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¿En qué sentidos las TIC pueden llegar a innovar los procesos de
enseñanza y aprendizaje?
En primer lugar debo decir que enseño a estudiantes universitarios, que ya son
personas adultas. En segundo lugar que combino tanto la docencia en la clase
presencial como en un aula virtual. Mi intención básica es ofrecerles
experiencias de aprendizaje valiosas a través de las tecnologías. Por lo que me
es difícil seleccionar tareas o actividades concretas con TIC porque concibo el
proceso educativo como un continuum, como una única experiencia de
aprendizaje que comienza el primer día de clase y finaliza con el último. Pero
voy a destacar tres actividades que les solicito a mis estudiantes en el aula
virtual de la asignatura:
− el diario digital de clase. Semanalmente mis estudiantes tienen que contar
en su diario digital (al que solamente tenemos acceso su autor y yo como
profesor) qué ha ocurrido en la clase presencial, que describan los
contenidos tratados y ofrezcan su propia valoración de los mismos. El
“diario” es una actividad muy potente porque obliga al estudiante a tomar
notas y estar atento a la dinámica de la clase, a tener que sintetizar y
explicar con sus propias palabras los temas tratados y sobre todo a ofrecer
su punto de vista personal
− la wikipedia de la asignatura. Esta es otra actividad que llevo poniendo en
práctica en los tres últimos años. Es interesante porque requiere que sean
los propios estudiantes quienes definan los términos o conceptos más
relevantes de la materia que estudiamos. El hecho de que tengan que
elaborar un listado de términos me indica lo que saben o lo que piensan
sobre los contenidos de la asignatura. Asimismo al ser una wiki que
elaboran en grupos de cuatro o cinco personas me da información sobre el
proceso de construcción social del diccionario y de las aportaciones
individuales.
− el edublog personal. Esta quizás sea una de las actividades más exitosas
entre mis estudiantes. Cuando comenzamos el curso casi nadie tiene un
blog personal, y al finalizar todos, en mayor o menor medida, disponen de
su propio blog educativo. Es una tarea que muestra el grado de creatividad
de los estudiantes, de su implicación en la asignatura y de las opiniones que
tienen sobre la educación y la tecnología. Además pueden difundir, en dicho
blog, sus propias creaciones realizadas en formato de presentaciones
multimedia o de videoclips.
Como señalé antes soy un usuario de Internet desde hace varios años. Mis
primeras experiencias con Internet me resultaban fascinantes, casi mágicas
como era enviar una carta electrónica o entrar en una biblioteca digital. Fui, en
su momento, un usuario curioso de los IRC (Internet Relay Chat), elaboré mi
página Web personal hace más de una década atrás, y me asocié a algunas
listas de distribución de correo electrónico. Actualmente soy un usuario
habitual de la Web 2.0. con blog, participación en redes, etc.
Creo que los recursos de la Web 2.0 han abierto una nueva etapa o fase de
Internet caracterizada más por la comunicación interpersonal que por la mera
lectura de información en la WWW. Veo a mis hijos y alumnos que son usuarios
habituales de My Space, Facebook o de Tuenti y supongo que esta tendencia se
acrecentará en los próximos años. Para los adolescentes y jóvenes este tipo de
intercambio es algo normal. No ocurre así con los adultos. Mi interés, ahora,
estriba en cómo emplear estas tecnologías para la promoción de redes
profesionales de la docencia. Hay creadas muchas redes sociales de
profesores, pero su actividad es bastante limitada. Por ahora, el profesorado es
más un “mirón” o vouyer de la Web, que un participante activo de la misma
que sube fotos, videos o participa en foros. Supongo que poco a poco irá
cambiando esta tendencia e Internet también sea un espacio que del se
apropie el profesorado y participe activamente.
¿Por qué motivos cree que muchos educadores todavía no aplican las
TIC a sus clases?
Las razones que entorpecen el uso de las TIC en las escuelas son muchas y variadas: hacen falta
importantes inversiones económicas para equipar adecuadamente a los centros con infraestructuras
y equipos tecnológicos, el profesorado debe formarse y cualificarse tanto en la tecnología digital
como en su uso pedagógico, todavía no existen suficientes y variados materiales didácticos en
formato digital, es preciso reorganizar los métodos y formas de trabajo académico entre docentes y
alumnos, cambiar las mentalidades educativas, etc.
Pero, desde mi punto de vista, el problema de mayor envergadura estriba en que el sistema escolar,
como institución social, es un como un dinosaurio al que le cuesta moverse y evolucionar. La
institución escolar, es un invento articulado alrededor de la tecnología impresa que nació a
mediados del siglo XIX para dar respuesta a las necesidades culturales y sociales de la llamada
sociedad industrial. Sin embargo, hoy en día, en pleno siglo XXI el panorama económico, cultural y
tecnológico ha sufrido una fuerte mutación o transformación: vivimos en una sociedad
informacional cuyo ámbito de actuación es la globalidad del planeta y gran parte de la producción
cultural se realiza en formatos audiovisuales y digitales. En consecuencia, el modelo tradicional de
escolaridad basado en un grupo de alumnos en un aula que trabajan en torno a un libro de texto está
entrando en crisis.
Por otra parte el profesorado actual fue criado y enseñado bajo los parámetros de la cultura impresa,
de la linealidad organizativa que impone el discurso narrativo de los libros y la lectura. Muchos
adultos y entre ellos grandes colectivos de docentes tienen enormes dificultades para interaccionar
con máquinas digitales y con las formas culturales de las mismas como es la organización
hipertextual de la información. Esto provoca un problema nuevo y desconocido problema
educativo: que el alumnado sabe más que sus padres y profesores sobre la tecnología. Y ante esta
situación muchos docentes no saben cómo actuar. Se sienten inseguros ante la gestión del aula y el
modo de organizar los procesos de trabajo del alumnado. Por ello siguen aferrándose al libro de
texto porque les ofrece seguridad para ejercer su actividad docente.
Por ello el cambio a otro modelo de concepción y práctica curricular apoyada en el uso de
tecnologías digitales será, inevitablemente, un proceso lento y lleno de dificultades de diversa
índole. En este sentido, es imprescindible la inversión económica adecuada en recursos tecnológicos
y en formación docente. Sin tecnología en los centros no podrán realizarse prácticas educativas con
TIC. También es necesario el compromiso del profesorado en este proceso de cambio educativo.
Pero tengo esperanza en el profesorado. Muchos ya son usuarios de las tecnologías.
Lo primero es que cada profesor o profesora tiene asumir que el uso educativo
de las computadoras es responsabilidad suya y de todo el equipo docente del
centro, no sólo del profesor de informática. El ordenador es una herramienta de
acceso a la cultura y al conocimiento al igual que son los libros. Reducir el uso
de las TIC únicamente a las clases de informática es como reducir el uso de los
libros únicamente a las clases de literatura. Sería absurdo. El problema no es
enseñar a los alumnos el manejo del software y demás herramientas
informáticas. Considero que lo relevante no es enseñar los procedimientos
técnicos de la tecnología, sino el uso inteligente, creativo y crítico de la misma.
Lo importante es que en las clases de Historia, de Literatura, de Matemáticas o
de Biología los alumnos aprendan a buscar información a través de las TIC,
elaboren sus proyectos y trabajos mediante distintos software sea de
procesadores de texto, de multimedia o de videoclips, sean capaces de
comunicarse y trabajar de forma colaborativa a través de espacios virtuales,
etc. En España a esto le llamamos la “competencia digital” y es un eje central
del actual curriculum escolar que tienen que desarrollar todas las materias.
Por otra parte, para una adecuada integración pedagógica de las TIC es
necesario que éstas estén dentro del aula o salón de clase. Me parece que las
aulas de informática donde se centralizan las computadoras en un único
espacio del centro es algo del siglo pasado. Creo que es más potente un único
laptop conectado a Internet en la clase, a modo de un rincón o taller, que
muchos ordenadores en una sala lejana.
Finalmente es necesario que los profesores de un mismo centro escolar
elaboren proyectos conjuntos innovadores que impliquen algún uso de las TIC.
Sería importante incorporar a los planes curriculares de cada centro a la
tecnología como un eje transversal de trabajo, como un objetivo central de la
formación de los estudiantes. Como decía al principio, las computadoras deben
ser asumidas no sólo como responsabilidad exclusiva del docente de
informática, sino de todos los agentes educativos.
Mucha paciencia e ilusión. Esta es la receta básica ante cualquier nuevo reto
profesional. Enseñar con computadoras es una práctica docente que no se
adquiere de la noche a la mañana ni con un cursillo. Es un proceso lento,
gradual y lleno de altibajos. Por ello, recomiendo a aquel profesor o profesora
que quiera iniciar una experiencia de uso de las TIC con sus estudiantes tres
cosas: La primera es que se atreva a usar estas máquinas para realizar alguna
pequeña experiencia que sea fácil. Por ejemplo, que los chicos busquen
información en Internet sobre un tema concreto o que realicen las actividades
que ofrece un determinado software o sitio Web relacionado con la asignatura.
Estoy convencido que sus estudiantes estarán entusiasmados con esas
actividades. Lo segundo, es que planifique adecuadamente esa experiencia.
Que no improvise y deje las cosas al azar. Si estas primeras experiencias de
uso de las TIC fracasan entonces difícilmente ese docente volverá a intentarlo
de nuevo. Y en tercer lugar, mantener la calma ante los problemas y
dificultades técnicas que surjan. Es normal que las computadoras se
“cuelguen”, que sean lentas en su funcionamiento o que el servidor no
funcione y en consecuencia no se pueda acceder a Internet. No pasa nada. Se
propone otra actividad alternativa (un debate, una lectura, una exposición, o lo
que sea). Por ello, insisto, lo relevante e siempre tener paciencia e ilusión en la
enseñanza y añadiría también el compromiso con la formación ciudadana de
nuestros alumnos. El reto es ser educadores de una generación de niños,
adolescentes y jóvenes que ya son los primeros habitantes de una sociedad
donde la tecnología y la cultura digital están omnipresentes. Nuestra
responsabilidad es formarles como ciudadanos cultos, democráticos y
solidarios.