Você está na página 1de 2

SALUD

Complicaciones psicológicas y sociales de la obesidad

Los conflictos de orden psicológico en la obesidad, son progresivos. El obeso va abandonando paulatinamente
sus actividades, sus relaciones con las demás personas se van dificultando y se siente cada vez menos valioso
ante sí mismo y ante los otros.
Cuanto más tiempo pasa sin que se controle la enfermedad, más aumenta el deterioro psicológico. El obeso
pierde su autoestima, deja de tener confianza en sí mismo y en lo que puede lograr.

El inicio de la enfermedad se caracteriza por la aparición de dos pensamientos: la negación y la omnipotencia.

La negación puede estar vinculada a la conducta (yo no como mucho, sino que asimilo demasiado; solamente
piqué algo) y también al propio cuerpo (no estoy gorda, es que soy grandota; tengo solamente unos kilitos de
más). Esto provoca que el obeso no tome contacto con su verdadera situación y con la presencia de su
enfermedad.
En cuanto a la omnipotencia, el obeso cree que todo lo puede, todo lo sabe y que puede manejar la situación de
su enfermedad. Es común escuchar de boca de obesos cosas tales como: yo cuando quiero empiezo el régimen,
voy a ir al médico cuando yo quiera, yo me cuido solo.

Por negación y omnipotencia, pensando que él puede manejar solo su enfermedad, el obeso inicia un camino
que lo lleva a constantes intentos frustrados por superarla. Así se va sumiendo en un deterioro progresivo de
todos los aspectos de su personalidad.

Complicaciones sociales

A causa del modelo de figura delgada exigido por la sociedad, el obeso sufre de marginación por parte de
quienes lo rodean. De este modo se desvaloriza, con la creencia de que es una persona débil de carácter y sin
fuerza de voluntad. Es excluido de actividades como deportes y juegos al aire libre, lo que reduce sus
posibilidades de compartir experiencias agradables con los demás. Por la pérdida del atractivo estético, se le
hace difícil formar una pareja o tener salidas frecuentes con persones del sexo opuesto.

La moda también segrega al obeso, y esto se hace evidente a partir de la existencia de lugares de venta de
talles especiales para aquellos que padecen esta enfermedad. Si una mujer obesa pretende comprar una
prenda en un comercio común, es corriente que la vendedora (delgada) le diga que no tienen su talle.

Se generan problemas también en el ámbito laboral, ya que la figura del obeso no es bien vista en empresas o
comercios. De este modo, una serie de tareas, como vendedora, secretaria o recepcionista, quedan fuera del
campo laboral del obeso.

La aceptación de una enfermedad no es sencilla, menos aún cuando implica un cambio radical en el modo de
vida. Es sumamente difícil pasar de considerar a la gordura como sinónimo de buena alimentación, fortaleza y
buen humor a considerarla como una enfermedad orgánica, psicológica y social.

Pero este proceso de aceptación de la enfermedad constituye el primer paso para la recuperación del paciente
obeso.

Cuando la obesidad es aceptada y comprendida como una enfermedad, es más sencillo plantearse una
modificación en los hábitos alimenticios y la elección de un nuevo modo de vivir, más sano.

Un programa alimentario sano, el aumento de la actividad física, una correcta consulta con el médico, son
recursos necesarios de conocer y de usar para encaminarse hacia la cura; es decir, hacia una vida más sana.

Dr. Ernesto Villalba Supka


del libro Adelgace sin prohibiciones
Consultas: Belgrano 226 piso 1 dto 4 Ramos Mejía
4654-2550 - 4658-6525

ODONTOLOGÍA
El desgaste de los dientes

La capa externa que recubre nuestros dientes es el esmalte dental. Si bien es el tejido más duro del organismo
humano, experimenta un desgaste con el correr del tiempo. Esto no representa una patología, sino que es
absolutamente normal y se da en todas las personas.

Si un adulto compara sus piezas dentales con las que ha tenido en su adolescencia, podrá observar que los
bordes, con los que muerde y mastica, se han alisado, y en algunos casos hasta podrá notar que los dientes
han disminuido su tamaño. De hecho, cuando en los niños salen los primeros dientes delanteros permanentes
puede observarse que los bordes tienen forma “aserrada”, esto les permite traspasar la encía más fácilmente en
el momento de la erupción, pero unos pocos años después los bordes ya están lisos, como resultado del
desgaste.

Pero así como existe un desgaste normal de los dientes causado por el tiempo, hay también un desgaste
anormal, causados por ciertos factores que pueden y deben evitarse, ya que el desgaste demasiado acelerado
trae varios problemas para la salud bucal.

El frotar constantemente los dientes unos con otros, o lo que se llama bruxismo o rechinamiento de dientes, es
uno de los causantes del desgaste anormal. El bruxismo es una enfermedad que sufre un gran porcentaje de
personas y viene dado como consecuencia de las tensiones y es estrés al que están sometidas. Muchas veces el
rechinar de dientes se da durante el sueño por lo que la persona que los sufre no toma conciencia inmediata del
problema, pero en poco tiempo nota un fuerte desgaste en los bordes dentales, además de dolores de cabeza y
cuello. La solución a este problema es la utilización de una placa miorelajante que provee el odontólogo, y que
se utiliza durante el sueño. La placa se confecciona a medida, y es diferente para cada paciente. Otro factor
causante del desgaste es el hábito incorrecto de algunas personas de introducir en la boca objetos extraños
como escarbadientes, cuando lo correcto es la utilización del hilo dental. También es muy común ver, sobre todo
en estudiantes, el hábito de morder lapiceras de plástico y otros objetos, que produce un deterioro del esmalte.

También existen factores químicos que provocan desgaste dental. No es recomendable abusar de alimentos que
contengan demasiados ácidos, tales como cítricos o bebidas con alta acidez. También son perjudiciales los
ácidos gástricos en pacientes con trastornos alimenticios, por ejemplo los casos de vómito autoinducido
(bulimia).

El desgaste anormal de los dientes trae siempre consecuencias indeseadas. El síntoma más común es el
aumento de la sensibilidad, sobre toda cuando se consumen alimentos muy fríos o muy calientes. El esmalte
protege al diente, es como si fuera su escudo. Al estar el esmalte gastado, la parte interior del diente (dentina)
es atacada más fácilmente por agentes nocivos Pero otra consecuencia, no menos importante, es la estética.
Además de la deformación de los bordes, el desgaste produce el oscurecimiento de los dientes, ya que al
desgastarse el esmalte, queda con más transparencia, dejando ver la parte más oscura que está en el interior
del diente.

El odontólogo puede solucionar todos estos problemas que genera el desgaste de los dientes, pero lo ideal es
prevenirlos, y la mejor manera de hacerlo es visitar periódicamente al dentista para que identifique a tiempo las
causas del desgaste.

Você também pode gostar