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Informe sobre la renegociación del contrato con Pan American Energy

Unión Cívica Radical

Introducción:

La llamada renegociación del contrato con Pan American Energy LLC


no es otra cosa que la reiteración y profundización de las políticas pri-
vatizadoras del gobierno justicialista de Carlos Menem.
Constituye una reedición de la entrega indiscriminada, desregulada,
incondicionada y descarada de nuestros recursos naturales.
Desde el discurso se cuestionan las políticas de los llamados ’90. Esas
son las palabras. Los hechos son distintos y elocuentes: mayor concen-
tración del capital, prebendas para los empresarios amigos del poder,
obras públicas con sobreprecios, un Estado ausente e ineficiente que ya
no puede controlar ni el espacio aéreo y, como necesaria contrapartida,
creciente inequidad social, inflación galopante, hospitales sin medica-
mentos ni profesionales, inseguridad pública y empleados públicos
con sueldos que no cubren las necesidades básicas.
Hasta el momento tres gobernantes se han atrevido a conceder los hi-
drocarburos de este modo: Menem, Sobisch y Das Neves.

Escenario de la contratación:

En ese marco, la prórroga del contrato de concesión a PAE se realiza:


1°) En forma oscura, con negociaciones secretas y con anuncios que no
se condicen con lo que surge del contrato. De un día para otro los chu-
butenses se enteraron que la concesión de Cerrón Dragón se prorroga-
ría por CUARENTA AÑOS, DIEZ AÑOS antes de que venza;
2°) Sin la sanción previa de una ley regulatoria del manejo de los hi-
drocarburos por parte de la Provincia. Esto réplica exactamente el mo-
delo de los ’90, en que se entregaron las empresas públicas y los recur-
sos naturales de todos sin marcos regulatorios ni órganos de control;
3°) Sin LICITACION PUBLICA, es decir, en la forma más contraria a la
que imponen las leyes y la transparencia. Un señor, que solo es gober-
nador y por lo tanto administrador de un recurso que es de todos, aún
de las generaciones por venir, dispuso por su sola voluntad hacer un
negocio con una empresa extranjera sin concursar ni compulsar otras
variantes y ofertas. Debe decirse que ni el gobierno del justicialista Car-
los Menem se atrevió a tanto. La entrega de Menem fue, en general,
con licitación. La de Das Neves es directa.
La sanción de la ley 26.197, que restituye el dominio sobre los hidrocar-
buros a las Provincias, fue la oportunidad de sancionar a través de una
ley provincial, el marco regulatorio para definir el ejercicio de ese do-
minio. Así lo imponían los arts. 91 y 102 de la Constitución de la Pro-
vincia del Chubut.
Hasta 2017 había tiempo suficiente para definir el modo de retomar el
control del yacimiento más importante del país, fijando reglas que fa-
vorezcan al conjunto de la sociedad y no a la empresa.

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Era la oportunidad de hacer lo que los países más importantes del
mundo en materia petrolera realizan: asociar al Estado en la explota-
ción en lugar de darle una patente de corso a una empresa privada ex-
tranjera, de capital mayoritariamente británico, para que exprima el ya-
cimiento a cambio de espejitos de colores con los que pretende enga-
ñarse a la comunidad, haciendo aparecer como beneficioso lo que no lo
es.
Es la política del doble discurso. En vísperas del 2 de abril se denunció
el acuerdo de exploración y explotación petrolera conjunta entre Ar-
gentina y Gran Bretaña en el Atlántico Sur. En materia pesquera se dis-
puso que aquellas empresas que obtengan licencia de las Islas Malvi-
nas no podrían operar en aguas argentinas.
En Chubut, se le concede el mayor yacimiento del país SIN LICITA-
CION y por CUARENTA AÑOS a una empresa constituida en el Reino
Unido y cuya principal accionista es British Petroleum. ¿Qué pensarán
los veteranos de Malvinas?

Nulidad del acuerdo:

El contrato así firmado no puede ser aprobado. No solo es políticamen-


te inconveniente, sino que además es ilegal e insanablemente nulo por
no existir un marco regulatorio previo ni surgir de una licitación públi-
ca.
¿Alguien se imagina al Estado Provincial contratando obras públicas
sin ley de obras públicas? ¿O adquiriendo bienes de capital o de uso
sin una ley de contabilidad? ¿O autorizando la explotación de bosques
sin ley de bosques? ¿Por qué razón entonces habría de ser licita la en-
trega de áreas petroleras a cuarenta años sin ley? ¿Por qué razón sin li-
citación pública?
El contrato es también nulo porque constituye una novación del origi-
nal, y en consecuencia otorga bajo nuevas reglas:
a) Diez años de concesión desde el presente y hasta el 14 de no-
viembre de 2017 (art. 1° del contrato);
b) Diez años desde el 14 de noviembre de 2017 (art. 2° del contrato);
c) Veinte años a partir del 14 de noviembre de 2027 (art. 3° del con-
trato).
Es decir, una concesión adjudicada sin LICITACION PUBLICA POR
CUARENTA AÑOS, que viola en forma manifiesta el art. 35 de la ley
17.319, que establece un plazo máximo de veinticinco años.
Es cierto que la misma norma prevé la posibilidad de prórroga, pero
hasta por diez años más, y en ningún caso resuelta esta última de ante-
mano como el contrato de Das Neves, De Vido y Bulgheroni, sino al
cabo de la concesión. Aquí, la opción de prórroga no se la reserva el Es-
tado Provincial sino que le es entregada a PAE.
La nulidad por violación del art. 35 no puede ser disimulada por el
Anexo II ya que resulta obvio que lo que el Estado no puede hacer por
sí tampoco lo puede realizar utilizando la mascarada de una sociedad
del Estado. Eludir el cumplimiento de la ley utilizando figuras societa-

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rias es un atajo que el ordenamiento jurídico ha previsto y sancionado
con la nulidad.

Falsedad de los anuncios previos a la firma del contrato:

Además de la nulidad, el contrato pone en evidencia que todos los


anuncios que lo precedieron son falsedades lisas y llanas, tendientes a
disimular las escandalosas estipulaciones del instrumento firmado por
Das Neves y Bulgheroni.
El informe del Ministro Coordinador exponía las siguientes bondades
del acuerdo:
a) “Inversiones garantizadas en Cerro Dragón por u$s 2.000 millo-
nes hasta 2017 más u$s 1.000 millones entre 2017 y 2027”: No es
cierto que estén garantizadas. El art. 9° del contrato expresa que
si no se dan todas las condiciones impuestas por PAE, esta queda
desobligada. Entre esas condiciones PAE enumeró que los pre-
cios del crudo no resulten inferiores a los del primer trimestre de
2006, que los volúmenes de gas destinados a los usuarios no sean
inferiores a 1,61u$s/mmbtu, que no se establezcan restricciones a
las exportaciones de hidrocarburos, que no se incrementen las re-
galías ni los impuestos y que la Provincia se haga cargo en el pla-
zo de seis meses sin costo para PAE de un gasoducto entre el ya-
cimiento y el gasoducto Gral. San Martín!!!. Si solo una de esas
condiciones no se verifican, PAE queda sin obligación alguna de
inversión. Eso es todo lo contrario de algo garantizado. Además,
el art. 1° permite a PAE distribuir las inversiones a su gusto a lo
largo de los diez años, e inclusive no realizarlas antes de 2017,
quedando autorizada a llevarlas a cabo hasta en tres años más, es
decir hasta 2020.
b) “Inversiones en exploración off-shore XXXXX”. La cláusula 4° es
claramente ilegal porque compromete inversiones de PAE en áre-
as comprendidas fuera de la Provincia del Chubut, lo que resulta
inoponible a quien no firmó. Taxativamente alude a espacios si-
tuados en la Provincia de Santa Cruz, lo que demuestra la impro-
piedad del acuerdo y su falta de seriedad.
c) “Participación del 10% para la empresa provincial en el off-shore
con 100% de inversión de exploración a cargo de PAE” XXXXX.
d) “Aporte especial del 3% con más un adicional de otro 1% a partir
de 2027”: este beneficio también fue difundido como la obtención
por parte del gobierno de un 3% más de regalías. No es cierto
que el “beneficio” equivalga a haber llevado las regalías del 12%
actual a un 15%. Las regalías que paga PAE seguirán en un 12%.
El 3% del que habla la cláusula es un aporte que se calcula sobre
los ingresos netos obtenidos en las áreas de concesión. Las regalí-
as, en cambio, se tributan sobre el valor bruto del crudo. Este
aporte será pagado una vez que se descuenten todos los gastos
operativos de la empresa, incluidas las regalías del 12%. Es abso-
lutamente falso el informe del Ministro Coordinador intitulado

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“Chubut: equivalencia aporte especial – regalía”. De ningún
modo son equivalentes y los términos del art. 7.1 del contrato
desmienten claramente lo que en la columna “comentarios” ex-
presa el informe. Allí se dice que el aporte especial equivale al 3%
del precio boca de pozo. La contundencia del art. 7.1 exime de
mayores comentarios.
e) “Aporte de u$s 120 millones al Fondo de Infraestructura Provin-
cial”: La cláusula 7.2 alude a dos Fondos, el de Infraestructura
Provincial y el de Diversificación Económica de la Cuenca del
Golfo San Jorge, cada uno con un aporte de u$s 60 millones. Lo
cierto es que ninguno de los dos Fondos está creado ni existe una
ley que establezca el modo de inversión y distribución de tales
partidas. Queda claro también la irrelevancia del monto de u$s
60 millones para la diversificación de la economía, tanto en orden
a los requerimientos necesarios para ello como en orden a los be-
neficios que este acuerdo extensísimo en plazo otorga a PAE. So-
bre beneficios netos de u$s 500 millones de dólares anuales que
genera el yacimiento, la suma equivale a menos del 1% de las ga-
nancias a obtener solo en los primeros diez años de concesión.
Por otra parte, una de las ciudades de la Cuenca, Comodoro Ri-
vadavia, tiene necesidades presupuestarias anuales mayores a
u$s 60 millones, lo que también pone de relieve la insignificancia
fiscal del monto. Por cierto que ninguna reconversión económica
sostenible se podrá generar con este Fondo que se parece más a
las baratijas de los conquistadores que a una verdadera contra-
prestación contractual.
f) “La suma del aporte especial más el Fondo de Infraestructura
equivale a una tasa del 13% de regalías adicionales sobre la ex-
tensión”: absolutamente falso por las razones ya apuntadas en el
punto d). A ello debe adicionarse que con lo establecido en el art.
9.3 la Provincia del Chubut renuncia a cualquier posibilidad fu-
tura de rever el monto de las regalías por la vía legislativa, ya
que contractualmente ha cerrado tal camino por imposición de
PAE. La cláusula en cuestión importa tanto como renunciar por
cuarenta años al ejercicio de la facultad soberana de legislar en
materia de regalías. Eso sin dejar de señalar que también condi-
ciona el ejercicio de la facultad soberana de la República Argenti-
na de limitar las exportaciones de crudo por razones de interés
general. En momentos en que el país está por pasar a convertirse
de exportador en importador neto de crudo, el art. 9.2 es una re-
signación antipatriótica.
g) “Becas de estudio (cien cada diez años) y préstamos a emprendi-
mientos privados en la región ($ 500m)”: Sobre las becas debe de-
cirse que lo pactado en el art. 7.3 constituye la muestra más aca-
bada del Estado desertor. En lugar de gestionar adecuadamente
y con miras en el bien común los recursos naturales para poder
asumir en plenitud las obligaciones en materia educativa, de sa-
lud, de seguridad y justicia, se entregan los recursos a una em-
presa extranjera en condiciones humillantes y desventajosas y a

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cambio se obtiene una verdadera limosna, ya que está claro que
becas para cien alumnos cada diez años de ningún modo van
cambiar el perfil educativo de la Provincia ni superar la desigual-
dad en la materia. Lo pactado demuestra la claudicación más ab-
soluta y descarada en conseguir el ideal de una educación uni-
versal y gratuita, sostenida por el Estado y no a través de la con-
descendencia de una empresa multinacional. Exhibir este punto
como un beneficio habla a las claras del rumbo neoliberal de este
gobierno. Sobre los supuestos préstamos por $ 500 millones a py-
mes, debe decirse que la cláusula 7.4 no dice eso. Habla de “has-
ta” $ 500 millones, que no es lo mismo. Ninguna persona común
contrataría de ese modo. No es lo mismo vender el auto en $ 30
mil que en “hasta” $ 30 mil. Además, la cláusula expresa que se
trata de un “compromiso” abarcativo del Golfo San Jorge, con lo
cual aclara que es compartido con la Provincia de Santa Cruz.
Entonces los “hasta” $ 500 millones pasan a ser “hasta” $ 250 mi-
llones. Pero además, la cláusula no aclara nada acerca de plazos,
modos, formas ni requisitos de los beneficiarios. Tan vaga es la
cláusula que PAE tiene la opción de prestar por si o a través de
sociedades de garantía recíproca nacional, provincial, regional o
“entidad equivalente” (SIC). Evidentemente los negociadores no
se esmeraron demasiado en darle una forma jurídica a la cláusu-
la, con lo cual, no tiene más valor que una promesa a la hora de
hacerla valer ante un Tribunal en caso de incumplimiento.

Consideraciones sobre algunas cláusulas:

1°) Entre los antecedentes del contrato no obra la constancia de que


Pan American Energy LLC Sucursal Argentina, haya cumplido con las
disposiciones que los arts. 118 y siguientes de la ley 19.550 prevén para
las sociedades extranjeras (el tipo societario “LLC” denota su carácter
de empresa extranjera ya que no es uno de los previstos en la ley de so-
ciedades comerciales).
2°) Tampoco existe la constancia acreditante de que Carlos A. Bulghe-
roni sea apoderado de la empresa.
3°) No están los antecedentes de la cesión de las concesiones de YPF
S.A. a favor de Pan American Energy LLC Suc. Argentina que mencio-
na el considerando 1°.
4°) No se mencionan las “empresas afiliadas” a PAE que menciona el
considerando 2°.
5°) El considerando 3° hace mención a la participación del Poder Ejecu-
tivo Nacional. Sin embargo, el PEN no es firmante del acuerdo.
6°) El considerando 4° alude a la generación de “fuentes de trabajo per-
durables”. Sin embargo, el convenio no alude en ninguna de sus cláu-
sulas a obligaciones concretas y específicas en la materia. Según infor-
mes de la Secretaría de Hidrocarburos de la Provincia del Chubut, en
2004, de 12.000 puestos de trabajo en el conjunto de los yacimientos de
la Provincia, menos de 1.000 eran empleados de las operadoras, tenien-
do PAE menos de 500 empleados directos en relación de dependencia.

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Tan pobre generación de empleo directo, sumado a los recurrentes
conflictos colectivos de trabajo que PAE genera en la región, el más
grave y extendido de ellos suscitado durante 2005, de los que aún pue-
den verse graffitis contra PAE y Bulgheroni en las paredes de Comodo-
ro Rivadavia, en los que se los trata de “negreros” y “esclavistas”, de-
bería haber provocado más atención sobre el particular en el contrato.
Llama la atención la adhesión sindical a este convenio, que ni siquiera
alude al número concreto de puestos de trabajo a crear y mucho menos
garantiza la perdurabilidad de los existentes a tenor de lo dispuesto en
la cláusula novena. Cabe recordar que la mayoría de los sindicatos
también guardaron silencio durante las privatizaciones del gobierno
justicialista de los ’90, el que dejó cientos de miles de trabajadores en la
calle con contratos de concesión como este en Gas del Estado, YPF,
YCF, Elma, Ferrocarriles Argentinos, Aerolíneas Argentinas e Hipa-
sam, entre otras.
7°) El considerando 5° alude al esfuerzo del PEN por incrementar las
reservas y la producción de hidrocarburos a nivel nacional. Sin embar-
go, se insiste en que el PEN no es parte en este acuerdo y que tal decla-
mado esfuerzo choca contra la evidencia de una progresiva pérdida de
reservas y la posibilidad cierta de que nuestro país termine siendo im-
portador neto de crudo luego de veinte años de autoabastecimiento.
Asimismo, la cláusula 2° párrafo segundo solo exige un nivel de reser-
vas de dos años durante el año anterior al 14 de noviembre de 2017,
vale decir, un volumen sustancialmente inferior a las comprobadas en
el yacimiento al día de la fecha.
8°) En el considerando 6° se menciona el diferendo que tramita ante el
CIADI entre PAE y la República Argentina, pero nuevamente ha de
destacarse que este cuestión resulta jurídicamente ajena al Chubut, por
no ser parte de ese litigio. Llama la atención entonces que el PEN no
sea firmante de este acuerdo.
9°) El considerando 7° expresa que el acuerdo se enmarca en lo dis-
puesto en el art. 102 de la Constitución de la Provincia del Chubut. Ello
no es así, por cuanto el párrafo primero parte final de dicha norma im-
pone que debe promoverse la industrialización del recurso en su lugar
de origen. Lejos de asegurar esto el convenio es una carta en blanco
para que PAE exporte petróleo crudo a su antojo, ya que el art. 9 lo li-
bera de obligaciones de inversión si se impusieran restricciones a las
exportaciones. Además, el convenio viola lo dispuesto en el art. 91 de
la Constitución Provincial, que dispone el deber de instrumentar políti-
cas alternativas en caso de no resultar conveniente desde el punto de
vista estratégico la explotación de los recursos naturales. Con este con-
venio, tal potestad irrenunciablemente estatal ha sido ilegalmente dele-
gada en PAE, empresa privada y extranjera, la que de este modo po-
dría agotar el yacimiento aunque para los intereses nacionales y de la
Provincia resultara más conveniente regular su explotación ante la po-
sibilidad cierta de que la Argentina deba importar crudo en fecha pró-
xima.
10°) El art. 1°, más allá de exhibir un cuadro con un cronograma de in-
versiones, deja en manos de PAE la concreción de las mismas, pudien-

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do hacerlas incluso hasta tres años más allá del vencimiento de la pri-
mera etapa de concesión, en 2017. Ello sin perjuicio de insistir en que el
art. 9° la libera de cualquier obligación de inversión si se diesen alguno
de los cuatro supuestos que prevé la cláusula.
11°) El art. 2° viola el art. 35 de la ley 17.319 ya que está claro que el es-
píritu de la norma es que toda eventual prórroga sea convenida sobre
el término de la concesión y no diez años antes, como infundadamente
lo pretende este convenio. Adviértase que el art. 35 condiciona toda
prórroga a que “el concesionario haya dado buen cumplimiento a las obliga-
ciones emergentes de la concesión”. Vale decir que la norma requiere ade-
más la evaluación del desempeño del concesionario. Esta obligación le-
gal es obviada por el convenio, por cuanto resulta claro que es imposi-
ble evaluar hoy el comportamiento de PAE durante los próximos diez
años. Convenir esto equivale a aprobar el desempeño de un alumno
diez años antes de que curse sus estudios. La cláusula 2° le otorga sin
más un derecho de prórroga ignorando la imposición comentada del
art. 35 de la ley de hidrocarburos.
12°) El art. 2° estructura un mecanismo de selección de quien tiene a su
cargo certificar el estado de las reservas, que termina poniendo en ma-
nos de la empresa su designación. No solo se renuncia a la evaluación
previa que impone el art. 35 de la ley 17.319, sino que además se le per-
mite a PAE ser juez y parte en materia de certificación.
13°) El art. 3° constituye la violación más abierta y franca al tope legal
de concesión y prórroga previsto en el art. 35 de la ley 17.319. Se trata
de una segunda prórroga no prevista en la ley (solo habla de una pró-
rroga), que además termina importando un contrato de cuarenta años,
cinco más que una concesión con su prórroga. Si a eso se le suma el
lapso por el cual PAE ya viene explotando el yacimiento, tenemos que
la empresa habrá ejercido al cabo de este contrato un dominio sobre el
recurso de más de medio siglo.
14°) El art. 5° resulta toda una originalidad pues impone a un tercero
ajeno al contrato, Petrominera S.E., la celebración de un contrato con
PAE. Es sabido que los contratos solo surten efecto entre las partes, con
lo cual no se advierte cómo podría en derecho un contrato entre la Pcia.
y PAE obligar a realizar algo a una tercera sociedad. Este mecanismo
pone en evidencia que para sortear el tope legal del art. 35 de la ley de
hidrocarburos, el convenio pretende eludir la norma con una suerte de
cesión del yacimiento en 2027 a Petrominera, decidida 20 años antes de
esa fecha, para que posteriormente esta última se lo entregue en opera-
ción por los 20 años posteriores a PAE, entrega también resuelta 20
años antes. Los términos del acuerdo del anexo II dejan claro que más
allá de la terminología y definiciones que utiliza, PAE no será una ope-
radora, sino una concesionaria, ya que pagará regalías. Tal propósito
queda además manifiesto con lo establecido en la cláusula 3° del con-
trato principal. Además, el art. 1.3 del anexo II le concede a PAE “el do-
minio y la libre disponibilidad de los hidrocarburos que produzca y las divisas
correspondientes”, lo que revela aún más claramente que se trata de una
concesionaria y no de una simple operadora. Finalmente, el art. 2.1 del
anexo impone a Petrominera S.E. ceder a la Provincia el total del canon

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y regalía que le pague PAE por la “operación” del yacimiento, con lo
cual es más que notorio que Petrominera S.E. actuará como una simple
intermediaria para eludir el tope del art. 35 de la ley 17.319.
15°) Sobre el art. 6°, que encomienda auditar el estado de las reservas a
la UNPSJB, cabe la observación de que una vez más se prevén obliga-
ciones o conductas en entidades que no son parte del acuerdo, con lo
cual su exigibilidad jurídica es nula y su virtualidad dependerá solo de
la buena voluntad. Pero además, cabe preguntarse qué posibilidad
cierta tendrá la Universidad de efectuar tal auditoría cuando desde el
Estado Nacional se la ha desfinanciado como al resto de las Universi-
dades públicas, negándoles un presupuesto no ya acorde a las necesi-
dades de investigación sino incluso para pagar sueldos. Está claro que
prever que el control lo realice un ente desfinanciado al que ni siquiera
se invita a ser parte del acuerdo equivale a renunciar a todo tipo de
control y que el mismo, como ha acontecido con casi todas las privati-
zaciones y concesiones del gobierno justicialista de los ’90, sea inexis-
tente y conduzca a la desinversión e incumplimiento de los contratos,
sin consecuencias para las empresas (recordar el caso de las telefónicas,
los ferrocarriles, rutas y autopistas con peajes, Aerolíneas Argentinas y
la distribución del agua corriente en no pocas ciudades).
16°) Sobre el art. 7° ya se han hecho más arriba las correspondientes
consideraciones. Cabe acotar que el punto 7.5, que expresa el compro-
miso de PAE de “generar fuentes de trabajo perdurables y consolidar un
mercado local y regional competitivo de empresas proveedores de bienes, obras
y servicios para la industria petrolera” en modo alguno está garantizado,
pues no pasa de ser una cláusula meramente declamativa que más allá
de su retórica no precisa mecanismos concretos que aseguren condicio-
nes dignas, claras y perdurables para los contratistas. Más aún, dice la
cláusula que PAE “profundizará sus actuales criterios de selección de prove-
edores y contratistas de servicios y obras”, más no se aclara cuáles son tales
criterios, con lo que el contrato deja librada a la discreción de la empre-
sa la fijación de tales cánones. Por otra parte, son recurrentes las quejas
y reclamos de los contratistas y de quienes aspiran a serlo, acerca de las
condiciones de contratación, la facilidad con que la empresa rescinde
contratos y la imposición de deducciones para hacer frente a fondos de
indemnizaciones de despidos, ajenos al sistema del derecho laboral ar-
gentino. El contrato no solo no tiene una sola salvaguarda de las condi-
ciones de trabajo y estabilidad de los operarios, tampoco la tiene para
las empresas locales. El art. 9° del contrato libera a PAE de toda obliga-
ción si acontece alguno de los cuatro supuestos que allí se contemplan,
y ninguna otra cláusula del convenio pone a salvo a las empresas loca-
les de tal liberación de la obligación de invertir.
17°) La cuestión ambiental tiene una breve e insuficiente mención en el
art. 7.7. La cláusula es absolutamente vaga, no impone ninguna conse-
cuencia para la omisión del deber de cuidado y el contrato no alude a
criterios de reparación del pasivo ambiental generado y a generarse. Al
igual que los derechos de los trabajadores, el medio ambiente es otro
gran ausente en las previsiones del acuerdo. Más aún, en violación de
los marcos legales ambientales nacional y provincial, se va a avanzar

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en el otorgamiento de una concesión de explotación de un recurso no
renovable por cuarenta años, en forma directa, sin estudio de impacto
ambiental ni audiencia pública. Esta violación legal también es causa
de nulidad absoluta del acuerdo, ya que la empresa no puede preten-
der adquirir derechos mediante mecanismos de contratación que igno-
ran los marcos legales aplicables a tal contratación.
18°) El art. 8° alude al desistimiento de PAE de las acciones entabladas
contra el Estado Nacional en el CIADI. El anexo V somete tal desisti-
miento a la condición de que la Provincia de Santa Cruz firme un con-
venio similar a este con la empresa. Esto último y el hecho de que en el
contrato entre PAE y Chubut se incluyan cuestiones ajenas a las partes,
da una muestra acabada de que el contrato no ha sido negociado por
las partes. Más allá de que el desistimiento al proceso entablado por
PAE ante el CIADI es del interés general porque involucra y compro-
mete a la Nación, lo cierto es que es esta última la involucrada en el
conflicto, con lo cual un convenio entre una empresa y una Provincia
no es el ámbito jurídico adecuado para resolver la cuestión. Además, la
empresa condiciona el desistimiento a que otra Provincia, Santa Cruz,
que tampoco es parte en este acuerdo, firme uno similar. Podemos de-
cir entonces que es falso el anuncio oportunamente formulado e inclu-
so publicado en diarios nacionales, en el sentido de que con este conve-
nio PAE renunciaba a su acción ante el CIADI. Ello ocurrirá cuando
Santa Cruz firme un convenio similar y además intervenga en la nego-
ciación el PEN, cosa que en este acuerdo no ha acontecido, al menos
formalmente. Además, debe hacerse notar que mientras se introduce
una cláusula de renuncia a un juicio entablado contra la Nación, la Pro-
vincia del Chubut no obtiene de la contraparte el reconocimiento de la
deuda que el Chubut reclama por diferencias de regalías mal liquida-
das. Bulgheroni expresó a la prensa el día de la firma del acuerdo que
no se pueden firmar estos contratos y mantener litigios. Sin embargo,
los negociadores parecen haber estado más atentos a incorporar al
acuerdo los juicios que PAE tiene contra el Estado Nacional que los
que Chubut ha entablado o va a entablar por el pago de las regalías
mal liquidadas.
19°) Si bien la cláusula 9° ya ha sido analizada, resta hacer notar que el
punto 9.5 solo da derecho a reclamar el resarcimiento de los daños y
perjuicios a PAE. Los eventuales incumplimientos de esta última solo
generan el derecho a la caducidad de la concesión.
20°) El art. 10° tiene la clara intencionalidad de poner a la concesionaria
a cubierto de futuros planteos de nulidad. Es conciente que el contrato
violenta previsiones legales en materia de licitación pública, plazos
máximos de concesión y prórrogas y normas sobre evaluación de im-
pacto ambiental y audiencia pública. Es por ello que pretende ponerse
a cubierto con la aprobación parlamentaria del acuerdo, pretendiendo
con ello purgar los vicios de la contratación. Sin embargo, las nulida-
des que afectan al convenio son absolutas por quebrantar el orden pú-
blico, lo que las convierte en insanables e imprescriptibles. El presente
convenio, aún aprobado por la unanimidad de la Legislatura, no podrá

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ser por tal motivo invocado como fuente de derechos para la concesio-
naria. 1
21°) El punto 10.4 importa renunciar a la jurisdicción de la Justicia del
Chubut en una cuestión atinente al Estado Provincial. Siendo una con-
cesión provincial, no existen razones para pactar una cláusula compro-
misoria que pone la resolución de diferendos en manos de árbitros. Si
bien es una alternativa prevista en la ley 17.319, no resulta razonable
hacerlo en el presente caso en que el yacimiento es del dominio de la
Provincia. Mucho menos para regular el caso bajo normas de la CCI.
Todo ello no solo es inconveniente sino ilegal, pues el art. 12 de la
Constitución del Chubut impide delegar competencias y renunciar a
las otorgadas a los poderes públicos, en este caso al Poder Judicial del
Chubut. Y más allá de las consideraciones legales, no se advierte cuál
es la razón para que el dueño del recurso se somete a árbitros privados
o a jueces distintos de los de la Provincia para resolver diferendos con
la concesionaria.
22°) El art. 11° revela por un lado el desconocimiento de la legislación
provincial por parte de quien o quienes han negociado el contrato. No
es admisible que un funcionario provincial exprese “de corresponder” el
impuesto de sellos, ya que resulta más que claro que el pago del im-
puesto de sellos CORRESPONDE a tenor de lo dispuesto en el art. 128
del Código Fiscal de la Provincia del Chubut, el que de conformidad
con lo dispuesto en el art. 159 debe tomar como base imponible el com-
promiso de inversión asumido en el contrato. Es así que tanto corres-
ponde el pago del impuesto que su importe alcanza al menos los u$s
15 millones, si se toma en consideración solamente las inversiones
comprometidas en los arts. 1° y 3° del contrato y que la cocontratante,
Pcia. del Chubut, se encuentra exenta (art. 144), con lo que PAE está
obligada tributariamente por el 0,5% de la base imponible (que de
acuerdo al convenio es de u$s 3.000 millones). La cláusula 11° es mani-
fiestamente ilegal, ya que el Gobernador no se encuentra autorizado a
eximir el pago del tributo ni mucho menos a asumir el pago de una
deuda tributaria ya devengada (art. 159 párrafo segundo del Código
Fiscal) y cuya única obligada resulta ser PAE. Disponer tal cosa consti-
tuye un verdadero ejercicio abusivo de su autoridad. De hecho, la Pro-
vincia, como sujeto exento que es, no puede asumir el pago del im-
puesto que corresponde a la empresa ni mucho menos tener partidas
presupuestarias a las que imputar dicho pago. Obsérvese que por un

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Sobre el particular la empresa tiene experiencia: “El acuerdo al que llegó el gobierno de Frondizi con la
Pan American Oil Co. (subsidiaria de la Standard Oil de Indiana) resulta típico: la compañía recibía dere-
chos por treinta años para perforar y producir sobre 4.000 kilómetros cuadrados, ya explorados por YPF en
la región de Comodoro Rivadavia, e YPF se comprometía a pagar 10 dólares por metro cúbico de petróleo, el
60 por ciento en dólares. Este precio, mucho mayor que el costo de producción, permitía que la compañía ob-
tuviera ganancias anuales del 100 por ciento o superiores, que hallaban además libres de impuestos y no su-
jetas a límites para su repatriación (…) El profesor Silenzi de Stagni acusó al gobierno de “traición a la pa-
tria”. El método que aplicó Frondizi para negociar los contratos –en secreto y sin el consentimiento del Con-
greso- fue objeto de severas críticas. El presidente insistía en que su política no afectaba al nacionalismo
porque la Argentina se estaba volviendo autosuficiente e YPF retenía la propiedad del petróleo, pero muchos
argentinos habrían coincidido con el economista conservador y experto en temas latinoamericanos Simon G.
Hanson, que escribió que las condiciones resultaban “extremadamente perjudiciales para el pueblo argenti-
no” (…) De acuerdo con sus promesas electorales, como primer gran medida Illia declaró nulos y sin valor
los contratos de Frondizi, basándose en el hecho de que el Congreso nunca los había aprobado”. SOLBERG,
Carl E., Petróleo y Nacionalismo en la Argentina, Hyspamérica, Biblioteca de Historia y Política, Buenos Ai-
res, 1986, pags. 252 a 254.

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lado se ha presentado como un logro del convenio los u$s 60 millones
que la empresa destinará al Fondo de Diversificación Económica de la
Cuenca del Golfo San Jorge, y por otro lado se le condona al menos un
cuarto de esa suma en concepto de impuesto de sellos que inexcusable-
mente debe pagar la empresa.
23°) El anexo IV, cláusula 3.1, concede un plazo de explotación del área
off shore a favor de PAE de treinta años, lapso que excede el contem-
plado como máximo en el art. 35 de la ley 17.319, que es de veinticinco
años.
24°) El anexo VI resulta a todas luces inexplicable y ajeno al objeto del
convenio. El Gasoducto Patagónico no guarda ninguna relación con el
acuerdo y no existe ninguna explicación que justifique la razón por la
cual en este marco la dueña del yacimiento y del recurso hidrocarburí-
fero que en el subyace, es decir la Provincia del Chubut, asume la cons-
trucción y el pago de la conexión del Gasoducto Patagónico con el ga-
soducto Gral. San Martín. El Gasoducto Patagónico, inaugurado en oc-
tubre de 2006 y próximo a ser reinagurado según declaraciones públi-
cas de Emgasud pues aún no provee de gas a ninguna localidad, y por
el cual se ha pagado una suma mayor a la prevista en el Fondo Fiducia-
rio aludido por la ley 5.310, resulta ajeno al vínculo Provincia/PAE, y
resulta sumamente llamativo que su construcción y costo deba ser asu-
mido por el Estado Provincial. Si se suma la virtual exención del im-
puesto de sellos por u$s 15 millones al costo del gasoducto del anexo
VI, tenemos que en los hechos es la Provincia la que está pagando a
PAE por explotar el yacimiento y apropiarse de sus recursos. Se trata
de una cláusula leonina ya que no tiene contraprestación alguna a car-
go de la empresa. Es una liberalidad, una virtual donación de la Pro-
vincia a favor de PAE.
25°) Los anexos no se encuentran firmados, con lo cual no hay manifes-
tación de la voluntad de celebrar el acuerdo. De acuerdo al art. 1.012
del Código Civil la firma es una condición esencial para la existencia
del acto. Si además consideramos a este convenio como un virtual ins-
trumento público, el art. 988 del Código Civil impone la firma de los
interesados para su validez. Los anexos no tienen la firma del único re-
presentante legal del Estado Provincial, el Gobernador (art. 155 inc. 5
de la Constitución del Chubut), con lo que no queda salvada la omi-
sión con la firma del Ministro Coordinador. Pero además, falta la firma
de quien invoca el carácter de apoderado de PAE, con lo cual de acuer-
do a las normas invocadas del Código Civil, los anexos son inexistentes
e inválidos, lo que obsta a su tratamiento parlamentario, ya que si son
inexistentes no hay objeto que tratar, y si se los considerase existentes
pero inválidos, no podría la Legislatura tratarlos legítimamente hasta
que no se sanee el vicio que los invalida.
26°) El contrato y sus anexos son remitidos a la Legislatura sin expe-
diente en el que obre las negociaciones previas que, según los anuncios
públicos del gobierno, se entablaron en forma previa a la celebración
del acuerdo. Lo actuado carece de este modo de motivación, recaudo
de los actos administrativos exigido en el art. 30 de la ley de procedi-
miento administrativo (decreto-ley 920, t.o. dec. 1.464/05) cuya omi-

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sión acarrea la nulidad del acto de acuerdo al art. 33.1.c de la ley citada.
En tales actuaciones deberían constar las evaluaciones económicas que
avalen lo convenido y la determinación de determinar sucesivas pró-
rrogas, una de ellas con diez años de anticipación y otra con veinte
años de antelación. La omisión de licitar, el quebrantamiento de los to-
pes legales del art. 35 de la ley 17.319, la asunción por el Estado de la
deuda de u$s 15 millones de PAE por impuesto de sellos y la omisión
de realizar el estudio de impacto ambiental y audiencia pública, previs-
tos en la ley nacional 25.675 y en el Código Ambiental de la Provincia
del Chubut (ley 5.439), ameritan también que entre la motivación del
acto obre un dictamen del Fiscal de Estado conforme lo prescribe el art.
215 de la Constitución Provincial y el art. 7° incs. 5) y 8) de la ley 5.117.
Tampoco existen antecedentes que den cuenta del cumplimiento del
deber impuesto a la Asesoría General de Gobierno por el art. 2° inc. f)
de la ley 5.125. Asimismo, no hay antecedentes de que el Tribunal de
Cuentas haya ejercido el control previo que la magnitud del acuerdo
amerita y que para tales casos excepcionales prevé el segundo párrafo
del art. 219 inc. 1°) de la Constitución de la Provincia del Chubut.

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