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Cours Vincennes - St Denis : Bergson, Materia y Memoria - 05/01/1981


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Abordaré el primer capítulo de Materia y Memoria. Ese primer capítulo es


extraordinario en sí, y con relación a la obra de Bergson. Aún en el
bergsonismo tiene una situación única. Es un texto muy curioso.
Suponemos que la psicología, a fines del siglo XIX se encuentra en una crisis.
La crisis consistía en que no podían mantenerse en la situación siguiente, es
decir en una distribución de las cosas en la que teníamos las imágenes en la
conciencia y los movimientos en el cuerpo. Esta especie de mundo fracturado
en imágenes en la conciencia y en movimientos en el cuerpo planteaba
cantidad de dificultades. Pero, ¿por qué planteaba dificultades a fines del siglo
XIX y no antes? ¿Es por azar que coincide con los inicios del cine? ¿No habrá
sido el cine una especie de trastorno que vuelve cada vez más imposible una
separación de la imagen, la cual remitiría a una conciencia, y un movimiento, el
cual remitiría a los cuerpos? A inicios del siglo XX, se dibujan dos grandes
reacciones contra esta psicología clásica que estaba atascada en la dualidad
de la imagen en la conciencia y el movimiento en el cuerpo. Una que dará la
corriente fenomenológica y la otra que la dará el bergsonismo. El que la
fenomenología haya tratado tan duramente a Bergson, ¿no sería para
separarse de él? Lo que hay en común entre la fenomenología y Bergson, es
esta especie de superación de la dualidad imagen-movimiento. Quieren sacar a
la psicología de un camino trillado. Pero si esa meta les es común, ellos la
realizan, la efectúan de manera completamente diferente. Y yo decía que si se
acepta que el secreto de la fenomenología está contenido en la formula
estereotipada, muy bien conocida, de: "toda conciencia es conciencia de algo",
con la que pensaban, justamente, ir más allá de la dualidad de la conciencia y
del cuerpo, de la conciencia y de las cosas. El procedimiento bergsoniano es
completamente diferente y su formula estereotipada, si la inventamos, sería:
"toda conciencia es algo". Es necesario ver la diferencia de esas dos formulas,
y aquí también tengo una hipótesis, como marginal, concerniente al cine, a
saber: es que de cierta manera no es Bergson el que está en ventaja sobre la
fenomenología.

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En toda su teoría de la percepción, la fenomenología, a pesar de todo,
conserva las posiciones pre-cinematográficas, mientras que Bergson que, en
"La evolución creadora", opera una condenación tan global como rápida del
cine, desarrolla quizá, en "Materia y Memoria", un extraño universo que se
podría llamar cinematográfico y que está mucho más próximo de una
concepción cinematográfica del movimiento que la concepción fenomenológica
del movimiento. Voy a relatarles este primer capítulo con lo que tiene de
extraño. Es un texto muy difícil. Ese texto nos lanza de lleno un latigazo,
inmediatamente, que hay que comprender muy bien, y es que no hay dualidad
entre la imagen y el movimiento, como si la imagen estuviese en la conciencia
y el movimiento en las cosas. ¿Qué hay? Solamente imágenes-movimiento. Es
en sí misma que la imagen es movimiento y en sí mismo que el movimiento es
imagen. La verdadera unidad de la experiencia es la imagen-movimiento. A
este nivel solo hay imágenes-movimiento. Un universo de imágenes-
movimiento. Las imágenes-movimiento son el universo. El conjunto de las
imágenes-movimiento, ese conjunto ilimitado, es el universo. ¿En qué
atmósfera estamos? Bergson se preguntará ¿de qué punto de vista habla? Es
un capítulo muy inspirado.
Un universo ilimitado de imágenes-movimiento, ¿qué quiere decir? Quiere decir
que, fundamentalmente, la imagen actúa y reacciona. La imagen es lo que
actúa y reacciona. La imagen es lo que actúa sobre las otras imágenes y lo que
reacciona a la acción de otras imágenes. La imagen sufre las acciones de otras
imágenes y reacciona. ¿Por qué esa palabra "imagen"? Es muy simple, y
nuestra comprensión es un poco afectiva. La imagen es lo que aparece. Se
llama imagen a lo que aparece. La filosofía siempre ha dicho "lo que aparece
es el fenómeno". El fenómeno, la imagen, es lo que aparece en tanto aparece.
Bergson nos dice, entonces, que lo que aparece está en movimiento y, en un
sentido, es muy clásico. Lo que no es clásico es lo que saca de allí. El toma en
serio esta idea. Si lo que aparece está en movimiento, solo hay imágenes-
movimiento. Eso quiere decir, no solo que la imagen actúa y reacciona, ella
actúa sobre otras imágenes y las otras imágenes reaccionan sobre ella, pero
ella actúa y reacciona en todas sus partes elementales. Esas partes
elementales que son ellas mismas imágenes, o movimientos, ustedes eligen.
Ella reacciona en todas sus partes elementales o, como dice Bergson, bajo

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todas sus caras: cada imagen actúa y reacciona en todas sus partes y bajo
todas sus caras que son ellas mismas imágenes. ¿Qué quiere decir eso? El
intenta decirnos: no consideren que la imagen es un soporte de acción y
reacción, sino que la imagen es en sí misma, en todas sus partes, y bajo todas
sus caras, acción y reacción, o si lo prefieren: acción y reacción son de las
imágenes. En otros términos, la imagen es el estremecimiento, la vibración.
Entonces, es evidente que la imagen es el movimiento. La expresión que no
está en el texto de Bergson, pero que, todo el tiempo, está sugerida por el
texto, la expresión imagen-movimiento está fundada desde ese punto de vista.
Bergson quiere decirnos que no hay ni cosa ni conciencia, que hay imágenes-
movimiento y que eso es el universo. En otros términos, hay un en sí de la
imagen. Una imagen no tiene ninguna necesidad de ser apercibida. Hay
imágenes que son apercibidas, pero hay otras que no son apercibidas. Un
movimiento puede muy bien no ser visto por alguien, es una imagen-
movimiento. Es un estremecimiento, una vibración que responde a la definición
misma de imagen-movimiento, a saber una imagen-movimiento es lo que está
compuesto en todas sus partes y bajo todas sus caras por acciones y
reacciones. Solo hay movimientos, es decir solo hay imágenes.
Entonces, literalmente, no hay ni cosa ni conciencia. La fenomenología
conservará todavía las categorías de cosas y de conciencia, trastornando su
relación. Para Bergson, en este nivel, en el primer capítulo, no hay ni cosa ni
conciencia. Solo hay imágenes-movimiento en perpetua variación las unas con
relación a las otras. ¿Por qué? Porque es el mundo de las imágenes-
movimiento puesto que toda imagen como imagen ejerce las acciones y sufre
las acciones, puesto que sus partes como imágenes son ellas mismas las
acciones y reacciones. La cosa son las imágenes, las cosas son las imágenes,
los estremecimientos, las vibraciones. La mesa es un sistema de
estremecimientos, de vibraciones.
Introduzco inmediatamente algo que puede aclarar ciertos textos de Bergson.
una molécula, es una imagen, diría Bergson, y justamente es una imagen
porque es estrictamente idéntica a sus movimientos. Cuando los físicos nos
hablan de tres estados de la materia: estado gaseoso, estado solido, estado
liquido; estos se definen ante todo por los movimientos moleculares de tipos
diferentes, las moléculas no tienen el mismo movimiento en los tres estados.

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Pero siempre son de la imagen-movimiento, es decir de las vibraciones, de los
estremecimientos, sometidos, sin duda, a las leyes. La ley es la relación de una
acción y una reacción. Esas leyes pueden ser extraordinariamente complejas.
Y, tanto como no hay cosas, no hay conciencia. ¿Por qué? Por ejemplo, la cosa
solida es una imagen-movimiento de cierto tipo, y es cuando el movimiento de
las moléculas esta confinado por la acción de otras moléculas en un espacio
restringido de tal manera que la vibración oscila alrededor de una posición
media. Al contrario, en un estado gaseoso, hay un libre recorrido de las
moléculas, unas respecto de las otras. Pero son tipos de estremecimientos
diferentes. Y así como no hay cosas no hay conciencia. ¿Qué es mi
conciencia? Es una imagen, es una imagen-movimiento, una imagen entre
otras. Mi cuerpo, mi cerebro, son imágenes-movimiento entre otras. Ningún
privilegio. Todo es imagen-movimiento y se distingue por los tipos de
movimientos y por las leyes que regulan la relación de las acciones y
reacciones en este universo. Acabo de sugerir esta identidad
imagen=movimiento. Bergson añade algo muy importante en este primer
capítulo: no solo imagen=movimiento, sino imagen= movimiento= materia. De
cierta manera, eso va de sí, pero también es muy difícil. Para comprender la
triple identidad, le es necesario proceder en cascada.
Necesita primero mostrar la identidad primera imagen=movimiento, y la
identidad de la materia deriva de la identidad imagen=movimiento. Es porque la
imagen es igual al movimiento que la materia es igual a la imagen-movimiento.
La materia es ese universo de las imágenes-movimiento en cuanto ellas están
en acciones y reacciones las unas respecto de las otras.
¿Por qué la materia y la imagen se concilian tan bien? Es porque la materia es
lo que no tiene virtualidad, por definición. Bergson dice que en la materia nunca
hay nada escondido. Hay mil cosas que no vemos, pero hay una cosa que sé,
como a priori, como independientemente de la experiencia, según Bergson en
todo caso, y es que, sí, la materia puede tener mucho más que lo que veo, es
en ese sentido que ella no tiene virtualidad. En la materia no hay y no puede
haber más que movimiento. Entonces, seguramente, hay movimiento que no
veo. Retoma el tema precedente, hay imágenes que no percibo, pero no por
eso son menos imágenes tal y como él ha definido la imagen. La imagen no
está simplemente en referencia con la conciencia, por una simple razón: que la

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conciencia es una imagen entre otras imágenes.
En una especie de orden de razones, habría que decir: comienzo por mostrar la
igualdad de la imagen y del movimiento, y es está igualdad de la imagen y del
movimiento lo que me da el derecho de concluir la igualdad de la materia con la
imagen-movimiento. Estamos aquí con nuestra triple identidad.
Esta triple identidad, imagen= movimiento= materia, es, entonces, como el
universo infinito de una universal variación perpetua de acciones y reacciones.
No es la imagen que actúa sobre otras imágenes y no es la imagen que
reacciona frente a otras imágenes, sino la imagen en todas sus partes y bajo
todas sus caras la que es en sí misma acción y reacción, es decir vibración y
estremecimiento.
¿Desde qué punto de vista puede Bergson descubrir este universo de la
imagen-movimiento? Bergson se lo pregunta y responde que es el punto de
vista del sentido común. En efecto, el sentido común no cree en una dualidad
de la conciencia y de las cosas. El sentido común sabe muy bien que nosotros
captamos más que las representaciones y menos que las cosas. El sentido
común se instala en un mundo intermediario, entre las cosas que nos serían
opacas y las representaciones que nos serían interiores. Bergson dice que ese
universo de las imágenes-movimiento, finalmente, es el punto de vista del
sentido común. ¿No sería más bien el punto de vista de la cámara?
Universo infinito de universales variaciones, ese es el conjunto de las
imágenes-movimiento. ¿Podría definir ese universo como una especie de
mecanismo? Acción y reacción. Es verdad que posee una relación directa con
el mecanismo, a saber que no hay finalidad en este universo. Este universo es
como es, tal como se produce, aparece; no tiene ni razón ni meta.
Aún más, para Bergson esta cuestión no tiene sentido. Entonces este universo
parece mecánico. Pero, de hecho, no del todo. ¿Por qué este universo de las
imágenes-movimiento no puede ser un universo mecánico? Si tomamos en
serio el concepto de mecanismo, creo que responde a tres criterios de los que
Bergson ha hablado claramente: primer criterio es la instauración de un sistema
cerrado, de sistemas artificialmente cerrados. Una relación mecánica implica un
sistema cerrado al cual se refiere y en el cual se desarrolla. El segundo criterio
es que implica cortes inmóviles en el movimiento. Operar cortes inmóviles en el
movimiento, a saber el estado de un sistema en un instante. El tercer criterio es

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que implica acciones de contacto que dirigen el proceso tal como pasa en el
sistema cerrado. Hemos visto precedentemente que con Bergson el universo
de las imágenes-movimiento no es un universo cerrado. Esta es una primera
diferencia con el sistema mecánico. El universo de las imágenes-movimiento es
un universo abierto y sin embargo no hay que confundirlo con lo que Bergson
llama, en La evolución Creadora, el Todo abierto en el sentido de la Duración.
Tenemos entonces tres nociones por distinguir:
- el sistema artificialmente cerrado o conjunto,
- el Todo, o cada todo, que es fundamentalmente del orden de la duración,
- el universo que designaría el conjunto de las imágenes-movimiento en tanto
que ellas actúan las unas sobre las otras y que reaccionan las unas con las
otras.

Entonces este universo de las imágenes-movimiento no es de tipo mecánico


puesto que no se inscribe en los sistemas cerrados. Este universo no procede
por cortes inmóviles del movimiento puesto que, en efecto, procede por
movimiento. Y si, como también lo hemos visto precedentemente, el
movimiento es el corte de algo, uno no debe confundir el corte inmóvil del
movimiento con el movimiento mismo como corte de la duración. Ahora bien en
el universo de las imágenes-movimiento, los únicos cortes son los movimientos
mismos, a saber las caras de la imagen. Es entonces una segunda diferencia
con un sistema mecanicista. Tercera diferencia: el universo de las imágenes-
movimiento excluye las acciones de contacto, ¿en qué? Las acciones sufridas
tras una imagen se extienden también lejos y a la distancia que se quiera,
¿según qué? Según las vibraciones correspondientes.
Bergson que ha criticado completamente los cortes que se operan sobre el
movimiento, nosotros esperaríamos que lo que tome como ejemplo de esos
cortes inmóviles operados sobre el movimiento, que tome como ejemplo el
átomo. El átomo es típicamente un corte inmóvil operado sobre el movimiento.
Ahora bien, nunca invoca el átomo cuando habla de cortes inmóviles. El se
hace una idea muy rica del átomo, el átomo siempre es inseparable de un flujo,
de una onda de acción que recibe y de una onda de reacción que emite.
Bergson nunca concibe el átomo como un corte inmóvil. Concibe el átomo
como corpúsculo en relación fundamental con las ondas, en relación

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inseparable con las ondas, o como un centro inseparable de las líneas de
fuerzas. En ese sentido el átomo, para él, no es fundamentalmente un corte
operado sobre el movimiento, sino una imagen-movimiento. Por esas tres
razones digo que el universo de las imágenes-movimiento merece el nombre
de universo porque no se reduce a un sistema mecánico, y sin embargo
excluye toda finalidad, toda meta, aún más excluye toda razón. De ahí la
necesidad de encontrar un término que distinguiera bien la especificidad de
este universo de las imágenes-movimiento. La palabra maquínica me parece
necesaria. No es un universo mecanicista ni mecánico, es un universo
maquínico. Es el universo maquínico de las imágenes-movimiento. ¿Cuál es el
interés de lo maquínico? Es que es por el que podemos englobar la triple
identidad imagen= movimiento= materia. Es el agenciamiento maquínico de las
imágenes-movimiento. ¿El cine no és esto, al menos en una definición parcial?
Lo que me parece muy sorprendente en ese primer tema es que nunca, que yo
conozca, se había mostrado que la imagen fuera a la vez material y dinámica.
Mientras que Bachelard se ocupa de la imaginación, por otros medios, y así
encuentra, a su manera, a saber la idea de que la imaginación es en su
esencia material y dinámica. Esto es afirmado con una fuerza extraordinaria en
el primer capítulo: la imagen es una realidad material y dinámica.
En todos los textos de Bergson antes de Materia y Memoria, y en todos
aquellos después de Materia y Memoria, ustedes encontrarán un terreno bien
conocido que es el del bergsonismo, y si intento definirlo, de un lado ustedes
tienen el espacio, de otro lado, ustedes tienen el verdadero movimiento y la
duración. El primer capítulo de Materia y Memoria hace un fantástico avance
porque parece decirnos de hecho otra cosa, nos dice que el verdadero
movimiento es la materia, y la materia-movimiento es la imagen. Ya no se trata
de la cuestión de la duración. Nos introduce en ese universo muy especial que
yo llamo por comodidad el universo maquínico de las imágenes-movimiento. La
pregunta es ¿Cómo un punto tan avanzado podrá conciliarse con los libros
precedentes y con los libros que lo siguen? A partir del primer capítulo de
Materia y Memoria asistimos al descubrimiento de un universo material de las
imágenes-movimiento, a tal punto que el problema de lo extenso ya no se
plantea, ¿por qué? Porque lo extenso está en la materia y no la materia en lo
extenso. Lo que cuenta es la triple identidad imagen= movimiento= materia.

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Esta triple identidad define lo que se llamará en adelante el universo material o
el agenciamiento maquínico de las imágenes-movimiento. El cine es el
agenciamiento de las imágenes-movimiento.
Es el primer punto y es como una novela, aún más que las novelas pues en
ese universo maquínico de las imágenes-movimiento, que actúan y reaccionan
las unas sobre las otras, en perpetua vibración , esta es la imagen: aquí algo va
a pasar. En ese mundo surgirá algo extraordinario, ¿qué puede pasar en este
universo sino que las imágenes, perpetuamente, chapoteen? Algo llega en este
universo. Este universo de las imágenes-movimiento no tiene nada que ver, por
el momento, con una percepción cualquiera. ¿Cómo nace una percepción? Por
el momento no introduciré la categoría de percepción. Hay que pensar la
inmovilidad en términos de movimiento (...) ...
Comprendan las reglas del concepto que se impone Bergson: nos dice que la
materia no contiene nada más que lo que nos da. No hay nada escondido en la
materia: ¿qué puede pasar en este universo? Esta completamente excluido el
recurrir a algo que no sea movimiento, eso está en suspenso.
Lo que pasa es: ciertas imágenes presentan un fenómeno de retardo. Bergson
solo introduce el retardo. Retardo quiere decir que, a nivel de ciertas imágenes,
la acción sufrida no se prolonga inmediatamente en reacción ejecutada. Entre
la acción sufrida y la acción ejecutada hay intervalo. Eso es prodigioso: lo único
que se da es un intervalo de movimiento. Literalmente, es nada. Hay imágenes
constituidas de tal manera que entre la acción que sufren y la reacción que
ejecutan, hay un lapso de tiempo, un intervalo. Bergson nos dice que la
superioridad de ciertas imágenes no es la de tener un alma, no es la de tener
una conciencia -ellas permanecen completamente en el dominio de las
imágenes-movimiento-, simplemente es como si la acción sufrida y la reacción
ejecutada estuvieran distendidas. ¿Qué hay entre las dos? Por el momento
nada, un intervalo. ¿Hay imágenes que se definirán únicamente a nivel del
movimiento: retardo del movimiento?

Solo exige un pequeño desvío. Un pequeño intervalo entre dos movimientos.


Habría entonces dos tipos de imágenes:
1) las imágenes que sufren las acciones y que reaccionan en todas sus partes

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y bajo todas sus caras, inmediatamente, 2) otro tipo de imágenes que
simplemente presentan un desvío entre la acción y la reacción.

Reservaremos la palabra acción, propiamente hablando, a las reacciones que


sobrevienen después del desvío. Tales imágenes están llamadas a actuar
propiamente hablando. En otros términos, hay acción cuando la reacción no se
encadena inmediatamente con la acción sufrida. Es una definición temporal. Y
las definiciones de Bergson siempre son definiciones temporales: él siempre
define en el tiempo a las cosas o a los seres.
Tomemos un ejemplo: mi cerebro. Mi cerebro es una imagen-movimiento, pero
es una imagen extraña. La diferencia entre la imagen-cerebro y la médula
espinal: en el arco reflejo una conmoción recibida, una acción sufrida, se
prolonga inmediatamente, hay entonces un encadenamiento inmediato, sin
intervalo, entre las células sensitivas que reciben la excitación (a grosso modo),
y las células motrices de la médula que desencadenan la reacción. Mi cerebro
recibe una excitación y extrañamente se hace un giro: la excitación va más allá,
ella va más allá de las células del encéfalo, hasta las células corticales. De allí
re-desciende hasta las células motrices de la médula, entonces hay diferencia
entre una acción refleja y una acción cerebral. Todo esto es puro movimiento.
Ese es el retardo. El intervalo entre los dos movimientos ha sido cogido por el
retorno del movimiento. La filosofía solo tiene necesidad de una definición
temporal del cerebro, y la primera definición temporal será el desvío. El cerebro
es, el mismo, un desvío, un desvío entre un movimiento recibido y un
movimiento devuelto, desvío a favor del cual se produce un retorno del
movimiento.
¿Qué implica ese desvío? Bergson nos dice tres cosas:
La imagen especial (el desvío) que lo es debido a esta propiedad del desvío; no
podemos decir que sufra las acciones, no podemos decir que reciba las
excitaciones en todas sus partes y sobre todas sus caras. Este era el caso de
la imagen-movimiento ordinaria. Cuando hay desvío entre el movimiento
recibido y el movimiento ejecutado, la condición misma por la que hay desvío
es que el movimiento recibido sea localizado, que la excitación recibida sea
localizada. La imagen especial será una imagen que recibe las excitaciones
que se ejercen sobre ella en algunas de sus partes y sobre algunas de sus

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caras. Eso quiere decir que cuando otra imagen actúa sobre ella, ella solo
retiene una parte de la acción de la otra imagen. Hay cosas que atraviesan la
imagen especial y a las que permanece indiferente, en otros términos, retiene
solo lo que le interesa. En efecto, solo retiene lo que es capaz de captar en
algunas de sus partes y sobre algunas de sus caras. Retiene lo que le interesa.
Ejemplo: en la luz, lo viviente solo retiene ciertas longitudes de ondas y ciertas
frecuencias, el resto lo atraviesa y le es indiferente. La oposición deviene
rigurosa: la imagen especial que presenta el fenómeno de desvío, por ese
mismo hecho, ella solo recibe la acción que sufre sobre ciertas caras o en
ciertas partes, y entonces, deja escapar de la imagen -o de la cosa, lo que
viene a ser lo mismo-, que actúa sobre ella, deja escapar mucho.
El primer carácter del desvío o de la imagen especial será seleccionar.
Seleccionar en la excitación recibida, o eliminar, sustraer. Habrá cosas que la
imagen especial dejará pasar, al contrario una imagen ordinaria no deja pasar
nada puesto que, una vez más, ella recibe sobre todas sus partes y sobre
todas sus caras. La imagen especial solo recibe sobre ciertas caras y partes
privilegiadas. Entonces deja pasar una enormidad de cosas. No veo más allá o
más aca de ciertas longitudes de ondas, de tales o cuales frecuencias. Un
animal verá o escuchará cosas que yo no siento. Ese es el primer aspecto de la
selección o la eliminación que define el fenómeno del desvío, o ese tipo de
imagen especial.
Segundo: consideremos la acción sufrida, en lo que permanece, puesto que
como imagen especial, ya he seleccionado las acciones que sufría.
Consideremos ahora lo que sufro como acción: sufro un estremecimiento,
recibo las vibraciones. No hablo de las que elimino, ni hablo de las que dejo
pasar. Hablo de las que recibo sobre una de mis caras privilegiadas y sobre
algunas de mis partes. ¿Qué pasa para esta acción sufrida? Y este será el
segundo carácter. En el circuito reflejo no hay problema, la acción se prolonga
en reacción ejecutada por intermedio de los centros motores. Pero hemos visto
que aquí hay un rodeo por el encéfalo, ¿qué quiere decir ese rodeo?
Sucede como si la acción sufrida cuando llega al encéfalo -parece
prodigiosamente complicado-, se divide en una infinidad de caminos nacientes.
Sucede como si la excitación recibida se dividiera al infinito como en una
especie de multiplicidad de caminos bosquejados. La excitación se encuentra

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frente a una especie de división de sí en mil caminos corticales, y siempre
modificados. Es una multidivisión. Multidivisión de la excitación recibida. Esta
es la descripción bergsoniana de lo que hace el cerebro.
Bergson nos está diciendo que, evidentemente, el cerebro no introduce las
imágenes, las imágenes no están ahí antes. No, el cerebro divide un
movimiento de excitaciones recibidas en una infinidad de caminos, ese es el
segundo aspecto: ya no una selección-sustracción, sino una división. Segundo
aspecto del desvío: la división del estremecimiento o de la excitación recibida.
La acción sufrida no se prolonga en una reacción inmediata, se divide en una
infinidad de reacciones nacientes. Esta división es como una especie de
indecisión, Bergson no utiliza esta palabra, pero yo la necesito. Es una
indecisión, como si la excitación recibida vacilara, comprometiera un pie en tal
camino cortical, tal otro pie en tal otro camino, etc. Es como un delta
geográfico.
Tercero, gracias a esta división y estas subdivisiones de la excitación recibida
por el cortex, ¿que pasa? Cuando hay un re-descenso al centro motor de la
médula, es necesario que no sea ya el prolongamiento de la excitación
recibida, sino que sea como una especie de integración de todas las pequeñas
reacciones cerebrales nacientes. Aparecerá algo radicalmente nuevo con
relación a la excitación recibida. Es lo que llamaríamos una acción propiamente
hablando.
Este tercer nivel, diremos que consiste en lo que son las imágenes especiales
porque, en lugar de encadenar sus reacciones con la excitación, ellas eligen la
reacción que van a tener en función de la excitación.
Tenemos aquí, entonces, tres términos enteramente cinéticos, es decir
términos de movimiento. No se ha introducido nada que parezca un espíritu.
Esos tres términos cinéticos permiten definir la imagen especial, y son:
1) sustraer-seleccionar,
2) dividir,
3) elegir.

Y elegir no implica a ese nivel la conciencia.


La definición temporal, a partir de los textos de Bergson, sería: Elegir es
integrar la multiplicidad de las reacciones nacientes tal como se operarían o se

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trazarían en el cortex. Una tal imagen que es capaz de seleccionar algo en las
acciones que sufre, de dividir la excitación que recibe, y de elegir la acción que
ejecutará en función de la excitación recibida, a una tal imagen la llamamos la
imagen subjetiva. Señalemos que ella hace parte, absolutamente, de las
imágenes-movimiento. Esta definida por entero en movimiento. "Sujeto" no es,
aquí, más que una palabra para designar el desvío entre la excitación y la
acción. Yo diría que la imagen subjetiva es un desvío y este desvío define
únicamente un centro que habría que llamar un centro de indeterminación.
Cuando hay desvío entre la excitación recibida y la reacción ejecutada, hay
centro de indeterminación. Eso quiere decir que, en función de la excitación
recibida, no puedo prever cual será la reacción ejecutada. El sujeto es un
centro de indeterminación.
Entonces aquí la definición espacial corresponde a la realidad temporal del
sujeto: por sujeto se entiende algo que se produce en el mundo, es decir en el
universo de las imágenes-movimiento, es un centro de indeterminación que
está definido temporalmente por el desvío entre el movimiento recibido y el
movimiento ejecutado. Teniendo ese desvío los tres aspectos.
He aquí la segunda idea del primer capítulo que nos introduce directamente a
una tercera idea: ¿cual es el vínculo entre esos caracteres? El centro de
indeterminación está, entonces, definido por sustracción, división y elección.
¿Cuál es el vínculo entre esos tres caracteres? Es mi tercer problema
concerniente al primer capítulo de Materia y Memoria.
Esas imágenes especiales no reciben el todo de la acción. Eliminan un gran
número de partes de la imagen que actúa sobre ellas, es decir del objeto que
actúa sobre ellas. Percibimos muy poco de las cosas. Bergson dice que
nuestra grandeza es no percibir tanto, percibir, por definición, es no percibir
tanto. Si percibo todo, no percibo. Percibir es captar la cosa. Mi problema
deviene este: ¿por qué las imágenes especiales son debidas a la percepción?
Es forzoso puesto que operan la sustracción-selección, perciben la cosa en
ciertas partes de ella misma, privilegiadas, sobre ciertas caras. Perciben la
cosa, si, pero mucho menos de las cosas.
La percepción de una cosa es la cosa menos algo que no me interesa. Ustedes
recuerdan que todas las imágenes-movimiento, sobre todas sus caras y en
todas sus partes, están en comunicación las unas con las otras, es decir que

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intercambian movimiento. No son buenas condiciones para percibir: la mesa no
percibe. No tiene desvío entre las acciones y las reacciones, no hay selección.
Para percibir es necesario que recorte la cosa sobre sus bordes; es necesario
que yo le impida comunicar con las otras cosas en las que disolvería sus
movimientos. Como dice Bergson, es necesario que la aísle. Y no es solo sobre
sus bordes que debo sustraer, para tener una percepción, sino en la cosa
misma: compongo mi sistema de colores con las longitudes de onda y las
frecuencias que me conciernen. La percepción nace únicamente de una
limitación de la cosa.
¿Qué diferencia hay entre la cosa y la percepción de la cosa? Aquí estamos en
pleno corazón de lo que eran las dificultades de la psicología clásica. De cierta
manera, no hay diferencia: la percepción es la cosa misma. Una vez más, decir
que las cosas son las percepciones, si, muchos filósofos lo habían dicho en el
pasado, por ejemplo Berkeley. Pero lo que quiere decir Bergson no tiene
absolutamente nada en común con eso, pues, en cuanto a los otros, Bergson
no quiere decir eso. Quiere decir que las cosas son las percepciones en sí...

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