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DENTRO DE LA IGLESIA

PERO NO SALVOS

ESTUDIO BIBLICO
INTRODUCCION
Estamos haciendo este estudio, bajo la forma de
video, titulado “dentro de la iglesia pero no salvos”.
Vamos a hacernos la siguiente pregunta: estar
dentro de la iglesia ¿significa ser salvo?.

Este video va a aparecer publicado en mi blog, que


es un blog cristiano, cuya dirección es:
http://escudriniandolabiblia.blogspot.com.ar/

Hay unas palabras de Jesucristo al respecto que, de


alguna manera, anticipan una respuesta y que
podemos encontrar en:

Mateo, 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor,


entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Lisa y llanamente, Jesucristo está diciendo que no
todo el que lo llame Señor será salvo. En la Biblia,
cuando se quiere poner énfasis en una palabra, se
la repite. En Isaías, 6 Dios es “santo, santo, santo”.

Isaías, 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo:


Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la
tierra está llena de su gloria.

Aquí se pone énfasis en la santidad de Dios.

Cuando en el pasaje que vimos de Mateo 7:21


Jesucristo dice “no todo el que me dice Señor,
Señor (dos veces) entrara en el reino de los cielos”,
está queriendo decir que no todo el que le diga
Señor “con énfasis” será salvo.
Pero ¿quiénes son lo que llamarían Señor a
Jesucristo y podrían no entrar en el reino de
los cielos?. ¿Los incrédulos?. ¿Los ateos?.
¿Los científicos?. ¿Los que profesan otras
religiones?. Ninguno de estos llamaría
jamás “Señor” a Jesucristo: algunos por su
incredulidad y otros porque llaman “señor”
a otros dioses. Los únicos que llaman
“Señor” a Jesucristo son, en principio, los
cristianos (católicos y protestantes).
Entonces, lo que Jesús está diciendo es
que “de entre los que se proclamen
cristianos, no todos los que me llamen
Señor serán salvos”.
Jesucristo, cuando dijo estas palabras de
Mateo, 7:21, estaba anticipando lo que sería
una (triste) realidad dentro de la iglesia, a lo
largo de su historia: que habría gente que, a
pesar de confesar su nombre, no sería salva.

Por estas palabras de Jesucristo podemos


llegar a la conclusión de que “no todo el que
dice que es cristiano verdaderamente lo es”.

Por último, para comprender mejor este


estudio, te sugiero que veas, en mi blog, un
video de una predica mía llamado “La
salvación”.
COMENZAMOS
LOS TIBIOS

Los “tibios” son aquellos que se


autoproclaman cristianos, pero que la
Biblia ya anticipa que no son salvos y
también estas son “palabras de
Jesucristo”:

Apocalipsis, 3:15 Yo conozco tus obras,


que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío
o caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y
no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
La Biblia habla entonces de lo
que podríamos llamar las tres
“temperaturas espirituales”:

[1] fríos;
[2] calientes; y
[3] tibios;
¿Quiénes son los “fríos”?. Son los “incrédulos” y,
por supuesto, están “fuera de la iglesia”.

¿Quiénes son los “calientes”?. Son los creyentes


activos “llenos del Espíritu Santo”, los cristianos
verdaderos y, por supuesto, están “dentro de la
iglesia”.

¿Quiénes son y donde están los tibios?.

Primero definamos que son: son personas que han


confesado a Cristo de labios, pero no lo han creído
en el corazón (lo han hecho sin fe), motivo por el
cual el Espíritu Santo nunca ha venido sobre ellos
para comenzar con su obra de regeneración de
Juan, 3.
No se han cumplido, aquí, los requisitos de
Romanos, 10:9-10 para ser salvos:

[1] confesar con la boca que Jesús es el Señor


(Dios), que Dios lo resucito de entre los
muertos; y

[2] creer lo anterior en el corazón;

Estas personas normalmente están


bautizadas, participan de la Santa Cena e,
incluso, de algunas actividades de la iglesia.
Pero son personas que no son salvas y que,
por lo tanto, continúan perdidas.
¿Cómo sabemos que “están dentro de la iglesia”?.

La iglesia es el cuerpo de Cristo:

Romanos, 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un


cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los
otros.

1 Corintios, 12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de


Cristo, y miembros cada uno en particular.

Efesios, 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la


obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo,

Jesucristo dice que los vomitara de su boca, lo cual


significa que los tibios están en la “boca de Cristo”, es
decir, están “dentro del cuerpo de Cristo”.
¿Cómo sabemos que no son salvos?.

Jesucristo dice que serán “vomitados”, lo cual


implica “salir del cuerpo”. Ellos no participaran
del “rapto de la iglesia”, al igual que los
incrédulos.

Estos cristianos conocen el Evangelio, pero no


están convertidos. Han confesado a cristo pero
no han creído (si hubiesen creído, el Espíritu
Santo hubiese venido sobre ellos y hubiesen
sido transformados). El postrer estado de ellos
viene a ser peor que el primero, como dice
Pedro:
2 Pedro, 2:20 Ciertamente, si habiéndose
ellos escapado de las contaminaciones del
mundo, por el conocimiento del Señor y
Salvador Jesucristo, enredándose otra vez
en ellas son vencidos, su postrer estado
viene a ser peor que el primero. 2:21 Porque
mejor les hubiera sido no haber conocido el
camino de la justicia, que después de
haberlo conocido, volverse atrás del santo
mandamiento que les fue dado. 2:22 Pero
les ha acontecido lo del verdadero
proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la
puerca lavada a revolcarse en el cieno.
No se pierdan el detalle de los anteriores
pasajes. Pedro pone énfasis en la palabra
“conocer” que viene del griego “gnosis”. La
palabra “creer”, en cambio, viene del griego
“pistis” y no es usada por Pedro en estos
pasajes. Pedro solo usa la palabra “gnosis”
en sus diversas formas. Estas personas
“conocieron” el Evangelio pero no lo han
“creído”. Conocer no es creer. Si hubiesen
creído (tenido fe) el Espíritu Santo hubiese
venido sobre ellos y serian salvos y no
“tibios y vomitados”.
LOS QUE CONFIAN EN SUS OBRAS

Somos salvos por gracia (la causa de la salvación),


por medio de la fe (el medio) y no por obras para
que, como dice Pablo, “nadie se gloríe”, es decir,
para que nadie pueda jactarse de haberse salvado
por sus propios actos.

Pablo dijo esto en:

Efesios, 2:8 Porque por gracia sois salvos por


medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Somos “salvos [justificados] por fe”.


Romanos, 5:1 Justificados [salvos], pues, por
la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo;

La fe es el “boleto de entrada” a la gracia, que


es la causa de la salvación:

Romanos, 5:2 por quien también tenemos


entrada por la fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios.

Pedro y Santiago hablan el mismo lenguaje de


Pablo en el concilio celebrado en Jerusalén
(Hechos, 15):
(Pedro) Hechos, 15:10 Ahora, pues, ¿por qué
tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los
discípulos un yugo que ni nuestros padres ni
nosotros hemos podido llevar? 15:11 Antes
creemos que por la gracia del Señor Jesús
seremos salvos, de igual modo que ellos [que
los gentiles].

(Santiago) Hechos, 15:24 Por cuanto hemos


oído que algunos que han salido de nosotros,
a los cuales no dimos orden, os han
inquietado con palabras, perturbando vuestras
almas, mandando circuncidaros y guardar la
ley,
Este es el Evangelio de gracia que predico
Pablo:

Gálatas, 2:21 No desecho la gracia de Dios;


pues si por la ley fuese la justicia, entonces
por demás murió Cristo.

En este versículo puede resumirse toda la


“doctrina de la salvación por gracia”. Pablo
declara que si por nuestras obras (la ley)
fuese nuestra salvación (justicia) por demás
murió Cristo (Cristo murió en vano).
¿Para que murió Cristo de una
forma tan horrible?.

¿No hubiese sido más fácil – y


menos doloroso – que Dios
igualmente nos hubiese dado su
Evangelio y, el creía, era salvo y, el
que no, condenado?. Si, en parte,
somos artífices de nuestra propia
salvación ¿para qué paso Cristo
por la cruz?.
Este el gran tema de la Epístola a los Gálatas:
las salvación por obras vs. la salvación por fe.
No se pierdan el detalle de lo que Pablo les
dice a los Gálatas (y también a nosotros) en
los siguientes pasajes:

Gálatas, 3:2 Esto solo quiero saber de


vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las
obras de la ley, o por el oír con fe? 3:3 ¿Tan
necios sois? ¿Habiendo comenzado por el
Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 3:4
¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es
que realmente fue en vano. 3:5 Aquel, pues,
que os suministra el Espíritu, y hace
maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las
obras de la ley, o por el oír con fe?
Los que, aun reconociendo la obra de Cristo
en la cruz, dicen que “para ser salvos hay
que obedecer”, olvidan que el Espíritu
Santo no viene sobre nosotros por nuestras
obras. El Espíritu Santo y la salvación se
reciben por fe. Recién ahí, al morar en
nosotros el Espíritu Santo, podemos dar
frutos como cristianos. La obediencia (entre
otras obras) es fruto de la salvación y no su
causa. No somos salvos por obedecer sino
que podemos obedecer porque somos
salvos. Obedecemos a Dios porque
tenemos al Espíritu Santo, al cual recibimos
previamente por fe y no al revés.
Sin embargo, hay muchos que insisten en
querer “participar de su salvación con sus
obras”, negando la eficacia de la obra de
Cristo en la cruz y, por ende, la doctrina de
la gracia. Hay palabra para ellos y
nuevamente es del Señor Jesucristo:

Mateo, 7:22 Muchos me dirán en aquel día:


Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? 7:23 Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad.
Estas personas a las que les habla Jesucristo
aparentemente son cristianas.

Ellos le dicen al Señor, en tu nombre:

[a] profetizamos, es decir, tienen el “don de


profecía” (1 Corintios, 12:10);
[b] echamos fuera demonios, es decir, tiene el
“ministerio de liberación” (Marcos, 16:17); e
[c] hicimos muchos milagros, es decir, “tienen el
don de milagros y sanidades” (1 Corintios, 12:9-10);

Es decir, son personas que aparentemente son


cristianas, actúan dentro de la iglesia y tienen dones
y ministerios. Casi “cristianos modelos”. Pero
Jesucristo los echa.
¿Por qué los estará echando el Señor?. ¿Acaso no
vio todo lo que ellos hicieron?.

Juan, 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el


que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí
cree, no tendrá sed jamás. 6:36 Más os he dicho,
que aunque me habéis visto, no creéis. 6:37 Todo lo
que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene,
no le echo fuera.

Ellos no dicen “Señor, hemos creído en ti, no nos


eches”. Ellos dicen “Señor, hemos hechos tales y
tales cosas, en tu nombre”. Ellos pusieron el énfasis
en sus obras y seguramente también pretendieron
llevarse el crédito por esas obras, no glorificando a
Dios.
En mi peregrinar, fundamentalmente por internet,
intentando comprender y estudiar la Palabra de
Dios, viendo videos de predicas y leyendo estudios
bíblicos de diversos siervos de Dios, me he dado
cuenta de dos cosas:

[1] Satanás siempre intenta, por todos los medios,


impedir que Dios sea glorificado, es decir, que
reciba la gloria que merece; cuando pensamos que
participamos en nuestra salvación con nuestras
obras, estamos limitando la obra de Cristo en la
cruz y no le glorificamos en su justa medida;

[2] Dios NO ESTA donde no se puede llevar TODA


LA GLORIA, porque El no comparte su gloria con
nadie (Isaías, 42:8);
Isaías, 42:8 Yo Jehová; este es
mi nombre; y a otro no daré
mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas.
LA CIZAÑA

Mateo, 13:24 Les refirió otra parábola,


diciendo: El reino de los cielos es
semejante a un hombre que sembró buena
semilla en su campo; 13:25 pero mientras
dormían los hombres, vino su enemigo y
sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
13:26 Y cuando salió la hierba y dio fruto,
entonces apareció también la cizaña.
13:27 Vinieron entonces los siervos del
padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no
sembraste buena semilla en tu campo? ¿De
dónde, pues, tiene cizaña?
Mateo, 13:28 Él les dijo: Un enemigo ha
hecho esto. Y los siervos le dijeron:
¿Quieres, pues, que vayamos y la
arranquemos? 13:29 Él les dijo: No, no sea
que al arrancar la cizaña, arranquéis
también con ella el trigo. 13:30 Dejad crecer
juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y
al tiempo de la siega yo diré a los
segadores: Recoged primero la cizaña, y
atadla en manojos para quemarla; pero
recoged el trigo en mi granero.
Nuevamente aquí las palabras son de Jesucristo.

El Señor es Jesucristo y el campo es la iglesia. El


trigo representa a los verdaderos cristianos y la
cizaña sembrada por el enemigo (Satanás)
representa a los siervos de Satanás disfrazados de
cristianos. La parábola enseña que cuando se le
pregunto al Señor si quería que se arrancara la
cizaña, El contesto que no porque “no sea cosa que,
juntamente con la cizaña, se arranque también el
trigo”. El Señor propuso, en cambio “dejar crecer lo
uno y lo otro hasta la siega (cosecha)”, lo cual da a
entender que los verdaderos cristianos tendrían que
convivir con estos verdaderos siervos de Satanás
infiltrados dentro de la iglesia.
Son los “obreros fraudulentos” de los que habla
también Pablo:

2 Corintios, 11:13 Porque éstos son falsos


apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan
como apóstoles de Cristo. 11:14 Y no es maravilla,
porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de
luz. 11:15 Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia;
cuyo fin será conforme a sus obras.

¿Dónde están estos siervos de Satanás?. Dentro de


la iglesia. ¿Son salvos?. Por supuesto que no.
Actúan dentro de la iglesia, aparentan ser cristianos
pero son siervos de Satanás.
LOS ANTICRISTOS

1 Juan, 2:18 Hijitos, ya es el último tiempo;


y según vosotros oísteis que el anticristo
viene, así ahora han surgido muchos
anticristos; por esto conocemos que es el
último tiempo. 2:19 Salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros; porque si
hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron
para que se manifestase que no todos son
de nosotros.
El apóstol Juan habla aquí de los
“anticristos”. Cuando escuchamos la
palabra “anticristo” la relacionamos de
inmediato con un personaje que aparece en
Apocalipsis, 13:1 que vendrá a liderar la
última rebelión contra Dios en los últimos
siete años de las historia del gobierno
humano. Este personaje, que aparecerá en
los últimos días, también es mencionado
por Daniel (Daniel, 9:27) y por Pablo (2
Tesalonicenses, 2:3-10).
Esto es cierto, pero también es cierto que
“anticristo” es una actitud contra Cristo, su
obra en la cruz y su reino. De hecho, los
que tienen esa actitud son dominados por
uno de los espíritus inmundos o demonios
desencadenados por Satanás contra de la
iglesia llamado, precisamente, el “espíritu
de anticristo”.

¿Cuáles son las características de este


“espíritu de anticristo”?. ¿Cómo lo
podemos identificar?.
Pablo escribe sobre los frutos del Espíritu Santo:

Gálatas, 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,


paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 5:23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley.

Como el espíritu de anticristo no puede morar junto


con el Espíritu Santo, donde more el espíritu de
anticristo se manifestaran frutos contrarios a los
frutos del Espíritu Santo. En general, el espíritu de
anticristo también produce frutos pero son la
antítesis de los frutos producidos por el Espíritu
Santo, a saber: odio, infelicidad, falta de paz o
contienda, malignidad, maldad, rebelión, etc.
En particular y antes de mencionar los
frutos del espíritu en Gálatas, 5:22-23, Pablo
hace una descripción detallada de las
cuales son las “obras de la carne”. Como la
carne en lo contrario al Espíritu, estas obras
de la carne bien podrían ser los frutos del
espíritu de anticristo:

Gálatas, 5:17 Porque el deseo de la carne es


contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para
que no hagáis lo que quisiereis. 5:18 Pero si
sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo
la ley.
Gálatas, 5:19 Y manifiestas son las obras
de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, 5:20
idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 5:21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales
os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas
no heredarán el reino de Dios.
Pero lo más importante es lo que dice Juan respecto
de los anticristos. Él dice “salieron de nosotros para
que se manifestase que no todos son de nosotros”.
No se pierdan este detalle. Los anticristos están
dentro de la iglesia, no fuera. Tenemos la tendencia
a pensar que los anticristos son los ateos, los
científicos, los que profesan otras religiones, es
decir, solemos pensar que los anticristos están
afuera de la iglesia, pero Juan dice que están
adentro, cuando dice “no todos son de nosotros”.
Juan no se está refiriendo a los que están fuera de
la iglesia, que ya sabemos que no son de nosotros.
Se está refiriendo a los que están dentro de la
iglesia.

Los anticristos están, entonces, dentro de la iglesia


y, por supuesto no son salvos.
EL DESTINO ETERNO DE LOS FALSOS
CRISTIANOS

Los falsos cristianos que pertenecen a estos


cuatros grupos que hemos nombrado, por
supuesto, no son salvos:

[1] los tibios, serán vomitados por el Señor


(Apocalipsis, 3:15-16);
[2] los que confían en sus obras, son rechazados
por el Señor (Mateo, 7:22-23);
[3] la cizaña, es atada en manojos y quemada
(Mateo, 13:24-30);
[4] los anticristos, dice Juan, no son de nosotros, es
decir, no son salvos (1 Juan, 2:18-19);
Un dato interesante es que, a excepción de los
anticristos, de los cuales habla Juan en 1 Juan,
2:18-19, de los otros tres tipos de falsos
cristianos (los tibios, los que pretenden
salvarse por sus obras y la cizaña) habla
Jesucristo en persona.

Pregunta: si alguien, perteneciente a alguno de


estos grupos de falsos cristianos, se muere
esta noche y se va al infierno ¿podemos
afirmar que “perdió” su salvación?. No, de
ninguna manera, porque la Biblia ya anticipa
que nos son salvos y están todos metidos en
la iglesia. Cuanta gente no salva que hay
dentro de la iglesia!!!.
EL DESTINO ETERNO DE LOS VERDADEROS
CRISTIANOS

En contraste con estas cuatro categorías de falsos


cristianos que acabamos de mencionar (los tibios,
los que pretenden participar de su salvación con
sus obras, los siervos de satanás infiltrados en la
iglesia y los anticristos) tenemos a los que
verdaderamente son salvos, que son los verdaderos
cristianos mencionados en:

Juan, 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las


conozco, y me siguen, 10:28 y yo les doy vida
eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará
de mi mano. 10:29 Mi Padre que me las dio, es
mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la
mano de mi Padre.
Aquí también habla Jesucristo en persona y
habla de sus ovejas, que escuchan su voz y
lo siguen y que no perecerán jamás, porque
su Padre se las dio y nadie las puede
arrebatar de la mano de su Padre porque su
Padre mayor que todos es.

Jesucristo tiene a los salvos en su mano y


luego viene el Padre y envuelve la mano de
Cristo.

¿Quién puede arrebatar estas ovejas de la


mano de Dios?.
Como bien lo expresa Pablo:

Romanos, 8:35 ¿Quién nos separará del amor


de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro,
o espada? 8:36 Como está escrito: Por causa
de ti somos muertos todo el tiempo; Somos
contados como ovejas de matadero. 8:37
Antes, en todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos
amó. 8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 8:39
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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