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Y si algo es posible a los que son sulta evidente a partir de los conceptos
peores, interiores o menos dotados, más contrarios a lo dicho.
Por las mismas razones, resulta claro
aún lo será para sus como
dijo también Isócrates (3) que seria terri- lo que se refiere al futuro; porque lo
que, si llegó a saberlo, no pu- que existe en potencia y en la voluntad,
diera descubrirlo él mismo. Respecto de existirá, y también lo que existe, con la
lo claramente se puede con- facultad de ponerlo por obra, en la con-
cluir lo que corresponde, partiendo de !todas cupiscencia, en la ira y en el
las cosas que están en el impulso
y
los conceptos opuestos a los dichos. de la acción o bien estarán en intención
Si algo sucedió, hay que considerarlo de ser hechas, porque de or-
por que sigue. Porque, en primer lu-
gar, si algo ha sucedido siendo natural- taban dinario ocurren más las cosas que
mente menos que lo hay que de- que noa lopunto de ser hechas que
estaban. Y si suceden antes
mostrar, también es posible que haya las
sucedido lo más. Y si lo que suele acon- tes; cosas que naturalmente suceden an-
como, por ejemplo, si hay nubes
tecer más tarde ha sucedido ya, es verosímil que llueva. Y si ocurrió
De estos términos de zapatería apenas aquello por causa de lo cual suele algo
se sabe en Los más claros parecen ocurrir, también es verosímil que ocurra
el primero, por el sentido, y el último, por eti- como, por ejemplo, si existen los
mología. Tomamos los nombres de Tovar, c., cimientos, también existirá la casa.
pág. 136 y II.
Este poeta es interlocutor de en el Respecto de la grandeza y la
ñez de las cosas, y de lo que es mayor
No se conserva este fragmento del dis- o menor que y, en general, de lo
curso mencionado de Isócrates. grande y lo pequeño, sabemos con
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a qué atenernos, por lo que he- pasó el y, a su vez no
mos dicho antes. Porque al tratar de có a antes de tomar Egipto, y,
los discursos deliberativos, se ha una vez lo hubo conquistado, pasó el
do ya de la grandeza de los bienes y, mar contra de manera que tam-
en general, acerca del bien mayor y del bién este, ai puede conquistar Egipto,
bien menor; de manera que, supuesto sará el por no hay que consen-
que ei fin predeterminado, según cada gé- tir que lo someta (1).
nero de discursos, es bueno, como es lo Son parábolas las socráticas, como,
conveniente, lo hermoso y lo justo, es por ejemplo, si uno dijera que no con-
evidente que mediante ellos han de viene que los sean elegi-
lizar todos los oradores sus dos por porque es igual que si
nes. Ademas, buscar algo sobre la gran- uno eligiera por suerte a atletas, no
deza es absoluto y sobre la excelencia, solo los que saben luchar, sino simple-
í'uera es divagar; porque para mente todos cuantos la suerte señalase,
la práctica son mas importantes los as- o que entre los marineros se sorteara
pectos individuales de las cosas, que no quién debía pilotar la nave, como si no
los universales. debiera ser piloto el que sabe, sino aquel
Quede, pues, esto dicho sobre lo posi- a quien la suerte señalase.
ble y lo imposible, sobre si algo sucedió Fábula es lo que la de Estesícoro
con anterioridad o no sucedió, sobre si bre y la de Esopo sobre el dema-
será o no será en el y también gogo. Ya que Estesícoro (2), al haber
sobre la grandeza o pequeñez de las elegido los de Himera a Fálaris general
cosas. con plenos poderes, y estando a punto
de concederle una guardia personal,
zonando con ellos estas cosas, les
CAPITULO 20 un caballo él solo un prado y, ha-
LOS ARGUMENTOS RETÓRICOS,
biendo ido por allí un. ciervo y habién-
dole estropeado el pasto, queriendo ven-
A LOS TRES GÉNEROS DE garse del ciervo, suplicó a un hombre si
ORATORIA. EL EJEMPLO Y SUS CLASES con él castigar al ciervo; dí-
el hombre que sí, si aceptaba un
Queda ahora hablar sobre los argu- freno y permitía que él se le
mentos retóricos comunes a todas las encima, llevando unos al acce-
clases de oratoria, una vez que se ha der el caballo y montar sobre sí al hom-
hablado ya de los especiales. Los argu- bre, a cambio de vengarse, se convirtió
mentos retóricos comunes son de dos en esclavo del hombre. «Así mirad tam-
el ejemplo y el ya bién no sea que por
que el adagio o sentencia es solo un querer vengaros de vuestros enemigos,
pecto o clase de entimema. os ocurra lo mismo que al por-
Oigamos primero algo del ejemplo; que el freno lo tenéis ya, por haberos
porque el ejemplo es semejante a la un general con plenos
inducción, y la inducción es principio. y si ahora le dais Una guardia personal
Hay dos especies de ejemplos, ya que y le dejáis que os monte encima, os
una especie de ejemplo es contar cosas habréis convertido ya en esclavos de Fá-
que han sucedido; y la otra es inven- laris.»
tarlas uno mismo. De esta última cla- Esopo, defendiendo en Samos a un
se, una especie es la parábola y la otra demagogo, a quien se había sentenciado
las fábulas, como, por ejemplo, las a muerte, dijo que (3) «cuna zorra, que
picas y las líbicas. Narrar cosas sucedi-
das es algo de este como, por ejem-
plo, si alguien dijera que hay que pre- (1) Podría quizá referirse esta alusión
parar la guerra con el rey y no dejar rica a la conquista de Egipto por Artajerjes
que pueda someter el Egipto; porque Okhos sobre el año aproximadamente.
Es problemática la del poeta
también antaño Darío no pasó el mar Estesicoro y, por tanto, su relación con la apli-
de haber tomado cación de su fábula a Fálaris.
Egipto; y una vez lo hubo conquistado, (3) No está esta fábula en la colección ac-
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vadeaba un río, fue arrastrada un Se ha dicho, pues, cuántas son las
barranco y, como no salir, estu- pecies de ejemplos y cómo y cuándo hay
vo mucho tiempo en apuros y muchas aquello por causa de cual suele algo
garrapatas se habían adherido a ella; que servirse de ellos.
un erizo que pasaba por allí, al verla, le
preguntó compadecido si quería que le 21
arrancase las garrapatas y ella contestó
que y preguntándole el que por SOBRE LAS SENTENCIAS O
qué no quería, «porque estas
están ya saciadas de mí y me chupan ya Por lo que refiere a los
poca sangre, pero me quitan estas, una vez hayamos dicho qué es
vendrán otras hambrientas y me resultará más evidente en qué
rán la sangre que me queda». Así, pues, cuándo y a quiénes corresponde usar
a este ya de en los discursos.
no es dañoso, porque es ya rico; pero, Adagio o sentencia es una
si a este, vendrán otros aún po- pero no sobre cosas
bres, que os robarán lo que os queda y ejemplo, cómo es sino sobre
se lo gastarán». lo universal; y no sobre todo lo uni-
Las fábulas muy apropiadas para que lo recto es contrario
los discursos dirigidos al pueblo, y tienen de lo sobre aquello a que
esta ventaja: que es difícil hallar he- se refieren las acciones, y lo que puede
chos históricos semejantes a lo que uno elegirse o evitarse al obrar, de manera
trata y, en cambio, hallar fábulas es que, puesto que los entimemas sobre ta-
cil, porque es preciso de igual les cosas son silogismos, las sentencias
manera que las parábolas, si uno es ca- son aproximadamente las conclusiones
paz de comprender las relaciones de se- y los principios de los entimemas, una
mejanza, lo es fácil por vez quitado el silogismo; por
fía. Así pues, es ciertamente cosa fácil
imaginar los asuntos a tratar por medio debe un hombre
de fábulas, aunque para el género deli- educar a sus hijos demasiada sabiduría (1).
berativo es más útil la argumentación a Esto es, pues, un si se le
partir de los porque, de ordi- de la causa y el porqué, el todo se con-
nario, las cosas que van a suceder en vierte en un por
el futuro son semejantes a las que ya
han acaecido. porque, de la inacción que se les echa
cuando no tienen [en cara,
memas a mano, servirse de ejemplos se ganan de los ciudadanos una envidia hostil (2).
mo que por ellos se
da un motivo de y si se Y aquello
tienen hay que de no hay hombre que sea venturoso en todo
los ejemplos como de testigos, utilizando
como epílogos los porque y
puestos delante se semejan a la
ción, y en la retórica no entra con no hay entre los hombres quien sea libre
piedad la inducción, excepto en pocos es una añadido lo que
en cambio, dichos al final, se se-
mejan a los testimonios, y el testigo en es un
todo caso es digno de fe. Por eso el que porque o es esclavo de la riqueza o de la suer-
pone al principio los entimemas es ne- [te (3).
cesario que diga muchos, y el que los
pone al fin, con uno solo puede tener Por consiguiente, si el adagio es lo
suficiente. Porque un testigo bueno tam- que hemos dicho, es preciso haya cuatro
bién solo basta. especies de ya que o bien se-
(1) y sgs., y sgs.
de fábulas de pero si la transmite (2) fr. «61 N.
Plutarco. (3) 863 y 864.
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rán con conclusión o explicación no conviene ser envidiado ni estar inac-
o bien serán sin ella. Requieren, tivo, digo que no es necesario recibir
pues, demostración los que dicen algo educación alguna», o bien, después de
o que en litigio; en afimar esto por delante, añadir lo an-
cambio, los que no afirman nada sor- terior respecto de las cosas que no son
prendente, van sin explicación extraordinarias, pero que sí son oscu-
De estos es aún necesario que unos, por ras, si se les añade el porqué, resul-
ser conocidos de antemano, no requie- tan más redondeadas. Son adecuados a
ran ninguna explicación como, estos casos los dichos lacónicos y los
por enigmáticos, como si alguien dijera lo
que Estesícoro dijo ante los habitantes
Lo más excelente para el hombre es gozar de de «que no conviene ser insolen-
según nos parece... (1) tes, no sea que las cigarras tengan que
a la mayoría les parece en rea- cantar desde el suelo» (5).
lidad otros, porque cuanto han Corresponde, teniendo en cuenta la
sido enunciados, resultan evidentes a los edad, el uso de sentencias a los viejos y
que reflexionen sobre ellos, como, por sobre en que se tiene
de manera que el usar sentencias, no
siendo de esta edad, es inoportuno, lo
No hay ningún amante que no ame siempre (2). mismo que el contar y en lo
que no se sabe por experiencia, es ton-
De los que llevan explicación to y de falta de educación. Señal sufi-
unos son parte de un ciente de ello es que los
como, por ejemplo, el citado antes de son muy sentenciosos y con facilidad
se expresan universalmente. Decir en
jamás debe el que es general lo que no tiene valor de uni-
otros son entimemáticos, no parte de un versalidad, cuadra sobre todo en las la-
entimema; y estos son especialmente mentaciones y en la y en
tales casos, o bien al comienzo, o cuan-
estimados. Estos son aquellos en que do se ha acabado ia demostración.
aparece la de lo que se dice, como viene también servirse de las
en lo que comunes o que corren de boca en boca,
No guardes rencor inmortal, mortal (3), si son útiles; porque por ser comunes,
como si todos concordaran en ellas, se
porque decir «no hay que guardar ren- considera que hablan rectamente; por
cor» es una sentencia; y lo añadido ejemplo, la que se dirige al que invita
«siendo mortal» es el porqué. De a exponerse a un peligro, sin haber an-
ra semejante también lo tes ofrecido
Es necesario que el mortal proyecte cosas es mejor augurio, las cosas
no inmortales (4). [que se refieren a la patria (6),
LIBRO TERCERO
CAPITULO 1 también en la poética, lo cual algunos
ya han tratado y en especial Glaucón
SOBRE LA ELOCUCIÓN Y LA ACCIÓN de Teo (1). Consiste esto en el estudio
de la voz, en cómo conviene usar de
Puesto que tres los asuntos a ella en cada estado por ejem-
tar con relación al discurso: la prime- plo, cuándo debe ser cuándo
ra, de dónde se sacarán los motivos de débil, cuándo mediana; y como hay
credibilidad a favor orador; la se-que servirse de los tonos; por ejemplo,
gunda, la la tercera, cómo esdel agudo, del grave, del intermedio;
necesario estructurar las partes del dis-y de qué ritmos para cada caso. Por-
curso ; y hemos ya hablado, por una par- que tres son las partes que se conside-
te, de los motivos de credibilidad y de ran, a saber: la intensidad de la voz,
dónde proceden vienen dela entonación adecuada y el ritmo. Así,
tres y cuáles son estas y por los oradores obtienen premios casi como
qué son solo que todos persua-en los concursos, y así como allí tienen
den o bien afectando de cierta manera ahora más preponderancia los actores
a los mismos que juzgan, o bien hacien- que los poetas, también ocurre así en
do adoptar a los que hablan una cierta competiciones políticas, por la
manera de ser, o bien lubridad moral de
y se ha hablado también de los entime- líticas. no se ha compuesto un
mas y de dónde se deben encontrar sus arte sobre este particular, ya que tam-
que de una parte es- bién se desarrolló tarde que se refe-
tán las especies de y dería a la y parece que, consi-
otra sus tópicos. derado con miras es un asun-
Corresponde tratar a continuación de to un tanto burdo. Pero al estar toda
lo referente a porque nola práctica del arte retórica orientada
basta saber lo que hay que decir, antes a la apariencia, hemos de acometer su
también es necesario decirlo como con- estudio, no como justificado, sino como
viene, ya que importa mucho que el necesario, ya que lo que buscamos a lo
discurso adopte cierta modalidad apro- largo del discurso es lo justo y nada
piada. Así pues, primero se buscó, na- más, mejor que no entristecer o hacer
turalmente, lo que es por naturaleza gozar a los porque lo justo se-
los mismos hechos, a partir ría disputar con los mismos hechos, de
de los cuales se obtienen los motivos manera que todas las demás cosas
de convicción; en segundo lugar está fuera de demostrar, algo pe-
el colocar estos hechos según una nor- ro sin embargo, tiene gran poder,
ma de elocución; y en tercer lugar, como hemos dicho, por causa de la im-
algo que con tener una importancia perfección oyente. Con todo,
aún no ha sido lo que pertenece a la dicción, es un tan-
lo referente a la acción oratoria. Por- to necesario en toda enseñanza; por-
que, en la misma tragedia y en la re- que, para demostrar algo, es muy
citación poética se ha desarrollado tar- tinto hablar de una u otra no
de, ya que, al principio representaban es tan con todo, sino que todo
la tragedla los mismos poetas. Es, pues,
evidente que esto está también en vi- (1) sea el que cita en el
gencia tratándose de la retórica, como como rapsoda.