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INGENIERIA AMBIENTAL
RESUMEN
INTRODUCCION
A lo largo de los últimos 10.000 años, a medida que los árboles eran derribados para dar
lugar a la agricultura, al pastoreo y a las ciudades, el manto boscoso de la tierra se redujo
a una tercera parte. Al mismo tiempo que esa transformación se consumaba, la demanda
del principal producto del bosque "la madera" se fue volviendo cada vez más grande. A la
vez, una mejor comprensión del rol que desempeñan los bosques en el mantenimiento
del clima y la estabilización del suelo y de los recursos acuíferos, y una mayor conciencia
de la necesidad de su preservación. La deforestación de todos los países ha procedido
con una velocidad alarmante desde la Revolución Industrial, y en algunas zonas, desde
tiempos más antiguos. Por ejemplo, se puede leer en los Cedros Bíblicos del Líbano e,
incluso, la bandera de dicho país porta uno de ellos. Sin embargo, queda muy poco de
los grandes bosques cuya madera se utilizó para la construcción de palacios y el templo
del Rey Salomón. Esta deforestación fue resultado no solo de la tala de árboles, sino
también del pastoreo de ovejas y cabras que impidieron el crecimiento de las plantas.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) la
deforestación es desmontar total o parcialmente las formaciones arbóreas para dedicar el
espacio resultante a fines agrícolas, ganadero o de otro tipo. Esta concepción no tiene en
cuenta ni la pérdida de superficie arbolada por desmonte parcial, ni el entresacado
selectivo de maderas, ni cualquier otra forma de degradación. La deforestación es el
proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los hombres. El hombre en
su búsqueda por satisfacer sus necesidades personales o comunitarias utiliza la madera
para fabricar muchos productos. La madera también es usada como combustible o leña
para cocinar y calentar. Por otro lado, las actividades económicas en el campo requieren
de áreas para el ganado o para cultivar diferentes productos. Esto ha generado una gran
presión sobre los bosques. Al tumbar un bosque, los organismos que allí vivían quedan
sin hogar. En muchos casos los animales, plantas y otros organismos mueren o les toca
mudarse a otro bosque. Destruir un bosque significa acabar con muchas de las especies
que viven en él.
Como causas fundamentales de la deforestación pueden citarse el cambio del uso del
agua para actividades ganaderas y agrícolas, los incendios y enfermedades forestales o
la tala incontrolada de árboles. En la actualidad, la deforestación de los bosques
tropicales constituye una auténtica amenaza, Si se analizan las tasas de deforestación de
las distintas áreas ecológicamente importantes bosques tropicales húmedos, bosques
tropicales secos, bosques de llanura, bosques de montaña, se puede concluir que, en los
últimos años, este proceso ha resultado mucho más intenso en las zonas secas y
semiáridas, especialmente en las montañas, que en las regiones húmedas. Esto es
comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas resultan más adecuadas
para la ganadería que las zonas húmedas de llanura, Los suelos de las regiones de
montaña, en general, más ricos y fácilmente cultivables que los suelos viejos de ¡as
llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo tipo de nutrientes. Además de las
restricciones agronómicas, hay que tener en cuenta la limitación que supone para la
colonización la presencia de diferentes enfermedades, como malaria o fiebre amarilla,
mucho menos extendidas en zonas de montaña o secas que en áreas húmedas. Una de
las causas principales de la deforestación de los trópicos es el aprovechamiento de la
madera, tanto para consumo propio como para la exportación. Además, existen otros
factores que explican el fenómeno de la pérdida de masa forestal. Uno de ellos es la
presión que sobre los bosques ejerce la población; en este sentido, en muchas regiones
el factor determinante es el aprovechamiento energético de la leña por parte de sus
habitantes. De esta manera, el aumento exponencial de la población provoca el
incremento paralelo de las necesidades de leña. Los bosques van perdiendo densidad, y
cuando sus existencias bajan de un determinado nivel, su desarrollo resulta frenado,
degradándose rápidamente hasta su práctica destrucción. El proceso se acelera como
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resultado del crecimiento herbáceo provocado por la reducción cubierta arbórea, que, a
su vez, aumenta las posibilidades de un uso ganadero del terreno. El ganado no se limita
a comer hierba; también se alimenta de los arbustos, factor que contribuye a agravar la
destrucción de los bosques. Finalmente, en las épocas de sequía, la hierba seca
aumenta el riesgo de incendios forestales.
En la región Junín, unas 700 mil hectáreas de bosques ya fueron deforestadas a la fecha,
constituyendo esta cifra el 30 por ciento del total de áreas existentes, según revela un
escalofriante informe de la Administración Técnica del INRENA Selva Central.
Se menciona además que Junín posee, aproximadamente, 2 millones 400 mil hectáreas
de bosques, sin embargo, a pesar de esa invalorable importancia que representan los
bosques a favor de la vida y el bienestar de la comunidad, increíblemente cada día
avanza la deforestación antes que las actividades de reforestación y/o forestación.
Los bosques naturales en el Perú presentan una gran diversidad biológica, reflejada en
una amplia variedad de tipos de bosques. El Perú posee 78,8 millones de ha de bosques
naturales, de los cuales 74,2 millones se encuentran en la región selva, 3,6 millones en la
costa y 1,0 millón en la sierra. Con esta superficie se ubica en el segundo lugar en
extensión de bosques naturales a nivel de Sudamérica y en el noveno lugar a nivel
mundial. Como una forma de proteger la diversidad biológica que alberga estos bosques,
se cuenta con un Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado
(SINANPE) que está conformada por 53 áreas naturales protegidas agrupadas en 9
categorías, que en conjunto abarcan el 13.44% del territorio nacional.
Las estadísticas oficiales indican también que el territorio peruano se registran más 9.5
millones de hectáreas deforestadas al año 2000, con una tasa anual deforestación de
más de 261,00’0 ha de las cuales el 73% se encuentran en diferentes periodos
sucesionales de formación boscosa conocidos como bosques secundarios o pumas.
En 1985, el Perú se aunó a la solicitud mundial para que, a través de la FAO, se adopten
estrategias concretas que orienten a la cooperación técnica internacional, hacia el
fortalecimiento de programas prioritarios que identifiquen los países miembros, en
particular los del Tercer Mundo, dándose inicio al Plan de Acción Forestal Tropical.
Esta preocupación mundial se manifestó, frente a la necesidad de:
El Gobierno del Perú, a través del Ministerio de Agricultura, inicia en 1986 la elaboración
de su PLAN NACIONAL DE ACCION FORESTAL (PNAF) 1988-2000. Para ello contó
con la participación de los representantes de los productores forestales, de la
administración pública forestal y de los organismos no gubernamentales, así como de la
colaboración de la cooperación técnica internacional representada por la Agencia
Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI) y de la Organización Internacional de
las Naciones Unidades para la Agricultura y Alimentación (FAO).
Este Plan, contenía las prioridades nacionales de corto plazo y su proyección al año
2000, a través de cinco programas:
• La forestería en apoyo al desarrollo rural.
• Apoyo a la producción/conservación de la energía de la biomasa.
• Apoyo a la conservación de ecosistemas forestales y al manejo de la fauna
silvestre.
• Manejo y Desarrollo Industrial.
• Reforzamiento Institucional.
El costo total del PNAF 1988-2000, para la ejecución de 72 proyectos, fue estimado en el
orden de los 254 millones de dólares, de los cuales 187 millones corresponderían a
aportes externos. Para lograr el apoyo internacional, el Gobierno del Perú organizo en
febrero de 1989, la Mesa Redonda sobre Concertación de la Cooperación Técnica y
Económica Internacional para la implementación del Plan Nacional de Acción Forestal
1988 - 2000.
así como de la cobertura forestal a nivel nacional. Se ocupa de llevar los controles y
estadísticas de exportación de los productos agropecuarios y cuenta con información
actualizada y detallada sobre estos productos dentro de los que están la leña, en lo que
se refiere al sector forestal, la participación de la leña en el volumen total cortado es
bastante significativo ya que representa el 80% del toda la madera rolliza cortada y
consumida a nivel nacional, siendo en su mayoría consumida por el sector rural;
estimando que el consumo urbano proviene de las importaciones.
• V*Db*FEV= Bv
• Bv*FEB = BT
• BT*FR = C CARBONO(TN/Ha)
DONDE:
• V*Db= Bt
• Bt*FR= C
DONDE:
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LEÑA
AÑO (m3/Ha)
1990 520000
1991 528440
1992 536470
1993 393349
1994 286072
1995 316800
1996 304000
1997 456000
1998 468000
1999 477360
2000 429154
2001 419874
2002 408809
2003 395706
2004 395933
2005 406801
RESULTADOS
LEÑA CARBONO
AÑO (m3/Ha) (m3)(TC/Ha)
1990 520000 143000
1991 528440 145321
1992 536470 147529
1993 393349 108171
1994 286072 78670
1995 316800 87120
1996 304000 83600
1997 456000 125400
1998 468000 128700
1999 477360 131274
2000 429154 118017
2001 419874 115465
2002 408809 112422
2003 395706 108819
2004 395933 108882
2005 406801 111870
Según la tabla n° 2 se puede observar que en los años de 1990 a 1993 se emitió más
cantidad de carbono hacia la atmosfera puesto que en esos años se consumió más leña,
1994 – 1996 son los años que se consumieron menos cantidad de leña y por lo tanto se
emitió menos cantidad de carbono.
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- La emisión de carbono anual entre los años de 1990 al 2005 registro una emisión
máxima de 147529 (TC/Ha) y una mínima emisión de 78670 (TC/Ha) de carbono
emitido hacia la atmosfera.
- La media aritmética de emisión de carbono anual entre los años de 1990 al 2005
registro 115891 (TC/Ha) con un error estándar de 5220.41 (TC/Ha) de carbono
emitido a la atmosfera.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA