Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
asociados a demencia
• Diagnóstico de Demencia
- Recomendaciones no farmacológicas
· Síntomas depresivos
· Síntomas de ansiedad
· Otros SCPD
• Bibliografía
Los problemas de memoria afectan al 50 % de las personas mayores de 65 años, las demencias las padecen
entre el 5 y el 10 %. En mayores de 80 años puede afectar al 20-40 % de la población.
Los síntomas conductuales y psicológicos asociados a las demencias (SCPD) son frecuentes y difíciles de
manejar, constituyen la principal causa de institucionalización en estos pacientes. Su prevalencia varía entre el
10 y el 90% con una media estimada del 50%. Los SCPD tienen un elevado impacto en la calidad de vida del
paciente y su familia, así como en su coste social. Incluyen síntomas provocados por alteraciones de la
percepción, del contenido del pensamiento, del estado de ánimo o de la conducta.
Por tanto, el médico de familia debe estar capacitado para responder de modo eficiente a las complejas
necesidades asistenciales de estos pacientes y sus cuidadores. El tratamiento farmacológico es solo una parte
de la necesaria actuación integral y continuada, generalmente de carácter sociosanitario. En este contexto, el
abordaje de las alteraciones conductuales asociadas representa un aspecto cualitativo y cuantitativo prioritario
de la atención.
DIAGNÓSTICO DE DEMENCIA
capacidad de juicio. No existe alteración del nivel de conciencia, pero el cuadro es lo suficientemente intenso
como para interferir de forma significativa en las actividades sociales u ocupacionales del individuo. Los criterios
diagnósticos mas utilizados son los de la clasificación DSM-IV-TR. Permiten diferenciar los tipos de demencias,
pero manteniendo los criterios comunes diagnósticos. La positividad de estos criterios tiene un valor predictivo
positivo del 86 % que llega al 96 % para mayores de 65 años.
Son un grupo de síntomas importantes por su elevada frecuencia, presente en el 70-90 % de los pacientes en
algún momento de su evolución, y por el deterioro que provocan en la calidad de vida del paciente, de la familia
y cuidadores. Representan la primera causa de estrés en los cuidadores y el principal motivo de ingreso
hospitalario.
En la Conferencia de Consenso sobre los Trastornos Conductuales de las Demencias de 1996, organizada por la
Asociación Psicogeriátrica Internacional se definen como “síntomas de alteración de la percepción, del contenido
del pensamiento, del estado de ánimo o de la conducta que a menudo se presentan en pacientes con
demencia”.
Existe variabilidad importante en su aparición y evolución, pudiendo aparecer de forma precoz en el curso de la
demencia, aunque lo más frecuente es su presentación en estadios medios y avanzados. Los síntomas afectivos
tienen más probabilidad de manifestarse al comienzo de la enfermedad. Las conductas de agitación y clínica
psicótica en pacientes cuyas funciones cognitivas se hallan moderadamente deterioradas, siendo menos
evidentes en las etapas avanzadas probablemente debido al deterioro de la condición física y neurológica del
paciente. Algunos síntomas son más persistente que otros. Así el vagabundeo y la agitación son los trastornos
conductuales más duraderos en la enfermedad de Alzheimer. La diferente tipología de las demencias se asocia
con algunos patrones característicos de alteraciones conductuales, pero estas diferencias no se han demostrado
con suficiencia consistencia en los estudios realizados hasta ahora.
Sintomatología psicológica
• Ideas delirantes: su frecuencia oscila entre 10-70%. El contenido más habitual es de tipo
persecutorio o paranoide. Constituyen un factor de riesgo de agresividad.
• Alucinaciones: su presencia oscila entre el 12-40 %. Más frecuentes las visuales. En las demencias
con cuerpos de Lewy pueden llegar al 80 %.
• Ánimo depresivo: presenta una prevalencia del 40-50 % de los pacientes, con elevadas tasas de
recurrencia. El diagnóstico de depresión puede ser difícil, especialmente en los estadios moderados y
avanzados. Así mismo, en fases iniciales, debe plantearse el diagnóstico diferencial entre depresión y
demencia. Debe considerarse un trastorno depresivo cuando:
• Ansiedad: también con elevada frecuencia de presentación, 40 % de los casos. Puede manifestarse
asociada a otras alteraciones, como las fobias o presentarse de forma independiente.
• Alteraciones del sueño: generalmente insomnio asociado a otras alteraciones como agitación,
quejas, etc. y de modo característico con cambio del ritmo vigilia–sueño. Es un motivo frecuente de
consulta por parte de los cuidadores, por su repercusión familiar. Pueden manifestarse también
despertares nocturnos e hipersomnias.
Sintomatología conductual
• Vagabundeo: supone una importante sobrecarga a los cuidadores. La frecuencia recogida en estudios
es muy variable, del 3 al 53 %, sobre todo por la diferente definición de la alteración (caminar sin
rumbo, actividad excesiva, caminar de noche, comprobar continuamente el paradero del cuidador).
- La agresividad física y verbal tiene altas probabilidades de ocurrir en los pacientes con demencia que tienen
muy limitadas las relaciones sociales.
- La agresividad física es típica de pacientes con deterioro cognitivo grave, más frecuente en varones.
- Las conductas físicas no agresivas se observan en pacientes con niveles de deterioro funcional entre
moderado y grave.
- Las conductas verbales no agresivas más probables en mujeres con demencia y depresión,
mal estado de salud y dolores crónicos. Son formas de deterioro leve o moderado.
• Reacciones catastróficas: o de rabia, suponen una reacción emocional o física excesiva o brusca.
En ocasiones se manifiesta con agitación o agresividad, estallidos de cólera, gritos, amenazas. Los
factores de riesgo incluyen deterioro grave, edad avanzada y rasgos de personalidad premórbida.
• Negativismo: supone rechazo a hacer cosas, por ejemplo al cuidado personal. Esta conducta se
produce de modo característico en fases tempranas de la demencia vascular, y más tardíamente en
Enfermedad de Alzheimer.
Estas alteraciones asociadas a la demencia son motivo frecuente de consulta y con especial impacto en la
calidad de vida del paciente y del entorno. El médico de familia es el responsable de prestar la atención integral
y continua al paciente y cuidadores. Sin embargo, en muchos casos nos encontramos con dudas y dificultades
en el manejo de estas situaciones dada la complejidad de su abordaje. Revisamos la literatura basada en
pruebas, especialmente guías de práctica clínica basadas en la evidencia y revisiones sistemáticas, como
herramientas útiles para reducir incertidumbre y variabilidad en la atención prestada (1-10). La tabla 1 recoge
la clasificación de las recomendaciones utilizadas, y el nivel de evidencia disponible que las sustentan.
Recomendaciones no farmacológicas
La pérdida progresiva de capacidades y los problemas de comportamiento que aparecen a medida que avanza
la enfermedad, pueden hacer que la convivencia resulte muy difícil o casi imposible. La familia y los cuidadores
representan un eslabón básico en cualquier estrategia de atención a estos pacientes. Las medidas no
farmacológicas de atención al enfermo y al cuidador principal son de primera elección en el tratamiento de la
demencia: información, formación, apoyo, asesoramiento y el cuidado a los cuidadores son intervenciones
prioritarias (A), que deben plantearse en su actuación los Equipos de Atención Primaria.
- Estimular al paciente para que siga utilizando las capacidades que todavía le queden, no exigirle mas de lo
que puede hacer.
- Técnicas de distracción: enfocar la atención del paciente lejos de lo que le altera su conducta.
- Comunicación clara, directa con mensajes cortos y simples. Importancia del contacto físico, con los ojos y
los gestos.
Recomendaciones específicas
- Intervenciones especificas:
Recomendaciones farmacológicas
Cuando es preciso el uso de fármacos debemos considerar las siguientes cuestiones (D):
• Evitar la automedicación.
Anticolinérgicos
Antidepresivos
Litio
Neurolépticos
Betabloqueantes
Benzodiacepinas
Metildopa
Clonidina
Reserpina
Metoclopramida
Cimetidina
Digoxina
Antihistamínicos
Antiparkinsonianos
Corticoides
Bismuto
Indometacina
y dosis recomendadas aparecen en la tabla 4.
Dosis Dosis
Fármaco Presentación inicial al máxima al Comentarios
día día
Comprimidos de 10
mg, Cápsulas de 10 Precaución por efectos adversos de las
Oxacepam 10 mg. 30 mg.
mg y Grageas de 10 benzodiacepinas (ver texto)
y 30 mg.
5 mg.
Comprimidos de 5 y 20 mg. cada 8 Lento de acción, efectivo en 2-4
Buspirona cada 12
10 mg. horas semanas En agitaciones leve-moderada
horas
Comprimidos de 20
Administrar por la mañana. Activador.
Fluoxetina* mg Solución 20 mg/ 10 mg 20 mg.
Vida media muy larga. Anorexígeno.
5ml
Comprimidos 50 y 25-50
Sertralina* 100 mg. Bien tolerado. Menos interacciones.
100 mg. mg.
10-15
Comprimidos 10 y 30-45 mg Menos efectos anticolinérgicos y
Mianserina mg.
30 mg. nocturna cardiovasculares. Perfil sedativo
nocturna
50 mg. Bajo riesgo cardiotóxico. Hipotensión
Comprimidos 10 y
Nortriptilina 10 mg. repartidas en leve y efectos anticolinérgicos
25 mg.
dos tomas (precaución).
Como primera medida es fundamental valorar y garantizar la seguridad del paciente y de su entorno (A). La
evaluación inicial debe descartar la presencia de factores causales o desencadenantes abordables: médicos,
psiquiátricos o psicosociales (hambre, sed, inactividad, cansancio, soledad, miedo, sobremedicación, déficits
sensoriales...)(A). No prescribiremos tratamiento farmacológico salvo que estos síntomas provoquen angustia,
riesgo de daño para el paciente o para sus cuidadores (A). Pueden ensayarse algunas técnicas de psicoterapia
conductual y respuestas tranquilizadores y de distracción por parte de los cuidadores (B).
Ante la ausencia de respuesta o situación de riesgo, especialmente en cuadros agudos y urgentes, esta indicado
iniciar el tratamiento farmacológico (B). Es preciso una reevaluación de su indicación a lo largo del curso
evolutivo, reconsiderando su pertinencia en función de la respuesta clínica y los efectos adversos que puedan
presentarse (A).
Fármacos indicados:
■ ANTIPSICÓTICOS:
Son los fármacos más estudiados para el abordaje de los síntomas psicóticos asociados a demencia y para el
tratamiento de la agitación. Analizamos dos revisiones recientes (7,9) que nos permiten obtener interesantes
pruebas para la práctica clínica.
En la primera de ellas (7) se incluyen, por cumplir los criterios de calidad exigidos, 5 ensayos clínicos
aleatorizados (ECA) (1570 participantes). Corresponden a 4 ECA que evalúan a risperidona y 1 ECA a
olanzapina. No se encontraron estudios que evaluarán el uso de clozapina ni quetiapina. El 96% de los
participantes estaban ingresados en instituciones, la edad media fue de 82 años y diagnóstico de Enfermedad
de Alzheimer lo presentaban el 76%. El seguimiento se situaba entre 6 y 12 semanas.
Los resultados de esta revisión indican que el tratamiento con los antipsicóticos atípicos fue superior a placebo
en tres de los cinco ECA (dos ECA con risperidona y uno con olanzapina). En dos de los ECA en los que se
comparaba risperidona con haloperidol no se encontraron diferencias en las medidas de eficacia según las
puntuaciones de las escalas utilizadas. Los efectos adversos fueron frecuentes con todos los antipsicóticos, los
más comunes fueron los efectos extrapiramidales, somnolencia y alteraciones de la marcha. Destaca la
detección en uno de los ECA evaluados, de un aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares y de
mortalidad por esta causa en el grupo de participantes que recibían risperidona.
En los últimos años hemos vivido un incremento espectacular de la prescripción de neurolépticos atípicos para
el tratamiento de los síntomas conductuales y psicológicos asociados a las demencias. Sorprende
especialmente, si se considera la poca evidencia que sustenta esta indicación, son pocos y limitados los ECA
que evalúan su uso en los SCPD. Esta revisión viene a acentuar estas dudas. Sus conclusiones sobre el discreto
mejor perfil de eficacia de los antipsicóticos atípicos les otorga poca consistencia.
Los estudios seleccionados son en general pequeños, con escaso periodo de seguimiento, las medidas de
resultados son limitadas con variabilidad en las escalas y en las puntuaciones representativas de respuesta
clínica significativa, entre los diferentes estudios, lo que dificulta y limita las comparaciones. En 3 de los 5 ECA
se desconoce el método de aleatorización con ocultamiento incierto de la asignación, lo que puede afectar a su
validez interna. Una de las características que ha favorecido el uso de los antipsicóticos ha sido el mejor perfil
de efectos adversos frente a los neurolépticos clásicos. Sin embargo, datos recientes que incluyen a uno de los
ECA de esta revisión alertan sobre el aumento de incidencia de accidentes cerebrovasculares en los grupos
tratados con risperidona y de mortalidad por esta causa en los tratados con olanzapina comparado con placebo
y en el tratamiento de los síntomas conductuales y psicológicos asociados a la demencia (2,4).
Estos hallazgos han determinado, también en nuestro país, que los Comités de Seguridad de Medicamentos de
Uso Humano de las Agencias de Medicamentos determinen la suspensión de olanzapina para el tratamiento de
los SCPD y la limitación de prescripción de risperidona. Ambos comités trabajan con la información disponible
en la bibliografía publicada, pero también con la información procedente de la compañías farmacéuticas sobre
ensayos clínicos, estudios observacionales y notificación espontánea de reacciones adversas (a las que se les
pide un informe sobre el balance beneficio/ riesgo del medicamento). Este segundo caso es de olanzapina y
risperidona ya que la mayoría de los ensayos no estaban publicados y menos aún un metaanálisis que
realizaron para analizar el riesgo en los ensayos clínicos.
En la segunda revisión (9) para la evaluación de los antipsicóticos típicos se incluyeron 2 metaanálisis y 2 ECA
(n=1273), el seguimiento del estudio varió de 17 días a 16 semanas, la mayoría de participantes fueron
institucionalizados. Los resultados fueron: haloperidol frente a placebo presentó beneficio en pacientes con
síntomas de agresividad severa a dosis de 1,2 a 3,5 mg./ día, no esta claro si este beneficio compensa sus
efectos adversos, particularmente extrapiramidales y sedativos. 6 ECA (n=2261) con evaluación de
antipsicóticos atípicos (3 ECA risperidona y 3 olanzapina), seguimiento de 24 horas a 12 semanas, participantes
del ámbito institucional, indican una modesta pero significativa eficacia de olanzapina y risperidona frente a
placebo, con mínimos efectos adversos a dosis bajas.
Sin embargo, ambos presentan asociados un incremento del riesgo de ictus. Este beneficio no es uniforme, en
dos ECA no es significativo, uno con poca significación clínica y en 3 con probable significación clínica de las
diferencias obtenidas. No se encontraron ensayos que compararán neurolépticos entre sí. Los autores concluyen
que de los fármacos revisados, los antipsicóticos atípicos, risperidona y olanzapina, son los que mejor evidencia
presentan. Sin embargo, los efectos son modestos y el riesgo aumentado de ictus limitan su uso.
Aunque se trata de una revisión sistemática “narrativa”, presenta una llamativa recopilación de estudios
aleatorizados y controlados sobre fármacos utilizados en el tratamiento de los SCPD. Sus resultados vienen a
confirmar y mantener las dudas sobre la eficacia y seguridad de los fármacos disponibles en el manejo de estos
pacientes. Existen importantes problemas metodológicos en la interpretación de datos que miden la eficacia de
los tratamientos de los SCPD. Resulta difícil definir mejoras clínicamente significativa de los síntomas
neuropsiquiátricos e interpretar pequeños cambios en las puntuaciones de las escalas y compararlos entre
diferentes ensayos con diferentes escalas.
Los autores reconocen además, que no pudieron calcular medidas respuestas estandarizadas para intentar
solventar estos problemas, entre otras razones por la falta de datos de los estudios incluidos. Así mismo, faltan
medidas de resultados finales primarios importantes para una valoración pertinente de efectividad, tales como
medidas de calidad de vida en los cuidadores, evaluación global de funcionamiento, tiempo de
institucionalización, entre otros. En este sentido, a la hora de divulgar los datos es frecuente hacer hincapié en
resultados secundarios que favorecen los objetivos del ensayo, especialmente cuando es la industria
farmacéutica la patrocinadora del estudio.
Los resultados de la revisión sugieren que los antipsicóticos atípicos serían los que demuestran alguna evidencia
de eficacia, insistimos en considerar el riesgo de ictus que aparece asociado a su uso: la incidencia de
accidentes vasculocerebrales en 6 ECA de risperidona en pacientes con demencia (n= 1721) fue de 3,3 %
frente a 1,1 % de placebo (p= 0.03), en 5 ECA de olanzapina (n= 1656) fue de 1,3 % frente a 0,4% en placebo
(p=0,02) después de ajustar por edad, sexo y tipo de demencia.
Por tanto, la aplicabilidad de estos resultados queda claramente limitada por la poca consistencia de eficacia
demostrada por los antipsicóticos en el tratamiento de los SCPD, el ámbito muy selectivo de los participantes en
los estudios (96% ingresados en instituciones o residencias) y el riesgo de efectos adversos cerebrovasculares
graves que parecen presentar algunos de estos fármacos. Además de la nula efectividad demostrada por los
neurolépticos clásicos, a excepción del haloperidol, hemos de recordar sus frecuentes efectos adversos: los
neurolépticos sedativos (tipo clorpromacina / levopromacina) pueden dar excesiva sedación, empeoramiento del
deterioro cognitivo, cuadros confusionales, hipotensión postural. Los de alta potencia (tipo haloperidol) también
pueden provocar deterioro cognitivo y sobre todo clínica extrapiramidal. En ambos casos, su uso en pacientes
ancianos, mujeres y dementes, se asocia a aumento del riesgo de discinesias tardías severas y Síndrome
Neuroléptico Maligno.
Recomendaciones de uso:
− Recientemente la risperidona era el tratamiento de elección ante estos síntomas, por presentar
mejor perfil de efectos secundarios. Sin embargo los resultados que hemos señalado ha restringido a
episodios graves de agresividad o cuadros psicóticos severos que no responden a otras medidas y
durante el menor tiempo posible (A).
− Respecto a otros neurolépticos atípicos, de momento no existe suficiente consistencia en las pruebas
para generalizar su uso. De hecho olanzapina que era recomendado en las guías, desde el 2004 esta
contraindicado su uso en ancianos con trastornos psicóticos y /o conductuales asociados a demencia por
no demostrar efectividad y sí aumento de accidentes isquémicos cerebrales y de mortalidad en mayores
de 75 años con demencias tipo vascular y mixta (A).
− En la demencia por Cuerpos de Lewy están contraindicados los neurolépticos por riesgo de
parkinsonismo severo.
■ OTROS FÁRMACOS:
− En este sentido, la revisión de Sink et al, 2005 (9) incluye 5 ECA de antidepresivos que cumplieron
los criterios de inclusión (n=429), seguimiento de 17 días a 12 semanas. Se evaluó fluoxetina,
trazodona, citalopram, y sertralina, todos frente a placebo: demostraron ausencia de eficacia para
el tratamiento de los síntomas neuropsiquiátricos distintos a depresión, excepto un ECA con
citalopram. Respecto a los estabilizadores del humor evaluados, correspondían a 3 ECA (n=342) de
valproato que no muestran efectividad y 2 pequeños ECA (n=72) de carbamacepina con resultados
contradictorios. Para los anticolinesterásicos se incluyen 2 metaanálisis y 6 ECA (n=8764),
seguimiento de 6 semanas a un año: muestran leve, aunque estadísticamente significativa, eficacia en
el tratamiento de los SCDP (3 ECA sin eficacia, 2 ECA con eficacia y posible significación clínica y los
metaanalisis con eficacia pero improbable significación clínica de los resultados). 2 ECA incluyen
memantina (n=656) con resultados contradictorios. Respecto a los resultados de eficacia de citalopram
y carbamacepina, en el primero de los casos se trataba de un ECA muy pequeño y seguimiento muy
breve, y en el segundo aparecen dos ECA con resultados contradictorios. Los grandes ensayos con
anticolinesterásicos que incluyen medición de eficacia en el tratamiento de los SCPD presentan
resultados débiles y en algunos casos contradictorios. Por último, recordaremos que el origen de la gran
mayoría de participantes de los ensayos es institucional, lo que plantea más límites a la aplicabilidad de
los escasos resultados señalados. Por tanto, parece razonable recomendar prudencia en el uso de
fármacos en el tratamiento de estos síntomas, sobre todo en el ámbito de la atención primaria y de
momento, plantear las medidas no farmacológicas como de primera elección.
La elección del antidepresivo esta basada en la respuesta a tratamientos previos, tolerancia y perfil de efectos
adversos, estos pueden ser útiles individualizando el tratamiento (sedación o desinhibición). Es decir, debemos
individualizar el tratamiento:
- Los ISRS o mixtos, como la venlafaxina son probablemente los de primera elección, por presentar
menores efectos adversos, especialmente anticolinérgicos (B). Los antidepresivos tricíclicos con
marcado acción anticolinérgica deben ser evitados (amitriptilina e imipramina) (A). Sin embargo, en la
demencia ligada a sintomatología parkinsoniana los ISRS pueden aumentar los fenómenos
extrapiramidales.
- Es recomendable el inicio del tratamiento con dosis bajas (ver tabla 4). Valorar respuesta a las 4-8
semanas, con incrementos en función de la clínica y tolerancia cada 7 días hasta conseguir mejoría o
aparezcan efectos secundarios no tolerados (D). En el primer episodio, se recomienda 6 meses de
tratamiento tras la remisión (A), con reducción en 2-4 semanas para ser retirados. Individualizar
tratamientos más prolongados, en función del número de episodios o la presencia de síntomas
residuales (D).
- Manejo de la apatía y negativismo. Ese comportamiento suele ser mejor tolerado aunque frustrante
para la familia. Para su abordaje se han usado el bupropion (en EEUU), bromocriptina,
amantadina y anticolinester, pero sin evidencias claras que permitan generalizar su recomendación
(C). Parecen mas efectivos técnicas de terapia ocupacional, ergoterapia y estimulación orientada a la
realidad.
Los trastornos del sueño repercuten de modo destacado en la calidad de vida de estos pacientes y
especialmente de su entorno. Destacando el insomnio y los cambios del ritmo vigilia-sueño. En el inicio de su
abordaje se recomienda poner en práctica medidas no farmacológicas de higiene adecuada del sueño (A). Si la
respuesta no es suficiente esta indicado usar fármacos:
- Si el paciente tiene prescrita medicación para otros síntomas, medicación con efecto sedativo-
hipnótico, debe pautarse por la noche como inductor de sueño. Es el caso de antipsicóticos, ansiolíticos
o algunos antidepresivos (B).
- En caso contrario, los agentes posiblemente mas efectivos y recomendables son el antidepresivo
trazodona, especialmente en tratamientos a la largo plazo; y el hipnótico zolpidem a dosis bajas y
para periodos cortos (B).
4. Manejo de la ansiedad
Los síntomas de ansiedad con frecuencia se presentan asociados a otros trastornos. Las medidas iniciales irán
encaminadas al control de la situación y del estado del paciente sin usar fármacos. Cuando no es suficiente se
recomienda el uso fármacos, aunque son pocos los estudios controlados en este grupo de pacientes.
Están indicadas las benzodiacepinas que no tienen metabolitos activos ni se metabolizan en hígado como son el
oxacepam o loracepam, a dosis bajas y durante cortos periodos, de 2 a 4 semanas (A). Instaurar
progresivamente y retirar lentamente. Precaución en su uso por riesgo de reacción paradójica (10% de casos en
ancianos), sedación, empeoramiento cognitivo, confusión, aumento de caídas y depresión respiratoria (A).
Aunque muchos ancianos son tratados por síntomas de ansiedad, los trastornos de ansiedad son poco comunes
en estas edades. En mayores de 65 años algunos estudios señalan que la venlafaxina (11) es eficaz en el
trastorno de ansiedad generalizado y citalopram (12) (A). Consideraremos las limitaciones de hacer
extensivos estos resultados a la población objeto de nuestra revisión.
Otros fármacos utilizados son el clometiazol, sobre todo asociado a insomnio y trazodona también con
problemas de ansiedad e insomnio (B) y cuando se plantea la necesidad de tratamientos prolongados (C).
Reacciones catastróficas:
Vagabundeo:
El caminar incesante resulta difícil de manejar. Existe un evidente riesgo de caídas o escapadas a la calle. Son
recomendables las medidas no farmacológicas: establecer paseos regulares, facilitar espacio donde no pueda
tropezar o caer, control de la calle (13) (D). Es importante diferenciar de la acatisia, que es un secundarismo
de los neurolépticos.
• Las intervenciones no farmacológicas son en general la primera elección en el tratamiento de los SCPD
de intensidad leve, aunque los datos que respaldan su uso son limitados en muchos casos.
• El uso de fármacos esta claramente indicado para los SCPD moderados a graves que interfieren en la
calidad de vida del paciente o el cuidador.
• En pacientes ancianos con demencia las dosis a utilizar serán generalmente mas bajas, no obstante
conviene individualizarlas.<> Los fármacos neurolépticos son más eficaces para síntomas psicóticos y
conductuales como la agresividad, pero con las limitaciones señaladas.
BIBLIOGRAFÍA
1.American Psychiatric Association (APA). Practice guideline for the treatment of patients with Alzheimer's
disease and other dementias of late life. Am J Psychiatry 1997 (reviewed 2004 Dec)May;154(5 Suppl):1-39.
Available at PubMed. American Psychiatric Association (APA) Web site
2.Brodaty H, Ames D, Snowden J, Woodward M, Kirwan J, Clarnette R, et al. A randomised placebo controlled
trial of risperidone for the treatment of aggression, agitation, and psychosis in dementia. J Clin Psychiatry
2003;64: 134-43
3.Christopher J.S. Patterson, MD; Serge Gauthier, MD et al Canadian Consensus Conference on Dementia: a
physician’s guide to using the recommendations. 15 June 1999, (Reviewed: Feb 2001). Available at Canadian
Consensus Conference on Dementia
4.De Deyn PP, et al. Olanzapine versus placebo in the treatment of psychosis with or without associated
behavioural disturbances in patients with Alzheimer´s disease. Int Geriatr Psychiatry 2004; 19: 115-26
5.Jeffrey I, Cummings MD, Janet C et al, Guidelines for managing Alzheimer´s disease: part I. Treatment,
American Family Physician 2002; 65 (11)
6.Jeffrey I, Cummings MD, Janet C et al, Guidelines for managing Alzheimer´s disease: part II. Treatment,
American Family Physician 2002; 65 (12)
7.Lee PE, Gill SS, Freedman M, Bronskill SE, Hillmer MP, Rochon PA. Atypical antipsychotic drugs in the
treatment of behavioural and psychological symptoms of dementia: systematic review BMJ,
doi:10.1136/bmj.38125.465579.55 (published 11 June 2004)
8.Sanford I, Asada T, Blake L et al. Behavioral and Psychological Symptoms of Dementia (BPSD) Educational
Pack. International Psychogeriatric Association (IPA) 1998, 2002. Available at http://www.ipa-
online.org/ipaonlinev3/ipaprograms/bpsdrev/toc.asp
9.Sink KM, Holden KF, Yaffe K. Pharmacological treatment of neuropsychiatric symptoms of dementia: a review
of the evidence. JAMA 2005;293:596-608.
10.Working group for the Faculty of Old Age Psychiatry RCPsych, RCGP, BGS,and Alzheimer’s Society, following
CSM restriction on risperidone and olanzapine. Guidance for the management of behavioural and psychiatric
symptoms in dementia and the treatment of psychosis in people with history of stroke/TIA. 2004. Available at
http://www.rcgp.org.uk/corporate/position/drugs.asp
11.Katz IR, Reynolds CF, Alexopoulos GS, Hackett D. Venlafaxine ER as a treatment for generalized anxiety
disorder in older adults: pooled analysis of five randomized placebo-controlled clinical trials.J Am Geriatr Soc
2002;50: 8–25
12.Lenze EJ, Mulsant BH, Shear MK, Dew MA, Miller MD, Pollock BG, Houck P, Tracey B, Reynolds CF. Efficacy
and tolerability of citalopram in the treatment of late-life anxiety disorders: results from an 8-week randomized,
placebo-controlled trial. Am J Psychiatry 2005;162: 146–150
13. Price JD, Hermans DG, Grimley Evans J. Barreras subjetivas para prevenir la deambulación en personas con
alteraciones cognoscitivas (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2007 Número 1.
Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane
Library, 2007 Issue 1. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.). Fecha de la modificación significativa más
reciente: 5 de septiembre de 2000.
• Castro D, Gonzalez S, Alberdi J, Louro A. Demencia tipo Alzheimer. Guías Clínicas Fisterra.com.
• Finkel SE. Behavioral and psychological signs and symptoms of dementia: Implications for research and
treatment. International Psychogeriatrics 1996; 8, supl 3 (completo)
• Guidelines for the support and management of people with dementia. Ministry of Health. New Zealand, 1997
• Howard R, Ballard C, O’Brien J, Burns A. Guidelines for the management of agitation in dementia. Int J Geriatr
Psychiatry 2001; 16: 714-7
• Kirchner V, Kelly CA, Harvey RJ. A systematic review of the evidence for the safety and efficacy of thioridazine
in dementia (Cochrane Review, latest version 14 Aug, 1998) In: Cochrane Library. Oxford: Update Software)
• Lonergan E, Luxenberg J, Colford J. Haloperidol for agitation in dementia. Cochrane Database Syst Rev 2001;
(4): CD002852
• Wild R, Pettit T, Burns A. Inhibidores de colinesterasa para la demencia de cuerpos de Lewy (Revisión
Cochrane traducida). En La Biblioteca Cochrane Plus, 2007 Número 1. Oxford: Update Software Ltd. Disponible
en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2007 Issue 1. Chichester, UK: John
Wiley & Sons, Ltd.). Fecha de la modificación más reciente: 24 de noviembre de 2003. Fecha de la modificación
significativa más reciente: 25 de mayo de 2003