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Conozca el ejercicio de la Sonrisa interior, una práctica que

mejora la salud y el bienestar

Para esta práctica taoísta solo necesita su mente y pocos minutos en la


mañana: si lo hace juicioso estará "cargado" de energía durante todo el
día.

La Sonrisa interior consiste en cerrar los ojos, relajar la mente y recordar


algo muy agradable y hermoso, algo que nos haga sentir paz, bienestar
y felicidad, lo que llevará a esbozar una genuina sonrisa en nuestro
rostro.

En ese momento podemos sentir aún más la sensación de alegría, y


entonces podemos “ver” con el ojo de nuestra mente la sonrisa que
tenemos en la cara, y desde allí llevarla a todo nuestro cuerpo de una
forma continua.

La sonrisa se debe sentir y tener en la expresión facial, y percibir su


bienestar dentro de nosotros, y en ese momento proyectarla a cada
parte del cuerpo, como si nos colocáramos enfrente de dicha zona y allí
con sensación de gratitud y gozo le entregamos una sincera sonrisa.

Usualmente se empieza por los ojos y se le sonríe a cada uno por


separado, se continúa con la nariz, y a la propia boca, a la que vemos la
misma sonrisa que le proyectamos. Luego se pasa a la cabeza, al
cabello, al cuello y la nuca, a las extremidades superiores, al tórax y al
abdomen, después a los genitales y de allí a las caderas, muslos, piernas
y hasta los pies y sus dedos.

En seguida, con el mismo mecanismo ingresamos al interior del cuerpo y


vamos primero al cerebro, luego a la garganta, de allí a los pulmones, el
corazón, bajando a los órganos del abdomen, como hígado, páncreas,
estómago, bazo, intestinos, vesícula, riñones, vejiga y órganos genitales
internos.

No es necesario conocer a la perfección la anatomía, solo imaginar el


órgano tal cual como nos parezca y proyectar lo mejor de nosotros a él.

Por lo general esto demora de 5 minutos a máximo 10, y produce de


inmediato una sensación de paz interior, a la vez que de relajación
dejándonos de una vez “cargados” para el trabajo del día que se
avecina. Si existe una parte enferma o lesionada, es ideal mantener la
sonrisa de manera más larga hasta que logremos “sentir” el bienestar
que se proyecta en el cuerpo. Entre más alterada una zona, mayor debe
ser el empeño en poner nuestra mejor sonrisa.

Me gusta mucho hacer este ejercicio mental pues considero que ayuda al
cuerpo a su proceso de auto-reconocimiento e identificación diarios, a la
vez que muchas veces me muestra algo que se está alterando ya que
con la repetición se va aprendiendo a conocer cómo está cada parte
nuestra.

Además logra algo esencial: que podamos darle a nuestro sobrecargado


cuerpo una nota real de agradecimiento, que bien le hace y mucho nos
reporta. No puedo decir que cure enfermedades ni cambie la vida de
nadie, pero de seguro genera paz interior, gozo sereno, y nos permite
valorarnos mejor en nuestro cuerpo y nuestra salud. Los invito entonces
a sonreírse a sí mismos, así de simple, así de útil.
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Tomado de “El Tiempo”, por Santiago Rojas

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