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Dr.

Pioquinto Ricardo Ojeda Monroy 1

La conciliación de la vida familiar y laboral


De los diversos problemas que afectan al género, consideramos
fundamental aquel que soporta el problema de la igualdad en la
construcción de una sociedad justa, a través de la distribución de
tiempos y recursos por parte del Estado, es decir, de la conciliación entre
la vida familiar y laboral. Sin embargo, consideramos fundamental
señalar que el fin de cualquier Estado en materia de Igualdad de
Oportunidades, no debe ser exclusivamente la distribución de recursos
y tiempos, sino el de la atribución. Para analizar la categoría de
atribución es pertinente la revisión de investigaciones realizadas por
Amartya Sen y Martha Nussbaum.
Los planteamientos sobre este tema suelen centrarse
básicamente en dos grandes líneas: unos estudian y analizan
preferentemente la distribución de tiempos que hombres y mujeres
dedican al trabajo familiar doméstico y/o al extra-doméstico; otros se
centran en el análisis, efectos y consecuencias de las políticas públicas,
así como su instrumentación jurídica. En este caso, nosotros sólo
haremos un repaso de los dos primeros tipos de estudio, ya que
consideramos que en materia de instrumentación jurídica el tema es muy
amplió y por lo tanto, merece ser estudiado específicamente, lo que no
puede tener lugar en el ámbito de esta investigación.
Podemos partir en nuestra consideración de aquellos problemas
que afectan al ámbito de la distribución, en cuanto se llama “conciliación
de la vida familiar y laboral” a las políticas instrumentadas por el Estado
benefactor en busca la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres en el ámbito doméstico y laboral, por lo que, en este sentido,
puede entenderse como parte de las políticas de igualdad de
oportunidades. Básicamente estas políticas intentan compatibilizar la
familia y el trabajo a través de medidas de conciliación en tiempo,

1
Profesor titular de la materia de Microeconomía, Macroeconomía y Evaluación de
Proyectos Sociales del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Xochimilco.
incentivos económicos y apoyos mediante la prestación de servicios
para el cuidado de los hijos.

Con relación al tiempo podemos señalar que existen dos medidas


principales, una de ellas son: Los horarios flexibles y los permisos. De
acuerdo con Ivy Koopmans en su artículo Conciliación de la vida laboral
y familiar en Europa la utilización de los horarios flexibles no siempre
responde a la conciliación de la vida familiar, pues se ha demostrado que
en muchas de las ocasiones quienes se acogen a estos responden a
diversos motivos, y en ocasiones tal medida puede dificultar la
conciliación de la vida familiar y laboral.

“Aunque con frecuencia se recurre a este tipo de medidas para conciliar la vida
laboral y doméstica, es preciso tener en cuenta que los trabajadores pueden
tener otros motivos para trabajar a tiempo parcial o para acogerse a las
medidas de flexibilización del tiempo laboral. También los empresarios suelen
tener otros motivos para introducir las medidas de flexibilización del tiempo
laboral- por ejemplo, reducir costes e impulsar la productividad y la
competitividad. Es más, la flexibilización del tiempo laboral puede dificultar la
conciliación de la vida doméstica y familiar; por ejemplo, en familias donde
ambos progenitores trabajen con horarios diferentes a los habituales es más
difícil organizarse para ajustarse a los horarios de las guarderías o de los
colegios. Por tanto, habrá que analizar también la calidad de los planes de
flexibilización del tiempo laboral en relación con la conciliación.” 2

En relación a los permisos por tiempo, estos pueden ser por


maternidad, por paternidad, permiso parental, permiso por cuidado de un
hijo, por nacimiento de un hijo y en algunos países como son los países
bajos y Reino Unido, permisos cortos por razones familiares.
Las ayudas económicas consisten en reducción de impuestos,
orientados al apoyo de familias con hijos basado en una tasación
que puede ser de dos tipos: La tasación conjunta y la tasación individual:

“En la tasación conjunta el ingreso obtenido por los miembros de la pareja se


suma para que el tipo impositivo dependa del total de ingresos de la unidad
2
KOOPMAS, I. (2006): Los desafíos de la conciliación de la vida familiar y profesional
en el siglo XXI. Madrid: Editorial Biblioteca nueva, p. 23.
familiar. En este sistema, la tasación del segundo ingreso (generalmente el
femenino) empieza en el tipo de interés marginal más alto alcanzado por el
primer ingreso. En un sistema progresivo este tipo impositivo será mayor que si
la pareja pagara impuestos por separado y, por consiguiente, supone un
desincentivo para los generadores de un segundo ingreso (mujeres en su
mayoría). La tasación conjunta puede ser obligatoria u opcional. Una variación
de la tasación conjunta es el sistema dividido, en el que los ingresos de los
hombres y las mujeres se suman y se dividen en dos partes iguales y el tipo
impositivo se aplica a la mitad del ingreso y luego es multiplicado por dos.” 3

Conviene señalar que este tipo de tasación puede ser aplicado a


la pareja o en su caso a la familia. En cambio la tasación individual es
independiente del nivel de ingresos de los otros miembros de la familia.
En el caso de los servicios podemos decir, que hay una gran
diversidad de servicios a la atención a menores. Es importante resaltar
que en la mayoría de los países encontramos dos tipos de servicios que
podemos considerar como formal e informal. Este último, es
proporcionado por algún miembro de la red familiar y/o social. En cambio
el cuidado formal es proporcionado por la red institucional. Los
principales tipos son los centros de día como son: guarderías, jardines
de infancia y ludotecas, y los de asistencia familiar diaria para el cuidado
de menores que se proporciona de forma individual.
Básicamente estos tipos de servicios son proporcionados por el
Estado del bienestar a quien Esping- Andersen en The three Worlds of
Welfare Capitalism4, considera que pueden ser de régimen liberal,
conservador/corporativo o de régimen socialdemócrata.
Estas medidas de conciliación de la vida familiar y laboral, buscan
consolidar y facilitar uno de los cambios más importantes concretamente
en Europa que ha sido la incorporación de las mujeres en al mercado de
trabajo. Sin embargo, esto no ha sido suficiente pues, como señalan
Gloria Moreno y Luis Toharia, en Mujer y mercado de trabajo: situación y
repercusiones sobre la conciliación de la vida familiar y laboral, la

3
Op. Cit., p. 35.
4
Véase ESPING-ANDERSEN, G. (1990): The Three Worlds of Welfare Capitalism.
Cambridge, Polity Press.
desigualdad de las mujeres en el mercado de trabajo, se centra
básicamente en la tasa de paro, al respecto comentan:

“La tasa de paro de las mujeres es superior a la de los hombres en todos los
grupos de edad, pero especialmente en los grupos de edad en los que la tasa
de actividad es mayor.” 5

Para Maria López López en su artículo Los problemas de la


conciliación de la vida laboral y familiar entre varones y mujeres, no
existen ninguna política capaz de lograr realmente la conciliación de la
vida familiar y laboral si esta no va acompañada de corresponsabilidad.
Pues, sostiene que ninguna política publica de conciliación familiar y
laboral de manera aislada, es capaz de alcanzar los objetivos
perseguidos.

“La clave fundamental está en combinar esas políticas publicas con los
cambios sociales necesarios que permitan a las mismas obtener los mejores
resultados. Y para ello, parece imprescindible hablar no sólo de conciliación
sino también de correspondencia.” 6

El IV Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y


Hombres 2003-2006, vigente en España dedica parte de sus objetivos a
facilitar la compatibilidad entre la actividad profesional y la vida familiar.
Es preciso comentar que el ordenamiento laboral español contempla los
permisos retribuidos, la reducción de jornada y la suspensión de la
relación laboral.
Conviene señalar que no es nuestro interés introducirnos en
materia legal, pero sí se hace necesario señalar en que consisten estas
medidas de conciliación.

Permisos retribuidos: a)
a) Estos pueden ser por nacimiento o adopción de hijos/as.

5
MORENO, G.; TOHARIA, L. (2006): Mujer y mercado de trabajo: situación y
repercusiones sobre la conciliación de la vida familiar y laboral. Madrid: biblioteca
nueva, p.65.
6
LOPEZ, M. (2006): Los desafíos de la conciliación de la vida familiar y profesional en
el siglo XXI. Madrid: Biblioteca Nueva, p. 81.
b) Para exámenes prenatales y preparación al parto.
c) Por fallecimiento, accidente, enfermedad y hospitalización de
familiares.

Reducción de la jornada:
a) Por atención de familiares o personas discapacitadas.
b) Por guarda legal de menores
c) Por nacimiento de hijos/as prematuros/as o que requieran
hospitalización
d) Como modalidad del permiso por maternidad

Descanso por maternidad (paternidad):


a) Por parto sencillo
b) Por parto múltiple
c) Por adopción o acogimiento

Descanso de maternidad/paternidad a tiempo parcial:


a) Excedencia por cuidado de hijos
b) Excedencia para atención de familiares o personas dependientes
c) Suspensión por riesgo durante el embarazo

La distinción de Ángeles Durán realizada en un artículo publicado


en el periódico El País con el titulo “Un desafió colosal” 7, cuando señala
que la conciliación en las prácticas reales consisten en la delegación de
la producción de servicios a otras personas o grupos sociales, y en la
secuencialización consiste en ordenar en el tiempo las actividades
laborales y familiares hacia como el reparto de estas actividades entre
generaciones, permite distinguir los dos caminos en que se muestra la
necesidad de conciliación: uno el de la distribución, en el “las prácticas
reales” y la “reordenación temporal” tienen lugar según las condiciones
socialmente favorecidas o permitidas; otro el de la atribución en que
ambas condiciones se adscriben a las posibilidades de elección que los
sujetos realizan.
7
DURÁN, A. (2004): “Un desafió colosal”. En: El País. 5 de septiembre de 2004.
Podemos concluir, sin pretender agotar el tema, diciendo que la
política en materia de conciliación de la vida familiar y laboral, debe
distinguir dos tipos de actividad: trabajo objetivado y trabajo subjetivado,
que en muchas de las ocasiones se traduce exclusivamente en
actividades de cuidado. Así, como dos tipos de sujetos sexualmente
marcados: hombres y mujeres que se desenvuelven en dos tipos de
instituciones: empresa y/o gobierno y familia, siendo estas distinciones
las que permiten reconocer al homo economicus en un sujeto
económico-genérico.

Llegado a este punto, y una vez expuesto los aspectos que


consideramos que más relevantes en materia de la conciliación entre la
vida laboral y familiar, relacionadas con las situaciones que se dan en el
ámbito familiar, nos interesa especialmente señalar algunos aspectos
sobre la relación hombre-mujer que se están dando en la actualidad
dentro de éste ámbito. Sintetizaremos los tres posibles modelos que
explica María Itxaso:

“[…] el primero, es la dependencia de la mujer con respecto al varón, el


segundo, el de la independencia absoluta junto al asimilacionismo y, el tercero,
el de la interdependencia o corresponsabilidad.” 8

En el primer modelo (dependencia de la mujer con respecto al


hombre), las diferencias sexuales determinan los roles sociales, es un
modelo que actualmente a nivel teórico y jurídico es falso y está
superado. En él, hay un reconocimiento de la diferencia que sin embargo
no está acompañado por el principio de la igualdad, pues la diferencia se
entiende como inferioridad y subordinación, y la identidad se da a partir
de la relación: sexo-género.

En el segundo modelo (independencia-equiparación


asimilacionista), se entiende que existe una igualdad sin diferencia. Este
modelo corresponde a los primeros movimientos feministas de los años

8
ELÓSEGUI, M. (2003): Las acciones positivas para la igualdad de oportunidades
laborales entre mujeres y hombres. Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, p. 24.
sesentas. En donde ser iguales, significaba ocupar aquellos espacios
que por tradición eran adscritos a los hombres imitando algunos modos
masculinos.

“En concreto, la mujer se debía liberar de su maternidad, ése era el precio


exigido, había que liberarse de la biología, lo cual significaba o equivalía a
liberarse de la maternidad. Este objetivo perseguía una doble finalidad: la
posibilidad de ser competentes en el mundo profesional; y la liberación de la
implícita en las relaciones con los varones, por tanto, había que liberarse
también de los hombres. Por eso, parte de esas reivindicaciones se plantean
contra los varones, ellos son el enemigo.” 9

En este sentido se puede decir que la igualdad se entiende en


términos de la equiparación hombre-mujer, esto es, en términos
asimilacionistas (una igualdad sin diferencia).

En el tercer modelo, lo que se busca es una interdependencia que


permita reconocer una igualdad en la diferencia. A la vez, el modelo
reclama mayor participación de la mujer en la vida pública y mayor
participación del hombre en los asuntos domésticos. El principio de
igualdad de este tercer modelo, requiere analizar en conjunto la relación
entre mujeres y hombres. Dirige su atención a la interrelación de tareas
en los dos ámbitos (público-privado). Por lo que se pretende que exista
una corresponsabilidad en donde se reconozca la igualdad y la
diferencia, y se acepte la relación sexo-género sin que ésta se considere
constitutiva de una identidad social.

Este último modelo ha servido para establecer algunos criterios de


derecho colectivo que suponen que no se pueda favorecer a alguien, en
un enfrentamiento directo entre el derecho de dos personas, únicamente
teniendo en cuenta el sexo, como puede tener lugar en el sistema de las
cuotas rígidas. Sí permite utilizar el factor del sexo para favorecer en
cuestiones que se refieren a facilitar que los individuos de determinados
grupos, en este caso mujeres, lleguen a estar en igualdad de
oportunidades, en el punto de partida. Por tanto, se admite y se permite

9
Op. Cit., p. 27.
una discriminación inversa-directa. Sin embargo, no se permitirá la
discriminación directa cuando entra en colisión con los derechos
individuales. De ahí, que se rechace una cuota rígida que favoreciera a
la mujer sin más por ser mujer y sin tener en cuenta las condiciones del
candidato hombre, pues esto podría ir en contra los derechos
fundamentales, lo que recoge la teoría de Alexy,10

De esta manera se puede sostener, en función de lo


anteriormente expuesto, que en las acciones positivas para facilitar la
igualdad de oportunidades, es aceptable y legal tener en cuenta el sexo,
pues, la tendencia social y la finalidad de las políticas de conciliación es
que exista representación femenina en todas las esferas de la sociedad,
pues es necesaria una presencia de la mujer en todos los ámbitos para
un desarrollo equilibrado de la sociedad.

El problema de las capacidades en Amartya Sen y Martha


Nussbaum: La relación distribución-atribución

Los análisis que Amarthya Sen desarrolló en los años 80, en los
que aceptaba todavía la noción de “necesidades básicas”, y que le
llevaron a

entenderlas relativamente al acceso a los bienes para satisfacer


dichas necesidades, se centraban principalmente en torno a las
denominadas: “titularidades de producción” (producción directa de
artículos de uso y consumo), y “titularidades de cambio” (condiciones
11
monetarias de comercio e intercambio). Posteriormente, estos análisis
le llevaron a plantear la noción de “capacidades”.

Considero que el enfoque de Sen, al entender la noción de


“capacidad” solamente relacionada con la de “distribución”, origina una
consideración negativa de esta noción, que ha suscitado numerosos

10
Véase ALEXY, R. (1985): Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de
Estudios Constitucionales.
11
Véase SEN, A. (1981): Poverty and famines: an essay on entitlement and
depression, Oxford: Oxford University Press.
debates, pues en esa relación se considera simplemente como la
condición para que haya distribución. De hecho, la noción de
“capacidad” resulta una noción confusa, con la que parece que se
distingue y no se distingue entre “capacidades naturales”, y
“capacidades sociales” o adquiridas. El posterior enfoque de las
capacidades de Nussbaum plantea el mismo problema: tanto considera
capacidades lo que realmente la gente es efectivamente capaz de ser
(“capacidad natural”), como lo que socialmente pueden ser
(“capacidades sociales”). La importancia del planteamiento de
Nussbaum, es pasar a primer plano el problema de la justicia, al
considerar que sin bienes básicos las necesidades sociales son
imposibles, y que la sociedad debe potenciar las capacidades naturales.

El origen de la noción confusa de “capacidad” se halla en el


mismo planteamiento que Sen realiza. Este planteamiento se aparta muy
considerablemente del de la economía tradicional. En ésta se entendía
que las comparaciones interpersonales se tenían que determinar en
función de la maximización sumatoria de la utilidades individuales, en
donde la condición de equidad nacía de la correlación entre utilidades
individuales marginales y utilidades totales, pero de la que resultaba que
siendo siempre parcial la comparación, realmente, había que determinar
un factor de utilidad común que permitiera determinar un rango, y las
constantes individuales determinantes de las diferencias, con lo que los
criterios de equidad resultaban siempre o aleatorios o ad hoc.

El planteamiento de Sen supone “una concepción de la vida”,


para formular la cual se apoya en la noción de “capacidad”, y aquí surge
toda la controversia en torno a ella: por una parte, porque si se considera
que se trata de “capacidades naturales”, nos remite a discusiones como
si existe, o se puede hablar de una “naturaleza humana y, porque al
considerarse como un intento de que la distribución se haga en función
de lo que una persona hace según su capacidad, alimenta la búsqueda
de determinar patrones de medida de las capacidades de los sujetos
(como ya sucedía por ejemplo con el Indice de Inteligencia). Por otra,
porque si se entiende la noción también como “capacidades sociales”,
potenciación de las naturales, se recrudece la discusión en torno a la los
problemas de distribución.
Aceptar que las capacidades tienen un componente social, es
perfectamente posible, puesto que Sen sostiene que la capacidad no
debe ser entendida en el sentido de expresar relaciones de tipo
absoluto, sino como un proceso determinado por la combinación que los
individuos realizan de innumerables funcionamientos, es decir, de
múltiples quehaceres, combinación que se basa en la elección de
alternativas entre ellos, siendo la elección, que se muestra en la
combinación de los funcionamientos, la que definirá la/s capacidad/s del
sujeto.
Entender así la capacidad, lleva a sostener que la elección que
lleva a constituirla, se realizará en el marco de los medios aportados por
la sociedad para hacer posible la participación de los individuos, punto
en torno al que gira la polémica de Sen contra el “wellfarism”, bienestar
utilitarista que, centrado en los bienes-económicos, entiende que la
distribución es siempre de éstos, de lo que resulta que la equiparación
nunca es real, pues siempre recibe más el que más tiene. Sen, por el
contrario, sostiene que el bienestar (well-being) no puede centrarse en
los bienes económicos (utilidades), sino en la “capacidad” de las
personas, lo que afecta a la distribución en el sentido de que no sólo se
trata de repartir bienes-económicos, sino sobre todo bienes sociales, con
lo que invierte los términos utilitaristas, ahora se le dará más a aquél que
menos “capacidades naturales” tiene. Lo que para el utilitarismo puede
desembocar en una inversión de los valores sociales, en la que los más
capaces por naturaleza, sufran una constricción social hasta resultar
equiparados a los menos dotados.

Considero que la pregunta de Sen igual ¿a qué?, exige


replantear las condiciones tradicionales que hacen posible la
participación del individuo en la sociedad, y la respuesta, dada esa
noción amplia de capacidad, orienta la igualdad en el sentido de que,
como los seres humanos somos diferentes en muchos sentidos:
intereses, edad, sexo, capacidad física, etc., es necesario centrarse en
una “variable focal”, en este caso la capacidad, que nos permita evaluar
el tipo de desigualdad que se desea tratar.12 Es decir, plantear una
estrategia que nos permita justificar la desigualdad para el logro de la
igualdad. Amartya Sen, entiende, sin embargo, que puede elegirse entre
diversas “variables focales” existentes hoy como alternativas en la
búsqueda de la consideración de la igualdad, pero que escoge la de la
capacidad dada su importancia para plantear los problemas económicos
con el alcance que hoy requieren, pues es la que no los restringe al
marco utilitarista:

“No podemos comenzar a defender o criticar la igualdad sin saber realmente de


qué estamos hablando, es decir, ¿qué tipo de igualdad? (por ejemplo de
ingresos, patrimonio, oportunidades, realizaciones libertades, derechos).” 13

De hecho, la tesis de Sen basada en la relación entre las


14
nociones de “funcionamiento” y “capacidad”, exige atender a los
elementos cualitativos en tanto estos se muestran como los

12
Voy a obviar una posible confrontación de las tesis de Sen con las de Nussbaum,
pues nos alejarían de nuestro objetivo, en cuanto ésta autora entiende que las
nociones de capacidad y funcionamiento de Sen no son aplicables a la persona, y que
esta interpretación corresponde a su planteamiento, lo mismo que el carácter de
universalidad de dichas capacidades. Cfr. Nussbaum, M. (2002). Las mujeres y el
desarrollo humano. Barcelona: Herder, p. 41.
13
SEN, A. (2000): Nuevo examen de la desigualdad. Madrid: Alianza, p. 25.
14
Cito la siguiente consideración de Sen sobre los funcionamientos, en la que se
muestra con claridad la complejidad de esta noción, y la posibilidad de considerarla
siempre relativamente a “medios” socialmente establecidos: “Quizás la noción más
primitiva de este enfoque se refiere a los “funcionamientos”. Los funcionamientos
representan partes del estado de una persona: en particular, las cosas que logra hacer
o ser al vivir. La capacidad de una persona refleja combinaciones alternativas de los
funcionamientos que ésta pueda lograr, entre los cuales puede elegir una colección. El
enfoque se basa en una visón de la vida en tanto combinación de varios “quehaceres y
seres”, en los que la calidad de vida debe evaluarse en términos de la capacidad para
lograr funcionamientos valiosos. Algunos funcionamientos son muy elementales como
estar nutrido adecuadamente, tener buena salud, etc., y a todos estos podemos darles
evaluaciones altas por razones obvias. Otros pueden ser más complejos, pero seguir
siendo ampliamente apreciados como para alcanzar la autodignidad o integrarse
socialmente. Sin embargo, los individuos pueden diferir mucho entre sí en la
ponderación que le dan a estos funcionamientos –por muy valiosos que puedan ser- y
la valoración de las ventajas individuales y sociales deben tener en cuenta estas
variaciones.” SEN, A. (2006): “Capacidad y bienestar.” En:
http://www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/amartya3.htm?200626, p. 1.
determinantes de la realización del proceso de participación económico-
social, pues como el propio Sen reconoce la valoración y ponderaciones
que lleva a los individuos a elegir y combinar los funcionamientos, son
muy diferentes, y es necesario atender a estas variaciones al determinar
las condiciones de cuantificación que permiten saber sobre la “utilidad”
relativa al individuo. Y, es importante resaltar que esta variable tiene
también la virtud de permitir que la eficiencia y la igualdad puedan ser
establecidas, frente a la noción de utilidad de la economía clásica, no
sólo relativamente a índices absolutos como son los de “ingresos” o
“recursos”, sino también y sobre todo relativamente a los niveles y
tendencias de grupos, poblaciones y sociedades.

“Particularmente, el juzgar la igualdad y la eficiencia por su capacidad de


realización supone una novedad respecto a los enfoques utilitaristas normales
y también respecto a otras formulaciones de «bienestar». Las teorías del
«bienestar» en general y el utilitarismo en particular consideran importante, en
última instancia, tan sólo la utilidad individual, definida en términos de alguna
característica interior, como placer, la felicidad o el deseo.” 15

Examinemos un poco más ampliamente la noción de capacidad.


En On Economic Inequality16, Amartya Sen expone con precisión el
mecanismo de elección por los individuos de funcionamientos a partir de
un modelo en el que las capacidades se expresan atendiendo a las
diversas alternativas de elección de funcionamientos:

“La capacidad es un conjunto de tales n-múltiplos de funcionamientos, que


representan las diversas combinaciones alternativas de funcionamientos, entre
las cuales la persona puede elegir una combinación”. 17

Como se puede observar Amartya Sen introduce y relaciona el


enfoque de la capacidad con la estructura de la elección racional,
considerando que el enfoque de la capacidad nos permite resolver el

15
SEN, A. (2000): Nuevo examen de la desigualdad. Madrid: Alianza, p. 18.
16
SEN, A. (1997): On Economic Inequality. New York: Oxford University Press, pp. 200-
201.
17
SEN, A. (2000): Nuevo examen de la desigualdad. Madrid: Alianza, p. 64.
problema de la diversidad, ya que nos permite centrarnos en la “variable
focal”, a partir de una evaluación utilitarista:

“If the extent of each functioning enjoyed by a person can be represented by a


real number, then person`s actual achievement is given by a functioning vector
in a n-dimensional space of n functionings presuming finiteness of distinct
functionings. The set of alternative functioning vector available to her for choice
is called her capability set. Diagram A7.1 illustrates a two dimensional
functioning space, with the capability set of a person being given by the shaded
region K, and from this capability set, the person chooses one functioning
vector x (though this need not necessarily be unique). It may be useful to think
of choice in this space in terms of an indifference map of valued living, defined
over the functioning vectors, and x can then be seen as belonging to the highest
reachable indifference curve (as shown).
The “capability approach” can be used either with a focus on what options a
person has- given by the capability set- or by the actual functioning combination
she chooses- given by the chosen functioning vector. In the former procedure,
what may be called the “options application”, the focus can be on the entire set
K, whereas in the latter- the choice application- the centration is more narrowly
on x. The options application is directly concerned with the freedom to choose
over various alternatives, whereas the choice application is involved with the
results actually chosen. Both the versions of the capability approach have been
used in the literature, and sometimes they have been combined.” 18

18
“Trad.: 〈〈Si la magnitud de cada uno de los funcionamientos de los que disfruta una
persona pudiera representarse en un número real, entonces el logro real de las
personas puede estar dado por un vector de funcionamientos en un espacio n-
dimensional de funcionamientos de n que presume una condición finita de
funcionamientos distintos). El conjunto de alternativas de funcionamientos se expresa
por los vectores en la elección y se llama su capacidad de conjunto. El diagrama
A7.1 ilustra un espacio de dos dimensiones de funcionamiento, dado por el conjunto de
capacidades de una persona que se representa por la región K, que se encuentra
sombreada, y en esta capacidad, la persona elige un vector de funcionamiento x
(aunque esta necesidad no necesariamente es única). Puede ser útil pensar en la
elección en este espacio por lo que se refiere a un mapa de indiferencia de vivir
estimado, definido por encima de los vectores de funcionamiento, y x puede verse
entonces como la curva de indiferencia alcanzable más alta (como se muestra). El
enfoque de capacidad puede usarse como un enfoque de opciones que una que
persona tiene - dado por la capacidad de conjunto- o por la combinación del
funcionamiento real que la persona elige - dado por el vector de funcionamiento
elegido. El ejemplo anterior, puede llamarse la aplicación de las opciones, y está
fijado por K, considerando que en un caso limite - la aplicación selecta – esto es, la
concentración más estrecha se encuentra en x. La aplicación de las opciones está
directamente interesada con la libertad de escoger por encima de las diferentes
alternativas, considerando que la aplicación selecta está envuelta en relación con los
resultados elegidos. Estas versiones de la capacidad se han usado en la literatura, y a
veces estás se han combinado.〉〉” SEN, A. (1997): On Economic Inequality. New York:
Oxford University Press, pp. 200-201.
Gráfico 3. Diagrama de la elección de funcionamientos
(Enfoque de la capacidad)

Functioning 2

Functioning 1

Tomado de: SEN, A. (1997): On Economic Inequality. New York: Oxford


University Press, p. 201.

Sen pone en relación inmediata capacidad y libertad, lo que


permite entender evidentemente que considera que la elección de los
sujetos es libre:
“La capacidad es principalmente un reflejo de la libertad para alcanzar
funcionamientos valiosos. Enfoca directamente la libertad como tal, más que en
los medios para alcanzar la libertad. Identifica las alternativas reales que se nos
ofrecen. En este sentido, puede entenderse como un reflejo de la libertad
sustantiva. En la medida en que los funcionamientos son constitutivos del bien-
estar, la capacidad representa la libertad de una persona para alcanzar el bien-
estar.” 19

Por tanto, Sen entiende que el sujeto es libre para elegir entre
funcionamientos, cuya composición será la que determine su capacidad
Charles Beitz en su artículo Amartya Sen`s Resources, Values
and Development, hace una crítica del enfoque de la capacidad de Sen
que se centra en la confusión que supone esta noción, y que realiza en
los siguientes términos:

“La principal dificultad teórica para soslayar los problemas planteados por las
comparaciones interpersonales en el enfoque de capacidad radica en que es
evidente que no todas las capacidades se establecen sobre las mismas bases.
La capacidad de desplazarse por ejemplo, tiene un significado diferente de la
capacidad de jugar al baloncesto.” 20

En realidad, estos inconvenientes del enfoque de la capacidad


son bien precisados por Charles Betiz al argumentar que cualquier
medición de la capacidad tendría que estar basado en un parámetro de
evaluación.
La respuesta de Amartya Sen a esta crítica se centra en que la
evaluación es un acto de libertad instrumental, que se basa en el ámbito
de los bienes, los ingresos, las utilidades, etc., que regresan a la
medición entre términos absolutos ligados a la cuantificación realizada
en elección racional tradicional, lo que se aleja del enfoque de la
capacidad, ya que ésta hay que considerarla basada en condiciones
procesuales. De esta forma, el análisis de Sen, la condición de validez
de su argumentación, se apoya en la noción de libertad de elección, en
la que se basa la “capacidad”. Podemos preguntarnos, ¿cómo entiende
Sen la libertad?
Sen muestra con claridad que su forma de entender la libertad
supone que ésta sólo puede darse en el marco común que establece
una sociedad y que ha de incluir, necesariamente, la igualdad de

19
SEN, A. (2000): Nuevo examen de la desigualdad. Madrid: Alianza, p. 63.
20
BETIZ, C. (1986): “Amartya Sen`s Resources, Values and Development”. En:
Economic and Philosophy, N. 2, p. 287.
libertades, con lo que descarta que se pueda sostener una concepción
libertaria de la libertad; pero, en último término, la libertad es siempre
“libertad individual”:

“La creencia de que la libertad es importante no puede estar en conflicto con la


idea de que debe crearse un orden social para fomentar la igualdad de
libertades que poseen los individuos”.21

Ahora bien, ¿esto significa que hemos de remitirnos a la relación


libertad-igualdad para solucionar el problema de la libertad?; ¿nos remite
Sen al espacio que posibilita la distribución para poder hablar de
libertad?; en su planteamiento el problema queda totalmente en el aire.
La tesis de Sen como aparece expresada al tratar el tema igualdad
versus libertad en la obra que citamos, consiste en lo siguiente:

“La libertad se encuentra en los posibles campos de aplicación de la igualdad y


la igualdad se halla entre los posibles esquemas distributivos de la libertad”.22

El planteamiento no es muy claro, pero podemos entenderlo en el


sentido de que la libertad tiene que considerarse relativamente a los
diversos espacios distributivos que la permiten y, por tanto, que la
correlación entre libertad e igualdad, así como las posibles
determinaciones de niveles de bienestar, etc., sólo pueden establecerse
con relación a los determinados “espacios” sociales, que hacen posible
fijar las variables capaces de apreciar la estabilidad o variación de los
diversos factores que se quieren determinar: recursos, utilidad, pobreza,
riqueza, libertad, etc.
Hay que tener en cuenta que un “espacio” social está determinado
por aquellas relaciones que pueden establecerse en un determinado
contexto entre los factores a considerar, siendo los privilegiados: libertad
e igualdad. Determinar la situación, el nivel, de los diversos factores
sociales supone partir de un mínimo “aceptable” en la consideración de
la característica individual que se toma como fundamental para evaluar
21
SEN, A. (2000): Nuevo examen de la desigualdad. Madrid: Alianza, p. 35.
22
Op. Cit., p. 35.
la situación del contexto, de ahí que la disputa se establezca en los
términos de realización de demandas básicas (igualdad basal, libertad
basal, pobreza basal etc.), pues su determinación sirve no sólo como
principio de evaluación, sino también ha que entenderla como dato para
23
la distribución. La conceptuación, el orden teórico, es fundamental en
este orden de cosas, pues para Sen la fijación de los factores, variables
o características, está ligada a una conceptuación determinada de la que
realmente depende en ultima instancia todo el proceso, desde la fijación
de la cualidad, pasando por su mínimo basal, hasta la determinación de
las condiciones de distribución, etc., pues, evidentemente, como señala
Sen, no es lo mismo establecer una correlación entre ingresos y
capacidades, que entre fracasos y capacidades. 24
Ahora bien, respecto de la igualdad y la libertad real, los análisis
de las capacidades de Sen, que se centran en saber sobre las
relaciones interpersonales en la determinación y variación de las
capacidades, resultan insuficientes, pues, en tanto sostiene que
salvados los mínimos basales la sociedad queda liberada, resulta que no
tienen porque establecerse medios que hagan posible cumplir la
compatibilidad entre bienestar y acción hacia delante (cumplimiento de
aspiraciones y mantenimiento de tranquilidad, por ejemplo), de tal forma
que es el individuo “libre”, el que tiene que elegir entre una y otra
alternativa, o saber (elección libre) sobre la forma de realizar la
composibilidad. El planteamiento de Sen, a este respecto, sólo es válido
para determinar qué pasa en un contexto y qué en otro, y puede resultar
que en uno se realice la identificación entre los factores político-morales,
y en otro no. Consideramos que esta situación no es aceptable en el
caso del intento de lograr una sociedad justa, pues ésta debe plantearse
de forma general, la necesidad de conseguir y permitir el acceso a
aquellos recursos económicos y sociales que hagan posible crear
expectativas que permitan satisfacer las aspiraciones de sus
ciudadanos, de forma que aunque el riesgo individual no pueda

23
Op. Cit., p. 103.
24
Op. Cit., p.129.
soslayarse en todos los casos, la sociedad cree espacios en que los
individuos logren alcanzar sus aspiraciones.25
Martha Nussbaum introduce en el enfoque de las capacidades,
que toma de Amartya Sen, el elemento político de la justicia al señalar
que:

“[…] Capacidad y funcionamiento humano brindan una buena base para pensar
acerca de estos problemas, ayudándonos a construir principios políticos
básicos que puedan servir de fundamento para garantías institucionales que los
ciudadanos deberían hacer cumplir a sus naciones. He dicho también que el
marco de las capacidades brinda una buena orientación para las mediaciones
comparativas de calidad de vida a la hora de comparar naciones.” 26

En sus análisis pone de relieve la necesidad de establecer las


formas posibles de relación entre las capacidades individuales y los
recursos sociales y, basando su estudio en la explicación aristotélica del
bien humano, considera que es necesaria una lista de funcionamientos
para una buena vida humana.
Paralelamente a estas consideración el planteamiento de
Nussbaum comporta una crítica al de Sen, entendiendo que debería ser
más radical en su crítica a las explicaciones utilitaristas del bienestar e
incorporar, para ello, una explicación objetiva y normativa del
funcionamiento (comportamiento) humano a través de una evaluación
que permita valorar la contribución de los funcionamientos a la buena
vida humana.
En este sentido, es necesario señalar que en contraste con otros
enfoques filosóficos que se centran en la felicidad o en la realización y
maximización de los deseos, evaluados en la forma de ingresos, gastos
o nivel de consumo, variantes del utilitarismo que han tenido y tienen
consecuencias sociales, la propuesta de Nussbaum, que se basa en un
alto nivel transdisciplinario, le permite integrar en sus estudios aspectos
plurales y multidimensionales del bienestar humano. Y, que su enfoque
de las capacidades es visto como una teoría parcial de la justicia social,
25
Op. Cit., pp. 34 y ss.
26
NUSSBAUM, M. (2002): Las mujeres y el desarrollo humano. El enfoque de la
capacidad. Barcelona: Herder, p. 42.
siendo su argumento principal que la sociedad debe de ser capaz de
asegurar esas capacidades en las personas en un nivel apropiado, sólo
así se podría hablar de un orden social más justo.
De esta forma, Martha Nussbaum construye su teoría sobre la
base de dos grandes tradiciones: la sociabilidad y la racionalidad. Señala
en su texto, Frontiers of Justice,27 que en una gran parte del mundo, las
mujeres salen perdiendo por el hecho de ser mujeres, pues su poder
humano de elección y sociabilidad resultan frecuentemente malogrados
por sociedades en las que deben vivir como agregados y sirvientas de
los fines de otros y en los que su sociabilidad esta deformada por el
temor y la jerarquía. Concluye que este es un problema de justicia.
La lista mínima de capacidades fundamentales que elabora
Nussbaum deben de incluir, capacidades como la vida, la salud e
integridad física, los sentidos, la imaginación y el pensamiento, la razón
práctica, la pertinencia, el interés por el medio ambiente, el juego, la
participación política y los derechos de la posesión. Atender socialmente
a ella, o incluso someterla a discusión sobre las capacidades pertinentes
supone:
“Construir una teoría normativa que sea capaz de fundamentar filosóficamente
una serie de principios fundamentales a superponer a los actualmente recibidos
en las constituciones vigentes.” 28

Como Nussbaum considera que las capacidades tienen que


entenderse en forma universal, afectando a todas y cada una de las
personas, igualmente considera necesaria una teoría filosófica que
permita enfocar correctamente los problemas de la justicia, a partir de un
mínimo universal que respete la dignidad del ser humano:

“La meta del proyecto en su conjunto es brindar el sustento filosófico para una
visión de los principios constitucionales básicos, que deben de ser respetados

27
Véase NUSSBAUM, M. (2006): Frontiers of Justice. Cambridge: Harvard University
Press.
28
NUSSBAUM. M. (2002): Las mujeres y el desarrollo humano. El enfoque de las
capacidades. Barcelona: Herder, p. 206.
e implementados por los gobiernos de todas las naciones como un mínimo
requerido para el respeto de la dignidad humana.” 29

La exposición de los planteamientos de Amartya Sen y Martha


Nussbaum que hemos realizado, se centran prácticamente de forma
exclusiva en el problema de la distribución, salvo un pequeño apunte de
Nussbaum sobre la necesidad de atender al comportamiento como base
de la “buena vida”. Como ya se ha señalado consideramos que, es
entender la noción de capacidad exclusivamente en relación con la
distribución, la que está produciendo la mayor parte de los problemas.

Nuestra consideración sobre el tema de la relación entre igualdad


y libertad está más cerca de la de Nussbaum, en cuanto entendemos
fundamental atender a la justicia, de forma que toda evaluación se
realice desde la atención a lo justo. Ahora bien, se nos muestra claro que
ninguno de los dos planteamientos acierta con un esquema claro que
permita atender de forma efectiva a esta condición, por lo que vamos a
intentar plantear el problema de forma que podamos lograr aportar una
propuesta al respecto.

Ciertamente, puede entenderse que hay capacidades naturales, el


término “discapacitado” así lo pone de manifiesto, un ciego, un cojo, un
manco, como un deficiente psíquico, etc., tiene sus capacidades
naturales restringidas; pero, también hay incapacidades sociales,
imposibilidad para acceder a unos estudios, a un trabajo, o para ser
aceptado en un determinado grupo de trabajo, o para que se reconozcan
los méritos, etc.

Intentar acceder al problema requiere preguntarnos si hay algo


que permita entender unitariamente ambas formas de limitación, de
carencia de libertad. En la búsqueda de este elemento común, se nos
muestra que la condición o característica que afecta y puede unificar las
dos formas de “discapacidad”, es que ambas constituyen una negación
del principio que sostiene la noción de capacidad expuesta por Sen,

29
Op. Cit., p. 83.
pues ningún individuo limitado en su capacidad natural o social, puede
tener realmente libertad de elección, es decir, no son libres, pues se
hayan limitados, impedidos. Por ello, la noción de capacidad no puede
entenderse simplemente en relación con la distribución, pues es esta
relación la que confunde y falsea la noción de capacidad permitiendo
relacionarla directamente con la de libre elección.

En función de la libre elección, todas las capacidades son


consideradas sólo positivamente, pero la equiparación justa tiene que
contar necesariamente con las limitaciones de la que muchos
(muchísimos) sujetos parten en la elección; con las carencias de libertad.
Por ello entendemos que la capacidad tiene que entenderse
prioritariamente en función de la atribución, pues, es esta forma de
participación la que permite saber sobre la falta de libertad, es decir,
sobre las limitaciones que están afectando a los sujetos en sus
capacidades para realizar una aportación satisfactoria y beneficiosa para
la sociedad. Sólo una vez determinados los factores que hacen
imposible que el individuo realice una aportación saludable, satisfactoria,
individual y socialmente, puede llevarse a cabo una distribución que
garantice una sociedad justa.

No se puede partir de que el sujeto es libre, sin más, pues


realmente la libertad no existe por sí, sino que hay que lograrla y
realizarla. Y, esto supone determinar tanto los factores individuales,
como los sociales, que la impiden. Consideramos que éste es el punto
de partida que puede llevar a lograr una equidad que permita una
Igualdad de Oportunidades.

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