Contenido

22 37
Los intelectuales

4
Exxon Mobil y la «guerra infinita» En busca del
contra Venezuela en Colombia muerto perdido
muerto
Asalto contra la soberanía FERNANDO RENDÓN HÉCTOR SEIJAS
LUIS BRITTO GARCÍA

38
«En nombre de la paz

7
Exxon, una hacen la guerra…

24
empresa del qué horror» Voces
Voces de la Calle
imperio (graffiti en una WILLIAM OSUNA
MARTÍN ZAPATA calle de Bogotá)
TULIO MONSALVE

10 Oficina Nº 1
(Fragmento)
MIGUEL OTERO SILVA
27
Por qué Uribe y no
Chávez debería ser
llevado a la corte
penal internacional
FFERNANDO
ERNANDO CASADO GUTIÉRREZ
40 Betancourt,
la soledad de un mito
FREDDY J. MELO

12 Mene
(Fragmento)
RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ
29 Colombia en el
infierno neoliberal
GERMÁN PINTO SAAVEDRA
41 Todo
Todo está bien
MIGUEL MÁRQUEZ

32
El hombre de la levita gris

13 43
En los años de la VOCES PREMIADAS A
restauración nacional Investigación PLENA VOZ
(Fragmentos) de las basuras II PARTE
ENRIQUE BERNARDO NÚÑEZ ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN
LIBIA GUERRERO CASTELLÓN

15 Simón Petit
poemas
33
¿Duerme usted señor
Presidente?
CAUPOLICÁN
C AUPOLICÁN OVALLES 47 A Plena Voz
y sus fraternos lectores

17 Entrevista a
James Petras 35 En una noche
tan linda como ésta
JOSÉ SANT ROZ 48 Comic
IVÁN LIRA

A Plena Voz 1
Director
William Osuna
A Plena Voz Revista Cultural de Venezuela
N° 40 marzo de 2008
Jefe de Redacción
Héctor Seijas
Asistente a la Coordinación Editorial
Libia Guerrero CNP 10.911
Consejo Editorial
Francisco Sesto Novás
Benito Irady
Gustavo Pereira
William Osuna
Miguel Márquez
Diseño y Diagramación
Glenn Díaz www.glenndiaz.com
Portada y Dirección de arte
Pájaro pajaroji@yahoo.es
Portada: “La linea nueva”obras del arista pájaro
Corrección
Leya Olmos
Colaboraron en este número:
Luis Britto García, Martín Zapata, Miguel Otero Silva, Ramón Díaz Sánchez, Enrique
Bernardo Núñez, Simón Petit. James Petras, Fernando Rendón, Tulio Monsalve,
Fernando Casado Gutiérrez, Germán Pinto Saavedra, Adriano González León,
Caupolicán Ovalles, José Sant Roz, Héctor Seijas, William Osuna, Freddy J. Melo,
Miguel Márquez, Gerónimo Pérez Rescaniere, Carmen Elena Parés, José Marcial
Ramos Guédez, Luis Darío Bernal Pinilla, Libia Guerrero Castellón.

Depósito Legal: pp200302CS576 ISSN: 1690-6659

Ministerio del Poder Popular para la Cultura

Av. Panteón, Foro Libertador, Edf. Archivo General de la Nación,
planta baja, Caracas- Venezuela,
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Tlfs: 58 0212 5648023/5640106

Editorial El perro y la rana

Tlf: 58 0212 3775379

Versión digital en www.aporrea.org

Revista impresa en la Fundación Imprenta
Ministerio del Poder Popular para la Cultura
editorial
A Plena Voz celebra la gran victoria con-
tra el imperialismo protagonizada por el pue-
blo soberano, ante la arremetida de los intere-
ses foráneos y sus lacayos vendepatria. Doble
victoria moral y jurídica, que se traslada más
allá de los escenarios tradicionales que presen-
tan las intervenciones. A este respecto, presen-
tamos a los lectores un conjunto de artículos,
documentos y textos literarios, que no sólo re-
velan la influencia del petróleo en nuestras vi-
das y en nuestra historia contemporánea, sino
también la injerencia y la intervención, directa
o indirecta, a cargo de la empresas transnacio-
nales, en nuestra economía, en nuestra política
y en nuestra cultura, tal como lo documenta
Enrique Bernardo Núñez, en sus puntuales y
esclarecedoras palabras.

Aprovechamos el momento para convocar

a la reflexión a los pueblos y gobiernos de
América Latina; advertir la gravedad del
asunto es nuestro propósito. Nunca antes las
trompetas de la guerra se habían escuchado tan
cerca. Los argumentos de la OEA han resultado
endebles. Nos solidarizamos con el Presidente
Rafael Correa y el pueblo ecuatoriano por la
infame incursión militar ocurrida en tierra
alfarista.

Defenderemos la paz por encima de

la guerra y sus medallas. La paz no como
ausencia de guerra, sino como la defensa de la
vida sin ningún tipo de presiones, económicas,
culturales o políticas, las cuales reducen la
condición del ser humano, haciendo de él un
desplazado de la belleza, un exiliado del amor,
en fin, un desecho, un escombro, la ruina de
una güesera fraticida.

Por lo tanto, desde aquellos vientos del

pueblo que nos acompañan, pedimos la paz.

A Plena Voz 3
 Exxon Mobil
contra Venezuela
Asalto contra la soberanía
L
a empresa Exxon-Mobil intro-
duce una petición de arbitraje
ante el Centro Internacional
de Arreglo de Disputas Relati-
vas a Inversiones (CIADI) y logra ade-
más  que una corte de Nueva York or-
dene un embargo en contra de bienes
de Petróleos de Venezuela Sociedad
Anónima (PDVSA). La medida tiene
múltiples lecturas. En lo económico,
es un eslabón más de la cadena de
agresiones del capital transnacional
contra Venezuela para obligarla a ce-
der su industria petrolera. En lo polí-
tico, es un nuevo intento de desestabi-
lizar el gobierno democrático de Hugo
4 A Plena Voz
Luis Britto García
Chávez Frías. En lo estratégico, es un
avance del bloqueo ya impuesto por
Estados Unidos a nuestras compras.
En lo jurídico se trata, ni más ni me-
nos, de un intento de arrebatarle a Ve-
nezuela su soberanía de jurisdicción,
es decir, el derecho a decidir sus con-
troversias utilizando sus propias leyes
y tribunales. Soberanía es la ilimitada
potestad de un Estado de sancionar
sus propias leyes, aplicarlas e inter-
pretar mediante sus órganos jurisdic-
cionales las controversias que surjan
sobre dicha aplicación. Basta eliminar
una de estas potestades para aniquilar
la soberanía.
La doctrina Calvo defiende la
soberanía de jurisdicción
Para comprender el significado de
este debate en América Latina es preci-
so hacer un poco de historia. La inva-
sión de Francia e Inglaterra a México
en 1861 alertó la conciencia de los
juristas latinoamericanos. Ya para
1868 el diplomático internacionalista
argentino Carlos Calvo desarrolló en
su obra Derecho internacional teórico
práctico la doctrina de que un Estado
independiente, en virtud del principio
de igualdad de los Estados, no podía
estar sometido a la injerencia de otros
Estados. Afirmó, asimismo, que los ex-
tranjeros no podían gozar de mayores
derechos y privilegios que los nacio-
nales, y debían solucionar sus con-
troversias ante los tribunales internos
del Estado territorial. Convencidos por
esta doctrina, varios países latinoame-
ricanos, entre ellos Bolivia, Honduras y
Venezuela, incluyeron en sus constitu-
ciones y legislaciones una norma que
fue conocida como «Cláusula Calvo»,
relativa a los contratos celebrados con
inversionistas extranjeros, que impedía
a éstos resolver las controversias sobre
tales pactos acudiendo  al llamado «re-
curso de protección diplomática» en el
exterior, y les imponía dirimir sus re-
clamaciones única y exclusivamente
en  los tribunales del Estado receptor y
de acuerdo con las leyes de éste.  o deudas derivadas de ellos, figura sin
Nuestras constituciones
acogen la doctrina Calvo
Siguiendo esta doctrina, la Cons-
titución de la República de Venezuela
sancionada el 21 de junio de 1893 ya
establece en su artículo 149: «Ningún
contrato de interés público celebrado
por el Gobierno Nacional o por el de los
Estados podrá ser traspasado, en todo
o en parte, a gobiernos extranjeros. En
todo contrato de interés público se esta-
blecerá la cláusula de que: “Las dudas y
controversias de cualquier naturaleza que
puedan suscitarse sobre su inteligencia y
ejecución, serán decididas por los   Tribu-
nales venezolanos y conforme con las le-
yes de la República, sin que puedan tales
contratos ser, en ningún caso, motivo de
reclamaciones internacionales”».
 La misma disposición es acogida en
las siguientes constituciones, con míni-
mas variantes que refuerzan la sobera-
nía juridisdiccional. Así, la Carta Mag-
na sancionada el 29 de marzo de 1901
dispone en su artículo 139 lo siguiente:
«Ningún contrato de interés público ce-
lebrado por el Gobierno Federal o por el
de los Estados, por las Municipalidades
o por cualquier otro Poder Público, po-
drá ser traspasado, en todo o en parte, a
gobierno extranjero; y en todos ellos se
considerará incorporada, aunque no lo
esté, la cláusula siguiente: “Las dudas y
controversias de cualquier naturaleza que
puedan suscitarse sobre este contrato y que
no puedan ser resueltas amigablemente por
las partes contratantes, serán decididas por lación y a la jurisdicción de los tribu-
los Tribunales competentes de Venezuela de nales nacionales competentes de los
conformidad con sus leyes, sin que por nin- países receptores. Asimismo, este prin-
gún motivo o por ninguna causa puedan ser cipio es acogido en el  dictamen sobre
origen de reclamaciones extranjeras”. Las las empresas transnacionales del Co-
sociedades que en ejercicio de dichos contra- mité Jurídico Interamericano de 1976,
tos se formen, deberán establecer domicilio y también en la Carta de Derechos y
legal en el país, para todos sus efectos, sin Deberes Económicos de los Estados de
que esto obste para que lo puedan tener a la las Naciones Unidas de 1974.
vez en el extranjero”».
 A los constituyentes de esa época Salvedad contra
no les faltaban patriotismo ni previsión. nuestra soberanía
Año y medio después, el 2 de diciembre
de 1902, las flotas de los imperios in- Lamentablemente, nuestros pro-
glés, alemán e italiano bloquearon y pios constituyentes introdujeron en
bombardearon Venezuela para cobrar nuestra Carta Fundamental un caballo
por la fuerza nuestra deuda externa. de Troya destinado  a hacernos perder
Para evitar atropellos de esa índole ge- las ventajas de tales normativas avanza-
nerados por contratos con extranjeros das.  Durante la IV República, la Cons-
titución de 1961 acoge una lamentable
falta  en todas y cada una de las suce- componenda que intenta poner en jue-
sivas  constituciones venezolanas una go la soberanía de jurisdicción de Ve-
norma semejante, como por ejemplo nezuela. Su artículo  127 dispone que
el artículo 49 de la Constitución de «en los contratos de interés público, si
1936. Así hemos defendido tradicio- no fuere improcedente de acuerdo con la
nalmente   el atributo de soberanía de naturaleza de los mismos, se considerará
jurisdicción, vale decir, el derecho de incorporada, aun cuando no estuviere
Venezuela de decidir según sus propias expresa, una cláusula según la cual las
leyes y por sus propios tribunales las dudas y controversias que puedan sus-
controversias sobre los contratos de in- citarse sobre dichos contratos y que no
terés público. llegaren a ser resueltas amigablemente
por las partes contratantes serán deci-
Los acuerdos de integración didas por los tribunales competentes
y la soberanía de la República, en conformidad con
sus leyes, sin que por ningún motivo ni
Estas disposiciones sensatas y pa- causa puedan dar origen a reclamacio-
trióticas han encontrado desarrollo en nes extranjeras».
normas más recientes, y de alcance la-   Resalto voluntariamente la im-
tinoamericano. Así, el Pacto Andino en precisa excepción «si no fuere improce-
el artículo 50 de su  Código de Inversio- dente de acuerdo con la naturaleza de
nes Extranjeras prohíbe a los Estados los mismos». Fue la coartada para que
miembros acordar a los inversionistas se impusiera la práctica antipatriótica,
extranjeros un tratamiento más favo- antinacional y anticonstitucional de in-
rable que el acordado a los  nacionales;  cluir en la mayoría de los contratos con
y en el artículo 51 impone no intro- empresas extranjeras una cláusula que
ducir en un instrumento aplicable a somete a Venezuela a las leyes extran-
los inversionistas extranjeros ninguna jeras y a tribunales o juntas arbitrarias
cláusula que establezca un mecanismo foráneas. Por ejemplo, se contraban-
internacional para resolver diferendos deó una cláusula así en el contrato de
en materia de inversiones. concesión de la autopista Caracas-La
Debemos añadir que el Protocolo de Guaira a la empresa mexicana Maxi-
Cartagena de Indias del 5 de diciembre pistas, y cuando ésta incumplió sus
de 1985, que reforma la Carta de la deberes, Venezuela tuvo que someterse
Organización de Estados Americanos a una junta arbitral extranjera. En tal
(OEA), declara en forma explícita circunstancia, la República fue con-
en su artículo 35 que las empresas denada, así como ha perdido todos los
transnacionales y la inversión privada arbitrajes a los que se ha sometido en el
extranjera están sometidas a la legis- extranjero. Aplicar esa cláusula equi-
A Plena Voz 5
 vale a condenar a nuestro país a perder
todos sus litigios con entes foráneos.
Salvedad en la
Constitución de 1999
Esta grave situación de vulnerabi-
lidad instaurada en la IV República  no
se corrigió en la Constitución siguien-
te. Por inadvertencia  o por ignorancia,
los constituyentes de 1999 replicaron
exactamente en el artículo 151 la citada
norma del 127 de la Constitución llama-
da «moribunda» de 1961. Cito: «En los
contratos de interés público, si no fuere
improcedente de acuerdo con la naturaleza
de los mismos, se considerará incorpo-
rada, aun cuando no estuviere expresa,
una cláusula según la cual las dudas y
controversias que puedan suscitarse so-
bre dichos contratos y que no llegaren a
ser resueltas amigablemente por las par-
tes contratantes, serán decididas por los
tribunales competentes de la República,
de conformidad con sus leyes, sin que por
ningún motivo ni causa puedan dar ori-
gen a reclamaciones extranjeras». Así le
dieron puerta franca de nuevo al caballo
de Troya que le quita a Venezuela su so-
beranía. Critiqué en la prensa ese y otros
aspectos del proyecto constitucional, sin
resultados.
Intentos de recuperar
la plenitud de jurisdicción
Posteriormente, formé parte de la
Comisión Presidencial para la Reforma
Constitucional que se reunió en 2007,
y en la minuta  consta textualmente que
propuse «eliminar la salvedad “si no fuere
improcedente de acuerdo con la natura-
leza de los mismos”, por  imprecisa, vaga
y que puede conducir al sometimiento de
la República a tribunales o juntas arbi-
trales extranjeras en violación de la so-
beranía, la Constitución y las leyes». Esta
propuesta no obtuvo consenso, y por lo
tanto no estuvo entre las que fueron re-
comendadas al presidente. En octubre
de ese año, Fermín Toro Jiménez, Judith
Valencia, Mario Sanoja Obediente y Vla-
dimir Acosta dirigimos un escrito a la
Sala Situacional de la Asamblea Nacio-
nal que recogía propuestas de enmienda,
indicándole la necesidad de eliminar la
mencionada salvedad, pero la sugeren-
cia tampoco fue acogida. Aprovecho
6 A Plena Voz
para volver a proponer la eliminación
de la referida excepción en cualquier re-
forma constitucional futura. Quienes no
aprenden de la Historia, decía Santaya-
na, se ven obligados a repetirla.
Exxon-Mobil no puede
invocar la excepción
En todo caso, el régimen jurídico ac-
tual no nos deja indefensos. Para some-
ternos a tribunales o árbitros internacio-
nales, debería la Exxon-Mobil demostrar
que los contratos por los cuales ahora
se nos demanda no están sometidos a
la Constitución porque «fuere improce-
dente de acuerdo con la naturaleza de
los mismos», cosa   difícil de sostener e
imposible de probar. Es evidente que se
trata de acuerdos celebrados con una
empresa venezolana, propiedad íntegra
de la República de Venezuela, para explo-
tar recursos naturales venezolanos, con
instalaciones radicadas en Venezuela,
trabajadores mayoritariamente venezo-
lanos y con disfrute de servicios públicos,
dotación de seguridad jurídica y protec-
ción venezolanos. Nada puede disponer
sobre esta materia un tribunal o junta
arbitral estadounidense  o de cualquier
otro país. Mucho menos podría alegar
que no son contratos de interés nacional
los referentes a la explotación de un re-
curso propiedad de la República.
Nulidad por falta de aprobación de
la Asamblea Nacional
Habría que revisar también, si di-
chos contratos fueron sometidos a la
aprobación de la Asamblea Nacional,
según lo requiere el artículo 150 de la
Constitución vigente, o el 126 de la de
1961, según el caso. De haberse incum-
plido dicho requisito, serían nulos de
toda nulidad y no podrían dar lugar a
reclamaciones, ni ante los tribunales de
Venezuela ni ante tribunales o juntas ar-
bitrales extranjeras, porque les faltaría la
formalidad indispensable para tener exis-
tencia jurídica.
La actual agresión contra Venezue-
la tiene aspectos políticos, económicos,
diplomáticos, estratégicos. Valgan estos
apuntes jurídicos para demostrar su pal-
maria falta de legitimidad, y la necesidad
de blindar nuestro sistema normativo para
prevenir futuras y previsibles agresiones.    
Exxon, una empresa del imperio
Martín Zapata
E
l imperialismo constituye la
fase superior y última del capi-
talismo, cuyo inicio se ubica
entre las últimas décadas del
siglo XIX y las primeras del siglo XX.
Como resultado del proceso de evolu-
ción dentro del modo de producción
capitalista, se caracteriza por un al-
tísimo grado de desarrollo industrial,
financiero, tecnológico y militar que
implica una expansión nunca antes
vista, ni imaginada, que supone un
nuevo reparto del mundo y una nueva
distribución de áreas dependientes y
atrasadas que suministren materia
prima y mano de obra baratas, a la
vez conformen mercados seguros para
la producción creciente de los países
metropolitanos. Paradójicamente, el
imperialismo representa, junto con
el surgimiento de grandes empresas
transnacionales, monopolistas y con-
centradoras del capital, el principio del
fin de los grandes imperios tradiciona-
les que, con las barreras y protección
sobre extensas áreas del planeta, se
oponen a su desarrollo. Gradualmente
se vuelven antihistóricos. Surgen en-
tonces nuevos mecanismos de domi-
nación y control, de sojuzgamiento que
no necesariamente implica el control
político directo. La dominación es total
y absoluta a través del apoderamiento
de las riquezas económicas, el control
social, la subordinación política.
Las áreas atrasadas del mundo se
convierten en neocolonias sometidas
a las grandes potencias. Los imperios
coloniales británico y francés que en
1900 «eran los dueños del mundo»,
en 1960 no existen y han sido liquida-
dos, reemplazados por el dominio de los
grandes consorcios transnacionales. El
capital se desnacionaliza, se interna-
cionaliza. No tiene patrias ni fronteras.
A Plena Voz 7
 Dentro de América Latina impre-
siona cómo toda fuente de riqueza es
gradualmente controlada por el imperi-
alismo transnacional del cual empiezan
a ser instrumentos los gobiernos de los
propios países metropolitanos. Las bur-
guesías nativas periféricas se insertan
en el sistema y se vuelven dominantes
hacia adentro, dominadas desde afuera;
estrechas aliadas del imperialismo mun-
dial, en especial norteamericano. Es-
taño boliviano, cobre chileno, petróleo
venezolano, frutas y café centroameri-
canos, el sistema bancario y financiero,
etc. Cualquier intento por desordenar el
funcionamiento del sistema mundial y
del Imperio, apátrida y sin rostro, debe
ser sofocado y extirpado. Los nacionalis-
mos, las reiteraciones sobre la soberanía
nacional, las extrañas decisiones en fa-
vor de las masas populares, los discur-
sos integracionistas y de cooperación
desinteresada generan desconfianza en
los «amos» del sistema mundial.
Escuchen, jefes de Jacob, príncipes de
Israel: ¿no les toca a ustedes ocuparse del
derecho, ustedes que odian el bien y aman el
mal? Arrancan la piel del cuerpo, la carne de
los huesos, se comen la carne de mi pueblo,
le rompen los huesos. Pues cuando griten
al Señor no les responderá, les ocultará el
rostro entonces por sus malas acciones.
(Miqueas, 3,1-4)
El enorme complejo agroindustrial-
comercial-financiero y militar es el ver-
dadero dueño del sistema mundial y no
los gobiernos de los países metropolita-
nos que devienen en simples ejecutores
e instrumentos de un sistema del cual
hasta ellos son prisioneros. Cualquier
debilidad interna en la metrópoli es in-
tolerable y cualquier rebeldía en la per-
iferia es exterminada. La gendarmería
mundial es compartida o en conjunto
según sea el caso y al amparo o no de
los organismos internacionales, según
convenga.
¡Ay de los que planean maldades y tra-
man iniquidades en sus camas! Al amanecer
las ejecutan, porque tienen poder. Codician
campos y los roban, casas y las ocupan,
oprimen al varón con su casa, al hombre
con su heredad. (Miqueas, 2, 1-2)
Cuando Venezuela soberanamente
decidió el 27 de febrero de 2007 nacio-
nalizar los convenios de asociación de
8 A Plena Voz
la Faja Petrolífera del Orinoco, las em-
presas privadas tuvieron que migrar al
propuesto modelo de empresas mixtas,
todas aceptaron menos dos, la Exxon-
Mobil y la ConocoPhillips. La Exxon se
negó rotundamente a negociar, irres-
petando nuestra soberanía y exigiendo
una suma de dinero exorbitante.
Durante la llamada «apertura
petrolera» se incluyó una cláusula de
arbitraje según la cual Venezuela abdi-
cada de su soberanía para someterse a
las decisiones de tribunales extranjeros,
este proceso ocurrió en los gobiernos de
Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera.
Esa presunta apertura fue un acto de
traición a la patria, un vil engaño, en
realidad lo que hicieron fue entregar
la Faja del Orinoco (una de las reserva
petrolíferas más grandes del mundo) al
Imperio y, cuando nuestro país decidió
recobrar su soberanía pisoteada, se in-
tensificaron los ataques e intentaron
aislarnos, pretendiendo manchar
nuestra imagen internacional.
El sistema mundial tiene un cen-
tro alrededor del cual giran como per-
iferia atrasada el resto de los países del
mundo que no pudieron alcanzar el
nivel de desarrollo al ser interrumpido
violentamente su proceso de evolución
por la intervención extranjera. Hasta la
Primera Guerra Mundial, aproximada-
mente, pudiéramos considerar que el
centro se ubicaba en Gran Bretaña y es
sustituido por los Estados Unidos. Hoy
diríamos que el centro está uniforme-
mente compartido por los países capi-
talistas «más ricos», «más avanzados»,
«más desarrollados». Las riquezas de la
periferia son brutalmente extraídas, se
convierten en amplias riquezas multi-
plicadas en el centro y se transforman
en pobreza, miseria y sobreexplotación
en la periferia. Nuestra mayor pobreza
es que hemos sido muy ricos.
La periferia crece y mejora en tér-
minos relativos cuando el centro requi-
ere más y mejores consumidores, más
y mejores trabajadores. El sistema se
establece sólidamente y funciona. Cada
país tiene su posición en la estructura
mundial. Cualquier intento por alterar
las reglas del juego establecidas será
severamente castigado y condenado.
La gendarmería mundial tiene un ele-
vadísimo costo para mantener seguro,
confiable y en pleno funcionamiento
un sistema con enormes niveles de
rentabilidad.
Ya no es necesario ser el dueño del
petróleo venezolano, no es necesario
ser el dueño de la empresa que lo ex-
plota, con ser el dueño de la tecnología
y de los recursos financieros que, como
otros países, requerimos en canti-
dades significativas, es suficiente. Las
agresiones se vuelven sutiles y usual-
mente comienzan por intentos serios
de sofocamiento económico, desesta-
bilización, atentados, sabotaje, presión
mediática, estímulo y promoción de la
oposición interna, bloqueo económi-
co, escasez, carestía, exacerbación de
los conflictos reales o ficticios con los
países vecinos, llegando incluso, si así
lo requieren las circunstancias, a la in-
tervención directa.
Así dice el Señor a los profetas que
extravían a mi pueblo: cuando tienen algo
que morder, anuncian paz, y declaran una
guerra santa a quien no les llena la boca.
(Miqueas, 3, 5)
El derrocamiento de Cipriano Cas-
tro en Venezuela, de Jacobo Arbenz
en Guatemala, el bloqueo a la Cuba
revolucionaria, el sofocamiento de la
revolución sandinista nicaragüense,
el derrocamiento de Salvador Allende
en Chile, la brutal y feroz represión
antisubversiva en Argentina, Chile y
Uruguay, las intervenciones directas
en Haití, Panamá, República Domini-
cana, Granada, México, son algunas
muestras de los planteamientos hasta
ahora formulados.
Los países subdesarrollados, de-
pendientes, débiles, atrasados, defor-
mados estructuralmente consumen
recursos financieros provenientes del
centro del sistema, dando origen a la
deuda externa, verdaderamente eterna
y contraída con irresponsabilidad ab-
soluta de acreedores y deudores.
Para abandonar el subdesarrollo
debe abandonarse la estructura del
sistema mundial así construido y soli-
damente establecido. Sólo cuando un
líder y un país se convierten en verdad-
eramente peligrosos para el funciona-
miento del sistema mundial, comien-
zan los intentos serios por deshacerse
de él y por rodear al país del cual se tra-
ta de un verdadero cordón profiláctico
para que no contamine a los vecinos y
la mala conducta no se extienda.
La intención de Exxon-Mobil es
política, porque sólo busca dañar la
imagen de Venezuela, debemos record-
ar que la Exxon es una de la trasnacio-
nales más poderosas del mundo y ha
financiado abiertamente las campañas
electorales del actual presidente de los
Estados Unidos, George Bush.
La ofensiva de la Exxon-Mobil es
parte de la campaña de los EE.UU. en
contra de Venezuela. Es una maniobra
que incluye guerra económica, la lu-
cha por el poder. Para nadie es un se-
creto que el Departamento de Estado
norteamericano, a través de la CIA,
trabaja todos los días para desestabili-
zar este Gobierno revolucionario, y las
diversas declaraciones de voceros esta-
dounidenses dejan muy claro que ex-
iste una vinculación entre las acciones
chantajistas de Exxon, como parte de
la estrategia de la administración Bush
dirigida a desestabilizar el país. La Exx-
on es parte e instrumento de un todo.
Ustedes se acuestan en lechos de
marfil, arrellanados en divanes comen
carneros del rebaño, beben vino en copas,
se ungen con perfumes exquisitos y no se
conduelen del desastre de José. El Señor
ha dado órdenes de reducir a escombros
las mansiones, a cascotes los tugurios.
(Amós, 6, 4.6.11)
Lo que está en juego son intereses
estratégicos de Venezuela. Es funda-
mental que el pueblo venezolano se
mantenga unido en defensa de lo que
nos pertenece, porque esta acción de
la Exxon es un vil atropello que va en
desmedro de las relaciones comerciales
entre ambas empresas y viola nuestra
soberanía. La mejor respuesta que po-
demos darles es combatir con firmeza
como venezolanos que somos.
Igual que en otros casos que se
han suscitado en el país, el papel que
jueguen los medios de comunicación
será de gran importancia. Es impre-
scindible que los mismos mantengan
sus valores. Por tal motivo, se les hace
un llamado a los diferentes medios pri-
vados y públicos de Venezuela para que
cumplan con su principal función, que
es informar, pero con responsabilidad.
Posiblemente el Estado lleve a
juicio a Exxon-Mobil por tres razones:
presuntamente la empresa habría ex-
traído y comercializado crudo antes del
inicio de las operaciones del proyecto
Cerro Negro, extrayendo durante ocho
meses más de 500.000 barriles sin re-
alizar pago alguno; Exxon supuesta-
mente logró la calificación de carbón
a las extracciones de la Faja Petrolífera
del Orinoco, lo cual le permitió expor-
tar ese crudo a precios de carbón y sin
cancelar impuestos; adicionalmente,
Venezuela demandará a Exxon-Mobil
por la cancelación de deudas laborales
que dejaron pendiente con los trabaja-
dores del país.
Es fundamental que los venezola-
nos sepan que el futuro petrolero del
país está en relación directa con la de-
manda de energía que crece al ritmo de
la población mundial y de la expansión
económica. Mientras las fuentes de en-
ergía escasean, Venezuela se fortalece
como nunca antes en materia energé-
tica.
En la literatura bíblica encontra-
mos historia o episodios que narran el
triunfo del débil sobre el poderoso. La
lucha entre David y Goliat, las persecu-
ciones que sufrieron los cristianos prim-
itivos de parte del Imperio romano y las
historias de los hermanos Macabeos son
iluminadoras y esperanzadoras. En to-
das triunfó la verdad y la justicia repre-
sentada en los más pequeños.
En la Segunda Carta a los Corin-
tios, Pablo da una exhortación opor-
tuna ante las persecuciones: «Por to-
das partes nos aprietan, pero no nos
ahogan; estamos apurados, pero no
desesperados; somos perseguidos, pero
no desamparados; derribados, pero no
fuera de combate».
Con impulso venceremos. Este im-
puso nacerá de una profunda formación
histórica y política en el pueblo, que
afiance la identidad latinoamericana y
nos lleve a batallar con las ideas.
La formación histórica y política
genera conciencia interna y liberado-
ra. Aunada a esta conciencia interna,
debemos organizarnos con capacidad
para entender las coyunturas y re-
sponder a los desafíos.
El impulso de la formación y de la
organización se nutre y complementa
con el dominio técnico sobre la pro-
ducción. Esto último es darle un fuerte
golpe al Imperio.
Sin miedo podemos vencer.
A Plena Voz 9
 Oficina Nº 1 MIGUEL OTERO SILVA
(Fragmento)

E
l estampido de una explosión
sacudió el mediodía y un sur-
tidor de tierra se elevó por en-
cima de los chaparrales. Tres
hombres habían corrido a guarecerse
bajo el tinglado de un camión rojo. Te-
rrones y peñascos rebotaron sobre la
paja de la sabana como lanzados desde
lo alto por una mano poderosa. En el
interior de otro camión rojo, una agu-
ja en movimiento registraba sobre una
cinta de papel los estremecimientos
que el estallido había despertado en los
hondones de la llanura.
A un kilómetro de distancia, en lo
alto de un camión rojo igual a aquéllos,
el americano George Wilkinson, un gi-
gante pecoso que había dejado mujer
e hijos en Kansas City, iba sentando
sobre una caja de dinamita. A su lado,
de pie sobre el entablado del camión
y mirando hacia el horizonte como si
estuviera en el mar, se hallaba Arturo
Villaroel, un margariteño silencioso, su
ayudante.
Súbitamente —nadie se explica ni
podrá explicarse nunca cómo pudo su-
ceder aquella desgracia— una lengua
de fuego pequeñita, una chispa tan
sólo, se introdujo en el recipiente de
explosivos y un estampido pavoroso se
mezcló con la naciente llamarada
—God damn it! —gritó Francis J. Taylor,

10 A Plena Voz
jefe de operaciones cuando divisó des-
de la puerta del campamento de lona,
aquel extraño relámpago que alumbra-
ba la lejanía. Saltó al estribo del camión
más cercano y gritó al chofer:
—¡Corra!¡Rápido! ¡En aquella di-
rección!
Detrás de él corrieron todos, inge-
nieros, capataces, obreros, los chinos
del servicio, las mujeres de la posada, el
comisario, los perros. Encontraron el ca-
mión volcado a la orilla de una trocha,
quemado y retorcido el metal del techo,
hecha trizas la parte posterior. El chofer,
un negro costeño, increíblemente ileso
pero atontado por el estruendo y el po-
rrazo, se quejaba con el rostro sudoroso
latiendo sobre la paja seca. Los otros dos
hombres habían volado en fragmentos.
Al pie de un chaparro distante hallaron
el cráneo sanguinolento, el rostro desfi-
gurado del margariteño Arturo Villarro-
el, que iba mirando al horizonte como si
estuviera en el mar. Mucho más lejos, a
quinientos metros de la explosión apa-
reció una bota vacía, sin destrenzar, del
americano George Wilkinson, que había
dejado mujer e hijos en Kansas City. La
otra bota no la encontraron nunca.
La gente se arremolinaba alrede-
dor del vehículo tumbado, sin saber qué
hacer. En el primer instante ninguno de-
seaba ir en busca de los horribles pedazos
dispersos de los dos cadáveres. El propio
mister Taylor, siempre tan seguro de sí
mismo, siempre tan tajante en sus órde-
nes de mando, se mantuvo cinco minu-
tos en silencio, vacilante como todos los
otros. Finalmente se sobrepuso y habló,
pero sin su habitual acento autoritario:
—Recojan al negro y llévenlo al
campamento de lona. Debe estar muy
aporreado.
Y un momento después, el capataz
Luciano Millán:
—Vamos a buscar los huesos de los
otros dos. Hay que enterrarlos.
En ese punto llegó el camión de
Rupert. Pero aquellos hombres descon-
certados no se dieron cuenta de su pre-
sencia sino algunos minutos más tarde,
cuando Carmen Rosa y doña Carmelita,
ya integradas al grupo en zozobra, inte-
rrogaban a diestra y siniestra con ojos
suplicantes:
—¿Qué ha pasado? Por Dios, ¿qué
ha pasado?
Nadie les respondió porque nin-
guno deseaba hablar de lo que había
sucedido. Solamente mister Taylor, el
primero en sosegarse, les preguntó tras
un largo intervalo:
—¿Qué traen en ese camión?—y
señaló los bultos que se amontonaban
en el entarimado.
Doña Carmelita guardó silencio.
—Cosas de comida y bebida. Tam-
bién telas y ropas…—respondió por últi-
mo Carmen Rosa.
Ya se habían llevado al chofer gol-
peado. Ya Luciano Millán y su cuadrilla
recogían los restos de los dos muertos.
Ya la gente comenzaba a dispersarse
calladamente. La mujer de Arturo Villa-
rroel se fue a llorar al rancho.
—Si venden esas provisiones, se las
compro a buen precio —dijo Taylor.
Carmen Rosa meditaba, o tal vez
dudaba, antes de responder. El ameri-
cano le había ofrecido entonces otras
soluciónes.
—También pueden quedarse aquí
y montar una tienda que nos hace falta.
En mi opinión, tendremos trabajo y gen-
te por largo tiempo en esta meseta.
—¿Quedarnos aquí?— y Carmen
Rosa extendió la mano hacia la sabana
despoblada—. ¿Dónde?
—Un indio del Cari les hace una
casa en dos días por sesenta bolívares.
—Mister Taylor había recobrado total-
mente su aplomo y no pensaba más en
los dos hombres muertos—. Y si no tie-
nen los sesenta bolívares en efectivo, la
Compañía se los presta.
Carmen Rosa seguía retardando
su respuesta. Doña Carmelita la miraba
anhelante por que no deseaba quedarse
en aquel lugar donde la muerte se había
adelantado a recibirlas. Sin embargo, si
Carmen Rosa aceptaba las proposiciones
de Taylor, tendría forzosamente que aca-
tar su dictamen, ¿qué otra cosa podría
hacer?
—Mientras les construyen la casa
—argumentaba el jefe de operaciones—
pueden dormir en la de George Wilkin-
son que ha quedado sin dueño.
Y como al mencionar el nombre del
artillero de sismógrafo que acababa de
morir volvió a asaltarlo una turbación
que lo desazonaba, que se le parecía al
desasosiego de los cobardes, mister Ta-
ylor subió resueltamente al camión que
lo había traído y dio orden al chofer de
encender el motor y regresar al campa-
mento. Carmen Rosa comprendió que
era imprescindible responder algo.
—Nos quedaremos —dijo entonces
con su voz clara y entera.
—Bien —asintió el americano des-
de su asiento—. Las espero en el cam-
pamento de lona para arreglar lo de la
casa.
El camión del trinitario siguió las
huellas del que conducía a mister Taylor.
A la puerta del campamento de lona, Ru-
pert ayudó de buena gana a descargar
los bultos. Luego dijo simplemente:
—Yo no me quedo aquí. Yo sigo
hasta Caripito.
Carmen Rosa le pagó el viaje en mo-
nedas de plata y le regaló una botella de
ron. El trinitario se aprovisionó de gasoli-
na y perdió media hora conversando con
un paisano suyo que trabajaba en la cua-
drilla de Luciano Millán. Mencionaron
a una tal Dorothy, conocida de ambos, y
los dos negros rompieron a reír carcaja-
das, en falsete. Luego Rupert se despidió
de Carmen Rosa, de doña Carmelita y de
Olegario y subió a su camión. Desde lo
alto canturreó:
After Johnny eats my food,
y la caja de velocidades chirrió des-
agradablemente, como raspadura de un
garfio de hierro sobre otro metal. El ca-
mión se movió desarticulado en el cruce
del primer bache.
After Johnny drinks my rhum,
Rupert había cambiado a segunda
velocidad y su mano izquierda aleteaba
en al ventanilla una postrera despedi-
da.
After Johnny wears my clothes,
El camión, en tercera velocidad, se
enrumbó al trote por sobre la planicie
endurecida por el sol de verano. Rupert
alzó la voz:
Johnny comes back and takes my wife.
Y se lo tragó la lejanía.
A Plena Voz 11
 Mene
(Fragmento)
Ramón Díaz Sánchez
U
na capa negra, espesa y rugo-
sa como piel de paquidermo. A
trechos se abre en temblorosas
soluciones y aparecen sobre el tul del
agua llagas tornasoladas en sugestiva
irisación donde predomina un tono
lapislázuli. Cuando cae un objeto la
piel lo recibe, abierta como una boca
de hipopótamo. Un breve glu-glu y un
rápido estremecimiento. Luego, calma
tumbal.
Quieta como bajo una pesada di-
gestión, el agua mira pasar sobre ella
el caño de la vida, el precipitado riego
de las pasiones. Sobre las planchadas
de madera rezumante se funde el im-
paciente taconeo de las mujeres y el
traquear de los trolleys de hierro. Y el
agua finge dormir bajo su iel de óleo,
recogiendo el eco de la despreocupa-
ción y el egoísmo.
Refiérese que cierto sacerdote vi-
sitó una vez a Lagunillas y su sermón
se redujo a estas palabras, temblorosas
de horror: “!Pueblo sin Dios¡ ¡Arrepen-
tíos!” Pero la gente rio de sus palabras.
No sabía otro culto que el del placer:
Pueblo provisorio, aluvional y fermen-
12 A Plena Voz
tado, no pensaba en Dios. Cada una de
aquellas almas había dejado su sentido
religioso en el pueblo originario, allá
donde contaban regresar, más pron-
to o más tarde, según lo que tardaran
en acumular la ilusoria fortuna que al
partir habían soñado.
Posteriormente, un geólogo ex-
tranjero constató el fenómeno del
hundimiento de la población acuática.
El cieno lacustre, dijo, es en este lugar
inestable y fofo como carne corrompi-
da. Calculado a razón de tres pulgadas
por año, el descendimiento puede lle-
gar a hacerse más acelerado en razón
del peso que se acumulase sobre las es-
tacas de mapora. Y día por día este peso
aumenta. Nuevos seres ávidos vienen
de todas partes a reforzar el volumen
de los apetitos desbridados. Nuevos
tentáculos le nacen al pulpo que simu-
la la topografía. Nuevas planchadas,
nuevas casitas temblorosas. Ya la piel
de grasa comienza a acariciar el dorso
de los tablones y las plantas de los pies
presienten el húmedo contacto, Hay
algo en esta vida que recuerda las na-
rraciones de Changhai, en donde los
chinos numerosos hallan conmovedo-
ras remembranzas patrias.
Shop Swey, Chinese Store, Laun-
dry…
Parte importante de la arteria
principal está llena de estas muestras,
aturdida por la cantarina e infatigable
parla. Y junto a los chinos de aire de
brucolacos están los sirios- libaneses de
inflamados ojos negros, de tez morena,
de ademán untuoso y tornasol como el
petróleo:
-Barchanta: basa adelanta. Yo
venda toda buena, bor guota.
Luego los botiquines. Pianolas y
gramolas. Risas agresivas. Ebriedad. Ful-
gurante cinematismo. Pero es la noche,
la noche nodriza del vicio y del dolor, la
que ama Lagunillas. De noche todos los
gatos son pardos, todos los rincones bue-
nos para macularlos, todas las mujeres
hermosas. De noche vibra el frenesí del
populacho. Sube en espirales y se expan-
de en ondas centrífugas. Las calderas y
los mechurrios roncan como seres dego-
llados y salpican de sangre palpitante la
periferia nocturnal, los bordes de la gran
copa invertida de los cielos.
 el hombre de la levita gris
en los años de la restauración nacional
eNriQUe BerNardo NÚÑeZ
L
a Compañía ha prestado ayuda
a la Revolución Libertadora,
vale decir al señor Matos. El
gobierno exige una indemni-
zación y en conferencia privada con el
Gerente de la Compañía el ministro de
Relaciones Interiores le manifiesta que
no puede ser menos de Bs. 50.000.000.
Bowen informa a su Gobierno de estos
particulares y de igual modo que el se-
ñor Carner, Ambrosio Carner, ex–em-
pleado de la Compañía, ha suministra-
do a Castro toda la información rela-
cionada con la ayuda a Matos. Por otra
parte la Compañía no ha cumplido sus
obligaciones, entre ellas la de canalizar
Caño Colorado y Guarapiche. Ya en
1898 el Gobierno ha declarado caduco
el contrato Hamilton, pero por tales mi-
nucias no puede escaparse de las ma-
nos un lago y un lago de asfalto como
el de Guanoco. La Compañía niega la
indemnización de Bs. 50.000.000. El
procurador demanda a la Compañía
por resolución del contrato y también
por daños y prejuicios, ayuda a Matos,
y pide el embargo de Guanoco. La Cor-
te acuerda el embargo. El vapor Bolívar
conduce a Carner y a los comisionados
de la Corte a tomar posesión del lago
de asfalto y de todas las pertenencias
de la Compañía. Bowen pregunta si es
cierto que el Gobierno de Venezuela
exigió BS. 50.000.000 a la Compañía
y protesta por todos los actos y procedi-
mientos ejercidos contra ésta. El minis-
tro de Relaciones Exteriores, Sanabria,
contesta que tal pregunta es “traer a
la esfera diplomática asuntos de la ex-
clusiva competencia de los tribunales
de Venezuela”. Protesta semejante “se
deriva de hechos de naturaleza hipoté-
tica”. Bowen protesta de nuevo por los
procedimientos sumarios del Gobierno
(Fragmentos)
de Venezuela. Anuncia que Estados
Unidos pueden tomar las medidas ne-
cesarias para ofrecer a la Compañía la
protección debida. Pero el Gobierno de
Venezuela no puede aceptar tales con-
ceptos. El procedimiento es de absoluta
rectitud en el Tribunal llamado a cono-
cer del asunto. En el Departamento de
Estado se amontonan informes, notas
de Bowen y planos de Guanoco. Bowen
no cesa de dar los peores informes. Si
Castro no devuelve el lago de asfalto
aconseja el embargo de las aduanas de
La Guaira y Puerto Cabello. Tam-
bién Castro ha exigido Bs. 12.000.000
a la Compañía de Ferrocarril de Puer-
to Cabello y Valencia. Asimismo la
Compañía del Cable Francés se halla
amenazada. “Todas las legaciones eu-
ropeas, especialmente Gran Bretaña,
están disgustadas con el Gobierno de
Venezuela”, informa en un cable cifra-
do, el 30 de julio en la noche. Otra nota
enviada días después indica la exaspe-
ración de Bowen: “Presidente Castro
ha llegado a un punto donde sólo cede-
rá a la fuerza. Todos mis colegas de aquí
están de acuerdo en que nunca desde
que se halla en el poder, la situación ha
sido peor. Pasa el tiempo en el campo,
bebiendo brandy, en compañía de ma-
las mujeres, y a tal extremo su cabeza
se ha trastornado con la lisonja y el éxi-
to aparente de sus nefarios designios,
que se ha convertido en un gobernante
peligroso. ¿Qué ocurre? Sus notas no
producen el efecto deseado. De Was-
hington llegan un agregado militar y
un juez, el juez Calhoun, enviado por
el Presidente Roosevelt para dar un in-
forme imparcial de la situación. El juez
Calhoun pone manos a la obra, pero su
informe permanecerá en el más estric-
to secreto.
Surge la idea luminosa de un ar-
bitraje para arreglar todos los asuntos
pendiente de Estados Unidos y otras
naciones con Venezuela. Castro acep-
ta. Roosevelt y Hay también aceptan.
Bowen obtiene licencia para ir a Was-
hington. Norman Huntchinson queda
encargado de la Legación y continúa
la tarea enviar a su Gobierno extensos
informes acerca de la política de Vene-
zuela y vida del Presidente Castro. En
primer término sobre los monopolios.
El monopolio de los fósforos es traspa-
sado a una compañía a la cual pertene-
cen miembros del Gabinete. Hay el mo-
nopolio de la dinamita, el del alcohol,
del carbón, de ganado, etc. También se
refiere Huntchinson a las amenazas a
las compañías extranjeras: teléfono, fe-
rrocarril de Petare y sobre todo a la de
asfalto, y a la estrategia para evadir el
pago de las reclamaciones con la aper-
tura de un nuevo puerto, el de Cristó-
bal Colón. En febrero de aquel año se
han comenzado los trabajos para la
construcción de un puerto en la costa
occidental del Golfo de Paria, según
los planos presentados por el ingeniero
Manuel Cipriano Pérez. El decreto que
aprueba dichos planos es de 6 de enero
de 1904. “El Presidente Castro es po-
siblemente un hombre hábil a su ma-
nera, pero sus rústica educación, el pe-
queño número de gente ilustrada que
ha estado en capacidad de frecuentar,
no le han dado los conocimientos de un
hombre de mundo. Así pone a prueba
la paciencia de las grandes potencias”.
Pocos días después Huntchinson dice
entre otras cosas: “La prensa es parti-
cularmente ridícula y persistente en
épicas loas a su grandeza. Personal-
mente es un hombre muy vanidoso
por el hecho de haberse colocado en el
A Plena Voz 13
 nacional pedestal. Habla mucho y con
facilidad, y a menudo dice cosas dignas
de atención, pero no de crédito.
En Washington, Roosevelt trabaja
asiduamente en ampliar la Doctrina
Monroe. Las pequeñas naciones no
pueden portarse mal. Enseña a las pe-
queñas naciones el “big stick”. Nada
deben temer si observan buena con-
ducta. De lo contrario habrá interven-
ción. Estados Unidos no puede ignorar
su deber. La intervención en Vene-
zuela es de las más probables. Bowen
regresa y se encarga de su puesto el 9
de diciembre. De acuerdo con las con-
versaciones sostenidas, el ministro Sa-
nabria propone en nota del 11 de enero
“un tratado de arbitraje para todos los
asuntos pendientes que habiendo ad-
quirido legalmente carácter diplomáti-
co no puedan ser resueltos por esta vía
de común acuerdo”. Se conviene en un
acuerdo de pago de Bs. 5.000.000 de
los ingresos aduaneros con tal de que
las otras partes en los protocolos de
Washington presten su asentimiento.
En vez de un proyecto de tratado gene-
ral se reciben las bases de un convenio
para deferir a la decisión de un tribunal
de árbitros todas las cuestiones entre el
Gobierno de Venezuela y la “New York
and Bermúdez Co.”. Según este conve-
nio se restituyen el lago y todas las per-
tenencias de la Compañía. El proyecto
está remitido por Francis B. Loomis,
como Encargado del Departamento de
Estado. Hay se encontraba enfermo.
Más tarde se supo que el protocolo era
obra del mismo abogado de la Compa-
ñía. “Venezuela, afirma Bowen, dará
una grata prueba a Estados Unidos al
devolver esas propiedades”.
***
Las relaciones con Estados Unidos
estaban rotas. El 20 de junio de 1908,
Jacob Sleeper, encargado de Negocios
de Estados Unidos, manifiesta “que en
vista de la persistencia del Gobierno de
Venezuela en no dar reparación por la
acción gubernativa o a someter a arbi-
traje las reclamaciones de ciudadanos
americanos y del tono y carácter de las
notas y las comunicaciones recibidas
del Gobierno venezolano, el Gobierno
de Estados Unidos se ve obligado a la
conclusión de que la presencia ulterior
en Caracas de representantes diplomá-
ticos de los Estados no sirve a ningún
14 A Plena Voz
propósito útil y ha resuelto cerrar su pertenece ya a su séquito. Los médicos
legación en esta capital y poner sus in- celebran largas consultas. Cuidadosa-
tereses, propiedad y archivos en Vene- mente se repasa la lista de celebridades
zuela, en manos del representante del europeas. En Berlín está Israel, gran
Brasil, país que afablemente ha resuel- cirujano. Israel no puede venir a Vene-
to encargarse de ellos”. Además de la zuela. El Restaurador irá a Berlín. Está
Compañía de Asfalto hay el caso de la decidido después de madura delibera-
Manoa Corporation, el de The Orinoco ción. El 23 de noviembre se anuncia el
Steamship Co. y el de F. J. Jarret, califica- viaje. El vicepresidente Gómez queda
do de estafador. Jarret enviaba noticias encargado de la Presidencia. Cuando se
de Curazao y Trinidad en los últimos ausentaba de Cúcuta, dejaba a Gómez
días de la última guerra civil y había encargado de su hacienda, de sus in-
sido expulsado. El Gobierno de Vene- tereses. La costumbre continuó en Ca-
zuela “no se aviene a someter de nuevo racas. Gómez siempre encargado. “Ro-
a un arbitraje asuntos que a solicitud deadlo- dice el Restaurador a los vene-
del mismo Gobierno de Estados Unidos zolanos en sus alocución de despedida-
fueron definitivamente fallados por un y prestadle vuestra cooperación como
tribunal de árbitros en que estuvo re- si fuera a mí mismo, y habréis cumpli-
presentado dicho Gobierno”. Un mes do con vuestro deber”. Le acompañan
después quedan también suspendidas tres médicos venezolanos. El Guadalupe
las relaciones con Holanda. El ministro aguarda en La Guaira. El Restaurador
J. H. de Reuss había dado informaciones hace sus últimas visitas. El destino ha
de la situación de Venezuela a la Aso- contado los dias de su reinado de nueve
ciación Comercial Hou’en Trouw, las años. ¡Ay! Ya no volverá a trabajar por
cuales fueron publicadas en la revista la felicidad de los venezolanos ni a ofre-
de dicha Compañía en Amsterdam, nú- cer su espada en los conflictos interna-
mero 5, del mes de mayo. “El sistema de cionales. El sábado 24 sale de Caracas.
gobierno del Presidente actual- decía el Gómez lo acompaña hasta el Zig- zag.
ministro Reuss-, que priva desde 1899 El cañón del vigía lo saluda a las diez
casi dictatorialmente, económicamen- horas quince minutos.
te hablando, tiene por resultado crear
monopolios, y luego, bajo toda especie
de pretextos llenos de astucia, anulan-
do dichos monopolios, ha casi arruina-
do al país. El único rayo de esperanza
en estos tiempos oscuros que atraviesa
Venezuela es el precio mejor del cacao;
esto, sin embargo, no es nada suficien-
te para que el porvenir de la República
sea más lleno de promesas”. También
De Reuss daba algunos informes acerca
de la condición o calidad del trabajador
venezolano. Este- aseguraba- produce
menos que el europeo. El ministro De
Reuss recibe sus pasaportes. Algunas
medidas fiscales hostilizan las relacio-
nes comerciales con Holanda. Los bar-
cos holandeses son sometidos a regis-
tro. En Curazao el populacho ataca el
consulado de Venezuela y destroza el
escudo y la bandera.
De nuevo la salud del Restaurador
causa inquietud. Los médicos reco-
miendan otra operación. Pero operar a
tal enfermo no es cosa corriente y lleva
consigo las más grandes responsabili-
dades. El doctor José Rafael Revenga,
quien osó afrontar esos peligros no
simón Petit
XIX
Yo vi cómo andaba
ese hombre por los andamios
y vi también su vaivén
para cruzar el cielo y dormir
con las cabrillas del firmamento.
Y mientras moraba
su piel se tostó de aire frío
de sol y azul disperso
que espantaron las torres
de cemento y aluminio.
Y vi a su sombra
poner el clavo al cuadro
de la Santísima Trinidad
al llegar la mañana;
y el jefe,
abajo,
muy abajo,
cultivaba el rostro
de su presencia.
XX
Nosotros que andamos con Azufre
nos hicimos pájaro
y salimos del pozo
a dar brincos por la calle.
Y nos fuimos con el viento
a echarnos agua en la cara
y de los rostros salía humo
porque era puro fuego.
Entonces a los demás les dio miedo
y se fueron volando también,
pero al otro día los agarró el jefe
y los metió en el pozo
hasta que sonó el pito.
Entonces venían amarillos
y se hicieron soles
por la noche.
XXI
Y aprendí a tomar agua en el casco,
a tragar tierra,
a comer grasa,
y a insultar a los demás
y besar de nuevo la rocola
y no recuerdo qué más.
Y también aprendí
que un hombre sin estudios,
o con ellos,
es un ser incompleto.
2
Emanamos olores
que nos hacen
temibles seres ambulantes,
que dan escalofríos
a quienes conocen
nuestra muerte en la sangre.
Olores
que nos hacen parecer
A Plena Voz 15
 haber salido
del mismo centro de la tierra. Pero nosotros,
Grises, hombres de petróleo y azufre,
pesados, no tememos al destino.
llenos de plomo el alma. Nuestro hermano Sol
De resinas y solventes y nuestra hermana Luna
que asfixian son testigos.
a quienes contemplan
cómo nos arde el cuerpo, Ellos, que beberán las cenizas
cómo el polvo férreo cuando la hora del brindis
se fija en la piel llegue.
y desciende con el aceite
que nos cubre.
De gases que han servido 11
para exterminar razas Los hombres de enfrente
y sembradíos. armando los andamios
Pertenecemos a una tribu de la mañana.
cuyo oficio es inmanente:
somos aquellos Los sostiene el vuelo de sus sombras
que inhalamos el negro humo en el lejano sonido de un martillo.
de las chimeneas
y los que tomamos Una lluvia de fuego
el terroso asiento cae entre la propuesta
de las aguas. de una celebración futura.

Somos carne, petróleo y hueso. Nuestros ojos alcanzan a ver

Somos sol, somos tierra,
portamos el hedor de las antillas
a la hora de limpiarnos el pellejo.
Tenemos el privilegio
de correr los miedos
y robarle al mar su aliento.
Dicen también
que cuando uno muere
el cuarto huele a flores.
una trepidante figura en lo alto
del circular espacio
que oprime la combustión que sesga
el temple de los milenios.
El acero invade los cuerpos
con tramada luz e incendiario golpe.
En el advenimiento de las horas
nuestras voces son silenciadas
por tronantes motores
nacidos del mismo fuego.

La dermis de la tierra nos circunda.

30
La verdad verdadera
6 está cuando alguno
Venimos por obra y gracia del supremo, de nosotros
quien nos puso comienza por apretar las tuercas.
en los hornos
que albergan el fuego y el aceite
de los antiguos.

Llegado el momento
los rostros cubiertos de hollín
semejan a una tribu lejana.
Preparados para la guerra
nos enfrentamos al jefe
que nos indica
que apenas comienza
el castigo.

16 A Plena Voz
 James Petras
habla de Venezuela Equipo de Redacción A Plena Voz:
William Osuna
Héctor Seijas
Libia Guerrero

D
esde muy joven militó en movimientos a favor de los derechos humanos y en luchas estudiantiles
en los Estados Unidos, país que lo vio nacer. Desde 1960 a 1973 dirigió investigaciones en algunos
países latinoamericanos, entre ellos Chile, donde colaboró con el gobierno de Allende. Su estadía por
estas latitudes, le concedió la oportunidad de especializarse en la problemática latinoamericana. Destaca
en su extensa y acuciosa obra impresa temas en torno a conflictos entre clases sociales, el imperialismo, el
poder del Estado, entre otros tópicos. Actualmente es profesor en la Universidad del Estado de Nueva York
en Binghamton y miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad. A Plena Voz, tuvo el
privilegio de entrevistarlo en nuestra redacción. Presentamos a nuestros lectores algunas precisiones que
emite el destacado intelectual acerca de la dinámica política y social que se vive en Venezuela.

A Plena Voz 17
 APV: ¿Qué opinión le mere- de llevar juicios internacio- trolera, la cual se caracteriza
ce la acción emprendida por nales basados en arbitrajes, por ser global y capitalista?
la empresa Exxon Mobil en ¿cómo evalúa usted este me-
contra de la soberanía vene- canismo, particularmente en JP: ¿Quiénes son los dueños de
zolana representada por la el conflicto entre Venezuela y la mayoría de las grandes petro-
empresa estatal PDVSA? la Exxon Mobil, en el cual un leras del mundo? Más del sesen-
tribunal en Inglaterra deci- ta por ciento del petróleo está a
JP: Obviamente lo que está pa- de el juicio? manos del Estado ahora. En Ve-
sando es que Exxon está actuan- nezuela con empresas mixtas,
do como instrumento político. JP: Hay varios asuntos que eva- todavía está en la retaguardia
Digo esto porque las otras mul- luar. Primero, el arbitraje es en- del proceso de nacionalización
tinacionales han firmado un tre países más o menos iguales, estratificada del petróleo, pero
acuerdo y están más que satisfe- no está forzado por un poder se están tomando pasos hacia la
chos con las grandes tasas de ga- sobre el otro que dice: vamos a norma mundial que es estatal.
nancias que aún siguen tenien- un arbitraje, sabiendo con an- Arabia Saudita es una monar-
do con los nuevos contratos. La ticipación que los jueces están quía tradicional que es dueña
oferta de Venezuela de compen- en favor de determinados inte- ciento por ciento de toda la in-
sación, comprando la mayoría reses. Los países que tienen al- dustria petrolera y punto. Esa
de sus acciones, deja a Exxon gún equilibrio de fuerza pueden es la norma, entonces tienes la
con muy buena cosecha tam- aceptar el arbitraje en el caso de solidaridad de toda la OPEP con
bién de ganancias. Dejar a un que el tribunal considere algún la lucha actual de Venezuela
país en donde ganó entre trein- mérito o algún reconocimiento contra la Exxon. En el contexto
ta o cuarenta por ciento de ga- para pronunciar decisiones más mundial nacionalizar no está
nancias por año, porque pierde o menos justas. Cuando un país mal visto. ¿Cómo integrar a Ve-
la mayoría de acciones, es una no confía en un tribunal no en- nezuela con los demás países
ruptura que no tiene una lógica tra en arbitraje. Es una apuesta productores? Con los precios del
económica capitalista, en cuan- de gobiernos de que el resulta- petróleo y otras materias primas
to a cálculos, costos y beneficios. do va a ser más o menos justo, estamos tocando record ahora.
En el medio oriente el petróleo y hasta pueden equivocarse; Hay una enorme demanda para
está ciento por ciento en manos pero es primordial la condición el petróleo, es decir, hay una
de los monarcas ¿cómo expli- de que el juez o los jueces ten- enorme oportunidad de vender
camos entonces esta conducta gan neutralidad, si no nadie va petróleo en cualquier región en
sino es por la política? Existen a aceptar a ir porque existe una el mundo, no hay posibilidad de
muchas experiencias donde Es- voluntad de perjudicar a países ningún boicot norteamericano.
tados Unidos como gobierno del tercer mundo para favorecer China, Medio Oriente, África,
ha instrumentalizado petrole- a las multinacionales. Entonces, Asia, todos quieren comprar pe-
ras para perjudicar un país. Por es una estimación entre iguales, tróleo a altos precios. Existe la
ejemplo, cuando Cuba comenzó de que la decisión va a evitar un gran posibilidad de reinvertir los
a importar petróleo de Rusia, el conflicto mayor: precipitar una ingresos del petróleo y diversifi-
gobierno norteamericano orde- ruptura de relaciones o, incluso, car la economía con los deriva-
nó a las refinerías no procesar el provocar una guerra. dos del petróleo: petroquímicas,
crudo y como resultado Castro plásticas, fertilizantes, y también
las nacionalizó. Las multinacio- APV: El socialismo implica los recursos. Mundialmente los
nales en un momento dado de cambios estructurales en mercados son favorables, la so-
confrontación política, pasan de una sociedad. ¿Cómo pueden lidaridad de los otros países pro-
instrumentos económicos a ins- llevarse a cabo los cambios ductores favorece internamente
trumentos políticos. cuando nuestro país es de- porque las inversiones petroleras
APV: En cuanto a la práctica pendiente de la industria pe- abren oportunidades a las gran-

18 A Plena Voz
des mayorías. Ahora, es el mejor imperialismo, hablan de la co- APV: De acuerdo con este pa-
momento de avanzar hacia el so- munidad internacional. ¿Qué norama, ¿las relaciones entre
cialismo sobre la base de la eco- es la comunidad internacional? ambos países continuarán
nomía mundial, las condiciones y ¿quién es la comunidad inter- tan agrietadas como hasta
son efectivas en Venezuela. nacional que condena?. Es Es- ahora?
tados Unidos de Norteamérica;
¿Qué futuro o qué presente pero en vez de decir eso, utilizan JP: No, no. Hay una cosa im-
ve usted en la OPEP? el nombre de comunidad inter- portantísima en esta campaña
nacional que no existe como que nadie puede negar, hay una
JP: La OPEP es un éxito, ha con- unidad. Hablan de la necesidad enorme ola de rechazo a la po-
seguido mejores precios, ha co- de proteger la pluralidad de la lítica guerrerista de Bush. Ade-
ordinado la política que produce sociedad; pero hay clases domi- más hay una mayoría del pueblo
cuarenta por ciento de petróleo, nantes, hay obreros, hay ban- norteamericano que quiere nor-
están unidos fijando precios, queros, lo que llaman la socie- malizar las relaciones con Cuba
producción, cuotas, incorporan- dad civil no es homogénea. Está y Venezuela. También existe
do nuevos afiliados, incluso es- dividida en clases, conflictos de una rebeldía electoral muy cla-
tán atrayendo nuevos socios. intereses. Utilizan esas frases ra, muy evidente. El problema
vagas, confundiendo personas. son las expresiones políticas de
APV: Hace poco usted publi- Son palabras que implican dos este descontento, el cual está
có un artículo sobre ciertos cosas: lo que el lector piensa, la refractado, distorsionado entre
eufemismos de la política connotación y esconden la par- otras cosas, en el doble discurso
venezolana. ¿En qué se basa te más negativa. de Obama. Si él sigue la misma
para sostener lo que allí ex- política tendrá una fuerte pre-
presa, acerca de Venezuela y APV: ¿Cómo ve usted el futu- sión de los que votaron por él,
la política que se lleva a cabo ro de las relaciones entre Es- para cambiar o modificar tácti-
en este momento? tados Unidos y Venezuela, en cas, por ejemplo, la mayoría del
el caso de que las elecciones congreso demócrata está contra
JP: En Estados Unidos no se uti- sean ganadas por los demó- un acuerdo bilateral con Colom-
lizan eufemismos, son ataques cratas de la mano del líder bia. Obama no va a continuar
directos, mentirosos, no tienen negro Obama? buscando acuerdos con este país
pelos en la lengua para decir que para perjudicar su propia ma-
Chávez es un dictador, que hay JP: El señor republicano Mc- yoría en el Congreso. Creo que
represión, etc. Los intelectuales Cain, es una réplica de Bush en no va a repetir las tácticas hasta
de centro izquierda emiten una relación con Cuba y con Vene- ahora utilizadas. Si quiere debi-
crítica más sutil; pero de fondo zuela. Hillary Clinton, tampoco litar a Chávez, tal vez va a tomar
coincide con la derecha. Por muestra ninguna diferencia se- una ruta más suave, utilizando
ejemplo, ellos en vez de hablar ria. Ahora, Obama utiliza un do- el poder blando, como dicen:
de dictador hablan de tenden- ble discurso: critica a Chávez y ideología, presiones, negociacio-
cias autoritarias que están afec- critica a los palestinos, a Irán en nes, concesiones, etc.
tando la sociedad civil. Hablan términos bastante fuertes; pero
otro lenguaje que es más suave, por otro lado habla de la necesi- APV: Con respecto a los gra-
ambivalente, pero terminan di- dad de diálogo, de no ser simple ves problemas mundiales
ciendo en los códigos intelec- resorte militar: “voy a reunirme que agobian a la humanidad,
tuales la misma cosa. Utilizan con los adversarios y no simple- como la pobreza, conflictos
expresiones ambiguas para dis- mente a confrontar”. Es un do- sociales, guerras imperiales,
torsionar la realidad venezola- ble discurso: uno dialoguista y ¿Cómo evalúa usted el papel
na. En vez de hablar de clases otro asegurando los grandes in- de los movimientos socia-
sociales, intereses de clases, del tereses capitalistas. les en Latinoamérica, en la

A Plena Voz 19
 solución a dichos males y qué
opinión le merece el Socialis-
mo del siglo XXI que plantea
la Revolución Bolivariana?
JP: Los movimientos sociales
son un fenómeno muy comple-
jo. Siempre se habla de que están
en crecimiento, que están en to-
das partes, y esto es falso. El gran
auge de los movimientos sociales
se ubica aproximadamente entre
la mitad de la década de los no-
ventas hasta el 2003, con levan-
tamientos populares que derro-
caron gobiernos en Argentina,
Ecuador, Bolivia y Brasil; pero
a partir de las elecciones de go-
biernos de centro izquierda hay
desmovilización. Los piqueteros
casi desaparecieron, los zapatis-
tas son una pequeña influencia
regional e incluso parcial de un
estado de México (Chiapas), los
de Oaxaca surgen en un gran
levantamiento, pero ahora bas-
tante debilitado. Con respecto a
los chapanecos tengo la idea de
que han avanzado, con muchas
contradicciones, momentos de
auge, otros con un poco más
de baja; pero intactos. En Boli-
via, tenemos insurrecciones y
después vuelve la derecha con
gran fuerza. Yo creo que los mo-
vimientos sociales en momentos
de auge tienen enorme poder de
desplazar gobiernos, neutrali-
zar medidas perjudiciales para
el pueblo, elaborar reformas
agrarias propias, a partir de las
tomas de tierras, implementar
políticas salariales positivas, de-
fender presos políticos, etc. Lo
que falta en los movimientos so-
ciales es su vocación de tomar el
poder estatal. Llegan a las puer-
tas, incluso, en Bolivia estaban a
20 A Plena Voz
las puertas del palacio y en el úl-el Proceso. Por otra parte, quie-
timo momento permitieron que nes no apoyaron, no fue por el
entrara otra política conciliado- contenido del referéndum, sino
ra, social-demócrata, vacilante. por problemas cotidianos que
Entonces no podemos proyectar influyen sobre la abstención. Yo
un momento, como lo que ha- creo que hay que concientizar y
cen los escritores prestigiosos, solucionar los problemas coti-
se toman una foto y proyectan dianos como una lucha de tran-
su imagen, y esperar a ver la tra- sición hacia la creación de una
yectoria de las altas y bajas de las
conciencia de lucha política y
tácticas y alianzas electorales fa-social y avanzar hacia el socia-
vorables o desfavorables, y decir lismo. Y también creo necesario
“todo está bien, los movimientos recapturar los sectores absten-
sociales están avanzando, están cionistas vacilantes y focalizar la
transformando el mundo. Esta militancia en organizaciones de
es la flojera intelectual de nues- paz. En las próximas elecciones
tras izquierdas”. regionales en Venezuela es im-
portantísimo volver a las bases y
APV: Entonces, en los mo- no siempre nombrar candidatos
vimientos sociales no están por el dedo de cualquiera, inclu-
las soluciones a estos proble- so del Presidente.
mas?
APV: ¿Cómo ve usted el papel
JP: Sí, son parte de la solución, que juega Colombia en este
como dije son el gran poder de momento en América Latina
convocatoria en un momento y especialmente en relación
dado, tienen capacidad de abrir con Venezuela?
camino para transformaciones
políticas e incluso realizarlas JP: Hablar de Colombia es com-
parcialmente; pero si se quiere plejo. El gobierno de Uribe o el
soluciones definitivas, estruc- gobierno central es totalmente
turales, nacionales, estos mo- negativo. Está visto así no sólo
vimientos resultan necesarios, entre pueblos latinoamericanos,
pero no son suficientes. Necesi- sino también en Europa, en Es-
tan estar vinculados con un ins- tados Unidos, y además por los
trumento político con vocación grupos de derechos humanos y
de poder estatal. todas las federaciones sindicales,
Con respecto al socialismo plan- así como también por los con-
teado por la Revolución Boliva- gresistas. Yo conozco congre-
riana, yo creo que si el cincuenta sistas que en voz baja me dicen
por ciento de la población votó que es bruto (Uribe), que es un
en Venezuela por un proyecto salvaje, un narcotraficante. ¿Por
socialista, es un enorme avan- qué tiene esta imagen tan nega-
ce histórico, no sólo con Vene- tiva? Primero, por la política de
zuela; sino para toda América masacre, de matar. Es, según la
Latina, Europa, Asia. Es un he- Organización Mundial del Tra-
cho que indica la necesidad que bajo, el peor lugar del mundo
siente el pueblo de profundizar para ser sindicalista y las organi-
zaciones mundiales de derechos
humanos dicen lo mismo, es el
país más peligroso para defender
estos derechos. Existe la visión
de un país militarizado que reci-
be seis mil millones de dólares de
Estados Unidos, para mantener
el gobierno y tener el control de
los movimientos sociales que cri-
tican la política del gobierno. Re-
sulta necesario recordar que en
Colombia las últimas elecciones
en las grandes ciudades, incluso
en Bogotá, los alcaldes son opo-
sitores liberales, progresistas,
los uribistas quedaron derrota-
dos, no controlan ninguna gran
asociación de trabajadores, o de
campesinos, solamente la clase
media y alta. Debemos decir que do muy bien, están circulando
el peligro que representa Colom-ideas progresistas, se está vincu-
bia es que sirve como punta de lando a diferentes grupos, sobre
lanza contra Venezuela, tanto todo entre sectores progresistas y
provocando incidentes fronteri- radicales. Es difícil que la Red se
zos, infiltrando sicarios, terroris-
extienda más allá, hacia intelec-
tuales del centro, lo máximo que
tas, en el país, y como fuente de
puede hacer es atraer a gente de
insultos en los foros internacio-
nales. Uribe es el enemigo núme-pensamiento progresista social
ro dos de Venezuela, después de demócrata hacia la izquierda
Bush. radical, grupos que están a fa-
vor de cambios estructurales, no
APV: Usted es miembro de la sólo marxistas. Ahora, más allá
Red de Intelectuales y Artis- de atraer liberales progresistas
tas en Defensa de la Humani- no creo, tal vez sectores laboris-
dad, que está haciendo este tas en Inglaterra o alemanes so-
observatorio mundial? cialdemócratas. En Estados Uni-
dos hay grupos reducidos, pero
JP: La Red esta está funcionan- interesantes.
A Plena Voz 21
Los intelectuales
Los intelectuales
y enlacolombia
«guerra infinita
y la «guerra infinita»

en colombia
FeRnanDO RenDón

FeRnanDO RenDón

E
l pueblo colombiano resiste
hoy al asalto global neoliberal,
que consolida el poderío del
capital financiero en este país y
en Latinoamérica, acumulando
utilidades de ficción a costa del deterioro
de la soberanía y de la vida de los pue-
blos y de la destrucción de la naturaleza.
La burguesía colombiana –aliada al
capital estadounidense en crisis– escala
una guerra contra la insurgencia armada
y contra el movimiento popular y social,
empleando insanas formas de coerción.
Su estrategia es acrecer y proteger sus
ganancias, a costa del empobrecimiento
infinito, material y cultural del pueblo
trabajador, cerrando todo camino hacia
la paz.
En 2007, después de un largo reflu-
jo, la lucha de masas volvió a reactivarse
en Colombia, desde las significativas mo-
vilizaciones estudiantiles de mayo hasta
las marchas y concentraciones campe-
sinas de octubre, las retomas indígenas
de tierras en el sur del país y a través
del ejercicio de la campaña electoral del
opositor Polo Democrático Alternativo
(PDA) a fines de octubre.
El control sobre la población expre-
sado en detenciones, torturas, desapa-
riciones, masacres y ejecuciones, y el
fomento de la «guerra infinita», alenta-
da por los EE.UU., han sido la constante
de la historia colombiana desde la fun-
dación de la república, sometida a un
mandato bipartidista, en contravía de la
justicia social, la democracia y la paz.
El lucro de transnacionales norte-
americanas, asociadas a la dirigencia
política de nuestro país, proviene de
una aceitada maquinaria de guerra para
aplastar a las fuerzas insurgentes, some-

22 A Plena Voz
ter por la violencia al pueblo colombia-
no e imponer el retorno a formas abier-
tas y «legales» de esclavitud laboral. El
Congreso colombiano está en manos
de barones electorales, 50 de los cuales
fueron vinculados a procesos penales
por paramilitarismo (con 23 llamados a
juicio). Estos caciques eligieron con sus
votos al actual presidente, apoyados en
intimidación y fraude.
Antecedentes
El 9 de abril de 1948, el pueblo se
levantó contra el gobierno conservador
de Mariano Ospina Pérez, protestando
por el asesinato del líder popular Jor-
ge Eliécer Gaitán. Una legión de niebla,
medio millón de muertos yacen desde
entonces en fosas comunes de campos
y ciudades colombianas. Mediante el
terror y la confusión, la dirigencia políti-
ca bipartidista colombiana ha dividido,
controlado y sometido al pueblo colom-
biano.
Las Fuerzas Armadas Revoluciona-
rias de Colombia (FARC) surgieron como
respuesta a las agresiones armadas esta-
tales contra las organizaciones agrarias
de colonos en El Pato, Guayabero, Rio-
chiquito y Marquetalia.
Expresión de la resistencia de los
campesinos, despojados secularmente
de sus tierras por latifundistas y ganade-
ros (en 2005, 0,2% de los propietarios ru-
rales poseía el 65% de las tierras cultiva-
bles), las FARC, con un programa agrario
y revolucionario, en una marcha signada
de aciertos y errores, devinieron en una
fuerza rebelde que ha firmado treguas y
adelantado diálogos de paz con diversos
gobiernos colombianos, confrontando
por décadas al ejército colombiano.
Cinco candidatos presidenciales
fueron asesinados en Colombia entre
1987 y 1995 por sicarios paramilitares,
lo que no sucedió nunca en ningún otro
país del mundo. 5.000 integrantes del
partido Unión Patriótica –fruto de los
acuerdos de paz entre el Gobierno de
Belisario Betancur y las FARC, en 1984–
fueron masacrados, incluidos dos candi-
datos presidenciales, congresistas, dipu-
tados, concejales y alcaldes.
Para no reconocer la naturaleza po-
lítica de las fuerzas insurgentes colom-
bianas, Uribe ha señalado, en diversos
foros internacionales, que en Colombia
no existe una guerra, sino una «amena-
za terrorista», encarnada en las FARC. En
tanto, el presupuesto para la guerra au-
mentó en 2008 a 22,21 billones de pesos
(6,5% del PIB).
El conflicto interno colombiano no
tiene aparente solución militar. El asesi-
nato de Raúl Reyes y de 17 guerrilleros
de las FARC en territorio ecuatoriano
mientras dormían, a manos del ejérci-
to colombiano –con asesoría militar y
tecnológica norteamericana–, desen-
cadenó una crisis diplomática latinoa-
mericana y la ruptura de relaciones de
Ecuador, Venezuela y Nicaragua con Co-
lombia que compromete la estabilidad
política de los regímenes progresistas de
la región.
Esta crisis regional no tendrá salida
y solución en el tiempo más que a través
del comprometido apoyo internacional a
la lucha resistente del pueblo colombia-
no. Se precisa una definitiva intervención
diplomática internacional que presione
al Estado colombiano por la concreción
del diálogo de paz con las FARC.
El Movimiento Nacional de Vícti-
mas de Crímenes de Estado celebró una
enorme marcha el pasado 6 de marzo,
en más de 100 ciudades colombianas y
extranjeras. Reivindicó así la memoria de
los asesinados y desaparecidos. Se solida-
rizó con 4.000.000 de desplazados por la
hecatombe. Y se opuso a la acción mili-
tarista del Estado, exigiendo el fin de la
guerra y un diálogo político que devenga
en un definitivo acuerdo de paz.
Pensamiento desencadenante
Las constantes e impunes masacres
de agentes estatales y paramilitares, la
manipulación mediática y la censura
cómplice de los medios, hicieron posi-
ble dos décadas de autocensura de los
intelectuales y artistas.
Algunos asumieron posiciones
oportunistas o de franca derecha. Otros
se declararon «neutrales» ante el conflic-
to, fundados en la idea de que se debe
ser crítico del Estado, de la izquierda re-
volucionaria y de la insurgencia armada
«por igual».
También se produjeron exilios, «inxi-
lios» o un obstinado mutismo, cuando no
una temerosa complicidad con el estable-
cimiento por parte de algunos «íconos» de
la intelectualidad colombiana.
Dos encuentros nacionales de ar-
tistas e intelectuales –en 2006 y 2007–
visibilizaron una corriente cultural que
desea un futuro gobierno del PDA, y
difundieron declaraciones contra la po-
lítica de terror del régimen, suscritas por
centenares de artistas e intelectuales de
80 países.
Se reabrió el debate entre diver-
gentes posiciones intelectuales y aca-
démicas, y comenzó a gestarse un mo-
vimiento cultural por la paz en nuestro
país. Esta proyección desató la ira de
sectores de derecha en los medios de co-
municación, y un proceso de calumnias
y delación por parte de paraintelectua-
les, espejo de la guerra sucia que vive el
país en el plano ideológico.
El Encuentro de Intelectuales Popu-
lares y de Izquierda, realizado en Quito
en noviembre de 2004, señaló: «El proce-
so de acercamiento entre los intelectua-
les y la izquierda debe enfocarse hacia la
creación de lo que Gramsci denominó la
hegemonía, es decir, la construcción de
una nueva cultura ética-política que an-
teponga los intereses del conjunto de la
humanidad a los intereses materiales de
los grupos o las clases, bajo la dirección
de las clases dominadas, articuladas en
un nuevo bloque histórico».
El papel de de los artistas e inte-
lectuales es vital en el desarrollo de la
lucha actual. Es preciso emplear el pen-
samiento sistemático y la imaginación
creadora, en ejercicio inaplazable de la
libertad de expresión, en un país into-
lerante.
Las fuerzas democráticas apelan al
humanismo de los artistas para desarro-
llar una revolución cultural y una honda
transformación educacional. La resis-
tencia cultural es una tarea estratégica
de la izquierda colombiana.
El III Encuentro Nacional de Artistas
e Intelectuales por la Paz de Colombia (5
a 7 de septiembre de 2008) convocará la
solidaridad de la comunidad mundial de
los artistas e intelectuales y reflexiona-
rá sobre la necesidad de la creación de
un movimiento de los pueblos y de los
gobiernos del mundo, para presionar la
abolición de la pesadilla de la guerra en
Colombia y en la región suramericana a
través de la reapertura de los diálogos
entre el Estado y las fuerzas insurgentes,
y de la lucha del pueblo colombiano por
un país democrático, justo y pacífico.
A Plena Voz 23
 «En nombre de la paz
hacen la guerra… qué horror»
(graffiti en una calle de Bogotá)
Tulio Monsalve
La sombra de Gaitán
M
uchas veces he mirado el
bello y placido perfil de Bo-
gotá, la consecuencia de
esta visualización, agita,
rebota en la memoria y activa la imagen
de la humareda que se levantó en bue-
na parte del centro de la ciudad el día en
que asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán.
Por cierto, este 9 de abril de 1948 se
cumplirán sesenta años de este aborre-
cible acto. Imposible ver esta metrópoli
y no recordar este techo oscurecido por
los vientos cargados de desechos de los
graves y extensos incendios de esa fatí-
dica tarde en que la ruina atropelló la
ciudad y se avivó un fuego que desde
allí agitó los montes y llanuras de este
extenso territorio, aún hoy, en flagran-
24 A Plena Voz
te e inacabada actividad bélica. Una de
las constantes que marca el camino y la
vida de ese honorable y valiente pueblo
es su inmerecida suerte, pues no sé de
qué otra forma calificar que haya tenido
que habérselas para ver y sufrir algunos
de los liderazgos que hoy la acorralan.
Para la oligarquía colombiana, de
entonces y de hoy, la mera presunción
de que Colombia llegara a tener en la
Presidencia de la República a un ser
cuyas características raciales en nada
correspondían con los patrones prefi-
jadas en su cánones decimonónicos,
debe de haber producido una fiebre y
sus respectivas estertores por ira e in-
franqueable ferocidad. Tan voraces fu-
rias sólo han debido concebir un solo
designio, proceder a como diera lugar
al inmediato exterminio de ese extraño
ser, a quien llamaban «el negro» y no
por cariño, precisamente. Síndrome
que les impone febriculares maneras
que acortan los tiempos y queman los
espacios para la duda, y así surgieron
voces dirigidas a quienes debían ejecu-
tar la demoníaca orden. Sin duda, que
muy caro han pagado ese atrevimien-
to, la historia mira hoy con asombro a
quienes siguieron el camino de la in-
surgencia como efecto del asesinato de
esa ilusión que era Gaitán, para llegar
hoy a valorar cuánto peso tiene esta
herencia en la orientación de la vida y
estabilidad del hermano país.
Una de las muchas expresiones del
desafuero de algunos de estos gestores
de la vida del vecino país es sin duda
esa antropología que ha derivado en la
composición de los partidos políticos
colombianos. Entidades que los mismos
nacionales miran como un negocio san-
griento que revela una organización so-
cial de órdenes primitivas, sin asideros
en la tradición o en la familia del país.
Estructuras donde en muchos casos pri-
van las estrategias de depredación exi-
tosa y las alianzas instantáneas entre el
mundo de los negocios, tradicionalmen-
te asociado a las grandes familias, ayer
terratenientes y devenidos por la magia
y fuerza de la droga ahora en próspe-
ros hombres de la banca y la industria.
Diversos y trágicos son los efectos que
esta praxis ha tenido, algunos por no-
toriedad, tumorcillos en la nariz, como
el caso de la grosera realidad de que las
autodefensas cuenten hoy con 35 dipu-
tados en el Congreso nacional o sus so-
cios de la narcopolítica ocupen posicio-
nes oficiales muy cercanas al presidente
Uribe. Otra, que se haya logrado forjar o
forzar el orden de un territorio en el que
incluso la religión ha tenido papel y la
Iglesia, convertida en principal prota-
gonista, gestando ideas que apoyan este
desorden institucional; y para colmo,
en este reparto de roles a esa institución
se le asignó para que colaborara con el
objetivo común de explotar a fondo la
credulidad colectiva, esa que, paradóji-
camente, apuesta aún por Uribe.
Llegamos en este viaje a otra ima-
gen desastrosa, tan traumática como
las anteriores y cuyas consecuencias
aún están por medirse.
Las noticias de (estimo ingratas y
desacompasadas) de la operación mili-
tar que terminó con el asesinato del uno
de los máximos jefes de la FARC, recibi-
do por algunos optimistas como un po-
sible «punto de inflexión» que pondría
fin al ya cincuentenario conflicto de
armado. Fantasía que a medio camino
se hizo vapor ante la seria y grave con-
secuencia de los incidentes surgidos en
lo inmediato con Ecuador, Venezuela y
Nicaragua, pues eso de que de pronto
tres países rompan al unísono relacio-
nes diplomáticas con una nación no es
algo deleznable. Valoramos que ésta es
la crisis más seria y compleja que país
alguno de la región haya tenido en la
historia de los últimos cincuenta años,
sobre todo por tener repercusiones es-
pinosas en el plano de los conflictos
internos en cada uno de los países im-
plicados.
Sin duda que la suma gravedad del
momento va requerir de medidas don-
de la mesura y el adecuado balance de
intereses soliciten de cada actor llegar
a ceder en sus posiciones emocionales
del inicio. Cuidarse de las soluciones
apresuradas y, peor aún, de las obvias.
El equilibrio debe pasar por el ojo de la
aguja que evite a toda costa la confron-
tación militar entre vecinos.
Si bien es cierto que la reunión de
la OEA no propuso sanciones a Colom-
bia, no es menos real que todos, excep-
to su socio militar y comercial, EE.UU.,
condenaron la acción. Aprecio que en
este momento la imagen de Uribe en el
plano internacional y sus actos bruta-
les no están muy bien valuados.
Interesante y difícil ha de resultar
el viaje de Uribe a República Dominica-
na, pues los tres mandatarios que rom-
pieron relaciones se han mostrado cla-
ramente y sin dobleces, evitando el uso
de ese «prostituido lenguaje diplomáti-
co», cual es su posición frente al presi-
dente amigo de Pablo Escobar. A ellos
se supone, sin hacerlo con la fuerza que
maneja Chávez, se deben unir en la crí-
tica Bolivia y Argentina. Chile condenó
la intervención colombiana a Ecuador;
sin embargo, y como es su estilo seu-
doizquierdista, seudocomprometido y
un tanto hipócrita, no sabemos al final
si terminará votando al lado de su pa-
drino Bush. De la delegación brasileña
es poco lo que se puede esperar.
Dentro del marco de la política
internacional es previsible que esto
tenga serias consecuencias legales y
sobre todo diplomáticas, pues Colom-
bia, a quienes muchos alabarderos si-
guen llamando con no poca hipocresía
la Atenas de América, por su supuesta
tradición de respeto y adhesión a las
leyes y tratados, honor que exhibían
como un mecanismo defensivo frente
a las criticas internacionales, ya no es
así, puesto que de forma estrafalaria
dio un salto al vacío del horror, con este
agavillamiento cometido en territorio
ecuatoriano. Hay que reconocer que
esa corte de lo horrores y el celestinaje
que es la OEA, bajo el manto protector
de los EE.UU., logró en un clásico y ro-
cambolesco acto de magia agenciando
que Colombia sólo fuera «regañado» y
alcanzó a salir, sólo, con malas notas
de ese examen.
A pesar de esto, queda como opi-
nión común de todos los representan-
tes un dato irrebatible: hubo una inva-
sión al territorio ecuatoriano y se pro-
dujeron muertos, algunos lo califican
como una masacre, un asesinato. Es
evidente que la prioridad de la mayoría
de los países miembros de la OEA fue
criticar a Uribe utilizando el concepto
de la inviolabilidad del territorio como
principio universal.
El grupo de Río al son del
merengue
Sin duda que el encuentro en San-
to Domingo fue más animado que lo
sucedido en los ingratos y poco ama-
bles espacios de la OEA en Washing-
ton. Imposible que hasta un asunto
donde le iba la vida a mucha gente no
fuese manejado como cualquier otro
show mediático. Debo imaginar cómo
debe haber sido el estilo y formas de
presión ejercidos por el poderoso uribi-
to, en plan de representante no sólo de
su país, sino también del mandarinato
de Bush, tratando de imponer a Leonel
la agenda de la reunión. Como tratar
de aparecer en plan estrella en primer
lugar, ganándole espacio a Correa y,
sobre todo, imponiendo que Chávez
hablara en la tarde, para evitar que la
mañana por su mayor audiencia, fuera
ocupado por el venezolano.
Así, montado a su voluntad y bajo
amenaza de retirarse, Uribe manejó
la curaduría del espectáculo. El teatro
mediático debía hacer ver al grande y
apoyado de Nariño controlando al «pe-
queño quisqueyano», así debió haber
sido el preámbulo de esta histórica ne-
gociación.
Sin duda que al final los asuntos
resultaron de otra forma, pues como
se espera de toda buena negociación
cada parte recibió satisfacción a sus
necesidades, algunas vinculadas a los
Estado, otras, muy íntimas e inconfe-
sables, asociadas al ego de cada actor o
sus pretensiones electorales.
Estimo que cada persona tendrá
su visión del resultado. En síntesis, el
gran perdedor fue EE.UU., que siempre
ha sido el gran intrigante y creador de
esa ambientación que propicia el nece-
sario odio, para que nuestras naciones
se distancien, utilizando como pago
A Plena Voz 25
 el uso de la franquicia que depara su
ALCA.
Que puede pasar a partir de hoy
Ecuador
• Reflexionar sobre las específicas cir-
cunstancias de cuanto sucede con su
frontera y el rol que en ellas le cabe a
las FARC y a su ingrato, pero eterno y
conflictivo vecino, que siempre ha mi-
rado hacia el sur con notable despre-
cio.
•Demostrar que es un error de cálculo
político suponer que el presidente Co-
rrea sólo actúa instigado por el presi-
dente Chávez.
Colombia
•Uribe, después de las críticas recibi-
das, tendrá que comenzar a apoyarse
más en la Comisión Asesora Presiden-
cial que evite los desmanes de aque-
llos que desde Washington maneja su
fuerza armada.
•Darle más espacio a la experiencia
diplomática de administraciones ante-
riores (y a pesar de la prepotencia de
Uribe, la del ex presidente y ex secreta-
rio general de la OEA César Gaviria).
• Intentar una política que convoque
la unidad nacional. Invocando la nece-
sidad de un acuerdo entre el Gobierno
y la oposición. Así lo exigen los graves
resultados tanto de la situación vivida
como lo sucedido en Santo Domingo.
• Entender que tanto la oposición re-
presentada en el Partido Liberal y el
Polo Democrático como las fuerzas
uribistas en cabeza del presidente de-
ben construir el ambiente propicio y el
único camino hacia el fin de la violen-
cia armada.
FARC
• Tiene que demostrar que el proble-
ma del narcotráfico y los secuestros
son temas de envergadura y afectan su
imagen.
• Mantener su política del canje hu-
manitario, antecedente que por el éxi-
to que alcanzó fue el desencadenante
que motivó, entre otras, las acciones
desmedidas en Ecuador y tuvo mucho
que ver con la ruptura de relaciones
con Venezuela.
Venezuela
• Desarrollar política diplomática que
debe hacer notar la diferencia que
existe entre los problemas, que se han
26 A Plena Voz
creado con Ecuador y aquellos propios
a nuestros intereses.
Venezuela-Colombia-Ecuador
• Evitar el uso de ese peligroso discurso
que amaña violencia y amplio sentido
que produce escalofrío al mezclar te-
mas que deben resolver en el plano de
la realidad, práctica que en la región
ha llegado a convertir a opositores en
enemigos. Calificar a quien disienta de
indeseable y a quienes critican a ambos
lados en patronales del terrorismo.
Diplomacia
• Que se descarten las ocurrencias atro-
pelladas, pues la confusión que plantea
nos expone a enormes desafíos.
• No está de más exigir mayores y pau-
sadas reflexiones. Evaluar el valor que
ha tenido la liberación de los secuestra-
dos. Justificarlas como nuevas señales
de esperanza.
• Es notable el efecto que tuvo en la
reunión del Grupo de Río, rescatar
los supuestos del derecho internacio-
nal, sobre todo el de la inviolabilidad
territorial. Memorable el breve pero
contundente discurso de Cristina Fer-
nández de Kirchner sobre este asunto,
evitado sagazmente por Uribe.
Puntualizaciones finales
• Saber que Chávez ordenó el envió de
tropas a la frontera después de que el
Gobierno colombiano había moviliza-
do su armada y tropas hacia el Norte
de Santander.
• Que es difícil ser neutral frente a los
últimos acontecimientos y saber que
nos enseñan a relativizar, a creer en la
duda, a no suponer una sola verdad.
• Que es difícil de entender esa «extra-
ña», acomodaticia y particular idea
sobre la soberanía que impulsa Uribe:
«Colombia reivindica su derecho a
combatir el terrorismo y combatirlo en
cualquier lugar». Demasiado Bush.
• Que se debe defender la soberanía de
nuestros escenarios diplomáticos cuya
norma es desarrollar los mecanismos
de solución pacífica de controversias,
ciencia y herencia muy propia y única
del sistema latinoamericano.
• Defender más que nunca los derechos
y lograr más arraigo de esa inmensa y
productiva comunidad de colombianos
que desde siempre hacen sana y pro-
ductiva vida social en nuestro país.
Por qué Uribe y no Chávez debería ser
llevado a la corte penal internacional
Fernando casado gutiérrez
E
n el medio de la crisis política
entre Ecuador, Colombia y Ve-
nezuela desatada por la viola-
ción por parte del país neogra-
nadino del derecho internacional y la
soberanía e integridad territorial de
Ecuador, Álvaro Uribe hizo público que
llevaría a Hugo Chávez ante la Corte
Penal Internacional (CPI) «por patro-
cinio y financiación de genocidas». El
anuncio de Uribe se produjo tras haber
encontrado las fuerzas armadas co-
lombianas en una computadora –que
al parecer sobrevivió el bombardeo
colombiano del campamento de las
FARC en Ecuador y que supuestamente
pertenecía a Raúl Reyes–, información
que probaría que Chávez había donado
millones de dólares a la guerrilla.
La CPI situada en La Haya (Países
Bajos) fue creada para enjuiciar «los
crímenes más graves de trascenden-
cia para la comunidad internacional
en su conjunto» (artículo 5 del Esta-
tuto de Roma que regula la CPI). Estos
crímenes son genocidio, crímenes de
guerra, crímenes de lesa humanidad
y agresión. Por genocidio se entiende
«la intención de destruir total o par-
cialmente a un grupo nacional, étnico,
racial o religioso» (artículo 6). Dada
esta definición del genocidio, no es po-
sible aplicarle el calificativo a Chávez,
incluso si la corte tomase en cuenta las
supuestas pruebas halladas en la com-
putadora.
Las acusaciones vertidas sobre
Chávez en realidad no se las creen ni
los colaboradores más cercanos de Uri-
A Plena Voz 27
 be; de hecho, la mayoría de los miem-
bros de la Comisión Asesora de Rela-
ciones Exteriores, que integran los ex
gobernantes colombianos, entre otros,
le planteó al presidente reconsiderar la
demanda ante la CPI durante una re-
unión el martes 4 de marzo en la que
analizaron la crisis diplomática con
Ecuador y Venezuela. Seguramente la
comisión se dio cuenta de lo ridículo
de la acusación, pues a la CPI se le co-
munican los crímenes cometidos y ésta
establece primero si abren una inves-
tigación y, posteriormente, los respon-
sables. Pero el daño ya estaba hecho:
aunque el farol de Uribe no llegue a
más, los principales medios de comu-
nicación occidentales publicaron la
denuncia contra Chávez y muchos de
ellos se atrevieron a dar ya como cierta
su relación con las FARC, con lo que la
táctica de distracción, en la que el agre-
sor se hizo pasar por víctima, sí tuvo el
efecto esperado.
Este artículo analizará las posibili-
dades que existen de sentar a Uribe en
el banco de los acusados de la CPI. Pri-
mero se revisarán los vínculos demos-
trados que tiene Uribe con los grupos
paramilitares colombianos, para des-
pués establecer si las actividades delic-
tivas de estos grupos criminales entran
dentro de la jurisdicción de la CPI.
El llamado escándalo de la «para-
política», por el cual se han descubier-
to nexos entre altos cargos públicos
colombianos y los paramilitares, ha
llevado ante las instancias judiciales
colombianas hasta ahora a 55 congre-
sistas, además de cargos de confianza
nombrados por él. Hoy día ya son 21
los congresistas que están en la cárcel,
la gran mayoría pertenecen a partidos
políticos que forman parte de la coali-
ción uribista. Las últimas cinco curules
fueron detenidas a finales de febrero, lo
que muestra que el escándalo continúa
y para nada se descartan nuevos arres-
tos en el futuro.
La detención de uno de los con-
gresistas, el senador Álvaro Araújo
Castro, por sus vínculos con grupos pa-
ramilitares, provocó la renuncia de su
hermana que fungía en ese momento
como canciller en el gobierno de Uribe.
Entre los funcionarios de alta con-
fianza nombrados por Uribe implicados
en el escándalo y detenidos actualmen-
28 A Plena Voz
te, encontramos a Jorge Noguera, el ex
director del Departamento de Seguri-
dad (DAS). Noguera ha sido acusado de
permitir la infiltración de paramilitares
en el DAS y de haberles otorgado una
lista con nombres de sindicalistas, mu-
chos de los cuales fueron asesinados
subsecuentemente. Su proceso sigue
en curso ante la Fiscalía.
El vicepresidente de Uribe, Fran-
cisco Santos Calderón, ha sido seña-
lado por Salvatore Mancuso, ex jefe
desmovilizado del grupo armado ilegal
de las AUC, de haberle propuesto crear
una organización paramilitar que ope-
rara en Bogotá, por lo que también po-
dría ser llevado a los tribunales si salen
a la luz las pruebas necesarias para in-
criminar a este sospechoso.
El primo del presidente Uribe y uno
de sus colaboradores más cercanos, el
senador Mario Uribe Escobar, tuvo que
abandonar su curul acusado de haber
recibido financiación para su campaña
política y más de cinco mil hectáreas de
tierras gracias a la presión de grupos
paramilitares. Incluso el hermano del
presidente, Santiago Uribe, fue acusa-
do de delitos de lesa humanidad. Res-
pecto a su caso, la justicia informó que
«se dictó un auto inhibitorio» y que «si
en algún momento aparecen nuevas
pruebas, se puede reiniciar la investi-
gación».
Los grupos armados ilegales de
extrema derecha, normalmente cono-
cidos como paramilitares, son respon-
sables de una gran cantidad de críme-
nes que entran dentro de la categoría
de lesa humanidad, enjuiciable ante la
CPI. Los fiscales de Colombia que inves-
tigarán a los paramilitares desmovili-
zados han documentado unos 14 mil
crímenes atribuidos a ellos. Son casos
de ejecuciones, matanzas, torturas,
desapariciones forzadas y expropiación
de bienes, entre otros. Estas actividades
se han realizado de manera sistemáti-
ca y su blanco principal han sido los
movimientos sociales, organizaciones
comunales y partidos políticos de iz-
quierda. Además, entre 2002, cuando
empezó el primer mandato de Uribe, y
2007, las ejecuciones extrajudiciales
aumentaron en Colombia en un 65%.
Precisamente, en 2002 entró en
funcionamiento la CPI, y pese a que
Colombia realizó, por el artículo 124
del Estatuto de Roma, una salvaguarda
respecto a los crímenes de guerra, to-
davía se pueden juzgar ante la CPI los
miles de delitos de lesa humanidad lle-
vados a cabo por los paramilitares.
De hecho, la Federación Interna-
cional de Derechos Humanos (FIDH),
una ONG que reúne a 155 organiza-
ciones en cerca de 100 países, ha in-
troducido varias comunicaciones (en la
práctica éstas funcionan como denun-
cias) ante la Fiscalía de la CPI para que
investigue a los responsables de críme-
nes de lesa humanidad bajo su jurisdic-
ción en Colombia.
Según la FIDH, la recientemente
aprobada Ley de Justicia y Paz promo-
vida por el gobierno de Uribe para des-
mantelar los grupos paramilitares es so-
lamente una pantalla, pues en realidad
con esta ley se está legitimando la im-
punidad de los crímenes cometidos y se
está dando la impresión de que la justi-
cia nacional está trabajando en el tema,
para de esta forma evadir la jurisdicción
de la CPI, ya que sus mecanismos son
complementarios a los de cada país y
entran en funcionamiento solamente si
el Estado no quiere o no puede enjuiciar
a quienes hayan cometido los crímenes.
El fiscal de la CPI, quien quizás esté
esperando los resultados de la Ley de
Justicia y Paz, lleva ya años en la fase de
análisis preliminar de las comunicacio-
nes enviadas sobre Colombia. Dados los
estrechos lazos entre los paramilitares
(de quienes hay pruebas de la imputa-
ción de delitos de lesa humanidad) y el
gobierno y familia de Uribe, el futuro se
presenta bastante oscuro para el actual
presidente de Colombia; si la Ley de Jus-
ticia y Paz resulta ser efectiva, acabará
mezclado en delitos de lesa humanidad;
y si ésta resulta ser un fiasco, será la CPI
quien entre a investigar el caso y Uribe
acabará viéndose involucrado.
Sobre Venezuela ya hubo comuni-
caciones ante la CPI, pero éstas fueron
rápidamente inadmitidas por el fiscal.
El miércoles 5 de marzo por la no-
che, durante una rueda de prensa con-
junta con el presidente de Ecuador, Ra-
fael Correa, Chávez expresó que quería
presentarse ante la CPI, pero acompa-
ñado de Uribe. Chávez sabe que él tiene
las manos limpias de sangre, mientras
que sobre Uribe pesan crímenes de lesa
humanidad.
Colombia en el
infierno neoliberal
Germán Pinto Saavedra
Los yanquis nos tienen cogidos y hacen de
nosotros lo que se les antoja.
Fernando González
L
a intuición original que ha ins-
pirado este artículo reconoce
que la realidad cotidiana, el
mero discurrir de la existen-
cia social de la mayoría de los actuales
moradores del antiguo virreinato de la
Nueva Granada, se halla en flagrante
contradicción con cualquier concep-
to de justicia. Al punto de que todo lo
acaecido antes de los idus de marzo en
la frontera del Ecuador, en desarrollo
de una conspiración imperialista cuyo
verdadero objetivo es Venezuela, pa-
reciera no sobrepujar el terreno de la
anécdota.
A esta hora, todo el mundo sabe
que el genio de Hugo Chávez consiguió
una vez más desbaratar los planes de
sus enemigos, gracias al método amo-
roso, de profunda raíz evangélica, con-
sistente en saber aplicar a tiempo unas
palmaditas en el hombro para aman-
sar de cerca a estos descendientes del
general Santander, que odian y aborre-
cen mucho, pero de lejos, y expidiendo
comunicados y declaraciones oficiales.
Por ello, pareciera preferible ocu-
parnos de realidades más dolorosa-
mente duraderas, que constituyen el
piso sobre el que operan las manio-
bras políticas y militares, mudables y
evanescentes como las noticias que de
ellas se nutren. Echemos, pues, un vis-
tazo a la Colombia neoliberal, desde las
páginas del diario de la familia Santos,
A Plena Voz 29
 órgano «oficial» de aquella república
oligárquica y único de tiraje nacional
en todo aquel lejano país. Transcribo:
«Basta con llamar a uno de los telé-
fonos que aparecen en los avisos clasifi-
cados bajo el título de “asilo político” y,
con 7 [millones] o 10 millones de pesos
disponibles, se logra el sueño de toda la
vida: irse a vivir en el extranjero». En
seguida, del otro lado de la línea, «No-
sotros le conseguimos unas amenazas,
unas tres; también unas grabaciones
telefónicas y un certificado de alguna
entidad de derechos humanos. Lo que
inicialmente era una forma de protec-
ción –prosigue la nota–, se convirtió en
una vía de escape para quienes no ven
futuro en Colombia». El caso, uno entre
muchos, nunca fue denunciado, pues
la víctima teme ir a la cárcel, «porque
en uno de los correos escribí que no im-
portaba lo que tuviera que hacer para
obtener el estatus de refugiado».
Fijémonos bien que no se trata
de aquellos pobres desesperados que
arriesgan la vida por un puesto en el
famoso hueco o una plaza de polizón
en el sitio más hediondo y caluroso del
barco. Tampoco de personas verdade-
ramente amenazadas de muerte por la
guerrilla o los paramilitares. ¡No! Son,
sencillamente, personas jóvenes de la
clase media dispuestas a pagar millo-
nes a cambio de un fulano «combo la-
boral», que incluye: carta de recomen-
dación de una empresa y desprendibles
de nómina donde consta que usted
percibe un sueldo por encima de los
dos millones de pesos; extractos de una
cuenta bancaria «con buen dinero»;
escrituras públicas de un inmueble y
tarjeta de propiedad de un vehículo. El
agraciado consigue así un cúmulo de
pruebas falsas que demuestran por qué
la guerrilla o los paracos podrían tener
interés en secuestrarle.
Sí, se trata, simplemente, repito,
de jóvenes y no tan jóvenes, solteros
y casados, con hijos y sin hijos, de la
llamada clase media para quienes se
ha tornado una verdadera desgracia
vivir en la Colombia recolonizada, ese
país cuyo 60% de la población subsiste
por debajo del llamado umbral de po-
breza y cuya pequeña burguesía vege-
ta en medio del desempleo y la falta de
oportunidades. A la fecha, Colombia es
un país completamente «privatizado»,
30 A Plena Voz
vale decir, un país en el cual ninguna
actividad ha sido sustraída al capital y
a la codicia. Todo cuanto existe es obli-
gado a justificar su existencia generan-
do utilidades, produciendo ganancias,
secretando plusvalía al servicio del
gran capital.
¿Fue siempre así? En realidad, no.
Durante el siglo pasado, Colombia ex-
perimentó algún tipo de desarrollo ca-
pitalista, aun cuando maltrecho y de-
forme, raquítico y atrofiado, en virtud
de su carácter dependiente y neocolo-
nial. Y hubo un notable desarrollo de
industrias productoras de bienes de
consumo para cubrir las necesidades
primarias de la población (comida, te-
cho, vestido) gracias a la protección del
mercado nacional. Y el Estado era due-
ño de los puertos, las comunicaciones,
las carreteras, las empresas de servi-
cios públicos, los ferrocarriles, los ae-
ropuertos. Y había vivienda subsidiada
y seguro social y subsidio familiar y
créditos de fomento a los empresarios
de la ciudad y el campo por medio de
una próspera banca estatal. Y una le-
gislación laboral que, aunque débil,
protegía los derechos de los sindicatos
para impedir el completo envilecimien-
to de los ingresos de los trabajadores. Y
se controlaban los precios de los artícu-
los de primera necesidad y las tarifas de
los servicios públicos, y aún prevalecía
el impuesto directo y progresivo sobre
los impuestos indirectos que cargan so-
bre los pobres el sostén del Estado. En
una palabra, a pesar de la dominación
extranjera y del oprobioso régimen oli-
gárquico, hubo Estado, e incluso pro-
yectos de integración latinoamericana
entre aquellos Estados de opereta a los
que todavía la metrópoli concedía el
control direccional de determinadas
parcelas de la economía, como el Pac-
to Andino, el Mercado Común Centro-
americano y hasta la propia ALALC,
cuyos principios constitutivos iban a
ser muy pronto detonados.
El comienzo del fin empezó a me-
diados de los ochenta, bajo el mandato
de Belisario Betancur, insigne desapa-
recedor de personas, por cuya cuenta
corrió la infame masacre del Palacio de
Justicia; el mismo que, a cambio de un
préstamo –el llamado «crédito Jumbo»–
dio inicio a los «ajustes» ordenados por
el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial, luego de airadamen-
te haberlos rechazado de palabra. No
obstante, la llamada «apertura» sólo se
iniciaría en 1990, bajo el gobierno de
Virgilio Barco, tan valiente como para
atreverse a desafiar por unos días a Ve-
nezuela, pero, a la vez, tan manso a la
hora de subastar la patria a los Estados
Unidos. Con la merma de los arance-
les, el traspaso de buena parte de la
red bancaria al capital extranjero y el
encarecimiento del crédito a los indus-
triales saludó Barco la Iniciativa para las
Américas, de papá Bush, que «invitaba»
a estos países agobiados por las deudas,
a cambio de «préstamos frescos» y al-
gunas rebajas, a «remover los impedi-
mentos a la inversión internacional y
erradicar la equivocada noción de que
la economía de un país necesita protec-
ción para desarrollarse».
A pesar de todo, para ver la culmi-
nación del aquelarre fue preciso espe-
rar hasta 1991. La sorpresiva llegada a
la presidencia de César Gaviria, un se-
gundón catapultado súbitamente allí,
tras el asesinato de Luis Carlos Galán,
su jefe político, marcaría un verdadero
punto de quiebre en la historia reciente
de la nación hermana. En el curso de
unos pocos meses, el famoso «paquete»
de reformas neoliberales aplicado en
todo el continente se convertiría en un
hecho irreversible. Gaviria, con la com-
plicidad del Congreso, «dio simultánea-
mente cuerpo jurídico a más de treinta
reformas regresivas» y, en conchaban-
za con la Corte Suprema de Justicia,
convocó la Asamblea Constituyente
que acabaría por expedir una Carta a la
medida de las transnacionales y el im-
perialismo. En la nueva Constitución,
y a petición del primer mandatario,
se consagró la enajenación de la eco-
nomía estatal, se anuló la capacidad
legislativa de las regiones y se facultó
al presidente para imponer acuerdos
internacionales en lo económico, fi-
nanciero y comercial. A la habitual
componenda entre las dirigencias libe-
rales y conservadoras se sumó esta vez
el izquierdista Movimiento 19 de Abril,
M-19, recién amnistiado y encumbra-
do repentinamente para cumplir el tris-
te papel de ayudar a consolidar la peor
reacción a nombre de la revolución y
almibarar el veneno antipatriótico de
aquel documento alrevesado, con el
uso de expresiones como «democra-
cia participativa», «consulta popular»,
«soberanía del pueblo», «referendo»,
«juntas políticas populares de carácter
permanente», etcétera.
Así, al amparo del rabulesco ar-
tículo 365 («los servicios públicos […]
podrán ser prestados por el Estado,
directamente o indirectamente por
comunidades organizadas, o por parti-
culares»), fueron subastadas a precio de
gallina flaca las empresas del Estado,
defenestradas las conquistas laborales
de sus trabajadores y elevadas hasta ci-
mas inalcanzables para la mayoría las
tarifas de los servicios públicos.
Los gobiernos de Pastrana y Uri-
be acabarían por perfeccionar la trai-
ción a la patria y la destrucción de la
riqueza nacional por medio de nuevos
acuerdos con el FMI y el Banco Mun-
dial, y a través del llamado Plan Colom-
bia, que aumentó la injerencia militar
de los Estados Unidos e incrementó su
control expoliador sobre la economía.
Por ejemplo, en desarrollo del Plan Co-
lombia, y cuando se pensaba que no
quedaba ya casi nada por entregar a las
transnacionales, el Gobierno colom-
biano asumió ante el norteamericano
el siguiente compromiso absoluto y so-
lemne: «las empresas y la banca estatal
serán privatizadas».
A la fecha, pues, dicho en términos
bíblicos, todo está consumado: el subsi-
dio a la gasolina ha sido eliminado y el
precio del combustible alcanza ya nive-
les internacionales. Pero, además, fue
abolido el resto de los subsidios. Han
sido privatizadas ya la totalidad de las
empresas de energía eléctrica, de acue-
ducto y alcantarillado, de teléfonos y
telecomunicaciones, de gas y aseo pú-
blico, como también los puertos, los
aeropuertos, las carreteras, los ferro-
carriles, los cementerios, las universi-
dades, los liceos, los hospitales y hasta
las cárceles. Las industrias productoras
de ropa, de alimentos y bebidas, de me-
dicinas y otros artículos de consumo
masivo han pasado a manos de gran-
des transnacionales. La vida toda, en
suma, ha sido privatizada y eliminados
los lugares y hasta los momentos de
encuentro entre individuos, que ya no
son ciudadanos, sino meros consumi-
dores aguijoneados por los medios de
comunicación.
Por otra parte, leemos que Colom- zación o «nacionalidad express», como
bia depende cada día más de la energía dicen por allá. Incluso se regala a ricos
termoeléctrica a medida que se agota el y famosos que, por lo común, ni siquie-
agua para la generación hidroeléctrica; ra la han solicitado, como la reina de
que una sola planta térmica, Termosie- Jordania, Noor Al Hussein, o el presi-
rra, consume en un día toda la deman- dente de la transnacional de las comu-
da de gas de Bogotá. Que, sin embargo, nicaciones Prisa, Jaime de Polanco. No
los «productores» prefieren vender el obstante las facilidades (la resolución
gas natural en el exterior, donde consi- de peticiones, que antes tomaba cinco
guen mejores precios. Que el Congreso años, ahora dura seis meses) por allá no
aprobó una nueva «reforma tributaria» llegan emigrantes de ninguna parte; a
regresiva, cuya estrategia principal con- pesar de ello, todos se declaran impre-
siste en extender el impuesto al consu- sionados con el raudo crecimiento de la
mo o IVA a bienes cuyo gravamen hasta migración, que el último año alcanzó
hoy parecía imposible por inmoral, a la irrisoria cifra de ¡130 personas!
saber: cuadernos escolares, lápices para Como se ve, aun sin tomar en
escribir y colorear, diarios y periódicos, cuenta el escándalo de los parapolíticos,
libros y revistas, y hasta «folletos co- que sólo sirvió para confirmar que Co-
leccionables» seriados de carácter cien- lombia es hoy, al igual que Afganistán,
tífico y cultural. Resultaron gravados un país crecientemente sometido a las
asimismo la célebre «bienestarina», con mafias de paramilitares y traficantes de
que las llamadas madres comunitarias droga, la Nueva Granada es una meta
intentan suplir las deficiencias nutricio- de pesadilla. Un andurrial en que nin-
nales de los niños a su cuidado, los filtros guno desearía ir a parar y del cual, más
para diálisis, las sillas de ruedas, próte- bien, muchos quisieran evadirse, mar-
sis y demás aparatos que lleve la propia charse, escapar, huir, pero no pueden.
persona o que se le implanten para com- ¡Dios los guarde!
pensar un defecto o una incapacidad,
los lentes y anteojos, los bastones para
ciego, las impresoras y los elementos del
sistema Braille. Y aunque «la importa-
ción de armas para la defensa nacional»
estará excluida de ese impuesto, morir
y usar servicios funerarios costará 10%
adicional. Que el incremento en el pie de
fuerza del ejército y la policía es apenas
comparable con el aumento de su odio
mutuo que en muchos casos llega hasta
el asesinato y la tortura. Que a la pri-
vatización de la universidad pública ha
seguido la infiltración de «halcones» en
los salones de clase, autores ya de varios
asesinatos de líderes estudiantiles. Que
a los fondos de pensiones se les obligará
a prestar los ahorros de los trabajado-
res a los contratistas de obras públicas
para financiar así la infraestructura con
dineros que figuran en el presupuesto
como «inversión social». Que a los pro-
fesionales egresados de las universida-
des públicas se les aplica un impuesto
a su ejercicio profesional llamado «tasa
retributiva», pues «devolver algo de lo
que la sociedad les dio cuando estudia-
ban es justo», etc.
Una última información da cuen-
ta de la facilidad con que se otorgan en
el hermano país las cartas de naturali-
A Plena Voz 31
Investigación
de las basuras
ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN
Prólogo del libro
¿Duerme usted, señor Presidente?
de Caupolicán Ovalles
Si escribes poesía en democracia represen-
tativa, puedes morir. Si eres rojo, también.
Así lo demuestra la historia en los casos de
Adriano González León y Caupolicán Ova-
lles. Perseguidos y censurados durante el
gobierno fascista de Rómulo Betancourt, a
causa de las palabras que a continuación
ofrecemos a nuestros fraternos lectores.
C
ontinuar manejando palabrotas
es, al menos, más saludable que
cualquier alimento retórico. Y
ante el dilema, hay algún sector
alerta que prefiere lo soez purificante a
lo beato purificado, muéstrese éste como
fervor del lenguaje, serenidad profesoral
o explicación de la sociedad. Y no porque
se quiera amenazar con el coco a los bur-
gueses, sino porque se trata de una obli-
gación personal, producida en los fondos
viscerales señalados, y esto se halla al mar-
gen de toda discusión. Aunque no obstan-
te todavía está por probarse si el alegato
impuesto al género humano por Rabelais
ha vaciado su contenido. Aún puede pre-
guntarse si los apuesto a señores del buen
juicio y la inteligencia, los sacerdotes del
verbo, os honorables profesores o los re-
volucionarios en pantuflas y pic–nic de
los domingos, pueden demostrar que han
desaparecido las causas que originaron la
alianza de Isidoro Duccase: “HE REALI-
ZADO UN PACTO CON LA PROSTITUCIÓN
PARA SEMBRAR EL DESRODEN ENTRE LAS
BUENAS FAMILIAS”. Naturalmente que
ellos, disfrazando su condición de hijos
de buena familia, porque hay también
buenas familias poéticas y buenas fami-
lias políticas, se acogerán a la condición
extremadamente fácil de quien mira
las cosas objetivamente. Y quien mira
así no disfruta de las cosas, pues es una
cosa más. Vale la pena insistir en la pro-
posición de Caupolicán Ovalles, gallarda-
32 A Plena Voz
mente absurda, de que es el
cansancio quien lo decide a
la acción. Idea sobresaltada,
en cierto modo dentro de la
línea de aquel famoso poeta
asesino Pierre–Francois La-
cenaire, ejecutado en 1836,
quien justificó su necesidad
de vivir, ejerciendo como
teórico del derecho a matar,
“meditando siniestros pro-
pósitos contra la sociedad”. Y
un poco también en empate
con esa moral de lo inmoral
de Thomas de Quincey, quien afirmaba,
mientras consumía sus raciones de opio:
“Generalmente, los individuos que han
provocado mi disgusto en este mundo
han sido gentes florecientes y de buena
reputación. En cuanto a los pícaros que
he conocido, y no han sido pocos, pien-
so en ellos, en todos sin excepción, con
placer y benevolencia”. En tal orden de
inversiones, funciona este libro, desusa-
damente adicto al desafío, aprovechando
la materia hasta ahora denominada “no
poética”, en un giro decididamente sin-
gular, porque existe una fatiga cuando se
descubre la ineficacia de la palabra tradi-
cional, lo inoportuno del ejercicio culto,
la triste invalidez de lo literario cuando
“arrecia la enfermedad de vivir”. Algunos
han optado por el silencio. Otros han ha-
blado, como Robert Desnos, quien, para
ampliar la virtud fecundante de sus fan-
tasmas, escribió en argot contra los nazis,
hasta quedar reventado en el campo de
Terezine. En el caso de Caupolicán Ova-
lles, además de cansancio verbal, existen
otras razones de fastidio, demasiado con-
cretas, demasiado evidentes en nuestra
hora hasta para el ojo menos alerta, que
lo arrastran al abandono de toda preocu-
pación correcta y normal pro el lenguaje.
Pero es menester advertir que su activi-
dad vigilante, casi como por instinto, lo
pone a cubierto de la fácil demagogia
vertida a través de cierta poesía llamada
social, donde lo subversivo pierde fuerza
por el manejo de todos los lugares comu-
nes del orden burgués que se pretende
minar. Además, hay una certidumbre:
este libro no conduce hacia premios de
revolución, ni a invitaciones a viajes, ni a
la mesas de los “rebeldes” con palacetes
y bandas de ensalzadores. Hay aquí una
pura y desinteresada hombría, hecho ro-
tundo contra el cual se estrellan todas las
acusaciones de los aficionados al cartel o
las especulaciones en torno a una preten-
dida profundidad de lo formal. Es acer-
carse en cierto modo al reflejo glandular,
no totalmente investigado, que proveyó
de bastimentos a Rimbaud, quien meaba
hacia el cielo “para honra y beneplácito
de los altos heliotropos”. Y quizás condu-
jo aquel grito de Artaud: “Oh, Papa abyec-
to, Papa ajeno a la substancia del alma,
déjanos nadar en nuestros cuerpos; no
necesitamos tu cuchillo de claridades”.
Porque —para traer a cuentas un último
testigo— “de nada sirve ponerse guantes
de goma”, según la afirmación de Henry
Millar. “Todo lo que puede ser fría e in-
telectualmente manipulado pertenece
al caparazón, y un hombre con ansia de
crear busca siempre abajo, en la herida
abierta, en el horror obsceno y ulcerante.
Conecta su dínamo a las partes más tier-
nas; si no sale más que sangre y pus, ya
es algo”. Caupolicán Ovalles, con su agu-
do sentido de la provocación, propone en
este libro una continuidad de ese ejercicio
del desafuero como instrumento de inves-
tigación humana. Pero añade algo más, o
mucho más, como es la evidencia de que
se encara a una expresión que no tiene
nada en común con las razones aducidas
hasta ahora para legitimar el hecho de
escribir. Se trata de una poesía que se da
como una necesidad cotidiana, sin prepa-
raciones, regodeos o perturbaciones de la
existencia. Se da así, simplemente, desho-
nestamente poética, como quien se dis-
pone a ingerir los alimentos o a defecar.
Curioso elemento este de la efectividad
expresiva, pero menos aleatorio y resba-
ladizo que buscar posibles enlaces entre
palabras desnudas o la vacía petulancia
de los realismos ofrecidos hasta ahora.
Hay una mecánica en la ejecución poéti-
ca que descubre, a golpe de fuerza bruta,
por paradoja, la aplicación inteligente de
las basuras obtenidas en cualquier inves-
tigación sensible. Es de esta aglomeración
de desperdicios, imposible de admitir a
olfato corriente, de donde parten cier-
tos aires sin cuya presencia es imposible
una aproximación valedera hacia lo que
suele llamarse hombre. El riesgo, al revés
de todas las prescripciones sanitarias,
consiste en no contaminarse. Y quien lo
asume por amor al virus, con decisión y
audacia, verá levantarse, en el confín de
la noche, una enaltecedora sucesión de
fuegos fatuos.
¿Duerme usted señor Presidente?
CAUPOLICÁN OVALLES

EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio,

come más que todos los nacionales juntos
y engorda menos
por ser elegante y traidor.
Sus muelas están en perfectas condiciones;
no obstante, una úlcera
le come la parte bondadosa del
corazón
y por eso sonríe cuando duerme.
Como es elegido por voluntad de todos
Los mayoritarios dueños de inmensas
riquezas
es un perro que manda
es un perro que obedece a sus amos,
es un perro que menea la cola,
es un perro que besa las botas
y ruñe los huesos que le tira cualquiera
de caché
Su barriga y su pensamiento
es lo que llaman water de urgencia.
Por su boca
Corren las aguas malas
de todas las ciudades.
Con sus manos destripa virgos
y
como una vieja puta
es débil
y orgulloso de sus coqueterías.
Se cree el más joven
Y es un asesino de cuidado.
Nadie podría decir
cuál es su gesto de hombre amado,
porque todos escupen su signo
y le dicen cuando pasa:
“Ahí va la mierda más coqueta”.
Cuando
se pega la luz,
el teléfono,
el gas
y el agua,

A Plena Voz 33
 Yo, Poeta–Hostias,
De veinticinco años de edad
Y abogado sin ejercicio,
andaré en mi caballo rojo,
temido y elegante.
Mi caballo de nombre secreto
Para tenerle libre de apremio o
Detención,
Pues
En esta ciudad,
que yo beso con mis labios
de hermano de una sola mujer,
todo hay que tenerlo
al cuidado de los peores peligros
y acechanzas

como un recién–nacido, Quiero saber

entre cuidados y muelles colchones, ¿por qué usted?,
la vieja zorra duerme. Vieja osamenta,
Nada le hace despertar. sólo puede dormir?
EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio.
Estoy libre de riquezas
¿Duerme usted, señor Presidente? y de libertad,
Le pregunto por ser joven apuesto pero tengo una ballena en mi pecho
Y no como usted, señor de la siesta. y un código
Ojo de barro y Water de Urgencia. que respeto y defiendo
Yo, poeta–Hostias, quinto descendiente de de los Reyes y de las Reinas,
Achab, Archiduques o Condes,
con domicilio conocido: bailadores y comedores
Techo de la Ballena de una misma mesa.
de esta ciudad, “Si en vez de hablar tanto
llamada cárcel bailarán
en el lenguaje de los hijos del la chanza de la muerte,
Magma viviríamos felices.”
y amada por mí, No obstante,
alzo el cesto de mi vida lograremos derribar al enemigo
por encima de Punta con sus Embajadores
del Este y sus dientes perfectos
y comienzo a reir y sus achaques
por la mañana y la noche y sus viejas prostitutas
como un hijo de barrio. débiles,
Río en Vista Triste viudas de un cataclismo
y sus moradores, que logramos ver.
todos dueños de grandes riquezas, Yo, Poeta- Hostias,
me aturden el entendimiento pregunto:
y me rodean el cuello ¿Usted duerme, señor?
de mil leyendas espantosas,
y me toman de la mano Techo de la Ballena
para indicarme el camino Estación Televisora Mundial.
que habremos de seguir Caracas, año 62
después de la batalla,
en la cual

34 A Plena Voz
En una noche
tan linda como ésta
José Sant Roz
E
l día viernes, 22 de febrero de
2008, se celebró un acto para
recordar los cien años del naci-
miento del insigne bandido de Rómulo
Betancourt. Lo llevaron a cabo en la
Academia de la Historia y estuvieron los
miméticos y monocordes intelectuales
de la brutal genialidad venezolana: Elías
Pino Iturrieta, Simón Alberto Consalvi,
Octavio Lepage, Marcos Negrón, Luis
Carbonel y Rafael Cadenas. La ausen-
cia de los dirigentes del partido Acción
Democrática (AD) les causó pánico.
Se cansaron de preguntar por Ramos
Allup, por el negro Canache Mata... Es-
cucha, Rafael Cadenas: adeco es adeco,
incluso hasta más allá de la muerte, es-
críbelo. Con razón tu derrota tenía un
verdadero nombre: «adeco».
El buey incansable de Simón Al-
berto Consalvi señaló que con este ho-
menaje la visión oficial de querer borrar
el nombre de Betancourt de la historia
se derrumba. «Todo indica que, por lo
contrario, el centenario será la oportu-
nidad para hacer un reconocimiento a
su legado.»
El discurso de orden titulado «El
Betancourt histórico y el Betancourt
historiador» fue dado por el escritor
Manuel Caballero, quien balbuceó:
«Cuando decimos que un personaje es
histórico hablamos de aquellos cuya
acción comporta tanto en su ejecución
como en sus consecuencias la inter-
vención del colectivo; que rompan una
tradición y a la vez inauguren otra […]
Su ideología de raíces civiles y su con-
ciencia de que el militarismo ha sido
el peor de los males públicos de Vene-
zuela, no se aviene con la persistencia
de los hombres de campamento y de
cuartel en el manejo de la cosa públi-
ca». Cuántas pendejadas es capaz de
decir Caballero en tan poco tiempo:
A Plena Voz 35
 Betancourt dio un golpe de Estado con
un grupo de militares y era tan aman-
te de los cuartelazos y de la represión
militar que él a todos los altos dirigen-
tes de izquierda les hizo juicio militar.
Ésa es la verdadera historia. Pero si
para Manuel Caballero Lusinchi fue
más grande que Bolívar (lo dijo en un
artículo publicado por El Nacional en
1985), qué no podrá de decir del padre
de todos los sinvergüenzas adecos, Ró-
mulo Betancourt.
Hay que empezar, claro, con la obra
magna de Rómulo Betancourt, Vene-
zuela, política y petróleo. Vamos, de en-
trada, a conocer el estilo literario de un
hombre que primero quiso ser poeta,
luego filósofo, después novelista, para
finalmente acabar siendo director de
un vasto partido político que se pue-
de decir gobernó a Venezuela durante
cuarenta años. Fue un partido único.
Así comienza su monumental obra:
«Por los años de 1870 prestaba servi-
cios profesionales como médico […] el
doctor Carlos González Bona. Recorría
pueblos y caminos a lomo de mula.
Sobre su corpulenta humanidad, un
paraguas verde le prestaba protección
del sol durante el verano y de la lluvia
durante el invierno».
Esta obra está escrita por alguien
que no se siente venezolano, que ve los
acontecimientos de lejos como si no lo
tocasen a él. Va auscultando como un
médico frío, indiferente, que practica
una autopsia al cadáver de Venezuela
de esos finales del siglo XIX. Para casi
todas sus referencias utiliza libros, ar-
chivos y artículos de prensa norteame-
ricanos.
Los antecedentes del partido AD
hay que buscarlos en las entrañas de
los primeros fundadores de la Venezue-
la separatista que nace en la década
de los treinta del siglo XIX. Su arma-
zón lleva retazos de la filosofía liberal
de esa mezcolanza de ideólogos como
Leocadio Guzmán (y su hijo Antonio),
Miguel Peña, Ángel Quintero, Juan
Vicente González y Tomás Lander. El
historiador J. E. Ruiz Guevara solía de-
cirme que el primer «súper-adeco» que
tuvo Venezuela fue José Antonio Páez.
«Páez acabó siendo después de 1830,
un perfecto adeco», me decía. Hay que
añadir que en absoluto el partido Copei
36 A Plena Voz
se diferenció en algo de AD, como tam-
poco jamás fueron políticos distintos
en sus perniciosas ambiciones un Leo-
cadio Guzmán de un Páez. AD y Copei
se entendieron siempre a las mil ma-
ravillas, y sus programas de gobierno
jamás se diferenciaron en nada. El hijo
político predilecto de Betancourt se lla-
mó Rafael Caldera; el uno necesitaba
del otro para construir esa gran farsa
que se llamó democracia representativa.
Esa obra magna de Rómulo Betan-
court, Venezuela, política y petróleo, debe
ser leída para comprender a la nación
que recibimos en el siglo XX, seria-
mente desgarrada, enjuta, macilenta y
pordiosera, controlada por las grandes
compañías petroleras. Del inmenso co-
nocimiento que Betancourt consigue
obtener de esta desgraciada depen-
dencia del negocio petrolero, él sólo se
dedicará a buscar los métodos no para
sacar de abajo a Venezuela y hacerla
respetar ante las voraces expoliacio-
nes, sino para encontrar los engranajes
que en connivencia con esas mismas
compañías le permitan primero llegar
al poder, para luego gobernarla con el
bello e intocable manto de democracia
goda (boba) o norteamericanizada.
¿Venezuela?
¿Quién en el mundo desarrollado
recordaba a finales del siglo XIX a esta
nación? ¿Existía acaso? Betancourt
también se une al coro de los que lla-
man «mono» al ex presidente Cipria-
no Castro, haciéndose eco de lo que la
prensa estadounidense publica contra
él. Castro merece el desprecio de la civi-
lización occidental principalmente por
las gotas de sangre negra e india que
lleva en sus venas. Por eso se carica-
turiza en la gran prensa a este «mico»
en lo alto de una palmera buscando co-
cos. Con qué emoción y orgullo Betan-
court recoge en su libro las amenazas
del gordito (presidente de EE.UU.), el
asesino Ted Roosevelt, contra Castro,
porque «Teddy hablaba un lenguaje
que sonaba a restallar de fusta». Aña-
de: «El propio Castro había contribuido
con su conducta irresponsable a que
se le tratase con insolencia doblada de
desprecio. El déspota delirante, entre
vaharadas de oratoria vargasviliana
[…]». Cuando Betancourt se refiere
a los abusos insultantes del «procón-
sul norteamericano Herbert Wolcott
Bowen», agrega: «pero no toda la culpa
era suya […]».
¿Política?
Sí, la política de la pertinaz guerra,
esa que definió Antonio Guzmán Blan-
co: «Venezuela es como un cuero seco,
si la pisan por un lado se levanta por el
otro». Cuando le corresponde hablar
de la invasión a Venezuela del potenta-
do Manuel Antonio Matos (financiado
por los norteamericanos), Betancourt
habla de «un país en armas contra un
régimen odiado por el pueblo. Catorce
mil hombres llegaron hasta La Victo-
ria, a escasas horas de Caracas. Allí se
estrellaron frente a las tropas del des-
potismo».
¿Petróleo?
Claro, petróleo, petróleo y más pe-
tróleo, para la Standard Oil Company,
de los Rockefeller. Apenas comienza su
libro, Betancourt estampa esta escla-
recedora frase de toda su admiración
y persistente idolatría por la más estu-
penda familia petrolera del norte: «[…]
Coetáneamente, un audaz hombre de ne-
gocios, John D. Rockefeller, avizoraba el
provenir de la mágica fuente de riqueza
y echaba las bases de la que llegaría a
ser la más gigantesca empresa indus-
trial de los tiempos modernos: la Stan-
dard Oil».
El interés en las universidades es-
tadounidenses por estudiar la vida de
Rómulo Betancourt fue intensa a par-
tir de 1962, cuando él prometía definir
una estratégica forma de gobierno de-
mocrático (anticomunista) que podía
convivir perfectamente con la política
capitalista de la Casa Blanca; un siste-
ma igualmente capaz de combatir a las
monstruosas dictaduras del continente.
El historiador norteamericano Robert
Alexander lo definió como el líder más
importante desde Simón Bolívar y, se-
gún él, constituye un ejemplo de que es
posible combinar desarrollo económico,
democracia política y libertad. «La de-
mocracia betancourista sería el com-
plemento histórico de la obra de Bolívar,
siendo el uno “Padre de la Patria” y el
otro, Padre de la Democracia». Para casi
todos los estudiosos norteamericanos
sobre América Latina, durante la Gue-
rra Fría, Rómulo Betancourt representó
la contrafigura de Fidel Castro, es decir,
el mejor aliado de Washington entre to-
dos los países del continente.
 En busca del muerto perdido
Los muertos si salen
L
a vista y el oído no son suficien-
tes. Más que mentira parece
verdad. Henry Ramos Allup, a
merced de una pea soberbia, y
al mejor estilo de las romerías adecas
del pasado, se dirige, desde una tarima
en la cual concurren desordenada-
mente sus compinches de la derecha
violenta, en tono gangoso de vieja his-
térica, a una porción de oposicionistas
resurrectos, provenientes de la última
paila del gorilismo fascista. Habla, o
mejor dicho, vocifera ininteligiblemen-
te, de modo similar a como lo hacía,
en un tiempo de cuyo rostro no quiero
acordarme, Rómulo Betancourt. Una
prueba más de que los espíritus exis-
ten. Algo que no debe asustarnos, pues,
cada quien lleva un espíritu, bueno o
malo, a cuestas. Lo anormal, en todo
caso, sucede cuando un espíritu que no
es el propio, nos invade tomando pose-
sión de nuestras facultades. En casos
Héctor Seijas
como el de Ramos Allup, poseído por
el alma en pena de tan diabólico maes-
tro, es dable comprobar las secuelas de
la enajenación. En otras palabras: se
trata de un sujeto que se halla desde
todo punto de vista fuera de sí. Ha de-
jado de pertenecerse. Él es, por decirlo
de algún modo, otro. Un muerto que
mitinea rabiosamente como si estu-
viera vivo. Para decirlo en lenguaje de
marquesina cinematográfica: estamos
ante El regreso de los muertos vivos. Una
comedia taimada y criminal que pre-
tende devolvernos a la “democracia”
que amparaba a las bandas armadas
que otrora, cuando se mataba primero
y no se averiguaba nunca, allanaban,
como en una prolongada noche de
cuchillos largos que duró cuatro déca-
das, liceos, sindicatos, universidades,
gremios y asociaciones políticas ilegal-
mente excluidas del nefasto pacto de la
oligarquía cipaya y entreguista que co-
nocemos como el Pacto de Punto Fijo.
Como bien lo advirtiera el avezado ana-
lista de la derecha, Alberto Garrido, la
oposición reaccionaria se encuentra,
y se desencuentra a sí misma en la co-
media histórica que ha interpretado a
partir del año 1957. O sea, a partir de
su propio anacronismo. Nuevamente,
al ver a este espantapájaros enardeci-
do de Ramos Allup, comprobamos la
contundencia de la frase de Shakes-
peare, según la cual, la historia, por lo
que tiene de tragedia y comedia, es un
largo y oprobioso cuento narrado por
un idiota. Pero sucede que, más allá de
la tragedia y la comedia ilumina la luz
de la razón y el derecho. La tragedia,
así lo reitera la historia, se desencade-
na cuando son violadas instancias que
se debaten entre la vida y la muerte.
Cuando el cosmos integrado por los
habitantes de la polis, sus dioses y sus
muertos, es violado en perjuicio de la
salud pública. La locura entonces aña-
de un punto a las tinieblas. Habla y se
desempeña en nombre de la muerte,
en la persona de un muerto.
A Plena Voz 37
DE LA CALLE
VOCES DE LA CALLE
VOCES DE LA CALLE
RÓMULO BETANCOURT
Sus apólogos lo consideran la síntesis de las
montoneras, el hijo desobediente de Gómez; el que
no quiso el traje de las charreteras ni el sonido de las
botas frente al escalafón marcial. En esas letras apolo-
géticas hemos leído que detestaba el desayuno grupal
en grandes mesones, el ejercicio matutino, los zapatos
lustrosos, el cigarrillo compartido, aunado a relatos
de mujeres y champaña. Si en su primer gobierno
(1945- 1948) los utilizó para que lo acompañaran en
sus escaramuzas, en su segundo período presidencial,
los enlodó. Los envió al casino con las bodegas reple-
tas de whisky, vinos, quesos y bastante mayonesa. Les
hizo manchar las charreteras con el carmín de las pu-
tas. Les otorgó un poder de ligueros y pantaletas.
Avanzada la noche, les hizo construir teatros de
operaciones, campos de concentración, donde reclu-
yeron a buena parte de la militancia de izquierda. Les
compró helicópteros para que arrojaran campesinos
y jóvenes al mar, a la selva, hacia más nunca. Por
asunto de método, los puso a marchar en los patios de
La Escuela de las Américas. De allí salieron togados en
torturas. Para facilitarles el trabajo, trajo como mano
de obra a esbirros cubanos. Estas nupcias de buitres y
chacales, quedaron refrendadas por el pacto de Pun-
to Fijo. Arca de alianza donde se le permitió gobernar
largos períodos sin garantías constitucionales, lo que
significó violación de los derechos humanos, excesos
y abusos de poder. En el reflujo de la historia, lo vemos
entregándole la banda presidencial a Rómulo Galle-
gos, febrero de 1948, este sería derrocado 9 meses
después por un golpe militar realizado por los mis-
mos oficiales que habían derribado a Isaías Medina
Angarita. Ante semejante comportamiento cívico,
aprendido en las tesis de Maquiavelo, se configuró la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Su proyecto de-
mocrático, le colocó losa fundacional a la práctica de
los desaparecidos, primero que los militares fascistas
No tuvo hermosa voz como el general José An-
tonio Páez ni afición al piano como Gonzalo Barrios.
Su voz cruza en tinieblas como una bandada de gatos
en la noche de zinc caliente venezolano, suena como
una pizarra que alguien charrasquea con un clavo
de cobre en el fondo del mar. Pedro Berroeta y Moisés
Moleiro refieren que esa voz, deslizaba mentiras des-
proporcionadas en relación con adversarios políticos
y sucesos que no protagonizó. Pero aquí no se trata
38 A Plena Voz
WILLIAM OSUNA
de buscar un atajo hacia una hipotética incursión del
personaje en la Escala de Milan, lo cierto es, que bajo
su Gobierno comenzó el sisma de la corrupción, y que
luego, Pérez y Lusinchi la exageraron y la perfeccio-
naron. Empresarios rapaces se enriquecieron. En lo
personal no mostró mayor interés por el dinero ni por
el lucro individual. Se ufanaba de honrado ante sus
seguidores. En campaña electoral prometía sacar los
corruptos de las casas del partido. Tendría que volver-
se un ciempiés, murmuraba la gente en la calle. Como
caudillo del nuevo orden, no se subordinaba a nadie,
únicamente a la política exterior de los Estados Uni-
dos. Su carácter autoritario lo llevó a sacrificar cua-
dros de primer orden en el partido, a unos los llevó al
calabozo, a otros a la guerrilla, a otros a la fosa. Se
conocen centenares versiones de los hechos. En su
proyecto democrático, todos estábamos bajo libertad
condicional. Desde su exilio en Nueva York, o antes,
se dedicó con fervor, a perseguir y combatir los ideales
de su juventud. Desde aquellos años de bachiller en el
liceo Caracas, hasta su frustrada expedición en las au-
las universitarias, sus escribas lo consideran un gran
lector. No le mezquino sus razones. Al parecer en su
maletón de exiliado llevaba 3 de los 27 tomos de la
historia de Venezuela de González Guinan, Vidas Pa-
ralelas de Plutarco, Rosseau y cierto marxismo. Estas
lecturas la refieren sus apólogos de manera reiterada
como clave en su formación política. Papel conduce a
papel. Nada a la nada. Testigos cercanos escriben, que
carecía de nobleza de alma y que era un hombre de
rencores imborrables. Adecos, docentes jubilados de
la escuela de historia, poetas derrotados por asuntos
de falsas maniobras, académicos de reciente investi-
duras, tránsfugas sin lectores que habitan desfigura-
dos por múltiples máscaras en publicaciones periódi-
cas, le rinden homenaje, acumulan rosas de sus rosa-
les, frente a su tumba.
Por un instante, el espejo lo devuelve de su Valle
de Josafat. Lo trae de aquel gozo celestial a un escuáli-
do salón de la Biblioteca Nacional. Una serie de fluxes
sin oficio le rinden homenaje. Usted se siente ufano.
No se sabe por qué. La burra del tiempo se ha orinado
encima de los zapatos rotos de la democracia repre-
sentativa. Sus seguidores bailan ceñidos bragueta a
bragueta, con el facha y el paraco, el valsecito de la
conspiración.
LADECALLE
LA CALLE
DEMOCRACIA
REPRESENTATIVA
FASCISMO BLANCO
Estadio que antecede al fascismo. Recurso y método
MI PENSAMIENTO una araña que teje su campo de
béisbol
Las gradas donde infante corrí las bases del triunfo
de la oligarquía que sirve pera frenar las exigencias
democráticas del pueblo organizado .En la Práctica
sucede como manifiesto electoral que se cumple Mi pensamiento un perro que gira y busca morder
quinquenio a quinquenio. El gobierno ejerce su Su propia cola
mandato supeditado a intereses foráneos. Para ello
necesitan jueces, policías, clero y partidos políticos
corrompidos. Las deliberaciones que involucran a
toda la colectividad, no son tomadas directamente Por oficinas bares y avenidas
por quienes forman parte de ella. Los medios de Mentando madres y a veces sobre los escombros
comunicación se encargarán de asegurar la ideología de esta nación
dominante.
En la actualidad este concepto solo tiene asidero en
Anda en llamaradas.
sectores de la buhonería intelectual. Puede ser una
pipa, un buzón con elástica, un rostro picado de
viruela, una puerta escarapelada en el desierto. Un Ni el tigrito del monte ni la florecilla escarlata
oasis donde se ve el rostro de los desaparecidos y se
Ni el ave de dos picos lo merecen:
escuchan sus voces.
Su medida es la distancia. Su sitio más cercano se De cemento y no de cedro libanés son sus puertas.
advierte con un disparo en la nuca, o la orden de
disparar primero y averiguar después. Si escribes
poesía en democracia representativa, puedes morir.
Entre vuelcos y revuelcos golpeando como un
Si eres rojo también. Si no huyes, te conviertes en
humo de la serranía, uno de los agujeros negros Cadillac del 40
que se avisan en el espacio. Bajo este régimen los
utensilios de ferretería, jardinería, labores campestres,
electricidad, beisbol fueron utilizados para la doma y
Se da sus aires.
sometimiento del ser humano. La expresión de mayor
uso en el debate político fue: te vamos a matar .
Jorge Rodríguez y Alberto Lovera padecieron esta
sentencia. Rodríguez, en los sótanos de la Digepol Por él hablan los bebedores de caña la Dama de las
(Policía política creada durante el gobierno fascista cartas
de Betancourt); Lovera por mandato directo de
Miraflores, devuelto entre cadenas, sal y espuma El As y el Oro dándole póker a los ilusos.
agria en las aguas de Lecherías..
Hace 15 años los comensales comentaban que
Betancourt era el conserje de esa pensión. El caserón Toda grieta es un grafito iluminado
ha sido abandonado. Las polillas se han comido las
emociones de la fe. La izquierdagatoparda de vez
en cuando sesiona en uno de los derruidos salones.
Corren rumores acerca de ellos. Así es la naturaleza Crónicas romanzas y panfletos a un mundo ido.
humana. Continúa viviendo con una suerte de vida Mi pensamiento es este lienzo de nubes ilusorias
moribunda.
Con el nombre de mi sangre firma y así es mi
origen:
Musicalmente ríe Dramatiza retiradas.

A Plena Voz 39
 Betancourt,
la soledad de un mito
FrEddY J. MElo
S
e acaban de cumplir en soledad
cien años del nacimiento de
Rómulo Betancourt. Algunos
homenajes recordatorios en lo-
cales cerrados, sin aliento de masas y con
escasa presencia juvenil, y los oportunos
laudes mediáticos, en tonos más o menos
encendidos, de académicos, intelectuales,
gentes del oficio, políticos nostálgicos,
reciclados o en desuso, todos partidarios
antiguos o agregados de la democracia de
que fue padre, configuraron un trueno al
revés, un silencio estruendoso en relación
con una vida que en ciertos momentos
acaudilló multitudes, signó el transcurrir
de buena parte del siglo XX venezolano,
se afanó por darle un cauce prefabricado
a nuestra sociedad y dispensó recetas de
pretensión continental.
Es, sin embargo, en mi opinión, un
hecho de justicia histórica, porque si algo
parece corresponderse con él y lo que
hizo es que vivió precisamente al revés.
Fue un «revolucionario intransigente»,
que declaró ser y seguir siendo «para
siempre» comunista y al poco tiempo se
deslizó hacia un anticomunismo paroxís-
tico; que fundó un partido para hacer la
«revolución popular, antifeudal y antiim-
perialista» y terminó convirtiéndolo en
una agencia de colocación y agrupación
sin principios, en la cual la mínima men-
ción de aquellos propósitos resultaba un
anatema; que concluyó identificando su
40 A Plena Voz
«revolución» con el voto para la elección
periódica de los presidentes, en condicio-
nes que permitían la potestad de escoger
«entre el cólera y la peste bubónica», se-
gún gráfico decir de Miguel Otero Silva.
Fue un «demócrata intransigente» (ese
adjetivo fue una de sus «verbadas» típi-
cas), que prohijó una democracia con-
trarrevolucionaria, formalista, horra de
esencia social y popular, amordazadora y
represiva con lindes de fascismo, para la
cual las calles eran de la policía y había
licencia oficial para disparar primero y
averiguar después, y cuyo balance trágico
empequeñeció al de las dictaduras más fe-
roces. Fue un autodefinido gran patriota,
que compartía con Muñoz Marín, el alca-
huete puertorriqueño; con Pepe Figueres,
su compadre de Costa Rica; y con otros
de cercanía menos estrecha pero de igual
«flexibilidad», el hallazgo sociológico de
que se puede ser patriota sin ser naciona-
lista, y de ese modo se convirtió sin hesi-
tar en el principal «hombre de Washing-
ton» en estas latitudes, introductor de su
Misión Militar en 1946; apadrinador en
1947 del TIAR (Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca), diseñado para
meter los órganos castrenses latinoame-
ricanos bajo las alas del Pentágono, útil
para mil tropelías imperiales e inútil para
Latinoamérica cuando por vez primera lo
necesitó, en las Malvinas; constituyente,
1948, de la OEA, nacida como «paname-
ricanización» de Bolívar y Ministerio de
Colonias, con muchas deudas de celesti-
naje de agresiones; encubridor del accio-
nar de la embajada norteña en el derro-
camiento de Rómulo Gallegos, a quien
desmintió sin rubor, creando la coartada
de Perón como tapa; apañador del «Esta-
do Libre Asociado» de Puerto Rico luego
de haberse proclamado luchador «intran-
sigente» por su independencia; conde-
nador del pueblo levantado en protesta
contra Richard Nixon en mayo de 1958
(personalmente presencié el tonante
estallido de su ira), mientras al mismo
tiempo absolvía la rápida concentración
de fuerzas gringas dispuestas a caer so-
bre nosotros; aniquilador de la unidad
post 23 de enero, a fin de abrir cancha
a un ya comprometido régimen autorita-
rio, anticomunista y pronorteamericano;
solicitador de un dispositivo de invasión
contra Venezuela en 1963 para salvar
su gobierno en caso de peligro, monta-
do y listo por su «admirador» John F.
Kennedy (Simón Sáez Mérida lo prue-
ba terminantemente en su notable obra
La cara oculta de RB); acompañador de
toda acción contra Cuba (satanización,
bloqueo, Girón, etc.), de cualquier agre-
sión contra un país nuestro (Guatemala,
Santo Domingo) y del mundo (Corea,
Vietnam, el Congo de Lumumba, el Irán
de Mossadegh, la Palestina desgarrada).
Proseguiré.
 Todo
está
bien
Miguel
Márquez

“Y todo eso suena muy enérgico y

serio, pero ahora que he
luchado con ello, ya no lo es. Me
siento feliz… profundamente.
Todo está bien.”

Katherine Mansfield

“Todo irá bien y

Toda suerte de cosa irá bien
Cuando las lenguas de llama se
enlacen
En el nudo postrero de fuego
Y el fuego y la rosa sean uno.”

T.S.Eliot

A Plena Voz 41
 E
sa mañana estábamos en el
auditórium más animados al-
gunos que de costumbre, otros
idénticos en el mutismo arisco
de sus ecuaciones. Maritza comentaba
que la gelatina de la luz le impedía es-
cuchar la voz del doctor al pasar la lis-
ta. Para mí, a esta hora, los bombillos
parecían árboles y sentí que la brisa
debería ser una cuestión de aprendiza-
je. Asentí levantando el brazo cuando
pronunciaron mi nombre. Estaba se-
guro de no haberme equivocado. Con-
tinuó la rutina sin muchas interrup-
ciones hasta que Hans se puso a mal-
decir. Hija de puta decía y se miraba las
manos. Tuvieron que anestesiarlo con
rudeza a pesar suyo y poco a poco fue
entregándose a un subsuelo profundo.
Vi que salía sangre de su boca extenua-
da, y su frágil cuerpo entre los brazos
de los enfermeros pasó ante nosotros
como una melodía. Luego salimos a de-
sayunar. A comer con lentitud porque
el día casi siempre es peligroso.
Uno abre los ojos sin saber cómo
desprenderse de la tierra ni de las voces
que uno trae de quién sabe dónde y se
encuentra aquí como en un cine conti-
nuado pero con otra escenografía y di-
ferentes actores. Por eso creo en la lista
y en el desprendimiento de los helechos
cuando no me equivoco. A Maritza en
realidad no le importa que la llamen
de una u otra manera: ella siempre le-
vanta el brazo. Habla con frecuencia
de una nube donde duermen seres fan-
tásticos y cuando los escucha mira al
cielo con una fe conmovedora. A veces
nos da risa su actitud, pero una vez a
Carlos le dio rabia y le pegó durísimo.
Ella, desde esa ocasión, dice que lo ama
y él se la pasa arrecho cuando le llevan
el chisme.
Carlos mató a alguien, parece que
con razón. Él jamás habla de esto, ni
de sus hijos. Pasa la mayor parte de las
horas callado con un rumor en la es-
palda. Toma las medicinas sin saludar.
Yo quisiera decirle que le convienen las
palabras esdrújulas para espantar los
relámpagos. Pero no quiero que él no
me quiera y me pegue. Aunque a veces
me viene a la mente un golpe sobre su
abdomen para que nadie hable.
A Hans lo conocí antes de morirse.
Se la pasaba abstraído. Trabajaba con
disciplina, pero olvidó que el hígado es
42 A Plena Voz
un órgano vulnerable a las alucinacio-
nes. Incluso le escribí un obituario be-
llísimo que cada vez que se lo recito me
escupe. Yo vine a dar aquí por pura co-
incidencia. Dice mi madre. Ella le cuen-
ta a los doctores que bueno, que sí, que
desde que le dio el asma se puso a hablar
de la virgen. Su padre lo castigó cuando
le mordió la espalda apenas entradito en
cuarto grado y yo sufría porque él era el
mayor. Después, continuaba, comen-
zaron las ronchas, los sarampiones. Se
ponía mis coloretes después de la media-
noche y asustaba a las hermanas. Y ella
hablaba tan tranquila con ellos como si
nada. Me trae caramelos los miércoles
y todos me los roban. Estoy seguro que
ella coquetea con los enfermeros. Cuán-
to detesto su vestidito morado.
En este sitio uno no hace mucho
pero debe cuidarse de los muertos. Los
vivos siempre son más dóciles. Los bom-
billos en cambio son malignos y morti-
fican sobre todo a las tres o cuatro de la
madrugada. Es cuando me hago el loco
y pienso en las coliflores que brotan de
mis fosas nasales. Una tras otra. Aquí
estoy bien, me digo para tranquilizar-
me y me duermo después de parir mur-
ciélagos por la boca.
Casi nunca salgo al patio. Me que-
do con la virgen en el cuarto y ella me
cuenta todo lo que se le ocurre. A ella
tampoco le gustan la luz ni la gente. Ha-
blamos largo, larguísimo, y pocas veces
la entiendo, sin embargo, sé que me
quiere hasta la ira que siento cuando
me encuentro solo; los enfermeros no
saben de estas cosas ni de los caracoles
en el techo. Son ignorantes, ni siquiera
escuchan rodar la sangre bellísima de
los pájaros. Por eso buscan las correas
los muy estúpidos.
Yo sé que estoy aquí por pura ca-
sualidad y por eso escribo este diario.
Hoy viernes, sin que me escuche nadie.
Hoy viernes cuando me bañan y me da
frío y los odio. Tal vez por eso no entien-
den mi letra y me castigan porque mi
diario les repugna. Por venganza hie-
ren mis dedos para que deje de untar
mierda en las paredes del cuarto. Lue-
go viene la aguja y ese líquido que en-
tra en mi casa como una bala ciega en
el corazón de los astros. Mañana será
otro día, me digo.
Todo está bien. Todo estará bien,
seguro. Hasta mañana.
 Voces premiadas a plena voz
D
e las voces de los galardonados
en el Primer Concurso de Ensa-
yo Breve A Plena Voz, organiza-
do por la Fundación Editorial El
Perro y La Rana, les presentamos a conti-
nuación la última entrega de este especial,
el cual recoge los cincos testimonios res-
tantes que completan el grupo laureado.
Próximamente, en una compilación an-
tológica a través del sello editorial A Plena
Voz, se publicarán los diez mejores textos
seleccionados en esta primera edición del
concurso. Ellos, los autores, develan aquí
algunos detalles de las obras y emiten in-
teresantes opiniones que refieren al diná-
mico acontecer nacional.
Gerónimo Pérez Rescaniere.
Venezuela (1949). Historiador. Obra
concursante: Masónica, británica y altí-
sima conspiración de Gual y España y de
Antonio Nariño. Seudónimo: Juanita.
Libia guerrero castellón
Participación
La buena nota de la revista A Ple-
na Voz.
El tema
En cuanto al tema, motivó su es-
cogencia el requerimiento de «saber
dónde se está parado». Tal actitud es
caprichosa, animal. También es reduc-
tiva, pero es la que me mueve. Social-
mente, creo que el presente venezola-
no pone en acción aquel dicho que dice
que cada generación necesita leer la
historia nuevamente.
Acerca del concurso
Es enriquecedor, magnífico y
oportuno. Y muy bueno que tenga su
lado poético.
Sobre las tres R
Son necesarias. Habría que visua-
lizar lo siguiente: además de las correc-
ciones a falencias como las que sufren
Mercal, Barrio Adentro y la lucha con-
tra la delincuencia, hay un problema no
frecuentado y paradójico que lo ilustra
el cuento del otorrinolaringólogo, que
todavía en los años cincuenta se citaba
para sacar lección. Es así: tenía el mé-
dico un paciente rico. El motivo de sus
Ii parte
visitas eran dolores producidos por un
gorgojo que vivía en su oído derecho.
En cada visita, el médico aplicaba una
pomada que aliviaba el dolor y el rico
paciente se iba satisfecho, regresando
al mes siguiente a buscar el alivio. Así
pasaron los años hasta que el hijo del
médico se graduó de médico y también
se especializó en otorrinolaringología.
Vino la vacación del médico padre, tan
merecida después de décadas de traba-
jo. El muchacho quedó encargado de
la clínica. Cuando llegó el rico, el joven
galeno estudió el oído, descubrió el gor-
gojo y, con la pinza adecuada, lo extrajo,
aplicó un ungüento calmante y el rico
se fue satisfecho como siempre. Pero
esta vez su satisfacción creció al notar
que el alivio era definitivo. Tornó el viejo
médico de las merecidas vacaciones y el
hijo, al entregarle cuenta del manejo del
consultorio, le informó el trabajo que
había hecho en el paciente del gorgojo.
«Bueno, ya está hecho», se lamentó el
padre. Y ante el rostro de asombro del
hijo, porque los buenos trabajos no se
recriminan, le explicó. «Sí, fue muy bue-
no tu tratamiento, mijito, pero ese gor-
gojo te pagó los estudios».
Chávez retiró el gorgojo o parte
de él del oído venezolano. Los retratos
A Plena Voz 43
 del Che Guevara, de Fidel, las denun-
cias contra la oligarquía y sobre todo
la palabra «socialismo» le resultan en
consecuencia angustiantes a la gente,
ofertas de una revolución que no nece-
sita, que ya se cumplió. «La revolución
la hace el que la necesita», dijo Mao.
De la oposición intelectual y
los avances del libro en el Gobier-
no bolivariano
En el Quijote figura una frase que
cito de memoria: «Los perros ladran,
Sancho, es señal de que caminamos».
Carmen Elena Parés. Venezuela
(1933). Doctora en Ciencias Políticas.
Obra concursante: Huellas caribe-tupí-
guaraní. Seudónimo: Arasy, la madre
del tiempo.
Participación
Porque comparto la idea de que
es necesario promover y avanzar en el
debate de ideas en torno al modelo de
sociedad que se desea construir a cor-
to, mediano y largo plazo. Para ello se
requiere asumir una perspectiva críti-
ca en la búsqueda de caminos abiertos
generados desde nuestra realidad his-
tórica y profundamente afianzados en
nuestras raíces originarias.
El tema
Porque considero que debemos
abocarnos a la tarea urgente de demos-
trar las «verdades» consagradas por la
ideologizada «Historia Oficial». Sólo así
podremos avanzar en el conocimiento
y reinterpretación de nuestros proce-
sos históricos si pretendemos descubrir
la esencia de nuestros pueblos en aras
de su propia liberación. Sí tomé en con-
sideración el perfil de la revista porque
la transmisión de los saberes debe ha-
cerse a través de manejo claro y ameno
del lenguaje que expresa y motiva la
reflexión.
44 A Plena Voz
Acerca del concurso
Tengo la convicción de que para
poder lograr cualquier avance en el
o los procesos de transformación es
indispensable la apertura de un de-
bate abierto con todos y cada uno de
los integrantes de nuestra sociedad.
Confrontar interpretaciones y puntos
de vista, de los alcances que habrán
de tener los cambios deseados, es un
ejercicio necesario a fin de contribuir
a la consolidación de una conciencia
libertaria altamente participativa y so-
lidaria. Por supuesto, el debate no debe
circunscribirse a un grupo de iniciados
o a una élite de revolucionarios profe-
sionales encargados de llevar las ideas
a la «base». Este esquema lleva implíci-
to una posición jerárquica de la apro-
piación del conocimiento.
Todo ser humano posee un cúmu-
lo de saberes propios y adquiridos en el
transcurso de sus diversas experiencias
de vida, muchas veces más ricos y me-
nos deformados que los impartidos por
los modelos educativos tradicionales.
Por estas razones se requiere estimu-
lar aún más los encuentros a todos los
niveles. Me permito sugerir que cada
grupo o comunidad establezca una
tabla prioritaria de su interés por cada
uno de los aspectos, habrán de conside-
rarse para la reflexión en el debate. Te-
mas que habrán de abarcar un espec-
tro mucho mayor que el tema político
en sí mismo.
Si se pretende construir un mode-
lo de sociedad para la vida, la reflexión
debe acercarse a la vida misma. Como
parte integrante de la naturaleza, los
seres humanos deben deslastrarse de
su antropocentrismo y procurar la ar-
monía entre todos los integrantes y el
equilibrio del ecosistema.
Sobre las tres R
Respecto a la línea política deno-
minada las 3 R (revisión, rectificación
y reimpulso), lo que interesa más bien
es alejar el debate de todo personalismo
y centrarse en la reflexión acerca de las
condiciones objetivas y subjetivas que
dieron lugar a los resultados electora-
les de diciembre de 2007.
La discusión debe situarse por
encima de todo posible culto a la per-
sonalidad, de posiciones individualis-
tas, maniqueas, que sólo contribuyen
a desvirtuar el interés central de la
reflexión, cual es descubrir las causas
que permitan que la revisión se haga
con la profundidad necesaria, a fin de
evidenciar los aciertos y los errores co-
metidos, única forma de emprender las
rectificaciones tácticas y estratégicas
necesarias si se pretende implementar
políticas eficaces que contribuyan con
el avance de los procesos de cambio de-
seados.
De la oposición intelectual y
los avances del libro en el Gobier-
no bolivariano
Una tarea urgente es emprender
una revisión crítica de la obra de reco-
nocidos intelectuales nacionales e in-
ternacionales agrupándolas por área
temática para luego situarla en el con-
texto de las ideologías. Este ejercicio
permitiría descubrir la esencia del pen-
samiento del autor y resaltar la influen-
cia que ha tenido o tienen en la confor-
mación de un discurso elitesco que la
academia valida. Interesa mostrar los
problemas de la realidad social, cultu-
ral o política que trata el autor y cómo
su pensamiento se proyecta y se asu-
me como el enfoque correcto a seguir.
En síntesis, lo que más interesa es que
toda lectura que se haga contribuya a
desarrollar el pensamiento del lector,
afinando cada vez con más herramien-
tas el análisis crítico del texto. En cada
área temática habría que abocarse a
la tarea de ver cómo el autor maneja
determinados conceptos y cuál ha sido
su influencia a nivel del pensamien-
to colectivo. Es el caso, por ejemplo,
cuando se asume que somos un país
«subdesarrollado», «atrasado», «ter-
cermundista» o en «vías de desarrollo»
sin cuestionar el origen del discurso ni
la procedencia de su construcción. ¿Se
es subdesarrollado respecto a qué tipo
de sociedad? ¿Qué implicaciones eco-
nómicas, sociales o políticas conlleva
esta declaración? Un pueblo que no se
afirma en sus raíces históricas es más
vulnerable a la penetración indiscrimi-
nada de valores y patrones de conducta
ajenos a sus idiosincrasias. Situación
que conduce a una pérdida cada vez
mayor de la identidad.
Hay que recordar que desde el
momento mismo de la invasión se co-
menzó a construir la imagen de una
tierra poblada por hombres «salvajes»,
«bárbaros» y «primitivos», «caníbales»
que era necesario hacerles la guerra
para reducirlos a pueblos «civilizados»
y catequizarlos para sacarlos de sus
«idolatrías».
Desde entonces comienza a cons-
truirse un «Modelo de Cultura Univer-
sal», vale decir, occidental, por cuyos
patrones deberán medirse y regir sus
destinos pueblos diferentes.
De allí se comienzan a clasificar
las culturas en «altas» y «bajas», supe-
riores e inferiores. En América fueron
reconocidas como altas las culturas
inca, maya y azteca. A partir de aque-
llos indicadores culturales definidos
por los parámetros europeos, se ca-
racterizaron en altas culturas aque-
llas sociedades que contaban con la
presencia del Estado liderado por un
jefe quien detenta y ejerce el poder so-
bre sus súbditos, por la construcción
de obras monumentales y grandes
templos para rendir homenaje a sus
deidades, entre otras instituciones. En
cambio, las culturas que habitaban las
tierras bajas, la selva y las islas, fueron
consideradas «inferiores» y carentes
de interés como referente ancestral in-
dispensable de sus pueblos, sin entrar
a considerar si se trataba o no de otra
forma de pensar la vida y de organi-
zarse, es decir, de culturas diferentes,
ni superiores ni inferiores.
José Marcial Ramos Guédez.
Venezuela (1950). Docente. Obra con-
cursante: Una sublevación de esclavos
bozales en la Hacienda de Guayabita. Tur-
mero, 1974. Seudónimo: El Tigre de
Capaya.
Participación
Participé en este concurso porque
consideré que era una oportunidad de
dar a conocer un hecho histórico ocu-
rrido en la Venezuela colonial, el cual
había permanecido inédito en nuestros
anales patrios. Además, para apoyar la
excelente labor que viene realizando la
revista A Plena Voz, en pro del rescate
de nuestros valores culturales y la lu-
cha en contra de cualquier forma de
exclusión económico-social.
El tema
En primer lugar, es conveniente
informar que desde hace más de treinta
años he venido investigando todo lo re-
lacionado con la historia de los africa-
nos y sus descendientes en Venezuela,
y en segundo lugar, para aprovechar
el amplio espacio que ofrece la revista
A Plena Voz tanto a los lectores como
a los investigadores interesados en que
en nuestro país se eliminen las exclu-
siones y tengamos la oportunidad de
expresar libremente nuestras ideas en
el contexto de los cambios revolucio-
narios que estamos viviendo durante
esta primera década del siglo XXI.
Acerca del concurso
Considero que todo «debate de
ideas», planteado en el contexto de
las propuestas transformadoras del
Gobierno bolivariano, merece nuestra
atención, ya que nos permite conocer
los diferentes problemas y las estra-
tegias que hay que poner en práctica
para solucionar los mismos, todo ello
respetando el carácter multiétnico y
pluricultural de la sociedad venezo-
lana. Por tales motivos, a través del
concurso de ensayo que ha organizado
la revista A Plena Voz podemos parti-
cipar en las múltiples discusiones que
en el campo de lo político-ideológico-
cultural se están llevando a cabo en
los momentos actuales en la patria de
Bolívar, con la finalidad de superar las
desigualdades propias del régimen ca-
pitalista y garantizar la inclusión para
todos los habitantes del país.
Sobre las tres R
Yo observo que en todo proceso
revolucionario es necesario superar
las fallas y los momentos críticos que
de forma voluntaria o involuntaria
puedan afectar el desarrollo equilibra-
do de la propuesta de transformación.
En tal sentido, los lineamientos del pre-
sidente Chávez denominados las tres R
(Revisión, Rectificación y Reimpulso)
tienen plena vigencia en la Venezuela
actual, todo ello con la finalidad de su-
perar los problemas internos y exter-
nos que, de una u otra forma, afectan
el proceso de la Revolución bolivaria-
na.
De la oposición intelectual y
los avances del libro en el Gobier-
no bolivariano
Aprecio que ha sido positiva la
política editorial del Ministerio del Po-
der Popular para la Cultura, ya que ha
permitido que muchos autores vene-
zolanos y del exterior puedan publicar
sus obras literarias o textos en el cam-
po de las ciencias sociales, evitando los
elevados costos que significa editar un
libro o una revista a través de las em-
presas privadas. Además, constituye
un excelente esfuerzo para superar la
exclusión y abrir las puertas a todos los
intelectuales que deseen que sus crea-
ciones e investigaciones puedan ser
plasmadas en los soportes impresos.
Luis Darío Bernal Pinilla. Co-
lombia (1949). Escritor. Obra concur-
sante: Con la ignorancia de mis obispos
no te metas. Seudónimo: La Loca Luz
Caraballo.
Participación
Por una parte, la necesidad de
combatir posiciones que van en con-
tra de un proceso de transformación
social, política, económica y cultural
que beneficia a las amplias mayorías
nacionales que siempre estuvieron
excluidas de la riqueza venezolana. Y
por la otra, el reto intelectual que su-
pone el ensayo, en el cual es necesario
probar, con datos y argumentos, una
tesis que se plantea como base del mis-
mo.
El tema
Efectivamente, pienso que una
publicación que aspira a llegar a am-
plios sectores sociales y colaborar con
el análisis de realidades que les atañen
A Plena Voz 45
 es necesario que sea sencilla, dinámica
y reflexiva. Pero, además, elegí el tema
porque no es posible que la cúpula de
la Iglesia católica utilice su investidura
para falsear el mensaje profundamente
humanista de Jesús y manipule la con-
ciencia de millones de personas que
creen, aunque cada día menos, en su
pretendido poder espiritual.
Acerca del concurso
Me parece absolutamente válido y
necesario que haya un amplio debate en
torno a este proceso bolivariano, porque
del enfoque del mismo y de su desarrollo
depende el futuro no sólo de Venezuela,
sino de otras realidades sociales que es-
tán pendientes de esta iniciativa socio-
política, económica y cultural.
Sobre las tres R
Creo que los procesos sociales, en
los cuales se juega la suerte de millones
de personas, requieren siempre, máxime
cuando se pueden percibir desviaciones
en la dirección de los mismos, de moni-
torearlos. Por eso pienso que, ante acti-
tudes corruptas, burocráticas e indolen-
tes de personeros del Estado y también
posiciones incorrectas de sectores afec-
tos al proceso bolivariano, era necesario
crear mecanismos correctores. De allí
surgió el planteamiento presidencial de
las tres R, para revisar lo existente, para
plantear su rectificación y para empren-
der su reimpulso.
De la oposición intelectual y
los avances del libro en el Gobierno
bolivariano
Me parece una gran labor en pro de
la democratización de la cultura y la lec-
tura, en especial la publicación popular
del Quijote y Los Miserables, así como la
gran cantidad de libros de toda temática
y de todos los confines del planeta y so-
bre todo de América Latina. No obstan-
te, creo que es necesario desarrollar más
a fondo una política de promoción de la
lectura, para que no sólo los venezola-
nos tengan más libros y a precios abso-
lutamente accesibles para todos, sino
para que sean efectivamente leídos.
46 A Plena Voz
Germán Pinto Saavedra. Co-
lombia (1950). Obra concursante: Rul-
fo y nosotros. Seudónimo: Araguato.
Participación
A mí me bastó con la invitación
formulada desde las páginas de la re-
vista.
El Tema
Tiene una lectura inteligente y
cuya oportunidad no tiene que ver ne-
cesariamente con la bendita actualidad,
entendida como inmediatez de tiempo
y de espacio aun en las aburridas pu-
blicaciones académicas.
Acerca del concurso
Le atribuyo una importancia fun-
damental. Más aún, tratándose de A
Plena Voz, de cuya amplitud y verdade-
ro pluralismo filosófico es muestra fe-
haciente la frecuente colaboración en
sus páginas del que esto escribe.
Sobre las tres R
Siento que son cosas que me con-
ciernen en el contexto de mi compro-
miso sin reservas con la Revolución
bolivariana en los distintos campos de
mi actividad, como productor campe-
sino, como luchador social en mi co-
munidad, como activista político en el
PSUV y como colaborador permanente
de A Plena Voz. Pienso, asimismo, que
el contenido de las tres R, en cada caso,
no es determinable de manera indivi-
dual ni anárquica, sino colectivamente
y en función de un plan general. Por
mi cuenta corren la buena voluntad, el
empeño y la dedicación.
De la oposición intelectual y
los avances del libro en el Gobier-
no bolivariano
Por vivir en el campo, en una zona
apartada, carezco de elementos sufi-
cientes para evaluar, aunque sea par-
cialmente, el impacto social del gran
esfuerzo editorial del Ministerio del
Poder Popular para la Cultura. Hago
constar, sin embargo, la eficiencia en la
distribución masiva de la excelente Bi-
blioteca Familiar, de los breviarios de la
Biblioteca Básica Temática, del Quijote
y Los Miserables y del precioso opúsculo
que contiene las cartas de amor entre
Bolívar y Manuelita Sáenz hasta en los
últimos rincones del estado Apure.
Por mi parte, celebro de corazón la
publicación del Quijote, aunque sea en
esa versión resumida, pues comprendo
la difícil promoción de la lectura en me-
dio de un público compuesto en lo fun-
damental por meros televidentes. Sirve
también para contrarrestar el antihis-
panismo rampante, que suele olvidar
que la España imperial y la del Siglo de
Oro fueron una sola y la misma, y que
el Caballero de los Leones admiraba a
Hernán Cortés no menos que a Amadís
de Gaula. En cuanto a Los Miserables y
a su autor, hace ya mucho tiempo que
fueron desaparecidos por la crítica aca-
démica y la intelectualidad neoilumi-
nista, pero, en la misma medida, con-
tinúan gozando de un inmenso afecto
entre el pueblo y los revolucionarios de
nuestros países latinoamericanos. Para
estos últimos, es inconcebible el realis-
mo en el arte sin una dosis suficiente de
romanticismo.
 a PLena
sus
VOz
f r a t e r n o s l e c t o r e s
Y
Todo venezolano interesado
en política debería leerla.
Antonio Pasquali. La cultura del régimen.
El Nacional (17-07-2005)

Apreciados compatriotas. Leí el Nº 37 por primera vez en el Manantial
de los Sueños, Aldea Núcleo Endógeno para el Desarrollo Humano-
Higuerote. En mi carácter de poeta quiero exaltar la bonanza de esta
revista cultural en cuanto a su contenido, diagramación y alcance
comunicacional así como su tiraje y distribución. Les felicito es un
logro admirable. Los aldeanos estamos altamente regocijados por
ella. Me dispongo a celebrarlo sumándome al staff de colaboradores
en su sección “Laureados poetas”.
María Magdalena Ávila
Estupendo este número de la revista (edición38/39). Esta revista me hace
recordar al Suplemento Cultural de Últimas Noticias en su mejor momento.
Recuerdo que lo llamaban el suplemento de los Radicales, bueno, a esta
revista la podemos llamar la “revista de los revolucionarios”.
Por medio de la presente me dirijo a ustedes en la oportuni-
dad de saludarles en nombre del Centro de la Diversidad Cul-
tural a través de su presidente, profesor Benito Irady, aprove-
chando para felicitarlos por el importante trabajo que vienen
adelantando desde el Consejo Editorial de la revista A Plena
Voz. En tal sentido, a esta institución le gustaría poder contar
mensualmente con esta publicación (100 ejemplares), para ser
distribuida al personal adscrito a esta fundación, sobre todo
como material de documentación para los brigadistas del Cír-
culo de Estudio y Trabajo Moral y Luces “21 de mayo”, confor-
mado desde el Centro de la Diversidad Cultural para el fortale-
cimiento de la educación con valores socialistas para hacer de
toda la patria una Escuela Republicana. Atentamente,
Heufife Carrasco.

Gregorio Pérez Almeida

Tengo el agrado de felicitarlo por la importante labor que en el campo de la
creación y la discusión representa la revista A Plena Voz, en estos tiempos en
que la revolución venezolana avanza, recordamos otros intentos de lograr
paz y justicia. Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908 en Valparaíso y
dedicó su vida a la causa del pueblo. Me correspondió conocer su increíble
coraje para conducir la historia y los siniestros esfuerzos nacionales e inter-
nacionales para detenerlo.
Le envío el poema de un testigo que estuvo muy próximo al palacio de go-
bierno el sombrío 11 de septiembre de 1973.
Con un cordial abrazo latinoamericano,
Tengo a bien dirigirme a usted en la oportunidad de
saludarlos e informarles que con motivo de la celebra-
ción de Día Internacional de la Mujer, este viceminis-
terio está organizando la conferencia “La mujer, sus
luchas sociales y el mundo laboral”, que se celebra el
día 28 de febrero del presente año. En virtud a lo an-
terior solicitamos su apoyo, en el sentido de suminis-
trarnos trescientos (300) ejemplares de la revista Cul-
tural de Venezuela, edición 34 A Plena Voz, para ser
distribuidos a los asistentes a la conferencia. Sin otro
particular al cual hacer referencia, me suscribo de us-
ted, reiterándoles la seguridad de mi más alta estima
y consideración, atentamente,

Fernando Lamberg Jhonny Picone Briceño

Viceministro de Seguridad Social

En esta lucha de arduo esfuerzo y compromiso de quienes hemos asumido el reto histórico de servir más y mejor a un pue-
blo que por tradición ha sido excluido; apelamos a su sensibilidad y sentido patriótico para solicitarle la dotación mensual
de 150 ejemplares de revista A Plena Voz, para la biblioteca ubicada en el Núcleo Endógeno de Desarrollo Humano Aldea
El Manantial de los Sueños, donde actualmente se están recuperando de la fármaco dependencia más de 100 compatriotas
que vivían en situación de calle. Es importante destacar que se requiere de su colaboración para que estos compatriotas
puedan desarrollar todo el potencial intelectual que poseen y que estaba oculto entre las penumbras de las calles donde
dormían. Convencido de contar con su positiva respuesta y efectiva colaboración se despide afectuosamente,

Alex Virguz
Coordinador Unidad de Atención Integral al Aldeano
Dirección General de Atención al Soberano
Alcaldía de Caracas
A Plena Voz 47
48 A Plena Voz