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“Y él dijo: Ven.

Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a


Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le
dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por que dudaste?”.

San Mateo 14:29-31

Hermano, antes de todo, antes de comenzar este mensaje, contesta esta pregunta, ¿Tienes
problemas? De cualquier índole; esta es una pregunta de la cual no se necesita la respuesta oral para
saber su contestación, pues la respuesta es afirmativa en todos los casos.
Pero este mensaje no es para ver si tenemos problemas o no, sino que es para ver a la luz de la
palabra lo que Dios quiere que sepamos, acerca de como hacer frente a ellos.

En el texto de referencia tenemos un pasaje bien precioso y edificante; en él podemos ver como
Pedro pudo caminar sobre las aguas, algo que no puede ser para la lógica humana, pero que si es
posible para el poder divino de nuestro Señor Jesús.

En aquel tiempo así como para el nuestro eso es algo extraordinario y sorprendente, por lo que los
discípulos al ver a Jesús caminar sobre las aguas se asustaron y se dijeron a si mismos que era un
fantasma, pero Jesús les habla y les dice "yo soy" (San Mateo 14:26-27)

Se dice que Pedro era el discípulo mas entrometido de todos, pues siempre andaba a la delantera de
los otros, siempre quiso hacer las cosas él, o era el que le preguntaba a Jesús, o sea que era el de
mayor iniciativa, y esta no iba a ser la excepción, ya que fue él el que le dijo: si eres tu manda que yo
camine sobre las aguas igual que tu (San Mateo 14:28).

En nuestro andar por el mundo, en un momento de nuestras vidas nos encontramos con Jesús, y le
recibimos como Salvador y Señor de nuestras vidas, y comenzamos a andar

por sendas extraordinarias que de antemano él las tenia preparadas para que anduviésemos en ellas
(Efesios 2:10), en nuestro caminar con Jesús vamos viendo cosas maravillosas que Dios va haciendo
en nosotros, cambios que él va efectuando en nuestras vidas.
Pero como siempre los problemas están delante de nosotros, tratando de agobiarnos.
Ahora bien, mientras Pedro tenia su mirada puesta en Jesús ¿que era lo que sucedía?, que Pedro
caminaba sobre las aguas, la tempestad ya estaba allí pero Pedro fijando su vista en Jesús tomo valor
y se bajo de la barca y comenzó a caminar sobre el agua.
Nuestros problemas han estado desde antes en nuestra vida, pues cuando Cristo nos encontró, nos
halló con una tempestad de problemas, y al venir a nuestro corazón, nuestra mirada se posiciono en
él; pero los problemas continuaron allí, lo que sucedió es que antes los enfrentábamos solos y ahora
los enfrentamos con la compañía de Cristo y sabemos que él ya venció en la cruz del calvario.

La tempestad de problemas los hemos ido venciendo con ayuda de Cristo pues en él somos mas que
vencedores, pero llega un momento en el que esos problemas se agigantan y pareciera que se nos van
a venir encima y que nos ahogaran, y es cuando quitamos nuestra mirada de Dios y comenzamos a
prestarle mas atención a la tempestad que a Cristo y como resultado de eso el temor viene a nuestra
vidas porque el enemigo al ver que nos fijamos en los problemas comienza a decirnos mentiras como
"no vas a poder salir de este problema" o "este problema es mas fuerte que tu", "deja de orar y mira
que grande se hizo este problema"; y de poco en poco nos vamos dejando atemorizar; Esto mismo
fue lo que le sucedió a Pedro; Cuando él quito la mirada de Jesús y vio las grandes ráfagas de viento
y las grandes olas, tuvo miedo, y no solo eso sino que empezó a hundirse, cuando tu sientes temor de
los problemas te empiezas a sumergir mas y más en ellos y tu atención es menos para Jesús y más
para la tempestad.

Pero Pedro recordó de quien podía tomar ayuda, y no solo lo pensó, sino que actuó recurrió al único
que podía ayudarle, porque el bien pudo haber tratado de llegar a la barca por si solo o pudo
haberles pedido ayuda a lo otros que estaban allí, pero no lo hizo pues sabia de donde podía recibir la
mejor ayuda (Salmo 121:1-2), le dijo ¡Señor sálvame! (San Mateo 14:30) y Jesús extendió su mano y
lo saco del agua y lo llevo a la barca, pero veamos que la tormenta continuo mientras ellos estaban
sobre el agua, o sea que ellos caminaron y la tormenta siempre estaba, y que se calmo hasta ellos
llegaron a la barca (San Mateo 14:32).

Estas tratando de llegar a la barca tu solo o estas poniendo tu mirada en tu Señor, le has pedido
como Pedro que te ayude, o estas haciendo como otros que dicen "Dios sabe mis necesidades, y no
tengo que decírselas pues él las sabe", Cristo actuó hasta que Pedro le pidió ayuda, hasta que
reconoció que él era el único que lo podía ayudar; Jesús sabia que Pedro se estaba hundiendo, pero
extendió su mano y lo levanto hasta que el le dijo ayúdame.

Le has dicho a Dios que le necesitas, que no puedes seguir contra los problemas sin él, les has dicho
ayúdame, si no lo has hecho ya es hora de que lo hagas.
Puede ser que el Señor te levante y que el problema se termine, o puede que te lleve en medio del
problema y te de fortaleza para que lo soportes hasta el final, así como hizo con Pedro que lo llevo
hasta la barca y luego calmo la tempestad.

Pero mientras Pedro iba de regreso a la barca junto con Jesús, seguro que se sintió de lo mas seguro,
pues sabia que estaba en buenas manos, las mejores que pueden tomar cuidado de nuestra vida, las
manos de nuestro amado Jesús.

Hermano tu ya has recibido la victoria sobre todos tus problemas, no importa cuales sean Cristo ya
los venció en la cruz del calvario al derramar su sangre, así que dile que te ayude, vuelve tu mirada a
él y descansa en los brazos de tu Maestro, en los brazos de tu Redentor.

Recuerda tu eres su especial tesoro.

Escrito por Oscar Ávila


jesusvive.com

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