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De la Biblia a la vida

Para proclamar y vivir mejor la Palabra

P. Toribio Tapia Bahena


Diócesis de Cd. Lázaro Cárdenas
Dimensión para la Animación Bíblica
tapiato@hotmail.com

Domingo 30 de noviembre de 2008


“Estén en vela”
Mc 13,33-37
1. Lectura
¿A quiénes se dirige Jesús? (véase 13,1). ¿Qué les pide a los discípulos? ¿por qué?
¿Qué ignoran los discípulos? Para aclararte en este punto lee los vv. 26-27.
Respecto de la comparación que pone Jesús pregúntate: ¿Qué hace el hombre que se
ausenta? ¿Qué hace al dejar su casa? (son tres encargos) ¿A quién le ordena que vele?
¿Qué les pide Jesús a sus discípulos? ¿por qué? ¿A qué hora podría venir el dueño de la
casa? ¿De qué manera puede llegar? ¿Cómo puede encontrar a los siervos? ¿A quiénes
se dirigía? ¿Para quiénes son sus palabras? ¿Con qué insistencia concluyen las palabras
de Jesús?
Da una leída a los vv. 1-32; así comprenderás mejor a quiénes se dirige Jesús, el
lenguaje que utiliza y el sentido del encargo de los vv. 33-36.
Lee también los primeros versículos del capítulo 14: ¿podrían tener alguna
relación con 13,33-36?
__________________

Si deseamos comprender mejor los versículos 33-37 debemos comprender, en


primer lugar, que son la conclusión de todo el capítulo 13 en donde se utiliza un
lenguaje conocido como apocalíptico que usa diversos tipos de figuras (celestes y
terrenas), imágenes y símbolos. Este lenguaje es común a todas las culturas y se usa,
más que para infundir temor, para insistir en un convencimiento1.
Tengamos presente además, en segundo lugar, que la invitación a estar atentos y
vigilantes que Jesús hace a los discípulos sobre el cuándo de aquel momento refiere
remotamente la respuesta que el mismo Maestro había dado a Pedro, Santiago, Juan y
Andrés que le habían dicho: “dinos cuándo sucederá eso (el fin del templo), y cuál será
la señal de todas estas cosas están por cumplirse” (13,4). Jesús no les había respondido
sobre el cuándo y cómo sino acerca de la actitud que deberán tener ante las diversas
situaciones que les tocará padecer2. El evangelio insiste en que los discípulos deberán
estar atentos, velando despiertos (v. 23. 33. 35. 37). De estas actitudes depende, en gran
parte, la fidelidad al Señor que está llegando.
En tercer lugar, no se trata del fin sino del comienzo; el evangelio deja clara esta
posibilidad al presentar todo esto (vv. 5-23) como el marco para la manifestación del
Hijo del Hombre. De ahí que lo importante no es tener la fecha exacta de estos
acontecimientos sino la actitud con la que se disponga el discípulo para descubrir,
valorar y comprometerse con la presencia del Señor en la historia de los hombres. Y es
que, desde una sana perspectiva antropológica, la precisión temporal no necesariamente
1
En la Biblia, especialmente en los evangelios (Mc 13; Lc 21,8-36; Mt 24,1-25,46), el lenguaje
apocalíptico se usa como un recurso valioso para convencer de algo importante a los discípulos.
2
Así, los discípulos deberán estar muy listos para que nadie los engañe (v. 5. 22), tampoco
deberán espantarse (v. 7); tendrán que estar al pendiente de ellos mismos (v. 9) y perseverar hasta el final
(v. 13).

1
provoca fidelidad; quizás por eso mismo se deja claro que nadie sabe ni el día ni la hora
de esos acontecimientos. Se tiene cuidado en dejar el asunto en suspenso y hasta se dice
que ni siquiera Jesús sabe el tiempo en que deberán suceder estas cosas; es otra manera
de decir que lo más importante no es el cuándo sino el cómo encuentre el Señor a los
discípulos.
En cuarto lugar, esta vigilancia a la que son invitados los discípulos está también en
relación estrecha con la parábola de la higuera (vv. 28-32). Como en el v. 14 aquí
también se pide a los discípulos una especial agudeza mental. No se trata de aprender la
comparación o el acertijo de la higuera sino más bien aprender de lo que le pasa a la
misma higuera. Se habla de una higuera específica: el templo. Es una higuera que tiene
mucho follaje pero no da fruto; una higuera que Jesús ha declarado estéril para siempre
(11,12-14); está podrida de raíz (11,20). Esa higuera –según Marcos- es el templo de
Jerusalén y representa el olvido de Dios y de los hermanos. Cuando los discípulos vean
que suceden esas cosas (Mc 13,4), es decir el fin de una manera equivocada de
comprender la relación con Dios y con los hermanos, está a la puerta la presencia
definitiva del Señor Jesucristo; deben animarse porque comienza, con la presencia del
Señor, una etapa definitiva.
Por último, tomemos en cuenta que en los vv. 33-36 el punto de comparación está
en dos elementos, el que se ausenta y los que se quedan en casa (v. 34)3. El dueño de la
casa confía en sus siervos y le da al portero la responsabilidad de que vele. De acuerdo
al v. 35 el punto de comparación para identificar la tarea de los discípulos no son los
siervos sino el portero (“velen, por tanto, ya que no saben cuando viene…” v. 35). No
saber a qué hora llega el dueño de la casa lejos de provocar incertidumbre debe generar
fidelidad porque siempre es tiempo para ser fieles. Por eso lo más importante no es en
qué momento se manifieste el Señor sino cómo encuentre a las personas. Para esta
fidelidad prepara una actitud atenta que sea capaz de hacer descubrir la presencia del
Señor.

2. Meditación
¿En qué me hace reflexionar lo que he leído con atención?

3. Oración
Hagamos una oración con lo leído y meditado.

4. Contemplación – acción
Busquemos un compromiso a partir de nuestra realidad personal y comunitaria; un
compromiso que suscite propósitos concretos, alentadores y transformadores.

3
Anteriormente el evangelio había dado a entender claramente de cómo algunos servidores no
habían sido buenos administradores de la viña y su señor les había quitado la viña para entregársela a
otros (12, 1-12).

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