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versus
Jerarquía
Equidad versus Jerarquía
La idea original de Dios está plasmada en Génesis 1:1 – 2:25, 3:8ª y 5:2.
Génesis 5:2
“Varón y hembra los creó, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que
fueron creados”.
Razón: Todos tienen le mismo Señor que está en los cielos y Éste no hace acepción de
personas.
Resumen
Todo ser humano tiene el mismo valor por ser una creación de Dios.
Todo ser humano se merece el mismo respeto.
La jerarquía entre varón y mujer es consecuencia del pecado. Lo
mismo se tendría que decir de las jerarquías entre adultos y niños,
libres y esclavos, ricos y pobres, quechua hablantes y castellano
hablantes…
Dios quiere restaurar un trato de amor y respeto entre todos en su
reino; la sujeción mutua es el principio único para relacionarse en la
iglesia.
El Espíritu Santo da sus dones indistintamente a varones y mujeres,
tal como Él lo decide. Entonces se debe dar lugar a cada uno a poder
desarrollar y utilizar sus dones y talentos sin restricción por género,
estatus social, color de piel…
Títulos y Jerarquías Ministeriales
o
¿Por qué no usamos el título “Pastor”?
Los términos “anciano, obispo y pastor/pastorear” fueron usados
indistintamente en el tiempo bíblico. Recién posteriormente se empezó
a entender estos términos de manera jerárquica.
Hechos 20:17 y 28: Pablo llama a los líderes de Éfeso y los titula
“ancianos” (v.17), obispos (v.28) y les da la tarea de
“apacentar/pastorear”.
Tito 1:5-8 habla de los requisitos para ancianos y obispos,
mencionando a los dos términos indistintamente.
Títulos y Jerarquías Ministeriales
o
¿Por qué no usamos el título “Pastor”?
Pudiendo elegir entre “Anciano”, “Obispo” y “Pastor” y aspirando una creciente
equidad entre todos, determinamos que:
Los líderes principales en Ekklesia-Una Misión son “Ancianos” o “Ancianas”.
Nos hablamos con el nombre y sin “hermano/hermana”.
Todos se merecen el mismo respeto por tener el mismo valor dado por Dios.
Respetamos los dones específicos que Dios ha dado a cada uno e intentamos dar a cada
uno el lugar que corresponde según sus dones y su madurez.
Queremos aprender a vernos y tratarnos en equidad.
Entendemos dones resaltantes de liderazgo como una mayor responsabilidad para el
portador, pero no como mayor valor o una posición mayor.
La actitud de sujeción mutua, de alta estima el uno por el otro, debe ser en todos el
principio rector que determina la convivencia.