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El metabolismo normal del cuerpo produce continuamente radicales ácidos. Sin embargo, la
concentración de iones de H+ en el organismo se mantiene muy baja y dentro de un límite muy estrecho;
así, el pH corporal oscila entre 7.35-7.45. La concentración de H+ compatible con la vida es relativamente
estrecha: de 16 a 160 nEq/l (pH de 7.8 a 6.8). Los mecanismos de defensa inmediatos, para evitar
cambios en el pH en respuesta a modificaciones en la acidez de los líquidos corporales, son realizados
por los sistemas amortiguadores (buffers) del cuerpo.
ÁCIDOS Y BASES
ACIDOSIS METABÓLICA
http://www.uco.es/dptos/bioquimica-biol-mol/pdfs/06%20pH%20AMORTIGUADORES.pdf
SANGRE
Comprende glóbulos rojos y blancos ,una parte líquida sin células, el plasma. Muchos biólogas
incluyen la sangre en los tejidos conectivos porque se origina de células similares. La sangre tiene
dos partes, una llamada plasma y otra elementos figurados (se llama así porque tiene forma
tridimensional: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas; estos últimos son fragmentos de
células) .
El plasma es el líquido, tiene una coloración amarilla paja, puede variar; se forma de agua, sales
minerales, glucosa, proteínas (como albúminas y globulinas), algunos lípidos como el colesterol,
algunas hormonas principalmente.
PH DE LA SANGRE
¿CÓMO SE AFECTA ?
El transporte de bióxido de carbono plantea al organismo un problema especial por el hecho de que
cuando este gas se disuelve, reacciona reversiblemente con agua para formar ácido carbónico.
Las células del hombre en reposo elaboran unos 200 ml de bióxido de carbono por minuto. Si esta
cantidad tuviese que disolverse en el plasma ( el cuál sólo puede llevar en solución 4.3 ml CO2 por
litro),la sangre tendría que circular a razón de 47 litros por minuto en vez de cuatro o cinco. Además
dicha cantidad de bióxido de carbono daría a la sangre un ph de 4.5,condición imposible, pues las
células únicamente viven dentro de un corto margen en el lado alcalino de la neutralidad (entre 7.2 y
7.6).
Son los glóbulos rojos o eritrocitos, se forman en la médula roja de los huesos a partir de células
eritroblastos (las que dan origen),tienen forma de discos bicóncavos aplanados de 7 a 8 micras de
diámetro, la cantidad normal en el hombre es de 4.5 millones por cada mm cúbico de sangre. Su
función es el transporte de oxígeno y bióxido de carbono; son como bolsitas llenas de hemoglobina
(una proteína) que está constituida por núcleos o anillos pirrólicos y su centro está unido por un
átomo de hierro.
Las células al formarse en la médula, maduran u luego expulsan el núcleo y se convierten el
eritrocitos para circular en el torrente sanguíneo. Cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno se
ve rojo; si está lleno de bióxido de carbono se ve azul. Duran circulando 122 días, al envejecer son
retiradas.
Las célula rojas contienen el pigmento hemoglobina, que puede combinarse fácilmente en forma
reversible con el oxígeno. El oxígeno combinado como oxihemoglobina es transportado a las células
corporales por los glóbulos rojos.
--- Transporta a las células elementos nutritivos y oxígeno, y extrae de las mismas productos de
desecho;
--- Interviene en el equilibrio de ácidos, bases, sales y agua en el interior de las células
--- Toma parte importante en la regulación de la temperatura del cuerpo, al enfriar los órganos como
el hígado y músculos, donde se produce exceso de calor, cuya pérdida del mismo es considerable, y
calentar la piel.
--- Sus glóbulos blancos son un medio decisivo de defensa contra las bacterias y otros
microorganismos patógenos.
HEMOGLOBINA
Es el pigmento rojo que da el color en la sangre (puede tenerse una idea de la complejidad de la
hemoglobina por su fórmula: C3032H4816O870S8Fe ), cuya misión exclusiva es transportar casi
todo el oxígeno y la mayor parte del bióxido de carbono. La hemoglobina tiene la notable propiedad
de formar una unión química poco estrecha con el oxígeno; los átomos de oxígeno están unidos a
los átomos de hierro en la molécula de la hemoglobina. En el órgano respiratorio, pulmón, el
oxígeno se difunde hacia en interior de los glóbulos rojos desde el plasma, y se combina con la
hemoglobina (Hb) para formar oxihemoglobina (HbO2): Hb + O2 = HbO2. La reacción es reversible
y la hemoglobina libera el oxígeno cuando llega a una región donde la tensión oxígeno es baja,en
los capilares de los tejidos. La combinación de oxígeno con la hemoglobina y su liberación de
oxihemoblobina están controlados por la concentración de oxígeno y en menor grado por la
concentración de bióxido de carbono.
Algunos se forman en la médula roja, otros en el tejido linfático porque son de diferentes formas o
tipos. Hay en la sangre cinco tipos, ante todo están provistos de núcleo; al carecer de hemoglobina
son incoloros. Estos elemento pueden moverse incluso contra la corriente sanguínea, e insinuarse
por los intersticios de la pared vascular y así penetrar a los tejidos. Son menos numerosos que los
glóbulos rojos.
Dos de los tipos de glóbulos blancos, linfocitos y monocitos son producidos en el tejido linfoide del
bazo. el timo y los ganglios linfáticos. Loa otros tres, netrófilos, eosinófilos y basófilos, son
producidos en la médula ósea junto con los glóbulos rojos. Los tres contienen gránulos
citoplásmicos que difieren en tamaño y propiedades tintoriales:
Los linfocitos se producen en el tejido linfático, son esféricos, núcleo grande, una membrana con
muchas salientes, rugosa; estas son las fábricas reproductoras de anticuerpos. Están en una
proporción de 25-30%. La cantidad normal es de 7 500 - 10 000/mm3 de sangre.
Las plaquetas o trombocitos son pedasos de células, la que las origina se denomina megacariocitos,
se forman y pasan a la sangre y circulan. Intervienen en la coagulación sanguínea formando el
tapón plaquetal. La cantidad normal es de 400ml por cada mm cúbico de sangre.
PLASMA
Aunque la sangre aparece como un líquido rojo, homogéneo, al fluir de una herida , se compone en
realidad de un líquido amarillento llamado plasma en el cual flotan los elementos formes: glóbulos
rojos, los cuales dan su color a la sangre, glóbulos blancos y plaquetas. Estas últimas son pequeños
fragmentos celulares, convenientes para desencadenar el proceso de coagulación, los cuales
derivan las células de mayor tamaño de la médula ósea.
El plasma es una mezcla compleja de proteínas , aminoácidos , hidratos de carbono , lípidos , sales
, hormonas , enzimas , anticuerpos y gases en disolución. Es ligeramente alcalino , con un ph de
7.4. Los principales componentes son el agua (del 90 al 92 por ciento) y las proteínas (7 al 8 por
ciento).El plasma contiene varias clases de proteínas, cada una con sus funciones y propiedades
específicas : fibrinógeno , globulinas alfa , beta y gama , albúminas y lipoproteínas. El fibrinógeno es
una de las proteínas destiladas al proceso de coagulación ; la albúmina y las globulinas regulan el
contenido de agua dentro de la célula y en los líquidos intercelulares. La fracción globulina gamma
es rica en anticuerpos , base de la comunidad contra determinadas enfermedades infecciosas como
sarampión. La presencia de dichas proteìnas hace que la sangre sea unas seis veces más viscosa
que el agua. Las moléculas de las proteínas plasmáticas ejercen presión osmótica, con lo que son
parte importante en la distribución del agua entre el plasma y los líquidos tisulares. Las proteíonas
del plasma y la hemoglobina de los glóbulos rojos son importantes amortiguadores acidobásicos que
mantienen el ph de la sangre y de las células corporales dentro de una pequeña variación.
COAGULACIÓN DE LA SANGRE
Los animales han puesto en función mecanismos complejos para evitar la pérdida casual de la
sangre.En el ser humano la salida de sangre se evita mediante una sucesión de reacciones
químicas por las cuales se forma un coágulo sólido, con el fin de obturar la solución de continuidad.
La coagulación esencialmente función del plasma y no de los elemento formes, comprende la
transformación de una de una de las proteínas plasmáticas, el fibrinógeno, en fibrina insoluble. El
coágulo sucesivamente se contrae y deja azumar al exterior un líquido amarillo pajizo llamado
suero, similar al plasma en muchos aspectos, pero sin poder de coagulación por faltarle el
fifrinógeno. El mecanismo de la coagulación es muy complejo, por la intervención de diferentes
sustancias del plasma, de influencia mútua en tres series de reacciones. En cada una de las dos
primeras se produce una enzima, necesaria para la sucesiva.
http://100cia.com/monografias/quimica/la_sangre.html
Las proteínas son macromoléculas compuestas por unidades de alfa –aminoácidos que se unen entre sí
mediante enlaces petídicos y que alcanzan un peso molecular igual o superior a 5000 D.
El enlace peptídico, característico de estos compuestos, resulta de la reacción del grupo carboxilo de un
aminoácido con el grupo amino del otro aminoácido, lo cual da lugar a un enlace covalente de tipo
carbamida y que tiene algunas características peculiares como:
1. El enlace C-N tiene cierto carácter de doble enlace, por lo cual le confiere rigidez a la molécula.
2. El oxigeno y el nitrógeno quedan en posición trans.
3. Todos los elementos que lo componen el enlace se encuentran ubicados en el mismo plano .
4. La rotación de la molécula formada queda restringida a los carbonos alfa.
El gran número de aminoácidos que componen la molécula proteica determina que su estructura sea
extraordinariamente compleja, y que para poder estudiarla nos veamos precisados a dividirla
artificialmente en los llamados <<niveles de organización de la estructura proteica >>, de los cuales se
describen habitualmente 4, aunque algunos autores llegan a describir 5 o más.
Por supuesto que toda organización estructural que implique determinado orden requiere de la presencia
de una fuerza estabilizadora, que en el caso de las proteínas estaría constituida por diferentes tipos de
enlaces o interacciones físicas y químicas que se enuncian en el cuadro siguiente:
Nivel de organización Enlaces que lo mantienen
Terciario Puentes de hidrógeno entre las cadenas laterales de los aminoácidos, interacción
hidrofóbica, interacción electrostática, puentes disulfuro, enlace éster.
Cuaternario Los mismos que para el nivel terciario más las fuerzas de Van der Walls.
La complejidad estructural de las proteínas se manifiesta desde el punto de vista funcional en una gran
diversidad de funciones biológicas.
http://www.monografias.com/trabajos15/proteinas/proteinas.shtml
Los iones hidrógeno (H+) son moléculas químicamente muy reactivas, motivo por el cual existen múltiples
mecanismos para mantener su concentración plasmática estable y en niveles extremadamente bajos. Es
así como la concentración de hidrogeniones es de 36 a 44 nanoEq/l, valor más de tres millones de veces
más bajo que el de Na. El control de la concentración de hidrogeniones que mantiene el organismo es
muy estrecho, ya que pequeños cambios en su concentración pueden producir trastornos graves en
múltiples órganos. Así, por ejemplo, un aumento en la concentración de hidrogeniones de 40 a 70
nanomol/L produce depresión del sistema nervioso central, de la contractilidad miocárdica, hiperkalemia y
arritmias, entre otras consecuencias.
Los hidrogeniones provienen de diferentes moléculas, denominadas ácidos, que al estar en solución son
capaces de liberarlos al medio interno, a diferencia de las bases, que son moléculas capaces de captar
hidrogeniones.
El ácido más importante en los líquidos corporales es el ácido carbónico (H2CO3) que se forma por la
hidratación del CO2 proveniente del metabolismo de los hidratos de carbono y grasas, en una cantidad
aproximada de 13.000 mEq diarios. El ión bicarbonato (HCO-3) es una base fuerte, lo que significa que la
mayor parte de los hidrogeniones permanecen unidos a ella y que sólo una pequeña proporción queda en
solución (el equilibrio está desplazado hacia la izquierda). En cambio, las bases débiles como el Cl- tienen
poca afinidad por H+, por lo que la mayoría de los hidrogeniones están disueltos y disponibles para
reaccionar.
Otros ácidos importantes producidos por el organismo, aunque en cantidades muy inferiores al carbónico,
son los ácidos láctico, fosfórico, sulfúrico y clorhídrico. A diferencia del H2CO3, que puede eliminarse
como CO2 por el pulmón (H2CO3 -> CO2 + H2O), estos ácidos deben ser excretados por vía renal o
metabolizados por el hígado (ácido láctico).
Concentración de hidrogeniones o pH
El pH normal varía entre 7,36 y 7,44. El aumento de la concentración de H+, que se traduce en un menor
pH, se denomina acidemia, mientras que se llama alcalemia a la disminución de la concentración de H+,
lo que produce un aumento del pH. Es importante tener presente que el pH tiene relación con la
concentración de H+ libres en solución y no con los hidrogeniones unidos a una base.
La base más importante es el bicarbonato y su concentración en líquidos corporales es de 24±2 mEq/l.
EQUILIBRIO ACIDO-BASE
Son sustancias químicas que disminuyen los cambios de pH que se producen al agregar un ácido o una
base a una solución. Por ejemplo, si agregamos ácido clorhídrico a una solución sin tampón, la mayor
parte de los hidrogeniones quedan libres en la solución, debido a que el Cl- es una base débil. Por lo
tanto, el pH de esta solución suele ser muy bajo. En cambio, si la solución contiene la sal de un ácido
débil, por ejemplo bicarbonato de sodio, ocurre lo siguiente:
En esta ecuación simplificada se puede observar que los hidrogeniones formados por disolución del HCl
tienden a unirse con la base fuerte HCO3-, que tiene gran afinidad por H+. En consecuencia, sólo una
pequeña proporción de los H+ quedan libres y el pH baja poco.
El tampón más importante del organismo es el bicarbonato de sodio que reacciona produciendo ácido
carbónico. Este se desdobla en agua y CO2, y este último gas es eliminado rápidamente a través de la
ventilación que aumenta en la medida que sube la concentración de CO2. Otras sustancias que actúan
como tampones significativos son la hemoglobina, algunas proteínas, fosfatos y carbonatos. La
importancia fisiológica de estas sustancias es obvia, ya que actúan instantáneamente, amortiguando las
variaciones de hidrogeniones libres cuando se produce un desequilibrio.
El riñón participa en forma importante en la manutención del equilibrio ácido base a través de dos
mecanismos principales. Por una parte, es capaz de regular las pérdidas urinarias del bicarbonato
circulante, debido a que puede excretar los excesos de bicarbonato o reabsorber el bicarbonato filtrado, si
es necesario. Por otra parte, el riñón es capaz de excretar hidrogeniones, en la forma de H2PO4- y de
NH4+. Durante este proceso se genera nuevo bicarbonato, lo que hace posible el reemplazo del que se
consumió al tamponar los ácidos fijos. Estas funciones están íntimamente imbricadas con la regulación
de la concentración sérica de Na+ y K+, de manera que las alteraciones de la volemia y de estos
electrolitos pueden interferir en la manutención del equilibrio ácido base y viceversa.
Se pueden identificar fácilmente en la mayoría de los casos analizando los valores de pH y PaCO2 en
sangre arterial. Clásicamente, se distinguen las alteraciones de origen respiratorio de las de causa no
respiratoria, que usualmente se denominan metabólicas. En consecuencia existen cuatro alteraciones
básicas:
1) acidosis respiratoria
2) acidosis metabólica
3) alcalosis respiratoria
3) alcalosis metabólica
Ocasionalmente pueden coexistir dos tipos de alteraciones en conjunto, los llamados trastornos mixtos.
Además, con el análisis del pH y PaCO2 es posible determinar si un trastorno está o no compensado.
Acidosis respiratoria
Se produce en cualquiera enfermedad que disminuya la ventilación alveolar, con lo cual se retiene CO2
(PaCO2 >45 mm Hg), lo que aumenta la concentración de H2CO3 y, por lo tanto, la de hidrogeniones. Las
enfermedades que producen hipoventilación alveolar se analizarán en detalle en el capítulo
correspondiente, siendo aquellas que pueden afectar el control de la ventilación, las vías nerviosas, los
músculos respiratorios, la caja torácica, las vías aéreas o el pulmón. La compensación renal, con
aumento del bicarbonato plasmático, es generalmente parcial y ocurre en los casos de evolución mayor a
dos o tres días. Esto se puede apreciar mejor en los siguientes ejemplos:
pH =↓ 7,22
PaCO2 = ↑ 70 mm Hg
HCO3 = ↑ 27,4 mEq/l
pH = 7,36
PaCO2 = ↑ 70 mm Hg
HCO3 = ↑ 35 mEq/l
En este último caso el aumento de CO2 es igual al anterior, pero como hay compensación renal, con
aumento del bicarbonato, el pH es mayor.
Alcalosis respiratoria
Es el trastorno opuesto al anterior, ya que se debe a hiperventilación alveolar que determina una caída de
la cantidad de CO2 (PaCO2 < 35 mm Hg) y por lo tanto, una disminución de la concentración de
hidrogeniones. Se produce por una mayor estimulación de los centros respiratorios por fiebre,
condiciones que cursan con hipoxemia como altura o enfermedades pulmonares, progesterona exógena
o su aumento fisiológico en el embarazo, hipotensión arterial, dolor, ansiedad, etcétera. La compensación
renal en los casos crónicos es muy eficiente, ya que la disminución del bicarbonato puede llevar el pH a
valores normales.
pH = ↑ 7,53
PaCO2 = ↓ 23 mm Hg
HCO3 = ↓ 18,7 mEq/l
pH = 7,38
PaCO2 = ↓ 23 mm Hg
HCO3 = ↓ 14,2 mEq/l
En este último ejemplo la caída de PaCO2 es igual a la de la alcalosis no compensada, pero como en
este caso existe compensación renal, con caída del bicarbonato, el pH es normal.
Acidosis metabólica.
a) Aumento de la producción de ácidos, como ocurre por ejemplo en enfermos con mayor
metabolismo anaeróbico (acidosis láctica) en casos de shock, o mayor producción de ketoácidos en el
ayuno o en la diabetes mellitus descompensada (ketoacidosis).
d) Intoxicación con sustancias que generen ácidos, como ácido acetilsalicílico o metanol.
pH = ↓ 7,23
PaCO2 = 35mm Hg
HCO3 = ↓ 19,2mEq/l
pH = 7,32
PaCO2 = ↓27mm Hg
HCO3 = ↓13mEq/l
Alcalosis metabólica
Ejemplo: pH = ↑ 7,50
PaCO2 = ↑50mmHg
HCO3 = ↑ 57,5 mEq/l
CONSECUENCIAS FISIOLÓGICAS
Acidosis
Alcalosis
También en este caso existen múltiples alteraciones, entre las cuales la más característica es la tetania,
que se observa especialmente en alcalosis de rápida instalación. Ella es debida a una reducción del calcio
iónico, debido a que en alcalosis existe una mayor afinidad de las proteínas transportadoras por este ión,
aumentando la excitabilidad neuromuscular. Además, se produce hipokalemia debido a entrada de K+ al
intracelular. También en este caso el mayor problema es el aumento en la susceptibilidad para desarrollar
arritmias. El tratamiento está dirigido a corregir las causas del trastorno de base.
http://escuela.med.puc.cl/paginas/cursos/servicio/meb203b/ProgramaClasesEnfermeria/Apunte5.doc
RADICALES LIBRES
Radical libre
Los radicales libres se producen en la respiración con la presencia de oxígeno que aunque es
imprescindible en la vida celular de nuestro organismo, también se producen estas moléculas reactivas,
que provocan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud debido a su capacidad de alterar el
ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas ("oxidación"). En nuestro cuerpo existen células que
se renuevan continuamente como las células de la piel, del intestino, y otras que no como las células del
hígado y las neuronas. En el transcurso de los años, los radicales libres pueden producir una alteración
genética sobre las células que se dividen continuamente contribuyendo a aumentar el riesgo de cáncer
por mutaciones genéticas o bien, disminuyen la funcionalidad de las células que no se dividen tanto,
disminuyendo el número de mitocondrias, que es característico del envejecimiento.
Las situaciones que aumentan la producción de radicales libres son:
• La contaminación ambiental.
• El tabaquismo.
• Las dietas ricas en grasas.
• Exposición excesiva a las radiaciones solares.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Radical_libre"
Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón(e-) desapareado en capacidad
de aparearse, por lo que son muy reactivos.
Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el
fin de alcanzar su estabilidad electroquímica.
Una vez que el radical libre ha conseguido robar el electrón que necesita para aparear su electrón libre, la
molécula estable que se lo cede se convierte a su vez en un radical libre, por quedar con un electrón
desapareado, iniciándose así una verdadera reacción en cadena que destruye nuestras células. La vida
biológica media del radical libre es de microsegundos; pero tiene la capacidad de reaccionar con todo lo
que esté a su alrededor provocando un gran daño a las moléculas y a las membranas celulares. Los
radicales libres no son intrínsecamente malos. De hecho, nuestro propio cuerpo los fabrica en cantidades
moderadas para luchar contra bacterias y virus. Los radicales libres producidos por el cuerpo para llevar a
cabo determinadas funciones son neutralizados fácilmente por nuestro propio sistema. Con este fin,
nuestro cuerpo produce unas enzimas (como la catalasa o la dismutasa) que son las encargadas de
neutralizarlos. Estas enzimas tienen la capacidad de desarmar los radicales libres sin desestabilizar su
propio estado.
Las reacciones químicas de los radicales libres se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo y
son necesarias para la salud. Pero, el proceso debe ser controlado con una adecuada protección
antioxidante. Un antioxidante es una sustancia capaz de neutralizar la acción oxidante de los radicales
libres, liberando electrones en nuestra sangre que son captados por los radicales libres convirtiéndose en
moléculas inestables.
Nuestro organismo está luchando contra los radicales libres cada momento del día. El problema para
nuestra salud se produce cuando nuestro organismo tiene que soportar un exceso de radiales libres
durante años, producidos mayormente por contaminantes externos que penetran en nuestro organismo
productos de la contaminación atmosférica, el humo del cigarrillo que contiene hidrocarburos aromáticos
polinucleares, así como aldehídos que producen distintos tipos de radicales libres en nuestro organismo.
El consumo de aceites vegetales hidrogenados tales como la margarina y el consumo de ácidos grasos
trans como los de las grasas de la carne y de la leche también contribuyen al aumento de los radicales
libres.
La protección que debemos tener para evitar el aumento de los radicales libres en nuestro organismo que
aceleran la rapidez de envejecimiento y degeneración de las células de nuestro cuerpo es el consumo de
antioxidantes naturales tales como el beta caroteno(pro-vitamina A) presentes en la zanahoria, mango,
tomates, melón, melocotón, espinacas.
Vitamina E(tocoferol) es un antioxidante que mantiene la integridad de la membrana celular, protege la
destrucción de la vitamina A, previene y disuelve los coágulos sanguíneos y retarda el envejecimiento
celular. Se encuentra en muchas frutas y vegetales tales como: El aguacate(30 ), boniato(50 ),
espárragos(25 ), espinacas(20 ), tomates(12 ), bróculi(11 ), moras (10 ) y zanahorias(5 .)
La vitamina C(ácido ascórbico) es otro de los antioxidantes naturales que destruyen el exceso de
radicales libres. Necesaria para producir colágeno, importante en el crecimiento y reparación de las
células de los tejidos, encías, vasos, huesos y dientes, y para la metabolización de las grasas, por lo que
se le atribuye el poder de reducir el colesterol. Investigaciones han demostrado que una alimentación rica
en vitamina C ofrece una protección añadida contra todo tipo de cánceres. Además de la prevención del
resfriado común y el fortalecimiento de las defensas del organismo. Las fuentes alimentarias de la
vitamina C son: Grosellas, pimiento verde, kiwi, limón (todos los que están antes del limón tienen mayor
contenido de vitamina C que éste y los que están después menor), fresas y coliflor, coles de bruselas,
naranjas, tomates, nabo y melón.
El selenio actúa junto con la vitamina E como antioxidante, ayudando a nuestro metabolismo a luchar
contra la acción de los radicales libres. Ayuda a protegernos contra el cáncer, además de mantener en
buen estado las funciones hepáticas, cardíacas y reproductoras. Es el más tóxico de los minerales
incluidos en nuestra dieta. La ingestión en dosis altas se manifiesta con pérdida de cabello, alteración de
uñas y dientes, nauseas, vómito y aliento a leche agria.
Fuentes alimentarias del selenio: Carne, pescado, cereales integrales y productos lácteos. Las verduras
dependerán de la tierra en la que se ha cultivado.
Los flavonoides son compuestos polifenólicos encontrados en las plantas como frutas y vegetales, que
son excelentes antioxidantes. Comúnmente se encuentran también en el té (principalmente té verde) y en
el vino.
En las frutas que fueron cosechadas hasta su maduración se encuentran gran cantidad de flavonoides,
carotenoides, licopenes, zantinas, índoles y luteínas, todos con una potente acción antioxidante.
En resumen si queremos evitar el envejecimiento y las enfermedades causadas por el exceso no
controlado de radicales libres en nuestro cuerpo, tenemos que llevar una vida sana, sin consumir
cigarrillo(tabaco) y tener una dieta libre de grasas saturadas y ácidos grasos trans que puedan aumentar
el colesterol malo y éste formar colesterol oxidado que contribuye a la arteriosclerosis.
http://www.lukor.com/ciencia/radicales_libres.htm
liberan cuando el alimento es metabolizado en nuestras células para producir energía. También se
producen por influencias externas cuando nuestro organismo recibe el impacto de diversos contaminantes
o radiaciones. La inestabilidad de los radicales libres se debe a que han perdido uno de sus electrones e
intentan reponerlo tomándolo de otros átomos. Esto crea una reacción en cadena que ocasiona grandes
daños a nuestras células, daZos que se manifiestan en envejecimiento y un buen número de
enfermedades.
Sin embargo, esta misma característica, además de hacer del oxígeno esencial a la vida lo convierte en
un elemento altamente tóxico y peligroso. En el proceso de reaccionar con otros átomos y moléculas el
oxígeno se transforma en una amplia variedad de sustancias conocidas como oxidantes, entre las cuales
se encuentran los radicales libres. Los radicales libres cumplen numerosas funciones útiles en el
organismo pero también tienen el potencial de dañar nuestras células y el material genético allí contenido.
Además del metabolismo celular, existen otras fuentes de radicales libres tales como: los rayos
ultravioletas del sol, los escapes de los automóviles, la contaminación ambiental y el humo del cigarrillo.
En adición, nuestro propio cuerpo produce radicales libres con propósitos específicos. Uno de estos es el
de protegernos contra agentes externos. Un ejemplo es el de las células blancas del sistema
inmunológico conocidas como neutrófilos y macrófagos. Estas células utilizan grandes cantidades de
oxígeno con el cual producen radicales libres que se unen con las bacterias o virus invasores,
matándolos.
Por otra parte, los radicales libres también se unen a varias sustancias químicas del cuerpo, entre las que
se encuentra el ADN, provocando daños en las mismas. Se estima que el ADN de cada célula es
golpeado unas 10,000 veces cada día por radicales libres. Nuestro cuerpo posee una serie de
mecanismos biológicos para desactivar estos radicales libres y otros destinados a reparar el daño
causado por estos. Sin embargo con el paso de los años se van acumulando daños que no pudieron ser
reparados debido a ineficiencias del sistema. Los mecanismos de reparación de daños también van
disminuyendo en efectividad con lo cual la acumulación de daños se acelera. Eventualmente los daños
que se producen superan por mucho la capacidad de reparación del organismo. El resultado de todo esto
es que nuestro cuerpo se torna menos funcional al igual que más débil y vulnerable ante las
enfermedades. El primer paso en esta dirección parece ser la creación de radicales libres a una velocidad
y en una cantidad que supera la capacidad del cuerpo para liberarse de ellos. A esta condición se le
conoce como estrés oxidativo. Se ha estimado que el estrés oxidativo contribuye al desarrollo de más de
sesenta enfermedades degenerativas tales como: artritis, cataratas, cáncer, condiciones cardíacas,
problemas del sistema inmunológico y del sistema nervioso.
En la actualidad gran parte de las investigaciones acerca de los radicales libres se concentran sobre los
efectos de éstos sobre las mitocondrias. Las mitocondrias son estructuras, dentro de las células,
dedicadas a la producción de energía.
Las membranas de nuestras células y muy especialmente las del cerebro, poseen una gran cantidad de
grasas polinosaturadas. Este tipo de grasa es muy susceptible a la oxidación produciendo gran cantidad
de radicales libres que eventualmente daZan la célula. Las moléculas dañadas por los radicales libres se
acumulan formando una sustancia o pigmento conocido como lipofuscina que obstruye el funcionamiento
normal de la célula. La lipofuscina se manifiesta en forma de manchas amarillentas en diferentes partes
del cuerpo, particularmente en el hígado, cerebro, y corazón. La lipofuscina es también causa principal de
las cataratas y se encuentra presente en lo que se conoce como “manchas de la vejez” que se producen
Uno de los resultados del proceso de fotosíntesis por el que las plantas producen su energía es la
liberación de oxígeno. Por lo tanto, las plantas también necesitan protegerse de los efectos dañinos de
éste. Para esto han desarrollado diversas sustancias antioxidantes.
Un dato importante acerca de los antioxidantes es que ninguno tiene la capacidad de controlar los
diversos tipos de radicales libres y productos de oxidación que se producen en el organismo. Algunos
antioxidantes se encargan de un tipo de radical libre mientras que otros se encargan de otros. Otro dato
importante es que una vez un antioxidante lleva a cabo su labor protectora se convierte también en un
radical libre. En ese momento varias cosas pueden suceder. Otro antioxidante puede venir en su auxilio y
regenerarlo, también el antioxidante puede autodestruírse o en el peor de los casos puede reaccionar con
alguna parte de la célula causando daños. Por esta razón muchos investigadores entienden que no es
saludable concentrarse en ingerir grandes cantidades de uno o dos antioxidantes sino que es importante
ingerir una variedad de estos
http://www.saludparati.com/radicaleslibres.htm
Anión Superóxido
La principal fuente de origen de los radicales libres es la respiración, ya que entre un 1 y un 3% del
oxígeno consumido se transforma en EROs.
Sin embargo, las Especies Reactivas de Oxígeno también se producen en el organismo como respuesta a
la exposición a radiaciones ionizantes, rayos ultravioleta, contaminación ambiental, humo de cigarrillos,
algunos fármacos, hiperoxia, exceso de ejercicio e isquemia, e incluso durante el proceso de digestión de
los alimentos.
http://www.bio.puc.cl/vinsalud/boletin/22radical.htm
DESDE YA HAY QUE DEJAR EN CLARO QUE, CONTRARIAMENTE A LO QUE ALGUNOS PUEDEN
PENSAR, NO SE TRATA DE PERSONAJES QUE SE HAYAN LIBERADO DE ALGUNA FRACCIÓN DEL
RADICALISMO. POR EL CONTRARIO, NADA TIENEN QUE VER CON ELLO, YA QUE SON ESPECIES
QUÍMICAS QUE ESTÁN METIDAS PRÁCTICAMENTE EN TODO LO QUE NOS RODEA,
PARTICIPANDO E INTERVINIENDO EN UNA ENORME VARIEDAD DE PROCESOS QUÍMICOS. A
PESAR DE SU IMPORTANCIA, SÓLO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS SE HA PODIDO COMPROBAR LA
TRASCENDENCIA DE SU GESTIÓN, GRACIAS AL PROGRESO TECNOLÓGICO QUE HA PERMITIDO
CONTAR CON SOFISTICADOS SISTEMAS E INSTRUMENTOS DE DETECCIÓN. MEDIANTE ELLO SE
ESTÁ LLEGANDO A ENTENDER LAS ENORMES IMPLICANCIAS DE ESTAS ESPECIES QUÍMICAS,
QUE DESDE YA HAY QUE SEÑALAR QUE SON MUY INESTABLES Y ALTAMENTE REACTIVAS. DE
ALLÍ SU PELIGROSIDAD Y UTILIDAD.
Lo peligroso que pueden ser estos radicales se demostró en Junio 28 de 1986, en la trágica explosión del
transportador espacial “Challenger”, que estalló en el aire, desapareciendo toda su tripulación. Ello
sucedió cuando un anillo defectuoso del estanque central de propulsión dejó escapar gases calientes que
comenzaron a quemar la cara externa de él. En cuestión de segundos, las llamas alcanzaron a los
estanques laterales, que contenían hidrógeno como combustible y oxígeno líquido oxidante. Se produjo
así la mezcla incontrolada de hidrógeno y oxígeno, produciendo inmediatamente una tremenda explosión,
que no era sino el resultado de la reacción de los radicales libres que se formaron.
Pero esta no fue la primera vez que han causado desastres. Hace 60 años (1937), también como
consecuencia de una reacción basada en radicales libres, estalló el dirigible alemán Hinderburg, una nave
aérea llena de hidrógeno, se incendió en segundos, matando a 36 personas entre pasajeros y tripulación.
En esa ocasión, una chispa (tal vez debida a descarga de electricidad estática de la atmósfera, o quizás a
un sabotaje), fue la causante que se formaran radicales libres al mezclarse el hidrógeno que se escapaba
de la nave con el oxígeno atmosférico. Estos dos ejemplos nos señalan lo violentos que pueden ser estos
radicales libres.
En forma no tan violenta, estos mismos radicales libres están metidos en muchos procesos, desde
aquellos que proporcionan el equilibrio en el balance de la vida, hasta aquellos que son esenciales para la
vida misma, o, por el contrario, para que ésta ya no pueda continuar. Pero no sólo en las funciones del
organismo están metidos, sino que en casi todo lo que nos rodea.
La luz solar, en la alta atmósfera, genera radicales libres. Los motores a combustión, deben su
funcionalidad a los radicales libres, ya que actúan como intermediarios en la generación de energía a
partir del combustible. Al mismo tiempo, el proceso de combustión de los hidrocarburos contenidos en el
combustible, libera radicales hacia la atmósfera, donde contribuyen a la contaminación.
Al quemar madera o papeles, también se producen radicales libres. El Random que puede liberarse en
nuestras casas, también genera radicales libres cuando éste alcanza a los pulmones, lo que de acuerdo a
algunos expertos, puede producir un cáncer pulmonar. Por otra parte, las radiaciones que se usan para
curar el cáncer, mata a las células vía la formación de radicales libres. Un asado a la parrilla, adquiere el
exquisito sabor gracias a la reacción de los radicales libres. Pero son también los radicales libres los
culpables que las grasas y aceites se enrancien. También los radicales libres están metidos en la industria
y son esenciales, por ejemplo, en la producción de polímeros, como en los plásticos de polietileno.
El concepto de radicales libres se originó en el siglo pasado, cuando por primera vez los químicos
orgánicos observaron que ciertos grupos de átomos dentro de una molécula, durante las reacciones
químicas, parecían saltar de una molécula a otra. Cuando un radical se salía de una molécula, llegaba a
ser libre. De allí su nombre. Pero al fin del siglo, en la medida que mejoraron los métodos analíticos, y no
se pudo comprobar la existencia real de estos radicales libres, los científicos llegaron a dudar de su
existencia.
Fue en el año 1900, que el químico Moisés Gomber, que trabajaba en la Universidad de Michigan, afirmó
que había descubierto el primer radical libre. Mientras trataba de sintetizar un nuevo compuesto, había
creado un radical libre, el radical trifenilmetil. A diferencia de todos los radicales que ahora sabemos que
tienen una vida muy corta, este extraño radical era más estable, por lo que pudo estudiarse por los
métodos químicos convencionales. Con todo, como sucede muchas veces en la investigación científica,
este anuncio no tuvo mayor eco, sepultándose de nuevo los radicales libres por otros 30 años.
Fue durante la Segunda Guerra Mundial, en que Estados Unidos dejó de tener acceso al caucho natural
del Sudeste Asiático y de la India, que los radicales libres tomaron de nuevo actualidad. Ello debido al rol
clave de los radicales en la química de los polímeros. A partir de entonces se comenzaron a conocer las
propiedades básicas de los radicales libres y las tremendas posibilidades en sus aplicaciones industriales.
El desarrollo de polímeros, como el neoprén (una goma sintética) y la química de los plásticos, dio un
gran soporte a la investigación de esta área, y el rol que los radicales libres jugaban en el proceso de
polimerización.
Entre los años 1940 y 1960, con el desarrollo de la energía nuclear y el estudio del efecto de las
radiaciones (que son mediadas por reacciones de radicales libres), despertó un enorme interés por
conocer más acerca de ellos. De allí comenzó el interés por conocer las funciones de estos radicales en
toda la biología celular. Más tarde, el fantástico desarrollo de la electrónica, permitió fabricar ins-trumental
que pudo detectar lo efímero de los radicales libres, que existían por tiempos tan cortos como mil
millonésimas de segundos. ¡Con razón antes nadie los había podido detectar!
¿Qué son los radicales libres? ¿Es efectivo que es-tán en todas partes de nuestro medio ambiente?
¿Cómo es que están ellos comprometidos en tantos procesos diferentes? Ha sido el conocimiento de las
propiedades básicas de estos radicales lo que nos han ayudado a contestar estas preguntas.
Por ejemplo, consideremos una molécula hipotética, consistente en un átomo A y un átomo B, expresada
en esta forma A:B. En este caso, los puntos entre los dos átomos indican la unión química entre ellos,
compuestas por un par de electrones que los comparten ambos átomos. Bajo condiciones muy extremas,
como una temperatura muy alta o una exposición a radiaciones, esta unión puede quebrarse,
produciéndose así dos radicales libres separados: A. y B., en que cada uno queda con un electrón no
pareado.
A:B ® A. + B.
¿Qué significa un electrón no pareado? Todo átomo a molécula estable tiene electrones pareados, y el
número total de electrones que participan en las uniones son siempre así. Los radicales libres, por el
contrario, tienen un número inusual de electrones y son inestables, en un estado de alta energía. El
radical libre, en estas condiciones, busca a toda costa otro electrón para poder parearse. Es esta intensa
búsqueda la que hace a estos radicales libres extremadamente reactivos. Tan pronto como este radical
choca con una molécula u otro radical, captura o comparte un electrón y desaparece rápidamente de la
reacción.
En otros tipos de reacciones, los radicales libres pueden combinarse entre sí y de este modo se quedan
tranquilos, porque forman una molécula estable, al combinar ambos electrones no pareados.
A. + A. ® A:A (o A-A)
Pero el poder destructivo de estas reacciones se manifiesta cuando un radical libre actúa robando un
electrón. En esta forma, él se estabiliza tomando un electrón ajeno o un átomo H a una molécula estable
(M), que puede tener uno o muchos átomos de hidrógeno.
A. + M ® A- + .M+
En esta reacción, el radical A• llega a ser un ion estable, y la molécula M pasa a ser inestable, es decir un
radical ion M• muy reactivo. Este tipo de proceso de auto perpetuación es el que hace especialmente
dañino a los radicales libres en los sistemas biológicos.
En resumen, podríamos definir un radical libre “como un átomo o una molécula que presenta uno o más
electrones desapareados”. Debido a la necesidad de los radicales libres de alcanzar el pareamiento de los
electrones, se considera que ellos pueden comportarse como agentes “oxidantes” o “reductores”, ya sea
que actúen substrayendo o aportando electrones a otro átomo o molécula. Esto es muy importante en un
medio biológico.
Un radical de vida extremadamente corta y de gran relevancia biológica es el (•OH) o radical hidroxilo.
Este se genera al partirse la molécula de agua, por ejemplo, debido a una radiación ionizante como son
los rayos X o por la acción de rayos gama.
En el cuerpo humano u otros organismos vivos, este radical hidroxilo (•OH) tiene una vida
extraordinariamente corta, ya que el ambiente biológico es rico en moléculas, lo que hace que las
colisiones entre ellas sean muy frecuentes. Esta vida efímera y el hecho de que no pueda aislarse en un
tubo de ensayo, hacen muy difícil su estudio. Por esa razón, los radicales libres propios de sistemas
biológicos hay que estudiarlos en sistemas simples que simulen las condiciones encontradas en los
organismos. Basados en estas evidencias indirectas experimentales, es que los científicos han llegado a
la conclusión que en la terapia de irradiación que se usa para tratar el cáncer, se genera este radical libre
(radical •OH), y es este el que mata a las células.
Sin embargo, se han logrado también evidencias reales de su existencia. El radical hidroxilo es excitado
por fuentes de energía como la luz o las micro ondas, que son muy específicas para este radical. Allí, en
condiciones experimentales, en que no hay otras moléculas, él tiene una larga duración. Del mismo modo,
la radio astronomía detecta también radicales (•OH) en el espacio interestelar, confirmando así su
existencia. El espacio interestelar está relativamente vacío, y por la tanto allí no hay encuentro con
moléculas u otros radicales, por lo que estos son de larga vida. Es decir, han sido estas condiciones
excepcionales las que han dado la evidencia directa de su existencia.
LOS RADICALES LIBRES EN LOS SISTEMAS BIOLÓGICOS
Ya hace más de cuarenta años que se descubrió que en el interior de las células también se forman
radicales libres, y que estos además de cumplir funciones celulares muy especificas, pueden llegar a ser
tóxicos para las propias células que los producen o para células cercanas o que estén en contacto en un
tejido u órgano. Tal es el caso del oxígeno, ya que aún cuando se trata de una molécula muy estable, su
participación en algunas funciones del metabolismo celular, lo convierten en diferentes especies reactivas,
algunas de ellas con carácter de radicales libres. Estos radicales libres constituyen el producto o son
utilizados para realizar importantes funciones celulares, especialmente donde la reactividad del oxígeno
molecular es insuficiente.
La formación y la intervención de los radicales libres del oxígeno en los organismos eucarióticos (con
núcleo celular), es un proceso regulado con mucha precisión. La célula forma radicales libres y también
degrada estrictamente lo necesario, con el fin de disponer de su reactividad, pero también de evitar el
daño derivado de una formación no controlada. Sin embargo, diversas circunstancias, tanto de carácter
intrínseco como extrínseco, y a la actividad bioquímica de la célula, llevan a que ésta pierda el control en
la formación y manejo de los radicales libres. Este desequilibrio en la formación y utilización de los
radicales libres a nivel tisular, es lo que se conoce como “estrés oxidativo”. Esto es un proceso de
oxidación no controlado que ocasiona daño celular y eventualmente la muerte celular. Muchas
alteraciones de la función celular y también muchas patologías celulares se atribuyen hoy en día al
desarrollo de un estrés oxidativo. De esta manera, ya se utiliza cada vez con mayor frecuencia el término
de “patologías por estrés oxidativo”, entendiendo por tales aquellas anomalías funcionales o patológicas
claramente definidas, que involucran la participación de radicales libres.
Tal como ya se señaló, la utilización del oxigeno a nivel celular permite que una pequeña fracción de éste
sea convertida a radicales libres. El proceso de reducción del oxigeno molecular ocurre en cuatro etapas
que involucran, cada una de ellas, la incorporación de un electrón a la molécula. Así se forma el radical
libre “superóxido” (02•). Posteriormente se forma el peróxido de hidrógeno (H202), que aunque no es un
radical libre, es de gran reactividad. Un nuevo proceso de reducción transforma el peróxido de hidrógeno
en el radical libre hidroxilo (•OH), y finalmente se forma como producto final el agua. El radical superóxido
es poco reactivo y tiende a reaccionar consigo mismo dando origen a un proceso conocido como
“dismutación”, que lo transforma en peróxido de hidrógeno y oxígeno molecular. El aspecto más relevante
de esta reacción es que el radical superóxido puede además reaccionar con el producto de su propia
dismutación (el peróxido de hidrógeno), formando, entre otros productos, el radical libre hidroxilo,
considerado como uno de los productos más reactivos del oxígeno (ver figura 5).
Es decir, constantemente y como producto del metabolismo normal de una célula, se estarían generando
una cierta cantidad de radicales libres del oxigeno. El desequilibrio entre la formación y utilización de
estos radicales libres generaría un estrés oxidativo.
Mientras más se avanza en el conocimiento de los procesos metabólicos que ocurren en el interior de la
célula, más se conoce la importante función de los radicales libres. Además del rol que tienen en la
mitocondria y en la fracción del retículo endoplásmico liso, se han identificado otras funciones celulares
donde también intervienen los radicales libres oxigenados. Los fagocitos de la sangre son un ejemplo,
como también los macrófagos, los leucocitos y los leucocitos polimorfo nucleares. Todos ellos, en sus
mecanismos de defensa contra las bacterias y virus, utilizan un mecanismo generador de radicales libres.
En la síntesis de prostaglandinas, también se utilizan radicales libres, del mismo modo que en la síntesis
del colesterol y las hormonas esteroidales. La hidroxilación de los aminoácidos lisina y prolina a
hidroxilisina e hidroxiprolina respectivamente, necesarios para la biosíntesis del colágeno, requiere de la
participación del radical libre hidroxilo. Así cada día se van conociendo nuevas funciones en las que
intervienen los radicales libres.
Si bien es cierto que los radicales libres son elementos fundamentales en el metabolismo, también
constituyen un riesgo, especialmente para las grandes moléculas. Es así como los ácidos nucleicos, las
proteínas, los carbohidratos polimerizados (polisacáridos) y los lípidos, son preferentemente dañados por
los radicales libres oxigenados. En la molécula del DNA se pueden producir rupturas y numerosos otros
daños y sus efectos pueden producir mutaciones y eventualmente cáncer. También los aminoácidos que
forman las proteínas pueden sufrir alteraciones que modifican su estructura molecular, impidiendo su
acción biológica. En el caso de las enzimas (que son proteínas), el daño puede impedir su acción
catalizadora. También los polisacáridos, que desempeñan funciones de protección y/o lubrificación de los
epitelios, pueden ser afectados, disminuyendo así las defensas y favoreciendo las inflamaciones. Los
lípidos, especialmente aquellos que contienen ácidos grasos poli-insaturados, son especialmente
susceptibles a desarrollar procesos de oxidación no controlados, inducidos por los radicales libres del
oxígeno. Ello significa daños importantes en las membranas celulares, donde estos ácidos grasos
desempeñan una función fundamental. Como consecuencia se alteran todos los procesos bioquímicos
celulares, al dificultarse la función seleccionadora de las membranas. Finalmente, ya existe consenso que
los radicales libres inducen el envejecimiento. El concepto que “envejecemos porque nos oxidamos”, ha
sido utilizado por diversos autores. Existen numerosas evidencias sobre la acumulación de productos de
oxidación en los individuos envejecidos.
Ya se conoce bastante bien como la célula se defiende del estrés oxidativo. Para combatirlos, ellas
utilizan componentes enzimáticos y componentes no enzimáticos. Los componentes enzimáticos son
básicamente tres: la enzima superóxido dismutasa (SOD), la enzima glutation peroxidasa (GSHPx) y la
enzima catalasa (CAT). La enzima SOD destruye a los radicales libres superóxido. Su actividad se
relaciona con las células aeróbicas (que requieren oxígeno). La enzima GSHPx, se relaciona
principalmente con las membranas celulares. Destruye a los peróxidos orgánicos formados en los ácidos
grasos poli-insaturados de las membranas, como producto del ataque de radicales libres oxigenados.
También reacciona activamente con el peróxido de hidrógeno, destruyéndolo. Finalmente, la enzima CAT
destruye al peróxido de hidrógeno formado en los peroxisomas (organelo intracelular), como producto de
la actividad metabólica. Esta enzima es particularmente importante en el glóbulo rojo, ya que en estas
células, que no poseen peroxisomas en su estado maduro, la enzima está libre en el citoplasma
cumpliendo una actividad citoprotectora de gran relevancia.
Los componentes no enzimáticos del sistema de defensa antioxidante son muy numerosos. Sin embargo,
los más importantes son el glutation reducido (GSH), la ceruloplasmina (proteína transportadora de cobre
en el plasma), la ferritina (proteína transportadora de hierro), el ácido úrico, la vitamina E, la vitamina C, el
betacaroteno (pro vitamina A), y los aminoácidos derivados de la taurina e hipotaurina. La actividad
antioxidante de estas moléculas no sólo depende del metabolismo celular, sino también de la nutrición, ya
que algunas de estas moléculas no son sintetizadas por el organismo y deben ser aportados por la dieta.
Cada vez se tiene mayor información del rol de los radicales libres del oxígeno en la génesis de diferentes
enfermedades. Muchos procesos inflamatorios que terminan en cáncer son atribuidos al efecto directo o
indirecto de un estrés oxidativo inducido por radicales libres. Tal es el caso de ciertos cánceres
esofágicos, del colon, cervicales y pulmonares. El efecto nocivo del humo del cigarrillo en los pulmones,
se debería a procesos inflamatorios crónicos con intervención de radicales libres. Algunas enfermedades
por autoinmunidad, también se atribuyen a efectos inducidos por radicales libres.
En la literatura médica, cada vez aparecen nuevas enfermedades cuyo factor causal último serían los
radicales libres. Así por ejemplo, la psoriasis (enfermedad muy rebelde de la piel), seria debida al estrés
oxidativo. También el Parkinson, el Alzheimer o la enfermedad de Lou Gering (enfermedad que padece el
físico teórico Stephen Hawking, que nos visitó recientemente). También se atribuyen a los radicales libres
las cataratas (opacidad del cristalino), que son frecuentes en la vejez, que serían debidas a la pérdida de
la actividad antioxidante del sistema ocular. También la aterosclerosis, que lleva a la formación de placas
en las arterias, produciendo trastornos vasculares, ataques cardiacos y cerebrales, enfermedades que
constituyen las principales causas de muertes del adulto. La vejez, y todos sus signos de deterioro
progresivo, también sería debido a la disminución de la eficiencia del sistema antioxidante, que es
necesario para defenderse constantemente de los radicales libres del oxígeno.
Los flabonoides pertenecen a un gran grupo de substancias con estructura polifenólica, presentes ya sea
en la corteza, semillas y frutos de una gran cantidad de vegetales. Los flabonoides son eficientes
atrapadores de radicales libres oxigenados, por lo cual pueden prevenir o retardar el daño oxidativo
producidos por estos. El vino tinto es también una importante fuente de flabonoides. Uno de los efectos
más interesante observado en diferentes flabonoides, se refiere a la capacidad protectora que ejercen
sobre la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), y por esto serían muy útiles para prevenir
enfermedades cardiacas producidas por oclusión de los vasos sanguíneos (ateromas).
Durante los últimos años, la industria farmacéutica ha elaborada diversos suplementos nutricionales que
contienen ya sea, varios tipos de flabonoides o vitaminas C o E, selenio, hierro, o zinc. Ellos son
recomendables para diferentes situaciones fisiológicas, tales como la edad, o cuando se hacen ejercicios
intensos a ayunos prolongados. También son útiles en situaciones emocionales, como el estrés laboral,
situaciones de ansiedad, crisis conductuales, o para prevenir los efectos del tabaco, el alcohol a las
drogas.
Por lo general puede afirmarse que estos antioxidantes exógenos contribuyen a la acción beneficiosa que
desarrollan los antioxidantes celulares. A nivel celular, las acciones pueden resumirse en:
a.- Estabilización de la membrana celular, protegiéndolas del daño de los radicales libres.
b.- Protección de las células pulmonares del daño oxidativo producido por la contaminación del
aire.
En todo caso, no existen contraindicaciones para el consumo de estos productos, y por el contrario,
abundan en la literatura médica los efectos favorables demostrados.
http://www.creces.cl/new/index.asp?tc=1&nc=5&tit=&art=981&pr=