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I. LA LEGALIZACIÓN DE FIRMAS:
Nery Roberto Muñoz
En principio diremos que el Notario puede legalizar firmas que han sido puestas o reconocidas
en su presencia.
DEFINICIÓN:
Es la fe que da el Notario, de que una firma fue puesta o reconocida ante él, por las personas
signatarias, y por consiguiente, deben tenerse como verdaderas, en virtud de la fe pública de
la cual está investido el Notario.
CONTENIDO:
FORMALIDADES:
En caso de que una persona no sepa o no pueda firmar, para efectuar la legalización, debe
firmar otra persona a su ruego y la firma de esta persona es la que se legaliza; desde luego
siempre queda la impresión digital junto con la firma.
Cuando el acta de legalización, por falta de espacio, no pueda redactarse en la misma hoja
en donde aparece la firma, se debe redactar en hoja independiente y debe hacerse relación
de ésta en el acta. Así también el Notario debe firmar y sellar las hojas anteriores a la que se
encuentra suscrita el acta de legalización y hará constar esa circunstancia.
IMPUESTOS:
Los impuestos que debe cubrir el Acta de Legalización de firmas son: Un timbre fiscal de
veinticinco centavos y un timbre notarial de diez centavos.
Como dijimos anteriormente, no importa el papel en que esté escrito el documento, ya que
el acta de legalización cubre su propio impuesto; ahora bien, si el documento debe ir en papel
sellado, se cubre el impuesto del papel sellado por el documento y los timbres por la auténtica,
uno no es excluyente del otro.
VALIDEZ:
El acta de legalización de firmas tiene plena validez, con respecto al signatario del documento
y a la fecha.
El acta de legalización, no prejuzga acerca de la validez del documento ni la capacidad ni
personería de los firmantes.
OBLIGACIONES POSTERIORES:
La obligación posterior que nace de la legalización de firmas es la razón que debe tomar el
Notario en su propio protocolo, dentro de un término que no debe exceder d9 ocho días.
La regulación legal del Acta de Legalización de Firmas - y le toma de razón, se encuentra
contenida en los artículos 54 al 59 del Código de Notariado.
La primera consideración que es importante hacer es con respecto a la validez del acta de
legalización de firmas.
Se dijo que la auténtica no prejuzga acerca de la validez del documento, sin embargo como
Notarios debemos abstenernos de legalizar firmas de documentos que contengan actos o
negocios en contra de la moral o que vayan en contra de la ley.
La Notaria Mercedes Asturias de Castañeda al respecto escribió: "Se acude con frecuencia
en el caso de compra venta de lotes de terreno, a celebrar promesas de compra venta, en
documentos privados con legalización de firma. El Notario puede aducir que no asume ninguna
responsabilidad profesional, por lo que establece el articulo 57 del Código.
Sin embargo, considero que el Notario si asume responsabilidad al avalar una negociación
en la cual no se cumplen los requisitos en cuanto a la forma que establece la ley, porque
precisamente su calidad de profesional del Derecho, le obliga a cumplir con dichos requisitos
y al no hacerlo, causa daño a las personas, porque en un momento determinado que pretendan
ejercer su derecho de acción se encuentran que el documento privado con firma legalizada
no es suficiente para ella, viendo burlados sus derechos ya que no pueden ejercitar ni acción
penal, ni civil. Aunque si ha habido mala fe y ánimo doloso.
Esta situación ilegal ha permitido que se estafe a muchas personas, por no otorgarse el
instrumento público correspondiente, como lo es la escritura pública. El Artículo 1576 del
Código Civil, establece que los contratos que se tengan que inscribir o anotarse en los registros,
cualquiera que sea su valor, deben constar en Escritura Pública. Por lo tanto el Notario debe
estar consciente de ésta y no avalar con su actuación profesional negocios privados que
puedan perjudicar a quienes actúan de buena fe y confiados en el conocimiento y responsabilidad
del profesional."(1)
La segunda consideración es respecto a la capacidad y personería de los firmantes.
Si el acta de legalización o auténtica, no prejuzga con respecto a la capacidad, debemos
entender que podemos legalizar firmas de personas incapaces, lo cual sería incorrecto y
podríamos inducir a error a muchas personas, ya que estos actos quedarán viciados desde
su creación.
Por lo tanto también es incorrecta la práctica de dar avisos, por el hecho de que autenticamos
firmas en documentos privados, cuando por ejemplo en compra venta de vehículos, líneas
telefónicas, 'títulos de agua, etc., en estos casos nuestra función es de autenticador de firmas
únicamente. Para hacer y dar los avisos, estos negocios deben constar en el instrumento
público correspondiente, o sea la escritura pública.
En ninguna ley encontramos que la validez del acta de legalización de firma está sujeta o
condicionada a la existencia de la razón en el Protocolo. En Derecho Notarial priva "El Principio
de Excepcionalidad" que consiste en que los casos de nulidad de los instrumentos públicos
debe ser omisión taxativo en la ley, no permitiéndose aplicaciones analógicas o cualquier
medio de interpretación extensivo. La doctrina notarial en esto es unánime.
Esa omisión, ¿Sólo hace incurrir al Notario en una falta? En este caso, ¿Cuál sería la sanción
a imponer al Notario? La sanción en caso de omisión de la razón de legalización de firma,
no está expresada en la ley. Pero está regulada en forma general, en el párrafo primero del
artículo 101 del Código de Notariado que dice: "Artículo 101.- Las demás infracciones a que
se refiere esta ley serán sancionadas por la Corte Suprema de Justicia, siempre que no
constituyan delito, o por el tribunal que conozca, en su caso, pudiendo amonestar o censurar
al Notario infractor o imponerle multa, que no exceda de veinticinco quetzales. En caso de
reincidencia... etc.-" (2)
CONCLUSIONES:
2.- Nunca debemos legalizar firmas en documentos privados, cuando el acto o negocio que
contienen deba ir en Escritura Pública.
3.- La única obligación que el Notario tiene después de la legalización de firmas es tomar
razón en su protocolo; por lo tanto no estamos facultados para dar avisos del negocio que
contiene tal documento privado, lo único auténtico es la firma, lo contenido en el documento
puede no serlo.
ANTECEDENTES:
El Notario Maximiliano Araujo, escribió en 1982 con respecto de este tema que: "Es indudable
que en los últimos años Guatemala ha entrado de lleno a lo que muchos estudiosos de la
Filosofía y de la sociología han dado en llamar "La Cultura de la Tecnología", y sin entrar en
detalles sobre si esto es bueno o malo, lo cierto del caso es que nos enfrentamos a un continuo
proceso de cambio; y no obstante que una de las características del Derecho es adecuación
a la realidad, vemos como las más de las veces no existe la coincidencia deseada, siendo
que en esa relación es el Derecho el que va en atraso, así sucede que en los momentos
actuales las máquinas reproductoras de documentos o fotocopiadoras, se han convertido en
un instrumento útil para algunas de las actividades humanas, y los notarios por la misma
razón del ejercicio de su profesión no han quedado al margen de esa práctica.
Sin embargo, nos encontramos que ante dicho fenómeno el Notario guatemalteco se encuentra
con que las normas que pudieran regular su actividad frente al uso de las máquinas fotocopiadoras
son ambiguas en su redacción."(3)
2) Lo contenido en el artículo 178 del Código Procesal Civil y mercantil que dice: "Podrán
presentarse toda clase de documentos, así como fotografías, fotostáticas, fotocopias, radiografías,
mapas, diagramas, calcos y otros similares."
3) En el Código Procesal Penal, que dio una norma más directa que regula la función del
Notario en cuanto a nuestro tema de estudio, y es la que dice en el artículo 475, que cuando
se trate de copias, éstas deberán estar debidamente legalizadas. También hay disposiciones
internes de instituciones, como lo que sucede con el Registro mercantil, que dice en algunos
de sus formularios, que deberán presentarse duplicados de documentos (testimonios por ejemplo)
debidamente legalizados." (4)
Se utilizaban dos formas de legalizar fotocopias de documentos:
a) Redactando en el mismo documento o en la misma hoja de fotocopia, una razón o fórmula,
en la cual se expresaba su autenticidad, cubriendo impuesto como si se tratara de una
legalización de firmas.
b) Por medio de un acta notarial en papel sellado del menor valor, haciendo constar el hecho
de que el documento se reprodujo en su presencia como Notario. En este caso se suplía el
valor del papel sellado en cada hoja de fotocopia, adhiriéndole un timbre de veinticinco centavos
a cada hoja de fotocopia.
CONCLUSIONES:
1. En la práctica notarial guatemalteca, era necesaria que se regulara en forma expresa como
legalizar fotocopias de documentos, evitando con ello, las diferentes formas de hacerlo.
2. La promulgación del Decreto 28-87 del Congreso de la República, regulando una forma
ágil y sencilla de legalizar fotocopias, Llenó un vacío en la legislación notarial guatemalteca.
3. Las hojas de fotocopia que legalicemos deben haber sido tomadas en nuestra presencia,
para verificar la similitud con el original, ya que de resultar diferentes seríamos responsables
de ello.