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María Tenorio
Español 755
producidas en la actual Centroamérica en la última década del siglo XVIII y las primeras
cuatro del siglo XIX. Al autor le interesa mostrar el intercambio de ideas y el debate
reformas borbónicas ilustradas y durante los inestables años que precedieron y siguieron
a la independencia de España.
Europa, sus familias llegaron al Reino de Guatemala con las reformas borbónicas y el
impulsado desde los funcionarios de la Corona y rápidamente adoptado por las clases
que delimita contextos para encaminarse hacia los textos. Los primeros cuatro capítulos
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como la audiencia real, la encomienda y los pueblos de indios, por mencionar algunos.
representadas por distintos grupos de poder, por ejemplo, los grupos comerciales ligados
del siglo XVIII. Al final de este capítulo, después de presentar la reforma educativa en la
Los capítulos quinto y sexto conducen al lector al encuentro con diversos escritos
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que Bonilla califica como “los principales textos económicos”. En el capítulo quinto,
como los escritos económicos surgen a partir de instituciones como el Real Consulado de
Comercio y la Sociedad Económica de Amigos del País, principales difusores de las ideas
ilustradas en el Reino de Guatemala. El último capítulo del libro abarca textos producidos
consideración del lector –el interesado en aprender sobre la historia centroamericana- una
serie de escritos olvidados, algunos incluso no publicados, que revisten interés más allá
precisamente por la poca difusión que han merecido. En segundo lugar, los dos últimos
capítulos entregan una visión articulada de lo que pensaban los intelectuales, “la ciudad
distancia del común pensar sobre la época independentista que habla de liberales y
conservadores, y considera que para ser fieles a las denominaciones ilustradas habría que
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tiempos estaban al tanto de las últimas ideas producidas en la Europa ilustrada y estaban
de todos los habitantes de las futuras naciones centroamericanas. Pero, según Bonilla, la
de ilustrados –hombres y mujeres de letras que promovieron las luces- se vio enfrentada
al mundo de la oscuridad” (50). Y aunque en estas líneas Bonilla menciona de paso a las
mujeres, su amplio panorama no incluye ni una tan sola mujer que pertenezca a la
ilustrado, antes el autor expresa cierta desilusión por no haber sido seguido al pie de la
y economía, que necesita ser contada. Este libro es una contribución a esa
tarea (272).
Pero volviendo atrás en el texto, cuando se trata el tema del indígena, el autor insiste que
agencia económica (144-50). Sirva una acotación del autor para corroborar mi lectura de
su posición celebratoria: “Hay que reconocer que los ilustrados centroamericanos creían
este trabajo. Por eso me atrevería a decir que la perspectiva de Bonilla es bastante
estudio de Bonilla contribuye a que los centroamericanistas nos “ilustremos” sobre una
época que ha sido vista bastante a la rápida y sin recurso a documentos ni a debates de la
época.