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EDUCACIÓN CORRECTA PARA LOS NIÑOS

Prof. Padmanabhan Krishna

(Miembro de la Sociedad Teosófica, conferencista internacional, doctor en Física y rector de la


Fundación Krishnamurti en Varanasi, India)

Conferencia proferida el 31/08/99, en la sede de la Sociedad Teosófica, en Brasilia-DF.


Traducción de Ricardo Lindemann, miembro de la Sociedad Teosófica por la Logia Dharma, de
Puerto Alegre-RS. Trascripción y revisión de María do Carmo de Castro Guetti, miembro de la
Sociedad Teosófica por la Logia Fénix, de Brasilia-DF.

Traducción al castellano para Biblioteca Upasika por TIM.

Creo que es muy apropiado que esta última conferencia debe ser puesta a consideración
sobre cual es nuestra responsabilidad con relación a la generación más joven.

Y creo que esto venía a ser el significado de la Educación, para mí. No solamente aquello
que aparece o se manifiesta en una sala de aula en la escuela, sino que, toda aquella modalidad
por la cual auxiliamos para que una generación se torne, al crecer, adulta. Y esto incluye tanto la
responsabilidad de los padres, de los profesores, también de los medios de comunicación y de la
sociedad, de una forma más amplia, porque todos esos elementos, de alguna forma, contribuyen
para la educación de la mente del niño. Un niño asimila mucho más sobre aquello que ve
transcurrir a su alrededor, que sobre lo que nosotros le hablamos. La criatura humana nace con
una parte no aprovechada, mitad vacía. Yo digo que esta mente esta parcialmente vacía por que
en verdad los instintos ya ocupan parte de ella. Ya fueran allí colocados por la propia naturaleza,
y por aquello que es escrito o agregado en esa nueva parte, determinará que tipo de nuevo ser
humano aquella criatura llegará a ser. Porque si ella no recibe amor y afecto, ella puede más
tarde volverse incapaz de expresar, por el resto de su vida, amor y afecto. ¿Y cómo nosotros
podríamos evaluar el daño que esto puede causar al niño?

Educar no solo es una cuestión de entrenar al niño en ciertas habilidades o transmitirle


cierta cantidad de conocimiento o enseñarle de alguna forma a ganarse la vida.

Por eso, lo primero que a mí me gustaría enfatizar es que la Educación es una tremenda
responsabilidad. La manera como yo voy a relacionarme con el niño, lo que nosotros le vamos a
decir, todo esto determinará en gran parte lo que la vida de ese niño será.

Y con la intención de investigar lo que es la Correcta Educación para los Niños, me


gustaría iniciar esta charla por convicciones, y no a partir de lo que generalmente los
especialistas en educación han dicho. Porque ésta es una cuestión fundamental, y la manera
como nosotros hemos conducido la cuestión de la educación, actualmente, tal vez carezca de la
necesaria sabiduría, y cuando la visión es limitada, por mas energía que se pueda derrochar, se
torna siempre una cuestión muy limitada. Por lo tanto se vuelve importante para nosotros hablar
respecto del espíritu, a partir del cual la educación debe ser transmitida o tratada, más que con
relación a detalles y técnicas que puedan ser usadas. Porque si el espíritu fuera el correcto, él
siempre encontrará una técnica para expresarse, pero inversamente, la técnica, no
necesariamente, o nunca, encuentra el recto espíritu.

Yo me pregunto a mí mismo: ¿Cuál es el propósito de la Educación?

Antes que nada, nosotros somos una forma de vida como los animales y los árboles que
crecen hasta cierto punto, por sí mismos. Tal vez se pueda entrenar un perrito o un gatito, pero tal
vez éstos sean hasta mejores sin ese entrenamiento. Pero con la criatura humana no será lo
mismo.

Y nosotros determinamos, por la manera como educamos, la forma como el niño será en
el futuro.

Y esto está relacionado con cuál es el propósito de la vida.

Usualmente nosotros damos a nuestra vida cierto propósito, pero supongamos que
nosotros preguntemos cuál es el propósito de la vida en la naturaleza. No necesariamente el
propósito que yo estoy dando a mi vida, que puede ser lo de volverse un profesor de física y así
por el estilo, pero ¿cuál es el propósito de la vida en la naturaleza? Ante todo, nosotros somos
seres vivos o formas de vida. Y para comprender cual es el propósito de nuestra vida,
necesitamos observar la naturaleza, pues ¿cuál es el propósito de un árbol? En último sentido, no
hay propósito, ¿no es verdad? Nadie sabe si hay un último sentido sobre el propósito de la vida
en el planeta tierra. Los científicos consideran que esto es solo un accidente que sucedió en este
planeta hace millones de años atrás, y está transcurriendo a lo largo de un proceso de evolución
biológica. Como nadie sabe si hay un último propósito para la existencia de la vida en el planeta
tierra, yo dejo esa pregunta e intento observar en la propia naturaleza, cual es el propósito de
cualquier tipo de forma de vida.

La vida comienza a partir de un tipo de simiente o célula, sea en el océano, en el mar, o


sea en el vientre de la madre, y tiene un programa genético en sí que orienta su
desenvolvimiento. Y ese desenvolvimiento viene del orden de la naturaleza, no es algo que
nosotros los seres humanos podamos determinar. Si yo dijese que el propósito de la existencia de
un árbol es expresar aquel orden plenamente, ser un saludable y vigoroso árbol inclinándose con
el movimiento de la brisa y floreciendo con la expresión de sus propias flores, y éste árbol es
algo que brinda alegría o belleza, podemos preguntar: ¿por qué tiene belleza, por que él expresa
alegría? No se puede responder a esta pregunta, porque es así. De la misma forma, si nosotros
preguntamos, o hacemos la misma pregunta con relación a un animal como el caballo, ¿cuál es el
propósito de la vida de un caballo? Nuevamente podemos llegar a la conclusión de que es el caso
de una vida vigorosa y saludable de un caballo saltando por el camino, en la naturaleza, y ese es
su propósito, o el propósito de su existencia. Entonces, tengo cierto tipo de idea que lo que sería
el propósito de la vida para un árbol y de lo que sería una buena vida para un caballo.

Yo me pregunto: ¿Qué significa una vida buena para un ser humano? ¿Qué es lo que hace
que un ser humano florezca? Porque nosotros estamos determinando que un ser humano no es
solo un cuerpo. Existe todo el desenvolvimiento de la conciencia. Entonces, ¿cuál es el
significado, para un ser humano, de su propio florecimiento, de su conciencia? Con seguridad,
ese debe ser el propósito de la Educación, ¿no es verdad? Pues si yo estoy imbuido de la
responsabilidad de la educación de un niño, yo voy a orientarlo para crecer como un ser humano,
para tener una vida que sea alegre, de modo que él viva en un cuerpo saludable y pueda trabajar
de una forma creativa y feliz, de manera que su vida sea plena y rica, y ése es el propósito de la
Educación. ¿Qué es lo que nosotros pretendemos decir con “una vida de alta calidad?” En la
sociedad, se mide el nivel de calidad de vida por el padrón de vida que corresponde a la renta
“por cápita”. ¿Será que de hecho eso determina la calidad de vida de un ser humano? ¿La calidad
de la casa en que vivimos y de las ropas que usamos o del automóvil que dirigimos? Porque
todas esas cosas son aquellas que pueden ser compradas con el dinero. Pero, ¿será que la calidad
de nuestra vida no depende también de nuestra mente, de la calidad de nuestra mente? Ese tipo
de determinación de la calidad de nuestra vida por la renta “por cápita”, es algo muy estrecho,
por eso, necesitamos comenzar por una recta visión. Si tenemos la visión de que todo lo que
esperamos para ese niño es que él tenga una gran cantidad de dinero en su vida, vamos a
establecer un tipo de educación que lo llevará solo al desenvolvimiento económico. Pero, si
nosotros tuviéramos una visión más amplia, desearemos que este niño tenga una vida más
holística, integrada.

La pregunta se torna muy diferente, en el sentido de ¿Cuál es el tipo de educación que yo


debo dar a ese niño?. Si observamos a nuestro alrededor, encontraremos la respuesta. Si Dios, o
la naturaleza, puede haber sido muy discriminativo en la distribución de la riqueza, Él no parece
haber sido tan injusto en cuanto a la distribución de la felicidad. Las personas se encuentran en
cualquier lugar de la sociedad, en cualquier cultura, prácticamente en una forma que no se
relaciona con su riqueza, y viven con cierto tipo de felicidad y alegría venidas de su espíritu. Y
esa no es una prerrogativa especialmente encontrada entre los ricos. Las personas ricas pueden
vivir en casas grandes o incluso en palacios. Pero ellas también tienen mucho más cosas en
relación con las cuales preocuparse, y mucho tiempo es derrochado allí en cuidar de sus
propiedades y tratar las cuestiones de los impuestos y las cuestiones de justicia. Tal vez ellas
vivan en un confort mucho mayor, pero sus mentes, no necesariamente, estarán más libres de
ansiedad. Yo me cuestiono si verdaderamente ésta es una más alta calidad de vida. Entonces, yo
me pregunto si la educación debe ser establecida con tal objetivo en la mente, o si ese objetivo es
solo una parte menor en la educación.

Actualmente, a esa parte se le ha dado una tremenda importancia, en la educación.

¿Cómo nosotros vamos a ayudar al niño a tornarse un ser humano creativo y holístico,
integrado, de modo que tenga una verdadera calidad de vida bajo el punto de vista de esa visión
más amplia?

La vida de un ser humano tiene cuatro aspectos: el físico, el emocional, el intelectual y el


Espiritual. Y si yo estoy preocupado con un desenvolvimiento integrado, holístico del niño,
necesito auxiliarlo a alcanzar la perfección en todos esos cuatro aspectos y no solamente en los
aspectos intelectuales y académicos. Por lo tanto, se vuelve importante para nosotros, proveer al
niño de condiciones para su desenvolvimiento en todos esos diferentes aspectos. Y cuando estoy
preocupado con todos los aspectos, al cultivar un determinado aspecto, no debo causar daño al
otro. Entonces, ¿qué tipo de motivación yo debo usar para la educación del niño, o en la
educación del niño?

En una escuela, el niño tiene que hacer una gran cantidad de trabajo, y si solo el
desenvolvimiento académico fuera mi preocupación, puedo intimidarlo para trabajar duro, y tal
vez el niño se torne el mejor matemático o físico que trabajó duro, pero el miedo así generado es
un tipo de desorden en la conciencia del niño. Esto estanca su crecimiento, crea un tipo de mente
que es conformista y obediente y destruye la verdadera inteligencia. Pero, si yo estuviese
también preocupado con los otros aspectos –espiritual y emocional- del niño, no debo usar el
miedo como motivador de la educación.
Otro tipo de motivación que es frecuentemente usado es el alentamiento en la
competición o competitividad entre los niños. Eso significa que el niño pasa a tratar a su colega
como un rival y no como un amigo, lo que va a tornarlo egocéntrico, egoísta, y destruir el afecto
entre los niños. Si estoy interesado en desenvolver la conciencia, una conciencia que tenga
respecto a la vida, que tenga amor y compasión, que tenga consideración hacia los otros seres
humanos, entonces yo no debo usar la competición como un elemento motivador, porque ese
elemento destruye todo eso. Otro tipo de motivación que nosotros hemos usado en la educación
en todo el mundo, es ofrecer recompensas y premios por el logro de objetivos individuales. Por
ejemplo: los padres, muchas veces dicen: si tú sacas una nota “A” en todos los exámenes, voy a
comprarte una bicicleta. Con esa motivación yo estoy enseñando al niño a no trabajar con
alegría, a no hacer una cosa por amor a la cosa hecha, sino a utilizar un medio para alcanzar un
fin. Y este es el medio por el cual se va sembrando en el niño, las semillas de la corrupción. Al
final de cuentas, el gobernante o oficial que es corrupto y pide una consideración extra para
hacer su trabajo normal, está básicamente diciendo: ¿qué es lo que voy a ganar al hacer esto? Si
yo creo un tipo de ser humano que solo es motivado y energizado por recompensa, yo ya estoy
sembrando las semillas de la corrupción en aquella mente.

Pero si estoy preocupado con el desenvolvimiento de todos los aspectos de ese ser
humano, no debo usar un tipo de motivación que pueda ser útil para atender solo el aspecto
académico, y que lo damnificará en otros aspectos de la vida humana. Como profesor, pregunto:
-¡Y éste es un desafío terrible!- ¿Puedo yo amenazar a ese niño con castigos? ¿ Y tampoco puedo
ofrecerle recompensa?; ¿no puedo estimular la competencia con los otros niños? ¿Cómo es que
voy a conseguir que el niño haga la limpieza de la casa? Ahora, esto es un desafío para un
profesor que se volvió mucho mayor. Debo preguntarme a mí mismo si seré capaz de
transformar el aprendizaje en una alegría para el niño. ¿No debería el aprendizaje ser una
alegría?

O de otra forma, ¿cuál sería la diferencia entre una escuela y un presidio? También en un
presidio las personas son sometidas a un riguroso programa de manera que son forzadas a
seguirlo. Si ellas no obedecen, existe el bastón real, la vara. Es así como nosotros entrenamos a
los cachorros. Pues cuando ellos hacen bien las cosas, ganan una recompensa, cuando el
cachorro hace algo que nosotros no queremos que haga, le pegamos. Y no hay mucha diferencia
entre esto y la manera como tratamos tradicionalmente a los niños en las escuelas.

Ahora, como profesor, tengo un desafío mucho mayor. No quiero solo orden en la sala de
un aula de modo que el trabajo continúe de una forma eficiente, porque yo no quiero que ese tipo
de orden tenga que ver con un desorden psicológico, pues el miedo y la rivalidad son formas de
desorden psicológico. Si estoy preocupado con el desenvolvimiento holístico de la conciencia
del niño, yo necesito tener responsabilidad no solamente por la forma externa de orden del niño,
sino también por la forma de orden dentro de su conciencia. Y el miedo, por ejemplo, es una
forma de desorden de la conciencia. El egoísmo y la rivalidad son formas de desorden de la
conciencia y yo no debo promover esto. Debo preguntar: ¿podré yo tornar el aprendizaje en una
forma de alegría para el niño? Lo que significa, como profesor, que mi responsabilidad debe
revelar al niño toda aquella belleza que esté en la vida. Existe, antes que nada, un tipo de belleza
en las matemáticas, en la ciencia, en el arte, en la música, en la danza, en la naturaleza, en los
deportes, en el relacionamiento y en la amistad, y nosotros queremos revelar ese tipo de belleza
para el niño. Y en ese momento, tenemos una visión muy diferente de la Educación, porque el
propósito de la educación pasa a ser “revelar la belleza que existe en la vida”, y la belleza es
alegría. No es aquella alegría de la conquista y de las recompensas, sino, la alegría de hacer lo
que se está haciendo.

De otra forma, yo creo un tipo de ser humano que está comprometido con la vida, y que
durante cinco días a la semana él lucha con su trabajo, pues él no está interesado en el trabajo,
sino que él lo enfrenta para ganar su salario con el cual pretende descansar el fin de semana. Y
nosotros hemos creado ese tipo de vida en la sociedad, en la cual el 90 % de los seres humanos
están solo preocupados en llegar luego al fin de semana. ¿Por que el fin de semana vino a
convertirse en una cosa tan importante? ¿Y por qué yo debería vivir cinco días de la semana sin
alegría para tener solamente dos días alegres?

¿Eso es una vida de alta calidad? Y, mientras tanto, nosotros hemos aceptado esto y
estamos también entrenando a nuestros niños, para que se adecuen a eso. Por eso es importante
que nos cuestionemos el tipo de visión que tenemos. Cuando la visión es estrecha y el propio
espíritu de la educación es embotado, se puede desprender una gran cantidad de energía en
organizar una escuela y se puede hasta pensar que se está progresando mucho al tener una serie
de estudiantes que alcanzan la nota “A”, pero aún así, es un tipo de conquista muy estrecha. Es
muy importante hacer preguntas más amplias, lo que significa que yo también tengo la
responsabilidad de auxiliar a ese niño a llegar a tener sensibilidad de modo que él nunca quede
enfadado. En el presente estamos produciendo seres humanos, y somos todos nosotros los que
estamos enfadados con la vida. Por eso existe toda una industria de diversión que crece, de
manera que ayuda a huir, a escapar de nuestro tedio, y es claro que ellos hacen dinero a partir de
eso. De modo que yo pregunto: ¿Cómo puedo establecer un Sistema de Educación en el que se
ayude al niño a no tener miedo, a no vivir constantemente ansioso y no estar enfadado? Eso
significa que preciso ayudarlo a despertar el amor en su conciencia, debo estar preocupado con
todo y su punto de enfoque a la vida, de modo que el niño no se vuelva una persona estrecha y
auto-centrada como ser humano, que está solo interesado en alcanzar ciertos objetivos en una
dirección y está constantemente comparándose con los demás y que se preocupa en estar siempre
ganando la carrera al frente de todos. Tal mente ambiciosa no solo crea la miseria para sí misma,
sino que crea también una gran cantidad de violencia en la sociedad. Cuando yo voy en la
dirección de algo con mucha ambición, estoy terriblemente preocupado por mi conquista, y voy
a derribar, o empujar a quien quiera que aparezca en mi camino, y todo se torna una pérdida de
tiempo si no contribuye a mi ambición particular.

Debemos preguntarnos a nosotros mismos de dónde surge esa idea o sensación de la


pérdida de tiempo. ¿Y qué es de hecho la buena utilización del tiempo? Decíamos que el objetivo
de la vida es florecer en alegría y esa ambición de alcanzar una conquista, un objetivo,
¿contribuye para eso? Pero ese es el tipo de ser humano que nosotros estamos produciendo en el
presente estadio de desenvolvimiento del Sistema Educativo.

Necesito educar al niño sobre las habilidades del mundo exterior, de modo de enseñarle
los asuntos académicos y también asegurar la excelencia en esta dirección, pero al mismo
tiempo, debo encaminarla a la sabiduría de modo que ella desenvuelva autoconocimiento, para
que pueda haber cierto tipo de florecimiento y de virtud en su conciencia. Entonces, entiendo
que la educación debe tener ambas responsabilidades: conocimiento del mundo exterior, y cierto
tipo de comprensión de nuestro relacionamiento y de la relación de éstos con nuestra propia
conciencia. Sin esta visión, y esta sabiduría, el conocimiento solo se transforma en poder. Y el
poder, frecuentemente es mal utilizado. Es utilizado para dominar a los demás, para competir con
los demás y para ser violento. Nosotros tenemos que crear una mente que sea científica y
religiosa al mismo tiempo. Ella no debe estar solo interesada en la verdad sobre el mundo
exterior, sino también en la verdad sobre el mundo interno, o de la conciencia, que es el lema de
la Sociedad Teosófica: La Verdad es la más elevada de todas las religiones. Y la palabra
“Theosophia” en sí misma significa “búsqueda de la sabiduría”.

Cual es la importancia de enseñarle a un niño “Por qué el sol brilla”, pero no darle
importancia a la relación que ella tiene con el placer, o la comprensión de las relaciones que
surgen entre nosotros los seres humanos. ¿Y por qué las relaciones se quiebran o llegan a una
ruptura? ¿Será que esas cosas no importan mucho más en nuestra vida cotidiana, que descubrir
“por qué el sol brilla?” Nosotros hemos creado un Sistema de Educación que solo se preocupa
por el conocimiento del mundo exterior, y no con el desenvolvimiento de la percepción de
conciencia de forma absoluta. Tal vez ese sea, señores, un punto de vista chocante o una
afirmativa chocante a hacer. Pero, en cuanto a los teósofos, nosotros estamos en la búsqueda de
la verdad y yo llego incluso a cuestionarme si nosotros, de hecho, amamos a nuestros niños, o si
estamos solamente usándolas para aprovechar determinadas funciones en la sociedad.

Cuando una persona se aproxima al enfoque de la educación mediante esa visión,


comprende y siente la necesidad de establecer un tipo de educación completamente diferente. En
las escuelas Krishnamurti, estamos intentando establecer un tipo diferente de educación.
Estamos intentando crear un tipo de escuela que es residencia, para que los profesores y los
alumnos puedan estar juntos en el “campus” y la interacción entre ellos no se restrinja a la
cuestión de lo que sucede en la sala del aula, sino que estén, también, preocupados con el
desenvolvimiento de su salud física y emocional y con la comprensión de todas sus relaciones.

Y, si, dentro de aquella pequeña comunidad que es la escuela – una especie de proyecto
piloto – los niños no pueden vivir sin aquellos valores, no tienen ningún significado esperar que
ellas, más tarde, puedan vivir con esos valores en el mundo de allá fuera.

FIN

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