes para su investigación y
en esa medida a la Corte le corresponde determina esa situación, que por ser cierta
-así lo afirma el memorialista- impedía iniciar el trámite de extradición, tampoco
ningún asidero jurídico válido tiene tal postura, no solo porque la discusión acerca del
lugar donde se cometió el delito que motiva el pedido de extradición no es de
competencia de esta Corporación porque en esta clase de asuntos no actúa como juez
de conocimiento, debiéndose circunscribir su participación a la constatación de los
temas en torno a los cuales debe emitir el concepto, esto es, los expresamente
señalados en el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal, sino que la forma
como lo concibe el petente, es en el fondo contradictorio, ya que mal puede pretender
que se abstuviera la Sala de iniciar el procedimiento que en estos asuntos confiere la
ley, si se parte del supuesto de que es su obligación establecer la circunstancia que
eventualmente daría lugar a ello".

Y en determinación de la cual fue ponente el Dr. CARLOS E. MEJIA ESCOBAR, sostuvo:

"En respuesta al tema de la territorialidad para el ejercicio de la jurisdicción penal, por


el lugar de la comisión del hecho, han de recordarse las posiciones que al respecto la
Sala hizo en providencia del 12 de septiembre de 2.000, con ponencia del Magistrado
JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO; aparte de que el lugar de la comisión del delito y la
competencia son elementos que tienen que ver con el objeto del proceso (cuya
definición incumbe a la autoridad que juzga) y no con la eficacia de los fines del mismo
(tema de la extradición), también olvida el reclamante toda la dinámica que comporta
una conducta de "importar" o "sacar del país" un producto ilícito, en la que se fijan
destinos, se eligen recorridos y se prevé concomitancias como el decomiso en lugares
diferentes.

"La Sala ha señalado que la supuesta falta de jurisdicción del país requirente para
juzgar al solicitado, trasciende la tarea que ha de cumplir la Corte en orden a lo

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

previsto en el artículo 538 del C. de P.P., además que un tal proceder desconocería la
soberanía del Estado reclamante y la competencia de las autoridades judiciales.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Extradición
FECHA : 28/03/2001
DECISION : No declara la nulidad de lo actuado por la Corte
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : MOGOLLON BARRETO, ARMANDO
PROCESO : 17225
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Suspensión del trámite: No se creó un nuevo


requisito de procedibildiad/ REPOSICION/ TUTELA

No encuentra la Corte razón alguna para variar el criterio expuesto en el proveído que
se recurre, no solo porque no es cierto que la Corte Cosntitucional por la vía de la
tutela creara el requisito al que hace alusión el petente, sino porque de ser así se
estaría por medio de una decisión judicial introduciéndole modificaciones al Estatuto
Procesal en lo que tiene que ver con la extradición, más aún cuando es la propia ley la
que señala en qué momento le corresponde a esta Corporación asumir la competencia
para proferir concepto en esta materia, y este no es otro que una vez perfeccionado el
expediente y remitido por el Ministerio de Justicia y del Derecho (artículo 555 ibídem)
como aquí ocurrió

Además, en la decidión de tutela que cita la defensa de (...) como soporte de sus
afirmaciones se dejó en claro que la Corte no es competente para determinar el lugar
de los hechos porque en estos asuntos no cumple funciones de juez de conocimietno,
solo que la Fiscalía no puede sustraerse al deber constitucional de investigar y acusar
por delitos que presumiblemente pudieron cometerse en territorio colombiano

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Extradición
FECHA : 28/03/2001
DECISION : No repone auto del 02-02-01 que negó suspensión
del
trámite
PROCEDENCIA : Gobierno de
CIUDAD : Estados Unidos de América
REQUERIDO : REBELLON ARCILA, LUIS FERNANDO
PROCESO : 16724
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CAMBIO DE RADICACION-Obligación de sustentar las razones que motivan la


petición/ CAMBIO DE RADICACION-Seguridad e integridad personal del
sindicado

1. Exige la preceptiva que regula la materia, que las causas de las referidas
perturbaciones se encuentren demostradas, mediante prueba eficaz, de modo que en
el ánimo del juzgador se genere la certeza de que sólo es posible que se ofrezca una
justicia pronta, cumplida, imparcial y libre, con la orden de asignar competencia a
despacho distinto, que pese a carecer de competencia por el factor territorial, la
adquiere por las razones superiores y excepcionales a las que se ha hecho referencia.

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De lo anotado y a voces del artículo 85 del Código de Procedimiento Penal, el


interesado debe acompañar a la solicitud las pruebas, con el fin de demostrar a
cabalidad las circunstancias argüidas como fundamento del cambio de radicación, so
pena de que el pedimento no prospere. Por su connotación ellas deben ser objetivas,
perceptibles y demostrables.

Es deber, entonces, del solicitante demostrar la ocurrencia de alguna de las situaciones


a que se refiere el artículo 83 ibídem, que impida adelantar un proceso justo y
equilibrado, lo que no ocurre en el caso materia de estudio, pues en realidad los
argumentos del peticionario no materializan ese propósito. Es preciso señalar que esta
sustentada en ligeras razones y además no cuenta en lo absoluto con el debido
soporte que acrediten al menos uno de los motivos que la ley prevé como factores de
cambio de radicación del proceso.

2. En lo atinente a los riesgos denunciados sobre la seguridad de los procesados o su


integridad personal, para que constituya un factor de cambio de radicación, debe
demostrarse que la causa invocada al menos hace probable la ocurrencia de aquellos,
constatación que resulta huérfana en el sub-judice porque el citado documento lo que
contiene son afirmaciones genéricas e indeterminadas, las cuales ni siquiera son
factibles de comprobación, dada esa naturaleza.

Sin embargo, la preservación de la integridad personal del acusado es una obligación


en un Estado Social de Derecho como el que nos rige, y deben procurarse las
condiciones de seguridad adecuadas en el sitio donde se encuentre, sin que exista
razón valedera y demostrada para pensar que ello no es posible en San José del
Guaviare, para ordenar, sin argumento adicional, el cambio de radicación del proceso.

En lo que atañe a los aspectos relacionados en el oficio del 18 de enero de 2001 por el
Director de la Cárcel de San José del Guaviare e invocados por el Juez Promiscuo del
Circuito para coadyuvar la petición de cambio de radicación que impetra el procesado
(...), sólo ponen de presente cuestiones de carácter administrativo, que competen ser
superadas mediante una gestión oportuna y eficaz por el personal del Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario "INPEC". Ninguna de ellas establece de manera
específica y concreta que el petente se encuentre en alguna de las previsiones
referidas en el artículo 83 del rito penal.

En este incidente no hay constancia de que se haya hecho solicitud de remisión de los
procesados privados de la libertad, y por lo tanto, la negativa de traslado es una mera
suposición, que no tiene idoneidad como para determinar la excepcional medida que
se demanda. De todos modos, la dificultad de ubicación de los mismos no consulta el
interés de la preceptiva. La solución a esa situación no sería el cambio de radicación,
sino el traslado de los internos, porque es deber de las autoridades correspondientes
disponer la remisión de aquellos, para lo cual se utilizará, si lo estima pertinente, el
Grupo "CORES" que es el Cuerpo Especializado en Remisiones de Seguridad para
operar en eventos similares.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Cambio de Radicación
FECHA : 28/03/2001
DECISION : No accede al cambio solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado Promiscuo del Circuito
CIUDAD : San José del Guaviare
PROCESADO : MANJARRES ESCOBAR, JEREMIAS
PROCESADO : MANJERRES ESCOBAR, VITELIO
DELITOS : Porte ilegal de armas, Homicidio
PROCESO : 18128
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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COLISION DE COMPETENCIA-Competencia territorial

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El motivo de divergencia en este caso se concreta en el factor territorial, pues a juicio


del colisionante, el establecimiento comercial restaurante asadero "Las Tres Avenidas"
ubicado en la calle 68 con transversal 78B, corresponde a la congregación barrial de
Bosa "La Despensa" ubicada dentro de la comprensión territorial de Soacha. Este
argumento lo expone con base en la indagatoria rendida por el señor (...) quien afirma
que los hechos ocurrieron en el sector de Bosa "La Despensa" de la jurisdicción de
Soacha, sin ocuparse de verificar por otros medios en procura de efectuar una correcta
apreciación sobre el lugar de los acontecimientos, y por ende, del circuito judicial que
lo cubre.

En estas condiciones razón le asiste al Juzgado Tercero Penal del Circuito de Soacha al
rechazar la competencia que se le deriva para conocer del asunto, pues siendo el
punto central de discusión el factor territorial no puede estimarse que el sector de
Bosa "La Despensa" se encuentre adscrito al Circuito Judicial de Soacha.

En efecto, el juzgado colisionado antes de decidir sobre la aceptación o no del conflicto


de competencia, dispuso allegar el oficio No. 07682 de octubre 27 de 2000, procedente
de la Secretaría de Planeación Municipal de Soacha Cundinamarca, en el que se
informa "…que la Nomenclatura Calle 68 con Transversal 78B corresponde a la Ciudad
de Bogotá, localidad de Bosa..." (fl. 96 cdno causa). Este aspecto se corrobora, no sólo
con la prueba testimonial recaudada (que invariablemente refiere el acontecimiento en
el Restaurante asadero " Las Tres Avenidas " ubicado en el sector de la "Despensa" de
Bosa), sino también con las primeras diligencias que se llevaron a cabo, pues fueron
agentes adscritos a la Séptima Estación de Policía de Bosa quienes conocieron del
hecho por tratarse de un acontecimiento ocurrido dentro del territorio en el cual
ejercen la función policial. Por lo mismo se remitió la actuación a la Unidad de
Reacción Inmediata de la Fiscalía General de la Nación de esta capital, ubicada en el
barrio Las Delicias.

Siendo la competencia del funcionario judicial reglada, esto es, que debe desarrollarse
dentro de los precisos límites que fija la ley; debe concluirse, entonces, que por
pertenecer la calle 68 transversal 78B, donde se encuentra ubicado el restaurante
asadero " Las Tres Avenidas " a la nomenclatura urbana de Bogotá, tal como lo
certifica la Secretaría de Planeación de Soacha, el competente para seguir conociendo
del proceso es el Juzgado 47 Penal del Circuito de esta capital, atendiendo la
competencia que por factor territorial establece el artículo 78 del Código de
Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. MAURO SOLARTE PORTILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 28/03/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 47 P. C. de
Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado 3 P. C.
CIUDAD : Soacha
PROCESADO : LOPEZ RANGEL, VIRGILO
DELITOS : Tentativa de homicidio
PROCESO : 17929
PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/ TERRORISMO-Causar terror/ HOMICIDIO


CON FINES TERRORISTAS

1. Para la solución de la controversia, es menester tomar como punto de partida la


descripción típica que acerca del hecho punible de terrorismo realiza el Art. 187 del C.
Penal. Enseña dicha norma:

"Terrorismo. El que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a la población


o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida, la integridad física
o la libertad de las personas o las edificaciones o medios de comunicación, transporte,
procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices valiéndose de medios

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

capaces de causar estragos incurrirá en prisión de diez (10) a veinte (20) años y multa
de diez (10) a cien (100) salarios mínimos mensuales, sin perjuicio de la pena que le
corresponda por los demás delitos que se ocasionaren con este hecho.

"Si el estado de zozobra o terror es provocado mediante llamada telefónica, cinta


magnetofónica, video casete, o escrito anónimo, la pena será de dos (2) a cinco (5)
años y multa de cinco (5) a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales."

Luego entonces, causar terror no significa cosa distinta a infundir miedo muy grande e
intenso -como semánticamente definido se tiene dicho vocablo- a través de actos que
quepan catalogarse de terroristas, calificación esta que necesariamente dice relación
con las circunstancias modales y temporo-espaciales empleadas en la ejecución del
hecho.

2. Ahora bien, de conformidad con la preceptiva del inciso 1º de la norma que viene de
transcribirse, bien puede definirse, ha dicho la Sala, el homicidio agravado por los fines
terroristas como "aquel que se comete con la finalidad, directamente querida o por lo
menos necesariamente vinculada a los medios seleccionados por el autor para lograr
su cometido criminal, de provocar o mantener en estado de zozobra a la población o a
un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida, la integridad física o la
libertad de las personas o las edificaciones o medios de comunicación, transporte,
procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices, valiéndose de medios
capaces de causar estragos.

"El homicidio con fines terroristas implica entonces, además del atentado contra la
vida, la puesta en peligro efectivo de otros bienes jurídicos como la seguridad y la
tranquilidad públicas, que el sujeto agente amenaza utilizando artefactos con
capacidad para producir daños de considerable magnitud, siempre que las
circunstancias temporo-espaciales y modales de realización de la conducta criminal
representen peligro común o general para las personas o sus bienes." -proveído de
septiembre 28 del año 2000, Rdo.17.365, M.P Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll-.

Pues bien, no cabe duda que conductas como la que aquí se ventila, generan temor,
inseguridad, intranquilidad e inestabilidad sociales, en el entendido de que con un tal
comportamiento lo que se busca es sojuzgar la voluntad no sólo de quienes
directamente padecen sus consecuencias, sino también la de toda la comunidad a la
cual van dirigidos sus efectos.

Ciertamente, en el evento examinado qué propósito distinto puede tener un atentado


como del que da cuenta los autos, dada la modalidad empleada para cometerlo, sino el
causar pánico en los pobladores de la región donde se perpetró, independientemente
de que se hubiese consumado en zona rural? Acaso no puede predicarse de un acto su
finalidad terrorista por el mero hecho de hallarse el lugar de su comisión alejado del
casco urbano?

El sacrificio de cinco vidas humanas, todos ellos integrantes de una misma familia, y la
manera como fueron "ajusticiados"; los instrumentos utilizados en la ejecución del
hecho, algunos de los cuales son armas de guerra conforme con lo normado en el Art.
8º, literales a), d) y g) del Decreto 2535 de 1993 -una sub-ametralladora, modelo MP-5,
calibre 9 mm. y su respectivo proveedor con capacidad de alojamiento para 30
cartuchos del mismo calibre, de funcionamiento automático (Fls. 103 del cuaderno
original Nº 2), y la granada de fragmentación que portaba uno de los agresores, de
cuya capacidad para causar estragos o generar daños de grave intensidad en la vida e
integridad física de las personas, o en sus bienes, no se tiene porqué dudar-; la causa
que motivó el múltiple homicidio -impedir se siguiera atracando y extorsionando en
nombre de la agrupación subversiva, según lo informó el individuo capturado y de la
cual él hacía parte-.

La suma de todos estos factores, incuestionablemente apuntan a señalar el estado de


perplejidad, inseguridad e incertidumbre que un acto de tal naturaleza puede producir
en la comunidad, acto de barbarie con capacidad suficiente para generar en la
población o un sector de ella, el estado de zozobra al que alude el canon atrás
transcrito y que, a no dudarlo, se ejecutó como clara señal de advertencia a los
moradores de la región para que se abstuvieran de seguir delinquiendo en nombre de
la organización guerrillera de marras.

Como se dijera en pronunciamiento realizado por la Sala el 14 de diciembre 1994,


Rdo. 11.818, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel:

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"El interés jurídico que se pretende proteger con el tipo penal de terrorismo y los
demás relacionados con él, es la seguridad pública, de modo que no se trata de un
delito político, o que deba perseguir fines de esa clase, pues bien puede darse por
razones religiosas o raciales, o como enfrentamiento entre la delincuencia común, o
simplemente por crear anarquía o desorden. Así las cosas es posible que con un acto
terrorista se persiga atacar a una determinada persona, familia o entidad, sin que por
eso el hecho pierda esa especial connotación; o dicho de otra manera, una acción
realizada con un fin particular, puede llevar implícito el carácter terrorista (…)" -se ha
destacado-.

En torno a la materia en examen, igualmente precisó la Corporación en la providencia


cuyos apartes pertinentes citan los jueces trabados en el conflicto, con ponencia de
quien aquí cumple similar cometido:

"(…) la interpretación de los "fines terroristas" en el tipo circunstanciado de homicidio


agravado, de cara a la estructura legal del delito de terrorismo, sólo es completa si se
entiende que también aquel elemento subjetivo, presente al momento de la realización
del hecho contra la vida, apenas puede revelarse por conducta posterior que indica
cómo la muerte se produjo precisamente "para preparar, facilitar o consumar" el hecho
punible de terrorismo, aunque la conducta homicida no hubiese estado rodeada de
modalidades y medios que evidenciaran por sí mismos el propósito terrorista(…).

"Cuando se dice que el homicidio también contiene "fines terroristas" en el momento


en que se comete "para preparar, facilitar o consumar" el delito de terrorismo, se debe
a que el significado fundamental de la preposición "para" es el de finalidad, destino o
utilidad, sin que haya lugar a confusión con la causal 2ª de agravación, porque si bien
coinciden las conductas conformadoras de la circunstancia, el principio de especialidad
impone la aplicación de la causal 8ª por referirse a una tendencia anímica (finalidad)
que apunta al hecho punible de terrorismo y no a otro cualquiera que sí admite la
causal 2ª."

Existiendo pues en el presente evento la conjunción de conductas, medios y resultados


que individualizan al delito de terrorismo, para la adecuación de la circunstancia de
agravación en estudio, "por obedecer solamente a un ánimo especial -como así mismo
se expuso en el referido pronunciamiento-, basta que el sujeto mate con la intención
adicional de producir terrorismo, aunque a la postre no alcance a tipificarse
concurrentemente este último delito."

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 29/03/2001
DECISION : Asigna competencia al Juzgado 1 P.C.E. de
Cundinamarca
PROCEDENCIA : Juzgado P. C.
CIUDAD : Cáqueza
PROCESADO : CRUZ CASTILLO, WILOLLIAMS RODNEY
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Rebelión, Homicidio
con
fines terroristas
PROCESO : 17264
PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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Primer Ttrimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Corte Suprema de Justicia


Relatoría Sala de Casación Penal
Indice Alfabético Primer Trimestre de 2001

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