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ENTREVISTA a

Manuel Area Moreira

realizada por Gabriela Spadoni


enero 2009

¿Desde cuándo incursionó y qué motivaciones tuvo como educador


para aplicar las tecnologías de la información y la comunicación en
sus clases?

En muchos aspectos mi historia personal es similar a la de muchos de mi


generación. Empecé a usar computadoras hace más de veinticinco años, a
principios de la década de los años ochenta. Mi primera máquina fue un
ordenador Spectrum de 48 K. Era muy simple: un pequeño aparato con las
teclas de goma que necesitaba conectar a un televisor y a una cassette ya que
el almacenamiento de información no era en discos, sino en cintas. Más
adelante compré un PC clónico que no tenía ni siquiera disco duro, pero sí dos
disketeras: una para discos flexibles de 360 kb. y otra de poco más de 1 mega.
Tuve que aprender los rudimentos del lenguaje BASIC ya que no existían las
actuales interfaces gráficas con iconos y sonidos y las órdenes había que
escribirlas en texto. En aquellos tiempos la computadora la utilizaba
únicamente como una máquina de escribir que me parecía maravillosa y
sofisticada donde empleaba un software llamado “WordPerfect” (confieso que
alguna vez también la utilicé para jugar). No me había planteado su uso
educativo ya que no estaban disponibles en mi centro educativo y, además,
eran poco atractivas, aunque a mis estudiantes les hablaba de lo que eran los
ordenadores, sus características y componentes -y de que algún día podrían
cambiar la enseñanza. Todo muy teórico.
Los primeros usos didácticos de las computadoras en mis clases los realicé a
principios de la década de los noventa del siglo XX con la aparición del
multimedia. De forma paralela se creó una sala de informática en mi Facultad
por lo que empecé a llevar ocasionalmente a mis estudiantes a la misma ya
que en aquellos años se editaron programas o software multimedia educativo:
diccionarios y enciclopedias interactivas sobre historia, sobre arte, sobre
animales, sobre aventuras en el fondo del mar o el espacio, sobre el cuerpo
humano, etc. También se publicó mucho software de ejercicios mecánicos y
repetitivos para realizar tareas escolares de matemáticas, vocabulario o de
geografía. Pero no me interesaron porque eran similares a las actividades de
los libros de texto.
La aplicación plena y uso educativo continuado de las computadores en mi
docencia comenzó cuando apareció Internet, y especialmente la WWW. Para mi
Internet me abrió mil posibilidades para renovar profundamente mi forma de
docencia universitaria. Enseguida intuí sus potencialidades para la enseñanza.
Aprendí los rudimentos del HTML y la lógica de la estructura hipertextual
elaborando mi primera página Web con fines educativos a finales del año 1997.
Era muy simple y llena de información sobre mi mismo (era más un sitio
personal, que un sitio pedagógico). Al curso siguiente creé un sitio Web con
una estructura didáctica para el estudio de la asignatura que imparto
(Tecnología Educativa) y que tenían que emplear de forma continuada mis
estudiantes. Lo curioso es que ninguno tenía Internet (ni sabían lo que era), y
el uso de ese sitio Web tenía que ser realizado presencialmente en el salón de
computadoras de la Facultad bajo mi supervisión. Todo era muy rudimentario.
Muchas cosas han cambiado en estos últimos diez años. Internet se ha
extendido por todas partes, la docencia a través de aulas virtuales ya es algo
habitual en muchas asignaturas, mis estudiantes son cibernautas diarios y
desde hace tiempo no empleo el salón de computadoras porque tanto mis
alumnos como yo disponemos de Internet en nuestros hogares... Ahora todo es
distinto. Mis alumnos son ya una generación conectada...

¿En qué sentidos las TIC pueden llegar a innovar los procesos de
enseñanza y aprendizaje?

Las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) por sí solas no innovan


la enseñanza ni el aprendizaje. Desde mi punto de vista es una falacia creer
que el mero hecho de incorporar tecnologías en el aula éstas generan de forma
casi automática un incremento de la calidad educativa y del aprendizaje. Es
cierto que las TIC al principio provocan interés y motivación de los estudiantes
ya que por su novedad y su automatismo les resultan atractivas frente a los
libros. Sin embargo, para que esta motivación se mantenga en el tiempo y que
se transforme en aprendizaje valioso es necesario que el profesor planifique y
organice actividades pedagógicas. En este sentido, las TIC abren nuevas
posibilidades educativas que no permiten las tecnologías tradicionales como
los libros o el video. Me refiero a que las TIC, y sobre todo Internet, permiten
desarrollar con más facilidad un proceso constructivista del conocimiento a los
alumnos por ejemplo a través de Webquest o a través del desarrollo de
proyectos de trabajo empleando los buscadores o las múltiples fuentes de
información de la Red, permite acceder con facilidad a los periódicos digitales,
a documentales o videoclips, a los portales Web de instituciones y
asociaciones, etc. Asimismo las TIC facilitan la posibilidad de creación y
expresión de los estudiantes mediante los procesadores de texto, los
programas de creación de multimedia o de edición digital de imágenes y
videos. Otro aspecto importante es que las TIC abren la puerta al trabajo
colaborativo y la comunicación más allá de los límites físicos del aula mediante
los blogs, las wikis, los foros de debate y cualquier otro recurso que ofrecen las
redes sociales. En definitiva, las TIC son una oportunidad para que los maestros
nos replanteemos qué deben aprender los alumnos y la metodología de
enseñanza que empleamos con ellos. Por ello es importante planificar los
tiempos y las tareas de aprendizaje que los alumnos tienen que realizar ante
las computadoras. Lo que hay que innovar principalmente son nuestras ideas y
los métodos de enseñanza, no sólo las tecnologías.

Mencione tres experiencias realizadas que considere que han


permitido mayores logros en el aprendizaje de los estudiantes.

En primer lugar debo decir que enseño a estudiantes universitarios, que ya son
personas adultas. En segundo lugar que combino tanto la docencia en la clase
presencial como en un aula virtual. Mi intención básica es ofrecerles
experiencias de aprendizaje valiosas a través de las tecnologías. Por lo que me
es difícil seleccionar tareas o actividades concretas con TIC porque concibo el
proceso educativo como un continuum, como una única experiencia de
aprendizaje que comienza el primer día de clase y finaliza con el último. Pero
voy a destacar tres actividades que les solicito a mis estudiantes en el aula
virtual de la asignatura:
− el diario digital de clase. Semanalmente mis estudiantes tienen que contar
en su diario digital (al que solamente tenemos acceso su autor y yo como
profesor) qué ha ocurrido en la clase presencial, que describan los
contenidos tratados y ofrezcan su propia valoración de los mismos. El
“diario” es una actividad muy potente porque obliga al estudiante a tomar
notas y estar atento a la dinámica de la clase, a tener que sintetizar y
explicar con sus propias palabras los temas tratados y sobre todo a ofrecer
su punto de vista personal
− la wikipedia de la asignatura. Esta es otra actividad que llevo poniendo en
práctica en los tres últimos años. Es interesante porque requiere que sean
los propios estudiantes quienes definan los términos o conceptos más
relevantes de la materia que estudiamos. El hecho de que tengan que
elaborar un listado de términos me indica lo que saben o lo que piensan
sobre los contenidos de la asignatura. Asimismo al ser una wiki que
elaboran en grupos de cuatro o cinco personas me da información sobre el
proceso de construcción social del diccionario y de las aportaciones
individuales.
− el edublog personal. Esta quizás sea una de las actividades más exitosas
entre mis estudiantes. Cuando comenzamos el curso casi nadie tiene un
blog personal, y al finalizar todos, en mayor o menor medida, disponen de
su propio blog educativo. Es una tarea que muestra el grado de creatividad
de los estudiantes, de su implicación en la asignatura y de las opiniones que
tienen sobre la educación y la tecnología. Además pueden difundir, en dicho
blog, sus propias creaciones realizadas en formato de presentaciones
multimedia o de videoclips.

¿Qué apropiaciones ha realizado de las herramientas que brinda la


web 2.0? ¿Qué importancia le adjudica a las redes sociales?

Como señalé antes soy un usuario de Internet desde hace varios años. Mis
primeras experiencias con Internet me resultaban fascinantes, casi mágicas
como era enviar una carta electrónica o entrar en una biblioteca digital. Fui, en
su momento, un usuario curioso de los IRC (Internet Relay Chat), elaboré mi
página Web personal hace más de una década atrás, y me asocié a algunas
listas de distribución de correo electrónico. Actualmente soy un usuario
habitual de la Web 2.0. con blog, participación en redes, etc.
Creo que los recursos de la Web 2.0 han abierto una nueva etapa o fase de
Internet caracterizada más por la comunicación interpersonal que por la mera
lectura de información en la WWW. Veo a mis hijos y alumnos que son usuarios
habituales de My Space, Facebook o de Tuenti y supongo que esta tendencia se
acrecentará en los próximos años. Para los adolescentes y jóvenes este tipo de
intercambio es algo normal. No ocurre así con los adultos. Mi interés, ahora,
estriba en cómo emplear estas tecnologías para la promoción de redes
profesionales de la docencia. Hay creadas muchas redes sociales de
profesores, pero su actividad es bastante limitada. Por ahora, el profesorado es
más un “mirón” o vouyer de la Web, que un participante activo de la misma
que sube fotos, videos o participa en foros. Supongo que poco a poco irá
cambiando esta tendencia e Internet también sea un espacio que del se
apropie el profesorado y participe activamente.

Ud. presenta su blog "Ordenadores en el aula" como un blog sobre los


retos de la educación ante la tecnología y cultura digital ¿Puede
nombrarnos / describirnos algunos de esos "retos"?

Evidentemente es muy pretencioso pensar que desde un blog pueden


abordarse todos los “retos” de la educación ante las nuevas tecnologías y la
cultura que los rodea. La educación es un fenómeno social muy complejo, y lo
único a lo que aspiro es a ofrecer mi opinión al respecto y compartirla en la
Red. El blog lo creé a finales de 2006 con la intención de experimentar dicho
recurso. Previamente en 2004 había comenzado otro, pero que fue efímero ya
que me faltó disciplina y continuidad en la escritura. ¿Qué pretendo con el
blog? No lo sé muy bien. Supongo que hablar sobre tecnología y educación. Y
que me lean. Si no hay lectores, creo que no tiene sentido escribir un blog, al
menos para mí. En el blog abordo temáticas muy diversas que pudieran tener
interés para aquellos educadores interesados en el uso de la tecnología en su
práctica docente y, sobre todo, en para qué y cómo educar a los niños y
jóvenes del siglo XXI. Aquí radican, en esencia, los retos a los que me refiero:
reflexionar sobre los cambios que se están produciendo en la cultura infantil y
sobre las prácticas de socialización de las nuevas generaciones ante la
omnipresencia de las tecnologías, y en consecuencia, analizar críticamente el
modelo educativo que estamos desarrollando los docentes tanto en el contexto
escolar como universitario sugiriendo propuestas alternativas e innovadoras
pedagógicamente. La sociedad del siglo XXI es radicalmente distinta de la
sociedad en la que nacimos a mediados del siglo XX. Por ello, la escuela y la
enseñanza del presente no puede seguir reproduciendo los contenidos y
métodos que eran válidos décadas atrás. Con el blog pretendo hacer públicas
estas reflexiones y compartir aquellas noticias o informaciones relacionadas
con esta problemática a otros educadores.

¿Por qué motivos cree que muchos educadores todavía no aplican las
TIC a sus clases?

Las razones que entorpecen el uso de las TIC en las escuelas son muchas y variadas: hacen falta
importantes inversiones económicas para equipar adecuadamente a los centros con infraestructuras
y equipos tecnológicos, el profesorado debe formarse y cualificarse tanto en la tecnología digital
como en su uso pedagógico, todavía no existen suficientes y variados materiales didácticos en
formato digital, es preciso reorganizar los métodos y formas de trabajo académico entre docentes y
alumnos, cambiar las mentalidades educativas, etc.
Pero, desde mi punto de vista, el problema de mayor envergadura estriba en que el sistema escolar,
como institución social, es un como un dinosaurio al que le cuesta moverse y evolucionar. La
institución escolar, es un invento articulado alrededor de la tecnología impresa que nació a
mediados del siglo XIX para dar respuesta a las necesidades culturales y sociales de la llamada
sociedad industrial. Sin embargo, hoy en día, en pleno siglo XXI el panorama económico, cultural y
tecnológico ha sufrido una fuerte mutación o transformación: vivimos en una sociedad
informacional cuyo ámbito de actuación es la globalidad del planeta y gran parte de la producción
cultural se realiza en formatos audiovisuales y digitales. En consecuencia, el modelo tradicional de
escolaridad basado en un grupo de alumnos en un aula que trabajan en torno a un libro de texto está
entrando en crisis.
Por otra parte el profesorado actual fue criado y enseñado bajo los parámetros de la cultura impresa,
de la linealidad organizativa que impone el discurso narrativo de los libros y la lectura. Muchos
adultos y entre ellos grandes colectivos de docentes tienen enormes dificultades para interaccionar
con máquinas digitales y con las formas culturales de las mismas como es la organización
hipertextual de la información. Esto provoca un problema nuevo y desconocido problema
educativo: que el alumnado sabe más que sus padres y profesores sobre la tecnología. Y ante esta
situación muchos docentes no saben cómo actuar. Se sienten inseguros ante la gestión del aula y el
modo de organizar los procesos de trabajo del alumnado. Por ello siguen aferrándose al libro de
texto porque les ofrece seguridad para ejercer su actividad docente.
Por ello el cambio a otro modelo de concepción y práctica curricular apoyada en el uso de
tecnologías digitales será, inevitablemente, un proceso lento y lleno de dificultades de diversa
índole. En este sentido, es imprescindible la inversión económica adecuada en recursos tecnológicos
y en formación docente. Sin tecnología en los centros no podrán realizarse prácticas educativas con
TIC. También es necesario el compromiso del profesorado en este proceso de cambio educativo.
Pero tengo esperanza en el profesorado. Muchos ya son usuarios de las tecnologías.

¿Qué rol le adjudica Ud. a las políticas públicas en inclusión de TIC en


las escuelas?

Las políticas educativas en general, y sobre las TIC en particular, son


fundamentales para cambiar y mejorar la escuela. Sin políticas
gubernamentales no hay dinero, ni apoyo, ni recursos para enseñar.
Sin las condiciones apropiadas (espacios físicos, materiales didácticos, recursos
tecnológicos, ...) ningún maestro puede desarrollar adecuadamente su
docencia. Por ello, las políticas son importantes, porque señalan las prioridades
de dónde debe invertirse en educación. Sin embargo, también es cierto, que
muchas veces las políticas son mera retórica, mero discurso. Se declara que la
educación es muy relevante o que se considera que hay que formar para la
sociedad del siglo XXI, pero luego ello no se ve traducido en los gastos o
inversiones de dotación de infraestructuras de recursos, en el incremento de
computadoras en los centros, o en un mejor salario para los docentes. Por
último me gustaría señalar que en los procesos de cambio educativo las
políticas ayudan y son una condición necesaria, pero también requieren de
compromisos de todos los sectores y agentes sociales (administradores,
docentes, familias, sindicatos, universidades, etc.). La incorporación de las TIC
a las escuelas y la innovación educativa requieren ambas cuestiones: dinero y
compromiso social.
Me gustaría creer que poco a poco las instituciones educativas -desde la escuela a la universidad-
están ofertando una formación de mayor calidad a los futuros ciudadanos que les permita construir
una sociedad digital que sea culta, democrática y solidaria. La educación es nuestra esperanza.

Si desempeñara una función pública y tuviera que decidir entre


invertir en pizarras digitales o una laptop por niño/a ¿Qué decisión
tomaría? ¿Por qué cree que sería más beneficiosa?

No me gustan estas preguntas tan dicotómicas de elección entre el blanco o el


negro. La realidad nunca es tan simple, siempre es compleja, o si se prefiere
llena de matices del gris. Creo que en las aulas debieran existir tanto las
pizarras digitales como los laptops u ordenadores portátiles, como les
llamamos en España. Son tecnologías que tienen usos y funcionalidades
diferentes y por ello son complementarias. Las pizarras sirven para el trabajo
en gran grupo, para desarrollar tareas colectivas que requieren la atención de
toda la clase: una exposición, una demostración, la cumplimentación pública
de ejercicios o actividades de Internet, la búsqueda de información colectiva,...
Los laptop, por el contrario, son útiles para el trabajo individual o de pequeño
grupo. Sirven para el desarrollo de las competencias y habilidades personales
de los estudiantes en torno a la información, a la expresión y a la comunicación
mediante la tecnología. Creo que estas computadoras personales son
necesarias y útiles para que los alumnos puedan cumplimentar exitosamente
sus trabajos académicos en el aula.
Por ello, considero que no debiera optarse por tener que elegir entre pizarras
digitales, útiles para el trabajo de gran grupo, o por los laptops, tecnologías
necesarias para la actividad individual y de pequeño grupo. Una escuela de
calidad del siglo XXI debiera disponer de ambas tecnologías, pero sobre todo
desarrollar un proceso de enseñanza y aprendizaje variado que ofrezca a los
alumnos experiencias activas de construcción del conocimiento, de expresión
personal y de comunicación social.

¿Qué recorridos respecto a incorporación de nuevas tecnologías de la


información y la comunicación en la enseñanza ha logrado España en
comparación con los contextos educativos latinoamericanos?

No puedo comparar la situación española con la de América Latina ya que me


faltan datos de las políticas específicas sobre TIC en los distintos países
latinoamericanos. Sin embargo puedo contarles lo que ha pasado en mi país.
En España los primeros programas gubernamentales para incorporar las
computadoras a las escuelas comenzaron a mediados de la década de los
ochenta del siglo pasado. Fue el proyecto Atenea que luego se reconvirtió y se
llamó PNTIC (Programa Nacional de Tecnologías de la Información y
Comunicación). Hoy en día ya no existe como tal, pero fue la cantera de
formación de muchos docentes entusiasmados con la informática. Destacaría
de la situación del sistema escolar español los siguientes rasgos:
− la dotación de los recursos tecnológicos (computadoras y
telecomunicaciones) así como la formación del profesorado en TIC no la
gestiona el gobierno central sino que está transferida a los gobiernos
autonómicos o regiones desarrollando éstos sus propias políticas educativas
con relación a las TIC, aunque existen instancias de coordinación de las
mismas.
− Existe, desde hace varios años, una notable inversión económica en estos
equipamientos para las escuelas y en líneas generales todas las escuelas o
centros educativos tienen acceso a Internet de banda ancha y cuentan con
un número amplio de computadoras y otras tecnologías digitales
(proyectores, pizarras, ...). Es necesario señalar que muchas de estas
acciones se financiaron con fondos procedentes de la Unión Europea.
− El profesorado ha recibido numerosos cursos y formación en tecnología
(sobre el uso de la ofimática, de la navegación Web, del software
educativo,...) y una gran mayoría del profesorado español tiene sus propias
computadoras y acceso a Internet en el hogar.
− Se ha incorporado al curriculum oficial, a través de la LOE, la necesidad de
formar en las competencias digitales del alumnado tanto de la Educación
Primaria como Secundaria Obligatoria. Este es un dato relevante porque por
primera vez se ha oficializado la formación digital de los estudiantes en las
escuelas y que ello debe hacerse desde todas las áreas y asignaturas.

Sin embargo, a pesar de estos datos esperanzadores, todavía el uso


pedagógico de las TIC deja mucho que desear en las escuelas de mi país.
Quizás es inevitable que así ocurra porque es fácil introducir tecnología -es solo
un problema de inversión económica-, pero es mucho más difícil cambiar las
prácticas y mentalidades docentes. No es fácil pasar de una escuela basada en
el libro de texto como único material didáctico, a un modelo de enseñanza
donde el texto tiene que coexistir con las computadoras. Este cambio es
gradual, lento y quizás requiera el paso de una generación de docentes. Creo
que esto último es un fenómeno que compartimos todos los sistemas escolares
tanto europeos como latinoamericanos.
Ahora mismo, en mi país, están proliferando las redes sociales de docentes,
aunque cuantitativamente siguen siendo minoritarias. Existe una que se llama
“Internet en el aula” (http://internetenelaula.ning.com) en la que están
registrados más de dos mil profesores y es muy activa. También se están
creando muchos materiales didácticos digitales donde destaca el repositorio
llamado Agrega. En definitiva, ahora el reto de las TIC en las escuelas
españolas no es tanto la apuesta por la dotación de recursos tecnológicos, sino
en innovar y mejorar la calidad de los procesos educativos con la tecnología.

¿Qué modificaciones en la cultura institucional sugeriría para que la


inclusión de los recursos que nos ofrece la era digital no estén
depositados en el profesor de informática y pueda lograrse una
integración genuina de las TIC a nivel curricular?

Lo primero es que cada profesor o profesora tiene asumir que el uso educativo
de las computadoras es responsabilidad suya y de todo el equipo docente del
centro, no sólo del profesor de informática. El ordenador es una herramienta de
acceso a la cultura y al conocimiento al igual que son los libros. Reducir el uso
de las TIC únicamente a las clases de informática es como reducir el uso de los
libros únicamente a las clases de literatura. Sería absurdo. El problema no es
enseñar a los alumnos el manejo del software y demás herramientas
informáticas. Considero que lo relevante no es enseñar los procedimientos
técnicos de la tecnología, sino el uso inteligente, creativo y crítico de la misma.
Lo importante es que en las clases de Historia, de Literatura, de Matemáticas o
de Biología los alumnos aprendan a buscar información a través de las TIC,
elaboren sus proyectos y trabajos mediante distintos software sea de
procesadores de texto, de multimedia o de videoclips, sean capaces de
comunicarse y trabajar de forma colaborativa a través de espacios virtuales,
etc. En España a esto le llamamos la “competencia digital” y es un eje central
del actual curriculum escolar que tienen que desarrollar todas las materias.
Por otra parte, para una adecuada integración pedagógica de las TIC es
necesario que éstas estén dentro del aula o salón de clase. Me parece que las
aulas de informática donde se centralizan las computadoras en un único
espacio del centro es algo del siglo pasado. Creo que es más potente un único
laptop conectado a Internet en la clase, a modo de un rincón o taller, que
muchos ordenadores en una sala lejana.
Finalmente es necesario que los profesores de un mismo centro escolar
elaboren proyectos conjuntos innovadores que impliquen algún uso de las TIC.
Sería importante incorporar a los planes curriculares de cada centro a la
tecnología como un eje transversal de trabajo, como un objetivo central de la
formación de los estudiantes. Como decía al principio, las computadoras deben
ser asumidas no sólo como responsabilidad exclusiva del docente de
informática, sino de todos los agentes educativos.

¿Qué sugerencia u orientación le brindaría a un docente que no sabe


como comenzar a incluir las TIC en la enseñanza?

Mucha paciencia e ilusión. Esta es la receta básica ante cualquier nuevo reto
profesional. Enseñar con computadoras es una práctica docente que no se
adquiere de la noche a la mañana ni con un cursillo. Es un proceso lento,
gradual y lleno de altibajos. Por ello, recomiendo a aquel profesor o profesora
que quiera iniciar una experiencia de uso de las TIC con sus estudiantes tres
cosas: La primera es que se atreva a usar estas máquinas para realizar alguna
pequeña experiencia que sea fácil. Por ejemplo, que los chicos busquen
información en Internet sobre un tema concreto o que realicen las actividades
que ofrece un determinado software o sitio Web relacionado con la asignatura.
Estoy convencido que sus estudiantes estarán entusiasmados con esas
actividades. Lo segundo, es que planifique adecuadamente esa experiencia.
Que no improvise y deje las cosas al azar. Si estas primeras experiencias de
uso de las TIC fracasan entonces difícilmente ese docente volverá a intentarlo
de nuevo. Y en tercer lugar, mantener la calma ante los problemas y
dificultades técnicas que surjan. Es normal que las computadoras se
“cuelguen”, que sean lentas en su funcionamiento o que el servidor no
funcione y en consecuencia no se pueda acceder a Internet. No pasa nada. Se
propone otra actividad alternativa (un debate, una lectura, una exposición, o lo
que sea). Por ello, insisto, lo relevante e siempre tener paciencia e ilusión en la
enseñanza y añadiría también el compromiso con la formación ciudadana de
nuestros alumnos. El reto es ser educadores de una generación de niños,
adolescentes y jóvenes que ya son los primeros habitantes de una sociedad
donde la tecnología y la cultura digital están omnipresentes. Nuestra
responsabilidad es formarles como ciudadanos cultos, democráticos y
solidarios.

Entrevista realizada para el Blog Las TICs en la Educación. Rosario, 06 de enero


de 2009.
Bajo Licencia Creative Commons. Ver en
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/

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