tañeda Lossio, ha hecho reti- rar rar entre gallos y media no- che la estatua ecuestre de Pizarro que durante muchos años cabalgó simbólicamente en una esquina de Los hispanicidas la Plaza de Armas, frente al Pala- te peruanismo hemipléjico, que No era un personaje simí pretende abolir la vertiente espa- Por Mario Vargas Llosa sin duda, como no lo son le cio de Gobierno. Leo en un cable de agencia que, a juicio del burgo- ñola y occidental de un país que Jo- "~ ElJaTs quistadores por definición, maestre, esta estatua era "lesiva sé María Arguedas -alguien que sí de luego que su vida violent para la peruanidad". podía hablar del Perú indio con co- tes, repudie todas las demás. acciones beligerantes y a ve nocimiento de causa- definió con Parece asombroso tener que re- roces, y las malas artes de El arquitecto Santiago Agurto, mucho acierto como el de "todas cordar a estas alturas que el Ta- que llevaba ya años haciendo cam- menudo se valió para derr las sangres" y fundar la naciona- huantinsuyo desapareció pronto los incas, deben ser record paña para que se perpetrara este lidad peruana exclusivamente en hará quinientos años y que lo que hispanicidio, se apresuró a cantar criticadas por los historia el legado prehispánico, no han si- queda de él está indisolublemente sin olvidar, eso sí, que buen victoria: "Ese hombre a caballo do peruanos indios, sino distraí- fundido y confundido con otros con la espada desenvainada y el te de esa violencia que lo ac dos peruanos mestizos o peruanos muchos ingredientes dentro de la ñó toda su vida y que sus aa gesto violento, dispuesto a matar, de origen europeo que, al postular historia y la realidad contemporá- agrede a las personas. Como pe- derramaron a su alrededor semejante idea tuerta y manca del nea del Perú. Lástima que los seño- de los tiempos sangoinari ruano, siento que es ofensivo por Perú, perpetraban, sin advertirlo, res Castañeda Lossio y Agurto Cal- el aspecto que de Pizarro se elige que vivía y que idéntica TÍO una autoinmolación, pues se ex- vo no tengan del Perú la noción ge- y ferocidad hicieron patri perpetuar: el de conquistador". cluían y borraban ellos mismos de nerosa que tenían los Incas del Ta- Aquella placita, ya desbautizada, construcción del Tiafannli la realidad peruana. huantinsuyo. Ellos no eran nacio- en tan breve tiempo, oDali no se llamará más Pizarro sino Pe- rú -naturalmente-, y en lugar de En este caso la mezquindad no nalistas y en vez de rechazar lo qae que estuvo plagada de s a i la estatua del fundador de Lima lu- atañe sólo a la abolición de la ver- • no era incaico, lo incorporaban a injusticia, de trakianesFdd cirá en el futuro una gigantesca tiente española de la peruanidad. su mundo multicultural: los dioses ñcio de incontaUes gijmiM bandera del Tahuantinsuyo. Como El alcalde de Lima parece ignorar de los pueblos conquistados eran de inocentes. esta bandera nunca existió, cabe que el Tahuantinsuyo representa asimilados al Panteón cuzqueño y Está muy bien czititaraF! suponer que la está manufacturan- apenas unos cien años de nuestro desde entonces, al igual que los y defender Ja lüíatiÉy la j i do a toda prisa algún artista autóc- pasado, el tiempo de un suspiro en nuevos vasallos, formaban parte y losáBiedbaslmmBmmmBm tono y que la engalanará con mu- el curso de una historia que tiene integrante del imperio incaico. el presoile. t a n U á ^ d p chos colorines para que resulte más folklórica. La demagogia, cuando alcanza La estatua de Pizarrc; dejó de cabalgar simbólicamente en la Plaza de ciertos extremos, se vuelve poe- por decisión de un alcalde que quiere borrar las huellas de la conquista, sía, humor negro, disparate pata- físico, y, en vez de enojar, resulta bandera incaica que jamás existió. Con eso, tal vez tranquilice su divertida. Se habrá advertido que resolverá los horrores que se siguen perpetrando en el Perú de hoy los dos protagonistas de esta his- toria ostentan apellidos españoles a más no poder (Lossio ha de ser más de diez mil años de antigüe- "wEizarro y lo que llegó con él a italiano) y que, por lo tanto, sin los aun para aquellos r~-:zz*yí = dad. La bandera que se va a inven- nuestras costas -la lengua de Cer- esas nociones no eilstisr r: huesos que acaban de pisotear, tar para que flamee en la plaza Pe- vantes, la cultura occidental, Gre- sus ancestros jamás hubieran lle- contenido y resonancias srtj rú representará apenas a un seg- cia y Roma, el cristianismo, el Re- Pero a condición de rro -^ess gado a ese país cuya estirpe ta- mento minúsculo del vasto abani- nacimiento, la Ilustración, los De- huantisuyana (es decir, inca) rei- asumir la realidad entera, n co de culturas, civilizaciones y se- rechos del Hombre, la futura ci;l- componiéndola y murüándo vindican como la única válida de ñoríos prehispánicos -los mochi- tura democrática y liberal, etcéte- la "peruanidad". tificialmente para ba ñarse d< cas, los chimús, los aymarás, los ra- son un componente tan esen- na conciencia. Por lo demás, el indigenismo nazcas, los chancas, los puquinas, cial e insustituible de la peruani- truculento que aletea detrás de lo Criticar a Pizarro y a -os y muchos más- que fueron suce- dad como el imperio de los incas. quistadores, tratándose de p que han hecho no es indio en ab- diéndose en el tiempo, o mezclán- No entenderlo asi, si no es ignoran- soluto, sino otra consecuencia di- nos, sólo es admisible oom( dose hasta que, con la llegada de cia crasa, es un sectarismo ideoló- autocrítica, que debería ser recta de la llegada de los europeos los europeos, surgió de ese en- gico nacionalista tan erado y faná- a América, una ideología ya por severa y alargarse siempre i cuentro violento y cargado de in- tico como el que proclamaba no ha- la actualidad, pues muchos r fortuna trasnochada que hunde justicias -como han surgido to- ce mucho que ser alemán era ser sus raíces en el romanticismo na- horrores de la conquista y de das las naciones- la amalgama de ario puro, o el que proclama en corporación del Perú a la cu cionalista y étnico del siglo XIX, y razas, lenguas, tradiciones, creen- nuestros días que no ser musul- occidental se siguen perpetu que en el Perú hicieron suya inte- cias y costumbres que llamamos mán es no ser árabe, o que quien hasta hoy y los perpetradorc lectuales impregnados de cultura Perú. no es cristiano no es o no merece nen no sólo apellidos españc europea (que habían leído no en Ser tantas cosas a la vez puede ser europeo. europeos, sino también afric quechua, sino en español, italiano, serlo todo -una sociedad que en- asiáticos, y a veces indios. N francés e inglés). tronca directa o indirectamente No e r a simpático los conquistadores de hace El de mejores lecturas entre esos con el crucigrama de culturas di- Si hay algo de veras lesivo a la nientos años los responsabl indigenistas, el historiador Luis E. seminadas por el mundo, un ver- peruanidad es este nacionalismo que en el Perú de nuestros dí£ Valcárcel, un caballero de abolen- dadero microcosmos de la huma- racista y cerril que asoma su fea ya tanta miseria, tan espan' go españolísimo, llegó a sostener nidad- o puede no ser nada, una cabeza detrás de la defenestración desigualdades, tanta discrir que las iglesias y conventos colo- mera ficción de provincianos de la estatua de Francisco Pizarro, ción, ignorancia y explotado niales debían ser destruidos pues confusos, si en ese entramado un personaje que, les guste o no les no peruanos vivitos y coleanc representaban "el anti-Perú" (des- multirracial y multicultural que guste a los señores Castañeda Los- todas las razas y colores. pués borró esta frase del libro en el es nuestro país se pretende esta- sio y Agurto Calvo, es quien sentó Escribo esta nota en Color que la había estampado). En lo que blecer una identidad excluyente, las bases de lo que es el Perú y fun- un país que. a diferencia del 1 parece ser una constante, quienes que afirmando como esencia de la dó no sólo Lima sino lo que ahora donde todavía se dan brotes c de rato en rato han enarbolado es- peruanidad una sola de sus fuen- llamamos peruanidad. digenismo tan obtuso como e BJA - BIBLIOTECA JURIDICA ARGENTINA comento, ha asumido todo su pasa- do sin complejos de inferioridad, sin el menor resentimiento, y que, por lo mismo, está muy orgulloso de hablar en español -los bogota- nos lo hablan muy bien, sea dicho de paso, y algunos colombianos lo escriben como los dioses- y de ser, gracias a su historia, un país mo- derno y occidental. El conquista- dor Jiménez de Quesada da su nombre a una de las más elegantes avenidas de la capital y en ella hay un monumento a su memoria no lejos del bonito edificio que es se- de de la Academia de la Lengua y del Instituto Caro y Cuervo, un centro de estudios que es motivo de orgullo para todos quienes habla- mos y escribimos en español. El alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, cuyo origen lituano na- die considera "lesivo para la co- lombianidad" (¿se dirá así?), en vez de descuajar estatuas de con- quistadores e inventarse banderas chibchas, está'modernizando y embelleciendo la ciudad de Bogo- tá. Sigue en esto la política de su antecesor, el alcalde Enrique Pe- ñalosa-, perfeccionando su siste- ma de transportes (ya excelente) y estimulando su vida cultural y ar- tística de una manera ejemplar Plaza de Armas de Lima Por ejemplo, incrementando la Emplazará allí una red de bibliotecas -BiblioRed-, que el ex alcalde Peñalosa sembró conciencia, pero no en los barrios más deprimidos de la ciudad. Dediqué to'da vma maña- na á recorrer tres de ellas, la de El Tintal, la de el Tunal y especial- mente la envidiable Biblioteca Pú- blica Virgilio Barco. Magnífica- mente diseñadas, funcionales, en- riquecidas con videotecas, salas de exposiciones y auditorios don- de hay todo el tiempo conferen- cias, conciertos, espectáculos tea- trales; rodeadas de parques, estas bibliotecas se han convertido en algo mucho más importante que centros de lectura: en verdaderos ejes de la vida comunitaria de esos barrios humildes liogotanos, don- de acuden las familias en todos sus tiempos libres, porque en esos locales y en su entorno viejos, ni- ños yjóvenes se entretienen, se in- forman, aprenden, sueñan, mejo- ran y se sienten partícipes de una empresa común. No le haría mal al hispanicida que en mala hora eligieron los li- meños para poner al frente de la Municipalidad de Lima darse una vuelta por Bogotá y, obser- vando cómo cumple con sus debe- res su colega colombiano, descu- brir la diferencia que existe entre la demagogia y la responsabili- dad, entre la cultura y la ignoran- cia y entre la altura de miras y la pequenez. ,€' LA N/\CIO^