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19
CAPITULO
APARATO
RESPIRATORIO
Prof. José María Ladero Quesada
el gráfico (Fig 19.1) los cambios de volumen que se producen. Los parámetros
que con ello se pueden obtener son los siguientes:
ESPIROGRAMA NORMAL
VRE FRC
1 seg.
RV
a) Prueba broncodilatadora
Estudia las variaciones que sufren varios parámetros de la espirometría for-
zada 15 minutos después de administrar un agente broncodilatador por aerosol,
como el salbutamol. Una prueba positiva indica la presencia de hiperreactividad,
aunque una negativa no descarta que ésta exista. Se considera que esta prueba es
clínicamente significativa cuando los valores de FEV1, FVC o FEF25-75%
aumentan al menos el 7, 11 y 35 % de los resultados basales, respectivamente.
b) Pruebas de provocación
Con ellas se persigue la producción de un broncoespasmo de forma contro-
lada mediante estímulos, tanto inespecíficos, como la inhalación de agentes bron-
coconstrictores (cloruro de metacolina, histamina), o la realización de determina-
dos estímulos (ejercicio, hiperventilación), como específicos, con agentes proba-
blemente implicados en la sensibilización. El resultado suele ser la dosis de pro-
vocación (PD) del agente broncoconstrictor que puede modificar en un determi-
nado porcentaje algunos parámetros, fundamentalmente el FEV1 o la conductan-
cia específica (SGaw), que es la inversa de la resistencia de las vías aéreas. Se
establece pues a priori un determinado valor como significativo de obstrucción al
flujo aéreo (p.e. el 20 % del FEV1) al que cada paciente llegará con diferentes
PD20.
Estas pruebas se realizan para obtener o descartar el diagnóstico definitivo
de hiperreactividad bronquial, evaluar la respuesta terapéutica y estudiar el efec-
to que diversos agentes ambientales o laborales producen en la vía aérea. En este
caso una respuesta positiva confirma el diagnóstico de hiperreactividad, mientras
que una negativa sugiere que aquélla no existe.
2. EXPLORACION DE LA DIFUSION
Los trastornos “verdaderos” de difusión serán únicamente aquellos debidos
al engrosamiento de la membrana alveolo-capilar y no los debidos a las alteracio-
nes en la relación ventilación/perfusión o a pérdida parcial del lecho capilar pul-
monar. El método más utilizado consiste en inspirar una mezcla de aire, CO y
helio; tras ello se solicita al sujeto que mantenga el aire en los pulmones durante
10 segundos y luego lo espire. La diferencia entre la concentración de CO inspi-
rada y la espirada equivale a la cantidad de ese gas transferida a la sangre
(DLCO). Este parámetro se expresa en mililitros de monóxido de carbono que
difunden por minuto y por cada milímetro de la diferencia de presión existente
entre el gas alveolar y el capilar. El resultado absoluto que se obtiene está en rela-
ción directa con el volumen alveolar efectivo (VA), aunque también se puede rela-
cionar este dato con el volumen alveolar efectivo mediante el helio, que no se
transfiere a la sangre pero sí se diluye de forma homogénea con el volumen de gas
que realmente ha participado en el intercambio de gases. A la razón DLCO/VA se
le llama factor de transferencia.
Como ocurre con los parámetros espirométricos, los valores proporcionados
por el estudio de la difusión no se consideran de forma absoluta, sino en relación
con el valor de referencia según la edad, el sexo, la talla y el peso. Existirán alte-
raciones con valores inferiores al 80 %, siendo graves por debajo del 40 %.
3.8. Bicarbonato
Es la principal (95 %) forma química del CO2. Sus valores normales en plas-
ma son 22-26 mmol/l en sangre arterial y 23-27 mmol/l en sangre venosa. La san-
gre debe extraerse en condiciones anaerobias.