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Conversaciones Seductivas:

Número 22, Volumen 2

En este número:

• Editorial

• ¿Cómo utilizar tu falsa marcha y evitar la


incongruencia?

• ¿Cómo usar la técnica de la pesca?

• ¿Cómo conocer el estado de ánimo de una mujer por


el color de su ropa?

• Caso práctico de éxito: La convivencia

• Despedida

Editorial

¡Hola! ¿Qué tal la semana?

Espero que la hayas aprovechado tanto como yo. He estado en


Nueva York impartiendo un seminario y la acogida ha sido
fenomenal. La verdad es que cuando se trabaja con un
público como vosotros todo es mucho más fácil.

Pero centrémonos en el boletín.

Hoy, te hablaré de un par de técnicas seductivas nuevas,


para que las añadas a tu repertorio.

La falsa marcha y la técnica de la pesca. Estudia la


teoría, practica con objetivos menores, y, luego, busca a
tus objetivos principales. Puedes estar seguro de que ambas
funcionan.

Además, te explicaré lo que es la incongruencia y por qué


debes evitarla a toda costa.

Por último, analizaré contigo la importancia que tiene el


color de la ropa para las mujeres, y como éste determina su
estado de ánimo.

Y, acabaremos, como siempre, con el caso práctico de éxito.


¡Qué lo disfrutes!

¿Cómo utilizar tu falsa marcha y evitar la


incongruencia?

Si hay un hecho irrefutable en el arte de la seducción es


que cada mujer recibe más de una aproximación seductiva por
noche, o por día.

¿Te afecta eso a ti?

Evidentemente, sí.

Porque cuando tú intentes acercarte a tu objetivo y


utilices tu técnica seductiva depurada te encontrarás con
una primera barrera delante tuya:

ELLA YA HA PASADO POR ESO HACE CINCO MINUTOS

Entonces, o eres el tipo más guapo del mundo, o si no estás


en problemas, porque ella no estará dispuesta a escuchar tu
maravillosa puesta en escena.

No.

Ella estará pensando: “¡Vaya! Otro pesado que viene a


marearme, a ver cuando se marcha”.

Y eso no te interesa.

Porque hace que no preste atención a tus frases de inicio,


o a tus juegos de flirteo, o a cualquier técnica que estés
utilizando de entre todas las que te he venido enseñando
hasta ahora.

Pero, ¿qué puedes hacer, entonces?

Muy sencillo.

Tienes que limitar temporalmente el conflicto.

¿Qué es eso?

Es una técnica cinematográfica esencial en la redacción de


guiones.

Si te fijas todas las historias (por lo menos las que están


bien escritas) están limitadas temporal y espacialmente.
Como ejemplo paradigmático vamos a ver la película “Los
pájaros”.

¿La has visto?

Sí, seguro que sí. Esa de unos pájaros que se agrupan y


atacan a los hombres en un pueblo perdido de San Francisco.

Estaba dirigida por Hitckock.

Bueno, el caso es que existe un conflicto: LOS PÁJAROS


ESTÁN ATACANDO A LOS HUMANOS.

Pero es conflicto debe de ser acotado para generar interés,


tanto temporal como espacialmente.

En primer lugar, queda acotado espacialmente porque todo


sucede en una isla cuya única conexión con el resto del
mundo es una carretera, tomada, evidentemente, por los
pájaros.

Y, en segundo lugar, se acota temporalmente al fijarse la


acción en un fin de semana.

¿Ves las dos claves?

Ahora vamos a extrapolarlo a tu proceso seductivo.

¿Cuál es el conflicto?

TÚ INTENTANDO SEDUCIR A TU OBJETIVO.

¿Está limitado espacialmente?

Sí. El espacio de acción del conflicto se encuentra en el


lugar en el que se esté desarrollando tu aproximación
seductiva, en el que ella no tiene salida hasta que se
deshaga de ti.

¿Está limitado temporalmente?

¿Tú que crees?

Podrías decirme que el límite temporal es el éxito de tu


aproximación seductiva, pero eso no es un límite.

El límite debe de estar en la mente del receptor de la


comunicación.
Volviendo a “Los pájaros”, el límite es conocido por los
espectadores en todo momento, lo que les ayuda a meterse en
el conflicto.

¿Qué es lo que tú quieres?


Que tu objetivo se meta, también, en el conflicto.

¿Cómo lo consigues?

Acotando el conflicto.

Haciendo que ella comprenda cuando va a terminar tu


aproximación.

¿No lo entiendes?

Vamos a ver un ejemplillo.

Imagínate que te acercas a una chica en una discoteca.

TÚ: Hola, llevo un rato observándote y me parece que


tus labios me han hecho una señal para que me acerque.
ELLA: ¡Vaya! Esto es un motín en toda regla.

¿Qué está pensando ella?

“Mira, otro pesado que viene a amargarme la noche. Por lo


menos este es un poco original, pero vamos a ver cuando me
lo puedo quitar de encima”.

Imagínate que haces lo siguiente:

TÚ: Hola, llevo un rato observándote y me parece que


tus labios me han hecho una señal para que se me
acerque.
ELLA: ¡Vaya! Esto es un motín en toda regla.
TÚ: Ya te digo. Si no tuviera prisa porque he quedado
con unos amigos, te ayudaría a resolverlo.

¿Qué está pensando, ahora, ella?

“Mira, otro pesado que viene a amargarme la noche. Por lo


menos este es un poco original, y parece que se va a ir
rápido. Vamos a ver que me cuenta”.

¿Ves una diferencia de comportamiento?

En el primer ejemplo, ella solo está esperando el momento


para que te marches. En el segundo ejemplo, sin embargo,
ella ya asume que te vas a marchar enseguida, así que
prestará más atención a lo que digas.
¿Y te tendrás que ir?

No, por eso se llama FALSA MARCHA.

¿Cómo seguir?

Bien, ya has lanzado tu primer aviso de falsa marcha, y


ella lo ha reconocido como tal.

Ahora, simplemente, tienes que seguir con tu aproximación


seductiva, por ejemplo, contándole una de las historias que
tienes preparada.

Poco a poco, irás notando que ella te lanza las señales de


interés que te he venido enseñando en los boletines
anteriores.

Y, entonces, cuando creas que has detectado al menos tres


de esas señales es el momento de volver a decir:

TÚ: Bueno, me voy a tener que ir marchando. Como te


dije, he quedado con unos amigos.

Así, estarás despertando en ella el TEMOR DE PÉRDIDA.

Ella ya se siente atraída por ti, porque todo tu material


ha funcionado, y ahora ve como te vas a marchar, y no
quiere que te marches.

¿Qué hará ella entonces?

Intentará que te quedes, y ahí tendrás abierta tu ventana


de kino de par en par, para que cruces por ella en busca de
la recompensa de tu éxito.

¡Enhorabuena!

Y siguiendo con nuestro paralelismo cinematográfico.

¿Has visto alguna vez una película en la que un actor está


recitando un texto que no le pega en absoluto?

Para que te hagas una idea. Imagínate a Nicole Kidman


haciendo de pandillera juvenil.

¿Qué te parece? No le pega, ¿verdad?


Por eso los directores de casting o de reparto ganan tanto
dinero, porque tienen que encontrar el actor adecuado para
cada personaje.

Y por eso tú tienes que trabajar tanto en casa para filtrar


todo el material que te estoy ofreciendo y quedarte solo
con aquel que realmente le va a tu personalidad.

Porque si no lo haces corres el grave peligro de caer en la


INCONGRUENCIA.

Y ese es el camino más rápido hacia el fracaso más


absoluto.

Debes de intentar recolectar todo el material disponible


ante ti, tanto para frases de inicio, como para historias,
o para avances en la escala de kino.

Organiza todo ese material y redáctalo a tu manera.

Ahora, intenta recitarlo delante del espejo.

Rápidamente descubrirás lo que te funciona y lo que no.


Desecha lo segundo y quédate con lo primero.

¿Y luego?

Luego tendrás que presentar tu representación a objetivos


secundarios y a amigas de confianza, que son las que
determinarán si has acertado con la elección del material.

¿Por qué se hacen previews de las películas?

Por lo mismo, para realizar las modificaciones necesarias


antes de presentar la película al gran público. Al igual
que tú tendrás que desechar todo aquello que no funcione en
tus “previews” para quedarte solo con ese material que ha
funcionado.

Y ese será el material que debes de llevar ante tu


objetivo, para evitar el pecado capital de incongruencia.

¿Cómo usar la técnica de la pesca?

Hoy, en mi intención de ofrecerte diversas técnicas de


seducción que te ayuden a pulir todo tu conocimiento para
convertirte en un seductor profesional, te ofrezco “la
técnica de la pesca”.
¿Sorprendido?

No te preocupes.

Intentaré explicártela en detalle, porque si la utilizas de


la manera adecuada te puede reportar muchos beneficios.

¿Has ido alguna vez de pesca?

Seguro que sí, y si no es así seguro que tienes algún amigo


o conocido que sí ha ido y que te ha contado todo con pelos
y señales, porque tanto los pescadores como los cazadores
tienen esa peculiaridad: se creen que todo el mundo debe
saber hasta el más insignificante de los detalles.

Pues bien, ahora vas a utilizar todo ese conocimiento que


has adquirido, ya sea de manera directa, o de manera
indirecta.

Bien, vamos a centrarnos en el ejercicio de la pesca.

En primer lugar, debes de preparar el cebo. Esta es una


cuestión esencial, porque un cebo inadecuado será rechazado
por tus presas y te marcharás de vacío a casa.

Después, tienes que colocar el cebo en el anzuelo que te


servirá para enganchar a tu presa.

En tercer lugar, necesitas darle carrete al cebo. Es decir,


tienes que soltar sedal para que el anzuelo flote
libremente en el río.

Y por último, debes de liberar la bobina de seda, para que


la presa quede enganchada en el anzuelo al intentar tomar
el cebo.

Es decir, que nos encontramos con cuatro elementos básicos


en la pesca:

CEBO – ANZUELO – CARRETE – LIBERAR

¿Y qué tiene esto que ver con el arte seductivo?

Todo.

Vamos a hacer la extrapolación.

CEBO

El cebo sería cualquier frase de inicio que hayas elegido


para aproximarte a ella.
Por ejemplo, utilicemos una de las frases de inicio del
boletín nº 7, del primer volumen:

TÚ: ¿Sabes? Creo que deberías relajarte un poquito,


porque estás siendo un poco injusta con las demás
chicas.
ELLA: ¿Cómo dices?
TÚ: sí, que deberías apartarte un poco de la pista de
baile, porque estás haciendo que todas las demás
chicas parezcan mediocres, comparadas contigo.

Así, acabas de lanzar el cebo al río.

Para ello he utilizado esta frase de inicio, pero te puede


servir cualquier que se adapte a ti (no olvides que no
puedes caer en la incongruencia que te explicaba en el
artículo anterior).

ANZUELO

Ahora es trabajo de ella.

Tú has lanzado el anzuelo, y ahora debes de esperar a que


ella pique.

¿Y cuando sabrás que ella ha picado?

Cuando siga tu conversación. Eso querrá decir que, de


alguna manera, quiere seguir hablando contigo,
ofreciéndote, con ello, una oportunidad.

Siguiendo con el ejemplo anterior:

ELLA:(Sonrisa) ¿Y qué podemos hacer?

¡Ahí está!

Ella ha picado el anzuelo. Ha sentido cierto interés por tu


frase de inicio, y te da pie a continuar con tu
aproximación seductiva.

CARRETE
Este es el momento más importante de la técnica de la
pesca.

Ahora es cuando debes de dar lo mejor de ti. Tienes que


tirar de tu repertorio y continuar con tu flirteo de la
mejor manera posible.

También puedes, utilizar una de las historias que tengas


preparadas.

En definitiva:

TÚ: ¿Qué te parece una conversación interesante


conmigo?
ELLA: (Sonrisa) ¿Y qué te hace pensar que nuestra
conversación sería interesante?
TÚ: Puedo desconfiar de mi parte, pero estoy
completamente seguro que la tuya será muy interesante.
ELLA: (Sonrisa) Te agradezco el cumplido.

Y a partir de aquí debes de continuar con tu proceso para


conseguir despertar el interés en ella.

Genera el confort adecuado, y deja que te envíe alguna


señal de interés, y, entonces, pasa a la siguiente fase.

LIBERAR

Una vez que has captado sus señales de interés, y que estás
completamente seguro de que ella se siente atraída por ti,
es el momento de liberar sedal.

¿Con qué objetivo?

En primer lugar, conseguirás desconcertarla. Ahora que se


siente atraída por ti, ve como tú estás perdiendo interés,
y eso la desconcierta.

Entonces, ella hará todo lo posible para volver a despertar


tu interés por ella, con lo que te facilitará el trabajo.

Y, ¿cómo consigues liberar sedal?

Tienes varias opciones:

1. Deja de mirarla solamente a ella


Durante una aproximación seductiva es muy importante el
contacto visual permanente, sobre todo mientras se habla.
Pues bien, ahora, lo que tienes que hacer es mirar hacia
otro lado mientras ella habla.

De vez en cuando, fija tu mirada en ella, pero luego


desvíala, y si es hacia otra chica mucho mejor.

2. Utiliza la falsa marcha.

Aquí también puedes utilizar la falsa marcha, de la que te


hablaba en el epígrafe anterior.

Consigue que ella piense que te vas a marchar, con lo que


su temor de pérdida aparecerá e intentará retenerte a toda
costa.

3. Juega con los silencios

No inicies conversaciones.

Si es necesario deja que el silencio esté presente hasta


que sea ella la que comience de nuevo la conversación.

Bien, estos son tres posibles opciones que puedes utilizar


para liberar sedal, aunque te servirá cualquiera que
comunique a tu objetivo una falta de interés.

Pero, cuidado al liberar sedal.

Si liberas demasiado, harás que tu objetivo pierda el


interés que había adquirido por ti y se marche.

La regla es la siguiente:

DEBES DE LIBERAR A TU OBJETIVO HASTA QUE NOTES UN PRIMER


INDICIO DE FALTA DE INTERÉS POR SU PARTE

¿Y entonces?

Pues, entonces tienes que volver a recoger carrete.

¿Cómo?

Simplemente, volviendo a tu proceso seductivo.

Entonces, ella se volverá a sentir cómoda porque notará que


has vuelto a tu camino inicial y vuelves a mostrar interés
por ella.
Así, ella retomará ese interés que nunca había perdido.

¿Qué te parece?

La técnica de la pesca es una herramienta muy elegante de


seducción, porque te permite llevar el control absoluto del
proceso.

Eres tú el que decides el momento de aproximación y el


momento de alejamiento, y eres tú el que juegas con el
interés de ella, y no al revés.

Sin embargo, no te voy a engañar: ES UNA TÉCNICA DIFÍCIL DE


DOMINAR.

Al igual que la pesca es un deporte que requiere mucha


práctica y un gran dominio de la técnica, la aproximación
seductiva de la pesca también.

Por ello, te aconsejo, como siempre, que no la utilices por


primera vez con un objetivo que te interese especialmente.

Practica, primero con objetivos menores, con esas chicas


que no te atraen especialmente, pero con las que no te
importaría pasar un buen rato.

Y luego, cuando ya tengas claro que dominas la técnica en


su conjunto, podrás lanzarte a por objetivos más
importantes.

Así que sal ahí fuera, practica, y triunfa con la técnica


de la pesca.

¡Ya me contarás!

¿Cómo conocer el estado de ánimo de una


mujer por el color de su ropa?

Como seductor profesional tienes que ser capaz de leer


todos los mensajes que te esté enviando tu objetivo, para
poder analizar tus posibilidades y elegir la mejor
estrategia de aproximación.

A lo largo de todos los boletines anteriores te he venido


dando claves esenciales para que descubrieras todos esos
secretos que esconden las mujeres y sus comportamientos.
Y hoy, añadiré un nuevo secreto a la lista.

¿Estás preparado?

Bien, pues vamos allá.

Seguro que has leído o te han contado que los colores


tienen un profundo efecto en el estado de ánimo de las
personas.

Es decir, el observar un color u otro definirá, en cierto


modo, tu estado de ánimo.

Y, lo que es más importante, el hecho de que tu objetivo


esté vistiendo de un color determinado definirá el estado
de ánimo en el que se encuentra.

¿Y de qué te sirve conocer ese detalle?

Muy sencillo.

Si ella está contenta, podrás utilizar una frase de inicio


en forma de broma. Sin embargo, si ella está triste no
deberías utilizar una frase de inicio de ese tipo, y
decantarte más por algo más serio.

¿Lo ves ahora?

Por tanto, antes de decantarte por una estrategia de


aproximación determinada deberías analizar, entre otras
cosas, el color de la ropa de tu objetivo.

Pero, ¿cómo sé el significado de cada color?

Para eso estoy yo aquí.

Te voy a mostrar el espectro de colores más habituales y


sus significados, así como el estado de ánimo con el que
están relacionados.

ROJO

El rojo es un color vivo que siempre ha estado identificado


con el amor, y, efectivamente, el color rojo está
directamente relacionado con este sentimiento.

Porque el amor es un sentimiento activo y excitante, que


consigue revolucionar todas las hormonas del cuerpo.

Y el color rojo está relacionado con ese tipo de


sentimiento. Refleja excitación, enfado, hostilidad,…
Es decir, si una chica lleva algo rojo querrá decir que
“quiere guerra”. Que ese día se ha levantado en plan
guerrera y que no le apetece nada encontrarse con un tipo
“blandengue”.

Por tanto, si tu objetivo viste de rojo, tienes que


colocarte el disfraz de cínico empedernido y flirtear con
ella desde tu atril.

Dominando tú la situación, y no dejando, en ningún momento,


que ella tome el mando.

Entonces, notarás como su interés por ti se acrecienta a


pasos agigantados.

AZUL

El color azul, en contraposición con el color rojo, refleja


la paz, la tranquilidad, el sosiego.

Basta con imaginar la calma de un mar sin olas, para


hacerse una idea del estado de ánimo que determina el color
azul.

Así que, si tu objetivo se ha decantado por el color azul


la noche en la que se encuentra contigo, querrá decir que
se encuentra en un momento placentero de su vida.

¿Y eso cómo te afecta?

Pues te dice que si ella vive en la tranquilidad más


absoluta, tú tendrás que aproximarte manteniendo esa
tranquilidad.

Con un flirteo sin agresividad, con el falso objetivo de


pasar un buen rato, sin que ella note, de una manera clara,
que buscas su seducción.

Nunca incomodes a una chica que viste de azul, porque,


entonces, estarás perdiendo la batalla.

AMARILLO

El amarillo es el color de la energía, de la alegría, de la


jovialidad.

Una mujer que vista de amarillo se querrá sentir joven y


habrá salido de su casa a pasar un buen rato, a divertirse
con sus amigas y con el resto de la gente.
¿Cómo te puedes aprovechar?

Explotando tu vena cómica en la medida de lo posible.


Mostrándole que contigo nunca se aburrirá porque eres un
tipo con gracia que le hará pasar muy buenos ratos.

Puedes aproximarte con frases de inicio en forma de bromas,


y siguiendo con un flirteo ligero, o con historias cómicas
que le hagan pasar un buen rato.

A una chica que viste de amarillo nunca le vayas con temas


trascendentales o con tus problemas existenciales, porque
ella no tendrá el estado de ánimo adecuado para ello.

Ella solo quiere diversión y tú se la vas a dar.

¿O no?

NARANJA

¡Peligro!

Si cuando un semáforo muestra un color naranja estás


obligado a detener tu coche, cuando tu objetivo viste de
naranja deberías alejarte lo antes posible.

¿Por qué?

Porque el color naranja refleja contrariedad y hostilidad.

Si intentas acercarte a una chica con ropas de color


naranja, estarás perdiendo tu tiempo, porque desde el
primer momento ella se pondrá a la defensiva y no estará
receptiva a tu aproximación.

Pliega velas y dirígete hacia otro objetivo.

MORADO

El color púrpura es el color de la elegancia, de la clase,


de la inteligencia.

Si una chica viste de color púrpura te estará diciendo que


ese día se siente de esa forma, y todo lo que no llegue a
un mínimo nivel de elegancia será desechado por ella.

Por tanto, debes de rebuscar en tu repertorio de técnicas


seductivas para aproximarte de forma elegante y utilizando
conversaciones inteligentes.
Por ejemplo, con un objetivo vistiendo color púrpura sí que
te servirán las conversaciones trascendentales sobre
cualquier asunto.

Ella agradecerá el conocer a un tipo inteligente y con el


que se puede hablar.

Entonces, olvídate de ir de graciosillo con una chica que


viste de color púrpura, y céntrate en ofrecer tu versión
más “pedante”.

VERDE

El color verde es como una versión mejorada del color azul.


Al igual que éste ofrece una imagen de tranquilidad y
sosiego, pero sin lo potenciales vaivenes que se pueden
producir en el color azul.

Así que, una chica que vista de color verde será alguien
que se encuentra en paz consigo misma y que se siente
relajada, sin tensiones innecesarias que dificulten su
existencia.

Y tú no vas a provocarle esas tensiones innecesarias,


¿verdad?

Simplemente, aproxímate con tranquilidad, y con


conversaciones neutras, que no provoquen ningún sentimiento
extremo, ni a favor ni en contra.

Entonces, ella aceptará tu valía, y empezará a sentir


interés por tu persona.

NEGRO

Cuando una chica se decide por el color negro en su ropa,


es porque se trata de una persona con gran confianza en si
misma.

Es una mujer elegante que quiere dar un toque de misterio a


su vestimenta, causando una atracción instantánea en los
hombres de su alrededor.

A una mujer que vista de negro le gustará jugar contigo


durante vuestra conversación, y tú no podrás defraudarla en
ese juego.

No dudes en responder a sus insinuaciones, o a sus insultos


velados, con contraataques que se encuentren a la altura.
¡Hasta aquí!

Siete colores, siete formas de aproximarte a tu objetivo,


conociendo de antemano su estado de ánimo.

Seguramente, estarás pensando que esto que te acabo de


contar no es de gran importancia, porque en ti no se da una
relación directa entre el color de tu ropa y tu estado de
ánimo.

Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Pero, respóndeme a esta pregunta: ¿Eres una mujer?

No.

Pues bien, ellas funcionan así:

EL COLOR DE SU ROPA DETERMINA SU ESTADO DE ÁNIMO

Así que céntrate en analizarlo antes de iniciar tu proceso


seductivo, y notarás como tu éxito se multiplica
sobremanera.

¡Ya me contarás!

Caso práctico de éxito: La convivencia

¿Has estado alguna vez de convivencia?

Yo sí. Y me lo pasaba genial.

El hecho es que no veía muy claro aquello de la fe que


intentaban inculcarme, pero, un poco por obligación
familiar, un poco porque en ellas podía estar con gente de
mi edad, el caso es que siempre me apuntaba a las
convivencias.

Las celebraba la parroquia de mi barrio, que había


organizado una especie de catequesis para adolescentes,
llamada “Pastoral Juvenil”.

En ella se trataba de retomar todo lo aprendido en los años


anteriores y preparar nuestras almas para la confirmación.

Bueno, el caso, es que más allá de lo involucrado que


estuviera en ese sentimiento, el hecho de poder estar
durante tres o cuatro días fuera de casa con un grupo de
chicos y chicas de mi edad me encantaba.
La convivencia que recuerdo con más cariño es la que se
produjo una Semana Santa de un año que prefiero no
recordar.

Estábamos a mediados del mes de abril y la primavera ya


empezaba a florecer, tanto en las flores del campo, como en
los cuerpos de las mujeres.

Nuestro destino era un pequeño pueblo de la sierra, donde


nos alojaríamos en una pequeña casa rural cercana a un
riachuelo.

Fuimos en los coches particulares de los monitores, así que


hasta que no llegamos al lugar no supimos, exactamente,
quien estaba presente y quien no.

¡Y sí!

¡Ella estaba presente!

Ella era Guadalupe. Mi gran amor de adolescencia.

Era una chica morena, de rasgos indígenas y con un acento


encantador. Su cara era maravillosamente imperfecta, y su
cuerpo ya comenzaba a florecer.

La verdad es que casi no habíamos hablado, pero yo no podía


dejar de mirarla cada vez que nos encontrábamos en un mismo
lugar.

Las primeras horas transcurrieron sin mayores sobresaltos,


con las típicas charlas de los monitores sobre el
comportamiento que esperaban de nosotros y todo eso.

A media tarde, me las arreglé para quedarme a solas con


Guadalupe en mitad del campo. Habíamos ido a buscar leña y
por un sorteo algo amañado, había conseguido que nos tocara
a ella y a mí juntos.

- ¿Te importa que te haga una pregunta, Guadalupe?

- Depende del tipo de pregunta que sea.

- No te preocupes, es una pregunta sin maldad.

- Bueno, entonces sí que la puedes hacer.

- Es muy simple, ¿de dónde eres exactamente? Quiero


decir, ¿de dónde son tus padres?
- Mis padres son de Venezuela, y yo también nací
allí, aunque llevo desde los dos años en España.

- ¡Claro! Eso lo explica todo.

- ¿A qué te refieres?

- A nada, cosas mías.

- ¡Venga! ¡No me dejes así! ¿Qué querías decir?

- Que eso explica lo de tu belleza y hace justicia a


la fama de las mujeres venezolanas.

- ¡Vaya! Muchas gracias, Óscar.

- No se merecen, simplemente constato la realidad.

- Pues me gusta que lo hagas.

- Y a mí me gusta que te guste.

Estaba poniendo en práctica una técnica seductiva sobre la


que acababa de teorizar una semana antes.

Se trataba de hacer algo parecido a lo que se hace cuando


se ejercita la pesca. Primero había lanzado el cebo con el
anzuelo, y ella había picado.

Ahora, era el momento de darle un poco de carrete.

- ¿Sabes? El otro día leía que Venezuela es el país


más rico de América del Sur.

- Sí, la verdad es que tenemos mucho petróleo.

- Petróleo y mujeres guapas, ¿qué más se puede pedir?

- ¿Políticos honestos?

- ¿Existen?

- Seguramente, no.

- Entonces, no pidas lo imposible.

- ¿Y qué me aconsejas que pida?

- Cosas más asequibles.


- ¿Cómo cuales?

- ¿Qué te parece, un beso mío?

- Un poco atrevido, ¿no?

- ¿Eso es un no, un sí, o un depende?

- Creo que nos están llamando los monitores.

Era mentira, pero aún así hicimos como que era cierto y
volvimos a la casa.

La técnica estaba funcionando como yo esperaba. Ella había


picado el anzuelo, y ahora le estaba dando carrete.

Sin embargo, había llegado el momento de soltar sedal.


Ahora debía ignorarla durante un tiempo, a ver como ella
reaccionaba.

Así que durante el resto del día no le hice el menor caso.


Me aseguré de estar siempre rodeado de chicas, y de
aparentar que tanto ellas como yo nos lo pasábamos de
miedo.

Por la noche, salí a dar un paseo para poder fumar a


escondidas, y ella me sorprendió en la oscuridad.

- ¡Qué susto me has dado, Guadalupe!

- ¡Vaya! No sabía que te asustabas tan fácilmente.

- No suelo, solo que no te esperaba aquí.

- ¿Y eso?

- No se, como no me has hecho caso en todo el día.

- ¿Cómo? ¿Yo a ti? ¿Y qué me dices de tú a mí?

¡Perfecto!

Con aquella burda estratagema había conseguido dejarla


indefensa.

- ¿Yo a ti? Pero si he intentado quedarme a solas


contigo todo el rato, pero tú como si nada.
- Bueno, dejémoslo. Y, ¿para que querías quedarte a
solas conmigo?

- Para pedirte la respuesta que no me diste antes.

- ¿A qué te refieres?

- A que quiero que me digas si es un sí, un no, o un


depende.

- ¿Tengo que responder a esa pregunta o con mi


presencia aquí te basta?

- Veo que tu lógica es aplastante.

Y, entonces, nos empezamos a besar.

Así que mi técnica de ir de pesca en busca de chicas, en


lugar de peces, había funcionado.

Debía perfeccionarla, eso estaba claro, pero tenía muchas


posibilidades.

En lo que se refiere a Guadalupe y yo, la verdad es que no


llegamos muy lejos. Digamos que fue un simple amor
adolescente, de esos que vienen y van.

Pero mi técnica de la pesca me ha acompañado hasta hoy.

Despedida

Una semana más, el boletín llega a su fin.

Tienes por delante siete nuevos días para que pongas en


práctica todos tus conocimientos y para que filtres
aquellas técnicas que no se adapten a ti.

Recuerda que un seductor profesional necesita dominar todas


las técnicas y todas las localizaciones, porque debe de ser
capaz de triunfar en cualquier circunstancia.

¡Hasta la semana que viene!

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